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    Nelly Schnaith

    Lo visible y lo invisible en la imagen fotogrfica, Nelly Schnaith, Madrid, La OficinaEdiciones, 2011, 207 pp.

    Arrojando luz sobre la fotografa

    Hasta hace relativamente poco tiempo la mayora de los trabajos que abordaban el hechofotogrfico lo ha can de sde u na d imensin hi strica o t cnica. E sto pr ovoc un ajustificada denuncia: haba cierta carencia de investigaciones que explorasen la imagenfotogrfica con intencin de desgranar su ontologa, de entender esta disciplina como unmedio cuyos frutos eran susceptibles de analizarse tal y como llevaba hacindose, desdehaca muchos aos, con el cine (por sealar una manifestacin que cuenta en su haber conuna slida t radicin terico-crtica). Ha llegado el momento de abandonar esa le tana ycomenzar a r eivindicar q ue, ya s , podemos c ontar c on un nu trido grupo d e ob rasencargadas de estudiar la sintaxis fotogrfica superando los lmites que imponan lostratamientos t cnicos o histricos (p. 11) sealados por la autora de este volumen.Libros como el re seado e n estas p ginas m uestran e xplcitamente la i ntencin detrascender lo, hasta la fecha, puramente fotogrfico (la mera reunin de un puado defotografas a compaadas de di versos nombres p ropios y c iertas e specificidadesanecdticas) para adentrarse en la caverna de la imagen fotogrfica o, ms bien, en lascomplejidades de un lenguaje que ha soportado durante demasiado tiempo el peso de lahuella barthesiana.

    Lo visible y lo invisible en la imagen fotogrfica, ttulo inspirado en la inconclusa obra deMerleau-Ponty y homenaje confeso al filsofo francs, se presenta como una serie de seisensayos y una oportuna addenda e scritos por la f ilsofa y p rofesora a rgentina N ellySchnaith. Sumadas a e stos te xtos, en contramos n oventa f otografas es tratgicamenteseleccionadas y distribuidas a lo largo de las doscientas pginas del libro para cumplir unadoble f uncin: p rimero, ilustrar (o ms b ien e sclarecer, como subraya la au tora) laexhaustiva argumentacin de cada ensayo y, segundo, inspirar al lector-espectador queencontrar en estas pginas curiosos juegos visuales e intencionadas apelaciones a sufuncin activa como exgeta de las mismas. Schnaith muestra de esta manera la firmedecisin de predicar con el ejemplo y adapta parte de su trabajo a uno de los principalespilares argumentales presente en estas meditaciones: el espectador es, a estas alturas de lahistoria grfica, coproductor de significados, hermeneuta privilegiado que debe saber leer

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    MJMLOPEZTexto escrito a mquinaeu-topasRevista de interculturalidad, comunicacin y estudios europeosVol. 3, 2012

  • unas imgenes (las fotogrficas) que parecen esconder ms de lo que ensean.

    Schnaith identifica las coordenadas conceptuales de su compilacin de ensayos (tres deellos inditos hasta esta publicacin) a partir de las siguientes preguntas: Qu significaver y hacer ver en una imagen? Bajo qu condiciones es posible hablar de una verdadfotogrfica en esta poca que da por sentadas las mistificaciones de la cmara? En qumedida una foto es realista? Cules son las complejidades secretas del arte del retrato yel autorretrato? Qu relaciones mantiene la fotografa con Eros y Tnatos? (p.13).Encuentro entre estas cuestiones dos detalles fundamentales: por una parte la autoraprescinde, por lo menos en primer trmino, de la pregunta por excelencia en la actualpltora analtica (me refiero a la cualidad digital de la imagen o, por decirlo de otramanera, al trasvase que estara viviendo la fotografa de los haluros de plata a los pxeles,del lbum al icloud con los consiguientes debates sobre los flujos de informacin y elabandono del estatuto material de la imagen); y, por otra, a pesar de ello, en ningn casoelude episodios fundamentales en el estudio de la imagen fotogrfica, pues son estas seishiptesis de partida fiel reflejo de los temas por excelencia tratados a lo largo de la historiade la percepcin y de la representacin, es decir, a lo largo de la historia visual de lahumanidad.

    As, Schnaith encara con intencin pedaggica y en muchos casos demostrativa (ancuando declara su palpable distanciamiento de la ingenuidad probatoria en lo que a estascuestiones respecta la conjetura en estos temas es un camino ms honesto que lademostracin (p. 103), dir, debates ineludibles en el campo fotogrfico revisados, esos, a la luz del actual contexto histrico y social de Occidente. Por eso, la autora comienzapreguntndose por el peso de la mirada en la construccin fotogrfica o, dicho de otramanera, revisa la mxima gombrichiana que anunciaba aquello de que no existe el ojoinocente para concluir despus que, hoy por hoy, podemos sostener tal axioma sin riesgo aequivocarnos. H undiendo s u a rgumentacin en la c osmogona d e l a visin, Schnaithrepasa la u topa de la percepcin objetiva el ilusionismo icnico (p . 19) que haacompaado hasta e l hartazgo a la prctica fotogrfica y dictamina que lo pre-vistosiempre se cuela por las porosidades de lo visto. Los objetos, aquello a retratar, son paraSchnaith pretextos necesarios que en verdad remiten a imgenes extradiegticas, a unespacio en off, obligadamente ausentes en el encuadre. La ilusin realista, el conocidoefecto realidad en palabras de Barthes, ese vaciado del signo (Barthes, 1987: 187)que no s ha ra regresar a la p lenitud referencial e vitando el incmodo e scaln de larepresentacin (de la mediacin del lenguaje) para dejarnos de bruces ante la realidad, nosera ms que un estigma superado a da de hoy por la imagen fotogrfica.

    La fotografa ya no es el sustituto del acontecer. Esta imagen a priori esttica ha pasado aentenderse como una creacin que muestra los entretelones de irrealidad y fantasa (p.47) arraigados en la propia concepcin de lo real. Pero si nos detenemos en el anlisis unpoco ms, explica Schnaith, veremos cmo lo que principalmente se tambalea en esecambio de estatuto de la imagen fotogrfica es, en verdad, la idea acerca de la escurridizae in tangible dimensin d e la r ealidad, e stado q ue slo a tisbamos a p artir d e sus h ijosbastardos: palabras e imgenes. Entonces tienen cabida para la autora ciertos pasajes de lateora psicoanaltica que vendran a apuntalar, y a revisar, la maltrecha construccin delprincipio de realidad. La realidad no es un mero producto discursivo al que accedemosdesde sus reflejos simblicos (desde las fotografas, por ejemplo), una construccin salidade las m anos d e h ombres-demiurgos, s i no qu e, m s bien, u na pa rte d e l a m ismainevitablemente se transfuncionaliza el trmino es de Zizek (2004: 5) en ficcin paraser deglutida, tragada. O, dicho en pa labras de Schnaith: toda re-presentacin es, enparte, invencin de lo visible [] supone una des-organizacin de la realidad previa acualquier r e-organizacin icnica d e l a m isma. En es te p roceso q ue va d e l adesorganizacin a la reorganizacin cabe la creatividad (p. 59). Para hacer pasar estencleo duro de la representacin (tomando ahora el trmino con pinzas), Schnaith apela aenfoques tericos que inevitablemente exceden los lmites de las superficies icnicas y sehace eco, adems, de ideas sartreanas: Ya es tiempo de que diga por fin la verdad, perono la podr decir si no es en una obra de ficcin (p. 94).

    Entonces, dnde quedara la funcin informativa de la fotografa?, se habra terminadola cap acidad co municativa d e u na imagen que ad ems de sus p ropias l imitacionesconstitutivas encuadre, composicin, punto de vista porta una mentira congnita, unpecado original?, cmo asumir el papel de la fotografa en un mundo saturado y definidopor iconos, en un mundo donde el acceso a lo real se hace a partir de unas imgenes-mediadoras que no slo delimitan lo visible, sino que adems lo crean? Una vez ms, nosexplica Schnaith, lo que est en juego no es el estatuto de la imagen fotogrfica sino, eneste caso, la nocin esencialista de verdad. Hemos pasado de juzgar las fotografas por suadecuacin al referente (ese desprestigio de la retrica que seala la autora) y suautomatismo (o ascetismo denotativo), a introducir en su interpretacin no slo elcontexto de captura y recepcin (de fotgrafo y espectador), sino tambin la dimensincreativa contenida en el t ejido de lo real. Nos d ice Schnaith [] es desde el tipoespecfico de distancia que la foto instaura respecto a la realidad desde donde es posiblepensar la validez o la fraudulencia de su mensaje (p. 102). Y la distancia para la autorano es otra cosa que la firma personal de cada fotgrafo, la retrica, la apelacin al tropo,el esquema referencial de cada creador y, tambin, de cada lector. Por tanto, slo desdeesta distancia, d esde es ta nueva p osicin, puede i nformar l a f otografa y s eguircumpliendo s u imp rescindible f uncin c omunicativa en n ingn c aso r eida ( nunca loestuvo) con ciertas derivas artsticas.

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  • Dos de los ensayos y la citada addenda tienen especial relevancia en este libro, creo yo,por condensar las argumentaciones sostenidas hasta el momento y enfrentarlas, cara acara, con el arte del retrato y del autorretrato fotogrfico. El ttulo Mirar en otra miradanos da una idea de los derroteros que toma el discurso de Schnaith para con la prctica deesta disciplina: el retrato fotogrfico es para la autora un choque de percepciones o, msbien, el duelo entre dos ilusiones (p. 158), batalla librada por fotgrafo y fotografiado enla produccin del ms subjetivo de los documentos. Retomando lo dicho a este respectopor un nutrido grupo de fotgrafos (Edward Weston, Eugene Smith, Diane Arbus, BillBrandt, Henri C artier-Bresson, P aul Strand o Richard Avedon, p or c itar algunos),reflexiona sobre la ambigedad de una prctica que cristaliza, como lo hace el propio actode mirar, la identidad del otro dejando en esa clausura enormes brechas por las que secuelan tanto el modelo como el espectador. Schnaith vuelve a trastocar la ya de por sdifuminada nocin de autora fotogrfica, y roza la idea del autor mltiple en un medioque nunca tuvo una posicin en firme sobre el ltimo y definitivo creador de sus destellos.

    La autoexploracin fotogrfica descrita por Schnaith deja lugar, adems, para los mscomplicados desdoblamientos de la identidad (o esa entelequia a la que intentaramosparecernos de manera obsesiva). Tomando como punto de partida el espejo sedicioso, esdecir, la prctica del autorretrato, repasa ciertas hibridaciones de la personalidad grficaque actualmente modulan la deforme (por moldeable) concepcin de identidad. Tienencabida en su obra, desde Narciso o los enamoramientos ante el propio reflejo en unmomento donde parece que tener una imagen trasciende a tener un sujeto, hasta lamscara como pose inevitable que tratamos de alcanzar, pasando, en ltimo lugar, por eldoble que se esconde en la prctica del autoclik. Ser precisamente ese otro yo, cogulodel propio rostro, e l que en un e jercicio de t rampantojo nos haga pensar en e l sujetoausente de la imagen (aquel que dispara la cmara) como un avatar de lo que sera laautntica identidad: la identidad fotogrfica.

    Schnaith acude, ya en las postrimeras del libro, a la psicologa de la percepcin paramatizar algunas de las argumentaciones vertidas sobre el cincelado de la identidad. Lacitada manifestacin identitaria, siempre virtual, habra encontrado en la fisionoma elcampo perceptivo por excelencia (p. 194) para reflejarse sin abandonar su continuaactitud insurrecta, transformista. As las cosas, los retratos fotogrficos son para la autoraexpectativas ( propias y a jenas) a las q ue n os aco gemos, ab stracciones cercanas aldenominado milagro de la cmara (p. 197) surgido, no sin cierta paradoja, de lo queSchnaith identifica como la falta fundamental en el medio fotogrfico. Es el tiempoentendido este como el paso de la accin en la imagen, el durar que explicara en suOntologa de l a imagen f otogrfica B azin (2 004) un pa rmetro inexistente e n l afotografa que describe la autora, pero, a pesar del evidente escamoteo de humanidad, ladisciplina fotogrfica es capaz de proporcionarnos retratos ms que convincentes. Y ah,precisamente, en esa brecha para con lo real, en ese vaco que es la inmolacin deltiempo y de l movimiento (p. 133) (ms patente si cabe cuando es la f igura humanadetenida, retenida, la que se revela en la superficie fotogrfica) reside, o ms bien secuela, lo invisible en lo visible.

    Referencias bibliogrficas

    BAZIN, Andre (2004), Qu es el cine? Madrid: Rialp.

    BARTHES, Roland (1987), El susurro del lenguaje. Barcelona: Paids.

    ZIZEK, Slavoj (2004), Fotografa, documento, realidad, Letra Internacional, n 85, p.5.

    Nieves LimnUniversidad Carlos III de Madrid

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