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E n nuestra reflexión anterior comenzamos a analizar el modelo del poder sobre el profeta Elías (1 Rey 17- 2 Rey 2). La saga de este profeta nos está sirviendo como modelo para entender mejor la necesidad que tenemos de que Dios permita la inserción de experiencias de vida “complicadas” entre los testimonios que vivimos con su poder. No olvidemos que esta serie de reflexiones gira alrededor de una de las aseveraciones que hace el Apóstol Pedro en 1 Pedro 1:1-9: “…sois guardados por el poder de Dios” (vs 5). Tampoco olvidemos que continuamos formulando respuestas a las siguientes preguntas: ¿Qué es el poder de Dios? ¿Qué dice la Biblia acerca de esto? ¿Qué avenidas y/o personas usa Dios para manifestar su poder? ¿Cómo nos guarda el poder de Dios? En la reflexión anterior comenzamos a analizar la expresión que encontramos en el Salmo 84:7; “irán de poder en poder; verán a Dios en Sión.” Luego de un análisis sencillo de la estructura y la teología de este Salmo, vimos que el escritor de este Salmo enumera cinco (5) manifestaciones del Todopoderoso que se derraman sobre los adoradores que él describe: 1. Dios es sol para ellos (vs 11). 2. Dios es escudo. 3. Dios nos da gracia (“khen,” H2580), bondad, favor, belleza. 4. Dios nos da gloria. 5. Dios no quitará su bien de aquellos que andan en integridad. S eñalamos en esa reflexión que aquellos que leen estas expresiones, podrían desarrollar la impresión de que esos adoradores nunca enfrentarán problemas que no puedan resolver. Esa impresión o conclusión está equivocada. El análisis de este salmo nos llevó a considerar la etimología del vocablo hebreo (khahyil, H2428), que se usa en el verso 5 y es el concepto que allí se traduce como “poder.” Este análisis nos permitió ver la raíz de ese concepto es una raíz primitiva hebrea (“khool” ó “kheel”, H2342). Vimos también que esta raíz muy bien puede ser traducida de las siguientes maneras: girar, dar vueltas como en un remolino, danzar, esperar, caer al suelo con angustia, retorcerse de dolor (dolor de parto), pasar trabajo (“travail”) y/o salir herido. Fue entonces que decidimos presentar la saga del profeta Elías para poder entender mejor la necesidad que tenemos de esas experiencias de crisis que Dios permite entre muchos de los testimonios que vivimos con su poder. Y a vimos que la vida de este profeta le coloca ante el lector bíblico como un hombre carismático con capacidades extraordinarias para desatar milagros. Sin embargo, vimos que esas experiencias carismáticas no fueron capaces de lidiar con unas fisuras en el carácter de este profeta. Dijimos allí que se trata de fisuras que muchas veces queremos dejar fuera del campo de acción del poder de Dios. En el caso de Elías, descubrimos estas fisuras en un discurso pequeño y constante en el que alega que está solo (1 Rey 18:22; 19:10; 19:14), cuando eso no es correcto (1 Rey 19:18). Lo vimos también 26 de abril de 2015 • Volumen X • No. 478

Boletín El Heraldo AMECCDAi del 26 abril 2015

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Tema: Somos Guardados por El Poder de Dios Parte II. Mensaje por Pastor/Rector Mizraím Esquilín García. Vol. X. No. 478 del 26 de Abril de 2015. Iglesia AMEC Casa de Alabanza, Canóvanas, Puerto Rico.

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En nuestra reflexión anterior comenzamos a analizar el modelo del poder sobre el profeta Elías (1 Rey 17- 2 Rey 2). La saga de este profeta nos está

sirviendo como modelo para entender mejor la necesidad que tenemos de que Dios permita la inserción de experiencias de vida “complicadas” entre los testimonios que vivimos con su poder. No olvidemos que esta serie de reflexiones gira alrededor de una de las aseveraciones que hace el Apóstol Pedro en 1 Pedro 1:1-9: “…sois guardados por el poder de Dios” (vs 5). Tampoco olvidemos que continuamos formulando respuestas a las siguientes preguntas: ¿Qué es el poder de Dios? ¿Qué dice la Biblia acerca de esto? ¿Qué avenidas y/o personas usa Dios para manifestar su poder? ¿Cómo nos guarda el poder de Dios? En la reflexión anterior comenzamos a analizar la expresión que encontramos en el Salmo 84:7; “irán de poder en poder; verán a Dios en Sión.” Luego de un análisis sencillo de la estructura y la teología de este Salmo, vimos que el escritor de este Salmo enumera cinco (5) manifestaciones del Todopoderoso que se derraman sobre los adoradores que él describe:

1. Dios es sol para ellos (vs 11). 2. Dios es escudo. 3. Dios nos da gracia (“khen,” H2580), bondad, favor, belleza. 4. Dios nos da gloria. 5. Dios no quitará su bien de aquellos que andan en integridad.

Señalamos en esa reflexión que aquellos que leen estas expresiones, podrían desarrollar la impresión de que esos adoradores nunca enfrentarán problemas que no puedan resolver. Esa impresión o conclusión

está equivocada. El análisis de este salmo nos llevó a considerar la etimología del vocablo hebreo (khahyil, H2428), que se usa en el verso 5 y es el concepto que allí se traduce como “poder.” Este análisis nos permitió ver la raíz de ese concepto es una raíz primitiva hebrea (“khool” ó “kheel”, H2342). Vimos también que esta raíz muy bien puede ser traducida de las siguientes maneras: girar, dar vueltas como en un remolino, danzar, esperar, caer al suelo con angustia, retorcerse de dolor (dolor de parto), pasar trabajo (“travail”) y/o salir herido. Fue entonces que decidimos presentar la saga del profeta Elías para poder entender mejor la necesidad que tenemos de esas experiencias de crisis que Dios permite entre muchos de los testimonios que vivimos con su poder.

Ya vimos que la vida de este profeta le coloca ante el lector bíblico como un hombre carismático con capacidades extraordinarias para desatar milagros. Sin embargo, vimos que esas experiencias

carismáticas no fueron capaces de lidiar con unas fisuras en el carácter de este profeta. Dijimos allí que se trata de fisuras que muchas veces queremos dejar fuera del campo de acción del poder de Dios. En el caso de Elías, descubrimos estas fisuras en un discurso pequeño y constante en el que alega que está solo (1 Rey 18:22; 19:10; 19:14), cuando eso no es correcto (1 Rey 19:18). Lo vimos también

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en la propensión a desarrollar actividades en el nombre de Dios; actividades que Dios nunca le envió a realizar (la muerte de los profetas de Baal y de Asera: Dios nunca les dijo que los matara).

El profeta es confrontado con su fragilidad y esa experiencia le lleva a una catarsis (1 Rey 19:4). La condición anímica en la que queda no le permite hacer buen uso de la comida preparada por un “mayordomo celestial” (vs 5-7) y decide

meterse en una cueva en el “monte de Dios” (vs 8). Esta es una descripción impresionante de la inclinación de algunas personas a procurar llegar a la Presencia de Dios para esconderse de sí mismos y de sus fisuras. Lo que el profeta no sabe es que ese período será usado por Dios para llevarlo a otro testimonio (“khahyil”). Para que esto suceda, el profeta tendrá que sufrir dolores de parto y permitir que Dios trabaje con las fisuras de su carácter. Dios se le acerca a su siervo (Dios siempre lo hace), le invita a salir de esa cueva (vs 11) y el profeta no obedece. Aun cuando el profeta reconoce que es Dios el que le está hablando. Esta es una evidencia del nivel de dolor y terror que este vive. Elías va a necesitar ser confrontado con su fragilidad otra vez, pero ya no desde la perspectiva de su catarsis. Dios lo hará manifestando experiencias en las que Él acostumbra revelar su poder; viento, fuego y terremoto (vs 11-12). La Biblia dice que Jehová pasaba (“abar,” H5674), se mueve entre ellos, pero el profeta no ve a Dios en esto. Elías había visto el poder de Dios en algunas manifestaciones de esta naturaleza. Esto es, en el viento (1 Rey 18:45) y en el fuego (1 Rey 18:36-38). Ahora no lo puede identificar.

No lo puede hacer porque ha sido desnudado de su ropaje de autoridad y confrontado con su realidad. Para este profeta, el poder de Dios era algo que operaba en los demás. Dios

quiere que Elías aprenda que el poder de Dios no es algo sino la manifestación de Alguien que quiere operar desde el corazón de sus siervos.

Elías solo puede “volver en sí” como el hijo pródigo (Lcs 15:17), cuando escucha el silencio de Dios (“demâmâh,” H1827). En otras palabras, es confrontado con lo que un verdadero

salmista puertorriqueño (Richie Rivera) ha llamado el “flat line” que permite Dios. La Biblia dice que Elías oyó ese silencio (vs 13); lo oyó y lo obedeció. Es aquí que el profeta es confrontado por tercera vez. La manifestación final de Dios no tiene que ver con los escenarios de poder a los que él estaba acostumbrado. La conducta de Elías ante esas manifestaciones revelaba arrogancia y sarcasmo. Ante el “silbo apacible y delicado” Elías tiene que cubrirse el rostro. El instrumento que Elías usa para hacer esto no es otro que su manto. Este es el símbolo de su poder (2 Rey 2:8), de su ministerio y de su llamado. Este es el mismo manto que es identificado como unción y ministerio en la experiencia de consagración de Eliseo (2 Rey 2:3-15). En otras palabras, Elías reacciona admitiendo que se había estado escondiendo detrás de su ministerio, de su llamado y del poder de Dios. Es así que sale de la cueva; escondiéndose (1 Rey 19:14).

Esta es prácticamente la misma experiencia que la Biblia nos sirve en la saga de Jacob. Este patriarca se esconde de sí mismo y de los demás, la primera vez que es confrontado con su realidad; “¿eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy” (Gn

27:24). Su respuesta cambia cuando es confrontado con la manifestación del Dios de los cielos que revela nuestra fragilidad (Gn 32:22). Esta admisión no se produce sin que antes haya una batalla (Gn 32: 26-28). Elías insiste en sus excusas ante el reclamo de Dios (1 Rey 19:14). Sin embargo, este es el momento en que Dios decide someter a su siervo a un ejercicio de parto. La orden de Dios es camina (ve). La orden de Dios es “vuélvete,” da un giro de 180 grados y regresa al lugar de donde escapaste. La orden de Dios es “llegarás,” que entre otras cosas, también se puede traducir como aplicarás, sitiarás y establecerás. O sea, que las instrucciones iniciales de Dios son para decirle al profeta que regrese al lugar que teme y que le haga frente. Es interesante que Elías no le pregunta a Dios acerca de Jezabel. O sea, que aquello que le producía temor ya no lo hace. La instrucción de Dios posee cuatro (4) escenarios adicionales que son poderosos símbolos proféticos para Elías. El primero es ungir a una persona gentil, para que sea rey de Siria. El nombre de este varón era Hazael (H2371), que significa “lo que Dios ha visto.” Elías parece haber entendido que una de las decisiones más importantes en la vida de cualquier creyente es aprender a caminar viendo lo que Dios ha visto.

El segundo escenario que Elías recibe de Dios es ungir a un hombre para ser el rey de Israel. El nombre de este hombre era Jehú (H3058), que significa “Jehová es Él.” Este escenario le dice al profeta dos (2) cosas importantes. La primera de ellas es

que los creyentes no pueden vivir ni caminar alrededor de lo que Dios hace. Caminamos sobre lo que Dios es. Él es la piedra que desecharon los edificadores (Sal 118:22), el Anciano de días (Dn 7:9,13,22), el Admirable Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno y Príncipe de paz (Isa 9:6). La segunda de ellas, que Dios ya ha conseguido un sustituto para Acab, el rey

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de Israel. Jehová es Él.

El tercer escenario que Elías recibe de Dios es el de ungir a su remplazo; Eliseo (H477). Este nombre es una contracción del

concepto “elîyshûa,”(H474) que significa Dios de las súplicas, Dios de las riquezas, Dios de la libertad o Dios que responde. En otras palabras, Elías no tiene por qué temer, cuando conoce que nuestro Dios es un Dios que siempre está presto para estar a nuestro lado y responder a nuestro clamor (Jer 33:3). Esto incluye hacernos libres de todas las ataduras y cadenas internas que podamos cargar y sufrir.

El cuarto escenario surge de la genealogía de la que desciende Eliseo; Abel-mehola (H65), nombre que significa “pradera de la

danza.” En otras palabras, que a Eliseo le iría mucho mejor por haber descendido de una familia que parecía no abrir muchos espacios para las aflicciones, porque sabía que Dios cambia nuestro lamento en baile (Sal 30:11). Dios tenía que asegurarse de que su siervo estuviese sano y libre. La penúltima vez que hemos sabido de Elías, lo encontramos escoltando a Jesús en la Transfiguración (Mt 17:1-3; Mc 9:2-4). Este profeta debía estar completamente sano para estar allí. Elías fue liberado del temor mediante un “khool” ó “kheel” (H2342) permitido y producido por Dios. Esto es así porque la última vez que Elías aparecerá no tendrá temor ni del mismo Anticristo.

Me faltan palabrasMe faltan palabrasMe faltan palabrasMe faltan palabrasMe faltan palabras

Para agradecer. Al Dios de los cielosY a esta iglesia amada

Por amarme tantoAunque se que nuncaAunque se que nunca

Lo he de merecer.

En gratitud, Anselmina Gautier

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Muchas felicidades a mi amada esposa Evelyn Quiñónez en nuestro 40 aniversario de bodas el domingo 26 de abril. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los

ríos, porque te he puesto como un sello sobre mi corazón”. Tu amado esposo Frankie.

Felicitaciones a mi amada esposa Martha Daniela en su cumpleaños. Que por siempre sobreabunde la gracia de Dios

sobre ti. Tu esposo que te ama Miguel A. Martínez.

Felicitamos a MariSilvia Vargas y al Hno. José Luís de León en sus cumpleaños el 30 de abril. Muchas bendiciones y que

gracia de Dios sobreabunde sus vidas.