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EN FUNCIÓN DEL REINO DE DIOS 1 IGLESIA CRISTIANA CASA JOSUÉ FRUTOS Carolina de Pulido 8 de enero de 2012 INTRODUCCIÓN FRUTO En términos generales, esta palabra indica todo producto que se obtiene de la tierra, pero especialmente designa a las plantas y al fruto de estas. A. Nombre perî ( יִ ר פ, H6529), «fruto; recompensa; precio; ganancias; productos; resultados». Este vocablo está en ugarítico y egipcio. Perî aparece unas 120 veces en el hebreo bíblico durante todos los períodos. Primero, perî se refiere al producto comestible maduro de una planta o su «fruto». Segundo, perî significa «progenitura» o el «fruto del vientre». En Deu_7:13, el término significa «descendencia humana», pero también puede decirse de animales (Gen_1:21-22). Tercero, el «producto» o «resultado» de una acción a veces se denomina, poéticamente, «fruto»: «fructificar, llevar fruto». Este verbo se encuentra 29 veces en el Antiguo Testamento. La primera vez que se usa es en Gen_1:22 : «Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra» (RVR ). 1. karpos (καρπός, G2590) , fruto. Se usa: (I) del fruto de los árboles, de los campos, de la tierra, aquello que es producido por la energía inherente de un organismo vivo . Metafóricamente: (a) de obras o actos, siendo el fruto la expresión visible del poder que obra interna e invisiblemente, siendo el carácter del fruto evidencia del carácter del poder que lo produce (Mat_7:16). Así como las expresiones visibles de las concupiscencias soterradas son las obras de la carne, de la misma manera el poder invisible del Espíritu Santo en aquellos que son traídos a una unión vital con Cristo (Jn_15:2-8, 16) produce «el fruto del Espíritu» (Gal_5:22); la forma singular es sugerente de que en ellos se reproduce la unidad del carácter del Señor, esto es: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio» (RVR77 ), todo ello en contraste con las confusas y frecuentemente incoherentes «obras de la carne». Así hay en Fil_1:11 : «fruto de justicia» (Besson). En Heb_12:11 , el fruto de justicia es descrito como «fruto apacible», el efecto externo de la disciplina divina; «el fruto de justicia se siembra en paz» (Sant_3:18), esto es, la semilla produce aquel fruto; aquellos que hacen la paz producen una cosecha de justicia; en Efe_5:9 : «el fruto de la luz» se ve en toda bondad, justicia y verdad, como la expresión de la unión del cristiano con Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo); porque Dios es bueno, Mar_10:18, el Hijo es el «Justo», Hch_7:52 , el Espíritu es «el Espíritu de verdad» (Jn_16:13); (b) de beneficio, provecho, consistiendo: (1) en convertidos, como resultado del ministerio de evangelización (Jn_4:36 ; Rom_1:13 ; Fil_1:22); (2) en santificación, mediante una liberación de la vida de pecado y mediante el servicio a Dios (Rom_6:22), en contraste con (3) , la ausencia de nada considerado ventajoso como resultado de pecados anteriores (v. 21); (4) de la recompensa por el servicio dado a siervos de Dios (Fil_4:17); (5) del efecto de hacer confesión del nombre de Dios mediante el sacrificio de alabanza (Heb_13:15). Demos un vistazo a la Palabra del Señor en relación a FRUTOS. LA HISTORIA DEL AMOR DE DIOS. 1. El huerto del Señor: Jardín de las delicias, frutos deliciosos por doquier… ¿Por qué o para qué hizo Dios este lugar? ¿Qué pasó?

Mat 7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a ...casajosue.net/asambleas2012/files/2012-01-08.pdf · En términos generales, esta palabra indica todo producto que se obtiene

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EN FUNCIÓN DEL REINO DE DIOS 1 IGLESIA CRISTIANA CASA JOSUÉ

FRUTOS Carolina de Pulido

8 de enero de 2012 INTRODUCCIÓN FRUTO En términos generales, esta palabra indica todo producto que se obtiene de la tierra, pero especialmente designa a las plantas y al fruto de estas. A. Nombre perî (ִרי H6529), «fruto; recompensa; precio; ganancias; productos; resultados». Este vocablo ,פְּestá en ugarítico y egipcio. Perî aparece unas 120 veces en el hebreo bíblico durante todos los períodos. Primero, perî se refiere al producto comestible maduro de una planta o su «fruto». Segundo, perî significa «progenitura» o el «fruto del vientre». En Deu_7:13, el término significa «descendencia humana», pero también puede decirse de animales (Gen_1:21-22). Tercero, el «producto» o «resultado» de una acción a veces se denomina, poéticamente, «fruto»: «fructificar, llevar fruto». Este verbo se encuentra 29 veces en el Antiguo Testamento. La primera vez que se usa es en Gen_1:22 : «Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra» (RVR ). 1. karpos (καρπός, G2590) , fruto. Se usa: (I) del fruto de los árboles, de los campos, de la tierra, aquello que es producido por la energía inherente de un organismo vivo . Metafóricamente: (a) de obras o actos, siendo el fruto la expresión visible del poder que obra interna e invisiblemente, siendo el carácter del fruto evidencia del carácter del poder que lo produce (Mat_7:16). Así como las expresiones visibles de las concupiscencias soterradas son las obras de la carne, de la misma manera el poder invisible del Espíritu Santo en aquellos que son traídos a una unión vital con Cristo (Jn_15:2-8, 16) produce «el fruto del Espíritu» (Gal_5:22); la forma singular es sugerente de que en ellos se reproduce la unidad del carácter del Señor, esto es: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio» (RVR77 ), todo ello en contraste con las confusas y frecuentemente incoherentes «obras de la carne». Así hay en Fil_1:11 : «fruto de justicia» (Besson). En Heb_12:11 , el fruto de justicia es descrito como «fruto apacible», el efecto externo de la disciplina divina; «el fruto de justicia se siembra en paz» (Sant_3:18), esto es, la semilla produce aquel fruto; aquellos que hacen la paz producen una cosecha de justicia; en Efe_5:9 : «el fruto de la luz» se ve en toda bondad, justicia y verdad, como la expresión de la unión del cristiano con Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo); porque Dios es bueno, Mar_10:18, el Hijo es el «Justo», Hch_7:52 , el Espíritu es «el Espíritu de verdad» (Jn_16:13); (b) de beneficio, provecho, consistiendo: (1) en convertidos, como resultado del ministerio de evangelización (Jn_4:36 ; Rom_1:13 ; Fil_1:22); (2) en santificación, mediante una liberación de la vida de pecado y mediante el servicio a Dios (Rom_6:22), en contraste con (3) , la ausencia de nada considerado ventajoso como resultado de pecados anteriores (v. 21); (4) de la recompensa por el servicio dado a siervos de Dios (Fil_4:17); (5) del efecto de hacer confesión del nombre de Dios mediante el sacrificio de alabanza (Heb_13:15). Demos un vistazo a la Palabra del Señor en relación a FRUTOS. LA HISTORIA DEL AMOR DE DIOS.

1. El huerto del Señor: Jardín de las delicias, frutos deliciosos por doquier… ¿Por qué o para qué hizo Dios este lugar? ¿Qué pasó?

EN FUNCIÓN DEL REINO DE DIOS 2 IGLESIA CRISTIANA CASA JOSUÉ

a. Edén Gen 1:11-12; 26-29;

i. Lugar de encuentro ii. Su propósito que comiéramos de todos los frutos de El, especialmente el árbol de la

vida … iii. Eran para alimento, desarrollo y crecimiento en El iv. Su bendición era FRUCTIFICAR, y junto a esto dominar sobre toda la creación… con El y

para El… pero algo pasó que no se completó. Gén 1:11 Dijo asimismo: Produzca la tierra hierba verde y que dé simiente, y plantas fructíferas que den fruto conforme a su especie, y contengan en sí mismas su simiente sobre la tierra. Y así se hizo. Gén 1:12 Con lo que produjo la tierra hierba verde, que da simiente según su especie, y árboles que dan fruto, de los cuales cada uno tiene su propia semilla según la especie suya. Y vio Dios que la cosa era buena. Gén 1:26 Y por fin dijo: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra; y domine a los peces del mar, y a

las aves del cielo, y a las bestias, y a toda la tierra, y a todo reptil que se mueve sobre la tierra. Gén 1:27 Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios le creó; los creó varón y hembra. Gén 1:28 Y les echó Dios su bendición y dijo: Creced y multiplicaos, y henchid la tierra, y enseñoreaos de ella,

y dominad a los peces del mar y a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre la tierra. Gén 1:29 Y añadió Dios: Ved que os he dado todas las hierbas las cuales producen simiente sobre la tierra, y

todos los árboles los cuales tienen en sí mismos simiente de su especie, para que os sirvan de alimento a vosotros,

b. Un intermedio : Gen 3:2-3; 4:3-4 que no debió ser… pero fue.

i. La pequeña jornada y la gran jornada. Un cambio por la desobediencia, la falta de fe… Gén 3:2 Podemos comer del fruto de todos los árboles respondió la mujer.

Gén 3:3 Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.

ii. La necedad del ser humano, SUS PROPIAS OBRAS CONTRA LO QUE DIOS HA DICHO. Gén 4:3 Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. Gén 4:4 Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa.

iii. Un viaje de 11 días se convirtió en un desierto de 40 años… c. La Palabra termina con un final MARAVILLOSO y feliz en otro huerto. … Apocalípsis 22:1-7

Apo 22:1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. Apo 22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Apo 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, Apo 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Apo 22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. Apo 22:6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Apo 22:7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

Apo 22:10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Apo 22:11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es

justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

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Apo 22:12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su

obra. Apo 22:13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Apo 22:14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por

las puertas en la ciudad. 2. Clases de frutos

a. Vida o muerte Rom 6:21-22; Jn 1:12 b. Los hijos de Dios se distinguen o se diferencian.

Rom 6:21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Rom 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Jud 1:12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;

c. Por sus frutos los reconoceréis. Mt. 7:16-20 NECESITO CUESTIONAR MI VIDA… no la de otros, pero también tener cuidado para proteger lo que Él me ha dado.…

Mat 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Mat 7:17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Mat 7:18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Mat 7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Mat 7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Mat 7:2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. Mar 4:24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se

os añadirá a vosotros los que oís. Mar 4:25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

3. ¿Cómo se produce el fruto? a. Sin saber cómo día y noche SE DESARROLLA Y C RECE Mr 4:26-27 . No sabemos cómo pero

hay semillas sembradas CIZAÑA Y TRIGO… Mar 4:26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; Mar 4:27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.

b. Cada semilla trae su propia vida o energía y produce una clase de fruto. Mc 4:28-29 BUENO O MALO .

Mar 4:28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; Mar 4:29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.

c. La verdad sobre mi corazón y las semillas… i. El corazón del hombre está lleno de maldad, no tiene arreglo Jr. 17: 9; Mr. 7:20 ss Del

corazón sale lo malo .. por lo que allí se sembró. ii. Yo primero, nunca cambia de lugar… Hag 1:9 Buscáis mucho, y halláis poco; y

encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.

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Hag 1:10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.

iii. Distracciones Mateo 6:24-34 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

4. LOS FRUTOS DE LA BENDICIÓN Deu 8:8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados;

tierra de olivos, de aceite y de miel; a. GRANADA / GRANADO (heb. rim·móhn).

Fruto que, cuando está maduro, es de color granate, tiene el tamaño de una manzana grande y lo corona por debajo un cáliz persistente. La dura corteza cubre una multitud de granos encarnados, jugosos, cada uno con una pequeña pepita blanquecina.

Con su zumo se prepara una bebida refrescante (Can 8:2), de las semillas o grano se saca un jarabe llamado granadina y las flores se usan en la preparación de una medicina astringente que se utiliza como remedio para la disentería. Las sienes de la sulamita, detrás de su velo, se compararon a un “gajo de granada”, y su piel, a un “paraíso de granadas”. (Can 4:3, 13; 6:7.)

Jehová le prometió a la nación de Israel por medio de Moisés que los introduciría en una tierra de trigo, cebada, vides, higos, granadas, olivas y miel. (Dt 8:7-9.) Anteriormente, los espías que habían entrado al país regresaron con uvas, higos y

Sobre el dobladillo de la vestidura sin mangas del sumo sacerdote Aarón, había una serie de granadas hechas a base de un trenzado de hilo azul, lana teñida de púrpura rojiza y fibra escarlata carmesí, alternadas con campanillas de oro. (Éx 28:33, 34; 39:24-26.) Más tarde, cuando se construyó el templo, los capiteles de las dos columnas de cobre que había en el pórtico de la casa estaban decorados con cadenas en forma de granadas. (1Re 7:18, 20, 42; 2Re 25:17; 2Cr 3:16; 4:13; Jer 52:22, 23.)

El granado era muy estimado y por esa razón se le ha relacionado a menudo con la vid y la higuera, que también son importantes por su fruto. (Can 7:12, 13; Joe 1:12; Ag 2:19.)

b. ACEITUNA / OLIVO (heb. zá·yith; gr. e·lái·a).

El olivo era sin duda una de las plantas más valiosas en tiempos bíblicos, tan importante como la vid y la higuera. (Jue 9:8-13; 2Re 5:26; Hab 3:17; Snt 3:12.) Aparece al principio del registro bíblico, pues, acabado el Diluvio, una hoja de olivo que llevó una paloma le indicó a Noé que las aguas se habían retirado. (Gé 8:11.)

El olivo (Olea europaea) abunda en las laderas de las montañas de Galilea y Samaria y en las mesetas centrales, así como en toda la región mediterránea. (Dt 28:40; Jue 15:5.) Crece en suelo rocoso y gredoso, demasiado seco para muchas otras plantas, y puede aguantar frecuentes sequías. Cuando los israelitas salieron de Egipto, se les prometió que la tierra adonde iban era una tierra de “olivas de aceite y miel”, con ‘viñas y olivares que ellos no habían plantado’. (Dt 6:11; 8:8; Jos 24:13.) Como el olivo crece despacio y puede tardar diez años o más en empezar a dar buenas cosechas, el que estos árboles ya estuvieran creciendo en la tierra era una ventaja importante para los israelitas. Este árbol puede alcanzar edades excepcionales y producir fruto durante cientos de años. Se cree que algunos de los olivos de Palestina son milenarios.

Los olivos ofrecen un panorama refrescante por toda Palestina. A menudo crecen en las terrazas de las laderas rocosas y cubren el suelo de los valles. Pueden superar los seis metros de altura. El tronco nudoso, cuya corteza es de color ceniza, tiene un profuso sistema de ramas que produce un follaje espeso de delgadas hojas verde grisáceas. Este árbol de hoja perenne normalmente florece en mayo y se cubre con miles de flores de color amarillo pálido. La Biblia menciona la facilidad con que el viento arrebata estas flores. (Job 15:33.) El fruto o drupa del olivo en un principio es verde, pero cuando

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madura, se vuelve de un color entre purpúreo oscuro y negro. La cosecha se efectúa en otoño (entre octubre y noviembre), para lo que todavía se utiliza con frecuencia el antiguo método del vareo. (Dt 24:20; Isa 24:13.) En tiempos bíblicos los rebuscadores recogían lo que quedaba del fruto. (Isa 17:6.) Por naturaleza, el árbol produce cosechas alternas, es decir, a una buena cosecha le sigue al año siguiente otra baja. El fruto fresco contiene una sustancia amarga que se elimina al remojarlo en salmuera, después de lo cual se pueden comer las aceitunas sin más tratamiento o adobadas. Sin embargo, su principal valor está en el aceite, que compone hasta el 30% o más (del peso) del fruto fresco. Un buen árbol produce entre 38 y 57 l. de aceite al año, una aportación de grasas suficiente para la dieta de una familia de cinco o seis personas. La madera del árbol es muy dura y debe secarse por años para usarla en ebanistería.

El olivo no solo vive centenares de años, sino que, si se corta, de sus raíces brotan hasta seis nuevos retoños, que se desarrollan en nuevos troncos; los árboles viejos suelen perpetuarse de esta manera. Para plantar árboles nuevos suelen utilizarse a menudo plantones cortados de un olivo adulto. Por lo tanto, es muy apropiada la ilustración del salmista que asemeja a los hijos de un hombre bendecido con “plantones de olivos todo en derredor de tu mesa”. (Sl 128:3.)

El injerto. A los acebuches u olivos silvestres que crecían en las laderas de las colinas se les injertaban esquejes de los olivos cultivados con el fin de que produjeran buen fruto. Por consiguiente, era contrario al procedimiento normal injertar ramas de acebuche en un olivo, pues esta continuaría produciendo su propio fruto. Este hecho realza la fuerza de la ilustración de Pablo que se encuentra en Romanos 11:17-24, en la que asemejó a los cristianos gentiles que llegaron a ser parte de la “descendencia de Abrahán” a ramas de acebuche injertadas en un olivo para reemplazar las ramas infructíferas que habían sido desgajadas, y que representaban a los miembros judíos naturales rechazados, quitados del árbol simbólico por su falta de fe. (Gál 3:28, 29.) Este acto, “contrario a la naturaleza”, enfatiza la bondad inmerecida de Dios hacia tales creyentes gentiles, subraya los beneficios que obtienen como ramas de “acebuche” al recibir la “grosura” de las raíces del olivo de huerto y, por lo tanto, elimina cualquier razón para que estos cristianos gentiles se jacten. (Compárese con Mt 3:10; Jn 15:1-10; véase INJERTO.)

Olivares y prensas. Siempre que era posible, los pueblos de Palestina tenían su olivar. Si no daba fruto, como cuando lo dañaba la oruga, el pueblo sufría. (Am 4:9.) El rey David tenía olivares valiosos en la región de la Sefelá. (1Cr 27:28.) En los días del rey David, el monte que había al E. de Jerusalén, a la distancia del “camino de un sábado”, se distinguía por sus olivos, y en el tiempo de Zacarías aún se le llamaba “la montaña de los olivos”. (2Sa 15:30; Zac 14:4; Lu 19:29; 22:39; Hch 1:12.) La gran cantidad de prensas de aceite de piedra encontradas por toda Palestina demuestran que este árbol se cultivó extensamente en tiempos antiguos. Los “jardines” de aquel entonces solían ser huertos y normalmente tenían su prensa de aceite. El jardín llamado Getsemaní, donde Jesús se retiró después de la última cena con sus discípulos, derivó su nombre de un término arameo, gath schema·néh, que significa “prensa de aceite”. En ocasiones las aceitunas también se pisaban en lagares. (Miq 6:15.)

Uso figurado. El olivo se usa de manera figurada en la Biblia como símbolo de productividad, belleza y dignidad. (Sl 52:8; Jer 11:16; Oseas 14:6.) Sus ramas estaban entre las que se usaban en la fiesta de las cabañas. (Ne 8:15; Le 23:40.) En Zacarías 4:3, 11-14 y Revelación 11:3, 4, también se usan olivos para simbolizar a los “ungidos” y “testigos” de Dios.

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c. UVA / VID

Planta con tallos largos, finos y trepadores que se arrastran por el suelo o trepan por medio de los zarcillos; la variedad más común es la Vitis vinifera. La palabra hebrea gué·fen por lo general se refiere a “la enredadera del vino” (Nú 6:4; Jue 13:14), y excepcionalmente, a la “enredadera silvestre” que producía calabazas silvestres. (2Re 4:39.)

La historia de la viticultura empieza con la declaración: “Noé [...] procedió a plantar una viña”. (Gé 9:20.) Melquisedec, rey de Salem, sacó “pan y vino” para presentárselo a Abrahán, lo que prueba que antes del año 1933 a. E.C. se cultivaba la uva en la tierra de Canaán. (Gé 14:18.) En las inscripciones egipcias se representa la vendimia y la pisa en lagares ya en el II milenio a. E.C.; los Faraones de aquel tiempo tenían coperos oficiales. (Gé 40:9-13, 20-23.) Sin embargo, la industria egipcia de hacer vino sufrió un severo golpe cuando Jehová “se puso a matar la vid” con una plaga de granizo. (Sl 78:47; 105:33.)

Los espías que entraron en la Tierra Prometida, “tierra de [...] vides e higos y granadas”, se llevaron del valle torrencial de Escol un racimo de uvas tan grande, que tenían que llevarlo con una barra entre dos hombres. (Dt 8:8; Nú 13:20, 23, 26.) Se dice que los racimos de uvas de esta región pesan entre 4,5 y 5,5 Kg., y se guarda registro de un racimo que pesaba 12 Kg., y de otro de más de 20 Kg.

Además del valle torrencial de Escol, otras regiones mencionadas en la Biblia donde se cultivaba la uva son: En-guedí, junto al mar Muerto (Can 1:14); Siquem (Jue 9:26, 27); Siló (Jue 21:20, 21), y, al otro lado del Jordán, Sibmá, Hesbón y Elealé. (Isa 16:7-10; Jer 48:32.)

Su cultivo. Las viñas a menudo se cultivaban en las laderas de los montes. Era costumbre cercarlas o poner un muro a su alrededor (Nú 22:24; Pr 24:30, 31), y también edificar cabañas o torres de vigilancia (Isa 1:8; 5:2) con el fin de protegerlas de ladrones o animales intrusos, como zorras y jabalíes. (Sl 80:8, 13; Can 2:15.) La ley mosaica permitía que un caminante comiese hasta quedar satisfecho, pero no podía llevarse nada en un receptáculo, puesto que esto se consideraría robo. (Dt 23:24.)

Para mayor comodidad se excavaba cerca un lagar y una tina, pues por lo general la mayor parte de la cosecha se pisaba para hacer vino. (Isa 5:2; Mr 12:1; véase VINO Y BEBIDAS ALCOHÓLICAS.) Por supuesto, las uvas también se comían frescas y se secaban al sol para hacer pasas. (1Sa 25:18; 30:12; 2Sa 16:1; 1Cr 12:40.)

Las viñas antiguas estaban estructuradas de diferentes maneras. A veces las vides se plantaban en filas con una separación entre ellas de unos 2,5 m. o más en un suelo bien preparado. Según la ley mosaica, no se podían plantar otras semillas en una viña, aunque podían plantarse árboles, como la higuera. (Dt 22:9; Lu 13:6, 7.) A veces, las vides que se cultivaban en las laderas de los montes se dejaban en el suelo y se levantaban los racimos con palos ahorquillados, aunque normalmente se colocaban sobre emparrados de madera o montones de piedras.

Para producir buenas uvas, es necesario podar las viñas. Jesús dijo que “todo sarmiento [...] que no lleva fruto, él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia [podándolo], para que lleve más fruto”. (Jn 15:2.) El podar las ramas productivas y cortar las estériles permite conseguir fruto de buena calidad pues se aprovecha mejor la vitalidad de la planta. En las tierras bíblicas, la poda empezaba en la primavera, alrededor de marzo, y se repetía de nuevo en abril y mayo si era necesario. (2Cr 26:10; Isa 18:5; Lu 13:7.)

Si se cuida y poda bien una vid productiva, puede vivir y crecer mucho. Por ejemplo, se informa que una vid de Jericó tenía más de trescientos años, y su tronco tenía un diámetro de casi 46 cm. A veces, estas vides viejas alcanzaban una altura de 9 m. y eran verdaderos ‘árboles’. Pero a pesar de su tamaño comparable al de los árboles del bosque, la madera de la vid no servía ni como “palo con el cual hacer algún trabajo” ni como “estaca en la cual colgar cualquier clase de utensilio” porque es demasiado

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blanda, y no es suficientemente recta para usarla como madera. La madera de vid solo servía como combustible para el fuego. Por lo tanto, esta madera que solo servía como combustible para el fuego, se empleó por Jesús como ilustración apropiada de los habitantes infieles de Jerusalén cuyo destino final sería semejante al de la vid infructífera. (Eze 15:2-7; Jn 15:6.)

La vendimia era una temporada de canto y de alegría en la que participaban los vendimiadores y los pisadores de los lagares. (Jue 9:27; Isa 16:10; Jer 25:30; véase LAGAR.) También era un tiempo gozoso para los pobres y los residentes forasteros de la tierra, a quienes se permitía rebuscar las viñas después de la cosecha general. (Le 19:10; Dt 24:21.) Lo contrario también era cierto cuando las vides se habían marchitado o no producían uvas, o las viñas se convertían en yermos desolados de espinos, eran tiempos calamitosos de gran pesar. (Isa 24:7; 32:10, 12, 13; Jer 8:13.)

Las leyes sabáticas requerían que los dueños dejasen sus viñas sin cultivar, sin podar y sin cosechar cada séptimo año y durante el Jubileo. (Le 25:3-5, 11.) Durante aquellos años, cualquier persona —fuera dueño, esclavo, extranjero o pobre— podía comer libremente de lo que crecía por sí solo, como también podían hacerlo los animales. (Éx 23:10, 11; Le 25:1-12.)

Uso ilustrativo y figurado. Los escritores bíblicos mencionaron con frecuencia la vid, puesto que su cultivo, la vendimia, la rebusca y otras labores afines les eran muy familiares a los israelitas. Las viñas que producían fruto en abundancia reflejaban la bendición de Jehová. (Le 26:5; Ag 2:19; Zac 8:12; Mal 3:11; Sl 128:3.) La expresión ‘sentarse cada uno bajo su propia vid y bajo su propia higuera’ llegó a ser proverbial y significaba paz y seguridad. (1Re 4:25; 2Re 18:31; Isa 36:16; Miq 4:4; Zac 3:10.)

Las vides infructíferas reflejarían la desaprobación de Dios. (Dt 28:39.) Israel había sido como uvas en el desierto, pero llegó a ser como una vid degenerada (Os 9:10; 10:1), como una vid extranjera que producía uvas silvestres. (Isa 5:4; Jer 2:21.) Un dicho proverbial común en el tiempo de Jeremías y Ezequiel se refería al hecho de que el agraz daba dentera, debido a su sabor agrio. (Jer 31:29, 30; Eze 18:2.)

Aunque se ha tratado de identificar la “vid de Sodoma” con diversas plantas originarias de la zona del mar Muerto, el contexto de esta expresión en el único lugar en que aparece (Dt 32:32) indica inequívocamente que se empleó de forma figurada. Además, Sodoma se utiliza repetidas veces en la Biblia para representar la maldad y la corrupción moral. (Isa 1:10; 3:9; Jer 23:14.)

Jesús mismo habló en diversas ocasiones sobre viñas y uvas (Mt 20:1-16), y tan solo tres días antes de su muerte explicó la parábola de los viñadores inicuos. (Mr 12:1-9; Lu 20:9-16; véase ILUSTRACIONES.)

Cuando Jesús instituyó la cena del Señor, utilizó vino, el “producto de la vid”, como símbolo de su “sangre del pacto”. Durante aquella noche final de su vida terrestre también dijo que él mismo era “la vid verdadera”, y su Padre, “el cultivador”. Asemejó a sus discípulos a “sarmientos”, que o bien serían podados para dar más fruto o totalmente desgajados. (Mt 26:27-29; Mr 14:24, 25; Lu 22:18; Jn 15:1-10.)

Uso profético. Cuando Jacob bendijo a Judá, sus palabras tuvieron significado profético: “Atará su asno adulto a una vid [lag·gué·fen], y el descendiente de su propia asna a una vid selecta [welas·so·re·qáh], y ciertamente lavará su ropa en vino y su prenda de vestir en la sangre de uvas. De color rojo oscuro están sus ojos debido al vino”. (Gé 49:8-12.) La palabra so·re·qáh denota una vid roja que produce el fruto más rico o selecto. (Compárese con Isa 5:2; Jer 2:21, donde aparece el término relacionado so·réq.) Unos cuantos días antes de que se clavara la inscripción “El rey de los judíos” en el extremo superior del madero de tormento, Jesucristo (Mr 15:26), que era de la tribu de Judá, entró en Jerusalén montado en un pollino de un asna, presentándose así ante Jerusalén como su rey. (Mt 21:1-9; Zac 9:9.) Aunque no ató al pollino del asna a una vid literal, enlazó sus derechos reales a una vid simbólica, espiritual: el reino de Dios. (Compárese con Mt 21:41-43; Jn 15:1-5.)

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Además de este significado mayor, la profecía de Jacob tuvo una aplicación literal en la herencia dada a la tribu de Judá en la Tierra Prometida. Esta incluía la región montañosa, con sus valles productivos y las elevadas ‘laderas fértiles’ que formaban terrazas con viñas. (Isa 5:1.)

En el libro de Revelación, después de mencionar “la mies de la tierra”, se oye a un ángel que da el mandato: “Vendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas se han madurado”. Por consiguiente, se recogió “la vid de la tierra” y se arrojó “en el gran lagar de la cólera de Dios”. Esta vid es diferente de la “vid verdadera”, que produce fruto para la gloria de Dios. La “vid de la tierra” debe producir fruto perjudicial, pues es destruida por mandato de Dios. (Rev 14:15, 18, 19.)

d. HIGO / HIGUERA (heb. te´e·náh; gr. sy·ke, sý·kon).

La higuera (Ficus carica), el olivo y la vid son las plantas que más se mencionan en la Biblia: se hace referencia a ella en más de cincuenta textos. (Jue 9:8-13; Hab 3:17.) La higuera es originaria del SO. de Asia, Israel, Siria y también de Egipto. Este árbol es notable por su longevidad. Si bien puede crecer en estado silvestre, para que produzca buen fruto ha de ser cultivado. (Lu 13:6-9.) Se adapta muy bien a diversas clases de suelo, incluso al suelo rocoso. Tiene ramas muy extendidas, puede alcanzar unos 9 m. de altura y su tronco puede superar los 60 cm. de diámetro. Aunque a la higuera se la valora primordialmente por su fruto, también es muy apreciada por la buena sombra que proporciona. (Jn 1:48-50.) Sus hojas son grandes, y en algunas ocasiones llegan a sobrepasar los 20 cm. de ancho. La primera vez que se menciona a la higuera es con relación a las hojas que cosieron Adán y Eva para que les sirviesen de “coberturas para los lomos”. (Gé 3:7.) En algunas partes del Oriente todavía se cosen las hojas de higuera con el propósito de envolver fruta o para otros usos. (Véase SICÓMORO.)

Cosechas temprana y tardía. Las higueras producen básicamente dos cosechas de higos al año: las brevas o higos tempranos (heb. bik·ku·ráh), que en Palestina maduran en junio o a comienzos de julio (Isa 28:4; Jer 24:2; Os 9:10), y los higos tardíos, que crecen en las ramas nuevas y componen la cosecha principal, que suele madurar de agosto en adelante. Las brevas maduras —muy preciadas por su delicado sabor— caen del árbol con facilidad cuando se sacuden sus ramas. (Na 3:12.)

Hacia febrero suelen aparecer en las ramas de la temporada anterior los primeros brotes de la fruta, que preceden en unos dos meses a las hojas, dado que estas últimas no salen hasta finales de abril o principios de mayo. (Mt 24:32.) En El Cantar de los Cantares 2:13 se relaciona el primer indicio que dan las brevas verdes (heb. pagh) de estar maduras con el florecimiento de las vides, que comienza alrededor de abril. En consecuencia, cuando el árbol está repleto de hojas, ya debería tener fruto. La higuera que Jesús maldijo el día 10 de Nisán del año 33 E.C. había producido hojas prematuramente. Su apariencia daba pie para esperar que también hubiera producido fruto comestible antes de la estación, y el registro de Marcos 11:12-14 indica que Jesús se acercó al árbol pensando de esa manera, a pesar de que “no era la época de los higos”, es decir, el tiempo para que se recogiera el fruto. El hecho de que el árbol no tuviese más que hojas mostró que no iba a producir ninguna cosecha y que, por lo tanto, su apariencia engañaba. Jesús lo maldijo por ser improductivo, y se secó. (Compárese con Mt 7:19; 21:43; Lu 13:6-9.)

Uso como alimento y medicina. En tiempos bíblicos los higos eran un alimento básico, y hoy día siguen siéndolo en algunos países del Oriente Medio. Con ellos se hacían “tortas de higos comprimidos [heb. deve·lím]”, que se podían transportar con comodidad. (1Sa 25:18; 30:12; 1Cr 12:40.) En el caso del rey Ezequías, se usó una “torta” de este tipo como cataplasma medicinal para el divieso del rey, procedimiento que todavía se emplea en el Oriente. (2Re 20:7.)

Uso figurado y profético. A la higuera y la vid se las menciona juntas en muchos textos, y las palabras de Jesús en Lucas 13:6 muestran que las higueras se solían plantar en las viñas. (2Re 18:31; Joe 2:22.)

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La expresión ‘sentarse debajo de la propia vid e higuera’ simbolizaba condiciones pacíficas, prósperas y seguras. (1Re 4:25; Miq 4:4; Zac 3:10.)

En vista de la importancia de la higuera en la vida de la gente, se entiende que se usara con tanta frecuencia en la profecía. Debido a esa importancia, un fracaso completo en la cosecha del fruto de la higuera sería calamitoso. Por lo tanto, la higuera recibió mención especial cuando se predijo destrucción o ruina para la tierra. (Jer 5:17; 8:13; Os 2:12; Joe 1:7, 12; Am 4:9; Hab 3:17.)

Jehová comparó a la nación de Israel con dos clases de higos. (Jer 24:1-10.) Para ilustrar cómo se podía reconocer a los falsos profetas por sus frutos, Jesús citó la imposibilidad de obtener “higos de cardos”. (Mt 7:15, 16; compárese con Snt 3:12.) Jesús utilizó el ‘brote de las hojas’ de la higuera a mediados de la primavera como indicador de tiempo. (Mt 24:32-34.) Finalmente, el escritor de Revelación usa como símil la facilidad con la que los vientos hacen caer de la higuera al ‘higo no maduro’ (gr. ó·lyn·thos). (Rev 6:13.)

La complicada biología del higo ha servido para confundir a autores no familiarizados con esta fruta. La higuera primitiva debe ser fecundada por una avispa que entra en el orificio apical del higo joven. El insecto lleva a cabo su historia biológica dentro de los cabrahigos machos no comestibles que aparecen varias veces por año en las pequeñas ramas. Estos insectos fecundan los higos hembra comestibles, pero las variedades de higos comúnmente cultivadas producen su fruto sin necesidad de insectos polinizadores.

e. DATIL / PALMERA

CEBADA (heb. se`o·ráh; gr. kri·the). Importante cereal del género Hordeum que se ha cultivado extensamente desde tiempos antiguos hasta nuestros días. Era uno de los productos valiosos que aguardaban a los israelitas en la Tierra Prometida, una región que aún sigue siendo “tierra de trigo y cebada”. (Dt 8:8.) El nombre hebreo para cebada (se`o·ráh) está relacionado con la palabra que se usa para “pelo” (se·`ár), y alude a las largas y delgadas cerdas que forman la barba característica de la espiga de la cebada. Este cereal es muy resistente y es el que mejor puede enfrentarse a la sequía y adaptarse a una amplia variedad de climas. Cuando madura, alcanza una altura de más o menos 1 m., y está provisto de hojas algo más anchas que las del trigo. El telón de fondo de los trascendentales sucesos narrados en el libro de Rut es la cosecha de la cebada. En Israel se sembraba este cereal durante el mes de Bul (octubre-noviembre), después que empezaban las lluvias tempranas y podía ararse el suelo. (Isa 28:24, 25.) Como la cebada maduraba antes que el trigo (Éx 9:31, 32), su siega se iniciaba a principios de la primavera, durante el mes de Nisán (marzo-abril). Comenzaba en el cálido valle del Jordán, seguía en el interior de las zonas más altas y más templadas y por último, en el mes de Ziv (abril-mayo), se recogía en la región elevada de la meseta oriental del Jordán. Por ello, la cosecha de la cebada marcaba un tiempo concreto del año (Rut 1:22; 2Sa 21:9), y su comienzo correspondía con la Pascua, siendo de cebada la gavilla de las primicias que mecía el sacerdote el 16 de Nisán. (Le 23:10, 11.) La cebada se consideraba de menor valor que el trigo (según Revelación 6:6, su valor era una tercera parte menor que el del trigo). Este cereal era tan común y abundante que se usaba como forraje para los caballos de Salomón (1Re 4:28), y aún se usa con este fin en la actualidad. Se podía moler y convertir en harina para hacer pan, por lo general en forma de torta redonda (2Re 4:42; Eze 4:12; Jn 6:9, 13), y a veces se mezclaba con otros cereales. (Eze 4:9.) Aunque la cebada era más común entre los pobres debido a su menor costo, no hay nada que indique que los israelitas la subestimaran, ni siquiera los que podían comprar trigo. Por ello, fue una de las provisiones que se consideró apropiado ofrecer al rey David y a sus acompañantes cuando llegaron a Galaad durante la revuelta de Absalón. (2Sa 17:27-29.) Salomón dio a Hiram, el rey de Tiro, 20.000 coros (4.400 Kl.) de cebada y una

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cantidad correspondiente de trigo, además de mucho aceite y vino para los siervos de dicho rey que estaban preparando los materiales del templo. (2Cr 2:10, 15.) En el tributo que el rey Jotán de Judá impuso al rey de Ammón se incluían 10.000 coros (2.200 Kl.) de cebada. (2Cr 27:5.) Los hombres que intentaron escapar de la muerte a manos del asesino Ismael después de la caída de Jerusalén le dijeron que tenían “tesoros escondidos en el campo, trigo y cebada y aceite y miel”. (Jer 41:8.) De cualquier forma, la cebada era un alimento común y barato, por lo que algunos comentaristas piensan que son estas cualidades las que se quieren representar en la “torta redonda de pan de cebada” que vio un madianita en un sueño y que simbolizó al humilde ejército de Gedeón. (Jue 7:13, 14.) Oseas pagó 15 piezas de plata (si eran siclos, 33 dólares [E.U.A.]) y un homer y medio (330 l.) de cebada para recomprar a su esposa adúltera Gómer (Os 1:3; 3:1, 2), precio que según algunos comentaristas equivalía al de un esclavo: 30 siclos de plata (66 dólares [E.U.A.]). (Éx 21:32.) La ‘ofrenda de celos’ que la Ley requería cuando un esposo sospechaba que su esposa le había sido infiel era un décimo de efá (2,2 l.) de harina de cebada. (Nú 5:14, 15.) La cebada también se usaba para fijar precios. Por ejemplo, se valoraba un campo según la cantidad de semilla de cebada que se necesitaba para sembrarlo. (Le 27:16.) TRIGO Importante cereal de cultivo que desde tiempos remotos ha sido para el hombre un alimento valioso y que a veces, incluso en años recientes —al igual que en la antigüedad—, se ha vendido por un precio doble o triple al de la cebada. (Compárese con 2Re 7:1, 16, 18; Rev 6:6.) El trigo (heb. jit·táh; gr. sí·tos), solo o mezclado con otros granos, se utilizaba comúnmente para hacer pan. (Éx 29:2; Eze 4:9.) Este cereal también podía comerse crudo (Mt 12:1), y se convertía en sémola aplastando sus granos. A veces se tostaba, especialmente en el caso de las espigas verdes del trigo. (Le 2:14; 2Sa 17:28.) El trigo solía formar parte del tributo que se exigía a las tribus o naciones derrotadas (2Cr 27:5), y figuraba en las ofrendas hechas a Jehová. (1Cr 23:29; Esd 6:9, 10.) Mientras es tierna, la planta del trigo se parece a la hierba y tiene un color verde brillante. Sin embargo, el trigo maduro es de color pardo dorado y puede medir de 60 cm. a 1,50 m. de altura. Sus hojas son largas y delgadas, y el tallo central termina en una cabeza de granos. Una variedad de trigo (Triticum compositum) cultivada en el antiguo Egipto y que aún se encuentra en aquella tierra tiene varias espigas por tallo. (Compárese con Gé 41:22, 23.) Las variedades de trigo que comúnmente se han cultivado en Palestina en los años más recientes, y probablemente también en tiempos bíblicos, tienen pelos toscos y espinosos sobre las cáscaras de los granos. Conforme a la promesa de Dios, los israelitas hallaron que Palestina era una tierra de trigo y cebada. (Dt 8:8; 32:14; Sl 81:16; 147:14.) No solo tenían suficiente para ellos mismos, sino que también podían exportar grano. (2Cr 2:8-10, 15.) En el tiempo de Ezequiel, en Tiro se intercambiaban productos de Judá e Israel, entre los que estaba el “trigo de Minit”. (Eze 27:17.) En Palestina se sembraba el trigo aproximadamente en la misma época que la cebada, en el mes de Bul (octubre–noviembre), después que las primeras lluvias otoñales habían ablandado lo suficiente el suelo como para ararlo. (Isa 28:24, 25.) La cosecha del trigo venía después de la cosecha de la cebada (Rut 2:23; compárese con Éx 9:31, 32), y estaba vinculada a la fiesta de las semanas, o Pentecostés, en el mes de Siván (mayo–junio), cuando se presentaban como ofrenda mecida a Jehová dos panes leudados hechos de harina de trigo. (Éx 34:22; Le 23:17.) Después que el trigo se había trillado, aventado y cernido, solía almacenarse en silos, costumbre a la que quizás se alude en Jeremías 41:8. La Biblia también emplea el trigo en algunas ilustraciones. Se utiliza para representar a personas que son aceptables a Jehová, “los hijos del reino”. (Mt 3:12; 13:24-30, 37, 38; Lu 3:17.) Tanto Jesús como el apóstol Pablo mencionaron el trigo al ilustrar la resurrección. (Jn 12:24; 1Co 15:35-38.) Y Jesús asemejó la prueba que sobrevendría a sus discípulos, como consecuencia de las dificultades que estaba a punto de experimentar, al zarandeo o cernido del trigo. (Lu 22:31.)

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5. La gloria del Señor el propósito a. Es su deseo

Jua 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

b. Es su propósito Col 1:9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, Col 1:10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

c. Es su obra: Morir para dar fruto al 100, 60 y 30 % Jn 12:24. Jesús es el grano de vida. Su muerte ha traído una cosecha…

i. Jesús es el grano o germen de vida Jua 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

ii. Sin mi no podéis dar fruto. Jn 15:4-5

Jua 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Jua 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

d. Es su gloria i. Unidos a El, EN CRISTO seamos UNO Jn 17:23

ii. El Padre recibe gloria en nuestro fruto Jn: 15: 8 Jua 17:23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

Jua 15:8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

FRUTO En términos generales, esta palabra indica todo producto que se obtiene de la tierra, pero especialmente designa a las plantas y al fruto de estas. En la Biblia se mencionan varias clases de árboles frutales como la higuera (Nm 20.5), el granado (Dt 8.8), la vid (Jn 15.1), la palmera (Cnt 7.8), el almendro (Jer 1.11), etc. Los espías que Moisés envió trajeron "el fruto de la tierra" para mostrar la fertilidad de Canaán (Nm 13.27). Frecuentemente se usa la palabra en sentido figurado. Cristo espera que sus seguidores lleven fruto (Jn 15.2). San Pablo nos habla del fruto del Espíritu que es: amor, paz, gozo, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gl 5.22, 23; cf. 5.19-21). Otros ejemplos del uso metafórico de fruto se hallan en Pr 1.31; 11.30; Is 10.12; 57.19 (cf. Sal 132.11, RV 1909). Este término ha inspirado gran cantidad de usos metafóricos, que incluyen frases como “el fruto del Espíritu” (Gá. 5.22); fruto para Dios (Ro. 7.4) para muerte (Ro. 7.5; cf.cf. confer (lat.), compárese Stg. 1.15); fruto de labios (e. d.e. d. es decir hablar, Is. 57.19; He. 13.15); fruto de santificación y vida eterna (Ro. 6.22); frutos de los malos (Mt. 7.16); fruto para sí mismo (Os. 10.1; cf.cf. confer (lat.), compárese Zac. 7.5–6); fruto en su tiempo (e. d.e. d. es decir la verdadera prosperidad, Sal. 1.3; Jer. 17.8); el fruto del evangelio (Ro. 1.13; Col. 1.6); frutos de justicia (Fil. 1.11; Stg. 3.18); frutos que evidencian arrepentimiento (Mt. 3.8; cf.cf. confer (lat.), compárese Am. 6.12). Las obras infructuosas de las tinieblas se contrastan con el fruto de la luz (Ef. 5.9–11).

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FRUTO

A. Nombre

perî (ִרי H6529), «fruto; recompensa; precio; ganancias; productos; resultados». Este vocablo está en ,פְּugarítico y egipcio. Perî aparece unas 120 veces en el hebreo bíblico durante todos los períodos. Primero, perî se refiere al producto comestible maduro de una planta o su «fruto». Este significado amplio es evidente en Deu_7:13 : «También bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano y tu vino nuevo y tu aceite, la cría de tus vacas y el incremento de tus ovejas». La primera vez que aparece, el término se usa para significar tanto «árboles» como sus «frutos»: «Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto, según su especie» (Gen_1:11 RVA ). En Sal_107:34, el vocablo se usa como calificativo de «tierra»; una «tierra fructífera» es una «tierra de frutos». Segundo, perî significa «progenitura» o el «fruto del vientre». En Deu_7:13, el término significa «descendencia humana», pero también puede decirse de animales (Gen_1:21-22). Tercero, el «producto» o «resultado» de una acción a veces se denomina, poéticamente, «fruto»: «Entonces dirá el hombre: Ciertamente el justo tiene frutos; ciertamente hay un Dios que juzga la tierra» (Sal_58:11 RVA ; «hay recompensa para el justo» LBA ). Isa_27:9 (LBA ) habla del «fruto del perdón de su pecado» («todo el fruto capaz de apartar su pecado» BJ ), o sea, el resultado de la acción divina de purificar a Israel. La mujer sabia compra un terreno y siembra con sus ganancias o «fruto de sus manos» (Pro_31:16). En otras palabras, su recompensa es recibir el «producto» de sus labores (Pro_31:31). Los justos serán recompensados «según su camino y según el fruto de sus obras» (Jer_17:10; cf. 21:14). En la mayoría de pasajes como este, la RV y sus revisiones traducen perî como «fruto» (cf. Pro_18:21).

B. Verbo

parah (ה רָּ H6504), «fructificar, llevar fruto». Este verbo se encuentra 29 veces en el Antiguo Testamento. La ,פָּprimera vez que se usa es en Gen_1:22 : «Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra» (RVR ).

FRUTO, FRUTO (DAR, LLEVAR), FRUCTÍFERO

A. Nombres

1. karpos (καρπός, G2590) , fruto. Se usa: (I) del fruto de los árboles, de los campos, de la tierra, aquello que es producido por la energía inherente de un organismo vivo (p.ej., Mat_7:17 ; Sant_5:7, Sant_5:18); plural (p.ej., en Luc_12:17 [para el siguiente versículo, véase Nota (1) más abajo]; 2Ti_2:6); del cuerpo humano (Luc_1:42 ; Hch_2:30); (II) metafóricamente: (a) de obras o actos, siendo el fruto la expresión visible del poder que obra interna e invisiblemente, siendo el carácter del fruto evidencia del carácter del poder que lo produce (Mat_7:16). Así como las expresiones visibles de las concupiscencias soterradas son las obras de la carne, de la misma manera el poder invisible del Espíritu Santo en aquellos que son traídos a una unión vital con Cristo (Jn_15:2-8, 16) produce «el fruto del Espíritu» (Gal_5:22); la forma singular es sugerente de que en ellos se reproduce la unidad del carácter del Señor, esto es: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio» (RVR77 ), todo ello en contraste con las confusas y frecuentemente incoherentes «obras de la carne». Así hay en Fil_1:11 : «fruto de justicia» (Besson). En Heb_12:11 , el fruto de

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justicia es descrito como «fruto apacible», el efecto externo de la disciplina divina; «el fruto de justicia se siembra en paz» (Sant_3:18), esto es, la semilla produce aquel fruto; aquellos que hacen la paz producen una cosecha de justicia; en Efe_5:9 : «el fruto de la luz» (Darby, Besson, NM , margen RVR77 , Nestlé, véase contexto) se ve en toda bondad, justicia y verdad, como la expresión de la unión del cristiano con Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo); porque Dios es bueno, Mar_10:18, el Hijo es el «Justo», Hch_7:52 , el Espíritu es «el Espíritu de verdad» (Jn_16:13); (b) de beneficio, provecho, consistiendo: (1) en convertidos, como resultado del ministerio de evangelización (Jn_4:36 ; Rom_1:13 ; Fil_1:22); (2) en santificación, mediante una liberación de la vida de pecado y mediante el servicio a Dios (Rom_6:22), en contraste con (3) , la ausencia de nada considerado ventajoso como resultado de pecados anteriores (v. 21); (4) de la recompensa por el servicio dado a siervos de Dios (Fil_4:17); (5) del efecto de hacer confesión del nombre de Dios mediante el sacrificio de alabanza (Heb_13:15).

Deu 26:1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, Deu 26:2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. Deu 26:3 Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría. Deu 26:4 Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios. Deu 26:5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; Deu 26:6 y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Deu 26:7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; Deu 26:8 y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; Deu 26:9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. Deu 26:10 Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. Deu 26:11 Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti. Deu 26:12 Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. Deu 26:13 Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. Deu 26:14 No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. Deu 26:15 Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel. Deu 26:16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. Deu 26:17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.

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Deu 26:18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; Deu 26:19 a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho. Sal 1:1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sal 1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Sal 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Hag 1:7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Hag 1:8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Hag 1:9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Hag 1:10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Hag 1:11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos. Hag 1:12 Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová. Hag 1:13 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Hag 1:14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, Hag 1:15 en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío. Mat 3:7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Mat 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, Mat 3:9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Mat 3:10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Mat 7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Mat 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Mat 7:17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Mat 7:18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Mat 7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Mat 7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

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Mat 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Mat 21:19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Mat 21:34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Mar 4:26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; Mar 4:27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Mar 4:28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; Mar 4:29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. Luc 8:10 Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. Luc 8:11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Luc 8:12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Luc 8:13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. Luc 8:14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Luc 8:15 Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia. Luc 8:16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. Luc 8:17 Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz. Luc 8:18 Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará. Luc 13:5 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. Luc 13:6 Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Luc 13:7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Luc 13:8 El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Luc 13:9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después. Sal 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Stg 5:16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Stg 5:17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Stg 5:18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

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2Ti 2:1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2Ti 2:2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 2Ti 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2Ti 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 2Ti 2:5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 2Ti 2:6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 2Ti 2:7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. Jua 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Jua 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Jua 15:3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Jua 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Jua 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Jua 15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Jua 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Jua 15:8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Gál 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, Gál 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gál 5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Fil 1:9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, Fil 1:10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, Fil 1:11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Heb 12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. Luc 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Mat 21:19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Jua 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. Jua 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Rom 6:21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

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Rom 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 2Co 9:10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,