CapItulo VI

Jere! Chjvez Oarinell el héroe de los Alpes

En el capítulo anterior hemos narrado los triunfos que día a día iba obteniendo Jorge Chávezen Francia, ahora nos toca ocupar­noS de su hazaña memorable. consumada en esa Europa donde es fuerza confesarlo se generan y desarrollan los QTandes ideales y sunre luminoso el progreso de la Humanidad. .

En esa Europa fué donde le tocó a América y al Perú en par­ticular, con un hijo suyo. extender el horizonte del heroismo ame­ricano creando al héroe mundial, al héroe de la Humanidad.

El Perú Que desde los albores de BU civilización muestra ejemplos palpables de como y cuanto ha obsecionado el cerebro de sus hijos elvuelo humano, no podia en laépoca de su iniciación real, pasar desapercibido ante su progreso y, el genio de la raza, eligió a Chávez como el símbolo representativo del ideal aéreo de su pueblo.

¿Mas, Quien era este representante Que en su esquife aéreo, colgado del firmamento como un astro, mostraba al Mundo las po­sibilidades de un medio de locomoción incipiente e iluminaba, a los 22 años de edad, la conciencia de los hombres, mostrándoles la efectividad del logro del dominio del espacio? ......... Veámoslo.

Chávez era descendiente de una linajuda familia peruana, sus ascendientes femeninos, haciendo honor al sexo, comienzan en la señora Isabel García de la Riestrade Valle¡continúan en la seño­raJuana Valle Riestrade Guisse, esposadel heroico almirante Gui­sse;y,lIellan hasta ¡a mujer Que le dió vida, laseñol'a .Maria Rosa Dartnell de Chávez.

Estos nombres nos suenan a héroes y patriotas, destacan­do la personalidad de l ilustre descendiente. Uno de sus glosado­res ha dicho: "La sangre de los Guisse y de los Valle-Riestra, he­roica y atrevida, se agitó, en el viento con un santo fervor por las hazañas vencedoras de las cosas, y a los elementos, en la trállica lucha cbntra la inercia y el misterio; y, así por evolución humana y victoriosa, el arranque lejano del héroe Que arrebataba una ban­dera o defendía un estandarte, se tl'uecaen el gesto altivo de Quien

~¡oIUa~h~re'::t~~ ~~~.~' bi~~n~aebas~~s s~j~~te~ lay a~~~:I~ss~ ~~ml~ Humanidad".

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En esta época precursora de glorias se formaba entonces, en una de las escuelas de Electricidad de Pañs, el aservo de cul­tura de Chávez. El despertar de la Aviación, despierta en él, e~ sueño de su vida interior Y. lleno de amol' acude a militar en las filas de los soldados del aire.

En Diciembre de 1909 comienza a recibir sus primeras lec­ciones en la Escucla de A viación de Farman y en pocas horas de instrucción, logra efectuar su primer "vuelo solo". A su cuarta sa­lida solo se está cua renta y cinco minutos en el ai re, tiempo que, para la Aviación de entonces, constituia una proeza.

Ya en el capitulo anterior hemos hablado de la carrí'ra in­interrunwida de triunfos con que Chávez se inicia en la Aviación. ll egando hasta conquista r el primer puesto en el mitin de Black­pool, Ina-Iaterra, en Ai,!osto de l año 10, donde sube hasta los 1,755 metros, obteniendo por pocos días el record de altura de Europa.

Este triunfo revela a su propio pais su .existencia, nadie en· el Perú habia hasta entonces tomado en cuentaaeste bravo mucha­cho que fiel al recuerdo de la patria lejana, en un arranque que lo­enorgu ll ece, declara ante la acucios idad de las gentes Que acuden a felicitar lo por su triunfo de Blackpool. ..... -.Yo sou peruano»

Así se inició en la carrera aérea esta águila peruana, de: mostrando en cada nuevo triunfo que su natUl'aleza estaba dotada en mayo r grado que otra cualquiera de la aptitud de volar, El, en. la primavera de su vida de piloto, pudo decir, como el autor de Werther, Que su infatigable trabajo de perfección y enaTand'cci­miento era la oDra viva en la empresa de erigi r la ·pirámióe óe su· exisfí'llcio·.

Chávez fué trazando los lineamientos de su personalidad como piloto. venciendo en cada dia un límite más y sacando de ca· ! da victoria una nueva y aleccionadora experiencia. Todo contri­buye en él, al proceso de su mejoramiento incesante: inteligencia, sentimiento, coraje, voluntad; su afán infinito de servi r al progreso de la humanidad en las filas delos ·piOl1ers"de la aviación hace que encuentre en cada instante de sus vuelos, en cada maniobra que ejecuta, en cada nueva actividad aérea a la Que se dedica, una in­sospechada verdad. Su arte de volar era como la luz de cada au­rora cosa nueva porque nacía no tanto de la lógica rutina, sino de un alma enamorada de infinito, de cie lo .. , .... ,

En este estado de continua superación es cuando al travéz

g~~:~::c~~a~r~~q~/~":J:Io~~í:s~~'y~ lh:~~n~eol:~ng~~:d~SS~tft~~ ensueño de heroísmo o de belleza, se lanza a ella, ávido de luchas y de glorias, comosi por expontáneo arranque de su vida acudiese al reclamo de un amor nuevo.

"Se trataba" -nos dice D, Manuel Vegas Castillo. uno de los más amantes glosadores de nuesh'Q aviación- "de una prueba de

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lO Aunque el misterioso cu rso de la vida no perm ite alncien· cia decir la palabra definitiva de la generación y de la herencia, hay rasgos dominantes en los individuosQuc, perdurando en ascen­so o descenso, mal'ean elscllo cu lminante del grupo y de la raza; y, es así como en Chávez, el prodi2'io individual y propio, lleva a su mbima culminación el espiritu ancestral y marcadentro de su tiem­po el signo perdurable desu familia y el símbolo eterno de Slll'aZa" .

Tal su p~rsoQalidad. veamos ahora su inra.o~ifL y su inicia-ción enJa vida. . .. " ,

José Enrique Rodó decia Que en los Ilraciosos semblantes de algunos niños se puede leer el sello de una predestinación su­blime Que pcrmitecolumbrar alga del secreto de losfuturosamores de la Gloria. Vemos así como desfilan por la Historia la infancia de' los grandes hombres: aquel niño de ojos alegres Que en la calle de una ciudad de estudiantes, se inclina a recogel' papeles del suelo, se extasía ante sus letras impresas y guarda los pedazos con es­mero solícito, es Miguel de Cervantes Saavedra; aquel otro de seis años Que parece absorto ante las canteras de mármol, Que da n la carne de los dioses, domará después ese mármol, se ll ama Buonarroti; ese Que vaga po r las calles de Sevilla garabateando las paredes de las casas con toscos pedazos de carbón, lleva en la ma­no el heraldo Que abrirá el camino de un pincel glorioso, el pincel de Murillo; aquel niño pastor Que en su infancia modela figuras de barro es Foyatier y vendrá día en Que venga a revivir en el már­mol el alma de Espal'taco rompiendo los hierros de la serv idum­bre; aquella inlleniosa criatura Que juega a los soldados, Que man­da su ejército infantil y le obedecen, es Napoleón que empieza a dominar el Mundo; esa otra alma sencill a Que desde sus pocos años se condue le del dolor humano. siente la desgracia allena Y se sa­crifica por sus semejantes, es el alma de Miguel Grau Que comien­za a templarse para el hero ico sacrificio de las alluas de Anllamos; y, por fin. aquel otro niño Que en sus horas de paseQ busca con la mirada a las aves en el cielo, Que se extasía contemplándolas ex­tendiendo sus bracitos cual s i Quisiera cogerlas. es JOI'lle Chávez Que comienza a revelar los sentimientos del corazón Que lo llevará más tarde a extender el horizonte del hel'Oísmo americano sobre las Orilullosas cúmbres de los Alpes Apeninos,

Trasportémonos ahora a otra época. la época en Que Euro­pa se hallaba conmovida 'p'or los últimos progresos de la aviación, e l año 1909 el de la gran Semana de Reims", en donde los récords franceses sobrepasan a los Que habian en Francia misma estableci· do los Wright; en donde Latham se eleva a 155 metros de altura, altura Que se considera extraordinaria; Blériot burla la majestad de las alluas de la Mancha, atravczándolas de un snlto Que une a Francia y a Inglaterra; Farman hace 190 kilómetros en circuito cerrado; y, el hombre en general comienza a hacerse de ese lluevo sentido Que constituyera su sueño milenario: el senti­do de las aves,

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altura rompiendo el record mundial y saltando las crestas de los Alpes por el monte "El SimpI6n", cuya cima de 2,000 metros hacia indispensable elevarse a mayor altura para conquistar el éxito".

"La iniciativa del raid se debió al caballero Mercanti, del Tourinll Club Italiano y la prueba debía realizarse en la segunda Quincena de Setiembre bajo el patronato del pt'opio Rey de ita­lia Victor Manuel JII".

"Los premios eran en liras italianas: 70,000 para el pri me­ro; 2O,IXX) para el sellundo; Y. 10,000 para el tercero, sin tener e n cuenta los premios acordados por varias ciudades italianas y en­tre los Que merecen P8t'ticu larizarse los de las Comunas de Domo­dossa la y del Varesse."

"El ci rcuito debia se r: partida de Brigue -localidad s ituada a 950 metros sobre el nive l del mar cerca de la entrada del túne l del Simplón- paso del monte y recorddo del valle Que da a Domo­dossolattravesía del Lallo .Maggiore desde Fondo Toce hasta Léva­no sobre las islas barro meas; cruce de la zo na del Varesse y des­censo en Milán después de recorrer la llanura de la Lombardia Superior."

"Limite de tiempo: 24 horas." "Apenas publicado el concurso ac udieron a inscribirse lus

aviadores más célebres de la época, ya Que una de las condiciones del raid establecía Que solo podían concursar los voladores Que hubiesen obten ido algún triunfo de altu ra.

Las casas constructoras compartie ron el entusiasmo gen e~ ral y se aprestaron a inscribir sus máquinas comprometiendo a los aviadores de más renombre."

"Un mes antes de realizarse las pruebas estaban inscritos los siguientes: CON APARATOS FARMAN: Paulham con dos; Cheuren, Marti­

nent y Tabard con uno cada uno. CON APARATOS VOISIN: Metrot. Ravetlo y Paul. CON MAQUINAS ANTOINETTE: Kuller, Rucho net y Labouchere,

con dos cada uno. FulleroD con un PICHOP; Niel con un NEWPORT; Andemars con

un MADEMOISELLE. Y, CON APARATOS BLERIOT: Cattaneo con dos, Mollien, Gino

• Magenta, Laubran y Jorge Chávez, con uno cada uno. Posteriormente se inscribieron: Weymann, Dufaux, Paillete y

Taddeoli". lO A principios de Setiembre comenzaron a llegar a Bl'illue

los participantes del concurso. Los relatos de esa época nos ponen en condición de asegurar Que en la residencia de~hávez flam eaba perennemente una bandera peruana como un homenaje a la patria distante ... .. ~ . .

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Chávez habla estudiado perfectamente el recorrido de su empresa y aquilatado las múltiples dificultades Que tendrta Que vencer; Y. lleno de fé en sus fuerzas .. en su serenidad y en su cien­cia, di6 comienzo a sus vuelos en los dias 19.20.21 y 22, con resul­tado infructuoso,debido a Que al llegar a las gar¡rantas alpinas, en­cuentra brumas tan cerradas y vientos tan fuertes y arremolina­dos Que se vé obligado a re¡ZTesar. Uno de sus competidores Wey­man, in tenta también en esos dias el paso pero por idénticas razo­nes no llega a consumar la empresa. Los demás ante la magnitud de la empresa desisten de ella.

En el momento en Que el temor arred ra, en Que todo pare­ce esfumarse en el éter de lo imposible, en Que los más intrépidos y esforzados refroceden; cuando la fé, virtud sup l'ema, vacila ,.". yel braf.o, símbolo de valor, poder y esfuerzo, desmaya . . .... ; cuando perdida en el mar de la duda parece Que sucumbe la espe­ranza." ,., seyerg'ue, se levanta como una suprema imprecación , co­mo un conjuro, alg-o extraño y superior a la virilidad humana: la osadia de Chávez.

Este ser superior no sabe resistir an te los obstáculos de la naturaleza Que concentrados parecen protestar de Que se viole la virginidad de ese cielo . . .. . al contrario toma mayores brios y ai dia siguiente 23 de Setiembre, intenta nuevamente el p~so,

Parte de Brillue a la una y treinta de la tarde, empieza a to­mar altura, describiendo sobre el punto de partida ulla inmensa es­piral; alcanza los 2,100 metros, se enfrenta a las elevadas cumbres alpinas y vence el Simplón. perdiéndose al máximo alcance de la vista humana como un índice infinito Que Quisiera indicar al porve­nir la duda que le a&altaba

Impetuoso y bronco salta las peñas de la negación, salva los abismos de la razón, idsa los fangos de la incredulidad y se desliza POI' el cáuce aéreo de sus afirmaciones rotundas hasta per­derse en el océano s in fondo de su amor a la aviación,

A los veinte minutos de vuelo, Chávez se muestra sobe ra­no de las altas cumbres. La luz jueg-a en las aristas de su avión y lo destaca con poéticos relieves. El cielo le brinda la seren idad de l firmamento y, cual nueva verónica, le hace la ofrenda de su man­to azu l en la hora triste. de sudor y de inquietud, precursora de la resurrección.

El Simplón mirado desde Brillue semeja un camino Quecon­duce al cielo, Chávez sigue esta ruta. la vence y el mundo Que si­gue su vuelo portentoso con los ojos del alma, piensa Que ya está en contacto con los dioses, .. , ..

Vencido el macizo alvino, Chávez, vuela por el angosto va­lle de las riveras del Toce. sigue a este 1'10 Que se extiende en ca­prichosas curvas y, a las dos de la tarde y veinte, se encuentra so· bre el punto final de su jornada,

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Hay una re~ión de Italia en medio de una masa de cumbres legendarias . .. .... Cumbres que recuerdan al hombre los obstácu-los que la naturaleza engarzó para hacer sucumbjr a la mitad del ejército de Aníbal; para contener las ambiciosas pretenciones de Federico 1, el Barbarroja; para hacer vacilar el águi la triunfal de Napo león; y, para Que en sus entrañas ge l'minase la semilla de lo Que desp ués fuera la Unidad de Italia. Esta Región se llama el Piamonte .. .... .

Hay un pueblo en el Piamonte circunscrito por la nieve Que corona sus montañas. Pueblo Que guarda orgulloso la esmeralda del verde de las riveras de l Toce y que, como ningún otro, ofrece la majestad del connubio del blanco lácteo del laurel de la victoria c'on el verde simbólico de la eterna esperanza ..

Hay un pueblo en el corazón del Pi amonte en donde las aves reposan con las alas abiertas, formando cruces, como si pia­dosamente qu isieran señalar al viajero alguna tumba olvidada. Se llama Domodossola.

Fué en este pueb lo en donde Chávez, con la pluma de sus alas, escribió la primera página de luz de la historia aérea de su patria. Su hazaña glorifica esa Historia tan llena de tragedias y de sus horas tristes hace brotar la flor de ilusió n Que perfuma el lírico milagro de sus horas felices.

La mu ltitud reunida en Domodosso la saluda la ll egada del héroe con delirantes aplausos, enloquecida con su proeza.

Desgraciadamente la sonrisa del Destino Que guiara a Chá· vez se trasforma en mueca, lcaro rebelde desoye la voz de los Dé­dalos del mundo y en su sed de altura se aproxima ta:nto al sol de sus ensueños Que se derriten sus alas ante el fuego de la glor ia,

Diez meh'os faltaban a Chávez para ll egar a tierra cuando una ráfau-a traidora envuelve al aparato, el Blériot, juguete del vien to, se estrella en tierra, hiriendo mortalmente a su piloto. Los espectadores recogen al héroe Que yacía exánime bajo las alas de su avión. Los médicos Que lo examinan comprueban fracturas en las dos piernas, no obstante presumen salvarlo y lanzan la noti­cia de una segura curación en plazo más O menos corto.

Desgraciadamente, cuatro días después de l accidente, el 27 de Setiembre, en el Hospital de San Biagio, Domodossola, agotados todos los recursos de la ciencia, muere Chávez en la primavera de

J a vida. Sus últimas palabras «Arriba, siempre arriba» sintetizan su vida y realizan el milagro de ser en él las frases de su muerte y, en las nuevas generaciones de aviadores, la divisa sagrada en cu­yo crisol se funden todas las actividades aéreas de la Patria.

De Goethe, fi lósofo y poéta, se dice Que expiró pidiendo ·mós ruz~, Chávez muere pidiendo ·mós afillra", de él, aunque en plano diferente , cabe también decir lo Que un pensador contem­poráneo dijo del poéta alemán al glosal' sus últimas palabras: "este

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anhelo sublime es como el sello estampado en su existencia y su !lcnio, porque t raduce. a la vez, el ansia de saber en Que perseveró su espiritu insaciable. y la neces idad de expans ión Que acicateó su vitalidad in mensa",

Cayó Chávcz pero su sacrificio repercutirá en la Historia sin Que nada pueda el tiempo, túnica Que cubre la impudicia del olvido, porque ti ene una fuerza misteriosa y oculta Que sabe eter­nizarlo en sus pállinas asi como, eternizado en el caracol, canta el oleaje su murmullo eterno.

Hylas peruano, al Querer mitigar su sed de espacio con el allua de la más pura fuente del cielo Italiano, cae prisionero de amor de las encantadas ninfas de la Gloria y,así como el arjlonauta de la edad heroica inspiró el recuerdo de su pueb lo por los jardi­nes en fl or de la antia-ua Grecia, él también, argonauta del espacio. sabe legar a sus compatl'iotas el recuerdo de su hazaña y crea a travéz del tiempo y la distancia. en cada 23 de Setiembre. el día de la aviación peruana mienh'as su nombre ¡Chávez! ¡Chávez! reper cute por los ámbitos de la nación entera cual esa clarinada de amor iHylas! iHy)as! con Que los argonautas griegos, en cada primavera. perseveraron en el recuerde de su perdido Capitán.

EllO. de Octubre de 1910 tuvieron IUllar las exequias del aviador peruano en la iRlesia de San Francisco de Paris con la con­currencia de un inmenso Ilentlo . Represen taron al Perú el expre­sidente de la República Don J osé Pardo y Bal'l'eda y el Cónsul Don Ernesto Ayulo. Los ministros Brun, Millerand y Bl'iand enviaron sus Edecanes. El enti erro se verificó en el cementerio del Padre Lachaise pronunciando discursos el Secretario de la Legación del Perú don Francisco Garda Calderón y M. León Barthou por el Aéreo Club de Francia.

En memoria de Chávez se oficiaron en Lima, doce dtas des­pués pomposas honras fúnebres.

Mas tarde. el 19 de Marzo de 1911 , las puertas del Instituto Histórico del Perú se abrie ron solemnemente para ce lebrar en ac­to severo y de noble evocación, la ceremonia de entrega de los restos de l avión en Que Chávez realizara !'u inmortal ave ntu ra . Desde entonces allí reposan evocando sus Q'lorias, conmoviendo los espiritus e inspirando amor, como s i en sus deformes piezas hubiera un alma escondida.

Para la entrella de ese aeroplano, testimonio a-Iorioso de aquel inmortal hijo de l Perú, se preparó un breve pero selecto programa. Entre otros números de él, figuraba la lectura POl' e l periodista y brillante poéta de "Amor único". Luis Fernán Cisne­ros, de una elellÍa a la memoria del héroe, hermosisima concep­ción poética Que fué escuchada con noble y honda emoción.

reprodu~ie~~~ ~~ fa~s~~~i~~~uJ~ =cH?~~I~~ d:ll~rtv1:c?tná~:~ ruana, la elegia de Cisner.os: