21/2/2021 El Correo (Nervión-Ibaizabal)

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21/2/2021 El País

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21/2/2021 El mi to del «ne go cio» de la Igle sia

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21/2/2021 La Razón

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21/2/2021 La re bel día del si len cio

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21/2/2021 Pas to res ve nid, pas to res lle gad

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21/2/2021 El Pa pa ju bi la a Ro bert Sa rah, su car de nal más crí ti co

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21/2/2021 El ce se del car de nal Sa rah

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21/2/2021 El Correo

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C R Ó N I C A

EL MUNDO. DOMINGO 21 DE FEBRERO DE 2021

40.

silla de ruedas pero la cabe-za le funciona bien.

Tanto como para respon-der a la prensa que la entre-vistó el día de su cumple. Un aniversario especial porque ha superado el Covid. La pandemia ha arrasado en su residencia. Desde el primer positivo, el 2 de enero, 81 de los 88 ancianos sufrieron el contagio que se llevó por de-lante una decena de vidas.

«Yo ni me dí cuenta que lo tenía». Asintomática pero sufriente. Sobre todo, de so-ledad. Porque durante todo este tiempo, no pudo salir de la habitación. Y a ella le gus-ta ir a la capilla y al come-dor. Y, en cuanto hace buen tiempo, que la saquen al her-moso jardín, poblado de lau-reles, de la residencia.

¿Qué hizo durante esos

días? Le preguntó Elsa Mari de Le Parisien. Respuesta: «Rezar por la juventud y te-ner paciencia».

La paciencia es el gran se-creto de esta mujer valiente que siempre que le pregun-tan cómo se llega a vivir tan-to se remite a Dios. Su men-saje a los enfermos de covid es positivo: «Que guarden la esperanza, que peleen, que luchen por curarse y que den ejemplo».

La fe es el rasgo consus-tancial en sor André. Nació en el seno de una familia protestante y no practicante. Convertida al catolicismo, se hizo bautizar a los 26 años y tomó los hábitos a los 41. Antes de eso fue Lucile Ran-don inscrita en el registro ci-vil el 11 de febrero de 1904.

Tres días antes de su naci-miento, los japoneses lanza-ron un ataque sorpresa con-tra la armada de la Rusia im-perial en Port Arthur, el úni-co puerto ruso libre de hie-los en el Pacífico. El asedio duró casi un año. L’ Ilustra-tion, el periódico más popu-lar de París entonces, contó la guerra ruso japonesa a lo largo de casi todas sus edi-ciones de 1904. Casi toda la prensa francesa, con la ex-cepción de La Revue socia-liste, era entusiasta del colo-nialismo.

El caso Dreyfus daba sus últimos coletazos. El militar injustamente condenado ha-

El 11 de febrero de 2021, sor André se despertó como ca-da día entre las siete y las ocho de la mañana. Su habi-tación de 12 metros en el tercer piso de la residencia Santa Catalina Labouré, en Tolón, sur de Francia, tiene vistas a la calle pero ella no lo puede apreciar porque lle-va ciega varios años. Sólo una persona está autorizada a entrar en el cuarto para atenderla.

Con 117 años, cumplidos ese día, es la monja más ve-terana, la decana de Europa y la vicedecana de la huma-nidad tras la japonesa Kane Tanaka, que cumplió 118 años el 2 de enero. Está en

POR

Iñaki Gil PARÍS

bía sido perdonado y dos años después sería declara-do oficialmente inocente. El primer ministro se llamaba Émile Combes, dirigía un gobierno progresista y, co-mo era abstemio, hacía colo-rear el agua de su vaso para no llamar la atención en los banquetes.

Hubertine Auclert era la figura señera del movimien-to feminista que luchaba por el voto de la mujer. En sus manifestaciones, rompían el Código Napoleónico que cumplía su centenario. Mu-chos hombres lucían barba o bigote para significar su hombría. Porque en 1904, según la enciclopedia ale-mana Lexicon, «la inteligen-cia y el pensamiento» eran el ámbito del varón mientras las mujeres estaban «lejos del común ajetreo de la vi-da», cuenta Richard Evans en La lucha por el poder.

Así estaba el mundo cuan-do llegó a él sor André. En-

tonces Lucile Randon. Sus otros tres hermanos eran va-rones. En una de sus esca-sas manifestaciones sobre su vida, recordó la alegría porque los dos hermanos movilizados durante la Pri-mera Guerra Mundial sobre-vivieran a la gran carnicería: «Era raro, en todas las fami-lias había dos muertos en lu-gar de dos supervivientes. Pero los dos volvieron».

En los 117 años de vida de sor André, Francia ha vivido bajo tres repúblicas y ha te-nido 19 presidentes. Sin contar el régimen colabora-cionista con la Alemania na-zi establecido en Vicky du-rante la Segunda Guerra Mundial en la que media Francia estuvo ocupada por los ejércitos de Hitler.

Además de las contiendas mundiales, Francia peleó en Indochina y Argelia. Cuando sor André nació, Alsacia y Lorena eran Alemania, y Ar-gelia, una provincia más de Francia.

A todas esas vicisitudes, sobrevivíó. También a la mal llamada gripe española, la mayor epidemia desde la peste negra medieval, que mató en 1918 a entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo.

Lucile, antes de meterse a monja, fue una mujer inde-pendiente. Primero en Mar-sella y luego en París. «Fui gobernanta e institutriz y es-

taba muy a gusto. Quise ir más lejos y me hice hija de la Caridad». Tomó los votos al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando ya tenía 41 años.

La orden la destinó a un hospital de Vichy, donde permaneció 31 años. Fran-cia vivió la revuelta de mayo del 68, la vuelta al poder (y la renuncia) del general De Gaulle. Sor André siguió en activo hasta finales de los años 70. Luego vivió en una residencia de ancianos de Marches (Saboya) hasta re-calar en la de Tolón donde tiene por compañía a una decena de religiosas.

Tiene cuatro sobrinos nie-tos y un pelotón de sobrinos biznietos. El día de su 117 cumpleaños se comunicó con algunos de ellos y con el alcalde de Tolón por vi-deoconferencia. Ese día hu-bo misa especial. Y un me-nú extraordinario: foie gras, y capón con setas. De aperi-tivo, un oporto, un secretillo compartido con Jeanne Cal-ment, muerta a los 122 años, récord de longevidad de Francia. En este país, a 1 de enero de 2021, hay cen-sadas 27.000 personas cen-tenarias, 23.000 mujeres y 4.000 hombres.

En su cumple, tenía deseo de comer «unos guisantes bien frescos» pero tuvo su postre favorito, omelette norvégienne, (helado recu-bierto de merengue hornea-do o flambeado) receta de origen yanqui.

Hace dos cumpleaños, preguntada por France Inter qué deseaba, declaró: «Que el buen Dios venga a bus-carme pronto. Partir para li-berar a los que me cuidan y para que pueda reunirme con mi familia y mis amigos. 115 años ya es suficiente. Espero que el buen Dios me lleve este año».

No fue así ni a los 115 ni a los 116. Este año ha vuel-to a expresar su desazón por ser «una carga para la persona que se ocupa» de ella. En cambio «no mani-festó ningún miedo a la en-fermedad. Sólo estuvo preocupada por los otros residentes. Sí mostró in-quietud por si la pandemia iba a cambiar sus horarios», declaró David Tavella, res-ponsable de la comunica-ción de la residencia.

Sor André ha sobrevivido al Covid y al ajetreo mediáti-co de su cumpleaños. Con buen ánimo y buena cabeza. Aunque ha admitido: «Claro que estoy cansada, no se lle-ga a los 117 años sin estar cansada».

Sobrevivió a las dos guerras más exterminadoras, no hay religiosa con más edad que ella en todo el planeta, es la segunda persona más anciana del mundo… y nadie a su edad, 117 años, ha sido capaz de superar el Covid. Ella, sí. De niña tocaba el violín y era protestante. Ahora, católica. Su mensaje: “Luchen por curarse y den ejemplo”

Lucile, la monja victoriosa

El virus ha arrasado en su residencia. “Yo ni me di cuenta de que lo tenía”, dice la sor asintomática, quien se hizo bautizar a los 26 años y tomó los hábitos a los 41

21/2/2021 La Igle sia sos tie ne en so li ta rio el pa tri mo nio de to dos

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