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DUELO
El destino tiene severidades implacables. Ha arrebatado á nuestra Universidad, uno de sus catedráticos másqueridos, uno de los que más han luchad/) por la Cáusa sagrada de la educación de la juventud.
Benigno Paiva, el maestro simpático ú quien hace breves días veíamosentrar en las aulas con la sonrisafranca en los labios y el corazónabierto á todas las expansiones juveniles, pagó su tributo á la natul'alezainclemente.
Este acontecimiento, que ha puestoluto en las colLUnnasde nuestra revista, lo ha llevado tambien ú todoslos estudiantes que pudieron apreciarde cerca y en lo que valía, aquel temperamento privilegiado, que tenía laserenidad de los fuertes y las austeridades de los justos.
Pocos como él pugnaron con másahinco y firmeza por la realización desus ideales levantados; pocos comoel comprendieron la misión del profes'orado, f1 la que dedicó los mejoresaños de su vida, siempre abnegado,
LOS DEBATES. REVISTA QUINCENAL
ÓRGANO UNIVERSITARIO
~ ~·.."·.. ·,,·,,·"""""··"""·~:~::·:~::·,,·,,·,,·,,·"""'·,, .."""··I·':;:::~;:::~::;::;:.:;:;~::~:;~:':::;~guras y vicisitudes personales, paradedicar todas sus energías á la obragenerosa de instruir á la niñez.
Es por esto por lo que su ejemplo vivirá recordado sien1pre entre alaban-zas y manifestaciones unísonas deaprecio, pues los hombres no olvidanjamás á esos obreros honestos, queescapando á los extravíos de la épocaanhelan para el porvenir la regeneración de la patria, y siembran gérmenes proficuos, en la tierra fecundade las nuevas generaciones.
y si olvidamos por un instante alprofesor, encontraremos al amigo contodas sus afabilidades y sus rasgospeculiarísimos, que lo hacían quererdoquiera se encontrase, tanta era subondad natural y su pureza de sentimientos.
Nosotros deseamos fervientementeque la idea que el Consejo ha tenidode colocar el retrato de nuestro ma-logrado maestro y amigo en uno delos salones de la Universidad, se lleveá efecto sin dilaciones ni demoras,como cornpensación á los méritosde aquél que en su paso por la tierra,.mereció el dictado de hombre debien.
Hásta tanto no se realize esa justademostración, nosotros, en nombre dela juventud universitaria, que ha sa...
18 LOS DEBATES
LOS BEBATES 19
HEFOR:NIAS UNIVERSITARIAS
J. C. B.
to se podrá conocer. Ella permanecerá inactiva como otras tantas y sedisolverá, sin ideas y sin principios.Si, por el contrario, es fuerte, no diráque le ha faltado ocasión para demostrarlo. Ella probará su fortaleza. Lainteligencia como la virtud se muestran en cualquiera esfera de acción.Lossucesos pueden eambiar de dirección.pero generalmente no las anula n.
Por lo demás, la fuerza de los mismos sucesos, traerá probablementecuestiones de 111agnitud y problem asde trascendencia, en los cuales la ju
ventud estará llanlada á actuar.Naturalrnente, los que ahora estu
dian en las clases universitarias, constituirán uno de los centros de la generación llamada á la vida.
Esos son, pues, los que están obligados especialmente á observar unaconducta 111ás en armonía con lasideas de unión y de compañerismo quedeben reinar entre todos los jóvenesque se proponen en lo futuro hacer'sentir la fuerza de su inteligencia óde su carácter.
De este nloC!o es, pues, necesarioque la c0l11unidad de principios sirvade base para mantener levantado elespíritu de independencia y de recti-·tud entre todos.
1
Un .estudio atento de la actual reglamentación Universitaria,· pone· demanifiesto los muchos lunares y lasinnumerables lagunas que tiene nuestro plan de estudios superiores.
.convicciones, el poco interés hacia losgrandes problernas de la sociedad,todo esto forma desgl'acIadan1ente elambiente moral que respiramos y á todo esto, que concluye por reducir á
los jóvenes á una inacción fatal, es á
lo que hay que combatir.Nuestra juventud puede tomar ejem
plo de la generación que levantó suactividad hace treinta años, y quetodavía brilla en todas las nlanifestaciones de la vida en inteligenciaspoderosas.
Natur'almente, los tienlpús han Catl1biado, y los sucesos, que son los quedirigen, puede decirse, la conducta delos hombres, han tomado rumbos rnuydistintos á los de entonces.
Yana hay tiranos ni déspotas, yaparecen haber concluido las dominaciones de cuartel,pero todavía losgobiernos, desgraciadamente ineptosy débiles, que nos rigen, hacen queestemos 111UY lejos de regulal'Ízar nuestra vida democrática.
Por esto es por lo que los jóvenes de
ben Ílnitar á aquellageneración varoníl,no en sus acciones pasadas,porque hemos dicho ya que el teatro ha call1biadoradicalnlente, pero sí en saber aplicar,COlno ella lo hacía, sus inteligenciasbien organizadas en darse cuenta delvalor cle su personalidad, en acentuarla. en presentar rasgos característicos de su pensamiento propio.
Lo anodino, lo incoloro, muere sindejar al pasar, huellas, ni aún del talento.
Lo que vive y lo que triunfa es lo quesignifica un carácter en cualquiera delas manifestaciones de la inteligenciaó del corazón.
Si nuestra generación es. débil, prol1-
excepciones, parece estar alejada, detodo lo que se refiere á mejorar lamarcha regular del país. tLa otra partede la juventud la constituyen los quetodavía estudian, los que no han abandonado las aulas en todo el país, aquellos que aun no son hombres en elpleno desarrollo intelectual, pero queen breve reclamarán su puesto en lasociedad según sus aptitudes y susesfuerzos.
Esta es vercladel'mnente nuestl'a generación que surge, - y uno de susgrupos selectos hay que ido ú buscará la Universidad, á sus elases diariasy á sus exámenes de fin de a110,esa es la juventud que pareee presentar según hemos dicho, signc)s de futura virilidad.
Sin embar'go, no hay que ilusionarse.Es muy posible que esa virilidad seatan sólo aparente, y que en el mornentode prueba no se rnuestre.
La Universidad, que ha eonseI'vadosien1pre, y aún en las peores ópoeas,su representaci6n íntegra de dignidad,puede ver'se amenazada en estos tíernpos á que hemos llegado, por un enell1igo más temible aun que la rnismaindolencia.
Si los que gobiernan (luieron irnponerse por la fuerza á la Universidadella no se someterá, por que no lo hahecho nunca, pero éste no' es por elmomento el caso. - Nuestro enemigode hoy, es algo que constituye el arnbiente, algo que se respira y que debilita aun las conciencias más fuertes.
Esa causa, que ha ruuerto n10~'al
n1enteá más de una generación, an1enaza infiltrarse tarnbién en la nuestra,'secándole las ftbrasde sus energías.
El abatimiento general, la fali('lde
LA GENERACIÓN NUEVA
No hay que estudiar eon detencióná la juventud que todavía no ha salido de las aulas~ para: convencerse deque ella presenta algunos signos devigor. - Y decir esto en la actüalidades decir mucho.
La República pasa por un períodoexcepcional de crisis, que abarca todas las esferas, manifestándose por lafalta de iniciativa en la mayoría de losciudadanos.
Si algunos de éstos, saliendo delabatimiento general, lanzan una ideaque, acogida con entusiasmo, podríahasta modificar ei estado de las cosas,esa idea es mirada con indiferencia ycon frialdad, especialmente por todos.aquéllos que podrían darle vida.
En nuestra juventud se suele observar esto de una manera dolorosa. Lasiniciativas surgen y mueren en seguida por falta de acción.
Ante todo, debemos hacer un clistingo, respecto de la juventud.
Ella comprende á dos generaciones.La primera es la que se halla másavanzada, la que o~tenta á su favortitulas universitarios, la que ya ha manifestadosuactividad en las múltiplesocupaciones de la vida, pero que por
unaú otra causa. salvo honrosas
bido valorar las prendas hermosasdel carácter de Benigno Paiva, depositamos sobre su tumba la siempreviva del recuerdo, que nunca se marchita y no muere jamás.
J. D. V.
20 LOS DEBATESLOS DEBATES 21
Es por esto por lo que la noticia dela iniciación de reformas radicales hasido recibida con general, satisfaccióny ha 111erecido á sus autores unánimes aplausos.
Nosotros en estas breves líneas nopodremos hacer un examen detenido
.de las diversas fases de la cuestión,pues éstas son múltiples y complejas,pero nos detendremos en algunas1110dificaciones fundamentales que ánuestro entender, revisten verdaderaimportancia.
El punto capital de la reforma, elque más afecta al actual procedi11liento, es la restricción limitada delos cursos universitarios. Se p1'etende, en efecto, reducir los progranlasde estudios, librar á los estudiantesde la pesada carga que :importaba suextensión abrumante, para que de estamanel'a tomen su ·verdadero caráctery su justa significación los estudiospreparatorios.
Estas ideas merecen y han 111erecido todo nuestro apoyo. y con razón, pues si observamos un momentolas enormes dimensiones de los programas vigentes, si nos detenenlosen las diversas. ciencias que forman.el conjunto de nuestro bachillerato,nos convenceremos de la imposibili-dad de adquirir tan gran cantidad denociones y admitiremos la verdad deladagio vulgar: Quien mucho abarca,poco aprieta.
No se crea por esto que afirmmnosque nadie será capaz de vencer lasrlificuItades antedichas. Podrán talvez. algunos estudiantes, tras est'uerzos inauditos Ji noches pasadas envela, que no todos pueden soportar,Hagar al fin de .su carrera con un cau-
dal no despreciable de ciencia. Tampoco en este caso aceptaremos labondad del exceso de trabajo reclamado, pues aparte del deterioro flsico,que nunca debe descuidarse puos mucl~as veces es la fuente de los Hwlesmorales, existe también otro considerando, que no debemos olvidar.
Es menester no confundir el alrnacenamiento de conocimientos con 01 buenuso que de ellos se puede haeer. Y según Herbert Spencer, par'a, que este usoseabenéfico ó, en otros térIninc)s, «paraque los conocirnientos se organizen,son necesarias dos cosas: el tiernpoy el trabajo expontúneo del pensamiento. No son los eonocirnientosamasados en el cerebrc), al ¡nodo quelas grasas en el cuerpo, los que másvalor tienen, sinó los convertidos enlnúsculosdel espíritu».
Estas palabras del eminente filósofonos dicen que no debernos pedir ú lainteligencia y al esfuerzo de los jóvenesmás de lo que pueden y deboll dar, yque lo más provechoso os para el funcionarniento orgánico de la vida engeneral, huir de los excesos, que tl'aencon10 lote la enfermedad ó la nllH~rte.
Apla udai:nos, pues, sin ruserva elproyecto del H.ector de la U.nivel'sidad, pues él redundarí1 en pro de losestudiantes, librándolos de una cargalnolesta, y encarrilará á la ensefíanzasecundaria de nuestl'o país en las víasproficuas marcadas por la .filosofíamoderna.
Otra de las reformas que se pretendeintroducir, es la de los exámenes escritos. Tiene sus ventajas· y sus inconvenientes. Las pruebas anualestendrán á no .dudarlo mayor eficacia,pues los tribunales examinadores po-
·drán juzgar con más conocimiento·de causa y valorar con lnás exactitudla contracción jr las aptitudes de cada,estudiante. Quedarán proscritas laspreguntas ociosas y de detalle, que enmuchas ocasiones han dado lugar áque los exámenes tuvieran un resultado negativo, haciendo qne fuese la·casualidad la que pronunciase el fallo .
Pero desde otro punto de vista, sepierde un elemento importante, quec()bliga á muchos jóvenes al estudio.El estímulo (tal es ese elemento) desaparece en gran parte con la modificación introducida, pues la publici·dad, principal fuente de aquél quedamuy restringida y circunscrita á lí
mites estrechos. EfectivaInente, losexámenes serán en la generalidad de
los casos casi privados, pues únicamente los examinadores conoceránsu importancia, cosa que no sucede.con las pruebas orales, que son es·cuchados generalmente por un auditorio numeroso.
20 Se dirá quizá, que se debe reacdonar contra ese espíritu ostentativo,que puede engendrar nlales sin cuentoy traer apare.jadas consecuencias nodvas~? Talvez sea conveniente hacerlopero no con medidas radicales, puessabido es que un lnodo de ser arraigado, una tendencia de la generali·dad, no se destruye por un simpledecreto Universitario.
Cremnos que debían condliarse, enuna· fórnlulaarmónica ambas tendencias antagónicas, con lo que ganaríanla seriedad de los exámenes y quedaría satisfecha esa· irnpulsión de ha·cer las cosas pOllJ> la galérie, que tanorganizada tienen nuestros jóvenesestudiantes.
Esa fórmula armomca consistiríaen que las pruebas fueran á la vezorales y escritas, en todos los casos,fueran reglamentados ó libres los examinandos.
La importancia de la modificación,empero, se impone con toda evidencia, no importando los inconvenientesde detalle señalados, para que nosotros, que no hacmnos otra cosa queteorizar, admitan1Cs su bondad, si enla práctica tiene consecuencias provechosas.
Otras reformas de trascendenciatiene el proyecto presentado al Consejo, y de ellas nos ocuparemos enlos próximos números, adelantandodesde ahora que hay algunas de verdadero interés.
S.D.V.
Colaboración
DEL ESTUDIANTE ALMADA
Henlos recibido un artículo del sefíor Susano Almada, en el cual se ridiculiza una producción literaria del
joven A. Guani, aparecida hace variosdías.
En su remitido, el sefíor Almadahace resaltar con hnpagable jocosidadlas fealdades del cuento de dicho jo-
ven.Sentimos no poder publicar ese re
mitido, pero los principio~de nuestraRevista nos 10 prohiben. Ella debedefender á todos los estudiantes y porconsiguiente al autor del cuento, quese comprende ·en el número de és
tos.
LOS DEBATES LOS DEBATES
¡¡QUÉ Ij\!fPORTA.... !!
(Dedicado :i. Guzm:i.n Papini y Zús )
¡Qué importa que el vicio, reinando imperante,Las huestes domine con yugo servil!i Q1:lé importa que el goce brutal, anhelante,Abat30 en el hombre la fibra viril!
¡ \lué importa qne el pobre sudoso y hambrientoSucumba rendido del rico á la puerta,En tanto que al lado, feliz 0Imlento,Al son de las guzlas, del sueño despierta!
i Qué importa que el sabio coseche desdenesDo siembra destellos de luz y verdad,Qué imllOrta que el necio corone sus sienesDo anida tan sólo pueril fatuidad!
j Qué importa que el bueno perezca abaticl0,¡QUé importa que el justo doblegue su cuelloEn tanta qne altivo levanta el bandidoLa frente, que lleva del crimen el sello!
\ Qué importl que airado, Neptuno se agite,Sus brazo;; alzando cual genio del maly Júpiter reg o mil rayos vomite,La mar sacudiendo con furia infernal!
¡Qué importa que el mundo se cubra de ruinas!¡Que peste implacable despuelJle ciudades!j Que dichas y goees se vuelvan espinas,E impere en la tierra tan sólo crueldades! ....
Es falsa la dicha, mentira es el llanto,Sufrir es mentira, no etl:iste el dolor:Es s610 un ensueño de efímero encantoEl dulce consuelo de férvido amor.
i.ACa!-10 .del mundo la mísera escoriaE~ hondo vacío su ser cambiará?¿(> acaso no queda sino la memoriaDr.un ser que viviente fué mil años ha ?
No, nunca! Ql.le €l cuerpo descienda á la losay en cieno y gusanos transforme su serNi. un átomo sólo de aquél que reposa,'Jamás en la nada se llega á perder.
Un cambio continuo tan sólo es la vida 'No existe el reposo, pues·. falsa es la m~erte:
Materia· inconsciente, brutal, divididai Tan sólo tú existes! ¡ tú sola. eres fuerte!
B, Cuenca.
DISTANCIAS Y VOLÚrvIENES
ESTELARES
El pensamiento humano so abislna ,.cuando, basándoso en principios astronómicos y rnaternáticos, l'OCOITO
con la potencia de que os capa,z, lainsondable región de' las estrellas. Ymás se abisma todavía al cornpal'a,l'el tamaiio do nuestro inquieto planeta,con el de esos soles que como poqueiios puntos brillantos, tacllonan eloscuro cielo de nuestras noches.
Pero si en la apreciación do talesdistancias yen la comparación de esosvolúmenes vemos pequoiiecos para laTierra, en camhio hacemos cleclucciones de un mérito indiseutible J'OS
pecto á la grandeza de nuesti'o propio pensamiento. Es rHUY dm'to quesi es digna de adnliraeión la aS01n
brosa n1agnitud do las distancia,s quedeben salvarse para llegar á las ostrellas, también es digno de maravillar el hecho de haberse podido uledil"esas n1ismas distancias. A luí no rnoason1bra tanto el númeeo colosal elevibraciones efectuadas por las lnoléculas de los focos luminosos él pOI"
las del éter, que llegan á centenaresde billón en un segundo de tiempo,COlno me asombra el talento del 11om-.bre que ha sabido contarlas. El problema que abordóF'resnel es notable,pero aparece muy débil su resultadoante la grandeza ·íntelectual del célebre físico francés.
Es tan enorme el camino que deberecorrer nuestro pensamiento para Ile-gal' á uno de aquellos soles siderales,,que, cualquiera que sea la unidad métrica que adoptemos, resulta siempredemasiado pequeña para la evaluación.Baste sólo saber que desde aquí hastala estrella ..A(j'a doble del Centauro, que·es .la que está 111enos alejada, segúnlas observaciones hechas hasta ahora,hay una distancia de cerca de ochobillones de leguas métricas (leguas de4 klTI. cada una). Pero el simple enunciado de este núrnero no nos dá unaidea suficiente de esa longitud; por esotrataremos de darnos cuenta de ella,por llledio de algunos ejemplos.
El radio de la órbita terrestre, óseala distancia rnedia que hay desde aquíal Sol, es de 37 lnillones ele leguas, rigurosamente calculadas; y si suponemos que un tren expreso, cuyos rielesy motor solo caben on la imaginaciónhurna.na, carninando á razón de 50 km.por hora, se ponga en viage por lasregiones etéreas, tardaría, cmTIinandodía y neche en atravesar el espacioque Inedia entre la Tierra y el Sol,muy cerca de 340 aiios. Pues bien, esemismo tren, a1tarnente ideal, emplearía en Ilegal' á AlFa del Centauro,211.000 veces 340 ailos, ósea 70 111illones de aiios! Cuántos acontecirnientos geológicos, políticos y socialesno se desarrollarían durante nuestroviaje! y si hubiésemos ton1ado boletode ida y vuelta, á nuestro regreso yano encontrariamos á la Tierra, envuelta como estaría en las tinieblaseternas de un sol extinguido. Pobre111orada ! .aquí donde se manifestarontodas nuestras esperanzas y. hastanuestras mezquinas vanidades, esa.
morada vivificada por los rayos de unsol esplendente, ya no existiría, andaría fría, helada, por los espacios oscuros, girando al rededor de un sol tanhelado como ella misma.
A no ser que en los 1110mentos denuestra llegada hubiese sucedido unode esos acontecimientos celestes quesi bien son excesivamente raros, alfin son posibles, porque, como dicePontecoulant, ante la inmensidad delespacio se opone la inmensidad delos siglos; y ese suceso podI'ía serel choque del cadcrcer tel'l'[co{a conun torrente ele materia cósmica, uncon1eta, por ejemplo, dando lugar elencuentro ú un incendio terrestre, produciendo tal vez mas tarde una nuevavida en el rodante planeta; pero seguramente vida efímera, su duraciónse asen1ejaría á la del lirio, puesto queno sería posible su desarrollo sin losprotectores rayos del manantial helíaco.
Hagamos ahora más sensible aún ladistancia de los ocho billones de leguas. Supongamos que el importe delpasaje en aquel Ferro-carril sea dedospesos cada cien leguas, que es unprecio sUlnamente pequeño, y que segUI'anlente no serviría de tipo á ninguna de nuestras empresas íerro-carrileras; en éste supuesto, el viaje,solan1ente de ida, costaría la redondasuma de 160 n1il millones de pesos: elin1porte de la renta anual que producela Aduana uruguaya empleado.paraformar el precio del pasaje completo,pero durante diez y seis mil años!
y no se crea que hay algo de lirismoen nuestras afirmaciones;· si es ciertoque la distancia qu~hay de la Tierra alsolA(fb, del Centauro es de 8 billones
LOS DEBATES25
A mi distinguido amigo Juan Andrés eacllún
:MISERIAS
Elmagistrado injusto, que absuelve al delincuente,·Oyendo las ofertas del mísero man~ón;
Que aplica de las leyes el peso. al macente,Es hombre sin conciencia, no tIene corazón.
El hombre miserable que la cerviz inclinaAnte el pocler inmenso de otro falaz 1Uol't~l,
Que rinde fervoroso su culto al q~e. domma,Dirige har..ia. la cárcel, su llaso crlmmal.
El triste llrisionero que teme 1101' su sllert~,<y en cambio de su vida subyuga á su naClOll,No llurga su delito tan sólo con la mu~r~e:No hay pena que castigue la culpa de tmlClÓn.
El noble lloderoso que al vil llrecio del oro,Consigue de una niña, la entre~a de. su honor t
Que escucha de sus siervos, tl'anqlUlo, el Jnsto lloro,.Inspira por sus actos, fatídico terror.
La imllúdica ramera" gastada por el vicio,Qlle en lupanar inmundo, destruye su razó~, .Qlle saba que su vida termiua en un h.OSpIClO,Merece que le tengan· inmensa compaSIón.
hacen, como antes digo, improbablesAsi, se cree según observaciones fotométricas hechas por Stephan, unode los directores del observatorio de':Marsella, que el volún1en de Sirio es1400 veces mayor que el del Sol. Y yohe calculado que si el diámetro aparente de Ay<], del Centauro, fuese nada más que de una centésima de segundo, su volumen sería 600 veces elde nuestro Sol..
Nicolá.s N. Piaggio.
Existen en· la vida criieles sinsabores, .Terribles infortunios, miserias por· doqmer;y son tan numerosos, tan grallcleslos{lolora
\, Que á veces llora el alma en medio (lel placer.
Fern.ando ·Ferrería.
I
LOS DEBATES
eho antes de ser percibidos por nuestros újos! y, cuántos carubios que novemos aún se habrán verificado yade muy antiguo!
Si sorpresa nos ha causado la enormidad de las distancias á que se encuentran de nosotros las estrellas, nomenos serú la que nos ha de causarla de sus volím1enes. La Tierra ocupa un· espacio de 1 billón 83 Inil millones de lun. cúbicos, y el Sol 1 millón300 mil veces más. Es tan grande el Solque, ~pesar de llabor de aquí á la Luna 94 mil leguas, la Tierra con su Luna podría estar comprendida dentrodel Sol, y todavía habría del satéliteá la periferia del astro radiante, casilas tres cnartas partes ele dichas 94lnil leguas. Y pensar tIue el diámetrodel Sol que tiene un largo de 170 millones de leguas se vería, desde la es
.trena mas próxima, con un ángulo queno alcanza á valer siquiera una centésima ele segundo!
Por no hacer demasiado largo esteartículo lIle limitaré simplemente á
mencionar algunos volúmenes de estrellas, deducidos por la observacióny el cálculo, dejan el o para un segundo artículo algunas consideracionesá que se presta un asunto de tantaimportancia en las grandes vías delas especulaciones celestes.
Aunque las magnitudes estelaresobtenidas por Herschel sean improbables, lo cierto es que este astrónomo creyó poder decir que el volúmende Artu"o es 5 millones de veces mayor' que el Sol, y el de ~1le[Ja mas de12 miUones!En nuestros dias no seaceptan estos números, no porque setenga la seguridad de que son inciertos, sino porque otras. deducciones los
gundo de tiempo, ósea 300 1nil kiló-·metros. eOIll0 la luz, partiendo de .llYádel Centauro larda en llegar ú la Tierra tres años y medio, se dice, ó 1Uejor, se puede decir, puesto que pocas.veces se estila expresarlo de esta rnanera, que la distancia rnenCiOl1t.lda secompone de 3 aüos y Inedia do luz.
y si después de esta deterrninaciónnos trasportamos ú otras evaluaciones,cuánta..~ magnitudes inconcebibles noexpresaremos. Se ha encontrado eornotérmino medio que la distancia ele lasestrellas de 1.11 rnagnitud ú la Tierra,.se compone de 1G aüos de luz, lasde 2.11 de 28..... las de G.", según val'iosastrón0111ÓS ele GOO ailOs, y, en opinióndel P. Secchi, hasta ele 1.m.~,1. El notable explorador del rnluH.lo sicleral,.Herschel 1, dedujo que la luz do las.estr'ellas de 1611
• rnagnitud, tarda, porlo 111enos, 10.000 años en llegar ú nosotros, y que vería nebulosas que distaban de la Tierl'a corca de dos rniIones de años ele luz!
Envidio los destellos de irnaginaeiónque agitan el cerebro del ast1'ón01nomús popular de nuestros días, del espi-·ritual Flammarion, porque si agitase elmío de la misma manera, este sería un ode los rnomentos rnás oportunos paratrasladarlos al papel. El rayo de luz quehiere la retina del observador, ~alido
de uno de esos lejanos cuerpos celestes, hace 10,000 años que viene viajando por las regiones e~éreas; así queno ve la estrella' tal cual se encuen-,tra en la actualidad sino como se encontraba hace 100 siglos; á ser cierto·el relato. bíblico, ni siquiera existía lahumanidad en el momento de su par-otida.¡ Cuantos fenómenos, exclamaHumboldt,habrál1 desaparecido rnu-'
24
de leguas, los resultados obtenidosson de una rigurosa exactitud, son corolarios de simples operaciones aritméticas. Y opino también que no esaventurada la creencia que tengo acerca de la gran precisión obtenida enel cálculo de esa enOl'me magnitudlineal. Los nombres de Henderson,Struve, Peters y tantos otros, son autoridades de un valor indiscutible, yestas autoridades se han encargadodurante muchos años, de resolver elproblema de las distancias siderales.Triste es decirlo, sin embargo, pocasson las distancias que se han podidoevaluar, apenas si alcanzan á cien, ylos astros siderales los ha contado elastrónomo por n1illones.
No es este el momento oportunopara exponer los métodos que se hanempleado con el fin de determinar lasdistancias estelares; invitamos paraello á nuestros lectores á seguir conperseverancia un curso de astronomía,y sin entrar á considerar las profundidades de esta noble ciencia, podrán ver, por lo menos, la posibilidadque hay para hacerse esas evaluaciones con los ll1edios poderosos de observación con que cuenta la telescopía y los no menos importantes queabarca el cálculo matemático.
Siendo tan grande el número de leguas que representa la más ~orta distanéia entre la Tierra .y las estrellas,los astrónomos han convenido en tomar otra clase de· tipo de referenciapara expresar esas distancias con números mas pequeños, en lo que hayindudablemente dos ventajas, la delfácil recuerdo ;r la de la .. cómoda escrituración~esa unidad ó tipo, es elespacio recorrido por la luz en un se-
26 tos,' DEBATES LOS DEBATES
CUESTIONES COSMOGRAFICASpor
RAFAEL ,J. FOSALBA
CUESTIÓN PREvIERA:
~EsTAN HABITADOS LOS ASTROS!
1, Continuación)
ADVERTENCIA. - En el número anterior,página 10, columna 1, a. se han deslizado doserrores notables: en la línea 22 se dice «proporcionalmente» en lugar de <<inversamenteproporcional»; y en la línea 32, donde dice«Los Asteroides y Jupiter 1/7}) debe decir«~os Asteroides 10/25 (término medio) y JupIter 1/7».
Las leyes que rigen los fenómenoscelestes, son universales, y aunque careciéramos de pruebas científicas parademostrarlo, quedaría esta uni versalidad aeabadamente probada, eon sólola fuerza del cálculo y del raciocinio.y sinó, fijémonos en esos astrónomos que, por medio de operacionesmatemáticas y deducciones, fijaron enlejanas épocas la existencia de astros nuevos, desconocidos hasta entonces, más bien dicho, cuya existencia fué evidenciada más tarde por laobservación telescópica. Con' idénticaprecisión se predicen las conjuncionesy oposiciones de los planetas, los€clipses de los satélites de éstos v enla Tierra los eclipses de Sol y Lu~~, determinándose de una manera precisala llora del principio yfin del fenómeno,su magnitud, duración, etc. Pero haidó más lejos el poderdel cálculo: s epredice la vuelta de los cometas, qnevemos cruZar el espacio, determinandoal mismo tiempo la excentricidad desus <, órbitas, el tiempo que 81npleanaquéllos en recorrerlas, etc.
Ya más lejos aún: un cometa cuyo
período revolucionario era de 50 años,.8111767 pasó muy próxinlo á Júpiter;'y la atracción de este astro cambióla duración ele esa revoluc'¡ón' en 5mios, y con este período de traslaciónhubiera continuado, á no haber pasado,por segunda vez en lascercanÍ:ls do'aquel planeta, que nuevamente convirtió su revolución de 5 aflos queduraba, en 20 aflos. Estas perturbaCiones fueron calculadas y anunciadasantes de su verificación.
Los sabios estudios de Keplm'; elai·rant, Newtol1, Laplace, etc., nos prueban la universalidad de las leyes. Nopuede hoy en día ponerse en duda lasolidaridad que une y sujeta todoslos cuerpos, -desde el útorno invisible á los mundos enormes, - á laacción recíproca de unas mismas leyes. Las de la 1UZ, calor, etc., todasson generales. (Sobre este punto nosextenderemos más en el segundo capítulo de esta cuestíón, que vm'sarásobre los medios en que sedosat'roHan los seres organizados eil losmundos habitables).
«Así corno en una pieza de rnúsica« no hay nota alguna que no COl'l'es« panda con el conjunto arrnónico« formado porlos delTIás,-dice Puen« tes, -de igual l1lanera en las regio« nes celestes no se produce ningún« efecto. por insignificante que pa« rezca, que deje de estar subordinado« al' acuerdo .Y concierto general ».
Continuernos señalando surnal'iatnente, las analogías, concordancias,uniones y co~respondencias á que obedecen las leyes que rigen al universo.
La Tierra, plan;eta prhnarlo,"':'-pol'que sólo da vueltas al rededor'·' del801,- realiza en sidos revoluciones,
una en rededor de su eje y otra eiitorno de este astro. Los demás planetas de nuestro sistema, si bien es ciertoque se mueven más ó lnenos velozmente, según sus nlasas y su mayor ómenor distancia al centro de atracción,no de,iande tener como la Tierra, dosmovimientos circulares: uno de rotación sobre síln~smosy otro orbitarioó de traslación en torno del Sol. LaLuna, satélite de la Tierra, es planetasecundario por efectuar tres movimientos: uno éircnlar sobre su e;je,otro aparentemente elipsoidal en tm'nodel astro á que está abscripta, y elotro en combinación con el anterior,al rededor del Sol, y de forilla realmente sinuoso - epiciclóidica. Las lunas de los demás astros, efectúan análogos moviInientos, afectando idénticasformas geométricas en ellos. El Sole;jerce su fuerza de atracción sobre laTierra y ésta á su vez sobre la Luna:Igual orden existe en los demá~ nlundos del sistema solar.
Este orden existe también en las regiones siderales, donde se han alcanzado yaáestudiar próximamente 12,000estrellas dobles y 111últiples,-sistemasplanetarios análogos al nuestro, '-verdaderos soles con planetas que giranal rededor de los mismos y se hanpodido calcular loselenlentos de lasórbitas de rnuchos de ellos,: la RIlo eleSerpentaria,-!cl estl'elIa cuyas' componentes se trasladan I1lás brevemente,efectúa é.sta traslación en cuarentarneses; las' de Zeta de Argos, lasde Signia ele la Corona Boreal y lasde Cástor de Gérninis, que son las deperíodo rnás "largo entre las calculadas, se trasladan al cabo de 1578,843 y
632 años respectivamente.
Esa Iév CIú.e riO'e á todos los siste-J' , b", <,
mas, se Ham.a gr'avitaci6n universal,que á la par que rige lo inconm ensurablemente grande, domina también loinfinitamente pequeño. Los agregadosrnoleculares de mayor volúmen atraensiempre á aquellos que lo tienen menor, en razón inversa del cuadl'ado delas distancias que los separan. Losátomos de igual n10do se atraen y
reaccionan los unos sobre los otros.Semejante en todo á la fuerza inicial
que encierra el astro en1brionario Ó enformación, á la contenida en el género.del 11lamít'ero, en fin, elel animal, o Ú, laencerrada en la semilla de los vegetales; el átomo, á pesar de su infinitapequeñez, posée una suma inicial defuerza y ele movilniento que le excita áasociarse á los demás átomos, á constituir agregados nloleculares < y á revestir formas y apariencias, desde loimpalpable é invisible, hasta lo infinitall1ente grande como esas nebulosasarrojadas en las profundidades deléter y que oeupan en el espacio millones de 111illones de kilómetros.
La vida de la tierra, así como la delos demás astros de nuestro sistema,(incluso el Sol), se halla sujeta, comotodas las cosas, á un8 ley común ygeneral, pU\3S la duración de la existencia de los astros está en proporción con sus masas iniciales: el n1aya!'"Ó menor volumen, densidad, etc., determinarán en ellos la duración de susvidas, pernlitiendopor simples cálculos saber aproximadamente cuantoexistir[1. cada uno.
Las revoluciones geológicas quehantenido lugar en la Tierra, las que hoyse efectúan y l~s que en lo sucesivose puedan verificar, han probado los
28 LOS' 'DEBATES LOS DEBATES 29
A .Sobre una arenosa playaDon.d~· al impulso del.viento,Tranquüas corren las olasIla.miendo alegres el suelo,
sabios, que tuvieron, tienen y tendránefecto en los demás mundos, porquelas leyes dominantes de la Naturalezaproceden en principio bajo las mismasbases. Las diferencias físicas que podrán notarse entre unos y otros astrosson debidas á la diferencia de edad!del tiempo que llevan de desarrollo,de las circunstancias que ocasionaronla formación de sus compuestos mol eculares, y del movimiento inicial quepor su lugar en el espacio, desenvolvió se en ellos.
Esta ley se cumple en todo lo quetiene vida. El animal y el vegetal existen nada más que el tiempo que tardan en consumir los elementos defuerza encerrados en sus respectivosgérmenes.
Los alimentos que nos nutren, elaire que respiramos, en fin, cuantonos rodea en el mundo, lleva en sílos elementos que dieron ser y vidaá nuestros antecesores hace miles deaños. « La vida, -dice Flammarlón,« la vida terrestre toda entera, no· es« más que un inmenso cambio de« materia.»
Giebel de Halle dice sobre las le·yes de la vida que «fueron siempre« unas mismas desde el principio, por{( que la Naturaleza no ensaya com« binaciones, como los pueblos que« hacen y derogan á su antojo; ella« es perfecta en si misma y regida en.(( su desarrollo por leyes eternas.»
Amor a la patria
COllstruceüjfZ.. - Publius Decius, qu~
primus intulit consulatU111 in falnilian1SUaITI, euro videret acienl rOmaIlanlinclinatam eí jmn pene postrataln bello
I
ANÉCDOTAS
SEGUNDO AÑO
llamó: Adán, Adán.- El cual respondió: Temí tu presencia y me escondí.-Dios dijo: &Por qué temes, sino porque llas comido el fruto prohibido"?Adán respondió: La mujer, que disteCOlTIO esposa á mí, me presentó estefruto, para que comiera.
El sellar dijo á la 111ujer: 19 Por quéhas hecho esto G?-Quién respondió: Laserpiente me engalló.-EI S'ellor dijoá la serpiente: Puesto que has engañado á la mujer, serás odiosa y execrada entre todos los animales; tearrastrarás sobre el vientre Y comerás la tierra. Enen1istades existiránentre tú y la n1ujer.; ella misma aplastará algún día tu cabeza.-Dijo también á la lllujer: Te afligiré con muellOS males; darás á luz los hijos condolor, y estarás bajo el poder del varón.-Dios dijo después á Adán: Yaque has hecho el gusto á tu esposa,encontrarás á la tierra rebelde: ellaproducirá espinas y cardos para ti. Sacarás el alin1ellto, de ella con 111uchotrabajo) hasta que vayas á la tierra, dela cual saliste. Anojó entonces áAdány á Eva del jardín, para que aquél cultivara la tierra; y colocó un ángel, quellevaba una espada de fuego en larllano, á fin de que guardara la en-
trada del Paraíso.
PRXMER AÑO
III
THADUCCIONES DEL LATIN
H I STO R I A SAGR A- DA
( continuación)
Consecuencias del pecado de nuestros primeros padres. - Castiga Dlos su desobediencia.
~Ordenado y traducido expresamente para los estudiantes de latin.)
Constnlccíón.--Adamus fugiens conspectum Dei, abscondit se. Deus vocavit í1lun1: Adarne, Adame.-Qui res})ondit: Timui conspectl1l11 tuum, etabscondi me.-Deus· inquit: ¿Cur ti-Illes, nisi quia comedisti íructun1 vetitun1 G? - Adamus respondit: :LvIuller,quan1 dedisti sociam 111i111, porrexit istun1 fructum mi11.\, ut ederem.
Dorninus dixit 111ulieri: Cur fecistihoc~-Qum respondit: Serpens decepit 111e.-Dominus clixit serpenti: Quia-decepisti nmlíel'en1, el'is odiosus et exsecratus inter omnia animantia; reptabis super pectus et comedes terrmll.Inin1icitim erunt inter te et mulier81TI;lpsa conteret olim caput tuum.-Dixit,eti an1 lnulieri: Afficiam te IllUltis 111alis; paries liberas in dolare, et eris inpotestate viri.-Deus dixit deinde Adalno: Quia gessisti morem uxori tum,habebis ten'am infestam; ea fundet spinas et carduos tibio Quceres victum exBa cum multo labore) donec ubeas in
. terram,e qua ortus es. Ejecit tunl Adamum et Evam ex horto, ut me coleretterram; et cbl10cavit angelun1,qui prreferebat gladiumigneum· manu, ut custodiret aditu111 Paradisi.
T¡Yl.duceión.-Adál1, huYondo (de') la})!'esencia de Dios, se escondió. Dios lo
¡ Mas toell) en el· mundo pasaEn fantástico concierto,y en el cristal de las almasSe borra todo recuerdo! ...En la t.itánica luchaDe la pa.sión con el tieUlllO,1I'Iuere'el amor, y .el olvidoConquista siempre· su •puesto.
Susa:n.oAln"'l.ada.
Donde se aspira. la brisaE impera radiante Febo,Hallábame yo una tanleCon el ángel de mi ensueño.Estaba la mar en calma,y azul se mostraba el cielo;1I'Iecíanse en lontananzaLas ninfas de ondeante seno j
Surcaban veleras barcasCual aves, el ancho 1üélago,Dejando tras sí de perlas:Mil luminosos regueros,Con mágicos resplandoresy diamantinos reflejos.Cual amenaza perenneDel mundo á los elementos,:l\íl1do lleüasco se erguíaSolemne, informe y a,üejo j
Las olas lo castigabanSu blanca baba escupiendo l
y luego mansas, tran!quilasSe adormían en el suelo,Las rocas de la riberaBesando en amante celo.ATodo era encanto y poesía!ATodo eXlüendor Y embeleso!y yo con ella, embria,gl'l,dosVagábamos sin recelo.Hablábamos de la mar,Del puro azul de los cielos l
Del hálito llel'flllnado,Que corre suave y liJero.Hablábamos elel amor,Ideal candoroso y tierno,y el pensamiento volabaA. la región del ensueño.En tanto el Sol declinaba,Extinguiendo sus reflejos,y cual lijero fantasmaLa sombra cre('.Ía ~'i, lo lejos.Yo quise hablarla otra vez,Enmudecí por completoy sobre sus labios rojosImprimíle un casto beso.
(Contitl HUi'tÍ)
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RO:MANCE
30 LOS ·DEBATE;S;. :_ ,~. ' 1 , t LOS DEBATES 31
latino, devovit caput suum pro salutereipublicffi, ac equo COl1cltato protinus,Irrupit in mediun~ agmen hostium,petens salutem patriffi~ mortem sibi;et ingenti strage facta, obrutus pluribus telis, supercorrllit: ex vulneribuset sanguine cujus, victoria insperataemersit.
TraduccÜJn.- Pllblio Decio, que elprimero trajo el consulado ú su familia, como viera al ejército romanodecaído y ya casi aniquilado en laguerra latina, ofreció su cabeza porla salvación de la república, y, el caballo habiendo sido espoleado al instante (1), penetró por en medio delejército de los enemigos, pidiendo lasalvaeión para la patrla, la muerte para sí; y, una gran mortandad habiendo sido hecha, cubierto de muchosdardos, sucumbió: de las heridas y
sangre elel cual (de cuyas heridas y
sangre), una victoria inesperada 1'e-.sultó.
Ir
COllstrucciúil.-CUln Trasybulus cuperet liberare urbem Atheniensiurndominatione teterrimá triginta tyranllorum, et aggrederetur molem n1aximm rei parva manu, et quidanl econsciis dixisset: «(l,Atllenffi, canse·quutéB libertatein.perte, quantas gratiasdebebunt tandern tibir)l-Respondit: ( DH faciant ut videar retulissequantas ipsedebeoillis!}) - (~uoaffectu
eumulaYit laude opus incl,ytmu trrannidis destructm.
Traducciúll.-Como Trasíbulo quisiel'ulibertar la ciudad de los Ate;;;
\h Y al 1Uoml~nto,ll(thieu(lo metido espne[ail al CalIallo......
niens~~ de la dOluinación Inuy horrorosa de los treinta tiranos, y acometiera upa empresa de tan granvalor con un puüaclo de gente, y unode lo"s aliados le hubiera preguntado:«7Los Atenienses, habiendo con5e-
(9 ,
guido la libertad por medio ele ti,
cuántas gracias deberún finalmenteá ti ~» -Respondió: «Los dioses llagan que parezca haber devuelto cuantas yo mismo debo á ellos.» Con elcual"sentimiento, coronó con gloria laobra famosa de la tir¡lnía destruida.
(CIJIlIiIl 1f((.}'(Í)
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Sección científica
QUÍMICA: Los tratados olementalesde (~uímica Org'únicu, emiten comunmente la teoría y la división de Bm'~
thelot sobre los cuerpns isómeros. Publicamos Ú, continuación una .pu
queila exposición que acer'ea de estacuestión nos hizo el Dr. Oliver hace yaalgunos aüos. ConfianlOs que serúnde alguna utilidad para los estudian·tes de dicha asignatura.
Isomel'{as: falsas y verdaderas.Son únicamente vel'dadera~ las iso-,ruerías de un mismo cuerpo, por disposición .diferente de sus agrupaciones atólnicas, yen este caso se dividenen iSólueros de Posicüí!l y de 8atllCiÚll.
Todas las' otras isornerías son lalsas. Berthelot las divide en :
1.o Polil?l,el·ía. Cuando se trata decuerpos cuya fórmula bruta es luúltipIe una de otra; y aquí pueden pro-osentarse dos casos: 1." los cuerpostienen función química y propiedades.
dif~rentes: Ejemplo: El ácido acético{j21íi 0 2y la glucosa Cn H 12 O (j. 2.° loscuerpos son de la misn1a función química y de propiedades iguales: Ejemplo:El aldehido y el para-aldehido. latrementina y sus polímeros. En químicainor:gánica el ácido stánico SnO:1H2 y·el meta-stánico Sn"OlüH1Ú. Estos cuerpos deben considerarse con10 la COlU
binación del cuerpo consigo luismo.2.° 111etwnel-{a. Se trata de cuerpos
·distintos, que tienen igual función química y la misma fórmula bruta.
Ej.: Acetato metilo C2H::O.CH:IOFormiato Etilo CHO.C2H;'O
3.° Iú?/zomeri(l. Se trata de cuerposdistintos, de propiedades y funciónquímica diferentes, pero de igual fórmula bruta.
Ej.: Aleahol acetilico C2H:I. OHAldehido etílico C2 H:\ O. H.
EL uso DEL ALUl\II:NIO: Gran importancia ha tonlado en los últimos tiempos, sobre todo en la industria, elmetal conocido bajo el nombre dealuluinio, no tan sólo por su baraturasino también por su poco peso, comparado con muchos otros metales hoyen uso. «El Cosmos» dice que sele ha encontrado una nueva aplicación: se trata de reemplazar las piedras litográficaspor hojas de este metal.En efecto, véase la conveniencia quede esta sustitución resulta: En tantoflue una hoja de a;luminio de 30 pulgadas sobre 40, y de 0.25 centínletrosde espesor,. pesa kilo :i medio, unapiedl;a de las 111ismas .dimensionespesa.111ás de 100 kilos.
Por otra parte elaluminiolaruinadose vende en hojas de5 francos los500 gramos y una piecira litogr[tflca
de Ja~ .dimensiones ya citadas, vale 500fral)cos. La diferencia es pues manifiesta.
Según resulta de experiencias efectuadas, parece que la impresión es.lnucho .más rápida, empleando cilindros de aluminio.
UNA RANA SIN CEREBRO.- IvI. Bart",VHder posee una rana en extremovigorosa y resistente, á la que le ha.sacado el cerebro bace 7 meses, haciendo llegar 1:1 'sección al nivel de lascapas ópticas. El animal se encuentra bien y se cree que vivirá mudlotiernpo aún. Lo conservan para estudiar el contenido ele su cráneocuando 111Uera.
C .. P.
~'-.-ECOS UNIVERSITARIOS
Agradecemos á la prensa en ge
neral los conceptos benévolos con queha acogido nuestro periódico, y enparticular á El Siglo por la transcripción de nuestro primer artículo eleRedacción.
lVluy eoneurrielo estuvo el entierrodel inolvidable Benigno S.Paiva, taninesperadamente arrebatado en la florde la edad. Profesores, estudiantes yamigos acudieron en gran númeropara despedir en su última moradaal digno maestro, al· amigo cariJ1osoy protector.
Una vez en torno de laf<)sa quehabía de recibir sus restos, todos losacon1pañantes, tristes y silenciosos, sedispusieron á oir las frases de estilo,los discursos ele despedida, esa pro-
32 LOS. DEBATES
testa dolorosa que lanzan los hombres á la faz de la eternidad, en presencia de la 111Uerte.
Estábamos junto al mar. Una mariana cruelmente bella y espléndidacontrastaba de una manera dolorosacon el grupo formado alrededor delataúd. La inmensa súbana azul seextendía hasta el lejano horizonte, trasel cual asomaba tímidamente el farode la Isla de Flcres, como si no quisiera interrurnpir aquella calma sepulcral. Y por encima de todo, unsol radiante iluminaba el coqjunto, á
despecho de las frentes nubladas porla tristeza.
En medio de un religioso silencio~e empezaron á pronunciar los discursos. - Sólo el eterno gemir de lasolas, imponentes en aquella soledad,y el secreto murmullo de los árboles,mudos testigos de aquel recinto, seatrevían á turbar la calma solemne.-'El señor !\Ionteverde, visiblementeconmovido, dió principio con un sentido discurso, en el cual interpretóde una manera clara lo que experimentaban todos los presentes anteaquella muerte prematura del amigode tareas, del profesor abnegado ylaborioso: continuaron en el mismotono los Sres Piaggio y Pastoriza y
el Dr. Palomeque, háciendo resaltarú cada paso las nobles prendas mo_rales é intelectuales· del extinto; y porúltimo, los estudiantes Guani, Estradé)' Aragém dieron en nombre de suscompañeros, la triste despedida alI~1aestro cariiloso y complaciente.
A pedido del señal' JUan P. Lengoust, catedrático de Francés en la
Universidad, hacemos constar queno es cierto que él haya dado motivo á la renuncia del señor Pons, nique haya querido imponerse á la Conlisión para que ésta adoptara el textode que es autor.
(~lleda complaeic1o el seüOl' catedrático.
** *Hemos recibido por buzón un artí
eulotitulaclo «La música», cuyo autorse 11culta tras el pseuclónim o de ~.
SCten.:;. Hogmnos ú cliellO SeflOI' se hagaconocer de la Hedacción, púes de 10contrario no podI'emos publicar su trabajo.
Henlos recibidc un ejomplar delComperuUo de Prosodia {/ O¡>tO,'l!>ctIYa
de que es autor el profesor Don Francisco de Asis Conclomines.
Agradecemos el envío.
POI' falta de espacio no apareee eneste número la traduceión de «El Genio»' de Guyau.
Pedimos dísculpa á nuestros locto ..res.
.A.VISc>
CANJE CON EL EXTERIÜH-Pol'intermedio' del Sr. don Enriquo Jac ob-·sen del Pino, establecemos el serviciode canje exterior de nuestra H,evistacon nuestros colegas del extranjeroAsí pues, á nombre de dicho señordeben venir rotulados los canjes conque se nos quiel'a favorecer, á la calleUruguay núm. 595 de esta ciudad.