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ÁGORAS PARA LA DISCORDIA Convivir en la empresa Lic. Sandra Guevara

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ÁGORAS PARA LA DISCORDIA

Convivir en la empresa

Lic. Sandra Guevara

El ser humano ha contemplado desde siempre la sentencia bíblica “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Gén 3,19)

La búsqueda de trabajo no persigue el propio disfrute; para eso ya está la sociedad del ocio con tentadoras ofertas de todo tipo, que es la que muchas aspiran, aunque sólo unos pocos pueden acceder a ella.

Muchas personas se sienten frustradas y viven con angustia la falta de un trabajo que les permita llevar una vida digna.

Sobre todo cuando se es joven, pueden haber idealizado ese horizonte imaginando una existencia llena de gratas sensaciones y experiencias.

Las que tienen la fortuna de contar con una remuneración de forma habitual, viven presas, bien del estrés que puede conducir al:

El desarrollo tecnológico y el progreso ha venido cargado de tensiones que tiñen las relaciones personales.

La ética más elemental y los diversos códigos deontológicos que deberían existir en las relaciones laborales se lesionan permanentemente.

Razones económicas, prebendas, ascensos entre otros, hacen que los despachos y las oficinas se hayan convertido ahora, en mayor medida que lo fueron en el pasado, en una especie de ágora moderna donde tienen cabida y eco los éxitos y los fracasos de manera desigual. Causando innumerables conflictos.

Si desaparecieran estas tensiones, podríamos aceptar que el “trabajo es salud”.

Es un excelente vehículo para potenciar valores siempre útiles para la propia vida: confianza, disciplina, disponibilidad, espíritu de servicio, obediencia.

Deben ser desplegados para afrontar la no siempre fácil convivencia que se establece entre los compañeros y los responsables de la empresa.

Todas estas virtudes morales propician el desarrollo personal y sirven para que muchos madura.

Los problemas de la convivencia radican en el interior de los seres humanos, cada uno los lleva incorporados.

Se puede decir que cada uno tiene que luchar por sus propios derechos, y nadie lo duda, pero no a costa de invadir irrespetuosamente el ajeno.

Pensemos en quienes teniendo un cargo determinado e importante dentro de una empresa, lanzan exabruptos, pronuncian palabras gélidas expresadas a tiempo y a destiempo, muestran un semblante contraído, una mirada cargada de reproches.

Quienes proyectan en los demás sus complejos, envidias y rivalidades, de este modo exhiben un talente irascible, fruto de una gran inmadurez.

Si una persona vive sola puede ir desarrollando un individualismo de corte distinto al que existe en una empresa, pero igualmente dañino si no se canaliza adecuadamente.

Vivir y trabajar en soledad tiene muchas ventajas, pero también presenta inconvenientes.

Fácilmente podemos convertirnos en personas egoístas e inconvivientes o, al menos con una gran dificultad para adecuarnos a las exigencias que impone la vida comunitaria.

Hay personas que pasan en el trabajo mas horas de las que desearían, durante ese tiempo deben convivir con numerosas personas y situaciones, por lo que es necesario tratar de crear un clima lo mas afable posible. Para lograr eso, no basta con saludar al llegar y al irnos, sino también de llevar a cabo una conducta abierta hacia uno mismo y hacia los demás.

"Estar abiertos al trabajo en equipo es algo casi imprescindible en todo trabajo actual."

Gracias