Click here to load reader
Upload
lorena-valera
View
73
Download
14
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Greimas a J - Semantica Estructural
Citation preview
BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA DIRIGIDA POR DAMASO ALONSO 111. MANUALES, 27
A. J. GREIMAS
S E M N T 1 9 . 3 h E S T R U C T U R A L I N V E S T I G A C I ~ N M E T O D O L ~ G I C A
VERSION ESPAROLA DE ALFREDO DE LA FUENTE
l l l l 3 l . i o I t ~ ~ . ' , . \ RUhl,\XIC.:\ l l I S P : \ h l ~ .\ EDlTORlAL CREDOS \- l \VRID
O EDITORlAC CREDOS, S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1987, para la versin espaola.
Ttulo original: SMAIVTIQUE STRUCTURALE. RECHERCHE B E MTHODE.
PRIMERA EDICIN, abril de 1971. 1.' reimpresin, enero de 1974. 2. ' reimpresi6n. diciembre de 1976. 3.Veimpresi6n, septiembre de 1987.
A Depsito Legal: M . 29172.1987, ISBN 84-249- 1179-2. Rstica. ISBN 84-249-1 180-6. Guaflex. Impreso en Espaa. Printed in Spain. Grficas Cndor. S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1987. - 6114.
LAS CONDICIONES PARA U N A SEMANTICA CIENTIFICA
l. LA SlTUACIdN DE LA SEMANTICA
El problema de la significacin se sita en el centro de las preocupaciones actuales. Para transformar el inventario de los com. portamientos humanos en antropologa y las series de aconteci, mientos en historia, no podemos dejar de preguntamos acerca del sentido de las actividades humanas y acerca del sentido de la hicv toria.
El mundo humano parcenos definirse esencialmente como el mundo de la significacin. El mundo solamente puede ser llamado "humano" en la medida en que significa algo.
Es, por consiguiente, en la investigacin referente a la signifie cacin d a d e las ciencias humanas pueden hallar su denominador comn. En efecto, si las ciencias de la naturaleza se preguntan cmo son el hombre y el mundo, las ciencias del hombre se plan- tean, de manea ms o menos explcita, la cuestin de saber lo que uno y otro significan.
La lingstica ha N i d o aparecer, e n este deseo comn d e delie mitar el problema de la significacin, como la disciplina mejor situada: poi estar ms elaborada y ms formalizada, pada ofrecer
8 Semntica estructural a las dems disciplinas su experiencia y sus mtodos. De esta suerte, e n los aos cincuenta, recibi en Francia el ttulo envidiable de ciencia piloto entre las dems ciencias del hombre.
El puesto privilegiado que de este modo le fue asignado no poda por menos de crear una situacin paradjica: una doble influencia irradi a partir de un punto donde no suceda prctica. mente nada.
La primera influencia n o es sino el inconveniente inevitable de la gloria: la sociologa y el psicoanlisis lo conocieron antes que la lingstica. Designado con el nombre de "trivializacin", se carac- teriza por la distorsin de las estructuras metdolgicas de una dis. ciplina y por la neutralizacin de las oposiciones, a menudo funda. mentales, entre sus conceptos. Una terminologa lingstica empo- brecida y desfigurada se difundi en ciertas revistas de vanguardia : al lingista le costaba trabajo reconocer all a sus pr'opias criaturas.
Paralelamente, la lingstica conoci una influencia metodol. gica innegable. N o se trataba en este caso d e prstamo d e mtodos propiamente dichos, sino de actitudes epi~temol~icas, d e ciertas transposiciones de modelos y de'procedimientos heursticos que hi. cieron fecunda la reflexin de un Merleau-Ponty, de un Lvi-Strauss, de un Lacan y d e un Barthes. La distancia que separaba estos mo- delos epistemolgicos de los campos en que podan hallar su apli- cacin no pudo operar ms que en el sentido d e su particularizacin. Si la importancia de los trabajos que de ah han surgido permite a los observadores atentos hablar actualmente de la "escuela fran- cesa de antropologa", la ausencia de un catalizador metodolgico es tanto ms lamentable.
Este papel de catalizador era, naturalmente, el d e la lingstica. Es curioso constatar cmo, aunque as asediada por solicitaciones diversas, sta se ha mostrado, de modo general, ms que reticente, hostil incluso a toda investigacin semntica. Las razones d e tal
Condiciones pasa una semntica cientfica 9
Hay que reconocer que la cemntica ha sido siempre la parien. te pobre de la lingstica. La semntica, la ms joven de las disci- plinas lingsticas - s u denominacin misma no se forj hasta fina. les del siglo XIX-, se vio precedida, en el cuadro del desarrollo de la lingstica histrica, primeramente por la fontica, cuya elabora- cin fue la que recibi mayor impulso, y, a continuacin, por la gra. mtica. Incluso una vez denominada e instaurada, no trat sino de tomar prestados sus mtodos, ya de la retrica clsica, ya de la psi. cologa d e la introspeccin.
La lingstica estructural ha seguido, en su desarrollo, idntico orden de prioridades. La escuela de Praga estableci bien las bases de la fonologa; la escuela de Copnhague, que vino despus, se preocup sobre t d o de la elaboracin de la teora lingistica que trataba d e aplicar a la renovacin de los estudios gramaticales. El olvido de la cemntica es patente y voluntario: es normal, en los medios lingsticos, el preguntarse, todava hoy, si la semntica posee un objeto homogneo y si ese objeto se presta al anlisis es- tructural o, dicho de otro modo, si tenemos derecho a considerar la semntica como una disciplina lingistica.
La dificultad de determinar los mtodos propios de la semn. tica y de definir las unidades constitutivas de su objeto existe real. mente. El inventario restringido de los fonemas y su carcter d i s creto, descubierto implcitamente en la poca de la primera revo- lucin cientfica de la humanidad, que consisti en la elaboracin de los primeros alfabetos, favorecan los progresos de la fontica y, ms adelante, de la fonologa. Nada semejante hallamos en el caso de la semntica. La definicin tradicional de su objeto, pdica-
actitud son mltiples. mente considerado como "substancia psquica", impeda delimitarla netamente por relacin a ,la psicologa y, mis adelante, a la socio-
1 O
Sem
ntic
a es
truct
urd
loga.
Por
lo q
ue a
sus u
nidad
es c
onsti
tutiva
s se
refier
e, la
mara
a ter
mino
lgica
de
semem
as, s
emiem
as, s
eman
temas,
etc.
- no
red
vela
otra c
osa q
ue f
rrago
y co
nfusi
n. El
ling
ista
mejor
inten
cio-
nado
no
poda
con
sidera
r, en
tales
cond
icion
es, a
la se
mnti
ca m
s
que
como
una
disc
iplina
a la
bs
qued
a de
s m
isma.
El g
olpe d
e grac
ia se
lo di
o fin
almen
te el
triun
fo de
ciert
a con
* ce
pcin
de
la lin
gst
ica q
ue se
basa
en
la ps
icolog
a de
l com
por-
tamien
to. E
s co
nocid
a la
famos
a de
finici
n d
el sig
no li
ngs
tico
dada
por B
loamf
ield
(Ldn
gudg
e):
ste s
eria "
una
fma
fonti
ca q
ue
tiene
un
sentid
o" (
pg. 138).
"senti
do a
cerca
del c
ual n
ada
pode
mos
saber"
(p
g. 162). T
enien
do en
cuen
ta tal
es ac
titud
es be
havio
ristas
, se
haba
hec
ho c
orrie
nte e
l con
sidera
r a
la sem
ntic
a mi
sma
como
dg
o care
nte d
e sen
tido.
Y, sin
emba
rgo,
como
ha n
otado
justa
mena
te
Jakob
son
habla
ndo
de qu
ienes
dice
n "q
ue l
as cu
estion
es de
sens
tid
o ca
recen
de
sent
ido
para
ellos
: cu
ando
dice
n 'qu
e ca
recen
de
sentid
o', u
na d
e dos
: o
bien
sabe
n lo
que d
esean
decir
, y en
virtu
d de
ese m
ismo
hech
o la
cues
tin
del s
entid
o ad
quier
e ento
nces
send
tid
o, o
bien
no lo
sabe
n, y
en es
e caso
su f
rmula
es a
bsolu
tamen
te ca
rente
de se
ntido
" (Essais, p
gs. 38-39).
Estas
tres
razon
es -
el re
traso
hist
rico
con
que
apa
recen
los
es
tudios
sem
ntica
, las
difi
culta
des p
ropias
de
la de
finici
n d
e su
ob
jeto
y la
"ola"
del f
orma
lismo
- al
mism
o tie
mpo
que
han
sido
las d
eterm
inante
s de l
as re
ticen
cias d
e los
ling
istas
resp
ecto
a las
inv
estiga
cione
s ref
erente
s a
la sig
nifica
cin,
expli
can
dicha
s ret
ia ce
ncias
. To
do. e
llo m
uestr
a bie
n a
las c
laras
la po
sicin
inc
moda
de
quien
, con
scien
te de
la u
rgen
cia d
e los
prob
lemas
semn
ticos
, des
ea
reflex
ionar
acerc
a de
las c
ondic
iones
en
las cu
ales
sera
posib
le un
es
tudio
cient
fico d
e la
signif
icaci
n. Se
ve p
recisa
do a
enca
rar d
as
tipos
de
dificu
ltade
s: un
as d
e or
den
teric
o, las
otra
s de
ord
en
prcti
co.
Las p
rimera
s pr
ovien
en d
e las
dime
nsion
es co
nside
rables
de
su
empre
sa :
la sem
ntic
a. si
debe
halla
r su
pues
to de
ntro
de la
econ
o-
Cond
icio
nes
para
una
sem
ntic
a ci
entf
icn
11
ma
gene
ral d
e la
ling
stica
e in
tegrar
se en
ella
con
sus
pos
tula-
dos y
el c
uerp
o de
sus c
once
ptos
instri
imen
tales,
al m
ismo
tiemp
o de
be ap
untar
a un
car
cter d
e ge
neral
idad
sufic
iente
como
para
que
su
s mto
dos,
que e
stn
por e
labora
r, sea
n co
mpati
bles c
on cu
alquie
r otr
a inv
estiga
cin
refere
nte a
la si
gnifi
caci
n. Di
cho
de o
tro m
do,
si la
semn
tica
tiene
com
o ob
jeto
de es
tudio
las le
ngua
s natu
rales.
la
descr
ipcin
de
stas
form
a pa
rte d
e esa
cien
cia m
s va
sta d
e la
signif
icaci
n qu
e es l
a sem
iolog
a, e
n el
senti
do sa
ussu
reano
de e
ste
trmi
no.
Las s
egun
das s
e ref
ieren
al d
estin
atario
eve
ntual
de s
us re
fle-
xione
s. La
nec
esida
d de
form
aliza
cin
y la
insist
encia
en
la un
ivo-
cidad
de
los c
once
ptos
utiliz
ados
no
pued
en e
xpres
arse,
en e
sta
fase d
e las
inve
stiga
cione
s, m
s que
. med
iante
una
neolo
ga d
e las
de
nomi
nacio
nes
y un
a red
unda
ncia
de la
s defi
nicion
es qu
e bu
scan
el mo
do d
e ser
ms y
ms
rigu
rosa
s: est
os ta
nteos
prec
ientf
icos n
o pu
eden
deja
r de
parec
er a l
a ve
z pe
dante
s y su
per
uos a
l des
tinata
- rio
cuyo
siste
ma d
e refe
rencia
s cult
urale
s es l
iterar
io o h
istri
co. P
ero
parec
ern,
con
razn
, ins
uficie
ntes y
dem
asiad
o "cu
alitat
ivos"
a los
lg
icos y
a lo
s mate
mtic
os,
que
cons
tituy
en u
n gr
upo
de s
ostn
y
de p
resin
del
que
la lin
gst
ica n
o pu
ede
dese
ntend
erse.
Soli-
cit
ado d
e este
mod
o por
exige
ncias
prc
ticas
contr
adict
orias,
el a
utor
no pu
ede
elegir
, con
riesg
o de d
esco
ntenta
r a to
dos,
ms q
ue la
va
interm
edia
para
hace
rse c
ompr
ende
r por
amba
s part
es:
si, p
or un
a pa
rte, l
e pa
rece
evide
nte q
ue, s
in el
auxil
io de
la l
gica
matem
- tic
a, y
de la
lgic
a en
gene
ral, l
a sem
ntic
a no
pued
e po
r men
os d
e qu
edars
e en
la c
ontem
placi
n de
sus ~
ropi
os co
ncep
tos g
enera
les,
es igu
almen
te co
nscie
nte, p
or o
tra, d
e qu
e un
a ini
ciaci
n se
mn-
tic
a qu
e no
llev
ara y
marc
hara
al en
cuen
tro d
e las
cien
cias
huma
- na
s, en
plen
a cri
sis, c
ontin
uara
sien
do du
rant
e larg
o tie
mpo
todav
a un
ejer
cicio
capil
lista.
12
Se
mn
tica
estru
ctural
11. LA
SIG
NIFI
CAC1
6N Y
LA
PERC
EPCI
ON
U)
LA P
RIME
RA E
LECC
I~N E
PIST
EMOL
GIC
A
La pri
mera
obse
rvac
in co
ncern
iente
a la s
ignifi
caci
n no
pued
e ref
erirse
.a o
tra c
osa
que
a su
car
cter
a la
vez
omnip
resen
te y
multi
form
e. No
s as
ombr
amos
inge
nuam
ente
cuan
do no
s po
nemo
s a
reflex
ionar
acerc
a de
la si
tuaci
n de
l hom
bre q
ue, d
esde
la m
aan
a a
la no
che y
des
de e
l per
odo
pren
atal h
asta
la mu
erte,
se ve
lite-
ral
mente
asa
ltado
por
las
signif
icacio
nes
que
le so
licita
n par
do-
qu
ier y
por
los m
ensaj
es qu
e le
alcan
zan
en to
do m
omen
to y
bajo
cualq
uier f
orma
. Cu
n ing
enua
s -es
ta v
ez, e
n el
sent
ido n
o cien
t-
fico d
el t
rmin
v pa
recen
las p
reten
sione
s de
cierto
s mov
imien
tos
litera
rios q
ue de
sean
sen
tar la
s base
s de
una
estti
ca d
e no
-sign
ifi-
caci
n : si
la p
resen
cia, e
n un
a ha
bitac
in. d
e dos
silla
s, sit
uada
s la
una
al lad
o de
la o
tra, l
e pa
rece
pelig
rosa
a Al
ain R
obbe
-Gril
let,
por s
er mi
tifica
nte,
debi
do a
su p
oder
de ev
ocac
in, se
olvida
de
que l
a pre
sencia
de
una s
ola si
lla fu
ncion
a com
o un
parad
igma l
in-
gst
ico y
, pres
upon
iendo
la a
usen
cia, p
uede
ser
igualm
ente
signi-
fic
ativa
. Pe
ro u
na s
emn
tica
que
parta
de
la co
nstat
acin
de
la om
ni-
presen
cia d
e la
signif
icaci
n no
pue
de e
vitar
el co
nfun
dirse
con l
a teo
ra d
el co
nocim
iento
y el
tratar
ya
sea d
e sup
lantar
la, y
a sea
de
some
terse
a una
deter
mina
da ep
istem
ologa
. Esta
situa
cin
incm
oda
ha s
ido v
ista
claram
ente
por
Hjelm
slev,
quien
, tras
hab
er n
otado
qu
e era
la su
erte
de cu
alquie
r cien
cia, y
no
slo
de la
ling
stic
a. ac
unsej
a ac
eptar
la co
n res
ignac
in, t
ratan
do, a
l mism
a tie
mpo,
de
restri
ngir
los e
ventu
ales
perju
icios
. Las
presu
posic
iones
epist
emo-
lg
icas
debe
n ser
, po
r co
nsigu
iente,
tan
esca
sas e
n n
mero
y ta
n ge
neral
es co
mo se
a po
sible.
Cond
icion
es pa
ra un
a sem
ntic
a cie
ntfic
a 13
Co
n co
nocim
iento
de c
aiisa
prop
onem
os c
onsid
erar
la pe
rcep
ci
n co
mo el
luga
r no
ling
stico
en q
ue se
sit
a la
apreh
ensi
n de
la
signif
icaci
n. Ha
cind
olo d
e est
e mo
do,
obten
emos
inm
ediat
a- me
nte la
ven
taja
y el
incon
venie
nte d
e no
pod
er est
ablec
er, e
n su
es
tatut
o pa
rticu
lar,
una
clase
autn
oma
de si
gnifi
cacio
nes l
ings
. tic
as, s
uspe
ndien
do as
la d
istinc
in e
ntre
la sem
ntic
a lin
gst
ica y
la
semiol
oga
saussu
reana
. Aun
que
recon
ocien
do n
uestr
as p
refere
n- cia
s sub
jetiva
s por
la teo
ra d
e la
perce
pcin
tal c
omo
fue
desa
rro-
llada
en
Fran
cia h
ace
poco
tiem
po p
or M
erlea
u-Po
nty,
harem
os
notar
, sin
emba
rgo,
que e
sta a
ctitud
epis
temol
gica
parec
e ser
tam-
bi
n la
de la
s cie
ncias
hum
anas
del
siglo
xx en
gen
eral :
hem
os
visto,
por
ejemp
lo, p
ara n
o cit
ar m
s qu
e lo
que
result
a pa
rticu
. lar
nent
e so
rpren
dente
, cm
o la
psico
loga
de la
form
a y
del c
om.
porta
mien
to ha
sub
stitui
do a
la p
sicolo
ga d
e las
"fac
ultad
es" y
de
la int
rospe
ccin
. Ve
mos
tambi
n qu
e la
expli
caci
n .de
los
hech
os
estti
cos s
e sit
a h
oy g
enera
lmen
te al
nivel
de la
perc
epci
n de
la
obra,
y n
o ya
al d
e la
explo
racin
del
genio
o d
e la
imag
inaci
n. Ta
l acti
tud, p
or co
nsig~
iiente
, aunq
ue se
a sola
mente
prov
ision
al, a
pa-
rece,
en la
po
ca h
istri
ca e
n qu
e nos
ha
corre
spon
dido
vivir.
com
o ren
table:
dif
cil re
sulta
imag
inar o
tros c
riteri
os d
e pert
inenc
ia ac
ep-
tables
para
todo
s.
6)
UNA
DESC
RIPC
I~N C
UALI
TATI
VA
Pero
la a
firma
cin
de q
iie la
s sign
ifica
cione
s del
mund
o hu
ma-
no se
sit
an a
l niv
el de
la p
ercep
cin
equiv
ale a
circ
unscr
ibir
el es
tudio
al int
erior
del
mund
o de
l sen
tido
com
n, o,
como
se su
ele
decir
, del
miind
o sen
sible.
La s
emn
tica
se re
cono
ce d
e es
te mo
do 7
abier
tamen
te co
mo u
na te
ntativ
a de
descr
ipcin
del
mund
o de
las
cuali
dade
s sen
sibles
. 1
Una
tal to
ma d
e po
sicin
no
pued
e so
rpren
der m
s qu
e a a
que-
llos
que.
acep
tando
la i
nflue
ncia
que
act~
ialme
nte ej
ercen
los
m-
14
Sem
ntica
estr
uctur
al to
dos
cuan
titati
vos e
n. los
dife
rentes
cam
pos d
e la
ling
stica
, no
se
han
dado
cuen
ta de
la in
signif
icanc
ia de
los r
esult
ados
obte
nidos
-fa
lta
sta
que
incum
be n
o ya
a lo
s pro
cedim
ientos
cua
ntita
tiva
emple
ados
, sin
o a
las f
allas
de
la co
ncep
tualiz
acin
cua
lifica
tiva
que
hace
n ino
peran
tes lo
s pr
oced
imien
tos-.
Por o
tra p
arte,
un
anilis
is ciia
litati
vo ca
da ve
z m
is ri p
uras
o co
ntribu
ir f
omen
te
a m1m
r el v
acio
que e
xiste
hoy
da e
ntre
las c
iencia
s de l
a natu
- ral
eza,
cons
iderad
as. c
uanti
tativa
s, y
las c
iencia
s de
l hom
bre,
que,
D pe
sar
e las
apari
encia
s a
menu
do en
gao
sas, s
iguen
sien
do cu
a- lit
ativa
s. Pu
es u
n mo
vimien
to pa
ralelo
y de
sent
ido i
nvers
o, se
gn
parec
e, se
dibu
ja en
el i
nterio
r de
las c
iencia
s de
la n
atural
eza.
Como
sea
la L
vi-St
rauss
en s
u ob
ra Pe
nse
sauva
ge (p
g. 2
0):
"La
qum
ica m
odern
a red
uce
la va
rieda
d de
los s
abor
es y
de lo
s pe
rfume
s a
cinco
elem
entos
com
binad
os d
e div
ersos
mod
os:
ox-
geno
, carb
ono,
hidr
geno
, az
ufre
y z
oe.
Estab
lecien
do ta
blas d
e pre
sencia
y d
e au
senc
ia y
evalu
ando
las d
osifi
cacio
nes
y los
um-
bra
les, l
lega
a da
r cue
nta d
e las
dife
rencia
s y d
e las
seme
janza
s en
tre la
s cua
lidad
es a
las qu
e ant
ao d
icha c
iencia
habr
a de
sterra
do
de su
cam
po p
or su
carc
ter s
ecun
dario
". Un
a de
scripc
in c
uait
a- tiv
a pr
omete
por
tan
to la
nzar
el pu
ente
por
encim
a de
la z
ona
brum
osa d
el mu
ndo
de lo
s sen
tidos
y de
los "
efecto
s de
senti
do!',
conc
ilian
do q
uizs
alg
n da
la c
antid
ad y
la cu
alida
d, el
homb
re y
la na
turale
za.
NOTA
: Se n
otar
cmo
, en
el eje
mplo
citad
o por
Levi-
Strau
ss, a
los el
e. rn
entos
ltim
os de
l sist
ema
semiol
gico
corre
spon
den
los s
intag
mas d
e los
pr
oceso
s qum
icos y
no l
os sis
temas
qum
icos.
t C)
LOS PRiMEROS CONCEPTOS OPERA'ilVOS
I l
Para
cons
tituir
los p
rimero
s elem
entos
de u
na te
rmino
loea
ow.
1 "
.
1 rat
iva, d
esign
aremo
s con
el n
ombr
e de
sign
ifican
te a l
os el
emen
tos
o gr
upos
de e
lemen
tos q
ue h
acen
pos
ible
la ap
arici
n de
la si
gni-
I
Cond
icion
es pa
ra un
n sem
nrltic
n cie
ntfic
a 15
fic
acin
al n
ivel d
e la
prce
pci
n, y
que
son
recon
ocido
s, en
este
mo
mento
mism
o, co
mo e
xterio
res a
l horn
bre.
Con
el no
mbre
de
signif
icado
, des
ignare
mos
la sig
nifica
cin
o sig
nifica
cione
s qu
e so
n rec
ubier
tas p
or el
signif
icante
y m
anife
stada
s gra
cias
a su
exis
, ten
cia. No
pode
mos
cons
iderar
a a
lgo c
omo
signif
icante
ni c
once
derle
dic
ho no
mbre
ms q
ue si
sign
ifica
algo
realm
ente.
La
exist
encia
del
signif
icante
pren
ipone
por
tan
to la
exis
tencia
del
signif
icado
. Po
r su
parte
, el s
ignifi
cado
no
es "s
ignifi
cado
" m
s qu
e en
la
medid
a en
que
es
signif
icado
, es d
ecir,
por
que
exist
e un
sign
ifi-
cante
que
lo si
gnifi
ca. D
icho
de o
tro m
odo,
la ex
isten
cia d
el sig
ni-
ficad
o pr
esup
one .
la de
l sign
ifica
nte.
Esta
presu
posic
in re
cproc
a es
el
nico
conc
epto
lgico
no
de-
&ido
que
nos
perm
ite d
efinir
rec
prcx
amen
te, s
iguien
do a
Hjelm
- sle
v, el
.sign
ifica
rite y
el s
ignifi
cado
. Po
demo
s da
r pr
ovisi
onalm
ente
el no
mbre
de cm
ljiint
o sig
nifi-
ca
nte a
esta
reuni
n de
l sign
ifica
nte y
del s
ignifi
cado
, pon
iendo
de
reliev
e, sin
emb
argo,
qiie
la pa
labra
conji
into
que
conti
ene
esta
den
icin
y qu
e no
s rem
ite a
l con
cepto
de t
otalid
ad p
erman
ece por
el mo
mento
sin
defin
ir.
111.
CONJ
UNTO
S SI
GNIF
ICAN
TES
Y LE
NGUA
S NA
TURA
LES
Pues
to qu
e los
sign
ifica
ntes,
seg
n est
a pr
imera
defi
nicin
, son
co
nside
rados
com
o ca
ptado
s, en
el m
omen
to d
e la
perce
pcin
, en
su
esta
tuto
de n
o pe
rtene
ncia
al mu
ndo
huma
no, s
on, p
or c
onsi-
gu
iente,
arro
jados
de
nuev
o au
tomti
came
nte h
acia
el un
iverso
na-
tural
manif
estad
o al
nivel
de l
as c
ualid
ades
sen
sibles
. Un
a pri
- me
ra cla
sifica
cin
de lo
s sig
nifica
ntes,
seg
n el
orde
n sen
soria
l del
16 Semntica: estructural que dependen, puede ser intentada. As, los significantes -y los conjuntos significantes- pueden ser : - de orden visual (mmica, gesticulacin, escritura. naturaleza romntica.
artes plsticas, seales de circulacin, etc.): - de orden auditivo (lenguas. naturales, msica, etc.): - de orden tdctil (lenguaje de los ciegos, caricias, etc.); - etc. Tal tipo d e clasificacin, utilizado a menudo, es considerado
generalmente como no lingstico. Podemos sealar, sin embargo, dexle ahora que las cualidades-significantes, que situamos fuera del hombre, no deben confundirse con las cualidades-significados ; en efecto. los elementos constitutivos d e los diferentes rdenes senso- riales pueden, a su vez, ser captados como significados e instituir el mundo sensible en tanto que significacin.
6) LA CORRELACIN ENTRE SIG. , NlFICANTES Y SIGNIFICADOS
NO tenemos derecho a admitir que a este tipo d e clasificacin de los significantes corresponda una divisin de los signi- ficados. Varios tipos d e correlacin pueden ser aqu considerados:
1. Los ~ ign i f ican t~s pertenecientes a un mismo orden senso- rial pueden servir para la constitucin d e conjuntos significantes autnomos, como las lenguas naturales y la msica. Hay qiie sea- lar, sin embargo, que las investigaciones de la patologa del len. guaje han permitido establecer que la distincin entre los niidos (que constituyen un conjunto significante d e ruidos), los sonidos musicales y los sonidos del lenguaje es anterior a su investimiento por los significados. Ciertm subrdenes sensoriales comportaran. por consiguiente, significaciones globales : "ruido". "msica", "len- guaje" ;
Condiciones para una semntica cientfica 2 2. Los significantes d e naturaleza sensorial diferente pueden
recubrir un significado idntico o, al menos, equivalente: as suce- d e en el caso d e la lengua oral y la lengua escrita:
3. Varios significantes pueden interferirse en un solo proceso global d e significacin, como ocurre con la palabra y el gesto.
Sea cual fuere el estatuto del significante, no es posible nin- guna clasificacin d e los significados a partir d e los significantes. La significacin. por consiguiente, es independiente d e la naturaleza del significante gracias al cual se manifiesta. Decir, por ejemplo, como suele hacerse con bastante frecuencia, que la pintura com. porta una significacin pictrica o que la msica posee una signi- ficacin musical carece de sentido. La descripcin d e la pintura o de la msica es del orden del significante y no del significado. Las significaciones que en ellas se contienen eventualmente son sim. plemente humanas. A lo ms cabra decir que el significante, to- mado en su conjunto, comporta el sentido global "pintura" o "msica".
Otra distincin consiste en separar los conjuntos significantes naturales que son nuestras lenguas "articuladas" d e los conjuntos significantes artificiales. . El criterio d e esta divisin no aparece, sin embargo, d e modo
evidente. Parece que es en la naturaleza discreta de los elementos constitutivos del significante donde habra que huxarlo : en el caso d e los conjuntos significantes artificiales, los elementos discretos nos seran dados a primi, mientras que los conjuntos sighificantes naturales no se descompondran en sus unidades discretas sino a postenon'.
Este criterio no es, sin embargo, pertinente para nuestro punto de vista, que es el d e la percepcin: la cuestin d e saber si los
18
Sem
ntica
estr
uctur
al ele
mento
s de l
os si
gnifi
cantes
son
discre
tos o
no, c
on an
terior
idad
a SU
perce
pcin
, dep
ende
de l
as co
ndici
ones
de em
isin
de l
a sign
i- fic
acin
, cu
yo a
nlis
is no
pod
emos
perm
itirno
s. De
sde
nuest
ro pu
nto d
e vist
a res
tring
ido, e
l prob
lema,
si se
plante
a, de
be re
sol-
verse
al n
ivel d
e la p
ercep
cin,
en el
cuad
ro de
una d
iscipl
ina qu
e se c
apar
a d
e la
tipolo
gia d
e los
sign
ifican
tes.
A no
sotro
s no
s ba
star
con s
ervirn
os ta
n s
lo de
los c
riteri
os rel
ativo
s ya s
ea a l
os
signif
icado
s, ya
sea a
sus r
elacio
nes c
on bs
sign
ifican
tes.
d) LA
CO
NDIC
IN
PRlV
lLEGl
ADA
DE L
AS L
ENGU
kS N
ATURALES
En co
mpara
cin
con
los o
tros
conju
ntos s
ignifi
cantes
, las
len-
guas
natu
rales
parec
en po
seer u
n est
atuto
privil
egiad
o, de
bido a
las
transp
osicio
nes
y tra
ducc
iones
posib
les.
Las t
ranspo
sicion
es son
de do
s tipo
s: I.
Una
lengu
a na
tura,
con
sidera
da
nicam
ente
como
sign
ifi-
cado,
pued
e ser
man
ifesta
da c
on la
ayu
da d
e do
s o m
s si
gnifi
- ca
ntes
perte
necie
ntes
a rd
enes
sensor
iales
difere
ntes.
El fr
anc
s, po
r ejem
plo, p
uede
ser r
ealiz
ado a
la ve
z bajo
form
a fn
ica y
bajo
for
ma g
rfica
. Se
admi
te ge
nera
mente
el co
nside
rar, e
n tale
s caso
s. un
o de l
os sig
nifica
ntes c
omo
prime
ro, y
el o
tro co
mo d
eriva
do o
tran
spue
s- to
; est
e pun
to de
vista
, que
es el
de J
akob
son, n
o es
comp
artido
. sin
emba
rgo, n
i por
Hjelm
slev
ni por
Russe
ll. 2.
Una
lengu
a na
tural,
con
sidera
da c
omo
conju
nto s
ignifi
- ca
nte, p
uede
ser
trans
puest
a y
realiz
ada en v
n ord
en se
nsoria
l di-
feren
te. A
s, po
r ejem
plo, e
l len
guaje
onr
ico n
o es
ms
que
la
transp
osici
n de
h le
ngua
natu
ral a
un
orden
visu
al pa
rticu
lar
(divis
ible,
a su
vez,
en
dos s
ubrd
enes:
en
color
es, o
en
blanc
o y
negro
) [eje
mplos
com
proba
torios
pue
den
halla
rse e
n Fre
ud].
Lo
mism
o suc
ede e
n el
caso
del
lengu
aje ci
nema
tog-r
co.
Cond
icion
es Pd
7d
1171
a ~c
mnt
ica c
iet~t
fica
10
Parec
e, sin
exb
argo,
razon
able
el ad
mitir
que
esta
s tran
sposic
cio
nes p
uede
n po
seer -
-o ad
quiri
r prog
resiva
mente
- un
a au
tonw
m
a rel
ativa
o to
tal. L
os es
fuerzo
s del
arte c
inema
togrf
ico d
e los
aos v
einte,
tend
entes
a cr
ear s
u pro
pio le
ngua
je, s
on c
aracte
rsti-
co
s, sob
re tcd
o si p
ensam
os en
la re
gresi
n qu
e se p
rodujo
des
pus
tras la
inve
ncin
del
cine s
onoro
. La
s trad
uccio
nes n
o se d
isting
uen
de es
te lt
imo t
ipo de
tran
s- po
sicion
es ms
que
por l
a dir
eccin
que
toma
n: en
efect
o, tod
o co
njunto
sign
ifican
te de
natur
aleza
difer
ente
a la d
e la l
engu
a natu
a ral
pue
de tr
aduc
irse,
con
ms
o me
nos e
xacti
tud, e
n un
a len
gua
natur
al cu
alquie
ra: a
s suc
ede,
por
ejemp
lo, en
el c
aso d
e la p
ine
tura y
de su
trad
ucci
n me
diante
la cr
tica p
ictri
ca.
El de
ajuste
que
se p
roduc
e en
tre el
con
junto
signif
icante
pri.
mero
y su
tradu
ccin
inter
esa n
o slo
a la
semn
tica,
sino t
ambi
n a
cualq
uier d
iscipl
ina d
e sig
nifica
cin:
la dis
tancia
que
los
separa
pu
ede
ser in
terpre
tada
como
cread
ora d
e ali
enaci
ones
y de
valo
, - nz
acion
es.
Vemo
s que
las
lengu
a^ na
turale
s ocu
pan u
n pu
esto
privil
egiad
o de
bido a
que
sirve
n de p
unto
de pa
rtida
a las
tran
sposic
iones
y de
punto
de l
legad
a a l
as tra
ducci
ones.
Es
to ba
stara
por si
solo
para
dar c
uenta
de l
a co
mplej
idad
del
conju
nto si
gnifi
cante
que
es un
a len
gua
natur
al.
iV.
LOS
NIVE
LES
IERA
RQUI
COS
DEL
LENG
UAJE
La me
ta qu
e se .
propo
ne la
sem
ntica
consi
ste en
reun
ir los
me.
dios
conc
eptua
les n
ecesar
ios y
sufi
ciente
s con
vist
as a
la des
crip.
20 Semntica estructura[ cin d e una lengua natural cualquiera -la francesa, p r ejemplo-, considerada como un conjunto significante.
La dificultad principal para llevar a cabo t d descripcin prw viene, segn hemos visto, del carcter privilegiado d e las lenguas naturales. Una descripcin d e la pintura cabe concebirla, d e modo muy general, como la traduccin del lenguaje pictrico ai francs o a cualquier otra lengua natural. Pero la descripcin del francs n o es, e n esta misma perspectiva, ms que la traduccin del francs al francs. El objeto d e estudio se confunde, por consiguiente, coi1 los instrumentos d e ese estudio: e l acusado es al mismo tiempo su propio juez de instruccin.
U n ejemplo, inadecuado quizs, pero muy caracterstico, d e este estado de cosas nos lo proporciona la lexicografa: un diccionario unilingiie cualquiera es un conjunto cerrado, en cuyo interior las denominaciones persiguen indefinidamente a las definiciones.
H a y que resignarse : cualquier investigacin referente a las significaciones inherentes a una lengua natural queda encemda dentro d e ese cuadro lingstico y n o puede venir a parar ms que en expresiones. forrnulaciones o definiciones presentadas e n una lengua natural.
El reconocimiento del carcter cerrado del universo semntico implica. a su vez, el rechazo d e las concepciones lingsticas que definen la significacin como la relacin entre los signos y las cosas, y especialmente .la negativa a aceptar la dimensin suple. mentaria de l referente, que introducen, a modo d e compromim, los semantistas "realistas" (Uiimann) e n la teora saussureana del signo, teora sta, por otra parte, que cabe poner en tela d e juicio: no representa, en efecto, ms que una d e las psibles interpreta- ciones del estructuraiismo d e Saussure. El referirse a las cosas para la explicacin d e los signos n o quiere decir ni ms ni menos que intentar una transposicin, impracticable, d e las significaciones con- tenidas en las lenguas naturales a conjuntos significantes n o lin- gstico~. Empresa, segn vemos, d e carcter onrico.
Condiciones para una semntica cientfica 2 1 NOTA: U n a dificultad, secundaria, subsiste debido a la existencia d e los
contextos no lingsticos d e la comunicacin. Diremos que se trata en tales casos, simplemente, d e interferencias, cn el momento mismo de! proceso d e la comunicacin, d e varios conjuntos significantes. El hecho d e que la comunicacin pueda ser a veces heterognea no prejuzga en nada e! estatuto autnomo d e los coniuntos significantes que en ella se encuentran im- plicados.
La lgica moderna ha permitido superar, en parte, la dificultad derivada de la imposibilidad de salir del universo lingstico cerra- do, al elaborar la teora d e la jerarqua de los lenguajes.
El concepto d e jerarqua as introducido debe comprenderse como la relacin de presuposicin lgica y n o puede definirse, segn hemos ya notado, con los recursos d e que disponemos. La rela- cin d e presuposicin se establece entre dos contenidos d e los que nada sabemos, y que pueden ser ya sea dos conjuntos significantes (el conjunto "crtica pictrica" presupone el conjunto "pintura"), ya sea dos segmentos significantes cualesquiera. As. por ejemplo, cabe decir que los tres seamentos, que disponemos jerrquica* mente :
Me doy cuenta de qtre digo
que hace f n o
estn ligados entre s por relaciones d e presuposicin.
NOTA: No queremos, mediante este ejemplo, introducir los problemas. n o lingsticos, d e los niveles d e realidad o d e los niveles de conciencia, sino solamente ilustrar el hecho de la existencia de niveles.
Este reconocimiento de los niveles de significacin que pueden existir en el interior d e un solo conjunto significante nos permite situar la investigacin semntica distinguiendo dos niveles dife-
22 Semntica estructural rentes: el que constituye el objeto de nuestro estudio, y que d e m o s continuar designando, siguiendo la tetminologa estable- cida, con el nombre de lengwobjefo, y aquel otro en que se disc pondrn los instrumentos lingsticos d e la investigacin semn- tica, y que debe ser considerado como metalingstico relacin
imero. al pr' NOTA: EI trmino knguab, qve nos arriesgamos a emplear por costum-
bre, es vago y corresponde ya sea .a un conjunto, ya sea a un subconjunto +
significante. Trataremos de reservar el trmino kngua pan desienar sola- mente .los conjuntos o subconjuntos "natuales", sea cual fuere el nivel al que esten situados.
Este nuevo concepto nos permite .ahora precisar la nocin d e traduccin. Cuando un crtico habla d e la pintura o d e la msica, por el hecho mismo d e hablar de ellas, presupone la existencia d e conjuntos significantes "pintura'.', "msica". Sus palabras constitu- yen pues, por relacin a lo que ve u oye, una metalengua. P a consiguiente, sean cuaies fueren .la naturaleza del significante o el estatuto jerrquico del conjunto signiiicante considerado, el estudio d e su significacin se halla situado a un nivel\metdiigstico por relacin ai conjunto estudiado. Esta diferencia d e nivel es todava ms visible cuando se trata del estudio d e las lenguas naturales: e1 alemn o el ingls, por ejemplo, pueden estudiarse en una meta- lengua lingstica utilizando el francs, y viceversa,
Ello nos permite formular un principio de alcance ms gene. ral: diremos que esta metalengua transcriptiva o descriptiva no slo sirve para estudiar cualquier conjunto signiicante, sino que adems es indiferente a la eleccin de la lengua natural utilizada.
Podernos incluso ir un peco ms lejos y preguntarnos si la in- terpretacin metalingstica de la, sigdcacin est ligada a la
Condiciones para una semntica cientfica 23 utilizacin de las lenguas naturales prticulares y si su descripcin no puede satisfacerse mediante un metalenguaje ms o menos ale- jado de las lenguas naturales.
Debe hacerse aqu una distincin, segn Hjelmslev, entre me- talenguajes cientficos y metalenguajes no cientficos. El metalen. guaje no cientgco es. corno la lengua objeto que dicho metalen. guaje explicita, "natural": la lengua d e la crtica pictrica, obra colectiva de varias generaciones d e crticos de arte, se presenta, por ejemplo, como un subconjunto ya existente, integrado en el conjunto significante francs. El metalenguaje cientfico es cons- truido: quiere ello decir que todos los trminos que lo componen constituyen un cuerpo d e definiciones coherente.
1 Pero la existencia d e un cuerpo d e definiciones n o puede siga nificar ms que una sola cosa, a saber: que el meta!enguaje mismo h a sido previamente planteado como lengua-objeto y estudiado a un nivel jerrquico superior. Por consiguiente, p a n que el metalen* guaje semntica, el nico que nos interesa, pueda ser considerado como "cientifico", es necesario que los trminos que lo constituyen sean previamente definidos y confrontados. La definicin de un
1 metalenguaje cientfico pone, pues, como condicin, y presupone, 1 por consiguiente, la existencia de un met~.metdenguaje, o lenguaje
terciario; pero nos damos cuenta inmediatamente de que ste no tendr razn de ser si no est destinado a analizar el metalenguaje
I ya dado. ! Vemos ahora cules son !as condiciones de unc semntica cien.
t&ca: no puede concebirse tal semntica cientfica ms que como la reunin, por la relacin d e presuposicin recproca, de dos meta* 1 lenguajes: un l e n s a j e descriptivo o translativo, en el cual podrn ser formuladas las significaciones contenidas en la lengua.objeto, y un lenguaje metdolgico, que defina los conceptos descriptivos 1 y verifique su cohesin interna. 1
La existencia de un lenguaje metodolgico, aunque autoriza el =studio semntico en el interior d e una lengua natural dada, n o parece suficiente para colocar a la semntica por encima de las lenguas naturales. Este nivel terciario que constituye a la semn- tica e n metalenguaje cientfico debe ser a su vez construido par de- duccin, y n o por induccin.
Cabe ilustrar este postulado hjelmsleviano, que nosotros suxri- bimos, aplicndolo a la descripcin gramatical. En efecto, un con- cepto morfolgico, el imperfecto francs, par ejemplo, puede ser definido inductivamente, por el anlkis d e sus distribuciones. El concepto d e "imperfecto" ser a su vez denominado U nivel del lenguaje descriptivo; una vez vertido e n el lenguaje metodolgico, su validez podr verificarse en el interior d e las categoras tem- porales, aspectudes y modales del francs. Y, sin embargo, n o podr utiliram, por razones evidentes, en el mil i& d e otras len- guas naturales, del imperfecto alemn por ejemplo. T a n slo en la medida e n que el cuerpo d e conceptos gramatical= constituya un ~ conjunto axiomtico deductivo estos conceptos podrn servir d e base a una morfologa comparada O general.
El examen del valor metodolgico de. la deduccin y d e la in- duccin se sita ya, como vemos, a u n nivel jerrquicamente supe- rior, al nivel lingstico cuaternario. E n efecto, el problema que d e este mcdo se plantea e s el d e d o s concepciones de la verdad: la verdad considerada corno coherencia interna y la verdad conce- bida como una adecuacin a la realidad.
En efecto, si la descripcin es la traduccin d e una lenpa-ob- jeto a un lenguaje descriptivo, esta traduccin debe adecuarse, debe
' adherir a la realidad, que es, para nosotros, e l niyel de la lengua. A -g,,c J objero. Desde este punto d c vista, los mtodos inductivos parecen
vlidos.
Condict'ones para una semntica cientfica 25
Pero podemos decir igualmente que una descripcin inductiva n o rebasar jams los lmites de un conjunto significante dado, nunca alcanzar el nivel d e una metodologa general. N o es por un azar el que la lgica, que es un lenguaje cuyos post~ilados se sitan al nivel cuatemario, sea decididmente deductiva.
Volvemos a encontrar de esta suerte. en el campo semntico, l a mismos problemas que se plantean a propsito d e la adecuacin entre esos modelos lingsticos llamados "leyes de la naturaleza" y la realidad. El desajuste terico. y a veces prctico. entre modelo y manifestacin existe siempre. La ciencia no ha podido constmirse ms que teniendo en cuenta estos dos aspctos metodolgicos fun- damentales, pero subordinando la induccin a la dediiccin.
Vemos que la sola aceptacin de discutir la existencia y la va- lidez de los dos preliminares: ind~iccin y deduccin, nos sita ya al nivel cuatemarb y pone al mismo tiempo las condiciones de una semntica general. capaz d e describir cualquier conjiinto rignifi- cante. bajo cualquier forma que se presente. e indepndientemente d e la lengua natural que puede servir, por razones d e comodidad. para la descripcin. Estas condiciones son en primer lugar la exis. tencia misma del nivel coatemario. es decir, del lenguaje epirte. molgico, y en segundo, el anlisis de las condiciones de validel d e la.descriprin wrnfintica que all debe situar=.
La semntica cientfica y. con eUa. la dewripcin rPmntica, que n o es ms que Ir praxis que utiliza la estructura jerirquica concep tuaI que es la r~mntica. slo son posibles si tienen en cuenta si. multineamente, con v i s ta al anlisis d e una lengua-objeto. tres len. gi~ajes, situados a tres niveles d e exigencia lgica diferentes: el
- -- lenguaje descr~ptivo. el lenguaje metodolgic~ y e1 lenguaje e p i r temolgico.
26 Semntica estructurd
Nos queda por hacer una ltima observacin, de carcter tcni. co, es verdad, pero bastante importante por sus consecuencias ~rc* ticas: se trata de la utilizacin de la notacin simblica.
El ejemplo de las matemticas. pero tambin el de la lgica simd blica, y ms recientemente todava, el de la lingstica, muestran l o que se puede ganar en precisin en el razonamiento y en facilia dad operativa si, disponiendo de un cuerpo de conceptos definida de modo unvoco, se abandona la lengua "natural" para notar esos conceptos simblicamente, con la ayuda de caracteres y d e cifras.
Sin embargo, para que una notacin de este tipo pueda introd ducirse en un campo determinado. es necesario que el inventario de los conceptos a traducir a ese lenguaje "simblico" sea bastante restringido. Slo ms adelante se sabr si tales inventarid reducidos son posibles : es ste, en iodo caso, Lino de los fines qiie la semna tica debe proponerse.
La notacin simblica no es, pues, zn s misma, un procedimien* t o de investigacin. Lo cual no impide el que la posibilidad d e utis lizarla en un campo determinado aporte la prueba indirecta d e que el campo d e investigaciones elegido est un tanto despejado (cf. Reichenbach, flAv?nement de la philosophie scientifique, pgi* nas 1 8 ~ 1 9 5 ) .
1 LA ESTRUCTURA ELEMENTAL DE LA SIGNLEICACIN I
1. CONTINUIDADES Y DISCONTlNUlDADES
La lingstica tradicionai - q u e se acomodaba por otra parte en esto a las tendencias generales de su poca-.insista de buen grado en el carcter continuo de los fenmenos lingsticos. De esta suerte, el paso de la a latina de mar a la [ E ] francesa de mer era conside- rado como inconsciente, no captable, sin solucin de continuidad. Del mismo modo, en el rea geogrfica del gaiorromnico, el paso de un bable a otro y de uno a otro dialecto se haca, a pie o en bi- cicleta, con el "sentimiento Iingstico" de permanencia. La tarea de l 1ingista.historiador consista en reducir, remontndose en el tiempo tan atrs como le fuese posible, Ias diferencias a identidades.
E s e n este contexto donde hay que situar, restituyndole su ca- rcter revolucionario. la afirmacin saussureana de que la lengua est hecha de oposiciones.
Esta constatacin, sin embargo, no es que se caiga de su peso, y podemos preguntarnos si es posible, mientras permanezcamos en el plano de la "realidad", es decir, de la substancia fnica y de la articulacin individual y ocurrencid, concebir, por ejemplo, un fonema de otro modo que como un campo de dispersin compara- ble al del tiro de artillera; o. ms an, si es posible captar el ca. rcter discontinuo d e los hechos lingsticos si es posible decir
Semntica estructural de la lengua algo ms que el famoso tout se tient ("todo est nti- mamente relacionado") o bien tout est ans tout ("todo est en
La nica manera d e abordar, e n el momento actual, el problema de la significacin consiste en afirmar la existencia d e discontinui.
matemticas. Es, por consiguiente, una presuposicin que hay que verter en el inventario epistemolgico de los postulados no analizados.
11. LA PRIMERA CONCEPCI~N DE LA ESTRUCTURA
"toma forma" ante nosotros y para nosotros. Pero
IV. LAS ESlRUC7WRAS ELEMENTALES
Este doble aspecto d e la relacin puede manifestarse en todas los niveles lingst~os.
a) ca~retera naduml vs carretera comarcal pala va batcr;
P) (b) sonoro vs ( 9 ) no moro, grande vs @que$ *.
Los dos primeros ejemplos no presentan dificultades: cada tr. mino d e relacin posee, en efecto, dos elementos, el primero d e los cuales (carretera, ala) conjunta, mientras que el segundo ( n a i o d vs comarcal; p vs b) disjunta la estructura.
Los dos ltimos ejemplos parecen ms delicados por el hecho mismo d e su simplicidad Si la existencia d e la d a c i n entre los dos trminos n o ofrece lugar a dudas, los dos aspectos d e Ia rela- cin -conjuntiva y disjuntiv- n o .son inmediatamente visibles.
Designaremos a tal tipo d e relacin con el nombre d e estruce tura elemental. E n efecto, puesto que hemos convenido en que los tnninoscobjeto por si solos n o c d e v d n significacin, es al nivel d e las estructuras donde hay que buscar las unidades signifie cativas elementales, y n o al nivel d e los elementos. stos, ya sean
N. del T.: Slo cnanda como en el presente caso, no haba ningn inconveniente en substituir los ejemplos franceses por ejemplos espaoles. nos hemos permitido la libertad de proceder a una substitucin. He aqu 10s ejemplos que en este p a j e nos ofrece el original:
a) m& natianale vs routc dpartemenfufe, pas vs bar;
$1 (b) vois vs non v&, grand vs pefif.
Estructura elemental de la significacih 31 llamados signos, ya unidades constitutivas o monemas, no son sino algo secundario dentro del cuadro de la investigacin referente a la significacin. La lengua no es un sistema de signos, sino una trabazn -cuya economa est por determinar- de estructuras de significacin.
V. LOS EJES SEMANTICOS
I La estructura elemental hemos de buscarla, por tanto, no al ni. ve1 de la oposicin I i pala vs b&, sino al nivel de la de p vs b.
Se admite el considerar que esta oposicin consiste en el carcter
l sonoro vs no sonoro ! I I de 10s dos fonemas. ! Sin embargo, si estamos en condiciones de comparar -y luego
de distinguir- p y b, es porque esos dos fonemas son comparables 1 o, dicho de otro m d o . porque su oposicin se sita en uno solo y el
mismo eje, el de la sonoridad. El trmino sonoridad es tal vez ina. decuado, puesto que n o pone de relieve ms que la propiedad de
I "sonoro" de uno de los dos trminos, relegando a la sombra al otro. Poco importa, por otra parte. Sabemos que se trata en este caso de una terminologa metalingistica, descriptiva, que podra reemplazarse, en ltimo trmino. por una notacin en letras o en
, cifras. Lo que s es importante es la existencia de un punto de 1 vista nico, d e una dimensin en cuyo interior se manifiesta la
oposicin. que se presenta bajo la forma de dos polos extremos de un mismo eje.
32 Semntka estructural Lo mismo suceder en el plano sernntico, donde las oposiciones
blanco vs negro, grande vs pequeo
prmiten postular un punto de vista comn para ambos trminos, el de la ausencia de color en el primer caso, el de la medida del continuo en el segundo.
P romemos dznominar eje. semntico a este comn denomina* dor de los dos t&inm, a este fondo del cual se destaca la articud lacin de la significacin. Vemos que el eje sernntico tiene como funcin la de subsumir, la de totalizar las articulaciones que Ie son inherentes.
VI. LA RELACIdN
A condicin d e poder hallar -o inventar- cada vez para el eje semntico la desominacin adecuada, podemos concebir una descripcin estructural de tipo relacional, que consistira en indicar, por una parte, los dos trminos de la relacin y, por otra, el con* tenido semntico d e sta. De este modo, designando A y B a !os tminosabjeto, y S al contenido semntico, podramos expresar la estructura del siguiente modo:
A / est en relacin (S) con 1 B.
La relacin entre A y B se descompone ya en: 1. Una secuencia "est en relacin con", que es una afirmad
cin "abstracta" d e la existencia de la relacin (r) entre los dos trminos.
2. El contenido semntico de la relacin (S), a1 que hemos designado precedentemente eje semntico.
La frmula puede escribirse de modo ms simple: A 1 r (S) 1 B.
Estructura elemental de la sigt~ijicain 33 Precisemos ahora el estatuto lingstico de cada uno d e los
smbolos de la frmula. Es evidente que los trminos-objeto A y B pertenecen a la len.
gua.objeto, al desarrollo mismo del discurso, y que son captados en e! acto de la percepcin. El eje senintico S es el resultado de la descripcin totalizante que. rene a la vez las semejanzas y diferend cias comunes a los trminos A y B ; S pertenece, por lo tanto, al metalenguaje semntico descriptivo. Por lo que se refiere a la rela* cin (r), la hemos presupuesto desde el comienzo de esta interpre- tacin; (r) pertenece, pues. al lenguaje metodolgico y slo puede analizarse a nivel epistemolgico.
VII. LAS ARTICULACIONES SEMICAS
Desde el momento en que aceptamos el considerar como meta. lingstico el contenido de la relacin -al que hemos designado mediante la letra S-, podemos analizar sin inquiet~id rnetodol,oica la expresin operacional del eje semntico e n tantos elementos de significacin como trminos-objeto diferentes hay implicados en la relacin, considerando a tales elementos como propiedades de estos trminos.
Volviendo a considerar el ejemplo ya utilizado, el eje de sono. ridad (S) puede interpretarse como la relacin (r) entre el elemento sonoro (SI) y e1 elemento no sonoro (sz). En este caso, el trmino* objeto A (fonema b ) poseer la propiedad sr (sonoro), en tanto que el trmino#objeto B (fonema f i ) tendr como propiedad el elemento s2 (no sonoro) :
b (sonoro) r P (no sonoro).
10 cual no es ms que un caso particular de la frmula ms general:
34 Semntica estructilral Esta frmula puede aplicarse desde este m-to 4 anlisis de
cuaiquier relacin. As, la relacin entre dos tminoiobjeto: mujer r (sexo) hombre,
puede traducine en mujer (femineidad) r hombre (masculinidad).
h eieemntm d e significacin (SI, sn) as destacada ron desiga nados por R. Jakobson r a s ga distintiva y no wn, para l, sino la traduccin inglesa d e los elementos difrnnciales (lmnts diffren. tiels) de Saussure. Por afn d e simplicidad terminol,. 01ca p r o p nemos denominarlos semas.
Vemos, por consiguiente. que un& estructura elemental captarse y d e h b i r s e ya sea bajo la forma de eje wmntic4 ya bajo la de articulacin smica.
Hay que notar desde ahora que l a descripcin smica es, por lo que se refiere a rendimiento prctico. supr ior con mucho a] inventario de los ejes semntica y parece preferible por relacin a ste, segn el principio de simplicidad formulado por Hjelmdev. En efecto, tomando prestado del mismo R. Jakobson el ejemplo. vemos que la descripcin fonolgica del rabe clsico, con sus 26 fonemas, dara, segn los clculos de Cantineau. un repertorio de 325 oposiciones (se m t a en este caso de relaciones oposicionales n e descritas, ni siquiera bajo la forma de ejes).. La descripcin del rabe didectd d e la Palestina septentrional que powe 31 fonemar revela la existencia, en t ~ d , d e g oposiciones binarias. (Cf. R. Ja. kobson, "Mufaxxumd'. The Emphatic Phaemes in Arabic, en Studies presentad to J o s h ~ r d Whutmargh, La Haya. pgs. 105 1 '5.1
Estructura elemental de la significacin 35
VIII. LOS MODOS DE ARTICULACIdN SCMICA
El problema del modo de existencia (o del modo de descripcin) d e las articulaciones smicas es uno de los ms contrwertidos por la lingstica de nuestros das.
Para los partidarios del binarismo (lgico u operacional), tales como Jakob sa y sus discpulos, un eje semntica se articula en dos semas, que son designados, de un modo que se presta por otra parte a ambigedades, como
marcado vs no marcado
Pero, ya a este nivel, aparecen las diferencias de articulacin. As, en el caso de
sonoro vs no sonoro.
nos encontramos con un sema marcado (es decir, presente en uno de los dos polos), que se encuentra en relacin con el sema no marcado (ausente en el otro polo) :
pero este esquema no se puede aplicar ya a la oposicin binaria hombre (masc.) vs niirjer (fern.),
pues no basta con constatar la alisencia del sema "masculinidad" en el trmino-objeto mujer: este trmino posee como propio el sema "femineidad". La articulacin puede en tal caso expresarse neciiante
S vs no s.
Son estos dos tipos de articulaciones smicas los que admite principalmente Jakobscn.
$ 36 semntica estructural Estructura elemental & d dgnificdcin
3 7 Sin embargo, en el caso d e la oposicin
F, racterizados por cl del uno o del otro sema en el interior grandc vs pequeo,
constatamos fcilmente la existencia de un tercer trmino.objeto, que es mediano.
En la axiomtica de 1% estructuras elementales elaborada por V. Brgndd, este fenmeno puede interpretarse de la siguiente ma- q+xa: jos dos semas polares
S vs no S,
a 10s que Brcjndal designa positivo vs negativo,
pueden aceptar un tercer sema, que se definir c m o n i S ni no S, y al que Brndal Ilamar neutro. La articulacin ser, por consi. guiente, del tipo
positivo vs neutro vs negativo (grande) (meduno) (peque*)
En otros casos, el sema intercalado puede aparecer como S y no S: tomar en este caso el nombre de complejo. As, en el ejemplo siguiente, la articulacin
puede interprttarse como positivo vs complejo vs negativo
(personul) (persona1 (no p e r s d ) e impersonal)
Brndal examina a continuacin otros dos tipos de articulaciones dmicas posibles, el complejo positivo y el complejo negativo, cae
del complejo stmico. Estas dos posiciones tericas -la d e Jakobson y la de Br0ndal-
parecen a primera vista inconciliables. Su contradiccin, sin embar. go, es tan solo aparente, pues, en el fondo, slo la articulacin es compleja en la axiomtica de Brandal; el nmero de semas im. plicados en sta permanece constante. La estructura brandaliana es no menos binaria que la de Jakobson.
Nos vemos obligados a introducir aqu. con anticipacin, la dis. tincin entre dos tipos diferentes de captacin y de conceptualiza. ciq de la significacin: la significacin coma inmanencia y la - significacin como manifestacin, para disipar la confusin que es intil mantener por.ms tiempo. La estructura elemental, consi* derada y descrita "en s", .es decir, fuera de cualquier contexto significante, slo puede ser binana, y ello no es as por razones tericas no elucidadas, que hay que remitir al nivel epistemolgico del lenguaje, sino en virtud del hecho del consenso actual de los lingistas. Dicha estructura se articula en dos semas
S vs non S,
y proponemos fijar su dehic in designndola mediante la expresin categora smica, que se emplea, hasta ahora, en competencia con eje semntico, pero que se revelar como ms precisa de ahora en adelante.
Nos parece evidente, por otra parte, que n o es posible introdu- cir ni postular razonablemente, a este nivel, la existencia del trmino neutro d e Brgndal o del -S de Jakobson: la no existencia de un sema n o es un sema y slo cabe registrarla al nivel de la signifi* cacin manifestada, donde la existencia de dos contextos smicos idnticos y distintos puede interpretarse por la presencia, en el pri- mer contexto, del sema S, y por la ausencia, en el segundo con* texto, de ese mismo sema S, ausencia que cabe designar convencio.
38 Semntica estructural nalmente mediante 0s. S e trata en este caso, por consiguiente, no ya d e la existencia d e los semas considerados como unidades d e significacin construidas a partir d e su estructura relacional, sino d e l a manifestacin d e los trminos smicos. que no deben ser con. I 'i fundidos con los sernas. Un cuadro d e correspondencias precisar ms esta distincin: i T&~MINOS S ~ W S SU C O ~ I D O SMIU)
positivo S (presencia del sema S) negativo no s (presencia del s e m no S) neutro - S (ausencia de s y de no S) complejo s + no s (presencia de la categora semica S) NOTA : 'En el caso de la manifestacin del trmino smico compleja 10s
dos semas presentes pueden hallarse, segn B ~ n d a l , ya sea en equilibrio, ya sea en relacin de predomifiio del uno por telaci6n al otro. Volveremos a ello mds adelante.
Podemos igualmente intentar precisar la distincin entre cate. goras smicas y articulaciones smicas. n o ya al nivel epistemol. gico, sino al nivel d e los procedimientos d e descripcin : la descripc cin d e una articulacin smica es comparable al anlisis d e las distribuciones que tratara d e registrar los trminos smicos en los contextos smicos comparables. Pero, como en el caso del anlisis distribucional, esta bsqueda d e trminos smicos presupone lo que se busca: la no existencia del sema (-S) slo puede reconocerse si se ha considerado primeramente al sema S como existente; asimis- mo, el reconocimiento d e un trmino como complejo presupone el conocimiento d e la categora smica ya .analizada en semas disjuntos, pues, en caso contrario, e l trmino complejo n o se distinguira e n nada d e un sema simple cualquiera. Lo mal equivale a decir que la categora smica es anterior a su articulacin y que, si la descripcin parte del uiisis d e las articulaciones smicas, n o hace sino con. &mar o invalidar la existencia d e la; categora smica postulada
Estmctura elemental -- de la significan'& p. 39 a p"&. La descripcin semntica es, segn decamos, la construc- cin de un metalenguaje.
IX. FORMA Y SUBSTANCIA
Este anlisis d e la relacin, considerada ya como eje semntico, ya en su articulacin en semas, trae aparejadas consecuencias que van, con mucho, ms all del deseo d e definir la estructura.
Para demostrarlo, tomamos d e Hjelmslev (Prolegomena, p- gina 33) el ejemplo, hoy ya clsico, del espectro d e los colores. Este eje semntico -pues evidentemente es de eso d e lo que se trata- posee una gran generaldad: hasta tal punto es difcil imaginar una civilizacin acromtica que cabe afirmar que se encuentra en todas las lenguas naturales. La comparacin d e dos articulaciones smicas d e este eje -la inglesa y la galesa- est representada por el si* guiente cuadro:
gwyrdd green
, . ,, . _:. _ - :::
., .brown
Estas articulaciones smicas diferentes - q u e caracterizan, por supuesto, n o slo al espectro d e los colores, sino a un gran nmero de ejes seminticos- no ron sino categorizaciones diferentes del mundo, que definen, en su especifidad, culturas y civi!izaciones. Por eso, n o hay por qu sorprenderse d e que Hjelmslev reserve para estas articulaciones del lenguaje el nombre de forma del contenido y designe a los ejes semnticos que las subsumen con el nombre d e substancia del contenido.
4 0 Semntica estructurd Esta ltima nocin -substancia del contenido- requiere que
la pecisemos un paco. Entenderemos -ya hemos insistido e n ello - anteriormente al hablar del eje semntico- q u e n o cabe acceder a I l I ]a substancia q i captarla si q o es con ayuda de una lexicalizacin
1 que v. sita necesariamente en el interior del u I I ~ v ~ M s i~ i f ican te . \
La substancia del contenido no debe, pues, considerarse como una realidad extralingstica, psquica o fsica, sino como l a manifestas cin lingstiia del contenido, situada a nivel distinto que la ' b
-1 , , , forma.. .!I y*
L a opmicin d e la forma y de la substmcia se hala, pa cohsis guiente. situada por entero en el interior del anlisis del contenido; n o es la oposicin del significante (forma) y del significado (conte* nido). tal y como quisiera hacrnoslo admitir uqa larga- tradicin - ~~ de l siglo XX. La f m a es tan significante como la substancia, y es asombroso que esta formulacin de Hjelmslev n o haya d i d o en- contrar hasta ahora la audiencia que merece.
E n consecuencia, podemos decir que las articulaciones smicas d e una lengua constituyen su forma, mientras que el conjunto d e 1% ejes semnticos traducen su substancia. Sentado esto. la d e s cripcin d e todo conjunto significante postulado en el umbral d e u n
- anlisis puede ser llevada a cabo en dos planos diferentes - e l plano .* , smico o formal y el plano semntico o substancial- y llevar a re*
sult ados diferentes. N o hace falta aadir que forma y substancia n o son ms que
dos conceptos opeatorios que dependen del nivel d e anlisis ele* gido: l o que denominaremos substancia a un cierto nivel podr ser analizado como forma a un nivel diferente.
NOTA: Es aqu donde se justifica la introduccin del trmino categata smica, aplicado a un eje semntico de un tipo particular, aquel que cons- tituye la estructura como unidad mnima de significacin. Continuaremos empleando el trmino eje sem~tico e n su sentido o~eratorio d e "unidad de substancia del contenido articulada en estructura".
Estructura elemental de la significacin 41
X. SEMAS Y LEXEMAS
Tras haber examinado la ,relacin que se identifica en el lmite ; con el concepto mismo de estructura, debemos tratar ahora de de. $ terminar el papel que cabe asignar, en la economa d e este con. 6 cepto, a los trminos-objeto, cuya existencia, al nivel d e la p r c e p i cin. hemos postulado al mismo tiempo que la d e la relacin. S Hemos visto que esta ltima poda analizarse en semas, a los F que hemos propuesto considerar como propiedades d e los trminw 1; - - ii objeto. La cuestin es. pues, la de saber qu sentido hay que atn. buir a la expresin
S (es la propiedad de) A (femineidad) (m icje Y )
B. Russell, al analizar los nombres propia, seala oportuna. mente que "el sentido comn considera que las cosas tienen cuali* dades, mas n o que se definan por esas cualidades" (Sienification
. u , et vrit, pg. I 13). En dicha concepcin, la cosa es independiente d e sus propiedades: es la cosa en s, y como tal incognoscible:
:: ningn anlisis de sus propiedades agotar jams su esencia. ; 4 La intencin d e describir las substancias (en el sentido no linc
gstico d e este trmino) n o puede sino hacer imposible el conmi. ; miento. En efecto, como seala B. RusseU (ibid., pg. I rz), "si esto
es rojo es una proposicin que asigna una cualidad a una substanc cia, y una substancia n c se define por la suma d e sus predicados, es
. posible que esto y eso tengan exactamente los mismos predicados, sin que sean idnticos". El principio de identidad se vera de este modo nuevamente puesto en tela de juicio.
Todo ello no hace sino confirmar nuestra repugnancia con res- pecto a una semntica que tuviera la pretensin d e describir la
AZ Semntica estructural "substancia psquica". Nos es forzoso, por consiguiente, permanecer e n el plano fenomenolgico, es decir, lingstico, y postular, con Russell, que las cualidades definen a las cosas, es decir, que el sema S es uno de los elementos que constituyen el trmino-objeto A, y que ste, al cabo de un anlisis exhaustivo, se define como la colec- cin de los semas SI, SZ, SJ, etc.
N o nos queda ya sino restituir al trmino-objeto su nombre de lezema. ste pertenece a la lenguaaobjeto y se realiza en el d i 9 curso. Es, por consiguiente, la unidad lingstica de otro orden y n o debe incluirse en la definicin de la estructura elemental.
XI. SEGUNDA DEFINICIN DE LA ESTRUCTURA
Esta eliminacin de los trminoiobjeto (lexemas) de la defini- cin de la estructura exige un reajuste de sta. Teniendo en cuenta lo que precede, podemos decir que la estructura es el modo d e existencia de la significacin, caracterizado por la presencia de la relacin articulada entre dos semas. Las categoras srnicas, segn hemos visto, son inmanentes a la lengua-objeto, pero n o pueden formularse ms que fuera de ella.
Esta definicin puede sorprender a primera vista; n o est, sin embargo, muy alejada si no de nuestros modos de pensar, al menos d e nuestro modo de operar. Cuando decimos, por ejemplo, que el francs posee tres mcdos: el imperativo, el indicativo y el s u b juntivo, constatamos simplemente que el eje mcdal del francs, expresado en dos semas S y no S, se articula as:
imperativo indicativo subjuntivo vs VS
S ni S ni no s no s
Tal categora smica es inmanente a la lengua francesa: cada sema se realiza en ella en el interior de numerosos lexemas.
Estructura elemental e la significacin 43 NOTA: Hay que sealar que en modo alguno nos hacemos responsables
f de esta interpretacin de la categora del modo en francs.
XII. LA TOTALIDAD Y LAS PARTES
Tal concepcin de la estructura no parece todava enteramente sa'tisfactoria. Hemos tenido ya ocasin de insistir en el hecho de que el eje sernntico subsunie, en cierto m d o . los elementos s.
b b micos que de l se desprenden analticamente. Ello equivale a decir que, por relacin a la totalidad que es una categora smica, los 1 semas pueden considerarse como sus partes. Parece, por consiguiente,
indispensable el integrar esta relacin, que va de la totalidad es- tructural a sus unidades constitutivas e n la definicin misma de la estructura.
b 1: Una actitud bastante paradjica puede constatarse, respecto a
este tipo de relacin, entre los lingistas contemporneos Hjelmslev, por ejemplo, integra la relacin del t d o a las partes en su defi- nicin de la estructura ( P r o l e g m n a , pgs z o a r ) , sin que poda- mos ver, sin embargo, el puesto que le reserva en la economa de su teora lingstica. U n gramtico que tratara, como P. Imbs, de intrducir el concepto d e totalidad en su anlisis correra el riesgo, con razn o sin ella, de hacerse sospechoso de veleidades organi. cistas: ciertas disciplinas humansticas han abusado, en efecto, de tal manera del trmino totuiidad, considerado como concepto ex. plicativo de valor universal, que se ha hecho evidente su carcter mitificante.
Para evitar esta clase de malentendidos y para economizar al mismo tiempo los tiles conceptuales, proponemos restringir tanto como sea posible esta definicin y considerar la relacin entre el sema y la categora smica a la cual pertenece el sema slo desde el punto de vista de la presuposicin lgica. Diremos que al lado de la
44 Semntica estructural relacin antonmica -conjuncin y disjuncin- entre los semas de una misma categora, la estructura elemental de la significacin se define, adems, por la relaciil hiponmica entre cada uno d e los semas tomado individualmente y la categora smica entera.
NOTA: La utilizacin operacional d e esta relacin puede exigir la intro. duccin del concepto de or ienthn: as, partiendo del sema, la relacin puede designarse hiponmica; partiendo de la categora, podr ser til d e s i p narla hipeonmici.
Ntese desde ahora que es necesario reservar el trmino hiponimia para la relacin situada e n el i n t e r i ~ r de la estructura elemental: la misma rela. cin, considerada en s, es decir, como vinculadora de elementos smicos que no pertenecen a una sola y 11 categora, podr denominarse hipoldctica (y. even~ualmente, hipertdctica).
Pensamos que tal conceptualizacin mnima nos permite ahorrarnos la nocin d e metonimia, que es difcil d e reducir a la univocidad.
LENGUAJE Y DISCURSO
i. SLGNIFICACIN Y COMUNICAClON
Las estructuras de la significacin, tales y como acabamos de : , definirlas, se manifiestan (es decir, se ofrecen a nosotros durante el proceso de la percepcin) en la comunicacin. La comunicacin, en efecto, rene las condiciones de su manifestacin, ya que es en el acto de comunicacin, en el evento-comunicacin, donde el signi. ficado encuentra al significante.
Esta juncin del significante y del significado -o del plano d la expresin y del plano del contenido, si adoptamos la terminolo- ga danesa- hace aparecer las unidades mnimas del discurso: el fonema y el lexema. En la manifestacin de bus "bajo", que sub. tiende la existencia no manifestada d e par "paso", se realiza la doble presuposicin del significante y del significado: para que b pueda ser reconocido como unidad discreta del significante, es nece. sario que su oposicin a p en el contexto bus vs pm sea reconocida como creadora d e una diferencia de sentid;; mas, para que bus sea reconocido como provisto de sentido, es necesario que previamente exista la oposicin b vs p.
Sin embargo, esta constatacin -la de que el anlisis del signi- ficante es imposible sin referencia al significado, y viceversa- no
46 .Yem'ntica estructural debe ser la ultima ratio de su acercamiento. Otras dos observaciones deben formularse y retenerse en esta ocasin: , 1. En primer lugar hay que constatar la ausencia de ixmiorfia
i , i entre los dos planos del significante y del significado: las unidades . h l \
1 ' de comunicacin de los dos planos no son equidimensionaies. No es ( \ un fonema lo que corresponde a un lexema, sino una combinacin
I ! ' de fonemas. El anlisis de los d a planos debe reaiirarse, aunque 1 mediante los mismas mtodos, por sepando. y deber apuntar a
establecer la existencia de los femas para el significante, y de .los \ semas para el significado, unidades mnimas de los dos planos del
lenguaje. 2. El sentido que hacen aparecer las oposiciones fonolgicas
constitutivas en el interior de unidades ms amplias slo es, mirn. dolo bien, un sentido negativo, una posibilidad de sentido. Expli- qumonos: si la oposicin bas vs pas atribuye a bus una apiencia de sentido, no d e m o s decir que, durante el proceso de comuni. cacin en que se sitan talas las opciones posibles entre lo que se manifestar y lo que quedar subentendido, la eleccin de bar, efectuada por el locutor (Le ciel est bar "el cielo est encapotado1'. Le plafond est bas "el techo es bajo"), se realiza, necesariamente, por la presencia obligante del lexema p a ~ o en relacin con l. Antes, por el contrario, la manifestacin de bas dejar relegado a la sombra a haut "alto" y no a pas "paso". Ello muestra ya con qu prudencia hay que manejar los conceptos tomados de dlcipli. nas paralelas a la lingstica, tales como la teora de la informacin, por ejemplo, pero que slo tratan los datos procedentes d e un significante transcodificado a partir de una lengua natural, y que, por ese hecho, pueden poner entre parntesis los problemas pri- meros de la significacin. (Pinsese, por ejemplo, en la correlacin significativa que se quiere establecer entre la longitud d e las pala. bras y la cantidad de informacin.)
La juncin del significado y del significante, una vez realizada en la comunicacin, est, pues, destinada a ser disuelta desde el i n s
b g u a j e y discurso 47 tante en que queremos hacer progresar, por poco que sea, el an- lisis de uno u otro plano del lenguaje. Lo que hay que retener de todo esto es la posibilidad y la necesidad de servirse del significado F a el estudio del significante y del signlcante para el del signi- ficado. Es ste, por otra parte, el papel que nosotros hemos asignado
los tminosobjeto. .
11. SISTEMAS SEMICOS
Entenderemos, por consiguiente, que el sentido del lexema bas no surge por su oposicin a pm, tal y como la oposicin se realiza durante la comunicacin, que b u vs fia es una estructura discrimi. natoria, y no una estructura de significacin.
Nos queda por preguntarnos por consiguiente: 1. Cmo se articulan, en conjuntos ms vastos, las estructuras
elementales de la significacin que hemos estudiado precedente- mente.
s. Cul es el estatuto de esas estructuras por relacin al plano de la manifestacin de los semas en que stos se realizan en lexe- mas y en combinaciones de lexemas, constituyendo as lo que se Uama generalmente el discurso.
Vemos en primer lugar que, lejos de oponerse a pus, bus se opone, por el contrario a haut: la separacin diferencial entre bus y h u t existe en el plano del significante, pero no es reductible a las oposiciones fonolgicas como es el caso de bas vs p a .
Suceder, por otra parte, siempre de este modo: el registro de las separaciones diferenciales al nivel de la expresin, por muy seguro y exhaustivo que sea, no constituir nunca sino un sistema de exclusiones y no aportar jams la menw indicacin acerca de la significacin. Dicho de otro m d o , las separaciones de significa. cin no se deducen a partir de las separaciones del significante, y la
.. -
48 S~mntica estructural - descripcin semntica corresponde a una actividad metalingstica situada a un nivel diferente y que obedece a las leyes de la articu. lacin estructural d e la significacin, las cuales aparecen como c m titutivas de una especie d e lgica lingstica inmanente. La supe. rioridad de esa lgica en comparacin con c u a l q u i ~ otra lgica posible consiste simplemente en la posibilidad de veGficacin, es decir, en la posibilidad de poner en correlacin el sistema d e sig. nificacions positivas construido por el desciiptot con el sistema de exclusiones constituido g&cias al registro d e las separaciones del significante.
Dicho 10 cual, n i que decir tiene que los ejemplos que nos ved remos precisados a introducir para 4 m . r nuestra reflexin pecarn todos ellos d e SU carcter arbitrario; debido a la ausencia de los Procedimientos d e verificacin. Las objeciones que cabe esperar en este campo sern, pues, legitimas la mayor parte d e las veces. Sin embargo, habiendo emprendido l a tarea de refiexionat acerca de las posibilidades d e la dekripcin semntica, nos hemos hallado ante una disyuntiva: era necesario o bien que nos concentrramos en 10s procedimientos d e descripcin de la significacin, c m riesgo de descuidar 10s procedimientos d e verificacin, o bien t r a t u de tranp , Poner, a ~ l i h d o l o s al campo semntica, los mtodos de registro de las posiciones fonolgicas. d e anlisis distribucional, etc., =omendo el riesgo, al mismo tiempo, d e olvidar d e paso l o esencial, es decir, las condiciones epistemolgicas generaies de una aximtica y de una