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 BOURDIEU, Pie rre (1991): “Capítulo VIII: Los mo dos de dominac ión”, El sentido prá ctico . Taurus. (pp. 205-225)

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BOURDIEU, Pierre (1991): "Capitulo VIII: Los modos de dominaci6n", EI sentido prdctico. Taurus. (pp. 205-225)

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cional de los asuntos en juego [enjeuxj que p.ropone como ev:-dentes mediante su misma existencia, es decir, el·no-reconocl-

miento [meconnaissance} de la arbitrariedad del valo. r que. leconfiere. Esta creencia originaria esta en el ongen d.elas mversio-

nes [ investissementsj Ysobreinve~iones [s.urinvestlssementsj (en

el sentido de la economia y del psicoanalisis) que no pueden mas

que reforzar continuamente, ~~~nte .el efecto de la competen-

cia y la escasez as!creadas, la t lusion ~len f~~dad~ de que el va-

lor de los bienes que inclina a perseguir esta l lls~nto en l~natu-raleza de las cosas, como el interes por estos bienes esta en la

naturaleza de los hombres.

~ 0 O v \ } 1 ) L C\)~~ v

l' \' L, J \) \ L" ~E, I v ~ ~ \J \\v \ t)\.~ ~ tL (: '\"t00

' \ O L ~ ~ ~ ~ \ t\~,

204

8. Los modos de dominacion

La teorfade las practices propiamente economicas es un caso

part icular de una teona general de la economia de las practicas.Incluso cuando presentan todas las apariencias del desinteres

porque escapan a la logica del interes «economico» (en sentido

estricto), y se orientan hacia objetos [enjeux] no materiales y di-

ficilmente cuantificables, como sucede en las sociedades «preca-

pitalistas» 0en Ia esfera cultural de las sociedades capitalistas, las

practicas no dejan de obedecer a una logica economica, Las co-

rrespondencias que se establecen entre la circulacion de las t ie-

rras vendidas y compradas de nuevo, la de las venganzas «pres-tadas» y «devueltas» 0 la de las mujeres otorgadas 0 recibidas, es

decir, entre las especies diferentes del capital y los modos de cir-

culacion correspondientes, obligan a abandonar la dicotomia de

10 economico y 10 no-economico que impide aprehender Ia cien-cia de las practices «economicas» como un caso particular de una

ciencia capaz de tratar todas las practicas, incluso las que se quie-ren desinteresadas 0 gratuitas, liberadas par tanto de la «econo-mia», como practicas economicas, orientadas hacia la maximi-

zacion del beneficio material a simbolico. El capital acumuladopar los grupos, esta energia de la fisica social J, puede existir bajo

IAunque no sacara de ello ninguna consecuencia real, Bertrand Russell ex-

presocIaramente la intuicion de Iaanalogta entre laenergfa y elpoder que podriaconstituir eIprincipio para una unificacion de la ciencia social: «Como laenergfa,

elpoder existe bajo muchas formas; la riqueza, la fuerza militar, la autoridad ci-

vii, la influencia 0 la opinion. Ninguna puede considerarse como subordinada 0,

at contrario, como principio del que derivanan todas las demas, Cualquier ten-

tat iva de tratar ais ladamente una forma de poder, par ejemplo, la riqueza, s610

puede conducir a un exito parcial , del mismo modo que e les tudio separado de

una forma de energfa se revelara insuf ic iente a par ti r de un dete rrninado mo-

menta si no se toman en cuenta l as demas fo rmas , La riqueza puede derivar del

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d i fe r en t es e spe c ie s (en el ~aso concret?? el .~pital ~e fuerza decombate, ligado a la capacidad de mOVlhzaCl?n,al ~umero y a la

combatividad por tanto, el capital «economico», tierra, ganado,

fuerza de trabajo, ligada tambien a la capacidad de movilizacion,

y el capital simbolico asegurado po~ un uso =v= con las otr~sespecies de capital); aunque sometidas a estnctas.leyes de equi-

valencia, y, per consiguiente, mutuamente convertIbles: ~da una

de ellas solo produce sus efectos especfficos en condl~lones es-pecificas, Pero la existencia del capital sim?ollco, ~ decir, del ca-

pital «material» en tanto que no reconocido [ me c?n nu j ~ rec?-nocido recuerda que Ia ciencia social no es una flsica social , sminvalid~r por ello la analogia entre el capital y la en~rg.ia;que l~sactos de conocimiento que implican el no-reconocimiento [me-connaissance] y el reconocimiento forman parte de la realidadsocial y que la subjetividad socialmente constituida que los pro-

duce pertenece ala objetividad. . .Gradualmente se pasa de la simetria del intercambio de do-

nes a la disimetna de la redistribucion ostentosa que esta en la

base de la constitucion de la autoridad politica: a medida que r; tOS

alejamos de la reciprocidad perfecta, que supone una relat l.va

igualdad de situacion economica, la_partede la~ co~t~aprestacl~-nes que se entregan bajo forma tipicamente .slm~ohca de test i-

monios de gratitud, homenajes, respeto, obligaciones 0 deudasmorales se incrementa necesariamente. Si aquellos que, como

Polanyi 'y Sahlins, vieron con claridad la funcion det~rminan~e

de la redistr ibucion en el establecimiento de una autondad poh-tica y en el funcionamiento de la economia tr ibal. (donde ~l cir-cuito acumulacion-redistribucion desempena funciones analogasa las del Estado y de las finanzas publicas) hubieran sido cons-cientes de esta continuidad, habrian percibido probablemente la

operacion central de este proceso, es decir, la reconversio~ del

capital economico en capital simbolico, que produce.r~laclonesde dependencia economicamente fundadas aunque disimuladas

bajo e1 vela de relaciones morales. Al considerar solo el caso par-ticular de los intercambios destinados a consagrar unas relacio-

poder militar 0 de lainfluencia ejercida sobre la opinion que, P?r su parte: puede

tambien derivar de la r iquezaz (Russell, B., P owe r. A N ew S OCl ~1 A na lY SI S, Lon-

dres, George Allen y Unwin Ltd" pags, 12-13). Y define con aCle:t0 elprograma

de una ciencia de las conversiones de diferentes formas de la energia social: «Debe

considerarse que el poder, como la energia, pasa continuamente de una forma a

otra, consistiendo la tarea de la ciencia social en buscar las leyes de estas transfer-

maciones- (pags, 13-14).

20 6

nes simetricas, 0 al retener unicamente eI efecto economico de

los intercambios asimetricos, nos exponemos a olvidar el efecto

ejercido por la circulacion circular en la que se engendra la plus-vaha simb6lica, a saber, la legitimacion de 10arbitrario, cuandorecubre una relacion de fuerza asimetrica,

Es importante observar, como 10hace Marshall D.Sahlins prolon-

gando un'~aJisis de Marx 2, que 1aeconomia precapitalista no ~frece lascondicicnss para una dominacion indirecta e impersonal asegurada de

manera ct!.ask~ii,'tomaticapor la logica del mercado de trabajo 3. Y, dehecho, la 2 i q v eza no puede funcionar como capital si no es en relacion

con un campq propiamente economico, que supone un conjunto deins-

tituciones economicas y un cuerpo de agentes especializados, dotados de

intereses y de modos de pensamiento especificos. AS!, Moses Finley

muestra clarajnente que 10 que [a lta a la economia antigua no son los

recursos sino los medias institllcionales para «superar los lfmites de los

recursos individuales» movilizando los capitales privados, es decir, toda

la organizacion de la producci6n y de Sll financiacion, y, especialmente

los instrumentos de credito 4. Este analisis vale, afor t ior i , para la antigua

2 Cuanta menos fuerza social posee el instrumento de intercambio, mas Ii-

gado sehalIa a la naturaleza del producto directo del trabajo y a las necesidades

inmediatas de quienes intercambian, y mas grande debe ser Ia fue rza de la co-

munidad que liga entre sfa los individuos: patriarcado, comunidad antigua, feu.dalismo, regimen de corporaciones. Cada i nd iv id uo pos ee e l poder social bajo la

forma de un objeto, Despojese a este objeto del poder social y habra que otorgar-

selo a unas personas sobre otras, L a s r el ac io ne s d e d ep en de n ei a p er so na l (al prin-

cipio, puramente naturales) son las primeras formas sociales en cuyo seno sede-

sarrolla la productividad humana, aunque todavia en proporciones reducidas y

en lugares aislados. L a i nt ie pe nd en ci a d e l as p er so na s j un da da s e n f a d ep en de nc ia

mater ial esla segunda gran forma: solamente ahf seconstituye un sis tema de me-tabolismo social generalizado, hecho de relaciones, de facultades, de necesidades

universales» (Marx, K., «Principes d'une cri tique de I'econornie politique», en

OEuvres , I, Parts, Gallimard (Pleiade) , pag , 210 , [Version espanola: Elementos

ju nda me nta le s p ara fa craica de la economta po lu ica , Mexico, S ig lo X X I, 1 97 2. J

3 Cf Sahlins , M. D., «Poli tical power and the economy in primitive society»

en Dole, G . E . y Ca rnei r o, R . L. (Coords.) , E ss ay s i n th e S ci en ce of Culture, Nueva

York, Thomas Y. Crowell Company, 1 9 60 , p ag s, 3 90 -4 1 5; «Poor man, rich man,

big man, chief: political types in Melanesia and Polynesia», en C omp ar at iv e s S tu -

die s in So cie ty a nd H isto ry, V, 1962·63 , p ag s. 2 85 -3 03. [Version espanola:«Hombre pobre, hombre rico, gran hombre, jefe: t ipos polit icos de Melanesia y

Polinesia», en Llobera, J. R. (ed.) An tr o po l og ia p o li ti c a, Barcelona, Anagrama,

1979]; «On the sociology of primitive exchange», en Banton, M. (00.), T he R e le -

v a nc e o j M o de ls f or S oc ia l A n th ro po lo gy , Londres, Tavistock Publications, 1965,

pags, 139-236. [Version espanola; cap. 5 de E co no mta d e fa E da d de P ie dra , Ma-drid, Akal, 1977.J il!i

4 Finley, M. L, «Technical innovation and economic progress in the AncientWorld», en T he E co no m ic H is to ry R ev ie w, vol, XVIII, num, 1,agosto 1965 , pa-

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. . . I s mas rudimentarios instrumentos deCabilia, que no dispoma m de ~ as estaban casi en su totalidad ex-una insti tuci6n eCOn?mlca,.Las e rr do en las ocasiones en que ser-

I idas de la circulaclon -mcluso cuan , a otro-.c Ul raban expuestas a pasar de un grupovtan c omo fianza,se encont ib uedaban aislados Y no podian deLos mereados de pueblo 0 de tn u q . 0 unico Laoposid6n (mar-

. t rarse en un meeaOlsm .ninguna man~r~ m. eg . 1 tre el lugar de residencia, el pueblo, y

cada por 1ad istmclon espac la en d) tre la «mal icia sacri1ega»,bien. nes el merea 0 en ,,,.,. .

e11ugar de las transa~clO , la buena fe que conVlene a losvis ta en las transaeclOn~s del m~rca!o, y tenia sobre rodo por funcion

intercambios e~tre I?~ent~ y~~ulOa~:~orecidas por el mercado fueramantener las dlSpOSlclOI~ese . .dad y no impedia de ningun

del universo de las _:elaclOn:_d~o~~~lP~~~asednmerso en las r~laciones

modo que el pequen~ merc. 0 atio::ShiPS), como dice PolanYl 5. .

sociales» (embedded In socl~lre~. esnunca eran tratados como capital,De una manera general, os len como la charka del buey, pre-

Esto seve en elcaso de,u~ contrato qU:~tamo con interes : en esta tran-

senta todas las caracten~tlcas de ~n pr , extrallos de los individuos con

sacei6n que solo seconclbe. entr~ OSt~~ entre miembros de pueblos di-derecho a contratar , es decir , so re 0

. . 37' cf tambien Finley, M. L, «Land debt, andginas. 29-45, espeC1a~roente_pa

g'Ah . en Political Science Quarterly, LXVIII,

the roan of property Inclassical tnens».

1953, pags, 249-268.. .' . nd Modern Economics, George Dalton (ed.),

5 Polanyi, R., Pnm/l!ve A~half9~8 The Great Transformation, Nueva Yor~,Nueva York, Doubledarand 0 :. ' . ' Y ran Transformacion, Madrid, La PI-Rinehart, 1944. [Version espanola. L~bG . ' rn a una obra colectiva editada por

queta]. Es parad6jico que, en su contn taU~~roasiada atencion ala oposicion en-Karl Polanyi, Fr ancisco Benet, por . pres. r. te todo 10que hace que el su q

1 bl s ilenc ia praCt lcaroen Ftre el mercado y e pue 0, d 1 onomia de la buena fe (Cr. Benet, .,local siga controlado por los valor~s I ~sec en Polanyi, K., Arensberg, CM. y

«Explosive markets: the berb~h:r~~t i~'the Early Empires, Nueva Y~rk. The

Pearson, H. W. (eds.) T!,adea a n I.Comercio y mercado en los lmperws Anti"Free Press, 1957. {VersIon esp 0 a. h el suq ya se trat e del pequeno mer-guos, Barcelona, Labor, 1976l). De hec ?, ales ;epresentaba un modo de tran-

cado tribal 0 de los grandes mercados region c'oropletaroente realizados: de un. edi tre dos extremes, nunca 1 b

saccion mterrn ~ en. . .ar fundados en la confianza y en a uenalado los intercamblOSdel unI:erso faITIdili, .nformaci on Cas!total sobre los pro-

, . el disponga e una 1 uu .•

fe que autonzan que se . del vendedor y el que la relacion, bi d obre las estrateglas '. bi .

ductos intercam ra os Y s. hi ersista y d eba sobrevivir al mtercaro I~,entre los responsables d~l mter~am 1 0J e t self-regulating market que hacen pOSI-de otro lado, las estratesias raClOnaes lanecesidad cuasi-medmica de los pro-

ble Ia estandardizacion de los prod~c:o~acion tradicional, rampoco ofr~ce toda-

eesos. El suq no aport a ya toda la .III 0 ional: por eso todas las estrateglas de los

via las condic~ones de la .mforroaCI?n~~ridad correlativa a la imprevisi~i1idad,

campesinos t lenden a hmltar. la InS gal' nstantaneas de la transacclon co-transforroando las relacione~ imperson -. es e; raderas de reciprocidad mediantemercial, sin pasado ni porvemr, en ~elacJ!.1lnesu

el recurso a garantes, testigos, medladores.

208

ferentes, y que los dos partenaires tienden de comun acuerdo a disimu-

lar (prefiriendo el prestatario ocultar su indigencia y dejar creer que el

buey esde su propiedad con la complicidad del prestador, que tiene el

mismo interes en ocultar una transaccion sospechosa de no obedecer alsentimiento estricto de Ia equidad), un buey es confiado por su propie-

tario, a cambio de cierto numero de medidas de cebada 0 trigo, a un

campesino demasiado pobre para comprarlo; 0 bien un campesino po-

bre se entiende con otro para que compre un par de bueyes y selos con-

fie por U1{~,dos 0 tres aiios segun el caso y, si los bueyes son vendidos,

el beneficio esX!tpartido a partes iguales 6. Alli donde nosotros podrfa-

mos ver u* simple prestamo, y entenderiamos que el proveedor de fon-dos confiajun buey mediante un interes de algunas med.idasde trigo, losagentes yen una transaccion equitativa que exc1uye extracci6n alguna deplusvalia: el prestador aporta la fuerza de trabajo del buey, pero Ia equi-

dad es satisfecha, pues el prestatario alimenta y cuida al buey, 10que el

prestador se '!erfa obligado a hacer en cualquier caso, siendo las medidasde trigo s610una compensacion par la devaluacion del buey que su en-

vejecimiento acarrea. Las diferentes variantes de la asociacion concer-

niente a las cabras t ienen tambien en comun el hacer soportar a las dos

partes Ia disminucion del capital inicial debida al envejecimiento. El

propietario, una mujer que coloca asi su peculio, confia sus cabras, portres anos, a un primo Iejano, relat ivamente pobre, del que sabe que las

alimentara y cuidara bien. Se estirna el ganado y seacuerda compartir el

producto (leche, lana, mantequilla), Cada semana, el prestatario envfa

mediante un nino una calabaza de leche. El nino no podia regresar conlas manos vacias (eifal, el portador de felicidad ° la conjuraci6n de la

desgracia, tiene una significacion magica debido a que devolver un uten-

silio vacto, devolver el vacio, supondria amenazar Ia prosperidad y 1afe-

cundidad de la casa): se Ie da frutas, aceite, aceitunas, huevos, segun Ia

temporada, AIfinal, el prestatario devuelve los animales y se comparten

los productos. Variantes; tasandose el rebano de seis cabras en 30.000

francos, el guardian devuelve 15.000 francos y la mitad del rebano ini-

cial, esdecir, tres viejas cabras; elguardian devuelve todo elrebano pero

se queda can la lana.

Asi como Ia riqueza s610puede funcionar como capital en relacion

con un campo economico, igualmente la competencia cultural bajo

cualquiera de sus formas solo seencuentra constituida como capital cul-

tural en las relaciones objetivas que seestablecen entre elsistema de pro-

duccion yel sistema de produccion de los productores (el mismo cons-tituido por la relacion entre el sistema escolar y Ia familia). Las sociedades

6 Dado que son muy numerosos los acuerdos informales susceptibles de ser

engendrados a partir de los prineipios implicitos que rigen las transacciones entre

familiares, unos procedimientos extre~mente diferentes en los detalles son cla-sificados, sin embargo, bajo un mismo «concepto» por las taxonomias indigenas:

asi,se registran tantas variantes de la charka del buey como inforrnantes.

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. es 10 ue permite conservar y acumular bajodesprovistas de escntura, que q Iturales heredados del pasado, Y

una forma objedvada los ~cursosdcuenseiianza que dota a los agentes

desprovistas asimismo ~el sls~e.ma eindispensables para apropiarselos

de las aptitudes Y las dlSpOslclOnes ar sus reCursos culturales e n e st a dosirobolicamente, solo pueden ~onservueden asegurar la perpetuaci6n de

incorporado 7; en consec~enc~, nofesaparecer junto con los agentes que

unos recursos cul tural~ ~ca O~bajo de inculcacion que, como ~~es-

los portan, si n oes m n e~ n ser tan largo como el t iempo de ~ttl1Za-tra el caso de los bar~os , pue e te las t ransformaciones que un mst ru-

cion. Se han estable?ldo clar~~~ 8. separando los recursos cul~urales de

mento como la escntura POSl? . los hmites antropolog1cos -en. rmrte superar . .

la persona, ta escntura pe . . dividual- Y libera de las constnCClones

Particular, los de la memona 1 . 0 . como la poesia tecnica de censer-di mnemotecmcos ' 9 • 1 cu-

que suponen me os . d des sin escritura ; permlte a avad~n por excelencia en las SOC l~a rvada en estado incorporado y,mulaci6n de Ia cultura hasta aqui conse

a en las religiones iniciaticas, en q~e ~l~a-7 La creencia, a menudo.observad de contacto magi co -la mas.tipICa

ber puede transmitirse por diferentes for:~sfuerzo par trascende: l~s limltes .de

de las cuales seria elbeso-, represe~~ co;a que aprenda, el espeClalistala reclb~

este modo de co~servaci6n: «Cualqme). a cualquier cosa que aprenda Iellamar~de otro dukun que es su guru (maest:0 ,y enera1mente una espec ie de conoci-

su ilmu (ciencia). por i~muse ent~~~~e ;ero los espiritus «concretos» Yun ta~Omiento abstracto Yde aputud excepci ;cie de poder magico muy realque pue e,

«anticuados» yen en ellaa vecesuna ~?6 . a s directa que la enseI\anza» (Geertz.

en ese case, ser objeto de una tran~ml~ ~ : eFree Press of Glencoe, Londres, Co-c. , Th e R e li gi on o f J a va , Nueva or, .

ill r-Mac Millan Ltd., 1960, pag. 88). I The consequences of l ite racy», en

e s Cf . en par ti cul~ Go~dy, J. y ,,:,att, 'y « 1962-63, pags. 304 Ysigs.,YGoody,

Compara t iveStudies m S~c . !etyand f!1~tOryCa~bridge, Canlbridge U.P. 1968.

1. (ed.), L i te r a cy i n T :ad lt lOna l s o c l e ae f ' tradiciones orales» (Notopoulos, J. A.,9 «El poeta esel l ibro encarnado de as l io n s a n d P r oc ee d in g s o f t he A~ e-

&1 emosyme in Oral Literature)>, en Tr ansac

. 465-493 especialmente pag.

~ic :n Phi lo logica l Assoc ia .t ion , r:~'~ 8 G ; : : : ~evela c6mo lin cambio en el

469). En un muy bel lo a : u cuio, . anlroc tucc i6n de lacui tura co~ll eva un cam-modo de acumulaci6n, clrcul~cI6~ y re~l mismo tiempo, un cambio de la estrucdbio de la fund6n que le es a signa a y, ken and the written word», en Harvantara delas obras (Green~, W. c. , «(The s r o a s. 24-58). Eric A. Havelock mues_tra

S t ud i es i n C l a ss i ca l Ph i lo l o gy , IX~5 , ~ tan transformados, en su contemd?igualmente que los recurso~.cult 1 ~s reologia de la conservaci6n Y1~rransnu-

mismo, por la transformaclOn de a e s :~ ed commun ic a ti o n ) v. en particular, porsion culturales ( th e t ec h .n o lo g y o f P I ' . cion pract ica que movil iza todos los re-

el paso desde la mimeSIS,~?mo reac~:~ 0 nizadas» ( pa tt e rn o f o r gan~ s ed~ c ·50S de una «configuraClOn de a~.o . rga palabras en un acto de Idenufi-

~~ns) can funcion ~nem6nica,. musI~:~i~~myO~eversible'portanto, d~5vinCulad?caci6n afect iva, a ld ts curso escntO, re nencia a converti rse en obieto deana-

de 1asituaci6n Ypredispuesto _parS~~!::xi6n (flavelock, E. A., Pre fa c e t o P l a to ,

Ii· d control de confrontaClon YSIS, e conuv-, P 1963)Cambridge, Mass., Harvard U .. , .

21 0

correlativamente, f a a cum ul ac io n p ri mi ti va d el c ap it al c ul tu ra l comomonopol izacion total a parcial de los recursos s imbol icos , religion, filo-sofia, arte, ciencia, a traves de la monopolizacion de los instrumentos de

apropiacion de esos recursos (escritura, Iectura y otras tecnicas de des-

ciframiento), en 10 sucesivo conservados en textos y no en las memorias,

Perc el capital encuentra las condiciones para su plena realizacion s616

con Iaaparicion del sistema escolar, que otorga taulos, consagrando asi

de manera duradera Iaposicion ocupada en la estructura de la distribu-

cion deI[capital cultural.

~t

~~Aunque esta totalmente justificado recordar esas condiciones

negativ1sqel recurso privilegiado 0 exclusivo a las formas sim-

bolicas del poder , esprecise recordar que no dan cuenta de la 10-

gica especifica de la violencia simbolica en mayor medida de 10

que la ausencia de pararrayos 0 te legrafo electrico que evoca Marxen Ia Introduction general ala Cri tica de Ia economia poli tica

puedan explicar sobre Jupiter 0Hennes, esdecir, sobre la logica

interna de la mitologfa griega. Para ir mas alla, hay que tomar en

serio la representacion de la economta de su propia practica que

los agentes proponen, en 10que presenta de mas opuesto a su

verdad «economica». EIjefe es, como dice Malinowski, «un ban-

quero tribal» que s610acumula alimento para gastarlo y para ate-sorar de ese modo un capital de obl igaciones y deudas, que seran

pagadas en forma de homenajes, respeto, fidelidad y, Ilegado el

caso, t rabajo y servicios, posibles bases para una nueva acumu-

lacion de bienes materiales. Pero la analogia no debe llevar a en-

gaf io, y los procesos de circulacion circular, como Lacolecta de

un tr ibute seguida de una redis tr ibucion que reconduce en apa-riencia al punto de part ida, serfan perfectamente absurdos si no

tuvieran par efecto transmutar la naturaleza de la relacion social

entre los agentes ° los grupos que se encuentran involucrados.

Alla donde se encuentren, tales ciclos de consagracion tienen por

efecto realizar la operacion fundamental de la alquimia social,

transformar unas relaciones arbitrarias en relaciones Iegitimas,

unas diferencias de hecho en distinciones oficialmente reconoci-das.

Sees «rico para dar a los pobres» 10. Expresion ejemplar de la

10 La r iqueza, don que Dios hace a1 hombre para que pueda a ligerar la mi-

seria de los demas, implica, sabre todo, obligaciones. Probablemente la creencia

enla justicia inmanente esta en el origen de numerosas pract icas (como eljura-

mento colectivo), contribuye a hacer de la generosidad un sacrificio que merece,

como recompensa, esa bendici6n que esla prosperidad, «EI generoso -se dice-

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negac ion [d enega ti on] p o li ti ca del in teres que, como la Vernei-

nung f reudiana, permite sat isfacer el interes pero solo bajo una

forma (desinteresada) que procura demostrar que no se 10 saris-face (la Aujhebung de la represion no implica, sin embargo, «una

aceptacion de 10reprimido»), Seposee para dar . Pero tam bien se

posee a1 dar . EIdon que no esres ti tuido puede converti rse en una

deuda, una obligacion duradera; y el unico poder reconocido, el

reconocimiento, la fidelidad personal 0 elprestigio, esel que uno

se asegura cuando da. En tal universo, no hay mas que dos for-

mas de retener a a lguien duraderamente: el don a la deuda, las

obligaciones abiertamente economicas que imp one el usurero 11,

o las obligaciones morales y las ataduras afec tivas que crea y

mantiene eIdon generoso; en resumidas cuentas, la violencia de-

clarada 0 la violencia simbolica, violencia censurada y eufemi-zada, es decir, irreconocible [meconnaissable] y reconocida. EI

«modo de dam, manera , forma, es 1 0 que separa al don del toma

y daca , ala obligacion moral de 1a obligacion economica: guar-da r las formas es hacer de la manera de actuar y de las formas

exteriores de la accion la negacion [denegation] practica del con-

tenido de la accion y de la violencia potencial que puede encu-

brir 12. La relacion entre estas dos formas de violencia que

coexisten en la misma formacion social y, a veces, en la misma

relacion, es clara: puesto que la dominacion solo puede ejercerse

bajo sa f o rma e lement al , esdecir , de persona a persona, no puede

realizarse abiertamente y debe dis imularse bajo el vela de las re-

laciones encantadas, de las que aquel las entre parientes ofrecen

el modele oficial; en resumidas cuentas, hacerse irreconocible [s e

faire meconnaitre] para hacerse reconocer . Si la economfa pre-

esamigo de D i os » ( ed os dos mundos le p er te ne ce n» ); « C om e ra aquel que t iene

p o r c os tu m br e dar de corner», se llega a d ec ir : « 1 0 h Dios mio , dame para que

pueda darl» (s610el santo puede dar s in poseer nada).

11 Los usureros son condenados al desprecio y algunos de enos, temerosos de

verse margiuados del g r upo , p r ef i er en conceder n ue vo s p la zo s ( po r e je mp lo , h as ta

la recolecc ionde acei tunas) a sus deudores a f in de

evitarque

e st es t en g anquevender sus tierras para pagar la deuda.

12 Basta con observar que eltiempo y trabajo dedicados a guard ar l a s [o rmas

am son mayores, debido a que la negativa a r econoce r las evidencias del t ip o « lo snegocios son los negocios» 0 «time is money», sobre las que descansa el arte de

vivir, tan poco artfstico, de la harr ie d l e is u re c la s s de las sociedades llamadas de-

sarrolladas, impone una censura m a s fuerte de la expresion directa del interes

personal, para comprender que las s oc ie da de s a rc ai ca s o fr ec en a los aficionados a

las bel la s formas e l encanto de un arte de vivir e levado al orden del a rte por e l

arte.

212

capitalista es ellugar por excelencia d I. ..debe a que las re laciones de domin .~ a vlOlencla slmb6lica , seradas ahr, mantenidas 0 restaurada acton sol? pueden ser instau-deb en, a riesgo de aniquila s.~ precio de estrategias qued d· rse por traicionn- bia , travestirse, transfigurarse en u a lertamente su ver-

que !a~ censuras que impone a'la m n~lala~~a, eu[emizarse; y aIencla~.'en particular bai c. am estaClOnabierta de la vio-

l' JO su lonna brutal

~~ ql1F Iq~intereses s610 . mente economica, ha -dlslmq[ados:'en y por las :~edar: sahs~acerse a condicion de serfacerlos. s ategias rrusmas que tratan de satis-

No se lIebe, pues ver . .la violencia este a la ~ez prues

natContradlcclon en el hecho de que

di· en e y enmascar d 13 Dspo.ne ~f la violencia implacable a a . ado que no

obJetlvos'que autorizan a I d . Yoculta de los mecamsmostrategias de reproduccion ~s om~nantes a contentarse Con es-

ec?nomia debe recurrir sfm ~~nu 0 puramente negativas, esta

mmacion que, desde el pun~ ~nea:nentea unas formas de do-

ponineo, pueden parecer mas b e;;s ta d~I ob~er:v~dor contem-

baras y, al mismo tiempo mn : es, mas pnnnt ivas , mas bar-

respetuosas de la persona 14 'E t as su~ves, ~as humanas, mas

clarada, fisica 0 economic~ s t c~eXIste~cl~de la violencia dewnada, seencuentra en todas 1 ; ' / ' a : lo~encla slmbolica mas refi -economfa y en el corazo .mst ituclOnes caracterfs ticas de esta

n mismo de cada relaci6n social: esta13 La hi .. rstoria del vocabulario de las i '. .

Emile .Benveniste, recoge los puntos de reFe~~~U?IO~es~d.oeuropeas que escribevelamienm y de desenCantamiento cia lingmstlcos del proceso de re

al derecho «economico», del rescat~(:e~on~~ce de la violencia fisica 0 simb6li~

una hazana) al salario, y tambien del rec pnsl?n~ro) a lacompra, del premio (porde.udas, de l a c re e nc t a al crediro 0 . ~noClmlento moral al reconocimiento de

rmso ejecutorio ante un tribunal' ( B m e u so , del compromiso mora! al compro_

14 La ?uestion del valor relati~o J~yernste, E., op. cit.: p~s. 123-202) .

a~meno,s Implicitamente, las evocacio~os mOdos.de dommaCl~n -que plantean,dlsertaclOnes americanocentricas sob es

jrousoll1ana~ de paratsos onginales 0 las

d~?rovista de sentido y solo puede d!~ I: «modermzac!6n»-. esta totalrnente

~lc16n, sobre las ventajas y los i nconveni gardadebates mterromables, por def i-

t~enen mas .interes que el de revelar los entes e fo a~terior y ~oposterior, que noCIT, la relaClon no analizada que !antasmas sociales del mvestigador es de

? O S I ? s c a so s en que se trata de c=n:1ene co~ su propia sociedad. Como' en to~

m~mto la oposici6n de repreSentaci~n: un s.~ema con o t ro , s e puede llevar al~lento_ ~s.desencantamiento, oor ie parer es de los.dos sistemas (encanta-

c~oneseticas Varian 8610segun este; co~~:{~tuya colo:aclon afectiva y connota-Sistemas t ornados COmopunto de . da:a_Partlrde uno u otro de los d ospa:acion son los sis temas consider~~lda. Los unicos objetos legftimos de COm-

quier evaluaci6n dis tinta de la que e~~ c~modalh

e s , 10 que impide real izar cual.eVOIUcl6n. rana e echo l a logica inmanente de Ia

213

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omo en el don que, a pesar de supresente en la d~u~~ ta~to ~ en comun elpoder de fundar tantoaparente con~adic~lOn, t iene .dumbre, como la solidaridad,la dependenCla e, mcluso, 1a s~rvt 15 Esta ambiguedad esencial

- I t teoias a las que SJIV'en . 1 1 -segun as es::a ?' . 1 modernas taxonomias evanande todas las lllst1tucl~ne~ que as . a que las estrategias opues-a tratar como «economIcas» atesttgul ""'0 y su khammes, pueden

n 1arelaci6n entre eiam . ftas que, como e. iudbl s de desempefiar 1amisma un-

coexistir, son medIaS s~stlt~~ e entre la violencia declarada Y laci6n, dependiend~ la.<~eCClO~)~stadode las relaciones de fuerzaviolencia suave e [nvisible, de . . in<><rt"1dadtica del grupo

d art Y de 1amtegracIOn e Vb~ 1entre las. as P . es vi lencia declarada, la del usurero 0 eque arbitra- Mlentras .1a 0 robaci6n colectiva Y se ex-amo sin piedad, tropiece con la viol ta bien la huida de la vic-

.ta bien la respuesta VIaen d Iponga a suscr r d bido a 1a ausencia e cua -uma, es decir, en los d~s c~lso~.y dee1amisma relaci6n que se

" It ativa la amqUl aClOn . . iblquier a ern '. ." b -rca violencia suave, mvisi e,quiere explotar, 1aviolencta snn 01, frida la de la con-

tal elegida tanto como sumua, 1ignorada como '. 1 fldelidad personal, la hospitalidad, efianza, el compromIso, a. . t 1a piedad todas las virtudes,

don, 1adeuda, el reconOCl~~e!~;al del hon~r, se imponc como

en una palabra, que .honra _ -' co por ser el m as conforme1 do de dominaclon mas economie rna .con la economia del SIstema.

". ial roxima, en apar iencia , a unaEs asi como una relacl~n SOCl t a; : ~ como es aqueUa que unia el

simple relac ion entre e lcapi ta l y e l t ra a j a 'u qu in t que solo recibia una

kh (especie de aparcero " tarno a su ammes al un quinto, con vanan esparte muy pequena de 1~cosecha, en ge~~Ias a una combinacion 0una

locales), unicamente podia manten~rsle grlaviolencia simb6lica directa-. d 1 iolencla matena y . El mo

aIternancla e a v . e se trataba de vincular- amente aplicadas a la persona nnsma 'd u da que leobl igaba a renovar su

podia retener a su khammes por una eu amo que estuviera dispuesto

contrato mientras no encont~s~;: ;~:~~guo patrono, es decir, indefi-a abonar el roontante de. su e . edidas brutales, como el em-nidamente. podia tambH:':nrecu:r a

lontante de sus ant ic ipos. Pero

bargo de toda la c~secha para ~u n~e to de est ra tegias comple jas cuya

cada relacion partlcuI::r era el~ro ~Cmaterial Y simbolica de las partes

eficac ia dependia no solode a uerz

la deuda, en ocasiones aprovechada para crear15 Moses L. Finley mues tra que _ b"'n servi r para crea r relaciones de so-

una situacion de servidumbre, podIa taLaffie ' tude pour dettes» en Revue d'his-. 1 (Fnleyc M F« servr "' 965 m 2

lidaridad entre igua es 1 .' " "4' .e XLIII, abril- junto I , nu . ,lo ire du droit francai s e t e tranger. . sen ,

pags.159-184).

214

en presencia, sino tam bien de su habilidad para movilizar al grupo sus-

citando la conmiseracion 0 Iaindignation. A riesgo de verse privado de

10 que constituye frecuentemente el unico beneficio procurado por I a r e-lacion, es decir, para numerosos amos que, apenas mas r icos que sus

khammes, habr ian ten ido interes en cul tivar por si mismos su t ierra , e l

estatus mismo de arno (0 de no-khammes), eIamo ten ia interes en rna-

nifestar las virtudes de su rango excluyendo de la relacion «economics»

cualqu!lr otra garantfa que no fuera la fidelidad exigida por eI honor y

tratandb como a un asociado a su khammes que, por su parte, solo.pe-

dia entlfar,'el)n Ia complicidad de todo eIgrupo, en esta ficcion intere-sada pete id6nea para proporcionarie una representaeion honorable de

su condieion. Dada Ia ausencia de un auten tico mercado de trabajo y la

escasez (el Alto precio, por tanto) del dinero, el amo no podia servir me-

jor a sus intereses que tejiendo dia a dia los lazes eticos y afectivos tanto

como «economicos» que 10 Iigaban duraderamente a su khammes, a

cambia de;Cuidados y atenciones incesantes: era el a menudo quien, para

retenerIo, arreglaba el matrimonio de su khammes (0 del h ijo de este) yquien 10instalaba, con su familia, en su propia casa; los nines, educados

en comun en la comunidad de bienes (rebano, campos, etc.) , se entera-

ban a menudo de su condic ion solo muy tard iamente. No era raro que

un hi jo del khammes partiera a trabajar a la ciudad como obrero asala-

r iado junto con uno de los hi jos del prop ie tario, a l que entregaba sus

ahorros. En suma, el amo solo podia obtener de su khammes que se

consagrara duraderamente a sus intereses en la medida en que 10 aso-ciaba por entero a sus intereses, hasta e l punto de enmascarar, negan-

dola simb6licamente en todos sus comportamientos, la disimetria de Ia

re lacion que 10unia a el : el khammes es aquel a quien uno confia sus

bienes, su casa, su honor (como recuerda la formula «euento contigo,

asociado, yo voy a asociarme», que emplea el arno que parte a trabajar

a Ia ciudad 0 a Francia); es aquel que «tra ta la t ie rra del mismo modo

que el propietar io» pues nada en la conducta de su amo le prohfbe re-conocer para si derechos sobre la t ier ra que trabaja , y no esraro otr a un

khammes apoyarse, bas tante tiempo despues de haber dejado a su «amo»,en eIsudor vertido, para coger unas frutas-e penetrar en la propiedad, Yasi como no se siente nunca liberado per complete de sus obligaciones

hacia su antiguo arno, igualmente le puede repro char a este, despues de

10que llama eI «viraje», la «cobardia» que entrana abandonar a quien

habia «adoptado».

Las formas suaves y larvadas de violencia tienen tantas mas

posibil idades de imponerse como (mica forma de ejercer 1ado-

minacion y la explotacion, cuanto mas dificil y reprobada sea la

explotacion directa y brutaL Serra tan falso identificar esta eco-

nomia esencialmente doble con su verdad oficial, como reducirla

a su verdad «objetiva» viendo en la ayuda mutua una especie de

215

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prestacion obligator ia, en el khammes una especie de esclavo, etc.

El capital «economico» solo actua bajo la forma eufemizada del

capital simbolico. Esta reconversion del capital , que es condicionde su eficacia, nada tiene de automatica: exige, ademas de un

perfecto conocimiento de la logica de la economia de la negacion

[denegation], unos cuidados incesantes y todo un trabaio, indis-

pensable para establecer y mantener las relaciones, y tambien

unas inversiones [investissements] importantes, tanto materiales

como simbolicas -ya se trate de la asi stencia pol itica cont ra lasagresiones, robos, of ens as e injurias, 0 de la asistencia econo-

mica, a menudo muy costosa, en particular en caso de cares-

tia-; y tambien la disposicion (sincera) a ofrecer esas cosas que

son mas personales, mas preciosas por tanto, que los bienes 0 el

dinero, porque, como se suele decir, no pueden «ni prestarse nitomarse en prestamo», como es el tiempo 16 -el que hay que to-

marse para hacer esas cosas «que no se olvidan», porque estan

hechas como se debe, cuando se debe, «detalles», «gestos», «gen-

tilezas»-. La autoridad es siempre percibida como una propie-dad de la persona, porque la violencia suave exige de aquel sobreel que se ejerce que s e e nt re gu e p or e nt er o 17.

La dominacion suave es muy cos tosa para q ui en l a e je rc e, Y, en pri-mer lugar, 10 es economicamente. Debido a que su accion se aiiadia a

los o bs ta cu lo s o bj et iv os l ig ad os a la debil idad de los medics de produc-

cion y a la ausencia de i n st i tu c io n es « ec o nom i ca s », los mecanismos so-

ciales que, imponiendo la represion del i n te re s e c on om ic o , tendian a ha-

cer de la acumulacion de capital simbolico Iaunica forma reconocida de

acumulacion, bastaban, probablemente, para frenar, e incluso prohibir,

la concentracion de capital material 18. Los mas desahogados debian

contar con eljuicio colectivo, porque de el extrafan su autor idad y, en

particular, su poder de movilizar al grupo por 0 contra unos individuos

o unos grupos; debian contar tambien con la moral oficial que les im-

ponia no solo las mas fuertes participaciones en los intercambios cere-

moniales , sino, ademas, las mas pesadas contr ibuciones al manteni-

16

A quien «no sabe consagrar le a otro e l t iempo que Ie debe» se Ie l anzanreproches: «Apenas has l legado y ya teestas marchando», «i,Nos dejas? Si nos

acabamos de sentar ...No hemos hablado todavia de nada»,17 La fides. como recuerda Benveniste, no es la «confianza» sino la «calidad

propia de un ser que inspira confianza, y seejerce en forma de autoridad protec-

tora sobre quien confia en eb ) (Benveniste, E., op . c it . vol.I, pags, 117 y sigs.),

18 Yera, s in duda, excepcional que la asamblea estuviera obligada a interve-

nir expresamente, como en c ie rto caso contado por Maunie r, para conminar a

alguien a «dejar de enriquecerse» (Maunier, R., Me langes de s o ci ol o gi e n o rd a f ri -

caine, Paris, Alcan, 1930 , pag, 68).

216

miento de los pobres, alalojamiento delos extranjeros 0 a la organizacion

de las fiestas. Las cargas como la de t 'amen, «responsable» 0 «garante»

que representaba a su grupo en las reuniones de la asamblea de los hom-

bres y en todas las circunstancias solemnes ( recib iendo, par ejemplo, la

parte que c orr es po nd ia a su grupo durante el s a c ri f ic i o co lec t iv o ) , apenaseran disputadas 0 envidiadas, y no era extraiio que los personajes mas

influyentes y mas importantes de su grupo rehusaran esta funcion 0 pi-

dieran ser,rapidamente reemplazados: las tareas de representacion y de

mediacionf'que incumbian al t'amen exigian, en efecto, mucho tiempo y

esfuerzo. A,qu¢llos a quienes el grupo acredita con el nombre de «sa-bios» 0 d~ «gfandes» y que, en ausencia de mandato oficial, se hallan

investidosjde.una especie de d e le g ac i on t a ci t a de la autoridad del grupo,s e d eb en (como se suele decir para expresar la o bl ig ac io n h ac ia sf mismo

que implica una alta idea de sfmismo) ala apelacion continua a los va -

lares del grupo que este reconoce oficialmente, tanto por su conducta

ejemplar con:#>por sus intervenciones expresas; son ellos quienes cuando

dos mujeres del grupo llegaban a renir debfan separarlas, incluso pegar-

les (si se trataba de viudas 0 si a los hombres de los que dependian les

faltaba autoridad) 0 imponerles una multa; quienes, en easo de conflicto

grave entre miembros desu clan, debian llamar a unos y a otros ala cor-

dura, 1 0 cual nunea puede hacerse sin dificultad y, en ocas iones , sin pe -

l i gr o ; qu i enes , en todas las s i tuaciones que entrafian un conflicto entrelos clanes (en easo de crimen, por ejemplo) se reuman en asamblea con

el morabito para reconcil iar a los antagonistas ; a ellos , por ult imo, in-

cumbia la carga de proteger los intereses de los pobres y de los clientes,

de hacer les obsequios con motivo de las colectas tradicionales, de en-

viarles alimentos durante las fiestas, de prestar su ayuda a las v iudas , de

asegurar elmatrimonio de los huerfanos, etc.

En resumidas cuentas, al no estar asegurada par una delega-

c ion oficia lmente dec larada e institucionalmente garantizada, la

autoridad personal no puede perpetuarse duraderamente si no es

a traves de acciones que la reafirmen par su conformidad a los

valores que reconoce el grupo 19: los «gran des» pueden en menor

19 Los morabitos estan en situacion diferente, debido a que disponen de una

delegacion institucional en tanto que miembros de un cuerpo respetado de «fun-

cionarios del cultos y a que se mantienen en un estatus separado -en particular,por medio de una endogamia suficientemente rigurosa y de todo un conjunto de

tradiciones propias, como la reclusion desusmujeres-. No obstante, aquellos de

los que sedice que, «semejantes al torrente, crecen en tiempo de tormenta», solo

pueden, como 10sugiere el dicho, sacar provecho de su funcion cuasi-institucio-

nalizada de mediadores si encuentran en su conocimiento de las tradiciones y de

las personas el medio de ejercer una autoridad simbolica que no existe m as que

por delegacion directa del grupo: los morabitos solo son, en la mayona de los ca-

sos ,Lacoartada objet iva, La«puerta» como se dice, que permite a los grupos en

conflicto ponerse de acuerdo sin perder prestigio,

217

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I,

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medida que nadie permitirse el tomar libertades con .las normas

oficiales, y deben pagar su aumento de valo~ con un incrementode conformidad a los valores del grupo. Mientras no se consti-

tuya el sistema de mecanismos que asegura,?-con su propio mo-vimiento la reproduccion del orden establecido, no les basta a los

dominantes con d ej ar h a ce r a l s is te m a que dominan, p~ra eje~-

cer duraderamente la dominacion; les es necesano trabaiar coti-

diana y personalmente en la produccion y re~~oducci6n de las

condiciones siempre inciertas de la domlllaclOn. Al no podercontentarse con 1a apropiacion de los beneficios de una maquina

social todavfa incapaz de encontrar en ella misma elpoder de au-

toperpetuaci6n, estan condenados a las fo rm as e le me nta le s d edominac ion , esdecir, ala dominacion directa de una ~ersona so-bre otra, cuyo limite esla apropiacion personal, ~s.declr, la ~scla-vitud; no puedenapropiarse del trabajo, los sefVlCIOS,os bienes,

los homenajes, el respeto de los otros sin «ganarselos» personal-mente sin «vincularselos», en suma, sin crear un lazo personal,

de per~na a persona. Operacion fundamental de la alquimia so-

cial, cuyo paradigma es el intercambio. de dones, :a tr~nsf~n;na-cion de una especie cualquiera de capital en capital simbolico,

posesion legftima fundada en la ~aturaleza de. ~upos~edor, su-

pone siempre una forma de trabaio, un gasto visible (sin que seanecesariamente ostensivo) de tiempo, dinero y energia, una re -

distribucion necesaria para asegurar e1 reconocimiento de la dis-tribucion bajo la forma del reconocimiento otorgado por aquel

que recibe a quien, mejor situado en la distribucion. e~:aen S1-tuacion de dar, reconocimiento de deuda que es tambien reco-

nocimiento de valor.Se puede observar que, desafiando los usos simplistas de la

distincion entre la infraestructura y la superestructura 20, los ~e-

canismos sociales que aseguran Ia produccion de los habitusconformes forman parte integrante, aqui como en otras partes,

de las condiciones de reproduccion del orden social y del aparatode pi'oduccion mismo, que no podrian fun~ionar sin las disposi-ciones que el grupo inculca y refuerza eontinuamente, Yque ha-

cen impensables unas practicas que la economta desencantada del

20 El pensamiento en terminos de <<instancias~).eb~ su casi inevitable exito

socia l a l hecho de que , como 10most ra ri a e l anal isis mas elemental. de .los usos,

permite movilizar con unos fines clasificatorios y aparentemente explicativos toda

la simbolica tranquilizadora de la arquitectura, estructura por supuesto, s. portanto, inJraestructura Y superestruc!Ura, pero tambien Janda: fundacion, f ,unda.m e n to , b a se , sin olvidar los inirnitables peldaiios (en profundidad) de Gurvitch,

21 8

«interes totalmente desnudo» hara aparecer como Iegitimas 0

incluso, como evidentes. Pero el peso particularmente grande qU~

corresponde a los habitus y a sus estrategias en la instauracion y

la perpetuacion de relaciones duraderas de dominacion es toda-via un efecto de la e st ru ct ur a d el c ampo : al no ofrecer las condi-

ciones institucionales de la acumulacion de capital economico 0

d~ ca~!tal cultural (que. desalienta, incluso expresamente, me-diantejuna censura que impone el recurso a formas eufemizadas

de po;ery~e violencia), este orden economico hace que las es-trategias orientadas hacia la acumulacion de capital simbolico que

se observan entodas las formaciones sociales, sean en este caso

las mas racionales, por ser las mas eficaces en los Iimites de lasconstr icciones inherentes al universo. Es en el grado de objeti-vacion del'capital donde reside el fundamento de todas las dife-rencias pertinentes entre los modos de dominacion: los universossociales donde las relaciones de dominacion se hacen, deshaceny rehacen en y ~ediante la interaccion entre las personas, se opo-nen a las formaciones sociales donde, mediatizadas par unos me-

canismos objetivos e institucionalizados como el «mercado au-

torregulado» ( se l f- r eg u la t ing market ) en el sentido de Karl

Polanyi, el sistema de enseiianza 0 el aparato juridico, tienen la

opacidad y la permanencia de las cosas que escapan a las tomasde consciencia y de poder individuales.

La oposicion entre unos universes de relaciones sociales que, por no

guardar en sf mismos el principio de su reproduccion, solo pueden sub-

sistir al precio de una verdadera creacion continua, y un mundo social

que, movido por su propia vis insita, dispensa a los agentes de ese tra-

bajo incesante e indefinido de instauracion 0de restauracion, encuentra

su expresion directa en la historia 0 la prehistoria del pensamiento so-

cial. {(~ar~Hobbes -escr ibe Durkheim- esun acto de voluntad 10 que

da nacimiento al orden social y es un acto de voiuntad perpetuamente

renovado 10que Ie sirve de soporte» 21. Y todo permite suponer que la

21. I?urkheim, E., Mon te sq ui eu e t R o us se a u p re c ur se u rs d e f a s oc io lo gi e, Pa-ris, Riviere et Cfa., 1953, pags, 195-197. La correspondencia con Jateona carte-

siana de lacreaci6n continua es p er fe ct a, Y cuando Leibniz, criticando a ese Dios

que esta condenado a mover e l rnundo «como el carpintero mueve su hacha 0

como elmolinero dirige la rueda desviando las aguas 0 dirigiendolas hacia la no-

ria» (Leibniz, G. W., D e I ps e N a tu ra . O p us cu la p hi lo so ph ic a s el ec ta , Paris, Boi-

vin, 1939, pag, 92), opone al mundo cartesiano, incapaz de subsistir sin asistencia

continua, un mundo f ls ico dotado de una vis propria, anuncia [acntica de toda

forma derechazo del reconocimiento deuna «naturaleza» almundo social esde-

cir, una necesidad inrnanente, que 5610encontrara su expresion mucho rna'starde

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ruptura con esta vision artificialista, que es condicion de .la~prehensi6n

cientifica, no podia efectuarse antes de que fueran.constItUldos, en rea-

lidad, l o s mecan ismos objetivos como el selfr:gulatzng mark:! q u e, c 2 ~mo

subrayaPolanyi, permitia imponer la creencia en el dete rmlUlsmo .

La objetivacion en unas instituciones garantiza la I?ermanen-

cia y la acumulacion de las adquisiciones, tanto matenales como

simbolicas, que pueden subsistir sin que los agentes ten~~n que

recrearlas continua e integral mente mediante una accion .ex-presa; pero, debido a que los beneficios ~~egu~adosp~r estas l _ n S -tituciones son objeto de una apropiacion diferencial, aquella

tiende tambien a asegurar, inseparablemente, la ~eprodu~clOn de

la estructura de la distribucion del capital que, baio ~usdlf~rentesespecies, esla condicion de esta apropiaci6n. y, al mismo ~emp.o,

la reproduccion de la estructura de las relaciones de dommaclOn

y de dependencia. .Parad6jicamente, es la existencia ~e cam?os relatlVamente

autonomos, funcionando segun mecamsmos ngurosos Y capaces

de imponer a los agentes su necesidad, 10que perrmte que los de-

tentadores de los medics para dominar esos mecamsmo~ Yapro-

piarse de los beneficios materiales 0 simbolicos pr~duc~dos por

su funcionamiento, puedan ahorrarse unas estrategias onentadasexpresa y directamente hacia la dominacion de las _personas, Setrata; en efecto, de una economia, pues las estrategias tendentes

a instaurar 0 mantener unas relaciones duraderas de dependen-

cia de persona a persona son, ya 10 hemos visto, e~tr~madamentecostosas 10 que hace que el medio se coma al objetivo y que l~s

accione~ necesarias para asegurar la duracion del poder c~ntn-buyan a su fragilidad. Hay que gastar fuerza para produclf De-

recho, y ocurre que una gran parte de la fuerza se consume en

ello 23.

(es decir, mas precisamente en la mtroducclon a los Principios de Iafilosofia del

Derecho de Hagel). . .22 La existencia de rnecanismos capaces de asegurar la reproducclOn del o~-

den polit ico de toda intervencion expresa inclina, a su vez, ~ aceptar ~~~ ~efil1l-

cion estrecha de 1apolitica y de [as practices orientadas hac~a.~aadqUlslclon ? ~a

conservacion del poder que excluye tacitamente la competlclon por el domimo

de los mecanismos de reproducci6n. As! escomo, cuando sep~opone.a ~odo d:

objeto principal -como en la ac~ualidad ~so ~ue s~denomina ({ClenCIapoli-

tica»- la esfera de la polit ica legftrma, la crencia SOCial retoma por su cuenta e l

objeto preconstituido que le irnpone la real~dad. . . . ..23 Se ha indicado a menudo que la loglca que convlerte la redls tnb~ClOn ~e

los bienes en condicion de la perpetuacion del poder t iende a frenar 0 a Impedrr

220

EI pundonor es polftica en estado puro, LIeva a acumular ri-

quezas materiales que no encuentran sujustificacion «en sfmis-

mas», es decir, en su f unc ion « economica s 0 «tecnica», y que, en

Ultima instancia, pueden ser totalmente inutiles, como los obie-tos intercambiados en numerosas economias arcaicas, pero que

valen como i ns tr um e nt os d e d em o str ac io n d el p od er m e di an te f amostracien -10 que Pascal l lama «la muestras=-, como capital

simbolice capaz de contribuir a su propia reproduccion, esdecir,

a la reprE?du~§i6n y a la legitimacion de lasjerarquias en vigor.En tal c~texto la acumulacion de riquezas materiales solo esun

medio entre.ptros de acumular poder simbolico como p o de r p ar ah ac e r r ec o no c er e l p od e r: el gasto que podemos denominar de-mostrat ivo.jpor oposicion a «productive» (10que hace decir«gratuito» q!(simb61ico») representa, al mismo titulo que cual-

quier otro titulo visible de los signos de riqueza reconocidos en

la formacion social considerada, una especie de auto-afirmacionlegitimadora por la que eI poder se da a conocer y reconocer.

Afirmandose de manera visible, publica, y haciendose aceptar

como poseedor del derecho a la visibilidad, por oposicion a todoslos poderes ocultos, disimulados, secretos, oficiosos, vergonzo-sos, inconfesables (como los de la magia malefica) y, en conse-

cuencia, censurados, el poder se arroga, esta forma elemental deinstitucionalizacion que es la oficializacion, Pero solo la plena

institucionalizacion puede permitir, S 1 no ahorrarse por com-pleto la «muestrax al menos no depender completamente de ella

para obtener la creencia y la obediencia de los otros y para mo-vilizar su fuerza de trabajo 0 su fuerza de combate: y todo per-mite suponer que, como en eIcaso del feudalismo segun Georges

Duby, Ia acumulacion de capital «economico» se hace posible

cuando aparece la posibilidad de asegurar la reproduccion del ca-pital simbolico de manera duradera y.al menor coste, y de con-

tinuar la guerra propiamente politica por el rango, Ia distincion,

la preeminencia, mediante otros medios, mas «economicos». Lainstitucionalizacion sustituye las relaciones entre unos agentes

indisociables de las funciones que desempenan y que solo pue-den perpetuar entregandose por entero y sin cesar, por las rela-

ciones estrictamente establecidas y juridicamente garantizadasentre posiciones reconocidas, definidas por su rango en un espa-

la acumulacion primitiva del capital economico y la aparicion de la divis ion en

clases(Cf., por ejemplo, Wolf, E., Sons of the Shaking Earth, Chicago, Chicago

U.P., 1959, pag, 216).

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ruptura con esta vision artificialista, que es condicion de la aprehension

cientifica, no podia efectuarse antes de que fueran constituidos, en rea-

lidad los mecan ismos obj et i vos como el sel f -regu lat ing market que, comosubraya Polanyi, perrnitia imponer la creencia en el determinismo 22,

La objetivacion en unas instituciones garantiza la permanen-

cia y la acumulacion de las adquisiciones, tanto materiales como

s imbolicas , que pueden subsistir sin que los agentes tengan que

recrearlas continua e integralmente mediante una accion ex-

presa; pero, debido a que los beneficios asegurados por estas ins-ti tuciones son objeto de una apropiacion diferencial, aquellatiende tambien a asegurar, inseparablemente, la reproduecion de

la estructura de la distribucion del capital que, bajo sus diferentes

especies, esla condicion de esta apropiacion y, al mismo tiempo,la reproduccion de la estructura de las relaciones de dominacion

y de dependencia.Paradojicamente, es la existencia de campos relativamente

a ut on om os, fu ncio nan do se gu n m ec an ism os rig uro so s y capaces

de imponer a los agentes su necesidad, 1 0 que permite que los de-tentadores de los medios para dominar esos mecanismos y apro-

piarse de los beneficios materiales 0 simbolicos producidos parsu funcionamiento, puedan ahorrarse unas estrategias orientadasexpresa y directamente hacia la dominacion de las personas. Se

trata, en efecto, de una economia, pues las estrategias tendentesa instaurar 0 mantener unas relaciones duraderas de dependen-

cia depersona a persona son, ya 10 hemos visto, extremadamentecostosas 1 0 que hace que el medio se coma al objetivo y que las, .acciones necesarias para asegurar la duracion del poder can tn-

buyan a su fragilidad. Hay que gastar fuerza para producir De-

recho, y ocurre que una gran parte de la fuerza se consume en

ello 23.

(es decir, mas precisamente en la introduccion a los Principios de lafilosofta del

Derecho de Hagel).22 La existencia de mecanismos capaces de asegurar la reproduccion del or-

den polit ico de toda intervencion expresa inclina, a su vez, a aceptar una defini-cion estrecha de la politica y de las practicas orientadas hacia la adquisicion 0 la

conservacion del poder que excluye tacitarnente la competicion por el dominie

de los mecanismos de reproduccion, As! escomo, cuando se propone a modo de

objeto princ ipal -como en la actua lidad eso que se denomina «cienc ia poll -

t ica»- la esfera de la polit ica legit irna, la ciencia social retoma por su cuenta el

objeto preconstituido que le impone Ia realidad,23 Seha indicado a menudo que la Iogica que convierte la redis tribucion de

los bienes en condicion de la perpetuacion del poder t iende a frenar 0 a impedir

220

El pundonor es poli tica en estado puro. Lleva a acumular ri-

quezas materiales que no encuentran su justificacion «en sf mis-

mas», esdecir, en su funcion «economica» 0 «tecnica», y que, en

ultima instancia, pueden ser totalmente imitiles, como los obje-tos intercambiados en numerosas economtas arcaicas, pero quevalen como i ns tr um e nto s d e d em o st ra ci on d el p od er m e di an te f amostracion -10que Pascal llama «la muestrae=-, como capitalsimbolicdcapaz de contribuir a su propia reproduccion, es decir,

a la reprdtiuc00n y a la legit imacion de las jerarquias en vigor.

En tal co~texia'Ia acumulacion de riquezas materiales solo es unmedio enlreotros de acumular poder simbolico como p o de r p a rahace r r ec ond ce r el poder: el gasto que podemos denominar de-

mostrativo,por oposicion a «productive» (1 0 que hace decir«gratuito» 0,J«simb6lico») representa, al mismo titulo que cual-

quier otro titulo visible de los signos de riqueza reconocidos en

la formacion social considerada, una especie de auto-af i rmacion

legitimadora por la que el poder se da a conocer y reconocer.

Afirmandose de manera visible, publica, y haciendose aceptarcomo poseedor del derecho a la visibilidad, por oposicion a todoslos poderes ocultos, disimulados, secretos, oficiosos, vergonzo-sos, inconfesables (como los de la magia malefica) y, en conse-

cuencia, censurados, el poder se arroga, esta forma elemental de

institucionalizacion que es la oficializacion, Pero solo la plenainsti tucionalizacion puede pennitir, S1no ahorrarse por com-

pleto la «muestra» a1 menos no depender completamente de ella

para obtener la creencia y la obediencia de los otros y para mo-vilizar su fuerza de trabajo 0 su fuerza de combate: y todo per-mite suponer que, como en el caso del f eu d al is m o s eg u n Georges

Duby, Ia acumulacion de capital «economico» se hace posible

cuando aparece la posibilidad de asegurar la reproduccion del ca-

pital simbolico de manera duradera y al menor coste, y de con-

tinuar la guerra propiamente politic a por eI rango, la distincion,

la preeminencia, mediante otros medios, mas «economicos». La

institucionalizacion sustituye las relaciones entre unos agentesindisociables de las funciones que desempefian y que solo pue-den perpetuar entregandose por entero y sin cesar , par las rela-

ciones estrictamente establecidas y juridicamente garantizadas

entre posiciones reconocidas, definidas por su rango en un espa-

la acumulacion primitiva del capital economico y la aparicion de la divis ion en

clases (Cf., por ejemplo, Wolf, E., Sons of the Shaking Earth, Chicago, Chicago

U.P., 1959, pag, 216).

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, . de posiciones y que tienen su propiacio relat:vaIIl:e~te aut~n~mo ndiente de sus ocupantes actuales y

existen~la, dlstmta ~ m ep~efinidos por unos taulos que, comopotenclales, ellos mlsmos . iedad 0 los titulos esco~los titulos de nobleza, los trtulos de prop 24 Por oposici6n a

lares, les autorizan a ocupar esta~:~~::~!gada ni transmitidala autoridad personal , que no pu dida de tango a dehereditariamente, el titulo, en, ~:m~~~on;.~r:ual de evaluadon

orden, es,~~cir, en tanto que lUS a distribucum- permite estable~

de la POSIcIonde los agentes en un bilidad) casi

, ival cia (0 de conmensura 1cer unas relacioncs d: e~::s ~~finidos como preten~ientes a, laperfecta entre unos g rti 1 r de bienes propledades m-

apropiaci: d,~u:~ c~::o~a p~~l:giOS, y esos 'bienes, ellos m,is~muebles, gni a , 1 do . de manera duradera, las relacio-mos clasificados. regu an 0 asi de vi sta de su orden legitime

nes entre esos age~tes desde1elpun~~s ~~nidos por la propiedad

de acceso a los ble7les Y a ~s gru, 1 0 al dar el mismo valor

exc1usiva de esos bienes. ~ S { ,p_o~~e:~lO' y hacerlos as! sustitui-a todos los detentadores _ e rms deal maximo los obstaculos

bles, el s~stema,~e ~n~ena~~~ ~~~cral que se derivan del hechopara la clf~~laclOn e cap , ividuo singular (sin suprimir, node que este 1Ucorpor~do a u~ l~: a la ideologia carismatica de la

obstante"los be~efi~;~s2~.0~~rmite relacionar el conjunto de lospersona irremp ~a (' bi negativamente, el conjunto dedetentador~ de tltulos y tam ~~~ismo patron, instaurando asi

los desprodVlstos~ea~~o~ec~~as las capacidades culturales Y ga -

un merca 0 unutc ibilidad en moneda del capital culturalrantizando la con_ve~l 11 t determinado de tiempo Ytra-adquirido a cambio e un g~s :oneda tiene un valor conven-

bajo. El titulo ~sc~l~, como a u ' d~ libre por tanto, de las, a1 formal Jundlcamente garan zaao, 'CIon ,11 ,

. . . '1 de la que el titulo nobiliario 0 el24 Una his toria socIal de la nocion de ntu 0

1, ondicl'ones sociales y los efec-

. ul debena mostrar as c , . .escolar son casos partie ,ares, r eiem 10, la gratis. consideraclOn, m-

t os del paso de la autondad ~er~o~a ls~~~ ~ie r~ del honor al j us h o no r um : ~i,

fluencia, de los rOI?anos) al titu 0 " q e' ernplo e qu es r omanu s ) una dig-

en Roma, a l def in ir e luso,de los tnulos (P~~ ~n e lE~tado (por oposicion a unanititas. como posicion oficla1mente reconocr a, amente sometida -como elUSO

simple cualidad personal), seencue~tra ?rogr~~~ uso 0 del Derecho (Nicolet, Cl.,

de los insignia- a los contro~es mbl~n~clOS~sDefinitions juridiques et structuresL ' or d re e qu es t re ii l'ep oq ue repu !ca me. ,

sociales», Paris, 1966, pags, 2~6-~41i ' , .6 de un agente en la est ructura de, 25 Medida de rango, que indica ~ POSlCI olar essocialmente percibido como

la distribuci6n del c~pital cUiturdal,eltltu!~:s:ntidad de capital cultural.garanti a de la posesion de una e te rrmn

222

limitaciones locales (a diferencia del capital cultural no escolar-

mente certificado) y de las fluctuaciones temporales: el capital

cultural que de alguna manera esas! garantizado de una vezpor

todas no necesita ser continuamente corroborado. La objetiva-

cion queefectua el titulo y, mas generalmente, todas las formasde «poderes» (credentials), en el sentido de «prueba escrita de

cual if icacion que confiere credito 0 autoridad», es inseparable de

la que as~ura el Derecho cuando garantiza unas posiciones per-manentesHndependientes de los individuos biologicos que recla-

man y suicepholes de ser ocupadas por agentes biologicamente

diferentesraunque intercambiables bajo el punto de vista de lostitulos que deben detentar. Desde ese momento, las relaciones de

poder y dependencia no se establecen ya directamente entre per-sonas; se instauran, en la objetividad misma, entre instituciones,es decir, entre titulos socialmente garantizados y puestos social-

mente definidos y, a traves de elios, entre los meca n ismos s oc ia -les que producen y garantizan el valor social de los tftulos y lospuestos, y la disposicion de esos atributos sociales entre los indi-

viduos biologicos,

El Derecho no hace mas que consagrar simbolicamente, me-

diante un registro que eterniza y universaliza, el estado de la re-

lacion de fuerzas entre los grupos y las clases que el funciona-

miento de esos mecanismos produce y garantiza en la practica.Por ejemplo, registra y legitima la distribueion entre la funcion y

la persona, entre el poder y su detentador, al mismo tiempo que

larelacion que se establece en un momenta dado del t iempo en-

tre los tftulos y los puestos (en funcion del bargaining power de

los vendedores y compradores de fuerza de trabajo cualificada, es

decir, escolarmente garantizada) y que se material iza en una dis-tribucion determinada de los beneficios materiales y simbolicos

atribuidos a los detentadores (0 no detentadores) de tf tulos , ASi,aporta la contribucion de su fuerza propia, es decir, propiamente

simbolica, a la accion del conjunto de mecanismos que permite

ahorrarse la reafirmacion continua de las relaciones de fuerza por

eluso declarado de Ia fuerza,

EI efecto de Iegitimacion del orden establecido no incumbesolamente, como vemos, a los mecanismos tradicionalmente

considerados como pertenecientes al orden de la ideologia, como

el Derecho. El sistema de produccion de bienes culturales 0 el

sistema de produccion de los productores desempenan por ana-didura, es decir, por la logica misma de su funcionamiento, unas

funciones ideologicas, debido a que los mecanismos por los que

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contribuyen a la reproduccion del orden social y a la permanen-

cia de las relaciones de dominacion permanecen ocultos. Como

se ha mostrado en otro lugar, el sistema de ensenanza contribuyea proporcionar a la c1asedominante una «teodicea de su propioprivilegio» no tanto a traves de las ideologtas que produce 0 que

inculca, sino, mas bien, a traves de la justificacion practica del

orden establecido que proporciona disimulando bajo la relacion

patente entre los titulos y los puestos que garantiza larelacion que

reg i st ra subrept iciamen te, bajo apariencia de igualdad form~l,entre los tttulos obtenidos y el capital cultural heredado, es decir,a traves dela legitimacion que as! aporta a la transmision de estaforma de herencia. Los efectos ideologicos mas seguros son aque-110sque para ejercerse no precisan palabras sino dejar hacer, y unsilencio complice 26.

Si es cierto que la violencia simbolica esla forma suave y lar-

vada que toma la violencia cuando la violencia declarada resultaimposible, se comprende que las formas simbolicas de domina-

cion hayan languidecido progresivamente, a me~da ~ue secon~-titutan los mecanismos objetivos que, haciendo inutil el trabajode eufemizacion, tendian a producir las disposiciones «desencan-

tadas» que exigfa su desarrollo 27. Se comprende tam bien que el

desarrollo de las fuerzas de subversion y de crttica que las formasmas brutales de la explotacion «economicax han suscitado, y larevelacion de los efectos ideologicos y practices de los mecanis-

26 Es decir, que todo analisis de las ideologfas en el sentid~ estri~to ~e d,is-

curso de Iegit imacion, que no contenga un anal isis de los me~ms~os mstituc io-

nales correspondientes, seexpone a no ser mas que una contribucion suplemen-

tar ia a la e fi cac ia de esas ideologias: es e l easo de todos los ana lis is in te rnos

(semiologicos) de las ideologias politica,s, e scol a r es , r e lig io sas 0 artis_ticas,que 01 -

vidan que la funci6n politica de e st as i de ol og ie s p ue de , en deternunados casos,

reducirse al efecto de d es pl az am i en to y d es v io , de d i sim u la c io n y l eg i tim a ci o n que

producen al reproducir, por defecto, por omision, en. sus si1e~ci?s voluntaria 0

i nv o lu n ta ri am e nt e c om p li ce s, l os e fe ct os de lo s m ec ar us mo s o bje ti vo s. E s e l c as o,

por ejemplo, de la ideologia carisrnatica (0 meritocratica), forma particular del

don del «don», que explica las posibil idades diferenciales de acceso a los t itul?s

por la desigualdad de los dones naturales, reforzando ,asf e1 efecto ?e los mecanis-mos que disimulan la relacion entre los titulos obtenidos y el capital cultural he-

redado.

l7 En la lucha ideologica entre losgrupos (clases de edad 0clases sexuales, por

ejemplo) 0 las c1asessociales por la def in ic ion de la rea lid~ , a l~~olencia sim-bolica como violencia no reconocida [meconnue] y reconocida, legitirna por tanto,

s eopone la toma de conscieneia de 10arbitrario que desposeea los do~inant~s

de una parte de su fuerza simbolica aboliendo el no-reconocmnento [meconnai s -

sance].

2 2 4

~? S que aseguran la reproduccion de las relaciones de domina-cion, determ~I_lenun retorno a modos de acumulacion fundadosen la conversion del capital economico en capital simbOllco como

toda~ las form._asde redistribucion legitimadora, publica (~olitica«social») 0 p~vada (financiamiento de fundaciones «desintere-sadas>~,dOnaCl?n a hospitales, a instituciones escolares y cultu-

r~es, ~tc.) mediante las cuales los dominantes se aseguran un ca-

pital 1 e .~~:'~~ito>~que parece no de?er nada a la Iogica de la

expl?9-cIOll, ,0, lllclu~o,.el.atesoraffilento de bienes de lujo queatestigna elgusto y la distincion de su poseedor. La negacion [de-n~gatlOnJ)de la e~on.omia y d~l interes economico que, en las so-cledade~ precapltalistas, s~ ejercia en primer lugar sobre el te-rreno ~s;no de,las transaccionss «economicas», de donde ha sidonecesanoYexclUlrlo para constituir como tal «Ia economtax en-

cuentra asi su refugio predilecto en el ambito del arte y de Ia

«cult?!a», Ingar del ~onsumo puro, de dinero por supuesto, perotambien ~etiempo, islote sagrado que se opone de manera osten-

tosa al ~nlverso prof~no y cotidiano de la produccion, refugio de

la grat:udad y de: deslllteres que propane, como en otros tiempos10 hacta la .t~olagI_a,~na. antropologia imaginaria obtenida gracias

ala negaClOn[denegatwn] de todas las negaciones que efectua

realmente «Ia economta».

28 No fue un soci6logo sino un ,grupo deindustriale, americanos elque, para

dar cuenta del efe~to de los «relaciones publicae», forjo la «teona de la cuenta

banc~,a_)},q~e «exige que se hagan deposito, regulares y frecuentes aI Banco de

la opmron publica (Bank of Public Good. Wil l) para poder ast extender cheques

de esa c~~nta cuando sea necesario» (ci tado per Mac Kean, D., Party and Pres-

sure POll~lCS.Nueva York, Houghton Miffl in Company, 1944). Se puede consul-tar tambien G~~le, R. W., «N.A.M.: Influential lobby or kiss of death?», en TheJournal of P~~ItICS.vol , 15, num, 2, mayo 1953, pag. 2 6 2 ( so br e los r no d os d if e-

rentes de aCCIOn~e ~a N.A,M:, a c ci o n s o br e el gran publico, accion sobre los edu-

cadores, los eclesiasticos, los lideres de clubes femeninos, los l ideres agncola s , etc.)y Turner, H.A, _~Howpreasure sroups operate», en The Annals ofthe AmericanAcademy of Political and Soei~l S~ience. vol, 31, septiembre 1958, pags, 63.72

(s?bre Ia ma~~ra como Ia orgamzaclon seeleva por sf misma en laestima del pu-

blico y c.on~clOna, las act itudes de cara a crear un estado de opinion publica talque e1 publico acoja favorablemente los program as deseados por el grupo).

225