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Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás Dirección editorial, redacción, mercadotecnia, ventas, diseño y todo eso: Editorial Sad Face . Letras Raras es una marca registrada. 2012. Año 1, número 8. Fecha de circulación: enero de 2012. Revista editada y publicada por Editorial Sad Face y Her Majesty’s Entertainment. Domicilio conocido, código postal 90210. Prohibida su reproducción. Todos los contenidos originales aquí verNdos son propiedad de sus respecNvos autores y están protegidos por INDAUTOR todo poderoso… ¡Así que no te fusiles nada, cabrón! 1 Precio al público: $10.00 LETRAS RARAS r e v i s t a Letras Raras @LetrasRaras [email protected] I N D I C E Literatura 3 Primer Poema del Año 4 Ocurrió en el Supermercado 10 BiblioTK 11 Iteración Poé?ca 16 Tendedero de Haikus Música 17 Apocalyp?ca y su nuevo disco 18 Stratovarius, In Extremo, et al… 19 Música no tan Clásica Cine 20 The Ward Edgar J. 21 Underworld: Awakening 22 The Girl With the Dragon TaVoo Entretenimiento Laberinto 23 Origami Time! Dirija sus mentadas a:

Revista Letras Raras, enero

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Revista literaria-cultural de circulación mensual. Literatura, música, cine y entretenimiento. Una publicación conjunta de Editorial Sad Face y Her Majesty's Entertainment.

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Page 1: Revista Letras Raras, enero

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás  Dirección  editorial,  redacción,  m

ercadotecnia,  ventas,  diseño  y  todo  eso:  Editorial  Sad  Face  L.  Letras  Raras  es  una  m

arca  registrada.  2012.  Año  1,  número  8.  

Fecha  de  circulación:  enero  de  2012.  Revista  editada  y  publicada  por  Editorial  Sad  Face  y  Her  Majesty’s  Entertainm

ent.  Domicilio  conocido,  código  postal  90210.  Prohibida  

su  reproducción.  Todos  los  contenidos  originales  aquí  verNdos  son  propiedad  de  sus  respecNvos  autores  y  están  protegidos  por  INDAU

TOR  todo  poderoso…

 ¡Así  que  no  te  fusiles  nada,  cabrón!  

1 Precio al público: $10.00

L E T R A S

RARAS

r e v i s t a

Letras Raras

@LetrasRaras

+ [email protected]

I N D I C E

Literatura  3  -­‐    Primer  Poema  del  Año    4  -­‐    Ocurrió  en  el  Supermercado    10  -­‐    Biblio-­‐T-­‐K    11  -­‐    Iteración  Poé?ca    16  -­‐    Tendedero  de  Haikus  

Música  17  -­‐    Apocalyp?ca  y  su  nuevo  disco    18  -­‐    Stratovarius,  In  Extremo,  et  al…    19  -­‐    Música  no  tan  Clásica  

Cine  20  -­‐    The  Ward      -­‐    Edgar  J.    21  -­‐    Underworld:  Awakening    22  -­‐    The  Girl  With  the  Dragon  TaVoo  

Entretenimiento    -­‐    Laberinto    23  -­‐    Origami  Time!  

Dirija sus m

entadas a:

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ENERO Originalmente el calendario romano tenía 10 meses que sumaban 304 días, pero por ahí del siglo XVIII a.C. un sujeto llamado Numa Popilius (el sucesor de Rómulo, según dicen) añadió Enero y Febrero a la

cuenta, completando el año solar tal como lo conocemos. El nombre de este mes, Ianuarius, proviene de Jano, el dios de los pórticos, los comienzos y los finales. El vocablo en castellano viene de la corrupción ‘Janeiro’ (como la ciudad brasileira).

¿Me hablaban?

¿Y usted quién inframundos es?

No seas güey, es January Jones, la que hizo de Emma Frost en X-Men:

First Class.

Jano tenía dos caras, una contemplando el pasado y

la otra el futuro.

Bienvenidos.

Bienvenidos.

Bienvenidos.

Les damos la más cordial bienvenida al primer ejemplar de 2012 de Letras Raras, la revista literaria-cultural de menor circulación en la República Mexicana (con cana de CANACA). Abrimos el año con un número cuentístico-poético-musical que, esperamos, sea de su agrado, así que ¡pásele a lo barrido!

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Page 3: Revista Letras Raras, enero

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

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Primer Poema del Año JIMM

Se  me  ha  perdido  el  primer  poema  del  año.  Era  un  haikú,  y  decía  

Me  fue  dado  de  repente.  Respiraba  el  viejo  aire  de  año  nuevo  en  la  terraza,  repleto  de  humo  de  cohetes,  series  de  luces  coloridas  a  lo  lejos,  y  música  de  barrio  sucio,  de  madrugada.  En  fin,  mi  poema  nada  tenía  que  ver  con  año  nuevo,  ni  el  juego  del  Go,  ni  la  teoría  de  conjuntos,  aunque  en  todo  ello  pensaba.  El  tercer  verso  no  tenía  cinco  sílabas,  así  que  trataba  de  acomodarlo;  y,  en  lo  que  me  preguntaba  qué  sería  mejor,  es  uno  más  dos,  o  ser  uno  más  dos,  y  jugaba  con  cosas  ridículas  como:  Go:  uno  más  dos,  y  tres:  uno  más  dos,  me  repe_a  constantemente  el  segundo  verso,  tan  fuerte:  biósfera  eternizante.  Cuando  me  di  cuenta  había  olvidado  el  frugal  primer  verso.  

Lego  la  mala  forma,  y  la  muy  mala  forma  de  aquel  designio  perdido.  

Postdata.  Imaginad  que  al  instante  de  nuestra  muerte  todo  lo  recordamos,  y  esa  probada  úlNma  de  eternidad  fuera  vida  después  de  la  vida,  como  en  aquél  poema  de  Borges.    

(Algo de cinco sílabas) biósfera eternizante

uno más dos

Mis gatos corren;

biósfera eternizante,

o uno más dos.

Número uno.

biósfera eternizante;

dos menos uno. ©Charles Schulz

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Ocurrió en el Supermercado E.J. Valdés

Antes de comenzar esta narración hay dos puntos que debo aclarar. El primero y quizá menos importante es que esta es una historia real. El segundo, lector, es que cuando llegues al último enunciado del relato no habrás creído una sola palabra de lo que he escrito.

Quien conoce el lado oriente de la ciudad sabe que existen tres supermercados de cierta cadena comercial a la cual, por razones prácticas, me referiré como WM. Una de estas tiendas se ubica en la avenida Ignacio Zaragoza, casi a la altura de la terminal de autobuses; la segunda la encontramos en la transitada esquina que forman Manuel Altamirano y Apodaca; la tercera, la más apartada, se levanta frente al complejo comercial que recién construyeron en la avenida 5 de Mayo. Como es sabido, todos y cada uno de los puntos de venta de esta cadena son copias exactas del original, que aún opera cerca del Eje 7 Norte. Tal similitud no solamente aplica para las fachadas externas, sino también para la disposición de los pasillos e islotes al interior de las tiendas y, en el caso de la tercia de tiendas que he mencionado, también para el estacionamiento, con los mismos cajones perpendiculares trazados con pintura azul. Como cualquier habitante de esta sobrepoblada urbe, no son pocas las visitas que hago a estos supermercados; de hecho, he de admitir que a la fecha soy asiduo consumidor de estos establecimientos, en los cuales tengo a bien detenerme una o dos veces a la semana para reabastecer el frigorífico y, si el ocio lo amerita, pasear entre los embutidos y las verduras mientras filosofo al compás de las ruedas del carrito.

Ocurrió pues que hace unos meses, mientras conducía de regreso de la oficina como hago de lunes a viernes, el hambre me tomó por sorpresa cuando aguardaba la luz verde en el cruce de Apodaca y Jorge Prieto. Así como la inspiración repentinamente embriaga a algunos poetas y cuentistas, mi cuerpo se vio invadido por el incontenible deseo de comer un emparedado de roast beef con beicon y una pecaminosa dosis de mayonesa. Cerrando los ojos corrí la lengua por mis labios, imaginando aquellas calorías rodando cuesta abajo por mi tracto digestivo, cuando la bocina del Peugeot a mis espaldas me recordó con insistencia que era momento de seguir adelante. Pisando el acelerador hice un rápido recuento de los ingredientes almacenados en la nevera y supe que, si acaso deseaba saciar mi apetito, debía hacer una escala para adquirir los elementos que conformarían mi suculenta merienda. Haciendo aplomo de mi pericia al volante desafié las leyes del tráfico de las ocho de la noche y me las arreglé para atravesar los cuatro carriles que me separaban del retorno más cercano. Reclamos más tarde, ingresaba al aparcamiento del WM de

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

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Manuel Altamirano, tan concurrido como siempre.

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Ansioso por llegar a casa, me limité a guiar el carrito de las compras por los pasillos pertinentes, y una vez hube reunido los ingredientes me introduje a toda prisa por una de las cajas registradoras. Pronto el centurión de American Express se encargó de la cuenta y yo me encaminé de regreso a mi automóvil, casi saboreando la resbalosa textura de la mayonesa en mi boca. Mis pasos me llevaron a una de las largas filas donde vehículos de todas las marcas, modelos y colores aguardaban a sus dueños cual bestias anudadas a un árbol y, buscando mis llaves en el bolsillo de la chaqueta, me detuve junto al poste frente al cual había aparcado. Pulsé el botón que corría los seguros, pero grande fue mi sorpresa al levantar la mirada y descubrir que en el lugar que debía estar mi Chevrolet se encontraba una destartalada pick-up Ford. Extrañado, miré alrededor e incluso eché un ojo a los corredores aledaños, preguntándome si acaso la memoria me había traicionado, pero pronto fue un hecho palpable que mi coche no se encontraba en esa sección del estacionamiento. “Me han robado,” pensé, mientras el corazón se me iba a la garganta. Rápidamente llamé la atención de uno de los vigilantes que merodeaban la zona.

Ignacio Manuel Altamirano fue un escritor y periodista mexicano de ascendencia nahua.

Fundó algunos periódicos y presidió la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.

Sus obra más conocida es El Zarco, novela ambientada en la época de la reforma.

1834 – 1893 No mamen, por lo

menos digan quién fui.

– ¿Un Chevrolet blanco? – preguntó, rascándose la nuca como si ello le ayudase a recordar –. No, señor, por aquí no se ha estacionado ningún Chevrolet blanco, lo siento.

Mostrándole la llave, insistí en que el automóvil se encontraba aparcado justo frente al poste del alumbrado, pero el hombre afirmaba llevar allí toda la tarde y no recordaba ningún vehículo con esas características que hubiese entrado o salido por aquel pasillo. Sus negativas pronto me encolerizaron y, seguro de que estaba coludido con los maleantes que habían hurtado mi coche, decidí reportar el incidente a la administración del almacén, no sin antes señalar la cámara de vigilancia que acechaba desde la esquina y advertir al vigilante que las cosas no quedarían así. Víveres en mano, regresé al interior de la tienda dispuesto a no salir de allí hasta que el mismo gerente del supermercado atendiera mi reclamo, pero cuál sería mi sorpresa al cruzar bajo el arco de la entrada y leer por encima de mi cabeza “Bienvenidos a WM, sucursal 5 de mayo.”

Entonces me detuve en seco. ¿Acaso había leído bien? Retrocedí unos pasos y eché una nueva mirada al signo que daba la bienvenida a la tienda. “Sucursal 5 de mayo.” Entonces fui yo quien se llevó una desconcertada mano a la nuca; inequívocamente yo había entrado al almacén

¿Feliz?  

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

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de Manuel Altamirano y Apodaca, ¿cómo era entonces que me encontraba en una tienda que, en primera instancia, se encontraba a más de quince kilómetros de distancia? Frotando mis ojos releí el anuncio. “Sucursal 5 de mayo,” rezaba como un terrible obituario.

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Una helada sensación embargó mi pecho mientras salía al aparcamiento. Mirando el tránsito más allá de las aceras caí en la cuenta de que, efectivamente, me encontraba en la tienda de 5 de mayo, pues al otro lado de la avenida se levantaba el lujoso centro comercial que recién habían inaugurado. Tomé asiento en una banca y busqué el ticket de compra al fondo de la bolsa de plástico. Lo extendí y entre las arrugas del papel, impreso en tinta púrpura barata, encontré el enunciado que confirmaría mi temor:

¡WM Manuel Altamirano agradece su compra!

La hora de impresión del recibo se remontaba casi treinta minutos atrás. Era innegable: de alguna manera me había transportado quince kilómetros en el espacio. Sentía las manos heladas. Arrojando el ticket de regreso a la bolsa, me encaminé hacia la avenida, no sin antes detenerme a pedir una disculpa al vigilante del aparcamiento, mi faz roja como un tomate. Pronto abordé un taxi que perezosamente me llevó de regreso a la tienda de Manuel Altamirano, donde, para mi alivio, se encontraba mi Chevrolet bajo el mismo poste que le había dejado. Conduje de vuelta a Apodaca en silencio, y una vez me encontré en casa guardé la bolsa de plástico en la nevera, apagué las luces y me metí a la cama. Había perdido el apetito.

Hola, soy Ignacio Z

aragoza, el de los billetes de $500. ¿Sabían que los norteam

ericanos creen que la conm

emoración de la batalla de Puebla es la efem

éride m

ás importante de M

éxico? Pero si serán...

El amanecer no trajo luz sobre los acontecimientos del WM, y el misterio me acompañó durante mi jornada en la oficina. Sentado frente al ordenador mis dedos corrían sobre las teclas mas mi pensamiento oscilaba en torno a los supermercados y los kilómetros que los separaban. Mi obsesión con el tema fue tal que, sin darme cuenta, terminé por llenar una hoja de cálculo con toda clase de conjeturas absurdas que nada tenían que ver con mi trabajo. A sabiendas de que mi desempeño se vería afectado por la confusión, pedí a mi supervisor me permitiese ausentarme para atender un terrible malestar que me apretujaba las entrañas. Instantes después me encontraba en el aparcamiento del WM de Manuel Altamirano, mirando su fachada azul y gris desde el asiento de mi Chevrolet. Coloqué el auto muy cerca de donde le había dejado la noche anterior, aseguré las puertas y miré el reloj. Las manillas apuntaban las 13:22. Entré a la tienda como cualquier otro cliente, empujando un carrito pese a que no tenía pensado gastar un penique. Recorrí los estantes repletos de café, azúcar, galletas, leche en polvo, harina, limpiadores y demás productos para el hogar, luego caminé hasta el otro extremo del almacén y permanecí unos minutos mirando un juego de fútbol

1829 – 1862

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Page 7: Revista Letras Raras, enero

en los televisores. Transcurridos treinta minutos exactos abandoné el carrito y me dirigí a la salida, mirando detenidamente a las cajeras que, aburridas, pasaban artículos por encima del lector óptico; una de ellas, joven y apiñonada, llevaba unos pantalones bastante ajustados que ofrecían una vista difícil de olvidar. Entonces abandoné la tienda, cruzando por debajo de un gran anuncio que me agradecía la visita. Di unos pasos hasta el aparcamiento y, mirando por encima de una camioneta roja que circulaba por el paso, vi los modernos ángulos del centro comercial; me encontraba en la avenida 5 de mayo.

7

Una vez que la sorpresa me permitió recobrar el aliento eché un ojo al reloj:

¡WM Manuel Altamirano agradece su compra!

Si bien descubrí que me encontraba quince kilómetros atrás, esto únicamente arrojó una cuestión para la cual únicamente la práctica brindaría una respuesta: ¿qué sucedería al salir del almacén? ¿Me encontraría con el aparcamiento de Manuel Altamirano o con aquel de la avenida 5 de mayo? Imaginando que quizá el mecanismo también funcionaba en sentido inverso me aventuré más allá del umbral del supermercado, sólo para descubrir que no era el reluciente centro comercial de 5 de mayo aquello que asomaba más allá de las hileras de coches, sino el viejo edificio de la terminal de autobuses. La larga arteria de concreto que se extendía de oriente a

eran las 13:57. El tiempo discurrió con normalidad pero yo, por segunda ocasión, inexplicablemente me había transportado a una kilométrica distancia. Palpé mi rostro como si quisiera cerciorarme de que efectivamente tenía la cabeza sobre los hombros; aquello había sucedido, no cabe la menor duda. Dando la media vuelta, me introduje de nueva cuenta al supermercado y de inmediato me dirigí al área de cajas registradoras. La chica de las bien formadas caderas seguía allí, deslizando botellas de refresco sobre el mostrador sin mucho interés. ¿Qué significaba aquello? ¿Que me había trasladado a la avenida 5 de mayo tan pronto crucé el umbral de la tienda? Para comprobarlo ocupé un lugar en la fila de una registradora (la de la guapa cajera, por supuesto) y al llegar mi turno pedí un paquete de cigarros. Tras agradecerle con una sonrisa que ella no devolvió me eché el cambio a la bolsa y leí detenidamente el contenido del ticket de compra. La hora coincidía con la que señalaba mi reloj, y en la parte inferior encontré impreso en la misma tinta púrpura el mensaje:

poniente era, sin duda alguna, Ignacio Zaragoza. Por lo menos treinta kilómetros me separaban de mi automóvil. Dejando escapar un suspiro me apoyé en un muro y encendí un cigarrillo. Aquello era inaudito: en menos de veinte minutos me había trasladado del estacionamiento de 5 de mayo a una registradora de Manuel Altamirano y de ahí a una de las vías más transitadas de la ciudad. Miré el tabaco arder entre mis dedos como si el humo pudiese decirme qué hacer a continuación. ¿Debía tomar un taxi de regreso a mi Chevrolet o acaso debía aventurarme a la tienda una vez más? Con una última bocanada de humo me decidí por lo segundo, después de todo, si aquel umbral era capaz de arrojarme a

otro punto de la ciudad aleatoriamente en algún momento debía enviarme de vuelta al lugar de

NOTA:  no  recibimos  un  centavo  por  promocionar  café  colombiano  o  leche  y  harina  genéricas.  Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

Page 8: Revista Letras Raras, enero

donde partí. Dejando caer la humeante colilla regresé al interior del supermercado, cuyo dintel saludaba “Bienvenidos a WM, sucursal Ignacio Zaragoza.”

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Me adentré por los corredores de carnes frías, vegetales y abarrotes sin saber si me encontraba en una vez más en el almacén de Manuel Altamirano o, acaso, esta era alguna de las otras dos tiendas. El hecho de que la disposición del mobiliario y los productos fuese idéntica en todas las sucursales poco ayudaba a orientarme, y cuando crucé por el departamento de electrónica los televisores exhibían el mismo encuentro deportivo de hacía una hora. Me aproximé a la salida y asomé sigilosamente por cada uno de los estrechos pasillos que daban a las registradoras, hasta que encontré el par de curveadas piernas que ya bien conocía. Efectivamente,

Muy Incompleta Historia del AUTOSERVICIO

Aunque  no  lo  creas  el  concepto  de  ‘autoservicio’  no  Gene  ni  un  siglo  de  anGgüedad.  Lo  acuñó  un  Gpo  llamado  Clarence  Saunders,  quien  en  1916  fundó  en  Memphis,  Tennessee,  una  Genda  llamada  Piggly  Wiggly,  la  cual  

operaba  como  cualquier  supermercado  moderno.  En  su  

momento  esto  fue  una  innovación  sin  precedente,  y  Saunders  se  hizo  

bastardamente  rico  vendiendo  la  idea  a  lo  largo  y  ancho  de  Estados  Unidos.  

aquella era la sucursal de la cual partiera anteriormente. Sin más, recorrí por tercera ocasión el pasillo que conducía al exterior y fue enorme mi alivio al visualizar bajo el despejado azul el entronque de Manuel Altamirano y Apodaca. Como si temiese que en cualquier momento el panorama cambiase de nuevo, corrí hasta mi auto y rápidamente me alejé de allí, hasta perder de vista el elevado anuncio de WM.

A partir de entonces el fenómeno se repitió aleatoriamente en cada una de mis visitas a este supermercado. Entrase en Manuel Altamirano, 5 de Mayo o Ignacio Zaragoza, al momento de abandonar el almacén podía encontrarme en cualquiera de las tres locaciones. Esta ocurrencia parecía no observar regla ni patrón alguno, pues si bien hubo ocasiones en que tras un par de intentos estaba de vuelta en el punto que comencé, recuerdo especialmente cierta tarde en que tuve que cruzar el umbral veintidós veces antes de regresar al aparcamiento correcto. Para evitar estas situaciones, en un principio decidí hacer mis compras en una tienda de otra cadena ubicada en las periferias del Circuito Interior, pero la indisponibilidad de ciertos productos y la notable diferencia en precios pronto me orilló a volver a los pasillos de WM. Terminé por acostumbrarme (acaso por resignarme) al misterioso fenómeno espacial que tenía lugar allí, e incluso adopté la costumbre de trasladarme en taxi a la tienda para que al salir únicamente tuviese que abordar otro para regresar a casa (al fin y al cabo, el costo del transporte era casi el mismo).

Una peculiaridad que no pasó inadvertida a mi análisis fue el hecho de que el interior de la tienda era inmutable al paso del tiempo. Ya fuera por la mañana, a medio día o por la tarde, los altavoces arrojaban la misma música suave de supermercado, los televisores transmitían el mismo juego de fútbol y la apiñonada chica de las torneadas piernas siempre se encontraba despachando

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Page 9: Revista Letras Raras, enero

en la misma registradora, como si no tuviese día ni hora de descanso. Invariablemente vestía los mismos pantalones bajo la camisa azul de la tienda, mantenía los ojos fijos en los productos que pasaba sobre el lector e ignoraba cualquier cosa que los clientes tuviesen que decir (entre ellas, mis intentos por coquetearle). Con el tiempo no sólo descubrí que los estantes siempre albergaban la misma cantidad de productos, sino que las personas que deambulaban por los corredores con sus bolsas y carritos en mano también eran las mismas: fueron muchas las ocasiones que me topé con el niño que le lloriqueaba a su madre por un bote de mantecado, con el matrimonio que no se decidía por el color de las sábanas o con la mujer que hojeaba las revistas como si se encontrase en la biblioteca pública. De tal modo desarrollé la teoría de que la perfecta similitud entre las tres tiendas había creado un punto neutro en el espacio; un lugar por el cual el tiempo recirculaba más allá de toda comprensión y cuyos límites habían generado un vórtice que interconectaba las calles de Manuel Altamirano, 5 de mayo e Ignacio Zaragoza.

Estaba viviendo en carne propia un fenómeno con el que cualquier teorista de la física cuántica soñaría; mi experiencia podía arrojar a la ciencia en un rumbo que hasta entonces únicamente era concebible en el reino de la fantasía. No obstante, mis posibilidades de explicar estas ocurrencias al mundo se esfumaron como las pesadillas al amanecer: una tarde en que salí del supermercado descubrí con sobresalto que el umbral me había arrojado al mismo lugar por el que había entrado. El atemporal pasadizo que tantas veces me llevara de un punto de la ciudad a otro había desaparecido tan misteriosamente como llegó. Los tres centros de venta habían recobrado su individualidad y los muchos personajes que conociera al interior del sempiterno almacén fueron borrados de la faz del orbe: nunca más volvería a escuchar la discusión del matrimonio de las sábanas ni a ver las apetecibles piernas de la chica de la registradora. “Lo sentimos, en nuestras tiendas no labora ninguna mujer con esa descripción,” dijeron en la administración cuando indagué su paradero. Descubrí asimismo que los televisores en el departamento de electrónica siempre permanecían apagados y, por si fuera poco, que el único lugar donde se podían adquirir cigarrillos era la barra de servicios al cliente. De pronto era como si mi gran aventura jamás hubiese ocurrido.

Poco después de estos hechos me acerqué a diversos académicos de la Universidad y les relaté cuanto he escrito aquí. Aquellos más corteses apenas me dedicaron una divertida sonrisa antes de levantarse de la mesa. Si bien es cierto que la única prueba que tengo de la veracidad de los hechos es mi memoria, fueron muchas las decepciones que toleré antes de resignarme al hecho de que nadie creería mi historia. Como dije antes, aún soy asiduo cliente de los almacenes de WM, y aunque he perdido toda esperanza de volver a ver las torneadas piernas de la chica de la registradora, he de confesar que aún me estremezco al cruzar bajo el umbral de la salida, ansioso y temeroso de encontrar frente a mí un panorama totalmente distinto al que dejara al entrar.

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FIN. ¿Encontró todo lo que buscaba?

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

Page 10: Revista Letras Raras, enero

BIBL

IO-T

-K

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Nacido  en  Tennessee,  Thomas  Harris  trabajó  como  reportero  en  Texas  y  Nueva   York,   y   fue   justamente   de   sus   años   como   corresponsal   de   la  Associated  Press  que  tomó  la   inspiración  para  escribir  su  novela  debut  Black   Sunday   (1975),   que   aunque   no   fue   muy   exitosa   pavimentó   el  camino   para   un   segundo   Ntulo,   Red   Dragon   (1981),   en   el   cual   el  detecNve  Will   Graham   sigue   la   pista   a   un   asesino   serial.   Su   cacería   le  lleva  a  buscar   la  ayuda  de  un  homicida  a  quien  detuvo  previamente,  y  es   allí   donde   aparece   por   vez   primera   uno   de   los   personajes   más  memorables  tanto  de  la  literatura  como  del  cine  de  suspenso:  el  doctor  Hannibal  ‘el  caníbal’  Lecter.    

GRANDE EN EL CINE; GRANDE EN LOS LIBROS

 Si  bien  su  primera  aparición  en  papel  fue  muy  breve  (apenas  unas  páginas,  aunque  la  película   de   2002   extendió   el   rol   considerablemente),   Harris,   aficionado   a   las   historias   de  asesinos  como  Ed  Gein  y  Ted  Bundy,  gustó  tanto  del  personaje  que  lo  hizo  foco  de  su  novela  de  1988  The  Silence  of  the  Lambs,  en  la  cual  Lecter  ayuda  nuevamente  a  un  agente  del  FBI  a  detener  a  un   siniestro   criminal.   Esta  historia   catapultó  a  Harris   a   la   fama  en  1991   cuando  Orion  Pictures   la  adaptó  al   cine   con   Jodie  Foster   como  Clarice  Starling  y  Anthony  Hopkins  como  Hannibal  Lecter.  La  cinta  no  solamente  fue  universalmente  aclamada,  sino  que  se  hizo  de   los   cinco   grandes   Premios   de   la   Academia:   mejor   película,   mejor   actriz,   mejor   actor,  mejor  director  (Jonathan  Demme)  y  mejor  adaptación  (Ted  Tally).  

  Las  aventuras  del  doctor  Lecter  prosiguieron  en  1999  con  Hannibal,  que   retoma   la  historia  varios  años  después  de  su  fuga  del  psiquiátrico  de  BalNmore,  cuando  el  complot  de  venganza   de   una   vícNma   suya   le   lleva   a   encontrarse   de  nueva   cuenta   con   la   agente   Starling.   Esta   novela   fue  adaptada  al  cine  en  2001  con  Hopkins  de  regreso  como  el  personaje   Ntular   y,   en   un   controversial   movimiento,  Julianne  Moore  en  el  papel  de  Clarice  Starling.  Aunque  no  recibió  los  mismos  honores  y  galardones  que  su  antecesora  fue  un  éxito  en  taquillas.  

 Harris  no  pensaba  aventarse  otro  libro  sobre  Lecter  pero   en   2006   Dino   de   LaurenNis,   dueño   de   los   derechos  sobre   el   personaje,   lo   obligó   a   escribir   una   precuela   un  tanto  pobre  Ntulada  Hannibal  Rising  que  aborda  la  infancia  y  adolescencia  del  caníbal  y  que  fue  llevada  con  poco  éxito  al  cine  con  Gaspard  Ulliel  en  el  estelar…    

  Siendo   un   escritor   herméNco   que   nunca   concede  entrevistas,   Thomas   Harris   no   ha   revelado   si   acaso   el  futuro  depara  algo  nuevo  para  su  icónico  personaje.  

Si  te  gustaron  las  películas,  las  novelas  te  van  a  fascinar  - R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Page 11: Revista Letras Raras, enero

i t e r a c i ó n P O É T I C A

JIMM

“Usted debe ser poeta” –  Berthe  Trépat  a  Horacio  Oliveira,  en  Rayuela,  capítulo  23.  

primera parte

Prólogo

Oí hablar de metapoesía: poesía sobre poesía. Aquí no haré poesía sobre poesía, sino poemas sobre poemas (en realidad más sobre cuentos, pero no es eso lo importante; me refiero con poema a la exposición “poética” de algo, ya sea en la narrativa, ya sea en el sueño de algo más). Quizá toda la historia poética es iteración. Quizás el poema original nació, dorado cual manzana, cual cielo, cual estanque central, y de ahí no hubo vuelta atrás. Como gota de sangre en veta de encino fue el inicio de un laberinto. Y dispares surcos se iluminaron a tu paso, todos huyendo de ti, infinitos hombres; espejos unos de otros, perpendiculares y antagónicos, y ondeantes, cuando los únicos espejos eran ojos y ríos. Tal vez —y lo digo cada vez con más fe— sólo hay un gigantesco e inconmensurable poema, cuyos versos son poemas más pequeños, que, de c u a n d o e n c u a n d o , s e a g r u p a n e n constelaciones llamadas mujeres y hombres. Así como Borges en su cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius conjeturó que no había muchos hombres sino sólo uno; así... (etcétera, etcétera, etcétera).

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

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Page 12: Revista Letras Raras, enero

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Llegó el soldado, el hombre, laberinto al laberinto

cenizas a las cenizas alma al viento.   Y el pasado fue futuro y lo ausente presente. Alguien perseguía

y había un destino —seguramente—. Mas lo más bello eran aquellos muros inexistentes de ocre roca

cual calados en rojo desierto, que, angulosos, como antigua piedra hebrea

se cortaban unos a otros, empezaban y terminaban,

y eran vidas que creían ser hombres que creían ser otros hombres —divisándose en las encrucijadas— y tornaban imaginación su creencia para no asustarse

para no encontrarse, de pronto, en la blanca esquina de un cuarto

llorando: sabiendo:  

“que soy el mendigo de una ciudad china del sur, que soy marinero en Rangoon y en bajas playas mi barca encalla descendiendo yo a hacer el amor a las mujeres.”

  Para no encontrarse, unos frente a otros, y saberse el mismo.

Laberinto cuántico-bélico

Inspirado en El jardín de

senderos que se bifurcan,

de Jorge Luis Borges. ¡Bang!

¡Bang!

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Page 13: Revista Letras Raras, enero

13

Y terminó la gran comilona;

la gorda cayó muerta.

Su cadáver yacía en las estepas.

Tan corpulenta era

que la tierra se tornó selva a su rededor.

Miles y miles de ciénagas y deltas,

bahías rivereñas y bóvedas arbóreas.

Antiguos galeones que se perdían ahí dentro

pudriéndose y quebrándose a sol y sombra.

  Tierra abajo,

en un pueblo a varios días de mar y capitales,

los amados se encuentran cual fantasmas de madrugada

en el vestíbulo de la casa de ella.

  Los terribles brocados barrocos de la puerta

representan familia

Y la luz refractándose en su traslúcido cristal central

entra como la muerte resplandeciente

letanía del tedio

amanecer que a todo acalla.

  En casa todos duermen.

Antes del segundo rayo huyen descalzos.

Prometen encontrase en las estepas, caminan hacia la selva.

Corren junto al último par de cabañas de rudimentarios troncos.

¡Viene el alba, viene el alba!

Huyen, pero ya es tarde

la selva lejana los observa.

Penúltimo beso.

Cristalino viento derritiéndose en las mejillas.

Los cabellos de ella son como espigas.

la selva lejana los observa

y no es la única...

aurora: segundo rayo.

Segu

ndo

rayo

Insp

irad

o en

alg

una

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e de

Cie

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árqu

ez.

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

Page 14: Revista Letras Raras, enero

14

Soñé un lugar al que jamás podría llegar. Empinadísimas escaleras de húmedas piedras de río subiendo a las nubes.

Las suelas de mis zapatos resbalaban y toda la tierra se había alzado como después de un letargo infinito. La rana amarilla —llamada Hog— se veía escurridiza.

Él me seguía. Yo temía caer y matarlo.

Después los escalones sostenían terrarios donde minúsculos batracios vivían. Logramos pasar de lado. Yo temía caer y matarlo.

Cada vez la pendiente más agreste, en una parte quedaba pura rampa y luego la escalera se tornaba relieve.

De la rana amarilla: ni un rastro. Llegamos al techo; levanté y deslicé tapancos y rejas,

temía tirar tablas y matarlo. Salí, salí;

y con cada pierna a un lado del hueco temí caer otra vez y matarnos.

Quise ayudarlo. Pero ya estaba despierto. (Me pongo triste al pensar en él, atrapado en mi sueño).

Rana amarilla

Inspirado en un sueño.

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Page 15: Revista Letras Raras, enero

—Mira —dijo al niño—.

El sol ha muerto otra vez ya.

Pasaron cuatro mil días y cuatro mil noches,

y llegaron a las cascadas celestes

—fin del cielo sobre la tierra—.

Las nubes devoradas por la nada.

Un gigantesco agujero sobre el cual todo se arremolinaba

yacía bajo ellos.

Arriba fue abajo, e izquierda derecha:

Aquel lugar sin estrellas.

Más

allá

de

los

dos

hori

zont

es

Saldré al techo

y ahí me acostaré.

Me cobijará el viento transparente

y el manto estelar.

Y como no tengo amigos que se acuesten en los techos

con quien platicar,

me visitarán las quimeras,

espíritus esenciales

y seres etéreos demás.

Me llevarán a la tranquila morada del sueño...

Lejos del sol

todo será crepúsculo anunciado.

Don

de e

l cr

epús

culo

jam

ás lle

ga

Insp

irad

o en

Cel

epha

ïs, d

e How

ard

Phill

ips

Love

craf

t.

Lee la segunda parte de este poemario en nuestro

ejemplar de febrero.�15

Inspirado  en  ALCYONE,  un  cuenGto  mío.  

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

Page 16: Revista Letras Raras, enero

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

16

- Tendedero de haikus -

A design software,

Used by som

e printing houses.

I hate you, Corel.

Fer  Osorio:  haikús  de  diseñador  (gráfico)  

+

3

En  el  u

niverso  de

 Saint  Seiya,  S

irius  de  Can  Mayor  es  un

o  de

 los  caballeros  de

 plata  en

viados  a  Ja

pón  para  vigilar  a  Aioria  de  Leo  y,  si  a

caso  éste  fallaba  en  su  

comeN

do,  elim

inar  a  los  caballeros  de

 bronce.  Aun

que  solamen

te  apareció  en

 un  

capítulo  m

ucho

s  le  recordamos  porqu

e  aqué

l  fue

 justam

ente  el  e

pisodio  do

nde  

Seiya  ves_a  la  arm

adura  do

rada  de  Sagitario

 por  prim

era  vez.    

 En  el  fa

buloso  m

undo

 de  la  astrono

mía  Sirius  es  el  nom

bre  qu

e  dieron

 los  

griegos  a  Alph

a  Canis  Majoris,  la  estrella  m

ás  brillante  de

 la  con

stelación  de

 Can  

Mayor  y  el  cue

rpo  celeste  más  lu

minoso  en

 todo

 el  cielo  nocturno  (excep

tuando

 los  ob

jetos  de

l  sistem

a  solar).  A

 una  distancia  de

 tan  sólo  8.6  años  lu

z,  Sirio  es  

uno  

de  los  

vecino

s  cercanos  de

 nu

estro  

Sol.  

Esta  estrella  jugó  un

 rol  

impo

rtan_sim

o  en

 la  m

ayoría  de  las  c

ivilizacion

es  anN

guas.  

Blah...

Page 17: Revista Letras Raras, enero

17

En   1996   un   cuarteto   de   músicos   finlandeses   sorprendió   al  mundo  al  presentar  su  álbum  debut  Apocalyp?ca  Plays  Metallica  by   Four   Cellos,   el   cual,   como   el   nombre   indica,   consis_a   en  covers   de   esta   banda   californiana   ejecutados   en   cuatro  violonchelos.  Si  bien  no  era   la  primera  vez  que  se  adaptaba   los  éxitos   de   Metallica   a   instrumentos   meramente   clásicos,   el  concepto   de   esta   agrupación   sobresalió   entre   todos   los  esfuerzos  gracias  a  la  precisión  e  intensidad  que  conferían  a  cada  una   de   las   interpretaciones.   Dos   años   más   tarde   Inquisi?on  Symphony,   su   segundo   disco,   lograría   un   éxito   similar   al  presentar   covers   de   Sepultura,   Pantera   y   Faith   No  More,   pero  serían  los  temas  originales  de  sus  producciones  Cult  y  Reflec?ons  los   que   pondrían   en   el   mapa   el   concepto   de   cello-­‐metal  propuesto   por   Eicca   Toppinen,   Paavo   Lötjönen   y   Pertuu  Kivilaakso.   Todo   cambiaría   en   2005   con   la   llegada   de  Apocalyp?ca,  el  primer  álbum  en  incorporar  oficialmente  vocales  a   un   proyecto   que   hasta   entonces   era   instrumental.   Esta  decisión,  aunada  a  un  notorio  cambio  esNlísNco  por  parte  de   la  banda,   causó   gran   controversia   entre   los   fans,   que   soltaron  mentadas  y  miradas  gachas  al  escuchar  piezas  totalmente  ajenas  a  los  discos  anteriores.  Worlds  Collide  en  2007  no  tendría  mejor  aceptación   con   todo   y   la   parNcipación   de   Till   Lindemann  (Rammstein),   Corey   Taylor   (Slipknot)   y   Adam   GonNer   (Three  Days   Grace).   Ahora   ApocalypNca   se   encuentra   en   plena   gira  promocional   de   7th   Symphony,   su   más   reciente   lanzamiento  que,  cabe  decir,  ostenta  un  sonido  sumamente  ordinario  que  ya  nada   Nene   que   ver   con   el  material   que   los   diera   a   conocer.   Si  piensas   comprarlo/descargarlo   y   eres   de   los   fans   de   la   vieja  escuela   no   te   hagas   ilusiones:   te   vas   a   decepcionar   desde   el  primer   sencillo,   “End   of   Me.”   Pesa   decirlo,   pero   este   disco  únicamente   es   recomendable   para   quienes   han   gustado   del  material  que  han  presentado  de  2005  a  la  fecha.  

Y   S U   N U E V O   D I S C O  

Díganm

e que está m

ejor que el anterior...

Pues... Por cierto, se presentan este mes

en el Auditorio Nacional... �

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

Page 18: Revista Letras Raras, enero

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ESTAS 4 BANDAS SE PRESENTAN ESTE 28 DE ENERO EN EL CIRCO VOLADOR!

Elysium  es  el  más  reciente  Ntulo  en  la  discograra  de  esta  icónica  banda  de  power  metal.  Más  de  veinte  años  de  experiencia  se  reúnen  en  las  nueve  pistas,  entre  las  cuales  destacan  los  sencillos  “Darkest  Hours”  e  “Infernal  Maze”  que,  como  ya  es  costumbre  con  Stratovarius,  están  bien  chingones.  Échale  un  ojo…  O  una  oreja…  O  como  se  diga…  

Estos  finlandeses  también  andan  de  estreno  con  su  álbum  The  Beginning  of  Times  que,  al  igual  que  sus  lanzamientos  anteriores,  es  un  disco  conceptual  basado  en  los  mitos  del  Kalevala.  En  general  suena  muy,  muy  parecido  a  su  predecesor,  Skyforger,  pero  es  una  buena  adición  a  la  colección.  Checa  “You  I  Need,”  “Mermaid”  o  “My  Enemy.”  

El  metal  medieval  en  su  máxima  expresión  está  de  regreso  con  el  nuevo  Ntulo  de  In  Extremo,  Sterneneisen  que,  por  si  se  lo  preguntan,  significa  Estrella  de  Hierro.  “Zigeunerskat”  es  el  primer  sencillo  manado  de  esta  producción,  que  viene  recargada  con  todo  el  poder  de  las  gaitas  y  la  guitarras  eléctricas  que  se  han  converNdo  en  el  trademark  de  estos  teutones.  

Desde  Israel  llega  Orphaned  Land,  una  de  las  bandas  de  metal  más  notables  que  ha  arrojado  el  medio  oriente.  Su  música  mezcla  elementos  de  rock  progresivo  con  cantos  gregorianos  y  toques  de  música  tradicional  árabe  y  judía…  En  pocas  palabras,  has  de  cuenta  que  son  Blind  Guardian  fumando  un  narguile.  Su  rola  “Ocean  Land”  es  un  buen  resumen  de  todo  lo  que  comprende  esta  agrupación,  chécala.  

Page 19: Revista Letras Raras, enero

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MÚSICA no tan

CLÁSICA

Este   mes   engalana   nuestras   páginas   don   Nigel   Kennedy,   el   auténNco  chico   malo   del   violín.   Oriundo   de   una   familia   de   músicos,   a   los   17   años   ya  improvisaba  al   lado  de  Stéphane  Grappelli  y  a  sus  55  es  quizá  el  más  extravagante  e  irreverente  de   los  violinistas  clásicos:  entrenado  personalmente  por  Yehudi  Menuhin,  no   sólo   se   ha   atrevido   a   interpretar   a   Vivaldi,   Bach,   Beethoven,   Brahms,   Elgar   y  Tchaikovsky  en  un  violín  amplificado,   sino  que,  para  horror  de   los  conservadores,  ha  incursionado  con  desbordante  maestría  en  géneros  como  bluegrass,  funk,  jazz  y  hasta  rock   (sus   cadenzas   inspiradas   en   los   Doors   y   Jimi   Hendrix   son   buen   ejemplo).   Ha  comparNdo  el  escenario  con  leyendas  de  la  escena  británica  como  The  Who,  Level  42,  Donovan,  Jeff  Beck  y  Robin  Gibb  entre  otros,  además  de  grabar  e  interpretar  klezmer  junto  a   la  banda  polaca  Kroke  (véase  el  disco  East  Meets  East).  Los  años  recientes   le  han  visto  hacer  a  un  lado  sus  raíces  clásicas  para  enfocarse  en  el  Nigel  Kennedy  Quintet  (NKQ),  proyecto  radicado  en  Polonia  donde  colabora  con  talentos  locales  como  Pawel  Dobrowolski  y  Tomasz  Grzegorski.  Dicha  incursión  en  el  jazz  del  oriente  de  Europa  ha  arrojado  los  _tulos  A  Very  Nice  Album  y  SHHH!.  

T E M A S S E L E C T O S

•  Csárdás – Vittorio Monti •  Invaders – Nigel Kennedy Quintet •  Baba O’ Riley – The Who •  As My Guitar Gently Weeps – Beatles •  Ajde Jano – Kroke •  Riverman – NKQ ft. Boy George •  Violin concerto in B minor – Elgar •  Purple Haze – Jimi Hendrix •  Cualquier cosa de Vivaldi o Bach

BÚSCALOS EN

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

Page 20: Revista Letras Raras, enero

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

20

es  internada  en  el  mismo  hospital  tras  prender  fuego  a  una  granja.  Incapaz  de  recordar  lo  ocurrido  pero  con  la  certeza  de  ser  inocente,  su  estadía  la  llevará  a  descubrir  un  ardid  de  venganza  más  allá  de  la  tumba  en  contra  de  las  pacientes  de  la  insNtución  mental.  Este  es  el  argumento  de  The  Ward,  la  más  reciente  cinta  dirigida  por  John  Carpenter  que,  aunque  en  Estados  Unidos  se  estrenó  en  2010,  apenas  llega  a  las  salas  de  nuestro  país.  Si  recuerdas  con  nostalgia  aquellas  franquicias  de  horror  asociadas  con  este  legendario  director,  como  Halloween  o  Scream,  date  une  vuelta  por  tu  cine  favorito  en  estas  semanas.  

THE_WARD En  1966  una  paciente  del  psiquiátrico  de  North  Bend  llamada  Tammy  es  muerta  por  una  fuerza  invisible.  Un  día  después  Kristen  (Amber  Heard)  

Go

ahea

d, m

ake

my

day.

..

Este  m

es  tam

bién

 se  

estren

a  en

 México  J.  Ed

gar,  un

 film

e  biográfico  

sobre  John

 Edgar  Hoo

ver,  el  prim

er  

director  de

l  Fede

ral  Bu

reau

 of  

InvesNgaNo

n  (el  FBI,  p

ues).  D

irigida  

por  el  chico  m

ás  rud

o  de

l  oe

ste,  

Clint  Eastwoo

d,  la

 cinta  profund

iza  

en  la  con

troversia

l  figura  de  Ho

over  

al  frente  de

 la  in

sNtución

 que

 libró  

la  prim

er  cruzada  del  gob

ierno  de

 los  Estado

s  Unido

s  contra  el  crim

en  

orga

nizado

.  El  rol  

estelar  

es  

encarnado  

por  Leon

ardo

 DiCaprio

 qu

ien,  cabe  de

cir,  ha  agarrado  muy  

buen

os  papeles  desde

 que

 dejó  de

 ser  

un  ídolo  

juvenil.  

De  he

cho,  

según  

la  críNca,  el  aspe

cto  

más  

resc

atab

le  de  

J.  Ed

gar  

es  

precisa

men

te  la  interpretación

 de  

su  e

strella,  aunq

ue  n

o  le  p

restes  

mucha  atención  al  m

aquillaje,  p

ues  

este  no  es  ningún  Be

njam

in  Buz

on.  

Ve  a  

verla

 y  

pla_

cano

s  qu

e  te  

pareció.  

Y si quieres ver un filme realmente malo date una vuelta por

The Darkest Hour (La Última Noche de la

Humanidad). LA-MEN-TA-BLE.

¡OMFG  es  míster  Roger  Ebert!  

Page 21: Revista Letras Raras, enero

Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

A W A K E N I N G

Con   el   slogan   de   “La   Venganza   Regresa”   hace   su  arribo   la   cuarta   entrega   de   Underworld,   serie   que  fusiona   vampiros   y   hombres   lobo   con   escenas   de  acción  y  tramas  sólidas  como  el  queso  suizo.  En  esta  ocasión   Kate   Beckinsale   retoma   el   papel   de  Selene,  quien   tras   los  eventos  de  Evolution   (recordemos  que  Rise  of  the  Lycans  fue  precuela)  fue  capturada  por  los  humanos  y  permaneció  en  suspensión  criogénica  por  más  de  una  década.  Al  despertar  se  encuentra  con  un  mundo   donde   los   gobiernos   están   plenamente  conscientes   de   la   existencia   de   estos   seres  sobrenaturales  y  libran  una  cruzada  para  erradicarlas  de  la  faz  de  la  Tierra.  Ahora  ella  y  su  nueva  aliada,  Eve  

(India  Esley),  deberán  luchar  por  la  supervivencia  en  un  mundo  como  nunca  habían  conocido…   Sí,   el   argumento   suena   muy   quesoso   pero,   vamos,   no   todos   los   días  podemos  ver  a  Kate  Beckinsale  paseándose  en  traje  de  cuero  negro  por  una  pantalla  cinematográfica…  

21

Miren, malditos perversos, mejor presten atención, porque se rumora que algunos cines estarán

exhibiendo Soul Kitchen, una comedia alemana escrita y codirigida por Fatih Akin y Adam

Bousdoukos que versa sobre las desventuras de un joven cocinero griego que, sin querer, transforma su restaurante en la mejor pocilga de todo Hamburgo.

Si la encuentran en cartelera métanse a verla; eso sí es cine y no m@&%#@s...

Y si te gusta el cine de arte échale un ojo a otras películas de Fatih Akin como Gegen die

Wand, Im Juli o The Edge of Heaven.

Anna Bederke…

Mmm…

Page 22: Revista Letras Raras, enero

22

Laberinto: JIMM

©Lu

dus. Too

npoo

l.com

¿Qué crees? Edgar Allan Poe olvidó su manuscrito en el centro del laberinto, ¡ayúdalo a encontrarlo!

No se burlen...

- R E V I S T A L E T R A S R A R A S -

Una  regla  no  escrita  de   la  cinematograra  dicta  que  si  una  cinta  extranjera  logra  penetrar  al  mercado  estadounidense  Hollywood  no  tardará  en  realizar  una  adaptación.  Tal  como  sucedió  a  cintas  como  Let  The  Right  One  In  (Suecia,  2008),  Rose  Flower,  Red  Lotus  (Corea,   2003)   y  Ringu   (Japón,   1998),   ahora  es   el   turno  de  Men  Who  Hate  Women,   la   primera  novela  de   la   serie  Millenium   del  escritor  sueco  SNeg  Larsson  que,  cabe  decir,  fue  adaptada  en  su  país  de  origen  en  tres  filmes  in-­‐dis-­‐pen-­‐sa-­‐bles  en  la  colección  de  todo   cinéfilo.   The   Girl   With   the   Dragon   TaVoo   es   dirigida   por  David  Finchner   (el  que  se   llevo  el  Oscar  en  2010  por   la  película  de   Facebook)   y   protagonizada   por   Rooney  Mara   como   Lisbeth  Salander   y   Daniel   Caig   en   el   papel   del   periodista/invesNgador  Mikael  Blomkvist.  Ya  sea  que  estés  familiarizado  con  esta  trilogía  o   no   tengas   idea   de   que   trata,   te   recomendamos   te   des   una  vuelta  para  ver  esta  película  y  que,  de  paso,  asomes  a  las  novelas  originales  o  a  las  cintas  suecas  estelarizadas  por  Noomi  Rapace.  

Música: Trent Reznor y Atticus Ross

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Literatura – Música – Entretenimiento – Todo lo demás

¡Hola, somos los tres Reyes Magos! Este año hay sobredemanda de avioncitos de papel, échanos la

manos haciendo unos con las hojas de esta revista.

Pues yo soy Mateo, el del evangelio, y no me explico de dónde sacaron tanto folclor con los sabios de

oriente: yo nunca dije que fueran ni reyes ni magos, ¡y mucho menos que fueran tres!

23

(aguas  con  este,  niños)  

Figura: Fumiaki Shingu

me  cae  que  ni  el  Boeing  

1 2 3

4 5

6

7

Page 24: Revista Letras Raras, enero

H e r M a j e s t y ’ s -­‐    E    n    t    e    r    t    a    i    n    m    e    t    -­‐  

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Her Majesty’s Entertainment Enero 2012

L E T R A S

RARAS

r e v i s t a

S A D F A C E!E D I T O R I A L

®