Historia de La Homosexualidad en La Argentina - Parte 4 by Huije [Historia de La Homosexualidad en La Argentina - PARTE 4.PDF] (42 Pages)

8/10/2019 Historia de La Homosexualidad en La Argentina - Parte 4 by Huije [Historia de La Homosexualidad en La Argentina - PARTE 4.PDF] (42 Pages)

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PARTE IV

EL HIGIENISMOCIENTFICO Los invertidos y la Generacin del 80

33. EL FUROR SANITARIO: Los parsitos de la escoria social, los fronterizos del de-lito, los comensales del vicio y de la deshonra.

odo cambiaba. El enorme territorio salvaje e inhspito se organizaba,

entraba en el comercio mundial, miraba a Francia como el modelo de-seado. Buenos Aires ya nunca volvera a ser la Gran Aldea. Eso quedespus el lugar comn convertira en crisol de razas, comenzaba a vis-lumbrarse en el puerto. Los inmigrantes llegaban a un pas que no era comoen los folletos que les haban mostrado en los puertos de ultramar. Los chi-cos que haban crecido en familias que odiaban a Juan Manuel de Rosas se preparaban para modernizar el pas. La historia liberal los registrara comola Generacin del 80, alabara su predisposicin para la organizacin, suidea de progreso, que inclua un claro componente anticlerical, su gusto porel consumo de bienes culturales, su obsesin parisina, el poco exigente mo-delo agroexportador, sus relaciones con el mercado britnico, su actitud di-nmica. Es un momento laico en la historia nacional, en el que llegan asancionarse, con positivismo militante, la Ley de Registro Civil (hasta esemomento, nacimientos y muertes se anotaban en las parroquias), la Ley deEducacin Comn (otro bastin arrebatado a la Iglesia Catlica) y la Leyde Matrimonio Civil. El enfrentamiento con la Santa Sede lleg hasta laruptura de las relaciones diplomticas con Roma, en 1884, bajo la presi-dencia de Julio Argentino Roca.

Haba vida y ambicin en esos muchachos esclarecidos, convencidos delderecho ilustre que los asista para dirigir un pas que peda a gritos ser en-caminado por las preclaras lites oligrquicas: Roca, Carlos Pellegrini, Mi-guel Can, Eugenio Cambaceres, Joaqun V. Gonzlez, Rafael Obligado. Ellosdecidieron en el juego de incluidos y excluidos con quienes hacer un pas ya quienes desechar. El brazo cientfico del grupo les aportara el marco teri-co que permitira hacer de la exclusin una simple ecuacin. No fueron ra-cistas. Fueron cientficos.1

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1. La supersticin cientificista se alimentaba de una gran simplicidad que supona que entrela lente del microscopio y la del telescopio poda caber todo el universo. Arturo Jauretche, La coloniza-cin pedaggica , p. 7.

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La opinin pblica, impresionada con el recuerdo fatdico de la epide-mia de 1871, exiga a sus autoridades, medidas precaucionales rigurosas,contra toda procedencia extranjera, susceptible de ser vehculo de los tan te-midos grmenes, escribi Jos Mara Ramos Meja en 1892.2 Algo estaba sa-liendo mal. Los inmigrantes sucios y pobres que desembarcaban en la nueva

tierra prometida no eran los cultos franceses e ingleses con los que soabannuestros prohombres. El criminlogo Eusebio Gmez escribi sobre la in-fluencia de una inmigracin no depurada en manera alguna, inmigracinque trae a nuestro pas, junto con el hombre verdaderamente trabajador, laresaca extrada de los ms bajos fondos de los pueblos europeos.3

Se arm entonces un fenomenal aparato estatal que parti de la ciencia yque, burocrticamente, extendi sus redes por cuanto resquicio encontr pa-ra llegar a dominar la vida acadmica, social y poltica del pas. La punta delanza de estos nuevos cruzados de la ciencia y de la higiene fue el fantasma dela peste de haca veinte aos, la fiebre amarilla, y la inoperancia oficialfrente a la catstrofe sanitaria. Sin embargo, el Estado haba hecho ms paracombatir la epidemia que lo que los nuevos agitadores estaban dispuestos aadmitir, solo que en 1871 no haba cmo parar la epidemia, todava no se saba que la transmita el mosquitoaedes aegipti , dato que se confirm recinen 1901. En un completo estudio,4 Jorge Salessi demuestra el uso poltico dela peste entre 1871 y 1900. Los mdicos/polticos le achacaron la presenciade todos los males a la ineficiencia estatal y la conclusin era obvia: el Esta-do deba prepararse higinicamente para poder crecer y recibir inmigracin.

Con ingenio, un annimo redactor de Caras y Caretas registr la obsesindel 90 por la peste del 70 y escribi una profeca que finalmente se cumpli-ra bajo el ttulo de El furor sanitario: Se imponen las medidas radicales / an-tes de que la peste nos infeste / ms las quieren usan con bros tales / que vana concluir porque la peste /resulte el ms pequeo de los males.5

La inmigracin deba ser tratada bajo rgidos protocolos higinicos. El he-cho de que en 1890, el sesenta por ciento de la deuda externa se deba al fi-nanciamiento de obras de higiene pblica, demuestra que el discurso habafuncionado.6

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2. Jos Mara Ramos Meja: Memorias del Departamento Nacional de Higiene correspondiente alos aos 1892, 1893, 1894, 1895, 1896, 1897 , Buenos Aires, El Correo Espaol, 1898, p. 1.

3. Eusebio Gmez: La mala vida en Buenos Aires (prlogo de Jos Ingenieros), Buenos Aires,Editor Juan Roldn, 1908, p. 28. Ms adelante Gmez, abogado criminalista del Instituto de Criminologa,explica el concepto:El doctor Moyano Gacita llega a afirmar que esas corrientes llevan en s el sello dela criminalidad ms alta de la tierra, en razn de las razas que las constituyen. La proporcin de la razalatina sobre la poblacin total del pas es de 975 por mil y teniendo esto en cuenta, as como la opininde Ferri, que encuentra en dicha raza el predominio de las tendencias al homicidio general, al asesinatoy al infanticidio, es que nuestro autor funda su afirmacin, a la que adherimos sin reservas, por ser ellaexacta, a todas luces (p. 30).

4. Salessi: Mdicos, maleantes y maricas .5. El furor sanitario, Caras y Caretas (Buenos Aires),nm. 56, aoIII (28.10.1899).6. Es cierto que las grandes obras de higiene y salubridad le dieron al pas un impulso necesa-

rio y que sirvi, entre otras cosas, para elevar la expectativa de vida, que entre 1865 t 1869 era de 32 aos, yque se elev a 48-50 aos entre 1913 y 1915. ngel Jankilevich: Historia de los hospitales. Perodo 1880-1930 . Museo AADHHOS.


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Jos Ingenieros con Julio Argentino Roca. Dos smbolos de la Generacin del 80.Si bien el anticlericalismo de la poca le quit poder represivo a la Iglesia, el Gobiernoinvisti a la ciencia como la nueva rectora de los comportamientos y las conciencias.

Una hojeada sobre el proceso permitir ver cmo los mdicos conquistaron poder exacerbando enfermedades y multiplicando los enfermos, aduendo-se del aparato del Estado para controlar a los parsitos de la escoria social,los fronterizos del delito, los comensales del vicio y de la deshonra, los tris-tes que se mueven acicateados por sentimientos anormales: espritus quesobrellevan la fatalidad de herencias enfermizas o sufren la carcoma inexo-rable de las miserias ambientes, como escribi Jos Ingegnieros7 en el pr-logo de la obra de Gmez.8

Entre 1870 y 1900, se crearon el Departamento Nacional de Higiene, las

ctedras de Higiene y de Medicina Legal en la Facultad de Medicina de Bue-nos Aires, se publicaron las Memorias del departamento de Higiene, en don-de los mdicos hacan circular sus ideas, algunas de ellas, escritas en francs

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7. No hay un error: El pensador se llamaba efectivamente Ingegnieros pero se sac la segn-da g intentandodisimular su origen italiano. Roberto Payr recuerda no solo que Ingegnieros era italia-no sino de ascendencia italiana meridional y que acab por quitarse la g de Ingegnieros,y de ser tan porteo como el que ms, adoptando y exagerando algunas de nuestras modalidades.

8. Jos Ingegnieros, en el prlogo de La mala vida , p. 5.

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con el claro objetivo de difundirlas en el extranjero y atraer al mismo tiempoinmigracin europea al pas y prestigio internacional a sus autores. RamosMeja propuso la creacin de un Instituto de Medicina Legal en Buenos Aires. Loshigienistas y criminalistas pidieron ms y ms leyes,9 se ordenaron en Bue-nos Aires las visitas domiciliarias de inspeccin higinicacada dos meses,

una manera de entrar en todas las casas y tener a la poblacin bien controla-da. Tambin haba inspectores higinicos en todos los vagones de los trenes yen los barcos atestados de inmigrantes. El gran ojo higinico todo lo vigilaba.Los higienistas, as, pasaron a tener claros y peligrosos poderes policiales.10 La tendencia argentina, en realidad, continuaba la moda de Francia.

En ese contexto, los tres nombres del higienismo en la Argentina son losde los doctores Jos Mara Ramos Meja, Francisco de Veyga y Jos Ingeg-nieros. Trabajando en conjunto, crearon una red que uni la Facultad deMedicina de Buenos Aires con la Penitenciara Nacional y la Polica Fede-ral. El estudio cientfico se ali con la represin. La enfermedad fsica pasa ser moral y despus ideolgica.11 Los tres cientficos (ms Eduardo Wildey Emilio Coni) eran tambin escritores. Amparados por el Estado, produje-ron libros, folletos, publicaciones, reseas, tratados, revistas, en donde secitaban una y otra vez, se elogiaban una y otra vez, creando y regalndose prestigio mutuamente.12 En famosas tertulias que organizaba Ramos Mejaen sus oficinas de la Presidencia del Departamento de Higiene y de la Di-reccin del Instituto Frenoptico, todos ellos se reunan a tomar el t y adiscutir de ciencia y literatura. En esos cenculos se cre una visin de lasociedad en la que nacan nuevos tipos de criminales, un mundo de inmi-grantes y obreros permanente o cclicamente desempleados, prostitutas,homosexuales y rufianes, anarquista que bajo la bandera de un activismo poltico _____________

9. Sin la ley no se adelanta en cuestiones sanitarias desde que cada habitante se cree con de-recho a vivir de la manera que le parece ms conveniente, aunque infrinja las prescripciones de la higie-ne y perjudique la salud de los dems Antonio Piero: Anales del Departamento Nacional de Higiene ,1892, p. 267. Citado por Salessi: O. cit., p. 30.

10. Donna Guy: El sexo peligroso . La prostitucin legal en Buenos Aires 1875-1955 , BuenosAires, Sudamericana, 1994, p. 12. Guy se refiere especialmente al trato que quienes padecan de sfilisreciban de parte de los mdicos, quienes conferan a la enfermedad una interpretacin social, moral ymdica.

11. Francisco de Veyga public en 1897 en los Anales del Departamento Nacional de Higiene un texto titulado Anarquismo y anarquistas. Estudio de antropologa criminal, fundando segn Salessiuna antropologa criminal argentina que se ocupaba de una ideologa poltica. Salessi, O. cit., p. 124.

12. Para ilustrar lo rentable que era el oficio de estos investigadores, Salessi muestra un ejemplo publicado en La Vanguardia , el 25 de noviembre de 1906, tituladoLos 500.000 del perito , que de-ca: El ex-perito Francisco P. Moreno es decididamente un hombre de suerte. Surgido a la superficie enun momento en que el sentimiento patritico haba sido hbilmente agitado por los intrigantes de la alta poltica, su nombre adquiri desmesurado prestigio. El Congreso le pag sus servicios magnficamente[...] fue dueo de inmensas tierras y de sumas fabulosas. Pero, ah no pararon las recompensas; porqueestos servidores de la patria se ren de las virtudes de Ciancianato. El gobernador Ugarte, queriendo pre-miar tambin la deuda de gratitud que deba la provincia al perilustre hombre, le acord con el ttulo desuperintendente de obras pblicas, la suma de 500.000 pesos que pesan sobre el presupuesto actual. Araz de las denuncias de algunos diarios, se ha buscado el motivo o pretexto que justificara tan exorbi-tante donativo, y el motivo o el pretexto no se ha encontrado. Entre tanto el ex-perito cuya estada enLondres ha despertado en l un vivo amor a Bentham, el inventor del panptico, y a la escuela utilita-ria , cobra religiosamente los emolumentos protegido por la ley. Salessi: O. cit., p. 131.


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Los fundadores de los Archivosde Psiquiatra, Jos Ingegnierosy Francisco de Veyga jun to

con Jos Mara Ramos Mejay Lucio Vicente Lpez. Fueronlos mximos representantes delhigienismo en la Argentina quelig a la Facultad de Medicinacon la Penitenciara Nacionaly la Polica Federal. Su blancopreferido fueron los pederastas.

poltico radical ocultaban apenas la patologa de los delincuentes.13 Y decretaron que sobre ellos deba caer el peso de las fuerzas morales.Francisco de Veyga no era solo literato y cientfico. Fue adems miembro

activo del Ejrcito Nacional, y lleg a alcanzar el grado de teniente general, elms alto de esa institucin. Todo su trabajo est cruzado con el de las fuer-zas represivas. El discurso higienista fue central en el accionar de la Policay el Ejrcito argentinos a lo largo del sigloXX. Jos Ingegnieros, una de las

personalidades ms extraas de la vida cultural argentina, vena del anar-quismo, pero abjur de sus ideales y no tuvo problemas en convertirse en se-cretario de Julio Argentino Roca, el lder oligrquico, jefe de la campaa deexterminio en el desierto, quien hasta lo llev a Europa de viaje.

En esa promiscua relacin entre ciencia y represin particip tambin el je-fe de la Polica Federal, Ramn Falcn, quien identific en un memorndumdel 16 de mayo de 1909 como origen de las manifestaciones obreras a ciertos focos de patologa social inasimilables a nuestra personalidad colectiva, porinstinto y por educacin, con atavismos exticos y con virulencias de otrosmedios, que se encuentran adheridos a nuestra fisonoma orgnica.14

La preocupacin de la ciencia, las artes, la Polica, el Estado y el Ejrcitono era en vano. Se deba a lo que vean en las calles de Buenos Aires, en don-de el bajo fondo se haca presente como prostitucin, como tango, como anar-quismo, como inversin sexual. Los excluidos hacan cada vez ms ruido.

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13. Salessi: O. cit., p. 125.14. Ib., p. 117.

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34. EL YIRO: A los jardines del Paseo 9 de Julio les haba tomado antipata porqueeran el refugio de los pederastas pasivos.

e yiraba en Buenos Aires por los jardines del Paseo de Julio, el espacio

arbolado que separaba la Recova de la actual Avenida Alem y el ro. Elyiro iba desde la Casa Rosada, en donde se inaugur en 1903 la estatua de Las Nereidas de Lola Mora,1 hasta la calle del Temple,2 en donde estaba laEstacin Central de Trenes. Grandes personalidades de la cultura argentinaestablecieron esa zona del Bajo, ese borde ciudadano como sitio de encuen-tro, bohemia y descontrol.3 All estaban los bares, los piringundines de an-tes de que el tango fuera decente, los marineros, los viajantes que caminaban por el Muelle de Pasajeros,4 210 metros de madera que se adentraban en elRo de la Plata, y los pasajeros ferroviarios. En ese escenario de prostituciny msica los homosexuales tenan un punto de encuentro, la estatua de mr-mol blanco de Giuseppe Mazzini en la plaza que, en ese momento, llevaba

su nombre.5 La estatua contina en el mismo lugar, ahora dndole la espal-da al edificio del diario La Nacin , en la misma plaza en que hace ms de

cien aos se juntaban los lunfardos, como le llamaban a la escoria entre de-lictiva y enferma de la que queran librarse Ingegnieros y De Veyga.

El subcomisario Adolfo Batiz escribi a principio del sigloXX: A los jar-dines del Paseo 9 de Julio les haba tomado antipata porque eran el refugio delos pederastas pasivos que se juntaban alrededor de la estatua de Mazzini, el _____________

1. Hoy ubicada en Costanera Sur. Debi ser trasladada a un lugar menos visitado por las que- jas que tanta desnudez marmrea produjo en las familias porteas de la poca.

2. Hoy Viamonte.3. Para Roberto Arlt, en su aguafuerte Las cuatro recovas , del 17 de enero de 1929, el Paseo deJulio era la recova canalla. Gardel cant el tango de E. Fresedo Paseo de Julio, en donde cuenta que un

marinero amigo, que fijo me mir le dijo antes de beber una cerveza que otro amigo en comn habamuerto de amor por su novia. En varios cabarets del Paseo de Julio, Tita Merello trabaj como vedette. Al- berto Vaccarezza en El conventillo de la Paloma llama a su personaje ms bohemio Paseo de Julio. Eldramaturgo Mauricio Kartun estren en 2003 la obra La Madamita , que transcurre en un estudio de fo-tografa pornogrfica, en el Paseo. Pero quien ms ha insistido en lo pecaminoso del Paseo ha sido sin du-das Jorge Luis Borges. En Emma Zunz habla del infame Paseo de Julio y es all hacia donde se dirige la protagonista para hacerse ultrajar, como parte de su venganza. Emma entra en dos o tres bares hasta darcon un marinero que sin mediar palabra, la lleva a una habitacin donde tienen sexo rpido. Pero noterminan all las referencias borgeanas al Paseo. En el prlogo de Artificios (1944) dice que la torcida Ruede Toulon (que aparece como la calle del pecado en La muerte y la brjula ) es el Paseo de Julio. Lonombra tambin como frontera de arrabales en Los compadritos muertos ( El otro, el mismo , 1964). Y msaun, le dedica una poesa al Paseo, publicada enCuaderno San Martn (1929): Juro que no por delibera-

cin he vuelto a la calle / de alta recova repetida como un espejo / de parrillas con la trenza de carne delos Corrales / de prostitucin encubierta por lo ms distinto: la msica. / Puerto mutilado sin mar, enca- jonada racha salobre / resaca que te adheriste a la tierra: Paseo de Julio / aunque recuerdos mos, anti-guos hasta la ternura, te saben / nunca te sent patria. / Solo poseo de ti una deslumbrada ignorancia /una insegura propiedad como la de los pjaros en el aire / pero mi verso es de interrogacin y de prueba / y para obedecer lo entrevisto. / Barrio con lucidez de pesadilla al pie de los otros, / tus espejos cur-vos denuncian el lado de fealdad de las caras / tu noche calentada en lupanares pende de la ciudad / [...]Detrs de los paredones de mi suburbio, los duros carros / rezarn con varas en alto a su imposible diosde hierro y de polvo, / pero qu dios, qu dolo, qu veneracin la tuya, Paseo de Julio? / Tu vida pactacon la muerte;toda felicidad, con solo existir, te es adversa.

4. Naca en la actual Alem, entre Sarmiento y Pern.5. Hoy Plaza Roma, entre las calles Alem, Lavalle, Bouchard y Tucumn.

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El Paseo de Julio fue el lugar de bohemia y de descontrol de laBuenos Aires de comienzos del sigloXX. All estaban los baresy los piringundines del bajo fondo. A la derecha, la estatua de Mazzini, punto de reunin de los pederastas pasivos.

revolucionario y hombre de las libertades itlicas,6 pero a su vez se alegra- ba de que en la otra punta del paseo, ah donde estaba la estatua de Lola Mo-ra, creemos [que] no merodean pederastas.7

No debe haber sido casual que los lunfardos, los pcaros de la poca, setiraran ms para el lado de la estatua de Mazzini que para el de Lola Mora.A tres cuadras de all, hacia el norte, en la esquina del Paseo con 25 de Ma-yo, estaban los cuarteles del Regimiento 5 de Lnea.

Incesante inmigracin masculina, sin compromisos, sin ataduras familia-res, soldados solitarios y marineros de ultramar. Lunfardos riendo con risasque inventaban el tango lunfardo. Y el ro brillando bajo la luna portea. Al-guien iba a querer abortar ese siglo libertario que estaba naciendo.

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6. Adolfo Batiz: Buenos Aires, la ribera y los prostbulos en 1880 en,Contribucin a los estu-dios sociales. Libro rojo , Buenos Aires, Aga Taura, p. 25.

7. Ib., p. 26.

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35. EL DEPSITO24 DE NOVIEMBRE: Jugaban a los hombres y las mujeres; ha-can de ellos los ms grandes, de ellas los ms pequeos.

esde los bordes sucios de la ciudad creca la peste. No eran mosquitos

esta vez. Eran los lunfardos italianos anarquistas, prostitutas polacas,vagabundos, hurfanos, compadritos, borrachines, obreros revoltosos, inver-tidos, canfinfleros, escruchantes, madruguistas, biabistas. table-ristas, espiantadores, jicadores, burristas, mecheras, ladrones degallinas, pederastas y safistas, madamas,cocottes y proxenetas.1 Los queno estaban invitados a construir el pas que se estaba forjando en escuelasy cuarteles. Esa fiesta que armaban en las calles no era la celebracin decoro-sa y patritica con la que la Generacin del 80 quera festejar el Centenario.Haba que poner fin a tanto descaro. Haba que aplicar vacunas, controlarla peste, eliminar los focos de contagio. Haba que examinarlos, escrutarlosa la luz positiva de la ciencia y la moral.

El doctor general de Divisin, De Veyga, pidi en 1899 al jefe de la Polica,Francisco J. Beazley, ser designado como mdico de la Polica y que se le asig-ne el servicio del Depsito 24 de Noviembre. No era un pedido menor. Ah enel 24 de Noviembre, como se lo conoca por la calle en la que estaba ubicado,iban a parar los lunfardos, la escoria, el lodo social.2 No haca falta que come-tieran un delito. Beazley le cumpli el sueo al doctor teniente general, le ce-dio el depsito para que lo convirtiese en un laboratorio de seres humanos.

El 24 de Noviembre fue el eslabn imprescindible entre ciencia y repre-sin: la Polica los encerraba, los mdicos los estudiaban. Jos Ingegnierosexpona a los prisioneros (los quincenarios, les decan, porque estaban ah porquince das) en la Facultad a sus alumnos. El historiador de la psiquiatra ar-gentina, Osvaldo Loudet, se conmovi: [...] en el Depsito de Contravento-res sito en la calle 24 de Noviembre, y al que eran enviados todos los vagos,los atorrantes, los invertidos y lunfardos recogidos por la Polica de la Capi-tal. Qu muestrario maravilloso de degenerados hereditarios e inadaptadossociales! Qu espectro multicolor con todos los matices de la locura y el de-lito! Qu tesoro psicolgico de todas las anomalas y todas las perversio-nes!.3 El tesoro multicolor parece haber sido bastante ttrico.4

El tesoro psicolgico fue una pesadilla para los cerca de 40 mil chicos

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1. Todos subtipos de la artificial taxonoma con la que los higienistas clasificaron cientfica-mente a los lunfardos. Cada especialidad tuvo su nombre, muchas veces tomado directamente delargor lunfardo, que lograba as colarse en el discurso oficial. Dice Gmez en La mala vida : Es de adver -tir que, la mayora de las voces que integran la jerga de nuestros delincuentes, derivan de las de otros pases, hecho perfectamente explicable en virtud del contingente que el medio inmigratorio aporta ala criminalidad bonaerense, p. 110.

2. Concepto del polica Laurentino C. Mejas en su libro La Polica por dentro , Barcelona, Viu-da Lais de Taso, t. 1, p. 36.

3. Osvaldo Loudet y Osvaldo Elas Loudet: Historia de la psiquiatra argentina , Buenos Aires,Troquel, 1971, p. 129.

4. Mejas lo describi comparable a una pocilga, con los chicos presos correteando entre losdetritus de las autopsias.

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El Depsito 24 de Noviembre era el lugar donde eran encerrados loslunfardos por la Polica y luegoestudiados por los cientficos que analizabanlas perversiones de los vagos, atorrantes e invertidos de 4 a 20 aos.

abandonados que haba en la Capital a principios de siglo. En un nmero dela revista Fray Mocho de 1904, se cuentan las humillaciones por las que pa-sa un nio que fue descubierto durmiendo en un umbral y trasladado alDepsito. La descripcin del periodista Juan Jos de Suiza Reilly muestrala hipocresa de un Estado que preconizaba la higiene pero que trataba asus habitantes como desechos inmundos. Despus de dos das de calabozo

en donde sus camaradas, ya hombres, le obligaban a todo, cometiendo con lcrmenes repugnantes y vergonzosos el nio sale para el Depsito 24 de Noviembre. Lo llevan en el carrito. Pero el vigilante, antes de llevarlo al ve-hculo, le pone las esposas. No he visto jams espectculo que me d msvergenza, que contemplar a un robusto agente de la Polica llevando a unchico pequeo, dbil e indefenso, encadenado como un perro. Conocis elDepsito 24 de Noviembre? [...] Horroriza! En un pequeo espacio, se amon-tonan quinientos nios. Sin camas. Casi desnudos. Viven en una promiscui-dad que, sin duda, el doctor Senz Pea est lejos de conocer. De lo contrario,

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He aqu un menor de instintos salvajes pero no c riminalafirma la nota de la revistaFray Mocho. Sali de la prisin a los once aos, yndose a vivir a esta choza, en elpuerto, donde presta asilo a los compaeros mediante una retribucin vergonzosa.

el prximo 25 de Mayo, mandara poner en libertad a esos pobres muchachos.Algunos, como no tienen sitio para acostarse, duermen de pie. [...] En esta po-cilga hllanse encerrados los nios. Los hay desde 4 aos hasta 20.5

Como si no alcanzase la infamia, en la misma revista hay una foto de un

menor, acurrucado bajo unas ramas y con un epgrafe que lo termina de estig-matizar: He aqu un menor de instintos salvajes pero no criminal. Entr a lacrcel a los 4 aos de edad por dormir en los umbrales y no tener padres. Sa-li de la prisin a los once aos, yndose a vivir a esta choza, en el puerto,donde presta asilo a sus compaeros mediante una retribucin vergonzosa.

La sexualidad de los nenes lunfardos fue una preocupacin central de es-tos intelectuales. Eugenio Cambaceres cont en su novela En la sangre la vi-da de estos chicos hijos de inmigrantes italianos. Describi una pandilla demuchachitos, y a su lder, Gennaro hecho desde chico a toda la perversin baja y brutal del medio en que se educa, sin freno ni control deambulaba por el Centro, peda limosna a la salida de los teatros y terminaba la noche,ya de madrugada, en el Paseo de Julio. All iban los chicoscomo murcila-gos que ganan el refugio de sus nichos, a dormir, a jugar , antes que acabarael sueo por rendirlos, tirbanse en fin ac y all, por los rincones. Jugabana los hombres y las mujeres ; hacan deellos los ms grandes y deellas los ms pequeos, y, como en un manto de vergenza, envueltos entre tinieblas, con-

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5. Juan Jos de Suiza Reilly: Las miserias de la infancia, Fray Mocho , 1914, pp. 47 y ss.

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Los menores detenidos,que eran trasladadosal 24 de Noviembreesposados desde la comisara,no haban cometido ms delitoque no tener dndedormir ni quin los cuidase.

tagiados por el veneno del vicio hasta lo ntimo del alma, de a dos por el sue-lo, revolcndose se ensayaban en imitar el ejemplo de sus padres, parodia- ban las escenas de los cuartos redondos de conventillos con todos los secre-tos refinamientos de una precoz y ya profunda corrupcin.6

Otro profesional que se ocup de la sexualidad de los menores como paso previo a la delincuencia fue el mdico de la Polica, doctor Carlos Arenaza,quien realiz un estudio sobre doscientos nios delincuentes alojados en la

Prisin Nacional (la vieja crcel de Caseros), un trabajo que fue publicado enfrancs. All cuenta casos como el del Prontuario N 4703, Jos R., argentino,de doce aos de edad, aprendiz de zapatero. Dbil mental. Estigmas fsicos dedegeneracin. Incontinencia nocturna de orina. Irresponsable. Padres aparen-temente sanos. [...] Declara que se masturba desde que tiene memoria, lo hizo

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6. Eugenio Cambaceres: En la sangre, Buenos Aires, Imprenta Sud Amrica, 1 ed., 1887.

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por imitacin y sin sentir placer por ello. A los nueve aos tiene relacionessexuales con un menor algo ms joven que l. Actualmente se entrega a la pederastia pasiva.Ano infundibuliforme.7 La masturbacin era, para Arena-za, un camino de ida: Pierde con demasiada frecuencia el carcter de viciosolitario pues se practica en rueda, sin consideraciones de lugar y oportuni-

dad. Es una especie de justa en la que un grupo de menores inician al mismotiempo la operacin, bajo el control mutuo y aquel que termina primero reci- be el premio convenido que consiste generalmente en cigarrillos y centavos,cuando no las hojas peridicas que vocean por nuestras calles. El sitio, no re-viste importancia, tanto puede ser la pieza de una fonda de dudosa moralidaddonde se recogen a altas horas de la noche en promiscuidad con toda la es-coria social, como en una casa abandonada, en terreno baldo, los bajos delPuerto o rodeados de una verdadera muralla de canillitas, como me ha si-do dado observarlo a unas pocas cuadras de la Plaza de Mayo.8

Esos menores eran los que iban a tener que hacer el pas, no se los podadejar en manos de, valga la redundancia, el onanismo y los invertidos. El ojocientfico policial hizo foco en la sexualidad de los chicos.Pero si hay alguien que agit la sexualidad de los menores como fuentede toda peste social, alguien que alert a la sociedad sana sobre el peligrofatal de tanto canillita pederasta fue, sin dudas, el padre del socialismo ar-gentino, el de la voz insoportable y los comentarios racistas.9 El fundador y primer director del Instituto de Criminologa de la Penitenciara Nacional deBuenos Aires. El hroe intelectual que aun en el sigloXXI tiene su enormecuadro de honor en la Facultad de Filosofa y Letras. El que se sac la g pa-ra no parecer tan italiano. El gran simulador que alguna vez nos enga atodos: Jos Ingegnieros.

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7. Carlos Arenaza, citado por Fabio Adalberto de Gonzlez: Niez y beneficencia: un acerca-miento a los discursos y las estrategias disciplinarias en torno a los nios abandonados en Buenos Ai-res de principios del sigloXX (1900-1930), en Jos Luis Moreno (comp.): La poltica social antes de la

poltica social. Caridad, beneficencia y poltica social en Buenos Aires, siglos XVI a XX , Buenos Aires,Trama, 2000.

8. Ib.9. Cuenta el peruano Eudocio Ravines que, siendo joven e idealista, le pregunt a Ingegnieros:

Y qu cree Maestro que le hace falta a mi pas?. A lo que el doctor contest: Raza blanca, hijo, raza blanca. La gran estafa , Mxico, 1952.


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36. LOS CANILLITAS: Constituyen una masa ignorante, perjudicial al progreso del pas.

ran 500 chicos de 6 a 18 aos. Vendan diarios a gritos en las esquinas.Corra 1901 en Buenos Aires. El Estado aplic sobre ellos un dispositivo

de inteligencia que no dej nada por averiguar desde su nombre hasta lacreencia religiosa, desde cuntas veces se cepillaba los dientes hasta el ta-mao de sus rganos sexuales, la cantidad de veces que se masturbaban y susgustos teatrales. Todo cay bajo el ojo cientfico de Jos Ingegnieros. Los re-sultados de las pesquisas se publicaron en 1908 bajo el atemorizador ttuloLos nios vendedores de diarios y la delincuencia precoz.1 Con su amor por la taxonoma de las especies, el cientfico separ a los chicos en tresgrandes grupos: a) los industriales, b) los adventicios y c) los delincuentes precoces.

De los primeros escribi: Son en su mayora argentinos, hijos de padresitalianos, muchos son italianos de origen. Su edad flucta entre los 6 y los18 aos. [...] Casi todos son masturbadores. Algunos son pederastas. La sp-tima parte de los de 10 a 12 aos han tenido relaciones heterosexuales. [...]La mayora de los padres son catlicos y carecen de ideas sobre poltica ycuestiones sociales. La miseria, la ignorancia y el alcohol minan la felicidadde esos hogares proletarios. Inscribindose en una tradicin que, como vi-mos, inaugurara lvar Nez Cabeza de Vaca, agrega que los chicos analiza-dos tienen rganos sexuales muy desarrollados. Pero Jos Ingegnieros, conrespuestas para todo, saba la causa del desarrollo: Por el onanismo, asegu-raba, sin ningn rigor cientfico.

Adems del tamao, otras cosas llamaron la atencin de Ingegnieros:Hay un hecho digno de notarse: el nmero de negros, tuertos, cojos, man-cos, tartamudos, etctera, es muy reducido. Se explica: esos caracteres de-terminantes de una inferioridad orgnica, con relacin a los dems delgremio, les hace imposible ganarse la vida, por su inferioridad misma, porlas bromas pesadas de que se los hara objeto y por la imposibilidad de sos-tener una competencia que en el ltimo de los casos suele dirimirse a golpesde puo o titeo.2

De los del segundo grupo, los adventicios, dijo: Tienen entre 9 y 15aos de edad [...] masturbacin y pederastia generalizada, frecuente elonanismo recproco y aun el coito bucal recproco. En estos nios los carac-teres degenerativos son ms pronunciados que en los precedentes. La saludfsica es mejor en ellos que en los anteriores, pues los enfermizos no puedenadaptarse al gnero de vida nmada propia de este grupo.2 La contradiccinevidente entr e caracteres degenerativos pronunciados y salud fsicamejor no fue salvada por Ingegnieros. S asegur, en cambio, que los de es- _____________

1. Jos Ingenieros: Los nios vendedores de diarios y la delincuencia precoz (notas sobre unaencuesta efectuada en 1901). Archivos de Psiquiatra, Criminologa y Ciencias Afines (Buenos Aires)(1908), pp. 319 y ss.

2. Ib., p. 333. Titeo: burla.3. Ib., p. 336.

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En su categorizacin de los canillitasIngegnieros habla de delincuentes

precoces. Eran quienes solan quedardetenidos en calabozos como el de lacomisara 3 para terminar finalmenteen el 24 de Noviembre para serestudiados por los cientficos.Casi todos son masturbadores.Algunosson pederastas, asegura.

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En Buenos Aires, segn el estudio de Ingegnieros, haba 10.000canillitas entre 10 y 18 aos. En su informe sobre 500 casos hablade onanismo grupal, pederastia y coito bucal recproco.

te grupose mezclan y confunden de una manera insensible con los delin-cuentes. A mayor pederastia, mayor delincuencia. O viceversa. Finalmente, el ltimo de los grupos era en realidad una categora dis-tinta, ya que no estaba formado por canillitas en actividad, sino por de-lincuentes encuestados en el Depsito 24 de Noviembre, que alguna vezhaban vendido diarios. A ellos los describi de la siguiente manera: Co-mo delincuentes precoces no presentan diferencias de ningn gnero conlos que no han sido vendedores de diarios [!]. Tienen de 10 a 18 aos; su vi-da es ms nmada y azarosa. [...] Son inmorales. Sus ideas sobre polticason casi siempre opositoras al gobierno, irreligiosos, faltos de ideas estticas;igual gusto por los dramas criollos. [...] Las relaciones heterosexuales soncomunes, en muchos hay tendencias al proxenetismo. [...] Los pederastasactivos son ms numerosos que en el grupo adventicio, pero en cambio es-casean los pederastas pasivos.4 Teniendo en cuenta la estigmatizacin delos pederastas pasivos es probable que muchos chicos no le hayan conta-do a Ingegnieros toda la verdad.

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4. Ib., p. 338.

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El estudio minucioso, detallado, prejuicioso, no fue solo un capricho in-telectual del dandi que quera mostrar sus conocimientos sobre la informa-cin que en ese momento recorra el mundo.5 Fue un arma eficaz para elcontrol represivo. Otra vez la mayora construa un enemigo a su medida.Para Ingegnieros esos diez mil canillitas constituyen una masa ignorante,

perjudicial para el progreso del pas. [...] Diez mil vagos salidos de las filas de losvendedores de diarios son un peligro para el orden de cualquier ciudad po- pulosa. [...] Una turba de 10.000 vagos constituye un factor de desorden yde regreso. [...] El vago es un trmino medio entre el honrado y el delincuen-te, trmino medio tan terrible como el delincuente mismo, porque la socie-dad no puede defenderse de l atacndolo de frente. [...] Diez mil sujetos enesas condiciones suelen decidir el xito de una eleccin en la ciudad deBuenos Aires. La democracia era un verdadero peligro para Ingegnieros.Esos chicos, adoradores del coito bucal recproco, eran una peste pronta aapoderarse de la ciudad. Otra vez: Cualquier multitud o gremio de sujetos antisociales, est siempre dispuesta a participar de todas las perturbacionessociales extremas, por absurdas que sean. Pederastas y encima anarquistas:Nadie ignora que las sectas extremas son el refugio de estos individuos.

Casi cien aos ms tarde algo ha cambiado en Argentina.En aquel momento, Jos Ingegnieros fue considerado como el pensador

ms moderno que el pas tena para exhibir ante Europa. Hoy sera apenasun taxista reaccionario.

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5. En Francia acababa de editarse el libro Le crime dans la famille del decano de los jueces deinstruccin de Pars, Monsieur Albanel, de gran impacto en el mundo occidental por las cifras de adoles-centes criminales que all constaban.


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37. LOSARCHIVOS DEPSIQUIATRA: Es frecuente que el invertido profesional seaun delincuente.

odra quizs hablarse de predestinacin, de caminos astrales, de rutas tra-

zadas en el cielo. O por ah saba o intua de qu se trataba. El muchachi-to paraguayo de 25 aos cay a un hotelito de mala muerte en el epicentrodel vicio, en el Paseo de Julio, cuando el sigloXIX terminaba. Buscaba trabajo, no conoca a nadie en Buenos Aires. Estaba entrando a su hotel en la Re-cova, cuando escuch que lollamaban desde atrs. Al llamado se detuvo yentr en conversacin con el transente, siguiendo juntos el camino del ho-tel.1 El tipo le dijo cosas lindas y le hizo una proposicin claramente sexual.El muchacho no supo qu hacer, se enoj, se asombr,se interes. Fueraque encontrara cierta curiosidad en los hechos, fuera que las insinuacionesde dinero le tentaran, el caso es que poco a poco fue ablandndose hasta en-trar en tratos y aceptar la propuesta. El papel que deba jugar nuestro hroe

era el de pasivo .2 Con el tiempo supo que no era el nico, que haba unacofrada portea con circuitos de encuentro y diversin y se larg a la ca-

rrera. De all en ms, se llamara Aurora y gastara gran parte del dineroconseguido con la prostitucin en ropa y maquillaje. Las otras chicas de lacofrada le dieron consejos. Tanto le interes la cuestin esttica que no tar-d nada en dar con un amigo que le imparti las primeras clases de peluque-ra. Rpida para aprender, Aurora entr a trabajar en una de las peluquerasde damas ms importantes de la ciudad de principios de siglo. Eso s, al lo-cal iba vestido de varn. Es ms que probable que gracias a su nuevo con-chabo haya abandonado la prostitucin. Lo cierto es que en poco tiempo seconvirti en algo as como una estrella. Se hizo famosa y pocas se arregla- ban tan bien como ella. No volvi a estar con chicas desde su primera vezcon un hombre, all en el Paseo de Julio. Encontraba repugnante la solaidea de acercarse sexualmente a una mujer.

La historia se la cont el muchacho a De Veyga y habr que agradecerle almdico militar su obsesin por los lunfardos y los marginales. Los Archivosde Psiquiatra, Criminologa y Ciencias Afines, que junto con Ingegnierosedit entre 1902 y 1910, son el mejor registro que nos ha quedado de la vidamarica a principios de siglo.3 Claro que para llegar frente al mdico y contar-le sus cuitas primero debi pasar por una serie de crueles humillaciones. Es

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1. Francisco de Veyga: La inversin sexual adquirida,Archivos de Psiquiatra, Criminologay Ciencias Afines (Buenos Aires), (1902), p. 197.

2. Ib., p. 198.3. Los Archivos de Psiquiatra, Criminologa y Ciencias Afines , creados en 1902 por De Veyga e

Ingegnieros son un verdadero compendio del pensamiento de este grupo, con investigaciones que hacansobre los quincenarios del 24 de Noviembre y en el Instituto de Medicina Legal. Algunos textos, en especial de Ingegnieros, estn escritos en francs, ya que se buscaba permanentemente la publicacin en elextranjero especialmente en Francia de las investigaciones. Fue con el aval de estas publicaciones queIngegnieros en 1904 recibi el premio a la mejor obra cientfica del ao, de la Academia de Medicina deBuenos Aires. En 1905 represent a la Argentina en elV Congreso de Psicologa realizado en Roma. Nofue solo su consagracin cientfica internacional. El viaje tambin le sirvi para trabajar en Europa como

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que cuando lleg al 24 de Noviembre estaba todava vestido de mujer y esexcusado de decir las penurias que pas por acomodarse al local. El cambiode ropa fue, adems, obra difcil; fue necesario hacerle traer hasta las pren-das ms inferiores del traje ordinario, pues camisa, medias, calzones, todo erade mujer. Tena corset y enaguas, cubrecorset, ligas y todo lo que consti-

tuye la indumentaria del sexo que buscaba aparentar.4

Llegamos a saber gracias a De Veyga, que Aurora fue detenida por prevn-cin en un baile frecuentado por gente de su clase, en un burdel. Hace cienaos, s, existan bailes con travestis y homosexuales en Buenos Aires.5

No era la primera vez que Aurora caa presa. En 1897 fue procesada dosveces por hurto, en 1898 arrestada como cmplice de robo pero absuelta porfalta de pruebas. Le volvi a ocurrir en mayo de 1900, acusada de cmpliceen un caso de corrupcin de menores. Como cuenta el propio De Veyga, esun delincuente reincidente. Por ese motivo la Polica ejerce sobre l esavigilancia activa que tiene sobre todos los cientos, o mejor dicho miles, detipos que se encuentran en ese caso, vigilancia que convierte en arresto,fingiendo cualquier contravencin (escndalo, embriaguez, etc.) cuandosospecha la intencin de un delito.6 Tan interesados estaban De Veyga y laPolica en que Aurora fuera delincuente que hasta fingan cualquier con-travencin _____________

secretario de Roca. En 1907 fue designado gracias a su prestigio y su aceitada relacin con el poder, pordecreto presidencial, director del Instituto de Criminologa, que funcionaba en la Penitenciara de Bue-nos Aires. Desde ese ao, los presos de la Penitenciara tuvieron que trabajar imprimiendo los Archivos , para seguir cimentando el prestigio del director. Algunos datos concretos permiten dudar de la seriedadde Ingegnieros como cientfico.Alguien que lo conoci muy bien, el escritor nacionalista Manuel Gl-vez, cont en La verdadera historia de Jos Ingenieros que, aprovechando el hecho de ser director de losArchivos, Ingegnieros le jug una broma pesada a un poeta uruguayo enemigo suyo, publicando un trabajo en donde estudiaba al poeta como un caso clnico, cuando nada de eso era cierto. Solo se trataba deuna venganza personal. Dice Glvez: La ancdota del poeta uruguayo demuestra tambin en Ingenierossu carencia de verdadero espritu cientfico, lo mismo que la insuficiencia de su sentido moral. Era noto-rio que inventaba casos clnicos cuando los necesitaba. Haca el efecto de que todo en l fuese cosa de broma: el socialismo y la literatura, la psiquiatra y aun el ejercicio de la medicina.

4. De Veyga: O. cit., p. 195.5. Gmez, el autor de La mala vida , los llam saraos uranistas y cuenta que estuvo en uno,

solo por curiosidad cientfica, claro:Nuestra dbil pluma se resiste a trazar los rasgos descriptivos de tanextraa fiesta, en la que uno no sabe con qu ha de protestar con mayor vehemencia: si contra las im- posiciones de un hado inexorable, de un fatum invencible, que parece haber modelado la fisonoma mo-ral de los miserables a que venimos aludiendo, o contra esos depravados tambin, que contribuyen consus perversiones al desarrollo del vicio, influidos acaso, como los otros, por una extraa fatalidad, o, loque es ms probable, encauzados por la corriente malsana por el poderoso acicate del inters material, quelos induce a asumir el rol de activos como canfinfleros,en el campo de la prostitucin homosexual.Eran

pocas en las que la homosexualidad no estaba penada, por lo tanto, el doctor Gmez se senta impoten-te frente a tanto depravado. Es por eso que termina su captulo dedicado a Los homosexuales pidiendo el retorno a aquellas pocas en que la ley social [...] dejaba caer sobre los rebeldes toda la severidad desus condenaciones. Pese a esta falta de punicin hay un dato que hall para esta investigacin que me llam la atencin. En el primer Censo Carcelario Nacional del ao 1906, publicado en los Archivos , en1910, bajo elttulo Condenados varones y mujeres existentes en todas las crceles de la Repblica, estn discriminados quienes cometan delitos Contra la honestidad. All, adems de los que figuran como partcipes de los delitos de violacin, estupro y corrupcin de menores, constan dos presos por sodoma en Capital, tres en provincia de Buenos Aires, tres en Santa Fe y uno en Entre Ros. Adems, constan tres procesados por sodoma en Capital, dos en Buenos Aires y cuatro en Santa Fe. No es claro el registro sobre qu delito habr cometido esta gente, ya que tericamente la sodoma no estaba penada.

6. De Veyga: O. cit., p. 195.


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Aurora, fotografiada por los Archivosvestida de mujer y de hombre.En la clasificacin cientficase catalog su condicin comoinversin sexual adquirida,del tipo invertido profesional.

travencin para mandarla al 24 de Noviembre. A Aurora la convirtieron enreincidente para despus poder escribir: Es frecuente [...] que el inverti-do profesional sea un delincuente [...]. Las relaciones que sostienen todosellos con el mundo lunfardo son tan ntimas [...] probando as, de hecho,que no es solo sentimiento lo que agita el alma del invertido.7 Aurora fue presentada por De Veyga, en esas imposibles taxonomas de los Archivos,como un caso de inversin sexual adquirida, del tipo invertido profesio-nal, en donde la inversin sexual no se ha manifestado como obra espon-tnea de una tendencia congnita anmala, sino como el resultado de lacontaminacin o del desgaste mental, operados en una poca ya avanzadade la vida, despus de haberse establecido en la ms perfecta normalidad elinstinto genrico correspondiente a su sexo.8

Lo ltimo que sabemos de Aurora, por medio de De Veyga, es que al dejar el Depsito, despus de haber sufrido varios das el rgimen disciplina-rio que rige all, su airede marica pareca haberse disipado bastante.

Hace poco ms de cien aos, conclusiones tales eran parte de una disciplina a la que llamaban... ciencia.

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7. Ib., p. 199.8. Ib., p. 193.

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38. LAHONESTA ADA: El casamiento de invertidos sexuales no es un hecho raro.

da nunca fue como las otras.Ada era serio.

No le falt nunca nada, fue un beb hermoso, un nene frgil, un adoles-

cente marica, un joven serio.Ada, cuando el sigloXX comenzaba, soaba lo mismo que cualquier chi-ca de su hogar. Una casa para limpiar y convertir en palacio, hijos para cuidary un marido a quien cuidar y querer. No peda demasiado. Solo que habanacido anatmicamente varn y esa era una verdadera complicacin.

Como varn, entr a trabajar en Casa de Gobierno a los veinte aos. Su fa-milia tena buenas relaciones con el poder, el muchacho era eficaz, buen mo-zo, y lograron acomodarlo all sin mayor impedimento. No haran muchoms por l. Con su disfraz de varn, el que le exiga la dictadura de la apa-riencia, se convirti en un empleado eficiente, un muchacho dispuesto altrabajo, casi uno ms. Pero Ada no se senta uno ms. Era otra cosa.

As lo advirti un compaero de trabajo, seor bastante mayor que l,de quien se fue haciendo amigo. El seor result ser un poco calavera, un poco picaflor, un porteo de los tiempos de cuando se estaba forjando laporteidad.

Y estaba solo.De la amistad en la Casa de Gobierno pasaron a un copetn en el Paseo de

Julio, si quedaba ah noms y la tarde invitaba a la caminata. Un vagabundeonocturno, tonto como son los paseos de los enamorados, aprovechando la brisa hmeda del ro dulce. Las miradas que se estiran, lnguidas, y las pa-labras que ya ni se dicen. Sin embargo, Ada no iba a permitir que las cosas pasaran a mayores. Era honesta y exiga matrimonio. Con matrimonio, to-do, sin matrimonio, nada, le habr dicho esa noche. Lo debe haber hecho con tanta conviccin y honestidad que su compaero prometi pensarlo.

El casamiento de invertidos sexuales no es un hecho raro, pero esta ce-remonia solo se realiza como acto de ostentacin escandalosa para hacer p- blico un amancebamiento existente o deliberado; en este caso, la proposicintena todo el sello de la ingenuidad, debiendo admirarse tanto la intencinque la provocaba como la condescendencia del aceptante, pues al fin fue to-mada en serio y llevada a la prctica.1

S, se casaron.

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1. Jos Ingenieros: Patologa de las funciones psicosexuales. Nueva clasificacin gentica. Porel Dr. Jos Ingenieros. Profesor de la Universidad de Buenos Aires Director del Servicio de Observacinde Alienados. Obs. 9. Inversin primitiva de la tendencia sexual, Archivos (1910), p. 27. Aqu Ingeg-nieros retoma un caso ya estudiado por De Veyga en 1903. Era muy comn que un investigador republi-cara estudios hechos aos antes por otros investigadores, siempre citndose y elogindose. Tambin eracomn en los Archivos que un autor retomara su trabajo de aos anteriores, con pequeos cambios. La-mentablemente no hemos podido recoger ms registros de esos casamientos de invertidos, que, se-gn asegura Ingegnieros eran tan comunes en la poca. Llama tambin la atencin que la intencin dehonestidad proclamada por Ada, el hecho de que no privilegie su placer sexual, se convirtiera en elnico rasgo admirable que Ingegnieros encontr en toda su historia sobre invertidos.

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Sus amigas le envidiaron el tocado blanco, de azahares, y aunque no le di- jeron nada porque todas eran honestas, le miraron al novio, tan imponentecon su frac y sus guantes blancos. La ceremonia fue sencilla, pocos invita-dos, nada de repercusin social. Ella era una chica recatada.

Vino el tiempo de acomodar la casita, modesta pero elegante. Bien pues-

ta la casita, ella estaba en todos los detalles. Pero el hombre propone y ya sesabe por dnde andan los planes de Dios. Su sueo dur poco.Ella era demasiado celosa.l, demasiado calavera.Una noche l se habr quedado de ms en alguno de los piringundines del

Paseo de Julio o escuchando esa msica nueva, a la que llamaban tango, enel bar de la esquina de Necochea y Surez, en la Boca, bailando con los ami-gos. Ella sufri pero no dijo nada. Cuando l volvi, con olor a ajenjo, se hi-zo la dormida. Pero estaba triste. Muy triste. Nada estaba saliendo como lohaba soado.

Al poco tiempo comenzaron las peleas, las mentiras, el llanto a escondi-das, los gritos destemplados, las acusaciones. Demasiado ruido. Aunque aella le pareca increble, tuvo que aceptarlo como haba aceptado todo en suvida: se haba deshilachado el amor.

El divorcio fue una consecuencia inevitable.Su historia romntica fue entendida as por la ciencia de la poca: Men-

talmente considerado, Ada es un imitador de la mujer honesta. Bajo el punto de vista sexual, era un impotente completo. Jams tuvo una ereccin.Jams sinti la menor emocin de orden gensico. Su voluptuosidad consis-ta en sentirse posedo por un hombre, en sentir su compaa y su influen-cia protectora, en ser la mujer de un hogar, pero no tena siquiera el goce delcontacto con el amante, el placer de ver o tocar las formas; ni aun el de pre-sentar los espasmos erticos. Insensible a toda impresin de este orden, se prestaba framente a las exigencias pederastas, sin dar de su parte ms que elconcurso mezquino de su tolerancia.2

No sabemos si Ada ley lo que escribi Ingegnieros. Es probable que nole hubiera interesado demasiado. Despus del divorcio se sinti viuda y, encalidad de tal, por insistencia de sus amigas y amigos de la cofrada, fue a al-gunos de los saraos uranistas que se realizaban en el Paseo de Julio o en ca-sas particulares. Habr que suponer que fue en una de esas oportunidadesque la Polica lo llev al 24 de Noviembre para que De Veyga lo calce en sumicroscopio y lo analice, ya que ese dato no consta en los Archivos . Siempreserio y recatado, siempre callado, en poco tiempo todos supieron de su esta-do. Apareci entonces el muchacho que completara la historia. Bueno, trabajador, dispuesto a llevar a esa casita modesta pero elegante un poco deamor. Vivieron juntos hasta el fin de sus das. No sabemos si las perdices for-maban parte del men cotidiano de principios del sigloXX.

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2. Ib., p. 28.


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39. LA TRISTEMANN: Es un caso tpico de inversin sexual congnita.

ugaba con muecas y le deca la nena. Se rean de todo lo que haca, decmo se mova, de cmo hablaba, de cmo senta. Le pegaban entre todos

porque s. Por nena. Lo escupan. Toda humillacin le era propia.A los 15, su maestro lo hizo permanecer en clase hasta ms tarde. Se acer-c el maestro. Mucho. Lo acarici. l tuvo una ereccin, la primera de su vi-da. Cada da buscaba quedarse hasta ms tarde en el colegio. El maestro loacariciaba y olvidaba las mortificaciones de los compaeros, el desprecio dela familia, la burla del planeta. Un da el maestro lo invit a su casa. Se es-tremeci. Fue la primera vez que tuvieron sexo. Trag el semen del amor ysinti que por fin le pasaba algo bueno a su vida. Corra 1885 y Espaa yano era un buen sitio para l. Su familia decidi que deba embarcarse haciaun lugar lejano, hacia donde nadie lo conociese, otro continente en donde no pudiera ya dejar marcas de vergenza.

En medio de la marea de inmigrantes lleg al puerto de Buenos Airescon poco ms de 16 aos y una valija de cartn. Lo recibi el Paseo de Ju-lio. Empezaba una nueva vida con un nuevo nombre: Mann. Era flaqui-to, amanerado, lampio. Limpio. Frgil, muy frgil. Su profesin, peinadorde seoras. Saba coser y su vestuario femenino era la envidia de los saraosuranistas que lo tenan siempre como una de las principales atracciones. S-lo dos aos en Buenos Aires le bastaron para coronarse como una de las fi-guras ms sensuales de la noche del bajo fondo.

A los 18 aos, ya fatalmente enfermo de tuberculosis, tom un barco a Es- paa para morir con los suyos. Lo cual no dejaba de ser solo una manera dedecir.

El doctor De Veyga cont el caso en los Archivos de 1902,1 con algunasomisiones muy llamativas. De Veyga dijo que Mann fue a verlo porque es- putaba sangre, tena tos y se haba adelgazado notablemente. Lo revis y lediagnostic tuberculosis, de la que morira un ao ms tarde. El tema de lainversin sexual apareca despus, con las siguientes visitas de Mann almdico. En su relato, Mann era un paciente que voluntariamente lo visit.Jos Ingegnieros, fiel a su costumbre, retoma el caso ocho aos despus2 y locuenta de manera muy distinta: En diciembre de 1899, ingres al depsitode contraventores de la Polica el Sujeto N.N., joven de 18 aos de edad, deaspecto afeminado, correcta presencia, lampio, insinuante. Su historia cl-nica ofrece un ejemplo claro de parestesia sexual; la hiperestesia del recto esel punto de estmulo de la emocin sexual. Segn analiza Jorge Salessi, laomisin de De Veyga no fue casual: En esta otra historia de Mann desapa-reci la tuberculosis [...] reemplazada por la emocin sexual de Mann, en-tregado al goce de sus sensibilidades anales. [...] La referencia al arresto deMann en la historia escrita por De Veyga hubiera dejado transparentar que _____________

1. De Veyga: Archivos (1902), p. 44.2. Jos Ingenieros: Patologas de las funciones psicosexuales, Archivos , 1910.

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Mann brill brevementeen los saraos uranistasy muri de tuberculosis

a los 18 aos.Para De Veyga se tratabade un caso de inversinsexual congnita. Por lo tanto deba tratarlala ciencia a d iferenciade la adquirida quedeba ser punida comodelito por la Polica.

los mdicos y policas colaboraban y utilizaban procedimientos violentos,detenciones ilegales y aprisionamientos durante los que los criminlogos so-metan a sus prisioneros a interrogatorios de la misma forma que los policasinvestigaban el movimiento obrero.3

Para De Veyga, Mann: Es un caso tpico de inversin sexual congnita,que ha permanecido latente hasta que la ocasin le permiti manifestarse yestablecerse definitivamente. Es posible que si las primeras sensaciones se-xuales hubieran sido producidas por personas del sexo femenino, las im-genes psicosexuales se habran formado normalmente sobreponindose o borrando las tendencias congnitas. Es indudable que la educacin de lasfunciones sexuales, en uno u otro sentido, influyen para determinar o no lainversin de los sujetos congnitamente predispuestos, de igual manera que,

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3. Salessi: Mdicos, maleantes y maricas , p. 160.

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en los no predispuestos, condiciones especiales de educacin y ambiente pueden determinar perversiones sexuales adquiridas.4

Las teoras de Ulrichs sobre la homosexualidad congnita, eso de tenerun alma de mujer en un cuerpo de hombre, le servan al doctor De Veyga para tratar el tema como una enfermedad, pero no al polica De Veyga, ya que

al ser la homosexualidad algo congnito, no poda castigarla como un delito.Establecieron entonces De Veyga, Ingegnieros y sus colegas una diferencia-cin minuciosa y poco seria entre congnita y adquirida, que le serviratanto a la medicina como a la Polica. Los invertidos congnitos seran trata-dos por la ciencia. Los que tuvieran inversin adquirida seran tratados porla Polica. La mala noticia era que medicina y Polica estaban en las mismasmanos.

Para De Veyga, Mann no muri porque en 1902 todava no se conoca lacura de la tuberculosis, sino porque su vida desarreglada hizo fracasar el r-gimen curativo.5

Ni muerto Mann consigui algo de respeto.

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4. De Veyga: Archivos (1902), p. 44.5. Ib.


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40. R OSITA DELA PLATA: Su nico deleite es saber que desempea bien su papel demarica.

uizs por primera vez se haya sentido libre. Vio el barco alejarse lento,

como un planeta que abandonase distradamente su rbita original. Un planeta imposible que renunciase a jugar su juego exacto en el universo. Pa-rado sobre la soledad del puerto de partida se sinti un pobre diablo, co-mo le diran los mdicos una dcada ms tarde. Salud tmido, agitando un pauelo bordado, a su esposa y a sus hijos (aun no sabemos si fueron tres ocuatro). Haban sido cinco aos de matrimonio. Buenos, claro, estaban loschicos. Se conocieron en la casa en donde l trabajaba como sirviente desdeque lleg de Espaa. Lo queran mucho all, era un buen dependiente. No seatrevi a decirle a su novia entonces, y tampoco pudo en el momento de la partida, que a veces notaba con ansiedad en l, una alma que no le correspon-da, un alma equivocada. El alma de una mujer coqueta que adoraba pasear-

se por los carnavales con su sombrilla, su peinetn, sus atrevidas enaguas.Los primeros aos en Buenos Aires, antes del noviazgo, se aventur. Entren el corso como una ms. Ador las frases galantes, los piropos atrevidos,los roces disimulados. Se cas pero igual sigui tomndose la licencia deesos cuatro das locos. Hasta que naci el primer hijo, y entonces se propu-so ser un padre como todos los dems.

No le sali. No pudo.El alma de mujer que llevaba adentro, cunta razn tena Ulrichs! Por

eso, cuando su esposa le dijo que asuntos urgentes la requeran en Europa,no hizo ningn esfuerzo por retenerla. Solo le prometi que mensualmentele mandara dinero, prepar su mejor pauelo y los acompa hasta el puer-to. Nunca falt a su promesa de cuidarlos econmicamente a la distancia. Pe-ro el barco se iba, y con l, la farsa de una vida familiar tan burguesa comoheterosexual.

Lo que quera era olvidar para siempre ese ridculo nombre masculino y bautizarse como ya le decan algunos de los amigos de la cofrada: Rosita de LaPlata, el nombre de unacuyre famosa de la poca. Para el siguiente car-naval ya no tena ninguna atadura. Cuando el hombre se acerc y le propu-so directamente un encuentro ntimo, dicen que Rosita pens que tanto lehaban hablado del asunto que le pareci de su deber probar.1

Lo que haba intuido en tantas noches de matrimonio mentiroso se hizoverdad: no tard nada en ser ms famosa que la Rosita de La Plata original.En los siguientes diez aos, dictara moda, no solo entre las chicas de la co-frada. Las damas porteas la criticaban, pero siempre alguna le robaba eldiseo de un sombrero, de unos zapatos originalsimos hechos especial-mente para ella. En un mercado exigente, como el porteo de fines del sigloXIX, donde cada da apareca un gringuito nuevo queriendo ser la gran da-ma _____________

1. De Veyga: Archivos (1902), p. 203.

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Se bautiz a s mismo Rosita de La Plata cuando decidi abandonar a su familia y su vidaheterosexual para volcarse a lo que ntimamente siempre haba deseado. De Veyga

dictamin que representa el tipo que se hace invertido por simple espritu de imitacin.

ma, Rosita de La Plata no tuvo rivales. Y eso que su apariencia habitual erademasiado viril para lo que se esperaba de una dama de la cofrada.

Sera quizs esa apariencia la que despist al teniente general doctor DeVeyga, quien en los Archivos dictamin que Rosita Representa el tipo quese hace invertido por simple espritu de imitacin.2 Y agreg: Se trata de un dbil de espritu que ha pasado su juventud de una manera arreglada, que seha casado y formado una familia, que ha trabajado siempre con circunspec-cin y honradez, pero que, careciendo de ideas, se ha dejado llevar por las

tentaciones que el medio le ofreca, terminando por penetrar en l. Es un pobre diablo que lo mismo que se ha hecho invertido ha podido hacerse delin-cuente u otra cosa cualquiera, si la sugestin lo hubiese solicitado en otrosentido.3 Cientficamente, De Veyga deca que Rosita se hizo homosexual

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2. Ib., p. 202.3. Interesante notar que si bien para el doctor Rosita podra haberse hecho otra cosa cualquier-

ra, lo primero que pens es que podra haberse hecho delincuente.

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una pensin que los suyos le pasan. Su estado mental, por otra parte, parececercano de la decadencia completa, sin haber perdido por eso sus tendenciashomosexuales.3 No lleg hasta nosotros el nombre ni ningn otro dato de ladama de la sombrilla. Solo la sospecha de que el da en que dijo basta, fue elms feliz de su vida.

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3. Ib., p. 208.


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42. LA ARISTCRATA: Yo soy as porque as he nacido.

s ridcula su exigencia de que le cuente, en la forma comprometedorade la carta, los detalles de mi vida; pero como soyatenta , y nunca fui

descorts con un hombre, all van estas lneas, para que las guarde y sea dis-creto. Noblesse oblige , como dicen los caballeros.Yo soy as porque as he nacido, y de todos modos tendra que serlo, por-

que para m, la belleza no tiene sexo, ni el amor lo reconoce.Yo no hago nada de extraordinario: me gustan los hombres y por ello

tengoexpansiones con ellos.Los trato con exquisito savoir faire , como diceuna de las de la cofrada,

que escribe la crnica social de cierto diario; pero no los busco, porque soyhermosa y ellos son quienes me deben buscar.

No podra decirle qu clase de hombres prefiero: el amor es ciego. Ben-dito sea el amor!

No tengoquerido, porque me considero incapaz de serle fiel. Au revoir.Myosotis.P.D. Rompa esta carta despus de leerla. Vale.1

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1. Citada en Gmez: La mala vida , pp. 185-185. Gmez la presenta as. Respecto de ese afn de vindicarse, es interesante, sindolo tambin bajo otros aspectos, la siguiente carta que nos dirige Myo-sotis, invertido congnito, joven, y de la clase que llamaremos aristcrata. No hace referencia Gmez a las circunstancias en las que pidi al muchacho la descripcin, pero ha de colegirse que Myosotis estu-vo preso en el 24 de Noviembre.

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La Bella Otero escribi para los Archivos su au tobiografa haciendo gala de un finosentido del humor que sus cancerberos no supieron captar. No quiero tener mshijos, pues me han hecho sufrir mucho los dolores del parto, ironizaba.

Otras ocasiones me gustara tomar el hbito de monja carmelita, por -que soy devota de Santa Teresa de Jess, lo mismo que todas las mujeres

aristocrticas. Pero como no soy capaz de renunciar a los placeres del mun-do, me quedo en mi casa a trabajar, haciendo costuras y bordados para dara los pobres.

Soy una mujer que me gusta mucho el placer y por eso lo acepto bajo to-das sus fases. Algunos dicen que por todo esto soy muy viciosa, pero yo leshe escrito el siguiente verso, que se lo digo siempre a todos.

Del Buen Retiro a la Alameda los gustos locos me vengo a hacer.Muchachos mos tnganlo tiesoque con la mano gusto os dar.Con paragitas y cascabeles

y hasta con guantes yo os las har,y si t quieres, chinito mo, por darte gusto la embocar.Si con la boca yo te incomodoy por la espalda me quieres dar,no tengas miedo, chinito mo,no tengas pliegues ya por detrs.Si con la boca yo te incomodo

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y por atrs me quieres amar, notengas miedo, chinito mo,que pronto mucho vas gozar.He estado en Pars, donde bail en los cafs-conciertos dndole mucha

envidia a otra mujer que usa mi mismo nombre para pasar por m.

Muchos hombres jvenes suelen ser descorteses conmigo. Pero ha de serde gana de estar conmigo, y por qu no lo consiguen? Porque no puedo aten-der a todos mis adoradores.

No quiero tener ms hijos, pues me han hecho sufrir mucho los doloresdel parto, aunque me asistieron mis amigas Magda y Luca, que no entien-den de parto, porque nunca han estado embarazadas, porque estn enfermasde los ovarios.

Me subyuga pasear en Palermo, porque el pasto es ms estimulante para el amor que la mullida cama.

Esta es mi historia, y tengo el honor de regalarle al doctor Veyga algu-nos retratos con mi dedicatoria.La Bella Otero.2

En una poca en donde no se dejaban registros periodsticos ni histricosde la vida homosexual, Luis D., espaol conocido efectivamente en el bajofondo como La Bella Otero, consigui hacer publicar sus fotos y sus poe-sas ingenuamente pornogrficas en una revista estatal.

Luis D. era bajito, de pies pequeos, lampio, de voz aflautada. De Veyga,siguiendo la obsesin de lvar Nez Cabeza de Vaca y de Ingegnieros, hi-zo especial hincapi en el tamao del pito de Luis: Merece sealar se que la ex-cesiva pequeez de sus rganos sexuales, atribuida por el interesado a la msabsoluta castidad; no conoce el coito con mujeres ni ha practicado la pede-rastia activa.3 Fue mucamo hasta que, segn De Veyga, entr en el meretri-cio homosexual, lo que le produce lo necesario para vivir.4

Como sus amigas de la cofrada, entr y sali del 24 de Noviembre y devarias comisaras. Cada vez que apareca en la calle vestido de mujer, lo lle-vaban, y lleg a estar preso seis meses en la Penitenciara Nacional, acusadode hurto. Sus habilidades sexuales despertaron el inters cientfico de DeVeyga, quien describi: Adems de ejercer la pederastia pasiva, practica elonanismo sobre sus clientes y no desdea el ejercicio del coito bucal; entresus congneres es alabado por esta ltima habilidad.5 Y agrega el doctorgeneral de Divisin casi al borde de la pornografa: Contra el gusto domi-nante entre los dems invertidos, prefiere hombres de edad a los jvenes, explica su gusto porque los viejos prolongan el coito y le pagan puntualmente,mientras que los jvenes lo practican rpidamente, y en lugar de pagar le exi-gen dinero o lo maltratan. Entre los viejos prefiere los barrigones y peludos, barrigones porque la intromisin del pene es menor y toda la excitacin se

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2. De Veyga: Archivos (1903), pp. 495-496.3. Ib., p. 493.4. Ib.5. Ib., p. 404.


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localiza en el esfnter; peludos porque le producen gratas cosquillas en laespalda y en las regiones glteas. Dice que el coito anal le produce sensacionessumamente voluptuosas; cuando lo practica con personas que le son simp-ticas no defeca, para no desprenderse del esperma, cuya retencin cree leconserva las ilusiones sexuales relacionadas con el acto realizado.

Otra muestra del humor de La Bella Otero, que solo paseaba en carruaje por la ambigua Buenos Aires de fines del sigloXIX.


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44. LOS INTERNADOS DE SEORITAS: Anoche so que estbamos solas, en un so- f, alumbradas por la luna.

asaron cuatrocientos aos, pero bien sabido es que la venganza en un pla-

to que se come fro. La Iglesia Catlica fue obligada a probar su propiamedicina. A comienzos del sigloXIX, los pensadores del Estado laico se to-maban la revancha, lanzndole a la Iglesia la misma acusacin sodomitacon la que aquella haba abierto la puerta a los conquistadores para pisotearlos derechos indianos.

Vctor Mercante1 realiz una investigacin en un internado, pero su pre-cisin cientfica le alcanz para decir que los hechos se refieren al interna-do x..., escuela de enseanza superior de Buenos Aires donde cursan niasde 10 a 22 aos. Mis anotaciones comprenden, adems, establecimientos particulares y del Estado donde las prcticas religiosas parecen mal antdo-to para la psicopata que voy a tratar, el uranismo esttico.2 El resultado de

la investigacin, como no poda ser de otra manera, fue publicado en los Ar-chivos de Psiquiatra, Criminologa y Ciencias Afines del prestigioso tndemDe Veyga-Ingegnieros. No se salva nadie en el trabajo de Mercante, ni la Vir-gen Mara:La homosexualidad femenina no es por lo comn impulsiva, hayuna predisposicin morbosa a mantenerse contemplativa y romancesca, si es posible, con cierta operosidad mstica. Aqu su parentesco claustral. El cultode reclusas a Mara es un sndroma psicoptico donde el amor de la mujerha sufrido la inversin, pero dentro de una actitud completamente pasiva,exttica .3 Tantas chicas arrodilladas en silencio, contemplando a una se-ora de yeso o madera, horroriz a Mercante, quien titul su trabajo Feti-quismo [sic] y uranismo femenino en los internados educativos.4

El profesor visit varios internados religiosos, y en uno de ellos le llamla atencin la tranquilidad y el silencio en que las alumnas se encontrabanen un recreo. No haba gritos ni corridas. Solo grupos estticos de chicascharlando. Al ojo cientfico no se le escap nada: De modo que el patio era _____________

1. Vctor Mercante (1870-1934). Pedagogo y psiclogo. Fue maestro y director de escuela has-ta que lo convoc Joaqun V. Gonzlez para organizar la seccin Pedagoga de la Universidad Nacional deLa Plata, base de lo que hoy es la Facultad de Ciencias de la Educacin, de la que fue decano. Entre 1906y 1914 dirigi los Archivos de Pedagoga y Ciencias Afines y entre 1914 y 1920, los Archivos de Cienciasde la Educacin . En 1908 fue designado presidente de la Sociedad de Psicologa de Buenos Aires. Escri- bi La crisis de la pubertad y sus consecuencias pedaggicas en 1918. All estudi a los chicos de entre

12 y 16 aos, en la crisis de la pubertad, cuando segn l, complejos afectivos afloran caracterizando-se como una especie de cretinismo transitorio y a la vez contradictorio. Por eso propuso incluir tareasde granja, taller, prcticas intensivas de ejercicio fsico con la intencin de canalizar el excedente deenerga fsica del pber.

2. Vctor Mercante: Archivos (1905), p. 25.3. Ib., p. 25.4. En la primera parte del trabajo se encarga del fetiquismoy denuncia, azorado, el uso de

medallones y anillos por parte de las chicas ya que el resultado inmediato del fetiche, que evoca una si-tuacin ausente, es la idea obsesiva que orienta la actividad psquica en una sola direccin e incapacitael cerebro para el estudio. Por eso aconsejaba prohibir el uso de anillos y collares, pese a las protestas de las directoras de los colegios. Nosotros ordenamos y al da siguiente todas obedecieron. Lamujer es hi- ja del rigor, sentenci. Archivos (1905), p. 23.

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una sala, las nias visitas, el conjunto etiqueta. La impresin era buensimay envidiable, tanto ms cuanto que el fenmeno se produca espontneo, a punto de ser innecesaria la vigilancia de las profesoras; en efecto, abandona- ban los patios para entregarse a quehaceres del momento. No advertan quela quietud de aquellos seres sin trabajo no poda ser sino ficticia, y que don-

de hay un cerebro hay una actividad. Parte de aquellas nias yacan de a doso en pequeos grupos, en un ngulo, sobre un banco, contra una columna,del brazo o tomadas de la mano, minutos antes de una leccin de Aritmti-ca o de Historia, conversando quedas o ilusionadas, de qu? Deba presu-mirse. Las confidencias, por caminos indirectos, llegaron a m. Eran noviosque conversaban de sus asuntos. No obstante el carcter espiritual y femeni-no de aquel connubio, un elemento era el activo, el otro pasivo, lo que con-firma el principio de las autoridades en la materia.5

Mercante estuvo ah y vio ese recreo, pero extendi sus conclusiones mu-cho ms all del patio de ese colegio por mtodos no tan cientficos como laobservacin, segn l mismo cont: Gracias a relaciones de familia pude,con sorpresa, constatar que el uranismo pasivo (acerca del impulsivo no ten-go datos) constituye enlos grandes internados de educacin, una epidemia.6

Con nimo de maestra metiche, Mercante hurga entre las cartitas que semandaban las chicas y no duda en publicarlas, como prueba cientfica de laepidemia denunciada: Ayer al subir las escaleras fue tan poco tu cuidadoque muchas de mis compaeras vieron tus piernas. No s qu me pas en esemomento. Sent que la sangre se me agolpaba a las mejillas. Te ruego, mi al-ma, que ajustes las polleras y uses enaguas menos almidonadas, dice unacarta. Otra: Esta maana not que mirabas a Ofelia; sabes cunto sufro conestos procederes de tu conducta. No dudo de tu amor tantas veces jurado es-trechando tus manos y besando tus labios. Pero no lo hagas; soy celosa, yosufro. Y otra: Mi querida Chacho, tus besos abren para mi corazn unmundo de felicidad. Dios conserve este amor que comprendo tan grande. Aveces eres celosa y me increpas injustamente. Debes saber que para m teres todo en este mundo. Mi pensamiento vive en ti. Anoche so que estbamos solas, en un sof, alumbradas por la luna. Tus palabras eran dulcescomo las de Efran. Ah, no quisiera olvidarlas nunca! Al levantarme puse turetrato junto a mis labios y lo cubr de besos.7

Despus de meterse en los recreos y en la correspondencia privada de laschicas, Mercante anunci sus intenciones, cientficas claro: Slo he pre-tendido, con hechos documentados, constatar la existencia de un estadomorboso, posiblemente de remota data en establecimientos organizadosconventualmente. El pobre Mercante no saba que no solo eran de remotadata, sino que la epidemia lo sobrevivira y a pesarde las maestras meti-ches y los doctores escandalizados, miles y miles de chicas se seguiranmandando cartitas inocentemente erticas, por lo aos y los aos. Amn. _____________

5. Ib., pp. 25-26.6. Ib., p. 25. Mercante no explica la diferencia entre uranismo pasivo e impulsivo. 7. Ib., p. 30.


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45. LA MADRINA DEL PUEBLO: Vestido de hombre es un hombre y vestido de mujeres una mujer; esto es innegable.

iempre vivi con sus padres; era una de las personas ms queridas de Co-

lonia General Fras, cerca de Conesa, en la provincia de Ro Negro. Tantola queran que se fue convirtiendo en madrina de todos los chicos que nacanen la localidad. Los padres la elegan porque adoraba a los pibes, les hacaregalitos que ella misma confeccionaba. En el pueblo todos saban que erauna persona honesta, trabajadora y hasta Viedma haba llegado su fama dehabilsima tejedora y bordadora. Lo que no saban en el pueblo era de qu se-xo era, pero eso no pareca importarle demasiado a nadie. Excepto al Estado,claro. Quin es? Cmo se llama? Qu sexo tiene? Para que la gente conta-se esas cosas es que se haba creado la Ley de Enrolamiento.

Un da de 1902, mientras venda los bellos bordados, las mantas y los go-rros en Viedma, el profundo ojo del higienismo estatal la detect, lleg has-

ta ella y, claro, la detuvo. No podan hablar de escndalo, no podan hablarde prostitucin, mucho menos de desacato a la autoridad. Cmo encarcelara alguien que est en su casa, bordando, acompaado por sus padres, estima-do por la comunidad?

Ah, s: como infractor a la Ley de Enrolamiento.1 Fue llevado a la crcel de Viedma.As lo cont la revistaCaras y Caretas : Un sujeto indgena que vesta de

mujer y serva como madrina en los bautismos, siendo muy obsequiado porlos vecinos de aquellos lejanos lugares. En dichas apartadas regiones denuestro pas, en que son escasas las mujeres, es industria provechosa apadri-nar nios en la pila bautismal.2 La revista se vio en la necesidad de justifi-car al pueblo de Colonia General Fras que andaba eligiendo a una travesticomo madrina. Pero en el pueblo nadie se llamaba a engao: En la ColoniaGeneral Fras, donde desde hace muchos aos est radicado el sujeto, junta-mente con sus padres, era pblico y notorio que, a pesar de sus ropas de mujer, se trataba de un hombre; pero como la original dama no causaba dao ni perjuicio [...] nadie observ nunca su singular mana de disfrazar su sexo. Elsujeto, vestido de hombre es un hombre y vestido de mujer, es una mujer; es-to es innegable.3

Lejos del 24 de Noviembre pero cerca de sus reglas, fue en la crcel deViedma que la versin rionegrina de De Veyga, el doctor Csar Fausone, lafiscaliz. Vinieron entonces las fotos de la vergenza, la soberbia intelectualy el patoterismo mdico. El doctor Fausone, demostrando que en el interiordel pas se conoca y respetaba la literatura mdica portea contempornea,

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1. El hombre-mujer descubierto en Viedma,Caras y Caretas (Buenos Aires), nm. 189 (1902), p. 39.

2. Ib.3. Ib.

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En su pueblo, la ColoniaGeneral Fras en Ro Negro,todos la queran y la solan

elegir como madrina debautismo de sus hijos.Era una hbil tejedoray bordadora y viva con suspadres. Su caso fuecientficamente calificadocomo inversin sexualcon anestesia congnita. Fue detenido como infractor ala Ley de Enrolamiento.

emiti su veredicto en un informe: Se trata de un caso de inversin sexual,con anestesia congnita.4

Ya ni en la Patagonia se poda estar tranquilo/a.

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4. Ib.

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46. LOS COLEGIOS RELIGIOSOS: En las clases ms elevadas encuntranse mltiplesejemplos de homosexualidad.

l juez Servando Gallegos visit la crcel correccional de menores, insti-

tuto que en 1900 manejaba el presbtero Pedro Bertrana. Las denunciasarreciaban en la prensa de la poca: en ese lugar los menores eran castigadoscon torturas, decan. EnCaras y Caretas consignaban: Cuando los poderes pblicos decidieron la creacin del nombrado establecimiento,1 creyeron loms conveniente a semejanza de lo que en algunas naciones europeas seacostumbra, confiar su direccin a ciertas congregaciones religiosas.2 Pron-to se arrepentiran. En su visita el juez encontr segn se dijo, cajas deemparedamiento y pudo comprobar lo que respecto a la crueldad de loscastigos se haba hecho pblico.3

Sigue relatando el articulista: De la inspeccin judicial pareceresultarque en aquella crcel se han renovado ciertos procedimientos terribles, cuya

descripcin puede hallarse en las sangrientas crnicas del Santo Tribunal dela Inquisicin. Como inspirados por el propio Torquemada quien, segn laleyenda y como ya vimos, era el mismo diablo convertido en inquisidor lastorturas a las que se somete a los menores detenidos revisten un carcter insu- perable de refinada crueldad. Los plantones, el ayuno, el encierro, los azotes yel encajonamiento son las ms suaves y sencillas formas de las penitenciasimpuestas.4 Algo extrao ocurre en la nota sin firma deCaras y Caretas .Cuando habla de los tres chicos castigados por los que se inicia la invest-gacin, nombra al menor Juan B. Irigoyen (preso por haber herido a variosnios en el rostro con un trozo de sierra), a Vicente Gherzzi (muchacho pendenciero y de carcter indmito) y a Norandelli (condenado por actosde sodoma).Sin embargo, en la foto que ilustra la nota, aparecen tresmuchachitos y un epgrafe quereza: Los menores Juan B. Irigoyen, AgustnRomero Rocott y Vicente Gherzzi, que denunciaron haber sido castigadoscruelmente. Norandelli fue sustituido en la ilustracin por otro menor. Elsodomita no mereca ni la fama infamante de la foto en la revista.

Lo interesante es ver cmo en 1900 el Estado se quejaba por el castigo queun presbtero comparado con Torquemada aplicaba a un sodomita.

Mientras tanto, el criminlogo Eusebio Gmez tambin criticaba la edu-cacin cristiana pero desde otro lado: En las clases ms elevadas, especial-mente entre los jvenes que a ellas pertenecen, encuntranse mltiplesejemplos de homosexualidad. Todos los conocemos y los observamos. Setrata aqu, casi siempre, de una homosexualidad adquirida en la comunidadde la vida de colegio, especialmente del colegio religioso, tan propicia, contodas sus particularidades, al desarrollo de esta aberracin.5 Y hay otro ilus- _____________

1. Se haba inaugurado solo dos aos antes, en 1898.2. Las denuncias contra la correccional de menores,Caras y Caretas (1900), pp. 23-24.3. Ib.4. Ib.5. Gmez: La mala vida , p. 190.

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Historia de La Homosexualidad en La Argentina - Parte 4 by Huije [Historia de La Homosexualidad en La Argentina - PARTE 4.PDF] (42 Pages)