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R etomamos nuestras reflexiones acerca de los encuentros con Dios luego de un paréntesis para reflexionar acerca de las sequías del alma. En esta ocasión nos toca analizar los puntos vitales que el Dr. Elmer Towns destaca acerca del encuentro que Abraham tiene con Dios. Esto es, el que aparece descrito en el capítulo 18 del libro de Génesis. Reiteramos que el centro vital de estos análisis ha sido facilitado por el libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998), escrito por el Dr. Elmer Towns. Este libro está disponible libre de costos en la página cibernética de nuestra Iglesia (www.ameccda.org). E n nuestra reflexión más reciente sobre este tema, formulamos que la forma en que Abraham maneja sus crisis revela que él sabía que el Señor siempre nos va a recompensar. Para él, bastaba saber que Dios lo haría en su tiempo (Gn 22:9-18). En adición a esto, podemos afirmar que Abraham sabía que Dios ha prometido recompensar el ejercicio de nuestra fe. En adición a esto, formulamos que es sobre estas bases que Abraham maneja sus promesas. Las promesas que Dios le hizo a este hombre han sido definidas en la Palabra de Dios. Génesis 12:2-3 dice lo siguiente acerca de esto: • Y haré de ti una nación grande, • y te bendeciré, • y engrandeceré tu nombre, • y serás bendición. • Bendeciré a los que te bendijeren, • y a los que te maldijeren maldeciré; • y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. C oncluimos esa reflexión preguntándonos si un hombre así necesita un encuentro como los que se estilan en esta batería de reflexiones. La Biblia dice que sí. En esta reflexión miramos de cerca algunos de los puntos vitales que Towns destaca en su libro. El primer punto es que Dios sale a nuestro encuentro en momentos inesperados. El contexto en el que esta aparición ocurre es descrito en el capítulo 17 de Génesis. Allí se describe una aparición divina en la que Abraham recibe las instrucciones para el pacto que es sellado con la circuncisión. A nuestro Dios le gusta pactar con sus hijos y este capítulo describe lo que Dios demandó para que ese pacto fuese válido. Es poco probable que Abraham estuviese esperando una aparición divina después de esa experiencia. Sin embargo, el “plan de trabajo” celestial tenía programado algo más que otra aparición. Se trataba de una visitación celestial. 12 de julio de 2015 • Volumen X • No. 489

Boletín El Heraldo AMECCDAi 12 de julio 2015

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Tema: Dios sale a nuestro encuentro: El modelo de Abraham Parte III. Mensaje por el Pastor-Rector Mizraím Esquilín García. Fecha del 12 de julio de 2015, Vol. X, No. 489. Boletín Oficial de la Iglesia AMEC Casa de Alabanza, Canóvanas, Puerto Rico. Somos una Iglesia de Presencia. www.ameccda.org

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Retomamos nuestras reflexiones acerca de los encuentros con Dios luego de un paréntesis para reflexionar acerca de las

sequías del alma. En esta ocasión nos toca analizar los puntos vitales que el Dr. Elmer Towns destaca acerca del encuentro que Abraham tiene con Dios. Esto es, el que aparece descrito en el capítulo 18 del libro de Génesis. Reiteramos que el centro vital de estos análisis ha sido facilitado por el libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998), escrito por el Dr. Elmer Towns. Este libro está disponible libre de costos en la página cibernética de nuestra Iglesia (www.ameccda.org).

En nuestra reflexión más reciente sobre este tema, formulamos que la forma en que Abraham maneja sus crisis revela que él sabía que el Señor siempre nos va a recompensar. Para

él, bastaba saber que Dios lo haría en su tiempo (Gn 22:9-18). En adición a esto, podemos afirmar que Abraham sabía que Dios ha prometido recompensar el ejercicio de nuestra fe. En adición a esto, formulamos que es sobre estas bases que Abraham maneja sus promesas. Las promesas que Dios le hizo a este hombre han sido definidas en la Palabra de Dios. Génesis 12:2-3 dice lo siguiente acerca de esto:

• Y haré de ti una nación grande, • y te bendeciré,

• y engrandeceré tu nombre, • y serás bendición.

• Bendeciré a los que te bendijeren, • y a los que te maldijeren maldeciré;

• y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Concluimos esa reflexión preguntándonos si un hombre así necesita un encuentro como los que se estilan en esta batería de reflexiones. La Biblia dice que sí. En esta reflexión

miramos de cerca algunos de los puntos vitales que Towns destaca en su libro. El primer punto es que Dios sale a nuestro encuentro en momentos inesperados. El contexto en el que esta aparición ocurre es descrito en el capítulo 17 de Génesis. Allí se describe una aparición divina en la que Abraham recibe las instrucciones para el pacto que es sellado con la circuncisión. A nuestro Dios le gusta pactar con sus hijos y este capítulo describe lo que Dios demandó para que ese pacto fuese válido. Es poco probable que Abraham estuviese esperando una aparición divina después de esa experiencia. Sin embargo, el “plan de trabajo” celestial tenía programado algo más que otra aparición. Se trataba de una visitación celestial.

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encuentros con Dios sacan a flote nuestros escenarios y áreas de incredulidad. Todos los seres humanos cargamos con estos escenarios y estas áreas. La risa de Sara (Gn 18:12) y su incapacidad para admitir que se había reído al escuchar el recordatorio de la promesa divina (Gn 18:15), sirven para recordarnos nuestra naturaleza.

Hay instantes en la vida de cualquier creyente en los que se desarrolla la tormenta perfecta. Esto es, el

análisis lógico que realizamos de nuestra situación se combina con el desaliento provocado por la espera, el

dolor y el cansancio del camino. En otras ocasiones incluimos los dragones que llevamos por dentro y que no hemos rendido y la desesperación provocada al ver el tiempo consumirse. Es allí que esos escenarios pueden aflorar. La duda nos arropa y la incredulidad nos puede conducir por avenidas en las que podemos cuestionar la misma Palabra de Dios.

La gracia divina ha hecho provisión para esos momentos.

Es allí cuando Dios decide salir a nuestro encuentro para que seamos confrontados con esas áreas en las que hemos almacenado incredulidad. Es allí, en estos encuentros con Dios, que recibimos la oportunidad divina para lidiar con estos enemigos espirituales. No olvidemos lo que dice la Biblia: el que duda es semejante a la onda del mar (Stg 1:6b). Es por esto que sabemos que estos encuentros

con Dios están matizados por gracia y misericordia. Dios sabe que estamos cargados con estos lastres y decide salir a nuestro encuentro y liberarnos de todos esos venenos del alma.

El consejo es entonces no esconder estas realidades y aprovechar estos encuentros con Dios para trabajar

con ellas. Otro punto que comparte Towns es que estos encuentros sellan nuestra amistad con Dios y aquellos que son amigos de Dios tienen acceso a Su corazón. Towns destaca que la Biblia destaca la amistad que Abraham tiene con Dios en varias (II Cró 20:7; Isa 41:8; Stg 2:23). La buena noticia es que Jesucristo nos llamó

Esta enseñanza es esencial para todo creyente. Dios practica salir a nuestro encuentro cuando menos lo

esperamos. Dios salió al encuentro de Abraham en el calor del día. Algunas versiones bíblicas traducen esta expresión como “medio día.” No es usual salir a caminar al mediodía en el medio oriente. La sorpresa de Abraham al ver a estos tres personajes caminando a esa hora solo fue superada por el discernimiento de que se trataba de una visitación de Dios. Sin duda alguna que podemos afirmar que esta visitación es una Cristo-fanía. Esto es, un anticipo de la revelación del Hijo de Dios, quien es el único que nos puede revelar al Padre.

El segundo punto es que los encuentros con Dios siempre traen consigo algún

propósito. En el caso de Abraham, como bien dice Towns, esta visitación procuraba recordarle la promesa hecha por Dios, incluir a Sara en la promesa, hacerle saber el juicio que vendría sobre Sodoma y proveerle a Abram un “taller” para practicar la intercesión.

El Todopoderoso es Dios de propósitos. Esta convicción debe provocar que

todos los creyentes procuremos conocer el propósito que Dios tiene con cada uno de nosotros. Otro punto que Towns destaca es que hay ocasiones en los que los encuentros con Dios pueden desarrollarse y ser pasados por alto. Difiero de la opinión de Towns de que esto le sucedió a Abraham. La acción de Abraham de postrarse a tierra ante los extranjeros me deja saber que Abraham sabía ante quien estaba desde el mismo instante en el que lo vio. Sin embargo, estoy de acuerdo con esta aseveración, porque encontramos estas reacciones en algunos personajes bíblicos. Este es el caso, como dice Towns, de los caminantes de Emaús (Lcs 24:16,31) y el caso de Pedro cuando el Señor lo saca de la cárcel (Hch 12:5-11).

Los creyentes tenemos que estar preparados para discernir la presencia de Dios en cualquier lugar y en

cualquier momento. La ausencia de esta sensibilidad y discernimiento puede causar que perdamos bendiciones

irremplazables. Aun así Dios sigue saliendo a nuestro encuentro. Otro punto que Towns destaca es que los

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Dios abre su corazón ante Abraham para hacerle saber la decisión de destruir a Sodoma. La

reacción de este amigo de Dios fue la de interceder por ese segmento de la creación divina. El mensaje es uno muy claro: Dios nos revela lo que hay en su corazón para provocar nuestra respuesta. En el caso de Abraham, la respuesta correcta era interceder. ¿Cuál es la respuestas que Dios espera de cada uno de aquellos que somos sus amigos?

Towns argumenta que cuando Abraham intercede por Sodoma y Gomorra decide dejar de hacerlo

demasiado pronto. La cita de Lcs 18:1 (“orar siempre sin desmayar”) es muy reveladora cuando es analizada dentro de este contexto. Así mismo la de 1 Tes 5:17 (“orar sin cesar”). Esto es así porque una de las capacidades que posee la oración es la de cambiar el corazón de Dios. Ezequías lo experimentó así en su enfermedad (2 Rey 20:1-11). La oración que levantó provocó que Dios le dijera al profeta que regresara con un mensaje de esperanza. Esta es la posición que esgrime el salmista (Sal 123:2-3).

Sabiendo esto, entones hay que concluir que las oraciones de los amigos de Dios pueden alterar

el curso de la historia de las naciones. O sea, cada encuentro con Dios debe ser aprovechado para afectar positivamente el curso de nuestras familias, de nuestros ministerios, de nuestras Iglesias y de las naciones.

LA POSADA ANUNCIA:

Amados Hermanos, deseamos informarle que la cafetería estará cerrada desde el 12 de julio hasta

el 2 de Agosto de 2015. Tanto Domingo como Lunes.

¡Gracias por su patrocinio que el Señor les Bendiga!

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El 10 de julio celebramos nuestro 50 aniversario de bodas, gracias Dios pues grandes cosas hemos recibido de ti, nuestra fe nos afirma y tu gracia nos ha sostenido,

att: Rosín y Luisín.

Muchas felicidades a Myrna Fuentes por su cumpleaños el 11 de julio, declaramos que los regalos que tu

necesites Dios te lo de envuelto en el papel de paz, el lazo de su amor y con la tarjeta de su bendición.

El 11 de julio celebro otro año más de vida por lo que te doy gracias Señor pues lo puedo disfrutar junto a

todos ustedes y a mi familia, att: Edwin Ramos Jourdan.