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Nuestra reflexión anterior nos permitió iniciar el análisis de las características específicas del llamado que el apóstol Pablo recibió

de parte del Señor. Hay mucho material para analizar en los tres (3) recuentos que se hacen en la Biblia acerca del encuentro que Saulo tuvo con el Señor (Hch 9:1:19; 22:4-16; 26:12-18). En la reflexión anterior trabajamos con su llamado a ser ministro y testigo de las cosas que vio y de las otras en las que Dios se le aparecería en el futuro (Hch 26:16). En esta reflexión resumimos esa discusión y aprovechamos la misma para insertar un axioma bíblico - teológico fundamental. El llamado que Dios le hace a Saulo de Tarso le convierte en discípulo de Cristo. Nadie mejor que el mismo apóstol Pablo para definir el significado y alcance que tiene este concepto.

Adelanto que esta discusión es vital dado el contexto en el que la compartimos. Hay que aceptar que la generación cristiana actual no posee una cultura de discipulado y mucho menos han sido

adiestradas para enfrentar las crisis de este tiempo. Los cristianos de hoy pueden llenar una conferencia acerca de profetismo y de mejoramiento, pero brillan por su ausencia en los que se desarrollan talleres para enriquecer la formación y el desarrollo de un discípulo del Señor. Este desfase provoca que muchas de las tragedias sin resolver de cada creyente salgan a la luz ante cualquier señal de caos en el ambiente. Nadie que haya resistido convertirse en discípulo puede creer que está capacitado para lidiar con los resultados de tragedias emocionales, relacionales y espirituales.

Por otro lado, esta es la generación Cristiana con mayor exposición a procesos que enferman. No son pocos los “nuevos héroes” de los sistemas religiosos de comunicación masiva que apelan al uso de

técnicas tales como “Milieu control”, vocabulario sugestivo, requerir sumisión acrítica (sin posibilidad de cuestionar), que son líderes inaccesibles. Los que caen en estas trampas son personas lavadas por la sangre de Cristo cuya identidad no se las ha dado Cristo. No son discípulos; no saben quiénes son o qué son. Algunos se sienten cómodos como “gusanos del pastor,” “proveedores del reino,” “escuderos, etc.” Los resultados de todo esto son nefastos. Esto nos obliga a reafirmar la necesidad de desarrollar y mantener una cultura de discipulado en cada congregación Cristiana.

En febrero 14 del 2010 compartimos una reflexión escrita en la que subrayamos el significado y el contenido de esa cultura. A continuación, reproducimos algunas de los párrafos de este escrito que

compartimos con la Iglesia:

“Una Iglesia que prepara el camino necesita ser una Iglesia con el carácter de Aquél a quien le preparamos este. Juan el Bautista fue llamado a prepararlo para que él se manifestara como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La Iglesia ha sido llamada a prepararlo para su regreso como Rey de reyes y Señor de señores. Para esto hace falta desarrollar el carácter.”

Esta expresión nos coloca de frente a la necesidad de apurar el paso en esa búsqueda del desarrollo del carácter de Cristo. Desde este punto de vista el carácter puede ser visto como una de las

22 de noviembre de 2015 • Volumen X • No. 509

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-Saber tener (una decisión que depende de la capacidad para oír a Dios ; Lcs 8:18)-Espíritu enseñable (necesidad de reconocer que no sabemos y que necesitamos un maestro)-Saber padecer (la perfección, afirmación y fortaleza depende de esto; 1 Ped 5:10)-Estar en Cristo (solo así lo podemos todo porque él nos fortalece)

De esta manera, el Apóstol Pablo, quien estaba preso cuando escribió esta carta, nos deja saber aquí cuales son algunos

de los resultados que él obtuvo del desarrollo del carácter de Cristo en su vida. ¿No le parece que estos resultados son suficiente evidencia para convencernos de permitir al Espíritu Santo desarrollarlo en nosotros? La invitación del Señor a través de su Santa Palabra es precisamente esa.” Permítame ampliar ese análisis. El Apóstol Pablo que escribe esas frases es uno mucho más maduro que el que le escribió la Iglesia en

herramientas más importantes para cumplir con esta tarea. ¡Qué bueno es saber que el Espíritu Santo de Dios está a

cargo de esa tarea! Él nunca se cansa de insistir en nosotros para desarrollar el carácter de Cristo.

Ahora bien, creo que esta expresión nos obliga a conocer como Dios desarrolla esta herramienta y cuáles son los

productos directos que se obtienen de ella. Sabiendo que la primera parte de la oración anterior trae consigo muchos “dolores de cabeza,” prefiero entonces presentar algunos bloques “definitorios” que encontramos en la Biblia. El fin de esto es animarle a no resistir las “escuelitas” en las que Dios decide matricularnos para que desarrollemos el carácter esperado y necesario.

La Biblia está llena de ejemplos sobre los resultados que se obtienen cuando Cristo ha sido formado en nosotros (Gal

4:19). El Apóstol Pablo dice que los maestros que intentan enseñar esto sufren “dolores de parto” en el proceso. Por otro lado la Biblia también nos deja saber cuáles son los resultados que se obtienen cuando esta formación no se desarrolla o es tronchada. Para efectos de esta reflexión nos concentraremos en los resultados positivos.

Uno de los modelos más estudiados sobre este aspecto es el modelo paulino. Las cartas del Apóstol Pablo están llenas

de ejemplos extraordinarios a este respecto. En un análisis que hicimos a finales del año pasado, visitamos la Carta a los Filipenses para destacar allí algo que llamamos “Siete (7) indicadores de salud espiritual” en la vida de este Apóstol. Si usted revisita ese análisis se percatará de que estos indicadores no son otra cosa que indicadores o resultados del desarrollo del carácter de Cristo en ese siervo de Dios (Convertirnos en discípulos de Cristo). En Fil 4:10-13 nos dicen lo siguiente:

10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. 11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

En esa porción escritural observamos que esos indicadores son los siguientes:

-Saber gozarse en el Señor (fruto del Espíritu)-Sabe contentarse-Disposición para aprender (cambio en conducta)-Saber vivir (la vida es Cristo y la muerte es ganancia; Fil 1:21)

“La Biblia está llena de ejemplos sobre los resultados que se obtienen cuando Cristo ha sido formado en

nosotros (Gal 4:19). El Apóstol Pablo dice que los maestros que intentan

enseñar esto sufren “dolores de parto” en el proceso. Por otro lado la Biblia también nos deja saber cuáles son los

resultados que se obtienen cuando esta formación no se desarrolla o es

tronchada. ”

Pastor-Rector: Mizraím Esquilín García

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Corinto. Basta leer 2 Cor 13:1-2 para llegar a esta conclusión. O sea, que Pablo siguió siendo un discípulo en entrenamiento,

adiestramiento y aprendizaje. El Pastor José Luis Navajo lo dice de forma magistral cuando describe la evolución que posee la idea que Pablo tiene de sí mismo:

- Gal 2:6: “los de reputación nada nuevo me comunicaron.”- I Cor 15:9: “Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles,”- Efe 3:8: “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos”- I Tim 1:15: “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.”

El Apóstol Pablo aprendió a ser cada vez más pequeño. Es por esto que puede gozarse con los otros. Es capaz de gozarse

en la esperanza (Rom 12:12). Pero no se limita a gozarse. Ese pasaje (Fil 4:10-13) dice que sabe contentarse. Esto no es lo mismo que conformarse, ni estar satisfecho. La raíz del concepto que se traduce aquí como “contentarse” implica que se requiere levantar una barrera. Este es un proceso que implica aprendizaje, por lo tanto se requiere un discípulo que lo desee aprender. Ese concepto, “contentarse,” es definido en la Biblia como una ganancia (1 Tim 6:6-8):

6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

En adición a esto, la Biblia dice que es un deber cristiano (Heb 13:5-6):

5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

Lo siguiente que San Pablo dice en ese pasaje (Fil 4:10-13) es que ha aprendido. Este es el corazón del discipulado. Este

concepto será el objeto de nuestra próxima reflexión.

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“EVALUANDO LA EFECTIVIDAD DEL TRABAJO MINISTERIAL”

ADIESTRAMIENTO PARA MAESTROS, AYUDANTES, COORDINADORAS DE

ESCUELA BÍBLICA Y PÚBLICO EN GENERAL.

SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE

SALÓN #59AM-12M

RECURSO: BETSY BURGOS

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Dios nos ha bendecido con 8 nietos y cuatro cumplen esta semana. Pedimos a Dios les bendiga y les guarde. Frandiego cumple 5 años,

Julietta cumple 9 y los gemelos Natalia y Pablo cumplen 2. Cuanto les amamos!!! Muchas felicidades princesas y principes de

Mami y Abu, Pastor Frankie y Evelyn.

Muchas felicidades y bendiciones a nuestros hijos Yamilet Ortiz y Luis Miguel Ortiz por sus cumpleaños el 20 y 29 de noviembre

respectivamente, que su mayor legado sea amor por la casa de Dios, les aman sus padres Luisín y Rosin.

A nuestra querida hermana Noemí Cintrón por su cumpleaños el 21 de noviembre de 2015.

C O N G R E G A C I O N A L

les invita a suActividad

VIERNES, 11 DE DICIEMBRE - 7:30PM

“Separa la fecha y compartecon nosotros en este día tan especial”

Presentación de El Músical: "La Historia de los

Tres Árboles"