Uladech Julia

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^^AO DE LA DIVERSIFICACION Y DEL FORTALECIMIENTO DE LA EDUCACION^^ UNIVERSIDAD CATOLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA.

EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO EN EL CUIDADO Y TRATAMIENTO EN PACIENTES ONCOLOGICOS.

ALUMNA : JULIA KLEDDY RIOS BARRANTES. CURSO : PSICOLOGIA ONCOLOGICA

CICLO : VIII

UCAYALI- PERU 2015

Introduccin.'El cncer es un sntoma de una enfermedad que desconocemos' segn palabras del Dr. Miguel Maturana, Jefe del Servicio de Ciruga Mamaria del Hospital San Juan de Dios, o como lo sealan Stoller y Marmorston, 'Hay que llegar al convencimiento de que el tejido canceroso no es en s mismo el problema que debe resolverse, sino que lo importante es la aberracin que ha permitido la existencia de un medio favorable para la enfermedad. El cncer no es sino un sntoma, y aislar el sntoma mediante el solo tratamiento es como tratar la esquizofrenia de manera esquizofrnica. Un virus puede ser la causa bioqumica, pero si lo que ha permitido el desarrollo del cncer, es decir, la etiologa bsica, reside en la psique, slo puede producirse la curacin si se conoce esta etiologa. (1) Esta enfermedad est afectada por mltiples factores, tanto en su aparicin y curso, como en su recuperacin. Esto significa, que una aproximacin al cncer rigurosa y ticamente impecable, debe considerar todos los aspectos involucrados, tanto biolgicos como psicolgicos, tanto sociales como espirituales. La psico-oncologa ha surgido como respuesta a esta necesidad y, a pesar de que hay psiclogos trabajando en esta rea desde hace muchos aos, recin en la dcada de los 80 esta disciplina es considerada una rama de la psicologa y se funda la Intenational Psychooncology Society en 1984. Sin embargo, la psico-oncologa entendida como tal, es 'reactiva, preocupndose del apoyo al paciente de cncer, su familia y el equipo, siendo en este sentido altamente necesaria y eficiente. Cubre aspectos relacionados con la psicoprofilaxis de los tratamientos, manejo del dolor, asistencia al paciente en etapas avanzadas de la enfermedad (Cuidados Paliativos), elaboracin del duelo y asesora y apoyo a la familia y al equipo de salud. Esta es la psico-oncologa que se estudia e investiga en los principales Centros de esta disciplina en el mundo: Sloan-Kettering en Nueva York, liderado por la psico-oncloga Jimmie Holland (2), en Kiel con el Dr. Kollenbaum, en Paris en especial en cuidados paliativos y en otros centros del mundo. Nosotros consideramos que sta es slo una parte de los objetivos de la psico-oncologa y que, si pretendemos ser profesionales de avanzada en este campo, debemos dedicarnos tambin a la psico-oncologa proactiva. Esto implica colaborar con el paciente, para descubrir las caractersticas de su estilo de vida que puedan haber infludo en la presentacin de su enfermedad y su curso, y, ayudarlo a revertir estas caractersticas, as como desarrollar polticas de prevencin. No es una excusa que las investigaciones cuantitativas que se realizan a nivel mundial, no hayan entregado suficientes resultados (cuntos son suficientes?) que relacionen estilos de vida y presentacin y curso de la enfermedad, o no asocien stress y cncer, o sistema inmune y cncer en forma categrica (1 y 3).

PSICO-ONCOLOGIA REACTIVA

El campo de accin de la psico-oncologa reactiva es enorme y permite al psico-onclogo apoyar al paciente de cncer desde su diagnstico hasta su recuperacin o muerte, a la familia durante todo este proceso, acompandola si es necesario en la elaboracin del duelo, y al equipo oncolgico, permitindole una mayor coordinacin e integracin. Con respecto al paciente, al recibir el diagnstico siente que se le detiene la vida abruptamente, queda invadido y paralizado por terribles temores, est desorientado y perdido entre mltiples opciones. Esta persona requiere ser apoyada inmediatamente por un equipo multidisciplinario, y no esperar a que haga crisis de angustia o caiga en un estado depresivo. Cualquiera de estas situaciones agravar el problema, har ms difcil la aplicacin de tratamientos y permitir que la persona se deje llevar por un sistema comn de creencias frente al cncer, como que es sinnimo de muerte, de dolor y de desesperanza, etc. Los mdicos parecen dessconocer el potencial de trabajo de un psico-onclogo y con frecuencia no recurren a l hasta que el enfermo est en crisis o cuando sienten que la proximidad de la muerte a ellos los desborda o no saben cmo tratar este tema con el paciente o la familia. Ms adelante, una adecuada psicoprofilaxis de los tratamientos, permitir una mejor tolerancia de ellos y, como consecuencia, posiblemente una mayor efectividad. Basta decir que una persona que entra relajada y bien preparada a una ciruga, se recuperar ms pronto, procesar mejor las eventuales mutilaciones y se reinsertar antes en su vida familiar, social y laboral. Lo mismo ocurre con una adecuada preparacin a la quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, etc. Con respecto al manejo del dolor, el trabajo del psico-onclogo est relacionado con un diagnstico diferencial del dolor, con su evaluacin y tratamiento. Si consideramos el dolor clnico como una manifestacin subjetiva, producto de la integracin de factores fsicos, psicolgicos, sociales, espirituales y culturales, queda en evidencia que la sola participacin del mdico es insuficiente para un buen manejo. Hoy da existen mltiples alternativas de manejo psicolgico del dolor, que representan un gran aporte tanto en los problemas de dolor agudo o crnico, tanto en las etapas iniciales de la enfermedad como en cuidados paliativos. El no abrir al paciente estas opciones, es por decir lo menos, irresponsable. Todos sabemos que hoy es inadmisible que una persona sufra un dolor sin control, considerando las mltiples opciones que posee un equipo multidisciplinario para su manejo. En el rea de cuidados paliativos, considerando la trada - paciente, familia, equipo - (9) la responsabilidad del psico-onclogo es aportar sus conocimientos y experiencia a todos los integrantes de esta trada, evitando al mximo el sufrimiento de cada uno. Esta labor es profunda, sacrificada y muchas veces agotadora, pero la vivencia de acompaar a un paciente y su familia en etapas avanzadas de la enfermedad y en la proximidad de la muerte, es una de las experiencias ms enriquecedoras de la vida. El equipo debe autocuidarse y optimizar sus energas en este trabajo, recibiendo por parte del psicoonclogo las herramientas adecuadas para dar lo mejor de s sin extenuarse. Si a todo esto agregamos los talleres de duelo para la familia, las intervenciones de pareja y familiares, las asesoras en relacin a la sexualidad del paciente con cncer, los entrenamientos en imaginera, visualizacin, relajacin, yoga y meditacin, arte-terapia, consejera telefnica e intervenciones psico-educativas, creemos haber mencionado las reas ms importantes que cubre la psico-pncologa reactiva, tanto en el trabajo con nios, adolescentes, adultos como adultos mayores. En el ejercicio de la psico-oncologa reactiva, es frecuente recibir pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad. Por un lado la familia necesita un apoyo y gua para tratar al paciente y tolerar mejor la tragedia que estn viviendo, por otro, el paciente est dispuesto a recibir cualquier ayuda que le alivie y, por ltimo, muchas veces el mdico tratante acepta la presencia del psiclogo aunque no entienda la utilidad, presionado por la familia y el paciente que estn desesperados y piden cualquier ayuda que les alivie. Otras veces, al formar parte de equipos de cuidados paliativos la labor del psico-onclogo es parte habitual del tratamiento en etapa avanzadas. Hace unos meses, me llamaron a una clnica para atender a una mujer de 40 aos con cncer de pulmn y metstasis cerebrales que se negaba a morir, pese a sus sufrimientos y a conocer su diagnstico cabalmente. Cuando llegu a verla, estaba en un profundo estado de angustia que le impeda dormir haca varios das, pese a la medicamentacin ansioltica e hipntica que estaba recibiendo. Se trataba de una mujer separada con dos hijos de 12 y 10 aos de su segundo matrimonio. Los hijos del primer matrimonio vivan fuera del pas y, por conflictos de familia, ella no se relacionaba con su familia de origen. Su drama era que senta que estaba abandonando a los hijos, se negaba a aceptar su muerte y el no dormir estaba ntimamente relacionado con la posibilidad de no volver a despertar.

PSICO-ONCOLOGIA PROACTIVA

Este trmino ha sido acuado en el Centro de Desarrollo de la Persona y se basa en el modelo terico desarrollado en este Centro y que fue creado por Jens Bcher (10). Sostenemos que para que una persona vuelva a ser sana, debe flexibilizar los 'filtros' (modelos, experiencias, roles, mandatos, imposiciones, etc.) que le impiden ser inocente y que le han llevado a stress, luego a disfunciones y, finalmente, a una enfermedad. Slo el reencuentro con su inocencia, su integracin emotiva, su ntimo modo de ser, su entusiasmo vital, su autonoma, y el quiebre de la instrumentalizacin de s misma, va a permitir que vuelva a ser una persona sana nuevamente. Una y otra vez hemos constatado que, personas con malos pronsticos que hacen cambios profundos, muchas veces recuperan su salud y, como otras, con mejores pronsticos, que no estn dispuestas a hacer cambios, vuelven a hacer una recurrencia. En 1990 realizamos una investigacin cualitativa en ms de 1000 casos e identificamos algunos denominadores comunes que se presentan en las personas con cncer (6). Durante 12 aos hemos hecho el seguimiento de algunos de esos casos: personas con mal pronstico que hicieron cambios notables y profundos y que an estn vivas y enamoradas de la vida. El trabajar con personas en base a este continuo Inocencia-Enfermedad, nos ha permitido crear Talleres de Prevencin del cncer, tanto en el mbito privado como institucional. La Corporacin Nacional del Cncer est realizando una investigacin prospectiva a 5 aos para identificar personas con alto riesgo gentico de presentar cncer de mama. A todas las personas que participan en esta investigacin (a la fecha 1300 aproximadamente) se les ha evaluado psicolgicamente, identificando tambin modelos de alto riesgo psicolgico. Hemos invitado a estas personas a charlas informativas para contarles la influencia que pueden tener sus estilos de vida en la presentacin de la enfermedad y ensearles las posibilidades de participacin que pueden tener en disminuir los riesgos. A continuacin las invitamos a talleres teraputicos y corporales, para ayudarles a modificar aquellas caractersticas y comportamientos que hemos correlacionado con la enfermedad, como bloqueo de las emociones, baja autoestima, autopostergacin, altos niveles y mal manejo de tensin, alto sentido del deber y rigidez valrica con baja vitalidad y dinmica. Hemos visto como en familias donde el cncer se repite de generacin en generacin, aunque no siempre se encuentra el gen responsable (BRCA1 o BRCA2), muchas veces las evaluaciones psicolgicas de madre, hijas y hermanas son muy similares. Esto nos abre un enorme campo de trabajo e investigacin. En este sentido, podemos decir que la labor de la psico-oncologa est recin empezando a perfilarse. Hace 6 aos recib como paciente a una mujer de 54 aos operada de cncer de mama, con compromiso ganglionar. Se trataba de una mujer que, gracias a su esfuerzo e inteligencia, tena un cargo ejecutivo en una gran empresa, a pesar de no tener un ttulo profesional. Haba dedicado su vida a trabajar y construirse una seguridad econmica y haba tenido xito. Estaba casada haca 20 aos y tena dos hijos. Su infancia haba sido difcil debido a que su padre era una persona autoritaria y machista, que haba sido infiel abiertamente. Su madre era una mujer sumisa, dbil y haba muerto de cncer de mama el ao anterior. La paciente haba elegido como pareja un hombre dbil, incapaz de mantener a su familia, pero segn la paciente 'incondicional, bueno y fiel'. Durante el curso de la terapia apareci toda su sensibilidad reprimida por aos, sus emociones bloqueadas, sus temores por no repetir el papel de la madre. Apareci su agotamiento, se derrumb su fachada de seguridad y dureza y se contact con una mujer dulce y blanda que haba sido postergada por aos. Fue necesaria una intervencin de pareja para que aprendiera a dar espacio a su esposo que tambin haba reprimido parte importante de su virilidad y masculinidad para 'evitar conflictos'. Hoy esta persona est bien fsicamente, ha reestructurado su vida, trabaja media jornada, con mucho menos tensin y ha dejado espacio en su vida al arte, a la naturaleza, a la relacin de familia y al yoga. Es el tpico ejemplo del reencuentro con la inocencia, con los potenciales postergados, con la emotividad y con la alegra de vivir.

El final de la vida de los pacientes en una Unidad De Medicina Intensiva

El ingreso de un paciente en la UMI pretende revertir o paliar su situacin crtica, con una atencin sanitaria de calidad que procure el restablecimiento de la salud, el alivio del dolor y del sufrimiento. A pesar de emplear los tratamientos adecuados para cada patologa, debido a la gravedad del tipo de paciente atendido en las UMI, se produce una mortalidad superior a la de otros servicios hospitalarios. Siendo el fallecimiento de un paciente un fenmeno frecuente en las UMI (en Estados Unidos el 20% de las muertes se producen en la UMI1), estudios como el SUPPORT2(A Controlled Trial to Improve Care for Seriously Ill hospitalizad patients: The Study to Understand Prognoses and Preferences for Outcomes and Risks of Treatments) pusieron en evidencia que el tratamiento al final de la vida de los pacientes crticos y la atencin a las necesidades de sus familiares estn lejos de ser adecuados. No siempre se proporcionan los cuidados y procedimientos para conseguir una muerte sin sufrimiento, de acuerdo a las preferencias del paciente y coherente con la prctica clnica y valores culturales. Entre las causas principales destaca la insuficiente formacin en medicina paliativa de los profesionales sanitarios, incluyendo las habilidades de comunicacin3.Cuidados paliativosEl trmino paliativo deriva de pallium, palabra latina que significa capa, capote; etimolgicamente significa proporcionar una capa para calentar a los que pasan fro, una vez que no pueden ser curados. Los cuidados paliativos se centran en el alivio del dolor y del sufrimiento en los pacientes que estn en la fase final de su vida, sea cual sea la causa o enfermedad inicial. En 1990 la OMS defini cuidados paliativos como el cuidado activo total de los pacientes cuya enfermedad no responde ya al tratamiento. Tiene prioridad el control del dolor, de otros sntomas y problemas de orden psicolgico, social y espiritual. El objetivo de los cuidados paliativos es proporcionar la mejor calidad de la vida para los pacientes y sus familiares4.

Evolucin histrica de la tica de los cuidados paliativosLa tica de los cuidados paliativos no es distinta de la de otros mbitos de la asistencia sanitaria, pero se ha de aplicar en contextos de mxima fragilidad, as como de prudencia en la toma de decisiones, en una prctica clnica deliberativa y responsable.Los cuidados paliativos se iniciaron en la dcada de los sesenta en los pases anglosajones con el movimientohospice. Inicialmente el objetivo era conseguir que los pacientes dispusiesen de los das que les quedasen conscientes y libres de dolor, con los sntomas controlados, de manera que estuviesen con dignidad, en su casa o en un lugar similar, rodeados de la su entorno ms clido.Twycross considera que el movimiento hospice tiene sus orgenes en los Hospicios medievales del S. XIX, y posteriormente en los Hospice catlicos de Dubln y Londres. Cecily Saunders es la persona que fund el St. Chistophers Hospice considerado como la cuna de los cuidados paliativos9. Por tanto, en sus inicios los cuidados paliativos han estado muy influidos por las creencias religiosas de las personas que los pusieron en marcha. De hecho su integracin en el sistema sanitario pblico ha sido difcil y actualmente los Hospice funcionan como centros concertados con la Sanidad Pblica10.Los cuidados paliativos se desarrollaron posteriormente en Estados Unidos, gracias a la colaboracin de la psiquiatra suiza, residente en Estados Unidos Elisabeth Kbler Ross11. A partir de aqu, se desplegaron programas de Cuidados paliativos en Canad y en diferentes pases europeos. En Espaa comienzan a abrirse a partir del ao 1984, en Santander y Barcelona. Desde entonces han ido aumentando aunque de manera irregular en todo el territorio. En este contexto, las tres ltimas dcadas han aportado a la visin de los cuidados paliativos la multiculturalidad, como coexistencia de diferentes estructuras sociales y como confluencia de valores12. La mayor esperanza de vida hace coexistir modelos ideolgicos y de familia ms distantes, aumentando las diferencias intergeneracionales.El modelo tico que durante muchos aos tuvo una mayor vigencia, desde el inicio del movimientohospice, fue el de la tica de la conviccin, relacionado tradicionalmente con la tica del cuidado y la tica de los cuidados de enfermera. Se trata de una tica que concede valor moral a los fines pero no a los medios. Es, por tanto, una tica heternoma. Cecily Saunders, fundadora del movimiento hospice inici su actividad como enfermera, y aunque su mentalidad deba estar ms prxima a la revolucin moral y asistencial de Nightingale13, tena algunos rasgos tpicos de la tica de la conviccin. Exista tambin la creencia, en los primeros aos de los cuidados paliativos, de que unos cuidados paliativos correctos solo podan hacerse desde unas convicciones religiosas profundas14. Otros autores han destacado lo que llaman la agenda oculta de algunos profesionales que trabajan en cuidados paliativos, ya que sus iniciativas han estado inspiradas por motivos religiosos15. La confusin existente entre los cuidados paliativos y la lucha contra la eutanasia es otro rasgo de la tica de la conviccin, expresado en los inicios del movimientohospice. Posteriormente la influencia de Norteamrica a favor de los derechos civiles, increment el respeto hacia las decisiones autnomas de los pacientes.La tesis de Diego Gracia en su articulo: tica de los Cuidados paliativos: entre la conviccin y la responsabilidad16, es que los cuidados paliativos han ido evolucionando en los ltimos aos haca una tica de la responsabilidad, considerando a sta como la ms adecuada para elaborar una tica que integre el respeto a los principios y las consecuencias previsibles, permitiendo as tomar decisiones respetuosas, razonables y prudentes. Max Weber acu el trmino de la tica de la responsabilidad en los inicios del siglo XX y trat de dar un valor moral a la realizacin de los fines a travs de los medios disponibles. Es decir, equilibrar principios y consecuencias, lo que Aristteles denominabaphrnesis(prudencia).Podemos afirmar que la biotica desde sus inicios es una tica de la responsabilidad que asume el respeto a todos los seres humanos como un absoluto, en el sentido de que todos tienen derecho a participar en un proceso libre y equitativo de deliberacin.El modelo propuesto por Pilar Arranz y cols17sobre las estrategias comunicativas como mediaciones para la deliberacin moral es un buen modelo de tica de la responsabilidad. Roy y McDonald tambin consideran que la tarea de la tica en cuidados paliativos consiste en elaborar juicios prcticos que tengan en cuenta pacientes concretos y situaciones nicas. Por tanto, nos obliga a un ejercicio continuo de responsabilidad18. La comprensin de la tica del cuidado recibi un gran impulso con el anlisis feminista, especialmente la visin de Carol Gilligan19, una tica de la virtud en el sentido dearetho hbito, en la que no es posible el distanciamiento afectivo a que dara lugar una tica de la conviccin.Uno de los problemas ms importantes de los cuidados paliativos ha sido y sigue siendo delimitar con claridad en qu consiste el bien especfico que prestan a la sociedad, ya que cuando se introducen conceptos valorativos como confort o dignidad, en muchas ocasiones contienen una gran carga de subjetividad. La relacin mdico-enfermo solo puede estar basada en una relacin de confianza y debe de intentar llegar a un modelo deliberativo de relacin en la que el mdico trata de respetar la autonoma del enfermo y de conocer sus valores iniciando con l una deliberacin conjunta para obtener una solucin ptima o menos lesiva20.Concluyendo, la tendencia actual es a considerar la relacin mdico-enfermo como un proceso de negociacin entre personas que se respetan mutuamente en su autonoma en el que el modelo deliberativo es el fundamento tico del mismo21. Ello no implica un relativismo moral, sino la comprensin de los seres humanos como integrantes de una red de dependencias, en la que el cuidado es actitud y prctica efectiva imprescindible.Consideraciones sobre el modelo de atencin de los cuidados paliativosTanto en los cuidados paliativos generales, es decir, aquellos que se prestan en todos los niveles de asistencia, como en los cuidados paliativos avanzados, que por su complejidad requieren equipos especficos el modelo de atencin se basa en: a) una actitud con empata hacia la percepcin subjetiva que el paciente y su familia tiene de su realidad, tan substancial como un dato clnico es la apreciacin del enfermo cuando hablamos de su bienestar; b) una comunicacin efectiva y la construccin de una relacin de compromiso que implican cualidades humansticas, habilidades en comunicacin y disponibilidad de tiempo y espacio adecuado para cada paciente; c) aceptacin de la muerte como el final natural de la vida tratando de aliviar la desesperacin y el sufrimiento.El modelo de atencin al final de la vida ha de estar dirigido a la atencin al sufrimiento y a la muerte y estar basado en la persona (respetando la intimidad y confidencialidad), garantizar el respeto a la autonoma prctica, contextualizar el proceso de la enfermedad (proporcionalidad de las acciones, utilidad de las intervenciones), avalar las decisiones (responsabilidad ms all del acto) y ser sensible con el entorno afectivo del paciente. La forma de aplicarlo implica elaborar un plan de cuidados con el paciente de forma anticipada, siempre que sea posible22o segn las voluntades expresadas. Sobre las bases tico-clnicas de la situacin concreta se planifican las actuaciones de acuerdo con las expectativas del paciente y las disponibilidades tcnicas. Las condiciones tcnicas necesarias para garantizar las consideraciones mencionadas incluyen aspectos:Estructurales. Tanto la informacin al paciente y/o la familia como la toma de decisiones precisan de un grado de intimidad que hacen necesarias estructuras fsicas que lo permitan. Tambin hay que garantizar el tiempo suficiente de los profesionales para poder establecer el dialogo y llevar a cabo una comunicacin efectiva.Formativos. Resulta bsica la destreza en el manejo del control sintomtico y la capacitacin de los profesionales en aspectos como la comunicacin, la evaluacin de la competencia de los pacientes y la toma de decisiones tico-clnicas.Metodolgicos. A nivel organizativo el funcionamiento de los equipos asistenciales se debe basar en un trabajo multi e interdisciplinario, que contemple la existencia de espacios para reuniones en las que se intercambie la informacin que permita elaborar el plan teraputico individualizado y consensuado. Por otra parte los instrumentos de evaluacin (sintomticos, cualitativos, etc.) han de estar adaptados y ser aplicados segn las posibilidades emocionales y de tiempo de los enfermos. La conexin entre los servicios internos hospitalarios y unidades funcionales, as como con los comunitarios es necesaria. Tanto en el medio hospitalario como en el domiciliario hay que asegurar la respuesta consensuada de los diferentes niveles asistenciales y la coordinacin de los diferentes servicios sanitarios.Documentales. Hay que orientar los modelos de historia clnica de forma que contemplen la recogida de datos sobre los aspectos relevantes (control sntomas, grado de competencia de los pacientes, registro de voluntades anticipadas). Disponer de Guas y/o Protocolos sobre las situaciones que con ms frecuencia pueden presentar contradicciones23(Insuficiencia de rganos avanzada, Enfermedades degenerativas muy evolucionadas etc.), sobre la limitacin del esfuerzo teraputico y/o parada de tratamientos24. Resultan recomendables protocolos de atencin al paciente en fase de final de vida y sobre aspectos de la sedacin25; para la obtencin y/o consulta de las voluntades anticipadas del paciente y de soporte a la familia incluido el de atencin al duelo.Qu puede aportar el modelo de cuidados paliativos1.Valoracin global de la situacin del enfermo adems de la especficamente orgnica.2.Abordaje integral de la persona enferma.3.Establecer comunicacin con la familia desde el primer perodo.4.Reorientar los esfuerzos teraputicos en establecer medidas de confort de acuerdo con el pronstico.5.Elaborar un Plan Anticipado de Cuidados que permita valorar las voluntades anticipadas, las preferencias expresadas o conocidas.6.Favorecer la reubicacin del paciente en los recursos ms adecuados.7.Constatar que la atencin facilitada concuerda con las expectativas del paciente y entorno afectivo, favorece el confort y da soporte cuando la curacin no es posible.8.Satisfaccin al equipo por dar la mejor atencin posible cuando la muerte est prxima.Consideraciones prcticas acerca de la calidad en la atencin paliativaExisten numerosas publicaciones sobre las posibilidades de evaluar la calidad asistencial a los enfermos. Ms difcil resulta consensuar qu ha de ser considerado indicativo de dicha calidad26,27. Una reflexin desde la experiencia asistencial sobre qu ha de contemplarse cuando hablamos de calidad en un enfermo al final de la vida incluye aspectos fsicos, de reconocimiento personal, afectivos-sociales y de trascendencia vital, que de forma descriptiva se especifica en:1.Buen tratamiento sintomtico.2.Conocer como percibe el paciente su enfermedad y qu siente como amenazas subjetivas.3.Establecer un pacto teraputico basado en la confianza y respeto.4.Facilitar las relaciones afectivas y dar soporte al entorno afectivo5.Atender a la expresin de sentimientos sobre el sentido de la vida.El paciente paliativo se caracteriza por la presencia de mltiples sntomas, multicausales y con componente multidimensional. Cualquiera de estos sntomas o molestias que les produce la enfermedad avanzada, van a estar modulados por diversos factores (tratamiento farmacolgico, medidas generales, aspectos emocionales, sociales, econmicos, espirituales, etc.). El paciente va a percibir de forma particular este sntoma (impacto) y es lo que va a expresar. Esta expresin es lo que como profesionales vamos a registrar y evaluar. Esto condiciona, por ejemplo, que cuando un paciente manifiesta que tiene dolor, no slo se refiere a dolor fsico, sino que la percepcin dolorosa va a estar influenciada por sus vivencias previas, cultura, estado de nimo, ansiedad, nivel cognitivo, estado de consciencia, etc.Por otra parte, la familia se convierte tambin en objeto de tratamiento. Son dadores y receptores de cuidados. Son co-protagonistas. Sufren por y con el paciente.En estas circunstancias se hace necesaria la intervencin de un equipo multidisciplinar que acte de manera interdisciplinaria.Chapman y Gravin28, definieron sufrimiento comocomplejo estado afectivo, cognitivo y negativo caracterizado por la sensacin que tiene el individuo de sentirse amenazado en su integridad, el sentimiento de impotencia para hacer frente a dicha amenaza y por el agotamiento de recursos personales y psicosociales que le permitiran hacer frente a dicha amenaza. Teniendo en cuenta esta definicin, en los pacientes paliativos se produce el denominado tringulo del sufrimiento , donde no slo sufre el paciente, sino tambin la familia y el equipo de profesionales.En relacin al sufrimiento del paciente, va a estar determinado principalmente por cuatro grandes aspectos:1.Sntomas fsicos: dolor, xerostoma, disnea, estreimiento, ...2.Sntomas neuropsquitricos : insomnio, ansiedad, depresin, delirium,...3.Distrs existencial: desesperanza, prdida de rol laboral y familiar, prdida de significado vital, alteraciones de la imagen corporal,...4.Distrs sociofamiliar: ver sufrir a sus seres queridos, sentirse una carga,...Por este motivo la instauracin de un plan teraputico global, desde un punto de vista mdico, va a ir encaminado a conseguir los siguientes objetivos:1.Mejorar la calidad de vida2.Promocin de la autonoma del paciente3.Mejora de la adaptacin emocional tanto del paciente como de la familia.Para lograrlo se precisa de una adecuada evaluacin, monitorizacin y control de sntomas, habilidades de comunicacin e informacin, soporte psicosocial, as como de metodologa de anlisis de cuestiones ticas y de trabajo interdisciplinar. La funcin del mdico y de enfermera es fundamental. Los profesionales no deben tener nicamente una preparacin fundamentada en conocimientos cientficos que exige el avance tecnolgico moderno, ni tampoco pueden contentarse con ser solamente tcnicos-cientficos, sino que han de ser personas que ejerciten todos los das la sensibilidad ante el sufrimiento humano. Por ello la relacin profesional de la salud-enfermo, es una relacin eminentemente humana y entre sus deberes est crear un ambiente en el que los valores, costumbres y creencias del individuo sean respetados y ayudar al enfermo a mantener, desarrollar o adquirir autonoma personal, autorrespeto y autodeterminacin, guindonos siempre por criterios profesionales29.El control sintomtico requiere conocimientos sobre teraputicas, sobre los instrumentos de valoracin, utilizarlos de forma individualizada y con un seguimiento muy continuado. Ya que una de las cuestiones a tener presente respecto a los sntomas es la versatilidad en su percepcin por parte de los pacientes (un mismo sntoma puede ser percibido de forma distinta segn las personas y/o circunstancias) y el cambio en el tiempo de los mismos (en pocas horas puede variar) y habr que estar alerta para adecuar el tratamiento. Estar abiertos a ofrecer explicaciones sobre el mismo, tanto al paciente como a la familia, facilita la relacin clnica, favorece el cumplimiento y ayuda a cuidar a su entorno.Sin duda enfermera es una profesin vocacional y cercana al paciente, y llega a establecer unos lazos estrechos, compartiendo momentos muy intensos y delicados con el paciente y sus familiares30. Entre sus objetivos estn: proporcionar confort y preservar la calidad de vida, planificando cuidados adecuados en cada momento e individualizados que garanticen el mayor bienestar posible del paciente y siempre respetando su dignidad31. Para ello hay que preservar los horarios de descanso, modificar actividades de cuidados, instaurar medidas de confort en la higiene de piel y mucosas, procurar un ambiente tranquilo, observar en el paciente signos verbales y no verbales de dolor, agitacin o inquietud. Como medidas de apoyo emocional se debe tratar al paciente con la misma actitud de respeto de siempre, mantener en todo momento la comunicacin, sin olvidar la no verbal, como tocarle, cogerle la mano, hablarle cuando se realice algn cuidado. Respecto a la familia el objetivo como profesionales, es el proporcionar el apoyo y soporte durante el proceso y ofrecer la informacin adecuada en cada momento, referente al cambio de objetivos en el cuidado del enfermo como puede ser la suspensin de la alimentacin, las curas no agresivas, la evolucin del proceso y como pueden ayudar en el cuidado. Sabemos que un familiar que ha participado en el cuidado vivir la prdida de una forma ms natural.El cuidadopostmortemhay que situarlo en el contexto del proceso, siendo importante incluir ste a la hora de la muerte, as como facilitar la certificacin y proporcionar apoyo religioso y espiritual ponindoles en contacto con el oficiante si as lo demandan o desean. Ofrecer apoyo, por si tienen dudas y mostrar una actitud abierta, amistosa y profesional.Sobre el soporte psicolgicoEl malestar que provocan los sntomas, los cambios en la vida, en la organizacin personal y familiar, el temor a la incapacidad o a la muerteson algunas de las inquietudes que pueden estar en la mente del enfermo. En un proceso de atencin global tenemos en cuenta esta posibilidad y atendemos a las manifestaciones particulares de cada uno de los pacientes. Adems, stos tienden a interpretar su estado en relacin al modo de intervenir y de hablar de las personas que les cuidan. Los profesionales de cuidados paliativos aceptan el reto de atenderlos, sin embargo hacerlo no siempre es fcil. Por ello se ha promovido la presencia de psiclogos en los equipos de Cuidados Paliativos con la doble funcin de atender directamente a los casos que requieren atencin especializada pero tambin para ofrecer soporte y formacin a los profesionales en aquellas cuestiones de las que se pueden hacer cargo ellos mismos.Las principales preocupaciones de los pacientes suelen ser debidas al dolor, al deterioro y la dependencia, a la falta de control, al temor de ser una carga, a la incertidumbre, al temor a morir, al temor a la soledad. Se tratar de tomar como problemas aquello que cada paciente considere como tal y no introducir nuevas cuestiones a no ser que est muy justificado. Se tratar de ayudarle a buscar las soluciones o acompaarle en la falta de las mismas y en la toma de decisiones que l considere ms adecuadas no imponindole las nuestras32.En ocasiones tambin se revelan dificultades para dotar de sentido a la propia vida. Si la falta de sentido aparece en los enfermos terminales es porque ante ellos se abre uno de los enigmas ms profundos de la vida humana: la muerte. En esos momentos las posiciones personales sern diversas y es importante no confundir espiritualidad con religin. Para algunos puede ser urgente encontrar una respuesta que cancele esa hiancia, la religin suele ser un buen recurso porque ofrece un sentido preestablecido. La falta de sentido tambin se cancela mediante el amor, es por esto que observamos que se necesita ms de lo habitual la presencia de los seres amados. En algunas ocasiones y si cuentan con un psicoanalista que les acompae los pacientes prefieren enfrentarse a ese vaco y revisar las identificaciones que les han sostenido para encontrar ahora una nueva y mejor respuesta.Lo ms importante es detectar en cada caso cual es el modo en que el paciente podr afrontar la situacin y as poder adaptar nuestros recursos. Para ello es imprescindible escuchar sin prejuicios lo que l dir.Tambin hay que respetar su silencio. Hay pacientes que prefieren no hablar porque de ese modo pueden ignorar temores que no podran superar.Los recursos que las personas pueden movilizar tienen que ver con la estructura de su personalidad, con el tipo de problema de que se trate, con sus experiencias previas, el modo de resolver conflictos habitualmente y tambin depende de las respuestas que reciben por parte de los profesionales33. En ocasiones no es preciso el soporte especializado y slo ser necesario orientar las intervenciones del equipo. En otros casos ser necesario que el profesional de la psicologa se haga cargo del caso. En este contexto es adecuado el uso de criterios de derivacin especficos que eviten un infradiagnstico e infratratamiento, as como una atencin dirigida sobre problemas especficos, intervencin de forma precoz, evitar sobrecarga profesional y favorecer la formacin y el lenguaje comn entre profesionales34.Respecto de los familiares, sus principales preocupaciones tienen que ver con los sentimientos de impotencia por la inexistencia de soluciones para algunos problemas y de culpa debidos a los sentimientos contradictorios que se pueden experimentar. Tambin se atienden los procesos de duelo de los familiares. Al hacerse cargo de los afectos de los pacientes y sus allegados, no se puede considerar resuelto un caso sin una elaboracin final que comprenda la disposicin del equipo para acoger el vaco del doliente y ayudarle en el proceso inicial del duelo.En conclusin, en los equipos de cuidados paliativos las decisiones se toman no solo en funcin de aquello que es posible hacer sino en funcin de los deseos e intereses de los implicados. Por este mismo motivo, porque se cuenta explcitamente con los pacientes y sus familiares, se conversa con ellos distinguimos hablar a los pacientes de conversar con ellos. Se suele argumentar que conversar con los pacientes requiere tiempo. Cierto, pero se trata de una inversin para la relacin posterior. Si en un primer abordaje asumimos los problemas subjetivos, de paciente y familia, sentamos las bases de la confianza en la relacin profesional.Atender a los problemas psicolgicos que plantean la enfermedad grave y la posibilidad de la muerte humaniza la medicina35, especialmente a cada uno de los implicados.Acerca del soporte socialLos servicios y recursos sociales no son un acto de gracia, sino la satisfaccin de un derecho. Partiendo de esta mxima podemos afirmar que el trabajador social es el profesional que hace de nexo de unin entre las necesidades de la persona y las instituciones existentes. Entre sus estrategias estn explicar los recursos sociales, humanos y materiales existentes; transmitir a los familiares la seguridad de que se est haciendo lo mejor para cuidar al enfermo y tratar de fomentar el contacto familiar, social y atender los sentimientos espirituales o creencias que tenga el enfermo y la familia.El Trabajador Social tiene la obligacin tanto profesional como tica en Cuidados Paliativos de intentar mejorar, paliar y ayudar sobre el entorno, la familia, el paciente y el equipo. Por encima del utilitarismo social los Trabajadores Sociales deben tender, en Cuidados Paliativos, a no valorar nicamente los recursos y el reparto ms igualitario de estos, si no tender ms a humanizar la asistencia tanto a los pacientes como la familia, dada su situacin de final de vida, valorando las necesidades particulares de cada caso.En definitiva, las posibilidades reales de perjudicar al paciente tienen un alcance infinito no solo desde el punto de vista clnico si no tambin social. Actualmente las personas han asumido un mayor protagonismo en sus cuidados siendo ms participativas, ms crticas y haciendo valer sus derechos. Los trabajadores sociales tienen el deber tico de apoyarles y velar por ellas cuando no puedan hacerlo por si mismas. Los cambios de estilo de la relacin, en el fondo y en la forma, han provocado a los profesionales la tentacin de aplicar recursos ilimitados, en cuya prevencin desarrolla un papel defensivo la tica, creando la obligacin de aplicar bien los recursos sociales sin discriminar. Los profesionales sanitarios y todos los que tienen a su cuidado personas, estn obligados a hacer el bien, es decir, a promover acciones que beneficien tanto a sus enfermos como a sus personas de apoyo (sus cuidadores). Esto implica que todos los profesionales pongan sus conocimientos, habilidades y valores al servicio de los dems.Cuidados paliativos: realidades y metasLos cuidados paliativos han crecido, de manera considerable a nivel mundial. En nuestro pas existen actualmente casi 300 equipos especficos de cuidados paliativos distribuidos entre atencin hospitalaria, domiciliaria, equipos consultores hospitalarios y hospitales de da36.El reto est en garantizar la accesibilidad a los cuidados paliativos a todos los pacientes que las precisen, con independencia del diagnstico, en cualquier lugar, circunstancia o situacin dentro de las diferentes estructuras de la red sanitaria37. Sera recomendable introducir el modelo de atencin en el momento del diagnstico de enfermedad que limita las expectativas de vida de forma prxima. El Plan Estratgico38del Ministerio de Sanidad y Consumo, que define los cuidados paliativos como un derecho del ciudadano, plantea un modelo colaborador, interdisciplinario basado en la coordinacin entre niveles asistenciales y entre recursos convencionales y especficos de cuidados paliativos, incorporando la recomendacin de optimizar la formacin en todos los niveles del sistema de salud. Queda implcito que el sistema sanitario requiere una transicin del modelo multidisciplinario al interdisciplinario para poder abordar con garantas la atencin paliativa.En el anlisis de la atencin paliativa en nuestra sociedad se detecta: una relacin beneficios/coste buena con una disminucin de visitas a urgencias; camas menos costosas y posibilidad de morir en casa; una valoracin de la calidad asistencial alta; trato profesional especfico; informacin adecuada y con respeto a los criterios del paciente; la evolucin de los equipos especficos ha procurado experiencia y competencia. En definitiva, los servicios de cuidados paliativos mejoran la efectividad y eficiencia en la atencin a los enfermos avanzados y terminales39. Los aspectos a mejorar son a nivel organizativo una cobertura insuficiente, una accesibilidad variable y un despliegue incompleto40. Las propuestas de progreso tienen que contemplar la extensin de la atencin a enfermos no oncolgicos; ampliar la intervencin en mbitos especficos como servicios de urgencias, residencias geritricas, unidades de cuidados intensivos, asistencia primaria; incluir la atencin paliativa en los criterios de calidad de los hospitales de agudos.Para ello resulta ineludible: la sensibilizacin de planificadores y gestores; el desarrollo de polticas integrales; la colaboracin con las sociedades cientficas que avalen criterios de intervencin y metodologas de trabajo propias del modelo de atencin de cuidados paliativos y promuevan los cambios de actitudes de los profesionales en el mbito sanitario.En este sentido, la colaboracin de profesionales de los cuidados paliativos y de la medicina intensiva nos ha llevado a considerar de forma conjunta las cuestiones a tener presentes en la atencin al final de la vida en las unidades de medicina intensiva.Aspectos ticos de los cuidados paliativosUna actitud de empata de los profesionales con el sufrimiento resulta inexcusable para el acompaamiento al final de la vida. Asimismo, individualizar las intervenciones y reconocer que la variabilidad emocional interpersonal, en la vivencia ante la muerte, constituyen el entramado de la atencin paliativa.Las cuestiones ticas implicadas en cuidados paliativos se basan en el reconocimiento de que en el paciente incurable o en fase final no debe prolongarse la vida de forma innecesaria. Aqu reside una de las primeras dificultades: hacer una pausa en la atencin cotidiana del enfermo para reevaluar la situacin clnica, discutir con el resto del equipo sanitario (mdicos y personal de enfermera) el pronstico y plantear otras opciones de tratamiento valorando las posibilidades de respuesta al mismo. Ciertamente en la mayora de los casos esta valoracin es subjetiva aunque basada en parmetros y medidas como las escalas de gravedad o predictores de mortalidad, que aportan una estimacin general, basada en series de casos y estadsticas, pero que no tiene en cuenta aspectos tan relevantes como la experiencia de los profesionales, la respuesta individual al tratamiento, las ganas de vivir del paciente o su apoyo familiar. Teniendo en cuenta estas consideraciones, los mdicos tienen que reconocer los lmites de la medicina y no aplicar tratamientos considerados ftiles41, entendiendo como tales aqullos que no consiguen el objetivo que se esperaba de ellos. En este sentido, mantener tratamientos ftiles se considera mala prctica clnica43por ir en contra de la dignidad humana; por otro lado, consumir recursos sanitarios intiles va en contra del principio de justicia distributivai.Cuando el enfermo es considerado incurable se debe plantear la limitacin de Tratamientos de Soporte Vital (LTSV), bien sea no iniciando nuevos tratamientos (withold) o retirando los ya aplicados (withdraw), estableciendo un consenso entre el equipo sanitario y los familiares o allegados del paciente44. En la mayora de los casos el paciente es incompetente para tomar decisiones debido a su enfermedad o bien porque recibe frmacos sedantes; por ello la informacin y el acuerdo se centra en la familia, respetando sus preferencias si las ha expresado previamente de forma verbal o escrita a travs de un Documento de Instrucciones Previas o Voluntades Anticipadas45, o teniendo en cuenta lo que el paciente hubiera elegido para s mismo (juicio sustitutivo). Si bien, las implicaciones ticas de la limitacin del esfuerzo teraputico son las mismas para las acciones de no iniciar intervenciones como para las de detener o dejar de aplicar las mismas hay que reconocer la vulnerabilidad de los propios profesionales y que emocionalmente quizs es ms difcil detener medidas interventoras que no iniciarlas. Compartir las decisiones ticas con otros profesionales del mismo equipo y consultar a otros expertos nos puede ayudar a alcanzar la excelencia asistencial (Unidades Funcionales Interdisciplinarias, Programas Atencin Domiciliario). Tambin hay que dejar constancia escrita en la historia clnica de cualquier decisin y accin con el fin de asegurar su cumplimiento.En ocasiones la situacin clnica puede hacer necesario la utilizacin de medidas como la sedacin. La cuestin tica que plantea el tema de la sedacin paliativa gira entorno al objetivo y al proceso en la toma de decisin de aplicar la sedacin. La sedacin paliativa se aplica en situaciones de final de vida con sntomas refractarios que causan sufrimiento, con el objetivo de disminuir el nivel de conciencia y con el consentimiento del paciente y/o su representante. La participacin del paciente, en su defecto de su representante, o el conocimiento contrastado de sus preferencias en la toma de decisiones sobre la utilizacin de esta medida teraputica, son condiciones bsicas que han de quedar reflejadas en la historia clnica.La relacin clnica en los cuidados paliativos y en medicina intensiva se caracteriza por la trascendencia de las decisiones y por la fragilidad del paciente y de su familia. Por ello, el dilema a menudo conflicto- entre autonoma y paternalismo estn siempre en su fondo. Los profesionales sanitarios deben respetar la autonoma del paciente, aportando la informacin necesaria para la toma de decisiones, tener en cuenta sus preferencias y respetar la posibilidad de no aceptar un tratamiento propuesto. El rechazo del tratamiento no tiene que influir en la calidad de los cuidados paliativos; como expresan los anglosajones, no reanimar (DNR =Do not resucitate) no significa relajarse o abandonar al paciente (DNR =Do not relax).Se trata de reorientar el objetivo del tratamiento, el paciente no debe ser abandonado ya que a partir de ese momento necesita unos cuidados especficos, de calidad y proporcionados por personal sanitario formado para ello. Nos encontramos en la transicin de la medicina intensiva con el fin de curar, hacia los cuidados paliativos, cuyo objetivo es el alivio de los sntomas, que se prolongarn all donde se encuentre el paciente, hasta su fallecimiento. Velar por la coordinacin con otros niveles y/o profesionales con el fin de garantizar la continuidad asistencial significa establecer una cadena tica. Cualquier decisin tica implica responsabilidad sobre el proceso y hay que establecer un plan de cuidados de compromiso con una atencin adecuada y de acuerdo a las decisiones tomadas.Los pasos a seguir para indicar cuidados paliativos en UMI1.Reconocer el finalEl primer paso es reconocer que el paciente no responde a los tratamientos aplicados y probablemente evoluciona al fallecimiento (active dying), en base a la experiencia clnica del equipo sanitario y a los parmetros y escalas de gravedad o prediccin de mortalidad empleadas en cada caso. A partir de ese momento debe plantearse la LTSV, teniendo como objetivo el alivio de los sntomas para conseguir que el paciente est lo ms cmodo posible. Es el momento de cambiar el objetivo, pasar de curar a cuidar46.Para facilitar la identificacin precoz de los pacientes que evolucionan al fallecimiento puede ser til la evaluacin diaria de la situacin clnica47, sobre todo en situaciones como las siguientes:Diagnstico de una enfermedad o condicin de pronstico muy grave.Pobre calidad de vida previa a su ingresoMs de 5 das con ventilacin mecnica.Ms de 7 das de estancia en UMI.La deliberacin en las sesiones clnicas debe servir para definir los objetivos del tratamiento, con el respeto de las preferencias del paciente o sus familiares en caso de incompetencia. Se trata de evitar actitudes heroicas o tratamientos desproporcionados, escuchar la opinin de todos, incluida la del personal de enfermera, dando ms importancia a la del mdico responsable del enfermo por su conocimiento ms preciso de la evolucin clnica del paciente y del sentir de los familiares.2.Reorientar el objetivo: alivio de los sntomasLa mayora de los pacientes ingresados en UMI, y ms an aquellos que se encuentran en el final de su vida, tienen dolor y disnea48. Otros sntomas que refieren habitualmente son: fatiga, nusea, tos, estreimiento, ansiedad, depresin, delirio o insomnio. Por lo tanto los esfuerzos deben dirigirse a identificar49la presencia de los mismos, utilizando las medidas y escalas apropiadas50, para tratarlos adecuadamente.3.Informacin y bsqueda de acuerdosLa comunicacin entre el paciente, sus familiares o allegados y el equipo sanitario es uno de los pilares de la atencin en el final de la vida. Las personas que acompaan a sus parientes en los ltimos momentos de su vida se encuentran en un medio desconocido para ellos51y por ello los sanitarios tienen que procurar que esta situacin sea lo ms llevadera posible52. La mejor forma es fomentar la comunicacin entre mdicos, enfermeras, paciente y familiares. En las encuestas realizadas a familiares de pacientes ingresados en UMI, la queja ms citada es la deficiente comunicacin con el equipo sanitario, fundamentalmente con los mdicos53.Para mejorar la comunicacin es recomendable cierta flexibilidad horaria, tanto para la informacin como para el tiempo dedicado a las visitas54. Si lo permite la estructura de la unidad, se procurar que puedan acompaar al enfermo en su propia habitacin el mayor tiempo posible. Aunque mdicos y enfermeras pueden sentir que los familiares junto a la cama del enfermo dificultan su quehacer, hay que reconocer que la inconveniencia para los sanitarios es mnima comparada con el sufrimiento de la familia55.Adems de facilitar el encuentro de los familiares con el enfermo, y ms an en los ltimos momentos de vida, es aconsejable proporcionar asistencia religiosa si sta es requerida, indicar los pasos a seguir en caso de bito y reconfortarlos en la medida de lo posible56,57.4.Formularios, Protocolos y RegistrosEs aconsejable disear formularios que recojan las rdenes mdicas y cuidados de enfermera especficos para pacientes en el final de la vida atendidos en UMI, y que pueden ser empleados en el caso de su traslado a otro servicio hospitalario58. Permite unificar la prctica, evitar confusiones y disminuir los errores de tratamiento, adems de facilitar la evaluacin posterior para realizar una adecuado control de calidad.5.Involucrar a la familia en el plan de cuidadosLos profesionales deben intentar que los familiares sientan que son importantes y necesarios en la atencin al final de la vida de su ser querido; es posible que ese papel activo en el cuidado pudiera minimizar el duelo por su prdida59. Al mismo tiempo que se le da soporte emocional.6.Formacin e integracin de los Cuidados Paliativos en UMI.Teniendo en cuenta la frecuencia con la que se asiste a los pacientes en el final de su vida, la competencia en cuidados paliativos debiera ser parte de la formacin en medicina intensiva60. El paciente precisa en esos momentos una asistencia multidisciplinar basada en:Alivio del sufrimiento fsico.Alivio del sufrimiento psicolgico, incluyendo los aspectos sociales y espirituales.Centrado en el paciente y su familia, procurando decisiones compartidas y respetando en lo posible sus preferencias.Coordinacin con otros servicios implicados en la asistencia.Apoyo del personal sanitario que proporciona los cuidados paliativos.Una de las recomendaciones para incorporar los contenidos del final de la vida en UMI puede ser la interconsulta con un servicio de Cuidados Paliativos, como se realiza en centros como Detroit Receiving Hospital o University of Rochester Medical Center. Aceptar la colaboracin del personal experto puede ser el primer paso para integrar la medicina paliativa en el entorno de la UMI61. Hay que tener en cuenta que las UMI tienen unas caractersticas que hacen que el cuidado al final de la vida pueda ser ms apropiado: relacin enfermera/paciente baja, acceso i/v en la mayora de los pacientes y estar acostumbrados a emplear sedoanalgesia. Por ello es posible conseguir una colaboracin eficaz con el consejo del personal especializado en la atencin al paciente que va a fallecer62.Prestar asistencia a pacientes en el final de la vida y consolar a los familiares es una tarea que precisa una adecuada formacin. Esta rea de conocimiento apenas tiene espacio en el programa curricular de las facultades de medicina y escuelas de enfermera, as como en la formacin postgrado63. Para ello es necesario realizar programas formativos como el proyecto EPEC (Education on Palliative and End-of-life-care)64.7.Procedimientos: sedacin en el final de la vidaEl objetivo de la sedacin en este contexto es el alivio del sufrimiento del paciente y no pretende acelerar la muerte65. Aplicar los cuidados y tratamientos adecuados para calmar el dolor, la agitacin, la ansiedad o la disnea66, aunque con ellos se pueda adelantar el fallecimiento del enfermo en fase final, se ajusta a las recomendaciones ticas y al marco legislativo actual, y por lo tanto, es considerado como buena prctica clnica.Existen dos tipos de sedacin aplicada en pacientes a los que se limitan o retiran TSV:Sedacin paliativa: administracin de frmacos en las dosis y combinaciones requeridas, para reducir la consciencia con el fin de aliviar uno o ms sntomas refractarios, con el consentimiento explcito o delegado del paciente. La sedacin paliativa no tiene porqu ser irreversible y puede ser necesaria en diversas situaciones clnicas.Sedacin terminal o sedacin en la agona: administracin de frmacos para lograr el alivio de un sufrimiento fsico y/o psicolgico inalcanzable con otras medidas, mediante la disminucin suficientemente profunda y previsiblemente irreversible de la consciencia, en un paciente cuya muerte se prev muy prxima. Requiere el consentimiento explcito o delegado del mismo. En la mayora de los pacientes crticos, debido a su incapacidad, este consentimiento se obtendr del familiar o representante.La sedacin terminal persigue mitigar el sufrimiento del enfermo asumiendo, por el principio del doble efecto, el efecto no deseado de la privacin de consciencia hasta que ocurre la muerte. El fallecimiento ser una consecuencia inexorable de la evolucin de la enfermedad y/o sus complicaciones, no de la sedacin. Si el alivio del dolor es difcil, lo es tambin en el entorno de las UMI por los problemas de comunicacin, la gravedad de la enfermedad, un nivel de consciencia disminuido y la inexactitud de los signos clnicos67. El empleo de escalas para la evaluacin del dolor en pacientes conscientes son de utilidad a la hora de pautar la analgesia y sedacin por objetivos y que sea fcilmente modificable por el personal de enfermera68,69.Debe evitarse todo aquello que provoque incomodidad o malestar al paciente, para apoyar el tratamiento farmacolgico con opioides, benzodiacepinas o neurolpticos, fundamentalmente. Las dosis deben individualizarse en funcin de la situacin del paciente (edad, exposicin previa, enfermedad subyacente, fracasos orgnicos, etc.) y los efectos perseguidos. No existen otros lmites en la dosificacin que los marcados por los objetivos propuestos, que deben estar claramente registrados en la historia clnica70, con el fin de orientar a todos los profesionales que participan en el cuidado del paciente y evitar malas interpretaciones y problemas de ndole legal.8.Apoyo a los cuidadores (caring for caregivers)Los mdicos y enfermeras que atienden a los pacientes en el final de la vida y a sus familiares, estn sometidos a una carga de trabajo, fundamentalmente en el mbito emocional, que en ocasiones les puede afectar personalmente. Con frecuencia necesitan apoyo por parte de sus compaeros, siendo necesaria la colaboracin institucional para el adecuado desempeo de esta tarea