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TIEMPO, TRABAJO Y DOMINACION SOCIAL Una reinterpretación de la teoría crítica de Marx Moishe Postone

TIEMPO, TRABAJO Y DOMINACION SOCIAL Una … · En Tiempo, trabajo y dominación social, trato fundamentalmente de repensar las categorías centrales de la crítica de economía política

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  • TIEMPO, TRABAJO Y DOMINACION SOCIAL

    Una reinterpretacin de la teora crtica de Marx

    Moishe Postone

  • Universidad de Chicago

    Cambridge University Press, 1993

    Traduccin

    Mara Serrano

    Revisin de la traduccin y notas

    Alberto Riesco Sanz y Jorge Garca Lpez.

    Editorial Marcial Pons

    Ao 2006.

    Madrid

  • PROLOGO A LA EDICIN ESPAOLA.

    Agradecimientos

    PARTE I: UNA CRTICA DEL MARXIMO TRADICIONAL

    1. REPENSAR LA CRTICA DE MARX AL CAPITALISMO

    Introduccin

    Los Grundrisse: repensar la concepcin de Marx del capitalismo y su superacin

    2. SUPUESTOS DEL MARXISMO TRADICIONAL

    Valor y trabajo

    Ricardo y Marx

    "Trabajo", riqueza y constitucin social

    La crtica de la sociedad desde el punto de vista del trabajo.

    Trabajo y totalidad: Hegel y Marx

    3. LOS LMITES DEL MARXISMO TRADICIONAL Y EL GIRO PESIMISTA DE LA

    TEORA CRTICA.

    Crtica y contradiccin

    Friedrich Pollock y "la primaca de lo poltico"

    Supuestos y dilemas de la tesis de Pollock

    El giro pesimista de Max Horkheimer

    PARTE II: HACIA UNA RECONSTRUCCIN DE LA CRTICA MARXIANA: LA

    MERCANCA

    4. TRABAJO ABSTRACTO

    Requisitos para una reinterpretacin categorial.

    El carcter histricamente determinado de la crtica marxiana

    Trabajo abstracto

    Trabajo abstracto y mediacin social

    Trabajo abstracto y alienacin

    Trabajo abstracto y fetichismo

    Relaciones sociales, trabajo y naturaleza

    Trabajo y accin instrumental

    Totalidad abstracta y sustantiva

    5. TIEMPO ABSTRACTO

    La magnitud del valor

    Tiempo abstracto y necesidad social

    Valor y riqueza material

    Tiempo abstracto

    Tipos de mediacin social y modalidades de conciencia

    6. LA CRTICA DE HABERMAS A MARX

    La crtica temprana de Habermas a Marx

    La teora de la accin comunicativa y Marx

    PARTE III: HACIA UNA RECONSTRUCCIN DE LA CRTICA MARXIANA: EL

    CAPITAL

    7. HACIA UNA TEORA DEL CAPITAL

    Dinero

    Capital

  • La crtica de la sociedad civil burguesa

    El mbito de la produccin

    8. LA DIALCTICA ENTRE EL TRABAJO Y EL TIEMPO.

    La dinmica inmanente

    Tiempo abstracto y tiempo histrico

    La dialctica de la transformacin y la reconstitucin

    9. LA TRAYECTORIA DE LA PRODUCCIN

    Plusvalor y "crecimiento econmico"

    Las clases y la dinmica del capitalismo

    Produccin y valorizacin

    Totalidad sustantiva

    10. CONSIDERACIONES A MODO DE CONCLUSIN

    BIBLIOGRAFA SELECCIONADA

  • PROLOGO A LA EDICIN ESPAOLA.

    Moishe Postone

    En Tiempo, trabajo y dominacin social, trato fundamentalmente de repensar las categoras

    centrales de la crtica de economa poltica de Marx como base para una reconceptualizacin

    crtica de la naturaleza de la sociedad capitalista hoy en da. La teora crtica que presento del

    capitalismo difiere, de manera bsica e importante, del marxismo tradicional: esto es, de la

    crtica de los modos de distribucin (por ejemplo, el mercado, la propiedad privada de los

    medios de produccin) desde el punto de vista del trabajo y la produccin. La historia del siglo

    pasado sugiere firmemente que esta ltima no es adecuada como crtica del capitalismo y que,

    para ser adecuada, una crtica ha de hacer algo ms fundamental que centrarse simplemente en

    los modos de explotacin de la sociedad moderna. El anlisis de Marx, segn mi interpretacin,

    ofrece la base para tal crtica fundamental, para un anlisis crtico riguroso y no romntico de la

    propia sociedad moderna. En el marco de esta lectura, el capitalismo es aprehendido como un

    modo de vida social caracterizado por formas cuasi-objetivas de dominacin (la mercanca, el

    capital) que subyacen tras una dinmica histrica intrnseca que origina, al tiempo que limita,

    la posibilidad de un nuevo y emancipado modo de vida social.

    Este intento de repensar la naturaleza fundamental del capitalismo fue impulsado en parte

    por los cambios histricos del capitalismo en el ltimo tercio del siglo XX. Este perodo estuvo

    caracterizado, en Occidente, por desenmaraar la sntesis fordista centrada en el Estado, tras la

    II Guerra Mundial; por la cada o metamorfosis crucial, en el Este, de los Estados-partido y sus

    economas planificadas; y por la aparicin de un orden global capitalista neoliberal. Dado que

    estos cambios incluyeron la dramtica desaparicin de la Unin Sovitica y del comunismo

    europeo, han sido interpretados como una seal del fin del marxismo y de la relevancia terica

    de la teora social de Marx. En cualquier caso, estas recientes transformaciones histricas

    tambin reafirmaron la importancia central de las dinmicas histricas y los cambios

    estructurales a gran escala. Y, precisamente, esta problemtica se encuentra en el ncleo del

    anlisis crtico de Marx. Es significativo que sea precisamente esta dinmica la que tampoco

    captan las teoras crticas ms importantes de la era inmediatamente postfordista las de

    Habermas, Foucault, Derrida lo que revela que, implcitamente, continuaban ligadas al

    universo fordista como objeto de sus crticas.

    Estas recientes transformaciones histricas cuestionan radicalmente las lecturas

    postestructuralistas de la historia como completamente contingentes (y, en ltima instancia,

    polticas). Ms an, indican que hemos de repensar nuestra lectura de las condiciones de la

    autodeterminacin democrtica, como promulgaban las teoras de la sociedad civil y la esfera

    pblica. Irnicamente, pues, los mismos procesos que subyacen a la cada de los regmenes de

    acumulacin, que haban sido declarados marxistas, han reafirmado la importancia central de la

    problemtica de las dinmicas histricas y los cambios estructurales a gran escala: por ende, la

    importancia de una renovada preocupacin terica por el capitalismo. No obstante, tambin

    sugieren que, para ser adecuada para el mundo contemporneo, una teora crtica del

    capitalismo ha de diferir de manera importante y bsica de las crticas marxistas tradicionales

    del capitalismo. Y yo sostengo que la teora social de madurez de Marx ofrece el punto de

    partida para, precisamente, tal teora crtica reconceptualizada del capitalismo, una teora que

    pueda ayudar a dilucidar los elementos estructurales esenciales y a superar la dinmica

    histrica del mundo contemporneo, al tiempo que ofrezca una crtica bsica del marxismo

    tradicional y replantee la relacin entre la teora marxiana y otras corrientes importantes de la

    teora social. As pues, la desaparicin del fordismo y la aparicin de un capitalismo global

    neoliberal sugieren la importancia de un renovado encuentro con la teora crtica de Marx, la

    teora ms poderosa sobre las transformaciones histricas del mundo moderno.

  • Resulta evidente, considerada retrospectivamente desde el principio del siglo XXI, que la

    configuracin sociopoltica, econmica y cultural de la hegemona del capital ha variado

    histricamente: desde el mercantilismo, pasando por el capitalismo liberal del siglo XIX y el

    capitalismo fordista estatalizado del siglo XX, hasta el capitalismo global neoliberal

    contemporneo. Cada configuracin ha provocado una serie de penetrantes crticas: de la

    explotacin y del crecimiento desigual e injusto, por ejemplo, o de los modos burocrticos y

    tecnocrticos de dominacin. Cada una de estas crticas, sin embargo, es incompleta. Tal y

    como vemos ahora, el capitalismo no puede identificarse completamente con ninguna de sus

    configuraciones histricas.

    La crtica marxista tradicional del capitalismo, desde el punto de vista del trabajo, es ms

    plausible cuando su objeto es el capitalismo liberal del siglo XIX. Sin embargo, es

    profundamente inadecuada como teora crtica de la configuracin fordista del capitalismo,

    centrada en el Estado, que caracteriz gran parte del siglo XX y que inclua a la organizacin

    sovitica de la sociedad. De hecho, diversas variantes del marxismo tradicional sirvieron como

    ideologas de legitimacin precisamente para esta configuracin histrica del capitalismo. Del

    mismo modo, las crticas del siglo XX que respondieron crticamente al rgimen fordista, como

    las del Estado disciplinario-burocrtico, frecuentemente lo hicieron hipostasiando y

    deshistorizando dicha configuracin del capitalismo. Con su visin crtica focalizada en lo que

    result ser otra configuracin pasajera del capitalismo, los enfoques postestructuralistas, al no

    estar preparados para enfrentarse a ella, retrocedieron ante una configuracin an ms

    novedosa, un universo social neoliberal.

    Las aproximaciones marxistas tradicionales y postestructuralistas tienen en comn el que

    toman una configuracin histricamente especfica del capitalismo como esencia de la

    formacin social (mercado libre, Estado disciplinario-burocrtico).

    Su definitiva inadecuacin como teoras del capitalismo moderno, de la dominacin en el

    mundo moderno, ha quedado histricamente de manifiesto por la aparicin de la "sntesis"

    estatalizada del siglo XX, su posterior fracaso y la emergencia del capitalismo global

    neoliberal. Esta trayectoria del capitalismo estatalizado desde sus comienzos, que pueden

    localizarse en la I Guerra Mundial y la Revolucin Rusa, pasando por su apogeo en las dcadas

    posteriores a la II Guerra Mundial y su declive en las dcadas de 1970 y 1980 abarca tanto a

    los pases capitalistas occidentales como a la Unin Sovitica, y sugiere muy claramente que

    habra que considerar el "socialismo" sovitico como una variante (fracasada) del rgimen de

    acumulacin del capital ms que como una organizacin de la sociedad que representara la

    superacin del capitalismo, por muy imperfecta que dicha organizacin pudiera haber sido. Se

    puede decir que esto es as no slo porque, como algunos han sealado, la Unin Sovitica

    tambin se apoyara en la explotacin de la clase trabajadora 1, sino tambin debido a que,

    retrospectivamente, se puede contemplar la ascensin y cada de la Unin Sovitica como una

    parte de la estructuracin y reestructuracin temporal del capitalismo en el siglo XX.

    Considerado desde esta perspectiva, el hundimiento del comunismo sovitico entre 1989 y

    1991 no debera entenderse como si sealara el final del proyecto socialista, sino ms bien

    como si subrayara los lmites finales del fordismo, la culminacin de un proceso de declive que

    comenz a principios de la dcada de 1970. Ms que sealar el final de las crticas

    fundamentales al capitalismo, el final del fordismo tanto en el Este como en Occidente

    dramatiza la necesidad de tal crtica en profundidad.

    1 Vase, por ejemplo, Tony Cliff, State Capitalism in Russia (Londres: Pluto Press, 1974); Paul Mattick, Marx

    and Keynes: The Limits of the Mixed Economy (Boston: F. Porter Sargent 1969); Raya Dunayevskaya, The

    Marxist-Humanist Theory of State Capitalism: Selected Writings (Chicago: News and Letters, 1992).

  • La reconceptualizacin emprendida en esta obra se comprende a s misma como una

    contribucin a la formulacin de tal crtica. Con este objetivo, trata de ofrecer la base para una

    lectura del capitalismo que no se limite a ninguna de las pocas de dicha formacin social.

    En esta obra sostengo que en el ncleo del capitalismo se encuentra un proceso

    histricamente dinmico asociado a mltiples configuraciones histricas. Este proceso

    dinmico, que Marx trat de aprehender con la categora de capital, es un rasgo central del

    mundo moderno, que debe ser captado para que una teora crtica del capitalismo sea adecuada

    a su objeto. Tal lectura del capitalismo slo puede lograrse en un nivel de abstraccin muy

    elevado. Podra entonces servir como punto de partida para un anlisis de los cambios

    histricos en el capitalismo, as como para el de las subjetividades histricamente cambiantes

    expresadas en movimientos sociales histricamente determinados.

    Este libro, no obstante, se centra en descifrar el ncleo del capitalismo, en tanto formacin

    social con una dinmica especial, repensando el anlisis de Marx de las relaciones centrales del

    capitalismo y, por ende, de la naturaleza de su negacin determinada, de maneras muy

    diferentes a las interpretaciones marxistas tradicionales. Lo hace basndose en una lectura

    detallada de las categoras bsicas de la crtica de la economa poltica de Marx. Ms que contar

    con afirmaciones hechas por Marx, sin relacin con su locus en el despliegue de su modo de

    presentacin, trato de reconstruir el carcter sistemtico del anlisis categorial de Marx.

    Concretamente, mi anlisis investiga en profundidad el punto de partida de Marx la categora

    de mercanca como forma fundamental de las relaciones sociales en el capitalismo, y como

    base para su anlisis de la categora de capital.

    Sostengo que, en sus obras de madurez, Marx trata rigurosamente las categoras de la

    sociedad capitalista como histricamente especficas. Al descifrar el carcter histricamente

    especfico, no ontolgico, de las relaciones centrales aprehendidas por las categoras bsicas de

    Marx, tambin llamo la atencin sobre sus modos de aparicin, reificados y transhistricos. Tal

    concepcin, no reificada, de las relaciones centrales del capitalismo permite la sistemtica

    diferenciacin, entre dicho centro y las diversas configuraciones histricas del capitalismo,

    diferenciacin imprescindible para una adecuada teora crtica del presente.

    Estoy contento y agradecido de que haya ahora una edicin en castellano de Tiempo,

    Trabajo y Dominacin Social y me gustara agradecer especialmente a los encargados de la

    edicin, Jorge Garca Lpez y Alberto Riesco Sanz, al director de la coleccin Politopas, Jos

    Mara Ordoez, as como a Mara Serrano por el mimo y conciencia con que se ha traducido y

    publicado este libro.

    Moishe Postone Chicago Febrero 2004

  • Agradecimientos

    Este libro tuvo sus orgenes hace unos aos, cuando, ya graduado, me encontr por primera

    vez con los Grundrisse de Marx. En ese momento, me impresion el vasto alcance de sus

    implicaciones, que me sugeran una reinterpretacin fundamental de la teora crtica social

    madura de Marx que rompiera con algunos de los supuestos centrales del marxismo

    tradicional. Pensaba tambin que tal reinterpretacin podra proporcionar un punto de partida

    para un anlisis poderoso y sofisticado de la sociedad moderna.

    En mi intento de reapropiarme de la teora de Marx he tenido la inmensa fortuna de recibir el

    considerable respaldo intelectual y moral de mucha gente. Me animaron encarecidamente a

    empezar este proyecto dos de mis profesores en la Universidad de Chicago, Gerhard Meyer y

    Leonard Krieger. Desarroll ms a fondo mis ideas durante una prolongada estancia en

    Frankfurt am Main, donde me benefici en gran medida del ambiente terico general, as como

    de muchos e intensos debates con amigos. Debo un especial agradecimiento a Barbara Brick,

    Dan Diner y Wolfram Wolfer-Melior, que me ofrecieron un importante apoyo personal e

    intelectual, y me ayudaron a refinar mi acercamiento a muchas de las cuestiones planteadas en

    este libro. Tambin quisiera dar las gracias a Klaus Bergmann, Helmut Reinicke y Peter

    Schmitt-Egner por muchas reveladoras conversaciones. Realic una primera versin de esta

    obra en forma de tesis para Fachbereich Gesellschaftswissenschaften en la J.W.

    Goethe-Universitt de Frankfurt, tras recibir los valiosos consejos y apoyo de Iring Fetscher,

    los comentarios crticos muy tiles y extensos de Heinz Steinert, Albert Wellmer y Jeremy

    Gaines, as como de Gerhard Brandt y Jrgen Ritsert. A travs del Consulado del Canad recib

    una generosa ayuda econmica del Deutsche Akademischer Austauschdienst durante mi

    estancia en Frankfurt.

    Posteriormente, el Centro de Estudios Psicosociales de Chicago me proporcion una beca

    de post-doctorado, al igual que un entorno intelectual inquieto y colaborador, que me permiti

    empezar a rescribir mi tesis para convertirla en este volumen. Se me otorg la infrecuente

    oportunidad de presentar mi obra, en una serie de seminarios, a un grupo de colegas de distintos

    mbitos intelectuales y acadmicos; sus reacciones fueron muy estimulantes. Les estoy

    agradecido a Ed LiPuma, John Lucy, Beth Mertz, Lee Schlesinger, Barney Weissbourd y Jim

    Wertsch, cuyos comentarios y crticas me ayudaron a aclarar ms mis ideas. Le estoy

    especialmente agradecido a Craig Calhoun y Ben Lee, que sacaron tiempo para leer

    cuidadosamente tanto el manuscrito original como la versin revisada, y cuyas sugerencias

    crticas han sido de gran ayuda.

    Complet este manuscrito en la Universidad de Chicago y sigo beneficindome del clima

    apasionante, abierto e intelectualmente riguroso, creado por mis colegas y estudiantes.

    Le debo mucho a los siguientes amigos por su compromiso con mi obra y, ms en general,

    por su apoyo intelectual y moral: Andrew Arato, Leora Auslander, Ike Balbus, Seyla Benhabib,

    Fernando Coronil, Norma Field, Harry Harootunian, Martin Jay, Bob Jessop, Tom McCarthy,

    Gyrgy Mrkus, Rafael Snchez, George Steinmetz, Sharon Stephens, as como a John Boyer,

    Jean Cohen, Bert Cohler, Jean Comaroff, John Comaroff, Michael Geyer, Gail Kligman, Terry

    Shtob y Betsy Traube. Tambin estoy agradecido a Fred Block, Cornelius Castoriadis, Geoff

    Eley, Don Levine, Bertell Ollman y Terry Turner por sus tiles comentarios.

    Le debo un especial agradecimiento a mi hermano, Norman Postone, que acompa y

    respald este proyecto desde sus comienzos. Le estoy particularmente agradecido a Patrick

    Murray, que ley ms versiones del manuscrito de las que yo puedo recordar y cuyos

    comentarios han sido tan tiles como generosos. He aprendido mucho de nuestras

    conversaciones.

  • Emily Loose, que en su da trabaj en Cambridge University Press, respondi muy

    positivamente a esta obra y ha sido extremadamente til a la hora de prepararla para su

    publicacin. Sus muchos y astutos comentarios y recomendaciones contribuyeron en gran

    medida al manuscrito final. Doy las gracias a Elvia Alvarez, Diane New y Kathy Pucci por

    mecanografiar las distintas fases del manuscrito, as como por su ayuda en general, y a Ted

    Byfield por editar este volumen. Y tambin me gustara agradecer a Anjali Fedson, Bronwyn

    McFarland y Mike Reay su ayuda en la correccin de las pruebas y en la preparacin del ndice.

    Por ltimo, deseo expresar mi muy profunda gratitud a mi esposa, Margret Nickels. Ha sido,

    durante muchos aos y de muchas maneras, intelectual y emocionalmente central para este

    proyecto.

  • PRIMERA PARTE

    Una crtica del marxismo tradicional

  • 1. REPENSAR LA CRTICA DE MARX AL CAPITALISMO

    Introduccin

    En esta obra acometer una reinterpretacin fundamental de la teora crtica madura de

    Marx con vistas a reconceptualizar la naturaleza de la sociedad capitalista. El anlisis que Marx

    hace de las relaciones sociales y modos de dominacin que caracterizan a la sociedad

    capitalista puede reinterpretarse ms fructferamente repensando las categoras centrales de su

    crtica de la economa poltica1. Con tal fin, tratar de desarrollar conceptos que cumplan con

    dos criterios: primero, deberan comprender el carcter esencial y el desarrollo histrico de la

    sociedad moderna; y, segundo, deberan superar las familiares dicotomas tericas de

    estructura y accin, sentido y vida material. Como base de este enfoque, tratar de reformular

    la relacin entre la teora marxiana y los discursos actuales de la teora social y poltica de tal

    manera que aquella tenga una significacin terica para el presente y ofrezca una crtica bsica

    de las teoras marxistas tradicionales y de lo que se ha venido en llamar el "socialismo

    realmente existente". Con ello, espero sentar las bases para un anlisis crtico ms poderoso de

    la formacin social capitalista, adecuado a las postrimeras del siglo veinte.

    Tratar de desarrollar tal comprensin del capitalismo separando conceptualmente, sobre la

    base del anlisis de Marx, el ncleo fundamental del capitalismo de sus formas decimonnicas.

    Al hacerlo, sin embargo, se cuestionarn muchas presunciones bsicas de las interpretaciones

    marxistas tradicionales: por ejemplo, no analizo principalmente el capitalismo en trminos de

    propiedad privada de los medios de produccin o en trminos de mercado. Ms bien, como

    podr evidenciarse, conceptualizo el capitalismo en trminos de una interdependencia social de

    carcter impersonal y aparentemente objetivo, histricamente especfica. Este tipo de

    interdependencia es fruto de las formas histricamente singulares de unas relaciones sociales

    constituidas por determinadas prcticas sociales y que, sin embargo, devienen

    cuasi-independientes de la gente implicada en dichas prcticas. El resultado es un nuevo modo,

    crecientemente abstracto, de dominacin social, que sujeta a la gente a imperativos y fuerzas

    estructurales e impersonales que no puede ser adecuadamente comprendido en trminos de

    dominacin concreta (por ejemplo, de dominacin personal o grupal), y que genera una

    dinmica histrica permanente. Al reconceptualizar las relaciones sociales y modos de

    dominacin que caracterizan al capitalismo, tratar de proporcionar las bases para una teora de

    la prctica capaz de analizar tanto las caractersticas sistmicas de la sociedad moderna, como

    su carcter histricamente dinmico, sus procesos de racionalizacin, su tipo especfico de

    "crecimiento" econmico, as como su modo de produccin particular.

    Esta reinterpretacin trata la teora del capitalismo de Marx no tanto como una teora de los

    modos de explotacin y dominacin dentro de la sociedad moderna, sino como una teora

    social crtica de la naturaleza misma de la modernidad. La modernidad no es una fase evolutiva

    hacia la cual evolucionan todas las sociedades, sino un modo especfico de vida social que se

    origin en la Europa occidental y que se ha transformado en un sistema global complejo2.

    Aunque la modernidad ha adoptado diferentes formas en los distintos pases y reas, lo que me

    interesa no es examinar dichas diferencias, sino explorar tericamente la naturaleza de la

    1 Recientemente, Patrick Murray y Derek Sayer, han escrito interpretaciones de la teora de Marx que, en muchos

    aspectos, son anlogas a las mas tal y como las presento aqu. Vase Patrick Murray, Marxs Theory of Scientific

    Knowledge (Atlantic Highlands, N.J., 1988), y Derek Sayer, Marxs Method (Atlantic Highlands, N.J., 1979), y

    The Violence of Abstraction (Oxford, 1987).

    2 S. N. Eisenstadt tambin ha formulado una visin no evolutiva de la modernidad. Su inters primordial son las

    diferencias entre los distintos tipos de sociedades modernas, mientras que el mo es la modernidad en s como

    modo de vida social. Vase, por ejemplo, S. N. Eisenstadt, The Structuring of Social Protest in Modern Societies:

    The Limits and Direction of Convergence, en Yearbook of the World Society Foundation, vol. 2 (Londres, 1992).

  • modernidad per se. Dentro del marco de un enfoque no evolutivo, tal exploracin debe explicar

    los rasgos caractersticos de la modernidad en referencia a formas sociales histricamente

    especficas. Por mi parte, sostengo que el anlisis que hace Marx de las supuestas formas

    sociales fundamentales que estructuran el capitalismo la mercanca y el capital ofrece un

    excelente punto de partida para tratar de fundamentar socialmente las caractersticas sistmicas

    de la modernidad y sealar que la sociedad moderna puede ser transformada en sus

    fundamentos. Ms an, tal aproximacin es capaz de esclarecer sistemticamente aquellos

    rasgos de la sociedad moderna que, dentro del marco de las teoras del progreso lineal o del

    desarrollo histrico evolutivo, pueden parecer anmalos: resulta notable la permanente

    produccin de pobreza en medio de la abundancia, as como el grado en que importantes

    aspectos de la vida moderna han sido modelados por, y han pasado a estar sujetos a, los

    imperativos de fuerzas abstractas impersonales, incluso a pesar de que la posibilidad del

    control colectivo sobre las circunstancias de la vida social en gran medida haya aumentado.

    Mi lectura de la teora crtica de Marx se centra en su concepcin de la centralidad del

    trabajo para la vida social, la cual generalmente se ubica en el ncleo central de su teora.

    Sostengo que el significado de la categora de trabajo en sus obras de madurez es diferente al

    que se ha asumido tradicionalmente, tratndose de una categora histricamente especfica

    antes que transhistrica. En la crtica madura de Marx, la nocin de que el trabajo constituye el

    mundo social y es la fuente de toda riqueza no se refiere a la sociedad en general, sino

    nicamente a la sociedad capitalista o moderna. Ms an, y esto resulta crucial, el anlisis de

    Marx no se refiere al trabajo como general y transhistricamente se ha venido concibiendo

    una actividad social dirigida a fines, que media entre el hombre y la naturaleza, creando

    productos especficos para satisfacer determinadas necesidades humanas sino a un papel

    peculiar que el trabajo desempea nicamente en la sociedad capitalista. Como posteriormente

    desarrollar, el carcter histricamente especfico de este trabajo se encuentra intrnsecamente

    relacionado con la interdependencia social caracterstica de la sociedad capitalista. Constituye

    una modalidad histricamente especfica, cuasi-objetiva, de mediacin social que, en el marco

    del anlisis de Marx, sirve como fundamento social definitivo de los rasgos bsicos de la

    modernidad.

    Esta reconsideracin de la trascendencia del concepto de trabajo de Marx es la que

    proporciona la base de mi reinterpretacin de su anlisis del capitalismo. Sita en el centro del

    anlisis de Marx la temtica de la temporalidad, as como una crtica a la produccin, y pone

    los cimientos para un anlisis de la sociedad capitalista moderna como una sociedad con una

    dinmica direccional, estructurada por una clase de mediacin social histricamente indita

    que, aunque socialmente constituida, presenta un carcter abstracto, impersonal y cuasi-

    objetivo. Esta clase de mediacin (el trabajo en el capitalismo) est estructurada por una

    prctica social histricamente determinada, al tiempo que estructura las acciones, visiones del

    mundo y disposiciones de la gente. Tal aproximacin replantea la cuestin de la relacin entre

    cultura y vida material, como una relacin entre una clase histricamente especfica de

    mediacin social y determinadas clases de "objetividad" y "subjetividad" social. En tanto que

    teora de la mediacin social, se trata de un esfuerzo por superar la dicotoma terica clsica

    entre sujeto y objeto, a la vez que explica histricamente esta dicotoma.

    En general, por tanto, lo que sugiero es que se debera entender la teora marxiana no como

    una teora de aplicacin universal, sino como una teora crtica especfica de la sociedad

    capitalista. Analiza la especificidad histrica del capitalismo y la posibilidad de su superacin

    mediante categoras que comprendan sus especficas formas de trabajo, riqueza y tiempo3. Ms

    3 Anthony Giddens ha llamado la atencin sobre la nocin de la especificidad de la sociedad capitalista que est

    implcita en el tratamiento que da Marx en los Grundrisse a las sociedades no capitalistas: vase Anthony

    Giddens, A Contemporary Critique of Historical Materialism (London and Basingtoke, 1981), pgs. 76-89. Por

  • an, la teora marxiana, segn este enfoque, es autorreflexiva y, por lo tanto, es, ella misma,

    histricamente especfica: su anlisis de la relacin entre teora y sociedad puede, de una

    manera epistemolgicamente consistente, ubicarse histricamente a s mismo por medio de las

    mismas categoras con las que analiza su contexto social.

    Esta aproximacin a la teora crtica madura de Marx presenta importantes implicaciones

    que tratar de desplegar a lo largo de este trabajo. Para ello empezar distinguiendo entre dos

    tipos de anlisis crticos radicalmente diferentes: una crtica al capitalismo desde el punto de

    vista del trabajo, por un lado, y una crtica del trabajo en el capitalismo, por el otro. El primero,

    que est fundado en una interpretacin transhistrica del trabajo, presupone que existe una

    tensin estructural entre los aspectos de la vida social que caracterizan al capitalismo (por

    ejemplo, el mercado y la propiedad privada) y el mbito social constituido por el trabajo. El

    trabajo, por lo tanto, constituye la base de la crtica al capitalismo, el punto de vista desde el

    cual se acomete dicha crtica. De acuerdo con el segundo tipo de anlisis, el trabajo en el

    capitalismo es histricamente especfico y constituye la estructura esencial de aquella

    sociedad. En razn de ello, el trabajo es el objeto de la crtica de la sociedad capitalista. Desde

    el punto de vista del segundo tipo de anlisis, parece claro que distintas interpretaciones de

    Marx comparten varias presuposiciones bsicas con el primer tipo de anlisis sealado.

    Caracterizar, por consiguiente, dichas interpretaciones como "tradicionales" e investigar sus

    presuposiciones desde el punto de vista de mi interpretacin de la teora de Marx como una

    crtica del trabajo en el capitalismo para esclarecer las limitaciones del anlisis tradicional

    hacindolo de una manera que suponga otra teora crtica, ms adecuada, de la sociedad

    capitalista.

    Interpretar el anlisis de Marx como una crtica histricamente especfica del trabajo en el

    capitalismo conduce a una comprensin de la sociedad capitalista muy diferente de las

    interpretaciones del marxismo tradicional. Sugiere, por ejemplo, que las relaciones sociales y

    los modos de dominacin que caracterizan al capitalismo, en el anlisis de Marx, no pueden ser

    suficientemente entendidos en trminos de relaciones de clase, enraizadas en las relaciones de

    propiedad y mediadas por el mercado. Ms bien, su anlisis de la mercanca y el capital esto

    es, de las formas cuasi-objetivas de mediacin social constituidas por el trabajo en el

    capitalismo, debera ser comprendido como un anlisis de las relaciones sociales

    fundamentales de esta sociedad. Estas formas sociales impersonales y abstractas no se limitan a

    velar las relaciones sociales que tradicionalmente han sido consideradas como las "reales" del

    capitalismo, esto es, las relaciones de clase; son las relaciones sociales reales de la sociedad

    capitalista, las que estructuran su trayectoria dinmica y su modo de produccin.

    Lejos de considerar el trabajo como el principio de la constitucin social y la fuente de la

    riqueza en todas las sociedades, la teora de Marx propone que lo que nicamente caracteriza al

    capitalismo es, precisamente, que sus relaciones sociales bsicas estn constituidas por el

    trabajo y, por tanto, en definitiva, que son de un tipo radicalmente diferente de aquellas que

    caracterizan a las sociedades no capitalistas. Aunque su anlisis crtico del capitalismo s

    incluye una crtica de la explotacin, la desigualdad social y la dominacin de clase, va ms

    all: busca esclarecer el tejido mismo de las relaciones sociales en la sociedad moderna y el

    modo abstracto de dominacin social intrnseco a ellas mediante una teora que basa su

    constitucin social en prcticas definidas y estructuradas.

    Esta reinterpretacin de la teora crtica madura de Marx aleja el centro principal de su

    crtica de las temticas de la propiedad y el mercado. A diferencia de los enfoques marxistas

    tradicionales, proporciona la base para una crtica de la naturaleza de la produccin, el trabajo y

    mi parte, intento basar esa nocin en el anlisis categorial de Marx, por lo tanto, en su concepcin de la

    especificidad del trabajo en el capitalismo, con vistas a reinterpretar su comprensin del capitalismo y reformular

    la naturaleza misma de su teora crtica.

  • el "crecimiento" en la sociedad capitalista, sosteniendo que estn constituidos socialmente,

    ms que tcnicamente. Al haber as desplazado el ncleo de la crtica del capitalismo al mbito

    del trabajo, la interpretacin aqu presentada conduce a una crtica del proceso industrial de

    produccin por lo tanto, a una reconceptualizacin de las determinaciones bsicas del

    socialismo y a una reevaluacin del papel poltico y social tradicionalmente asignado al

    proletariado en la posible superacin histrica del capitalismo.

    Esta reinterpretacin, al implicar una crtica del capitalismo que no est ligada a las

    condiciones del capitalismo liberal decimonnico y al suponer una crtica de la produccin

    industrial en tanto que capitalista, puede ofrecer la base para una teora crtica capaz de

    iluminar la naturaleza y dinmica de la sociedad capitalista contempornea. Tal teora crtica

    podra servir, adems, como punto de partida para un anlisis del "socialismo realmente

    existente" en tanto que modo alternativo (y fracasado) de acumulacin de capital ms que

    como una clase de sociedad que representase, si bien con imperfecciones, la negacin histrica

    del capitalismo.

    La crisis del marxismo tradicional

    Esta reconsideracin ha sido desarrollada con el trasfondo de la crisis del marxismo

    tradicional y el surgimiento de lo que parece ser una nueva fase en el desarrollo del capitalismo

    industrial avanzado. En esta obra, el trmino "marxismo tradicional" hace referencia no a una

    tendencia histrica especfica en el marxismo, sino, en general, a todos los enfoques tericos

    que analizan el capitalismo desde el punto de vista del trabajo y caracterizan a esa sociedad

    fundamentalmente en trminos de relaciones de clase, estructuradas por la propiedad privada

    de los medios de produccin y por una economa regulada por el mercado. Las relaciones de

    dominacin son entendidas principalmente en trminos de dominacin de clase y explotacin.

    Como es bien sabido, Marx sostena que durante el desarrollo capitalista surge una tensin

    estructural, o contradiccin, entre las relaciones sociales que caracterizan al capitalismo y las

    "fuerzas productivas". Generalmente se ha interpretado esta contradiccin en trminos de una

    oposicin entre, por un lado, la propiedad privada y el mercado y, por otro, el modo industrial

    de produccin; oposicin en la que la propiedad privada y el mercado son tratados como el

    sello del capitalismo y la produccin industrial es propuesta como la base de una sociedad

    futura socialista. El socialismo es entendido principalmente en trminos de propiedad colectiva

    de los medios de produccin y planificacin econmica en un contexto industrializado. Es

    decir, la negacin histrica del capitalismo es vista en lo esencial como una sociedad en la que

    la dominacin y la explotacin de una clase por otra quedan superadas.

    Esta caracterizacin extensa y preliminar del marxismo tradicional es til en tanto que

    define un marco interpretativo general compartido por una amplia gama de teoras que, en otros

    niveles, pueden diferir considerablemente entre s. Mi intencin en esta obra es analizar

    crticamente las presuposiciones bsicas de ese mismo marco terico general, ms que seguir la

    historia de las distintas direcciones tericas y escuelas de pensamiento dentro de la tradicin

    marxista.

    En el ncleo de todas las variantes de marxismo tradicional se encuentra una concepcin

    transhistrica del trabajo. La categora de trabajo de Marx es entendida en trminos de una

    actividad social dirigida a fines, que media entre el hombre y la naturaleza, creando productos

    especficos para satisfacer las necesidades humanas. Se considera que el trabajo, as entendido,

    se encuentra en el corazn de toda vida social: constituye el mundo social y es la fuente de toda

    riqueza social. Este enfoque atribuye al trabajo social transhistricamente lo que Marx

    analizaba como rasgos histricamente especficos del trabajo en el capitalismo. Tal concepcin

    transhistrica del trabajo est ligada a una comprensin determinada de las categoras bsicas

    de la crtica de Marx de la economa poltica y, por tanto, de su anlisis del capitalismo. La

  • teora del valor de Marx, por ejemplo, ha sido generalmente interpretada como un intento de

    mostrar que la riqueza social es creada, siempre y en todo lugar, por el trabajo humano, y que,

    en el capitalismo, el trabajo sirve de base a un modo de distribucin no consciente,

    "automtico", mediado por el mercado4. Su teora del plusvalor, segn tales perspectivas, busca

    demostrar que, pese a las apariencias, el excedente en el capitalismo es creado nicamente por

    el trabajo, apropindose la clase capitalista de l. Dentro de este marco general, pues, el anlisis

    crtico del capitalismo de Marx es principalmente una crtica de la explotacin desde el punto

    de vista del trabajo: desmistifica la sociedad capitalista, primero, al descubrir que el trabajo es

    la verdadera fuente de la riqueza social, y, despus, al demostrar que esa sociedad se apoya

    sobre un sistema de explotacin.

    La teora crtica de Marx, por supuesto, tambin define un desarrollo histrico que apunta a

    la posibilidad emergente de una sociedad libre. Su anlisis de la trayectoria del desarrollo

    capitalista, segn las interpretaciones tradicionales, se puede explicar de este modo: la

    estructura del capitalismo de libre mercado dio origen a la produccin industrial,

    incrementndose en gran medida la cantidad de riqueza social creada. En el capitalismo, sin

    embargo, esa riqueza sigue siendo extrada mediante un proceso de explotacin y es distribuida

    de manera tremendamente desigual. En cualquier caso, surgira una creciente contradiccin

    entre la produccin industrial y las relaciones de produccin existentes. Como resultado del

    permanente proceso de acumulacin de capital, caracterizado por la competitividad y las crisis,

    el modo de distribucin social fundado en el mercado y la propiedad privada se va adecuando

    cada vez menos a la produccin industrial desarrollada. La dinmica histrica del capitalismo,

    sin embargo, no slo convierte en anacrnicas las antiguas relaciones sociales de produccin,

    sino que tambin da origen a la posibilidad de un nuevo conjunto de relaciones sociales.

    Genera las condiciones previas, tcnicas, sociales y organizativas, para la abolicin de la

    propiedad privada y la planificacin centralizada por ejemplo, la centralizacin y

    concentracin de los medios de produccin, la separacin de la propiedad y la gestin, y la

    constitucin y concentracin de un proletariado industrial. Estos desarrollos dieron lugar a la

    posibilidad histrica de que la explotacin y la dominacin de clase pudieran ser abolidas, y de

    que se pudiera crear un nuevo modo de distribucin, justo y regulado racionalmente. El

    objetivo de la crtica histrica de Marx, segn esta interpretacin, es el modo de distribucin.

    Esta proposicin puede resultar paradjica, ya que el marxismo es generalmente

    considerado como una teora de la produccin. Por lo tanto, consideremos brevemente el papel

    de la produccin en la interpretacin tradicional. Si las fuerzas productivas (que, segn Marx,

    entran en contradiccin con las relaciones capitalistas de produccin) son identificadas con el

    modo de produccin industrial, entonces ese modo es implcitamente comprendido como un

    proceso puramente tcnico, intrnsecamente independiente del capitalismo. El capitalismo es

    tratado como un conjunto de factores extrnsecos que traban el desarrollo del proceso de

    produccin: la propiedad privada y las condiciones exgenas de la valorizacin del capital en

    una economa de mercado. Por consiguiente, la dominacin social en el capitalismo es

    comprendida bsicamente como una dominacin de clase que permanece externa al proceso de

    produccin. Este anlisis implica que la produccin industrial, una vez constituida

    histricamente, es independiente del capitalismo y no est intrnsecamente relacionada con l.

    La contradiccin marxiana entre fuerzas y relaciones de produccin, cuando es comprendida

    como una tensin estructural entre, por un lado, la produccin industrial y, por el otro, la

    propiedad privada y el mercado, es aprehendida como una contradiccin entre el modo de

    produccin y el modo de distribucin. Por ello, la transicin del capitalismo al socialismo es

    4 Vase Paul Sweezy, The Theory of Capitalist Development (New York, 1969), pgs. 52-53; Maurice Dobb,

    Political Economy and Capitalism (Londres, 1940), pgs. 70-71; Ronald Meek, Studies in the Labour Theory of

    Value (ed, New York, 1956), pg. 155.

  • vista como una transformacin del modo de distribucin (propiedad privada, mercado) pero no

    del de produccin. Por el contrario, el desarrollo de la produccin industrial a gran escala es

    tratado como la mediacin histrica que vincula el modo capitalista de distribucin con la

    posibilidad de otra organizacin social de distribucin. Sin embargo, el modo de produccin

    industrial basado en el trabajo proletario, una vez desarrollado, se considera como

    histricamente definitivo.

    Esta interpretacin de la trayectoria del desarrollo capitalista expresa claramente una actitud

    afirmativa con respecto a la produccin industrial como modo de produccin que genera las

    condiciones para la abolicin del capitalismo y constituye los cimientos del socialismo. El

    socialismo es visto como una nueva manera de administrar polticamente, y de regular

    econmicamente, el mismo modo industrial de produccin al que el capitalismo dio origen; se

    piensa que es un modo de distribucin social no slo ms justo, sino ms adecuado a la

    produccin industrial. Esta adecuacin es, pues, considerada como una condicin previa,

    histrica y central, para una sociedad ms justa. Tal crtica social es, esencialmente, una crtica

    histrica del modo de distribucin. En tanto teora de la produccin, el marxismo tradicional

    no supone una crtica de la produccin. Ms bien al contrario: el modo de produccin ofrece el

    punto de vista de la crtica y el criterio frente al cual la adecuacin histrica del modo de

    distribucin es juzgada.

    Otra manera de conceptualizar el socialismo, sugerida por esa crtica del capitalismo, es una

    sociedad en la que el trabajo, sin el estorbo de las relaciones capitalistas, estructure

    abiertamente la vida social y la riqueza que cree sea distribuida de manera ms justa. En el

    marco tradicional, la "realizacin" histrica del trabajo su desarrollo histrico completo y su

    emergencia como base de la vida social y la riqueza es la condicin fundamental de la

    emancipacin social general.

    Esta visin del socialismo como realizacin histrica del trabajo es tambin evidente en la

    nocin de que el proletariado la clase obrera intrnsecamente relacionada con la produccin

    industrial encontrar su plena justificacin como clase universal en el socialismo. Es decir,

    la contradiccin estructural del capitalismo es vista, en otro nivel, como una oposicin de clase

    entre los capitalistas, que poseen y controlan la produccin, y los proletarios que, si bien han de

    vender sus capacidades laborales para sobrevivir con su trabajo, crean la riqueza de la sociedad

    (y la de los capitalistas). Esta oposicin de clase, al afirmarse sobre la contradiccin estructural

    del capitalismo, posee una dimensin histrica: mientras que la clase capitalista es la clase

    dominante en el orden actual, la clase obrera est arraigada en la produccin industrial y, por

    ello, en las bases histricas de un nuevo orden socialista. La oposicin entre estas dos clases es

    vista como una oposicin entre explotados y explotadores y, al mismo tiempo, como una

    oposicin entre intereses universales y particulares. Bajo el capitalismo, la riqueza social

    general producida por los trabajadores no beneficia a todos los miembros de la sociedad, sino

    que los capitalistas se apropian de ella para sus fines particulares. La crtica del capitalismo

    desde el punto de vista del trabajo es una crtica en la que las relaciones sociales dominantes

    (propiedad privada) son criticadas como particularistas desde una posicin universalista: lo que

    es universal y autnticamente social queda constituido por el trabajo, pero las relaciones

    capitalistas particularistas entorpecen su completa realizacin. La visin de la emancipacin

    sugerida por esta comprensin del capitalismo es, como veremos, totalizadora.

    Dentro de este marco bsico, que he denominado "marxismo tradicional", han habido

    diferencias tericas y polticas extremadamente importantes: por ejemplo, teoras deterministas

    opuestas a los intentos de tratar la subjetividad social y la lucha de clases como aspectos

    integrales de la historia del capitalismo; comunistas consejistas frente a comunistas de partido;

    teoras "cientficas" frente a aquellas que buscaban de diversas maneras sintetizar marxismo y

    psicoanlisis, o desarrollar una teora crtica de la cultura o de la vida cotidiana. En cualquier

    caso, dado que todas ellas se han quedado en las suposiciones bsicas en relacin con el trabajo

  • y las caractersticas esenciales del capitalismo y del socialismo antes citadas, permanecen

    ligadas al marco del marxismo tradicional. De modo que, por muy incisivos que sean los

    distintos anlisis sociales, polticos, histricos, culturales y econmicos, que este marco terico

    ha generado, sus limitaciones se han hecho cada vez ms evidentes a la luz de diversos avances

    del siglo XX. Por ejemplo, la teora ha podido analizar la trayectoria histrica del capitalismo

    liberal que llev a una fase caracterizada por la supresin, parcial o total, del mercado como

    agente principal de la distribucin, relevado por el Estado intervencionista. Pero, dado que el

    objetivo de la crtica tradicional es el modo de distribucin, la ascensin de un capitalismo de

    intervencionismo estatal ha planteado graves problemas para su enfoque terico. Si las

    categoras de la crtica de la economa poltica se aplican slo a una economa mediada por el

    mercado, autorregulada, y a la apropiacin privada del excedente, el crecimiento del Estado

    intervencionista implica que dichas categoras ya no son tan adecuadas para una crtica social

    contempornea. Ya no aprehenden la realidad social adecuadamente. Por consiguiente, la

    teora marxista tradicional se ha vuelto cada vez ms incapaz de ofrecer una crtica histrica del

    capitalismo post-liberal, y slo le quedan dos opciones. Puede agrupar las transformaciones

    cualitativas del capitalismo en el siglo XX y concentrarse en aquellos aspectos mercantiles que

    sigan existiendo y, de ese modo, conceder implcitamente que se ha convertido en una crtica

    parcial, o puede limitar la aplicabilidad de las categoras marxianas al capitalismo

    decimonnico y tratar de desarrollar una nueva crtica, presumiblemente ms adecuada a las

    condiciones contemporneas. A lo largo de esta obra, tratar las dificultades tericas

    comprendidas en algunos intentos del ltimo tipo.

    Las debilidades del marxismo tradicional a la hora de enfrentarse a la sociedad postliberal

    son particularmente visibles al analizar de modo sistemtico "el socialismo realmente

    existente". No todos los tipos de marxismo tradicional apoyaron la idea de sociedades

    "socialistas realmente existentes", como la Unin Sovitica. En cualquier caso, este enfoque

    terico no permite un anlisis crtico adecuado de ese tipo de sociedad. Interpretadas de manera

    tradicional, las categoras marxianas son de escasa utilidad para formular una crtica social de

    una sociedad regulada y dominada por el Estado. As, la Unin Sovitica fue considerada a

    menudo socialista porque la propiedad privada y el mercado haban sido abolidos, siendo

    atribuida la continua falta de libertad a instituciones burocrticas represoras. Esta postura

    sugiere, sin embargo, que no existe relacin entre la naturaleza del mbito socioeconmico y el

    carcter del mbito poltico. Indica que las categoras de la crtica social de Marx (como el

    valor), cuando son entendidas en trminos del mercado y de propiedad privada, no pueden

    aprehender los fundamentos de una continuada o creciente falta de libertad en el "socialismo

    realmente existente", y, por tanto, no pueden ofrecer una base para una crtica histrica de tales

    sociedades. Dentro de este marco, la relacin entre socialismo y libertad se ha convertido en

    contingente; sin embargo, esto implica que una crtica histrica del capitalismo emprendida

    desde el punto de vista del socialismo ya no puede ser considerada como una crtica de las

    bases de la falta de libertad y de la alienacin desde el punto de vista de la emancipacin

    general humana 5. Estos problemas fundamentales sealan los lmites de la interpretacin

    tradicional, muestran que un anlisis del capitalismo que se centre exclusivamente en el

    mercado y la propiedad privada ya no puede servir como base adecuada para una teora crtica

    emancipadora.

    A medida que esta debilidad fundamental se ha ido haciendo ms evidente, el marxismo

    tradicional ha sido cada vez ms cuestionado. Ms an, la base terica de su crtica social del

    capitalismo la afirmacin de que el trabajo humano es la fuente social de toda riqueza ha

    5 Se puede llegar a una observacin similar respecto a la relacin entre socialismo, cuando ste queda definido en

    trminos de planificacin econmica y propiedad pblica de los medios de produccin, y la superacin de una

    dominacin basada en el gnero.

  • sido criticada a la luz de la creciente importancia que en el proceso de produccin tienen el

    conocimiento cientfico y la tecnologa avanzada. El marxismo tradicional no slo es incapaz

    de ofrecer la base para un adecuado anlisis histrico del "socialismo realmente existente" (o

    de su colapso), sino que su anlisis crtico del capitalismo y sus ideales emancipadores se han

    ido alejando cada vez ms de los temas y las fuentes de la actual insatisfaccin social en los

    pases industrialmente avanzados. Esto es particularmente cierto en lo relativo a su

    focalizacin, exclusiva y positiva, en la clase, y en su afirmacin del trabajo proletario

    industrial y los tipos especficos de produccin y "progreso" tecnolgico que caracterizan al

    capitalismo. En una poca de crecientes crticas a dichos "progreso" y "crecimiento", una

    mayor concienciacin sobre los problemas ecolgicos, un extenso descontento con las formas

    existentes de trabajo, una creciente preocupacin por la libertad poltica y la cada vez mayor

    importancia de las identidades sociales no fundadas en la clase (gnero o etnicidad, por

    ejemplo), el marxismo tradicional parece cada vez ms anacrnico. Tanto en Oriente como en

    Occidente, los avances del siglo XX lo han mostrado como histricamente inapropiado.

    La crisis del marxismo tradicional, sin embargo, no obvia en modo alguno la necesidad de

    una crtica social que sea adecuada al capitalismo contemporneo6. Por el contrario, llama la

    atencin sobre la necesidad de tal crtica. Nuestra situacin histrica puede ser entendida en

    trminos de una transformacin de la sociedad moderna y capitalista del mismo alcance

    social, poltico, econmico y cultural que la anterior transformacin en la que el capitalismo

    liberal pas a ser intervenido por el Estado. Parece que estemos entrando en otra fase histrica

    ms del capitalismo desarrollado7. Los contornos de esta nueva fase an no estn claros, pero

    en estas dos ltimas dcadas hemos presenciado un relativo declive en importancia de las

    instituciones y centros de poder que se encontraban en el corazn del capitalismo de

    intervencin estatal: un capitalismo caracterizado por la produccin centralizada, grandes

    sindicatos industriales, una permanente intervencin gubernamental en la economa y un

    Estado del bienestar ampliamente extendido. Dos tendencias histricas aparentemente

    opuestas han contribuido a este debilitamiento de las instituciones centrales de la fase de

    intervencin estatal del capitalismo: por un lado, una descentralizacin parcial de la

    produccin y la poltica, con la aparicin de una pluralidad de agrupaciones, organizaciones,

    movimientos sociales, partidos, subculturas, etc.; y, por otro lado, un proceso de globalizacin

    y concentracin del capital que se ha producido en un nuevo y muy abstracto nivel, muy

    alejado de la experiencia inmediata y, al parecer, por el momento, ajeno a un control eficaz por

    parte del Estado.

    Estas tendencias no deberan, sin embargo, ser entendidas en trminos de un proceso

    histrico lineal. Incluyen avances que subrayan el carcter anacrnico e inapropiado de la

    teora tradicional, por ejemplo, la ascensin de nuevos movimientos sociales como los

    movimientos ecologistas de masas, los movimientos de mujeres, los movimientos de

    emancipacin de minoras, as como una creciente insatisfaccin con (y una polarizacin en

    relacin a) las clases de trabajo existentes y los sistemas de valores e instituciones

    tradicionales. Pero con todo, desde principios de la dcada de 1970, nuestra situacin histrica

    tambin se ha caracterizado por la reaparicin de manifestaciones "clsicas" del capitalismo

    industrial, como los trastornos econmicos mundiales y una intensificada rivalidad

    intercapitalista a escala global. Considerados en conjunto, estos avances sugieren que un

    6 Vase Stanley Aronowitz, The Crisis in Historical Materialism (New York, 1981).

    7 Para intentos de definir y teorizar esta nueva fase del capitalismo, vase: David Harvey, The Condition of Post-

    modernity (Oxford y Cambridge, Mass, 1989); Scott Lash y John Urry, The End of Organized Capitalism

    (Madison, Wisc., 1987); Claus Offe, Disorganized Capitalism, ed. John Keane (Cambridge, Mass., 1985); Mi-

    chael J. Piore y Charles F. Sabel, The Second Industrial Divide (New York, 1984); Ernest Mandel, Late Capital-

    ism, traduccin de Joris De Bres (Londres, 1975); Joachim Hirsch y Roland Roth, Das neue Gesicht des

    Kapitalismus (Hamburgo, 1986).

  • anlisis crtico adecuado a la sociedad capitalista contempornea ha de poder aprehender sus

    nuevas y significativas dimensiones, as como su continuidad subyacente como capitalismo.

    Tal anlisis, en otras palabras, debe evitar la unilateralidad terica de las versiones ms

    ortodoxas del marxismo tradicional. A menudo stas pueden indicar que las crisis y la rivalidad

    intercapitalista son caractersticas permanentes del capitalismo (a pesar de la aparicin del

    Estado intervencionista), pero no estudian los cambios histricos cualitativos en la identidad y

    naturaleza de las agrupaciones sociales que expresan su descontento y oposicin, o los cambios

    en el carcter de sus necesidades, insatisfacciones, aspiraciones y modalidades de conciencia.

    Con todo, un anlisis adecuado debe evitar tambin la tendencia, igualmente unilateral, a

    estudiar slo estos ltimos cambios, bien sea ignorando el "mbito econmico" o sencillamente

    asumiendo que, con la ascensin del Estado intervencionista, las consideraciones econmicas

    han ido perdiendo importancia. Por ltimo, no podremos formular crtica adecuada alguna si

    nos limitamos a sumar aquellos anlisis que han seguido centrndose en cuestiones

    econmicas con aquellos que han estudiado los cambios sociales y culturales cualitativos al

    menos mientras las presuposiciones tericas bsicas de tal crtica sigan siendo las de la teora

    marxista tradicional. El carcter cada vez ms anacrnico del marxismo tradicional y sus

    graves debilidades como teora crtica emancipadora le son intrnsecos; en definitiva, estn

    arraigados en su fracaso a la hora de aprehender adecuadamente el capitalismo.

    Ese fracaso se ha hecho ms evidente a la luz de la actual transformacin de la sociedad

    capitalista moderna. Al igual que la Gran Depresin revel los lmites de la "autorregulacin"

    de la economa mediada por el mercado y demostr las deficiencias de las concepciones que

    igualaban al capitalismo con el capitalismo liberal, el perodo de crisis que acab con los aos

    de posguerra, de prosperidad y expansin econmica, subray los lmites de la capacidad del

    Estado intervencionista para regular la economa, lo cual puso en duda las concepciones

    lineales del desarrollo del capitalismo de una fase liberal a una centrada en el Estado. La

    expansin del Estado del bienestar tras la II Guerra Mundial fue posible, a largo plazo, por un

    alza de la economa del mundo capitalista. Desde entonces, el Estado del bienestar ha

    demostrado haber sido una fase del desarrollo capitalista y no el resultado de que los mbitos

    polticos hubieran obtenido, triunfal y permanentemente, el control del mbito econmico. De

    hecho, el desarrollo del capitalismo en las dos ltimas dcadas ha invertido las tendencias

    evidentes del perodo previo, debilitando e imponiendo lmites al intervencionismo estatal.

    Este hecho se puso de manifiesto con la crisis del Estado del bienestar en Occidente crisis

    que proclam el fin del Keynesianismo y reafirm manifiestamente la dinmica contradictoria

    del capitalismo, as como con la crisis y cada de la mayora de los Estados y partidos

    comunistas en el Este8.

    Es digno de mencin el hecho de que las crisis y dislocaciones mundiales asociadas a esta

    ltima transformacin del capitalismo, comparadas con la situacin tras la cada del

    capitalismo liberal a finales de la dcada de 1920, hayan provocado escasos anlisis crticos

    desde una postura que seale la posible superacin del capitalismo, lo cual puede interpretarse

    como una expresin de inseguridad terica. La crisis del capitalismo de intervencin estatal

    indica que el capitalismo sigue desarrollndose con una dinmica cuasi-autnoma. Este

    desarrollo exige, por lo tanto, una reconsideracin crtica de aquellas teoras que haban

    interpretado el desplazamiento del mercado a favor del Estado como una seal del final

    efectivo de las crisis econmicas. Sin embargo, la naturaleza subyacente al capitalismo, al

    8 La relacin histrica entre los dos indica, implcitamente, que "el socialismo realmente existente", as como los

    sistemas de asistencia social en Occidente deberan ser concebidos no como formaciones sociales

    fundamentalmente diferentes, sino como variaciones, distintas en gran medida, del modo general de

    intervencionismo estatal del capitalismo mundial a lo largo del siglo XX. Lejos de demostrar la victoria del

    capitalismo sobre el socialismo, el reciente colapso del "socialismo realmente existente" podra entenderse como

    una seal del colapso de la ms rgida, vulnerable y opresiva modalidad de capitalismo de intervencin estatal.

  • proceso dinmico que, una vez ms, se ha afirmado manifiestamente, no est clara. Ya no

    resulta convincente proclamar que "el socialismo" representa la respuesta a los problemas del

    capitalismo, cuando lo que se quiere plantear es sencillamente la introduccin de una

    planificacin central y la propiedad estatal (o incluso pblica).

    La tan a menudo citada "crisis del marxismo", as pues, no expresa nicamente el

    desilusionado rechazo al "socialismo realmente existente", la decepcin con el proletariado y la

    inseguridad en cuanto a otros posibles agentes sociales para una transformacin social

    fundamental. Bsicamente, dicha crisis es expresin de una profunda inseguridad en cuanto a

    la naturaleza esencial del capitalismo y de lo que significara su superacin. Diversas posturas

    tericas de las ltimas dcadas el dogmatismo de muchos grupos de la Nueva Izquierda a

    finales de la dcada de 1960 y comienzos de la de 1970, las crticas puramente polticas que

    reaparecieron posteriormente, y muchas posturas "postmodernas" contemporneas pueden

    verse como expresiones de esta inseguridad sobre la naturaleza de la sociedad capitalista, e

    incluso como un alejamiento del propio intento de aprehenderla. Tal inseguridad puede

    concebirse, en parte, como expresin de un fracaso bsico del enfoque marxista tradicional.

    Sus debilidades no slo han quedado reveladas por sus dificultades ante el "socialismo

    realmente existente", sino tambin con respecto a las necesidades e insatisfacciones expresadas

    por los nuevos movimientos sociales; ms concretamente, ha quedado patente que ese

    paradigma terico no ofrece una concepcin satisfactoria de la naturaleza del propio

    capitalismo que se asiente en un anlisis adecuado de las condiciones cambiantes del mismo, y

    que aprehenda sus estructuras fundamentales de modo tal que seale la posibilidad de su

    transformacin histrica. La transformacin sugerida por el marxismo tradicional ya no es

    plausible como "solucin" a los males de la sociedad moderna.

    Si la sociedad moderna ha de ser analizada como capitalista y, por ello, como transformable

    en un nivel fundamental, entonces el ncleo esencial del capitalismo debe ser

    reconceptualizado. A partir de esa base, se podra formular una teora crtica diferente de la

    naturaleza y trayectoria de la sociedad moderna que intente aferrar social e histricamente las

    bases de la falta de libertad y la alienacin en la sociedad moderna. Tal anlisis contribuira

    adems a la teora poltica democrtica. La historia del marxismo tradicional ha demostrado

    con demasiada claridad que la cuestin de la libertad poltica debe considerarse como central

    en toda postura crtica. En cualquier caso, lo cierto es que una teora democrtica adecuada

    requiere un anlisis histrico de las condiciones sociales de la libertad, y ste no puede ser

    emprendido desde una postura normativa abstracta, o desde una hipstasis del mbito de la

    poltica.

    Reconstruir una teora crtica de la sociedad moderna

    Mi reconceptualizacin de la naturaleza de la teora crtica de Marx es una respuesta a la

    transformacin histrica del capitalismo y a las debilidades del marxismo tradicional arriba

    citadas 9 . Mi lectura de los Grundrisse de Marx, versin preliminar de su ya totalmente

    desarrollada crtica de la economa poltica, me llev a reevaluar la teora crtica que desarroll

    en sus escritos de madurez, especialmente en El Capital. Esa teora, a mi juicio, es diferente de,

    9 Iring Fetscher tambin ha criticado algunos principios centrales de las nociones de socialismo sugeridas por

    crticas ms tradicionales del capitalismo. Ha exigido una renovada crtica democrtica del capitalismo, as como

    del "socialismo realmente existente", que sera crtica con el crecimiento desenfrenado y las tcnicas

    contemporneas de produccin. Se preocupara por las condiciones sociales y polticas para una genuina

    heterogeneidad individual y cultural, y sera sensible con la cuestin de una firme relacin ecolgica entre el

    hombre y la naturaleza. Vase Iring Fetscher, "The Changing Goals of Socialism in the Twentieth Century", So-

    cial Research 47 (Primavera, 1980). Para una primera versin de esta postura, vase Fetscher, Karl Marx und der

    Marxismus (Munich, 1967).

  • y ms poderosa que, el marxismo tradicional; tambin tiene una mayor relevancia

    contempornea. La reinterpretacin de la concepcin de Marx acerca de las relaciones bsicas

    que estructuran la sociedad capitalista presentada en esta obra podra, en mi opinin, servir

    como punto de partida para una teora crtica del capitalismo que pudiera superar muchas de las

    carencias de la interpretacin tradicional, as como estudiar ms satisfactoriamente muchos

    problemas y procesos recientes.

    Esta reinterpretacin, adems de estar pensada como una crtica hacia, ha sido influida por,

    los enfoques de Georg Lukcs (especialmente en Historia y conciencia de clase) y de

    miembros de la Escuela de la Teora Crtica de Frankfurt. Esos enfoques, basados en

    sofisticadas comprensiones de la crtica de Marx, eran respuestas tericas a la transformacin

    histrica del capitalismo: de una modalidad de capitalismo liberal, centrado en el mercado, a

    una modalidad organizada, burocrtica, centrada en el Estado, mediante una

    reconceptualizacin del capitalismo. Dentro de esta tradicin interpretativa, la teora de Marx

    no se considera nicamente como una teora de la produccin material y la estructura de clase,

    y mucho menos de la economa. En su lugar, es entendida como una teora de la constitucin

    histrica de determinadas formas, reificadas, de objetividad y subjetividad social, tomndose

    su crtica de la economa poltica como un intento de analizar crticamente las formas culturales

    y las estructuras sociales de la civilizacin capitalista10. Adems, se parte del hecho de que la

    teora de Marx aprehende la relacin entre teora y sociedad autorreflexivamente, tratando de

    analizar su contexto la sociedad capitalista de tal manera que se site histricamente y

    justifique la posibilidad de su propio punto de vista. (Este intento de asentar socialmente la

    posibilidad de una crtica terica se ve como un aspecto necesario para cualquier intento de

    fundamentar la posibilidad de una accin social antagonista y transformadora.)

    Comparto su proyecto general de desarrollar una amplia y coherente crtica social, poltica y

    cultural adecuada a la sociedad capitalista contempornea, mediante una teora social

    autorreflexiva con un propsito emancipador. De todas modos, como elaborar ms tarde,

    algunos de sus supuestos tericos bsicos impidieron, de diversas formas, que Lukcs, al igual

    que los miembros de la Escuela de Frankfurt, alcanzaran totalmente sus objetivos tericos. Por

    un lado, reconocieron las insuficiencias de una teora crtica de la modernidad que defina el

    capitalismo nicamente en trminos decimonnicos, es decir, en trminos de mercado y

    propiedad privada; por otro lado, sin embargo, siguieron ligados a ciertas presuposiciones de

    ese mismo tipo de teora, en particular, a su concepcin transhistrica del trabajo. Su objetivo

    programtico de desarrollar una concepcin del capitalismo adecuada al siglo XX no podra ser

    alcanzado sobre la base de semejante comprensin del trabajo. Mi propsito es apropiarme de

    la idea crtica de esta tradicin interpretativa reinterpretando el anlisis de Marx de la

    naturaleza y la relevancia del trabajo en el capitalismo.

    De acuerdo con mi interpretacin, el anlisis marxiano del capitalismo, pese a que implica

    una crtica de la explotacin y del modo burgus de distribucin (el mercado, la propiedad

    privada), no se lleva a cabo desde el punto de vista del trabajo, sino que se basa ms bien en una

    crtica al trabajo en el capitalismo. La teora crtica de Marx intenta mostrar que el trabajo en el

    capitalismo desempea un papel histricamente nico como mediador de las relaciones

    sociales, pretendiendo asimismo esclarecer las consecuencias de esta clase de mediacin. El

    10 Otros desarrollos de esta postura se pueden encontrar, por ejemplo: en Georg Lukcs, History and Class

    Consciousness, traduccin de Rodney Livingstone (Londres, 1971); Max Horkheimer, "Traditional and Critical

    Theory", en Max Horkheimer, Critical Theory, traduccin de Matthew J. O'Connell y otros (New York, 1972) [la

    traduccin no es correcta]; Herbert Marcuse, "Philosophy and Critical Theory", en Stephen Bronner y Douglas

    Kellner, eds., Critical Theory and Society (New York y Londres, 1989); Theodor Adorno, Negative Dialectics,

    traduccin de E. B. Ashton (New York, 1973); Alfred Schmidt, "Zum Erkenntnisbegriff der Kritik der politischen

    konomie", en Walter Euchner y Alfred Schmidt, eds., Kritik der politischen konomie heute; 100 Jahre Kapital

    (Frankfurt, 1968).

  • hecho de que se centre en el trabajo en el capitalismo no implica que el proceso material de

    produccin sea necesariamente ms importante que otros mbitos de la vida social. Ms bien,

    su anlisis de la especificidad del trabajo en el capitalismo indica que la produccin en el

    capitalismo no es un puro proceso tcnico; sino que se encuentra inextricablemente

    relacionado a, y moldeado por, las relaciones sociales bsicas de aquella sociedad. Dicha

    sociedad, por tanto, no puede ser comprendida nicamente en referencia al mercado y a la

    propiedad privada. Esta interpretacin de la teora de Marx ofrece la base para una crtica de la

    forma de la produccin y la forma de la riqueza (esto es, del valor) que caracterizan al

    capitalismo, antes que para un simple cuestionamiento de su apropiacin privada. Caracteriza

    al capitalismo en trminos de un modo social abstracto de dominacin asociado a la peculiar

    naturaleza del trabajo en esta sociedad, y localiza en ese modo de dominacin el fundamento

    esencial del "crecimiento" desenfrenado y del carcter crecientemente fragmentado del trabajo,

    e incluso de la existencia individual, en esa sociedad. Tambin sugiere que la clase obrera es

    intrnseca al capitalismo ms que la encarnacin de su negacin. Como veremos, una

    aproximacin semejante reinterpreta la concepcin de Marx de la alienacin a la luz de su

    crtica de madurez al trabajo en el capitalismo y sita esta concepcin, reinterpretada, de la

    alienacin en el centro de su crtica de esa sociedad.

    Claramente, tal crtica de la sociedad capitalista difiere totalmente de la crtica

    "productivista", caracterstica de muchas interpretaciones marxistas tradicionales, que

    reafirman el trabajo proletario, la produccin y el "crecimiento" industriales sin trabas.

    Realmente, desde el punto de vista de la reconsideracin aqu presentada, la postura

    productivista no representa una crtica fundamental: no slo fracasa a la hora de sealar ms

    all del capitalismo, hacia una posible sociedad futura, sino que reafirma algunos aspectos

    centrales del capitalismo en s. Con respecto a esto, la reconstruccin de la teora crtica de

    madurez de Marx emprendida en esta obra ofrece el punto de partida para una crtica del

    paradigma productivista en la tradicin marxista. Sealar que lo que generalmente la tradicin

    marxista ha tratado afirmativamente es precisamente objeto de crtica en obras posteriores de

    Marx. Me propongo sealar esta diferencia no slo para indicar que la teora de Marx no era

    productivista y, por tanto, cuestionar una tradicin terica que supuestamente se basa en los

    textos de Marx, sino para mostrar adems cmo la propia teora de Marx ofrece una

    poderosa crtica del paradigma productivista que no se limita a rechazar ese paradigma como

    falso, sino que trata de hacerlo comprensible en trminos sociales e histricos. Lo hace

    fundamentando tericamente la posibilidad de tal pensamiento en las formas sociales

    estructurantes de la sociedad capitalista. De este modo, el anlisis categorial de Marx11 del

    capitalismo ofrece el fundamento para una crtica del paradigma de la produccin en tanto

    postura que expresa un momento de la realidad histrica de la sociedad capitalista pero que

    lo hace de una manera transhistrica y, por ende, no crtica sino afirmativa.

    Presentar una interpretacin similar de la teora de la historia de Marx. Su nocin de una

    lgica inmanente del desarrollo histrico no es ni transhistrica, ni afirmativa en sus obras de

    madurez, sino crtica, y se refiere especficamente a la sociedad capitalista. Marx localiza el

    fundamento de un tipo particular de lgica histrica en la especfica forma social de la sociedad

    capitalista. Su posicin ni afirma la existencia de una lgica transhistrica de la historia, ni

    niega la existencia de algn tipo de lgica histrica. En su lugar, trata dicha lgica como una

    caracterstica de la sociedad capitalista que puede ser, y ha sido, proyectada sobre toda la

    historia de la humanidad.

    11 Para evitar malos entendidos que pudieran surgir con el trmino "categrico", empleo "categorial" para

    referirme al intento de Marx de aprehender las formas de la vida social moderna mediante las categoras de su

    crtica de madurez.

  • La teora de Marx, al pretender de este modo que las modalidades de pensamiento sean

    social e histricamente plausibles, intenta, reflexivamente, hacer plausibles tambin sus

    propias categoras. La teora, pues, es tratada como parte de la realidad social en la que existe.

    La aproximacin que propongo es un intento de formular una crtica del paradigma de la

    produccin sobre la base de las categoras sociales de la crtica marxiana de la produccin, y

    con ello ligar la crtica de la teora con una posible crtica social. Esta aproximacin posibilita

    una teora crtica de la sociedad moderna que no implique una afirmacin de la modernidad

    racionalista, universalista, abstracta, ni una crtica antirracionalista y antimoderna. Por el

    contrario, busca superar ambas posiciones tratando su oposicin como definida y arraigada

    histricamente en la naturaleza de las relaciones sociales capitalistas.

    La reinterpretacin de la teora crtica de Marx aqu presentada se basa en la reconsideracin

    de las categoras fundamentales de su crtica de la economa poltica, tales como el valor, el

    trabajo abstracto, la mercanca y el capital. Estas categoras, segn Marx, "expresan por lo

    tanto formas del ser [Daseinformen], determinaciones de existencia [Existenzbestimmungen]

    (...) de esta sociedad determinada"12. Son, por as decirlo, categoras de una etnografa crtica de

    la sociedad capitalista emprendida desde dentro categoras que intencionadamente expresan

    las formas bsicas de objetividad y subjetividad social que estructuran las dimensiones

    sociales, econmicas, histricas y culturales de la vida en esa sociedad, y que se encuentran,

    ellas mismas, constituidas por determinadas clases de prcticas sociales.

    Sin embargo, las categoras de la crtica de Marx han sido muy a menudo consideradas

    como categoras puramente econmicas. La "teora del valor trabajo" de Marx, por ejemplo, ha

    sido entendida como un intento de explicar, "en primer lugar, los precios relativos y la

    proporcin de la ganancia en equilibrio; en segundo lugar, la condicin de posibilidad del

    intercambio de valores y de la ganancia; y, por ltimo, la asignacin racional de bienes en una

    economa planificada"13. Una aproximacin tan restringida a tales categoras cuando se enfrenta

    a las dimensiones sociales, histricas y cultural-epistemolgicas de la teora crtica de Marx las

    entiende nicamente en relacin con los pasajes que abordan explcitamente dichas

    dimensiones, sacndolas del contexto de su anlisis categorial. La amplitud y la naturaleza

    sistemtica de la teora crtica de Marx, sin embargo, slo puede ser plenamente aprehendida

    mediante un anlisis de sus categoras, entendidas como determinaciones del ser social en el

    capitalismo. Slo se puede reconstruir adecuadamente la lgica interna de su crtica cuando las

    afirmaciones explcitas de Marx son entendidas en relacin con el despliegue de sus categoras.

    Por lo tanto, prestar una considerable atencin a reconsiderar las determinaciones e

    implicaciones de las categoras bsicas de la teora crtica de Marx.

    Al reinterpretar la crtica marxiana, tratar de reconstruir su naturaleza sistemtica y

    recuperar su lgica interna. No examinar la posibilidad de tendencias divergentes o

    contradictorias en las obras de madurez de Marx, ni rastrear el desarrollo de su pensamiento.

    Metodolgicamente, mi intencin es interpretar las categoras fundamentales de la crtica de la

    economa poltica de Marx de un modo tan lgicamente coherente y sistemticamente

    poderoso como sea posible, para determinar la teora del ncleo del capitalismo la que define

    al capitalismo como tal a travs de sus diversas fases sugerida por dichas categoras. Mi

    crtica del marxismo tradicional es una parte de esta reconceptualizacin de la teora marxiana

    en su mayor nivel de coherencia.

    Esta aproximacin podra servir adems como punto de partida para un esfuerzo por situar

    histricamente las propias obras de Marx. Tal intento reflexivo podra examinar, en esas obras,

    12 Karl Marx, Grundrisse: Foundations of the Critique of Political Economy, traduccin de Martin Nicolaus

    (Londres, 1973), [Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse) 1857-1858,

    Siglo XXI, traduccin de Pedro Scaron (Mxico, 1989, Dcimosegunda Edicin)] pg. 106 [1: 27].

    13 Jon Elster, Making Sense of Marx (Cambridge, 1985), pg. 127.

  • los elementos "tradicionales" y las posibles tensiones internas sugeridas por sus categoras

    fundamentales, esto es, desde el punto de vista de la teora de la naturaleza subyacente al

    capitalismo y a su trayectoria. Algunas de esas tensiones internas podran entenderse entonces

    en trminos de una tensin entre, por un lado, la lgica del anlisis categorial de Marx del

    capitalismo como un todo y, por otro lado, su ms inmediata crtica del capitalismo liberal es

    decir, en trminos de una tensin entre dos diferentes niveles de ubicacin histrica. En esta

    obra, sin embargo, escribir como si la autocomprensin de Marx fuera la sugerida por la

    lgica de su teora del ncleo de la formacin social capitalista. Dado que aqu espero

    contribuir a la reconstitucin sistemtica de una teora social crtica del capitalismo, la cuestin

    de si la verdadera autocomprensin de Marx era realmente adecuada a esa lgica es, para

    nuestros intereses actuales, de menor importancia.

    Esta obra est concebida como la fase inicial de mi reinterpretacin de la crtica marxiana.

    Su propsito primordial es el de una clarificacin terica fundamental, ms que el de una

    exposicin totalmente elaborada de dicha crtica y, mucho menos, el de una teora desarrollada

    del capitalismo contemporneo. Por tanto, en esta obra no estudiar directamente la fase ms

    reciente de la sociedad capitalista desarrollada. En su lugar, tratar de interpretar la concepcin

    de Marx de las relaciones fundamentales de estructuracin de la sociedad moderna, tal como la

    expresaban sus categoras de mercanca y capital, de modo que no queden limitadas a

    cualquiera de las fases importantes del capitalismo desarrollado y que, por tanto, permitan,

    tal vez, iluminar la naturaleza subyacente de esta formacin social como totalidad. Con ello

    podra ofrecerse la base para un anlisis de la sociedad moderna del siglo XX en trminos de

    una creciente separacin del capitalismo con respecto a su anterior forma burguesa.

    Comenzar con un esbozo general de mi reinterpretacin, basado en el anlisis de varias

    secciones de los Grundrisse de Marx. A partir de esa base, en el Captulo 2 proceder a

    examinar ms detalladamente los supuestos fundamentales del marxismo tradicional. Para

    clarificar an ms mi aproximacin e indicar su relevancia para una teora crtica

    contempornea, en el Captulo 3 examinar los intentos, por parte de miembros del crculo de

    la Escuela de Frankfurt en particular, Friedrich Pollock y Max Horkheimer de desarrollar

    una teora social crtica adecuada a los importantes cambios de la sociedad capitalista del siglo

    XX. Examinar, en referencia a mis interpretaciones del marxismo tradicional y de Marx, las

    debilidades y dilemas tericos comprendidos en sus intentos; debilidades y dilemas que

    sostengo que remiten a los lmites de una teora que trata de enfrentarse al capitalismo

    post-liberal mientras conserva ciertas presuposiciones fundamentales del marxismo

    tradicional.

    Mi anlisis de dichos lmites est pensado como respuesta crtica a los dilemas tericos de la

    Teora Crtica. Por supuesto, la obra de Jrgen Habermas puede entenderse como otra

    respuesta similar, pero tambin l conserva lo que considero una comprensin tradicional del

    trabajo. As pues, mi crtica de esa comprensin tambin busca sealar la posibilidad de una

    teora social crtica reconstituida diferente a la de Habermas. Tal teora buscara prescindir de

    las concepciones evolucionistas de la historia y de la nocin de que la vida social humana est

    fundada en un principio ontolgico que "encuentra su justificacin" en el transcurso del

    desarrollo histrico (por ejemplo, el trabajo en el marxismo tradicional, o la accin

    comunicativa en la reciente obra de Habermas)14.

    En la Segunda Parte de esta obra, comenzar con mi reconstruccin de la crtica marxiana,

    la cual clarificar, si bien retrospectivamente, los fundamentos para mi crtica del marxismo

    tradicional. En El Capital Marx trata de dilucidar la sociedad capitalista identificando sus

    14 Vase Jrgen Habermas, The Theory of Communicative Action, vol. 1: Reason and the Rationalization of So-

    ciety, traduccin de Thomas McCarthy (Boston, 1984), y vol. 2: Lifeworld and System: A Critique of

    Functionalist Reason, traduccin de T. McCarthy (Boston, 1987).

  • formas sociales fundamentales y, sobre esa base, desarrolla cuidadosamente un conjunto de

    categoras interrelacionadas con las que explicar su funcionamiento subyacente. Tras

    comenzar con categoras que l supone aprehenden las estructuras centrales de la formacin

    social como la mercanca, el valor y el trabajo abstracto Marx las despliega

    sistemticamente para abordar niveles an ms concretos y complejos de realidad social. Mi

    intencin aqu es clarificar las categoras fundamentales con las que Marx comienza su

    anlisis, esto es, el nivel ms abstracto y bsico de dicho anlisis. En mi opinin, muchos

    intrpretes se han precipitado al proceder con el nivel analtico de la realidad social concreta

    inmediata y, por consiguiente, han obviado aspectos cruciales de las propias categoras

    estructurantes fundamentales.

    Examino la categora de trabajo abstracto en el Captulo 4 y la del tiempo abstracto en el

    Captulo 5. Sobre esa base, en el Captulo 6, examino crticamente la propia crtica que

    Habermas hace de Marx y, luego, en los Captulos 7, 8 y 9, reconstruyo las determinaciones

    iniciales del concepto de capital de Marx, as como sus nociones de contradiccin y dinmica

    histrica. En estos captulos trato de clarificar las categoras ms bsicas de la teora marxiana

    para fundamentar mi crtica del marxismo tradicional y para justificar mi aseveracin de que la

    lgica del despliegue categorial en El Capital apunta en una direccin consonante con la

    presentacin que en los Grundrisse hace de la contradiccin del capitalismo y de la naturaleza

    del socialismo. Al establecer las bases para un ulterior desarrollo de mi reconstruccin, en

    ocasiones tambin partir de mis propios argumentos para indicar sus implicaciones de cara a

    un anlisis de la sociedad contempornea. Tales extrapolaciones son determinaciones

    abstractas e iniciales de aspectos del capitalismo moderno, fundadas en mi reconstruccin del

    nivel ms fundamental de la teora crtica de Marx. No representan pues un intento de analizar

    directamente, sin mediacin alguna, un nivel ms concreto de realidad social a partir de las

    categoras ms abstractas.

    Sobre la base de lo que aqu he desarrollado, me propongo proseguir mi proyecto de

    reconstruccin en una obra futura. En mi opinin, esta obra demuestra la plausibilidad de mi

    reinterpretacin de la crtica de la economa poltica de Marx y de la crtica del marxismo

    tradicional asociada a ella. Indica el poder terico de la teora marxiana y su posible relevancia

    para la reconstruccin de una teora crtica de la sociedad moderna. En cualquier caso, el

    enfoque debe ser desarrollado totalmente antes de que se pueda tratar adecuadamente la

    cuestin de la viabilidad de sus categoras para una teora crtica de la sociedad contempornea.

    Los Grundrisse: repensar la concepcin de Marx del capitalismo y su superacin

    Mi reinterpretacin de la teora crtica de madurez de Marx procede de una consideracin de

    los Grundrisse der Kritik der politischen konomie, manuscrito escrito por Marx entre 1857 y

    185815. Los Grundrisse son ideales como punto de partida para tal reinterpretacin: son ms

    fciles de descifrar que El Capital, que est abierto a la malinterpretacin dado que se

    estructura de manera hermticamente lgica en tanto que crtica inmanente esto es,

    emprendida desde un punto de vista que es inmanente, ms que externo, a su objeto de

    investigacin. Dado que los Grundrisse no estn estructurados tan rigurosamente, el propsito

    estratgico general del anlisis categorial de Marx se vuelve ms accesible, particularmente en

    aquellas secciones en las que presenta su concepcin de la contradiccin primordial de la

    sociedad capitalista. Su anlisis, all expuesto, del ncleo esencial del capitalismo y de la

    naturaleza de su superacin histrica tiene relevancia contempornea, poniendo en duda las

    15 Algunos de los argumentos presentados en esta seccin fueron desarrollados primero en "Necessity, Labor and

    Time", Moishe Postone, Social Research 45 (Invierno, 1978).

  • interpretaciones de su teora que se centran en las temticas del mercado, la dominacin de

    clase y la explotacin16.

    Tratar de mostrar cmo estas secciones de los Grundrisse indican que las categoras de la

    teora de Marx son histricamente especficas, que su crtica del capitalismo est dirigida tanto

    a su modo de produccin como a su modo de distribucin, y que su nocin de la contradiccin

    bsica del capitalismo no se puede concebir simplemente como una contradiccin entre el

    mercado y la propiedad privada, por un lado, y la produccin industrial, por otro. En otras

    palabras, mi discusin del tratamiento que Marx hace de la contradiccin del capitalismo en los

    Grundrisse seala la necesidad de una extensa reconsideracin de la naturaleza de su teora

    crtica de madurez. En particular, sugerir que su anlisis del trabajo en el capitalismo es

    histricamente especfico, y su teora crtica de madurez es una crtica del trabajo en el

    capitalismo, no una crtica del capitalismo