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Sofocles - Edipo Rey (Intro de Jimena Schere para Colihue).pdf

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  • SfoclesEdipo rey, Edipo en C olono, A n tg on a .- I a ed. - Buenos

    A ires : C o lihue , 2008.328 p. ; 18x12 cm.- (ColihueC lsica)T raduccin d e :J im e n a Schere ISBN 978-950-563-028-81. L ite ratura griega clsica y en varias lenguas helnicas.

    I. T tulo C D D 880

    Ttulo original: OIAinOYZ TYPANNOX / OIAinOYZ EFII KOAQNQI / ANTirONH.

    Coordinador de coleccin: Lic. Mariano SverdloffEquipo de produccin editorial: Juan Pablo Lavagnino,

    Leandro Avalos Blacha, Pablo Gauna y Vanesa Gamarra.Diseo de tapa: Estudio Lima+Roca

    LA FOTOCOPIA MATA AL LIBRO Y ES UN DELITO

    I.S.B.N. 978-950-563-028-8 Ediciones Colihue S.R.L.Av. Daz Vlez 5125(C1405DCG) Buenos Aires - A rgentinawww.colihue.com.arecolihue@ colihue.com .arHecho el depsito que m arca la ley 11.723 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA

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  • VII

    INTRODUCCINM it o y v e r s i n e n l a o b r a d e S f o c l e s

    La obra de Sfocles tuvo el reconocim iento de sus contem porneos y se sigue leyendo hoy con inters. Sfocles (497-406 a. C.) particip en treinta concursos trgicos y dieciocho veces gan el prim er premio. Al morir, Atenas lo canoniz y le rindi culto religioso. Un siglo despus, Aristteles, en su Potica, catalog Edipo rey como la composicin ms perfecta del gnero. Por qu desde el comienzo sus obras han despertado tanta admiracin y se han seguido leyendo y representando a lo largo de los siglos? Por qu Sfocles es un clsico?1 Si bien la lectura de sus tragedias responde por s misma, un recorrido por su obra y sus principales caractersticas puede aportar a la respuesta.

    Los autores trgicos basaron el argumento de sus piezas tea tra le s en las trad ic io n a le s h is to rias d e la m ito lo g a g riega. Los protagonistas de la tragedia fueron fundamentalmente los hroes de las guerras de Troya y de Tebas, seres extraordinarios, superiores en fuerza o inteligencia, pero que siempre tienen algn rasgo desmesurado y monstruoso.2

    La leyenda tebana, de donde Sfocles tom el argumento de sus obras, consiste en una larga saga familiar que abarca varias generaciones. Cadmo, el antepasado ms lejano de

    7. Cf. Lida, M. R., Introduccin al teatro de Sfocles, Buenos Aires, Losada, 1944, pp. 19 y ss.2. Cf. Garca Gual, C., Introduccin a la mitologa griega, Madrid, Alianza Editorial, 1995.

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  • via JIMENA SCHEREEdipo, es el fundador mtico de Tebas; todos los hom bres de su linaje sern reyes de la ciudad. Su nieto Lbdaco, abuelo de Edipo, aparece en Antgona como el origen del destino desgraciado de la familia (v. 594). Su falta fue oponerse al culto del dios Dioniso, y como castigo Lbdaco m uri descuartizado. La religin griega crea en la culpa hereditaria: la mancha de un delito (en griego, miasma) pasaba de generacin en generacin y contam inaba a toda la descendencia.

    Tambin Layo, hijo de Lbdaco y padre de Edipo, fue re sp o n sa b le d e u n d e lito q u e iba a p e sa r so b re su estirp e . Se enam or de Crsipo y lo rapt; pero Crsipo se suicid y, entonces, su padre, Plope, maldijo a Layo y a toda su descendencia. Edipo, por su parte, agrav las culpas ancestrales com etiendo parricidio e incesto involuntarios y les dej a sus hijos la carga de esta herencia.

    Tanto Antgona (443) como Edipo rey (429) y Edipo en Colono (406) abrevan en la leyenda tebana. Pero estas obras no fueron escritas como una triloga conjunta de la saga familiar, a la m anera de Esquilo,3 sino que son piezas unitarias e independientes, compuestas con aos de distancia. Se atribuye a Sfocles la innovacin de haber desechado la triloga. En sus tragedias, la accin dram tica no desarrolla la historia de la estirpe, sino que se concentra en un solo individuo: el hroe.

    Si bien los trgicos se basaron en la m ateria mtica, no se circunscribieron al legado de la tradicin, sino que com pusieron sus propias versiones con un tratam iento y una mirada particular. En el caso de Sfocles, hay diferencias significativas entre su obra y otras versiones de la leyenda. En Edipo rey, por ejemplo, cuando el protagonista descubre sus crmenes

    3. Esquilo ya haba escrito una triloga sobre la saga de Edipo, de la cual solo se conserva Los siete contra Tebas. Las otras piezas eran Layo y Edipo; estaban acompaadas por el drama satrico La Esfinge. Esquilo daba importancia central al tema de la culpabilidad de Layo. En Edipo rey, en cambio, esa culpa ancestral no se menciona.

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  • INTRODUCCIN IX

    involuntarios, se perfora los ojos con un broche de oro de su madre. En cambio, segn el relato de la Odisea (v. 271 ss.), Edipo sigue reinando en Tebas y no se infiere ningn autocastigo. El episodio del autocastigo probablem ente haya sido incluido en la versin sofoclea por el valor simblico que tiene la temtica de la visin y la ceguera en toda la obra. El exilio en Atenas tam poco se m enciona en la Odisea. En Edipo en Colono, en cambio, Atenas brinda generoso asilo a Edipo, que ha sido desterrado. Sfocles realiza as un hom enaje a su tierra patria.

    Los hijos del incesto entre Edipo y Yocasta -Eteocles, Polinices, Antgona e Ism ene- m arcados por su desafortunado origen, no tendrn una suerte mejor que la de su padre y prolongarn la cadena de destinos trgicos. Pero segn otras tradiciones, los hijos de Edipo no eran fruto de la unin incestuosa con su m adre, sino de un segundo m atrimonio con Eurigania.4 Sfocles eligi la versin ms descarnada del mito, que converta a Edipo en padre y herm ano de sus hijos, y que condenaba a estos a un destino desgraciado. El autor desarroll especialmente este ltimo tema en su obra Antgona. Es evidente que Sfocles ha seleccionado cuidadosamente las versiones y ha reescrito el mito segn los sentidos que in te n ta b a d e s ta c a r en c a d a caso.

    En cada obra realiza, adems, un recorte particular de la m ateria mtica. Edipo rey, por ejemplo, se centra exclusivam ente en el proceso de descubrim iento del personaje que lo llevar a conocer sus delitos, y deja a un lado todas las dems circunstancias de su vida. Esta concentracin del argumento en un solo episodio de la saga tiene la funcionalidad de aportarle m xim a unidad a la pieza.

    Por otra parte, si bien Sfocles construye sus personajes a partir del legado de la tradicin, tam bin en este aspecto

    4. Grimal, P., Diccionario de mitologa griega y romana, Buenos Aires, Paids, 2004, p. 148.

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  • X JIMENA SCHERE

    introduce ligeras variantes. La personalidad de los personajes estaba establecida de antem ano en la leyenda, pero el trgico reform ula los caracteres, acentuando o aligerando ciertos rasgos segn las necesidades dramticas. Por ejemplo, la Antgona de Edipo en Colono es una tierna y abnegada hija que hace de lazarillo de su padre ciego; no tiene la fuerza de carcter de la desafiante muchacha de Antgona, que entierra a su herm ano contra las rdenes del rey. Tampoco el cuado de Edipo, Creonte, es exactamente el mismo en Edipo rey y en Antgona. En esta ltima obra, el sensato y generoso Creonte de Edipo rey se ha convertido al llegar al poder en un tirnico gobernante.

    Sfocles, en sntesis, reescribe el legado de la tradicin realizando una cuidadosa seleccin de las versiones, un recorte particular de la historia y una funcional construccin de los personajes, para alcanzar la mxima eficacia dramtica.

    L a A t e n a s d e S f o c l e s

    Si bien las tragedias de Sfocles se ocupan del remoto m undo mtico, situado en un pasado lejano y prestigioso, en sus obras encontram os referencias indirectas a la Atenas del siglo V a. C. El teatro trgico, como subraya Vernant, cruza el tiempo legendario y el presente ciudadano.5

    Sfocles compuso sus obras durante el siglo de Pericles y de la democracia ateniense. En este perodo, el teatro era una actividad central para la ciudad de Atenas. Las obras se presentaban en las fiestas religiosas que se celebraban anualmente en la polis. El teatro se consideraba una actividad educadora y el Estado se haca cargo de su organizacin y financiacin, mediante un impuesto que pagaban los ciudadanos ms ricos.

    5. Vernant, J . P. y Vidal-Naquet, P., Mito y tragedia en la Grecia antigua, Madrid, Taurus, 1987, pp. 15 y ss.

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  • INTRODUCCIN XI

    El siglo V es tambin el perodo en el que se imponen las ideas de la sofstica. Los sofistas desacreditaron el saber mtico y religioso, y exaltaron el poder de la razn y de la inteligencia hum ana. El hombre, dir Protgoras, es la medida de todas las cosas. El hombre, con su sola inteligencia, puede gobernar y administrar correctam ente la ciudad, sin preocuparse por fuerzas trascendentes. La dem ocracia de Pericles fue la expresin poltica de las ideas de la sofstica.

    Sfocles vivi el perodo de esplendor de la ciudad durante la dem ocracia de Pericles y luego su decadencia. Muri un poco antes de la derrota definitiva de Atenas frente a Esparta en la guerra del Peloponeso. Com o hom bre de su tiempo, particip activam ente en la vida pblica: fue estratega junto con Pericles en los aos 441-4396 y adm inistrador del tesoro ateniense. Frecuent el crculo de Pericles y com parti con este el ideal de la m oderacin (sophrosyne) y de la grandeza nacional.7 Sin em bargo, sus obras dejan traslucir su preocupacin por los avances del racionalismo, que dejaba a un lado las creencias religiosas. Segn la visin tradicional, los dioses fijaban la justa m edida de lo hum ano; por lo tanto,

    6. Pericles fue estratega de Atenas desde el ao 443 a 429 con breves interrupciones. Los estrategas griegos se convirtieron en los verdaderos magistrados superiores de la Atenas democrtica.7. Para la relacin entre tragedia, democracia y sofstica cf. Rodrguez Adrados, R., La democracia ateniense, Madrid, Alianza, 1975; Knox, B. M. W., Oedipus at Thebes, New Haven, Yale University Press, 1998. Sobre el pensamiento de los sofistas cf.Jaeger, W., Paideia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1971; Guthrie, W. K. C., Historia de la filosofa griega III. Siglo V Ilustracin, Madrid, Gredos, 1994. Se pueden trazar innumerables relaciones entre la obra del trgico y su contexto, incluso a nivel lingstico. Long (Language and Thought in Sophocles, Londres, 1968), por ejemplo, sostiene que la presencia de numerosos sustantivos abstractos en las tragedias de Sfocles se debe, en parte, a la influencia de la obra de filsofos y sofistas que hacan un uso prolfico de este tipo de palabras.

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  • XU JIMENA SCHERE

    el hom bre que no crea en un poder superior poda perder su m edida y caer en el exceso (hybris).

    Sin duda, la obra del trgico pone en escena las fusiones y contradicciones entre la ideologa tradicional y la nueva cosmovisin dem ocrtica. Los debates contem porneos y las tensiones entre pensam iento mtico y racionalismo resuenan, por ejemplo, en Edipo rey, durante la discusin entre el adivino Tiresias y Edipo. Edipo, paradigm a del gobernante ilustrado que solo confa en su inteligencia, pone en duda el valor de la sabidura divina del augur. Tambin el personaje de Yocasta evidencia su escepticismo y desacredita la creencia en los orculos.

    Del mismo m odo, en Antgona la ley hum ana del gobernante entra en colisin con las norm as religiosas. El conflicto se desencadena cuando el rey Creonte prohbe enterrar a su sobrino Polinices por considerarlo un traidor a la patria. En Antgona est presente, de m odo indirecto, la controversia entre sofistas y tradicionalistas sobre la naturaleza de las leyes. Segn la visin tradicional, la sepultura de los muertos constitua un deber religioso exigido por las leyes divinas. Los sofistas, en cambio, consideraban que las leyes eran una institucin hum ana y, por lo tanto, podan ser modificadas.

    Las obras de Sfocles, sin em bargo, no suelen presentar ideas polticas, morales o religiosas explcitas, como ocurre en Esquilo o Eurpides. Por lo tanto, sus tragedias no pueden reducirse fcilmente a principios abstractos. Por esta razn, la crtica ha debatido incesantemente sobre la naturaleza de las ideas del poeta. Segn la opinin de Rodrguez Adrados, Sfocles fue partidario de una democracia religiosa con amplios puntos en com n con la dem ocracia laica que propugnaron Pericles y los sofistas, como el ideal de igualdad y m oderacin. La diferencia fundam ental entre una y otra consisti en que Sfocles m antuvo una visin teocntrica del

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  • INTRODUCCIN XIII

    mundo.8 Los sofistas, en cambio, no fundaban la organizacin social y poltica en el orden csmico divino, sino en la naturaleza humana. Consideraban que todo individuo, salvo raras excepciones, estaba naturalmente dotado de virtud poltica, es decir, respeto por los dem s y por las normas que rigen la com unidad.9 La ideologa sofstica de la prim era ilustracin sostuvo la igualdad de la naturaleza hum ana y neg la concepcin aristocrtica que propugnaba la superioridad de la nobleza y justificaba sus privilegios.10 Estas ideas de igualdad sirvieron de fundamento a la democracia laica.

    La obra del trgico refleja las tensiones entre estas ideas democrticas vigentes y aquellos viejos valores aristocrticos que preconizaban los privilegios de la nobleza.11 La tragedia pone en escena de un m odo indirecto la crtica al ideal aristocrtico del hroe, conforme al nuevo ideal de igualdad.

    8. Op. cit., pp. 270-271.9. La naturaleza humana comn de carcter cooperativo fue la justificacin de la democracia ateniense. Esta virtud era de origen y finalidad pragmtica, ya que permita la vida en comunidad. Sin embargo, los sofistas no consideraban que la igualdad entre los hombres fuera ab so lu ta ; la n a tu ra le za p o d a p re se n ta r m atices en el g rad o d e rac io nalidad e inteligencia, y la educacin acentuaba las diferencias entre los individuos. La virtud poltica poda ser enseada, y esta era la tarea paga de los sofistas.10. La nobleza tambin haba tenido un ideal de igualdad, pero este derecho se restringa a la clase aristocrtica. Segn el pensamiento aristocrtico, el exceso de poder en un solo individuo (hybris) engendraba la tirana. La tirana implicaba un sacrilegio y desataba el castigo de los dioses. La democracia parti de los mismos principios aristocrticos -ideal de igualdad y m oderacin- pero los extendi a todo el pueblo.77. Vemant y Vidal-Naquet [op. ciL, p. 16) analizan algunos de los elementos mixtos que conviven en la tragedia. Sostienen que la propia estructura de la tragedia representa la fusin entre pensamiento democrtico y aristocrtico. El coro, personaje annimo y colectivo, representa al pueblo; los hroes, en cambio, a la nobleza.

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  • XIV JIMENA SCHERE

    La poesa heroica, a diferencia de la tragedia, resaltaba las virtudes de sus protagonistas ms que sus limitaciones. El hroe representaba al noble y encarnaba un tipo hum ano superior.12 En el caso de Odiseo, por ejemplo, su inteligencia y astucia extraordinaria le permiten sobrevivir y burlar a las fuerzas superiores, como el Cclope o las sirenas. En cambio, en Edipo rey, la inteligencia superior del hroe lo llevar al trono de Tebas y a la ruina: Edipo es un Odiseo al revs. La tragedia se concentra ms bien en la insuficiencia del hroe; muestra su grandeza y su pequeez, sus mom entos de gloria y su cada, y, sobre todo, la inestabilidad de la vida humana. Resulta significativo que en la versin mtica de la Odisea Edipo siga reinando en Tebas luego de descubrir sus crmenes. En Sfocles, en cambio, la ruina del hroe es completa. El hroe sofocleo siempre encuentra su lmite, siente su debilidad frente a los dioses y revela finalmente un costado antiheroico. En Sfocles, el hroe se transforma en hombre.

    E d ip o r e y

    1. La tragedia del reconocimientoUna peste azota a la ciudad Tebas como castigo de los

    dioses por el asesinato im pune de Layo. Este es el punto de partida de la accin dram tica en Edipo rey. Edipo, entonces, pone en m archa la investigacin para atrapar al asesino y as salvar a Tebas. La obra avanza sobre el gradual proceso de descubrimiento, que conlleva la revelacin de la identidad perdida del personaje: Edipo descubrir que es el asesino del rey y tambin su hijo.

    A raz de su pesquisa, saldr a la luz todo su pasado oculto. Antes de su nacimiento, el orculo de Delfos le haba anunciado a Layo que sera asesinado por su hijo. Por esta razn,

    72. Rodrguez A drados, op. ciL, pp. 128 y ss.Material protegido por derechos de autor

  • INTRODUCCIN XVLayo haba decidido abandonar al nio en el m onte Citern. Con esa orden se lo entreg a un servidor y le atraves los pies con una fbula para inmovilizarlo; de all deriv el nombre del personaje, que en griego significa Pies hinchados. Pero el servidor de Layo desobedeci por piedad las rdenes del rey y se lo entreg a un pastor para que lo criara como hijo suyo. El pastor a su vez entreg al nio a un matrimonio sin hijos, los reyes de Corinto.

    Edipo se cri en su palacio, creyendo que aquellos eran sus verdaderos padres. Pero durante una fiesta, un hom bre ebrio le revel que l no era hijo de los reyes. Estos negaron rotundamente estas afirmaciones, pero Edipo, intranquilo, fue a consultar al orculo de Delfos. Este no le dijo nada sobre su verdadero origen, pero le vaticin que matara a su padre y se casara con su madre. Edipo escap de la ciudad para evitar esos crmenes.

    En el camino, Edipo mat a Layo en una pelea casual. Luego lleg a Tebas y se encontr con la Esfinge, un monstruo mitad mujer, mitad len, que planteaba enigmas y devoraba a los viajeros que no podan resolverlos. Edipo venci a la Esfinge y, en agradecimiento, Tebas lo coron y le dio la m ano de la viuda Yocasta.

    Todos estos ep isod ios d e la le y e n d a a p a rece n en la versin sofoclea solo de m odo indirecto, a travs de los testimonios de los distintos personajes. Sfocles parte de un episodio posterior, la peste, y centra su historia en la investigacin de Edipo, que lo conducir a la revelacin d e su identidad. El autor basa la construccin de su obra en un recurso caracterstico de la tragedia griega: el reconocimiento (anagnrisis). Este recurso dramtico consiste precisamente en representar en escena el acceso de un personaje a una verdad oculta, que le perm ite salir de su anterior estado de ignorancia.13 Mientras

    13. Aristteles, Potica, XI.Material protegido por derechos de autor

  • XVI JIMENA SCHERE

    que en otras tragedias el reconocimiento se limita a un episodio puntual de la pieza, en Edipo rey este recurso se ha convertido en el eje central de la trama.

    En las obras del gnero trgico, es habitual que un personaje reconozca la verdadera identidad de otro a partir de algn rasgo especfico. Por cierto, en algunas versiones del mito de Edipo, Yocasta descubra a su hijo por la marca de sus pies hinchados.14 Sfocles, en cambio, eligi la variante del autorreconocimiento: el personaje se descubre a s mismo.

    P ero si Edipo rey es la trag ed ia del reconocimiento, el acceso de Edipo a la verdad no elimina el misterio definitivo que envuelve al orden divino, inescrutable para el hombre. La verdad develada se transforma a su vez en un nuevo enigma incomprensible, que vuelve a escapar al entendimiento humano. La obra plantea la relacin del hom bre con una verdad que siempre se le escapa. Del mismo modo, tambin la palabra oracular de los dioses est destinada a no ser aprensible para los mortales. El destino de la equvoca palabra del orculo es ser malentendida por los hombres y convertirse, entonces, en una verdad falsa. Edipo, por ejemplo, interpreta errneamente que matar a Plibo y se casar con Mrope. En su traduccin racional y hum ana del mensaje divino, la verdad desaparece.

    El dios del orculo de Delfos, Febo Apolo, cumple un rol central en la obra. Apolo impulsa la investigacin del crimen y pone la accin en movimiento cuando15 anuncia a travs de sus orculos que no habr salvacin para Tebas si no se expa el asesinato im pune de Layo. Apolo era el dios de la verdad, en cuyo tem plo estaba inscripta la famosa sentencia concete a ti mismo; era asimismo dios de la poesa y expresaba sus orculos en frmulas versificadas; tam bin reciba el nom bre de Febo, el resplandeciente de luz. El

    14. Grimal, P., op. cit., p. 148.75. Schlesinger, E., El Edipo rey de Sfocles, La Piata, 1950, p. 51.

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  • INTRODUCCIN XVII

    dios Apolo y el problem a de la verdad y de los lmites del conocimiento hum ano, est claramente presente en toda la obra. La Atenas de siglo V a. C., como sostiene Budelmann, tuvo un especial inters por el problem a de la ignorancia y del conocimiento, y particularmente, por las zonas grises entre el saber y el no saber.16

    Segn la caracterizacin aristotlica, el hroe trgico com ete siem pre algn error o falta (hamarta). En el caso de Edipo, su falta ser su ignorancia, que desencadenar la tragedia. No hay en l una falla moral, ya que Edipo realiza todos sus crmenes sin intencin: comete parricidio, pero sin saber que est m atando a su padre; tam bin incesto, pero ignorando que se ha casado con su madre. En Sfocles, el destino desgraciado del hroe es producto de su condicin hum ana, aparte de cualquier culpa o responsabilidad.17 Frente a la sabidura divina, la ignorancia es para el pensamiento griego un rasgo propio de los seres humanos. Y por la ignorancia de su identidad, Edipo com eter sus crmenes y sufrir los peores males; todas sus desgracias le vienen de ser hom bre. En Sfocles el poder de los dioses se ejerce, a veces, de un m odo despiadado e incomprensible para los mortales. Sin embargo, ese poder no aparece cuestionado en la obra del trgico; el o rd e n d iv in o , aunque o scu ro e ininteligible, es siempre legtimo y sagrado.

    Edipo representa la figura del gobernante ilustrado que confa dem asiado en su sabidura mortal y que no reconoce las limitaciones de la inteligencia hum ana. Esto se evidencia, por ejemplo, cuando desacredita la palabra de los dioses y se enfrenta con el adivino Tiresias. Edipo desconfa de la revelacin del adivino, que lo acusa del asesinato de Layo,

    76. Budelmann, F., The language of Sophocles, Cambridge, 2000, p. 12.77. Cf. Rodrguez Adrados, (Introduccin) Sfocles, Edipo rey, Madrid, Aguilar, 1973, pp. 19 y ss.

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  • XVIII J1MENA SCHERE

    y con su lgica de gobernante celoso del poder sospecha una confabulacin. Edipo intentar descubrir la verdad por medios ms m undanos que la palabra del augur: necesita pruebas, necesita testigos; l mismo tendr que buscarla por sus propias vas racionales. Los testimonios del m ensajero y del pastor sern la prueba objetiva e irrefutable de su origen y de sus crmenes. M ediante su razn, Edipo llega al mito y se reencuentra con la oscura verdad de los dioses.

    Los personajes de Sfocles no son ni esquemticos ni mani- q ueo s ni carecen d e re fin a m ien to psicolgico , co m o se h a sostenido muchas veces. A pesar de su arrogancia (hybris), propia del hroe trgico, Edipo es un personaje bien intencionado, un gobernante preocupado por su ciudad, que no se detiene hasta descubrir al culpable, aunque eso signifique su ruina. El mismo inters de autoconocimiento que lo haba llevado en Corinto a consultar el orculo por su origen, lo llevar tambin despus a seguir investigando hasta las ltimas consecuencias.

    Al final de la pieza, Edipo descubre quin es y esta visin lo lleva al autocastigo de cegarse a s mismo. Edipo descubrir que es otro y quebrar la ilusin del yo. As como Tiresias, el viejo adivino no vidente que ve ms que el hom bre ordinario, Edipo quedar ciego al acceder al conocimiento.18 Edipo, el develador de enigmas, el rey sabio, ha descifrado tam bin el enigma del asesinato de Layo; y esta nueva revelacin lo llevar a descubrir, finalmente, el enigma de su propia identidad. La obra avanza as sobre el planteamiento y la resolucin parcial de enigmas, que nunca agotan el misterio, porque detrs de una incgnita resuelta siempre aparece otra: la verdad en Edipo rey no es otra cosa que una cadena de enigmas. El propio

    18. Como bien ha sealado Mara Rosa Lida (op. cit., p. 195), el episodio de la ceguera est en consonancia con la teora platnica de las ideas, que sostiene que el verdadero conocimiento se encuentra ms all de la realidad sensible.

  • INTRODUCCIN XIX

    Edipo constituye un misterio para s mismo y un paradigma de la condicin enigmtica del hom bre.192. La peripecia de Edipo

    El acceso de Edipo a la verdad tendr como consecuencia su cada. Edipo, el ms sabio, el ms inteligente, el salvador de la ciudad, se revelar como el peor mal de Tebas, la causa de la peste, el ms ignorante y desgraciado de los hombres. El personaje cambia completamente de signo. Pasa al mismo tiempo de la ignorancia al conocimiento y de la grandeza a la ruina. La obra tiene en este sentido una estructura de perfecta simetra antittica, en la cual cada elemento se transforma en su contrario. Podramos decir que en Edipo rey la paradoja se convierte en sistema. El personaje de Edipo es una paradoja en s mismo: salvador y destructor, sabio e ignorante, hijo y esposo, padre y herm ano, investigador y asesino, inocente y culpable. Edipo representa la unin de los contrarios: al final de la pieza los contrarios confluyen y se unen en este hroe ambiguo e inclasificable. La verdad sobre Edipo, que se oculta detrs de las apariencias, resulta ms ininteligible que la realidad ilusoria; porque en la obra del trgico la verdad es el m isterio . F in a lm en te , c u a n d o la ilusin se q u ie b ra , Edipo se ver a s mismo en toda su irreductible complejidad.

    Aristteles ha llamado peripteia a este proceso de inversin de los acontecimientos y de la suerte del personaje. La peripecia es un recurso caracterstico del gnero trgico. En Edipo rey la peripecia es el pasaje de la prosperidad a la desgracia, la cada definitiva de Edipo desde su lugar de mximo poder y privilegio. Aristteles seala que en esta obra la peripecia alcanza su m xima eficacia porque coincide perfectamente con el proceso de reconocimiento.

    Por otra parte, es im portante recalcar que la peripecia im

    19. Cf. Vemant, J . P. y Vidal-Naquet, P., op. cit., p. 107.

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  • XX JIMENA SCHERE

    plica la concepcin tpica griega de que la vida hum ana es por completo inestable. El coro, al cierre de la obra, realiza un comentario final que involucra esta visin del hom bre:

    M iren: este es Edipo, el que resolvi los famosos enigm as y fue el hom bre m s poderoso; aquel al que todos los c iudadanos envidiaban por su b uen a fortuna. A qu terrible ola de desgracia ha llegado! Por eso, antes ver su ltim o da, no se debe considerar feliz a n ingn m ortal, hasta que no llegue al final de su vida sin p adecer dolor.El hroe cado solo conoce su verdad en el sufrimiento.20

    El acceso de Edipo al conocimiento tiene como contrapartida su com pleta destruccin. El hroe pierde su estatura heroica, reconoce finalmente las lim itaciones de su inteligencia y admite la superioridad de la sabidura divina, inescrutable para el hombre.3. Las lecturas de Edipo rey

    Las lecturas sobre Edipo rey son tan diversas como, a veces, contradictorias. La lista de caracterizaciones es extensa: dram a de caracteres, tragedia del destino, tragedia de la existencia hum ana, dram a de revelacin, dram a policiaco, tragedia del reconocim iento, tragedia de las apariencias, dram a de culpa y castigo, tragedia del poder. Y podram os seguir enum erando.

    U na de las interpretaciones ms difundidas y criticadas ha sido la lectura romntica. Los romnticos caracterizaron Edipo rey como una tragedia del destino inquebrantable.21 Segn esta concepcin, el poeta quiso poner en escena la infructuosa

    20. Cf. Bowra, C. M., Sophoclean Tragedy, Oxford, 1944, pp. 365 y ss.27. Cf. Dodds, E. R., The Ancient Concept o f Progress and other Essays on Greek literature and belief Oxford, 1973, pp. 64-67; Schlesinger, E., op. cit., pp. 29-30.

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  • INTRODUCCIN XXI

    lucha del hom bre por escapar a las determinaciones del hado. Esta postura ha sido desestimada por la crtica del siglo XX, porque convertira a Sfocles en una suerte de determinista. Por cierto, la nocin de destino en sentido estricto es tarda y aparece solo con los estoicos. La concepcin griega del destino que encontram os tanto en Hom ero como en Sfocles no implica que todas las acciones humanas estn predeterm inadas. Por el contrario, la accin del hom bre no llega siempre a resultados previamente decididos, sino que, simplemente, no puede ir ms all de ciertos lmites que le im ponen los dioses. Dodds, en su artculo On misanderstanding the (Edipus Rex, argum enta en este sentido:

    C iertas acciones del pasado de E dipo fueron sentenciadas por el hado , pero todo lo que l hace en escena desde el p rincip io h asta el final, lo realiza com o libre agen te [...]. La causa inm ed ia ta de la ru in a de E dipo no es el destino o los dioses -n in g n o rcu lo dijo que l deb a descubrir la verd a d - [...] lo que causa su ru in a es su p rop ia fuerza y coraje, su lealtad a T ebas.22Otros autores han recalcado la temtica de la culpa y el

    castigo. Esta lectura, como seala Dodds, fue la preferida de la crtica moralizante del perodo Victoriano, pero ha sido abandonada por la m ayor parte de la crtica contem pornea. Dicha interpretacin se basa en el concepto aristotlico de hamarta. Este trm ino se puede interpretar como falta moralo simple error de la inteligencia. Segn el filsofo, la hamarta es propia de todo hroe trgico. A partir de esta nocin, entendida como falta moral, algunos crticos se han em peado en resaltar los rasgos negativos del personaje de Edipo, que justificaran el cruel castigo de los dioses.

    En la triloga de Esquilo sobre el mismo tema, el orculo adverta a Layo que si tena un hijo este lo matara, pero en

    22. Op. cit., p. 42.Material protegido por derechos de autor

  • XXII JIMENA SCHERE

    Sfocles el orculo es incondicional. La triloga de Esquilo pona en escena una historia de crimen y castigo. La culpa de Edipo era la culpa heredada de Layo. En Edipo rey, en cambio, no se hace ninguna referencia a la maldicin hereditaria. El destino doloroso del hroe es independiente de cualquier falta moral.

    O tros autores, com o Wilamowitz, se resisten a ver en Sfocles un autor de teatro de ideas y lo conciben como un artista puro.23 Waldock, siguiendo esta misma lnea de anlisis, afirma que no hay ningn mensaje teolgico o moral en la obra.24

    Bowra, entre otros, ha reaccionado contra esta lectura y sostiene, en cam bio, que no se puede com prender la obra del trgico sin hacer una aproxim acin histrica y tratar de in terpretar sus ideas m orales y religiosas. Desde su punto de vista, la leccin de Edipo rey sera la om nipotencia de los dioses, la inestabilidad de la vida hum ana y lo ilusorio de su conocim iento.25

    Gran parte de la crtica contem pornea se ha centrado en el problem a de la verdad y la apariencia. Dentro de esta perspectiva de anlisis, se ha caracterizado la obra como dram a de revelacin, tragedia de las apariencias, tragedia de la verdad, tragedia del reconocimiento.26 Lasso de la Vega, por ejemplo, interpreta la obra como dram a de revelacin y puntualiza que su temtica central es el problem a del conocimiento: Destino,

    23. Die dramatische Technik des Sophokles, Philologische Untersuchungen, XXII, Berlin, 1917.24. Waldock, A. J . A., Sophocles the Dramatist, Cambridge, 1966.25. Bowra, C. M., Sophoclean Tragedy, Oxford, 1944.26. Errandonea, en Sfocles y su teatro (Madrid, 1942), caracteriza la obra como una tragedia del reconocimiento; Reinhardt en Sophokles (Francfort, 1947), como el dram a de la apariencia humana; Paul Ricoeur la ha denominado la tragedia de la verdad (Hermenutica y psicoanlisis, Buenos Aires, 1975). Cf. Segal, Ch., Sophocles Tragic World, Cambridge, 1998.

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  • INTRODUCCIN XXIII

    carcter, culpa son nociones que pueden, de alguna manera, entrar aqu en juego. Pero esto no es lo esencial.27

    En esta misma lnea, Schlesinger interpreta Edipo rey como una tragedia de la existencia humana, que pone en escena las limitaciones del hombre en cuanto hombre, especialmente las

    1 de su inteligencia. Los actos libres de los hom bres se realizan , dentro de un plan trazado por los dioses, por lo que cobran

    una significacin y tienen consecuencias insospechadas que ! vuelven trgica la existencia.28

    Foucault, por el contrario, niega que la temtica central en Edipo rey sea el problem a del conocimiento. Segn el autor, Edipo rey es la tragedia del poder y del control poltico: A Edipo no le asusta la idea de haber matado a su padre o al rey, teme solamente perder su propio poder.29 Foucault relaciona la figura de Edipo con el personaje del tirano, bien caracterizado por el pensamiento del siglo V:

    El tirano era aquel que despus de h aber pasado por m uchas aventuras y llegado a la cspide del poder estaba siem pre am enazado de perderlo. La irregularidad del destino es caracterstica del personaje.30

    Edipo representara el saber autocrtico del tirano que no quiere escuchar la palabra de los dioses ni de los dems hombres.

    Hegel, por su parte, ha hecho una breve referencia a la obra en su Esttica.31 La victoria de Edipo contra la esfinge

    27. Lasso de la Vega, J. S., (Introduccin general) Sfocles, Tragedias, Madrid, Gredos, 1981, p. 83.28. Op. cit., pp. 128 y ss.29. Foucault, M., La verdad y las formas jurdicas, Mxico, Gedisa, 1986, p. 50.30. Ibid., p. 52.31. Hegel, G. W. F., Esttica II. La forma del arte simblico, Buenos Aires, Ediciones Siglo Veinte, 1983, pp. 114-115.

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  • XXIV J1MENA SCHERE

    representara el dominio de la pura racionalidad sobre los aspectos irracionales humanos; el hom bre dom ina al monstruo, a lo inhumano, a lo inconsciente. Por eso, Goux ha subrayado que, en el pensamiento de Hegel, Edipo representa la figura del filsofo, que niega el aspecto irracional del hombre:

    Edipo se manifiesta como el nico ser que ha pasado a la vez por la experiencia triunfante de la razn y por la ence- guecedora prueba de sus lmites. [...] Edipo constituye la figura del pensador libre que ha tomado sobre sus espaldas un riesgo inslito, el de la afirmacin de la dignidad suprema de la razn humana con la presuncin que comporta tal afirmacin. Pero fue aniquilado por aquellas fuerzas que sobrepasan lo humano.32

    Goux sostiene que esa irracionalidad que el rey filsofo cree superada vuelve bajo la forma de parricidio e incesto.

    Nietzsche tam bin se ha referido al problem a del saber en Edipo rey.

    El mismo que soluciona el enigma de la naturaleza-de aquella esfinge biforme- tiene que transgredir tambin, como asesino de su padre y esposo de su madre, los rdenes ms sagrados de la naturaleza. Ms an, el mito parece querer susurrarnos que la sabidura, y precisamente la sabidura dionisaca, es una atrocidad contra la naturaleza, que quien con su saber precipita a la naturaleza en el abismo de la aniquilacin, ese tiene que experimentar en s mismo la disolucin de la naturaleza.33La cadena de lecturas y contra-lecturas es interminable

    y sigue su curso. Hay que tener en cuenta que la obra del trgico ha sido motivo de anlisis no solo para fillogos y crticos, sino tam bin para la filosofa, la antropologa y el

    32. Goux, J . J ., Edipo filsofo, Buenos Aires, Biblos, 1999, p. 188.33. Nietzsche, F., El nacimiento de la tragedia, Madrid, Alianza, 1997, cap. IX, pp. 90-91.

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  • INTRODUCCIN XXV

    psicoanlisis. Segn la concepcin de Sigmund Freud, podramos decir que Edipo rey es la tragedia de los deseos humanos inconscientes, deseos hostiles y amorosos hacia los padres. La huella de esta lectura es im borrable para el lector m oderno; sera difcil disociar ya el personaje de Sfocles del m entado complejo de Edipo.

    Lo cierto es que la obra, por su parquedad en materia de explicaciones y por su riqueza temtica y formal, ha sido objeto de un ejercicio herm enutico incansable. Qu quiso decir Sfocles? Cul es el eje temtico de la pieza? Por qu Edipo sufre un destino tan desafortunado? Por qu el prim ero entre los hombres se convierte en el ms desgraciado? Porque los dioses son crueles? Porque la existencia hum ana es trgica? Porque Edipo es culpable? Por su maldicin ancestral? Porque Edipo haba llegado demasiado lejos en su poder y saber? Las respuestas, como hemos visto, son innumerables. El texto nos interroga pero no responde. Resulta ms sencillo realizar abstracciones a partir de las obras de Esquilo o Eurpides. Los coros de Esquilo realizan com entarios lricos sobre las verdades abstractas que se representan en escena. Eurpides suele poner estas ideas y reflexiones en boca de sus personajes. El coro en Sfocles, en cambio, es un personaje ms.

    Esta ausencia de claves internas de lectura contribuye a transmitir la sensacin de que el hom bre vive en medio del misterio y que la inteligencia y la razn hum ana no alcanzan para com prender la realidad.

    Cuando Walter Benjamn analiza la naturaleza del arte de la narracin, afirma: Si se puede reproducir una historia preservndola de las explicaciones ya se logr la mitad del arte de narrar.34 Desde este punto de vista, Sfocles ha sido

    34. Benjamin, W., Cuadernos de un pensamiento, Buenos Aires, 1992, p. 151.

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  • XXVI JIMENA SCHERE

    el ms astuto de los trgicos: sugiere pero no explica; a esto, en parte, se debe su universalidad y pervivencia a lo largo de los siglos. Con su Edipo rey, Sfocles construy un perfecto enigma, cargado de inquietantes significaciones. Su obra es una Esfinge, un ser inclasificable y, por eso, ms inquietante; como la Esfinge, es de ndole monstruosa e indefinible -m itad mujer, mitad bestia-, y plantea equvocos enigmas que siglo tras siglo crticos y fillogos, mulos de Edipo, intentan descifrar; pero la Esfinge, por su naturaleza paradjica, inclasificab le y m o n s tru o sa , los d e v o ra a u n o p o r u n o y sigue planteando el interrogante una y otra vez.4. La estructura

    Sfocles fue un m aestro de la forma. La estructura de Edipo reyes, sin duda, uno de los aspectos ms sobresalientes de la pieza. Desde Aristteles en adelante, su composicin unitaria, cerrada y de m xim a econom a ha despertado la adm iracin de los lectores de todos los tiem pos y de los artistas que lo tom aron com o m odelo, hasta el punto de convertirlo en un estereotipo.

    La construccin sofoclea podra sintetizarse en el simple esquem a de las tres unidades: unidad de accin, unidad de tiem po y unidad de lugar. La larga saga legendaria del mito de Edipo se ha condensado en un solo punto en el tiempo y en el espacio y en una sola lnea argum ental: los hechos se centran en la ciudad de Tebas, y la lnea argum ental y tem poral se limita al paulatino proceso de reconocim iento. Todos los dem s episodios mticos anteriores a la peste quedan excluidos.

    La figura de Edipo est presente en toda la obra, con excepcin de las partes corales, y esto refuerza su mxima unidad. Edipo, por cierto, term ina concentrando en su figura una multiplicidad de roles: hijo y esposo de Yocasta, padre y herm ano de sus hijos. Tres generaciones se renen en l. La

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  • INTRODUCCIN XXVI!

    estructura formal de la obra resulta funcional y reproduce su contenido argumental.

    Todos los testimonios de los testigos confluirn al final de la pieza en una sola historia unitaria: la historia del pasado de Edipo, que l desconoce. La multiplicidad inicial alcanza de este m odo perfecta unidad. La verdad se reconstruye a partir de las declaraciones sucesivas de los distintos personajes, que en un principio parecen no tener conexin entre s, pero que finalmente se revelan como fragmentos de una misma saga. Cada personaje conoce una parte de la verdad oculta: Yocasta conoce la historia de Edipo recin nacido, a quien m and m atar y entreg a un servidor de Layo; el servidor de Layo lo sabe prcticam ente todo; el mensajero corintio, que recibi al nio del siervo de Layo y se lo entreg a su vez a los reyes de su pas, conoce otro fragmento ms del pasado velado de Edipo.

    En otras versiones del mito, la esposa del rey corintio encontraba al pequeo Edipo abandonado.35 Sfocles, en cambio, les asigna un im portante papel a los dos servidores intermediarios. Estos dos personajes perm iten multiplicar la sucesin de interrogatorios m ediante los cuales Edipo llegar a la verdad: prim ero Edipo interroga a Yocasta, luego al m e n sa je ro co rin tio y, p o r ltim o , al v ie jo se rv id o r d e L ayo.De este modo, la verdad est dividida en ms personajes y el m om ento de revelacin final se m antiene en suspenso por ms tiempo dndole m ayor tensin dramtica a la pieza. Solo Tiresias y el servidor de Layo conocen el pasado completo de Edipo, y, por eso mismo, ambos viven aislados del m undo de los hombres: Tiresias es ciego, y el servidor de Layo vive desterrado de Tebas por su propia voluntad.

    La accin se grada de m anera tal que la verdad se va conociendo de a poco y a partir de una sucesin de aconteci

    35. Grimal, P., op. cit., p. 148.

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  • XXVU1 JIMENA SCHERE

    mientos encadenados. En este sentido, la construccin formal de la obra revela una notable maestra. En prim er lugar, Edipo descubre que aquel desconocido que haba m atado en el camino no era otro que Layo; esa es la prim era etapa del doloroso reconocimiento: Edipo advierte que las maldiciones que l mismo lanz sobre el asesino recaern ahora sobre su propia persona. En este sentido, la estructura de la obra es circular y cerrada; el que maldice resulta maldito; el sabio resulta el ignorante; el detective, el asesino. El crculo se cierra sobre s mismo y sugiere la existencia de un orden superior y divino detrs del azar aparente.36

    La segunda etapa del reconocimiento ser el descubrimiento final de su origen: Edipo no solo descubre que es el asesino de Layo, sino tambin su hijo. La tensin dramtica se intensifica a m edida que el personaje se acerca a la revelacin final de la verdad. Cada fase de la accin se produce directamente de la que la precede; cada hecho est ntimamente relacionado con el que sigue, de m odo tal que la eliminacin de cualquiera de ellos distorsionara o dislocara el conjunto.37

    Edipo rey, en sntesis, es la historia de la reconstruccin progresiva de una historia; con los mltiples fragmentos de los relatos de los otros personajes, Edipo construir un relato unitario: el de su biografa velada, el pasado que desconoce, todo aquello que ha quedado fuera de la versin sofoclea.5. El lenguaje potico

    La misma agudeza en la composicin de la estructura de la obra se verifica tambin en el uso del lenguaje. El Edipo engaado, el que se ve a s mismo como detective y vengador de Layo, ignora el verdadero sentido de sus palabras hasta el final de la pieza. Edipo no sabe, por ejemplo, que las maldi

    36. Lida, M. R., op. cit., p. 149.37. Aristteles, Potica, V III.

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  • INTRODUCCIN XXIX

    ciones que lanza contra el asesino son maldiciones contra s mismo: ruego que el infame criminal [...] consuma su vida de modo tan infame como l (v. 246 ss.). Edipo no se da cuenta de que todo lo que dice es irnico y tiene un segundo sentido que solo el pblico, conocedor del mito, es capaz de interpretar. El pblico tiene la m irada de los dioses y sabe ms que el propio personaje; no ignora que el investigador es tambin el culpable, y, desde esa m irada privilegiada, puede ver al hroe trgico en toda su ceguera. Este recurso, conocido con el nom bre de irona trgica, sugiere que detrs del sentido aparente de las palabras se esconden otros sentidos insospechados para quien las pronuncia.

    La irona trgica no solo recae sobre Edipo, sino tambin sobre todos los personajes que tienen una visin distorsionada de la realidad: Yocasta, el mensajero corintio, el coro de ancianos tebanos. A la luz de la verdad, todos sus parlamentos resultan dolorosam ente cmicos y absurdos.

    En Edipo rey las frases suelen ser ambiguas y se pueden leer de dos m aneras diferentes. Esta am bigedad se pierde a veces en la traduccin al castellano. Por ejemplo, cuando el m ensajero corintio viene anunciar la m uerte de Plibo, el supuesto padre de Edipo, Yocasta dice: viene a anunciar que tu padre Plibo ya no existe, est muerto. El final de la frase, que parece redundante, encierra en realidad un segundo sentido que podra traducirse de la siguiente m anera: viene a anunciar que tu padre no es Plibo, sino un m uerto (v. 955). De este m odo, el lenguaje cobra fuerza y densidad: la polivalencia de las palabras convierte al texto en un extraordinario m ecanism o verbal, en el que cada expresin moviliza mltiples significados posibles.

    El lenguaje potico de Sfocles se asemeja a la enigmtica palabra del orculo.38 Los orculos de Apolo -dios de la ver

    38. Vernant, J. P. y Vidal-Naquet, P., op. cit., p. 109.

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  • JIMENA SCHERE

    dad y la poesa- tambin se enunciaban en verso y se valan de expresiones cifradas que deban ser reveladas. Segn la religin griega, los dioses com unicaban la verdad de modo oscuro. El lenguaje potico era precisamente el lenguaje de los dioses.

    Son frecuentes tambin en el texto las repeticiones insistentes de ciertos trminos, que mediante la reiteracin se alejan de su sentido ordinario y adquieren un valor simblico. Por ejemplo, las reiteraciones de palabras que pertenecen al campo semntico de la luz y la oscuridad. Edipo intentar durante toda la pieza sacar a la luz la verdad sobre el asesinato de Layo. En griego, como en castellano, luz significa luz de da, luz de vida y se asocia metafricamente al concepto de verdad. Por su parte, los verbos de percepcin sensible tienen en griego el sentido metafrico de percepcin intelectual: ver es saber. Sfocles explota al mximo todos estos sentidos metafricos persistentes en la lengua griega. Asimismo, Apolo, el resplandeciente, dios asociado con la luz y la verdad, est presente en toda la pieza por las continuas apariciones en el texto de trminos alusivos.

    Tambin resuenan una y otra vez en la obra los trminos relativos al nacimiento, la procreacin y la crianza, que se relacionan con la problem tica del personaje.

    Se reiteran, asimismo, los usos en expresiones figuradas de la palabra pie, que hacen alusin al nom bre de Edipo. Las leyes divinas, por ejemplo, son las leyes de alto pie, que en griego significa leyes sublimes (v. 865). El defecto del pie sin duda tiene un valor simblico en la obra y en el mito. Por cierto, tanto el nom bre del padre como del abuelo de Edipo aluden a defectos en los pies.39 Todos estos seres extraordinarios, semidivinos y algo monstruosos, tienen una m arca corporal que los caracteriza.

    39. Cf. Lvi-Strauss, C., Antropologa estructural, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2004.

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  • INTRODUCCIN XXXI

    Del mismo modo, el enigm a de la Esfinge, descifrado por Edipo, tambin haca referencia a los pies: Cul es el ser que tiene dos, tres y cuatro pies? La respuesta era el hombre, porque prim ero camina a gatas, luego erguido y en la vejez se ayuda con un bastn. Solo Edipo, el hroe de los pies hinchados, pudo resolver este acertijo que lo llev al trono de Tebas y a la ruina. En toda la obra el trm ino pies se repite como una resonancia fatdica e irnica de la m arca distintiva del personaje.

    El lenguaje de Edipo rey, sin perder naturalidad, se aleja as de la lengua ordinaria y del discurso plano m ediante el juego perm anente, la repeticin y la polivalencia irnica de los trminos, que le aportan al sentido una movilidad y una densidad semntica inusitadas.

    L a s a n t i f i c a c i n d e l h r o e e n E d ip o e n C o lono

    Edipo en Colono es la ltim a de las tragedias del autor y fue puesta en escena despus de su muerte. Se centra en la vejez de Edipo y relata su vida como m endigo desterrado y su fallecimiento en el exilio, en la aldea ateniense de Colono.

    Luego de vagar sin tierra, Edipo encuentra asilo en Atenas. M ien tra s ta n to , en la c iu d ad d e T ebas, los d os h ijos del hroe, Eteocles y Polinices, se enfrentan por el trono. Segn un orculo de los dioses, el destino de la ciudad depende de la repatriacin de Edipo. El hroe, que haba liberado a los tebanos de la Esfinge y que luego fue la causa de su ruina, es elevado nuevam ente a la condicin de salvador. Los dioses han anunciado que el cuerpo de Edipo proteger la tierra en donde se encuentre su tumba. Por ese motivo, una comitiva tebana viene a buscarlo, pero Edipo se niega a regresar y pide ayuda a Teseo, el rey ateniense. Teseo interviene en el conflicto y vence a los tebanos. Finalmente, el anciano Edipo muere en Atenas: los beneficios de su tum ba sern para la patria de Sfocles.

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  • XXXII J1MENA SCHERE

    Despus de todos los penosos sufrimientos de su vida, el hom bre ms odiado por los dioses, el incestuoso parricida, tiene una vejez de semidis; Edipo es elevado a la santidad por los mismos dioses que lo haban destruido, y se convierte en un daimon, un espritu tutelar de Atenas. Si Edipo rey es la historia de la cada del hroe desde su apogeo, Edipo en Colono es la historia inversa de la apoteosis del mendigo. La nueva peripecia ser el paso de la miseria a la grandeza.

    Pierre Vernant ha relacionado las peripecias del personaje co n a lg u n as p r c tic a s a te n ie n se s . L a c a d a y el d e s tie rro de Edipo se vinculan con el ostracismo.40 El ostracismo consista en desterrar al ciudadano que se haba elevado dem asiado y que por eso mismo corra el riesgo de convertirse en tirano. Esta costum bre evoca el concepto religioso de que los dioses envidian y desconfan de los hom bres que se destacan en exceso [phthonos). Edipo, al com ienzo de Edipo rey, ha llegado dem asiado lejos y es casi sem ejante a un dios; ha sobrepasado la justa m edida hum ana y, por lo tanto, sufrir el em bate de los dioses y descender a la condicin de m endigo expatriado y salvaje.

    El episodio del destierro se vincula, por otra parte, con el ritual anual ateniense del chivo expiatorio [pharmaks).41 Esta prctica consista en pasear por las calles a un individuo, arrojndole toda clase de elementos y, luego, desterrarlo. La expulsin de la vctima expiatoria serva para purificar la ciudad y eliminar las faltas acumuladas durante el ao. Edipo, en definitiva, ser el chivo expiatorio y el purificador de Tebas.

    Pero la apoteosis final en el mom ento de su muerte vuelve a elevarlo a la condicin de semidis. Edipo resulta entonces el santo y el impo al mismo tiempo. Por cierto, el rey divinizado y el chivo expiatorio son las dos caras opuestas de una

    40. Vernant, J . P., y Vidal-Naquet, op. cit., pp. 126 y ss.41. Ibd.

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  • INTRODUCCIN XXXIII

    misma m oneda: el hroe siempre se encuentra por fuera de la justa m edida, sea por exceso o por defecto; siempre ser un superhom bre o un infrahumano.42

    Por eso, el destino final del hroe trgico es la soledad y el aislamiento. Al llegar a Colono, los aldeanos le temen e intentan expulsarlo por impo. Pero Edipo defiende su inocencia. H a sufrido un castigo divino brutal sin haber cometido ningn crimen voluntario. Para la ley humana es inocente. Actu contra Layo en legtima defensa, argumenta, y sin saber que l era su padre. Su falta contra el cdigo social y el orden sagrado fue involuntaria. Sin embargo, desde el punto de vista religioso, Edipo es impo y culpable, porque lleva el miasma, la mancha religiosa de haber cometido un crimen de sangre.

    Finalmente, por intervencin de Teseo, Edipo es aceptado en Colono para convertirse en su daimon Pero antes de alcanzar su gloriosa muerte, Edipo deber enfrentarse todava con una serie de obstculos. Edipo en Colono se estructura sobre la progresiva superacin de estos obstculos que culminar con la m uerte milagrosa del personaje: Edipo desaparece ante la m irada atnita del rey ateniense. La muerte del viejo Edipo ser tan enigmtica como su vida.

    La accin divina en Edipo en Colono, as como en Edipo rey, resulta inescrutable para el hombre: cmo el hombre ms odiado por los dioses resulta ahora un elegido? Segn Bowra, el hroe alcanza la mxima dignidad hum ana porque con su dolor se conoce a s mismo, conoce sus limitaciones y su lugar en el plan divino.43 Pero Sfocles no despliega argumentos teolgicos, simplemente expone los hechos y pone en escena la ley del cambio que rige las vidas humanas. El hombre est rodeado por fuerzas extraas, desconocidas y trascendentes que condicionan su vida, pero que l no alcanza a comprender.44

    42. Ibid., pp. 128 y ss.43. Op. cit., pp. 365 y ss.44. Cf. Lida, M. R., op. cit.

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  • La glorificacin de Edipo ser tambin la glorificacin de Atenas, la ciudad del poeta. El hom bre sin patria, destinado a errar de Corinto a Tebas y de Tebas al exilio, tendr finalmente su descanso definitivo en la aldea ateniense de Colono, pueblo natal del poeta. Atenas aparece en esta obra como modelo de ciudad hospitalaria y refugio para los exiliados polticos.

    La ciudad de Atenas se consideraba a s misma la civilizadora de la Hlade. Teseo fue su figura mtica preferida. Los atenienses le atribuyeron toda una serie de heroicas proezas, co m o la d e s tru c c i n del m in o ta u ro , y la tra g e d ia tica lo convirti en una figura representativa del hum anitarismo ateniense.45 Teseo, rey humanitario, po, m oderado y justo se opone al modelo del gobernante tirnico o demasiado confiado en su propia inteligencia. Se contrapone a la violencia de Creonte, que quiere llevarse a Edipo por la fuerza, y a la propia violencia del anciano, que se niega a recibir a su hijo suplicante. Edipo en esta obra aparece envuelto en un halo divino, pero no pierde por eso su carga de hum anidad; se encuentra fuertemente definido como un carcter pasional que oscila entre dos sentimientos extrem os:4ti la devocin por sus hijas y el odio por sus hijos y Creonte, que lo desterraron. Teseo, en cambio, representa el ideal de sophrosyne y funciona en la obra como principio de justicia. Teseo, en sntesis, encarna todas las virtudes que el pueblo ateniense se atribua a s mismo.

    Pero la ciudad de Atenas, que en el pasado reciente haba sido una gran metrpoli, estaba ahora en su ocaso. Faltaban pocos aos para su derrota final en el 404 frente a Esparta en la guerra del Peloponeso, que se haba iniciado en el 431. Edipo en Colono es tambin el homenaje nostlgico y final de Sfocles a su patria en decadencia.

    XXXIV JIMENA SCHEREI

    45. Garca Gual, C., op. cit., p. 179.46. Cf. Bowra, op. cit., p. 311.

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  • INTRODUCCIN XXXV

    A n t g o n a1. Ley humana y ley divina

    Los dos hijos de Edipo, Eteocles y Polinices, se enfrentan por el trono de Tebas y mueren uno a manos del otro. Creonte, herm ano de Yocasta, queda entonces al m ando de la ciudad. Entierra con todas las honras fnebres a Eteocles, pero le niega la sepultura a Polinices, por haber atacado a su propia ciudad al m ando de un ejrcito extranjero; Creonte lo considera un traidor a la patria. En Antgona las leyes sagradas de los dioses entran en colisin con las leyes convencionales de los hombres. El decreto de Creonte desencadena el conflicto central de la obra: Antgona, hija de Edipo y herm ana de Polinices, sepulta el cadver contra las rdenes del flamante rey. Por ese motivo, Creonte condena a Antgona a muerte y la encierra viva en una caverna.

    Hem n, prom etido de la m uchacha e hijo de Creonte, intenta sin xito torcer la decisin de su padre; pero finalmente Hem n se suicida. La muerte del hijo desencadena el suicidio de su m adre y provoca la ruina del padre. El enfrentamiento entre los dos hijos de Edipo, que es el antecedente inmediato de la accin dramtica, se reproduce en el conflicto entre Creonte y sus sucesores: Antgona y Hemn. Antgona es la historia de la destruccin definitiva de la familia real tebana.

    Gran parte de la crtica ha interpretado la obra como un dram a de condenacin del culpable, en este caso Creonte. Pero Antgona, como Edipo rey, ha sido motivo de profundas controversias hermeneticas. La interpretacin sobre la actuacin de Creonte y de Antgona se podra sintetizar a grandes rasgos en tres posturas divergentes: algunos han subrayado la culpa de Creonte, otros recalcan la actitud equivocada y la desmesura de los dos personajes centrales, y una tercera lnea de lectura seala la igualdad de derechos entre ambos protagonistas.

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  • XXXVI JIMENA SCHERE

    Bowra, por ejemplo, afirma que Antgona es el dram a de la insensatez hum ana, la insensatez de Creonte que confa ciegam ente en su propio criterio y transgrede las normas religiosas.47

    Unas de las interpretaciones ms difundidas y criticadas ha sido la lectura de Hegel en su Esttica (112. 1). Hegel interpret la pieza de acuerdo con su visin del curso de la historia como un conflicto entre tesis y anttesis. Creonte representa el derecho del Estado y Antgona el de la familia. Los dos dominios, segn la perspectiva hegeliana, tienen igual validez y, por lo tanto, sus dos representantes deben necesariam ente m orir en el conflicto. El decreto de Creonte es esencialmente legtimo porque vela por el bien de toda la ciudad. Asimismo, Antgona tam bin est anim ada por una fuerza tica, el sagrado amor por el herm ano, a quien ella no puede dejar insepulto. En la obra se oponen fuerzas universales y eternas que constituyen las necesidades esenciales del alma y que el hom bre, porque es hom bre, tiene que reconocer y dejar im perar y actuar. Estas fuerzas, como la familia, la patria, el estado, la gloria, el amor, son los motivos centrales del arte.48

    La lectura hegeliana ha sido motivo de profunda controversia. Lesky, por ejemplo, en su Historia de la literatura griega, sostiene que Creonte no representa de ningn modo el derecho del Estado porque sus decretos transgreden los propios conceptos del derecho griego, que permita enterrar al

    47. Op. cit., p. 114. Muchos autores han visto en Antgona la oposicin entre dos formas de religin. Por ejemplo, Pierre Vernant {op. cit., p. 36) sostiene que Antgona no plantea un conflicto entre la religin, simbolizada por la protagonista, y el estado, representado por el rey, sino entre dos tipos de religiosidad: por un lado, la religin familiar, centrada en el hogar domstico y el culto a los muertos; por otro, la religin pblica en la cual los dioses tutelares de la ciudad tienden a confundirse con los valores supremos del Estado. Entre estos dos tipos de religiosidad se produce un conflicto insoluble.48. Op. cit., pp. 188 y ss.

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  • INTRODUCCIN XXXVII

    traidor ms all de los lmites de la patria. Lesky ha interpretado la obra como un dram a de condenacin de Creonte. El personaje de Creonte, segn el autor, no representa de ningn m odo la legtima voz del Estado que conoce sus derechos y tam bin sus limitaciones.49

    Sin duda, la obra condena la omnipotencia de Creonte como gobernante. Pero no se puede decir que realice una exaltacin heroica del com plejo personaje de Antgona. Com o bien ha sealado Rodrguez Adrados, Antgona es posiblemente el dram a de Sfocles que con ms claridad trata el tem a del castigo al culpable;50 sin embargo, los personajes que actan en consonancia con las leyes divinas tampoco estn exentos del dolor. No hay una relacin mecnica entre el destino doloroso del hroe y la culpa, ni se puede hacer una lectura simplista y moralizante.51

    Se puede discutir la m ayor o m enor validez que la obra adjudica a la actuacin de uno y otro personaje, pero, ms all de esta polmica, es evidente que Antgona pone en escena el conflicto entre dos concepciones diferentes de la ley: por un lado, la superioridad de las norm as sagradas no escritas, propugnada por Antgona, y por otro, el predominio de la ley hum ana del gobernante. En Antgona resuenan de modo indirecto los debates contem porneos entre racionalistas y trad ic io n a lis ta s so b re la n a tu ra le z a d e las leyes.

    49. Lesky, A., Historia de la literatura griega, Madrid, Ctedra, 1988, p. 307.50. Rodrguez Adrados, (Introduccin) Sfocles, Edipo rey, M adrid, Aguilar, 1973, p. 27.57. Rodrguez Adrados, La democracia ateniense, Madrid, 1975, p. 292. Blundell [Helping Friends and Harming Enemies, Cambridge, 1991) analiza la complejidad de los ideales morales en la obra de Sfocles. Segn la autora, en el teatro sofocleo est presente la moral tradicional (ayudar a los amigos y daar a los enemigos) y tambin la crtica implcita a estos postulados. Blundell afirma que Sfocles pone en escena las consecuencias trgicas de dicha moral.

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  • XXXVIII JIMENA SCHERE

    Los sofistas crean que las leyes eran una institucin puram ente hum ana y que, por lo tanto, podan sufrir m odificaciones. En cambio, segn el pensam iento tradicional, las leyes no escritas eran inmutables, eternas, de origen divino, y su violacin acarreaba un castigo de los dioses. Estas leyes no escritas obligaban a respetar a los familiares, a los extranjeros y los huspedes, no incurrir en hybris abusando del dbil, enterrar a los muertos de la familia y respetar la religin. Si un difunto quedaba insepulto, su alma no tena descanso y se a te n ta b a c o n tra los d io ses in fe rn a les d e los m u erto s .

    En el lxico griego, la ley hum ana se designaba con el trm ino de nomos (costumbre, ley) y se llam aba Dike a la ley divina y universal, que representaba el orden del cosmos. Desde Hesodo en adelante, Dike {Justicia) constitua una figura divina que personificaba el orden del universo y regulaba la alternancia del da y la noche. Dike era hija de Zeus y se sentaba junto a su trono.52 Herclito afirmaba que las leyes hum anas se nutran de Dike, la ley divina.53 Esta visin segua vigente en los tradicionalistas del siglo V. Desde esta perspectiva, las leyes hum anas deban estar en armona con las trascendentes, que eran de orden superior. En cuanto al cumplimiento de los ritos fnebres, este involucraba a las dos legalidades. El descenso de los muertos al reino subterrneo se relacionaba por un lado con el orden del cosmos [Dike] y, al mismo tiempo, era un deber hum ano exigido por la costumbre (nomos).

    Sin embargo, lo cierto es que en la Atenas democrtica el pueblo se vuelve autnomos (establece sus propias leyes) y autodikos (posee su propia jurisprudencia); las leyes ya no son heredadas de los antepasados ni se considera que provengan de Dios, sino que son creadas por los hom bres al

    52. Cf. Jaeger, W., op. cit., 1971, pp. 76 y ss.; cf. Guthrie, W. K. C., op. cit., pp. 64 y ss.53. Guthrie, W. K. C., op. cit., p. 64.

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  • INTRODUCCIN XXXIX

    cabo de una discusin colectiva. La sociedad, por lo tanto, se reconoce como fuente de sus normas, con excepcin de los sectores tradicionalistas. Com o ha subrayado Castoriadis, la dem ocracia autnoma es un rgimen de autolimitacin y, por lo tanto, ello implica un riesgo histrico y trgico. Segn Castoriadis, la tragedia griega funcion precisamente como una institucin que favoreca dicha autolimitacin. Desde su punto de vista, la catstrofe en Antgona se produce porque Antgona y Creonte se aferran a sus propias convicciones sin escuchar las razones del otro. La obra plantea la necesidad de que el hom bre democrtico se autolimite en sus pretensiones de saber y formula la m xim a fundamental de la democracia, la denuncia del monos phronei, es decir, la insensatez de que un individuo pretenda ser el nico sabio.54

    A pesar de la autonoma, en la Atenas del siglo V las leyes hum anas nunca entraron en colisin con las leyes no escritas, como ocurre en Antgona. La legislacin ateniense permita negarle sepultura al traidor en su tierra natal, pero este poda ser enterrado fuera de sus lmites.55 Aunque los hom bres del crculo de Pericles negaban el origen divino de las leyes no escritas y las consideraban una institucin puram ente hum ana, no pusieron en crisis la validez de tales normas. Pericles nunca trat de enfrentarse con la religin. En la prctica, las leyes no escritas fueron las mismas para los tradicionalistas y para el crculo del estratega; la nica diferencia consista en que para unos constituan una simple convencin hum ana y para los otros tenan carcter sagrado. Por este motivo, segn Rodrguez Adrados, la poltica racional de Pericles pudo ser com partida por hom bres como Sfocles, que mantenan su

    54. Castoriadis, C., La polis griega y la creacin de la democracia, en Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto, Barcelona, Gedisa, 1994.55. Lesky, A., op. cit., p. 307.

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  • XL JIMENA SCHERE

    fe teocntrica .56 Sin embargo, la posibilidad de conflicto, que Antgona pone en escena, se encontraba latente.2. Estructura y lenguaje

    Antgona tiene una estructura doble, es un dram a de dos personajes y la cada de dos destinos entrelazados.57 Hay una tragedia de Antgona y otra de Creonte .58 El conflicto entre las dos legalidades se reproduce a nivel formal en la estructura de la pieza. Mientras que en Edipo rey encontram os una estructura unitaria, centrada en un nico personaje, en Antgona, en cambio, la accin se moviliza por el enfrentam iento entre los dos personajes centrales.

    En toda la obra predom inan los largos discursos, piezas magistrales del arte oratorio griego. Si en Edipo rey prevalece la accin ininterrum pida, que avanza linealmente hasta el final, en Antgona dom ina la palabra discursiva. La pieza se estructura como una cadena de enfrentam ientos verbales (agones), una sucesin de discursos contrapuestos, que movilizan la accin y le aportan fuerte tensin dramtica. En este sentido, la obra es un paradigm a de debate ciudadano. Hay que recordar que los griegos le daban una im portancia fundamental a la retrica, el arte de convencer con el discurso. La retrica form aba parte central en la educacin del ciudadano ateniense, que deba luego dem ostrar su habilidad discursiva en la asamblea de la Atenas democrtica.

    Antgona es un debate continuo de discusiones encadenadas, en las cuales nadie convence a nadie. El arte de la retrica, tan exaltado por los griegos, fracasa por completo. Antgona

    56. Cf. Rodrguez Adrados, La democracia ateniense, pp. 253-254.57. Reinhardt, K., Sophokles, Frncfort, 1947, p. 73 ss. Cf. Kirkwood, A study of sophoclean drama, Nueva York, Cornell University Press, 1958 p. 43.58. Lesky, A., op. cit., p. 308.

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  • INTRODUCCIN XLI

    no logra persuadir ni a su herm ana Ismene ni a Creonte; por su parte, Hem n y Creonte tampoco se ponen de acuerdo. Cada personaje, como ha sealado Castoriadis, permanece encerrado en su discurso. Incluso, no hay acuerdo siquiera sobre el significado de ciertas palabras fundamentales. La Ley s para Creonte el edicto que l mismo ha pronunciado, pero para Antgona es la sagrada Ley de los dioses.59 Las posiciones resultan irreconciliables. Es un dilogo de sordos, una guerra de lenguajes, en la cual cada personaje niega la palabra del otro.

    En Edipo rey el hroe utiliza las palabras de un modo que resulta equvoco para s mismo: sus palabras tienen un sentido aparente y otro oculto. Edipo es un incomunicado consigo mismo porque ignora el verdadero valor de sus palabras hasta el final de la obra. En Antgona, en cambio, la incomunicacin se da entre personajes diversos; cada uno se escucha solo a s mismo, y esa incomunicacin term inar en tragedia.3. Personajes

    La construccin de los personajes sofocleos es un rasgo central de la pieza. Sin embargo, la m ayor parte de la crtica ha negado el refinamiento psicolgico de los personajes de Sfocles. Bowra, por ejemplo, sostiene que la tragedia se ce n tra e n la d e sc rip c i n de los d estin o s h u m a n o s:

    La tragedia hab la , com o vio Aristteles, de asuntos universales, y a estos les son ajenas las personalidades acusadas y las caractersticas m enores de las idiosincrasias individuales. [...] N o significa esto que los personajes de la tragedia sean m eras abstracciones, pero s, que estn m uy esquem atizados.60

    Desde nuestro punto de vista, el carcter universal de los

    59. Vem ant,J. P. y Vidal-Naquet, P , op. cit., p. 18.60. Bowra, C. M., Introduccin a la literatura griega, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1968, pp. 179-180.

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  • XLI1 JIMENA SCHERE

    personajes sofocleos no resulta incompatible con el refinamiento psicolgico.

    Nietzsche en El nacimiento de la tragedia ha subrayado que en Sfocles comienza la tendencia naturalista que florecer en Eurpides. Nietzsche lo considera como un signo de decadencia de la tragedia. Segn el filsofo, la verdad naturalista opaca el elemento mtico y el personaje deja de ser un tipo eterno para convertirse en un individuo .61

    Lo cierto es que los personajes de Sfocles no tienen la indeterminacin impersonal ni la rigidez, semejantes a las de las estatuas griegas, que ha sugerido parte de la crtica. Los parlamentos de Antgona revelan toda la complejidad y riqueza del personaje. Antgona es cruel, agresiva y sarcstica con los personajes que se le oponen, pero se caracteriza a s misma como representante de los ms nobles y sagrados sentimientos. Su voluntad es inflexible, su tem peram ento, duro y fro, pero a la vez pasional y sentimental. El personaje no resulta esquemtico en absoluto, sino complejo, vivo y cambiante. Por ejemplo, cuando Antgona se encamina a su tum ba subterrnea, su discurso se transforma por completo. Su anterior actitud desafiante ante la muerte, se convierte en un sentimiento de autoconmiseracin y desconsuelo. La tendencia a reducir la pieza a un esquema de oposiciones en conflicto desdibuja la riqueza de los caracteres y tiende a convertirlos en meras entelequias.

    Creonte, por su parte, tiene algunos rasgos en com n con Edipo. Se encuadra dentro del modelo del gobernante ilustrado, tal vez bien intencionado, pero que confa dem asiado en su propia inteligencia y no respeta los lmites ni las restricciones que los dioses le im ponen al poder de los

    61. Nietzsche, F., op. t., pp. 142-143.

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  • INTRODUCCIN XLI1I

    mortales.62 Los personajes sofocleos no pueden dividirse en forma m aniquea, sino que todos muestran matices.

    Creonte, a diferencia de Antgona, marcha a la ruina en forma involuntaria porque ignora las consecuencias de sus actos. Es un personaje ciego, como Edipo, que en su sobre- valoracin de su poder y de su propio criterio choca contra la alteridad hum ana y divina. Su lmite, en el plano sagrado, ser la ley de los dioses, y en la esfera hum ana, la accin de Antgona y Hem n. El rey tebano, desde su posicin inicial de poder, se ver reducido al final de la obra a un individuo completamente desgraciado. Perder todo lo que tiene tanto en la esfera pblica como privada: su familia y su poder real. Pero los caracteres de Sfocles no son estticos sino cambiantes: Creonte, a ltimo momento, se echa atrs en sus decisiones. Sin embargo, su arrepentimiento llega demasiado tarde: Antgona ya ha muerto, y su muerte desencadenar el suicidio de su hijo, e inmediatamente despus el de su esposa. Sus desgracias se suceden vertiginosamente. Su sentencia de muerte contra A ntgona ha sido la causa de su propia ruina. El destino de este personaje, como el de Edipo, constituye una paradoja circular.

    A ntgona, a diferencia de C reon te, es un personaje sacrificial que m archa a la muerte de m anera consciente y encuentra su lmite infranqueable en la ley del gobernante; se destruye a s misma de m odo voluntario por enfrentarse con la alteridad hum ana .63

    62. Rodrguez Adrados, F., (Introduccin) Sfocles, Edipo rey, Madrid, Aguilar, 1973, p. 19.63. Algunos autores han analizado el personaje de Antgona centrndose en su relacin con la muerte.Jacques Lacan, por ejemplo, afirma que ella encam a el deseo puro, el deseo de la muerte. Por eso, su imagen nos fascina con su brillo insoportable, con lo que tiene, que nos retiene y que a la vez nos veda en el sentido de que nos intimida; en lo que tiene de desconcertante esta vctima terriblemente voluntaria

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  • XL1V JIMENA SCHERE

    El hroe sofocleo siempre encuentra su lmite. Antgona, en definitiva, representa el conflicto del hom bre contra la alteri- dad, sea divina o humana. En la obra se contraponen la figura del gobernante seguro de s, que niega la palabra, el saber y el poder del otro, y al negar la alteridad se destruye a s mismo, y la figura del ser sacrificial que, encerrado tambin en su propio discurso, se autodestruye por no renunciar a su palabra.

    R ecepcin y transm isin de la obra de SfoclesLa obra del trgico tuvo ya en su poca el reconocimiento

    de sus contemporneos. Segn el bigrafo annimo de la Vida de Sfocles, el xito de Antgona influy en su designacin como estratega en el 441 a. C. Su prim era victoria en los concursos trgicos fue a los veintiocho aos, en el 468, con su dram a patritico Triptolemo, un hroe local.64 En esa oportunidad el joven Sfocles le gan a su antecesor Esquilo.

    La com edia Las ranas de Aristfanes, de tem a literario, constituye un testimonio de la recepcin de la obra de Sfocles en su poca. La obra plantea el problem a de cul de los trgicos muertos sera preferible para la educacin del pueblo: Esquilo o Eurpides. Sfocles queda al margen de la discusin. La obra sugiere en cierto m odo que Sfocles no fue ledo como un poeta de ideas teolgicas, filosficas y m orales.65 En Las ranas Esquilo ocupa en los infiernos el trono de la tragedia .66

    (Lacan.J., La esencia de la tragedia. Un comentario sobre Antgona de Sfocles, en La tica del psicoanlisis. Seminario 7, Buenos Aires, Paids, 1988, p. 298).64. Cf. Murray, G., Historia de la literatura griega, Buenos Aires, 1947, p. 263 y ss. Este dato no es seguro y proviene de Plinio, Historia natural' 18, 6 5 .A.65. Cf. Schlesinger, E., op. cit., pp. 12 y ss.66. Cuando Sfocles llega le da la mano a Esquilo y, luego, Esquilo, al regresar al mundo de los vivos, le deja a su vez el trono.

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  • INTRODUCCIN XLV

    Por su parte, Aristteles m enciona Edipo rey en num erosas oportunidades y lo hace siem pre como m odelo de perfeccin.

    El teatro rom ano tambin lo tom como modelo, pero el preferido fue Eurpides. El escritor latino Quintiliano, con un criterio de utilidad prctica (X, 1, 6 6 ss.), sostiene que Eurpides, discpulo de los sofistas, es mucho ms til que Sfocles para la formacin del orador. Eso explica que a partir del siglo IV haya crecido la popularidad de Eurpides y que sea superior el nm ero de obras suyas conservadas.67

    De la vasta produccin de Sfocles -m s de un centenar de obras- solo nos han llegado siete tragedias completas. Ayax es su obra ms antigua, compuesta aproxim adam ente en el ao 450 a. C .68 Segn las investigaciones filolgicas, que no siempre han arribado a dataciones coincidentes, le siguen Traquinias, Antigona, Edipo rey, Electra, Filoctetes y, por ltimo, Edipo en Colono, que se represent en el 401, despus de la muerte de Sfocles.

    Conocemos el nm ero completo de sus composiciones a travs de dos fuentes antiguas: la Vida de Sfocles, de autor annimo, datada en el siglo I a. C., y el lxico Suda, del siglo X d. C. La Vida de Sfocles afirma que el gramtico Aristfanes de Bizancio (s. III y II a. C.) conoci ciento treinta obras atribuidas a Sfocles, pero que rechaz diecisiete por considerarlas apcrifas. Segn el bigrafo, las obras completas del trgico seran ciento trece. La Suda, en cambio, le atribuye ciento veintitrs obras .69 Conocemos algunos datos de las piezas

    67. Cf. Lida, M. R., op. cit., pp. 15 y ss.68. Esta datacin se basa exclusivamente en los rasgos arcaicos de su lenguaje y de su composicin.69. Segn el fillogo Bergk el nmero de obras apcrifas sera siete en lugar de diecisiete, confusin atribuible a un error del copista. Si se acepta esta conjetura, el nmero de obras resultara coincidente en ambas fuentes: ciento veintitrs en total.

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  • XLVI JIMENA SCHERE

    perdidas a partir de fragmentos conservados en papiros, citas de otros autores, anotaciones y escolios en los cdices.

    Las obras de Sfocles nos llegan a travs de los manuscritos medievales. Pero una larga historia de tradicin manuscrita nos separa del texto original. Entre los aos 338 y 326 un decreto de Licurgo m and copiar y conservar en archivo oficial una copia de las obras de Esquilo, Sfocles y Eurpides. Probablem ente esa misma copia fue llevada a Alejandra en los tiempos de Ptolomeo III (246-211 a. C.) y sirvi de base a los trab a jo s filolgicos d e los e ru d ito s a le jan d rin o s q u e se o c u paron de la edicin y com entario de las obras del trgico.70

    En el siglo II d. C. se seleccionaron, segn la opinin de Wilamowitz, siete piezas de cada autor trgico. En el siglo IV d. C., se realiz una edicin de esta seleccin a cargo de Salustio y se repusieron las obras de Sfocles en escena.

    Entre los siglos VI y IX decay el inters por la tragedia clsica. El m anuscrito ms antiguo conservado (Lauren- ciano) data del siglo X, cuando se renov el inters por la literatura griega.

    Nos han llegado ciento ocho cdices con la obra de Sfocles. Solo nueve contienen las siete tragedias completas y treinta y siete conservan las tres obras favoritas del perodo bizantino: Ayante, Electra y Edipo rey.71 La mayor parte de los manuscritos datan de los siglos XIV y XV. Sin embargo, los cdices ms confiables son del siglo X III (Parisino A) y del siglo X (Laurenciano L), copiado directamente de un cdice

    70. La edicin alejandrina contena todas las piezas en orden alfabtico. Los fillogos alejandrinos que se ocuparon especialmente de la edicin fueron Aristfanes de Bizancio (257-211 a. C.) y Aristarco, comentarista del poeta.77. Los cdices colocan siempre en primer trmino las tres tragedias predilectas de los bizantinos: Ayante, Electra, Edipo rey. Despus ubican siempre Antgona, y en el Laurenciano le siguen Las traquinias, Fi- loctetes y Edipo en Colono. En el manuscrito Parisino se antepone Edipo en Colono.

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  • INTRODUCCIN XLVIIdel siglo V. Este ltimo cdice y otros afines se agrupan en la familia laurenciana. Se los considera los ms fidedignos y los menos afectados por las conjeturas de las ediciones bizantinas. El manuscrito parisino pertenece a la otra gran familia de textos manuscritos, pero su im portancia para la constitucin del texto es menor. Jebb , uno de los mejores com entadores de Sfocles, cuya fijacin del texto utilizamos para esta traduccin, sigue los manuscritos Parisino y Laurenciano .72

    No es posible actualm ente determ inar la fecha de la fuente comn medieval de los manuscritos conservados; sin embargo, estos evidencian una gran homogeneidad, que ha facilitado la fijacin del texto.

    En el ao 1502, se public la editio princeps, es decir, la prim era fijacin impresa de la obra, que se bas en el m anuscrito parisino.

    Es indudable la pervivencia de la obra del trgico; lo dem uestran las largas discusiones hermenuticas como las innumerables reescrituras de sus obras a lo largo del tiempo, desde las antiguas, como el Edipo de Sneca, hasta las m odernas, como la Antgona de Anouilh y la Antgona Vlez de nuestro Leopoldo Marechal. Las obras conservadas han sobrevivido siglos de tradicin manuscrita y hoy, a pesar de la distancia te m p o ra l, cu ltu ra l y lingstica , se siguen le y e n d o y representando, como en la vieja Atenas. El teatro de Sfocles, a diferencia de tantos otros m onum entos literarios, tiene la rara virtud de no cansar ni envejecer nunca.

    E sta e d ic i nLa presente traduccin est basada en el texto griego

    fijado en la edicin de Sir Richard C .Jebb (Cambridge, 1883-

    72. Para la historia de la transmisin cf. la edicin de Jebb, R. C., Cambridge, 1883-1896.

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  • XLVIII JIMENA SCHERE

    1896).73 Hem os tenido en cuenta las caractersticas del verso griego (el trm etro ymbico) y el estilo de Sfocles. El verso original de los dilogos tiene una mtrica que se acerca mucho a la prosa. Aristteles ha subrayado que este es el m etro ms apropiado para la conversacin: indicio de ello es que en el dilogo hacemos un gran nm ero de trm etros ym bicos.74 Por otra parte, el lenguaje de Sfocles, si bien es literario y estilizado, no tiene la grandilocuencia de un Esquilo, sino una m ayor naturalidad. Hem os optado, entonces, por traducir el te x to p ro sificad o , in te n ta n d o m a n te n e r u n a p ro sa r tm ic a y respetando el estilo del autor.

    Sin duda, la traduccin del griego antiguo a una lengua m oderna resulta especialmente problemtica. A las dificultades propias de cualquier traduccin literaria se suma el problem a de las variantes textuales y las diferentes interpretaciones posibles sobre determ inados pasajes del texto. No siempre hay acuerdo ni lecturas unvocas entre los distintos com entadores de Sfocles. Por otra parte, la distancia cultural y lingstica exige cierto grado de reformulacin, mayor o m enor segn los casos, para evitar expresiones desnaturalizadas que debilitaran la fuerza potica del texto original.

    Hem os intentado m antener una prosa rtmica y fluida que conserve en alguna m edida la musicalidad del original. Adems, hemos tenido en cuenta que se trata de una obra de carcter teatral, pensada para la representacin, y que, por lo tanto, debera poder ser leda como texto autnomo, inclusive con independencia de las notas al pie. Por esa razn, hemos tratado de acercar lo m ximo posible el original a los usos y expresiones de nuestra lengua castellana.

    JlM EN A SCHERE

    73. Hay nueva edicin inalterada de 1962.74. Potica, 1449a 24-28.

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  • C r o n o l o g aXL1X

    497-496 a. C. Sfocles nace en la aldea tica de Colono entre los aos 497 y 496, segn el Marrnor parium, y entre 495-494, segn la Vida de Sfocles. Perteneca a las clases acomodadas: su padre Ssilo fue un rico fabricante de armas.

    480 a. C. Se libra la famosa batalla de Salamina que asegur la victoria de Grecia contra los persas durante las Guerras Mdicas y consolid la posicin de Atenas dentro del mundo griego. La Vida de Sfocles relata como antecedente heroico que el joven Sfocles condujo en esa oportunidad el coro de muchachos que entonaba el pen celebrativo.

    468 a. C. Con menos de treinta aos, Sfocles derrota a su antecesor, Esquilo, en los festivales teatrales con una triologa de obras entre las cuales se contaba la tragedia perdida Triptlemo.

    447 a. C. Alrededor de este ao se suele fechar el estreno de yax, la tragedia de Sfocles ms antigua de entre las siete conservadas75.

    443-442 a. C. Sfocles colabora positivamente con Pericles como helenotamas o tesorero de la Liga ateniense, de acuerdo con una fuente epigrfica. A partir de esta fecha, Pericles fue nombrado estratego hasta el ao 429 con breves interrupciones y dirigi los destinos de Atenas.

    442-441 a. C. Se estrena la tragedia Antgona, de acuerdo con conjeturas filolgicas. El bigrafo de la Vida afirma que el xito de la obra influy en la eleccin de Sfocles durante este perodo como estratego o general del ejrcito ateniense, junto con Pericles.

    75. La datacin de Traquineas es sumamente problemtica y no hay acuerdo al respecto.

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  • L JIMENA SCHERE

    429 a. C.

    420 a. C.

    431 a. C.

    413 a. C.

    409 a. C. 406-405 a.

    401 a. C.

    Comienza la Guerra del Peloponeso entre el Imperio ateniense y Esparta que se desarroll casi en forma ininterrumpida hasta el ao 404, poco tiempo despus de la muerte de Sfocles.En base a diversas conjeturas, se ha fechado en este ao el estreno de Edipo rey.Los atenienses introducen en la ciudad el culto del dios de la medicina, Asclepio. Sfocles presta su vivienda como templo del dios y compone un p en de b ienvenida. Este episodio le vali a sumuerte el nombre de Dexin el acogedor por haber recibido al dios en su casa. Alrededor de esta fecha la crtica suele fechar el estreno de la tragedia Electra, cuya datacin ha sido muy discutida.Las tropas atenienses son derrotadas por el ejrcito espartano en Sicilia. El episodio desata una fuerte reaccin en la opinin pblica, especialmente en los adversarios de la democracia en Atenas. A raz de la catstrofe militar, se establece una comisin de diez consejeros para buscar soluciones y Sfocles es elegido para formar parte de ella.Se estrena la tragedia Filoctetes.Sfocles muere con aproximadamente noventa aos de edad, poco tiempo antes de que se produzca la derrota final de Atenas frente a Esparta en la Guerra del Peloponeso. A su muerte los atenienses lo canonizaron y comenz el culto del poeta no solo por sus mritos literarios, sino tambin por haber recibido en su casa al dios de la medicina.En, forma postuma, se pone en escena Edipo en Colono, la ltima tragedia conservada del poeta.

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  • E d i p o r ey

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  • P e r s o n a j e s d e l a o b r a

    E dipo Sacerdote

    C reonte C oro de ancianos tebanos

    T iresias Yocasta

    M ensajero Servidor de Layo

    M ensajero del palacio

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  • 3Un grupo de nios, jvenes y ancianos, arrodillados en actitud suplicante, se encuentra ante el palacio de Edipo en Tebas.

    Un S a c e rd o te de Zeus est al frente del grupo.Edipo sale del p