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¿Disposiciones, Capacidades, o

Competencias?

Carlos Eduardo Vasco Uribe

XI Congreso Pedagógico

Ibagué, Agosto 15 de 2013

Sin cambios en el discurso

no cambian las actitudes, valores y

maneras de proceder de los y las

docentes en los colegios y universidades,

y no se puede aprovechar la inversión

pública y privada en Educación,

Investigación, Ciencia, Tecnología e

Innovación.

Pero no bastan

los cambios en el discurso si no cambian

las actitudes y los valores de los y las

docentes de los colegios y universidades.

Parece que no sabemos cómo impulsar

esos cambios en los discursos,

y menos cómo impulsar los cambios en

las actitudes y los valores.

El problema es…

que el discurso de la educación por

competencias parece muy potente para

lograr esos cambios,

pero hay muchos profesores y

profesoras en la educación básica,

media y superior que sienten una cierta

resistencia interna contra ese discurso.

Intereses en el cambio

Los organismos multinacionales:

Naciones Unidas, Unesco, Unicef

OEA, OEI, Banco Mundial, BID

Los gobiernos y algunos innovadores y

reformadores nacionales.

Por eso se rechazan como “discursos

foráneos”, capitalistas, desarrollistas...

En particular, ciertos cambios

de los años 70 y 80, los cambios curriculares

por objetivos generales y específicos no

produjeron resultados apreciables.

La Ley 115 de 1994 propuso un cambio

curricular para la educación básica y media

por logros e indicadores de logro, que ni fue

fructífero ni se entendió bien la diferencia.

Circula ahora un discurso educativo centrado

en las competencias. ¿Ahora sí?

El debate a favor y en contra

de las competencias

La noción de competencia no es clara.

La noción de competencia lingüística de

Chomsky de 1965 no sirve:

todos los que no tenemos daño cerebral

tenemos esa competencia.

El dispositivo de adquisición del

lenguaje DAL (“LAD” en inglés).

Dell Hymes

La noción de competencia comunicativa

de Dell Hymes de 1966 incluye

aspectos fonológicos, morfológicos,

lexicales, sintácticos, semánticos,

sociales y estratégicos muy potentes.

Canale y Swain (1980); Canale (1983).

Las pruebas Icfes-Saber-11

Esta noción de competencia sí sirve…,

pero para las competencias

comunicativas, y solo para las

interpretativas y argumentativas.

y no puede extenderse fácilmente a

otras, en particular a las competencias

académicas, científicas y tecnológicas.

Las competencias laborales La noción de competencia tomada de la certificación para los oficios

sí sirve para las competencias técnicas y tecnológicas,

pero no puede extenderse sin más a las competencias científicas ni a otras competencias académicas.

Tres volúmenes muy críticos sobre el concepto de competencia, dirigidos por Guillermo Bustamante (2001-2003).

Las alternativas son…

rechazar los discursos asociados a la noción de

competencia, tanto por su vaguedad como

por venir de organismos internacionales,

o construir un concepto potente de

competencia y configurar un discurso propio

pedagógicamente productivo sobre las

competencias.

¡Yo prefiero trabajar en lo segundo!

Hay mucho trabajo previo

en la educación básica y media:

en los estándares básicos de competencias en matemáticas;

en los estándares conjuntos de ciencias naturales y sociales,

y en los estándares de competencias ciudadanas, que no pueden desligarse de las laborales ni de las científicas.

En la educación universitaria

también se ha progresado en los

documentos del Icfes,

ahora del Conaces,

en los “Ecaes”, ahora “Saber Pro”

en los documentos del CNA,

y en muchas otras iniciativas de las

asociaciones de facultades.

Disposiciones

Estar “bien dispuesto” para aprender.

Es un discurso que viene de la

Universidad de Harvard,

del mismo grupo del “Proyecto Cero”

que inició el trabajo en Enseñanza para

la Comprensión EpC.

Se debe a las reflexiones

del Dr. David Perkins y sus colaboradores

Shari Tishman, Ron Ritchart y otros

del “Proyecto Cero” de Harvard

sobre lo que ellos llaman “dispositions” o disposiciones, publicadas en 2000:

Educational Psychology Review, 12(3), 269-293.

En la EpC

ya se hablaba del conocimiento como la

capacidad de desempeñarse flexible y

exitosamente en tareas de la vida real.

Esa capacidad puede llamarse

“disposición” o “competencia”

si se analizan con cuidado los términos.

“Capacidades”

es el término más general,

que incluye aptitudes, habilidades,

destrezas, disposiciones y competencias.

“Capacidad” va con “ser capaz”

“Disposición” va con “estar bien dispuesto”

“Competencia” va con “ser competente”

¡Las necesitamos todas!

En cualquiera de ellas

necesitamos muchas aptitudes,

conocimientos, contenidos, habilidades y

destrezas: “saber-qué” y “saber-cómo”.

Eso ya lo sabíamos por los objetivos y

los logros.

Pero, además de la aptitud, con sus

conocimientos declarativos y

procedimentales, necesitamos algo más.

Un modelo para las

disposiciones o competencias Una mesa de tres patas:

Aptitud (tener conocimientos declarativos y procedimentales)

Inclinación (“actitud”: tener “buena disposición”)

Sensitividad para detectar oportunidades de movilizar esos conocimientos para la acción.

Al fin, ¿qué?

¿Capacidades? ¡Claro!

¿Disposiciones? ¡Claro!

Subraya lo afectivo, la motivación, la

inclinación.

¿Competencias? ¡Claro!

Subraya la eficacia, la flexibilidad, el uso

del conocimiento en otros contextos.

Yo prefiero…

hablar de formar estudiantes

competentes,

ojalá muy capaces y bien dispuestos,

pero también competentes para utilizar

sus conocimientos en actividades de la

vida real, distintas de las que

aprendieron en clase.

La etimología de “competencia”

Parece venir de “competir”.

En latín es “competere”,

de “cum-petere”:

“dirigirse-con”, tender hacia una meta

conjuntamente con otros.

Puede acentuarse lo competitivo o lo

cooperativo.

Puede servir de inspiración

la idea de describir competencias

claves para la vida.

Un proyecto de la Unión Europea:

“Key competencies” (OECD, 1997).

2 volúmenes editados por Dominique

Rychen y Laura Salganik (2001 y 2003;

traducción en el F. C. E. de México.

Prefiero pensar que…

La palabra “competencia” en el ámbito

educativo no viene de “competir”,

sino de “ser competente”.

En ella intervienen los conocimientos

(contenidos y habilidades),

las actitudes y motivaciones, y por eso

se llaman también “disposiciones”.

La mesa de tres patas

. COMPETENCIA

Aptitud:

conocimientos

“qué y cómo”

Inclinación

Sensitividad:

Detección de

oportunidades

Una competencia puede describirse más precisamente como un conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, comprensiones y disposiciones

cognitivas, metacognitivas, socioafectivas y psicomotoras

apropiadamente relacionadas entre sí para facilitar el desempeño flexible, eficaz y con sentido de una actividad o de cierto tipo de tareas en contextos relativamente nuevos y retadores.

Tres tipos de competencias

El Icfes ha propuesto tres tipos:

Competencias interpretativas.

Competencias argumentativas.

Competencias propositivas.

No parece que las propositivas puedan

medirse con pruebas de escogencia

múltiple.

Competencias ciudadanas

Un conjunto de conocimientos, actitudes y habilidades (cognitivas, emocionales y comunicativas) que, relacionadas entre sí, disponen a la convivencia y la paz, a la participación y responsabilidad democrática y a la valoración de las diferencias, en un marco de respeto a la dignidad humana y de contribución al bien común.

Tipos de competencias

Cognitivas

Emocionales

Comunicativas

Integradoras

Conocimientos

Otras preferencias personales

Prefiero poner las competencias ciudadanas

en el lugar central de las competencias

académicas.

Por ello, prefiero no centrar la atención en la

competitividad en el discurso de

competencias, con lo cual se acentúa

competir sobre cooperar.

Por ello, prefiero hablar más bien de

“potenciar las capacidades del país”.

Cinco niveles de ascenso

en la escala de novicio a experto:

1. Novicio o aprendiz

2. Practicante

3. Competente

4. Proficiente

5. Experto

Ser competente

no es pues lo mismo que ser experto.

Una cosa son los estándares básicos de competencia,

y otra cosa son los estándares de excelencia.

No todos van a llegar a ser expertos,

y los que lleguen a serlo, lo serán solamente en una o dos áreas.

Otros niveles intermedios

También suponemos que entre el novicio o aprendiz que comienza y el que consideramos competente,

hay otros niveles intermedios, como ser practicante, cuasi-competente o como queramos llamarlo.

Uno de esos niveles se escoge como estándar básico de competencia.

La escalera de niveles

¡Soy competente!

Nivel de base: Soy

novicio o aprendiz

¡Soy experto!

Uno de esos niveles se

escoge como estándar:

¡Soy competente!

Nivel de base: soy novicio o aprendiz

Final del grado tercero

Final del grado quinto

Final del grado séptimo

Final del grado once

Final del grado noveno

Un desglose semejante

debe hacerse para las distintas áreas y

ejes de la educación básica primaria,

secundaria, media y terciaria.

Es necesario describir cuidadosamente

cada competencia

y desglosarla en niveles de

competencia.

Pero una cosa es…

describir cuidadosamente las

competencias y sus niveles,

otra es enseñar “por” competencias y

otra evaluar “por” competencias.

Lo único que sabemos, es que no

sabemos cuál de las tres es más difícil.

Enseñar o educar

por competencias,

en competencias,

para las competencias,

para el desarrollo de las

competencias…

Talvez sí, pero ¿cómo?

Idioma aborigen

“YESO PAQUÉ”

Traducción:

“Profe, y eso,

¿para qué?

La importancia de las

preguntas del tipo Yesopaqué

“¿Eso para qué sirve…”

o: “¿Para qué me sirve…”

Por ejemplo:

… el álgebra o el cálculo,

… las clases de historia y filosofía.

… la mayoría de los cursos, y la mayoría de los temas de cada curso.

“Entrar en reversa”

a preparar la clase, las actividades de

enseñanza y las de evaluación.

Primero, preguntarnos para qué sirve este

contenido con relación a alguna competencia

para la vida real, para la ciudadanía y para la

potenciación de las capacidades del país.

Segundo, ver qué es lo que sirve, para qué, por

qué, cómo se usa o cómo se aplica.

Tercero,

cómo se motiva a los estudiantes para

desarrollar esa competencia.

Cuarto, cómo se les enseñan los

conocimientos declarativos y

procedimentales, llamados también

“contenidos y habilidades”,

necesarios… pero no suficientes.

… y los puntos más difíciles…

Quinto, cómo se desarrolla la sensitividad a las oportunidades de utilizar lo que se sabe, y

Sexto, cómo se evalúa el avance en esa competencia.

El problema de la transferencia

Es difícil que los estudiantes detecten la

oportunidad de utilizar sus conocimientos en

una situación nueva.

Eso se puede lograr haciendo desde el

comienzo transferencias cercanas a distintas

situaciones suficientemente diferentes de la

primera situación tratada en clase,

pero eso requiere más tiempo…

¿Hay una competencia de

resolución de problemas? No creo.

Hay una para cada área problemática.

Aun dentro de las matemáticas no hay

una competencia única de resolución

de problemas,

A menos que creamos que “problema”

es un ejercicio de un libro de texto.

Resolver problemas

Una cosa son las tareas y los

problemas reales o de la vida real,

otra las tareas y los problemas propios

de cada una de las áreas y disciplinas,

y otra los ejercicios o problemas de libro

de texto.

Todos tienen su función, pero...

Dos preguntas sobre el mundo:

¿Cuáles son los

problemas de la

vida real que son

claves para el

mundo actual en

donde más se

necesitan las

competencias que

quiero desarrollar?

¿Cuáles son los

problemas de mi área

que más desarrollan

aquellas competencias

para la vida real que

son claves para

resolver los problemas

del mundo actual?

Dos preguntas sobre el país:

¿Cuáles son los

problemas de la

vida real que son

claves para el país

en donde más se

necesitan las

competencias que

quiero desarrollar?

¿Cuáles son los

problemas de mi área

que más desarrollan

aquellas competencias

para la vida real que

son claves para

resolver los problemas

del país?

Dos preguntas sobre la ciudad:

¿Cuáles son los

problemas de la

vida real que son

claves para nuestra

ciudad en donde

más se necesitan

las competencias

que quiero

desarrollar?

¿Cuáles son los

problemas de mi área

que más desarrollan

aquellas competencias

para la vida real que

son claves para

resolver los problemas

de nuestra ciudad?

Dos preguntas sobre la institución:

¿Cuáles son los problemas de la vida real que son claves para nuestra institución en donde más se necesitan las competencias que quiero desarrollar?

¿Cuáles son los problemas de mi área que más desarrollan aquellas competencias para la vida real que son claves para resolver los problemas de nuestra institución?

Dos preguntas sobre los estudiantes:

¿Cuáles son los

problemas de la

vida real que son

claves para estos

estudiantes en

donde más se

necesitan las

competencias que

quiero desarrollar?

¿Cuáles son los

problemas de mi área

que más desarrollan

aquellas competencias

para la vida real que

son claves para

resolver los problemas

que tienen ahora estos

estudiantes?

Las situaciones-problema

que generen

distintos problemas

y ejercicios,

que estén abiertas a

distintos métodos,

con datos que faltan

con datos que

sobran,

… que sean realistas, o sea:

que tengan qué ver con la vida real de

nuestros estudiantes,

con la de la institución,

la ciudad,

el país y

el mundo.

… con tal de que…

provoquen muchas

preguntas,

que ojalá tengan

distintas respuestas

y generen debates,

búsquedas e

indagaciones.

Las situaciones-problema

son más potentes si exigen distintos tipos de pensamiento propios del área o la disciplina que enseño,

de pensamiento lógico,

del pensamiento propio de otras áreas y disciplinas,

e involucran distintos modelos, sistemas teóricos o conceptuales y simbólicos.

También se relacionan

con los ensayos que estamos haciendo,

como los proyectos integrados o

unidades integradas

con los, métodos de enseñanza por

casos o de investigación de caso,

con la enseñanza problémica y otras

innovaciones educativas.

La propuesta es…

Trabajar con situaciones-problema

cercanas a la vida real.

Primero una que ya sabemos manejar por

nuestra experiencia anterior,

y luego con otras dos o tres cercanas

pero suficientemente distintas para

facilitar la transferencia y la detección de

oportunidades de utilizar lo que saben.

Se trata de hacer real

La autonomía de las instituciones educativas

para diseñar y desarrollar sus programas.

Se trata de reducir las listas de contenidos,

conocimientos y habilidades para seleccionar

los más afines a las competencias para la

vida real,

a las competencias ciudadanas y

al desarrollo de las potencialidades del país.

No es fácil

diseñar buenas situaciones-problema

o buenos proyectos integrados,

ni tampoco desarrollarlos en clase.

No es fácil involucrar a otros colegas y directivos para emprender proyectos integrados de varias áreas,

con impacto en la comunidad vecina y en toda la ciudad.

No es fácil evaluar el avance

en las competencias.

Eso requiere nuevas competencias de

evaluación,

además de las que ya habíamos

desarrollado,

y aprender a hacer nuevas preguntas.

Ninguna es pues tarea fácil...

pero de su éxito o fracaso depende el

éxito o fracaso de otro siglo más de

educación…

o de deseducación

y un siglo más de atraso del país.

Se trata de expandir el

conocimiento

que sirve para lucirse como “buen

estudiante”,

–pero suele quedarse inerte–

hacia el conocimiento actuante

que sirve para ejercer la ciudadanía,

pasar de competente a experto y

potenciar las capacidades del país.

La clave es pues pasar…

del conocimiento inerte… al

conocimiento actuante,

del conocimiento inactivo… al activo;

del conocimiento inoperante… al

operante.

Eso es para mí “enseñar por

competencias”,

O mejor todavía,

ayudar a los y las estudiantes a aprender

por competencias,

y a desarrollar sus competencias.

Por eso, si alguien todavía está en contra

del discurso de competencias,

se resigna a que sigamos graduando

bachilleres y profesionales incompetentes.

Se trata pues de

expandir las fronteras del espacio del

aula y de la Institución educativa,

para que nuestros egresados estén

listos para pasar de competentes a

expertos en alguna disciplina o

profesión,

Y así dirigir su mirada…

desde el aula de clase hacia

la ciudad,

el país,

Latinoamérica

y el mundo.

F I N

o comienzo del trabajo...

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