4
N uestras reflexiones anteriores nos han permitido adentrarnos en el análisis de algunos de los encuentros con Dios que experimentaron hombres y mujeres que aparecen en la Biblia. Estas reflexiones tratan con el análisis de encuentros que provocan transformaciones, acercamientos medulares con el Señor y provocan visiones ministeriales. Esto es, llamados afinados por Dios. En esta reflexión continuamos con el análisis del encuentro que el profeta Ezequiel tiene con Dios. Este encuentro es descrito en los primeros tres (3) capítulos del libro que tiene su nombre (Eze 1:1-3:27). ¿Quién es este hombre? Ezequiel es sin duda alguna uno de los personajes bíblicos más intrigantes y difíciles de analizar. Su personalidad (recogida a base de los procesos y eventos que se describen en su libro) es en ocasiones muy conflictiva e intensa. Por otra parte, a veces su libro no parece seguir un orden cronológico en particular. Lo que sí sabemos es que el orden literario y teológico que se desprende de la estructura de este libro profético, nos regala un manjar de enseñanzas inigualable. L os únicos datos que tenemos de este hombre revelan que este pertenecía a las familias sacerdotales de Judá y que pertenecía a una clase social muy alta. Ezequiel, que era hijo de Buzi, es llevado cautivo a Babilonia en la segunda deportación desde Jerusalén (cerca del 597 AC); como parte del castigo impuesto por la rebelión del rey Joaquín (Ez 1:2; 2 Rey 24:9-17). El profeta Daniel es llevado cautivo en la primera de estas deportaciones. Lo que esto significa es que Ezequiel es llevado cautivo como parte de los príncipes y de los ricos que son deportados desde Jerusalén. A base de la información que nos brinda su libro, Ezequiel comienza su ministerio cinco (5) años más tarde (593-592 AC). O sea, que Dios llamó a Ezequiel para ser su profeta en medio del cautiverio; en una de las épocas y de las circunstancias más difíciles para recibir un llamado. Estos datos son muy relevantes. Los creyentes creemos que Dios es inmutable, que no cambia. Sabiendo esto, entonces tenemos que aceptar que Dios sigue utilizando los tiempos de crisis para que sirvan de escenarios en los que Él llama al ministerio a hombres y mujeres de todos los sectores de su pueblo. El Dios de Ezequiel, el único Dios, permite que veamos desorden, caos, juicios y complicaciones aleatorias a las malas conductas del pueblo y de sus líderes, para llamar y capacitar hombres y mujeres para que sirvan como ministros del Todopoderoso. P or ser sacerdote, Ezequiel tenía que conocer bien la Ley de Dios y había visto las faltas y los pecados cometidos por el pueblo y las de los guías espirituales que los dirigían. O sea, que el llamado de Ezequiel no se da en la ignorancia. Al mismo tiempo, Ezequiel no es culpable de lo que está sucediendo, pero tiene que sufrir las consecuencias. Finalmente, Ezequiel tiene que servir en un rol dual (sacerdote y profeta) mientras se encuentra en el exilio. Ser profeta en Jerusalén y ser profeta en Babilonia son dos reclamos divinos muy diferentes. En el primero uno posee cierta clase de la seguridad que se desprende de estar en un ambiente conocido, con costumbres y personas conocidas. El segundo no posee ninguna de estas características, amén de ser un ambiente hostil, peligroso e inseguro. Esto es acompañado por la conciencia que se tiene de la tragedia que se está viviendo. Ezequiel desarrolla todo su ministerio en Babilonia. E zequiel, cuyo nombre significa Dios fortalece o va a fortalecer, es un hombre que carga sus propias tragedias. El capítulo 24 nos revela que su esposa murió súbitamente en medio del ministerio profético de este (Eze 24:2, 15- 18). La reflexión anterior nos permitió observar que Dios llamó a este hombre para estar “en medio.” El llamado y el servicio de este profeta ocurren “en medio” del pueblo y de sus situaciones, en medio del imperio que los ha destruido como pueblo y que les ha quitado su libertad, en medio de sus propias penurias como ser humano y de sus sueños hechos pedazos. Ezequiel es llamado en medio del pecado del pueblo, de las tragedias que vive su pueblo y de las imposiciones que dicta uno de los imperios más pecaminosos y abominables de la historia. Es en este ambiente que Dios le dice a Ezequiel que uno de los nombres del Eterno es “Jehová –sama”; el Señor está ahí. Así concluye el libro de este profeta (Ez 48:35). E l Dr. Cooper destaca que Ezequiel descubre que la vida solo tiene sentido y alcanza su propósito cuando se desarrolla una relación personal e intensa con Dios. Ezequiel descubre que Dios se revela en medio de nuestros cautiverios y que su revelación define que Dios está en el medio de los círculos concéntricos de la historia y de la creación. La misericordia de Dios le lleva a estar presente en medio de las naciones pecaminosas que hay en el planeta, naciones que se han vuelto en contra de Dios. Es allí que Dios será juez de todas ellas (Eze 25:1- 30 de agosto de 2015 • Volumen X • No. 496

Boletín El Heraldo AMECDAi 30 de agosto 2015

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Tema: Dios sale a nuestro encuentro: El modelo de Ezequiel Parte II. Mensaje por el Pastor/Rector Mizraím Esquilín García, PhD. Fecha: 30 de Agosto de 2015, Vol. X, Número 496. Boletín oficial de la Iglesia AMEC Casa de Alabanza. Búscanos en www.ameccda.org.

Citation preview

  • Nuestras reflexiones anteriores nos han permitido adentrarnos en el anlisis de algunos de los encuentros con Dios que experimentaron hombres y mujeres que aparecen en la Biblia. Estas reflexiones tratan con el anlisis de encuentros que provocan transformaciones, acercamientos medulares con el Seor y provocan visiones ministeriales. Esto es, llamados afinados por Dios. En esta reflexin continuamos con el anlisis del encuentro que el profeta Ezequiel tiene con Dios. Este encuentro es descrito en los primeros tres (3) captulos del libro que tiene su nombre (Eze 1:1-3:27). Quin es este hombre? Ezequiel es sin duda alguna uno de los personajes bblicos ms intrigantes y difciles de analizar. Su personalidad (recogida a base de los procesos y eventos que se describen en su libro) es en ocasiones muy conflictiva e intensa. Por otra parte, a veces su libro no parece seguir un orden cronolgico en particular. Lo que s sabemos es que el orden literario y teolgico que se desprende de la estructura de este libro proftico, nos regala un manjar de enseanzas inigualable.

    Los nicos datos que tenemos de este hombre revelan que este perteneca a las familias sacerdotales de Jud y que perteneca a una clase social muy alta. Ezequiel, que era hijo de Buzi, es llevado cautivo a Babilonia en la segunda deportacin desde Jerusaln (cerca del 597 AC); como parte del castigo impuesto por la rebelin del rey Joaqun (Ez 1:2; 2 Rey 24:9-17). El profeta Daniel es llevado cautivo en la primera de estas deportaciones. Lo que esto significa es que Ezequiel es llevado cautivo como parte de los prncipes y de los ricos que son deportados desde Jerusaln. A base de la informacin que nos brinda su libro, Ezequiel comienza su ministerio cinco (5) aos ms tarde (593-592 AC). O sea, que Dios llam a Ezequiel para ser su profeta en medio del cautiverio; en una de las pocas y de las circunstancias ms difciles para recibir un llamado. Estos datos son muy relevantes. Los creyentes creemos que Dios es inmutable, que no cambia. Sabiendo esto, entonces tenemos que aceptar que Dios sigue utilizando los tiempos de crisis para que sirvan de escenarios en los que l llama al ministerio a hombres y mujeres de todos los sectores de su pueblo. El Dios de Ezequiel, el nico Dios, permite que veamos desorden, caos, juicios y complicaciones aleatorias a las malas conductas del pueblo y de sus lderes, para llamar y capacitar hombres y mujeres para que sirvan como ministros del Todopoderoso.

    Por ser sacerdote, Ezequiel tena que conocer bien la Ley de Dios y haba visto las faltas y los pecados cometidos por el pueblo y las de los guas espirituales que los dirigan. O sea, que el llamado de Ezequiel no se da en la ignorancia. Al mismo tiempo, Ezequiel no es culpable de lo que est sucediendo, pero tiene que sufrir las consecuencias. Finalmente, Ezequiel tiene que servir en un rol dual (sacerdote y profeta) mientras se encuentra en el exilio. Ser profeta en Jerusaln y ser profeta en Babilonia son dos reclamos divinos muy diferentes. En el primero uno posee cierta clase de la seguridad que se desprende de estar en un ambiente conocido, con costumbres y personas conocidas. El segundo no posee ninguna de estas caractersticas, amn de ser un ambiente hostil, peligroso e inseguro. Esto es acompaado por la conciencia que se tiene de la tragedia que se est viviendo. Ezequiel desarrolla todo su ministerio en Babilonia.

    Ezequiel, cuyo nombre significa Dios fortalece o va a fortalecer, es un hombre que carga sus propias tragedias. El captulo 24 nos revela que su esposa muri sbitamente en medio del ministerio proftico de este (Eze 24:2, 15-18). La reflexin anterior nos permiti observar que Dios llam a este hombre para estar en medio. El llamado y el servicio de este profeta ocurren en medio del pueblo y de sus situaciones, en medio del imperio que los ha destruido como pueblo y que les ha quitado su libertad, en medio de sus propias penurias como ser humano y de sus sueos hechos pedazos. Ezequiel es llamado en medio del pecado del pueblo, de las tragedias que vive su pueblo y de las imposiciones que dicta uno de los imperios ms pecaminosos y abominables de la historia. Es en este ambiente que Dios le dice a Ezequiel que uno de los nombres del Eterno es Jehov sama; el Seor est ah. As concluye el libro de este profeta (Ez 48:35).

    El Dr. Cooper destaca que Ezequiel descubre que la vida solo tiene sentido y alcanza su propsito cuando se desarrolla una relacin personal e intensa con Dios. Ezequiel descubre que Dios se revela en medio de nuestros cautiverios y que su revelacin define que Dios est en el medio de los crculos concntricos de la historia y de la creacin. La misericordia de Dios le lleva a estar presente en medio de las naciones pecaminosas que hay en el planeta, naciones que se han vuelto en contra de Dios. Es all que Dios ser juez de todas ellas (Eze 25:1-

    30 de agosto de 2015 Volumen X No. 496

  • Porter aade que aunque parezca mentira, es posible que al pueblo de Dios de este tiempo tambin se le olvide su grandeza. Si nos olvidamos de l, podemos alejarnos y a veces, aun llegar a despreciarle. Podramos caer en la misma trampa. Un creyente verdadero puede sentirse muy contento cuando llega al culto del domingo con otros que creen en el mismo Dios. Sin embargo, al salir del templo, su vida no manifiesta ningn cambio. Vive como si Dios no existiera. Tal cristiano no se da cuenta de que el conocimiento verdadero de Dios puede cambiar su vida. El libro de Ezequiel fue escrito para advertirnos de este peligro. Nos llama a contemplar las implicaciones de la gloria de Dios para nuestra vida.

    El juicio inevitable. El pueblo de Jud quiso creer que la amenaza Babilnica que comenzaron a sufrir en el 605AC era solo una intervencin temporal y un problema que se desaparecera as como haba llegado. Ezequiel le llama la atencin y condena a los falsos

    profetas que postularon esa posicin (Eze 13:1-14:23). Esa clase de mensaje no urga al pueblo arrepentirse de sus pecados. Los juicios de Dios no se hicieron esperar. El pueblo tuvo que aceptar que las malas conductas acarrean resultados nefastos que tenemos que sufrir.

    El mensaje de Ezequiel incluye que los juicios y la disciplina que Dios trae sobre los pueblos son sufridas por los pueblos en su totalidad (Eze 6:8-10; 34:17-22; 36:21). Hay sequas para justos e injustos. Hay moscas sobre justos e injustos. Hay presiones econmicas y precariedad sobre justos e injustos. Se devalan las propiedades de justos e injustos.

    La responsabilidad individual. Este profeta lleva su mensaje al plano individual (Ez 18:1). Aquellos que se manifestaban diciendo que era injusto de parte de Dios tener que sufrir los resultados de las malas acciones de las generaciones anteriores, tenan que examinarse, descubrir y aceptar sus contribuciones para el desarrollo del caos existente (Eze 18:4; 33:8-20). Esto es, no hay inocentes en estos procesos. Todos nos hemos desviado de la gracia divina. En adicin a esto, que estas disconductas traen consigo consecuencias sobre las prximas generaciones (Ex 34:6-7).

    Esperanza de restauracin. Ezequiel no se limita a profetizar juicio y responsabilidades colectivas e individuales. Dios lo llama a revelar un mensaje de esperanza restauradora (Eze 33 a Eze 48). En su profeca hay mensajes que revelan que el pueblo de Dios va a regresar de su cautiverio (Eze 36:1-5) y que al hacerlo estarn gozando de una renovacin espiritual (Eze 36:16-38), de la reunificacin de ellos como nacin (Eze 37:1-28), de la reconstruccin del templo, de la restauracin del sacrificio (Eze 43:1-46:24), de la recuperacin de sus tierras (Eze 47:13-48:29) y de la aparicin de una Nueva Jerusaln y un templo celestial (Eze 48). Dios restaura! Esta es la esperanza de cada creyente, que nuestro Dios nunca ha abandonado la agenda de la restauracin. Esta restauracin est fundamentada en los requisitos de un nuevo pacto entre Dios y su pueblo (Eze 36:24-28). Este tema, que es uno familiar y que se repite en los libros profticos, alcanza su mxima expresin con el nuevo pacto que se establece en la Cruz del Calvario. El juicio y la cada son impostergables. La misericordia y la restauracin son inevitables; nos devuelven al Edn (Eze 36:35).

    32:32). La misericordia de Dios lo lleva a estar en medio de su pueblo, aun cuando este ha pecado y ha hecho lo malo ante los ojos del Altsimo. Es por esto que el mensaje de Ezequiel trasciende la teologa escatolgica; la teologa que habla acerca del tiempo el fin. El mensaje de este profeta es eterno. Es un mensaje que indica que Dios se va a glorificar en medio del cautiverio. Es un mensaje que dice que Dios va a usar el juicio, la disciplina y la restauracin para que su pueblo vuelva a reverenciarlo, a magnificarlo y a servirle. Ezequiel es llamado a ensear a cerca de la grandeza de Dios hasta que todos sepan quien es Jehov; y sabrn que yo soy Jehov (Ez 5:13; 6:10; 7:27; 12:15-16; 17:24; 24:27; 25:11,15; 26:6; 28:22,23, 24,26; 29:6, 9, 16, 21; 30:8, 19, 25, 26; 32:15; 33:29, 33; 34:27, 30; 35:15; 36:23, 36, 38; 37:28; 38:23; 39:6,7,23, 28).

    Sin duda alguna que juicio, disciplina y restauracin siguen siendo herramientas que Dios usa para revelar su grandeza y su amor. Hemos dicho en reflexiones anteriores que aunque el libro de Ezequiel no sigue necesariamente un orden cronolgico, es muy cierto que el libro contiene seis (6) temas teolgicos de mayor relevancia y cuatro (4) temas espirituales que procuran homogenizar el mensaje del profeta. Los temas teolgicos centrales de este libro son los siguientes: La santidad y la trascendencia de Dios El libro abre sus pginas con el encuentro que es objeto de estas reflexiones. Ese encuentro, que se convierte en el llamado del profeta, es uno con las descripciones de las visiones de la majestad y la trascendencia de Dios. Es importante destacar que la cada de Jerusaln y el cautiverio del pueblo de Dios levant, sin duda alguna, una pregunta teolgica comn a estas experiencias: Dnde est Dios en todas estas crisis? El profeta lo ve en un trono y en sus ruedas celestiales, rodeado de seres celestiales y de una gran majestad.

    Ezequiel formula que Dios sigue siendo el Dios Creador, sustentador de la creacin, Santo, trascendente, sensible e indignado y sacudido por el pecado de la humanidad. Muchos de los rabinos formulan que la designacin de Ezequiel como atalaya de Dios es sin duda alguna una evidencia de la Justicia divina. La justicia divina (Ez (7:18; 15:7; 24:24), su misericordia (37:10), su preocupacin por las naciones extranjeras (25:132:32) y su celo (8:3; 23:25), son solo algunos de los temas que subrayan lo antes dicho. Las circunstancias actuales no han cambiado la revelacin de Dios. Nuestro Seor se revela en nuestros tiempos como el nico, Santo y Trascendente Creador de los cielos y la tierra.

    El pecado de la humanidad. Este tema es contrastado con el tema anterior. El profeta desarrolla la discusin de este tema utilizando muchos recursos literario. Entre ellos hay hasta parbolas. Un ejemplo de esto lo encontramos en el captulo 16. All encontramos la historia de la infante que fue abandonada, rescatada de la muerte y cuidada (se le dio vida) por un cuidador hasta que ella llegara a la edad de poder ser dada en casamiento. Llegando a esa edad, la doncella lavada, adornada, y ataviada, decidi prostituirse a causa de su renombre y confiada en su hermosura. Esta parbola describa a Israel y a Jud. Rafael Porter se pregunta cmo es posible que sucediera algo as. l se formula estas preguntas en su libro Estudios Bblicos ELA: Y sabrn quien soy yo (Ezequiel). Porter se pregunta cmo pudo suceder algo as dentro del pueblo escogido, que deca pertenecer al Dios vivo? Cmo era posible que se pervirtieran tanto como para recibir un juicio tan singular? La respuesta la encontramos viendo que los lderes religiosos de Jud introdujeron en el templo de Jehov a otros dioses paganos. A ellos se les haba olvidado la grandeza y gloria del Seor a quien decan servir. A ellos se les haba olvidado precisamente eso: darle

    gloria al Dios de Jacob.

  • El propsito redentor de Dios. El mensaje que Dios le da a este profeta sigue un norte fijo. Ezequiel est convencido de que las acciones de Dios en la historia poseen un propsito primordial; la revelacin del conocimiento de su gloria y grandeza a todas las naciones y con esto, la revelacin de su amor redentor. Las acciones de Dios siempre estn motivadas por su deseo de redencin. Muchos exgetas han concluido que Dios no es un Dios caprichoso que produce juicios para causar dolor. Cada proceso de disciplina divina trae consigo la agenda de la redencin (Eze 18:21-32; 33:11-20).

    Es importante destacar que esta aseveracin excluye el juicio final (Apoc 20:1-15). En ese da, cada uno recibir segn su conducta aqu en la tierra. Solo los lavados con la sangre de Cristo han sido excludos de ese tribunal. Nuestra prxima reflexin nos brindar la oportunidad de continuar con este anlisis. En ella analizaremos el llamado que tiene este profeta a travs de un encuentro con Dios. ReferenciasCooper, L. E. (1994). Ezekiel 17. Nashville: Broadman & Holman Publishers.Porter, R. (1986). Estudios Bblicos ELA: Y sabrn quin soy Yo. Ezequiel 511. Puebla, Mxico: Ediciones Las Amricas, A. C.

  • A mi gran amigo y hermano Luisin Santiago por su cumpleaos el 25 de agosto, gracias por ser una bendicin en mi vida Att. Rafa.

    A la Hna. Camily Esquiln por su cumpleaos el

    5 de septiembre de 2015. Eres muy especial, y en tu cumpleaos elevo una oracin pidindole al Seor que te conceda, hoy y

    siempre muchos motivos hermosos para sonrer. Dios te bendiga! De parte de todos en Casa. :) :) Nicy