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Lejana ‘09 ANUARIO GRÁFICO

Con los ojos de Lejana

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Album grafico 2009 de Ana Lopez Senosiain

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Lejana ‘09ANUARIO GRÁFICO

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Primera edición: Enero 2010

© Fotografías: Lejana (Ana López Senosiain) --> flickr.com/photos/lejana Diseño y textos: Pacotto (Paco Sancho) --> pacosancho.blogspot.com

Impreso en Arte4C --> arte4c.com

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Guardo como recuerdo lejano, muy lejano de mi infancia, una de esas primeras dudas que asaltan al mocoso: el sabor que yo noto del plátano, del chocolate, de la leche, ¿es el mismo que notan los demás?, ¿cómo podemos saber si esos demás

sienten lo mismo? Luego la tontería se pasa y uno entiende que pertene-ce a la misma especie animal que otros miles de millones de seres que han sido, son y serán, y que lo lógico es que todos sientan lo mismo.

Pero no, no era tanta tontería. El sabor del chocolate puede ser el mis-mo para todos pero no provoca las mismas sensaciones, porque son sen-saciones personales. Pasa lo mismo con el oído, porque un sonido será el mismo para todos, pero cada uno reacciona y se emociona a su manera, porque elige los que le son agradables y los que no. A lo mejor, en otros dos sentidos, sí que hay mayoría, porque los olores, con sus matices, y el tacto, con sus excepciones, admiten un repertorio más limitado de disi-dentes entre lo agradable y lo que no lo es tanto.

Es en la vista donde se producen los mayores disparates de percep-ción. Algo que está, evidentemente, a la vista de todos, puede ser captado de modos antagónicos. Y la fotografía es el arte de saber mirar, no de saber retratar. Estás con alguien que desenfunda su cámara, dispara, y te preguntas qué ha visto de especial, si tú no ves nada fuera de lo normal. Esa interrogante se disipa cuando ves el resultado, y te quedas hasta casi humillado al comprobar que cualquiera lo podía haber visto, pero no, solo fue una persona.

Lejana tiene la mente despejada para ver lo que otros ni siquiera intui-mos, y por eso sus fotografías sorprenden por su cotidianidad, porque no se dedica a captar cosas extraordinarias sino ese entorno que nos rodea a todos y que, en verdad, es el que encierra infinitos ángulos extraordina-rios. Saber mirar, es el arte de saber mirar. Sin duda.

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El arte de saber mirarPACO SANCHO

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Enero

Frío y color Las ciudades se despiertan cada año con las mismas legañas y juegos de luces. Luces que, además, transmiten el frío que pela y las ganas por llegar a casa, a refugio.

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Las edades del hombre La paleta y los pinceles a veces vienen del cielo pero otras de las manos inquietas y pulsos nerviosos de la juventud, empeñada en dejar huella, aunque sea de trazos toscos. Ya vendrá después la madurez para armonizar las formas y los tonos para hacer apetecible el entorno. Para todo hay una edad.

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Enero

Guardianes De nuestro pensamiento, de nuestras vidas, de nuestra ciudad, de nuestras familias, de nuestros tesoros... Saberse protegido es fundamental, para todos y para todo.

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Somos agua El sonido de una fuente, de una corriente, y en general del agua discurra como discurra, es relajante y provoca la paz. La vida es agua y en el agua se refleja la vida.

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Enero

Miradas serenas A veces, un mes pasa a acomodarse para siempre en el trastero de los malos recuerdos. Son días difíciles para mantener la mirada seca porque una fecha se ha clavado hasta romper el corazón. Enero es el mes de las risas infantiles y de los soles que nacen cada mañana con luz cegadora, pero eso pertenece al futuro y ahora el pensamiento está reviviendo el pasado., descendiendo hasta los recuerdos más tristes. Es la vida misma.

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Enero

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Ya falta menos Enero, en Pamplona, es sobre todo el uno. Pero no por lo del Año Nuevo, no, sino por el inicio de la cuenta atrás hacia el siete de julio. Las calles y los monumentos se encargan de recordarlo, y hasta las casas y fábricas lucen más bonitas a partir de entonces. O por lo menos así se lo parece al habitante de la ciudad, que siente más la cercanía de la fiesta que la presencia del agua y el frío.

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Febrero

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Respiros Cuando en pleno invierno se asoma un día de sol apetece más que en ninguna otra época aprovecharlo al máximo, echarse a la calle y ver cómo ilumina la ciudad y el pueblo, el campo y el agua. La luz del invierno transmite una paz muy especial porque es una luz que no chilla.

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Febrero

Belleza1. f. Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.2. f. Mujer notable por su hermosura.

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Febrero

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Puentes de acceso Por debajo de sus arcos, convertidos en gafas sin cristales, llega el río a la ciudad, para quedarse, sin molestar ni mojar a quien quiera cruzarlo. El puente, a veces, es también metáfora del saber, ése que hay que cruzar para huir por siempre de la ignorancia.

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Febrero

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El entorno de la vida La ciudad late no solo por dentro sino también por todos sus alrededores. Mientras el día esté encendido podrán verse a miles de seres vivos, de toda condición, que la rodean. Bueno, a unos se les ve y a otros se les intuye.

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Febrero

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Fe y alegría El peregrino se topa sin saberlo con una ciudad que se despide de Don Carnal para entrar en Doña Cuaresma. Las ganas de esconder la propia personalidad detrás de las ajenas son tan antigua como el hombre. El anonimato arma de valor para hacer cosas que a cara descubierta, a lo mejor, nadie se atrevería. Pero es fiesta, fiesta, fiesta, y sobre todo hay que cantar, bailar y, si se puede, besar...

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Marzo

Al final del túnel Cuando se acerca la luz, las sombras se convierten en siluetas, las siluetas en personas y todos en peregrinos hasta los rincones donde se mantienen firmes los templos que el hombre levantó hace siglos con tanta belleza como fe.

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Marzo

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Pendientes del hombre En el campo, en la ciudad, en la granja. Qué más da. Ellos siempre están atentos a los gestos, a las señas, a la comida del amo. Encadenados o encerrados, siempre pendientes.

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Marzo

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Todo el tiempo del mundo Y una vida por delante, una vida que puede estar guiada o protegida, pero también desvalida. Una vida en la que habrá momentos hermosos, geniales, y otros más toscos, tristes y dañinos. Pero una vida al fin y al cabo, con todos sus momentos, con todas sus horas.

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Marzo

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El gran sol Todos sus brillos brillan, desde que sale hasta que se pone. Cuando la primavera se acerca hasta el norte, el espectáculo está garantizado: desde la nieve que se niega a caer fundida ante su poder, hasta los árboles que lo absorben sin piedad para que les ayude a brotar.

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Marzo

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La polis Las ciudades se convierten cada vez más en núcleos donde cabe todo tipo de mezclas, idiomas, edades, disfraces, uniformes, actitudes, expresiones, modas, gritos, silencios, soledades y cuadrillas donde nadie se extraña por nada de lo que ve, como no podía ser de otra forma. Otra cosa es saber mirar.

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Abril

Regreso a las calles Aunque el buen tiempo no haya regresado del todo, ni mucho menos, la sensación de que ya es primavera anima a una nueva conquista del territorio y poder contagiar los pasos del colorido de la Naturaleza, aunque no se tenga muy claro hacia dónde se dirigen. Pero eso es lo de menos.

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Abril

La marea morada La primera luna nueva de la primavera arrastra tierra adentro, hasta las raíces. Sonidos de escalofrío, kilómetros de túnicas moradas, recogimiento, reencuentro. Con ritmos tan monótonos como distintos, tambores y bombos atronan los pueblos del Bajo Aragón. Y la mirada que plasma el rito es, como el sonido, siempre la misma pero siempre distinta.

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Abril

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Chaparrrrón A veces, el cielo acepta la provocación y descarga en 24 horas lo que no ha hecho en 365 días. Pero no hay nubes que puedan con los planes del pueblo. El ingenio pone remedio a las inclemencias y, como dicen por la tierra, ya escampará. Estos inconvenientes alimentan las ganas, más si cabe, para volver al año siguiente y celebrar la Semana Santa en paz con los elementos.

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Abril

Calor materno Durante todo el año, pero especialmente en primavera, una madre es capaz de pasar del dolor más intenso a la alegría por ver que todo lo que le rodea estalla en luz y color. La generosidad de una madre no tiene límites y siempre está abierta a acoger y sostener a su familia y a todos los que quieran acercarse hasta donde está.

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Abril

El camino Hay que andar y no prejuzgar. Las apariencias, las más de las veces, engañan. La vida transcurre con su propio ritmo, pero es cada uno el que le tiene que dar su tiempo. No todo lo que parece monótono lo es en realidad.

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Mayo

Raíces (1) El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Pero Jaca la conoce muy bien y por eso, desde hace muchos años, cada primer viernes de mayo se lanza a las calles para recordar y festejar cómo un puñado de valientes antepasados echó a la morisma de sus tierras. Hombres, mujeres y niños no tenían conocimientos militares, pero sí tenían muy claro que estaba en juego no solo sus vidas sino las de toda su estirpe.

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Raíces (2) El primer día de mayo también trae el glorioso deber de acercarse a besar a la persona más querida, a la madre. Besos y flores que deberían prodigarse a diario pero que, por lo menos, tienen reservado un rincón en el calendario para que ni al más despistado se le olvide de dónde viene y por qué ha venido.

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Mayo

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El gran salto Cruzar para llegar puede ser muy pesado, o muy fácil, o peligroso, o ¿por qué no? divertido. Pero hay que cruzar, siempre hay que cruzar si se quiere llegar hasta donde cada uno se ha propuesto. Cada cual puede elegir su camino y su ritmo.

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Mayo

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El poder de la mirada A veces no es necesario ver los ojos para saber qué están pensando. Tras unas gafas de sol, o incluso de espaldas, se puede llegar a saber lo que dicen. Es como el amor, que a veces se graba en un árbol para que actué de notario y dé fe de amor eterno, y otras no necesita ningún testimonio, porque se delata, precisamente, por sus ojos.

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Mayo

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Comunicando A través del arte, de los medios de comunicación, de las manifestaciones públicas. La vida del hombre gira en torno a la transmisión de pensamientos, ideas, imágenes, palabras o gestos de unos a otros. Hasta la Naturaleza tiene su propio lenguaje para comunicar que está feliz en primavera.

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Mayo

Sangre alterada La primavera se va apagando entre chaparrones y bochornos y el rojo, poco a poco, se va apoderando de la ciudad. Faltan todavía unos 40 días y 40 noches para que Pamplona se ponga el pañuelo, pero son tantas las ganas que la cuenta atrás comienza y hasta parece que los ciudadanos van cogiendo sitio en el salón de la ciudad.

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Mayo

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Despacio Las ciudades modernas se han convertido en trampas gobernadas por la dictadura del dios Chronos. Pero siempre queda la paz, el refugio que ofrece la ciudad vieja, donde el tiempo transcurre como debe ser: despacio, con tiempo para todo.

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Junio

Reposo Además, si se sabe mirar, en las ciudades hay infinidad de rincones para aparcar las prisas y saborear el momento, solo o en compañía. Cualquier lugar, natural o artificial, sirve para detenerse a pensar o, mejor todavía, a escuchar.

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Junio

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Verano verde El calor anuncia su llegada, para quedarse por una temporada, y falta tiempo para salir a recibirle y a mirarle de frente, absorbiendo hasta el último rayo de los que regale, aunque para ello haya que luchar por hacerse un hueco en tribuna preferente.

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Junio

Alegría El buen tiempo anima a cantar, a bailar, a salir corriendo hacia donde sea y con quien sea, a pararse a respirar, a mirar, a escuchar, a contagiarse de positivismo.

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Julio

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Huele a santo Julio, en Pamplona, es algo más que un mes de verano. Desde el primer día, la ciudad parece irse calentando para la que se avecina. Es como si saliera de las tinieblas y dejara encendidas las calles hasta por la noche. Huele a santo, huele a fiesta.

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Julio

Ya están aquí... Y así, de repente, todo se pinta de blanco y rojo, de sonrisa instalada para ocho días. La calle no tiene dueños, y nada ni nadie es capaz de sorprender. Es la naturalidad del caos.

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Julio

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Tiempo para todo Es fiesta y hay que aprovechar el tiempo para rezar con alegría, desfilar con las mejores galas, perder la cabeza, encontrar amigos y si no hacerlos, ser solidarios... parece mentira que veinticuatro horas cundan tanto.

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Julio

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Rendición En realidad, no es más que una cuestión de tiempo. Tarde o temprano, de día o de noche, con premeditación o improvisación, con habitáculo o sin él, el cuerpo del guerrero de la fiesta se rinde. Pero, como en todo en esta vida, hasta a la hora de echar el sueño reparador hay clases. Faltaría.

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Volver al futuro La locura festiva da paso a un entretiempo raro, de buen tiempo y alma inquieta. Es momento de ponerse a pensar en las raíces, por ejemplo de cuando al hombre le dio por poner puertas al campo, o de afanarse por crecer en las comodidades y en la cultura, pero sin olvidarse nunca de la belleza natural heredada y que ya está corriendo un gran peligro. La paz del campo tiene pocas cosas comparables, pero parece que molesta a alguien.

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Agosto

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Espacio natural En agosto, siempre que se puede, se echa la persiana para moverse hasta la Jacetania, donde las personas y el paisaje comienzan a jugar con los colores y las apariencias. Sigue siendo hora de bailar y de sonreír.

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Agosto

Secretos No siempre hay que dar la cara para decir lo que se piensa. Ahora no solo todos los caminos llevan a Roma sino que es la mismísima Roma la que puede llegar al lugar más recóndito y comunicarse con sus habitantes, los mismos que, probablemente, hasta hace muy poco dependían del caballo de hierro para entrar y salir de su hogar.

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Agosto

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Llamadas La tierra está llena de entradas, naturales o construidas, y también destruidas. Y muchas veces no es necesario llamar para pasar, porque a lo mejor no hay nadie que responda a la petición, aunque puede que esté observando al visitante, en silencio.

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Agosto

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Historia Los orígenes están grabados a piedra y recuerdos. De tanto en tanto viene bien, repasarlos, sobarlos y saber que los sueños vienen de lejos y que nunca hay que renunciar a tenerlos, por muy inalcanzables que parezcan.

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Agosto / Septiembre

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Estaciones El verano se va apagando y los espacios naturales comienzan a echar el cierre. Es tiempo de volver a ver la vida en la ciudad, donde la música casi siempre es protagonista. En el fondo, todos recuperan su espacio.

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Septiembre

Atención La ciudad se encarga, cuando quiere, de gritar en silencio, de romper la paz y llamar al corazón.

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Profundidades La perspectiva, a veces, da miedo, o cuando menos una sensación de inseguridad. Son espacios que se van perdiendo en el infinito, pero siempre hay alguien dispuesto a llegar a verlo, a llegar hasta el final.

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Septiembre

El gran salto Hay que aprovechar los regalos de la Naturaleza y del hombre todo el tiempo y hasta el último minuto; hay que lanzarse a por ellos con determinación; hay que saber contemplarlos, admirarlos, valorarlos.

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Septiembre

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Pensamientos Los pueblos conservan sus bancos de piedra para recordar que no es bueno estar solo y que alguien allí sentado está pidiendo compañía para compartir pensamientos, ideas y tiempo. Tiempo en el que hablar, por ejemplo, sobre los increíbles matices cromáticos del entorno.

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Septiembre

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Transporte Sea cual sea el medio de comunicación, lo importante es tener alguno a mano, capaz de enfilar del pueblo a la ciudad y de la ciudad al pueblo, del agobio a la paz. Y si el viaje se hace sin ninguna prisa, pues entonces mejor que mejor.

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Octubre

Relax Quienes saben vivir lo hacen, también, despacio. Solos o acompañados ven la vida pasar. Los pueblos se vacían, a veces hasta desaparecer, pero tarde o temprano vuelven a resurgir y son muchos los humanos que terminan por regresar a esos sitios que, en muchos casos, parecen tan inmóviles como la misma postal.

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Octubre

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Contrastes ¿Por qué si la belleza y la fuerza ya hace tiempo que demostraron que saben convivir hay quienes todavía no se han enterado o no se quieren enterar? Un edificio de belleza y sentimiento secular, manchado por un hacha asesina e intolerante, un hacha que nada tiene que ver con las que la utilizan para vivir, divertir y esforzarse. Qué lástima de símbolo, robado por los enemigos de la vida...

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Atardecer El otoño viene a ser la caída del año, el principio del fin del calendario. Y con él llegan nuevos colores, nuevos aspectos y otro punto de vista. Pero el cielo sigue siendo el mismo cuando la tarde se marcha y se enciende la luna para que se puedan ver los rastros de esos aviones que de forma constante vienen y van de norte a sur y de este a oeste.

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Octubre

Piedra y hiedra Y ese atardecer que es el otoño sigue avanzando. Cada vez que lo hace, día a día, deja ver con mayor nitidez el casamiento perfecto de la piedra con la flor, que hasta parece ruborizarse de tanto piropo como recibe.

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Noviembre

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Tiempo de melancolía Noviembre amanece camino del cementerio para llorar las partidas. Pero también es tiempo de ver otras cosas, de sonreír ante las sorpresas que a veces esconde la vida que sigue y ¿por qué no? hasta de copiarle ideas a la Naturaleza para tejer alfombras. Lástima que no todos sepan cuidarla ni respetarla.

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Noviembre

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Pulmones ciudadanos Sonará a tópico, pero es verdad: los parques son esos oasis urbanos a los que gusta asaltar en soledad o compañía, y más en esas fechas en las que el cielo da un respiro al agua y deja ver de nuevo el sol, que calienta y acoge como siempre, pero se disfruta más. Pisar césped mientras se ven caer las hojas en día templado es tocar el cielo.

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Noviembre

Tentaciones El silencio no es suficiente, porque esos ojos delatan las intenciones que rondan por la cabeza. Y mientras tanto, allí fuera, la ciudad se adivina cada vez más vacía y desnuda.

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Diciembre

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Hoja vieja, hoja eterna Se les distingue por el color pero, sobre todo, porque una yace rendida a los pies de su madre y la otra se resiste a desprenderse de su vida. Es el origen del verbo entroncar, porque generaliza a las raíces de todo ser vivo, que nace, brota y se queda... siempre que no venga una mano enemiga a arrancarlo. Es ley de vida.

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Diciembre

Desnudez El ciclo de la vida queda al descubierto cuando se acercan los fríos. Los árboles, a lo peor con vergüenza, se lo quitan todo de encima, menos las vidas que les son ajenas y les eligieron para comenzar su propio ciclo.

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Diciembre

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Andar y descansar Lo mejor de una imagen profunda es el misterio que encierra, las dudas que provoca sobre el final del camino o, mejor, qué sorpresas tendrá. El invierno ya entra y no hay tiempo ni ganas para el descanso. Hay que ir al fondo blanco para saber quién dejó su huella en busca de qué.

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Diciembre

...Y todo volverá a comenzar.

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