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contratiempo mayo 2008

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La celebración de la musica • Cuatro poetas de Chicago • Los negros en Colombia y el TLC

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contratiempo

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mayo 2008

latinidad

número 56

Directiva

Frances R. Aparicio, Raúl Dorantes, Gregory X. Gorman, Jochy Herrera, Fernando Olszanski, Félix Masud-Piloto, Moira Pujols, Helen Valdez

Directora ejecutiva

Moira Pujols

Director editorial

Julio Rangel

Consejo editorial

Beatriz Badikian, Gerardo Cárdenas, Julio Rangel, José Castro Urioste, Raúl Dorantes, Febronio Zatarain

Jefe de redacción

Febronio Zatarain

Directora de arte

Esmeralda Morales

Diseño gráfico

Marisa Bueno, Esmeralda Morales

Diseño de portada

Roberto Estaraneta, Guillermo Munro

Fotos

Luis F. Soto, Santiago Weksler

Correctora de estilo

Mayavel Saborío Carranza

Las opiniones expresadas por los escritores que colaboran en contratiempo no son necesariamente las de la revista, o de la entidad que la publica, contratiempo nfp, una entidad 501 (c)3 sin fines de lucro.

© contratiempo nfp

1702 South Halsted St., Chicago Il 60608(312) 666 7466

Para obtener más información sobre las distintas secciones de la revista publicidad o suscripciones, escríbanos a:[email protected]

Para envío de colaboraciones:

Julio Rangel

[email protected]

Gerardo Cárdenas

[email protected]

3. Editorial

4. “De Chicago para el mundo”: La joven trayectoria del Sonido Duranguense, Juan Mora-Torres

5. Historias de la plena en Chicago: Los Pleneros del Yucayeque, Omar Torres

6. La migración (aún) indocumentada del son jarocho en Chicago, Gina Gamboa

7. FMEL: Festival de Música Electrónica Latina en Chicago, Stephanie Martínez y Carlos García

8. La melodía que somos todos, Catalina María Johnson

9. La participación cívica y la religión, Instituto de Estudios Latinos de Notre Dame University

11. Poetas en Chicago, Hugo Gutiérrez Vega

12. Desarraigos

13. Jorge Hernández

16. Febronio Zatarain

17. Juana Iris Goergen

18. León Leiva Gallardo

14. Arte plumario en el Museo Metropolitano de Nueva York, Delia Negro

19. Festival de Cine Latino: ¿habrá jubileo?, Gerardo Cárdenas

He arado en el mar, Bernardo Navia

20. Los museos de nuestra música, Catalina María Johnson

22. Lo último que emigra, Raúl Dorantes y Febronio Zatarain

24. Los negros en Colombia y el TLC, Eunice Mina Escobar

25. Venezuela, entre la literatura y la política: Una conversación con Carlos Pacheco, José Castro Urioste

26. El Pulitzer, los premios, y La Hispaniola de Junot Díaz y Edwidge Danticat, Jochy Herrera

27. Pasatiempo

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edItorIaL

Hola y saludos a todos.

Esta frase en español está grabada en el disco cubierto de oro que llevan adosadas las dos Voyager,

extraordinarias sondas interestelares lanzadas en 1977 al espacio, que ya han abandonado el sistema solar y van de

emisarias al reino de las estrellas.

El disco fonográfico, mensaje para las posibles civilizaciones extraterrestres que se pudiera encontrar, contiene 118 fotografías, grabaciones de sonidos de la tierra, saludos en casi sesenta idiomas y casi noventa minutos de música.

La música contenida en el disco incluye veintisiete selecciones de una variedad de países del mundo —Bach, Mozart, Beethoven y piezas folklóricas—, Se incluye música de dos países latinoamericanos: la número seis de México, el son jarocho “El Cascabel” en versión con mariachi, y dos canciones de Perú, la 13 que es grabación de flauta y tambores y la número 23, “Canción de Boda”, canto breve de una joven anónima grabada por un investigador.

Flauta andina y son jarocho viajando por el polvo de las estrellas.

Aquí a esta tierra de Chicago han llegado varios millones de viajeros, en acto de exploración no siempre

voluntario. Sondean a su manera, y a las tierras que dejaron envían

sus imágenes, misivas y dinero, resultados y fruto de su exploración.

Al igual que las Voyager, viajan con su música, pues llevan sus sones adosados

en el corazón.

Melodías que viajan por el polvo de nuestras calles, notas en las que llevamos plasmada nuestra identidad.

En este ejemplar de contratiempo, presentamos una muestra de lo que somos musicalmente hablando los

latinos de la ciudad. Seguramente, al igual que los 90 minutos de música de las Voyager, nuestra muestra

no es más que un mero indicio de la totalidad.

Chicago, tierra donde surgió el blues eléctrico, ciudad de gran tradición jazzística y cuna del house, es también cuna del pasito duranguense, primer fenómeno musical masivo originado por inmigrantes mexicanos que se exporta de los Estados Unidos hacia México. Hacemos recuento de este género gestado en nuestra ciudad. Se narran también las historias de otros géneros que llegaron en el equipaje interior del inmigrante como la plena puertorriqueña y el son jarocho mexicano, que al viajar de ida y vuelta se van transformando en el vaivén; y se documentan los primeros pasos

en esta ciudad de la música electrónica latina, género reciente que reincorpora el pasado perdido del vinilo y a la vez responde a

adelantos tecnológicos y a las necesidades de una juventud globalizada. También hacemos reconocimiento a los espacios que contra viento y

marea siguen presentando música en vivo y a los músicos que animan dichos espacios.

Parecido a una Voyager, podríamos considerar este ejemplar de contratiempo un mensaje que busca

promover la inmensa riqueza musical latina de nuestra ciudad.

Hola y saludos a todos.

Todas las ilustraciones del dossier son de Guillermo Munro.

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El Zócalo de la Ciudad de México se encontraba copado de gente la noche en que se conmemoraba el “Grito de Dolores”. A diferencia de otras celebraciones patrióticas, los dos principales partidos políticos mexi-canos se disputaban el Zócalo, lugar que es símbolo de autoridad y poder desde el ascenso del imperio azteca en los años de 1430. En un lado del estrado estaban los que proclamaban la presidencia de Manuel López Obrador como la legítima, mientras que en el otro el presidente Felipe Calderón daba el “Grito oficial”. A unos 800 kilómetros, “en el sureste Mexicano”, palabras que dan inicio a todos los comunicados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), los zapatistas celebraban la independencia mexicana con su propio Grito insurgente.

En México la política y las fiestas van de la mano, y esta ocasión no era ninguna excepción. En el Zócalo, mientras K-Paz de La Sierra interpretaba “Mi Credo,” “Pero te Vas Arrepentir” y otros éxitos duranguenses, en La Realidad, Chiapas, jóvenes parejas zapatistas bailaban el pasito duranguense vestidas en sus mejores ropas domingueras. A pesar de que su nombre sugiere un origen duranguense, este popular género musical y baile de moda “nació” en los barrios de Chicago, y se ha convertido en una de las últimas importa-ciones musicales “extranjeras” en conquistar el terri-torio mexicano, desde sus alejados poblados hasta las grandes urbes.

Antes del ascenso meteórico del duranguense, Chicago no figuraba en el mapa de la producción musical dentro de los géneros latino y latinoamericanos, ya que San Antonio, Miami, Nueva York y Los Ángeles han sido siempre la fuente de donde han emanado los diferentes ritmos musicales de la comunidad latina. Huérfano de un sonido propio, los derechos musicales de Chicago se han limitado a un par de pies de página en el libro inédito de la música latina, a través de La Sombra de Chicago, conocida banda de tejano en los años noventa y Los Bondadosos, que se mantuvo entre los primeros lugares de la música grupera por un breve periodo a comienzos de los ochenta.

“El chotis es nuestro”: El ascenso del sonido duranguense

Gregorio Bernal, popular disc jokey de Monterrey, al presentar en Chúntaro Radio Poder una de las pistas de El Gran Silencio dijo “géneros musicales vienen, géneros musicales van, el chotis, es nuestro”. En esa breve frase, Bernal captó las leyes que rigen la historia de la música: algunos géneros “pegan”, otros quedan relegados y pasan al olvido, mientras que unos pocos evolucionan en algo diferente. En el caso de la música regional mexicana, tejano y banda eran lo máximo en los años noventa mientras que hoy en día el reggaetón y el duranguense, dos géneros marginales hace una década, dominan la música latina.

Duranguense, ya en su sentido de un sonido y estilo de baile particular , es el “chotismo” chicaguense, sinó-nimo de chuntarismo, término definido por El Gran Silencio como una nueva producción cultural que surge de la amalgama de lo local y mundial (y de la tradición con la modernidad). Como el chotismo de Chicago, la evolución del duranguense se inició a mediados de los 90, cuando Montéz de Durango, Horóscopos

“De Chicago para el mundo”: La joven trayectoria del Sonido DuranguenseJuan Mora-Torres

En memoria de Sergio Gómez (1973-2007), vocalista de K-Paz de La Sierra.

de Durango, Alacranez Musical, La Raza de Chicago y otros cuantos grupos más comenzaron a combinar sonidos producidos por la tambora y el teclado elec-trónico (sintetizador). Hablando ya específicamente, es la mezcla del compás del tamborazo zacatecano con los sonidos metálicos del sintetizador, produciendo de tal manera un ritmo parecido al de banda, pero con anfetaminas.

Como es el caso de la música popular, duranguense ha tenido gran acogida no sólo por la música en sí sino por haber inspirado también el pasito duranguense, baile que combina los elementos de la quebradita y el merengue. Mejor dicho, fue el baile que influyó en el ritmo del duranguense. Al parecer, el sonido surgió en las discotecas y salones de baile donde jóvenes parejas bailaban a un ritmo cada vez más acelerado, obligando a las bandas a tocar más rápido para mantener el ritmo. El baile y el ritmo convergieron en El Álamo de Aurora, salón conocido como el santuario extraoficial del duranguense.

Un mes antes de sacar a la venta El Sube y Baja, la tarjeta de presentación del duranguense ante el mundo fuera de Chicago en 2002, el Grupo Montéz de Durango tocó en la Plaza Garibaldi de Chicago. Montéz fue una de las bandas que abrió el espectáculo de Los Tucanes de Tijuana. Al año siguiente, el disco De Durango a Chicago de Montéz, ocupó el segundo lugar en el Latin Billboard, superando el álbum que Luis Miguel estrenó por la misma época. Después de una larga gira por México y los Estados Unidos, tocando con llenos completos, en agosto de 2004, el grupo fue aclamado por 50 000 personas en el festival Viva Chicago, donde no sólo actuaron de forma gratuita sino que también recibieron un reconocimiento especial por parte del gobernador Blagojevich y el alcalde Daley. Montéz no sería ya más un acto secundario.

Los dos primeros álbumes de Montéz fueron momento decisivo en la comercialización del duran-guense, ya que no sólo puso el género en el mapa de la música latinoamericana y latino sino que le abrió las puertas a los Alacranez Musical y Los Horóscopos de Durango y a otros grupos más. El duranguense fue adoptado rápidamente por grupos de otros géneros y, de la noche a la mañana, surgieron nuevos conjuntos. Actualmente, en Chicago, habrá una docena de grupos durangueses conocidos y muchos más por alcanzar el éxito.

Por lo menos, en lo respecta a la música “mexicana”, se le ha dado vuelta a la tortilla y, hoy por hoy, para alcanzar la fama, primero uno tiene que ser famoso en los Estados Unidos. Según Domingo Chávez de DISA, “La gente de aquí ve, escucha y baila al son de los grupos de Estados Unidos. Su música se estrena primero aquí, se convierten en éxitos y luego la expor-tamos a México.” Como un producto creado por la industria cultural norteamericana, el duranguense es

el primer género “méxico-ameri-cano” en alcanzar máxima popu-laridad en todos los rincones de la República Mexicana.

El sonido duranguense y la sociedad

¿Es el sonido duranguense acaso una moda de paso que correrá la misma suerte comercial que tejano? ¿Madurará y gozará de una larga existencia como la banda y el norteño? ¿Evolucionará en algo más? Estas interrogantes son vitales para el futuro del duran-guense y, por el momento, no tienen respuesta. No obstante, el sonido duranguense nos brinda una pers-pectiva valiosa del estado de la industria musical y de la relación que existe entre los artistas y la sociedad.

El sonido duranguense es música mexicana inter-pretada por músicos jóvenes para un público joven. En el pasado, la gente joven había rechazado la música mexicana considerándola, con cierto grado de vergüenza, la música de “sus padres”. Un elemento que se deriva del sonido duranguense es que lo fue rechazado en el pasado está siendo aceptado entre la juventud de hoy, un fenómeno sociológico mejor comprendido y aprovechado por la industria del espectáculo que por los propios sociólogos. La indus-tria está consciente de que su objetivo de venta son los jóvenes, por ser éste el sector de la sociedad que busca fervientemente símbolos que puedan adoptar como parte de una identidad incipiente.

Al mismo tiempo, una de las críticas persistentes del sonido duranguense es su falta de originalidad, ya que la mayor parte de su producción musical se basa en canciones versionadas. ¿Y cuál es el mensaje de esa obsesión con las canciones versionadas? ¿Será que los jóvenes desean conectarse con el pasado? ¿Indi-cación del deseo de crear vínculos emocionales con la música de sus padres? ¿Y qué decir en cuanto a los autores? ¿Fracasan en captar en sus letras el sentido y el sentimiento del presente? Entre los géneros latinos contemporáneos que reinterpretan canciones, los músicos duranguenses lo hacen a un ritmo mucho más acelerado, siendo quizás ésta la razón de su éxito. De ser así, pueda que sea indicio de que vivimos en un mundo que se mueve a tal velocidad que no nos da tiempo ni para asimilar nuestras acciones ni reflexionar sobre el camino que andamos.

Juan Mora Torres es historiador y profesor de DePaul University. Traducción: Luisa Oblitas Feuerstein

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La plena es un estilo musical afropuertorriqueño que se ha tocado en la isla desde finales del siglo XIX. Uno de los estudios más recientes del destacado escritor y antropólogo Ramón López describe la plena como un “bembeteo musicalizado”. “Bembeteo” es una expresión puertorriqueña proveniente de la palabra “bembe” o labio. El movimiento de los labios o “bembeteo” se utiliza para referirse a chismes, anécdotas o conversaciones coti-dianas. Se puede decir que, a lo largo de la historia, estas conver-saciones y noticias diarias se han convertido en excusas para crear estribillos de canciones de plena. A este bemebeteo musica-lizado y esencialmente percusivo, se unen tres tambores de mano o panderos que se tocan en diferentes patrones. El tumbador y el seguidor mantienen el ritmo base, mientras el requinto impro-visa y salpica con golpes sobre esta base. El resultado es un ritmo sencillo, lleno de cadencia que marca todas las celebraciones, protestas, entierros y bautizos de muñeca que toman lugar en la isla.

La historia de este joven estilo musical es rica en Puerto Rico, pero pocos conocen la trascendencia que ha tenido en Chicago. Recientemente, tuve la oportunidad de asistir a un evento dedicado a la plena en el Centro Cultural Ruiz Belvis. En un momento de la noche tocaban unos ocho panderos al unísono, sin ayuda de micrófonos para los cantantes. Varios se aventuraron a cantar, pero sólo uno era capaz de escucharse por encima del fuerte repiqueo. Su nombre es Daniel Rivera, uno de los pleneros de mayor trayectoria en Chicago, quien se destaca por haber sido miembro fundador de Los Pleneros del Yuca-yeque. Esta agrupación mezclaba plena con poesía negroide y marcó una época importante en la historia musical de la ciudad entre 1981 y 1993.

Danny fue generoso cuando me acerqué a hablar de música y no tuvo reparo en aceptar mi invitación para compartir su historia en el restaurante La Bruquena. Entre cervezas y carca-

jadas, se fueron uniendo a la conversación dife-rentes integrantes de la historia

musical del barrio, incluidos René Montañez, director

musical de Yucayeque, y Luis Alberto Negrón,

un rumbero calle-jero con memoria

fotográfica, que se encargó de veri-

ficar los años

y los nombres de los principales personajes de esta historia. Cuenta Danny que antes de que surgiera el concepto de Los Pleneros del Yucayeque, existió el Ballet Folclórico Yuca-yeque, codirigido por Orlando Jiménez y Tito Rodríguez (Africaribe), que hacía coreografías de bailes típicos puertorri-queños, en las que participaban hasta 15 parejas de bailarines. El grupo se enfocaba en presentaciones para organizaciones educativas. “En 1981, Orlando Jiménez convenció a René de que formara un grupo de plena para añadir un toque nuevo al Ballet Folclórico Yucayeque. Tocamos algunas presentaciones con el Ballet Folclórico, pero a veces nos pedían que tocáramos en lugares pequeños y hacía falta la opción de presentar al grupo de plena solo”, afirmó Danny. René Montañez, Lico Delgado, José Alberto “Changa” Pérez, Danilo Irizarry, Carlos Daniels, Ángel “El Colo” Márquez, Bernardo Gutterman y Danny Rivera formaron parte del primer proyecto bajo el nombre Ballet Folclórico Yucayeque. No obstante, después de un periodo corto lograron negociar mayor independencia del Ballet Folcló-rico y comenzaron a presentarse bajo el nombre Los Pleneros del Yucayeque.

Cuando le pregunté cómo empezó a interesarse por la plena, Danny cuenta que su primer contacto con este género fue a los siete años en la Barriada Las Flores de Juncos, Puerto Rico, antes que su familia emigrara a Chicago. “La primera vez que escuché la plena fue en un entierro”, recuerda Danny. “Me acuerdo que por un tiempo pensé que la plena era música de entierros y se tocaba exclusivamente cuando alguien moría. Luego me di cuenta de que cualquier acontecimiento era una buena razón para tocar plena en Juncos. Se murió fulano, tocaron plena. Se mudó mengano, tocaron plena. Se casó la hija del vecino, tocaron plena… Vivir la plena en el día a día se unía a una tradición de escuchar buena música en mi casa cuando mi papá ponía los discos de Cortijo, Ismael Rivera, Tito Rodríguez, Felipe Pineda y Daniel Santos…, por mencionar a algunos.”

En 1980 Danny llegó a Chicago con solo 17 años. Su primer encuentro con la escena musical de Chicago fue al ver tocar a los miembros de “El corillo”, un grupo de rumberos callejeros que se reunían en el parque por varias horas con el único propósito de tocar todo tipo de ritmos afrocaribeños y, en especial, la rumba afrocubana. “No es lo mismo aprender música en el conserva-torio. El que aprende música en la calle tiene un toque diferente,

Historias de la plena en Chicago: Los Pleneros del Yucayeque Omar Torres

especialmente cuando hablamos de música afrocaribeña”, afirma Danny con una sonrisa pícara. “Recuerdo que al principio a René Montañez y a mí no nos hacían mucho caso en el corillo porque éramos nuevos en el barrio, chamaquitos, y tocábamos plena en lugar de rumba”. Según relata Danny, poco a poco, los fueron aceptando cuando Papo Quintero, el rumbero más talentoso y multifacético de Chicago los conoció y se interesó por la plena que tocaban en el parque. “Yo siempre andaba en bicicleta con el pandero en la mochila”, dijo Danny sonriendo.

Algunos de los mejores momentos musicales de Los Pleneros del Yucayeque se dieron durante la época de Papo Quintero. Papo Quintero llegó a Chicago en 1971, con 15 años de edad, y pronto empezó a destacarse como percusionista, cantante, compositor y arreglista. “Willie Colón se lo quiso llevar”, afirmó Negrón. “Todos los mejores músicos que venían de visita lo conocían y lo invitaban a tocar. Su apellido era Quintero y da la casualidad que Papo tocaba un quinto impresionante. La gente se creía que lo de “Quintero” era por lo bien que improvisaba en el pandero”, añadió Danny. En 1988, después de haber tocado con las mejores orquestas de salsa locales y del exterior, Papo Quintero se unió al grupo, aportando un manantial de creati-vidad y talento. Desafortunadamente, Papo sufrió de una fuerte adicción a drogas y murió en 1991.

Después de la muerte de Papo Quintero, concluida una etapa de presentaciones regulares en Viva Chicago, Pan American Festival, las Fiestas de la Parada Puertorriqueña y el Festival de Música Internacional de Lower Massachussets, Los Pleneros del Yucayeque colgaron los panderos en 1993 por diferencias internas. Luego de abrir conciertos y compartir tarima con Tony Croato, Eddie Palmieri, Johnny Ventura, Celia Cruz, Tito Puente, Wilkins, Sonora Ponceña, Marvin Santiago, Tito Allen, Tito Gómez y muchos otros, los amigos tomaron diferentes rumbos. Sin embargo, hoy Danny habla de sus compañeros con gran afecto y añoranza de “la época de los pioneros de la plena en Chicago”. Desde entonces, Danny ha cantado con diferentes orquestas de salsa, como la Orquesta 911 de Ángel Meléndez, el Conjunto Areyto y, más recientemente, Son de la Habana.

La escena de plena en Chicago se mantiene viva hoy gracias a las aportaciones de grupos como Nuestro Tambó, Africaribe y Yubá. Cabe mencionar la labor de Tito Rodríguez (Africaribe), Rubén Gerena y Ángel Fuentes (Nuestro Tambó) y Eli Samuel Rodríguez (Yubá).

Omar Torres-Kortright es DJ y promotor de eventos de música afrolatina en Chicago. Para más información: www.aguzate.org

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1. Pleneros con Celia Cruz.

2. Grupo Yucayeque en el Field Museum.

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En un web-video, en el que se reconocía a Luna Blues Machine como ganadora del 8th Annual Talent Showcase, del prestigioso club Underground Wonder Bar, ubicado cerca de Michigan Ave. en Chicago, esta agrupación musical contemporánea incorpora una versión de Luna Negra, son jarocho original de Los Cojolites, de Jaltipan, Veracruz, entre su repertorio fusionado de rock-blues-latinoamericano, interpretado mayoritariamente en inglés. Este caso despierta en la memoria algunos hechos fundamen-tales en la historia del son jarocho en Chicago, género que a partir de su particularidad de transmitirse oralmente, sostiene actualmente una traslación y migración continua entre Chicago y Veracruz, que da un nuevo significado a la identidad de la comunidad mexicana y latinoamericana en los Estados Unidos, en este momento crucial, culturalmente hablando.

El nuevo inmigrante musicalTras décadas de historia cultural, sosteniendo la identidad

de los migrantes de origen mexicano con ballets folclóricos, mariachis y corridos, no es sino hasta los años ochenta que el son jarocho empezó a echar raíces en Chicago, y hoy puede decirse que tiene una importante presencia en eventos donde se refuerza la identidad cultural de estos grupos, incluidas las movi-lizaciones para la reforma migratoria.

El primer impacto de este son fue en la comunidad progre-sista/activista cultural, cuando el grupo Los Cojolites –que visi-taba Chicago– fue invitado a tocar en la fiesta anual de la coope-rativa autónoma Stone Soup, célebre por su carácter alternativo y multicultural. En el salón más grande del ex convento en que se ubica, gente de todas edades y colores se congregaba para zapa-tear hasta el éxtasis (y hasta el amanecer), al ritmo impuesto por estos soneros, quienes reafirmaron su ferviente compromiso con la diversidad cultural. Su presencia como grupo residente, con

cada vez más prolongados fandangos nocturnos, seguramente detonó la determinación de algunos músicos locales para dedi-carse decididamente al son jarocho y los motivó a investigar y fomentar su desarrollo en nuestra ciudad.

A puro zapateadoLos ballets folclóricos han formado parte de las comunidades

mexicanas en Estados Unidos, incluso desde mediados del siglo XIX, cuando todavía algunos estados pertenecían al territorio mexicano, y mayormente a partir de los fenómenos migrato-rios que se dieron con la Revolución Mexicana. El área urbana de Chicago cuenta con numerosos grupos de danza popular mexicana. Las familias mantienen lazos culturales mediante el aprendizaje de los bailes tradicionales que transmiten a sus hijos, organizándose para asistir a ensayos, confeccionar vestuarios y convocar presentaciones, que se convierten en alegres reuniones comunitarias.

Hacia 1990, arribó a Chicago el son progresivo del grupo Zazhil, quienes acompañaron a la entrañable Amparo Ochoa en sus presentaciones ante las diversas comunidades chicaguenses. Entre el amplio repertorio de son mexicano, los sones jarochos y huapangos invitaban a los zapateadores a compartir un momento intenso de fandango. Unos cuantos años después, en 1993, se fundó en Chicago Sones de México, y experimentados bailarines y otros no tan diestros, los seguían a los conciertos, disfrutando una tarima pública que ofrecía la agrupación musical en una buena cantidad de eventos comunitarios, kermeses de la iglesia, festivales y fiestas populares.

El son se desborda Lo generoso del son mexicano es que su diversidad permite

el acercamiento de regiones, cuando los migrantes, al otro lado, sin dejar de ser jaliscienses o jarochos, se reconocen en la música popular como mexicanos, haciendo posible el intercambio sonero.

Old Town School of Folk Music ayudó a popularizar el fandango, estilo jarocho-veracruzano, al invitar a Mono Blanco al Festival Anual Latino Music en 1987. Hoy en día, sus programas académicos incluyen el estudio del cajón, la jarana y otros instru-mentos que acompañan al fandango jarocho. En otra ocasión, la misma institución, en colaboración con la agrupación de don Andrés Vega, convocó a bailadores, músicos y amantes del son a un taller de fandango, que complementó con un concierto y la celebración de un fandango. Entre los asistentes a dicho taller, había quienes se acercaban a la percusiva café con pan por primera vez. El esperado momento del fandango llegó y esa noche café con pan pudo escucharse a decenas de metros a la redonda. Jóvenes y no tan jóvenes bailaban o al menos lo intentaban. Al final, nuevos bailarines y jarochos de clóset desbordaban el esce-nario, algunos con jaranas, otros con diversos instrumentos, pero todos en pleno aquelarre. Esta escena se ha repetido en varias ocasiones, fomentando la organización de talleres, donde se da una actividad ferviente: allí van muchas personas a aprender mudanzas, rasgueados y patrones versificadores de “décimas”, y en los eventos musicales que los preceden, los habitantes de Chicago: latinos, mexicanos, afroamericanos, anglos y mestizos de diversas regiones del mundo comparten sus espacios dancís-ticos, configurando con su zapateo un gran colectivo.

Del taller a la construcción de una escena localMuchas fiestas, festivales y presentaciones itinerantes con

—Los Cojolites, Chuchumbé y Son de Madera— animaron el espíritu que tomó forma en Tarima Son, grupo establecido por Roberto Ferreyra y su hijo Irekani, en el Estudio Colibrí de Pilsen, donde convocaron a los primeros fandangos comunita-rios y al Primer Encuentro de Jaraneros, celebrado en Chicago en 2002. Raúl Fernández, con la sociedad padre-hijo formada

La migración (aún) indocumentada del son jarocho en ChicagoGina Gamboa

por Jesús y Óscar Rojas, integraron, junto con Jaime Garza y Diana Hinojosa, lo que devendría en Son del Viento en 2003. Para el año siguiente, la dupla de Chuy y Óscar Rojas fundó otro gran “combo”: Fandanguero. Con una rotación continua de estos tres grupos del barrio de Pilsen, se hizo posible la realiza-ción del fandango que hoy se celebra mensualmente en la Galería Colibrí, donde se encuentran amigos, se sonea, se baila, convir-tiendo ese espacio en un destino cultural para los chicaguenses. Ahí, también se dan cita los músicos para ensayar e intercambiar técnicas, como gremio, para construir, sin escuela formal.

En otros espacios, dentro y fuera de este barrio, también orga-nizaron fandangos, extendiendo la presencia del son jarocho a otros sitios de la ciudad, entre comunidades angloparlantes y multiculturales.

Los grupos, sus familias y amistades de otras razas llevaron esa energía a otras zonas culturales de Chicago y, de ese modo, otras tres agrupaciones se integraron a la escena, con sus propias interpretaciones del género: Cántaro, Los Pichardo y A Flor de Piel. Como maestro de música en Little Village High School, Yahví Pichardo formó también un ensamble jarocho estudiantil, llamado Semillas del Son. Siguiendosu vocación y avalando la presencia del son jarocho en Chicago, Old Town School of Folk Music convocó, en marzo de 2008, al Encuentro de Jaraneros con cinco grupos locales y Los Utrera de Veracruz, famosos por la fuerza de sus interpretaciones.

El carácter cultural comunitario del son jarocho en Chicago

Una de las características principales de los grupos que se dedican al son en Chicago es que se desarrollaron dentro de redes comunitarias, lo que hace esta experiencia única. Como elementos de sobrevivencia cultural, en Chicago, el son y el fandango se nutren y complementan gracias al intercambio y la migración constantes entre Estados Unidos y México, entre Chicago y Veracruz, entre Pilsen y Tlacotalpan. Los veteranos traen instrumentos, escuela y maestría; los músicos chicanos y sus familias peregrinan a Tlacotalpan y a otros santuarios soneros, para sentir su matriz y arroparse en su calor y sabor veracru-zanos. Y aquí estamos: de nuevo listos para el siguiente paso en el zapateado inmigrante del son jarocho.

Gina Gamboa es promotora cultural y pedagoga. Coordina y desarrolla en el Chicago Teachers’ Center de Northeastern Illinois University, el Proyecto hACE y programas de educación bilingüe para el afianzamiento de la identidad cultural. Contacto: [email protected] .

Traducción de Benjamín Anaya

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Chicago es reconocido mundialmente como la cuna del house music, pero además es admirado por su arquitectura y su gran variedad multicultural, sobre todo la latina.

En los últimos años, la nueva generación de inmigrantes latinos ha cambiado gradualmente la escena musical, creando espacios alternativos para diferentes géneros, tales como rock, jazz, tropical y electrónica. Esta última, con un desarrollo lento, debido a que la cultura DJ es la predominante en el área; por lo tanto se deja a un lado al productor electrónico –el cual no es considerado como parte esencial dentro del movimiento local latino–.

Es decir, existe una gran diferencia entre productor y DJ. Un músico/productor electrónico es el que se encarga de crear una pieza auditiva a través de procesos sonoros en el estudio, o bien, en vivo a través de la manipulación de software o hard-ware (sintetizadores, cajas de ritmos y secuenciadores) para llevar a cabo su cometido: “la música electrónica”. En cambio, la labor del DJ se enfoca a la selección y mezcla de la música de los productores electrónicos, por lo tanto, es ahí donde se encuentra la gran diferencia entre los dos conceptos.

En Latinoamérica, el movimiento electrónico comienza entre los años 60 y 70, con el surgimiento de uno de los grandes pioneros, Juan García Esquivel, considerado como “El Rey de la era espacial pop”, ya que en sus piezas de composición siempre utilizaba nueva tecnología y técnicas únicas de improvisación, además de un sonido futurístico, caracterizado por elementos espaciales, casi provenientes de otro planeta. Un claro ejemplo, la música que realizó para la popular serie mexicana “Odisea Burbujas”, que en su mayoría fue realizada con sintetizadores modulares, tales como el Moog y Korg.

En la década de los 80, llega a Latinoamérica la new wave y con ella la inquietud de los jóvenes por la creación de proyectos con la misma calidad alcanzada en Europa y Estados Unidos; es así como surgen proyectos dentro de la escena subterránea electro rock como Size, Casino Shanghai y Syntoma, por mencionar sólo algunos.

El decenio de los 90 estuvo más influenciado por el rock; es en ese periodo cuando tiene lugar el movimiento “Rock en tu idioma” y su consecuencia el “Latin Alternative”. Sin embargo, no fue sino hasta finales de esta década cuando surge un gran boom que pone en alto la credibilidad de la electrónica latina dentro de la escena global: el “Colectivo Nortec”, que fusiona sonidos de tambora zacatecana y norteña con drum and bass, techno, house y demás géneros electrónicos; este boom marca la pauta para el surgimiento de diferentes sellos disqueros y colectivos de artistas como Nopalbeat, Noiselab, Filtro, Discos Confort y Static Discos.

A partir de este movimiento, algunos países Latinoameri-canos como México, Argentina, Chile, Guatemala, comienzan a rescatar sonidos regionales y populares, incorporándolos a sus diferentes estilos de música electrónica. El movimiento se comienza a expandir y a difundir poco a poco, mediante las nuevas y diferentes formas de distribución digital, tales como myspace, blogs, beatport, etc.

En Chicago, la música electrónica latina se encuentra en un estado casi desconocido y, debido al lento desarrollo de este movimiento, en 2007 se crea FMEL (Primer Festival de Música Electrónica Latina), como resultado de la preocupación por la falta de y/o la necesidad la de espacios independientes que mostraran el movimiento electrónico latino desde un ángulo artístico y complejo. Este Festival se integra con jóvenes artistas independientes residentes del área de Chicago, todos ellos con un mismo objetivo: promover e integrar el movimiento electró-nico como alternativa musical y cultural.

FMEL: Festival de Música Electrónica Latina en ChicagoStephanie Manríquez y Carlos García

El FMEL 2007 tuvo como objetivo principal el dar a conocer el movimiento electrónico de todas las edades, presentando artistas de talla internacional como Antiguo Autómata Mexicano(AAM), Seekers Who Are Lovers y Kobol provenientes de sellos inde-pendientes; al mismo tiempo, contó con la presencia del talento nacional y local representado por Labo_labs, Echonine y Perfect Kiss. Además, se presentó a la audiencia un show de “bending circuits” (extracción de audio proveniente de juguetes infantiles de batería) y el jam session (la improvisación de sonidos coordi-nados) como parte de la clausura del evento.

Para complementar las 12 horas de ondas sonoras digitales, se proyectaron efectos visuales con una presentación multimedia, además de una muestra de pintura, fotografía y escultura, a cargo de los artistas plásticos locales del área de Pilsen.

El público que asistió al festival fue variado, debido a la difu-sión del evento que hicieron los medios escritos que dieron seguimiento al Festival y a su presencia en los medios ciberné-ticos como blogs, Myspace y demás páginas webs; así como a comentarios y entrevistas en la radio pública, como Radio Arte (WRTE 90.5fm) y Rock Sin Anestesia (WLUW 88.7fm), sin dejar de mencionar el segmento televisivo “Amor al Arte” de la cadena Univisión.

El primer Festival de Música Electrónica Latina cumplió su cometido, realizando un evento netamente cultural, con calidad y diversidad, para todo tipo de público; fue gratuito y con una segmentación cultural digitalizada y cualitativa, nunca antes vista en Chicago.

Es necesario destacar la importancia de la música electrónica latina como una expresión cultural vanguardista, que va más allá de una moda pasajera. La electrónica latina involucra elementos auditivos y visuales, que son un lenguaje universal, sin idioma, sin limitaciones y sin fronteras, brindando un mensaje abierto a cualquier interpretación. Sin embargo, en la comunidad latina de Chicago, este movimiento es joven y está listo para explorarse, por el simple hecho de que la música electrónica no es común, no se difunde masivamente, por lo que no tiene la apertura para escuchar más allá de lo comercializado. Finalmente, podría añadir una virtud más a este género y es el hecho de mantener una comunicación directa, músico-espectador, que invita a descubrir la capacidad de escuchar con atención cualquier tipo de sonido existente, cosa que usualmente pasamos por alto.

Charly García es productor y conductor de Ruido de Fondo en WRTE 90.5FM y promotor de la musica electronica en Chicago. Stephanie Manríquez, es productora y locutora de PolyForum en Radio Arte, Chicago

FESTIVAL DE MÚSICA ELECTRÓNICA LATINA, CHICAGO, 2007

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FESTIVAL DE MÚSICA ELECTRÓNICA LATINA, CHICAGO, 2007

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Iba yo en el tren elevado cuando me llamó la atención una niña de unos seis o siete años, hincada sobre su asiento. Miraba hacia fuera por la ventana, se mecía y cantaba a todo pulmón: “voy al colegio, llevo mi lonche, me gustan los árboles, esas casas, y el tren, y llevo mi chaqueta y me lleva mi papá, y traigo tenis azules puestos…”. Durante más de media hora, y todavía al bajarse del tren seguía entonando, con melodía y letra improvisada, el recuento del viaje y de su día.

Pensé en lo vital que es para nosotros poder cantar nuestra existencia. Las desavenencias, las glorias, los buenos momentos, los muy, muy malos y hasta los que no tienen demasiada tras-cendencia. Y ya que muchos desafinamos bastante al cantar la vida directamente, nos acompañamos de música que nos exprese el momento. A nivel de comunidad, sociedad y cultura, para todo momento –ya sea bélico o romántico– tenemos melodías: marchas militares, bandas en nuestras bodas, coros en las iglesias, en cualquier ceremonia y hasta para los entierros. En casi cual-quier ocasión en la que sea importante evocar alguna emoción, la música es ingrediente indispensable.

Sin embargo, la capacidad de disfrutar de la música sigue siendo un misterio para los científicos, ya que pareciera no tener ninguna función en la supervivencia de la especie. No se entiende bien cuál podría ser el beneficio evolutivo derivado del inmenso placer que desborda el cerebro humano al escuchar la música. Las facultades humanas para disfrutar y producir la música, comentó el mismo Darwin, hay que considerarlas entre las más misteriosas de que se le haya dotado a la humanidad.

Ya que la percepción y la producción de la música dependen de circuitos nerviosos desarrollados para otros propósitos, se ha considerado que podría ser un accidente feliz el que la música nos produzca tanto disfrute. Los sistemas que estimulan por necesidad el proceso musical son dominio de otras destrezas como las del habla, de la corteza auditiva y del sistema nervioso que responde a señales emocionales como el llanto, y el sistema de control motriz que le inyecta ritmo a los músculos al caminar o al bailar. El que la música active todos estos sistemas se consi-dera en parte la razón de que nos afecte tan profundamente. Al mismo tiempo, cuando un compás musical emociona al cerebro, utiliza centros diseñados para mediar otros placeres, y pone en marcha sistemas neurológicos similares a los que estimulan una buena comida, el sexo y las sustancias adictivas.

¿Podría ser entonces un accidente feliz el que los sistemas necesarios para procesar la música sean por pura casualidad también los sistemas relacionados con actividades de suma importancia y extremo placer?

Por el contrario, otras ramas de la psicología de la evolu-ción no consideran que sea ninguna coincidencia el que disfru-temos de la música. Existen indicaciones de que en el cerebro podríamos tener estructuras diseñadas específicamente para la música, ya que muchos elementos musicales están presentes al nacer. También pareciera ser que antes de hablar, ya cantábamos y la música puede haber sido factor relacionado íntimamente con el cortejo desde los principios de la humanidad. Aun la gente que se considera poco musical es capaz, en experimentos, de procesar estructuras musicales básicas y de almacenarlas en el cerebro. Además, la información musical tiene una estructura muy complicada, y la gente que se dice “no musical” la procesa de una forma muy precisa y con gran exactitud.

Igualmente, existe una sincronización espontánea con el ritmo en todo ser humano. Al escuchar la música movemos los pies, meneamos la cabeza y otras partes corporales, y aunque exista alguna condición que nos impida movernos, las partes correspondientes a los centros motrices del cerebro se estimulan aun sin poner en movimiento al cuerpo. Existe en nosotros una relación entre lo auditivo y lo motriz que no se encuentra en ningún otro animal.

También se han documentado casos neurológicos que nos ofrecen otra perspectiva entre la música y el cerebro, entre ellos, un ejemplo tomado del libro Musicophilia del Dr. Oliver Sacks: un señor que al ser electrocutado se le para el corazón, lo reaniman y desde entonces no hace otra cosa que escuchar música clásica que le llega de “quién sabe dónde”, por lo que compra un piano y aprende a tocar por sí mismo. Si pudiéramos entender mejor la relación entre la música y las funciones cere-brales, considera Sacks, esa relación la podríamos convertir en receta para sanar. De hecho, él mismo ha documentado el poder terapéutico de la música en su trabajo con pacientes posencefa-líticos en el Bronx en 1966. Los pacientes parecían congelados, incapaces de dar un paso. Pero al escuchar la música, podían cantar y bailar.

En otras dimensiones de la ciencia, los científicos nos recuerdan que todo en el universo tiene su propia canción, ya que vibra en ciertas medidas y esa vibración tiene su sonido. Todo, absolutamente todo en la existencia posee una vibración específica, y la melodía única de cada objeto surge de la vibra-ción a la que se mueve idóneamente, la cual depende de ciertas cualidades físicas de su masa, sus dimensiones, su densidad.

A nivel cósmico, la denominada “música de las esferas” ha apasionado desde siempre a los estudiosos del universo desde tiempos de los pitagóricos, que consideraban que cada esfera producía un sonido y al combinarse este sonido con los de las otras, se produciría una sincronía sonora especial. Nuestro propio planeta se consi-dera un planeta privilegiado, nacido para la música, ya que las condiciones ambientales y la presencia de agua en nuestra atmósfera y en la superficie producen un

La melodía que somos todosCatalina María Johnson

Todos bailamos bajo la influencia de una melodía misteriosa, entonada en la distancia por un invisible flautista

Albert Einstein

fenómeno inigualable de sonoridad. Aunque no en todo detalle, en términos generales los antiguos científicos parecieran tener razón: según descubrimientos recientes, la tradicional música de las esferas consiste en realidad en un “ultrasonido solar” que interpreta una partitura formada, según el satélite de la NASA, por ondas 300 veces más profundas que el sonido de la más profundas vibraciones perceptibles por el oído humano. Hasta el universo tiene su propia partitura.

Sea que produzcamos o escuchemos la música por querer armonizarnos con el canto celestial de las esferas, o con afán y necesidad de sanar el alma o el cuerpo; o porque nos ofrece un placer casi igual al que nos ofrece un deliciosísimo postre o un momento de intimidad física –difícil elucidar tanto misterio cuando pareciera no haber faceta de lo humano a lo que no le corresponda su melodía– la música nos reafirma nuestro elemento común de humanidad, porque aunque no sepamos porqué, no existe ninguna sociedad humana sin música. Ni una.

Catalina María Johnson, Ph.D. es conductora y productora de programas de música latina para estaciones de radio pública. Para mayor información: www.beat-latino.com

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Para saber cuán intensamente la religión se manifiesta entre los latinos en los Estados Unidos, hemos dependido de dos mediciones cuantitativas de uso común: la regula-ridad con la que asiste la persona a la iglesia, y el grado de importancia que atribuye a la religión en su vida diaria. En 2004, el 62 por ciento de los encuestados por Pew dijo que asistían a la iglesia por lo menos una vez por mes. Esto concuerda con la encuesta de Princeton University del 2000 sobre religión y política, que concluyó que el 61 por ciento de los latinos asistía a la iglesia con esa frecuencia. Tanto los latinos protestantes nacidos en el extranjero como los nacidos en el país, asisten a los servicios religiosos igual-mente, como también lo hacen los católicos nacidos aquí y los nacidos en el extranjero. .

La encuesta de Princeton del 2000 muestra que los protestantes latinos frecuentan las iglesias más que su contraparte no hispana (77 por ciento vs 68 por ciento); los afroamericanos, sin embargo, superan estos dos grupos en cuanto a asistencia (84 por ciento). En contraste, los latinos católicos (64 por ciento) asisten a la iglesia con la misma frecuencia que los blancos no hispanos (66 por ciento) y los afroamericanos (61 por ciento) de la misma religión.

El 81 por ciento de los latinos protestantes dice que la religión es lo más importante en su vida diaria. Esta centralidad no implica la suposición de que la religión deba influir en el debate político, sin embargo. El 80 por ciento de los latinos en general coincide en que la religión es una cuestión privada que debe quedar fuera de todo debate público sobre cuestiones sociales o políticas.

El rol motivador de la religión hacia la participación cívica y social está bien documentado. Entre los acadé-micos que han resaltado su importancia, el investigador de Harvard Robert Putnam sostiene que “las comunidades de fe son quizás los depositarios más importantes de capital social en los Estados Unidos” (2000). Las investigaciones recientes demuestran el impacto económico, educativo y social que tienen las iglesias en las comunidades minori-tarias desfavorecidas (Verba, Schlozman, y Brady 1995; Chaves y Tsitsos 2001; Cnaan 2002; Sikkink y Hernández 2003). Algunos estudios han resaltado la importancia de la religión como generador de capital social entre los afro-americanos (Billingsley 1999; Harris 1999 y 2003; Smith 2003) mientras que otros han mostrado la forma en que la labor de las iglesias es de particular importancia para incorporar y forjar las comunidades inmigrantes (Warner y Wittner 1998, Ebaugh y Chafetz 2000).

Las iglesias tienden además a incubar y generar destrezas conducentes a una amplia vida cívica. Dirigir una clase de estudio de la Biblia, trabajar con otros en los comités de la parroquia, o comunicarse con funcionarios gubernamentales o agencias no religiosas sobre asuntos de la iglesia, son actividades que pueden tener efectos secun-darios importantes en el desarrollo de habilidades, que luego son útiles fuera de la comunidad religiosa. (Putnam 2000, Wuthnow 1999). En este sentido, Verba y sus colegas (1995) concluyeron que asistir a la iglesia influye de manera importante en la participación social y cívica de los latinos. Reconociendo que muchas comunidades latinas carecen de recursos educativos y socioeconómicos, el estudio de Verba concluye que las congregaciones ofrecen un contexto crítico desde el que resulta más fácil insertarse en la comunidad más amplia, sobre todo en el caso de los protestantes, quienes están más comprometidos con las actividades cívicas (contactar funcionarios electos, aportar

La participación cívica y la religión

dinero a campañas o partidos políticos) que los católicos. Una explicación de la diferencia, sugiere Verba, es que la estructura más unida de la mayoría de las comunidades latinas protestantes exhorta la participación de una porción relativamente grande de los feligreses en actividades que cultivan destrezas transferibles a la vida cívica.

Las instituciones religiosas también contribuyen al bienestar de la comunidad porque movilizan voluntarios. El investigador Robert Putnam (2000), dice que más del 50 por ciento del total de la actividad voluntaria en los Estados Unidos está ligada a las iglesias, y es de mayor evidencia en las comunidades más pobres. Pero ¿se ve esto reflejado también en la comunidad latina? Nuestros estudios indican que las iglesias y otros grupos religiosos reciben más horas de servicio voluntario de los latinos que ninguna otra organización comunitaria o cívica. Más de la mitad (52 por ciento) de los encuestados indicaron que habían prestado servicios voluntarios en el año anterior, y la mayoría (791 personas o 35 por ciento del grupo total) había donado su tiempo a una iglesia o grupo religioso. En contraste, 27 por ciento fue voluntario en escuelas o programas de tutoría, 21 por ciento en grupos empresariales, comunitarios o vecindales, y 12 por ciento en organizaciones étnicas.

No es sorpresa que los latinos religiosos realizan más trabajo voluntario en las iglesias o grupos religiosos (46 por ciento) que los que no asisten asiduamente a la iglesia (16 por ciento). Igual ocurre en el caso del servicio volun-tario en escuelas o programas de tutoría (31 por ciento vs. 20 por ciento de los no religiosos).

Si comparamos el comportamiento de uno y otro, vemos que de los voluntarios en la iglesia o el grupo religioso, 83 por ciento asiste regularmente a los servicios religiosos, y que del grupo que no realiza labor voluntaria, sólo el 51 por ciento asiste con regularidad. Asimismo, el 72 por ciento de los voluntarios en las escuelas asisten a la iglesia una o más veces por mes, mientras que sólo el 58 por ciento que no realizan labor voluntaria asiste con regularidad. Al analizar las denominaciones religiosas, también concluimos que el nivel de voluntarios varía solamente cuando se trata del trabajo voluntario en las iglesias mismas, ya que la población protestante reporta niveles mucho más altos en este sector que la católica (56 por ciento vs. 31 por ciento). Como vimos anteriormente, si bien la participación religiosa se asocia con una mayor participación voluntaria en la iglesia y en la escuela tanto

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en el caso de los protestantes como los católicos, no parece ser un factor cuando se trata de la labor voluntaria en los grupos vecindales, empresariales o comunitarios, ni en las organizaciones étnicas.

Concluimos también que la actitud ante el servicio voluntario cambia dependiendo de el origen natal del grupo latino.(Gráfico 16). Los latinos protestantes nacidos en los Estados Unidos prestan más servicio voluntario en los grupos vecindales, empresariales o comunitarios (32 por ciento vs. 22 por ciento, respectivamente); y en programas escolares o de tutoría (34 por ciento vs. 22 por ciento, respectivamente), lo que quizás se deba al dominio del inglés. Igualmente, su contraparte católica realiza más labor voluntaria que los que nacieron en el extranjero en ambos sectores (31 por ciento vs. 13 por ciento y 35 por ciento vs. 23 por ciento respectivamente).Los protestantes nacidos en el extranjero, sin embargo, (22 por ciento) hacen esta labor en los grupos empresariales, vecindales y comunitarios con mayor frecuencia que sus pares católicos (13 por ciento).

El origen natal, entonces, parece influir en la actitud ante el servicio voluntario en estas organizaciones y en las escolares, mientras que la denominación no parece impac-tarla. Los latinos protestantes y católicos nacidos en los Estados Unidos realizan trabajo voluntario al mismo grado que los nacidos en el extranjero en todos estos sectores. (Gráfico 16).

Cuando se trata del servicio voluntario dentro de las agrupaciones religiosas, sí influye más la denominación religiosa que el origen natal. Específicamente, 58 por ciento de los protestantes nacidos en los Estados Unidos y 54 por ciento de los nacidos en el extranjero donan horas voluntarias a las iglesias, comparado con el 36 por ciento de los católicos nacidos en el país y el 28 por ciento de los nacidos fuera. (Gráfico 16). Esta conclusión, per la suge-rencia de Verba antes mencionada, puede estar ligada al tamaño comparativamente pequeño de las congregaciones protestantes que facilitan y hasta necesitan que sus feli-greses inviertan tiempo en las actividades de la iglesia.

La asociación positiva entre la religión y la participación cívica queda evidente en la relación entre el servicio de fe y el servicio en la comunidad. (Gráfico 17). Para determinar si la misma gente que labora en las actividades de la iglesia también donan su tiempo en las escuelas, grupos comunitarios u organizaciones étnicas, los comparamos con la gente que no presta servicios en las iglesias.

Como muestra el Gráfico 17, los latinos que prestan trabajo voluntario a las agrupaciones religiosas también son más activos en las organizaciones escolares, comu-nitarias y étnicas que aquellos que no lo hacen. Los

voluntarios en las iglesias (42 por ciento) son dos veces más propensos a aportar su tiempo a un programa escolar o de tutoría que los voluntarios que no ofrecen su labor en las iglesias (18 por ciento). Asimismo, el 36 por ciento de los voluntarios en las escuelas también prestan su tiempo a las agrupaciones vecindales, empresariales o comunitarias si lo comparamos con el 14 por ciento de aquellos que no laboran como voluntarios en las iglesias. Estos resultados indican que la población latina religiosa se ve muy repre-sentada en el servicio cívico y comunitario.

Reconociendo que el traslape representado en el Gráfico 17 podría simplemente indicar que las personas que se inclinan por el servicio voluntario realizan este servicios en diversos lugares, realizamos un análisis regre-sivo para identificar más claramente el efecto singular de la religiosidad en la participación cívica en otros sectores. Este análisis concluyó que aun cuando se controlan otras variables pertinentes, el voluntariado en las iglesias es el principal enlace entre la religión y la participación cívica.

Análisis y conclusionesAl interpretar estos resultados con la ayuda de estudios

de académicos como Putnam y Verba, concluimos que las iglesias juegan un rol crítico en la creación de recursos sociales y nexos dentro de la comunidad latina, con mucha probabilidad porque ofrecen un lugar donde los latinos pueden establecer una relación social, adquirir destrezas y recibir motivación para crearlos.

En los albores de este nuevo siglo, uno de los desafíos más importantes que encara el país es cómo resolver las demandas de una sociedad progresivamente multicultural. La tarea es tan clara como compleja: ¿cómo podemos crear comunidades que respeten y valoren las diferencias y al mismo tiempo fomentar el concepto de un fin común? Es innegable que la composición del país está cambiando profundamente y que los que se consideran minoría hoy constituirán la mayoría de la población para finales de siglo.

Los investigadores y observadores casuales han cons-tatado por igual que uno de los recursos más importantes de la población latina es el profundo compromiso religioso que siente. Nuestros resultados indican que las iglesias son una fuente crítica del capital voluntario en las comunidades latinas. Los latinos que participan activamente en sus organizaciones religiosas hacen voluntariado en otros sectores cívicos.

Nuestra investigación indica además que la afiliación y participación religiosa son cruciales para comprender las diversas perspectivas de los latinos que viven en los

Estados Unidos. Si bien la mayoría de los latinos sigue siendo católica, la cantidad de protestantes sigue aumen-tando. Esta comunidad se destaca por un mayor grado de intensidad religiosa y de identificación de la religión como uno de los aspectos más importantes de sus vidas. La intensidad de esta comunidad protestante también lo evidencia el que la gran mayoría de este grupo se autodes-cribe born again (“convertido”).

La población Latina es joven, diversa, compleja y cambiante. En los años venideros, serán los latinos que han nacido en los Estados Unidos y no los inmigrantes recientes, quienes guiarán el crecimiento de la población. Factores como la educación, la identidad y la adquisición del inglés pueden empezar a pesar más en la participación cívica y voluntaria en sus comunidades, como también en la postura pública sobre los temas que le preocupan. En todo momento, sin embargo, nuestro estudio sugiere que la religión seguirá jugando un papel crítico en la vida pública de los latinos—una realidad que los políticos, analistas políticos, activistas comunitarios, líderes reli-giosos, funcionarios públicos, los medios y los académicos tendrán que resolver en el futuro.

Edwin I Hernández, Kenneth G. Davis, Milagros Peña, Georgian Schiopu, Jeffrey Smith y Matthew T. Loveland son investigadores que colaboran con el Instituto de Estudios Latinos de Notre Dame University.

Traducción: contratiempoEste texto se incluyó originalmente en la publicación: Faith and Values in Action: Religion, Politics, and Social Attitudes Among US Latinos/as del Instituto de Estudios Latinos de Notre Dame University.

voluntarios en las iglesias (42 por ciento) son dos veces más propensos a aportar su tiempo a un programa escolar o de tutoría que los voluntarios que no ofrecen su labor en las iglesias (18 por ciento). Asimismo, el 36 por ciento de los voluntarios en las escuelas también prestan su tiempo a las agrupaciones vecindales, empresariales o comunitarias si lo comparamos con el 14 por ciento de aquellos que no laboran como voluntarios en las iglesias. Estos resultados indican que la población latina religiosa se ve muy repre-

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Penélope. Medea, la Cenicienta, Alicia, Delmira, Juana de Ibarborou, Alfonsina, la misma Rosario, Malena de Zaide, Manuela Sáenz, Gloria Fuertes, Gloria Anzaldúa, Audrey Lord, Emily, Dickinson y Alejandra Pizarnik son algunas de los personajes-personas en las que busca ese misterio que emana del ser femenino. Sylvia Plath inspira un excelente memento mori y Anne Sexton camina por Mercy Street. Anna Akhmatova le inspira un poema notable por su emoción contenida y su conocimiento de la gran poeta victimizada por un sistema represivo e injusto. Me emocionó su recuerdo de la “tecata” puertorriqueña, la gran poeta Julia de Burgos y sus referencias a Walt Whitman me parecieron muy certeras.

Las Palabras al acecho de León Leiva Gallardo muestran una notable madurez creativa. Poesía nocturna hace la alabanza de la sombra:

“El odio y el amor son depredadores noctámbulos devoran a la misma presa”

Las ruinas de Copán le inspiran una poesía fascinada por la obra de nuestros padres procesales y, en contrapunto, las cosas cotidianas lo hechizan y dan sentido a muchos momentos del poema. Su “Buque de la medianoche” recorre los mares nocturnos y el poeta le pide que lo incluya en su tripulación. El poeta filosofa, pero predomina la poesía. Yeats afirmaba que “lo único que permanece de la filosofía es lo que se ha poetizado”.

Cuatro voces en el desasosiego, pero bien plantadas en los terrenos de la poesía. Cuatro latinoamericanos en Chicago entregando al mundo sus visiones y sus cantos. Vale la pena entrar al mundo al que nos invitan, pasar al otro lado, pero del espejo.

POETAS EN CHICAGO Hugo Gutiérrez Vega

En la bella y airosa ciudad de Chicago se reunieron cuatro poetas latinoamericanos para hablar del desarraigo y sus dolores, nostalgias y deslumbramientos. Juntaron sus poemas que ahora nos entregan en forma de libro y, sin lloriqueo ramplón o “saudade” folclórica, nos hablan de sus días en su nuevo país, de sus problemas de adaptación y, como diría, Cesaire, de su deseado retorno al país natal.

La sección de Jorge Hernández se titula Las cosas no se agotan por su nombre y tiene como motivo principal el de nombrar las cosas para fijarlas en el tiempo y en el espacio. Montale decía que esta actitud poética es un delirio compartido por todos los que escriben poesía. Hernández escribe poemas de amor y en ellos están presentes el paso del tiempo y la caza de palabras capaces de expresar emociones y reflexiones. Escritor cuidadoso, tiene el borrador muy a mano y busca la precisión en la forma y el ahorro de palabras. Por eso sus poemas son ajustados, desnudos y, a veces, descarnados. Por otra parte, su manejo de la lengua castellana es notable como lo es, también, la búsqueda de la música del poema:

“Todo el mar todo se retuerce en agonía entre coágulos de luz…”

Su poesía recorre extensiones laberínticas y acaba siendo devorada por el minotauro. Esta introyección la enriquece y le da nuevos tonos y perfiles. Lo vemos sitiado por el tigre de agua del Lago Michigan y corriendo al lado de su “perro pendejo” para poder pasar al otro lado del espejo. En esa tierra ignota Don Juan Ruiz de Alarcón juega volados con los siglos y siempre acierta.

Febronio Zatarain escribe Prosario y nos advierte que es un libro de anti-superación personal. Sus poemas en prosa cumplen las leyes del género que, como todos sabemos, son muy rigurosas, pues se basan en la música interna del poema. Su humorismo es producto de un cauto desencanto. Sin estridencias presenta sus dudas e interroga a los lectores en busca de una especie de complicidad: “Sigo aquí y estoy triste. Estoy triste pero satisfecho de seguir aquí”. Uno de sus textos es una especie de ars poética: “Tu crees hacer el poema, pero el poema te hace”. Su desarraigo está lleno de claves secretas que le permiten vivir y, lo que es mejor, escribir. Desde la lejanía lo mira el niño Febronio y los dulces del pueblo le indican que está en la vida.

Juana Iris Goergen escribe sus Ilusas pensando en las místicas de la Nueva España perseguidas por la Inquisición. Sorprenden las secuencias verbales de los poemas de Juana Iris, su dominio de la estructura del poema y la transparencia de su estilo:

“Y tú misma de ti misma ensimismada pariendo el mundo en madrugadas solas”

La madre Eva gira por los poemas que buscan las claves del misterio de lo femenino. Por eso dedica a Rosario Castellanos sus elucubraciones sobre

Jorge Hernández México. Actor, poeta y dramaturgo. Cofundador de las revistas Fe de erratas y Abrapalabra.

Febronio Zatarain México. Es coautor del libro …Y nos vinimos de mojados, y Jefe de Redacción de contratiempo.

Juana Goergen Puerto Rico. La sal de las brujas, libro de poemas, fue publicado por Editorial Betania en 1997.

León Leiva Gallardo Honduras. La casa del cementerio, Su segunda novela acaba de ser publicada por Editorial Tusquets.

Hugo Guitérrez Vega Poeta y ensayista mexicano. Es director de La Jornada Semanal, suplemento cultural del diario La Jornada.

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JORGE HERNÁNDEZCaracol

a tano cuyo Ixtoc es ahora

un vaso de cerveza

todo el mar todo se retuerce en agonía entre coágulos de luz una llama decapitada busca su cabeza la carne grita y el grito queda

años siglos milenios después alguien algo cree escuchar las olas en esa tea de agua pero el caracol no es eco sino aullido calcáreo que escapa al mar a recordarse entero

deshoras | desarraigos

LEÓN LEIVA GALLARDOMe explico

Me explico constantemente como si fuera un sintagma el reducto y quedan disgregadas mis huellas en el misterio de las cosas mis cosas dicen más de mí que mis promesas ah si mi nombre fuera también impronunciable prohibido desterrado si yo fuera un ahorcado pendiente del vértice del cielo si yo fuera la mano que tapara el cráneo partido si yo fuera la boca que le soplara sílfides a los enamorados o el suelo que buscan los hombres solitarios de este mundo qué dichoso sería

¿Me explico?

JUANA IRIS GOERGENVI. La Cenicienta: Cuento de hadas

Dicen... que la noche del baile vieron que el príncipe del cuento a la luz de la luna, amarrada del techo, hacía el amor con Cenicienta, que de tanto sudar, perdía la vida.

Dicen... que a medianoche, él escapó al palacio del rey en buena paz, y que ella, quedó deshidratándose en la esquina.

¿Los zapatos? al hacer el amor, no se precisan.

FEBRONIO ZATARAINTú crees hacer el poema, pero el poema te hace. Él siempre te mira buscándolo en el filtro o, como ahora, en el sorbo de café. Y sigues tanteando como el niño que busca la piñata, ¡arriba!, y brincas, le tiras y abanicas, ¡abajo!, y el palo de nuevo se va de largo. Te detienes y tratas de ver a través del pañuelo y sólo gritos y risas. De repente, con su cola, te acaricia la nuca, te volteas y logras asestarle un golpe. La imaginas bailando arriba de ti, dale dale dale, pero todos tus palos van a dar al vacío. Ya sin esperanzas sueltas el último, y el chorro de cacahuates y de dulces te baña.

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que tanto y tanto amor se pierda Gabriel Zaid

no me conozco nunca me he visto y ya estoy cansado de tanta luz algo tengo algo los espejos se pudren a mi paso el agua se rompe en mi reflejo tanta y tanta luz y no me hallo nunca me encuentro debo tener cara de fuego de agua de cosa intocable efímera imperfecta debe ser maldición de familia somos de agua cultivada de agua erguida y eso asusta al universo

quizá no es nada esto que traigo quizá no soy nada nadie quizá soy un eco un eco de agua un eco que da tumbos en el aire y se alza en espiral con los ojos cansados de tinta y las alas amarradas como un hielo como un papalote ciego montando el viento arriba y más arriba a pesar de mi cansancio

quizá pasa que se me desgastó el rostro de tanto aire que no estoy hecho para el vuelo basta entonces de luz y de alturas quiero dormir y dejar de llorar el mar de donde vengo nada hay de mí entre los peces nada entre los corales y naufragios nada en esa oscuridad pero tampoco nada aquí en la luminosa altura del recuerdo

quizá esto sea un sueño eso sueño y cuando despierte volveré al edén volveré a ser el animal que miran con horror desde el otro lado de la reja

jorge hernández | deshorasD

arw

in s

ueña

muchas cosas no sé me ignoro los pasos ando a tumbos al contrario de la gente tropezándome con las alas de sábana me repito no digo nada a cada paso me devuelvo por mi sombra y mi sombra me persigue como un perro bruñéndome las palabras y digo nada de nuevo me han cerrado el zipper y la orinadera esta es infinita perra ciudad a calles me conquista y a calles me abandona perra ciudad parece perseguirme morelos washington hidalgo jefferson recorren mis días buscando al otro que soy y que se ha ido como una cerveza mareada con los ojos cerrados y los oídos sangrantes qué más señores soy bandera de mí mismo la luz se reúne en mi cabeza para buscar abrigo a instantes el lago y el cerro de la silla me miran como mujeres con sueño y raíces a cuadras los ángeles caídos paren una casa humeante y entre el polvo de la obra sudan ríen gritan trabajan como si fuesen a algún lado con certeza el sol les cae en la espalda y lo cargan como un cadáver que habrán de olvidar con el alcohol bailando juntos, con los ojos cerrados por el miedo y mangas de prestidigitador y a cuadras también se cae la tarde como salida de la cantina de la esquina pidiendo paz y sueño y un descanso para la piel que no alcanza a sostener el bochorno de agosto pero el calor no para allí toma la noche y la carne para hacerse cumbia, salsa, merengue gallinita, jugo de melón, tongoneo y sobre la pista recorro mi hilo de luz con este harapo de sonido por nombre bailo en dos tiempos mi palabra y aquí y allá los recuerdos se alzan como una enredadera que estrangula al árbol y yo soy el árbol y la enredadera y a calles me conquisto y a calles me abandono y a calles mi ajedrez se pasa los semáforos en rojo y la luz me dice adiós desde el pasado soy república de mí luz izada y el aire me cruza entre las piernas

Mon

terr

ey-C

hica

go

Ruiz de Alarcón juega voladossueño y vigilia giran en el aire un instante, un siglo, qué más da en la moneda ya no hay diferencia entre los lados sombra y fulgor son lo mismo águila o sol lo que caiga la tierra recibirá sin reproche la lágrima

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mirada cómplice

Radiance from the Rain Forest: Featherwork

in Ancient Peru es la primera exhibición que

se realiza en un museo de Estados Unidos

sobre este arte milenario.

Delia Negro

ARTE PLUMARIO EN

EL MUSEO METROPOLITANO DE NUEVA YORK

No podemos dejar de mencionar la trascendencia de este acontecimiento en el Museo Metropolitano de Nueva York, ya que el arte plumario es poco conocido entre las colecciones arqueológicas, tal vez debido a la misma fragilidad de su naturaleza.

Plumas de colores vibrantes, azules, amarillas, verdes y rojas se suceden amarradas sobre una superficie de sostén, formando composiciones cromáticas que constituyen un lenguaje en sí mismo. La lectura de cada pieza comienza por la técnica de confección de las mismas, siguiendo con los tipos de plumas utilizados, sus formas y sus tamaños. La textura sedosa de esta materia contribuyó también a que fuera un elemento codiciado para la elaboración de ropaje de ocasiones especiales.

Pero, sin duda, el aporte de mayor importancia en la composición visual de cada una de estas piezas lo dan los colores. Tanto la luminosidad y las sombras, como la opacidad y las transparencias se suceden en este arte textil, haciendo un uso del color que se asemeja a los cromatismos aglutinados por la voluntad del artista plástico en su lienzo. La experiencia

A.B. C.

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Delia Negro es profesora del Instituto Cervantes en Chicago.

textil de los habitantes de esas zonas de Los Andes debe ser destacada y valorada en su justa medida, incluso en nuestros días. El arte textil, frecuentemente considerado un arte menor, debe ser revalorizado y ubicado en el sitial que le corresponde dentro de las artes plásticas.

Plumas de pájaros de la selva amazónica eran trasladadas hacia zonas del antiguo Perú y del Océano Pacífico, y constituían un material precioso e indispensable para la confección de penachos, pectorales, túnicas ceremoniales, etc. Esta estética ritual se consideraba imprescindible en celebraciones políticas, guerreras, religiosas o sociales. Lamentablemente, por su fragilidad, pocos testimonios se han conservado y el interés de los estudiosos ha derivado hacia otras manifestaciones arqueológicas.

Este lujoso y sofisticado arte ritual constituye una milenaria tradición del Perú precolombino, pero poco se conoce sobre su cultura específica. Tanto la literatura arqueológica como la plástica han postergado su consideración, tal vez por la propia naturaleza perecedera de su material orgánico. Algunos museos europeos poseen raros exponentes de este arte plumario, que actualmente sigue vivo en algunos lugares de América Central, en los cuales se usa mayormente la pluma del quetzal.

La colección expuesta durante estos meses en el Museo Metropolitano de Nueva York presenta más de setenta piezas. Aunque la mayoría de ellas están datadas entre los siglos VII y XVI después de Cristo, se pueden observar algunos exponentes de épocas anteriores a la era cristiana.

Todo lo dicho convierte a esta muestra en un hecho de excepción a nivel internacional, considerando las pocas oportunidades que se presentan en la actualidad de admirar este arte sofisticado y difícil de preservar.

El Museo Metropolitano de Nueva York mantendrá esta exposición abierta al público hasta el 1 de septiembre.

A. Tocado Costa norte de Perú; Wari. entre los siglos VII y X.Carrizo, piel, algodón y plumas; altura 17 5/8’’.Colección de Michael y Judy Steinhardt, New York.

B. Tocado Perú; Chimú. entre los siglos XIV y XV.Algodón y plumas; altura 33’’.Colección de Michael y Judy Steinhardt, New York.

C. Tocado Chimú; entre los siglos XV y XVI. Se dice que fue encontrado en la región de Chancay. Algodón y plumas; altura 36 ¼’’. American Museum of Natural History, New York.

D. Par de aretes Chimú/Inca; entre los siglos XV y XVI. Madera y plumas; Diám. 2 1/8’’ American Museum of Natural History, New York

E. Grupo familiar en miniatura. Nazca; entre los siglos I y III Algodón, lana, cabello y plumas; altura 4’’.Colección privada.

F. Corona. Chimú, entre los siglos XIII y XV. Algodón, carrizo y plumas. Colección privada.

G. Tabardo. Wari; entre los siglos VII y X. Algodón y plumas; 56 x 52’’.Colección privada

H. Medio tabardo. Chimú; entre los siglos XIII y XIV. Algodón y plumas; 31 ½ x 21’’. Colección de Michael y Judy Steinhardt, New York.

H. Tabardo. Chimú/Inca; entre los siglos XV y XVI Algodón y plumas; 33 x 27 ½’’. Colección privada.

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igo aquí y estoy triste. Estoy triste pero satisfecho de seguir aquí. Estoy solo y triste, y nadie puede pararlo porque al salir a la calle soy invisible. No estoy muerto porque

deshoras | febronio zatarin

Sentonces, por compasión, sería mirado. Tampoco estoy vivo. Estoy triste y satisfecho porque no he perdido; he ganado. He ganado el no estar ni en la vida ni en la muerte.

Y estoy satisfecho pero no de instinto,

estoy satisfecho porque estoy satisfecho

donde no se puede estar satisfecho.

Estoy triste pero no es tristeza de lágrima; es tristeza de pared, de maleta vacía, de teléfono cortado.

Veo el perfil de los árboles que dialogan, quiero intervenir y, aunque no me ignoran, no paran. Volteo hacia arriba y veo sólo espaldas: las nubes sonríen pero hacia el otro lado. Hoy veo las caras del anti-transpirante caído y de la hoja arrugada, hoy me escuchan atentos el recibo del súper y la pluma sin tinta. Hoy estoy triste y satisfecho como ese sobre roto y esa moneda de un centavo. Hoy el asiento no está en el patio. Mejor será que me meta en ese resquicio, entre la pared y el refrigerador, con la esperanza de que el motor me arrulle.

*

Hoy cuando corría me crucé con un hombre que había sacado a pasear a su perro invisible, la cuerda con la que lo traía amarrado también era invisible; me di cuenta porque cuando pasé a su lado lo agarró en corto. Me imagino que el perro ya se le ha echado encima a varios transeúntes y ahora su dueño prefiere prevenirse. Seguí mi carrera pensando en cómo sería la mordida de un perro invisible, y a la primera luz roja me devolví soñando con esas fauces invisibles encajadas en la pantorrilla, pero el hombre y su perro habían desaparecido. Si hubiese recibido la mordida, ésta habría sido también invisible. Ya las he sentido. Todos salimos a la calle con nuestro perro; la diferencia es que ese hombre reconoce la peligrosidad del suyo, y la gran mayoría ni siquiera nos lo hemos descubierto. Nos salimos a la calle y el perro anda a la deriva, y no percibimos los daños que anda ocasionando.

*

Mis días como ente social están contados. El virus ya está cerca de mi pecho. Mi espíritu se llena de vergüenza cuando paso lista. Se me hace imposible pedir al estudiante un documento que confirme su domicilio. La palabra escrita no nació para establecer acuerdos con los otros, se

escribe para dialogar con uno. La escritura es sagrada. En el principio los acuerdos con los demás eran verbales. La desconfianza nace con la primera ley escrita. El Derecho se instaura para destruir al alma. El ego se apropia de la escritura porque quiere convertir sacro algo que es netamente mundano y de convencernos de que, para introducirnos al misterio que hay en uno, basta con la palabra dicha dentro de nosotros. Y es verdad hasta cierto punto porque si la palabra escrita no ha decidido asaltarme y me lanzo a capturarla, todo lo que escriba, aunque tenga mucho de alma, estará permeado de vanidad. Dentro de mí había los cimientos para construir un Templo y un Palacio Legislativo. Se terminó primero el Palacio; en el Templo poco se había avanzado. Empecé a escribir por vanidad, es decir, los legisladores de mi Congreso ordenaron que se continuara con la construcción del Templo para que todos mis ciudadanos vieran que tenían políticos con sentimientos, y mis místicos aceptaron no porque fuesen corruptos sino porque creen que hasta el rey más poderoso puede decidirse de la noche a la mañana a convertirse en mendigo. Y algunos de los legisladores empezaron a ir al templo quizás motivados más por los votos que por los devotos, y de seguro se impresionaron al mirar a

esos monjes que sin hablar hablaban, que con la nuca, con la espalda, con el talón respondían las preguntas antes de que éstas fuesen dichas; que frases tan comunes como “mire, la mosca se ha posado en la nariz de la imagen”, les devolvían esos ojos que se habían extraviado con la inocencia. Hoy hay junta en el Palacio Legislativo, y más de la mitad de los legisladores no han aparecido. Los pocos que deambulan por los pasillos en espera de sus colegas, dudan del sentido de su presencia.

*

Hace unos días corría y alcancé a oír el motor de una rastrilladora que estaba de mí a casi dos cuadras, luego una patrulla de policía se metió en sentido contrario y se paró frente al jardín de donde salía el ruido. Bajó el policía, se encaminó hacia el cancel y entró; a través de los resquicios de los arbustos vi que el policía le gritaba a un anciano para el que parecía sólo existir su rastrilladora; el policía se le acercó, y bruscamente apagó la máquina, luego tomó al anciano de la nuca y le dio un beso en la mejilla.

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Let us consider the way in which we spend our lives. Henry David Thoreau

Mirando hacia adelante, ves desaparecer a tus hijas detrás del horizonte, la mayor parsimoniosa, camina despacio, como si no le importase este ruido, este ensordecedor ruido abrazado a tu espalda; a menor camina como siempre, ligero el paso, apresurada como si sus pies fuesen huellas de luz sobre la arena, y como si no le importase esta tiniebla, esta inmensa tiniebla sin agua, que lame tus jarros. Mirando hacia adelante, ves a Lot tu marido la espalda recta, la cabeza enhiesta los ojos, la mirada de contenida lujuria ¿qué enfoca? ¿acaso a las hijas que nunca pudiste proteger?

Mirando hacia adelante, ves a Lot tu marido la espalda recta, el paso fuerte de hombre que ha prohibido fijar avisos sin importar que en esta primavera la algarabía de los niños se manchará de sangre en la ciudad, las arpas tocan a duelo no hay remedio ii

i.La

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Y en la Nueva España, un puñado de mujeres, sufrían espasmos y sangraban, y reclamaban para sí la experiencia mística en el nombre del Señor Jesús, y los clérigos incrédulos dieron en llamarles: Las Ilusas.

AGN, Inquisición, 863, EXP. 21

1

Caer

como quien duerme en el vientre del mundo. Caer al centro de donde todo fluye. Nunca se sabe qué llovizna lenta empapará de noche nuestros sueños qué locura disfrazada nos aguarda en el dormir de las mujeres que amasamos con sangre los huesos y ensayamos el recorrido de la palabra escrita como si del vientre fuese a brotar un árbol para que el amor permanezca amor y la tierra no sea un globo sin luz desde lo alto.

Sobre quien somos hay un confín de mujeres que se curvan como la tierra.

juana iris goergen | deshoras

Estoy triste pero no es tristeza de lágrima; es tristeza de pared, de maleta vacía, de teléfono cortado.

2

Y tú misma de ti misma ensimismada pariendo el mundo en madrugadas solas y a otro Pablo y a otros humos esperando esperando que en este amor de cordura alguna luz acaso te dé sus resplandores o la callada respuesta del deseo ausente de su espalda.

Lo demás es silencio. Silencio a más de veinte años con la ilusión de haber amado tanto.

3

Pero tampoco allí, tampoco en la memoria. Tal vez, tan sólo somos temblores de un recuerdo, anécdotas de polvo con sólo muerte a días, mientras tú vuelves intacto al verdadero tiempo de la danza que ha venido muriendo en cada árbol, y en ese signo tuyo, apenas nuestro, inocencia de piernas entreabiertas olor que nos inflama los sueños y las ingles.

i.Las Ilusas

tu marido camina con paso fuerte, como si no le importase que tú avances con el cuerpo vacío tu cazador clavó sus garras en tu corazón tierno y aspiró el olor delicioso de tu carne magullada olor a hembra que se desploma mucho antes de colmar su sed alimentando el poder de ese ángel suyo que según él habita en los vastos dominios del grito y avanza para calmar su sed. Todo está cumplido. En los senos prohibidos de tu doble ciudad él afila sus dientes. Mirando hacia adelante, ves a Lot tu marido las heridas se han abierto una vez más, mirando hacia adelante, retrocedes como puedes hasta tocar con tus manos el miedo, el terror de vivir a su lado para siempre te muerde las entrañas como una visión sin ojos. Y miras hacia atrás.

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La noche: invención del hombre, el odio y el amor

I Antes que el hombre antes que Dios hubo la noche

La noche no es la sombra del día ni el día el lado claro de la noche la noche es la sombra de sí misma el día es el lado claro de sí mismo el día es distante luz extinta la noche es unidad con el sí mismo

II A la noche no le da vergüenza todo lo que se hace y se deshace en su penumbra al día le caen todas las culpas El odio y el amor son depredadores noctámbulos devoran a la misma presa

Pero el hombre es sabio cuando logra habitar la noche la noche con virtudes y deliquios

El hombre que logra habitar la noche es el ser más bello del mundo el monstruo de la ecuanimidad el ángel del exterminio es decir lo más parecido a un dios lo más parecido a sí mismo

III El astro cero arroja los planetas con centellas multifarias el ojo negro traga los planetas con su punto ciego nulo para después tragarse a sí mismo: como lo hace Dios en la unidad de la noche Lo que sucede después de la catástrofe del incesto cosmogónico se llama caos y cosmos: el odio y el amor

IV Dios se da a luz a sí mismo eternamente con absoluto amor con odio absoluto eternamente Dios se aborta a sí mismo

El hombre huérfana criatura del tiempo insignificante homínido del azar apenas sueña el sí mismo: no nace el hombre todavía

deshoras | león leiva gallardoRoedor de la noche

Ah roedor de la noche cómo me alargas las horas con tus dientes de leche

tus ojillos despechados cual si ausentes de cuerpo me persignan de lo oscuro me señalan el miedo

tus patas conocen el laberinto de mi pecho

sal de mí barbado monstruo de la envidia sal de mi costado aunque quede ahí la rabia

déjame dormir apenas mi último concilio

Palabras al acecho

quiero jugar al inconsciente todos los días quiero ser y volver a ese lugar donde mi cuerpo todavía se confunde con las cosas:

donde mi mano es la rama del árbol mi pierna una raíz erradicada donde mi estómago es el cántaro recién parido mi pecho un lampo aireado de retoños donde mis ojos cortan la tarde con el vuelo de las garzas y mi boca un bostezo largo largo el sorbo de la noche

quiero volver a ese lugar ensimismado e indescifrable donde habita el autismo pero de nada me sirve querer ser

sé que detrás de las cosas siempre están escondidas en espera las palabras al acecho podridas como el hálito de los que hablan poco los que ayunan los que oran los que hacen sortilegios de las sombras

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La conclusión del 24 Festival de Cine Latino de Chicago deja muchas preguntas en el aire: con baja asistencia en las salas en que se presentó la muestra, escasa calidad del material seleccionado, y la pérdida de Columbia College Chicago como “cuartel general” de los organi-zadores, ¿podrá sobrevivir el evento, cuando está por celebrarse su crucial 25 aniversario?

El Festival cumplió con su tradición de evento social de cada primavera en Chicago. La Noche Inaugural se llenó y hubo quien se quedó sin ver la primera cinta – la española El Prado de las Estrellas. Y al menos 500 personas acudieron a la Noche Mexicana. Pero la baja calidad del resto del material ofrecido se notó en una asistencia abismal en las salas donde se presentaron la mayoría de los largometrajes y cortos: Piper´s Alley, Landmark y el Instituto Cervantes.

“Estamos satisfechos con el resultado”, dijo sin embargo el Director Ejecutivo y fundador del Festival, Pepe Vargas, en entrevista con contratiempo. Vargas explicó la relativa flacidez del Festival de 2008 por el hecho de que “estuve dos festivales afuera. Debido a eso se creó un altibajo financiero. La gente que estuvo acá descuidó el aspecto financiero, y en estos tiempos recaudar los fondos (para organizar el evento) está muy complicado”.

He arado en el marBernardo Navia

Al momento de escribir estas líneas, leía que Salvador Contreras, un muchacho de 18 años de edad, se convirtió en una más de las numerosas víctimas de muerte violenta por arma de fuego en Chicago. “Siempre ha habido muertes violentas en Chicago. Si no ha sido la mafia, han sido los gángsteres, o los crímenes raciales, o los del hampa. El asunto es que siempre ha habido y habrá violencia en Chicago”, será el argumento que se enarbole. Es verdad, tristemente, es verdad. Pero el caso de Salvador marca el derrotero que han seguido, en lo que va del año escolar, 24 estu-diantes de escuela secundaria, aún adolescentes, aún niños. Es decir, un camino de un solo sentido, que caminan no “profesionales” de la violencia, sino nues-tros niños, nuestro futuro. El suyo y el mío. Un camino para estos estudiantes que no tendrán nunca fiestas de graduación, ni posibilidad de estudios superiores, ni alternativas de una vida de veras mejor; ni, mucho menos, la real posibilidad del ‘sueño americano’. Cinco balas fueron disparadas sobre Salvador el sábado 15 de marzo pasado.

En el número de febrero, contratiempo tuvo a bien publicar un artículo mío en el que reflexionaba sobre la violencia que ha venido desencadenándose en los recintos estudiantiles en el último tiempo. Irónica-mente, han vuelto a ocurrir varios de estos incidentes desde la aparición de ese número. Digo ‘irónicamente’

porque concluía ese artículo expresando un, bastante si se quiere, ingenuo deseo: que Papá Noel fuera capaz de darme para la Navidad recién pasada, la tranquila seguridad de que ninguna muerte violenta sesgaría nunca la vida de mi hijo; ni en la calle, ni en la escuela. El dolor que han de sentir los padres y los hermanos de Salvador me recalca sobre el rostro lo inútil de mi deseo. De cuya realización ningún Papá Noel me puede garantizar nada, por cierto.

Mi intención original era cooperar con la presente edición de este periódico y escribir una reseña sobre un libro de poemas escritos por Juanita, Febronio, León y Jorge. Como sinceramente no sé qué es más ingenuo, si expresar un imposible deseo navideño a un más impo-sible personaje, o hablar sobre poesía cuando la realidad nuestra de cada día chapotea agónica en un pantano de verdades atroces muy lejanas a la poesía; como lo ignoro, repito, elegí escribir lo que leen ahora los amables lectores de contratiempo. Confío en que mis amigos poetas sabrán entender el porqué de mi elección.

Sé muy bien que con sólo palabras no se arregla la situación mencionada más arriba; que un par de artí-culos publicados en un periódico de habla española no cambiarán la atroz ola de violencia que atraviesa por las escuelas públicas de Chicago; que es posible que para cuando ustedes lean estas líneas, se hayan cometido más atrocidades similares a las que he seña-

lado. Pero al menos, como padre, como latino, como profesor y como miembro de esta sociedad, me queda la sensación de saber que fui capaz de decir algo. Digo ‘sensación’ porque no alcanza a ser ‘seguridad’, ni mucho menos ‘tranquilidad’ lo que me queda después de escribir estas líneas. Supongo que mientras sigan ocurriendo estos hechos (sé que seguirán ocurriendo); mientras siga habiendo apatía y desinterés (sé que seguirá habiendo); y mientras siga siendo mayor, mucho mayor, nuestro deseo por invertir todo nuestro tiempo y energía en alcanzar nuevos y ‘mejores’ estatus económicos, sociales y profesionales; y descuidemos a quienes nos siguen, a quienes han de perpetuar nuestro nombre (sé que esto seguirá siendo), las reflexiones sobre poesía, o sobre cualquier manifestación artís-tica, seguirán perteneciendo a un mundo hermoso de ensueño y libertad, de realizaciones y triunfos; pero un mundo vedado para siempre a tantos miles de hermanos nuestros, desde Alaska a La Patagonia.

Simón Bolívar expresó, antes de morir, su frus-tración con las palabras que lleva por título este artí-culo. Será siempre mi deseo que nadie las repita nunca haciendo referencia a esa sociedad del futuro. Sociedad de cuya formación somos nosotros los responsables.

Bernardo Navia: Es profesor de DePaul University.

Festival de Cine Latino: ¿Habrá jubileo?Gerardo Cárdenas

Vargas reconoció que en la edición 24 se apostó por la cantidad de cintas presentadas (un aumento de 20 por ciento con respecto a la 23 edición), pero indicó que para el futuro habrá que reevaluar esa estrategia “porque el énfasis debe estar en la calidad”.

En los últimos años, el Festival había llegado a promediar las 30 mil personas en asistencia total. En la edición 23 se llegó a un récord, con 35 mil asistentes. Vargas no quiso adelantar cuáles son las cifras finales de la edición 24, pero concedió que no se habría regis-trado “un crecimiento sustancial” en el número de asistentes. “Algunas cintas estuvieron bien de público, otras no tanto. Es difícil determinar por qué. En los eventos especiales tuvimos buena asistencia, y en la Noche Inaugural hubo muchos que se tuvieron que quedar sin ver la película, por exigencias de la sala donde se presentó”, declaró.

Casi desde su surgimiento a mediados de la década de los 80, el Festival estuvo “arropado” por Columbia College Chicago. Para la edición 25, la del Jubileo, el festival tendrá que depender de otra institución para montar sus cuarteles generales. El Centro Cultural Internacional Latino, la estructura externa del Festival, ha disfrutado de espacio gratuito en las instalaciones de Columbia College por años, pero la universidad

...un camino de

un solo sentido,

que caminan no

“profesionales” de

la violencia, sino

nuestros niños,

nuestro futuro.

recientemente informó al grupo que, debido al incre-mento en su alumnado, iba a tener que apropiarse del espacio que habían venido usando. Vargas y su equipo deben abandonar Columbia College el 31 de mayo.

“Es una variable que se introduce en la vida de la organización”, minimizó Vargas. “Columbia ha sido un apoyo fundamental. Lo único que realmente cambia es el espacio. El apoyo de Columbia sigue siendo incondicional”.

Sin embargo, sin el apoyo de la universidad, y con una economía en horas bajas lo cual puede impactar al número e importancia de los patrocinadores, el armado de la edición 25 se vuelve todo un reto. Vargas no quiso mostrar sus cartas.

“Es muy temprano para hablar de los planes. Lo más importante es no defraudar las expectativas que hemos creado a lo largo de estos años. Lo que tiene que quedar muy claro es que tenemos la responsabilidad de responderle al público, y tenemos que presentar algo de calidad”, añadió el colombiano.

Gerardo Cárdenas, escritor y periodista mexicano es miembro de la mesa editorial de contratiempo.

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tiempoextra

Al igual que en los museos los curadores con visión y criterio eligen las obras para cada exposición, en Chicago hay personas que son los curadores de la música latina, en sitios y centros en cuya programación se detecta una inteligencia musical que dirige la selección, y en los que se presentan eventos con la suficiente regularidad para que el espectador cuente con una infusión regular de melodías y ritmos únicos.

contratiempo entrevistó a ocho personas a quienes se podría considerar responsables de gran parte de la programación musical latina y del mundo que ofrece esta ciudad.

Respondieron a las mismas seis preguntas cada uno de ellos: a continuación el texto de las preguntas y sus respuestas. Sobra decir que son verdaderos amantes de la música, pero otro hilo que también unió las conversaciones fue el inmenso respeto que sienten por el artista musical, su creencia casi dogma en el poder transformador de la música, y su enorme diversidad en gustos musicales.

Los museos de nuestra músicaCatalina María Johnson

1. ¿Qué música escuchas últimamente?2. ¿Cuál es tu visión y/o misión en cuanto a la presentación de música en tu centro/escenario?3.¿Cuál ha sido el concierto o evento musical que hayas presen-tado que más te ha gustado?4. ¿Que esperas presentar en un futuro próximo?5. ¿En qué sentido crees que se podría desarrollar la música o la escena musical de Chicago....alguna predicción en cuanto a las nuevas tendencias o la vanguardia?6. Favor de terminar la siguiente frase… “si no lo han hecho hasta ahora, invito a los lectores de contratiempo que se mantengan al tanto de nuestros eventos porque….”

Catalina María Johnson, Ph.D. es conductora y productora de programas de música latina para estaciones de radio pública. www.beat-latino.com

David Chávez, chicaguense hijo de salvadoreños, tiene varias

décadas presentando música en Chicago, comenzó con fiestas

que organizaba en la secundaria hasta épocas recientes de varios

años de programación en el antiguo HotHouse. Actualmente está

a cargo de la programación musical de Uncommon Ground y la

nueva versión del HotHouse en el Viaduct.

1. Iván Benavides, electrocumbia de Colombía; todo el nuevo

catálogo digitalizado de Fania, el tango electrónico del argentino

Axel Krygier; nuevas fusiones como Novalima de Perú, Macaco y

Concha Buka de España, hip-hop flamenco, como La Shika.

2. Mi intención es presentar música de significado cultural que no

recibe atención comercial, en cualquier espacio que sea conve-

niente. Me eduqué como trabajador social…y en ese sentido la

programación de música cultural es una continuación de lo que

considero un servicio social. No quisiera estar atado ni a un espacio

ni a un género en particular. Quiero darle la oportunidad a cierta

música que se escuche, música que es de importancia cultural no

solo para el pueblo del que proviene y para el músico que la toca,

sino para el público que a través del concierto logra un entendi-

miento más profundo de las comunidades en diferentes partes del

mundo.3. De la serie de conciertos que se presentaron en el festival Jazz en

Clave del 2006, el concierto en el que Sonny Bravo, gran músico y

arreglista de la Típica 73 y de Tito Puente, integró una agrupación

de superestrellas que no habían tocado juntos anteriormente, que

incluía Mario Rivera, Jimmy Sabater, Alfredo de la Fe…clásicos

músicos de la era de Fania, y se dio una tremenda descarga…¡y

encima, en un intermedio inolvidable, Chuchito Valdés, Jr., presente

en el público, nos tocó un solo espontáneo en el piano!

4. Sonidos nuevos latinos, de vanguardia, música de la diás-

pora africana, sobre todo la de nuestros países, y música que se

presente dentro de un contexto, ya sea con talleres y ponencias

adicionales, intercambio con los músicos, o acompañada de algún

documental. También invito al Clark Street Festival (13 de julio)

y al Pabellón Internacional del Taste of Chicago donde verán el

resultado de mis esfuerzos.

5. Considero nos dirigimos en dos sentidos. Uno no es nuevo, pero

se volverá más visible, el de jóvenes que están en etapa de reen-

cuentro con lo tradicional. Pero la segunda dirección son las múlti-

ples nuevas fusiones latinas, beats urbanos, que incorporan las

mismas tradiciones en remixes. Por ejemplo, hay toda una nueva

generación que descubre la cumbia de nuevo.

6. Aparte de que se van a divertir, pueden confiar que la música

tendrá un significado cultural. Además, en Uncommon Ground, el

sistema de sonido fue diseñado con sumo cuidado para la inti-

midad del escenario.

Colleen Miller ha presentado música en Chicago por varias décadas, a partir de sus comienzos en un club propio donde presentó desde biker bands – las agrupaciones preferidas de motociclistas, hasta…¡Tito Puente! En capacidad de Directora de Conciertos y Eventos en Old Town School of Folk Music, en tiempos recientes ha presentado a Inti-llimani y Los Folkloristas, y su pasión personal por el son jarocho ha apoyado la presencia importante de Old Town en el desarrollo del nuevo movimiento jaranero de Chicago.1. Mucho son jarocho: Mono Blanco, Mono Blanco y más Mono Blanco. Me gusta Bob Marley, y últimamente he estado escu-chando remixes de Huun Huur Tu, cantores polifónicos de Tuva…también lo que se denomina Old Time, que considero es la versión norteamericana del son jarocho – música del campo con un ingre-diente de baile percusivo, por ejemplo, Uncle Earl, Foghorn String Band.

2. Una parte importante de mis consideraciones son a nivel prác-tico. Quiero presentar una variedad de música folclórica y de raíz, pero también música que funcione bien en nuestro auditorio. Creo que es peligroso ser demasiado purista en cuanto a definir los géneros que consideramos apropiados. Hay veces que la gente me dice “ese porqué si es más bien un cantautor” o “lo otro porqué si es rock indie y no Folk”. Nos interesa darle la oportunidad al músico que presente su talento ante un público interesado, que lo va a escuchar cuidadosamente y en lo particular me interesan las expresiones musicales que son “del pueblo” y que se mantienen apegadas a las formas más depuradas y tradicionales.3. El Festival del Son Mexicano, que hemos presentado varios años - con son jarocho, huapango, y cerrando con “Sones de México”. También el mes pasado, el Encuentro de Jaraneros, me encantó en su totalidad, ya que pudimos ofrecer como parte del encuentro un día de talleres de música, zapateado y hasta décimas.4. Ya nos toca realizar otro Festival de Son Mexicano…5. Creo que vamos a ver más y más encuentros musicales en los que no solo está un público distanciado, sentado, escuchando un concierto, sino que el mismo publico también tendrá oportunidad de aprender y de participar. 6. Si les gusta la música folclórica y de raíz…pues los invito a venir. En esta institución tenemos 50 años en este esfuerzo, por lo que habría que concluir que algo estamos haciendo bien.

Oriundo de Morelia, Michoacán, Roberto Ferreyra, artista visual y músico, junto con Montserrat Alsinas, artista plástica y de performance, coordinan en su galería Colibrí en Pilsen no solo exposiciones y talleres diversos, sino presentaciones musicales a partir del 2002, incluyendo ya cinco años del reconocido Fandango el último sábado de cada mes.1. Tecno. (se ríe) No, yo escucho de todo. Últimamente mucha música brasi-leña como Caetano Veloso, Céu, Seu Jorge.2. Tener música diversa, un abanico de música, no enfocado solo en la latina, o folclórica mexicana, sino más amplio…crear relaciones con la comunidad afroamericana de la ciudad, lo hemos ya en varias ocasiones con bandas que tocan tambores –una conexión a través de la percusión, como se ha hecho con la comunidad puertorriqueña con el fandango-bombazo entre Tarima y Africaribe que se ha vuelto tradición bianual. 3. Cuando estuvieron Los Cojolites como parte de Encuentros de Jaraneros con Tarima Son y Sones de México. Fue algo nuevo, había habido música jarocha pero había sido como muy muy de concierto, pero aquí en Colibrí estábamos como compañeros, sin distinción y la gente sí se puso a bailar. 4. Ya estamos llegando al punto que tenemos algo cada fin de semana. Queremos que la gente diga, “Vámonos a Colibrí” confiando que va a haber algo bueno. Aquí hemos estado los que trabajamos el camino del son. Pero ya hemos abierta la puerta a otros estilos. La idea es que la galería se trans-forme como diríamos en México en un pequeño “antro”, pero de buena música… ya tenemos talleres de zapateado y de música porque queremos que el espacio empiece a tener el perfil de centro cultural. En el mes, ya tenemos dos sábados de trova y otra música, y ahora el tercer sábado Colibrí Eléctrico música electrónica multimedia. En el futuro queremos conti-nuar con la cuestión del performance visual mezclado con la música. 5. La fusión, música electrónica, usando la computadora…cada quien en su camino..a su manera. Hasta ahora nos hemos enfocado en aprender la música de cada región. Teniendo eso estable, queremos avanzar hacia otras fronteras y otros estilos.6. Se van a sentir a gusto. Colibrí tiene ese ambiance, esa cosa como bohemia… no es bar, no es galería, no es concierto. Algo como alternativo, casi outlaw. Y se la van a pasar a todo dar. Aquí somos más bien sibaritas. Nos gusta la buena música, nos gusta pasárnosla bien; de eso se trata, ¿no? Del disfrute .

Michael Orlove, chicaguense director de programas del Departamento de Asuntos Culturales de la ciudad de Chicago, junto con su equipo, tiene más de una década presentándonos la variedad casi infinita de música que ofrece la ciudad, por ejemplo, el Festival de Música del Mundo, Chicago Summer Dance, la serie Music Without Borders, y varios años del Festival Flamenco.1. Constantemente escucho la música que estoy considerando para presentar. Pero últimamente rigen en casa los gustos de mi hijo Alvaro Daniel – de 18 meses – que de momento le encanta escuchar Miliki (música infantil de España) y You are my Little Bird (canciones folclóricas norteamericanas para niños).2. Me tomo muy en serio el mandato de Lois Weinberg, comisionada de Asuntos Culturales de la ciudad, que es que el arte sea accesible, que sea para todos. Weinberg es de una generación en la que el arte es derecho, no es ni privilegio, ni un lujo que le pertenece a una elite. Queremos ser la sede central de la cultura en la ciudad, de manera complementara y sin competir con otras instituciones, donde se puede disfrutar de la música, el teatro, la danza, las artes plásticas y al igual ofrecer un espacio donde los mismos artistas de Chicago tengan la oportunidad de presentar su obra.

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Para mayor información:

www.aguzate.org www.chicago.cervantes.eswww.cityofchicago.org/culturalaffairswww.hothouse.netwww.millenniumpark.org/www.lastablas.comwww.oldtownschool.orgwww.uncommonground.comtarima-son@sbcglobal.net

3. Difícil responder a esta pregunta. Todo concierto tiene su propia fuerza espiritual. Los conciertos que considero exitosos son los que se nota y se siente que el artista ha creado un nexo, una relación con el público.4. ¡Una lista larga! En cuanto a lo latino Music Without Borders en Millenium Park abre con noche catalana, el 19 de junio, con María del Mar Bonet y La Orquesta Árabe de Barcelona; el 26 de junio, el debut en los EE.UU. de varios de los bachateros legendarios que protagonizaron el elepé Bachata Roja. El concierto final de esta serie es puro tango con Bajafondo Tango Club de Argentina. En Chicago Summer Dance, presentaremos también de Argentina, Orquesta Típica Imperial y de Puerto Rico, Plena Libre; y eso sin mencionar la serie de conciertos Made in Chicago: World Class Jazz, entre los que cele-braremos con Joao Donato los 50 años de Bossa Nova…y en el otoño, el Festival de Música del Mundo, con muchas presentaciones de Latinoamérica, lo cerraremos con una noche mexicana de conciertos que incluirán los latinos alternativos Calexico con Mariachi Luz de Luna y el guitarrista mexicano Salvador Durán.5. ¡Yo nunca he servido para vidente! La tecnología nos da mayor facilidad para acceder a la música, distribuir la música, comunicarnos con el público, y lo exótico dejará de serlo. Quizás esto cambie la industria pero lo bueno es que la música en viva nunca podrá ser reemplazada. En parte por eso desem-peño esta labor - me encanta la experiencia del concierto...6. ¡El precio (gratis) es perfecto! Y experimentar la música en vivo, en diversos espacios bellos, rodeado de los miembros de esta comunidad es increíble, una experiencia inigualable.

Matthew “Mateo” Mulcahy, chicaguense de ascendencia irlandesa y mexicana, antes de regresar a Chicago en el 2006, presentó música a través de programas de radio y varios clubes propios en St. Louis, Missouri por más de quince años. Como director del programa de Relaciones Comunitarias en Old Town School of Folk Music, tiene a su cargo las series de los miércoles y las que se presentan para los escolares. 1. Normalmente concentro mi atención en música relacionada con la serie que estoy presentando, ya sea La Peña (latina) Afro-Folk (música de la diáspora africana), o la de música del mundo. En lo personal, me rodeo generalmente por la salsa clásica o el reggae clásico. Y en los últimos días, clásicos de Fania, la salsa de Ocho y Más y reggae de Luciano y de Midnite.2. Afortunadamente, mi trabajo y mi visión musical se encuen-tran en completa armonía. Se me ha consignado establecer

relaciones a través de la música y la danza con las diversas comu-nidades chicaguenses. Y afortunadamente, el trabajo lo adelanto beneficiándome de la excelente trayectoria establecida por mi predecesor, Juan Dies. Siempre hemos querido lograr mayor unidad no solo entre diversas comunidades chicaguenses, sino entre nuestra propia comunidad latina – crear una conciencia panlatina…que al exponernos a la música de otras comunidades latinas logremos un mayor entendimiento y propiciemos la cola-boración entre nosotros mismos.3. La reinstalación del proyecto Latino Chicago, que originalmente fueron dos semanas de presentaciones de más de 50 artistas reali-zadas bajo la coordinación de Dies en Washington, DC y que aquí en Old Town en el 2006 me correspondió realizarlo en una versión abreviada.

4. La próxima versión de Latino Chicago como parte integral de nuestro Festival de Folk and Roots, el 12 y 13 de julio…cumbia colombiana, música andina, música norteña, bomba y plena, artesanías….5. Mayor fusión, la continuación del desarrollo de nuestro mesti-zaje, aunque ahora a un nivel global que incluye influencias no latinas, lo que significa menos segregación entre comunidades y un mayor entendimiento entre ellas. Hace unos días vimos a Fandanguero (son Jarocho) con Grupo Yubá (bomba y plena) actuando sobre el mismo escenario, algo que quizás hace 15 años hubiera sido imposible considerar. 6. Es una extraordinaria oportunidad de experimentar otras músicas, informarnos sobre diversas comunidades y ¡disfrutar! Y las series de los miércoles son ¡gratis!

Omar Torres de Río Piedras, San Juan, Puerto Rico, y su colega Abner Bardeguez, integran Agúzate.org. En los últimos cinco años han presentado una serie de eventos en diversos sitios con DJs, arte de las cubiertas de elepés, y un festival anual dedicado al sonero.1. Gabriel Ríos, puertorriqueño radicado en Bélgica, Novalima, electrónica afroperuana, Gotan Project –tango electrónico–, y Biorritmo, jazzistas puertorriqueños basados en Virginia.2. Con Abner Bardeguez formamos Agúzate para promover la música en vivo, con fuerte énfasis en la música afrocaribeña y afrolatina, en diversos espacios. También como DJ´s presentamos la salsa clásica, de mediados de la década de los 60 hasta como 1985 – todo lo que es el Latin Soul, la salsa clásica, el bugalú. Nos interesa conectar artistas y músicas con escenarios.3. Un evento que nos define es el Homenaje al Sonero que hemos presentado anualmente los últimos cinco años. Queremos asegu-rarnos que el soneo no corra peligro de extinción, ya que muchas de las fórmulas comercializadas de la música van perdiendo el elemento improvisador. En el Hothouse, en el Homenaje del 2005, quedamos muy contentos de además presentar una expo-sición de cubiertas de elepés de esos años clásicos que se tituló Unsung Afrolatino Expressions - cubiertas de los discos del Gran Combo, Hector Lavoe y otros.4. Aparte de seguir en lo que estamos, realizaremos en octubre el Homenaje al Sonero 2008 en Old Town, y estamos en conversa-ciones para traer a Frankie Vázquez. También tenemos Agúzate TV que son pequeñas cápsulas de 2 minutos que salen cada dos semanas en nuestra página web.5. Esperamos que más gente se tome el riesgo de apoyar a artistas aun cuando les sean desconocidos. Ya tenemos dos agru-paciones nominadas al Grammy en Chicago: Sones de México y Ángel Meléndez, lo cual es una tendencia muy positiva. Creemos que la valoración de nuestros artistas seguirá aumentando.6. No nos consideramos solamente organizadores de eventos, sino a través de Agúzate, org., somos fuentes de informa-ción en cuanto a música folclórica tradicional, progresiva, e internacional.

Leo Suárez, nacido en Barranquilla, Colombia y criado en Chicago, es dueño

de los dos locales del restaurante colombiano Las Tablas, Hace un año y medio

modificó la programación musical de los restaurantes para encaminarla hacia

la creación de espacios donde se presente música afrolatina, y en especial la

afrocolombiana.

1. Folklore afrocolombiano, que es la música de mi tierra … Mucha música de

adoración a los santos afrocubana y afrolatina …soy gran fanático de la salsa de

las décadas de los 60 y los 70. También, últimamente he estado escuchando a

Petrona Martínez y a María Mulata de Colombia.

2. Mi prioridad es darle una imagen positiva de la cultura colombiana a la ciudad

de Chicago. Como músico y etnomusicólogo, quiero hacer esto presentando la

música tradicional afrocolombiana, tarea difícil porque no hay ningún grupo de

este genero aquí, y como resultado, es prácticamente desconocida aquí. Espero

generar el interés suficiente para que un grupo de personas se dediquen a aprender

esta tradición musical y la pueda presentar con regularidad…otros lugares no lo

hacen porque los proyectos salen caros … Pero yo lo hago por amor a la música y

por querer mostrar que Colombia es más que cocaína, marihuana, y café.

3. El Grupo Rebolú en Old Town School of Folk Music y en Las Tablas, el 11 y 13

de marzo…Pudimos mostrarle a más de 500 personas lo lindo y profundo que es

el folklore afrocolombiano y muchas personas que desconocían esta música la

gozaron. Espero que sean las primeras de miles y miles.

4. Mi próximo proyecto es traer en septiembre a Los Gaiteros de San Jacinto de

Colombia, ganadores del Grammy 2006 por mejor álbum folklórico… Pero por

ahora el último jueves del mes, en Las Tablas de Lincoln Park, pueden escuchar

rumba afrocubana en vivo, seguido por los DJs de Agúzate. Tenemos música en

vivo cinco días a la semana entre los dos restaurantes.

5. Opino que la música latina en vivo en Chicago ha decaído mucho en los últimos

años. No quiero especular sobre el futuro, prefiero actuar. Pero opino que juntos

podemos levantar nuestra música y cultura latina al punto que debe estar.

6. En otros sitios se contratan especialistas –músicos y conocedores– para

presentar la música. Las Tablas son restaurantes propiedad de un músico cono-

cedor de la música afrolatina, y eso se va reflejando en la programación que ofrece

información, innovación y lo más importante….mucha diversión.

Juan Carlos Vidal, de Asturias, España, Director del Instituto Cervantes desde hace tres años, con su equipo que incluye la Coor-dinadora de Actividades Culturales, Teresa Hernando, participaron varios años en la presentación del Festival Flamenco y a partir de la inauguración del nuevo centro con un auditorio plenamente equi-pado para conciertos, en el último año han duplicado el número de eventos musicales que presenta el Instituto.1. En términos generales, me gusta mucho el jazz, sobre todo el europeo, y la música clásica. En particular, últimamente he estado escuchando al pianista jazzista Ahmad Jamal y a Chavela Vargas.2. Presentar figuras y nuevos valores emergentes, dentro del flamenco y la guitarra española pero también jazz y música del mundo. Nuestro criterio siempre es la calidad. Queremos que el público reconozca la continuidad de programas culturales, de cierto culto, no siendo elite, pero somos clásicos ya sea hablando de Hispanoamérica, Latinoamérica, o el folklore.3. Ha habido muchos. En el 2006, el ciclo de guitarra española, y más recientemente la presentación de Javier Conde y de los gana-dores del Festival del Cante de las Minas, y la colaboración que realizamos con el concierto sinfónico Ainadamar.4. El 12 de junio presentaremos uno de los mayores guitarristas del mundo, Jose María Gallardo del Rey, y también seguiremos presen-tando los ganadores del Festival de Cante de las Minas, celebrado anualmente en Murcia, considerado el festival de flamenco más importante del mundo.5. Claro lo nuestro frecuentemente anexo a vertientes literarias, pero también seguiremos propiciando conciertos en fusión con artes plásticas.

6. Servimos para mantener viva una cultura. Que se acerquen para disfrutar. ¡Y que no nos tengan miedo!

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Escuche: www.radiopecueca.com

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22 contratiempo mayo 2008

La creatividad editorial eleva el nivel de la conversación y de la vida misma.

Gabriel Zaid

Lo último que brota en un grupo social que ha emigrado son las artes; y dentro de las artes, la literatura. Recordemos que las personas del Sur que deciden dejar su patria en busca de una vida mejor, primeramente llegan dispuestos a desempeñar cualquier labor, desde lavaplatos o bus boy hasta el oficio que desempeñaban en su país de origen. Y en ese ir y venir de oficios, algunos con el tiempo se llegan a topar con un mural, con un concierto, con una exposición de pintura o con una lectura de poemas. En las comunidades hispanohablantes de los Estados Unidos, y en específico de Chicago, esas manifes-taciones culturales comenzaron a ser una presencia palpable a principios de la década de los ochenta, que es cuando México y los demás países de América Latina sienten los primeros descensos en ese abismo económico que por una u otra razón parece no tener fondo. Muchos de estos artistas han optado por definirse como “exiliados” o “autoexiliados” y casi ninguno como “inmigrante”.

A mediados del siglo XIX, Estados Unidos se convierte en refugio de aquellos políticos e intelectuales que se enfrentaban al poder político y económico de Europa: el cubano Cirilo Villaverde, autor de Cecilia Valdez, representa la lucha por la independencia de España durante la década de los cuarenta; en el caso mexicano —para los sesenta de dicho siglo— el destierro está constituido por Benito Juárez y por uno de los intelectuales del juarismo: Melchor Ocampo. Pero, sin duda, en términos estrictamente literarios, la máxima figura del exilio latino-americano es José Martí. Basta recordar que el prócer cubano escribe su gran ensayo “Nuestra América” en Nueva York y da a conocer para el mundo hispano la voz aún viva del grandioso Walt Whitman.

Ya para finales de los años treinta del siglo XX, con la derrota de los republicanos españoles, en Latinoamérica se empezó a escuchar con más frecuencia la palabra “exilio”. Antes del éxodo español esa palabra sólo remitía a casos aislados (producto sobre todo de dictaduras como la de Estrada Cabrera en Guatemala y la de Juan Vicente Gómez en Venezuela), pero con los republicanos españoles ésta se comenzó a percibir como la bifurcación de un pueblo y la salida inexorable de una gran parte de los perdedores. Vertientes importantes de la poesía y del pensamiento filosófico de España salieron de aquella península y no les quedó más alter-nativa que ir borrando de su mente, a lo largo de cuarenta años, la esperanza del regreso.

Hacia 1954, con la caída de Jacobo Arbenz en Guatemala, muchos militantes de izquierda se asilaron en México y en algunos países de Sudamérica. Y durante los sesenta, con la radicalización de la Revolución Cubana, la palabra “exilio” vuelve a resonar pero ya teniendo como epicentro Miami. Curiosa coincidencia: en España y en Guatemala, los militares tildaron a sus opositores de comunistas y en Cuba, el régimen de Fidel Castro acusó a sus opositores de contrarrevolucionarios, es decir, de enemigos del Partido Comunista. En América Latina, a finales de los sesenta, el término “exilio” nos llegaba por la izquierda y en menor medida por la derecha.

Con el golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile, en 1973, la palabra “exilio” se vuelve cotidiana. Lo anteceden y lo siguen otros golpes en Bolivia, Uruguay, República Dominicana, Argentina, etc. Es decir, en varios países de Centroamérica y del Caribe y en casi todos los del cono sur se persigue o se expulsa masivamente a ciudadanos y ciudadanas que se oponen a sus respectivos regímenes.

Entre los opositores más perseguidos por las diferentes dicta-duras de los setenta, se hallaban, desde luego, los escritores y los intelectuales. Recordemos que cualquier artículo o libro que apelara a las palabras “libertad”, “revolución” o “democracia” no sólo era mal visto sino censurado y, en ocasiones, quemado. Quién puede olvidar las imágenes de soldados alimentando las fogatas con los libros recién requisados en los primeros días de la era Pinochet.

Pero ¿qué es lo que distingue, individual o colectivamente, al exilio?

En el contexto de América Latina, al exilio lo distingue la imposibilidad de volver a la patria por causa de las ideas polí-ticas. Un exiliado sabe que si vuelve a su país se le va a perse-guir, encarcelar o matar. Por eso, al llegar a nuevas tierras, el estatus que solicita y que el gobierno receptor le da es el de “refugiado político”.

Exilio y autoexilioLos escritores e intelectuales españoles y latinoamericanos

que se vieron en la necesidad de irse a otro país, no tuvieron que autodenominarse “escritores en el exilio”. Simplemente lo eran. Ser escritor exiliado no es una decisión sino una condición. Luis Cernuda, Juan Gelman, Mario Benedetti, Heberto Padilla o Reinaldo Arenas no abandonaron sus respectivos países porque las Musas se lo pidieran. No tenían otra alternativa. (El autoexilio en este contexto no cabe, pues es algo que tiene que ver más con la producción literaria. El autoexilio es una decisión, y si aquí nos propusiéramos elaborar una lista de escritores autoexiliados

Lo último que emigra (Primera de dos partes)

Raúl Dorantes y Febronio Zatarain

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sería extensísima. El caso de Julio Cortázar es ilustra-tivo: a pesar de haber escrito gran parte de su obra desde el auto-exilio parisino, se vio obligado a escribir desde el exilio cuando en 1976, en la Argentina, el régimen del general Videla lo puso en la lista negra).

El éxodo centroamericano de los años ochenta está permeado tanto por la problemática política como por la búsqueda de una nueva opción de vida. Los salvadoreños, hondureños o guatemal-tecos que llegaron masivamente a Los Ángeles, Washington D.C. y Chicago huían de la guerra y al mismo tiempo de la pobreza. Acaso por esa razón entre los centroamericanos que se estable-cieron en esas ciudades no se usaba el término “exilio”.

El éxodo centroamericano se da en el contexto de la Guerra Fría. Además de la pobreza, se huía del genocidio, de las ejecu-ciones y de “la leva”. Y por darse en este contexto había centro-americanos que eran mejor recibidos que otros. El caso de los nicaragüenses antisandinistas, radicados sobre todo en Miami, fue similar a la de las oleadas de cubanos de principios de los sesenta: en su mayoría pertenecían a las clases medias o altas. En Miami, las tiendas o los restaurantes de los cubanos o de los nicaragüenses aún tienen el carácter del comerciante de aquellas tierras, y tal vez por eso muchos de sus establecimientos llevan el mismo nombre que tenían en La Habana o en Managua. Se trata, por supuesto, de comerciantes en el exilio.

El caso de Miami contrasta con los barrios mexicanos y centroamericanos de Chicago, ciudad esta última en la que el inmigrante ha entrado al mundo del comercio debido a la demanda. El inmigrante de Chicago ha tenido que improvisar: volverse abarrotero, productor de tortillas o restaurantero. No es casual que muchos centroamericanos y mexicanos opten por darle a su establecimiento el nombre de su pueblo o su apellido.

Y así como los inmigrantes se han introducido en el mundo del comercio y a veces en el de la industria, lo han hecho también en el mundo aparentemente inútil de las artes. Con la excepción de apenas un puñado de escritores y artistas plásticos —esos que sí tuvieron que dejar su patria con sus libros o sus cuadros para vivir en el exilio estadounidense— la inmensa mayoría nació a las letras y a los trazos una vez establecidos en estas urbes. Y nacen aquí porque estas ciudades le ofrecen al inmigrante con aptitud y talento cierta holgura económica y también un elemento básico para la creación: la soledad. (Muchos otros han llegado, sobre todo en las últimas dos décadas, con alguna exposición en su currículum o con algún libro ya publicado, pero la razón que los llevó a emigrar fue meramente económica.)

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Con Musa, sin dineroComo ya señalamos, en el pequeño mundo artístico

latinoamericano de Chicago se ha puesto de moda auto-nombrarse “escritor en el exilio” o “exiliado” a secas. El problema es que no queda claro a qué tipo de exilio se refieren. ¿Al exilio político, al autoexilio demandado por la Musa o al exilio económico que últimamente se usa como sinónimo de inmigrante indocumentado? Del medio centenar de escritores y artistas plásticos que viven en Chicago, no hay más de tres que real-mente tuvieron que abandonar su patria por razones políticas. Son casos aislados. Los demás escritores y artistas vinieron porque las opciones económicas eran mejores aquí, y por eso han emigrado. Recordemos que la persecución política de los artistas e intelec-tuales en América Latina, a excepción de Cuba, ya no es una constante como sí lo fue en las décadas de los sesenta, setenta y principios de los ochenta. Por eso, la actitud de autodenominarse “escritor en el exilio” es una falta de respeto hacia escritores que realmente escribieron desde el exilio, como Cristina Peri Rossi, Miguel Angel Asturias, Mario Benedetti o Guillermo Cabrera Infante.

Si alguno de nuestros escritores o artistas se refiere al autoexilio a la Hemingway, ¿por qué no escoge París o una de esas islas de la Polinesia en las que se auto-exilió Gauguin? ¿Por qué ha escogido ciudades como Chicago o Los Ángeles en los que el atractivo es la fuente de empleo y no la vida bohemia o el retorno a la vida natural? No olvidemos que todavía en los años setenta era posible que en Latinoamérica un redactor o un diseñador gráfico vivieran holgadamente con un salario; y si probaba suerte en otros lugares lo hacía acaso obedeciendo la voz de la Musa y abandonando su

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modesta estabilidad. Pero a partir de las crisis econó-micas que inician en los ochenta esto cambió. Fueron crisis que afectaron a casi todos los países al sur del río Bravo. A fines de los ochenta, Carlos Monsiváis llegó a señalar que los profesores de las universidades públicas mexicanas complementaban sus ingresos vendiendo a sus estudiantes productos propios de la economía informal (Avon, Amway, bisutería, cortes de telas y más). Por eso, hablar de autoexilio o exilio a secas en el contexto actual de los hispanoamericanos en Chicago revela más que nada la no aceptación de una realidad que es a ojos vistas palpable: el campesino, el obrero, el profesionista, el intelectual y el artista que en nuestros días emigra lo hace fundamentalmente por razones económicas. Es decir, el artista y el intelectual también son inmigrantes.

Pero, claro, es más cómodo y romántico auto-nombrarse exiliado porque el exiliado —aquí y en la mayor parte del mundo— es considerado un huésped. El gobierno del país anfitrión considera que dicho huésped volverá a su patria en el momento en que las condiciones políticas se lo permitan. Un inmigrante, en cambio, no deja de ser un intruso.

El contexto actual no es equivalente al contexto de la década de los setenta y principios de los ochenta. Citemos un ejemplo: un argentino que salía de su país en 1977 lo hacía porque su vida o su libertad estaban en riesgo; un argentino que sale después del año 2000 lo hace por razones económicas. La Argentina de aquella época —y de gran parte de Sudamérica— estaba marcada por el exilio. Hoy, más que exilio, se vive una diáspora cada vez mayor motivada por la problemática económica.

Y no se trata de un fenómeno regional: las grandes olas migratorias originadas por la pobreza de las que a diario se habla en los medios igual se dan hacia Japón, hacia Europa Occidental o hacia los Estados Unidos. Un inmigrante centroame-ricano que hoy se lanza al río Suchiate es en más de un modo compatriota del marroquí que se sube a una patera para cruzar el Mediterráneo. Quizás entre los casi 500 inmigrantes muertos el año pasado en la frontera México-Estados Unidos se encontraba algún poeta que no precisamente dejaba su tierra porque la Musa se lo pidiera, y quizás entre los centenares de africanos capturados en el Estrecho de Gibraltar, había alguno que traía bien enrollados sus lienzos más recientes. De ahí que los escritores y artistas de Chicago que se autonombran exiliados no sólo le dan la espalda a los miles de inmigrantes que han quedado en el camino sino que también le dan la espalda a los millones que han llegado y, lo peor, se dan la espalda a sí mismos.

Estos pininos que hemos dado en el mundo de la escritura y de la plástica, no deberíamos usarlos como una máscara para ocultar nuestra condición. Las pocas páginas que hemos leído no hemos sabido usarlas como herramientas para tratar de comprender nuestra circunstancia.

Es comprensible que un exiliado, aún a la distancia, se mueva en la geografía lingüística y temática de su país. El inmigrante, por su parte, acepta los reacomodos y reajustes de su nueva geografía. Un escritor exiliado como Poli Délano era ya geólogo del habla chilena desde que se vio obligado a salir de su país, y no sorprende que se resista y rechace cualquier geografía lingüística y temática que no corresponda a la que se vino con él. El escritor inmigrante, como el que vive en Chicago, no deja de ser aprendiz de geólogo; los reacomodos y reajustes de su lengua se hallan en este territorio lingüístico y temático que hasta ahora sigue siendo virgen. El escritor inmigrante poco a poco se va haciendo de instrumentos de medición que le podrían ayudar a explorar y a describir segmentos de este “nuevo español” que se habla en su entorno. No se trata de hablar como el janitor, el cocinero, el redactor, el bus boy, el trabajador de “yardas”, la babysitter, el obrero, etc., sino de comprender, respetar e intentar explicar el español que ha surgido en esta vasta diversidad de vidas y de oficios. Juan Rulfo no hablaba como los campesinos mexicanos pero supo explorar y comprender su lenguaje.

Raúl Dorantes y Febronio Zatarain: Autores de …Y nos vinimos de mojados.

Lo úLtimo que brota en un Grupo sociaL que ha emiGrado son Las artes; y dentro de Las artes, La Literatura.

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24 contratiempo mayo 2008

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Recientemente el Congreso de los Estados Unidos ha mostrado un gran interés por la situación de los afrolatinos, quienes representan aproximadamente el 28 por ciento de la población latinoamericana. Los afrolatinos, las mujeres y los indígenas constituyen los sectores más marginados del subcontinente. La pobreza y el subdesarrollo en Latinoamérica repre-sentan para el Congreso estadounidense la difícil tarea de asignar programas que beneficien a la población.

La presencia y situación de los afrolatinos es gene-ralmente desconocida en el resto del mundo. Los esclavos africanos fueron desembarcados en Nueva Orleáns, en Georgia, en Cuba, en Jamaica, en Puerto Rico, en Venezuela, en Colombia, y otros en Brasil. Mientras una mujer y sus hijos fueron desembarcados en Colombia o en Cuba y vendidos a diferentes dueños, el padre y sus hermanos quizás fueron desembarcados en alguna plantación en Louisiana y cuyas familiares décadas después emigraron a Chicago. Es así como un habitante de Chicago, puede tener parientes en Buena-ventura, Colombia. Décadas de separación han esta-blecido profundas diferencias culturales y lingüísticas entre familias.

El proceso organizativo del afrolatino en Latino-américa ha despertado el interés de organizaciones internacionales por la reivindicación de los derechos humanos, civiles y económicos. Hasta ahora, la ayuda externa de Estados Unidos a Latinoamérica ha sido destinada a grupos marginados en general, con aten-ción en particular a la necesidad extrema por la que atraviesan los grupos afrolatinos. Entre países con población de origen africano en América, Colombia ocupa el tercer lugar. Se estima que el 26 por ciento de los habitantes en Colombia son de origen africano, aunque el censo del 2005 solo reconoce el 10 por ciento. La diferencia entre las dos cifras se debe a problemas de identificación racial, y a la tecnología y métodos utilizados en el censo. Esta cifra es importante para determinar la inversión social del Estado colombiano. La Ley 70 de 1993 reconoce la propiedad colectiva y los derechos económicos, sociales y culturales de las comunidades afro-latinas a los cabildos comunitarios.

Sin embargo, de acuerdo a los resultados del censo del 2005, la población afrolatina en Colombia vive en un nivel de pobreza extrema y paradójicamente, en estas tierras tituladas o en proceso de titulación es donde se dan altos niveles de desplazamiento y de violación de los derechos humanos. Según datos de organismos no-gubernamentales, en todo el territorio nacional hay más de 3 millones de personas desplazadas, mientras el gobierno reconoce solo 2.6 millones –Colombia es el país con el nivel más elevado de desplazamiento interno en el Hemisferio Occidental.

En el año 2008 el gobierno tenía registrados 152 mil afrolatinos desplazados, mientras que la Asociación de Afrodescendientes Desplazados (Afrodes) estima que son un millón. El desplazamiento implica la pérdida de sus tierras, la pérdida de identidad, la pérdida de las tradiciones, y el rompimiento del proceso que había permitido la identificación como grupo étnico, así como el incremento de la pobreza que a su vez crea un problema de criminalidad, y por último el incremento en la discriminación.

Entre la guerra y la drogaAfectados considerablemente por el desplaza-

miento, muchos jóvenes afrocolombianos recurren a grupos armados como alternativa de sustento y defensa; otros recurren a formas de subsistencia como la delincuencia común, el tráfico de drogas, la pros-titución, etc. Los desplazados afrocolombianos están viviendo nuevamente la desintegración familiar que tuvo lugar en las Américas con la esclavitud. Miem-bros de los cabildos comunitarios han sido desplazados a Bogotá, Cartagena, Medellín, Cali y otros centros urbanos del país debido a la violencia a que han sido expuestos. Como lo mencionó un afrocolombiano defensor de los derechos humanos en la Costa Pacífica de Nariño, quien fue desplazado en el mes enero del 2008 (él se encuentra en Bogotá; sus hijos, su esposa y su madre en diferentes ciudades del país): “extraño mi familia, mi pueblo, mi costa, mi diversidad”. En su análisis, “este desplazamiento es consecuencia de la entrada en los territorios afrocolombianos de los cultivos de la coca, actividad que no es nativa y que no ha sido nativa de estas regiones. Esta actividad comenzó como consecuencia de las continuas fumiga-ciones aéreas en las regiones originarias como el Putu-mayo y el Caquetá, y de la falta de oportunidades de mercadeo de los productos agrarios en estas regiones debido a la ausencia de la inversión estatal para el desa-rrollo económico. Con el cultivo de la coca llegan los sectores armados en lucha por el territorio y son los civiles los que se encuentran en medio del combate. Como líder defensor de los derechos humanos inter-vine con todos los grupos o sectores armados y estos son sordos a los intereses de la comunidad, por eso me vi obligado a salir de mi territorio. Las comuni-dades afro han presentado una propuesta alterna a la del gobierno para desalojar los cultivos ilícitos de estas comunidades pero no se le ha prestado atención” como ha sucedido en la Costa Pacífica.

El desplazamiento en otras regiones afrolatinas ha sido también causado por los grupos paramilitares, quienes abren campo a grandes corporaciones para el desarrollo de megaproyectos de bio-combustible como el de la palma africana. Con el resurgimiento de nuevos sectores paramilitares como las Aguilas Negras y los Rastrosos la violencia en los cabildos comunita-rios ha incrementado. Líderes comunitarios han sido

víctimas de amenazas y asesinatos. Ante todo esto, el gobierno de (Álvaro) Uribe, continua indiferente a las necesidades de estas comunidades, acusándolos en muchos casos de subversivos, y trata de implementar nuevas leyes mineras, forestales y de desarrollo rural que le quitaría el control sobre las tierras a los cabildos comunitarios. Al mismo tiempo, el gobierno entrega a corporaciones para el cultivo de la palma africana, tierras originalmente destinadas para los desplazados.

El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos, es otra arma con la que el gobierno colombiano intenta poner en manos de las corpora-ciones nacionales y multinacionales las tierras y otros derechos ganados por los afrocolombianos con la Ley 70. Al perder sus tierras los afrocolombianos no solo pierden su sustento sino que se ven afectados por el incremento en los precios de otros productos de manutención como sucedió en México con el NAFTA. Según el Banco Mundial, la inversión en proyectos de bio-combustible es la principal causa de la crisis mundial de alimentos. Es por esto que los grupos indígenas y afrocolombianos se han opuesto al Tratado de Libre Comercio. Las negociaciones de este tratado fueron congeladas indefinidamente por el Congreso estadounidense. Sin embargo, entre las razones no se mencionó específicamente el caso de los afrocolombianos.

Mientras las fumigaciones, el desplazamiento, las amenazas y asesinatos a líderes y campesinos indí-genas y afrocolombianos continúen, se hace necesario que las políticas externas de Estados Unidos tengan en consideración las particularidades de los dife-rentes sectores afectados por el conflicto armado en Colombia, y que se propongan alternativas de desa-rrollo consultadas directamente con las comunidades y no con pseudo-representantes impuestos por el gobierno colombiano, los cuales están muy distantes de representar los verdaderos intereses de las comuni-dades afrolatinas e indígenas.

Eunice Mina Escobar es miembro de la junta directiva de la Red de Líderes Religiosos de Chicago para Latinoamérica y participante en la delegación de Afroamericanos a Colombia en el 2008 de Acción Social por la Paz.

Los negros en Colombia y el TLCEunice Mina Escobar

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Carlos Pacheco es uno de los intelectuales venezolanos más destacados de su generación.

Ha sido Catedrático Titular en la Universidad Simón Bolívar e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Sus estudios en el campo de la literatura recibieron el Premio de Investigación Andrés Bello y el Premio de Crítica Rafael Barret. En 1997 fue miembro del jurado del Premio Inter-nacional de Novela Rómulo Gallegos. Actualmente, es director de la Editorial Equinoccio, sello de la Universidad Simón Bolívar. Durante dos meses del presente año, Pacheco fue invitado por la Universidad de Cincinnati para desarrollar sus investigaciones. Esta conversación la tuvimos allí. Abordamos temas como el rol de la crítica y del escritor, el estado de la literatura venezolana, y la situación política de Venezuela.

Hoy en día, en parte debido a los nuevos avances tecnoló-gicos, se lee menos. ¿En este contexto cuál considera que es el rol de la crítica literaria?

A mí me parece cierto que el desarrollo de los medios tecnoló-gicos ha modificado los hábitos de lectura. En esta época, los niños crecen con el Internet que les proporciona píldoras de conoci-miento. Es una búsqueda de conocimiento de manera utilitaria: en el sentido de que surge la necesidad de saber algo, se encuentra en el Internet y me lo apropio. Aquí, claro, no hay ningún concepto de autoría. Todo esto ha afectado a la lectura. Ya que un texto más elaborado, más exigente, sea de poesía o de narrativa, para ese público sea transforma en una actividad más difícil.

Creo que el crítico tiene que hacer varias cosas. Una de ellas es predigerir en su apreciación y comprensión las obras literarias, y devolverlas a la sociedad para que encuentren el público adecuado. Es decir, que una labor del crítico sería producir la conexión entre quien escribe y quien lee. Esto no sustituye su trabajo como un estudioso que realiza investigaciones dirigidas a sus pares.

En los años sesenta el rol del escritor latinoamericano era hasta demasiado claro. En estos años tenemos un nuevo mapa político. ¿Cuál podría ser el rol del escritor en este nuevo contexto?

El escritor es también un ciudadano. No me parece que esas dos dimensiones deban confundirse en su acto de escritura. El escritor debe realizar su obra como tal de acuerdo a los recursos, las temáticas, las elaboraciones estéticas, la complejidad o senci-llez que corresponde a esas elaboraciones estéticas. Al mismo tiempo el escritor, como cualquier otra persona que posee una figuración pública, tiene una responsabilidad con su sociedad. Por eso, podría tener la obligación como ciudadano de expresar una opinión, de participar en un movimiento político, según su inclinación ética.

Usted ha realizado investigaciones sobre la oralidad. ¿Por qué considera que estudiar la oralidad tiene importancia para la crítica literaria latinoamericana?

En aquel momento -y creo que sigue siendo válido- estudiar la oralidad en nuestra literatura me pareció indispensable. En mi tesis trabajaba autores como Rulfo, Arguedas, Roa Bastos, Guimaraes Rosas. Estos autores se interesan por sociedades que son orales, aunque exista en ellas la escritura. En sus obras, como en las de otros escritores latinoamericanos, hay procedimientos muy diversos para expresar ese universo donde la oralidad es el vehículo de comunicación predominante. Estas obras han absor-bido los recursos de la cultura oral, una cultura que tiene una específica manera de reflexionar, de preservar el conocimiento, de ver el mundo, de relacionarse entre sí. Eso es lo que me parece llamativo y que sigue siendo indispensable de la oralidad en la literatura latinoamericana.

¿Cuáles podrían ser unas tendencias dentro de la narrativa última venezolana?

Bueno, tenemos una gran variedad. Hay una narrativa que ha vuelto a las historias bien contadas. Después de una época de experimentalismo, muchos escritores están buscando que el lector se divierta y disfrute de una historia bien contada. Dentro de eso hay un interés por lo histórico. Por ejemplo, una de las novelas más vendidas es Falke de Federico Vegas. Falke es el nombre de un barco polaco, que en tiempos de la época del dictador Juan Vicente Gómez vino a liberar Venezuela de la dictadura. Los expedicionarios eran estudiantes e intelectuales, convertidos de una manera ingenua en militares y salvadores de la patria. Al llegar al país, sin embargo, fueron derrotados.

También hay una tendencia que presta atención a los hechos de la vida cotidiana: esas preguntas sobre la enfermedad y cómo ella cambia la vida de algunas personas cuando padecen la potencialidad de la muerte. Y veo una tercera tendencia en el ejercicio del género policial. Sin embargo, en Venezuela se está haciendo novela policial sin separarse del hecho político, o del hecho social, o de la vida cotidiana. Por ejemplo, la novela La última vez, narra la historia de un padre que desaparece. Aquí el hijo se convierte en una especie de detective para saber qué pasó con su padre, y la novela se convierte en una manera de explorar la situación política venezolana actual.

En los últimos años la situación política de Venezuela es una constante noticia. ¿Cómo ve usted la situación venezolana?

Creo que internacionalmente se están dando cuenta de que Chávez no es un líder de izquierda. Es un militar populista interesado en el poder. Todo lo demás es instrumental para mantener el poder para siempre en sus manos. Chávez es una persona con muy poca formación intelectual, que no escucha y que ha hecho unos programas cosmé-ticos que supuestamente ayudan a la gente. Probablemente la gente pobre se ha beneficiado mínima-mente. Pero, si uno compara la cantidad de dinero que ha salido de Venezuela para promover la revolución bolivariana, ya sea comprando deuda argentina, regalando petróleo a las islas del Caribe, subvencionando el trans-porte de los ancianos ingleses, o yéndose hacia objetivos hasta cómicos si no fueran trágicos; si uno compara todo esto con los niños en las calles de Caracas, con la situación de la educación primaria y secundaria que da lástima, con la escasez, con la corrupción que hay en Venezuela, se dará cuenta que en Venezuela hay un retroceso. Y este proceso de reversión no es hacia la mitad del siglo XX, sino hacia el siglo XIX. En tal sentido, me parece que Venezuela pasa por una situación difícil, y lo estará así mientras los chavistas tengan un

Venezuela, entre la literatura y la política: Una conversación con Carlos PachecoJosé Castro Urioste

dominio absoluto sobre todas las instituciones. Chávez controla no solo el poder ejecutivo, sino a los jueces, a los legisladores, al poder electoral, y cada vez más a toda la prensa. Entonces la imagen que se proyecta del país que venga del ejecutivo será maravillosa. Pero yo reto a cualquier persona con un mínimo de objetividad a visitar Venezuela sin ser invitado oficial, y en unos minutos se dará cuenta de lo que está pasando. Bastará que camine por la calle y hable con la gente.

¿Cómo ve usted la construcción de ciertas relaciones inter-nacionales entre Venezuela y otros gobiernos de izquierda en América Latina?

Bueno, Chávez quiere ser el líder de la izquierda latinoame-ricana frente al mundo. Allí existe una estrategia para mantener relaciones gracias al poder de la chequera de dólares, por medio de asociaciones comerciales, militares, políticas. Es muy difícil que el régimen chavista no tenga apoyo de los países que están recibiendo tantos regalos. Porque no son préstamos, son regalos: para Argentina, Bolivia, Nicaragua, y no se diga Cuba. Ahora nosotros somos la Unión Soviética de los cubanos. Claro, esas relaciones se mantendrán, mientras haya dinero.

José Castro Urioste: Recientemente apareció la segunda edición de su libro De Doña Bárbara al neoliberalismo: escritura y modernidad en América Latina, publicado por la Universidad del Valle, Colombia.

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contrafotoCarlos Flores

tiempoextra

El escritor dominicano Junot Díaz ha sido galardonado con el premio literario Pulitzer 2008 en la categoría de ficción, con su primera novela The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, también seleccionada “libro de ficción del año” por el National Book Critics Circle Award. El premio en el rubro autobiografía otorgado por este círculo de críticos norteamericanos, correspondió a la haitiana Edwidge Danticat por Brother I’m dying; una curiosa coincidencia para La Hispaniola, isla que comparte, entre otras cosas, dos naciones, Haití y la República Dominicana, y las turbulentas barbaries de la colonización. La historia contemporánea de dichos pueblos constituye la temática fundamental de ambos libros; Danticat y Díaz provienen de la diáspora de sus respectivos países, y sus personajes parecerían ser eco de voces, que siglos atrás, surgían entre aborígenes, esclavos y mulatos.

...either I’m nobody or I’m a nation. O soy nadie o soy una nación, es un fragmento del poema de Derek Walcott que abre The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, la manera como Díaz introduce la noción funda-mental de esta novela, y en cierta medida, su visión sobre la identidad del inmigrante y de los pueblos colonizados: naciones donde la historia, o los que la hicieron, han “borrado sus miembros, y donde éstos se sienten, a su vez, desconectados del resto”. De acuerdo con el autor, Oscar Wao es el hijo de una de las más cruentas dictaduras, el trujillato, así como del apoca-lipsis que significó el nacimiento del “Nuevo Mundo”. Magistralmente, Junot narra la historia de Oscar a través de otra voz, la del primo Yunior, un sobrevi-viente; no un testigo ni un protagonista, al igual que los pueblos del Caribe.

Hubo de transcurrir casi un siglo desde la funda-ción de los Pulitzer, para que otro latino, además del cubano Oscar Hijuelos, reconocido en 1990, recibiera esta distinción. Junot quiere explicar tal hecho afir-mando que “el problema es de los jueces, no de los escritores”. La lista de galardonados refleja la natura-leza del mérito: Ernest Hemingway, Norman Mailer, Carl Sandburg, Eugene O’Neill, William Faulkner, Upton Sinclair, Gwendolyn Brooks, Robert Frost y Tennesse Williams, recibieron reconocimientos desde el inicio del certamen en 1917, cuando apenas incluía un poco más de la mitad de las veintiún categorías actuales. El Premio surgió del periodismo con la inten-ción, según su fundador, Joseph Pulitzer, de mantener

“una prensa capaz y con suficiente valor y coraje para preservar la virtud pública sin la cual, un gobierno popular sería una farsa”. El trabajo de Pulitzer como periodista se caracterizó por la feroz oposición a la corrupción gubernamental, tema que ha predominado entre los premios periodísticos seleccionados por el jurado del Pulitzer a través de los noventa años poste-riores a su fundación.

Las reglas del Pulitzer establecen que el premio en la categoría de ficción podrá ser recibido por un autor norteamericano, que preferiblemente trate temas rele-vantes a la vida en Norteamérica. Junot Díaz, quien odia las consecuencias de la fama, ha dicho que él es “solamente un muchacho dominicano de New Jersey”, y al explicar el por qué del español que aparece en los pasajes de una novela escrita en inglés, afirma, que “no puede existir arte sin la incomprensión, y que ella está presente en todos los idiomas”; simultáneamente, invita al lector anglo a usar el diccionario y a no olvidar, “que en este país también se habla el español”.

En una de las múltiples entrevistas otorgadas tras la premiación, Junot habla de su preocupación sobre la categorización de los escritores a partir del género u origen étnico, costumbre del establishment. Confiesa que no le preocupa el que le consideren un “escritor latino” y no simplemente, un escritor; mas le perturba el que ese establishment, constituido sobre todo por

escritores blancos, como grupo, organice las cosas de forma tal que el resto, las minorías, sean etiquetados como “otros”; bajo estas condiciones, los escritores del establishment tienen el privilegio de ser escritores sin tener que definirse por el color de su piel.

En declaraciones a la revista Newsweek, Junot comentó sobre la historia de Moby Dick, el Pequod y su Capitán Ahab, en el contexto del presente conflicto iraquí: “...nos encontramos en el quinto año de la guerra más cara en la historia de la humanidad. Una genera-ción de jóvenes está siendo devorada (...) y a pesar de ello, Estados Unidos se obsesiona con la inmigración (...); me encanta esa imagen de Moby Dick porque somos como un barco. Somos el Pequod. Somos una nación, en un barco, envuelta en una conquista enferma dirigida por un demente (...), mas lo interesante es que el Capitán Ahab no obligaba sus a empleados extran-jeros a caminar en la tabla. Él entendió el valor de la diversidad a través de su sueño (...). Nosotros somos más locos que Ahab persiguiendo esa ballena blanca llamada terrorismo (...). Nunca pensé que llegaría el día en que los Estados Unidos fueran más locos que esta metáfora, el Pequod”.

Jochy Herrera, dominicano. Miembro de la mesa directiva de contratiempo.

El Pulitzer, los premios, y La Hispaniola de Junot Díaz y Edwidge DanticatJochy Herrera

Junot Diaz al recibir el premio anual John Sargent, Sr. First

Novel Prize por su novela The Brief Wondrous Life

of Oscar Wao.

Manifestación de los Young Lords en Wilton y Grace, Chicago, alrededor de 1975 o 1976

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