Un Cuento Para Variar

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  • UN CUENTO PARA VARIARDiego Fernando Robles SilvaA modo de comparacin hare mi reflexin, no s si ser la verdad pero es mi opinin, de usted amigo lector depender su reaccin, no espero retribucin pues es mi contribucin, para crecer como ciudad, para cada da ser mejor.Una vez en un tiempo no tan lejano haba una bella ciudad llamada la Castellana, donde naturalmente crecan flores de todo tipo, entre ellas estaban las orqudeas, las cuales aunque crecan no tenan mucha acogida y no eran valoradas, frente a esto el rey un da anuncio el festival de las orqudeas, el mismo que gener expectativas y por ganar popularidad surgieron criadores, cultivadores, maestros, que enseaban a sembrar y cosechar tan bella flor, donde aprendieron nadie lo saba, pero en el pas de los ciegos el tuerto es rey.Sin embargo faltaba un detalle muy importante, un algo que hasta se momento a muy pocos les haba importado, encontrar compradores o personas que amen y gusten de las orqudeas, sin ello el gran festival sera un fracaso, no era posible que el un cultivador presente sus muestras a otro cultivador y as se presenten las muestras solo a un pequeo grupo, deba llegar al gran pblico; y ms cuando se anunciaba que se traeran muestras de otros pases, de otras ciudades. Mucho se discuti al respecto, acaso nuestras orqudeas se decan, estarn en condiciones de competir o compararse a las de otros lugares, pues en la ciudad la siembra, cuidado y cultivo era por decirlo un poco artesanal, y por ser las orqudeas una flor no tan popular, no contaba con el auspicio, ni apoyo de los encargados de la floricultura.Pero como hacer que a la gente del lugar le guste y aprecie de la belleza de tan singular flor se le prendi el foco a la reina de abejas, la que se nutra del nctar de las flores, y organizaron una exposicin ms pequea, al inicio se presentaron todos los amantes de las orqudeas, a tal evento lo llamaron Orqudeas de la castellana, pero algo paso, con el trascurrir el tiempo la reina se qued sola con sus znganos, los otros cultivadores se apartaron y siguieron viendo desde lejos como se manejaban y se manipulaban los hilos de la orquideocultura del lugar.Y ahora como seguimos ganado pblico, como hacemos que la gente ame las orqudeas de la ciudad, sigamos con nuestro encuentro, de orqudeas de la ciudad, y para ello se les ocurri la brillante idea, de traer orquidiarios de otras ciudades, grandes empresarios de las orqudeas, muy buena idea as pues, hicieron que la gente de la castellana amar las orqudeas, aunque paradjicamente no haba ni una sola orqudea de la Castellana en las exposiciones de Orqudeas de la Castellana. Se les paso ese pequeo detalle, pero por lo menos estamos trayendo y presentando Orqudeas la reina y su sequito se justificaban, pero se olvidaron un detalle, los habitantes aunque aprendieron a amar las orqudeas, pero se ensearon apreciar las de afuera, las de otro lado, y menospreciaron las orqudeas locales, para que ir a verlas a estas aunque sean gratis, cuando se puede pagar por ver extranjeras, y as naci la Castellana quedo como la ciudad que ama las orqudeas de afuera, pero se olvid que en su tierra tambin crecen y muy bellas esta hermosa flor la ciudad donde cada a lo largo del ao se realiza la exposicin de orqudeas de la ciudad, pero donde no hay ni una sola d estas flores locales en l; y colorn colorado, el cuento no ha terminado, recin empieza, lo que sigue la historia lo va dictando.Ahora, y solo por jugar, lo invito a cambiar las palabras en lugar de flores ponga artes, en lugar de orqudeas ponga teatro, en lugar de cultivadores, ponga actores, grupos o directores; el nombre de la reina y de su sequito ponga su nombre o quien quiera atribuirse tan digno ttulo hgalo, no me enojo, y ahora si vuelva a leer el cuento, si encuentra algn parecido con la realidad de su ciudad, es pura intencin ma, no es casualidad, es mi forma de darle voz a todos aquellos que callan, como deca un locutor de mi ciudad hace tiempo. Por qu callar sera como traicionar salen estas letras de mi impotencia por estar lejos y no poder hacer ms. Por una cultura de vida. [email protected]