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Greimas a J - Semantica Estructural

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Greimas a J - Semantica Estructural

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  • BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA DIRIGIDA POR DAMASO ALONSO 111. MANUALES, 27

    A. J. GREIMAS

    S E M N T 1 9 . 3 h E S T R U C T U R A L I N V E S T I G A C I ~ N M E T O D O L ~ G I C A

    VERSION ESPAROLA DE ALFREDO DE LA FUENTE

    l l l l 3 l . i o I t ~ ~ . ' , . \ RUhl,\XIC.:\ l l I S P : \ h l ~ .\ EDlTORlAL CREDOS \- l \VRID

  • O EDITORlAC CREDOS, S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1987, para la versin espaola.

    Ttulo original: SMAIVTIQUE STRUCTURALE. RECHERCHE B E MTHODE.

    PRIMERA EDICIN, abril de 1971. 1.' reimpresin, enero de 1974. 2. ' reimpresi6n. diciembre de 1976. 3.Veimpresi6n, septiembre de 1987.

    A Depsito Legal: M . 29172.1987, ISBN 84-249- 1179-2. Rstica. ISBN 84-249-1 180-6. Guaflex. Impreso en Espaa. Printed in Spain. Grficas Cndor. S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1987. - 6114.

    LAS CONDICIONES PARA U N A SEMANTICA CIENTIFICA

    l. LA SlTUACIdN DE LA SEMANTICA

    El problema de la significacin se sita en el centro de las preocupaciones actuales. Para transformar el inventario de los com. portamientos humanos en antropologa y las series de aconteci, mientos en historia, no podemos dejar de preguntamos acerca del sentido de las actividades humanas y acerca del sentido de la hicv toria.

    El mundo humano parcenos definirse esencialmente como el mundo de la significacin. El mundo solamente puede ser llamado "humano" en la medida en que significa algo.

    Es, por consiguiente, en la investigacin referente a la signifie cacin d a d e las ciencias humanas pueden hallar su denominador comn. En efecto, si las ciencias de la naturaleza se preguntan cmo son el hombre y el mundo, las ciencias del hombre se plan- tean, de manea ms o menos explcita, la cuestin de saber lo que uno y otro significan.

    La lingstica ha N i d o aparecer, e n este deseo comn d e delie mitar el problema de la significacin, como la disciplina mejor situada: poi estar ms elaborada y ms formalizada, pada ofrecer

  • 8 Semntica estructural a las dems disciplinas su experiencia y sus mtodos. De esta suerte, e n los aos cincuenta, recibi en Francia el ttulo envidiable de ciencia piloto entre las dems ciencias del hombre.

    El puesto privilegiado que de este modo le fue asignado no poda por menos de crear una situacin paradjica: una doble influencia irradi a partir de un punto donde no suceda prctica. mente nada.

    La primera influencia n o es sino el inconveniente inevitable de la gloria: la sociologa y el psicoanlisis lo conocieron antes que la lingstica. Designado con el nombre de "trivializacin", se carac- teriza por la distorsin de las estructuras metdolgicas de una dis. ciplina y por la neutralizacin de las oposiciones, a menudo funda. mentales, entre sus conceptos. Una terminologa lingstica empo- brecida y desfigurada se difundi en ciertas revistas de vanguardia : al lingista le costaba trabajo reconocer all a sus pr'opias criaturas.

    Paralelamente, la lingstica conoci una influencia metodol. gica innegable. N o se trataba en este caso d e prstamo d e mtodos propiamente dichos, sino de actitudes epi~temol~icas, d e ciertas transposiciones de modelos y de'procedimientos heursticos que hi. cieron fecunda la reflexin de un Merleau-Ponty, de un Lvi-Strauss, de un Lacan y d e un Barthes. La distancia que separaba estos mo- delos epistemolgicos de los campos en que podan hallar su apli- cacin no pudo operar ms que en el sentido d e su particularizacin. Si la importancia de los trabajos que de ah han surgido permite a los observadores atentos hablar actualmente de la "escuela fran- cesa de antropologa", la ausencia de un catalizador metodolgico es tanto ms lamentable.

    Este papel de catalizador era, naturalmente, el d e la lingstica. Es curioso constatar cmo, aunque as asediada por solicitaciones diversas, sta se ha mostrado, de modo general, ms que reticente, hostil incluso a toda investigacin semntica. Las razones d e tal

    Condiciones pasa una semntica cientfica 9

    Hay que reconocer que la cemntica ha sido siempre la parien. te pobre de la lingstica. La semntica, la ms joven de las disci- plinas lingsticas - s u denominacin misma no se forj hasta fina. les del siglo XIX-, se vio precedida, en el cuadro del desarrollo de la lingstica histrica, primeramente por la fontica, cuya elabora- cin fue la que recibi mayor impulso, y, a continuacin, por la gra. mtica. Incluso una vez denominada e instaurada, no trat sino de tomar prestados sus mtodos, ya de la retrica clsica, ya de la psi. cologa d e la introspeccin.

    La lingstica estructural ha seguido, en su desarrollo, idntico orden de prioridades. La escuela de Praga estableci bien las bases de la fonologa; la escuela de Copnhague, que vino despus, se preocup sobre t d o de la elaboracin de la teora lingistica que trataba d e aplicar a la renovacin de los estudios gramaticales. El olvido de la cemntica es patente y voluntario: es normal, en los medios lingsticos, el preguntarse, todava hoy, si la semntica posee un objeto homogneo y si ese objeto se presta al anlisis es- tructural o, dicho de otro modo, si tenemos derecho a considerar la semntica como una disciplina lingistica.

    La dificultad de determinar los mtodos propios de la semn. tica y de definir las unidades constitutivas de su objeto existe real. mente. El inventario restringido de los fonemas y su carcter d i s creto, descubierto implcitamente en la poca de la primera revo- lucin cientfica de la humanidad, que consisti en la elaboracin de los primeros alfabetos, favorecan los progresos de la fontica y, ms adelante, de la fonologa. Nada semejante hallamos en el caso de la semntica. La definicin tradicional de su objeto, pdica-

    actitud son mltiples. mente considerado como "substancia psquica", impeda delimitarla netamente por relacin a ,la psicologa y, mis adelante, a la socio-

  • 1 O

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    pg. 138).

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    s -es

    ta v

    ez, e

    n el

    sent

    ido n

    o cien

    t-

    fico d

    el t

    rmin

    v pa

    recen

    las p

    reten

    sione

    s de

    cierto

    s mov

    imien

    tos

    litera

    rios q

    ue de

    sean

    sen

    tar la

    s base

    s de

    una

    estti

    ca d

    e no

    -sign

    ifi-

    caci

    n : si

    la p

    resen

    cia, e

    n un

    a ha

    bitac

    in. d

    e dos

    silla

    s, sit

    uada

    s la

    una

    al lad

    o de

    la o

    tra, l

    e pa

    rece

    pelig

    rosa

    a Al

    ain R

    obbe

    -Gril

    let,

    por s

    er mi

    tifica

    nte,

    debi

    do a

    su p

    oder

    de ev

    ocac

    in, se

    olvida

    de

    que l

    a pre

    sencia

    de

    una s

    ola si

    lla fu

    ncion

    a com

    o un

    parad

    igma l

    in-

    gst

    ico y

    , pres

    upon

    iendo

    la a

    usen

    cia, p

    uede

    ser

    igualm

    ente

    signi-

    fic

    ativa

    . Pe

    ro u

    na s

    emn

    tica

    que

    parta

    de

    la co

    nstat

    acin

    de

    la om

    ni-

    presen

    cia d

    e la

    signif

    icaci

    n no

    pue

    de e

    vitar

    el co

    nfun

    dirse

    con l

    a teo

    ra d

    el co

    nocim

    iento

    y el

    tratar

    ya

    sea d

    e sup

    lantar

    la, y

    a sea

    de

    some

    terse

    a una

    deter

    mina

    da ep

    istem

    ologa

    . Esta

    situa

    cin

    incm

    oda

    ha s

    ido v

    ista

    claram

    ente

    por

    Hjelm

    slev,

    quien

    , tras

    hab

    er n

    otado

    qu

    e era

    la su

    erte

    de cu

    alquie

    r cien

    cia, y

    no

    slo

    de la

    ling

    stic

    a. ac

    unsej

    a ac

    eptar

    la co

    n res

    ignac

    in, t

    ratan

    do, a

    l mism

    a tie

    mpo,

    de

    restri

    ngir

    los e

    ventu

    ales

    perju

    icios

    . Las

    presu

    posic

    iones

    epist

    emo-

    lg

    icas

    debe

    n ser

    , po

    r co

    nsigu

    iente,

    tan

    esca

    sas e

    n n

    mero

    y ta

    n ge

    neral

    es co

    mo se

    a po

    sible.

    Cond

    icion

    es pa

    ra un

    a sem

    ntic

    a cie

    ntfic

    a 13

    Co

    n co

    nocim

    iento

    de c

    aiisa

    prop

    onem

    os c

    onsid

    erar

    la pe

    rcep

    ci

    n co

    mo el

    luga

    r no

    ling

    stico

    en q

    ue se

    sit

    a la

    apreh

    ensi

    n de

    la

    signif

    icaci

    n. Ha

    cind

    olo d

    e est

    e mo

    do,

    obten

    emos

    inm

    ediat

    a- me

    nte la

    ven

    taja

    y el

    incon

    venie

    nte d

    e no

    pod

    er est

    ablec

    er, e

    n su

    es

    tatut

    o pa

    rticu

    lar,

    una

    clase

    autn

    oma

    de si

    gnifi

    cacio

    nes l

    ings

    . tic

    as, s

    uspe

    ndien

    do as

    la d

    istinc

    in e

    ntre

    la sem

    ntic

    a lin

    gst

    ica y

    la

    semiol

    oga

    saussu

    reana

    . Aun

    que

    recon

    ocien

    do n

    uestr

    as p

    refere

    n- cia

    s sub

    jetiva

    s por

    la teo

    ra d

    e la

    perce

    pcin

    tal c

    omo

    fue

    desa

    rro-

    llada

    en

    Fran

    cia h

    ace

    poco

    tiem

    po p

    or M

    erlea

    u-Po

    nty,

    harem

    os

    notar

    , sin

    emba

    rgo,

    que e

    sta a

    ctitud

    epis

    temol

    gica

    parec

    e ser

    tam-

    bi

    n la

    de la

    s cie

    ncias

    hum

    anas

    del

    siglo

    xx en

    gen

    eral :

    hem

    os

    visto,

    por

    ejemp

    lo, p

    ara n

    o cit

    ar m

    s qu

    e lo

    que

    result

    a pa

    rticu

    . lar

    nent

    e so

    rpren

    dente

    , cm

    o la

    psico

    loga

    de la

    form

    a y

    del c

    om.

    porta

    mien

    to ha

    sub

    stitui

    do a

    la p

    sicolo

    ga d

    e las

    "fac

    ultad

    es" y

    de

    la int

    rospe

    ccin

    . Ve

    mos

    tambi

    n qu

    e la

    expli

    caci

    n .de

    los

    hech

    os

    estti

    cos s

    e sit

    a h

    oy g

    enera

    lmen

    te al

    nivel

    de la

    perc

    epci

    n de

    la

    obra,

    y n

    o ya

    al d

    e la

    explo

    racin

    del

    genio

    o d

    e la

    imag

    inaci

    n. Ta

    l acti

    tud, p

    or co

    nsig~

    iiente

    , aunq

    ue se

    a sola

    mente

    prov

    ision

    al, a

    pa-

    rece,

    en la

    po

    ca h

    istri

    ca e

    n qu

    e nos

    ha

    corre

    spon

    dido

    vivir.

    com

    o ren

    table:

    dif

    cil re

    sulta

    imag

    inar o

    tros c

    riteri

    os d

    e pert

    inenc

    ia ac

    ep-

    tables

    para

    todo

    s.

    6)

    UNA

    DESC

    RIPC

    I~N C

    UALI

    TATI

    VA

    Pero

    la a

    firma

    cin

    de q

    iie la

    s sign

    ifica

    cione

    s del

    mund

    o hu

    ma-

    no se

    sit

    an a

    l niv

    el de

    la p

    ercep

    cin

    equiv

    ale a

    circ

    unscr

    ibir

    el es

    tudio

    al int

    erior

    del

    mund

    o de

    l sen

    tido

    com

    n, o,

    como

    se su

    ele

    decir

    , del

    miind

    o sen

    sible.

    La s

    emn

    tica

    se re

    cono

    ce d

    e es

    te mo

    do 7

    abier

    tamen

    te co

    mo u

    na te

    ntativ

    a de

    descr

    ipcin

    del

    mund

    o de

    las

    cuali

    dade

    s sen

    sibles

    . 1

    Una

    tal to

    ma d

    e po

    sicin

    no

    pued

    e so

    rpren

    der m

    s qu

    e a a

    que-

    llos

    que.

    acep

    tando

    la i

    nflue

    ncia

    que

    act~

    ialme

    nte ej

    ercen

    los

    m-

  • 14

    Sem

    ntica

    estr

    uctur

    al to

    dos

    cuan

    titati

    vos e

    n. los

    dife

    rentes

    cam

    pos d

    e la

    ling

    stica

    , no

    se

    han

    dado

    cuen

    ta de

    la in

    signif

    icanc

    ia de

    los r

    esult

    ados

    obte

    nidos

    -fa

    lta

    sta

    que

    incum

    be n

    o ya

    a lo

    s pro

    cedim

    ientos

    cua

    ntita

    tiva

    emple

    ados

    , sin

    o a

    las f

    allas

    de

    la co

    ncep

    tualiz

    acin

    cua

    lifica

    tiva

    que

    hace

    n ino

    peran

    tes lo

    s pr

    oced

    imien

    tos-.

    Por o

    tra p

    arte,

    un

    anilis

    is ciia

    litati

    vo ca

    da ve

    z m

    is ri p

    uras

    o co

    ntribu

    ir f

    omen

    te

    a m1m

    r el v

    acio

    que e

    xiste

    hoy

    da e

    ntre

    las c

    iencia

    s de l

    a natu

    - ral

    eza,

    cons

    iderad

    as. c

    uanti

    tativa

    s, y

    las c

    iencia

    s de

    l hom

    bre,

    que,

    D pe

    sar

    e las

    apari

    encia

    s a

    menu

    do en

    gao

    sas, s

    iguen

    sien

    do cu

    a- lit

    ativa

    s. Pu

    es u

    n mo

    vimien

    to pa

    ralelo

    y de

    sent

    ido i

    nvers

    o, se

    gn

    parec

    e, se

    dibu

    ja en

    el i

    nterio

    r de

    las c

    iencia

    s de

    la n

    atural

    eza.

    Como

    sea

    la L

    vi-St

    rauss

    en s

    u ob

    ra Pe

    nse

    sauva

    ge (p

    g. 2

    0):

    "La

    qum

    ica m

    odern

    a red

    uce

    la va

    rieda

    d de

    los s

    abor

    es y

    de lo

    s pe

    rfume

    s a

    cinco

    elem

    entos

    com

    binad

    os d

    e div

    ersos

    mod

    os:

    ox-

    geno

    , carb

    ono,

    hidr

    geno

    , az

    ufre

    y z

    oe.

    Estab

    lecien

    do ta

    blas d

    e pre

    sencia

    y d

    e au

    senc

    ia y

    evalu

    ando

    las d

    osifi

    cacio

    nes

    y los

    um-

    bra

    les, l

    lega

    a da

    r cue

    nta d

    e las

    dife

    rencia

    s y d

    e las

    seme

    janza

    s en

    tre la

    s cua

    lidad

    es a

    las qu

    e ant

    ao d

    icha c

    iencia

    habr

    a de

    sterra

    do

    de su

    cam

    po p

    or su

    carc

    ter s

    ecun

    dario

    ". Un

    a de

    scripc

    in c

    uait

    a- tiv

    a pr

    omete

    por

    tan

    to la

    nzar

    el pu

    ente

    por

    encim

    a de

    la z

    ona

    brum

    osa d

    el mu

    ndo

    de lo

    s sen

    tidos

    y de

    los "

    efecto

    s de

    senti

    do!',

    conc

    ilian

    do q

    uizs

    alg

    n da

    la c

    antid

    ad y

    la cu

    alida

    d, el

    homb

    re y

    la na

    turale

    za.

    NOTA

    : Se n

    otar

    cmo

    , en

    el eje

    mplo

    citad

    o por

    Levi-

    Strau

    ss, a

    los el

    e. rn

    entos

    ltim

    os de

    l sist

    ema

    semiol

    gico

    corre

    spon

    den

    los s

    intag

    mas d

    e los

    pr

    oceso

    s qum

    icos y

    no l

    os sis

    temas

    qum

    icos.

    t C)

    LOS PRiMEROS CONCEPTOS OPERA'ilVOS

    I l

    Para

    cons

    tituir

    los p

    rimero

    s elem

    entos

    de u

    na te

    rmino

    loea

    ow.

    1 "

    .

    1 rat

    iva, d

    esign

    aremo

    s con

    el n

    ombr

    e de

    sign

    ifican

    te a l

    os el

    emen

    tos

    o gr

    upos

    de e

    lemen

    tos q

    ue h

    acen

    pos

    ible

    la ap

    arici

    n de

    la si

    gni-

    I

    Cond

    icion

    es pa

    ra un

    n sem

    nrltic

    n cie

    ntfic

    a 15

    fic

    acin

    al n

    ivel d

    e la

    prce

    pci

    n, y

    que

    son

    recon

    ocido

    s, en

    este

    mo

    mento

    mism

    o, co

    mo e

    xterio

    res a

    l horn

    bre.

    Con

    el no

    mbre

    de

    signif

    icado

    , des

    ignare

    mos

    la sig

    nifica

    cin

    o sig

    nifica

    cione

    s qu

    e so

    n rec

    ubier

    tas p

    or el

    signif

    icante

    y m

    anife

    stada

    s gra

    cias

    a su

    exis

    , ten

    cia. No

    pode

    mos

    cons

    iderar

    a a

    lgo c

    omo

    signif

    icante

    ni c

    once

    derle

    dic

    ho no

    mbre

    ms q

    ue si

    sign

    ifica

    algo

    realm

    ente.

    La

    exist

    encia

    del

    signif

    icante

    pren

    ipone

    por

    tan

    to la

    exis

    tencia

    del

    signif

    icado

    . Po

    r su

    parte

    , el s

    ignifi

    cado

    no

    es "s

    ignifi

    cado

    " m

    s qu

    e en

    la

    medid

    a en

    que

    es

    signif

    icado

    , es d

    ecir,

    por

    que

    exist

    e un

    sign

    ifi-

    cante

    que

    lo si

    gnifi

    ca. D

    icho

    de o

    tro m

    odo,

    la ex

    isten

    cia d

    el sig

    ni-

    ficad

    o pr

    esup

    one .

    la de

    l sign

    ifica

    nte.

    Esta

    presu

    posic

    in re

    cproc

    a es

    el

    nico

    conc

    epto

    lgico

    no

    de-

    &ido

    que

    nos

    perm

    ite d

    efinir

    rec

    prcx

    amen

    te, s

    iguien

    do a

    Hjelm

    - sle

    v, el

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  • 16 Semntica: estructural que dependen, puede ser intentada. As, los significantes -y los conjuntos significantes- pueden ser : - de orden visual (mmica, gesticulacin, escritura. naturaleza romntica.

    artes plsticas, seales de circulacin, etc.): - de orden auditivo (lenguas. naturales, msica, etc.): - de orden tdctil (lenguaje de los ciegos, caricias, etc.); - etc. Tal tipo d e clasificacin, utilizado a menudo, es considerado

    generalmente como no lingstico. Podemos sealar, sin embargo, dexle ahora que las cualidades-significantes, que situamos fuera del hombre, no deben confundirse con las cualidades-significados ; en efecto. los elementos constitutivos d e los diferentes rdenes senso- riales pueden, a su vez, ser captados como significados e instituir el mundo sensible en tanto que significacin.

    6) LA CORRELACIN ENTRE SIG. , NlFICANTES Y SIGNIFICADOS

    NO tenemos derecho a admitir que a este tipo d e clasificacin de los significantes corresponda una divisin de los signi- ficados. Varios tipos d e correlacin pueden ser aqu considerados:

    1. Los ~ ign i f ican t~s pertenecientes a un mismo orden senso- rial pueden servir para la constitucin d e conjuntos significantes autnomos, como las lenguas naturales y la msica. Hay qiie sea- lar, sin embargo, que las investigaciones de la patologa del len. guaje han permitido establecer que la distincin entre los niidos (que constituyen un conjunto significante d e ruidos), los sonidos musicales y los sonidos del lenguaje es anterior a su investimiento por los significados. Ciertm subrdenes sensoriales comportaran. por consiguiente, significaciones globales : "ruido". "msica", "len- guaje" ;

    Condiciones para una semntica cientfica 2 2. Los significantes d e naturaleza sensorial diferente pueden

    recubrir un significado idntico o, al menos, equivalente: as suce- d e en el caso d e la lengua oral y la lengua escrita:

    3. Varios significantes pueden interferirse en un solo proceso global d e significacin, como ocurre con la palabra y el gesto.

    Sea cual fuere el estatuto del significante, no es posible nin- guna clasificacin d e los significados a partir d e los significantes. La significacin. por consiguiente, es independiente d e la naturaleza del significante gracias al cual se manifiesta. Decir, por ejemplo, como suele hacerse con bastante frecuencia, que la pintura com. porta una significacin pictrica o que la msica posee una signi- ficacin musical carece de sentido. La descripcin d e la pintura o de la msica es del orden del significante y no del significado. Las significaciones que en ellas se contienen eventualmente son sim. plemente humanas. A lo ms cabra decir que el significante, to- mado en su conjunto, comporta el sentido global "pintura" o "msica".

    Otra distincin consiste en separar los conjuntos significantes naturales que son nuestras lenguas "articuladas" d e los conjuntos significantes artificiales. . El criterio d e esta divisin no aparece, sin embargo, d e modo

    evidente. Parece que es en la naturaleza discreta de los elementos constitutivos del significante donde habra que huxarlo : en el caso d e los conjuntos significantes artificiales, los elementos discretos nos seran dados a primi, mientras que los conjuntos sighificantes naturales no se descompondran en sus unidades discretas sino a postenon'.

    Este criterio no es, sin embargo, pertinente para nuestro punto de vista, que es el d e la percepcin: la cuestin d e saber si los

  • 18

    Sem

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  • 20 Semntica estructura[ cin d e una lengua natural cualquiera -la francesa, p r ejemplo-, considerada como un conjunto significante.

    La dificultad principal para llevar a cabo t d descripcin prw viene, segn hemos visto, del carcter privilegiado d e las lenguas naturales. Una descripcin d e la pintura cabe concebirla, d e modo muy general, como la traduccin del lenguaje pictrico ai francs o a cualquier otra lengua natural. Pero la descripcin del francs n o es, e n esta misma perspectiva, ms que la traduccin del francs al francs. El objeto d e estudio se confunde, por consiguiente, coi1 los instrumentos d e ese estudio: e l acusado es al mismo tiempo su propio juez de instruccin.

    U n ejemplo, inadecuado quizs, pero muy caracterstico, d e este estado de cosas nos lo proporciona la lexicografa: un diccionario unilingiie cualquiera es un conjunto cerrado, en cuyo interior las denominaciones persiguen indefinidamente a las definiciones.

    H a y que resignarse : cualquier investigacin referente a las significaciones inherentes a una lengua natural queda encemda dentro d e ese cuadro lingstico y n o puede venir a parar ms que en expresiones. forrnulaciones o definiciones presentadas e n una lengua natural.

    El reconocimiento del carcter cerrado del universo semntico implica. a su vez, el rechazo d e las concepciones lingsticas que definen la significacin como la relacin entre los signos y las cosas, y especialmente .la negativa a aceptar la dimensin suple. mentaria de l referente, que introducen, a modo d e compromim, los semantistas "realistas" (Uiimann) e n la teora saussureana del signo, teora sta, por otra parte, que cabe poner en tela d e juicio: no representa, en efecto, ms que una d e las psibles interpreta- ciones del estructuraiismo d e Saussure. El referirse a las cosas para la explicacin d e los signos n o quiere decir ni ms ni menos que intentar una transposicin, impracticable, d e las significaciones con- tenidas en las lenguas naturales a conjuntos significantes n o lin- gstico~. Empresa, segn vemos, d e carcter onrico.

    Condiciones para una semntica cientfica 2 1 NOTA: U n a dificultad, secundaria, subsiste debido a la existencia d e los

    contextos no lingsticos d e la comunicacin. Diremos que se trata en tales casos, simplemente, d e interferencias, cn el momento mismo de! proceso d e la comunicacin, d e varios conjuntos significantes. El hecho d e que la comunicacin pueda ser a veces heterognea no prejuzga en nada e! estatuto autnomo d e los coniuntos significantes que en ella se encuentran im- plicados.

    La lgica moderna ha permitido superar, en parte, la dificultad derivada de la imposibilidad de salir del universo lingstico cerra- do, al elaborar la teora d e la jerarqua de los lenguajes.

    El concepto d e jerarqua as introducido debe comprenderse como la relacin de presuposicin lgica y n o puede definirse, segn hemos ya notado, con los recursos d e que disponemos. La rela- cin d e presuposicin se establece entre dos contenidos d e los que nada sabemos, y que pueden ser ya sea dos conjuntos significantes (el conjunto "crtica pictrica" presupone el conjunto "pintura"), ya sea dos segmentos significantes cualesquiera. As. por ejemplo, cabe decir que los tres seamentos, que disponemos jerrquica* mente :

    Me doy cuenta de qtre digo

    que hace f n o

    estn ligados entre s por relaciones d e presuposicin.

    NOTA: No queremos, mediante este ejemplo, introducir los problemas. n o lingsticos, d e los niveles d e realidad o d e los niveles de conciencia, sino solamente ilustrar el hecho de la existencia de niveles.

    Este reconocimiento de los niveles de significacin que pueden existir en el interior d e un solo conjunto significante nos permite situar la investigacin semntica distinguiendo dos niveles dife-

  • 22 Semntica estructural rentes: el que constituye el objeto de nuestro estudio, y que d e m o s continuar designando, siguiendo la tetminologa estable- cida, con el nombre de lengwobjefo, y aquel otro en que se disc pondrn los instrumentos lingsticos d e la investigacin semn- tica, y que debe ser considerado como metalingstico relacin

    imero. al pr' NOTA: EI trmino knguab, qve nos arriesgamos a emplear por costum-

    bre, es vago y corresponde ya sea .a un conjunto, ya sea a un subconjunto +

    significante. Trataremos de reservar el trmino kngua pan desienar sola- mente .los conjuntos o subconjuntos "natuales", sea cual fuere el nivel al que esten situados.

    Este nuevo concepto nos permite .ahora precisar la nocin d e traduccin. Cuando un crtico habla d e la pintura o d e la msica, por el hecho mismo d e hablar de ellas, presupone la existencia d e conjuntos significantes "pintura'.', "msica". Sus palabras constitu- yen pues, por relacin a lo que ve u oye, una metalengua. P a consiguiente, sean cuaies fueren .la naturaleza del significante o el estatuto jerrquico del conjunto signiiicante considerado, el estudio d e su significacin se halla situado a un nivel\metdiigstico por relacin ai conjunto estudiado. Esta diferencia d e nivel es todava ms visible cuando se trata del estudio d e las lenguas naturales: e1 alemn o el ingls, por ejemplo, pueden estudiarse en una meta- lengua lingstica utilizando el francs, y viceversa,

    Ello nos permite formular un principio de alcance ms gene. ral: diremos que esta metalengua transcriptiva o descriptiva no slo sirve para estudiar cualquier conjunto signiicante, sino que adems es indiferente a la eleccin de la lengua natural utilizada.

    Podernos incluso ir un peco ms lejos y preguntarnos si la in- terpretacin metalingstica de la, sigdcacin est ligada a la

    Condiciones para una semntica cientfica 23 utilizacin de las lenguas naturales prticulares y si su descripcin no puede satisfacerse mediante un metalenguaje ms o menos ale- jado de las lenguas naturales.

    Debe hacerse aqu una distincin, segn Hjelmslev, entre me- talenguajes cientficos y metalenguajes no cientficos. El metalen. guaje no cientgco es. corno la lengua objeto que dicho metalen. guaje explicita, "natural": la lengua d e la crtica pictrica, obra colectiva de varias generaciones d e crticos de arte, se presenta, por ejemplo, como un subconjunto ya existente, integrado en el conjunto significante francs. El metalenguaje cientfico es cons- truido: quiere ello decir que todos los trminos que lo componen constituyen un cuerpo d e definiciones coherente.

    1 Pero la existencia d e un cuerpo d e definiciones n o puede siga nificar ms que una sola cosa, a saber: que el meta!enguaje mismo h a sido previamente planteado como lengua-objeto y estudiado a un nivel jerrquico superior. Por consiguiente, p a n que el metalen* guaje semntica, el nico que nos interesa, pueda ser considerado como "cientifico", es necesario que los trminos que lo constituyen sean previamente definidos y confrontados. La definicin de un

    1 metalenguaje cientfico pone, pues, como condicin, y presupone, 1 por consiguiente, la existencia de un met~.metdenguaje, o lenguaje

    terciario; pero nos damos cuenta inmediatamente de que ste no tendr razn de ser si no est destinado a analizar el metalenguaje

    I ya dado. ! Vemos ahora cules son !as condiciones de unc semntica cien.

    t&ca: no puede concebirse tal semntica cientfica ms que como la reunin, por la relacin d e presuposicin recproca, de dos meta* 1 lenguajes: un l e n s a j e descriptivo o translativo, en el cual podrn ser formuladas las significaciones contenidas en la lengua.objeto, y un lenguaje metdolgico, que defina los conceptos descriptivos 1 y verifique su cohesin interna. 1

  • La existencia de un lenguaje metodolgico, aunque autoriza el =studio semntico en el interior d e una lengua natural dada, n o parece suficiente para colocar a la semntica por encima de las lenguas naturales. Este nivel terciario que constituye a la semn- tica e n metalenguaje cientfico debe ser a su vez construido par de- duccin, y n o por induccin.

    Cabe ilustrar este postulado hjelmsleviano, que nosotros suxri- bimos, aplicndolo a la descripcin gramatical. En efecto, un con- cepto morfolgico, el imperfecto francs, par ejemplo, puede ser definido inductivamente, por el anlkis d e sus distribuciones. El concepto d e "imperfecto" ser a su vez denominado U nivel del lenguaje descriptivo; una vez vertido e n el lenguaje metodolgico, su validez podr verificarse en el interior d e las categoras tem- porales, aspectudes y modales del francs. Y, sin embargo, n o podr utiliram, por razones evidentes, en el mil i& d e otras len- guas naturales, del imperfecto alemn por ejemplo. T a n slo en la medida e n que el cuerpo d e conceptos gramatical= constituya un ~ conjunto axiomtico deductivo estos conceptos podrn servir d e base a una morfologa comparada O general.

    El examen del valor metodolgico de. la deduccin y d e la in- duccin se sita ya, como vemos, a u n nivel jerrquicamente supe- rior, al nivel lingstico cuaternario. E n efecto, el problema que d e este mcdo se plantea e s el d e d o s concepciones de la verdad: la verdad considerada corno coherencia interna y la verdad conce- bida como una adecuacin a la realidad.

    En efecto, si la descripcin es la traduccin d e una lenpa-ob- jeto a un lenguaje descriptivo, esta traduccin debe adecuarse, debe

    ' adherir a la realidad, que es, para nosotros, e l niyel de la lengua. A -g,,c J objero. Desde este punto d c vista, los mtodos inductivos parecen

    vlidos.

    Condict'ones para una semntica cientfica 25

    Pero podemos decir igualmente que una descripcin inductiva n o rebasar jams los lmites de un conjunto significante dado, nunca alcanzar el nivel d e una metodologa general. N o es por un azar el que la lgica, que es un lenguaje cuyos post~ilados se sitan al nivel cuatemario, sea decididmente deductiva.

    Volvemos a encontrar de esta suerte. en el campo semntico, l a mismos problemas que se plantean a propsito d e la adecuacin entre esos modelos lingsticos llamados "leyes de la naturaleza" y la realidad. El desajuste terico. y a veces prctico. entre modelo y manifestacin existe siempre. La ciencia no ha podido constmirse ms que teniendo en cuenta estos dos aspctos metodolgicos fun- damentales, pero subordinando la induccin a la dediiccin.

    Vemos que la sola aceptacin de discutir la existencia y la va- lidez de los dos preliminares: ind~iccin y deduccin, nos sita ya al nivel cuatemarb y pone al mismo tiempo las condiciones de una semntica general. capaz d e describir cualquier conjiinto rignifi- cante. bajo cualquier forma que se presente. e indepndientemente d e la lengua natural que puede servir, por razones d e comodidad. para la descripcin. Estas condiciones son en primer lugar la exis. tencia misma del nivel coatemario. es decir, del lenguaje epirte. molgico, y en segundo, el anlisis de las condiciones de validel d e la.descriprin wrnfintica que all debe situar=.

    La semntica cientfica y. con eUa. la dewripcin rPmntica, que n o es ms que Ir praxis que utiliza la estructura jerirquica concep tuaI que es la r~mntica. slo son posibles si tienen en cuenta si. multineamente, con v i s ta al anlisis d e una lengua-objeto. tres len. gi~ajes, situados a tres niveles d e exigencia lgica diferentes: el

    - -- lenguaje descr~ptivo. el lenguaje metodolgic~ y e1 lenguaje e p i r temolgico.

  • 26 Semntica estructurd

    Nos queda por hacer una ltima observacin, de carcter tcni. co, es verdad, pero bastante importante por sus consecuencias ~rc* ticas: se trata de la utilizacin de la notacin simblica.

    El ejemplo de las matemticas. pero tambin el de la lgica simd blica, y ms recientemente todava, el de la lingstica, muestran l o que se puede ganar en precisin en el razonamiento y en facilia dad operativa si, disponiendo de un cuerpo de conceptos definida de modo unvoco, se abandona la lengua "natural" para notar esos conceptos simblicamente, con la ayuda de caracteres y d e cifras.

    Sin embargo, para que una notacin de este tipo pueda introd ducirse en un campo determinado. es necesario que el inventario de los conceptos a traducir a ese lenguaje "simblico" sea bastante restringido. Slo ms adelante se sabr si tales inventarid reducidos son posibles : es ste, en iodo caso, Lino de los fines qiie la semna tica debe proponerse.

    La notacin simblica no es, pues, zn s misma, un procedimien* t o de investigacin. Lo cual no impide el que la posibilidad d e utis lizarla en un campo determinado aporte la prueba indirecta d e que el campo d e investigaciones elegido est un tanto despejado (cf. Reichenbach, flAv?nement de la philosophie scientifique, pgi* nas 1 8 ~ 1 9 5 ) .

    1 LA ESTRUCTURA ELEMENTAL DE LA SIGNLEICACIN I

    1. CONTINUIDADES Y DISCONTlNUlDADES

    La lingstica tradicionai - q u e se acomodaba por otra parte en esto a las tendencias generales de su poca-.insista de buen grado en el carcter continuo de los fenmenos lingsticos. De esta suerte, el paso de la a latina de mar a la [ E ] francesa de mer era conside- rado como inconsciente, no captable, sin solucin de continuidad. Del mismo modo, en el rea geogrfica del gaiorromnico, el paso de un bable a otro y de uno a otro dialecto se haca, a pie o en bi- cicleta, con el "sentimiento Iingstico" de permanencia. La tarea de l 1ingista.historiador consista en reducir, remontndose en el tiempo tan atrs como le fuese posible, Ias diferencias a identidades.

    E s e n este contexto donde hay que situar, restituyndole su ca- rcter revolucionario. la afirmacin saussureana de que la lengua est hecha de oposiciones.

    Esta constatacin, sin embargo, no es que se caiga de su peso, y podemos preguntarnos si es posible, mientras permanezcamos en el plano de la "realidad", es decir, de la substancia fnica y de la articulacin individual y ocurrencid, concebir, por ejemplo, un fonema de otro modo que como un campo de dispersin compara- ble al del tiro de artillera; o. ms an, si es posible captar el ca. rcter discontinuo d e los hechos lingsticos si es posible decir

  • Semntica estructural de la lengua algo ms que el famoso tout se tient ("todo est nti- mamente relacionado") o bien tout est ans tout ("todo est en

    La nica manera d e abordar, e n el momento actual, el problema de la significacin consiste en afirmar la existencia d e discontinui.

    matemticas. Es, por consiguiente, una presuposicin que hay que verter en el inventario epistemolgico de los postulados no analizados.

    11. LA PRIMERA CONCEPCI~N DE LA ESTRUCTURA

    "toma forma" ante nosotros y para nosotros. Pero

  • IV. LAS ESlRUC7WRAS ELEMENTALES

    Este doble aspecto d e la relacin puede manifestarse en todas los niveles lingst~os.

    a) ca~retera naduml vs carretera comarcal pala va batcr;

    P) (b) sonoro vs ( 9 ) no moro, grande vs @que$ *.

    Los dos primeros ejemplos no presentan dificultades: cada tr. mino d e relacin posee, en efecto, dos elementos, el primero d e los cuales (carretera, ala) conjunta, mientras que el segundo ( n a i o d vs comarcal; p vs b) disjunta la estructura.

    Los dos ltimos ejemplos parecen ms delicados por el hecho mismo d e su simplicidad Si la existencia d e la d a c i n entre los dos trminos n o ofrece lugar a dudas, los dos aspectos d e Ia rela- cin -conjuntiva y disjuntiv- n o .son inmediatamente visibles.

    Designaremos a tal tipo d e relacin con el nombre d e estruce tura elemental. E n efecto, puesto que hemos convenido en que los tnninoscobjeto por si solos n o c d e v d n significacin, es al nivel d e las estructuras donde hay que buscar las unidades signifie cativas elementales, y n o al nivel d e los elementos. stos, ya sean

    N. del T.: Slo cnanda como en el presente caso, no haba ningn inconveniente en substituir los ejemplos franceses por ejemplos espaoles. nos hemos permitido la libertad de proceder a una substitucin. He aqu 10s ejemplos que en este p a j e nos ofrece el original:

    a) m& natianale vs routc dpartemenfufe, pas vs bar;

    $1 (b) vois vs non v&, grand vs pefif.

    Estructura elemental de la significacih 31 llamados signos, ya unidades constitutivas o monemas, no son sino algo secundario dentro del cuadro de la investigacin referente a la significacin. La lengua no es un sistema de signos, sino una trabazn -cuya economa est por determinar- de estructuras de significacin.

    V. LOS EJES SEMANTICOS

    I La estructura elemental hemos de buscarla, por tanto, no al ni. ve1 de la oposicin I i pala vs b&, sino al nivel de la de p vs b.

    Se admite el considerar que esta oposicin consiste en el carcter

    l sonoro vs no sonoro ! I I de 10s dos fonemas. ! Sin embargo, si estamos en condiciones de comparar -y luego

    de distinguir- p y b, es porque esos dos fonemas son comparables 1 o, dicho de otro m d o . porque su oposicin se sita en uno solo y el

    mismo eje, el de la sonoridad. El trmino sonoridad es tal vez ina. decuado, puesto que n o pone de relieve ms que la propiedad de

    I "sonoro" de uno de los dos trminos, relegando a la sombra al otro. Poco importa, por otra parte. Sabemos que se trata en este caso de una terminologa metalingistica, descriptiva, que podra reemplazarse, en ltimo trmino. por una notacin en letras o en

    , cifras. Lo que s es importante es la existencia de un punto de 1 vista nico, d e una dimensin en cuyo interior se manifiesta la

    oposicin. que se presenta bajo la forma de dos polos extremos de un mismo eje.

  • 32 Semntka estructural Lo mismo suceder en el plano sernntico, donde las oposiciones

    blanco vs negro, grande vs pequeo

    prmiten postular un punto de vista comn para ambos trminos, el de la ausencia de color en el primer caso, el de la medida del continuo en el segundo.

    P romemos dznominar eje. semntico a este comn denomina* dor de los dos t&inm, a este fondo del cual se destaca la articud lacin de la significacin. Vemos que el eje sernntico tiene como funcin la de subsumir, la de totalizar las articulaciones que Ie son inherentes.

    VI. LA RELACIdN

    A condicin d e poder hallar -o inventar- cada vez para el eje semntico la desominacin adecuada, podemos concebir una descripcin estructural de tipo relacional, que consistira en indicar, por una parte, los dos trminos de la relacin y, por otra, el con* tenido semntico d e sta. De este modo, designando A y B a !os tminosabjeto, y S al contenido semntico, podramos expresar la estructura del siguiente modo:

    A / est en relacin (S) con 1 B.

    La relacin entre A y B se descompone ya en: 1. Una secuencia "est en relacin con", que es una afirmad

    cin "abstracta" d e la existencia de la relacin (r) entre los dos trminos.

    2. El contenido semntico de la relacin (S), a1 que hemos designado precedentemente eje semntico.

    La frmula puede escribirse de modo ms simple: A 1 r (S) 1 B.

    Estructura elemental de la sigt~ijicain 33 Precisemos ahora el estatuto lingstico de cada uno d e los

    smbolos de la frmula. Es evidente que los trminos-objeto A y B pertenecen a la len.

    gua.objeto, al desarrollo mismo del discurso, y que son captados en e! acto de la percepcin. El eje senintico S es el resultado de la descripcin totalizante que. rene a la vez las semejanzas y diferend cias comunes a los trminos A y B ; S pertenece, por lo tanto, al metalenguaje semntico descriptivo. Por lo que se refiere a la rela* cin (r), la hemos presupuesto desde el comienzo de esta interpre- tacin; (r) pertenece, pues. al lenguaje metodolgico y slo puede analizarse a nivel epistemolgico.

    VII. LAS ARTICULACIONES SEMICAS

    Desde el momento en que aceptamos el considerar como meta. lingstico el contenido de la relacin -al que hemos designado mediante la letra S-, podemos analizar sin inquiet~id rnetodol,oica la expresin operacional del eje semntico e n tantos elementos de significacin como trminos-objeto diferentes hay implicados en la relacin, considerando a tales elementos como propiedades de estos trminos.

    Volviendo a considerar el ejemplo ya utilizado, el eje de sono. ridad (S) puede interpretarse como la relacin (r) entre el elemento sonoro (SI) y e1 elemento no sonoro (sz). En este caso, el trmino* objeto A (fonema b ) poseer la propiedad sr (sonoro), en tanto que el trmino#objeto B (fonema f i ) tendr como propiedad el elemento s2 (no sonoro) :

    b (sonoro) r P (no sonoro).

    10 cual no es ms que un caso particular de la frmula ms general:

  • 34 Semntica estructilral Esta frmula puede aplicarse desde este m-to 4 anlisis de

    cuaiquier relacin. As, la relacin entre dos tminoiobjeto: mujer r (sexo) hombre,

    puede traducine en mujer (femineidad) r hombre (masculinidad).

    h eieemntm d e significacin (SI, sn) as destacada ron desiga nados por R. Jakobson r a s ga distintiva y no wn, para l, sino la traduccin inglesa d e los elementos difrnnciales (lmnts diffren. tiels) de Saussure. Por afn d e simplicidad terminol,. 01ca p r o p nemos denominarlos semas.

    Vemos, por consiguiente. que un& estructura elemental captarse y d e h b i r s e ya sea bajo la forma de eje wmntic4 ya bajo la de articulacin smica.

    Hay que notar desde ahora que l a descripcin smica es, por lo que se refiere a rendimiento prctico. supr ior con mucho a] inventario de los ejes semntica y parece preferible por relacin a ste, segn el principio de simplicidad formulado por Hjelmdev. En efecto, tomando prestado del mismo R. Jakobson el ejemplo. vemos que la descripcin fonolgica del rabe clsico, con sus 26 fonemas, dara, segn los clculos de Cantineau. un repertorio de 325 oposiciones (se m t a en este caso de relaciones oposicionales n e descritas, ni siquiera bajo la forma de ejes).. La descripcin del rabe didectd d e la Palestina septentrional que powe 31 fonemar revela la existencia, en t ~ d , d e g oposiciones binarias. (Cf. R. Ja. kobson, "Mufaxxumd'. The Emphatic Phaemes in Arabic, en Studies presentad to J o s h ~ r d Whutmargh, La Haya. pgs. 105 1 '5.1

    Estructura elemental de la significacin 35

    VIII. LOS MODOS DE ARTICULACIdN SCMICA

    El problema del modo de existencia (o del modo de descripcin) d e las articulaciones smicas es uno de los ms contrwertidos por la lingstica de nuestros das.

    Para los partidarios del binarismo (lgico u operacional), tales como Jakob sa y sus discpulos, un eje semntica se articula en dos semas, que son designados, de un modo que se presta por otra parte a ambigedades, como

    marcado vs no marcado

    Pero, ya a este nivel, aparecen las diferencias de articulacin. As, en el caso de

    sonoro vs no sonoro.

    nos encontramos con un sema marcado (es decir, presente en uno de los dos polos), que se encuentra en relacin con el sema no marcado (ausente en el otro polo) :

    pero este esquema no se puede aplicar ya a la oposicin binaria hombre (masc.) vs niirjer (fern.),

    pues no basta con constatar la alisencia del sema "masculinidad" en el trmino-objeto mujer: este trmino posee como propio el sema "femineidad". La articulacin puede en tal caso expresarse neciiante

    S vs no s.

    Son estos dos tipos de articulaciones smicas los que admite principalmente Jakobscn.

  • $ 36 semntica estructural Estructura elemental & d dgnificdcin

    3 7 Sin embargo, en el caso d e la oposicin

    F, racterizados por cl del uno o del otro sema en el interior grandc vs pequeo,

    constatamos fcilmente la existencia de un tercer trmino.objeto, que es mediano.

    En la axiomtica de 1% estructuras elementales elaborada por V. Brgndd, este fenmeno puede interpretarse de la siguiente ma- q+xa: jos dos semas polares

    S vs no S,

    a 10s que Brcjndal designa positivo vs negativo,

    pueden aceptar un tercer sema, que se definir c m o n i S ni no S, y al que Brndal Ilamar neutro. La articulacin ser, por consi. guiente, del tipo

    positivo vs neutro vs negativo (grande) (meduno) (peque*)

    En otros casos, el sema intercalado puede aparecer como S y no S: tomar en este caso el nombre de complejo. As, en el ejemplo siguiente, la articulacin

    puede interprttarse como positivo vs complejo vs negativo

    (personul) (persona1 (no p e r s d ) e impersonal)

    Brndal examina a continuacin otros dos tipos de articulaciones dmicas posibles, el complejo positivo y el complejo negativo, cae

    del complejo stmico. Estas dos posiciones tericas -la d e Jakobson y la de Br0ndal-

    parecen a primera vista inconciliables. Su contradiccin, sin embar. go, es tan solo aparente, pues, en el fondo, slo la articulacin es compleja en la axiomtica de Brandal; el nmero de semas im. plicados en sta permanece constante. La estructura brandaliana es no menos binaria que la de Jakobson.

    Nos vemos obligados a introducir aqu. con anticipacin, la dis. tincin entre dos tipos diferentes de captacin y de conceptualiza. ciq de la significacin: la significacin coma inmanencia y la - significacin como manifestacin, para disipar la confusin que es intil mantener por.ms tiempo. La estructura elemental, consi* derada y descrita "en s", .es decir, fuera de cualquier contexto significante, slo puede ser binana, y ello no es as por razones tericas no elucidadas, que hay que remitir al nivel epistemolgico del lenguaje, sino en virtud del hecho del consenso actual de los lingistas. Dicha estructura se articula en dos semas

    S vs non S,

    y proponemos fijar su dehic in designndola mediante la expresin categora smica, que se emplea, hasta ahora, en competencia con eje semntico, pero que se revelar como ms precisa de ahora en adelante.

    Nos parece evidente, por otra parte, que n o es posible introdu- cir ni postular razonablemente, a este nivel, la existencia del trmino neutro d e Brgndal o del -S de Jakobson: la no existencia de un sema n o es un sema y slo cabe registrarla al nivel de la signifi* cacin manifestada, donde la existencia de dos contextos smicos idnticos y distintos puede interpretarse por la presencia, en el pri- mer contexto, del sema S, y por la ausencia, en el segundo con* texto, de ese mismo sema S, ausencia que cabe designar convencio.

  • 38 Semntica estructural nalmente mediante 0s. S e trata en este caso, por consiguiente, no ya d e la existencia d e los semas considerados como unidades d e significacin construidas a partir d e su estructura relacional, sino d e l a manifestacin d e los trminos smicos. que no deben ser con. I 'i fundidos con los sernas. Un cuadro d e correspondencias precisar ms esta distincin: i T&~MINOS S ~ W S SU C O ~ I D O SMIU)

    positivo S (presencia del sema S) negativo no s (presencia del s e m no S) neutro - S (ausencia de s y de no S) complejo s + no s (presencia de la categora semica S) NOTA : 'En el caso de la manifestacin del trmino smico compleja 10s

    dos semas presentes pueden hallarse, segn B ~ n d a l , ya sea en equilibrio, ya sea en relacin de predomifiio del uno por telaci6n al otro. Volveremos a ello mds adelante.

    Podemos igualmente intentar precisar la distincin entre cate. goras smicas y articulaciones smicas. n o ya al nivel epistemol. gico, sino al nivel d e los procedimientos d e descripcin : la descripc cin d e una articulacin smica es comparable al anlisis d e las distribuciones que tratara d e registrar los trminos smicos en los contextos smicos comparables. Pero, como en el caso del anlisis distribucional, esta bsqueda d e trminos smicos presupone lo que se busca: la no existencia del sema (-S) slo puede reconocerse si se ha considerado primeramente al sema S como existente; asimis- mo, el reconocimiento d e un trmino como complejo presupone el conocimiento d e la categora smica ya .analizada en semas disjuntos, pues, en caso contrario, e l trmino complejo n o se distinguira e n nada d e un sema simple cualquiera. Lo mal equivale a decir que la categora smica es anterior a su articulacin y que, si la descripcin parte del uiisis d e las articulaciones smicas, n o hace sino con. &mar o invalidar la existencia d e la; categora smica postulada

    Estmctura elemental -- de la significan'& p. 39 a p"&. La descripcin semntica es, segn decamos, la construc- cin de un metalenguaje.

    IX. FORMA Y SUBSTANCIA

    Este anlisis d e la relacin, considerada ya como eje semntico, ya en su articulacin en semas, trae aparejadas consecuencias que van, con mucho, ms all del deseo d e definir la estructura.

    Para demostrarlo, tomamos d e Hjelmslev (Prolegomena, p- gina 33) el ejemplo, hoy ya clsico, del espectro d e los colores. Este eje semntico -pues evidentemente es de eso d e lo que se trata- posee una gran generaldad: hasta tal punto es difcil imaginar una civilizacin acromtica que cabe afirmar que se encuentra en todas las lenguas naturales. La comparacin d e dos articulaciones smicas d e este eje -la inglesa y la galesa- est representada por el si* guiente cuadro:

    gwyrdd green

    , . ,, . _:. _ - :::

    ., .brown

    Estas articulaciones smicas diferentes - q u e caracterizan, por supuesto, n o slo al espectro d e los colores, sino a un gran nmero de ejes seminticos- no ron sino categorizaciones diferentes del mundo, que definen, en su especifidad, culturas y civi!izaciones. Por eso, n o hay por qu sorprenderse d e que Hjelmslev reserve para estas articulaciones del lenguaje el nombre de forma del contenido y designe a los ejes semnticos que las subsumen con el nombre d e substancia del contenido.

  • 4 0 Semntica estructurd Esta ltima nocin -substancia del contenido- requiere que

    la pecisemos un paco. Entenderemos -ya hemos insistido e n ello - anteriormente al hablar del eje semntico- q u e n o cabe acceder a I l I ]a substancia q i captarla si q o es con ayuda de una lexicalizacin

    1 que v. sita necesariamente en el interior del u I I ~ v ~ M s i~ i f ican te . \

    La substancia del contenido no debe, pues, considerarse como una realidad extralingstica, psquica o fsica, sino como l a manifestas cin lingstiia del contenido, situada a nivel distinto que la ' b

    -1 , , , forma.. .!I y*

    L a opmicin d e la forma y de la substmcia se hala, pa cohsis guiente. situada por entero en el interior del anlisis del contenido; n o es la oposicin del significante (forma) y del significado (conte* nido). tal y como quisiera hacrnoslo admitir uqa larga- tradicin - ~~ de l siglo XX. La f m a es tan significante como la substancia, y es asombroso que esta formulacin de Hjelmslev n o haya d i d o en- contrar hasta ahora la audiencia que merece.

    E n consecuencia, podemos decir que las articulaciones smicas d e una lengua constituyen su forma, mientras que el conjunto d e 1% ejes semnticos traducen su substancia. Sentado esto. la d e s cripcin d e todo conjunto significante postulado en el umbral d e u n

    - anlisis puede ser llevada a cabo en dos planos diferentes - e l plano .* , smico o formal y el plano semntico o substancial- y llevar a re*

    sult ados diferentes. N o hace falta aadir que forma y substancia n o son ms que

    dos conceptos opeatorios que dependen del nivel d e anlisis ele* gido: l o que denominaremos substancia a un cierto nivel podr ser analizado como forma a un nivel diferente.

    NOTA: Es aqu donde se justifica la introduccin del trmino categata smica, aplicado a un eje semntico de un tipo particular, aquel que cons- tituye la estructura como unidad mnima de significacin. Continuaremos empleando el trmino eje sem~tico e n su sentido o~eratorio d e "unidad de substancia del contenido articulada en estructura".

    Estructura elemental de la significacin 41

    X. SEMAS Y LEXEMAS

    Tras haber examinado la ,relacin que se identifica en el lmite ; con el concepto mismo de estructura, debemos tratar ahora de de. $ terminar el papel que cabe asignar, en la economa d e este con. 6 cepto, a los trminos-objeto, cuya existencia, al nivel d e la p r c e p i cin. hemos postulado al mismo tiempo que la d e la relacin. S Hemos visto que esta ltima poda analizarse en semas, a los F que hemos propuesto considerar como propiedades d e los trminw 1; - - ii objeto. La cuestin es. pues, la de saber qu sentido hay que atn. buir a la expresin

    S (es la propiedad de) A (femineidad) (m icje Y )

    B. Russell, al analizar los nombres propia, seala oportuna. mente que "el sentido comn considera que las cosas tienen cuali* dades, mas n o que se definan por esas cualidades" (Sienification

    . u , et vrit, pg. I 13). En dicha concepcin, la cosa es independiente d e sus propiedades: es la cosa en s, y como tal incognoscible:

    :: ningn anlisis de sus propiedades agotar jams su esencia. ; 4 La intencin d e describir las substancias (en el sentido no linc

    gstico d e este trmino) n o puede sino hacer imposible el conmi. ; miento. En efecto, como seala B. RusseU (ibid., pg. I rz), "si esto

    es rojo es una proposicin que asigna una cualidad a una substanc cia, y una substancia n c se define por la suma d e sus predicados, es

    . posible que esto y eso tengan exactamente los mismos predicados, sin que sean idnticos". El principio de identidad se vera de este modo nuevamente puesto en tela de juicio.

    Todo ello no hace sino confirmar nuestra repugnancia con res- pecto a una semntica que tuviera la pretensin d e describir la

  • AZ Semntica estructural "substancia psquica". Nos es forzoso, por consiguiente, permanecer e n el plano fenomenolgico, es decir, lingstico, y postular, con Russell, que las cualidades definen a las cosas, es decir, que el sema S es uno de los elementos que constituyen el trmino-objeto A, y que ste, al cabo de un anlisis exhaustivo, se define como la colec- cin de los semas SI, SZ, SJ, etc.

    N o nos queda ya sino restituir al trmino-objeto su nombre de lezema. ste pertenece a la lenguaaobjeto y se realiza en el d i 9 curso. Es, por consiguiente, la unidad lingstica de otro orden y n o debe incluirse en la definicin de la estructura elemental.

    XI. SEGUNDA DEFINICIN DE LA ESTRUCTURA

    Esta eliminacin de los trminoiobjeto (lexemas) de la defini- cin de la estructura exige un reajuste de sta. Teniendo en cuenta lo que precede, podemos decir que la estructura es el modo d e existencia de la significacin, caracterizado por la presencia de la relacin articulada entre dos semas. Las categoras srnicas, segn hemos visto, son inmanentes a la lengua-objeto, pero n o pueden formularse ms que fuera de ella.

    Esta definicin puede sorprender a primera vista; n o est, sin embargo, muy alejada si no de nuestros modos de pensar, al menos d e nuestro modo de operar. Cuando decimos, por ejemplo, que el francs posee tres mcdos: el imperativo, el indicativo y el s u b juntivo, constatamos simplemente que el eje mcdal del francs, expresado en dos semas S y no S, se articula as:

    imperativo indicativo subjuntivo vs VS

    S ni S ni no s no s

    Tal categora smica es inmanente a la lengua francesa: cada sema se realiza en ella en el interior de numerosos lexemas.

    Estructura elemental e la significacin 43 NOTA: Hay que sealar que en modo alguno nos hacemos responsables

    f de esta interpretacin de la categora del modo en francs.

    XII. LA TOTALIDAD Y LAS PARTES

    Tal concepcin de la estructura no parece todava enteramente sa'tisfactoria. Hemos tenido ya ocasin de insistir en el hecho de que el eje sernntico subsunie, en cierto m d o . los elementos s.

    b b micos que de l se desprenden analticamente. Ello equivale a decir que, por relacin a la totalidad que es una categora smica, los 1 semas pueden considerarse como sus partes. Parece, por consiguiente,

    indispensable el integrar esta relacin, que va de la totalidad es- tructural a sus unidades constitutivas e n la definicin misma de la estructura.

    b 1: Una actitud bastante paradjica puede constatarse, respecto a

    este tipo de relacin, entre los lingistas contemporneos Hjelmslev, por ejemplo, integra la relacin del t d o a las partes en su defi- nicin de la estructura ( P r o l e g m n a , pgs z o a r ) , sin que poda- mos ver, sin embargo, el puesto que le reserva en la economa de su teora lingstica. U n gramtico que tratara, como P. Imbs, de intrducir el concepto d e totalidad en su anlisis correra el riesgo, con razn o sin ella, de hacerse sospechoso de veleidades organi. cistas: ciertas disciplinas humansticas han abusado, en efecto, de tal manera del trmino totuiidad, considerado como concepto ex. plicativo de valor universal, que se ha hecho evidente su carcter mitificante.

    Para evitar esta clase de malentendidos y para economizar al mismo tiempo los tiles conceptuales, proponemos restringir tanto como sea posible esta definicin y considerar la relacin entre el sema y la categora smica a la cual pertenece el sema slo desde el punto de vista de la presuposicin lgica. Diremos que al lado de la

  • 44 Semntica estructural relacin antonmica -conjuncin y disjuncin- entre los semas de una misma categora, la estructura elemental de la significacin se define, adems, por la relaciil hiponmica entre cada uno d e los semas tomado individualmente y la categora smica entera.

    NOTA: La utilizacin operacional d e esta relacin puede exigir la intro. duccin del concepto de or ienthn: as, partiendo del sema, la relacin puede designarse hiponmica; partiendo de la categora, podr ser til d e s i p narla hipeonmici.

    Ntese desde ahora que es necesario reservar el trmino hiponimia para la relacin situada e n el i n t e r i ~ r de la estructura elemental: la misma rela. cin, considerada en s, es decir, como vinculadora de elementos smicos que no pertenecen a una sola y 11 categora, podr denominarse hipoldctica (y. even~ualmente, hipertdctica).

    Pensamos que tal conceptualizacin mnima nos permite ahorrarnos la nocin d e metonimia, que es difcil d e reducir a la univocidad.

    LENGUAJE Y DISCURSO

    i. SLGNIFICACIN Y COMUNICAClON

    Las estructuras de la significacin, tales y como acabamos de : , definirlas, se manifiestan (es decir, se ofrecen a nosotros durante el proceso de la percepcin) en la comunicacin. La comunicacin, en efecto, rene las condiciones de su manifestacin, ya que es en el acto de comunicacin, en el evento-comunicacin, donde el signi. ficado encuentra al significante.

    Esta juncin del significante y del significado -o del plano d la expresin y del plano del contenido, si adoptamos la terminolo- ga danesa- hace aparecer las unidades mnimas del discurso: el fonema y el lexema. En la manifestacin de bus "bajo", que sub. tiende la existencia no manifestada d e par "paso", se realiza la doble presuposicin del significante y del significado: para que b pueda ser reconocido como unidad discreta del significante, es nece. sario que su oposicin a p en el contexto bus vs pm sea reconocida como creadora d e una diferencia de sentid;; mas, para que bus sea reconocido como provisto de sentido, es necesario que previamente exista la oposicin b vs p.

    Sin embargo, esta constatacin -la de que el anlisis del signi- ficante es imposible sin referencia al significado, y viceversa- no

  • 46 .Yem'ntica estructural debe ser la ultima ratio de su acercamiento. Otras dos observaciones deben formularse y retenerse en esta ocasin: , 1. En primer lugar hay que constatar la ausencia de ixmiorfia

    i , i entre los dos planos del significante y del significado: las unidades . h l \

    1 ' de comunicacin de los dos planos no son equidimensionaies. No es ( \ un fonema lo que corresponde a un lexema, sino una combinacin

    I ! ' de fonemas. El anlisis de los d a planos debe reaiirarse, aunque 1 mediante los mismas mtodos, por sepando. y deber apuntar a

    establecer la existencia de los femas para el significante, y de .los \ semas para el significado, unidades mnimas de los dos planos del

    lenguaje. 2. El sentido que hacen aparecer las oposiciones fonolgicas

    constitutivas en el interior de unidades ms amplias slo es, mirn. dolo bien, un sentido negativo, una posibilidad de sentido. Expli- qumonos: si la oposicin bas vs pas atribuye a bus una apiencia de sentido, no d e m o s decir que, durante el proceso de comuni. cacin en que se sitan talas las opciones posibles entre lo que se manifestar y lo que quedar subentendido, la eleccin de bar, efectuada por el locutor (Le ciel est bar "el cielo est encapotado1'. Le plafond est bas "el techo es bajo"), se realiza, necesariamente, por la presencia obligante del lexema p a ~ o en relacin con l. Antes, por el contrario, la manifestacin de bas dejar relegado a la sombra a haut "alto" y no a pas "paso". Ello muestra ya con qu prudencia hay que manejar los conceptos tomados de dlcipli. nas paralelas a la lingstica, tales como la teora de la informacin, por ejemplo, pero que slo tratan los datos procedentes d e un significante transcodificado a partir de una lengua natural, y que, por ese hecho, pueden poner entre parntesis los problemas pri- meros de la significacin. (Pinsese, por ejemplo, en la correlacin significativa que se quiere establecer entre la longitud d e las pala. bras y la cantidad de informacin.)

    La juncin del significado y del significante, una vez realizada en la comunicacin, est, pues, destinada a ser disuelta desde el i n s

    b g u a j e y discurso 47 tante en que queremos hacer progresar, por poco que sea, el an- lisis de uno u otro plano del lenguaje. Lo que hay que retener de todo esto es la posibilidad y la necesidad de servirse del significado F a el estudio del significante y del signlcante para el del signi- ficado. Es ste, por otra parte, el papel que nosotros hemos asignado

    los tminosobjeto. .

    11. SISTEMAS SEMICOS

    Entenderemos, por consiguiente, que el sentido del lexema bas no surge por su oposicin a pm, tal y como la oposicin se realiza durante la comunicacin, que b u vs fia es una estructura discrimi. natoria, y no una estructura de significacin.

    Nos queda por preguntarnos por consiguiente: 1. Cmo se articulan, en conjuntos ms vastos, las estructuras

    elementales de la significacin que hemos estudiado precedente- mente.

    s. Cul es el estatuto de esas estructuras por relacin al plano de la manifestacin de los semas en que stos se realizan en lexe- mas y en combinaciones de lexemas, constituyendo as lo que se Uama generalmente el discurso.

    Vemos en primer lugar que, lejos de oponerse a pus, bus se opone, por el contrario a haut: la separacin diferencial entre bus y h u t existe en el plano del significante, pero no es reductible a las oposiciones fonolgicas como es el caso de bas vs p a .

    Suceder, por otra parte, siempre de este modo: el registro de las separaciones diferenciales al nivel de la expresin, por muy seguro y exhaustivo que sea, no constituir nunca sino un sistema de exclusiones y no aportar jams la menw indicacin acerca de la significacin. Dicho de otro m d o , las separaciones de significa. cin no se deducen a partir de las separaciones del significante, y la

  • .. -

    48 S~mntica estructural - descripcin semntica corresponde a una actividad metalingstica situada a un nivel diferente y que obedece a las leyes de la articu. lacin estructural d e la significacin, las cuales aparecen como c m titutivas de una especie d e lgica lingstica inmanente. La supe. rioridad de esa lgica en comparacin con c u a l q u i ~ otra lgica posible consiste simplemente en la posibilidad de veGficacin, es decir, en la posibilidad de poner en correlacin el sistema d e sig. nificacions positivas construido por el desciiptot con el sistema de exclusiones constituido g&cias al registro d e las separaciones del significante.

    Dicho 10 cual, n i que decir tiene que los ejemplos que nos ved remos precisados a introducir para 4 m . r nuestra reflexin pecarn todos ellos d e SU carcter arbitrario; debido a la ausencia de los Procedimientos d e verificacin. Las objeciones que cabe esperar en este campo sern, pues, legitimas la mayor parte d e las veces. Sin embargo, habiendo emprendido l a tarea de refiexionat acerca de las posibilidades d e la dekripcin semntica, nos hemos hallado ante una disyuntiva: era necesario o bien que nos concentrramos en 10s procedimientos d e descripcin de la significacin, c m riesgo de descuidar 10s procedimientos d e verificacin, o bien t r a t u de tranp , Poner, a ~ l i h d o l o s al campo semntica, los mtodos de registro de las posiciones fonolgicas. d e anlisis distribucional, etc., =omendo el riesgo, al mismo tiempo, d e olvidar d e paso l o esencial, es decir, las condiciones epistemolgicas generaies de una aximtica y de una