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contratiempo 25

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dossier [email protected] l a t i N i d a D www.revistacontratiempo.com 773.769.2923 1434 West Thorndale Avenue Chicago, IL 60660 mesa directiva corrección de pruebas deshoras: director ejecutivo consejo editorial Horóscopos 30 Doña Masas portada: jefe de redacción © contratiempo NFP Ana Luz Pérez Durán, Juan Mora, Francisco Piña, Julio Rangel, Febronio Zatarain o escribir a la dirección electrónica: fotografía diseño Sociedad moderna e individuo en Durkheim 29 Manuel Zataráin C.

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dossierEditorial 3

La lengua española de los Estados Unidos 4 Joaquín Garrido MedinaGloria Anzaldúa: Una nueva conciencia latina 5 Priscilla Archibald & Sandra María BenedetLa prensa hispana y la expansión del español

en los Estados Unidos 6 Alejandro EscalonaEl uso del español en La Raza 7 Jorge Mederos

La educación bilingüe y el plurilingüismo en los Estados Unidos: ¿Riqueza cultural o amenaza social? 8 Jaime J. Gelabert

De lo propio a lo otro 8 Josefina de AbadAlgunas consideraciones sobre el

teatro en español en Chicago 9 José Castro UriosteLa literatura en español en Chicago 10 Marc Zimmerman

El español en la televisión de los Estados Unidos 10 Vicente Serrano

l a t i N i d a DLos latinos de Cicero y Berwyn 11 Un reporte del Institute for Latino Studies

deshorasTangente; El indeciso; Desandar 14 Raúl Dorantes

Narciso; Las aguas; Comunión 15 Febronio ZatarainLas semillas 18 Ricardo Armijo

Pygmalión y Afrodita: La muerte del amor;El fuego de todos los fuegos;

La noche: Invención del hombre, el odio y el amor 20 León Leiva Gallardo

mirada cómplice Se acabó la magia de la agricultura 16 Delia Negro

tiempo extra El barrio y las políticas de identidad 21 Juan Mora Torres

"Obituario de una nación": Un examen historiográfico de Samuel P. Huntington 23 José Ángel Hernández

El valor y la piedad 24 Alejandro Pérez CervantesNaranjas quemadas 25 Érika Buchancow

Luis Ospina habla sobre el apogeo del documental 26 Julio RangelEspíritus, Santos y Santeros 27 Delia Negro

Penoso adiós al Papa 28 Iván TorrijosObituarios: Rodolfo “Corky” Gonzales,

Lalo Guerrero y Rigo Tovar 28 Juan Mora Torres, David Hidalgo y Tony Hernández

tiempo de sobra Sociedad moderna e individuo en Durkheim 29 Manuel Zataráin C.

Horóscopos 30 Doña Masas

mesa directivaFrances R. Aparicio, Gregory X. Gorman, Jochy Herrera, Francisco Moreno, Ana Luz Pérez Durán, Moira Pujols

director ejecutivoFrancisco Piña

consejo editorialAna Luz Pérez Durán, Juan Mora, Francisco Piña,

Julio Rangel, Febronio Zatarain

jefe de redacciónFebronio Zatarain

corrección de pruebasJulio Rangel

diseñoFrancisco Piña

portada:Giovanny Matallana: [email protected]

deshoras:Alejandro Pérez Cervantes

arteRicardo Santos Hernández

fotografíaJosé Guzmán, Lorena Ruiz

© contratiempo NFP773.769.2923

1434 West Thorndale Avenue Chicago, IL 60660

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El nuevo rostro de los Estados Unidos en Pilsen en el desfile del Día del Niño. José Guzmán

Editorial

Este mes de abril se cumplieron cuatrocientos años de la publicación de El Quijote.Se dice —con cierta razón— que en esta gran novela ya está dicho todo; tal vez poreso es imposible no caer en la tentación de explicar algunos de los problemas delmundo hispano de los Estados Unidos a partir de un pasaje o de una aventura vivi-da por el Caballero de la Triste Figura. El barbero y el cura de ese pueblo de LaMancha creyeron que si quemaban los libros de caballerías iban a devolverle eljuicio a Don Alonso Quijano, es decir, querían evitar a toda costa que Don Quijoteenderezara entuertos y llevara la justicia adonde ésta se requiriera.

Después de la publicación de El Quijote, se han dado otras quemas de libros conla idea de imponer sólo una visión. Dejemos de lado la Inquisición y el Santo Oficioy entremos de lleno a la Alemania del siglo XX, que fue testigo de la pira pública,hecha con miles de tomos de grandes pensadores del tamaño de Sigmund Freud,Bertolt Brecht y Albert Einstein. Y durante el periodo soviético, en el llamadoBloque del Este no se quemaron pero sí se destruyeron y se prohibieron infinidadde títulos. Ya en la década de los setenta, Augusto Pinochet, en Chile, ordena laquema de todos aquellos libros cuyos autores fueran considerados socialistas ocomunistas, o bien en aquellos en los que resaltara la palabra “revolución”. Ytodavía en este milenio a otro país latinoamericano, Cuba, se le sigue mutilandoculturalmente a través de la censura; como muestra un botón: el nombre y la obrade Guillermo Cabrera Infante, el único escritor cubano galardonado con el mayorreconocimiento de nuestra lengua, el Premio Cervantes, son completamentedesconocidos en la isla.

En los Estados unidos del siglo XX y de lo que va del XXI no ha habido quemani prohibición de libros. Pero sí han habido listas negras. La supuesta lucha contrael comunismo llevó a esta sociedad, a principios de los cincuenta, a apoyar las ideasrepresivas del senador Joseph McCarthy, quien propuso la elaboración de una listade escritores, actores, directores, activistas, etc., de los que se tuviera ciertasospecha.

En la actualidad, los Estados Unidos ha entrado en una nueva lucha: la guerracontra el terrorismo. Y en esa supuesta lucha muchos políticos e intelectuales hanconfundido a los inmigrantes latinoamericanos, y a la cultura hispana en su conjun-to, con la amenaza real que representa el terrorismo. En este año, en los EstadosUnidos no se están quemando “libros de caballería”: se quiere quemar a toda unacultura. Samuel P. Huntington —uno de los teóricos que más influencia tienen enla clase política y en los medios de información de este país— ha señalado que notiene nada en contra del color de la piel sino de las ideas. Y al decir ideas se refiereespecíficamente al bagaje cultural que sustenta a los cerca de 40 millones de his-panos o latinos que vivimos en los Estados Unidos. Huntington, acaso sin pensar-lo, cae en la misma actitud del barbero y el cura de La Mancha al considerar quetodo inmigrante que llega a este país debe adquirir sólo una manera de ver elmundo. Este académico nos exige que dejemos atrás la lengua, el imaginario ytodas las tradiciones que inevitablemente se vinieron con nosotros, con la finalidadde que nos asimilemos a lo que él cree que es la visión única en los Estados Unidos:la angloprotestante. Huntington pretende no saber que los Estados Unidos es hoypor hoy el tercer país de habla hispana en el mundo, después de México yColombia; y que después del inglés, el español es la segunda lengua de importan-cia comercial en el mundo.

Los prejuicios de Huntington no sólo le han hecho perder perspectiva política y económica; también ha perdido la visión de pensador; pues se ha olvidado que el hombre libre deja de serlo cuando se asimila. El hombre libre simplemente asi-mila.

Por desgracia, las ideas de Huntington —expuesta en “El reto hispano” hace unaño— han salido del mundo de la academia y se han esparcido, con un rostro mástenebroso, en el terreno político y en el de los medios así como en el de la sociedadcivil. En el Congreso, por ejemplo, ahora se analiza la posibilidad de aprobar laReal I.D. Act, que propone, entre otras cosas, el negar la expedición de licencias deconducir o cualquier tipo de identificación oficial a los inmigrantes indocumenta-dos; asimismo, en la Cámara Baja, más de una decena de representantes ha pro-

y El QuijoteGuerra cultural

puesto una reforma a la Ley de Inmigración para que sólosean ciudadanos aquellos niños que nazcan en este país depadres estadounidenses. A nivel estatal, cabe mencionar uncaso: el último de Arizona, donde se está proponiendo eli-minar todo tipo de servicio público en español, es decir, quetanto en forma escrita como oral quede proscrita la lengua deCervantes.

En los noticieros de cable, Samuel P. Huntington tambiénha tenido su influencia. Los conductores Bill O'reilly, JoeScarborough y Lou Dobbs, de las cadenas Fox, NBC y CNNrespectivamente han difundido la falsa idea de que los terro-ristas, los narcotraficantes y los inmigrantes indocumentadosse ubican en el mismo plano. También quieren que la socie-dad civil se crea la gran mentira de que los latinoamericanoshemos venido para aprovecharnos de los beneficios delEstado. Todos ellos hicieron caso omiso del reportaje publi-cado en The New York Times el 5 de abril, donde se comprue-ba que los inmigrantes sin documentos aportan tan sólo alfondo del Seguro Social siete mil millones de dólares cadaaño, de los que no recibirán ningún tipo de beneficio.

En este mes de abril también nos enteramos de que casimedio millar de ciudadanos estadounidenses, llamados a símismos “Minuteman”, se trasladaron a la frontera entre Ari-zona y México para detener a los latinoamericanos —en sumayoría, mexicanos— que intentaban entrar ilegalmente alos Estados Unidos. Este grupo obviamente no se proponíaparar de cabo a rabo la inmigración ilegal, pues eso impli-caría un golpe muy serio a la economía de este país y al bol-sillo de ellos mismos. Los “Minuteman” se proponían másbien atizar la hoguera en la que se pretende quemar a la cul-tura hispana.

La andanada que se ha soltado en los Congresos (Federaly algunos estatales), en los medios de comunicación y entrela sociedad civil, no corresponde a casos aislados; son caba-llos desbocados que forman parte del mismo tropel, pues laguerra que intentan librar todos ellos en el fondo no es decarácter económico sino cultural. No es contra nuestros bra-zos; es contra nuestra forma de ver la vida.

Hitler consideraba que todo hombre de razón debía tenercomo marco de pensamiento el discurso de su partido; lomismo se puede decir de Stalin, Pinochet y Castro. La so-ciedad estadounidense —que a partir del movimiento lidera-do por Martin Luther King Jr. se reafirma por la apertura antela diversidad— desafortunadamente está tomando comoideólogo a Samuel P. Huntington, que si bien no quema li-bros ha sembrado ya la semilla para que esta sociedad quemetoda expresión cultural que no corresponda a la angloprotes-tante.

Ante estas agresiones, los latinos e hispanoamericanosque radicamos en este país no nos hemos quedado con losbrazos cruzados. Los ejemplos son muchos. Simplementecabe mencionar que en el mes de mayo, el colectivo que pro-duce contratiempo, junto con la Universidad DePaul, elMexican Fine Arts Center Museum y otras instituciones, ce-lebrarán y analizarán la presencia de la lengua de Don Mi-guel de Cervantes Saavedra en los Estados Unidos, la mismalengua que le sirvió de arma a Don Quijote para enderezarentuertos.

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El entusiasmo por la creciente presencia del español en los EstadosUnidos es contagioso, especialmente fuera de los Estados Unidos.Veamos dos ejemplos. El pasado 13 de abril, el diario de economía ynegocios Portafolio, de Bogotá, publicaba el siguiente titular: “Elespañol desplazará al inglés como idioma más hablado en E.U.” Lanoticia, firmada por la agencia española Efe, mencionaba además que“en Estados Unidos hay alrededor de 35 millones de hispanohablantes,de los cuales un 65 por ciento es de origen mexicano, un 14 por cien-to de Centro y Suramérica, un 10 por ciento de Puerto Rico y un 11 porciento de Cuba”. El 24 de abril pasado, un asesor del gobierno español,diplomático y escritor, Eduardo Garrigues, titulaba su artículo EEUUhabla español (en el periódico español El Mundo). El profesor españolJuan Ramón Lodares, cuya reciente pérdida nos abruma, escribía haceun año en “Las cifras de las letras”, publicado en el diario madrileñoEl País: “se calcula que en el año 2050 Estados Unidos será el primerpaís hispanohablante del mundo”.

Por esas fechas también publicaba el profesor de Harvard SamuelHuntington su profecía: “Spanish is joining [English ...] as the lan-guage of the United States. If this trend continues, the cultural divisionbetween Hispanics and Anglos could replace the racial divisionbetween blacks and whites as the most serious cleavage in U.S. socie-ty” [El español se une al inglés como la lengua de los Estados Unidos.Si continúa esta tendencia, la división cultural entre hispanos y anglospodría sustituir la división racial entre negros y blancos como la másseria ruptura en la sociedad de los Estados Unidos].

La realidad es otra. Los hispanohablantes aprenden el inglés, y elespañol no es la lengua de los 35 millones de hispanos del censo delaño 2000, sino la lengua que usan en casa 28 millones de hablantes.En 1990, según el censo estadounidense, hablaba español en casa un7.52 % (17 millones); en el año 2000 era un 10.71%, es decir, 28 mi-llones. En esos diez años, la población de hispanos pasó del 9.1% al12.5% (es decir, aumentó un 57.9%), mientras que los hablantes deespañol en casa aumentaron un 42.42%. En 2003 eran ya 40 milloneslos hispanos: ¿Cuántos de los 103 millones de hispanos estimados parael 2050 lo hablarán en casa?

Hablarlo en casa no es usarlo como lengua de comunicación públi-

Joaquín Garrido Medina

ca. Sin embargo, crece el número de periódicos enespañol, de programas de radio, y la televisión en es-pañol cuenta con importantes cadenas. Hace tresaños, el titular en primera plana de USA Today decía,en español: “Si usted no habla español, puede que-darse rezagado”. A continuación añadía la traducciónentre paréntesis: “If you don’t speak Spanish, youmight be left behind”.

Aumenta la población hispanohablante, y se a-fianza la importancia de un grupo propio dentro de lacomunidad estadounidense, la comunidad “hispana”,“hispánica”, “latina”, o “Hispanic”, “Hispano”,“Latin”, “Latino”, entre otros, en inglés. Es cada vezmás importante como grupo económico, político ycultural. Un ejemplo reciente, que se añade a los dela pasada campaña presidencial: en la víspera de laelección del nuevo Papa, el arzobispo de Santa Fe,en Nuevo México, Michael J. Sheehan, hablaba enespañol en la cadena Univisión.

Un factor fundamental en la presencia del españolen los Estados Unidos es el incremento de la estrecharelación con México, que no sólo es país vecino sinopaís presente dentro del país. Entre las importantescomunidades de origen portorriqueño, cubano, do-minicano, y en general latinoamericano, es la mexi-cana la más numerosa. De los 30.5 millones de esta-dounidenses nacidos fuera del país, cerca del 29%,es decir, 8.8 millones, provienen de México (segúndatos de la “Encuesta Suplementaria del Censo2000”). El Servicio de Naturalización e Inmigraciónestimaba hace dos años en unos 7 millones el núme-ro de inmigrantes sin documentación, y otras institu-ciones aumentan ahora la cifra a 10 millones, deellos más de la mitad mexicanos. El crecimiento dela población de origen hispanohablante ha sido ysigue siendo muy considerable, y el factor funda-mental de este crecimiento es la inmigración mexi-cana.

Es también muy importante el uso de la lenguaespañola, especialmente por los jóvenes. Insistamosen los datos anteriores. En el censo del año 2000,entre los hablantes de español en casa, los dos terciosde los jóvenes de cinco a diecisiete años hablan inglésmuy bien, frente a la mitad del grupo de 18 a 64 años.Esta diferencia en el uso del inglés indica la tenden-cia: los jóvenes que declaran hablar muy bien elinglés son más numerosos que los mayores. En pala-bras de la profesora chilena afincada en Los Ángeles,Carmen Silva-Corvalán: “Es obvio que el uso delespañol declina a través de las generaciones” (en Lasituación del español en Estados Unidos, publicadoen el Anuario del Instituto Cervantes del año 2000).

Hay pues la diferencia entre los jóvenes hispanos,ya completamente anglohablantes, que añaden elespañol a su inglés, y los adultos hispanohablantes,que están adaptándose más o menos a la sociedadanglohablante, también en su propio español. Estosdos procesos, y sus casos intermedios, reciben amenudo el nombre de espanglish. Entre los angloha-blantes, la introducción de expresiones en español esmuestra de identidad de grupo y de actitud positivahacia el español. Entre los hispanohablantes, la pre-sencia del inglés en su discurso en español es instru-mento e índice de su proceso de integración. El span-glish es malo para algunos (Huntington titula“Spanglish” el apartado de su The Hispanic Challen-ge publicado en Foreign Policy) y magnífico para o-tros: “la creación de una nueva lengua estadouni-dense”, subtitula el profesor de Amherst Ilans Stavanssu libro Spanglish: The Making of a New AmericanLanguage. Como recuerda el profesor de la CityUniversity de Nueva York, Ricardo Otheguy (en suponencia Simplificación y adaptación en el español deNueva York, del congreso de la lengua celebrado enValladolid en 2001), se trata de “adaptación lingüísti-ca y social”. En los dos grupos, anglohablantes e his-panohablantes, ocurre la adaptación a la sociedad an-glohablante, pero con presencia creciente del español.

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La otra gran cuestión es la enseñanza. Por un lado, laenseñanza de la lengua española al público en generalaumenta exponencialmente. Además, entidades españo-las y mexicanas, como el Instituto Cervantes y la Uni-versidad Nacional Autónoma de México, están uniendosus esfuerzos en difundir la lengua y acreditar susconocimientos. Por el otro lado, en el sistema de ense-ñanza primaria y secundaria la situación está cambian-do: de un modelo bilingüe, destinado a pasar desde elespañol al inglés, se cambia a un modelo dual, deenseñanza en las dos lenguas. Los niños hispanoha-blantes, en este modelo, adquieren el inglés, y los an-glohablantes, el español. En el sistema universitario, lalengua española es la primera extranjera, y crecen losprogramas de enseñanza del español como lengua deherencia.

Sin embargo, el español está ausente de la enseñan-za universitaria y de gran parte de la restante comolengua en que se enseña y se aprende, y hay decididosopositores e importantes obstáculos para que llegue aserlo algún día. Con todo, como observa el profesor dela Universidad de Alcalá y director del InstitutoCervantes de Chicago Francisco Moreno en Mediaslenguas e identidad (ponencia del congreso de la lenguacelebrado en Rosario el año pasado), en los EstadosUnidos “el español no es una lengua más: su implan-tación social va creciendo, su prestigio continúa eleván-dose y su uso diversificándose”. Este uso comprendetambién el “lengua de conocimiento y cultura”, según lodenomina María Jesús Criado en su informe al RealInstituto Elcano de abril de 2005, titulado España y loshispanos: una relación por construir.

En el número de marzo de 2005 de la revista de laAcademia Norteamericana de la Lengua, Glosas,escribe Frank Gómez un artículo titulado “¿Desapare-cerá el español en EE. UU.?” Su respuesta es que no,aunque cita la encuesta del Pew Hispanic Center de2002: “la segunda generación es mayormente bilingüe,mientras que la tercera y posteriores hablan principal-mente el inglés”. Está más de acuerdo con el futuro queya es presente para Marcela Miguel Berland, quien en larevista Hispanic de septiembre de 2004 llama a la nuevageneración de hispanos “bi-bi”, bilingüe y bicultural.

No podemos profetizar el futuro, pero sí plantearnosun doble objetivo para el futuro del español: que ser his-pano suponga cada vez más ser hispanohablante, y queel español se difunda como segunda lengua entre otrosgrupos culturales y políticos de los Estados Unidos demanera generalizada. Para ello, todos los que disfruta-mos la lengua española debemos continuar difundién-dola juntos y haciendo posible que cada vez la disfrutemás gente. México está especialmente llamado a estatarea, con el apoyo de todos los demás.

“Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien losantiguos pusieron nombre de dorados”, escribe Cervan-tes en el Quijote (2, 11), cuya primera parte cumple aho-ra cuatrocientos años. Hagamos de esta también unaedad dichosa y dorada, en que la lengua española, juntocon la inglesa y las otras todas, nos sirvan para enten-dernos, en Estados Unidos y en todas partes.

Joaquín Garrido inaugurará el Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Jueves 12 de mayo, 6:00 P.M.

Centro Museo de Bellas Artes Mexicanas1852 W. 18th St.

Chicago, IL 60608Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Joaquín Garrido Medina es catedrático de lengua españolaen la Universidad Complutense de Madrid. Dirige elInstituto Cervantes de Albuquerque.

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Gloria Anzaldúa:Una nueva conciencia latina

En la década de los ochenta, Gloria Anzaldúa escribió y coeditó doslibros considerados hitos dentro de la literatura latina y feminista. Coneste puente que se llama mi espalda: Escritos de mujeres de color radi-cales, que publicara en 1981 junto con Cherrie Moraga, expresa unaidentidad latina inclusiva y dota de un foro a las mujeres de color. EnBorderlands/La Frontera: The New Mestiza, que salió a luz en 1987,Anzaldúa establece un nuevo paradigma de identidad dando carácterlegítimo a las lenguas e idiosincrasias de la frontera mexico-esta-dounidense. Su Borderlands/La Frontera jugó un papel decisivo, quizásmás que ninguna otra obra publicada, en la creación de un nuevo campoacadémico que conocemos ahora como estudios fronterizos. Es así co-mo Borderlands/La Frontera, aunque fundamental para una nueva con-ciencia latina, al igual que Este puente se adoptan como un mapa másgenérico para experimentar las realidades híbridas y alternativas sexua-les vinculadas a la postmodernidad.

El prematuro fallecimiento de Anzaldúa en 2004, a la edad de 61 a-ños, nos induce a reflexionar sobre la influencia y el impacto de su obra;retrospectiva sumamente acertada en vista del desafío que implica y lasgratificaciones que ofrece el navegar por ese panorama cultural cadavez más globalizado de Chicago. Las observaciones de Anzaldúa sobreel idioma coinciden con una serie de acontecimientos celebrados en a-ños recientes como el “Coloquio de la lengua: El español en los EstadosUnidos”, conferencia organizada por contratiempo y dos simposiossobre bilingüismo patrocinados por el Instituto Cervantes de Chicago:“La lengua española en los medios de comunicación” y “La enseñanzabilingüe en Estados Unidos”, en 2002 y 2003 respectivamente.

En un capítulo clave de Borderlands/La Frontera, “How to Tame aWild Tongue,” Anzaldúa explica cómo se desvía el habla de los chi-canos de la frontera de “las reglas de la academia”. Con su glorificacióndel spanglish, al que llama “terrorismo lingüístico”, término queadquiere singular relevancia dado el lenguaje político actual, refuta losrígidos criterios lingüísticos con la anarquía de una “lengua viva”. Aldefender enfáticamente su interpretación de que no hay cultura mono-lingüe, Anzaldúa no critica sólo a la política lingüística estadounidensesino también a los puristas hispanohablantes. Independientemente de laopinión que tengamos sobre los méritos del spanglish u otras lenguashíbridas, la posición de Anzaldúa ha tenido un efecto irreversible; por e-jemplo, es difícil concebir que el Diccionario de Spanglish de Ilan Sta-vans haya podido publicarse en 2003 sin la contribución efectuada porAnzaldúa. Uno se pregunta si los escritos de Anzaldúa llegarán a ser tancanónicos como los de Mariano Azuela y su polémica exploración dellenguaje popular mexicano en su obra Los de abajo, novela por exce-lencia de la revolución mexicana.

Es en estas obras pioneras que Anzaldúa sustituye la lógica de la pu-reza con la lógica de la frontera (ya sea geográfica, cultural, sexual oespiritual) y nos enseña a “balancear culturas”, a cómo ser “india en unacultura mexicana, y mexicana desde una perspectiva anglosajona” (79,Borderlands/La Frontera). Y es gracias a su pluralidad que la “nuevamestiza” de Anzaldúa “no sólo es capaz de mantener contradicciones,sino también de ir más allá de la ambivalencia”. (79)

Este puente fue bien transitado. Además de generar una plataformapara las mujeres de color cuyas experiencias habían pasado desa-percibidas por el movimiento feminista blanco, el libro dio voz a alter-nativas sexuales silenciadas por las culturas dominantes, refutandoespecíficamente el personaje masculino con el que se identificaba elmovimiento chicano, e igualmente, quizás de manera menos evidente,

Priscilla Archibald y Sandra María Benedet

propició una latinidad más amplia que tras-cendió los confines de una identidad exclusi-vamente chicana.

Anzaldúa, sin embargo, no es la postmo-dernista que todos pensamos. Mientras ponebajo escrutinio la lógica nacionalista de la uni-dad, paralelamente mitifica Aztlán, la patriachicana evocada por los escritores desde losaños sesenta, creando un nuevo léxico de dio-sas e iconos femeninos culturales, y es a travésde la protagonista de la “nueva mestiza” queredefine la épica chicana desde un punto devista feminista.

Así como la niñez y la adolescencia deAnzaldúa en el suroeste de Texas son piezasesenciales para el desenvolvimiento de su his-toria, es igualmente importante recalcar que suobra se publicó en San Francisco en una épocadurante la cual se vivía un renacimiento cul-tural en esa parte del país, impulsado por elmovimiento feminista y un creciente interésen la cultura latina entre el público en general.No obstante, a pesar del entusiasmo y los inne-gables logros de esos vertiginosos años, ladesventaja de la marginación económica, co-mo muchos californianos bien lo saben, puedederrumbar cualquier poder cultural. Mientrasen Chicago los latinos debaten la relevanciadel español en los Estados Unidos, sería con-veniente que no se limitasen sólo a explotar elcaudal de su geografía cultural específica —fronteras de latinos, polacos, afro-ameri-canos, italianos, irlandeses, entre otros— sinotambién el rico pasado obrero que siempre ca-racterizó a la ciudad.

Priscilla Archibald será moderadora del panel dedicado a las artes en español en el

Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Viernes 13 de mayo a las 10:00 A.M.DePaul University (Lincoln Park Campus)

2250 N. Sheffield, Student Center Room 220Chicago, IL 60614

Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Priscilla Archibald recibió su doctorado deStanford University y ahora enseña en RooseveltUniversity.

Sandra María Benedet es profesora de español enNorthwestern University.

Traducción: Luisa Oblitas-Feuerstein

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Alejandro Escalona

Los medios de comunicación en español juegan un papel clave en el pro-ceso de expansión de nuestra lengua en Estados Unidos. En la última déca-da, la prensa en español ha experimentado un avance considerable. Eldenominado auge de las publicaciones en español se debe a la sana compe-tencia en un mercado cuyo crecimiento lo alimenta el constante flujo deinmigrantes hispanohablantes, sobre todo mexicanos. En la actualidad,varias de las principales ciudades norteamericanas con una población his-pana importante cuentan con un diario en español. Asimismo el número derevistas y semanarios en español que se publican —o distribuyen— en estepaís continúa aumentando. Se calcula que circulan en el país 1,500 mediosimpresos en español con una periodicidad y calidad diversa. La televisióny la radio en español también han experimentado un crecimiento asom-broso en los pasados diez años. Univisión supera frecuentemente en ratingsa las cadenas estadounidenses. Estaciones de radio de Los Ángeles, NuevaYork, Chicago y Miami tienen más audiencia que sus contrapartes anglo-sajonas.

Las salas de redacción de los medios hispanos son la punta de lanza deesta inexorable expansión del español en Estados Unidos. Los reporteros yeditores de los diversos diarios, semanarios, estaciones de radio y canalesde televisión en español trabajan día a día en las trincheras de una luchahistórica por la continuidad de nuestro idioma en este país. El resultadopodría ser una respuesta definitiva a la pregunta célebre que nos planteóJosé Martí sobre si terminaremos hablando inglés en América Latina.Como están las cosas, es más probable que nuestros nietos nacidos enEstados Unidos sean bilingües. No por nada el profesor de Harvard, Sa-muel P. Huntington, teme que la continua inmigración de hispanos acabepor imponer el español como una lengua tan usada o más que el inglés.

Reporteros, redactores, correctores y editores de los medios hispanos enEstados Unidos enfrentan un reto único al realizar sus labores profesio-nales. Como en contadas partes del mundo, el periodista que trabaja paraun medio en español en este país enfrenta diariamente la ardua tarea demaniobrar en dos idiomas. Debe hablar y entender suficientemente inglésy escribir bien en español. Es a un tiempo intérprete, traductor y escritorbajo el rigor de la hora de cierre; sobre todo si labora en un diario. Dehecho, un reportero hispanoamericano que no sepa inglés no podría hacerun trabajo efectivo en un medio hispano de los Estados Unidos. El ingléses la materia prima con que trabaja el periodista hispano. Conferencias deprensa, comunicados, estudios, entrevistas con fuentes gubernamentales,políticas, académicas, científicas son en su mayoría en inglés. En losmedios hispanos, un reportero debe ser capaz de manejar todo tipo de infor-mación en inglés y escribir una nota en español correctamente. Es comúnver a reporteros y editores hacer una entrevista por teléfono en inglés altiempo que vacían la información en español.

En ninguna otra parte del mundo, un periodista hispanohablante está enpermanente contacto con el inglés como lo está cuando trabaja para unmedio hispano en Estados Unidos. Esta realidad profesional tiene unimpacto negativo en la calidad de la redacción. Errores de traducción,abuso de anglicismos, sintaxis viciada, son el reflejo de esta permanentecoexistencia con el inglés.

El otro reto para el periodista hispano es la diversidad lingüística de lacomunidad hispanohablante. Un reportero en un medio hispano escribepara un público de nacionalidades varias. La información que se publica otransmite debe ser entendible por mexicanos, guatemaltecos, ecuatorianos,españoles, cubanos, argentinos, colombianos. El español debe ser universalsin estar carente de regionalismos que añaden color a la redacción.

Hoy es el primer diario en español de Estados Unidos con una auténticaredacción nacional distribuida en tres de las principales ciudades del país.Nuestro equipo editorial produce tres ediciones diarias con contenido par-ticular a cada ciudad así como nacional e internacional. Para ello, contamoscon periodistas de prácticamente todos los países de América Latina y tam-

bién de España. En la redacción conviven y traba-jan mexicanos, peruanos, uruguayos, venezola-nos, dominicanos, cubanos, puertorriqueños,salvadoreños, españoles, colombianos, argenti-nos, chilenos. Esta diversidad contribuye a que elespañol que se publica sea entendible para todohispanohablante con la excepción de algunas ex-presiones o modismos propios de cada mercado.El diálogo constante sobre cuestiones del idiomaes enriquecedor y contribuye a una redacciónaccesible a un mercado diverso.

En ese sentido, la Asociación Nacional de Pe-riodistas Hispanos ha dado un paso importantecon la publicación el año pasado del Manual deEstilo para los medios en español de Estados Uni-dos. Este es el primer manual elaborado por y paraperiodistas que trabajamos en los medios hispanosen este país cuyos retos profesionales son diferen-tes a los de un profesional de medios de cualquierpaís iberoamericano. En Hoy, recurrimos tambiéna manuales de estilo de diarios publicados en otrospaíses. Estamos asimismo elaborando nuestropropio manual que abordará no sólo cuestionesrelacionadas al lenguaje, sino también temas fun-damentales como la ética periodística. Estos es-fuerzos confirman que los medios hispanos avan-zan hacia una mayor profesionalización que setraduce en una mejor calidad en el producto. Losmedios de comunicación en español continuaránjugando un papel fundamental en la expansión del

La prensa hispana y la expansióndel español en los Estados Unidos

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español en este país. Somos la continuación, contodas nuestras virtudes y fallas, de la presencia decasi cinco siglos de nuestro idioma en territoriode lo que ahora es Estados Unidos.

Alejandro Escalona participará en el panel dedicado a la prensa en español en el

Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Viernes 13 de mayo a las 2:00 P.M.DePaul University (Lincoln Park Campus)

2250 N. Sheffield, Student Center 102Chicago, IL 60614

Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Alejandro Escalona es editor en jefe del diario Hoy-Chicago.

Un “Mexican curios” en la calle Veintiséis. Foto: Lorena Ruíz

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Jorge Mederos

En el oficio de escribir y editar periódicos, mis colegas deben tener mil conse-jos o anécdotas sobre la complejidad de manejar la sala de redacción de un pe-riódico, especialmente en los Estados Unidos.

Los periodistas no solamente tienen que escribir bien, sino en un lenguajeneutro que sea accesible a nuestra amplia comunidad hispana.

Seguramente muchos de ellos coincidirán que la buena redacción tiene un20% de instinto, 20% de alma, sentimiento, pasión y sensibilidad; 10% de expe-riencia y 50% de muchas ganas.

Al orientar al cuerpo de redactores uno puede estar tentado a dar direccionespara evitar que una simple noticia sea complicada por su redacción.

La redacción periodística debe ser breve, concisa, sencilla y rápida. Paralograrlo, escriba párrafos cortos, vaya al grano de inmediato, utilice palabrasactivas; seleccione detalles, no los registre como si fuera una secretaria.

Evite el uso de adjetivos, gerundios y cláusulas dependientes. Use el qué,quién, cómo, cuándo y porqué.

No distorsione los hechos, casi nunca utilice el yo y sobre todo, no despe-dace la nota al punto de obligar al lector a buscar por todos lados las ideas queusted intenta presentar.

En los manuales de estilo se sugiere escribir con sentido de la historia y aquíviene a colación un viejo chiste del periodismo: un reportero cubrió una inun-dación y empezó su nota describiendo a Dios parado en unas montañas, viendolos estragos causados por el agua. Su jefe, después de leerla, le dijo al reportero:“Olvídese de la inundación. Consiga una entrevista con Dios”.

Todo esto forma parte de las reglas generales de una redacción, pero el temaes mucho más complicado porque se trata de escribir en español en EstadosUnidos y debemos buscar un lenguaje claro, simple, de uso general, que evitelos extranjerismos.

No solamente hay que tener en cuenta la diversidad del español que semaneja en este país, sino además las influencias tanto lingüísticas como cultura-les de nuestra gran comunidad.

Un periódico como La Raza, que fue fundado hace 34 años por un puertorri-queño, se convirtió luego en un medio de orientación latinoamericana y a lolargo de todos estos años ha tenido que adaptarse a los requerimientos de suslectores.

Durante 20 años su propietario y editor general fue un uruguayo, Luis Rossi,y en la jefatura de redacción se sucedieron latinos de distintos orígenes, entreellos uruguayos, por supuesto.

Pero a pesar de la población mayoritariamente mexicana que tenemos entrenuestros lectores, siempre hemos tratado de atender de la mejor manera lasnecesidades de los “otros latinos”, como puertorriqueños, centro y sudameri-canos.

Esta variedad de orígenes ha generado interminables discusiones en la tomade decisiones de tipo terminológico, tanto a la hora de redactar un texto comode traducirlo al español para su uso en los Estados Unidos.

De esta forma, cuando nos enfrentamos a términos como “autobús”, encon-tramos entre otras versiones “camión” (México), “guagua” (Cuba, Puerto Ri-co), “buseta” (Colombia), “micro” (Chile), “colectivo” (Argentina, Venezuela)u “ómnibus” (Uruguay).

La “chamarra” mexicana se llama “chompa” en Colombia y Ecuador, “cha-queta” en Panamá, Venezuela y Paraguay; “casaca” en Chile y Perú, o “campe-ra” en Argentina y Uruguay.

Lo mismo ocurre con la “manta” española, que es “cobija” en Colombia,Honduras y Ecuador; frazada en Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Uruguay;“cobertor” en México, o “frisa” en Puerto Rico y la República Dominicana.

El “carro” puede ser también “coche” o “auto”, y el “volante” de ese vehícu-lo también es conocido como “timón”, “dirección”, “manubrio”, “guía” o “ma-nivela”.

Ya que estamos en el automóvil, dependiendo del país de origen de nuestroslectores la “placa” puede ser además “matrícula”, “chapa”, “patente” o inclusi-ve “tablilla”, como se le conoce en Puerto Rico.

El uso del español enñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ

Aún así, hay veces que se justifica el uso de unregionalismo y para ello utilizamos las comillas.Después de todo, la ventaja de contar con unaredacción internacional y redactores mexicanos,peruanos o uruguayos tiene su sabor y a menudo,bien dosificados, esos giros idiomáticos puedenagregarle un toque especial a nuestras historias.

La prensa escrita y audiovisual tiene una granresponsabilidad en el futuro de la lengua españo-la. La mayor parte de la gente que habla o leeespañol en los Estados Unidos y no tiene unaseguridad absoluta en su uso, toma como modeloo ejemplo el español que ve escrito en diarios yrevistas o escucha en la radio y televisión. Sesupone que quienes trabajamos en los mediosestamos preparados para esa tarea educativa, yeso agrega más peso a la responsabilidad.

Jorge Mederos participará en el panel dedicado a la prensa en español en el

Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Viernes 13 de mayo a las 2:00 P.M.DePaul University (Lincoln Park Campus)

2250 N. Sheffield, Student Center 102Chicago, IL 60614

Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Jorge Mederos es jefe de redacción del semanario La Raza de Chicago.

En La Raza y las redacciones en general, losredactores y editores se sirven de instrumentosvariados para realizar un buen manejo del idioma,desde manuales de estilo a diccionarios, búsque-da de recursos en internet o consultas entre co-legas.

La búsqueda continua de la depuración idio-mática, evitando el sabor propio del redactor quepuede provenir de cualquiera de esos países ysabe que tiene que evitar los regionalismos, nosconduce hacia el uso de un español “genérico,neutro o internacional”.

Escribir en español, o traducir del inglés alespañol teniendo en cuenta el mercado hispano,no es tarea fácil. A pesar de nuestros orígenes yregionalismos, todos nos enfrentamos a la necesi-dad de comunicar en forma correcta y eficaz, sal-vando estos obstáculos en la medida de lo po-sible.

Tenemos que buscar un español común parallegar a todos los que reciben la información quepublicamos, y ésta es una búsqueda interminable,porque implica renunciar a los modismos, dialec-tos y características particulares de cada comu-nidad.

En La Raza tenemos un supervisor idiomáticocon muchos años de experiencia y aprendizajesobre el uso que le damos a la lengua en este país,y con un ojo entrenado para evitar que escribamosnoticias cargadas de palabras que el lector puedano entender.

Niños peruanos en el desfile del Día del Niño en Pilsen. Foto: José Guzmán

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Jaime J. Gelabert

Josefina de Abad

Pocos temas suscitan tanta controversia en la opinión pública estadounidense como laeducación bilingüe y el plurilingüismo. Como ocurre en muchos temas sociolingüísticos(Ebonics, Spanglish, estatus de oficialidad del inglés) es prácticamente imposible sepa-rar los factores socioeconómicos, políticos —y en este caso étnicos— de los puramentelingüísticos. En mi ponencia analizaré la retórica de los grupos de opinión críticos haciael plurilingüismo en general y la educación bilingüe en particular. Dentro del marco teóri-co del análisis crítico del discurso, en consonancia con los postulados de Van Dijk,Fairclough o Wodak, y la lingüística del corpus, la ponencia demuestra que los críticos ala educación bilingüe están más interesados en aspectos económicos y políticos que en lapretendida integración de los inmigrantes recientes. Por un lado, se demostrará que elapoyo a la oficialidad del inglés vulnera los derechos lingüísticos de las minorías de CLE(Competencia Limitada en Inglés), y por otro lado se expondrá el dilema (filosófico peroesencialmente pragmático) de preservar las culturas, tradiciones y religiones de los inmi-grantes al mismo tiempo que se impide la conservación y desarrollo de otras lenguas queno sean el inglés.

Debido a que los sectores críticos hacia la educación bilingüe son percibidos comopoco sensibles a las realidades multiétnicas de la sociedad norteamericana, especialmentepor la comunidad académica, estos grupos han aprovechado la capacidad de difusión deinternet para dar voz a sus preocupaciones. De este modo, tales críticas aparecen en pági-nas web independientes, o asociadas a grupos de pensamiento (think tanks) de corte con-servador, o bien a lobbys que promueven la declaración del inglés como lengua oficial anivel federal. A pesar de que muchos de estos foros argumentan que este paso legislativoayudaría a la integración lingüística y cultural de los inmigrantes recién llegados, unanálisis detallado de este tipo de discurso revela otras motivaciones bien distintas. Así, seaboga por el cese de la financiación estatal a la educación bilingüe basándose en el altoíndice de abandono escolar entre la comunidad hispana, sin entrar en análisis detalladosdel tipo de instrucción proporcionado a los escolares ni la adecuación de estos programasa las realidades de las regiones del país donde más controversia han provocado (NuevaYork y California).

Como conclusión, se verá que la educación bilingüe y el plurilingüismo reciben losmismos epítetos connotativos usados con frecuencia por los medios de comunicaciónmás conservadores, englobados a su vez en lenguaje metafórico que augura una descom-posición progresiva del tejido social norteamericano de permitirse un mayor desarrollode las iniciativas pro-plurilingües.

Jaime J. Gelabert participará en el panel dedicado a la educación bilingüe en el Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Sábado 12 de mayo a las 10:00 A.M.DePaul University (Lincoln Park Campus)802 W. Belden, McGaw Hall Room 312

Chicago, IL 60614Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Jaime J. Gelabert es nativo de España. En la actualidad es profesor en Loyola University Chica-go. Sus áreas de investigación son el lenguaje político, el lenguaje no verbal, la adquisición yenseñanza del español y el análisis del discurso.

El estupendo Paolo Cherchi, profesor de italiano de la Universidad de Chicago, me pre-guntó en más de una oportunidad por qué los hispanoamericanos teníamos tanta“obsesión” con el tema de la identidad. Nunca dejó de hallarme desprevenida la aparenteinocencia de la pregunta ya que ésta me llevaba a confrontar la posibilidad de que otrasculturas hubieran resuelto satisfactoriamente la interrogante ¿quiénes somos? sin el es-pectro de ambiguas emociones que recorren las voces de Bolívar, Bello, Martí u OctavioPaz, entre otros.

Que a su vez, identidad e idioma estén profundamente ligados añadía, añade una va-riante en Hispanoamérica que hubo de reiterar esa ambigüedad en la oscilación entre elpapel secundario asignado al castellano por las élites de los siglos 19 y principios del 20;la búsqueda del espacio indígena en José María Arguedas; el deconstruccionismo corta-zariano metanovelando a Galdós en Rayuela; y la admiración y amor que en la voz deNeruda parecen rescatar a la lengua de un código cultural insatisfactorio en: “se llevarontodo, nos dejaron todo: nos dejaron las palabras”.

Aunque la lengua no genera la identidad, ejerce en la mayoría de los casos un papelpreponderante en la formación de los códigos culturales nacionales. La historia contem-poránea así lo muestra con claridad tras la desaparición de los imperialismos y la desin-

ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ

La educación bilingüe

De lo propio a lo otro

¿Riqueza cultural o amenaza social?

y el plurilingüismoen los Estados Unidos:

Celebración del Día del Niño en Pilsen, Chicago. Foto: José Guzmán

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José Castro Urioste

El desarrollo del teatro latino en los Estados Unidos se ha venido pro-duciendo tanto en español como en inglés. En ambas vertientes se hanrepresentado imágenes y tópicos comunes: la visión sobre el territorioque se dejó, la cuestión de la migración, el conflicto entre culturas. Seha buscado así —o se busca— construir en ambas lenguas una identi-dad latina en los Estados Unidos que más que estar definida, pareceencontrarse en proceso de gestación.

No se puede afirmar, sin embargo, que las dos vertientes funcionenidénticamente. Entre las diferencias que se pueden establecer existeuna que me interesa enfatizar. En el caso del teatro latino en inglés, ésteparece tener la posibilidad de incorporarse al canon norteamericano y,al obtener un lugar, refuerza la imagen de la sociedad estadounidensecomo una de carácter multicultural. El teatro hecho en español en losEstados Unidos, precisamente por razones lingüísticas, queda en losmárgenes (o completamente fuera) del desarrollo teatral norteameri-cano: no se encuentra en antologías, no es candidato a reconocimien-tos (premios, o menciones honoríficas, por ejemplo), ni es estudiado enlos departamentos de teatro. Es más, por estar hecho en otra lengua, enciertas ocasiones es visto con determinado recelo a nivel estético. Detodos lados, es poco lo que se conoce de este teatro en los países dehabla hispana.

Mi propósito, en este caso, no pretende establecer una serie de res-puestas sobre el teatro en español en los Estados Unidos, sino, muy porel contrario, busca plantear ciertas preguntas. Asimismo, me centraréen la producción teatral en español que se viene realizando en Chicago,dejando de lado el movimiento teatral que realiza también en nuestralengua en otras ciudades norteamericanas.

La primera hipótesis es que en algunas de las obras producidas enChicago se representa a un sujeto cuya voz es negada, pero al mismotiempo, este sujeto insiste en ser oído con el propósito de demostrar suexistencia. Estas obras han sido producidas por la Compañía TeatroAguijón de Chicago, Cuerda Floja, Repertorio Latino Theater Com-pany. Tengo la impresión queeste tipo de representaciónpodría estar relacionado conel lugar que el teatro latinoocupa dentro del contexto deChicago: en otras palabras,como una voz que es ignora-da (o limitada al estereotipode lo latino) pero que exigeun lugar (y por consiguientela existencia) en el desarrollodel teatro de esta ciudad.

La segunda pregunta serelaciona con la construcciónde ciertos personajes y la re-presentación de ciertas cos-tumbres que, al igual que de-terminada literatura latino-americana del siglo XIX, seplasman con el propósito dereferirse a una identidad co-lectiva, y en este caso especí-

fico, a la identidad latina. Pienso, por ejemplo, en lareelaboración del personaje de don Juan, o del pa-chuco, en otras ocasiones.

La tercera pregunta está relacionada con el textoteatral. Éste, definitivamente, no se limita a la dra-maturgia, sino que lo constituye la confluencia delenguajes que se plasman en la puesta en escena.Aunque resulte obvio indicarlo, la puesta en escenaes producto de una tarea colectiva. Sin embargo, loque resulta particular a ella en el caso del teatro enespañol en los Estados Unidos, es que allí partici-pan y concurren trabajadores teatrales de distintasnacionalidades de América Latina junto con aque-llos formados en este país pero con raíces latino-mericanas.De este modo, el texto teatral se transfor-ma no sólo en una confluencia de distintos sistemassemióticos (luces, música, movimiento actoral, entreotros), sino también en una interacción de diversasidentidades latinoamericanas, lo cual, tal vez, podríaestar generando una identidad pan-étnica.

José Castro Urioste participará en el panel dedicadoa las artes en español en el

Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Viernes 13 de mayo a las 10:00 A.M.DePaul University (Lincoln Park Campus)

2250 N. Sheffield, Student Center Room 220Chicago, IL 60614

Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

José Castro Urioste es narrador y dramaturgo, autor dela novela ¿Y tú qué has hecho? Es profesor de literaturahispanoamericana en Purdue University Calumet.

Algunas consideraciones

en español en Chicagosobre el teatro

Al son que me toques, Lorca de Laura Crote montada en Meztli, 2004. Foto: José Guzmán

tegración del bloque soviético. En la redefiniciónactual de Europa las lenguas “indígenas” o regio-nales cumplen un papel decisivo. Sin necesidad deacudir a casos más lejanos recordemos la frac-turación lingüística de la madre patria que nos hace,por contraste, admirar la lozanía del castellano enHispanoamérica o la supervivencia deliciosa del la-dino en los diversos lugares del globo en donde seasientan las comunidades sefardíes incluyendo elIsrael actual, que ve el triunfo de la telenovela enespañol y el interés creciente por la lengua de Cer-vantes “…por su capacidad para expresar senti-mientos. Y también por su elegancia, romanticismoy sobre todo calidez”, según un sitio pertenecientea la Organización Sionista Mundial .

Y es que “la lengua española no sustenta ningu-na ilusión de unidad política sino la mayor diversi-dad cultural moderna” sostiene agudamente JulioOrtega, para agregar luego que: “Nunca como hoyel español se habla de tantos modos distintos, nosólo en España, que todavía es la mayor pruebacontra la homogeneización compulsiva; y no sola-mente en América Latina, donde todos los días lenace una nueva palabra al idioma español; sinotambién en los mismos Estados Unidos, donde elespañol demuestra una vocación de futuro capaz derehacer el mapa cultural con su fuerza migratoria.En Estados Unidos el español es un principio dediversidad inclusiva, de dialogismo persuasivo”.

Lejos, ya muy lejos de su función como instru-mento colonial, el español emerge con enormevitalidad en el siglo XXI como vehículo culturaldesinteresado y plenamente abierto. Es a través del“dialogismo persuasivo” señalado por Ortega queel hispanohablante en los Estados unidos no niegaal inglés ni mucho menos lo ve como un adversario.Por el contrario, el hispano pretende instalarse en élarrastrando consigo el mundo rico de su lengua ini-cial sin resignarse a una “adaptación” que mutileese su ser que está imbricado en la lengua.

En San Agustín, nuestra pequeña universidadbilingüe, los que creamos los cursos de español y decultura creemos firmemente en que sólo a través delconocimiento de lo propio se puede avanzar haciael conocimiento del otro. Debido al carácter univer-sal de nuestra cultura, de la cual el idioma es unexponente, vemos en el inglés otro compañero en laeterna búsqueda del ser humano de la palabra y porla palabra. Es por eso que consideramos esencial elaprendizaje serio, profundo del código cultural his-panoamericano. Contrariamente al temor de Sa-muel Huntington, la coexistencia con la otra Amé-rica en su total plenitud (y esto incluye la lengua)sólo podrá redondear, completar la misión del nue-vo mundo en la historia.

Josefina de Abad participará en el panel dedicado a la educación bilingüe en el

Coloquio de la lengua: El español en los Estados Unidos

Sábado 12 de mayo a las 10:00 A.M.DePaul University (Lincoln Park Campus)802 W. Belden, McGaw Hall Room 312

Chicago, IL 60614Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Josefina de Abad nacida en Buenos Aires. Estudió enArgentina y en España, y recibió su doctorado en laUniversidad de Chicago. Es directora del Programa deEspañol en St. Agustine College, en Chicago.

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Vicente Serrano

Quienes nos dedicamos a la labor informativa en televisiónen los Estados Unidos definitivamente vivimos en la líneade fuego. Es una verdadera encrucijada, pues ya no sólotenemos que preocuparnos de investigar, analizar y repor-tar los hechos, sino además nos han orillado a decidircuidadosamente cómo transmitimos nuestros mensajes. Nome refiero a la línea editorial o las reglas éticas universalesdel periodismo, sino al uso del español correcto. Ojo, al usocorrecto del español y al uso del español correcto.

Es en este país en donde se desarrolla un fenómeno úni-co en el mundo y en el que, nos guste aceptarlo o no, no-sotros estamos quedando atrapados entre la espada y la pa-red. En los Estados Unidos crece a pasos agigantados unacomunidad que no habla exclusivamente español en su vidadiaria, pero que a la vez tampoco se ha decidido a hablarcien por ciento inglés. En otras palabras, ni español niinglés sino todo lo contrario. Los jóvenes que nacieron enlos Estados Unidos de padres latinos y los nacidos enLatinoamérica pero criados y estudiados de este lado de lafrontera, irónicamente son el sector de la sociedad másatractivo para los ejecutivos de las televisoras que buscanser los reyes del rating y de los anunciantes que sueltan losbilletes con tal de vender su producto. Estos jóvenes quemuchas veces prefieren ver la televisión en inglés, pero quele cambian a un canal en español cuando el tema es lo sufi-cientemente atractivo para ellos. Los jóvenes hispano-esta-dounidenses se están convirtiendo en el blanco. Los ejem-plos son muchos, cada vez son más comunes los comer-ciales en los que se utiliza el spanglish para atraer a losjóvenes; incluso ya hay una cadena de televisión que le haentrado de lleno al mercado hispano-estadounidense:Mun2.

Si bien es cierto que la gran mayoría de mis colegasestará de acuerdo en admitir que los que trabajamos en tele-visión llevamos al hombro una responsabilidad profesio-nal, moral y social de transmitir el mensaje apegados a lasreglas del español hablado y escrito, también lo es el quenos veamos forzados a caminar por un campo minado re-presentado por los límites de lo correcto, lo permitido y lonecesario para que nues-tro mensaje sea escuchadoy consumido ¿Cómo de-bemos entender esta si-tuación?

Vivimos un momentohistórico en un país únicoen el que el caso “hispa-no-estadounidense” es es-pecial. En ese mismo con-texto es de suma impor-tancia que valoremos losaciertos y reconozcamoslos errores que estamoscometiendo pues el tiem-po no se detiene y la histo-ria nos pasará la facturatarde o temprano.

No hay vuelta de hoja,el español es uno solo: elque utilizó Cervantes, el

que maneja García Márquez y el que tene-mos la obligación de enseñar a las futurasgeneraciones. Conste que no quiero que seperciba que estoy peleado con el spang-lish, solo que como dijo un día el maestroOctavio Paz, “El spanglish no es ni buenoni malo sino espantoso”. Y no porque queel spanglish sea la mezcla de dos idiomasy al final ni termina siendo uno o el otro,sino porque creo que es en los EstadosUnidos donde el español enfrenta la guerramás dura. Y en esta guerra, los que traba-jamos en televisión debemos de entenderla misión porque somos parte del puñadode soldados. No cometamos el error dedejar que el español resulte herido por elfuego amigo. Podríamos estar checando“al aire”, que el espanich que estamosusando para escribir los scripts no tengasentencias horrendas como la que estoydiciendo. Al final ésta es sólo mi opinión yésa es punto y aparte.

Vicente Serrano participará en el panel dedicado a los medios electrónicos enespañol en el Coloquio de la lengua:

El español en los Estados UnidosSábado 12 de mayo a las 2:00 P.M.

DePaul University (Lincoln Park Campus)802 W. Belden, McGaw Hall Room 312

Chicago, IL 60614Información:

(773) 325-7320 o (312) 479-1969

Vicente Serrano es conductor del NoticieroTelemundo Chicago.

El español en la televisiónñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ ñ

Noticiero Telemundo Chicago. Foto: José Guzmán

de Estados Unidos

Marc Zimmerman

En mi onencia abordaré el tema de la larga tradición de la literatura enespañol en el Medio Oeste de los Estados Unidos, y más específicamenteen Chicago. Es una expresión de los grupos de inmigrantes mexicanosmotivados por lo acontecido sobre todo en sus países de origen a lo largodel siglo XX, en contraste con la literatura que surgió en el territorio queun día fuera el noroeste de México (literatura de un doble proceso colo-nial) y con la literatura latina de Nueva York.

En la literatura que se ha dado en Chicago, se destacan tres grupos: 1) la expresión pionera mexicana, que se valió de la literatura popular(corridos, poesía declamatoria, etc.); 2) la expresión literaria de los hijos,que se da principalmente en inglés y desde la perspectiva que se reconocecomo una minoría de los Estados Unidos y como parte de la clase traba-jadora; en este grupo se encuentran los escritores más famosos, SandraCisneros, entre ellos; y 3) la expresión de los inmigrantes que han esta-do llegando desde la década de los setenta y que son parte del “braindrain”, es decir, de la migración expandida debido a la crisis económicagenerada por la globalización así como la implantación de políticasneoliberales.

Así que la literatura latinoamericana de Chicago no es una literaturacolonial ni de minorías precisamente, sino de exilio. Sus escritores, porlo general, forman parte de una clase media educada (aunque frecuente-mente se ubiquen en empleos que no corresponden al nivel de su edu-cación) y su literatura no apela a lo que se considera “de minoría”. Es,cabe agregar, una literatura desafiante y arriesgada...

Una vertiente de escritores de este tercer grupo tiende a seguir mode-los que responden a la tradición literaria latinoamericana, que los lleva acaer muchas veces en la nostalgia, pues plasman los mundos que per-dieron cuando tuvieron que emigrar. Piénsese en el grupo de la revistaTres Américas: Alejandro Ferrer, Mario Andino, Kerlow, Reyes, etc.

En este mismo tercer grupo se encuentran los latinos más jóvenes quehan fundado publicación tras publicación, desde Fe de erratas hasta con-tratiempo, con la intención de difundir su producción en la comunidady obtener cierto renombre como colectivo de vanguardia intelectual.

Estas dos vertientes del tercer grupo fueron el objeto de estudio delprofesor John Barry, quien logró trazar un esbozo histórico de cada unay quien supo analizar sus características y explorar sus posibles aportesy limitaciones.

Marc Zimmerman participará en el panel dedicado a las artes en español en el

Coloquio de la lengua: El español en los Estados UnidosViernes 13 de mayo a las 10:00 A.M.

DePaul University (Lincoln Park Campus)2250 N. Sheffield, Student Center Room 220

Chicago, IL 60614Información: (773) 325-7320 o (312) 479-1969

Marc Zimmerman es el director de Departamento de Lenguas Modernas yClásicas de la Universidad de Houston. Es autor de U.S. Latino Literature,Globalización, nación y (post)modernidad: Estudios culturales puertorriqueñosy Las ciudades latinoamericanas en el nuevo [des]orden munidal, entre otraspublicaciones.

La literatura en

en Chicagoen español

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El recibimiento de los inmigrantes mexicanosLa inmigración mexicana es uno de los factores más importantes en el cam-biante panorama demográfico de los Estados Unidos. Cada año miles demexicanos emigran legalmente a los Estados Unidos (132,000 en 1998), almismo tiempo que muchos otros lo hacen ilegalmente. Solamente en 1998,Illinois recibió a 10,127 inmigrantes mexicanos legales y se convirtió en eltercer estado que recibe a más inmigrantes legales mexicanos, después deCalifornia y Texas. El área metropolitana de Chicago fue segunda después de Los Ángeles en 1998.

Existe una variedad de factores que se combinan para crear la mobiliza-ción a gran escala de mexicanos hacia los Estados Unidos y Chicago. Lascondiciones económicas en México han sido difíciles para muchas familiasdurante generaciones, y las condiciones en importantes sectores económicoshan empeorado en años recientes. El Tratado de Libre Comercio, por ejem-plo, ha puesto a los productores mexicanos de granos en una posición degran desventaja frente a la competencia estadounidense y ha reducido las o-portunidades de empleo en las áreas rurales. México tiene aproximadamente102 millones de habitantes dentro de la república y por lo menos 8 millones depersonas nacidas en México viven en los Estados Unidos (uno de cada diez).

Asímismo, la diferencia entre los salarios pagados en los Estados Unidosy en México es abismal; un trabajador mexicano gana de ocho a diez vecesmás en los Estados Unidos que en México. La economía estadounidense hadesarrollado un gran número de ocupaciones que no requieren de muchahabilidad, que no pagan mucho y que no son atractivas para los estadouni-denses, pero sí para los mexicanos. En años recientes Estados Unidos ha sufrido de escasez de mano de obra, y Alan Greenspan ha expresado su pre-ocupación de que la estabilidad económica del país se vería amenazada si se les negara el permiso de trabajo a un número suficiente de trabajadoresextranjeros.

El crecimiento de la población mexicana se ha dado de una manera dife-rente en Chicago que en otras partes del país. Es más probable que el inmi-grante mexicano y el mexico-americano del área de Chicago trabaje en unafábrica que el que vive en el suroeste de la nación, donde la agricultura superaa los sectores industriales y de servicios. La discriminación institucionalizada yla actitud negativa de los blancos hacia los mexicanos ha sido menor en el áreade Chicago, quizá debido al menor número de inmigrantes. Texas y California,por ejemplo, tienden a segregar a las comunidades mexicanas. En décadas re-cientes, una reacción generalizada a la inmigración ocasionó que Californiaaprobara un referendo English Only en 1986 que estipulaba la exclusividad delinglés en cuestiones gubernamentales. En 1994 California votó por la Propo-sición 187, la cual niega un gran número de servicios del gobierno a los inmi-grantes indocumentados. California también aprobó un referendo público quele pone fin a la educación bilingüe en ese estado. Esto no quiere decir que losmexicanos hayan sido siempre tratados bien en el área de Chicago, pero hastala última década la población no había alcanzado la alta visibilidad que existeen California, Texas y otros estados. Eso ya está empezando a cambiar, loslatinos se han convertido en una gran parte de la población del área. Los su-burbios de Berwyn y Cicero, donde la población latina ha aumentado dramá-ticamente, son ejemplos clásicos de los cambios que están se están dando.

El crecimiento de la población latina en Berwyn y CiceroEl Censo de 2000 reflejó que de los 85,616 habitantes de Cicero, 66,299 (77%)eran latinos. Esta comunidad ha crecido significativamente, pues en 1970 sólose contaron 890 personas. Para 1980 el número de latinos había aumentado a 5,271, y en 1990 había 24,931. El crecimiento de la población latina entre1980 y 2000 fue del 1,158%, un promedio del 57%.

De acuerdo al Censo de 2000, Berwyn tenía entonces 54,016 habitantes,con 20,543 latinos (38%), y en el de 1970 eran 660; en 1980 subió a 1,128;

y en 1990 eran 3,573. El crecimiento total de 1980 y 2000 fue del 1,212%, un promedio del 86% anual.

La población de latinos en Berwyn y Cicero esahora de 62%.

La expansión de la población latina en Berwyn yCicero se ha dado en forma de abanico, originándo-se en los vecindarios de Grant Works y Hawthorne,en las áreas noreste y este respectivamente.

Al expandirse la población latina hacia el oeste yel sur en Berwyn y Cicero, la población no latina hadisminuido en la misma dirección. Muchos de loshogares blancos no-latinos en Berwyn y Cicero sonhabitados por ancianos mientras que otros tienenrelativamente un promedio bajo de niños. Las fami-lias latinas son en general más numerosas. Por estarazón, al mudarse un mayor número de latinos aBerwyn y Cicero, la población total aumentó.

Status Socioeconómico LatinoPara describir las características de la comunidadhemos utilizado los datos recolectados por el Centrode Información Metropolitano de Chicago (Metro-politan Chicago Information Center), pues los datosdel Censo de 2000 no estaban disponibles. Los si-guientes son algunos datos importantes:

La edad promedio de la población latina es 35 años, y la de los no-latinos 45.

Sólo el 52% de los latinos cuentan con unaeducación de high school, en los no-latinos es de un 86%.

El 46% de los latinos carecen de seguro mé-dico, y en los no-latinos es de un 10%.

BilingüismoEl idioma español es omnipresente en las comuni-dades latinas. El uso tan generalizado del españolcuestiona el hecho de que los inmigrantes latinosestén aprendiendo inglés a la velocidad adecuada y de que los niños latinos nacidos en los EstadosUnidos sean calificados anglo o hispanohablantes.

El Censo de 1990 mostró que el 15.6% de la po-blación latina en el área metropolitana de Chicagohablaba solamente inglés, mientras que el 25.4%hablaba muy poco o nada de inglés. La gran mayo-ría, el 59% eran bilingües. El bilingüismo es lanorma entre los latinos.

Dichas estadísticas también afirman que a loslatinos se les puede tratar de vender un producto encualquiera de los dos idiomas. Si un comerciantequiere anunciarse entre la clase media y la clase baja latina, es más conveniente que lo haga enespañol. Esto explica en parte la abundancia derótulos en español en los vecindarios latinos.

Un reporte del Instituto de Estudios Latinos

Los latinos de Cicero y Berwyn

Bienvenidos al mundo de los dulces en la Cermak Road, Chicago. Foto: Lorena Ruíz

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Aunque también es cierto que la mayoría de los comerciantesen estas áreas son inmigrantes que hablan español.

Los hijos de los inmigrantes latinos nacidos en losEstados Unidos frecuentemente crecen hablando español y aprenden inglés al interactuar en un círculo social másamplio. Una vez se le pidió a un grupo de estudiantes latinosen una escuela pública de Chicago que levantaran la mano sihablaban español. Todos la levantaron. Luego se les pidióque mantuvieran la mano levantada si hablaban español consus abuelos. Casi todos la mantuvieron levantadas. Despuésse les pidió que dejaran la mano levantada si hablaban espa-ñol con sus hermanos. Casi todos la bajaron. Se concluyó que el español es el idioma que se usa en la casa con la gentemayor, pero la atracción del inglés es muy fuerte y relativa-mente todos los latinos aprenden eventualmente inglés.

El censo sacó las mismas conclusiones con respecto a losinmigrantes. De los inmigrantes latinos residentes de Illinoisen 1990, el 43.4% de los que llegaron en los últimos diezaños hablaban inglés por lo menos “bien”. Pero el 65.4% delos que llegaron de 10 a 20 años antes hablaban inglés, asícomo el 72.2% de los que tienen más de 20 años aquí. Estodemuestra que hay entre los inmigrantes una adquisición progresiva del inglés.

La adquisición del inglés se puede realizar a diferentes rit-mos. La educación bilingüe para los niños (estipulada porley) y las clases de inglés para adultos ayudan a los indivi-duos a aprender con una mayor rapidez que los que limitansu aprendizaje a situaciones casuales, como el parque de jue-gos y el lugar de trabajo.

Inmigración y migraciónNo todos los latinos en el área de Chicago son inmigrantes.Aunque muchos sí lo son, y la inmigración juega un papelmuy importante en la experiencia latina por lo que es nece-sario hablar del proceso de migración en cualquier discusiónsobre los latinos. Un estudio sobre la población actual con-ducido por el Departamento de Comercio de los EstadosUnidos reporta que el 52% de los habitantes de Illinois deorigen mexicano son nativos y el 48% son nacidos en el ex-tranjero. Si aplicáramos esta misma proporción a las pobla-ciones de Berwyn y Cicero nos daría un resultado de 45,000latinos nacidos en los Estados Unidos y 42,000 latinos naci-dos en otros países. Las estimaciones hechas a nivel nacionalsobre la cantidad de indocumentados sugiere que éstos repre-sentan el 28% del total de personas nacidas en el extranjero.(En el caso de los inmigrantes mexicanos el porcentaje es sin duda mayor). Eso sugiere que por lo menos hay 12,000inmigrantes indocumentados viviendo en el área de Berwyn y Cicero.

El inmigrante llega a los Estados Unidos de cuatro mane-

ras: como inmigrante legal, como visitante temporal (comoturista o estudiante), como inmigrante indocumentado, o co-mo refugiado o asilado. (Muchos inmigrantes legales entra-ron a los Estados Unidos originalmente como visitantes tem-porales). Muy pocos inmigrantes en el área de Berwyn yCicero son refugiados o asilados.

Se inmigra legalmente a los Estados Unidos de dos for-mas: solicitando una visa de inmigrante en un consuladoamericano en el extranjero para entrar a los Estados Unidosdespués de haber recibido la visa; el otro modo es entrar a losEstados Unidos como estudiante o turista, y después solicitarun “ajuste de status” y obtener la residencia permanente.

En cuanto a los indocumentados, algunos de ellos entran a los Estados Unidos a través de la frontera con México. Perouna gran cantidad entran legalmente como turistas o estudian-tes y permanecen en este país después de que sus visas expi-raron. Es por eso que el concepto de los indocumentadoscruzando sigilosamente la frontera no es muy preciso.

Muchos estadounidenses tienen un antepasado recienteque ha sido inmigrante, como un padre o abuelo, y muchosde nosotros estamos concientes del legado de esta nación co-mo un país de inmigrantes. Aun así, es difícil a veces apreciarlas experiencias de los inmigrantes y los efectos que estasexperiencias tienen en ellos y en sus familias.

Los estudiantes de la escuela Morton East High Schoolhan compilado una serie de historias sobre sus padres comoinmigrantes y las han puesto disponibles al público. Los en-sayos escritos por los estudiantes hablan mucho de la expe-riencia migratoria y lo hacen mejor que cualquier reporte a-nalítico. Es por eso que a continuación hemos seleccionadopasajes de algunas de las historias.

CRISTINA¿Cómo llegó usted por primera vez a los Estados Unidos?La primera vez que entré a los Estados Unidos no tuve quecruzar el río. Pasé caminando con mis dos hijas. De hechofue muy fácil para mí porque cuando llegué dos muchachasme ayudaron a cruzar sin ser vista, ellas tenían doce y quinceaños de edad.

¿Le gusta vivir aquí en Cicero?En realidad no me gusta vivir en Cicero por todas las pandi-llas. Ni siquiera me gusta dejar salir a jugar a mis hijas, meda miedo de que les vayan a disparar.

¿Qué fue a lo que más le costó trabajo acostumbrarsecuando llegó a los Estados Unidos?Lo más difícil fue acostumbrarme a no dejar a los niñossolos, aquí es más peligroso.

¿Cuál fue la razón principal por la que emigró a losEstados Unidos?Fueron mis dos hijas. Quiero que ellas tengan un mejorfuturo y que asistan a mejores escuelas.

MARÍA T.Es el año de 1980. María T. vive con sus padres. Ella tienedos hijas pequeñas, Magali e Hilda. Hilda acaba de nacer. Es entonces cuando María tiene que tomar la decisión de la que todavía se arrepiente. Durante los siguientes 11 años esta decisión le dolería hasta lo más profundo de su corazón.Cuando cruzó la frontera, lo hizo sola. María había oído his-torias de niños que se habían perdido en el desierto. María noiba a exponer a sus hijas. Magali, su hija mayor, era muy uni-da a su tía Ángela. María T. no pudo dejar a la recién nacida,dejó sólo a Magali; su familia cuidaría bien de ella.

María, como muchos, llegó aquí con ayuda de un coyote.Venía con un grupo formado por hombres, mujeres y niños.Estaban en el desierto. Hacía calor y ella llevaba cargada a su bebé. Muchas fronteras son sólo líneas imaginarias, perola que ella cruzaba tenía una barda muy alta. Esto le parecióextraño, ella tenía conocimiento del significado de la estatuade la Libertad y de este país. Pero ahora no le importaba elsignificado, lo que ella quería era poder cruzar la frontera sin ningún problema. Había un agujero cavado en la tierra.Cruzaron uno por uno. Cuando le tocó el turno a María, se le cayó a su hija uno de sus zapatitos. No se dio cuenta hastadespués…

Ya en Chicago, muchas cosas afectaban a María. Ellaestaba acostumbrada a vivir con sus padres y sus dos hijitas.Ahora sus padres y una de sus hijas estaban a miles de millasde distancia. ¿Y si algo le pasara a mi hija? ¿Algún día meperdonaré el haber escogido a una en lugar de la otra?

Las calles eran peligrosas y el crimen ocurría a diario. ¿Gangueros? ¿Qué era eso? En México también hay gangue-ros pero son diferentes. Allá no andan armados ni son tanagresivos como los de Chicago. Éstos son algunos de loscambios a los que María tuvo que acostumbrarse. Con elpaso del tiempo, esto ya no sería tan evidente en su vidadiaria. Esto se hizo parte de su vida cotidiana.

María siente ahora que pertenece a este país. Aunquequiere a México, ella ya no quisiera vivir allá. ¡Le gusta estaraquí! Su hija Magali se reunió con ella y ya está otra vez todala familia junta después de tantos años. Magali llegó al paísdel mismo modo que su madre, en 1991. Pero a diferencia de su madre, Magali cruzó la frontera con sus primos Normay Freddy. María cree que su destino era emigrar a los EstadosUnidos. María T. cruzó la frontera hace 17 años. Le dio a sushijos una oportunidad.

MARIA O.Mi reporte sobre un inmigrante es acerca de mi madre, María O. Tiene 34 años de edad. Estudió hasta el octavogrado. La vida para ella y su familia era muy difícil y senecesitaba mucho dinero para asistir a la high school. Ir ahigh school para ellos era como ir a college para nosotros. El primer trabajo que tuvo al llegar a los Estados Unidos fueen el hotel Hyatt Regency O’Hare. Ella usaba el número deseguro social de otra persona porque entró al país ilegal-mente. Ahora trabaja para otra compañía

Se vino a Chicago porque tenía familia aquí. Cuando ellavivía en El Salvador el país estaba en crisis. El gobierno eracorrupto. El país estaba entre el comunismo y la democracia.La gente tomaba diferentes bandos. El gobierno ordenó a lasmilicias ir a matar a la gente que quisiera unirse a la revueltacomunista. La milicia no tenía modo se saber quién era gue-rrillero y quién no; por eso mataban a todos. María perdiótres primos y un tío durante las matanzas. Ella fue forzada aemigrar a los Estados Unidos, no lo hizo por su propio gusto.

El presente artículo es producto de una serie de informes depolítica e investigación del Instituto de Estudios Latinos en laUniversidad de Notre Dame. Para ver el documento completoelectrónicamente y con enlaces a otros sitios con mayor informa-ción, visite: www. nd.edu/~latino/ils_ publications.htm o llame alInstituto al (574) 631-4440 o escriba a [email protected]. Tambiénpuede visitar Chicago Fact Finder www.nd.edu/~chifacts.

Tradución: Teresa Rosainz

Delivery de paletas en la Cermak Road, Chicago. Foto: Lorena Ruíz

A principios de los años noventa, tres inmi-grantes mexicanos empezaron a reunirsesemanalmente en un departamento de Pilsenpara leer y comentar obras de la literaturaclásica así como sus propios textos. Este grupose fue expandiendo y el tiempo de las reunio-nes solamente se usó para discutir los cuentosy poemas de los participantes. Este taller lite-rario era muy sui generis, pues, contrario a loque se acostumbra, no había un líder que tu-viera la última palabra. Las discusiones erantan apasionadas que en más de una ocasiónterminaron en batallas campales. Con la acu-mulación de los textos que lograron salir convida, se vio la necesidad de darlos a conocer.Así, en la primavera de 1992, nació la revistaFe de erratas. Se acordó este nombre porque elgrupo se aceptaba a priori como un error antelos movimientos literarios de España y Latino-américa.

En el número cero de Fe de erratas se inclu-yeron textos de siete mexicanos. Sorpresiva-mente, la revista gustó. El taller de súbitorebasó las fronteras de lo mexicano y se volvió

latinoamericano. Ya para el tercer número sepublicaron también cuentos y poemas deescritores de Nicaragua, Honduras y Chile.Con el pasar de los meses Fe de erratas fuehaciendo eco fuera de los Estados Unidos. Lle-garon reseñas aparecidas en periódicos de Ve-nezuela, Chile, Perú, etc. Asimismo, la revistade la Universidad de Guadalajara dedicó susección literaria a los escritores de Fe de erratas.

A partir del quinto número se mejoró el for-mato y la impresión, y además de poemas ycuentos se empezaron a publicar artículosrelacionados con la literatura, el cine y el arteen general.

Cabe mencionar que el único académicoque le puso atención a este fenómeno fue JohnBarry. En su cátedra de la Universidad deRoosevelt se discutían los trabajos aparecidosen la revista, y en muchas ocasiones susensayos sirvieron de marco de entrada a la in-

cipiente literatura latinoamericana de Chica-go. Pues hubo un tiempo en que Fe de erratasaglutinó a los escritores hispanohablantes deesta ciudad. La atención de John Barry hacia elfenómeno lo llevó a dedicar los últimos diezaños de su vida al análisis de cada escritor. Noes casualidad que las únicas antologías de lanarrativa hispana en Chicago hayan sido pre-paradas por él: Voces en el viento y En el ojo delviento.

Además de las dos antologías, es destacableque algunos poemas de uno de los fundadoresde Fe de erratas, Jorge Hernández, hayan sidoincluidos en la compilación de poetas jóvenes,Antología de la poesía hispanoamericana actual,realizada por el reconocido ensayista peruanoJulio Ortega. También dos cuentistas del gru-po, Francisco Piña y Ricardo Armijo, vieronpublicada su obra en la antología Se habla espa-ñol, editada por Alberto Fuget y Edmundo PazSoldán.

Se podría afirmar que en un principio Fe deerratas es producto de la nostalgia por la tierrade origen. Pero desde el número cero hasta el13, aparecido en el otoño de 1995, cada páginade esta publicación está cruzada por un amora la literatura hispanoamericana y universal.

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RAÚL DORANTES

TangenteYa me sé de memoria las orillas. Una tierraamarilla hacia el poniente y pardas cordi-lleras hacia el norte. Ya me sé el frío de lasaproximaciones en que las víboras se en-roscan. Pero no el centro, el ojo de Diana, elespacio neutro de los remolinos. Ya me sé,pues, de memoria los contornos, el pe-rímetro del alba. Pero no el área que los dio-ses triangularon y pusieron por nombre“mediodía”. Aquí me la paso: en las orillas.

El indecisoHay un trampolín del que se salta. Y no eresde los que nomás suben para quedarse vara-dos en la escalinata. Así igual los destina-dos, que libran cada peldaño y llegan alextremo suelto de la tabla. A causa del vaporno saben si debajo se halla un agua turbia otransparente, un agua profunda o pedrego-sa. Simplemente saltan. Luego nos entera-mos que se han estrellado o los vemos na-dando a lo largo de la alberca.

Te recuerdo que llevas ya un buen ratosobre la plataforma mirando para ningúnlado. Dominico se la pasó ahí diez años. Ob-servó las estrías y los bordes de la madera. Yla supo flexible, incluso cómoda. En el peorde los calores sí llegó a sentir alguna astilla.Finalmente, en la aurora de la últimaEpifanía, inclinó el cuerpo y se lanzó. No loesperaba el agua termal y milagrosa. Perovimos a Dominico, descoyuntado y roto, sa-lir por su propio pie.

Es hora, pues, de bajarte o de veras saltar.

DesandarEstábamos a tres kilómetros del pueblo. Ma-leta en mano, me animé a bajar en plenodescampado. El chofer de aquel autobús seacomidió a empujar la puerta.

Sólo ahí podía abrirme de capa: en el pá-ramo silencioso de las doce. El viento trajoun alboroto de cardos, botellas de cloro yhojas secas. Y empecé como alguien quequiere andar con los pies sobre la tierra.Atrás fue quedando el ruido de la máquina.Enfrenté el calor de marzo, que siempre seremedia con algo de sombra. Libré arbustos,sentí punzadas y casi tropecé con una lagar-tija. Saber de esa lagartija, del no sé qué delos mesquites, de los brazos abiertos de lanopalera. Los veía. Y a su modo, ¿me veían?

Llegué al pueblo, o más bien a lo quefueron las covachas. Pisé sacos y láminas deasbesto, clavos y polines, cajas de Roma ybotellas rotas de Tehuacán. En vez de po-bres, nacían hormigueros. En vez de aque-llos cantos, las cigarras. Y detrás de algúnfantasma los pájaros picaban el alpiste.

Más allá encontré el muro de la entrada, elescudo de armas, la fecha primera del lugar.Paredes que se levantaban hasta mi cintura,banquetas que parecían esperar desde hacíatiempo mis dos suelas. Y continué bajandocon la idea de encontrar a los viejos en susmecedoras, a los niños en sus patios, a losgatos en medio de la siesta. Pero todos sehabían ido. Aquí y allá, las buganviliassecas, la cerrajería en la herrumbre, las puer-tas clavadas en la tierra. Hollaba, eso sí, laarena suelta. Había huellas. Comprendí en-tonces que mis dioses también eran de la tie-rra.

Cómplice de mi regreso, el aire refrescaba.Entonces oí el rumor del río. ¿Aún vivo? Yya fue como ir caminando hacia atrás, tramoa tramo, mis treinta años. Quizás sólo parameter las mejillas en la primera corriente.Animado seguí por el declive, bajo el vientosoleado, entre escombros y alacranes. Al po-co rato encontré lo que fue origen de río: elojo de agua. Había todavía algunas gotas enlas que pude remojar mis yemas. Había tam-bién una piedra, una piedra de sequía en laque decidí sentarme.

Ricardo Santos Hernández: Desert Sprawl, óleo sobre tela, 2004

Ricardo Santos Hernández: Back of the Yards,óleo sobre tela, 2004

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FEBRONIO ZATARAIN

NarcisoEl día 334 de la construcción de la Torre deBabel apareció un mercader con una cara-vana de carromatos cargados de mercancías.En ellos podías encontrar vajillas hechas aleste del río Tigris, así como telas tejidas yteñidas en las aldeas del valle Indo. Todoslos constructores pararon su labor; algunossólo para presenciar a los saltimbanquis queacompañaban al mercader, y otros con laintención de conseguir una alfombra de lastierras de los hititas, o un collar de piedraspreciosas traído de más allá del Nilo Azul.Al día siguiente, los constructores notaronque el mercader había olvidado un carroma-to; ni siquiera se acercaron porque imagi-naron que éste, al notar su olvido, retor-naría.

Pero pasaron una, dos, tres lunas y el mer-cader no aparecía. Pararon el trabajo parareunirse y acordaron revisar el carromato.Retiraron el cobertor de pieles que lo cubríay se encontraron con un montón de estuchesverdes aterciopelados. Los contaron y sedieron cuenta que le correspondía uno a ca-da constructor; se los repartieron y se dispo-nían abrirlos cuando alguien dijo que habíaalgo de cabalístico en el hallazgo; que seesperaran y cada quien lo abriera en la so-ledad de su habitación. Ya en ella, el estuchefue abierto; contenía un objeto plano y rec-tangular que tenía una de sus caras comple-tamente negra, y la otra mostraba un rostrosuspendido en un abismo. Al día siguiente,ningún constructor se presentó en la Torre.

Con el pasar de los siglos, un comercianteque estaba más allá de la superchería seencontró uno de los estuches, y consideróque una cosa como ésa tenía muchas posibi-lidades de venderse, y la comercializó bajoel nombre de espejo.

Las aguasEra de madrugada y a Buda, que en esosdías se hacía llamar el Escarabajo, lo desper-taron los cantos de los grillos. Se levantó ydos de sus discípulos —el Hormiga y el Sal-tamontes— lo siguieron. Salieron de la cho-za; el Escarabajo se hizo a un lado su túnicaterrosa y se dispuso a orinar. Al este, laaurora se despedía y los primeros destelloshicieron que el Saltamontes viera al Esca-

rabajo de color naranja en el preciso mo-mento en que, con cierta elegancia, éste se lasacudía. Luego se dirigieron al pozo de a-gua; se saciaron. El Escarabajo se mojó lafrente y la nuca, y echó a caminar.

Esca, ¿y los otros?, preguntó el Hormiga.Todos estamos donde estamos, le respondióy continuó su camino. El Hormiga y el Sal-tamontes de nuevo lo siguieron. El sol ya se

mostraba por entero cuando llegaron a unabifurcación, el Escarabajo tomó la veredaque apuntaba al suroeste y los otros dos otravez lo siguieron. Hacia el punto del cenitcruzaban unas lomas púrpuras, casi pelo-nas, en las que habría tres o cuatro palossecos. Ya empieza a hacer hambre, dijo elSaltamontes, será mejor que nos volvamos.Todos estamos donde estamos, dijo el Esca-rabajo y siguió adelante.

Antes de que empezara a caer la tarde, unpájaro divisó a tres insectos que estaban portrasponer la parte más sinuosa del camino.Al llegar al punto donde la subida se con-vertía en bajada, el Saltamontes y el Hor-miga iniciaron una carrera desesperada ha-cia el arroyo que les sonreía a unos cien me-tros, se zambulleron y luego empezaron abeber agua; en ese instante el Escarabajopasó a un lado de ellos sin la intención depararse. ¿No vas a beber?, le preguntó elHormiga. Y mirando hacia el horizonte don-de el sol ya parecía una media naranja le res-pondió: Mi agua es otra.

Comuniónno distingo entre el café caliente y fríoabandoné el alcoholy desde entoncesuna taza siempre me acompaña

al levantarmemientras lo preparobebo los residuos de la noche

su rastro está en mis labiosen mis camisasen mis sábanas

yo había oído de hombres como éstey alguna vez me topé algunoy en su rostro divisé su cuarto

él abría una lata de jamónsacaba el trozolo rebanabaluego tomaba el paquete de galletas ritzy se echaba frente al televisor

se acabó el talk showmeto en mi boca lo que queda de jamóndejo la camaapilo el plato en el fregaderoy pongo en la cafetera el último filtro.

Ricardo Santos Hernández: Solitario, técnica mixta, 2004

Ricardo Santos Hernández sitúa su lenguajeestético inmerso en un espacio de geometríadinámica, enmarcado por una horizontalidad detechos rojos y una verticalidad de rascacielosindefinidos. Su obra, de cielo límpido y atmós-fera difusa, basada en una temática concreta ydesdibujada a la vez, es propia de quien buscauna definición de sí mismo y de su entorno.Santos, chicanindio como él mismo se define,realiza esa búsqueda en la indefinición de un ori-gen mestizo y de una geografía cambiante y di-ferente, maltratada y maltratante.

Según nos expresa el artista, su lenguaje pic-tórico “es historia, es viaje y es ritual”. Sus lien-zos son instrumentos o vehículos que lo asisten ylo transportan en un viaje hacia el pasado y haciael futuro, pasando por un incuestionable presen-te, que se fija en el autorretrato.

Solitario y religioso, inmerso en un desiertode arena o de industrialización, Santos encuentrael agua y la tierra en una naturaleza agredida, enla cual “se acabó la magia de la agricultura”, enla cual se encuentra al “hombre crucificado” o a“la mujer de plástico”, conformando así imá-genes de vida y muerte, de cielo y agua, de infi-nito y de vuelta a los orígenes.

En un escenario que va desde los azules delcielo y las aguas del lago Michigan, hasta losamarillos y marrones de la tierra en el desiertode Sonora, Santos ubica sus figuras, siempre vi-brantes de incertidumbre, sufrimiento, dolor ycompasión, en una búsqueda de sí mismos y desu propia existencia. Esa incesante ansiedad sematerializa en colores que pierden su intensidad

y se esfuman, en una expresión clara de lo inasi-ble, tanto en la atmósfera como en su mundo in-terior.

A través de ese lenguaje comunicativo y con-cluyente, el artista invita al observador a acom-pañarlo en su viaje de exploración, que para él esmental y expresivo y que sin embargo para suinterlocutor, es visual y racional.

Esta propuesta de observación resulta atra-pante, porque conduce al espectador por una se-rie de figuras concretas rodeadas de paisajesdifusos y desdibujados que sugieren un camino.Es el camino de la búsqueda de la propia identi-dad y de la visión futura de la propia existencia.Por medio de esta panorámica mirada, Santoslogra no solamente involucrar al espectador, si-no que también intenta encontrar una respuestaconvincente, tanto a su existencia como a su su-pervivencia.

En un mundo en el cual han desaparecido lasfronteras reales y se han ido afianzando las po-líticas, al artista no le cuesta encontrar a cadapaso al individuo que busca y con el cual se sien-te identificado en la incertidumbre y en el sufri-miento; y lo hace así su confidente, en un diálo-go que deja de ser individual y pasa a ser colecti-vo, en la medida que su plástica entra en esa at-mósfera compartida de azul infinito.

Techos rojos, naturaleza, rascacielos, contami-nación, concretan a este chicanindio, que en suproducción multicolor, universaliza su propiacreación y encuentra en ella una respuesta a supropia existencia y al mundo que lo rodea.

SEACABÓ

LAMAGIADE LA

AGRICULTURA

DELIA NEGRO

Ricardo Santos Hernández: Plugged In, óleo sobre tela, 2004

Ricardo Santos Hernández: San Francisco Xavier, óleo sobre tela, 2004

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Las semillas RICARDO ARMIJO

Cobardía, humillación y hasta quizá ven-ganza, realmente fueron muchos los fac-tores que se juntaron para impedirme quereaccionara al momento en que Roberto,recién apaleado, caminaba a nuestro cuar-to sobándose los muslos reventados a faja-zos y el ojo haciéndosele una pelota mora-da, mientras mi mama y yo nos abrazá-bamos en el traspatio, estupefactos ante labrutalidad ciega de mi papa. La golpizafue tal, que me costó meses sacarme de lacabeza las imágenes tan atroces; y pensarque lo que provocó ese grado de violenciafue una simple idea de la que nadie sabía,ni siquiera Roberto, mi hermano mayor yla víctima perfecta, a pesar de que lo únicoque hice fue imitarlo y buscar su apro-bación de algo que creí haber hecho mejorque él.

Se puede decir que todo comenzó en elverano del 67, cuando mi papa llevó a lacasa los 32 volúmenes de la edición juvenilde la Enciclopedia Larousse que nos sirviópor tantos años en el colegio. Aunque tam-bién pudo haber comenzado antes, porquedesde siempre había sentido algo parecidoa la envidia cada vez que descubría a Ro-berto cuidando amorosamente de susplantas y flores. Yo intentaba armar mejo-res proyectos que los suyos y más gran-des, más grandes que mi propia vida, pero nuncalos terminaba, no tenía, ni tengo, la perseveranciaque en él parecía tan natural.

Pasadas la novedad y las charlas de mi papa so-bre la importancia de los libros, por fin tuvimos latranquilidad de explorar, página por página, esecríptico mundo de palabras e ilustraciones quehacían volar las fantasías. Los secretos que la enci-clopedia encerraba no tenían comparación con lasmonótonas lecciones que los padres jesuitas nos im-ponían a punta de rezo y reglazo en el salón declases. Con nuestros libros teníamos la libertad ab-soluta de escoger el tema que se nos antojara, aun-que siempre volviéramos a los mismos: Reino Na-tural, Grandes Guerras y Mundo de la Aventura.

Una tarde nublada, después de haber leído elvuelo de Ícaro, en el volumen 17, me topé con unasección que explicaba los fundamentos de la botáni-ca. Como siempre, Roberto se entretenía con sus ro-sales y mis papás, encerrados con llave en su cuar-to, tomaban su siesta diaria. Inmerso en el silenciode la casa, aprendí que de las semillas germinabantallos y hojas, que las flores producían frutos, y queel ciclo empezaba de nuevo con las semillas que lasfrutas protegían con sus carnes. Me leí de corrido lasección entera, desde gametofitos y células esper-máticas hasta estilos y ovarios. Para cuando meadentré en las dicotiledóneas, mi nuevo proyectoya estaba planeado: iba a conseguirme las semillasmás hermosas que existieran, no aburridas comolas de las sandías o las de los tomates, sino unas tandeslumbrantes que la belleza de sus hijas arrollaríahasta el estándar más riguroso de Roberto.

La mañana siguiente estuvo llena de presagiosafortunados: obtuve fácilmente las semillas, encon-trar un lugar me tomó poco tiempo, y el que encon-tré era perfecto, ni muy oculto ni tan al descubierto,

a un lado del árbol de mango del traspatio, dondecasi nadie pasaba; y todo sin ser visto. Entonces meentregué a la preparación de la cuna de tierra.Arranqué hierbas, labré la tierra, expulsé a los bi-chos que encontraba en los terrones. Atraídos por elolor a tierra fresca, unos cuantos zanates revo-lotearon a mi alrededor; aterrizaban para picotearalguna lombriz desenterrada y despegaban paratragársela en pleno vuelo o encaramados en la ramamás alta de un árbol. Casi a la hora del almuerzo,cuando me disponía a enterrar las semillas, descu-brí que tenía mi propio club de admiradores, unhombre de anteojos oscuros que, recostado contrala valla, me observaba mientras fumaba un cigarri-llo. Me llenó de orgullo ver que alguien de algunamanera apoyaba mi entusiasmo y me transformé enel agricultor que conoce su tierra y la ama profun-damente. Acosté las cuatro semillas y las ubiquémirando hacia el oriente, cuna de los héroes. Conuna regla de plástico medí la distancia entre ellas,para que cuando crecieran sus enormes ramas no seentrelazaran. El hombre se caló los anteojos. Le dioun último jalón a su cigarrillo y lo aplastó con elzapato. Me dijo adiós con la mano y se marchómientras hablaba consigo mismo. Y eso fue como laclausura, un último momento a solas con mis semi-llas, luego luego la colcha de humus, unas palmadi-tas llenas de futuro, el minuto de silencio. Me deshi-ce de la grama y los yerbajos que había arrancado,y borré todo indicio que pudiera delatar la existen-cia de mi proyecto. Al caer la tarde quise montarguardia de honor, pero a los diez minutos me abu-rrí. Más por costumbre que por instinto asesino,maté unas cuantas hormigas que osaron caminarsobre mi territorio sagrado y la jornada terminócuando lo regué con la manguera hasta dejarloinundado. Esa noche me dejé bañar sin que me tu-

vieran que perseguir por toda la ca-sa, y a las nueve caí fulminado porel sueño profundo que el ángel de laguarda otorga a los muchachitos es-merados.

Madrugador como siempre, melevanté con el sol. Con la grama ylas hojas de los árboles aún sedosasde rocío, empecé la construcción deuna gran ciudad alrededor delProyecto X. Con el paso de los días,las carreteras y los vecindarios ini-ciales se multiplicaron hasta formaruna compleja metrópolis con aero-puerto, rascacielos, zona industrialy canales de irrigación. Y en mediode todo, el Proyecto X, disfrazadode Central Park, transitado sólo porhormigas y diminutos turistas japo-neses que, llenos de asombro, toma-ban fotografías del proyecto de refo-restación más avanzado del mundo.Entre las lecturas de la enciclopediay los formidables trancones de carri-tos Matchbox, esperé paciente,ansiosamente. No fue mucho eltiempo que transcurrió antes de dar-me cuenta de que nada pasaba, asícomo tampoco fueron muchos losdías adicionales para concluir que

nada pasaría. No fue el fracaso en sí lo que más medolió, sino el haber caído en cuenta de que nuncasería capaz de sentir esa satisfacción tan plena queRoberto emanaba cada vez que descubría un capu-llo, un retoño o una sandía nueva.

Las culpables eran las hormigas. Unas hormigassamurai o enmascaradas se habían llevado las se-millas a sus grutas secretas, para fertilizar sus jar-dines de hongos o, lo más seguro, para pedir res-cate por ellas. Las imaginé complotando, cavandosus túneles y escabulléndose con el botín sin que elincauto jardinero de la superficie se diera cuenta.Las escuché reírse del estúpido terrícola que creyópoder escapar impune a las múltiples masacres dehormigas que había perpetrado en nombre de unatierra inútilmente santa, que ni frutos había dado.Se declaró la guerra a todos los hormigueros delpatio. Utilizando DDT en vez de Zyklon B, creé mipropia versión del Holocausto. Mientras el lentogas creaba pandemónium en las cavernas y ante-salas subterráneas, yo esperaba a que las víctimassalieran a la superficie para matarlas a palazos. O sino, usaba la manguera con el pito a presión y desin-tegraba colonias enteras, propinando graves golpesa la moral de las tropas enemigas, fueran rojas o ne-gras. Ensayé otros métodos de exterminio: la horca,la guillotina, la hoguera. Se las entregué vivas a lasarañas de las veraneras y los helechos, con alfilereslas alancé al suelo. Les di voz y las escuché pedirclemencia, que yo no escuchaba por estar enfrasca-do en el genocidio. Tres días después de iniciadaslas hostilidades, Alfa Centauri Hormiga Cabezonase rindió incondicionalmente y firmamos el Armis-ticio de Managua, dejando tras la Tercera GuerraMundial un saldo de treinta millones de víctimasenvenenadas, chamuscadas o asfixiadas.

Por supuesto no dije nada de mi fracaso y me

Ricardo Santos Hernández: La Diosa del Fuego, detalle, óleo sobre tela, 2004

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deshice de toda huella que pudiera hacer que Ro-berto se diera cuenta y se burlara de mí. El famosoProyecto X desapareció con tres barridas de miszapatos tenis, tornándose en un enorme lote baldíoen medio de la metrópolis abandonada. Demolí elcentro financiero, pisoteé las carreteras y las víasdel ferrocarril, arrasé los barrios ricachones y suscinturones de miseria. Roberto, animado por el sú-bito cataclismo, vino a ver qué pasaba. Me miró ensilencio, con los brazos cruzados, orgulloso comojefe comanche.

—Soy un gigante —le dije, mientras destruía unparque de diversiones.

—Ultra Man —contestó él haciendo ruidos derobot y pateando las montañas que mis camionesTonka habían formado en las afueras de la ciudad.

—Una bomba H —dijimos los dos a la vez, rién-donos un poco mientras saltábamos encima de laciudad condenada.

Con las lluvias torrenciales tan comunes en oc-tubre, la grama cubrió rápidamente mi fracaso.Para acolchonar la derrota, me sumergí en el mun-do de Larousse y sus ilustraciones a todo color.Volví a leer el vuelo de Ícaro, el castigo divino, lalarga caída al mar, los cangrejos comiendo los res-tos de una extraña ave en las playas de Ítaca. Elmito me fascinó tanto en la nueva lectura, que fa-briqué mis propias alas con dos pedazos de ply-wood y las amarré a mis brazos con alambre eléctri-co. Y dentro del perímetro del patio corrí batiendomis alas, volé a tierras lejanas, tórridas, pobladas dehombres de piel aceitunada que ceñían cimitarras yfungían como guardaespaldas de opulentos trafi-cantes de opio, que, aprovechándose del terrenoinhóspito y selvático, lo usaban como ruta de con-trabando, evitando así los severos castigos queimponían otros reinos menos tolerantes. Serpen-teando por ocultos caminos que sólo los baquianosconocían, las largas caravanas transportaban lenta-mente el cargamento maldito. Desde las alturas yo,pájaro supersónico, podía distinguir la tenue fila debandidos que, motivados por la riqueza fácil, seabrían paso en la espesura de la jungla asiática.Corría por el patio combatiendo y destruyendo losgigantescos buitres que el traficante mayor, el Insi-dioso Dr. Fu-Manchú, enviaba sobre mí desde sucentro de operaciones, en Nepal. Él sabía que yo,con mi aliento de fuego y cerotes nucleares, era elúnico que podía arruinar sus planes de adicciónglobal, y que los dardos venenosos que sus bateríasantiaéreas escupían con cerbatanas, eran inutiliza-dos por mi campo magnético y mi sistema inmu-nológico.

Una tarde de calor excesivo, mi papa interrum-pió mi vuelo rumbo a una isla del Océano Índico.De inmediato supe que algo grave pasaba, el tonode su voz y el hedor de ahorita-no-estamos-jugan-do que despedía lo anunciaban como rótulo de ne-ón. Cuando entramos a la sala, yo todavía con lasalas puestas, ya no me quedaron dudas de la gra-vedad de la situación. La rabia de mi papa hervíacon el calor de la tarde, y la camisola húmeda desudor se le había pegado a la espalda. Agarró la fajaque había dejado sobre el sillón en que ordenó queme sentara. La descargó sobre la mesa de centro yotra vez sobre el brazo de la silla donde Robertolanguidecía como prisionero en la cámara de tor-turas. Las ventanas abiertas dejaban que el solentrara de lleno, inundando la sala de una blancuracasi cegadora. Roberto bajaba la mirada, jugaba consus pies que no llegaban al suelo, se empujaba cons-tantemente contra el respaldo de su silla eléctrica.

La caja de madera aterciopelada, con dos o tres

compartimentos que la hacían verse como un labe-rinto sencillo, yacía boquiabierta sobre la mesa. Mipapa recorría la sala alzando la voz, amenazando aRoberto. Mi mama, sentada en el sofá al otro ladode la mesa, recogía una de las gemas regadas alre-dedor del estuche, la examinaba, así como para re-construir mentalmente la forma de las cuatro perdi-das, y la volvía a poner al tiempo que le lanzabamiradas de desilusión a Roberto. Roberto, comple-tamente tomado por sorpresa, tenía los cachetesencendidos. Sus manos eran nudos que se enreda-ban y desenredaban cada vez que él esquivaba, conrápidos movimientos de cabeza, las inquisicionesde mi papa, los ojos desilusionados de mi mama.

Con cada pregunta que hacía, mi papa alzaba lavoz un poco más. Eran las mismas preguntas, diri-gidas una y otra vez a Roberto, a mi mama, a quienfuera. ¿Dónde están? ¿Por el muro? ¿Junto al palode mango? Roberto se alzaba de hombros y arque-aba las cejas, no sé, no sé, se lo juro, papa. ¿Cómoque no sabe? ¿Acaso no era él el gran jardinero dela casa? ¿No se acuerda que una vez quiso plantarmonedas, para que pudiera tener un árbol de di-nero? ¿No se acuerda? Tomás estaba ahí cuando lodijiste, ¿no, Tomás? Respondí con un movimientode cabeza miedoso, hipócrita, y evité la mirada demi papa, la mirada del fiscal que apabullaba a ladefensa con su testigo principal. ¿No te expliquéesa vez que uno tiene que trabajar para ganarse lavida, cuántas veces no te he dicho que el dinero nocrece en los árboles? ¡Tampoco los diamantes ni losrubíes crecen en los árboles, uno no puede sembrar-los! Amor, decíle a tu hijo que las joyas no crecen enlos palos, decíselo antes de que le meta su vergazo.¿Dónde están las piedras de mierda?

Dio otra vuelta alrededor de la mesa y mi mamase arrodilló junto a Roberto. Le habló suavemente,inútilmente trató de desentrañar una memoria queno existía. Yo quería volar a Borneo o a Isla de Pas-cua, a cualquier lugar que estuviera lejos de la suer-te que le esperaba al interrogado. Salté de la silla,batí las alas y recorrí la habitación de arriba abajo,cantando mi canto secreto para contrarrestar la ira,la desilusión y la culpa. ¡SENTATE! El rugido deleón de mi papa derritió mis alas, pero en vez decaer al mar, me senté junto a mi mama y me saquélos pedazos de madera chamuscada. Mi papaperdió la poca paciencia que le quedaba, se viróbruscamente y de un tirón alzó a Roberto de la silla.Cuando estaba por propinar el primer golpe,Roberto dijo que ya recordaba, que de repente sehabía acordado, sí, sí, ya se acordaba del lugar exac-to donde había enterrado los diamantes. Mi papa secongeló, por un momento parecieron dos gladia-dores en arena romana, y soltó a Roberto. Robertonos indicó que lo siguiéramos al traspatio.

Tan cerca, estuvo tan cerca, pero aun así no dije

nada, no tuve el valor de rescatarlo. Se arrodilló allado del Proyecto X y arrancó jirones de gramaverde hasta que el parche de tierra desnuda apare-ció. Cavó con las manos. Al cabo de un rato selimpió el sudor de la frente, descansó un momentoy siguió cavando. Nada. Los tres lo mirábamos; laexpresión de mi papa cambio cuando comenzó aaceptar que Roberto lo estaba engañando de nuevo.Pero esperó un poco más para cerciorarse de que nohabía equivocación, que Roberto era el único culpa-ble. Se azotaba la palma de la mano con la faja y unaextraña sonrisa le torcía la boca. Roberto se diomedia vuelta y se alzó de hombros, buscó con losojos la solidaridad de mi mama, la mía. Yo bajé lamirada, mi mama apenas se movió y mi papa esta-lló en toda su furia. Esta vez lo levantó completa-mente del suelo y le dio tremenda bofetada enmitad de la cara. Lo comenzó a fajear brutalmentemientras Roberto se cubría como podía, saltando,gritando, rogando, pero mi papa ya no escuchaba,había ensordecido, descargó un fajazo tras otro enlas pantorrillas, en los muslos, en el estómago deRoberto. Mi mama se llevó las manos a la boca ypor un momento dejó de respirar. Mi papa arrastróhacia la casa a Roberto, que aún se resistía y supli-caba inútilmente. Angustiada, mi mama me abrazó.Cuando me aferré a ella, sentí sus lágrimas cayén-dome en el pelo y desde allá abajo logré escuchar suruego: ya Enrique, no sigás, me lo vas a matar. Losalaridos cesaron de pronto y mi papa volvió al pa-tio. Un gran cansancio parecía pesarle en los hom-bros, como si hubiera corrido cien kilómetros.

Cenamos en ambiente de velorio. Roberto teníalos cachetes inflamados y el ojo izquierdo lo teníahecho una masa violácea. Mi papa gruñía cada vezque su mirada se topaba con la de su hijo idiota, yno le dirigió la palabra hasta tres días después. Alterminar la cena, mi mama abrazó a Roberto, ymientras le susurraba algo al oído, él rompió a llo-rar. Con el rostro torcido de indignación e impoten-cia, se negó repetidas veces y trató de zafarse de lostentáculos de algodón que lo aprisionaban amoro-samente.

Todos a la cama a las nueve.Desperté de repente. La ventana del cuarto esta-

ba abierta y la luna llena flotaba en lo alto del cielo,sin estrellas. Roberto, de no ser porque respirabapausadamente, podía pasar como un niño muertodentro de su mortaja. Bajé de la cama y caminé depuntillas a la suya. Hablé poco y rápido, le expliquéa un rostro tumefacto que sólo había querido lasfrutas más lindas del mundo, frutas rojas o verdes ocristalinas, con facetas y refracciones y jardines, consemillas de rubí y diamante incrustadas en sucarne. Terminada la confesión salí al traspatio,donde la luna de nata bañaba todo de gris, convir-tiéndolo en un antiguo cementerio donde los arbus-tos se erguían como ánimas en pena. Me arrodilléfrente a mi error y arranqué la grama a tironeslentos. La fosa de Roberto había quedado abierta, yla tierra de los montículos a su alrededor se habíaasentado. Cavé con las manos, cavé y cavé, perosólo encontré piedras y raíces podridas. ¿Dónde es-taban? La tierra se sentía tibia en mis manos. Medejé caer sobre las pantorrillas y me imaginé en esaposición, entonces me vino el chispazo, un hombrede anteojos oscuros diciendo adiós con la mano,una hormiga descuartizada, un pajarraco al fondodel mar y la luna, allá en lo alto del cielo, burlán-dose de mí.

El hombre se caló los anteo-jos. Le dio un último jalón a su cigarrillo y lo aplastó

con el zapato. Me dijo adiós con la mano y se

marchó mientras hablabaconsigo mismo

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Pygmalión y Afrodita: La muerte del amor

a Marce

cuando me distraigo viendo las esquinas del salón helenoalgo defraudado por los mitos y los hechoscuando siento el hálito que dejan tus piernas esquivashacia otro mundo desnudashacia el rito del olvido me reconcilio con lo nuevo

cada día me convenzo másde tus alas de fugade tus pasos huidizosde tus ojos lejanosde que sos la deidad que habita un cuerpo siempre idoido hacia el remoto devenir

lo sé ahora que he vuelto mordazavizorado como desde un sueño violento:

tanto sueño —sed— sentir y ser comolo que tuve de pena y de angustia perecen también en este cuajo de huesos y carne de mármol

sólo ahora sé que el deseo alucinó la presenciaque los ojos bosquejaron el cuerpoque las caricias develaron la pielque los besos vertieron los labiosque tu fuga siempre ha sido eternaque hombres como yo y como tantoshabrán de amarte y padecertea través de los mitos y los hechosporque sos inmarcesibleporque sos inconteniblecomo el abrazo de esta diosa develadacomo la diosa sin brazos que habita este museosin saber que anuncia lapidada la muerte del amor

LEÓN LEIVA GALLARDO

La noche: Invención del hombre, el odio y el amor

Antes que el hombreantes que Dioshubo la noche

La noche no es la sombra del díani el día el lado claro de la nochela noche es la sombra de sí mismael día es el lado claro de sí mismoel día es distante luz extintala noche es unidad con el sí mismo

IIA la noche no le da vergüenzatodo lo que se hace y se deshace en su penumbraal día le caen todas las culpas

El odio y el amorson depredadores noctámbulosdevoran a la misma presa

Pero el hombre es sabio cuando logra habitar la nochela noche con virtudes y deliquios

El hombre que logra habitar la nochees el ser más bello del mundoel monstruo de la ecuanimidadel ángel del exterminioes decir lo más parecido a un dioslo más parecido a sí mismo

IIIEl astro cero arroja los planetas con centellas multifariasel ojo negro traga los planetas con su punto ciego nulopara después tragarse a sí mismo:como lo hace Dios en la unidad de la noche

El fuego de todos los fuegos

en la noche astralcierro el pensamientocautivo cedo siento y veo

una fogata lame ardiente los oscurecidos géneros del aireentonces mi videncia hacia adentroconfirma que sigue siendo noble el fuego

hasta en su fallida lengua del alumbramientose advierte el impulso hacia los cielos

aunque el firmamento sea severolas enmudecidas voces del fuego buscan el lenguaje del sol el universoy como extraviados brazos de un críolas menguantes llamas se alzanhacia el fuego de los fuegos

las palabras apenas quedan en el punto de la lenguaes sordo y mudo el fuego de todos los fuegos

Ricardo Santos Hernández: Un plástico desnudo for a Windy Day, óleo sobre tela, 2004

Samuel Huntington, el controversial profesor de Harvard, escribió recien-temente que “no hay un Americano dream. Sólo existe el American dreamcreado por la sociedad anglo-protestante. Los mexicoamericanos compartiránese sueño y esa sociedad sólo si hablan inglés”. Esta afirmación es un ejem-plo de un juicio de valor que declara esencialmente que la cultura “anglo-protestante” es superior y por ello exige que los latinos desistan de su culturainferior, incluido el uso del español. Según este argumento, a lo largo de lahistoria estadounidense cada grupo de inmigrantes se ha asimilado a la “cul-tura anglo-protestante”. Ellos han reconocido el valor de intercambiar su cultura a cambio de obtener el American dream. Los latinos han sido la única excepción.

Huntington no es el primer intelectual en preguntar “¿cuál es el problemacon los latinos?”. Hace ochenta años un académico escribió que los mexica-nos eran gente testaruda, que necesitaban tiempo para darse cuenta de lasventajas de la asimilación. Aunque mostraba cierto optimismo pues pensabaque con el tiempo los mexicanos verían la luz de la “americanización”, tam-bién mostraba sus dudas ya que le preocupaba la posibilidad de que no fuerancapaces de asumir tal empresa debido a la “sangre del inmigrante mexicano”y a las deficiencias culturales que acarreaban; es decir, la presencia de la san-gre y del pasado indígenas los hacían una raza biológicamente inferior e inca-paz de avanzar culturalmente, por lo que no había manera de que fueranasimilados.

La visión euroamericana, como la de Huntington, está permeada por la ideade que la cultura latina es inferior a la “americana”. Esta dicotomía represen-

tada por la superioridad cultural “americana” yla inferioridad cultural latina, ha sido manifes-tada de muchas formas; una de esas manifesta-ciones es la manera en que ha sido percibidohistóricamente el barrio.

Desde la pasada década de los veinte, loslatinos han formado extensos barrios general-mente en las zonas más pobres y marginadas en ciudades como Los Ángeles, Nueva York y Chicago. Los sociólogos euroamericanosempezaron a estudiar estos asentamientosdurante los primeros años de su formación. De estos estudios, surgieron dos visiones quesiguen siendo el cimiento del debate actual ypartían de la premisa de que la cultura latinaera inferior a la “americana”. Ambas buscabancomprender por qué los latinos no se habíanadaptado a la corriente general. En resumen,pretendían responder a la pregunta “cuál es el problema con los latinos”.

Primero consideraron el barrio como unlugar en el que vivían trabajadores sin ambi-ciones de progreso, columna vertebral delAmerican dream. Se explicaba que el fracasode la asimilación y el estancamiento en un es-trato social, se debía a la misma cultura “lati-na”, pues ponían a la familia, a la comunidad y al arte por encima del individualismo y eldinero. Por ejemplo, en la década de los veinteun académico resaltó que debido a su cultura,los mexicanos eran especialmente sensibles al “tono y al color… Ningún mexicano puedevivir sin música. En nuestras escuelas públicas,muchos maestros afirman que los hijos de lostrabajadores mexicanos destacan en las clase de manualidades, arte y música”. La visióncontraria veía el barrio como algo inherente alos latinos: un lugar paupérrimo, infestado de

El barrio y laspolíticas de identidad

(Parte II)

Juan Mora-Torres

enfermedades y violento, en el que la conductaimpropia se vuelve la norma de la cultura delbarrio. En un informe de la misma década, unmédico prominente de Chicago declaró que los mexicanos “se multiplican muy rápido” y debido a su forma de vida “constituyen unaamenaza para la salud [pública] de los estadou-nidenses”. Estas dos visiones a veces se entre-mezclaban, pero ninguna de ellas destacó elracismo como la fuerza que motivaba la for-mación de los barrios latinos.

A pesar de que los primeros debates acercadel barrio estaban dominados por académicoseuroamericanos, algunos intelectuales latino-americanos también intentaron explicar a loslatinos y sus comunidades. En El laberinto dela soledad (1950), Octavio Paz analizó la iden-tidad mexicana de los dos lados de la frontera.En este libro Paz analiza al pachuco, o sea, los pandilleros que se destinguían del resto dela sociedad por la forma de vestir, su gesticu-lación y su lengua (de algún modo ellos son los antepasados de los Homies de Gonzales).Paz escribió:

Son rebeldes instintivos y el racismo de Nor-teamérica ha descargado su ira sobre ellos másde una vez. Pero los pachucos no intentan dar la razón a la raza o la nacionalidad de sus ante-cesores. Su actitud revela una voluntad obstina-da, casi fanática, pero esta voluntad no afirmanada en particular excepto su determinación…de no ser como los que les rodean.

Para Paz los pachucos eran rebeldes sincausa. A pesar de que reconocía el papel quehabía jugado el racismo en el camino de laasimilación de los mexicanos, Paz no entendíaque los pachucos estuvieran inmersos en unarebelión existencial. El modo en que se vestían,su gesticulación, el uso de la lengua (caló)

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y otras expresiones culturales, iban en contra de las corrien-tes y valores de la sociedad dominante que se valía del ra-cismo para marginar a los mexicanos. Esta rebelión existen-cial encontró muchas formas de expresión en los barrios deeste país y, en la década de los sesenta, adquirió un cuerpopolítico.

En las últimas décadas, una de las principales fuentes de inspiración cultural latina, si no la más importante, hasido el barrio urbano. Ha sido fuente de inspiración delibros como Down These Mean Streets, de Piri Thomas y Always Running, de Luis Rodríguez; también ha inspirado aartistas plásticos como Marcos Raya, a los músicos latinoscreadores de la salsa en Nueva York y a los chicano rockan-roleros del Este de Los Ángeles. Cuando Raúl Salinas estu-vo en la cárcel escribió uno de los poemas chicanos másconocidos, “A Trip Through the Mind Jail,” (1970), en elque se expresa la nostalgia por los barrios de Austin, Texasdonde el autor se crió. Contiene los siguientes versos:

Neighborhood of my youth,demolished, erased forever from the universeyou live on, captive, in the lonelycellblocks of my mind

Al interior de esta corriente cultural, los Homies deGonzales vendrían a ser las últimas producciones cultu-rales procedentes del barrio. Como comunidad, los latinosnecesitan imágenes de sí mismos. En parte, Marisol y losHomies fueron creados para satisfacer la necesidad de loslatinos jóvenes de identificarse con muñecas y juguetes quese les parezcan. Por eso el debate acerca de Marisol Luna ylos Homies es tan controversial. Estos juguetes y esta mu-ñeca son representaciones simbólicas del todo que es lacomunidad latina. Como objetos de juego pueden ser interpretados de varias maneras.

Volvamos a la historia de Marisol. Los defensores delbarrio se oponen a que Marisol haya abandonado el barrioporque en los suburbios ven la representación de la disper-sión, la asimilación y la homogeneidad. Los suburbios sonpercibidos como un extenso erial cultural y espiritual quevalora las posesiones materiales sobre todas las cosas. Qui-zá, incluso teman que Marisol se vaya a “des-mexicanizar”a medida que crece en los suburbios. Aquellos que aplaudenla salida de Marisol de Pilsen lo hacen porque se están asi-milando a la sociedad de la corriente general: mejor vivien-da, mejor educación, ocio y trabajo. Siguiendo el camino detodos los inmigrantes, los Luna se marcharon del barrio en

busca del “American Dream”. Esta interpretación de la par-tida de los Luna implica un juicio de valor del barrio. Es unlugar de violencia, crimen, inmoralidad y vicio. Atrapadosen este ambiente, los jóvenes sucumben a una “cultura declase baja” de conducta desviada y destructiva como elingreso a una pandilla, el abandono de la escuela, la dro-gadicción, la delincuencia juvenil y los embarazos entreadolescentes. Para ellos la generación de Marisol no tie-ne futuro mientras esté atrapada en el barrio.

Hasta ahora, y dadas sus historias, Marisol y los Homiesviven en dos mundos diferentes. Los Homies representan elbarrio, y Marisol —aunque está orgullosa de sus raíces—,está viviendo el “American Dream” en el suburbio. La úni-ca cosa que tienen en común es que ambos juguetes estánsiendo fabricados en China. Fuera de eso, Marisol cuesta 84 dólares (sin incluir el libro ni los accesorios) y los Ho-mies cuestan 50 centavos (incluso, se pueden compran enmáquinas de chicles de las tiendas y los restaurantes delbarrio). Con 84 dólares uno puede comprar el barrio deQuién Sabe y Oakpark.

La controversia de Marisol y los Homies, sin embargo,es mucho más compleja de lo que se ha dicho hasta ahora.

Después de todo, estamos tratando con una muñeca y unosjuguetes. Estamos viviendo en una época de transforma-ciones demográficas profundas, que implica la dispersiónde los latinos por todos los rincones de los Estados Unidos,incluidos los suburbios. Por ejemplo, muchos inmigranteslatinos han llegado a establecerse directamente a los subur-bios, los nuevos puertos de entrada. Para muchos de susresidentes, los recién llegados latinos están poniendo enpeligro su tranquilidad.

En 1990 casi dos tercios de los latinos de la zona metro-politana vivían en Chicago. Diez años más tarde la distribu-ción de los latinos estaba repartida casi a partes iguales en-tre los suburbios y la ciudad. Los que eligen vivir en lossuburbios lo hacen por varias razones, desde la vivienda y la educación hasta el transporte y el trabajo. Los latinosse mudan a los suburbios porque la vivienda es más baratay el trabajo más abundante que en Chicago. Otros, comoMarisol, se marchan porque consideran el barrio “peligro-so”. A otros los están echando de barrios como Pilsen yHumboldt Park porque el precio de la vivienda ha subidodesorbitantemente en la última década.

La demografía de los latinos está pasando por dos proce-sos que a primera vista pueden parecer contradictorios. Porun lado, se están dispersando por los suburbios y por todolos Estados Unidos. Por el otro, también hay una mayorconcentración en número en los barrios segregados de laciudad. Actualmente el 43% de los latinos vive en lasmapas del censo que constituye el 50% de la población, y este porcentaje continúa aumentando. Ambos procesosestán teniendo lugar en Chicago. Los latinos se están dis-persando por los suburbios más pobres de clase trabajadora,como Cicero y Waukegan, y no por los más ricos, comoLake Forest. En algunos suburbios ya configuran la ma-yoría de la población y en otros lo serán pronto. Están formando barrios suburbanos que recuerdan a los primerosbarrios urbanos que se crearon hace décadas. El sonido delPasito Duranguense, la contribución más destacable que hahecho Chicago a la música popular mexicana, se originó enlos clubes nocturnos de Aurora y los suburbios del oeste.

Cuando viví en California, había un dicho que oía confrecuencia mientras asistía a la universidad: “puedes sacaral muchacho del barrio, pero no puedes sacar el barrio delmuchacho”. Había muy pocos mexicanos en la universidady los que había siempre estaban juntos. Decíamos eso comobroma cuando un estudiante mexicano hacía algo, general-mente de forma inconsciente, que no estaba consideradocomo comportamiento apropiado en el campus. Cuandoviví en Texas solía oír a los mexicanos mayores que brome-aban diciendo “México ven por tu gente”. De nuevo, eso sedecía en situaciones en que un mexicano hacía algo que eraconsiderado inapropiado por los anglos. Estos dos dichos sepronunciaban en situaciones en las que había interaccionescon anglos fuera de la seguridad del barrio. Sin saberlo, seestaba transformando el mundo fuera del barrio.

No sabemos cómo crecerá Marisol Luna en Des Plaines.Como producto del barrio, tendrá muchas interacciones conanglos y en un ambiente que es un mundo aparte de Pilsen.Sin embargo, dadas las transformaciones demográficas delos latinos, otra interpretación de la historia de Marisol es verla como una pionera latina, como muchos otros queestán viviendo en los suburbios. Los Luna son pionerosporque están entre las primeras familias latinas que seestablecen en Des Plaines. Cada día habrá otros que lossigan y al hacerlo transformarán los suburbios como lo hicieron hace décadas los latinos en Chicago. Des Plainesestá siendo transformado. Ya es un 17% latino y, para lafamilia Luna, Pilsen no está realmente tan lejos. Puedentomar la línea azul en Rosemont y sin tener que hacerningún trasbordo, llegar a la calle 18 o a la estación deDamen. Ambas estaciones están sólo a un par de cuadras de donde solía vivir Marisol.

Traducción: Verónica Esteban

“Botas exóticas al alcance de su piel, pásele, tenemos de su medida”. En la calle Veintiséis, Chicago. Foto: Lorena Ruíz

Hay 40 millones de latinos en losEstados Unidos y la mitad de ellos tienemenos de 25 años.American Girl ha vendido 11 millonesde muñecas (a $84 cada una).Más del 95% de las niñas de este paísentre las edades de 7 y 12 años conocenlos productos de American Girl. En julio de 2003 se habían vendido 100 millones de Homies (a cincuentacentavos) en todo los Estados Unidos.Scholastic, una importante editorial delibros de bajo coste para niños, ya hapublicado tres libros Mijo. La película Mijo se estrenará el año queviene y pronto se empezará la produc-ción de Homies-the Movie.

23

Hace un año, Samuel P. Huntington publicó en Foreign Policy un artículo titulado “El reto hispano”. En ese artículo el autor argumenta que la inmigración mexicana alos Estados Unidos no es como las migraciones del pasado. Si esta inmigración con-tinúa, añade, podría disminuir la hegemonía cultural de los Estados Unidos, así comoparte de su territorio. En pocas palabras, la migración mexicana amenaza la sociedadestadounidense de tal forma que se puede imaginar una sociedad bilingüe y bicultural.En este sentido, este artículo es más un examen del discurso radicalizado que surge en tiempos de guerra, de declive económico o de tensión política y social.

“El reto hispano” fue sólo el comienzo de lo que más tarde se convertiría en unesfuerzo por definir una de las preguntas más evasivas de la historia de los EstadosUnidos: ¿Quiénes somos? Huntington cree que este país está abordando cuestionesrelacionadas con la identidad cultural. Su libro trata esta discusión sobre la forma enque los “americanos” se definen a sí mismos y también sobre el papel de los EstadosUnidos en asuntos internacionales.

Huntington es un influyente estudioso de las ciencias políticas en este país. Ademásde ser autor de una docena de libros, su obra El choque de las civilizaciones (1996) hasido traducida a 31 idiomas. Siguiendo las observaciones de M. J. Akbar, Huntingtoncree que “la próxima confrontación [de Occidente] definitivamente ocurrirá en el mun-do musulmán. La lucha por un nuevo orden mundial se iniciará en las naciones islámi-cas, que se extienden desde el Maghreb hasta Pakistán”. Después del 11 de septiembrede 2001, varios observadores le dieron la razón, y su libro El choque de las civiliza-ciones se convirtió en un best-seller nacional, cinco años después de haberse publi-cado. Huntington espera que lo mismo suceda con este nuevo libro.

Algunos académicos han interpretado El choque de las civilizaciones como unarespuesta a El final de la historia, o el último hombre (1992) de Francis Fukuyama.Fukuyama argumentaba que con el final de la Guerra Fría y la caída de la UniónSoviética, tanto los valores fundamentales de la democracia liberal como el mercadocapitalista no tendrían ningún tipo de oposición. Contrario a las creencias de Fukuya-ma acerca del triunfo final de Occidente, en 1993 Huntington escribió “La fuente prin-cipal de conflicto en este nuevo mundo no sería ideológica o económica. Las grandesdivisiones y la fuente de conflicto serían culturales. Los Estados-naciones continuaránsiendo los actores más poderososen asuntos mundiales, pero losconflictos principales de lapolítica global ocurrirán entrenaciones y grupos de civiliza-ciones diferentes. El choque de civilizaciones dominará lapolítica global”. Estas diferen-cias culturales son el eje cen-tral de su argumento y sub-raya estas diferencias en sulibro ¿Quiénes somos?

Huntington cree que losestadounidenses son las per-sonas más patrióticas del mundo. Anualmente trabajanmás horas que cualquier otropaís industrializado y sonlos más religiosos. Sin embargo, esta pregunta de “¿quiénes somos?” espara varios académicos una

búsqueda en vano. En MexAmerica: Dospaíses, un futuro, Lester Langley señalaque “ninguna otra sociedad en la historiade la humanidad ha buscado por tantotiempo una identidad cultural signifi-cativa y fracasado en el proceso” (284).Puedo afirmar que ¿Quiénes somos? noes tanto un libro que trata de la inmigra-ción mexicana sino un intento de definirquiénes y qué son los “americanos”. Sinembargo, el “mexicano” está inexorable-mente vinculado a este cuestionamiento,pues el “otro” inmigrante es fundamentalpara la formación de una identidad. O si-guiendo la aplicación de la dialéctica he-geliana: “Para definirnos, necesitamos aotras personas”.

Dividido en cuatro secciones, con varios capítulos por sección, el libro deHuntington comienza con la definiciónde “Identidad”, luego esboza la “Iden-tidad americana” (entiéndase estadouni-dense), seguido de “Retos a la identidadamericana” y termina con una “Renova-ción de la identidad”. Cada sección ge-neral gira alrededor de lo que el títulosugiere: ¿Quién y qué es un “america-no”? Por el bien de la sencillez, sólocomentaré el capítulo que trata sobre la inmigración mexicana, ya que éste es el tema que hilvana el libro.

El capítulo de Huntington sobre lainmigración es similar al esbozo que ha-ce Pat Buchanan en su libro The Death of the West. Para Huntington, “La inmi-gración mexicana apunta hacia la recon-quista demográfica de las áreas que losEstados Unidos arrebató a México en las décadas de 1830 y 1840, todo esto

mediante la mexicanización de estasáreas de un modo comparable a la cu-banización que ocurrió en el sur de laFlorida”. Argumenta que la inmigraciónmexicana es “diferente” de las anterioresdebido a 1) su proximidad, 2) número, 3) ilegalidad, 4) concentración regional,5) persistencia y 6) reclamo histórico del territorio que se perdió en 1848.

Estos argumentos han sido postuladosanteriormente y cuentan con una largahistoria en este país, sobre todo en rela-ción con el tema de la “diferencia”. Eneste sentido, la tesis de Huntington no esnada nuevo ni debiera ser percibida comoalgo distinto.

La historia del discurso antimexicanocomienza cuando por primera vez los“euroamericanos” tienen contacto con los mexicanos, particularmente en Texasa principios del siglo XIX. Un buen pun-to de partida para explorar las relacionesentre estos dos grupos se halla en TheyCalled Them Greasers: Anglo AttitudesTowards Mexicans in Texas, 1821-1900,de Arnoldo De León. En este artículosimplemente presentaré algunos ejem-plos que siguen siendo vigentes.

El miedo hacia los extranjeros, y es-pecialmente hacia los inmigrantes, hasido parte de la historia de este país desde que los primeros europeos llegarona América. A Benjamín Franklin se le a-tribuye la siguiente cita: “¿Por qué debePennsylvania, que fue fundada por ingle-ses, convertirse en una colonia de extran-jeros? Pronto serán tantos que en lugar de anglificarse, ellos terminarán por germanizarnos”. Estos sentimientos se

José Ángel Hernández

“Obituario de una nación”:

deUn examen historiográfico

Samuel P. Huntington

(Parte I)

Samuel P. Huntington

Plan de operaciones del pentógono para la Liberación de México

2424

manifestaron en contra de todogrupo inmigrante que llegara a los Es-tados Unidos. En 1913 muchos ciudada-nos compartían la posición que el abogadoA. A. Graham de Kansas expresara en unacarta al presidente Woodrow Wilson: “Lainmigración es el asunto más delicado queenfrenta su administración, y exige la ex-clusión de europeos bajos y mexicanosque ahora invaden el Oeste y el MedioOeste… si no se le presta atención inme-diata, pronto no habrá estadounidenses”.Casi cien años después el miedo hacia el “otro” no ha disminuido.

Ya en 1978, el director de la CIAWilliam Colby le dice a un periodista de Los Angeles Times que la inmigraciónmexicana —y el surgimiento de una Qué-bec hispanohablante en el Suroeste de losEstados Unidos— representa una amenazapara el futuro de este país más grave quela propia Unión Soviética. Se esperaríaque el hecho de que el director de la CIAexpresara semejante comentario, escan-dalizara a las personas en el poder, perono fue así.

En 1996, Caspar Weinberger y PeterSchweizer publicaron The Next War, unanovela futurista sobre las potenciales ame-nazas a la hegemonía de los Estados Uni-dos. Weinberger, cuyos cargos incluyenposiciones en los gabinetes de tres presi-dentes, describe su libro como una versiónliteraria de los juegos de guerra que prac-ticó en el Pentágono durante sus años enla administración de Reagan. En el libropropone cinco escenarios de futuros con-flictos: Corea en 1998, Irán en 1999,México en 2003, Rusia en 2006 y Japónen 2007. En cada caso, el ejército militares derrotado por falta de fondos, capaci-tación y confianza. En el caso mexicano,el asesinato del presidente reformistaLorenzo Zapata deja un vacío político que llena rápidamente el profesor radicalEduardo Francisco Ruiz. Este nuevo presi-dente pronto sucumbe a la política de co-rrupción bajo la influencia de los cártelesde la droga. La economía mexicana secolapsa y tienen que cruzar ilegalmente la frontera dos millones de mexicanos.

La inundación de mexicanoses tal que para los autores escomo tratar de contener “elrío Misisipi con palillos dedientes”. Cuando las tropasestadounidenses llegan aTampico son recibidas pormultitudes de mexicanosagradecidos. Un golpe deEstado obliga a Ruiz y a supequeño círculo a huir a lasmontañas de Zacatecas. En eseestado las tropas estadouniden-ses enfrentan una sangrienta lu-cha contra la guerrilla y se venobligadas a batirse en retirada.Ruiz permanece en libertad.Cabe señalar que el temor esta-dounidense no nace del asesinatodel presidente mexicano, o delconflicto con las guerrillas, o delinvolucramiento de este presiden-te con el narcotráfico. El elemento

que mayor miedo produce es la posibili-dad de que los Estados Unidos sea inva-dido por dos millones de mexicanos.

El temor a la inmigración mexicana enestos días ha llevado a Pat Buchanan a in-sistir que los mexicanos guardan un rencorhistórico legítimo hacia los Estados Uni-dos. En The Death of the West desarrollacinco puntos muy similares a los de Hun-tington: 1) [En esta inmigración] el nú-mero es mayor que las inmigraciones del pasado; provienen de un país específi-co y se concentran en un área específica.2) Los mexicanos no sólo provienen deuna cultura diferente, “millones de ellostambién pertenecen a otra raza”; 3) Millo-nes de ellos entran ilegalmente, lo cual losvuelve transgresores de la ley. 4) A dife-rencia de las inmigraciones del pasado,que tenían que cruzar el mar, los mexica-nos gozan de la proximidad de su tierranatal y no sienten la necesidad de apren-der inglés. 5) Los actuales inmigrantesmexicanos son diferentes que las olasanteriores, pues llegan con la idea de quetienen derechos raciales y étnicos, unacreencia “fomentada por elites culturalesque denigran el melting pot y predican lasglorias del multiculturalismo”.

Si examinamos estos ejemplos es evi-dente que Huntington (junto con el resto)no ha dicho nada original en su “estudio”sobre la inmigración mexicana. Por unlado, su conocimiento del proceso mi-gratorio es limitado, y también lo es suconocimiento de los mexicanos. Acaso por esa limitación, Huntington asume quesólo los mexicanos influyen de un modoimpactante la cultura de los estadouni-denses. Y no es así. La inmigración, aculturación y asimilación es parte de un proceso dialéctico, es decir, dinámico y cambiante de uno y otro lado.

José Ángel Hernández nació en Monclova,Coahuila, México y creció en San Antonio,Texas. Es candidato a doctorado por laUniversidad de Chicago.

Traducción: José del Valle

Amuleto, de Roberto Bolaño. España: Anagrama, 1999, 160 páginas.

En ésta, una de sus obras menos conocidas, no por ello menor, Bolaño narra desde el tiem-po sin escalas de la dispersión. Auxilio Lacouture, arquetipo del latinoamericano trasterra-do, voz omnipresente y desaforada, esboza el canto de una generación. La perdición de losniños-poetas, niños-héroes extraviados en los laberintos de una época brutal. La desgarra-da voz de Bolaño cuenta a manera de eco encerrado en un poliedro la toma de CiudadUniversitaria por el ejército en el México de 1968, el bizarro tránsito de los poetas real-visceralistas a través de las despiadadas arterias de una ciudad que no existe más. Comopocos de sus contemporáneos, el narrador chileno avecindado en el Mediterráneo españolhasta el día de su muerte —acaecida en julio pasado— supo aproximarse a la irrealidaddel espacio mexicano, un tumulto de susurros y gritos entrecruzados: el delirio prove-niente de una mujer encerrada enlaza y entreteje los momentos culminantes de un territo-rio espiritual: la lucha por la utopía, la literatura como apuesta de vida, la inocencia a con-traley del terror político de aquellas décadas, y sobre todo el desamparo, la intemperie sintiempo latinoamericana:

“La noche oscura del alma avanza por las calles del DF barriéndolo todo. Ya apenas seescuchan las canciones aquí, en donde todo antes era una canción. La nube de polvo lo pul-veriza todo. Primero a los poetas, luego los amores, y luego, cuando parece que está saciaday se pierde, la nube vuelve y se instala en lo alto de tu ciudad o de tu mente y te dice congestos misteriosos que no piensa moverse…”

“Yo perdí mis dientes en el altar de los sacrificios humanos.” Poeta antes que narrador,el autor de 2666 supo restituir al ejercicio de la escritura un brillo nuevo, imágenes inusi-tadas (Los detectives salvajes, Putas asesinas, Gauchos insufribles). Junto al narradorgranadino Justo Navarro (El alma del controlador aéreo) y el barcelonés Enrique Vila-Matas (París no se acaba nunca, El viaje vertical) supo como pocos superar las anquilo-sadas fórmulas narrativas de generaciones anteriores, asumir el riesgo de jugar con las pa-labras, escribir entre líneas, decir también callando, fundir los géneros, y resolverlo todode una manera complicadamente simple, con piedad, humor, asombro y resolución:

“Algunas noches mis amigos parecían encarnar por un segundo a aquellos que nuncaexistieron: los poetas muertos a los cinco o a los diez años, los poetas muertos a los pocosmeses de nacer. Era difícil, y además era o parecía inútil, pero algunas noches de luces vio-láceas yo veía en sus rostros las caritas de los bebés que no crecieron. Yo veía a los angelitosque en Latinoamérica entierran en cajas de zapatos o en pequeños ataúdes de madera pinta-dos de blanco. Y a veces me decía: Estos muchachos son la esperanza, qué van a ser laespumeante esperanza estos jóvenes borrachines que sólo saben hablar mal de José Emilio,estos jóvenes briagos duchos en el arte de la hospitalidad pero no en el de la poesía.”

Desde un principio (La literatura nazi en América, Monsieur Pain, Llamadas telefó-nicas) y hasta su final, Bolaño se reveló como un autor de altos vuelos, preocupado antetodo por la escritura en sí misma, es ya referencia su Discurso de Caracas, cuando reci-biera el Premio Rómulo Gallegos por Los detectives salvajes, donde asumiera la escrituracomo un canto, envés de la vida, un homenaje arrojado hacia el futuro desde el valor y lapiedad:

“Lo único que pude hacer fue ponerme de pie, temblorosa, y escuchar hasta el último suspirosu canto, escuchar siempre su canto, porque aunque a ellos se los tragó el abismo el cantosiguió en el aire del valle... un tránsitobreve... Una canción apenas audible, un canto de guerra y de amor, porque los niños sin duda se dirigían hacia laguerra pero lo hacían recordando las actitudes teatrales y soberanas del amor.El amor de sus padres, el amor de susperros y de sus gatos, el amor de sus ju-guetes, pero sobre todo el amor que setuvieron entre ellos, el deseo y el placer.Y aunque el canto que escuché hablabade la guerra, de las hazañas heroicas deuna generación entera de jóvenes latino-americanos sacrificados, yo supe que porencima de todo hablaba del valor y losespejos, del deseo y del placer. Y ese canto es nuestro amuleto.”

Alejandro Pérez Cervantes es diseñador gráfico y escritor, originario de Saltillo, Coahuila.Actualmente reside en Chicago.

Alejandro Pérez Cervantes

El valor y la piedad

Pat Buchanan

25

Naranjasquemadas

Este documental, de Silvia Malagrino, es un reflejo de la Argentina delos años setenta y de su legado histórico. Es un viaje a ese pasado incon-cluso, a esa búsqueda que parece eterna. Es el espíritu de lucha de unaArgentina que no cesa de salar sus heridas.

Silvia Malagrino nos invita a conocer no sólo su testimonio, sino elde muchos otros que fueron parte de este proceso que desgarró y marcóa toda una generación a través de la “Fuga de Cerebros”, de los “Exilia-dos” y sobre todo “Los Desaparecidos”. El documental se va tornandointeresante porque la óptica de Silvia nos conmueve al sentir que laacompañamos a escarbar aquel pasado lleno de terror y de silencioimpuesto por el toque de queda. Nos va relatando su pasado mientrasrecorre los lugares en los que solía estar con sus amistades, varios deellos hoy desaparecidos.

Nos narra específicamente la historia de su amigo Claudio CésarAdur, con quien estudiaba en la Alianza Francesa y con quien luego delas clases se reunían en aquella confitería ubicada sobre la calle Santa Fey de nombre El Cantón Chino.Tardes de poesía, filmaciones, música ytoda la bohemia que embadurnaba su época, y que en el presente Silviavuelve a revivir, junto con las memorias que tiene de su abuelo, a quienconsideraba su fuente de inspiración. “Mi abuelo era zapatero. Mientrascocía sus zapatos a mano, tomábamos mate y hablábamos del cine, laópera y la política. Fue actor de cine mudo durante los veinte, y fue él quien me infundió el amor por la imagen y la poesía”.

Los textos que se leen en Burnt Oranges fueron escritos por su amiga Mónica Flores Correa, quien también vivió en esa Argentina oscura y que ya en los ochenta llegó a trabajar para Amnistía Inter-nacional. La película abre con las siguientes palabras de Mónica:

Como cuando descubrimos la luna gigante de verano, en la terrazade mi casa en Devoto.

Como cuando caminábamos por Corrientes, hasta que despuntó el alba y arreglamos el mundo y nos confesamos nuestras vidas.

Como cuando te dije que amaba la estatua de la duda en Plaza San Martín.

Como cuando tomábamos el 39 con Claudio, Leonor y vos, y habla-mos de las clases de literatura francesa.

Como cuando me escribiste la receta para no olvidar y me olvidé de que la habías escrito.

El film arranca intercalando la poesía de las cartas que Mónica y Sil-via se escribían durante los años de exilio y las imágenes de los parquesde Buenos Aires, los cafés y las manifestaciones. Todo esto produce un

Érika Buchancow

efecto tipo collage, muy rico en fotografía hastaque aparecen en la pantalla las palabras “BurntOranges” y el bandoneón de Astor Piazzola.

A lo largo del documental hay otras imágenesque están acompañadas por la cortina de fondomusical que pertenece a Fred Simon, un pianistanativo de Chicago; se trata de una mezcla de músi-ca moderna, jazz y música clásica. En las piezasde Piazzola y la de Fred Simon se denota la ambi-güedad que Silvia vive: ser de Argentina y deChicago al mismo tiempo.

Los testimonios en este documental van desdeperiodistas, hijos de desparecidos y Madres dePlaza de Mayo así como de ex generales de lasFuerzas Armadas. Puede decirse que el trabajo de Silvia logra abarcar los puntos de vista de las partes más importantes del conflicto.

De estos testimonios vale la pena destacar al-gunos de ellos, como el de Alcira Elizabeth Ríos,abogada y asesora de Abuelas de Plaza de Mayo.Esta abogada nos dice que a través de las forma-ciones de grupos políticos se peleaba en la Argen-tina por una sociedad más igualitaria, con la inten-ción de tomar el poder para cambiar las estructu-ras. Cabe destacar que Alcira fue quien logró, junto con Comisión Nacional de Personas Desa-parecidas, que se decretara el arresto domiciliarioa Rafael Videla, ex general de las Fuerzas Arma-das que asumió el poder tras aquel golpe de Esta-do llevado a cabo el 24 de marzo de 1976. En eldocumental Silvia nos hace presente los aplausospor una parte del pueblo que llegó a apoyar a losmilitares durante la toma de posesión, así comotambién los repudios de los jóvenes militantes que se oponían a aquella ceremonia con cantos de protesta:

¡Unidos presentes!¡Revolución o muerte!Otro testimonio interesante es el de Esteban

Santamaría, que a los seis años de edad fue testigode la forma en que los militares se llevaban a sumadre, quien militaba en el Ejército Revolucio-nario del Pueblo. Esteban cuenta que a esa edadentendía que su madre estaba en oposición a algo,“porque percibía el miedo, porque habían situa-ciones muy difíciles, principalmente cuando vinoel golpe de Estado”.

Luego de este testimonio se presenta la otracara de la moneda. El ex general Ramón GenaroDíaz Bessone muestra los titulares de los diariosde aquella época en los que se da cuenta de losataques por parte del grupo guerrillero a organis-mos militares. En su postura, muy rígida, cuentaque el gobierno de Isabel Perón ordenó a las Fuer-zas Armadas actuar contra la guerrilla, y él se sin-tió con la obligación de cumplir las órdenes del

gobierno de la nación, “había una sensación deque todos íbamos a ser asesinados.” Al final de su testimonio remarca que las fuerzas armadas noreprimen, sino que simplemente van a la guerra.

Opiniones o supuestas justificaciones como éstadel ex general Díaz Bessone, por desgracia, se si-guen escuchando en la Argentina de hoy, donde segoza de una pseudodemocracia, carente de un sis-tema de gobierno que cuente realmente con fuen-tes de trabajo, educación y vivienda. Es acá, frentea estas carencias, donde el pueblo flaquea con laidea errónea de tomar como solución el regreso de un gobierno militar que le haga frente a la inseguridad y la corrupción.

Junto con las Madres de Plaza de Mayo, ve-mos a otra organización conocida como H.I.J.O.S.Ellos se enfocan en la búsqueda no sólo de desa-parecidos, sino de hijos de desaparecidos, nacidosy arrancados de los brazos de sus madres bioló-gicas, pues luego de dar a luz eran torturadas y fusiladas en los centros de detención o “chu-paderos”, como lo llamaban los militares. Se cal-cula que había alrededor de 360 centros de deten-ción a lo largo y ancho del país; el más conocidoes acaso la ex Escuela Militar de la Armada Mili-tar de Buenos Aires, edificio que en los noventaestuvo a punto de ser demolido y que el actualpresidente Néstor Kirchner decidió convertir enmuseo. Ahí, en ese museo, es posible llegar a captar el horror que vivió la Argentina de 1976 a 1983.

Silvia Malagrino reside hoy día en Chicago.Fue una más de las tantas personas que decidie-ron huir de esa atmósfera de muerte. Esto en 1978.Regresó a Buenos Aires en 1986. Este documentalha sido para ella como una materia pendiente porresolver. Para ella, “las madres y las abuelas dePlaza de Mayo, el CELS, H.I.J.O.S. etc., hanlogrado victorias asombrosas en el campo de lamemoria, la verdad y la justicia. El espíritu delpaís es distinto. Es un país perturbado, pero a lavez fortalecido en el deseo de exponer y resistir la política de impunidad y amnesia”.

Burnt Oranges se presentará como parte del Reeltime Independent Film & Video Forum

Miércoles 15 de junio, 7:30 P.M.Evanston Public Library1703 Orrington AvenueEvanston, Illinois 60201

(847) 866-0312

Érika Buchancow es escritora argentina residente enChicago.

Silvia Malagrino durante la filmación. Foto cortesía de la cineasta.

Manifestación durante el XXIII aniversario del golpe de Estado. Fotograma de Burnt Oranges

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Luis Ospina

Sentado en un sillón de su cuarto de hotel, sorbiendo su whisky con delectación, Luis Ospina parece no tener prisa por ir a ningunaparte. Por la mañana lo llevaron a la Universidad de Chicago a par-ticipar en una de esas conferencias donde hay más miembros en elpanel que en el público, y en un par de horas vendrán por él paraasistir a la exhibición de Desazón Suprema, su documental sobre el escritor Fernando Vallejo, como parte del XXI Festival de CineLatino.

Ospina, colombiano oriundo de Cali, y residente en Bogotá, esun conversador nato. Sencillo, de risa fácil, el cineasta comparte susexperiencias y su entusiasmo de cinéfilo. Le pido sus impresionesante la fiebre del documental que se vive ahora. “Es evidente que entodo el mundo hay un apogeo del documental” responde. “Creo quehay varias razones para eso. Por un lado, la gente está un poco can-sada del cine de Hollywood y quiere encontrar la realidad en otraspartes. Además, están las nuevas tecnologías, que permiten que sepueda rodar documentales como el mío, con una simple cámara por-tátil. Por otra parte, el documental está comenzando a exhibirse ensalas de cine, ya no está confinado a la televisión o a la trastienda delos festivales. Y bueno, está el fenómeno Michael Moore, el que suspelículas hayan tenido millones de espectadores, la coyuntura políti-ca aquí en Estados Unidos. Moore propuso una película política enun momento crucial.”

El documental de Ospina fue muy bien recibido por la crítica yla gente (el Chicago Reader lo incluyó entre sus recomendaciones),si bien algunas personas se han mostrado ofendidas y sostienen quela visión de Vallejo denigra a los colombianos. “Los periodistas aveces dicen que Vallejo odia a Colombia, y a los cineastas muchasveces nos han acusado de dar una mala imagen del país. Pero comodice Vallejo, no se puede tapar el sol con un dedo. Somos el paísmás violento del mundo. Llevamos una guerra civil prácticamente

Julio Rangel

desde 1948. La gente cree que Vallejo odia a Colom-bia, pero de lo que me di cuenta al hacer el documen-tal es que él siente un profundo dolor por su país.”

Buenos viajes, malos viajesLa pasión de Ospina por el documental le viene demuy niño, cuando vio El desierto viviente, de WaltDisney, película que vio un par de veces. Más tarde,estudiando cine en la UCLA, en California, quedómuy impresionado por El hombre de la cámara deDziga Vertov (1929). Una película con una propues-ta adelantada a su tiempo porque, comenta Ospina,“en esa película ya está todo lo que se ha utilizadoen el videoclip, en la publicidad, están todos losrecursos que tiene el cine para registrar la realidad”.

Terminó sus estudios en 1972, no sin antes visi-tar en 1971 el ahora mítico Festival de Avándaro,considerado el Woodstock mexicano, que Ospinarecuerda como un bad trip: “Fue una pesadilla re-almente, recuerdo que me metí un ácido y la pasémuy mal. Llovió, había barro por todas partes, elpúblico era muy agresivo y tiraba cosas, se acabó el agua y la comida, sólo el regreso a la ciudad de México nos llevó 11 horas. Yo soy uno de lossobrevivientes de Avándaro.” Poco después, yaentrados los setenta, junto con el fallecido escritorAndrés Caicedo, fundó el cine club de Cali, y laprestigiosa revista Ojo al cine. Los cinco númerosde Ojo al cine bastaron para crearle una reputaciónen Latinoamérica y convertirse en un referente de la crítica cinematográfica —En la década de losnoventa, en México, quien esto escribe aún escu-chaba y leía comentarios elogiosos sobre esa re-vista, hoy inconseguible—.

Su paso de la crítica a la dirección de cine fueafortunado, y ahora cuenta con dos largometrajes:Pura sangre, de 1982 y 18 años después, en 1999,Soplo de vida, que se presentó también en el Fes-tival Latino de Chicago. Entre estos largometrajesmedian más de 30 documentales. Algunos polémi-cos, como Agarrando pueblo de 1978, “una especiede falso documental que denunciaba lo que noso-tros en ese momento llamábamos ‘porno-miseria’.Yo estaba harto de los cineastas que iban al tercermundo con esa intención, e incluso los mismoscineastas del tercer mundo empezaron a usar la miseria como algo para explotar y ganarse premiosen Europa, en festivales de cine, y para tranquilizarla mala conciencia europea. La película fue impor-tante porque cuestionó todo ese movimiento de cinedocumental un poco demagógico que se hizo. Fue

muy incómoda para los otros cineastas.”Pese a lo accesible de las nuevas tecnologías,

no fue fácil financiar la producción de su más re-ciente documental. “Comencé Desazón supremacon mi propio dinero, con un pasaje gratis que tenía a México, por millaje” comenta Ospina.

Prácticamente sin presupuesto, se fue a vivir a la casa de Fernando Vallejo en la ciudad de Méxicopor 20 días y así comenzó el documental. Con baseen lo que grabó entonces hizo un pequeño piloto ylo propuso a la primera convocatoria que hacía lanueva ley de cine de Colombia, que premiaba almejor proyecto documental, “con tal suerte que me lo gané”. Ese apoyo consistió en 30 millones de pesos colombianos. Solicitó también una de lasbecas de residencia artística que entregan los go-biernos de México y Colombia. Esto le permitióregresar a México otros dos meses y seguir rodando la película.

Negociar los muertosLa conversación fluye, y en algún momento piensoque debo despedirme y dejar que Ospina se preparepara salir. Pero como ya he dicho, mi entrevistadoes un conversador nato, por lo que se sirve un se-gundo whisky y vuelve al plácido sillón. Decidoque yo tampoco tengo prisa y enciendo de nuevo la grabadora. Resulta curioso, le comento, que su película, donde Vallejo se manifiesta contra lareproducción del género humano, se exhiba en uncontexto de violenta polarización entre los gruposprovida y pro-elección y días antes de que el Vati-cano optara por la línea dura en el nuevo papado.“Parte del discurso anticlerical de Fernando Vallejose debe a la insistencia de la religión católica, y delPapa recientemente fallecido, de prohibir el controlnatal” dice enfático Ospina. “Vallejo atribuye losmales de nuestros países en parte a la sobrepobla-ción. Dice que la pobreza sólo genera más pobreza,y la sobrepoblación sólo hace más difícil que esospaíses puedan progresar.”

La relación de Vallejo con el cine —carrera queestudió en Roma— queda plasmada en DesazónSuprema, donde se ven secuencias de las películasque rodó en México, con tema colombiano, y cuyaexhibición en Colombia fue bloqueada por el go-bierno. Hace un par de años se exhibió en el cir-cuito comercial de Estados Unidos la adaptaciónque Barbet Schroeder hiciera de La virgen de lossicarios, la novela más conocida de Vallejo. La rea-lización de esta película disparó también la realiza-ción de Desazón Suprema. Ospina lo cuenta así:“Schroeder ha sido mi amigo desde hace más de 20 años, iba frecuentemente a Colombia y se que-daba en mi casa. Un día que estábamos en París medijo que siempre había querido hacer una películaen Colombia, pero no había encontrado un escritorpara hacer el guión. En ese momento se acababa depublicar La virgen de los sicarios en francés y ledije que lo leyera. Schroeder lo leyó y me llamó di-ciendo ‘yo quiero conocer a este escritor’. Cuandose estaba rodando la película, Schroeder me llamópara hacer el documental detrás de cámara. Creoque allí se fue metiendo en mi cabeza la idea dehacer un documental sobre Vallejo.”

Un dato curioso: Schroeder le dijo a Vallejo queen el texto para la pantalla tenía que reducir el nú-mero de muertos, “Barbet le dijo, ‘en una novelausted puede matar mucha gente, pero en una pelí-cula hay que bajarle un poco’. Allí negociaron elnúmero de muertos” (risas).

La charla termina, en cualquier momento ven-drán por Ospina y ahora sí hay que oprimir stop.

delhabla sobre el apogeo

documental

Imagen de la película Soplo de vida. Al centro, Luis Ospina

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Espíritus,

Delia Negro

y Santeros

Kokopelli

San Gabriel

Gregory Gaymont Studio & Gallery nos presenta durante el mes de mayo una exposi-ción tititulada Santos-Spirits, propuesta realmente original, tanto por su temática comopor su técnica

El artista mexicano Marco Oviedo, en un afán de conservación de la imagineríacolonial y de la tradición del arte popular, rescata procedimientos ya olvidados por el arte contemporáneo y crea esculturas, retablos e imágenes, que vibran en unaexplosión de color y que reiteran indefinidamente concepto, tanto paganos comopeninsulares.

Giros y ritmos, colores y formas se combinan en la búsqueda de una dinámica creativa, nutrida de una herencia generacional, experta en diferentes técnicas, como el tallado, estofado o encarnado de la madera.

En tiempos de colonización y evangelización del Nuevo Mundo, los santeros pe-ninsulares desarrollaron un papel fundamental en la difusión de la que creían la ver-dadera fe e impusieron sus ídolos y enseñaron al hombre americano las técnicas deelaboración de los mismos. Al principio las imágenes fueron simples copias de un

arte popular-peninsular; posteriormente estasexpresiones se fueron transformando y haciendomás creativas a medida que los nuevos artesanosfueron dejando aflorar su sensibilidad.

Una comunidad siempre canta, talla, o escul-pe las devociones de su culto y así aparecen re-presentados sus animales preferidos y sus ídolos.Estas manifestaciones son parte del hecho diariode la vida, como la pesca o la labranza, como el rezo o la creencia; es un oficio más al cual el hombre está obligado diariamente.

Así los santos llegados en las naves desdeotro continente encontraron el terreno propiciopara imponerse con rapidez. Unas imágenessustituyeron a los ídolos locales, sin embargootras se fusionaron.

De técnica acabada y diversa, los santosfueron el apoyo didáctico del evangelizador.Aunque el objeto artístico no tenía valor en símismo y sus autores eran anónimos, este artepopular perduró como arte colectivo, comoexpresión de un pueblo y de una comunidad,como manifestación de espiritualidad y de cre-encias sobrenaturales; pero no exento de trans-formaciones y aportes locales.

El viento americano produjo un movimientomás audaz del ropaje, los colores de la tierrainundaron la imagen; aparecieron por doquier la naturaleza y el ritmo del nuevo espacio descu-bierto y los santos se coronaron de plumas y sevistieron de ricos tejidos de fibras vegetales ypiedras preciosas. A su vez los santeros se mul-tiplicaron y enriquecieron sus técnicas con pro-ductos naturales extraídos de ese suelo antesdesconocido.

La originalidad de Marco Oviedo está en quecontinúa desarrollando esas técnicas ancestrales,trasladándolas a nuestro arte contemporáneo yotorgándoles el valor creativo que proporciona

el mestizaje cultural y la individualidad en locolectivo. El resultado es sorprendente. La be-lleza de una traslúcida y antigua técnica con-tribuye a lograr en su obra un lenguaje estéticoinnovador, cargado de esa ingenuidad del artepopular alejado de la academia.

El “estofado”, realizado en capas sucesivas de “pan de oro” y color aplicado al ropaje de laimagen o el “encarnado”, procedimiento de co-loración de la piel del santo, requieren una dedi-cación y especialización que hacen de cada obje-to piezas únicas en su género y apreciación.

“La Inmaculada Concepción”, “San Fran-cisco” o “San Gabriel” desfilan en el espacioexpositor, mezclándose con “Espíritus” queaparecen y desaparecen, provocando ritmoscuriosos en el procedimiento de la “cera per-dida”, para concretarse después en bronces dealta expresividad, que comunican y despiertan la música de lo natural y de lo autóctono de latierra americana.

Esta muestra original y creativa, montada porla curadora Cristina Martínez Gaymont, presentauna propuesta novedosa que merece ser visitaday admirada con el propósito de un acercamientoal conocimiento de nuestras raíces y nuestra cul-tura. Debemos aplaudir estas iniciativas de elevarel arte popular al sitial que corresponde, y mos-trar sus manifestaciones y repercusiones en elmundo de hoy. Raramente en Chicago hemosvisto montajes artísticos con estas características,ambiente usualmente acostumbrado a propuestasde un lenguaje estético abstracto y de anticipadaaceptación.

Delia Negro es profesora de español en el InstitutoCervantes, en Chicago.

Santos

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Penoso adiós al PapaIván Torrijos

La Iglesia católica es parte importante en nuestras familias. Se hace presente desde que nacemosy se extiende al momento mismo de la muerte, cuando en los funerales el cura agita el agua benditasobre el cuerpo apagado cuya alma emprende el camino para encontrarse con su creador, o parahabitar los huecos de oscuridad y lamento que reservan el pago por nuestras culpas.

Sería casi un pecado dudar del lugar que le corresponde al recién fallecido Papa Juan Pablo IIpor su valioso trabajo a lo largo de su pontificado y por el simple hecho de que fue el máximorepresentante de la Iglesia católica durante 26 años. El magisterio de esta Iglesia nos habla delcontacto y/o inspiración directa del Papa con Dios y recibimos así muchas de las que son efectiva-mente enseñanzas sobresalientes de cómo vivir una vida honesta y de benevolencia. Sin embargo, el mundo supo también que Juan Pablo II expresó hasta sus últimos momentos rechazo a temas que han sido inquietud para muchos, como el uso del condón para prevenir embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual, o también el rechazo a los homosexuales que viven una vidaabierta y acorde a su orientación sexual.

El Papa reafirmó su condena a la utilización del condón, incluso en sus visitas a países afri-canos, Continente que vive una situación devastadora, pues es el que tiene el mayor número dehabitantes con VIH/SIDA a nivel mundial.

En cuanto a la homosexualidad dijo: “Es necesario preguntarse a sí mismo si esto no es, talvez, parte de una ideología nueva del diablo, que intenta poner los derechos humanos contra lafamilia y contra el hombre”. Antes de morir envió comunicados instando a los gobiernos a noemitir leyes que beneficien a las parejas del mismo sexo.

En relación con el párrafo anterior, hace algunos meses entrevisté al padre Ezequiel Sánchez,Director de la Oficina para Católicos Hispanos de la Arquidiócesis de Chicago. Al cuestionarlosobre estos temas, me respondió que los condones son pecado porque no están abiertos a la vida,dijo que halagan a Dios aquellas parejas que realmente obedecen y tienen todos los hijos que élles manda. En Latinoamérica por ejemplo, existen familias que viven en condiciones precarias deextrema pobreza; debido al gran numero de hijos los padres no pueden otorgarles buenas condi-ciones de vida. Ante esta realidad, el padre Ezequiel señaló que estos padres de familia tendránuna buena recompensa por haber cumplido con el mandato divino. En cuanto a los homosexua-les, me confirmó que la Iglesia rechaza la homosexualidad abierta. Dijo que aceptan a quien eshomosexual pero siempre y cuando no viva su vida íntima y social como tal. Le hablé del sa-crificio que ello implicaba para la gente que tiene esta orientación sexual; su respuesta se basónuevamente en que se debe cumplir con “lo que Dios ya ha hablado”, y que eso “te garantiza, en pocas palabras, el Paraíso”.

Lo anterior nos lleva a observar la enorme cultura del sacrificio en la Iglesia católica: el dolory el sufrimiento como forma de bondad. Incluso con la imagen de Jesús clavado en la cruz, sehace visible el sufrimiento como camino de salvación. Una actitud así nos lleva a renunciar a lacapacidad de vivir una vida plena, de aspiraciones y de libertad autónoma y, en su lugar, trans-formarnos en objetos de obediencia a una moral que ha perdido su lógica en el transcurso deltiempo. No confundamos, no se trata de libertinaje y desenfreno, sino de dignidad humana, deamar y aceptar las diferencias; se trata del respeto personal y también del ajeno.

La historia del catolicismo ha estado plagada de aberraciones, a las mujeres —como a los ani-males— se les consideraba seres sin alma; se insistía en que la tierra era plana, que la tierra erael centro del universo, que la gente se moría por los demonios. El Papa pidió perdón a los indí-genas por la explotación de que han sido objeto y por destruir sus formas de vida, a los judíospor la persecución y asesinatos en su contra, a las mujeres por la histórica discriminación y se-xismo en que han vivido a lo largo de los siglos —hasta ahora ninguna mujer ha participado enla elección del nuevo Papa—, de igual manera se ha pedido el perdón por los abusos sexuales amenores de edad. Sería importante que no pase mucho tiempo antes de que la Iglesia reconozcatambién que algunas de sus posiciones —como ante el uso del condón o la homosexualidad—son incorrectas y que incluso se han convertido en inmorales. El sentido común que Dios nos ha dado se lo dice a muchas personas que se van alejado de la Iglesia debido a estas ideas queocasionan un peligroso daño no sólo personal, sino también social.

Juan Pablo II se ha despedido. Ojalá que las lágrimas que se derraman sean de felicidad porquede acuerdo a nuestras creencias es seguro que se reunirá con Dios. Además, a la muerte cualquiera le gana la partida cuando se han hecho buenas acciones y se ha servido y amado al prójimo.

La Iglesia católica ha vivido grandes transformaciones; este nuevo momento de transicióndebiera marcar el inicio de un período inteligente en estos temas que representan un reto actual.

Iván Torrijos es técnico en Trabajo Social. Fue productor de Radio Arte durante dos años. Ahora escolaborador de la Revista Identity de Windy City Media Group.

Desnudode un mundo artificial

Obituarios

Rodolfo “Corky” Gonzales (1929–2005)

De todos los líderes del Movimiento Chicano,Rodolfo “Corky” González fue el que se vio másvinculado con el “Chicano Power”; lema que a-pelaba al movimiento social durante las décadasrebeldes de los años 1960 y 1970. Su poema “I am Joaquin/Yo soy Joaquín” (1967) inspiró a toda una generación de activistas jóvenes que

se sintieron atraídos al nacionalismo que Corky fo-mentaba: el concepto de Aztlán, la autodeterminación

chicana y el orgullo por su cultura e historia mexica-na/chicana. Como uno de los cinco “grandes” líderes del Movimiento Chicano(César Chávez, Bert Corona, Reyes López Tijerina, José Ángel Gutiérrez y CorkyGonzales), este último encarnó la causa de los jóvenes urbanos de los barrios.

I am JoaquinLost in a world of confusionCaught up in a world of a gringo society,Confused by the rules,Scorned by attitudes,Suppressed by manipulations,And destroyed by modern society.

—Juan Mora Torres

Lalo Guerrero(1916–2005)

Lalo Guerrero era un gran héroe. Fue uno de los pioneros chicanos en hacer algo que reflejaba a lasociedad chicana y además indicara nuestro lugar enlos Estados Unidos y el mundo. En los años cuarenta—la época de los pachucos y de los zoot-suiters— él yaestaba tocando swing en español. Además le fusionaba rit-mos latinos e incorporaba el lenguaje de las calles en suscanciones, como “Marihuana Boogie”. Él también hizomuchas parodias a las canciones. Creaba sus versiones que eran bien divertidas, como “Pancho López” en lugar de “Davy Crockett”, y otras como “There's no tortillas”, “OhCielo Mío”. ¡Era grandioso! Fue un escritor prolífico y un gran interprete, grancantautor y un excelente personaje.

—David Hidalgo, Los Lobos

Rigo Tovar(1947–2005)

Domingo 27 de marzo de 2005, se nos adelanta a entrar al gran silencio el granartista y músico compositor y cantante matamorense, Rigo Tovar, quien fue elfenómeno tropical de los años setenta, quien innovara la música popular al in-troducir elementos psicodélicos del rock a la música tropical; sólo siguiendo lospasos de Santana. Le sobreviven cantidad de canciones y su sonido que es unagran influencia para un sin fin de músicos de nuestros días en los cuales me inclu-yo... Rigo siempre imitado, jamás igualado... Rigo el hombre... Rigo, quien llenara

de miles de almas el río San Luisito tan sólo con su canto...Rigo la influencia... Rigo la sensación... Rigo ... el re-

cuerdo... Rigo el que fue olvidado para con su muer-te revivir entre nosotros y quedarse para siempre en

su música... Rigo, tu Matamoros querido nunca tepodrá olvidar, como tu México lindo que siempreamaste... no creas que son sólo palabritas que sedicen nada más... Oh qué gusto volverte a ver...Oh qué gusto volverte a encontrar... aunque tenos hayas ido con tu sirenita encantada... siem-pre sabremos que... Rigo es amor... descanseen paz.

—Tony Hernández, El Gran Silencio

Émile Durkheim defendía apasionadamente la idea de quela sociedad y la economía en los últimos años del sigloXIX, tenían que recuperar aquello que había sido barridopor el vendaval de la economía liberal capitalista. Sim-plemente, los teóricos e ideólogos del liberalismo primi-genio, no querían saber nada de intervención estatal o detodo tipo de organización que pudiera interrumpir o blo-quear el supuesto desarrollo libre de la economía y de lasociedad.

La máxima fisiócrata “dejar hacer, dejar pasar”, teníaya un siglo de vigencia económica y social. Los tiemposde Durkheim son testigos de una profunda crisis, expresa-da en la ausencia de una “vida moral” que apenas es bal-buciente y en un desorden social y económico que nocuenta con referencias institucionales, cuyas reglas y nor-mas sometan a control los impulsos de barbarie: jornadasde trabajo extenuantes y salarios sumamente raquíticos,estado de guerra permanente y golpes de Estado a laorden del día.

Además, y esto es lo sobresaliente en este apartado, elhecho de practicar una “vida moral” significa para el pen-sador francés, atender un reclamo de toda condición hu-mana: “pensar en los otros”. Esto es parte de una disci-plina moral que se practica en las organizaciones o corpo-raciones y que implica “deberes para con los otros”, cuyamanifestación más contundente será la formación de unestado de derecho y las normas y reglamentos que debe-rán observarse en aquellas organizaciones que él llama“secundarias”: familia, asociaciones profesionales, em-presas, sindicatos, partidos, etc.

Las “organizaciones secundarias” son fundamentalespara vivir la vida solidariamente, pero en la vida modernay de masas ello no es suficiente. Durkheim tiene susrazones que son muy atrayentes.

Primero. Es una paradoja: para ser libres y desarrollaruna auténtica individualidad, es preciso negar en algunosmomentos la inmediatez de las organizaciones y poderessecundarios y abrazarnos a las abstracciones del supra-poder estatal, ya que la vida social e individual que seexperimenta en las “organizaciones pequeñas” suele ser tiránica y despótica.

Segundo. Este compartir la idea de lo que somos ypensamos en términos abstractos o universales, abona a sí mismo a la “liberación de las personalidades indivi-duales”, pues no tenemos que dar cuentas a nadie de lavivencia de esos valores: ni a la familia, ni al jefe de trabajo, ni al compañero, ni al presidente del club o asociación.

Tercero. Dirá Durkheim que se es más libre en el senode una muchedumbre que en el seno de un grupito. Y lasmuchedumbres sólo pueden estar representadas en el Es-tado. Por lo tanto, el Estado moderno tiene una funciónética irremplazable: la de hacernos más libres.

En resumen, son varias las enseñanzas que podemosrecoger de uno de los discursos sociológicos, clásicos,más sobresalientes en la historia del pensamiento so-ciológico y que sostiene un vínculo muy vivo con los problemas existenciales que ahora estamos viviendo. En primer lugar, la desmitificación del supuesto “ogroestatal” que, en los discursos neoliberales, figura comouna instancia reducida a desempeñar un rol de mero es-pectador, de dejar que la economía y la política se desa-rrollen espontáneamente sin freno alguno. Incluso, Durk-heim irá todavía más lejos: mientras más moderna y de-sarrollada sea una sociedad, más y mejor Estado necesi-tamos los seres humanos para realizarnos como indivi-duos y como sociedad. Además requerimos del Estadopara protegernos de una ciencia y una técnica y un mer-cado que, sueltos a la buena de dios, pueden provocarinvoluciones sociales muy fuertes.

No se piense aquí en la figura de un estado socialistaque ya demostró toda su ineficacia histórica, sino en otrocuyos mejores tiempos quedaron plasmados en las dos otres décadas subsiguientes a la Segunda Guerra Mundial y que se inserta con más fuerza en el Occidente desarro-llado. Sin embargo, y dicho con todo rigor, ese modelo es tan sólo una referencia; el nuevo Estado que ha deadvenir, deberá de tener visos de una universalidad máscontundente, capaz de involucrar a las sociedades másdébiles en procesos de auténtico desarrollo social. En este sentido, a la involución social que hoy estamos ex-perimentando en materia económica y de relaciones so-ciales entre los países ricos y pobres y al interior de estosúltimos, reclama respuestas cada vez más planetarias.

Por último, los niveles de reciprocidad social que hoyrequerimos practicar en todas las escalas, tienen que cre-cer en intensidad, densidad y amplitud. Hoy, como nunca,tal vez diría Durkheim, nos necesitamos los unos a losotros. Solamente así, podremos forjar auténticos indi-viduos.

Manuel Zataráin C. es profesor e investigador del Departamento deSociología de la Universidad de Guadalajara.

Sociedad moderna e individuo en DurkheimManuel Zataráin C.

CAFÉCafé MestizoMiércoles: Open MicDomingos: Jazz 2123 S. Ashland(312) 942-0095

Décima MusaJueves de trova con

Ramón Marino1901 S. Loomis(312) 243-1556

Mi Cafetal Trova cubana

todos los viernes 8:30 P.M.

1519 W. 18th Street(312) 738-2883

Batey UrbanoCafé teatro

2647 W. Division St. Jueves: Open mic(773) 394-5206

TEATROLiving Out

Coproducción de TeatroVista y American Theater

CompanyCierra el 22 de mayo

1909 W. ByronInformación:

(773) 929-1031

ARTELa libertad del sueñoExposición Colectiva

Recepción de apertura: Sábado 7 de mayo a las 6:30 P.M.

Casa de la Cultura Mestizarte1440 W. 18th St.

Chicago, IL 60608Información: (773) 317-0036

GrabadoresEn 4Art Inc.

Recepción de apertura: Viernes 13 de mayo 6:00 P.M. a 10:00 P.M

Cierra el viernes 3 de junio 1932 S. Halsted, #100

Información: (312) 850-1816

Amarga Navidad Obras de Mario Castillo Recepción viernes 13 de mayo6:00 P.M. a 9: 00 P.M.Cierra el 25 de mayoAguirre-Duron Gallery 1820 S. Halsted St. (773) 221-5521

Exposición de arte en el edificio Joya14 y 15 de mayo

12:00 P.M. a 7:00 P.M.1801 S. Ashland Ave. 3er piso Información: (312) 666-6230

ReciclarteObras de Leticia Rodarte Recepción de apertura:

3 de junio a las 8:00 P.M.Cierra 30 de junioMonarte Gallery 1621 W. 21st St.

MÚSICARock en español

Martes 17 de mayo, 8:00 P.M. Double Door

1572 N. MilwaukeeChicago, Illinois 60632

Información: (773) 383-3383

DISCUSIONESMujeres y resistencia:

Cuba y NicaraguaMargaret Randall

11 de mayo, 7:00 P.M. DePaul University

Schmidt Academic Center 2320 N. Kenmore Ave.

(773) 325-7316

Primer Festival Centroamericano del LibroParticipan: Guatemala, Honduras,

El Salvador y PanamáAutores: Méndez Vides y Haydee Beckles

19, 20 y 21 de mayoAccess Living, Tres Américas y Restaurante El Guanaco

Información: (773) 216-0569

Hor�scoposDoña Masas es fanática de la CH ahoraque la eliminó la academia metiCHe…

TAURO: Chimichurri con bastante ajopara el asado que se saca del chamagosotrasero de toro. Este animal zodiacal abun-da en las urbes chapuceras de las tres Amé-ricas. Por allá desbanca y por acá da chá-gara a todo el que se le plante delante. Perodigo yo, que mientras no le dé por cantarcanciones de Chabuca con Chavela, todo vabien chévere.

GEMINIS: Chamanes del nuevo milenioacelerado, los géminis desarrollados tomanchampán orgánico en chalupas en Chapul-tepec. Buscan fuertes muchachotes queremen sin descontento mientras ellos,chambones de nacimiento, descansan en lachaise-lounge chupando mate si son argen-tinoides o mateándose entre chupones sison cubichones.

CÁNCER: Champú contra el chivatazo,para que no te salgan chácaras en el cuero

cabelludo, canceriano. Eres un chapulínchillón y mamón, dependiente y ladilla. Poreso enfila y vete a tierras exóticas donde tecrean la chacota, porque aquí ya todossaben cuál es tu cuento.

LEO: Chapoteas, león desolado, en tu char-quito de arena como si fueras sirena maqui-llada para un show de Al Rojo Vivo. Comola Arrarrás, te crees el chamuco del zodíacoy que todos te temen por fiero, pero en serioque nadie te aguanta por debilucho que almenor susto se esconde en un cartucho.

VIRGO: Chupadora experta es la virgendel zodiaco, metalizada por los chavos.Chancletera y chusma cuando no se hace lafina, la chamaca virgo gusta de la cremachantillí, de los chicharrones crujientes y delos chubasqueros de marca. Complácela ytodo marchará viento en popa; niégala y temeterá la popa por donde soplan los vien-tos.

LIBRA: Chándal de seda para tapar tantoadefesio librano que se esconde tras loscharlatanes de la belleza. Les vamos a echar

chapupo encima, y veremos cómo les quedala capa de chapapote con unos lindos zapa-tos de charol, libracos macacos.

ESCORPIÓN: Champurrado caliente es loque le corre por las venas a este grupitodado a la chaperonada en vigilia. Chispe-tean a la menor provocada, chatarra cósmi-ca mal inflada. Yo los montaría en un ca-chumbambé y no los bajara nunca. Never.Jamás.

SAGITARIO: Chabacano este caballoteque vende el alma por un vaso frío dechampola de guanábana. Vale mencionarque el chorizo largo y picante le chifla, ade-más de las negras con chongo, las blancascon chunga y las chinas que vuelan chi-ringas.

CAPRICORNIO: Chacharea y cotorreaeste experto charlatán hasta el suicidio delradioescucha. Se esmera en pronunciar suspalabras domingueras, pero a fin de cuen-tas, el acento de chaveta boricua y la reali-dad de cheque sin fondo no se la quita ni laa-dicción al inglés sin barreras.

ACUARIO: Este charro sin chasquido ensus acuáticas pisadas es, además, chulo dechiripa. Se hace el cheche por bravucón pe-ro de echar puños nada de nada. Dizque esel chupacabras, pero me aviento y le gritochotacabra de cola cuadrada, para que seagite.

PISCIS: Ché, si te contara que los piscia-nos que se la dan de cherebeques son en re-alidad analfabetos chatos… Se la pasanentra y sale de la chichera, encarcelados pormalos impulsos y la gula del oro. Propínaleun chichón bien merecido por chiflado, yque le saquen chispa al coco liso, a ver siaprenden.

ARIES: Chivito, chivito… Aunque seas unanimal chantajista aquí en tierras del tíoSam, en Chile serías un chamicado del ca-rajo, en Cuba un tremendo chanchullero yen Venezuela, un chama dado a la cham-brana. Así que reclama la charada que máste disguste y cógetela, que pa’eso es el do-minio público.

Segunda entrega del premio anual

John Barry Award for New Fiction in Spanish from Chicago

para el autor del mejor cuento en español escrito en el área de Chicago

EL TEXTO DEBEser un cuento de menos de 3,000 palabrashaber sido escrito originalmente en español

no haber sido publicado nuncaestar firmado con un seudónimo

FECHA DE ENTREGA15 de julio de 2005

ENVIAR LOS CUENTOS DESDEwww.johnbarryaward.com

EL PREMIO$1,000

Más su publicación en la página del Instituto Cervantes: www.cvc.cervantes.es

y en la revista contratiempo.

CONCURSO DE LOGOTIPO

La Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñasbusca un logo para la organización NALACC.

Las obras deben medir aproximadamente 25 x 35 pulgadas.Técnica abierta, la fecha para entregarlas es el 27 de junio

en la Casa Michoacán.

Información: (312) 656-8655

Participantes:Josefina de Abad

Frances R. AparicioPriscilla ArchibaldJerry Campagna

José Castro UriosteAlejandro EscalonaClaudia FernándezJaime J. Gelabert

Alfonso Hernández

José M. Hernández,Catalina Johnson

Julia MarcosJorge MederosKim Potowski

Julio RangelVicente Serrano

Pepe VargasFebronio ZatarainMarc Zimmerman

12, 13 y 14 de mayo de 2005en el Centro Museo de Bellas Artes Mexicanas (1852 W. 19th St.)

y DePaul University (Lincoln Park Campus)

Oradores invitados: Joaquín Garrido y Carlos MonsiváisPoeta invitado: Tato Laviera

COLOQUIO LENGUADELA

lo invitan al

EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS

Información: Department of Modern Languages, DePaul University [email protected] Teléfono: 773.325.7320 contratiempo (312) 479-1969

Latin American and Latino Studies Program and Lecture in the Community Series

Medios colaboradores:

Patrocinan:

LA ISLA DEL CISNE EDICIONES

Department ofSpanish and

Portuguese atNorthwesternUniversity

John Barry Award Foundation

Amigos del coloquio:

contratiempoaniversario2o

Sábado 14 de mayo de 2005

Orador invitado: Carlos Monsiváis Maestra de ceremonias: Catalina María Johnson

Recepción: 7:00 P.M. Cena: 7:30 P.M.

Donación: 75 dólares por persona

Centro Museo de Bellas Artes Mexicanas1852 W. 19th Street Chicago, Illinois 60608

Información: Comité organizador (312) 427-5450 [email protected]