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E n nuestra reflexión anterior analizamos cuatro (4) áreas de la vida de Moisés que necesitamos repasar antes de entrar al análisis del encuentro que este tiene con Dios en Éxodo 33. Este encuentro forma parte de los análisis que realiza el Dr. Elmer Towns que esboza en su libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998). E n primer lugar encontramos el nivel de educación que poseía Moisés. En segundo lugar encontramos la experiencia de vida que tiene Moisés. En tercer lugar encontramos los niveles de exposición que experimenta Moisés. Este hombre de Dios es expuesto a siervos, reyes, sacerdotes, profetas, levitas, militares, princesas y nodrizas. Este siervo aprende y se educa en palacios para luego operar en desiertos. Hemos dicho que Moisés es la antítesis de José, quien fue educado en desiertos para trabajar en palacios. En cuarto lugar encontramos la eficiencia de este siervo de Dios. En este caso, se trata del nivel de eficiencia que exhibe y el nivel de eficiencia que se le exige o que debió tener. En adición a esto, analizamos algunas de las características que se pueden observar en Moisés. Entre ellas, mencionamos el nivel de compromiso que él tenía con Dios y con su pueblo. Además, el hambre que él exhibe de conocer más de Dios, algunas escenas en los que exhibe dominio propio y su paciencia, amor a Dios y a los suyos. D ejamos una pregunta sobre la mesa: ¿necesita alguien así un encuentro con Dios? La Biblia nos dice que sí. Es cierto que todas y cada una de estas aseveraciones nos pueden llevar a concluir que estamos frente a un hombre con muy pocas debilidades. Estamos frente a un hombre que no necesita mucho más para ser capaz de desarrollar las tareas y las responsabilidades que le asignó el cielo. Sin embargo, la Biblia nos deja saber que en el plan perfecto de Dios estaba programado que Moisés necesitaba experimentar otros encuentros con el Todopoderoso. El encuentro que Moisés necesitaba con Dios no tenía como prioridad capacitarle para la tarea. Este encuentro procuraba transformar algunas áreas que necesitaban ser rendidas a los pies del Señor. Es muy importante destacar que todos los encuentros que tenemos con el Señor poseen características únicas y agendas divinas únicas. Es como si cada uno de ellos poseyera su propio ADN (DNA por sus siglas en inglés). El Dr. Towns argumenta que en el caso del encuentro descrito en Éxodo 33, éste sirve para delinear algunos principios esenciales y muy importantes. E s correcto afirmar que Moisés sale de ese encuentro con el compromiso divino de que el pueblo de Israel no sería destruido. Sale de allí después de que Dios le repone las tablas de la Ley (Ex 34) y dirige a su pueblo hasta la Tierra Prometida. Este es el resultado más importante que surge de este encuentro. Sin embargo, hay otros elementos que necesitan ser atendidos. Se trata de elementos que no encontramos en otras experiencias que Moisés tuvo con Dios. En primer lugar, Towns describe que este encuentro produce efectos físicos en Moisés. La Biblia dice que el rostro de Moisés brillaba luego de los 40 días que estuvo en la Presencia de Dios (Ex 34:30-35). Se trata entonces, argumenta Towns, de encuentros que producen efectos que pueden y tienen que ser vistos por aquellos que nos rodean. L a Biblia dice que Dios permitió que Moisés viera sus espaldas (Ex 33:23). Nadie puede imaginar cuáles serían los resultados observables en Moisés si hubiera visto el rostro de Dios. Towns asevera con toda la razón que cualquier persona que entra a la Presencia del Todopoderoso tiene que salir de ese lugar 7 de mayo de 2015 • Volumen X • No. 484

Boletín El Heraldo AMECCDAi 7 de junio 2015

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Reflexión: Dios sale a nuestro encuentro: El modelo de Moisés parte III. Mensaje por pastor/rector Mizraím Esquilín García. Fecha del 7 de junio de 2015, Vol. X - No. 484. Iglesia AMEC Casa de Alabanza, Canóvanas Puerto Rico. www.ameccda.org.

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En nuestra reflexión anterior analizamos cuatro (4) áreas de la vida de Moisés que necesitamos repasar antes de entrar al análisis del

encuentro que este tiene con Dios en Éxodo 33. Este encuentro forma parte de los análisis que realiza el Dr. Elmer Towns que esboza en su libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998).

En primer lugar encontramos el nivel de educación que poseía Moisés. En segundo lugar encontramos la experiencia de vida que tiene Moisés. En tercer lugar encontramos los niveles de exposición que

experimenta Moisés. Este hombre de Dios es expuesto a siervos, reyes, sacerdotes, profetas, levitas, militares, princesas y nodrizas. Este siervo aprende y se educa en palacios para luego operar en desiertos. Hemos dicho que Moisés es la antítesis de José, quien fue educado en desiertos para trabajar en palacios. En cuarto lugar encontramos la eficiencia de este siervo de Dios. En este caso, se trata del nivel de eficiencia que exhibe y el nivel de eficiencia que se le exige o que debió tener. En adición a esto, analizamos algunas de las características que se pueden observar en Moisés. Entre ellas, mencionamos el nivel de compromiso que él tenía con Dios y con su pueblo. Además, el hambre que él exhibe de conocer más de Dios, algunas escenas en los que exhibe dominio propio y su paciencia, amor a Dios y a los suyos.

Dejamos una pregunta sobre la mesa: ¿necesita alguien así un encuentro con Dios? La Biblia nos dice que sí. Es cierto que todas y cada una de estas aseveraciones nos pueden llevar a concluir que estamos

frente a un hombre con muy pocas debilidades. Estamos frente a un hombre que no necesita mucho más para ser capaz de desarrollar las tareas y las responsabilidades que le asignó el cielo. Sin embargo, la Biblia nos deja saber que en el plan perfecto de Dios estaba programado que Moisés necesitaba experimentar otros encuentros con el Todopoderoso. El encuentro que Moisés necesitaba con Dios no tenía como prioridad capacitarle para la tarea. Este encuentro procuraba transformar algunas áreas que necesitaban ser rendidas a los pies del Señor. Es muy importante destacar que todos los encuentros que tenemos con el Señor poseen características únicas y agendas divinas únicas. Es como si cada uno de ellos poseyera su propio ADN (DNA por sus siglas en inglés). El Dr. Towns argumenta que en el caso del encuentro descrito en Éxodo 33, éste sirve para delinear algunos principios esenciales y muy importantes.

Es correcto afirmar que Moisés sale de ese encuentro con el compromiso divino de que el pueblo de Israel no sería destruido. Sale de allí después de que Dios le repone las tablas de la Ley (Ex 34) y dirige

a su pueblo hasta la Tierra Prometida. Este es el resultado más importante que surge de este encuentro. Sin embargo, hay otros elementos que necesitan ser atendidos. Se trata de elementos que no encontramos en otras experiencias que Moisés tuvo con Dios. En primer lugar, Towns describe que este encuentro produce efectos físicos en Moisés. La Biblia dice que el rostro de Moisés brillaba luego de los 40 días que estuvo en la Presencia de Dios (Ex 34:30-35). Se trata entonces, argumenta Towns, de encuentros que producen efectos que pueden y tienen que ser vistos por aquellos que nos rodean.

La Biblia dice que Dios permitió que Moisés viera sus espaldas (Ex 33:23). Nadie puede imaginar cuáles serían los resultados observables en Moisés si hubiera visto el rostro de Dios. Towns asevera con toda

la razón que cualquier persona que entra a la Presencia del Todopoderoso tiene que salir de ese lugar

7 de mayo de 2015 • Volumen X • No. 484

del encuentro. Los resultados de esos encuentros, dice Towns, siempre serán inesperados.

Towns insiste en que la única pasión que debe movernos a esos encuentros tiene que ser la de estar ante la Presencia del

Eterno. Este es el quinto punto que destacamos en esta reflexión. No existen ángeles, serafines u otra clase de manifestación divina que pueda usurpar el lugar que tiene la Presencia de Dios. No hay ayuda humana, subraya el Profesor Towns, que se le pueda comparar.

El sexto punto que emana de esta narrativa es que los términos y condiciones de esos encuentros los establece el Señor y no

nosotros. Moisés pidió ver la gloria de Dios y ciertamente lo consiguió. Sin embargo, el proceso que Dios estableció fue distinto al que Moisés esperaba. De hecho, los términos establecidos por Dios procuraban protegerle la vida a su siervo (Ex 33:20). No nos encontramos con Dios con nuestras especificaciones y condiciones. Las condiciones las establece Dios.

Un séptimo punto que el Dr. Towns define que estos encuentros no son escenarios

para multitudes. Las experiencias más poderosas que puede tener un Cristiano con el Altísimo se dan a solas con el Señor. Towns argumenta que cuando Dios decide que hay algo especial para compartir con nosotros, una tarea especial o una bendición especial, Él saldrá a nuestro encuentro de forma personal. Towns dice bien cuando señala que nuestra relación con Dios es de persona a persona, de corazón a corazón, uno a uno. Es cierto que existen experiencias grupales gloriosas y manifestaciones divinas comunitarias extraordinarias. Pero los encuentros que producen transformaciones medulares y trascendentales se dan a solas con Dios.

El octavo punto que destacamos aquí es que Dios conoce por sus nombres

aquellos que suben a su Presencia. Esto, dice Towns, va mucho más allá de saber nuestros

nombres. Dios sabe quiénes somos y qué es lo que realmente necesitamos. No podemos escondernos de Él y no podemos mentirle. Lo más extraordinario acerca de todo esto es que al final de la experiencia llegaremos a la conclusión de que no fuimos nosotros los que salimos a encontrarnos con Dios. Es Dios el que nos había escogido para esa experiencia. (Sal 139:1,2).

Por último, no se puede salir de esos encuentros con Dios sin llevar en nuestras manos el compromiso y la promesa divina.

Moisés salió de allí con mucho más que un rostro brillante.¿Has

reflejando la gloria, la majestad y la santidad del Eterno. Esto, tiene que dejar marcas en el testigo de esa gloria. El Apóstol Pablo

señala que los creyentes somos espejos que tienen que reflejar la gloria del Señor, al mismo tiempo en que somos transformados por esa gloria (2 Cor 3:18).

Esto no se había producido en ninguna de las experiencias anteriores que Moisés tuvo con Dios. Esta característica coloca

este encuentro en otro nivel. Este encuentro va más allá de aquellos encuentros que producen sanidad divina o liberación. Se trata de encuentros con Dios que nos dejan marcados, con evidencias incuestionables de que hemos estado ante su Presencia y de que le pertenecemos.

En segundo lugar, dice Towns, que este tipo de encuentro puede requerir ayuno (Dt

9:9). El ayuno es una herramienta que procura alterar nuestras dietas para conseguir resultados espirituales. Ese tiempo tiene que ir más allá de renunciar a la comida. Se trata de renunciar a todo aquello que nos puede estar distrayendo de la comunión con Dios y acompañar este tiempo con oración, meditación y lectura de la Palabra de Dios. La Biblia dice que hay escenarios que sólo pueden cambiar con ayuno y oración (Mt 17:21). El profeta Amós conmina a prepararnos para venir al encuentro con Dios (Amos 4:12b)

El tercer punto que describe Towns es que hay lugares que Dios privilegia para encontrarse

con sus siervos. Es muy cierto, señala Towns, que Dios se puede manifestar en cualquier lugar. Sin embargo, hay lugares en los que parece que Dios se manifiesta en unas dimensiones incomparables. Lugares bíblicos tales como Bethel, Silo, Mizpa y Horeb son solo algunos de los muchos que podemos mencionar. En la actualidad, estos lugares pueden ser equiparados con los lugares que hemos separado para encontrarnos con Dios.

El cuarto punto debe ser parafraseado describiendo que cada creyente debe ir a esos

encuentros sin agendas, o preparado para que Dios establezca la suya. La agenda de Dios es la única que debemos procurar. Hay que reconocer que hay ocasiones en las que podemos ir delante de Dios procurando encontrar respuestas divinas para asuntos humanos, y encontrarnos allí que Dios cambia la agenda de la reunión. En muchas otras ocasiones, Dios puede decidir insertar asuntos que no forman parte de nuestras agendas. Este fue el caso de Moisés en el relato de Éxodo 33. La agenda de Moisés giraba alrededor de interceder por Israel. La agenda de Dios incluía mostrar su gloria a su siervo. El consejo es el mismo para todos y cada uno de estos

escenarios; hay que venir delante de la Presencia del Altísimo con disposición del espíritu para que Él controle la agenda

¿Te gustaría vivir una experiencia así? El profeta Isaías nos invita a buscar al Señor (Isa 55:6). El salmista insiste en esto

vez tras vez (Sal 27:8; 69:32; 105:4). Nadie que procura buscar su rostro puede ser avergonzado (Sal 34:5).

El Pastor Rafael Torres Ortega nos enseñó que nuestro Señor es el Dios del encuentro. Te conmino a que separes de tu

tiempo y de tu espacio para venir a un encuentro con Dios que te marque como propiedad suya y que deje en ti evidencias de su majestad, su gloria y santidad.

Pendientes al Lanzamiento de libro:

“La Musica y su Rol

en Estos Últimos Tiempos”

del maestro José (Pepe) Ojeda el domingo 28 de junio, aquí en AMEC.

“ Este es un libro que marcará la historia de la Iglesia...” -Mizraim Esquilín

¡...un libro que cambiará nuestro concepto de la música cristiana!” - Claudina Brinn

A nuestro Pastor Mizraim Esquilín García en su cumpleaños el día 10 de junio. ¡Que cada encuentro con el Señor sea algo bien especial e impactante para su vida y lo celebre con toda la plenitud del amor y la

bendición del Eterno!

A la Hna. Priscila Santana por su cumpleaños el 2 de junio, que la gracia y presencia de Dios te renueve y te

hermosee cada día. ¡Muchas felicidades!

A la hermana Miriam Martínez en su cumpleaños el día 11 de junio. Que todos tus sueños sean cumplidos por

la gracia de Dios.

Felicitaciones a Katiria Correa, en su graduación de Enfermería Práctica. Tus esfuerzos han sido bien recompensados con la meta que haz logrado. Tus

abuelos que te aman están orgullosos de ti y te apoyan a seguir hacia adelante.