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\ DECIMA NOVENA CARTA PASTORAL mwmà Ai r&màMM T 4 L 0 8 I Ü L 1 S DE LA DIOCESIS DE SONORA Y DEL VICARIATO APOlSTOLICO D E L A BAJA CALIFORNIA. BX87 4 . L 6 D4 1892a c.l HERMOSILLO, 1892. fe f'P ip. de A. RAMIREZ, Calle del Comercio, num. 67.

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    DECIMA NOVENA

    CARTA PASTORAL mwm Ai r&mMM T 4 L08 I L 1 S

    DE LA

    DIOCESIS DE SONORA Y DEL

    VICARIATO APOlSTOLICO

    D E L A

    BAJA CALIFORNIA.

    B X 8 7 4 . L 6 D4 1 8 9 2 a c . l

    H E R M O S I L L O , 1 8 9 2 .

    fe f ' P ip. de A. R A M I R E Z , Calle del Comercio, num. 67.

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    DECIMA NOVENA

    CARTA PASTORAL

    D E L A

    DIOCESIS DE SONORA Y D E L

    VICARIATO APOSTOLICO

    D E L A

    BAJA CALIFORNIA.

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    H E R M O S I L L O , 1 8 9 2 .

    Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria

    Tip. de A. RAMIREZ,, Calle del Comercio, nm. 67.

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  • 1080026538

    FONDO EMETERIO VALVEROYTELUs

    Nos, Herculano Lpez, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostlica Obispo de Sonora y Vicario Apostlico de la Baja California.

    A nuestro Venerable Clero y todos los fieles de nues-tra Dicesis y del Vicariato Apostlico. Salud, gra-cia y paz en el Corazn amantsimo de Nuestro Se-or Jesucristo-

    ' E N E R A B L E S Hermanos y muy amados h i jos : Muy pocos aos antesque un monje descarado y aps-

    tata y un rey impdico arrastraran la apostasa y la perdicin una no pequea par te de Alemania y de Ingla-

    terra , Dios Ntro. Seor quiso indemnizar, y ciertamente con venta-ja, su Iglesia, trayendo al conocimiento de la verdadera Religin pueblos y naciones, que por largo tiempo vivieran en las tinieblas y en las sombras de la muerte. As lia sucedido siempre; y cuando Lutero en Alemania y Enrique V I I I en Inglaterra acaso ya preme-ditaban su defeccin y la de muchos, Dios Nuestro Seor suscit del polvo i un hombre pobre y humilde, pero fervoroso creyente, de caridad ardiente, que, calculando que la tierra firme no poda estar reducida lo que se conoca, sino que aquende el Atlntico deba de haber otras tierras y otros hombres, que acaso no cono-ceran al verdadero Dios, ni alcanzaran los frutos saludables de \ la Redencin; no poda encontrar reposo en su corazn, y senta vivamente que aquellos hombres estuviesen pereciendo, porque no tenan quien les ensease el camino de la salvacin.

    Pero que' hacer? Aquel hombre providencial carece de los re-cursos necesarios para una empresa de tamaa magnitud. Neg-banselos los poderosos, calificando de insensata la empresa y de loco al que la concibiera. Mas Cristbal Coln no desmaya: llama todas las puertas, y todas las puertas se le cierran. Ocurre al rey de Portugal, y este soberano, ya por malos informes, ya por-que quiso tomar por su cuenta la empresa, desecha las proposicio-nes del ilustro Genove's, que, cierto de que las obras de Dios en-cuentran cada paso contradicciones, insiste en su propsito. Se dirige su patria; pero porque ningn profeta tiene aceptacin en su patria, es despedido con desprecio. Lo mismo acontece en la

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  • Repblica de Venecia. El rey de Inglaterra Enrique V I I no lo recibe mejor.

    Despues de sufrir tautas repulsas, decepciones tn crueles para el que no deseaba sino extender el reino de Nuestro Seor Jesu-cristo, Cristbal Coln regresaba su patria; pero accidentalmen-te tuvo que detenerse algunos dias en un monasterio que encontr su paso. En aquel lugar de oracin encomend Dios el nego-cio, y le suplic que si la empresa era de su divino agrado, ablan-dara los corazones de los hombres, para que estos la protegieran.

    Pasado algn poco de tiempo, por consejo del Rev. P. Guar-dian de la Rvida, se dirigi Crdoba, donde resida entonces la Corte de Espaa. El proyecto no fue all recibido mejor que en otras partes. Los enormes gastos de la guerra contra los Sarrace-nos que invadieran Espaa desde el ao de 711, la malicia de algunos, y sobre todo la astucia de Satans, que quiso impedir una obra de la que habin de venir tanto incremento la Iglesia Catlica:motivos fueron estos para que el ilustre Genovs sufrie-ra nueva repulsa.

    Alistse entonces en los ejrcitos cristianos para ayudar la guerra contra los Moros, y despues de haberse distinguido por su valor en varias acciones, vuelve al convento de la Rvida, pensan-do dirigirse a la Corte de Francia, en solicitud de recursos para ejecutar la empresa, de que no desista.

    Pero la Providencia divina tena reservado la catlica Espaa el honor de llevar al Nuevo Mundo la f, y con ella la civilizacin cristiana.

    Mas de seis aos liabian transcurrido der.pues de la primera ne-gativa por parte de la corte de Espaa. La reina Isabel deseaba volver ver al valiente Genovs. Este fu llevado ante la catlica Magostad, y entonces desaparecieron todas las dificultades: ven-cironse todas las repugnancias, y aunque las arcas reales estaban exhaustas por los enormes gastos de la guerra contra los infieles, para arbi t rar recursos, la rina manda vender sus alhajas y con el producto de ellas se alistan tres embarcaciones, y el valeroso Ge-novs, lleno de f y de esperanza, se dispone surcar los mares hasta entonces inexplorados.

    El dia 3 de Agosto de 1492 zarpan las naves en el puerto de Pa-los. La orden de marcha fu esta palabra pronunciada con acento de plena confianza por el Almirante Cristbal Coln: " E n el nombre de Jesucristo, .marchemos!" Ninguna obra que se em-prende en tan augusto nombre y por la gloria de Dios y el bien de las almas, puede fracasar, y as sucedi.

    Despues de muchos sufrimientos, y de t rabajos no comunes, que vinieron, ya de parte de los' elementos, ya de parte de la gen-te de mar que le acompaaba, Cristbal Coln, mostrando siempre una calma, una paciencia muy superiores las fuerzas humanas,

    descubri el Nuevo Mundo, el inundo que buscaba. Dos meses y diez dias despues de haber zarpado en el puerto de Palos, el dia 12 de Octubre, dia viernes, dia en que fu consumada la grandio-sa obra de la Redencin del humano linaje, despues de una nave-gacin mas que heroica, el inmortal Coln eriga una Cruz, y postrado en tierra la adoraba, en este mundo ignorado, cuya exis-tencia habia sospechado primero y despues asegurado.

    Este es, pues, venerables hermanos y muy amados hijos en Je -sucristo, el acontecimiento que tenemos que celebrar el prximo dia 12 de Octubre del presente ao, cuarto centenario del descu-brimiento do Amrica. Y como la religin fu la que sospech la existencia del Nuevo Mundo, y la religin busc los medios de descubrirlo, y la religin llev cabo tan rdua empresa, la re-ligin corresponde celebrar con la solemnidad posible el cuarto centenario del descubrimiento de Amrica, que fu el principio de la regeneracin religiosa y social de una multitud de naciones brbaras y fieras, que lo habitaban.

    Por eso Ntro. Smo. Padre el Sr. Len X I I I nos excita todos los catlicos de Espaa, I ta l ia y de Amrica, invita todos los del orbe, para que en dicho dia 12 de Octubre prximo, rinda-mos humildes acciones de gracias al Ser Supremo por haber lla-mado, con el descubrimiento de Amrica, al conocimiento del verdadero Dios y al gremio de la Santa Iglesia Catlica, tantos pueblos que adoraban Satans, en sus dolos.

    Escuchad, venerables hermanos y muy amados hijos en Jesu-cristo, la voz del Vicario de Dios, Nuestro Padre y Pastor espiri-tual, en sus Letras Encclicas, dirigidas en 16 de Julio prximo pasado, todos los Arzobisposy Obispos de Espaa, Italia y Am-rica. Son como sigue:

    Encclica de Su Santidad. . V JiX1 '>* ' , A los Venerables Hermanos Arzobispos y Obispos de

    Espaa, de Italia y dlas Amricas. Len Papa XIII.

    Venerables Hermanos: Salud y Bendicin Apostlica Al concluir el cuarto siglo desde el dia en que, bajo los auspicios

    divinos, el intrpido genovs, el primero entre todos, lleg las desconocidas playas de mas all del Ocano Atlntico, van los pueblos llenos de jbilo celebrar con sentimientos de gratitud

  • - 6 la memoria del grande acontecimiento y enaltecer su autor Y eu verdad que no se podia fcilmente encontrar ocasin mas dig-na para despertar el entusiasmo y exaltar los nimos.

    El hecho en s mismo es el mas grande y maravilloso de cuan-tos se han visto en el orden de las cosas humanas, y el hombre que lo llevo efecto no es comparable, sino con los muy pocos d e los que han sido grandes por fortaleza de nimo y elevacin de ingenio. Broto para l del inexplorado abismo del Ocano un nuevo mundo: millones de criaturas racionales salieron del olvido y de las tinieblas para integrar la familia humana y de brbaras tornronse en civilizadas: y lo que es de mayor infinita impor-tancia, de perdidas como lo estaban pasaron ser regeneradas con a esperanza de la vida eterna, gracias la participacin de los

    bienes sobrenaturales, t rados la tierra por J E S U C R I S T O La Europa, sorprendida entonces con la maravilla, con la novedad y con la grandeza del portento, estim en su justo valor el impor- ' tante servicio de que era deudora Coln, y las colonias estableci-das en America, las comunicaciones incesantes, la reciprocidad de servicios y deberes amistosos, y el desarrollo del comercio marti-mo, dieron impulso poderoso las ciencias naturales, al poder y Ja riqueza nacionales con incalculable incremento del nombre eu-ropeo.

    Por estos motivos, entre las varias manifestaciones honorficas y en este concierto de congratulaciones, no quiere permanecer muda la Iglesia Catlica, acostumbrada como lo est promover y acoger con buena voluntad, segn sus facultades, todo lo que es honesto y laudable. Es cierto que la Iglesia reserva los supremos honores para el herosmo de la virtud moral en cuanto encamina a la vida eterna, pero no por eso desconoce ni tiene en poco apre-cio los dems herosmos, y se complace siempre en honrar los benemritos en el orden de la comunidad civil, y todos los que viven por su gloria en la memoria de las generaciones. D I O S es admirable, sobre todo en sus santos; pero el sello de lo divino bri-lla tambin de modo maravilloso aun en los hombres de genio pues el genio es un don gratui to de D I O S nuestro Creador y Pa-dre. J

    Pero ademas de estas razones de orden general, tenemos otros motivos muy especiales para conmemorar, congratulndonos al mismo tiempo, la inmortal empresa. Coln es el hombre de la Iglesia. Por poco que se reflexione acerca del principal fin que lo indujo explorar el mar tenebroso y acerca del modo con que lo hizo, es cosa fuera de duda que en el intento y en la ejecucin de la ardua empresa tuvo una parte principal y decisiva la f catli-ca; de manera, que aun por este ttulo, el gnero humano tiene una grande obligacin para con la Iglesia Catlica.

    Impvidos y constantes exploradores de tierras desconocidas v

    - 7 de ms desconocidos mares, antes y despus de Coln, han existi-do varios; y est muy puesto en razn, que la fama haga memoria de sus obras benficas y celebre perennemente su nombre, supues-to que lograron ampliar los horizontes de la ciencia y de la civili-zacin y aumentar el bienestar pblico; y todo esto, no con leve esfuerzo, sino merced constantes trabajos y exponindose gran-des peligros.

    Pero entre estos y Coln hay gran diferencia. La nota caracte-rstica de Coln consiste en que al atravesar y surcar los espacios inmensos del Ocano tena fija la atencin en un objeto mas ele-vado y superior que los otros. No porque para l nada valiese la complacencia nobilsima de avanzar en la ciencia y merecer bien de la familia humana; ni porque no estimase la gloria cuyos estmulos sienten mas los que son mas grandes; ni porque despreciase las ventajas de los bienes materiales; sino porque sobre todas estas razones campe en e'1 y domin el sentimiento de la religin de sus padres, de la que sac sin duda la inspiracin del gran pensa-miento, y constante en la ardua empresa, razones, fuerza y valor para llevarla su trmino; porque est demostrado que lo que se propuso y quiso principalmente, fu abrir el camino al Evangelio por medio de nuevos mares y nuevas tierras.

    Es to poda parecer menos verosmil los que limitando todo pensamiento y todo cuidado los estrechos limites de este mundo sensible, rehusan levantar los ojos lo mas alto.Por e1 contrario, las almas verdaderamente grandes aspiran fines mas excelsos; porque estn mas bien dispuestas los santos entusiasmos de la f. De esto provino que persuadido por argumentos astronmicos y por las antiguas tradiciones de que al otro lado del mundo co-nocido deban encontrarse, por la parte del Occidente, grandes terri torios de pases inexplorados, la f presentaba su nimo, poblaciones inmensas, envueltas eu las tinieblas ms deplorables, sumergidas en las supersticiones de la idolatra y con sus ridiculas ceremonias. Grande infelicidad, sus ojos, la de pasar la vida con hbitos salvajes y costumbres feroces; pero mayor todava incomparable, la de ignorar cosas de capital importancia, y no te-ner ni aun idea del D I O S verdadero y nico.

    Y por esta razn, persuadido de tales pensamientos, se propuso ms que ningn otro fin, extender en el Occidente el nombre cris-tiano y los beneficios de la caridad cristiana, segn aparece en to-da la historia del descubrimiento. Y de hecho cuando propuso los reyes de Espaa Fernando Isabel, que acometieran la empre-sa, manifest claramente su fin, aadiendo: que la gloria de Sus Mage&tades vivira imperecedera si consentan en llevar tan remotas regiones el nombre y la doctrina de JESUCRISTO. Y no mucho despus, cumplidos ya gus deseos, consign por escrito: que. peda al Seor que hiciese con su divina gracia, que los reyes (de Espaa)

  • - 8 -perseveren en la voluntad de, propagar en las nuevas regiones y en los nuevos pases la religin cristiana. Apresurndose implorar del Papa Alejandro VI que le mandase misioneros, le escribe: espe-ro que con el auxilio de DIOS, podre establecer en todo el mundo el santo nombre y el Evangelio de JESUCRISTO. Y creemos que de-ba estar lleno de jbilo, cuando al llegar de su primer viaje escri-ba de Lisboa Rafael Snchez: que deban darse gracias a. DIOS inmortal par haberle concedido tan prspero suceso.

    "Que JESUCRISTO seregocige y triunfe ac en la tierra, como se regocija y triunfa en los cielos, por estar prxima la salvacin de tantos pueblos, cuija herencia, hasta ahora, haba sido la perdicin. Y que si Fernando Isabel les aconsej no permitiesen sino los cristianos catlicos navegar hcia el Nuevo Mundo, y que slo ellos estableciesen trficos de comercio en aquellos pases, la razn que tuvo para esto fu, la de que : el plan y la ejecucin de su empresa, no tena mas objeto que el incremento y honor de la religin cristiana. Y esto lo conoci clarameute Isabel, que mejor que ningn otro saba leer en la mente del grande hombre; estando hoy fuera de duda , que aquella piadossima princesa, de espritu varonil y ni-mo excelso, no se propuso otro fin. Escr iba acerca de Coln: que atravesara en efecto, valerosamente el vasto Ocedno con el fin de lle-var efecto una empresa de grande importancia para la glora de DIOS.

  • miento se dieron D I O S inmortal y providentsimo, publicas gra-cias, anticipndose dar el ejemplo el Pontfice, asi tambin aho-ra a! celebrar la memoria del felicsimo acontecimiento, juzgamos que deue hacerse lo mismo. Disponemos por esto, que el da 12 de Octubre, el domingo siguiente, si as lo juzga conveniente el Ordinario del lugar, en las Iglesias Catedrales y Colegiatas de Es-paa, de Italia y de Amrica, despus del oficio del da, se cante solemnemente la misa de Sanctmima Trinitate.

    Confiamos que en las otras regiones no mencionadas arr iba se har igual cosa iniciativa de los Obispos, conviniendo que todos concurran celebrar con piedad y reconocimiento un suceso que fu provechoso todos.

    Eutre tanto, como augurio de los favores divinos y prenda de Nuestra paternal benevolencia, vosotros Venerables Hermanos, y al Clero y pueblo vuestro os impartimos afectuosamente en el Seor la bendicin apostlica.

    Dado en liorna, csrca de San Pedro, en 16 de Julio de 1892, d-cimo quinto ao de Nuestro Pontificado.

    Len Papa XIII.

    Secundando los deseos y obedecindolas rdenes de Ntrc. Smo. Padre, disponemos para nuestra Dicesis los siguiente:

    1 Q u e el dia 12 de Octubre prximo se cante solemnemente, en nuestra Sta. Iglesia Catedral la Misa votiva de Sa nctissima Trinitate, con Gloria y Credo, y con exposicin del Smo. Sacramento. Con-cluida la misa, se cantar el Je Deum y las preces y oraciones co-rrespondientes. Esto ltimo se observar tambin en las Iglesias parroquiales, aun en el caso en que la misa, que ser la del dia, fuere rezada.

    2 . Que nuestros sacerdotes procuren, en cuanto les sea posi-ble, aplicar la misa de ese dia en sufragio por l alma de Cristbal Coln y de sus compaeros en aquel viaje.

    3 . Que en dicho dia puedan los fieles de toda la Dicesis y del Vicariato Apostlico ganar una de las t res indulgencias plena-rias que, cun facultad de la Santa Sede, podemos conceder cada ao. Para ganarla se necesita haber confesado y recibido la San-ta Comunin, y visitar el templo Catedral parroquia'!, rezando una estacin al Smo. Sacramento con el ofrecimiento ordinario: Suplicte, Padre Eterno.

    Preparmonos, pues, venerables hermanos y muy amados hijos en Jesucristo, para celebrar dignamente el cuarto centenario del descubrimiento de Amrica, dia feliz en que por la primera vez empez brillar eu nuestro suelo la luz admirable de la f, que Dios Nuestro Seor s.xlgH conse f r s para nuestra felicidad temporal y eterna, c o n e j o desea vuestro indigno Padre y Pastor

    en Jesucristo, y os enva con esl}n