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La frontera oriental del Tawantinsuyu Naomi Maja Rattunde 2013 Resumen El trabajo presente se ocupa de la frontera oriental del Tawantinsuyu, entendida como zona fronteriza e intermedia entre el espacio andino y el espacio amazónico desde el norte del Perú actual hasta el sureste del territorio boliviano actual. Se ubica y describe esa zona fronteriza y la correspondiente política del estado inca, enfocando escenarios específicos. Antes de entrar a la materia misma se hará una aproxima- ción al concepto de ‘frontera’, presentando una tipología de zonas fronterizas. Ese marco teórico ayuda a caracterizar los escenarios y procesos fronterizos. Índice 1. Introducción 1 1.1. Concepto de ‘frontera’y tipología de zonas fronterizas ................ 1 1.2. Fuentes para la investigación de las fronteras del Tawantinsuyu .......... 2 2. Ubicaciones de la frontera oriental 3 2.1. La frontera tradicional .................................. 3 2.2. La frontera redefinida ................................... 3 2.3. Avances más profundos al oriente ........................... 4 3. Política fronteriza en el oriente del Tawantinsuyu 5 4. Escenarios fronterizos 6 4.1. Chachapoyas ........................................ 6 4.2. Valle del río Huallaga ................................... 8 4.3. Cabecera del río Ucayali ................................. 8 4.4. Llanos de Mojos ...................................... 9 4.5. Gran Chaco ........................................ 10 5. Conclusión 10 6. Bibliografía 11 Índice de figuras 1. Continuum of Boundary Dynamics ........................... 1 2. Borderland Matrix .................................... 2 3. Fronteras del Tawantinsuyu ............................... 4 4. Aproximación a la expansión inca ........................... 5 5. El Alto Huallaga en el siglo XVI ............................. 8

La frontera oriental del Tawantinsuyu

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La frontera oriental del Tawantinsuyu

Naomi Maja Rattunde

2013

ResumenEl trabajo presente se ocupa de la frontera oriental del Tawantinsuyu, entendida como zona fronteriza eintermedia entre el espacio andino y el espacio amazónico desde el norte del Perú actual hasta el surestedel territorio boliviano actual. Se ubica y describe esa zona fronteriza y la correspondiente política delestado inca, enfocando escenarios específicos. Antes de entrar a la materia misma se hará una aproxima-ción al concepto de ‘frontera’, presentando una tipología de zonas fronterizas. Ese marco teórico ayuda acaracterizar los escenarios y procesos fronterizos.

Índice

1. Introducción 11.1. Concepto de ‘frontera’y tipología de zonas fronterizas . . . . . . . . . . . . . . . . 11.2. Fuentes para la investigación de las fronteras del Tawantinsuyu . . . . . . . . . . 2

2. Ubicaciones de la frontera oriental 32.1. La frontera tradicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32.2. La frontera redefinida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32.3. Avances más profundos al oriente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

3. Política fronteriza en el oriente del Tawantinsuyu 5

4. Escenarios fronterizos 64.1. Chachapoyas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64.2. Valle del río Huallaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84.3. Cabecera del río Ucayali . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84.4. Llanos de Mojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94.5. Gran Chaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

5. Conclusión 10

6. Bibliografía 11

Índice de figuras1. Continuum of Boundary Dynamics . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12. Borderland Matrix . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23. Fronteras del Tawantinsuyu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44. Aproximación a la expansión inca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55. El Alto Huallaga en el siglo XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

1. IntroducciónDesde su inicio en 1438 hasta el año 1525, el territorio del estado inca llamado Tawantinsuyufue extendido constantemente mediante incorporaciones pacíficas o subyugaciones militaresde otros grupos. Sus fronteras, que se ampliaban hacia los cuatro puntos cardinales, en ningúnmomento eran líneas fijadas sino más bien zonas de contacto, de intercambio y de tránsito.

En el trabajo presente nos interesa la frontera oriental del Tawantinsuyu, entendida comozona fronteriza e intermedia entre el espacio andino y el espacio amazónico desde el norte delPerú hasta Bolivia. Objetivo del trabajo es ubicar y caracterizar esta zona fronteriza, a travésdel tiempo y enfocando puntos específicos.

Antes de entrar a la materia misma se hará una aproximación al concepto de ‘frontera’, pre-sentando una tipología de zonas fronterizas. Eso sirve como marco teórico que ayuda caracte-rizar los escenarios y procesos fronterizos. La introducción cierra con una nota sobre algunosaspectos generales en cuanto a la investigación de las fronteras del estado inca. Trazamos lasubicaciones de la frontera oriental que hicieron los investigadores, ocupándose también de losdebates y la dificultad de definir la ubicación más adecuada (cap. 2). Luego caracterizamosen términos generales la política fronteriza aplicada en el oriente del estado inca (cap. 3). Encapítulo 4 examinamos algunos escenarios fronterizos concretos de manera mas detallada. Ter-minamos con una conclusión.

1.1. Concepto de ‘frontera’ y tipología de zonas fronterizas

Al principio de su artículo «Toward an Understanding of Borderland Processes», en el queelabora un modelo para investigar y comparar situaciones fronterizas de manera sistemática einterdisciplinaria, Parker nos dice:

Frontiers are areas between. They are places at the edge of cultural spheres and thereforeembody the loci within which culture contact takes place. Like other types of boundaries,frontiers come into being as a result of particular historical circumstances or processes andare thus unique social phenomena. (Parker 2006:77)

Para diferenciar distintos grados de situacio-

Figura 1: Continuum of Boundary Dynamics, to-mado de Parker (2006:82).

nes fronterizas, Parker propone la siguienteterminología: boundary, border, frontier y bor-derlands.1 El término más general es boundary(frontera, límite), entendido como separadorno especificado que indica límites de diferen-tes tipos. Border se entiende como línea divi-soria tangible, fijada en un espacio particular,destinada a marcar la división entre unida-des políticas y/o administrativas. Esa fron-tera estática y lineal llamamos en adelante‘límite’ para diferenciarla de ‘frontera’ en elsiguiente sentido de frontier como frontera dinámica y zonal. Esa zona de interpenetración se-para distintos tipos de unidades políticas o culturales y puede estar formada por áreas “vacías”,donde no existen estos tipos de unidades o donde no hay contacto físico directo. Finalmenteborderlands (zonas fronterizas) son zonas alrededor o entre entidades políticas o culturales don-de los procesos o circunstancias geográficos, políticos, demográficos, culturales y económicospueden interactuar para crear borders o frontiers (cf. ibíd.:79-80).

Por las intersecciones de esos factores Parker (ibíd.:81) habla de boundary sets, es decir, deconjuntos de límites múltiples (geográficos, políticos, demográficos, culturales, económicos)superpuestos. Esas dimensiones de diferentes grados y tipos de fronteras están visualizadas enel Continuum of Boundary Dynamics (fig. 1). Además, se puede subdividir las cinco categoríasde fronteras o límites (boundaries) de la siguiente manera. Los límites geográficos resultan de1 Por falta de equivalentes exactos, la traducción de esos términos al castellano sólo puede ser una aproximación.

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características topográficas y físicas, clima, flora y fauna, recursos naturales; entre las fronteraspolíticas se encuentran además administrativas y militares; las fronteras demográficas abarcanetnias, densidad de población, salud y género; las fronteras culturales pueden surgir de diferen-cias en lingüística, religión y material cultural; las fronteras económicos pueden expresarse enextracción de materias primas, transbordo de mercancías, producción agrícola y de productoselaborados (cf. Parker 2006:82).

Una tercera dimensión, el tiempo, nos lleva a la

Figura 2: Borderland Matrix, tomado deParker (2006:90).

Borderland Matrix (fig. 2). De las constantes trans-formaciones e interacciones de los diferentes tiposde fronteras a lo largo del tiempo resultan com-plejos procesos fronterizos, que son para Parkerla “the essence of boundary dynamics” (ibíd.).

Teniendo en cuenta este marco teórico, el tér-mino ‘frontera’ empleamos aquí en un sentido am-plio y dinámico, señalando que las fronteras delTawantinsuyu no eran ‘límites’ definidos. Con ‘zo-nas fronterizas’ nos referimos más explícitamentea los espacios intermedios cambiantes donde serealizaban intercambios de diferentes tipos entreconquistadores y conquistados. Además, introdu-cimos ‘escenarios fronterizos’ para hacer referen-cia a escenarios específicos ubicados a lo largo dela zona fronteriza oriental del Tawantinsuyu.

Para esa frontera tratada aquí ponemos énfa-sis a algunos aspectos más. Aunque apenas co-nocemos evidencias sobre un concepto incaico de‘frontera’, desde una perspectiva del estado incamismo, se puede asumir que la frontera adquie-re la noción de una institución para mantener laseguridad y estabilidad del territorio. Por lo tan-to, las zonas fronterizas se puede considerar comoespacios de un alto ejercicio de control y poder(cf. Schaedel 1998:215). Segundo, como las expan-siones del estado inca no terminaron en ningúnmomento hasta la llegada de los españoles, hubozonas, que en un momento fueron fronteras exter-nas o extremas y que luego formaron parte más integral del territorio inca, volviéndose fron-teras internas dentro del Tawantinsuyu. Así, “[l]as fronteras internas y externas representandiferentes fases de la expansión y desarrollo del estado” (Dillehay y Netherly 1998:17). En estecontexto, Hyslop (1988:35) distingue diferentes tipos de fronteras, dependiendo del grado desubyugación de los grupos fronterizos y del grado de la instalación de instituciones incaicas.De ahí, fronteras con grupos simbólicamente leales a los incas con cierta autonomía políticay económica tenían distintas características que fronteras con grupos en resistencia contra lainvasión inca.

1.2. Fuentes para la investigación de las fronteras del Tawantinsuyu

Punto de partida para investigaciones arqueológicas de las fronteras del Tawantinsuyu son enla mayoría de los casos las fuentes etnohistóricas de la época colonial que revelan actividadesy ocupaciones incas al entrar en la región amazónica (para el caso de la frontera oriental). Lacerámica es considerada como indicador preciso de presencia e incluso de dominación y controlinca. Se encuentra también en lugares sin arquitectura inca. Hyslop sugiere que, debido a que elestado inca “se representaba a sí mismo con un estilo cerámico distinguible en todo momento”

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(Hyslop 1988:48), pueda ser más efectivo trazar la distribución de la cerámica para ubicar lasfronteras que localizar fortalezas o caminos.

Las fuentes escritas entregan informaciones “sobre eventos regionales, circunstancias y cam-bios ocurridos” (Dillehay y Netherly 1998:6) en las zonas correspondientes, aunque para eloriente no existen muchos documentos etnohistóricos que relatan algo de actividades incaicas(cf. ibíd.:3). En cambio, los materiales arqueológicos encontrados en asentamientos, fortalezasu otros sitios “son los subproductos de las actividades asociadas con tales eventos” y puedenayudar en “identificar la función de los asentamientos” (ibíd.:7). Aunque el material culturalcarece de prejuicios inherentes en las fuentes escritas, aquí pueden surgir complejos problemasde interpretación (ibíd.). Los dos tipos de fuentes se complementan de manera de que los do-cumentos contienen “información específica acerca de las actividades del estado inca a nivellocal, proveyendo así una información adecuada para que los arqueólogos puedan comprobarciertas proposiciones acerca del registro arqueológico del mismo” (ibíd.).

Si bien muchos estudios enfocaron la evolución y expansión del estado inca, hay que señalarque todas esas investigaciones sobre los fronteras del Tawantinsuyu tienen que tener en cuentala organización social y económica dentro del estado inca y de las poblaciones locales tantocomo los ámbitos culturales en las zonas fronterizas y su desarrollo (cf. ibíd.:3-4).

2. Ubicaciones de la frontera orientalEn su artículo «Las Fronteras Estatales Extremas del Tawantinsuyu», Hyslop (1988) presentaun mapa que señala una ‘frontera tradicional’ y una ‘frontera redefinida’ con sectores relativa-mente seguros y otros inseguros (veáse fig. 3). Considerando trabajos más recientes se puederedefinir esa frontera redefinida, como lo hizo Pärssinen (1992) (veáse fig. 4).

2.1. La frontera tradicional

Según Hyslop (1988:36), la frontera oriental del Tawantinsuyu “constituye un tremendo enig-ma” por la falta de coherentes informaciones arqueológicas, así que ha sido asumido que lafrontera incaica coincidiera con la frontera ecológica. Esa frontera tradicional fue situada “enaquellos puntos en que las faldas de los Andes se unen con las tierras bajas de las selvas ama-zónicas” (ibíd.) y no más al este del área alrededor de Cochabamba. No obstante, en torno a esapropuesta no había concordancia entre los autores. Hyslop señaló que una relectura de las fuen-tes escritas y un análisis de la distribución espacial de objetos incas revelarían, que “algunasde estas fronteras [tradicionales] están imprecisamente trazadas sin precisión y no delimitan elterritorio sujeto al efectivo dominio inca” (ibíd.:37).

2.2. La frontera redefinida

Para redefinir la frontera tradicional Hyslop revisó una serie de publicaciones que tratan deactividades y ocupaciones incas en las zonas al este de la cordillera de los Andes. Señaló sec-ciones relativamente seguras de la frontera redefinida, que se encuentran entre Huánuco hastacasi llegando a la frontera actual entre Perú y Bolivia, y otras zonas fronterizas más al norte yal sur/sureste, que consideró como inseguras.

Entre los estudios consultados por Hyslop está por ejemplo Bonavía2, que revisó cierta partede la información sobre los sitios arqueológicos incas ubicados ahí. Strube Erdmann3 encontróevidencias –aún no unívocas– que los caminos incas pueden haber llegado a las tierras bajasen Chachapoyas, Huánuco y cerca de Cuzco. Para el este de Huánuco existen referencias a treso cuatro fuertes donde estaban guarnecidos mitmaq de Cuzco (véase cap. 4.2). Algunos rela-tos históricos informan de conquistas incaicas en los afluentes del río Madre de Dios. Hyslop

2 Bonavia, Duccio (1979). «Ecological factors affecting the urban transformation in the last centuries of the pre-Columbian era». En: Advances in Andean Archaeology. Compilado por David L. Browman. Chicago: Aldine Press,393-410.

3 Strube Erdmann, León (1963). Vialidad imperial de los incas. Serie Histórica 33. Córdoba: Facultad de Filosofía yHumanidades, Universidad Nacional de Córdoba.

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Figura 3: Fronteras del Tawantinsuyu, sección del mapa de Hyslop (1988:39).

menciona además trabajos etnohistóricos sobre grupos y sus territorios en el oriente, que ayu-daban a las investigaciones sobre la fronteras en la medida que las fuentes del siglo XVI dana entender, si los respectivos grupos habitaban fuera o dentro del Tawantinsuyu. Investigacio-nes realizadas por el Museo Arqueológico de Cochabamba sobre sitios arqueológicos incas a lolargo de la frontera oriental demuestran que el sitio más oriental reconocido como inca era elFuerte de Samaipata, al oeste de la ciudad actual de Santa Cruz. Más al sur de Bolivia (actualesdepartamentos Chuquisaca y Tarija) hay escasas evidencias de sitios incas (cf. Hyslop 1988:40-42). El área alrededor de Santa Cruz fue, según Hyslop, el “territorio más oriental controladopor el imperio inca” (ibíd.:49).

La constatación de Hyslop, que la frontera oriental fue “bastante irregular, incorporando enalgunos puntos tierras bajas, y sin incorporar en otros siquiera el control de todos los flancosde las montañas” (ibíd.:41), es todavía vigente, aunque trabajos más recientes descubrieron quehabía avances más profundos al oriente.

2.3. Avances más profundos al oriente

Pärssinen y Siiriäinen (2003:82) postulan que en tres secciones de la frontera oriental los incasentraron más profundamente hacia el este, siempre con el interés de controlar los recursos quehabía en las tierras bajas y con factores adicionales, distintos en cada uno de los casos. Esassecciones son el valle del río Urubamba hacia la cabecera del Ucayali, en dirección a Pucallpa,la segunda, hacia por lo menos la cabecera de los ríos Madre de Dios y Beni y, la tercera, hacialas planicies del Gran Chaco (véase fig. 4).

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Figura 4: Aproximación a la expansión inca, sección del mapa de Pärssinen (1992:139).

Por lo tanto el Chinchaysuyu se extendía por el este hasta Chachapoyas y Moyobamba (véa-se cap. 4.1), más al sur hasta el valle del río Huallaga al este de Huánuco (véase cap. 4.2). ElAntisuyu se prolongaba hasta la cabecera del río Ucayali (véase cap. 4.3) y hasta la confluen-cia de los ríos Madre de Dios y Beni (véase cap. 4.4). El Collasuyu llegaba por el este hasta losllanos alrededores de Santa Cruz (véase cap. 4.5). Posiblemente, a través de mitimaes, el controlinca incluso llegó temporalmente a la provincia actual de Ángel Sandoval, Bolivia, cerca de lafrontera con Brasil –no obstante, hay que constatar que esa información es bastante insegura ypuede ser equivocada (cf. Pärssinen 1992:134-135; Pärssinen y Siiriäinen 2003:81-82).

3. Política fronteriza en el oriente del TawantinsuyuLa política inca en cuanto a la región amazónica tenía el fin de asegurar sus intereses eco-nómicos. Incluía esfuerzos pacíficos y militares para ganar terrenos en los bosques y “nuevasmedidas administrativas, orientadas a establecer y mantener el poder sobre las tribus de tierrasbajas” (Pärssinen y Siiriäinen 2003:72). La frontera oriental tenía una función dual. Por un ladoservía como zona defensiva, relativamente asegurada, desde la cual se podía partir para nue-vas expediciones. Como los grupos de tierras bajas fueron vistos como “incivilizados” o “bár-baros” (Hyslop 1988:41) y considerados como posible amenaza permanente que podría atacaral estado, era necesario para el estado inca y consiguió que las poblaciones locales aceptaronsu presencia, lo que al mismo tiempo, por la organización militar y social eficiente, garantiza-ba la seguridad de ellas también. Además, lograron una colaboración de ellas y contaban consu mano de obra para la construcción de fortalezas y su mantenimiento, tanto como el esta-

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blecimiento de una estructura económica a través de mitimaes. Por el otro lado, los puntos asíasegurados en la zona fronteriza servían como puntos estratégicos, primero para lanzar expedi-ciones pacíficas o militares hacia el este, y segundo, como zona de retiro o descanso después delas campañas (cf. Pärssinen y Siiriäinen 2003:82-83). Eso demuestra claramente que esa fronteraera una “especie de zona difusa” (ibíd.:83) determinada por diversos factores superpuestos.

Los incas establecieron un sistema de defensa consistiendo en una cadena de fortalezas yfuertes, que podían ser viejos, reorganizados y aumentados por los incas, o propiamente cons-truidos en tiempos incas con la mano de obra de las poblaciones locales (cf. ibíd.). Sin embargo,esa cadena no formaba una línea definida (ni continua), sino indicaba una posible “zona for-taleza” de anchura variable (cf. ibíd.:87). Por la falta de investigaciones sistemáticas de estossitios no sabemos mucho sobre la estrategia defensiva de los incas, ni sobre las funciones quetenían esos sitios conocidos dentro de la organización militar. Además, los sitios podían habersido multifuncionales al mismo tiempo o cumplido distintas funciones en perspectiva diacró-nica. Pärssinen y Siiriäinen (ibíd.) señalan que los fuertes más viejos de esa zona se ubican másal oeste, mientras que los fuertes más nuevos fueron construidos más hacia el este, por lo cualse podría deducir un avance por pasos a lo largo del tiempo. Eso implicaría un desplazamientoseguido por transformaciones de la zona fronteriza, correspondiendo a la Borderland Matrix.

Pärssinen y Siiriäinen mencionan una serie de posibles fortalezas en una zona desde el valledel río Urubamba hasta las yungas bolivianas que “parece seguir de cerca la cota de 500 m, don-de las montañas del antepaís andino se unen muy apruptamente con las llanuras de las tierrasbajas” (ibíd.:85). Ese antepaís consideran como “zona de control” con presencia inca continua,donde lograron establecer su poder, como mínimo temporalmente, aunque el ambiente naturaly cultural tanto como enfermedades tropicales se les hacía difícil. El método empleado en esaszonas era la instalación de una administración directa mediante incas nobles y administradoresenviados a pueblos estratégicos, o mediante jefes locales bajo el control inca que consiguieronpor entregarles mujeres incas, regalos y/o privilegios. También ofrecían protección y ayudamilitar. Esos grupos asumieron el papel de vasallos (cf. ibíd.:88-89).

Atravesando la “zona de control”, se puede identificar otra zona visitada por expediciones,pero no controlada por los incas. En esta “zona de visita” o “zona de contención”, donde lainfraestructura de abastecimiento ya no alcazaba, los incas tenían que estar en alerta debido ala posibilidad que los grupos nativos los atacaran. A través de expediciones por sorpresa, losincas llegaron a contrarrestar ataques de esos grupos contra ellos o sus aliados (cf. ibíd.:89-90).

Resulta entonces lo que vimos en el Continuum of Boundary Dynamics, que se superponen lí-mites de diferentes tipos. Los límites geográficos relativamente estáticos, que implican distintascondiciones climáticas y topográficas y ecosistemas, causando también distintas situaciones desalud, coincidieron más o menos con fronteras demográficas y culturales ya mucho más diná-micas. En esos escenarios estaban situadas las fronteras políticas, militares y administrativasdel estado inca, influidas y condicionadas por las anteriores, pero definitivamente no coinci-dentes. Además, a causa de la existencia de varias fronteras demográficas y culturales unadetrás de otra, existían también varias fronteras políticas dentro de la zona fronteriza al orientedel Tawantinsuyu, dependiendo del grado de alianzas con o subyugación de los grupos ahíasentados.

4. Escenarios fronterizosEl esquema propuesto por Pärssinen y Siiriäinen describe posibles escenarios fronterizos gene-rales que “hayan variado a lo largo del prolongado trecho Norte-Sur de la frontera” (ibíd.:89).En adelante veremos algunos escenarios fronterizos específicos, empezando en la parte norteñade la frontera oriental hacia los llanos del Gran Chaco en el sureste de la Bolivia actual.

4.1. Chachapoyas

La población de Chachapoyas, asentada al este del río Marañón, se organizaba políticamenteen curacazgos que unían varios subgrupos, encabezados por curacas. Esas unidades políticas

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deben haber estado en constante competencia entre ellas por la escasez de tierras fértiles. Sedecía que los chachapoyas eran buenos guerreros, curanderos, agricultores y constructores depuentes. (cf. Schjellerup 2005:45-47). Por estar metidos en el intercambio de alimentos y pro-ductos de prestigio, pudieron “haber tenido la función de mediadora en una cadena de corta ylarga distancia en la red entre sierra y selva” (Schjellerup 2002:48). La región de Chachapoyasabundaba en recursos naturales, codiciados y probablemente explotados por los incas, comooro, animales silvestres, coca, hierbas medicinales y miel. También estaban interesados en lasfinas vestiduras de lana y algodón producidas por los chachapoyas (cf. ibíd.:52).

Aunque Rowe señaló que la región Chachapoyas no fue incorporado al Tawantinsuyu antesdel tiempo de Huayna Capac, muchos cronistas y fuentes locales coinciden en que Túpac Incaconquistó la zona en los años 1470-72. Debido a rebeliones de los chachapoyas Huayna Capacvolvió a conquistar el territorio. Además, Chachapoyas sirvió a los incas para la exploraciónde territorios más al este. Por lo menos conquistaron la área hasta Pipos y, siguiendo las cró-nicas, se puede considerar que la frontera al este de Chachapoyas fue situada en la zona deMoyobamba que también fue conquistada por Túpac Inca (cf. Pärssinen 1992:98-101). Al res-pecto señala Schjellerup que la frontera oriental de Chachapoyas fue muy cambiante porquese sobreponían territorios con redes de relaciones entre distintos grupos situados en la ceja demontaña. La presencia de sitios incas sugiere que los incas controlaban “los pasos a lo largo delos ríos en la selva alta y en las entradas más bajas hacia la selva” (Schjellerup 2005:55).

La influencia de los inca en Chachapoyas resultó en un control político fuerte, que fue estable-cido sobre la administración y política local, lo que a su vez unía a los subgrupos locales frenteal enemigo común contra el cual rebelaron varias veces. Para el ejercicio de su control los incasinstalaron, en primer lugar, nuevas infraestructuras como cultivos, caminos y asentamientos,introduciendo el estilo imperial cuzqueño –la mayor construcción es el centro administrativoen Cochabamba. Fueron construidos más sitios con carácter político-militar en puntos estraté-gicos cerca de los ríos, de manera que el acceso a la selva era controlado por los incas, ademássitios dedicados a la producción agrícola y con funciones religiosas. En segundo lugar, a causade la resistencia de los chachapoyas, reorganizaron la población, que significaba que muchospobladores fueron trasladados como mitmaqkuna a muchas partes del Tawantinsuyu, una po-lítica inca común para estabilizar territorios conquistados (Schjellerup 2002:50-53). A cambiollegaron mitmaqkuna de diferentes partes del estado inca a Chachapoyas (Schjellerup 2005:139).Otra forma de obtener el control fue convertir a curacas menores e principales, dándoles obse-quios, para “dividir las antiguas alianzas y los grupos de poder” (Schjellerup 2002:54).

La ocupación inca de la zona causó cambios profundos para los chachapoyas “en la vidatradicional, en la construcción de nuevos establecimientos, el servicio militar, la extracciónde trabajo e incluso la obediencia de reglas específicas” (ibíd.:49). Las respuestas partían delos curacas locales que movilizaban sus comunidades para satisfacer las demandas de los in-cas (ibíd.:49-50). Además, los incas difundieron “su cultural material y sus valores culturales”(ibíd.:55), por ejemplo tipos especiales de cerámica que fueron usados en el complejo Cocha-bamba (ibíd.:54).

En resumen, el caso de Chachapoyas, ubicado en la zona fronteriza al extremo noreste del Ta-wantinsuyu, es un ejemplo para una región cambiante bajo la presencia inca fuerte y constante,aquí durante sesenta años después de la primera expansión. Teniendo en cuenta la BorderlandMatrix se puede considerar que los intereses económicos de los incas, que llevaron a la conquis-ta de la zona, tenían a lo largo del tiempo efectos múltiples como enfrentamientos militares,cambios en las relaciones políticas, cambios en la composición de la población, intercambioseconómicos y culturales entre los incas y la población local. Correspondiendo a lo mencionadoy aparentemente por casualidad, todas las correlaciones señaladas por Parker en el siguientepárrafo son aplicables a este escenario fronterizo.

For example, the colonization of a region (political) may result in a change in the ethnic(demographic) and linguistic (cultural) makeup of a borderland; the extraction of raw mate-

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rials (economic) is conditioned by the types and quantity of resources available (geographic);population shifts (demographic) may affect the nature and distribution of material found ina borderland (cultural), and so on. (Parker 2006:90)

4.2. Valle del río Huallaga

Los incas ocupaban la zona a la orilla oeste del Huallaga en el noreste de Huánuco, lo que evi-dencian las tres fortalezas mencionadas por Hyslop (1988:40), que señaló que aún no eran lo-calizadas, que aparecen en un mapa de Fernando Santos (1985) (fig. 5). Pero Pärssinen muestraque los incas llegaron incluso a la orilla oriental del Huallaga. Si bien los Panatahua, asentadosen la zona desde Panao hasta Sisinbar (actual Tingo Maria) en el norte, no fueron conquistados,sí eran aliados de los incas y muy interconectados con el estado con el cual solían mantenercontactos comerciales. Además existen fuentes coloniales, que revelan que Túpac Inca mandómitimaes a este lado del río para controlar los intereses económicos. Los productos de la zonaincluían coca, maíz, chili, cultivos de algodón, madera, cera, miel y plumas de aves exóticas.Sin embargo, hasta el momento no está claro, qué tan lejos y en que forma llegó el dominio delos incas en esa zona (cf. Pärssinen 1992:102-106).

Figura 5: El Alto Huallaga en el siglo XVI, según Santos, tomado de Pärssinen (1992:104).

4.3. Cabecera del río Ucayali

Las tropas de Túpac Inca conquistaron el valle del río Urubamba, llegando hasta la confluenciacon Tambo que da origen al río Ucayali, y el Alto Ucayali, quizás hayan llegado más abajo endirección hacia la ciudad actual de Pucallpa (vgl. Pärssinen y Siiriäinen 2003:73).

Cerca del Pongo de Mainique, donde el Urubamba desciende por los Andes, desembocandoen las tierras bajas, los incas tenían un punto de apoyo permanente que construyeron junto conlos Piro que habitaban en una zona altamente estratégica entre los ríos Urubamba y Tambo. En

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tradicionales orales se menciona la “fortaleza” Tonquini que puede corresponder a este sitio (cf.Pärssinen y Siiriäinen 2003:73). Mediante entregas de dones y política matrimonial los incas leshicieren a los Piros sus aliados, que era importante porque ellos controlaban el comercio a lolargo del Urubamba y el Alto Ucayali. Más al norte de esa zona habitaban los Cunibo conlos cuales los incas podrían haber establecido relaciones parecidas, es decir, les hicieron susvasallos. Así los incas podían ampliar y asegurar sus intereses económicos (cf. ibíd.:75-77).

4.4. Llanos de Mojos

Por las direcciones sur–norte de los ríos mencionados, los incas no entraron mucho al oriente.En cambio, los ríos más al sur (Madre de Dios, Beni, Mamoré) desembocan dentro de las tierrasbajas de los llanos de Mojos (cf. ibíd.:78), que, por lo menos en las zonas central y sureña dondese encuentran grandes asentamientos, eran densamente poblados. Por las inundaciones anua-les los llanos eran tierras fértiles con cultivos de maíz y vegetales propios de la zona (ibíd.:103).Hay evidencias arqueológicas, sobre todo cerámica, que sugieren la presencia de serranos enlas orillas del Beni o por lo menos contactos con la región. Por el Alto Beni se encontró unahacha de bronce que corresponde a un tipo incaico (cf. ibíd.:106-110).

En el noreste de los llanos de Mojos, cerca de la ciudad actual de Riberalta, confluyen los ríosMadre de Dios y Beni. Al parecer hubo dos fases de intrusión hacia este lugar, una parcialmenteexitosa bajo Túpac Inca y otra “enigmática expedición de Manco Inca, sobre la cual prevalececierta confusión” (ibíd.:79). Puede que Túpac Inca llegó incluso más al oriente, a la confluenciadel Mamoré con Madre de Dios (ibíd.:96-97). El objetivo en esa zona era ejercer el control directoa través de una administración (ibíd.:82).

Ubicada en la orilla occidental del río Beni, cerca de la desembocadura al Madre de Dios, seencuentra la fortaleza Las Piedras, mencionada en varias fuentes escritas, que confirma la pre-sencia inca en esa zona. Puede haber sido construida por miembros de la expedición de TúpacInca o por la población local o puede ser resultado de varias fases de construcción. El complejotiene una muralla defensiva larga, construcciones de vivienda y tuvo una torre. Se encontrómucha cerámica de tradición amazónica dentro del complejo, pero también fragmentos de unaríbalo inca y un tumi de bronce que pueden evidenciar la presencia inca. Diseño y arquitecturaparecen a fortificaciones andinas, por lo cual se atribuir la fortaleza a los incas. La ubicación dela fortaleza entre los ríos es estratégica para obtener el control en el sentido de que ellos eranrutas de comunicación importantes. Aparte de eso, así los incas manifestaron simbólicamentesu poder, aunque es posible que el sitio antes era residencia de un jefe local (cf. ibíd.:110ff). Aúnfaltan investigaciones arqueológicas para poder decir si o hasta dónde llegaron los incas máshacia el este, cuán establecida era su presencia en la zona hasta la fortaleza, y cómo eran lasrelaciones entre ellos y las poblaciones locales (cf. ibíd.:122)

Según documentos coloniales, la confluencia de los ríos Madre de Dios y Beni podía ser al-canzada desde Camata en la región Kallawaya en el bosque de yungas en Bolivia (cf. ibíd.:96),que “fue un asentamiento de gran relevancia para el avance hacia el oriente” (Capriles Floresy Revilla Herrero 2006:224). Cuenta con el centro fronterizo de Maukallajta y otros sitios máspequeños a lo largo del río Camata. Las poblaciones locales no eran muy hostiles con los in-cas por lo cual el contacto con ellas fue promocionado. La construcción de la infraestructuraen esa zona por los incas fue motivada por su estrategia política y económica, que buscabala extracción de recursos como oro, coca, maíz y madera, otros bienes de riqueza o prestigiocomo plumas de aves exóticas, plantas medicinales y psicotrópicas, miel, cera, colorantes ve-getales, pieles de animales salvajes, entre otros. Por la ocupación inca relativamente directa yno necesariamente motivada por razones de incertidumbre social o medioambiental, la canti-dad y calidad de recursos extraídos de la región fueron mayores (vgl. ibíd.:234-235). A travésdel tiempo, Camata puede ser considerado como ‘zona de control’, todavía como parte de lazona fronteriza externa del Tawantinsuyu, pasando a ser provincia del estado, siendo fronterainterna del territorio inca.

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4.5. Gran Chaco

Pärssinen y Siiriäinen (2003) presentan al Gran Chaco como tercera sección de penetracióninca más profunda hacia el oriente. Esa región seca y escasamente poblada está ubicada alsur de los llanos de Mojos. El dominio incaico fue extendido por Túpac Inca hasta la cabe-cera del río Mamoré y su hijo Huayna Capac posiblemente anexó algunas áreas más al este(cf. ibíd.:73). El motivo de la ocupación debe haber sido la neutralización de las actividadesagresivas de los grupos locales Guaranies (cf. ibíd.:82), que eran “cultivadores itinerantes ycazadores-recolectores nómades” (ibíd.:80). Las actividades incas tenían que ser más agresivasporque los pobladores Tupi-Guaraní representaban una constante amenaza. La presencia incase refleja en las fortalezas Samaipata y más al sur la serie triádica de Cuzcotoro, Iñao e Incahua-si en el actual departamento Chuquisaca. Aquí la estrategia de los incas para ejercer control noera el empleo de fuerza directa, sino “adulación” y obsequio de dones (cf. ibíd.:81).

5. ConclusiónVolviendo al mapa presentado por Hyslop (1988), hay que destacar que la influencia de losincas llegaba en varios puntos más allá de la señalada frontera redefinida. Sin embargo, ladeterminación de una frontera depende necesariamente de la definición de ‘frontera’ misma.Aquí hemos entendido ese término como zonal y dinámico, un espacio compuesto por variastipos de fronteras. Finalmente, para trazar una linea en un mapa del estado inca hay que tenerclaro si se quiere marcar el territorio de las provincias consolidadas bajo una administracióninca establecida o los espacios con presencia inca (militar) más o menos permanente o los es-pacios con cuyas poblaciones locales los incas mantuvieron contactos. Ese mapa también debetener en cuenta los espacios de tiempo como lo hizo Pärssinen (1992).

La frontera oriental, si bien no coincide con el límite geográfico entre los Andes y la Amazo-nia, resulta evidente que está influido significativamente por ello. Las distintas característicasecológicas han precisamente ayudado e incluso causado el movimiento de los incas hacia lastierras bajas, debido su flora y fauna y los recursos naturales deseados por los incas que al-bergaba. Además, como factor topográfico hay que mencionar los ríos que desempeñaban unpapel muy importantes en las tierras bajas, posiblemente más que caminos terrestres.

Dentro de la zona fronteriza existían varias fronteras demográficas en el sentido de que las di-ferentes poblaciones locales no ocupaban muy grandes territorios. Sus formas de organizacióny su actitudes ante los invasores incas determinaron cómo el estado inca se podía establecer ensus territorios. También la densidad de la población tenía consecuencias para las conquistas,zonas menos pobladas o con poblaciones dispersas y móviles eran más difíciles de incorpo-rar o controlar. Con su política de trasladar grupos locales en términos de la mitmaq, los incasrompieron la estructura demográfica anteriormente dada en mayores partes del Tawantinsu-yu. Respecto a fronteras culturales se puede señalar que cuanto más control los incas tenían enuna zona, tanto más se ampliaba la influencia de la cultura inca como lo vemos con el materialcultural traído a esas zonas.

Debido a la expansión rápida en un período relativamente corto de tiempo y a las resistenciasde las poblaciones locales, las zonas fronterizas eran zonas “ ‘en disputa’ o ‘en transición’, es-pecialmente aquellas en las que los ejércitos incas se mantenían en actividad” (Hyslop 1988:35),lo que parece ser justo en todos los casos mencionados. Al respecto, señala Pärssinen (1992:72)que las provincias conquistadas no eran conectadas fuertemente con el estado inca, sino quelas relaciones dependían fuertemente de los gobernantes mismos y las relaciones de parentescoestablecidas.

Las actividades principales de los incas al intentar incorporar la Amazonia tenían un carác-ter primero militar y luego económico, por lo tanto es posible decir que las “fronteras militaresfueron seguidas por las fronteras económicas y socio-políticas” (Dillehay y Netherly 1998:20).Como muestran las numerosas fortalezas mencionadas, toda la zona fronteriza parece haberestado militarizada. No obstante, la “cadena de fortalezas” no es uniforme y las fortalezas no

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se encuentran en intervalos regulares, así que las diferentes secciones de la frontera deben ha-ber sido fijadas y aseguradas con diferentes intensidades. Lo que llama la atención son las dosseries triádicas de fortificaciones, en la orilla del Huallaga y en el Chaco, que prueban intensasactividades militares (protección o control) en las zonas en cuestión. Así, y todavía más debi-do a que muchos caminos incas en la zona“han desaparecido o no se puede seguir su huella”(Hyslop 1988:47), las fortalezas o fuertes incas trazan un límite militar, pero que no coincide ne-cesariamente con los límites políticos con respecto al establecimiento de la administración inca,ni sabemos con exactitud si fueron usadas para asegurar la frontera misma o “para proteger losintereses del imperio en las poblaciones ‘conquistadas’ ” (ibíd.) en su entorno.

No sabemos con certeza hasta dónde y en qué intensidad los incas podían extender su po-der a lo largo de la frontera oriental y a través del tiempo. Para el caso de los llanos de Mojospor ejemplo, carecen evidencias para decir hasta qué grado las poblaciones locales estaban so-juzgados o cómo eran las relaciones políticas y económicas con los incas. Parece que esa zonafronteriza no era incluida al Tawantinsuyu como provincia y, aplicando los términos del Con-tinuum of Boundary Dynamics, era porosa hasta fluida en cuanto a demografía, cultura, políticay economía. En cambio, en Chachapoyas y por el Alto Huallaga establecieron el sistema demitimaes, por lo que esas áreas fronterizas eran más incluidas al estado y relacionadas másfuertemente con la capital. Importante para los incas eran los grupos que asumieron el papelde vasallos, como es el caso por el Urubamba. Más adentro de las selvas orientales, parece quela mayoría de los grupos se quedó sin mayor influencia inca porque los esfuerzos militares parasometerlas fracasaban. A pesar de ello existían otras relaciones e intercambios económicos conlos dichos grupos (cf. Dillehay y Netherly 1998:10).

Como ya mencionado, toda la actividad expansionista el estado inca tenía el fin de obtenerrecursos (materiales y humanos) para su mantenimiento. Eso incluía la producción agrícola, laextracción de recursos especiales como metales preciosos, el intercambio de recursos de presti-gio, el transporte y la mano de obra de los grupos locales como lo muestra el caso de Chacha-poyas que está trabajado con mucho detalle por Schjellerup (2005).

De la enumeración de tipos de fronteras del Tawantinsuyu de Dillehay y Netherly (1998:20),que son aquellas “representadas por asentamientos militares, de transporte, agrícolas, de pas-toreo, de intercambio, de extracción de recursos especiales”, para la frontera oriental son espe-cialmente relevantes los asientos militares y el tipo relacionado con la extracción de recursosespeciales como el oro en los bosques de la ceja de selva. Parece que partes de la frontera orien-tal eran fronteras formalizadas o geopolíticas y otras no formalizadas o económicas, compara-ble con lo señalado por Dillehay y Gordon (1998:194) para la frontera sureña. Pero aún faltaninvestigaciones comparativas y sistemáticas para obtener una idea más clara de las relacionesde los incas con las poblaciones en las diversas zonas fronterizas entre los espacios entendidoscomo “andino” y “amazónico”.

6. BibliografíaCapriles Flores, José M. y Carlos Revilla Herrero (2006). «Ocupación Inka en la Región Ka-

llawaya: Oralidad, Etnohistoria y Arquelogía de Camata, Bolivia». En: Chungara, Revista deAntropología Chilena 38.2, 223-238.

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– (2005). Incas y españoles en la conquista de los chachapoya. Lima: Fondo Editorial de la PontificiaUniversidad Católica del Perú.

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