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RBN° 70 Las cartas joanicas

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clase de san Juan

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  • EDITORIAL .............................................. Pg. 2

    SECCIN MONOGRFICA

    1.Una comunidad en camino, una comunidad de resistencia. Ambiente sociocultural de la comunidad jonica....................... Pg. 4Ignacio ROJAS GLVEZ

    2.Crisis en las comunidades jonicas:13 Jn .................................................... Pg. 15Jos Antonio GONZLEZ GARCA

    3.Elementos teolgicos en las cartasjonicas.................................................. Pg. 25Jos FERNNDEZ LAGO

    4.El presbtero y la Seora (2 Jn) ............ Pg. 35Julio LAMELAS MGUEZ

    5.El concepto de verdad en las cartasde san Juan............................................ Pg. 45Antonio LLAMAS VELA

    SECCIN ABIERTA

    1.Sobre la Sagrada Biblia. Versin oficial de la CEE ................................... Pg. 54Juan Miguel DIAZ RODELAS

    SECCIN DIDCTICA

    1.Las cartas jonicas en la Biblia dela Conferencia Episcopal Espaola .... Pg. 64Juan Carlos GARCIA DOMENE

    SECCIN INFORMATIVA

    1.Boletn bibliogrfico bblico............... Pg. 702.Noticias............................................... Pg. 70

    VERANO 2011 N 70

    CARTAS JONICASCoordinador: Dr. Antonio Llamas Vela

  • 2Los cinco estudios que ofrecemos facilitan la lectura cristiana del texto de lascartas jonicas, esos escritos del primitivo cristianismo con tantos matices,riquezas y experiencias, a la vez que dificultades, retos y mensajes de aque-llas comunidades.

    Una realidad importante es el contexto vital en el que se encontraban esas comu-nidades cristianas. Para ello nos servir de gran ayuda conocer el ambientesociocultural de las comunidades jonicas. Es lo que de una manera sencilla haexpuesto gil y magistralmente el profesor Ignacio Rojas Glvez.

    Ciertamente, aquellas comunidades estaban en camino, buscando vivir y expresarel misterio de Cristo que haban vivido y experimentado con sus misioneros, aquellosque por primera vez les haban comunicado la Buena Noticia, con los que habancelebrado a Cristo, el Seor, y con quienes se haban convertido en testigos del Resu-citado. Las comunidades deban afrontar los envites de ambientes hostiles (algunasveces el gnosticismo) y resistirlos. Unas veces fueron interpelados por la doctrina delos hombres de Qumrn; otras veces, al producirse la primera guerra juda, los cris-tianos tuvieron que huir, a feso, a Patmos. A pesar de todo, las comunidadesjonicas vivieron y manifestaron el misterio de Cristo. Su camino era un camino detestimonio, de esperanza, porque les alumbraba la certeza del Resucitado.

    El contexto es muy importante para la interpretacin y para nuestra aproxima-cin a estas cartas. El profesor Jos Antonio Gonzlez Garca expone, desde su largaexperiencia como intrprete del texto bblico, un ensayo que es una aproximacina aspectos importantes de las comunidades jonicas. Se trata de la crisis que exis-ta en esas comunidades debida a mltiples causas y de importante calado. Existandesviaciones de tipo cristolgico, unas veces desde la ingenuidad y la simplicidad.Consistan en contemplar la figura de Jess de manera fundamentalista, porquemuchos cristianos crean en el pensamiento de los gnsticos. Otras veces no se con-sideraba el misterio de Cristo en su totalidad, sino de manera parcial. Este modode entender condujo a muchos cristianos al docetismo, que negaba la dimensinhumana de Jess. Existan tambin desviaciones de tipo escatolgico, porquecrean que su salvacin se haba realizado y nada haba que esperar ya, con lo cualse consideraban superiores a todos y despreciaban a los dems. Tambin existandesviaciones tico-morales en las comunidades jonicas.

    EDITORIAL

  • 3La lectura de las cartas de san Juan no sera una lectura adecuada y cristiana sino contemplara la teologa que se encuentra en esos escritos. Desde su saber leer ydiscernir los diferentes aspectos teolgicos que subyacen en esos escritos, el profe-sor Jos Fernndez Lago nos aproxima a un verdadero tratado de teologa en lasdenominadas cartas de san Juan. Estos escritos manifiestan la Trinidad divina, ascomo otros aspectos teolgicos de gran calado. Se requiere el conocimiento de Diosy la aspiracin a la verdad, el amor de los unos a los otros, como el gran cataliza-dor de la vida cristiana. Los cristianos han nacido de Dios, vienen de Dios,pertenecen a Dios y, al estar en l, han recibido el conocimiento, esto es, la uncinde su permanencia en Dios.

    Existen aspectos importantes en las cartas de san Juan sin especificar ni aclarar.Uno de ellos, a nuestro parecer importante, es el del presbtero y la Seora (2 Jn).El profesor Julio Lamelas Mguez nos aproxima a este asunto. El presbtero es Juan,o el discpulo amado, o un discpulo suyo, o un lder, es decir, un gua que presideuna de las comunidades situadas en Asia Menor. Podra ser que el autor real deeste escrito hubiera querido ponerlo bajo la autoridad de Juan. Un detalle llamapoderosamente la atencin: a la comunidad se le llama Seora. Esta palabra esnica en el Nuevo Testamento. No es, por tanto, una comunidad cualquiera, sinoque posee una situacin especial en medio de todas las dems. Hemos de inter-pretarla desde una perspectiva judeocristiana. Se trata de una comunidad maternaque acoge en su seno a los creyentes de verdad y con amor. As, con este ttulo sehara referencia a la comunidad como esposa de Cristo.

    El profesor Antonio Llamas nos aproxima al concepto de verdad bblica para expli-car cmo estas cartas se refieren a Cristo como la autntica verdad de Dios. Tresson las realidades indicadas. Se describe la impronta que posee el trmino verdaden los llamados escritos jonicos. Se especifica el contexto en el que se desarrolla laverdad en las cartas de san Juan. Conviene precisar tanto el significado como elsignificante. El significado es el contenido del texto, mientras que el significante esla expresin de dicho texto, esto es, la enunciacin como fruto del trabajo del narra-dor. Los significados del trmino verdad constituyen una verdadera teologa enel cristianismo naciente. Estos significados manifiestan de manera clara una ver-dadera cristologa que se mezcla con la eclesiologa y se funden en una perfectasimbiosis. As podemos interpretar el misterio de Cristo como la verdad del hom-bre y la verdad de Dios.

    Antonio Llamas Vela

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  • UNA COMUNIDADEN CAMINO,UNA COMUNIDADDE RESISTENCIA.AMBIENTE SOCIOCULTURALDE LA COMUNIDAD JONICA

    Ignacio Rojas Glvez

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    La comunidad jonica siempre ha suscitado muchos interrogantes. Su configuracin, su desarrollo, su forma de expresar la experiencia defe, los avatares que rodean la vida cotidiana de la comunidad, son cuestiones abiertas todava hoy. Con estas lneas nos acercaremos al ambiente vital en el que germina estacomunidad de los orgenes del cristianismo. Una comunidad a la que algunos autores acertadamenteconsideran como una autntica escuelateolgica itinerante, con una fuerte personalidad, fraguada entre el ambiente litrgico y la resistencia al mundo que le rode.

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  • 1. Los inicios de la comunidad

    Cuando hablamos de la comunidad jonica nosreferimos a diversos grupos de cristianos quehan dejado reflejada su experiencia de fe, comosi de una transparencia se tratara, en una pequea bi-blioteca integrada por cinco escritos: un evangelio, trescartas y el libro del Apocalipsis. Precisamente, estos es-critos son los nicos materiales con los que contamos ala hora de recomponer el ambiente social y cultural quevivi esta comunidad. De entrada, para acercarnos alproceso histrico de formacin de esta comunidad po-demos centrar nuestra atencin en dos caractersticassingulares que nos ofrecen estos libros: un lder y ungrupo heterogneo.

    A) UN LDER: TRES NOMBRES

    No deja de resultar curioso el hecho de que estos cincoescritos jonicos mencionen a un personaje significativopara la vida de la comunidad. Cada escrito lo hace em-pleando una terminologa diferente: eldiscpulo amado en el evangelio, el presb-tero en las cartas y Juan, el vidente, en elApocalipsis. No es esta la ocasin paradetenernos en identificar quin es estepersonaje en cuestin o si se trata deuno o de varios, entre otras cosas por-que las abundantes hiptesis y posiblesobjeciones necesitaran de por s unamonografa. No obstante, de entrada esinteresante constatar que los gruposjonicos estn configurados alrededorde una persona significativa y que losescritos dejan ver el rostro histrico de una comunidadliderada por alguien significativo. A este dato hemos deaadir otras dos notas comunes: el uso de un vocabula-rio teolgico singular y un humus vital que rezuma en supropia reflexin experiencial.

    Si tuviramos que situar histricamente el nacimien-to de la llamada comunidad jonica, podramos orien-tarnos por la hiptesis que la sita en Jerusaln o ensus alrededores, sin duda en Palestina, desde los aosposteriores a los acontecimientos pascuales hasta losaos setenta. Un grupo inicial compuesto por judeo-cristianos y helenistas, y un grupo de discpulos delBautista (Jn 1,35-51) se renen en torno a un persona-je peculiar, conocido de Jess, que, posteriormente,ser llamado en el evangelio el discpulo amado. A estegrupo inicial se adhiere otro grupo de judos con ciertasreservas con respecto al templo (Jn 23), y, quiz mstardamente, un grupo de conversos samaritanos (Jn 4).

    La relacin de estos grupos con el ambiente jerosolimi-tano es tensa: inicialmente, porque son propensos a aco-ger entre sus miembros a helenistas; posteriormente, porsu posicin reticente ante el templo y la Ley. En aquelperodo, como atestiguan los Hechos de los Apstoles ylos historiadores, las persecuciones se sucedan por tem-poradas con mayor o menor virulencia. Parece ser que

    los cristianos jonicos fueron testigosde las persecuciones contra los cristia-nos helenistas de los aos 36-37 d. C., yque inicialmente convivieron con otroscristianismos ms afines al judasmo.

    B) UNA COMUNIDAD HETEROGNEAEN AMBIENTE HOSTIL

    Una mirada de conjunto a estegrupo germinal y casi representativonos regala un variopinto panoramasobre la proveniencia de sus miem-bros. La nota caracterstica es la hete-

    rogeneidad. Las aportaciones de personas de diversaprocedencia y tradicin condujeron a la pluralidad devisiones teolgicas e hicieron de esta comunidad unconfluir de interpretaciones teolgicas y de posiciona-mientos sociales arriesgados y conflictivos.

    Hay un personaje significativo en la

    comunidad jonica que recibe diversos nombres:

    el discpulo amado en el evangelio,

    el presbtero en las cartasy Juan, el vidente,en el Apocalipsis.

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  • Muestra de esta pluralidad es que en los cinco escri-tos mencionados rastreamos las huellas de diversas cris-tologas. Si, por un lado, los cristianos jonicos confie-san su fe en Jess como Mesas davdico en quien secumplen las profecas, por otro lo reconocen como unMesas mosaico: Jess el preexistente es el intrprete deDios para los hombres (Jn 1,18). Sirva este breve ejem-plo de tensin interna positiva para que tomemos con-ciencia de que dentro de la comunidad jonica hay unafuerte tendencia a la reflexin teolgica compartida ydiscutida, que, con el paso del tiempo, ser el desenca-denante de divisiones internas.

    Desde el punto de vista social, la acogida en su senode pueblos poco gratos al mundo judo, como es el casode los samaritanos, supuso una obligada confrontacinde la comunidad con su entorno religioso, si bien nosabemos con certeza si los samaritanos se unieron algrupo jonico inicialmente o si fue en el momento de ladispora cristiana hacia Siria.

    La heterogeneidad del grupo refleja tambin tensio-nes intrajudas. Algunos textos dejan entrever las fric-ciones entre los discpulos de Jess y los del Bautista.Aunque estn presentes en el evangelio ya desde el pr-logo, donde la misin del Bautista queda definidacomo dar testimonio (Jn 1,6), tambin las encontra-mos reflejadas en el significativo hecho de que sea elmismo Juan Bautista el que indique a sus discpulosquin es Jess y que estos decidan seguirlo (Jn 1,35-37).

    Igualmente, en los escritos es palpable la tensinentre los cristianos jonicos y las autoridades que re-gentaban el culto en el templo. Recurdese al respectoel relato del ciego de nacimiento en Jn 9, donde la iro-na jonica transparenta con acidez la confrontacinentre la comunidad y las autoridades. En esta mismalnea hemos de entender que la expresin de Jesssobre la destruccin del templo, glosada por el evange-lista con la expresin pero l se refera al templo de sucuerpo (Jn 2,21), no era entendida precisamente as

    por los contemporneos judos, sino que era interpreta-da como un ataque a la institucin. Del mismo tonoson las afirmaciones sobre el culto verdadero en Espri-tu y verdad que aparecen en Jn 4.

    En resumen, si bien la heterogeneidad, desde elpunto de vista del desarrollo teolgico, revela la riquezade los grupos jonicos y el ejercicio de reflexin comu-nitaria alrededor de un lder, en cambio, desde el puntode vista del ambiente social, en ciertas ocasiones traslu-ce cierta conflictividad.

    2. Corrientes de pensamientode posible influencia

    Antes de proseguir narrando los avatares de estosgrupos es necesario que hagamos una paradapara preguntarnos por el ambiente socioculturalque est en la base de estos escritos. Tratando de res-ponder a esta pregunta, al rastrear los escritos jonicos,los estudiosos proponen tres posibles corrientes de pen-samiento religioso-filosfico de la poca como sustratocultural de la comunidad.

    A) VINCULACIN DE LA COMUNIDAD JONICACON EL GNOSTICISMO

    Algunos estudiosos, entre ellos el conocido exgetaRudolf Bultmann, ven en los textos jonicos un ciertolenguaje propio del gnosticismo naciente en la poca. Eltrmino gnosticismo proviene de la palabra griegagnsis (conocimiento) y se refiere a una corriente depensamiento filosfico-religioso que implica un conoci-miento salvador que revela a los iniciados el secreto desu origen y los medios para alcanzarlo. No obstante,cuando hablamos de gnosticismo no nos referimos a unaescuela o corriente de pensamiento filosfico-religiosoprecisa, sino a un amplio espectro de manifestaciones depensamiento con un nexo comn. Es decir, no hay un

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  • gnosticismo oficial. Es un movimiento de origen desco-nocido, con muchas ramificaciones, si bien con unoselementos comunes. Entre ellos podemos destacar tresque son tiles para el objeto de nuestra reflexin:

    El dualismo que conduce al desprecio del cosmos. Se tratade un dualismo teolgico que se fundamenta en laoposicin Dios/mundo, presentando la imagen de unDios separado, distante. Este dualismo se expresa enla oposicin del Dios creador (demiurgo) y el Diossalvador, lo cual conduce a la idea de que la historiade este mundo carece de inters, pues lo importantees que el alma participe de la redencin total en elascenso al mundo divino. La forma de expresin deeste dualismo es la contraposicin de elementosopuestos del tipo luz/tinieblas.

    La idea del hombre atrapado y necesitado de redencin. Elhombre est atrapado en este mundo y debe redimirse.Este no es su mundo de origen. La redencin solo se al-

    canza por medio del conocimiento inefable y, a su vez,este solo es accesible a travs de una revelacin secretaa la que se accede a travs de un rito de iniciacin. El mito del redentor. Segn la doctrina de ciertos mo-vimientos gnsticos, para introducir al hombre en elverdadero conocimiento ha sido necesaria la inter-vencin de un redentor que, procediendo del mundode arriba, ha encendido en el hombre la chispa delconocimiento y lo ha liberado de este mundo y lo haconducido a lo alto.Ciertamente, el salvador jonico procede de lo alto,

    del Padre y pretende conducir a los hombres a su mora-da, tal y como narra el mito gnstico del redentor. Delmismo modo, encontramos en las expresiones de lacomunidad el lenguaje dualista y opositor, pero, comoveremos ms adelante, este dualismo no es exclusivodel gnosticismo.

    No obstante, es preciso subrayar que la gnosis ponetodo el centro de inters en el conocimiento como ve-hculo de la redencin perfecta; por tanto, la fe es inne-cesaria y es presentada como inferior al conocimiento.Aunque es cierto que en Juan se usa abundantementeel verbo conocer, no menos abundante es el uso quese hace del verbo creer o de expresiones afines.

    En sntesis, podemos afirmar que, aunque hay ele-mentos afines, no tenemos elementos de juicio que sos-tengan una influencia de los movimientos gnsticossobre los cristianos jonicos. No obstante, si de influen-cia se tratara, sera ms bien al contrario, es decir, queel gnosticismo en alguna de sus ramificaciones habradesviado el pensamiento de los grupos jonicos para re-leerlo en clave gnstica.

    B) LOS ESCRITOS DE QUMRN COMO FUENTEDE LOS GRUPOS JONICOS

    Expresiones caractersticas de las comunidades jonicascomo el mundo de la luz y el mundo de las tinieblas

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    Cdice de Nag Hammadi.

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  • (Jn 3,19-21), andar en la verdad (2 Jn 4) o discernirespritus (1 Jn 4, 1) las encontramos tambin en losescritos del mar Muerto. Este dato ha hecho pensarque algunos de los miembros de los grupos jonicosprovenan de la comunidad de Qumrn, y puede ser,pero tambin hemos de tener en cuenta que estas ex-presiones eran conocidas en los ambientes religiosos dela poca.

    C) ARRAIGO DE LOS GRUPOS JONICOSEN EL JUDASMO HELENISTA

    Quiz la hiptesis ms acertada descubre en los escri-tos de la comunidad elementos propios del mundojudo: descripcin de lugares, expresiones que son tra-ducidas del arameo al griego, el conocimiento de la Leyy los Profetas, las citas de los libros sapienciales, inclusoel uso de interpretaciones de tipo midrsico (cf. Jn 6).Junto a ello tambin encontramos expresiones propiasdel mundo helenista: trminos como logos o el uso deideas abstractas como verdad. Laconjuncin de estos dos mundos,judo y griego, abre el horizonte deesta comunidad, que conoce bien elambiente y las tradiciones de los orge-nes y que expresa con categoras nue-vas su propia experiencia del SeorJess.

    Siendo esta hiptesis la ms proba-ble, conviene recordar que el conte-nido de nuestros escritos no es elfruto de una redaccin continua yexplcita en un espacio de tiempo de-terminado ni tiene su origen en unasola fuente. Los escritos son el resul-tado de la reflexin teolgica de la comunidad, querelee su propia historia y que recoge tradiciones acer-ca del Seor Jess, asumiendo las connotaciones pro-pias de los diferentes grupos que progresivamente la

    van configurando. Para los cristianos jonicos, la asi-milacin de los contenidos y su plasmacin escritatiene su base en releer las tradiciones y en aadirnuevos desarrollos.

    3. Obligados a la dispora, fuera de la sinagoga

    Como ya enunciamos, la sucesin de las persecu-ciones en Jerusaln condujo a los grupos cristia-nos a la dispora de manera escalonada. La dis-pora cristiana se inici pronto. Desde los aos 36-37hasta el 66 d. C., en que estall la primera guerra juda,fueron tres las persecuciones. Ante la incertidumbre, loscristianos tuvieron que vrselas con su futuro y huyerona ciudades como Antioqua o Alejandra.

    A) SITUACIN DIFCIL EN PALESTINA

    Si para los cristianos en general fue-ron momentos crticos, todava ms, sicabe, lo fue para los grupos jonicos,que, como hemos apuntado, se mos-traban reticentes al culto del templo.Acontecimientos de diversa ndole de-bieron de despertar las alarmas deestos grupos. Entre ellos, dos son espe-cialmente significativos: el primero su-cedi en el ao 41 d. C., cuando Cal-gula pretendi erigir una estatua suyaen el templo de Jerusaln. La ordenprovoc un intento de revuelta entre lapoblacin juda. Filn de Alejandradescribe en los siguientes trminos la

    reaccin unnime del pueblo judo ante Publio Petro-nio, procurador de Siria:

    Primeramente se elev un clamor acompaado de lamen-taciones y golpes de pecho tan grande que superaba lo que

    La gnosis pone todo el centro de inters

    en el conocimiento como vehculo de la redencin

    perfecta; por tanto, la fe es innecesaria

    y es presentada como inferior al conocimiento.

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