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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 23 DEMAYO DE 2015 | DE CAMBIO [ Letras ] Asalto al Cielo Sobre la muerte de Ramón Méndez PORFRANCISCOHERNÁNDEZ FRANCISCOHERNÁNDEZ FRANCISCOHERNÁNDEZ FRANCISCOHERNÁNDEZ FRANCISCOHERNÁNDEZ|PAG.2 Metamorfosis PORRAMÓNMÉNDEZ RAMÓNMÉNDEZ RAMÓNMÉNDEZ RAMÓNMÉNDEZ RAMÓNMÉNDEZ|PAG.3 La última clase de Huberto Bátiz POR LEOPOLDOLEZAMA LEOPOLDOLEZAMA LEOPOLDOLEZAMA LEOPOLDOLEZAMA LEOPOLDOLEZAMA|PAG.5 Las moscas POR JESÚSBALDOVINOS JESÚSBALDOVINOS JESÚSBALDOVINOS JESÚSBALDOVINOS JESÚSBALDOVINOS|PAG.4 Haruki Murakami ESCAPARATE DE LIBROS | PAG. 7 Viñetas POR SARA FRATINI SARA FRATINI SARA FRATINI SARA FRATINI SARA FRATINI | PAG. 7 Arquelogía de este mundo en TV PORFAUSTOPONCE FAUSTOPONCE FAUSTOPONCE FAUSTOPONCE FAUSTOPONCEYCOLUMBA COLUMBA COLUMBA COLUMBA COLUMBA VERTIZ VERTIZ VERTIZ VERTIZ VERTIZ | PAG. 8

Letras 23 de mayo de 2015

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LetrasSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁNSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁNSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁNSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁNSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCANUEVA ÉPOCANUEVA ÉPOCANUEVA ÉPOCANUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 23 DE MAYO DE 2015 |

D E C A M B I O[Letras]

Asalto al CieloSobre la muerte de Ramón MéndezPOR FRANCISCO HERNÁNDEZ FRANCISCO HERNÁNDEZ FRANCISCO HERNÁNDEZ FRANCISCO HERNÁNDEZ FRANCISCO HERNÁNDEZ | PAG. 2

MetamorfosisPOR RAMÓN MÉNDEZ RAMÓN MÉNDEZ RAMÓN MÉNDEZ RAMÓN MÉNDEZ RAMÓN MÉNDEZ | PAG. 3

La últimaclase deHuberto BátizPOR LEOPOLDO LEZAMA LEOPOLDO LEZAMA LEOPOLDO LEZAMA LEOPOLDO LEZAMA LEOPOLDO LEZAMA | PAG. 5

Las moscasPOR JESÚS BALDOVINOS JESÚS BALDOVINOS JESÚS BALDOVINOS JESÚS BALDOVINOS JESÚS BALDOVINOS | PAG. 4

Haruki MurakamiESCAPARATE DE LIBROS | PAG. 7

ViñetasPOR SARA FRATINI SARA FRATINI SARA FRATINI SARA FRATINI SARA FRATINI | PAG. 7

Arquelogía de estemundo en TVPOR FAUSTO PONCE FAUSTO PONCE FAUSTO PONCE FAUSTO PONCE FAUSTO PONCE Y COLUMBA COLUMBA COLUMBA COLUMBA COLUMBAVERTIZ VERTIZ VERTIZ VERTIZ VERTIZ | PAG. 8

2 2 2 2 2 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 23 DE MAYO DE 2015

Asalto al CieloCrónica sobre la muerte del poeta Ramón MéndezPOR FRANCISCO HERNÁNDEZPOR FRANCISCO HERNÁNDEZPOR FRANCISCO HERNÁNDEZPOR FRANCISCO HERNÁNDEZPOR FRANCISCO HERNÁNDEZ

e fastidia esa versión “piadosa” se-gún la cual Dimas en el fondo erabueno y las circunstancias lo orilla-ron a delinquir. Esta especie trans-fiere al talante de Dimas el mérito de

Dios por su misericordia. Nunca imaginé queuna investigación que aparentaba tener otroderrotero me llevara a descubrir el genial roboideado por Dimas, su complicidad en la muer-te de más de mil doscientas personas, y el porqué se convirtió ya en el suplicio. Mientrasinvestigaba me visitaba en casa Ramón MéndezEstrada. Le compartía mis avances y ante élconcluí que el Buen Ladrón era un muy buenladrón. Aunque novedoso para Ramón, no eraasunto ajeno, una de sus compañeras de vidahabía asaltado sola un camión de valores, y elhijo que tuvo con ésta se dedicó al robo hastaque fue asesinado. Esto marcó el inicio del de-clive de Ramón.

Al buscar trabajo recién llegado a Morelia meentrevisté con la persona equivocada y terminésentado en una Mesa de Redacción. Ahí conocía los Méndez. Alguna vez Cuauhtémoc y Ra-món me invitaron a su casa y fui testigo de lasmemorables tertulias que protagonizaban consu poesía, con sus amplios conocimientos depoesía de todo tiempo y lugar, y con sus affai-res. Así, empíricamente, conocí el infrarrea-lismo. Alguna vez que fui a visitar a Cuauhté-moc —Ramón estaba en México— me pidióacompañarlo a comprar cerveza. Al regresarescuché un sincopado paso de marcha rápida,volteé y vi alejarse a una escolta de siete sol-dados. “Ah, es la franca”, me dijo. A ese gradolo tenía vigilado el ejército. Sí, a su casa entrabagente de toda ralea. Dejé de visitarlo cuando alabrirme vi salir de su casa a tres niños con losque Cuate se había chemeado, y regresé sóloal enterarme de que su madre se encontrabapostrada. Al ver el estado en que mantenía a laanciana le lancé una filípica. Algo me atendió,pero absorto en mis asuntos dejé pasar los díasy tarde me enteré de la muerte de Lolita, y dela de Cuauhtémoc días después. Llegué al ho-menaje que se le hizo en el Aula Magna de laUniversidad Michoacana. Ramón llegó borra-cho. Nos invitó a Raúl López y a mí a acompa-ñarlo a él y a Ariadna, la hija de Cuate, en elparaninfo. Sacó un cigarro de mota, lo encen-dió, le dio tres golpes y me pidió que se lo de-tuviera para empezar a leer. Y yo ahí en la cá-tedra del Padre de la Patria con un cigarro demota en la mano. Varios hablaron. Uno pidióla palabra, comentó que no sabía por quéCuauhtémoc nunca lo había dejado terminarde leer, pero que ahora en su honor leería algode su autoría. Comenzó. Por el rabillo del ojovi cómo Ramón se retorcía incómodo en lasilla. En cuanto el “vate” terminó, Ramón pro-firió: “¡Con razón Cuauhtémoc nunca te dejóterminar de leer!”.

Cierta vez le dije a Ramón que alguna respon-sabilidad teníamos por los asesinatos deGregorio Álvarez y de su hermano. Como par-te de las negociaciones ocultas del TLC, Car-los Salinas de Gortari permitió la venta de los

M

tado mientras acompañaba al líder cañero, ysalvó la vida arrastrándose desde el vehículoatacado y accidentado para esconderse porhoras bajo un puente. Asesinaron al hermanode Gregorio, un pacífico ingeniero en madera,pero esto no amedrentó al líder cañero, quefinalmente fue ultimado. Disolvieron el movi-miento y hoy la región de Los Reyes-Pederna-les-Puruarán ha cambiado de vocación. Larentable caña está vetada. Sobre eso versaríala novela Azúcar amarga que Ramón dejó in-conclusa. Le decía a Ramón que quizá Gregoriohabría salvado la vida si esa información lahubiera manejado con bajo perfil.

Hubo un tiempo en que estar borracho no leimpedía a Ramón hablar con coherencia y es-cribir, pero tal dominio fue mermando con laedad. A la tercera vez que llegó borracho ledije que evitara presentarse en mi casa en talestado. A modo de reproche me contó queEfraín Huerta siempre lo recibió hospitalariocuando llegaba borracho a su casa en Las Lo-mas. Que incluso le ofrecía más bebida. Quecierta vez llegó ya de mañana. Efraín le dio aelegir bebida, le sirvió más copas y se puso apasear inquieto frente a la ventana, en un mo-mento llamó con la mano a Ramón, que se le-vantó y se aproximó. Efraín no tuvo que seña-larle a la vecina que se disponía a asolear suplena humanidad desnuda. Pero pasa que yono soy Efraín, ni tengo cava ni vecina que salgaa asolearse a su terraza, pensé.

Ramón me pidió intervenir en la presentaciónde Tonadas ágiles para sonreír en voz alta. El

ingenios a las grandes refresqueras, que teníanen perspectiva quebrarlas para favorecer laimportación de fructuosa desde Estados Uni-dos. Los cañeros de Puruarán tomaron el in-genio que había comprado Alberto Santos deHoyos “Don Galleto”, para producir y demos-trar que era productivo y no estaba en situa-ción de quiebra. Eran hostigados y saboteadosen su cometido. Un domingo, ya noche, llegóRamón cuando ya tenía perfilada la edición delperiódico. Venía de cubrir una asamblea decañeros en la cual habían votado adherirse alEZLN. Con él venía Gregorio Álvarez, el líder,al frente de una comisión de cañeros. Meconfirmaron la especie que me ponderaba Ra-món. Consideré principal la nota, pues en esosdías el EZ y el conflicto de los cañeros estabanen plena efervescencia. Titulé: “Cañeros alEZ”. Al día siguiente arribaron a la ciudad de-cenas de corresponsales de medios nacionalesy extranjeros. Eso era lo que buscaban los ca-ñeros, atraer las miradas del mundo y remontarel desdén informativo. También ésa fue laesencia del levantamiento en Chiapas al mo-mento en que entraba en vigor el TLC. El tiem-po confirmaría las dotes de comunicadorexcepcional de Marcos-Galeano. También loera Gregorio Álvarez, y nosotros nos presta-mos a sus fines, indudablemente legítimos.Pero no pensaba igual el gobernador AusencioChávez, al que enervó el efecto de dicha infor-mación y agudizó la hostilidad hacia los cañe-ros y su líder, que debió seguir estrategias gue-rrilleras y paramilitares de escape para evadirceladas y salvar el pellejo en todos sus despla-zamientos. Al propio Ramón le tocó un aten-

El poeta y narrador Ramón Méndez en una de sus últimas tardes. Foto tomada de Facebook.

Por el rabillodel ojo vicómo Ramónse retorcíaincómodoen la silla.En cuantoel “vate”terminó,Ramónprofirió:“¡Con razónCuauhtémocnunca te dejóterminarde leer!”.

SÁBADO 23 DE MAYO DE 2015 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 33333

acto tuvo lugar en el Museo del Estado inme-diatamente después de la clausura del últimotaller literario que impartió, en la que sus alum-nos leyeron sus escritos. Ramón estaba borra-cho. Yo veía desde el añejo portón cómo Ra-món levantaba la voz entre cada intervenciónde sus alumnos. Algún empleado de la Secre-taría de Cultura depositó en la barra de recep-ción los ejemplares del libro que se presenta-ría, en momentos en que Ramón despotricabacontra la institución por incumplida: “Dijeronque hoy aquí estarían los ejemplares y no haynada. A ver, ¿dónde están los ejemplares demi libro?”. El responsable del área editorial seaproximó para iniciar el acto de presentación.Me convocaron al frente y a presentar la obra.Tomé el micrófono y hablé: “Me presento aquíy leeré la presentación bajo protesta, porqueni tus alumnos ni ninguno aquí nos merecemosque nos desaires presentándote en ese estado,Ramón”. Y después de terminar de leer, meretiré del lugar.

Un domingo llegó a visitarme, nos sentamos acomer junto con mis dos hijos. Mientras co-míamos Ramón se descubrió cuello, pecho,brazos y piernas para mostrarnos sendos mo-retones. Nos explicó: “El viernes a media ma-ñana me despertó la algarabía en la calle. Yohabía tomado la noche hasta muy tarde y esta-ba entre borracho y crudo. Salí a ver por quétanto ruido. Se representaba la Pasión y fren-te a la casa pasaba el Nazareno con la cruz acuestas fustigado por los centuriones. Enton-ces me acordé de lo que me platicaste, de cómoLa Verónica auxilió a Jesús para impedir queel soldado lo siguiera golpeando, y que me voya golpes contra los centuriones. ¡Me pusieronuna madriza! Sólo un niño como de ocho añosme defendió dándoles de patadas a los centu-riones, entonces se aproximó una vecina queestá bien buena y les gritó: »¡Ya déjenlo!, ¿quéno ven que está bien borracho?¼. Entoncesme levantó, me llevó a su casa y me sobó conungüento. Pero qué buena está la vecina queme sobó”.

Una agencia en Estados Unidos me contactópor segunda ocasión para que corrigiera ycompletara la novela esbozada por un migran-te. Después de darle una leída, estaba determi-nado a rechazarla. En consideración a su ne-cesidad, le dije a Ramón si aceptaba el trato.Lo aceptó. La agencia dio su venia y le pasé laobra a Ramón. Conforme avanzaba Ramón, yorevisaba y enviaba los capítulos para su vistobueno. Entonces a Ramón le pareció que eltrato era injusto y me dejó botadas correccióny narración. Con mucha pena tuve que termi-narla yo. Terrible, increíble argumento que aRamón le pareció fantástico. La agencia quisoque se imprimiera en México y se enviaran losejemplares. Presenté ofertas de impresión yde envío. Elegida la última, compré seguro yenvié los ejemplares. La mensajería puso quesojunto a las cajas de libros y la mayoría de ejem-plares llegó a la frontera con baño de suero yoliendo a queso. Por fortuna el autor se preci-pitó, pese a la avería retiró las cajas para lle-várselas, y su firma invalidó el seguro contra-tado, que si no, ahora lamentaríamos quecirculara una obra deleznable en la que aztecascon penacho terminan comiendo hot dogs.

Al conocer a ese grupo de poetas, RobertoBolaño los definió como soles u hoyos negroscuya gravedad infinita elimina el espacio-tiem-po y se traga la luz, y los nominó infrarrealistas.Y así eran. Una amiga, desconocedora de lacita, me señalaba esa oscuridad que envolvía aRamón. En Los detectives salvajes Bolañorevela otro detalle de la personalidad de Ra-món cuando desde la calle Belano ve por elventanal cómo dentro del café Pancho Rodrí-

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MetamorfosisRamón Méndez

guez llora mientras lee. Quizá leyera sobre lamuerte o la extinción de las sirenas, pues nohace mucho con sólo recordar ese texto quedesconozco a Ramón se le saltaron las lágrimasy se le quebró la voz. Por eso Cuauhtémoc conalarde de ingenio le puso Dramón. Acaso porello Bolaño le puso Pancho al personaje nove-lado. Armar pancho, eso hacían los infras paraboicotear los recitales. Quedó pendiente un li-bro de cuentos infantiles que haríamos en co-mún, y es que los personajes de sus cuentosestaban tristes sin que Ramón se hubiera dete-nido a narrar el motivo de su tristeza. Ramónnunca quiso explicarse a fondo el motivo desu tristeza, como Garric, disimulada a vecescon amplias y sonoras carcajadas. Las agujasde provocaban pánico. No dejaba que le saca-

ran sangre para otros análisis, y le dijeron queentonces debía abandonar el hospital. Desdeel hospital donde permaneció internado tressemanas me comunicaron a Ramón, quien mepidió convalecer en mi casa. Acepté, pero ledije que antes dejara hacer a doctores y enfer-meras para completar el diagnóstico, iniciar eltratamiento, y se pudiera valer por sí mismoen lo mínimo. Cuando lo trajeron a casa fuicon el médico para iniciar su tratamiento. Meinterrogó sobre Ramón por dos horas y con-cluyó: “Es una diva, una sanguijuela”, y le dioun remedio para atajar la tristeza y remontarla depresión por la muerte de su hijo. No leoculté a Ramón la opinión del doctor.

Una de las razones por las cuales Ramón mepidió convalecer en mi casa, es que desde ha-cía meses le habían cortado el agua, pese a quela Organización Mundial de la Salud considerael derecho al agua y México ha firmado tal de-claración, y que el 25 de noviembre de 2014 laPrimera Sala de la Suprema Corte de Justiciade la Nación sentó jurisprudencia al obligar alorganismo municipal a suministrar, por tube-ría, entre cincuenta y cien litros diarios, porpersona, al responder al amparo interpuestopor una mujer de Xochitepec, Morelos. Y to-davía el organismo le cobraba multa a Ramónpor ejercer su derecho y reconectarse por susfueros. Esto también lo enfermó.

Además de borracho Ramón era un niño. Sequedó en el niño enojado con la vida al perdera su padre superhéroe a los cuatro años. Sóloun niño puede conmoverse, como Ramón, al

Yo fui un gusano y me encerré en mí mismo.

En la tumba que fui forjé mis alas.

El amor me llamó, me alzó a su gracia.

Se calcinó mi rostro de ermitaño.

Era una luz tu amor, que me urgía al vuelo.

Era una luz ardiente y afilada.

Era estrella para estrellar mi sombra.

Era astilla de luz, era una llama.

Me deslumbró en mi cripta: entré en tu halo,

puse mi verso al borde de tu espada,

me puse yo en tu centro: era de lumbre:

en la casa del fuego me instalaba.

En el incendio

me vi gusano, mariposa, pasión, chispa con alas...

No supe si ardía yo

ni si era toda la luz tu llamarada.

No he vuelto a verme desde entonces.

No he vuelto en mí. Tan dos soy ya que me confundo: al llamarme te llamo,

al llamarme llameas tu propio flanco.

Era de luz tu amor: es una llaga, un sol herido,

un fuego autófago en mi cama.

Me he consumido en ti, en ti se ha consumado

mi volátil transcurso hacia la nada.

La casa en Moreliade Ramón Méndez.

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leer sobre la muerte o la extinción de las sire-nas. Para sortear la crisis de salud en la queestaba inmerso requería cambiar su actitud, ypara cambiar su actitud requería sanar la pér-dida de su padre. Fui implacable, casi inmise-ricorde al atajar sus chantajes de niño enprocura de su salud. Se sintió abrumado. Unay otra vez lo hice caer en cuenta de su actitud.Lo remití a sus vivencias relacionadas con suconducta de niño-diva [centro de atención] ysanguijuela [dependiente]. Su capacidad men-tal más allá del común se volvía contra él ysomatizaba. Se rindió. Se sintió necesitado deauxilio: “De veras, Francisco, lo he intentadoy no puedo”. Le había advertido que yo era suamigo, no su padre. Después de dos tímidassugerencias me pidió franco que le llevara aun sacerdote. Por mediación del sacerdoteencontró al Padre que le faltó. Después de esofue otra persona: dócil y humilde, pero desdetres días atrás comenzó a obrar con sangre,profusamente. “Se te está yendo la vida por elculo, Ramón”, le decía al forzarlo a comer. Suinquietud amenazaba su higiene. Salí a la calle,arranqué un vinil electoral dado que desauto-rizo el abuso de mis representantes de permi-tir que mis dineros se usen en autopromocio-narse para reciclarse, y regresé. “A ver, Ra-món, quieres que se vea la parte blanca, o pre-fieres que Chon te bese el culo”. “Que Chon mebese el culo”. Y Chon protegió el colchón y lebesó el culo a Ramón.

La tarde antes del día de su deceso comenzó laagonía. Poco después que llegó a mi casa mepidió que lo enseñara a orar. Le dije que no eraotra cosa que conversar. Al inicio de su agoníaadvertí su súplica y oré con él para sanar lapérdida de su padre. Por la mañana todavía lesuministré el medicamento que le daba cadahora. Ya no podía digerir. Inquieto me pidióque lo dejara ahí, no llevarlo al hospital, y quelo dejara solo. Cuando le di muestras de quecumplía su última voluntad después de que sefue la paramédico de la cruz roja, se sosegó. Lodejé solo. Me asomaba a la puerta para ver, delejos, el ritmo de su respiración. A veces le-vantaba los brazos, en forma apacible. Comí ya las tres cuarenta y cinco fue la última vez quelo vi con vida, en la mayor tranquilidad. Cal-

culé, cuando mucho, cua-renta y cinco minutospara el deceso. Fui a micuarto a dormitar la si-esta. De pronto suspirésin razón, dos truenos ycomenzó un chubasco.Supe que Ramón habíapartido. Esperé tres mi-nutos más y fui a verlo.Tenía la diestra en la me-jilla y los ojos cerrados.

Saboreó su muerte. Cuando comenzó la cre-mación cayó otro chubasco, y después, medicen, mientras ascendía el humo, el celaje sevistió de rojo, y en medio de éste apareció arri-ba la uña menguante de la luna, y abajo elredondo sol del ocaso.

Epílogo

Como Dimas, Ramón se robó el Cielo sin dejarde evidenciar lo kafkiano del sistema con in-frarrealismo: su cuerpo se cremó cuando nose tenían todavía el certificado de defunción,el acta de defunción, y el permiso para la cre-mación, que al fin se pudieron tramitar tresdías después.

¿Y ahora con quién voy a gladiar? repetías,Ramón, después de que a Mariosantiagolo repasó un camión y de que Cuauhtémocbroncoaspiró en una crisis de epilepsia.Ahora recuperas el par con el cual gladiar.

Una mosca en tu cara es molesto, centenares de ellas… Y aunque no puedas percibir el aroma que

despiden, de solo pensar los lugares donde se posan sus minúsculas patas, con las cuales te hacen

cosquillas, es de dar asco: las comidas podridas, las basuras apiladas en las esquinas de las aceras, el festín

compartido en los basureros, encima de las placentas, fetos y demás basura hospitalaria que nunca fue

procesada adecuadamente, o en las heces de los canales en alguna colonia populosa, de esa adonde no

llegan los servicios y donde en vez de pavimento, en el medio de la calle un canal de desagüe de todas las

casas cumple la tarea procreadora de fermentar sus huevecillos y donde el hervidero de sus larvas es cosa

de todos los días. Su casi imperceptible zumbido penetra tanto que después de varias horas continuas

escuchándolo, se empieza a gestar una especie de locura que inicia con una sensación de náusea. Una

de ellas, sobre la piel, pareciera hacer cosquillas, pero de aquellas de las que no tienes ganas de recibir,

que no te causan placer, y por el contrario, te enfadan con rapidez; están, de manera incisiva, encima de

ti apenas si las has espantado, de tal manera que por mil esfuerzos que hagas ella se marcharán sólo hasta

que se cansen, se aburran o de plano les dé su regalada gana. Cuando esa sensación se multiplica por

centenares, aquella incipiente náusea se torna una especie de locura, causando tal desesperación que te

impulsa a salir corriendo y si aun así te persiguieran o se adhirieran a tu piel, desearías la muerte; sus

pequeños hocicos parecen penetrarte causando una ligera cosquilla y con ella extrayéndote tu sangre, tu

aire, tu lucidez., y sobre todo sentirlas en la lengua o en la cavidad de tu boca que pareciera aspirar el aire

circundante como si eso fuera a espantarlas, y luego cuando suben a tus ojos, y cuando todas ellas, en

un misterioso himno se conjuran en tu rostro convirtiéndote en una masa oscura que pareciera lanzar

manotazos con tal de quitárselas de encima, deseas que todo explote y se acabe y esas malditas moscas

dejen de danzar en tu cuerpo de una vez por todas. Pero quizás lo más aterrador es que no puedes hacer

nada, y más, saber que no puedes hacer nada porque sabes que tú ya estás muerto.

Jesús Baldovinos Romero, nacido en Lázaro Cárdenas. Escritor y promotor cultural, director de Sueño Colectivo.j e s u s l a z a r o 6 6 @ y a h o o . c o m . m x

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Las moscasJesús Baldovinos Romero

SÁBADO 23 DE MAYO DE 2015 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 55555

l viernes 8 de mayo fue la última clase delprofesor Huberto Bátiz Martínez en la Fa-cultad de Filosofía y Letras de la UNAM,después de 57 años de labor docente. Sualumno Leopoldo Lezama lo acompañó en

su último recorrido por las aulas de la Facultad, elcual quedó registrado en su cuenta de Facebook.Una crónica gráfica del adiós de un gran maestroque nos comparte para Letras de Cambio.

18.35 a.m. Es fin de semestre, los alumnos en-

tran apresurados a la Facultad de Filosofía y Le-tras; muchos vienen a entregar trabajos finales,otros a presentar sus exámenes profesionales.

El maestro Huberto Bátiz cruza el estaciona-miento empujando su silla de ruedas. Aunque estemprano, el calor comienza a caer sobre la Uni-versidad Nacional. Nadie ayuda al maestro quienempuja con esfuerzo miguelangelezco.

2Me acerco y le digo:-Maestro, ¿cómo está empujando su propia silla

de ruedas?-Pues me dijeron que llegarían temprano, pero

ya ves, en esta Facultad todo mundo es muypuntual.

-Oiga, esto no puede ser, déjeme ayudarlo.-¿Me ayudas?-Claro, maestro.

3-Pues entonces yo lo llevaré.-Serás mi escudero en mi última aventura por

la Facultad.-Sí, maestro, y es mucho mejor ser su escudero

que de Don Quijote. A ese señor ni lo conocí.-Déjame me acomodo. Bájale las patas a esta

madre, es un relajo, me siento como Robocop.-Súbase, maestro.Ahora Huberto Bátiz Martínez tiene quien lo

lleve a su aula y está muy contento.

4-Llévame a firmar. A estas alturas todavía ten-

go que firmar, ¿tú crees?-Vamos, maestro.-Méteme ahí, en el cuartito ese, pero nos va-

mos a saltar toda esa gente. Todavía me hacenfirmar, pero ya no haré colas jamás.

5-Oye, tengo que firmar allá en el salón de maes-

tros. Llévame. Una vez me iba a madrear ahí conRubén Bonifaz. Al rato cuento eso. Mira, acá arri-ba estaba la cafetería hace como 50 años; habíaun piano. Al primero que conocí fue a Jorge Ibar-güengoitia. Me dijo: “Mejor regrésate a Guadala-jara, aquí no la vas a hacer”. ¿Tú crees? El güey. Ymírame, aquí ando. A ver, pásame esa cosa.

68.45 a.m. El flujo de estudiantes empieza a

crecer; Bátiz voltea de un lado a otro, observa conmucho detenimiento.

-Oye, llévame por un café.-Su último café, maestro.-Sí, el médico no me deja porque me dan vérti-

gos.-Entonces...-Pues que sea un capuchino. Mira qué de la

chingada dejaron el aeropuerto. Ahora es un mer-cado espantoso donde venden maíz y tortas delechuga por diez pesos.

7Llega Patricia, su novia. Los muchachos del

café hablan con él. ¿Por qué se va?, le preguntan.“Pues porque ya es hora”, contesta Bátiz. Los chi-cos del café toman una fotografía. Todos mirancon curiosidad. No saben que se va un grande.

8-Oiga, maestro, yo escribí de usted en la revista

de la UAM.-Sí, pero René Avilés Fabila nunca me manda

nada. ¿Fuiste a mi homenaje en la UAM?-Lo vi por internet, maestro.-Oye, ¿y no dije alguna barbaridad?-Sí, maestro, muchas. A Cristina Pacheco le

dijo que era una oportunista horrible en su pro-grama del 11, y que a Miguel de la Madrid le decíanMickey Mouse. Que usted una vez se lo encontróen el banco y le dijo “Quiúbule,Mickey Mouse”, y que él le con-testó: “No me llamo MickeyMouse y ahora soy presidente dela República”. Y usted remató:“Pues para mí eres Mikey Mouse”.

99.00 a.m. Salón 104. Aquí será

el adiós. Bátiz lo mira con nostal-gia.

-Ya pasaron muchos años. Yotodavía me acuerdo que en esostiempos los viejitos eran AlfonsoReyes y Daniel Cosío Villegas. Yahora soy yo.

1 09.01 a.m. En el salón sólo esta-

mos Patricia, Bátiz y yo. El maes-tro se sentará por última vez aimpartir cátedra. Algunos pasany se asoman, no es su clase. Bátizse levanta de su silla de ruedas.

1 1Toma asiento.-Pues ora sí, vamos a esperar.Pero antes otro sorbo al capuchino.

1 29.10 a.m.-Oigan, como que ya se tardaron, ¿no? No va

venir nadie. Siempre me ha aterrado su puntuali-

La última clase de Huberto BátizCRÓNICA CRÓNICA CRÓNICA CRÓNICA CRÓNICA :: POR LEOPOLDO LEZAMAPOR LEOPOLDO LEZAMAPOR LEOPOLDO LEZAMAPOR LEOPOLDO LEZAMAPOR LEOPOLDO LEZAMA

dad. Ahora soy yo el que los tengo que esperar.

1 3Van llegando los alumnos, más ex alumnos que

los propios de la clase. Llega una bonita chica, unafan, lo saluda, lo besa.

-Lo vamos a extrañar, maestro.-Yo te voy a extrañar a ti.

1 4Llega Manuel Pérez, uno de sus adjuntos, con

su hijo, que es ahijado de Bátiz.-Oye, dijiste que ibas a llegar temprano, mira

nada más qué chingón está tu poder de convoca-toria.

-Perdón, Huberto, había mucho tráfico.-Oye, qué gordo estás, yo te dejé más flaco.

Antes pesabas 150 kilos, pero ahora pesas 200. Aver (me dice), sácame una fotocon mi ahijado.

1 59.20 a.m. Llega otra fan. Se

acerca, lo besa.-Lo quiero mucho, maestro.-Yo también, pero, ¿qué te

pasó en el pelo?

1 69.30 a.m. Siguen llegando.

Bátiz considera que es hora decomenzar la última clase.

1 79.32 a.m. Comienza la última

clase de Huberto Bátiz Martínez.-Bueno pues yo llevo 57 años

dando clase en esta Facultad,pero también trabajé siete añosen la imprenta universitaria. Yoentré a trabajar ahí porque el di-rector era un viejito que siempreme confundía. Me decía: “Oiga,

venga para acá, no sea malo, por favor salúdemea sus tías”. Pero yo no sabía cuáles tías, entoncesle daba el avión y él me quería mucho. Era Fran-cisco Monterde.

18Bátiz saca un ejemplar del Excélsior, lo extien-

de, muestra que en una sola plana han publicadolas fotografías de Octavio Paz y Porfirio Díaz.

E

6 6 6 6 6 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 23 DE MAYO DE 2015

-Miren nada más qué cosa. Octavio Paz en gran-de y Porfirio Díaz en chiquito. Los dos fueron ca-ciques, pero don Porfirio fue un cacique más chin-gón. No hay derecho. Paz ni siquiera mató a nadie.Que yo sepa. Y miren, ¡Octavio Paz en grande ydon Porfirio en chiquito! ¡Ya no hay respeto!

1 9¡Paz total!, dice aquí. Y don Porfirio chiquito.

¡Qué poca madre!

20-A mí ese cabrón de Paz me odiaba porque yo

era muy amigo de Elena Garro, y Elena escribíacosas espantosas sobre Octavio y yo las publica-ba todas.

2 1-Miren, el rector Narro me va a hacer un home-

naje. Va a estar la Filarmónica de la UNAM y van aponer a unos escuincles a cantarme. Luego hay unacomida en un antro que está por allá por el CCHSur donde van a dar tacos sudados y pulque.

“Es una maravilla lo que hace el rector cuandocumples casi 60 años de dar clase.

“Es con invitación, así que si quieren tacossudados tienen que ir a ver al rector”.

22-Oigan, ya no puedo meter esta madre en su

sobre. El rector la envió embrujada.

23-Yo le ayudo, profesor.-Gracias, tú eres mi musa.

2 4-Hablando de musas, miren lo que encontré

aquí.Bátiz vuelve a sacar su ejemplar de Excélsior.-La última morada de la Décima Musa, y miren

qué chingadera le mandaron a hacer a sor Juana.Será para que no se olvide en la eternidad de esospinches calabozos donde la tenían las monjascarmelitas descalzas que eran unas carniceras.

25La musa del salón 104 se obstina por meter las

invitaciones de Bátiz en su sobre.

26-En 57 años he visto muchas cosas en esta Fa-

cultad. Una vez un alumno mío se salió al pasillitoque está aquí afuera de la ventana y se puso a darvueltas como loco. Yo creo que estaba drogado.Entonces vi que se iba a aventar y que me avientoyo, y que lo agarro del cinturón, ¡y lo salvé! Peropinche vida. A la otra semana pregunté por él yme dijeron que ya lo había logrado. Ya se habíamatado el cabrón.

2 7-En otra ocasión le cayó un rayo a dos tipos que

se llamaban igual. ¿Pueden ustedes creer eso? En-tonces todos salimos corriendo a ver, pues porquenos teníamos que enterar de todo. Fue horrible,porque entonces comenzó a sonar el celular de unode ellos en la chamarra. Y que contesto, era sumamá. Entonces le dije: “Sí señora, aquí está,MUERTO. Qué cabrón es Dios, ¿verdad?”.

28-Yo viví muchas cosas entre los escritores

mexicanos. Había allá por el centro histórico, laredacción de una revista donde le tenían una pe-queña capillita a don Alfonso Reyes. Estaba llenade tarántulas, víboras, alacranes. Entonces unollegaba y le ponía su milagrito: don Alfonso, con-sígueme una beca; don Alfonso, consígueme unaplaza en la Universidad; don Alfonso, ayúdame,señor, a que me publiquen en el Fondo de CulturaEconómica; Don Alfonso, protector, ayúdame aque me den una Embajada en el extranjero. Asíeran los cabrones, peor que ahora.

29-Los escritores siempre han sido unas pirañas

terribles.

Parte 30-Por ejemplo, a Juan García Ponce le decían

La Charamusca, por el dulce que está todo torci-do. Y una vez llegó Gurrola y me dijo: “Oye, ¿yaviste que hicieron una película que le hace home-naje a García Ponce? Se llama El bulto”. Así erande cabrones.

3 1-Y una ocasión Octavio Paz nos invitó a cono-

cer al reputadísimo editor Gallimard, pero envióa Marie Jo a decirnos que fuéramos bañados, pei-nados, que nos laváramos las orejas y nos echá-

ramos perfume, pues porque Paz no quería que-dar mal. Yo llegué puntual y en eso veo que sebaja de un taxi Juan Rulfo con unos zapatos ho-rribles que tronaban. Y entonces le pregunté:“¿Oye, Juan, por qué truenan tus zapatos?”. “Puesporque los acabo de comprar en el mercado deMixcoac, pinches zapatos carísimos y no me que-dan”, contestó. Luego llegó Juan José Gurrola consu suéter lleno de mocos y mole de olla y puescuando nos vio Mari Jo le dio un infarto.

32-Bueno, creo que yo he dicho muchas cosas de

los escritores y los intelectuales de este país. Mu-chos se han sentido ofendidos. Pero el único quese me puso al brinco fue Rubén Bonifaz, quien medijo una vez: “Ora sí, cabrón, métete con uno detu tamaño”. Y yo le dije: “Pues tú sabrás, nadamás te adelanto que a mí me llaman Huberto Ma-nos de Piedra Bátiz”.

33La musa del salón 104 se ha sentado con los

dos pies encima de la silla. Bátiz la observa, le dacuriosidad.

3 4-Pues aunque llevo 57 años dando clase. ¡Yo

también puedo subir los pies encima de la silla!

35Todos gritamos: “¡NO, MAESTRO!”.

36-¡Cómo chingados no! ¡Pinche pierna!

3 711.30 a.m. Se acerca el final de la clase. Huberto

Bátiz Martínez pregunta:

De la serie de fotografías por Leopoldo Lezama.

SÁBADO 23 DE MAYO DE 2015 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

“HOMBRES SIN MUJERES”, DE HARUKI MURAKAMI

POR ISABEL LEÑEROHombres sin mujeres es el título de la más recien-te creación literaria de Haruki Murakami (Kioto,1949), publicada en español este año bajo el sellode Tusquets Editores. La traducción de la obraestuvo a cargo de Gabriel Álvarez Martínez.

En el volumen de siete relatos el autor abordadesde diferentesángulos narrativosy temáticos la rela-ción enigmática yparalela entrehombres y muje-res. Hombres queviven sin la presen-cia femenina o quehan sido abando-nados por ella. Po-dríamos decir quees ése el tema cen-tral, pero antes quenada está la historiaemocional y mági-ca que Murakami utiliza para narrar otros tópicosamorosos y sus múltiples desenlaces.

Murakami, como buen narrador, posee unapluma ligera y capaz de contar historias tan rea-les como ficticias que llevan al lector a espaciosllenos de imaginación. Cada cuento logra encer-

rar un universo afectivo y real para atrapar al ensu código desde el primer relato. Alusiones a LosBeatles o al escritor checo Kafka o al título de unlibro que es el mismo que uno de Hemingway, eljazz, Las mil y una noches.

La capacidad imaginativa y la mezcla tan natu-ral que tiene el autor para hablar de la realidad yla ficción saltando de una a otra de manera magis-tral, permite que sus personajes habiten univer-sos surrealistas que arrastran y abren nuevas pu-

ertas imaginativasa sus lectores.

Cada narracióntiene su propioafán; en particular,si hubiera queelegir, resalta elcuento titulado“Kino”: un hombreque ha sido traicio-nado por su mujerbusca su reden-ción, pasando porun trance crudo yde gran carga sim-bólica donde se

trasluce la fuerza narrativa del autor, permitien-do que su protagonista se reconcilie nuevamentecon la vida.

Hombres sin mujeres es, sin duda, un libro querecuerda nuevamente porqué las obras del autorsiguen inquietándonos y sorprendiéndonos.

Novedades

ESCAPARATE ESCAPARATE ESCAPARATE ESCAPARATE ESCAPARATE DE LIBROSDE LIBROSDE LIBROSDE LIBROSDE LIBROS-¿A lo largo de todo este tiempo hay alguiena quien haya agraviado?

-Sí maestro -le contesto-, a un amigo queahora mismo se está graduando lo corrió de laclase porque no supo en dónde tenían el pitolas lagartijas.

-¿Y dónde la tienen?-En una bolsita -dijo usted.-Ah pues qué güey, qué bueno que lo corrí,

no deberían dejarlo graduarse.

38Un chico se acerca con un extraño aparato.-¿Qué chingados es eso?-Es un micrófono, maestro.-¿Eres del FBI?

39-Oigan, éste cabrón no deja de seguirme. Yo

creo que lo manda el CISEN.

4 0La musa del salón 104 se levanta, coge sus

cosas porque se tiene que ir al trabajo.-¿A dónde vas? -pregunta Bátiz.-A trabajar, maestro.-¿Y dónde trabajas?-Edito libros.-¿Y te pagan bien?-No, maestro.-Pues entonces siéntate ahí hasta que

termine.

4 111.45 a.m. Un chico observa su reloj y se

atreve a decirle a Bátiz que ya terminó la clase.-Pues lárgate. Yo llevo aquí 57 años y te

esperé hasta que llegaras.-No maestro, yo me quedo. Todos mis com-

pañeros ya se han ido.

4 2-Aquí daba clase un pinche chaparro que

fue director de todo lo que le ofrecieron. Eralingüista... tenía que ser lingüista el cabrón. Yse avergonzaba de su nombre, por eso se poníaG, en lugar de Guadalupe. Un día yo le pregun-té: “¿Oye, por qué te pones G. Moreno?”. “Puesporque no me gusta el nombre de Guadalupe”,me contestó.

-Y al otro día yo divulgué en toda la facultad:“¡Moreno de Alba se llama Guadalupe! Y se en-cabronó conmigo para siempre. Ya se murió”.

4 3Y sí, todos se han ido yendo. Se fueron ya

los grandes maestros del exilio español, se fue-ron los grandes filósofos, los grandes poetas.Huberto Bátiz Martínez llegó a la ciudad deMéxico en los años 50 y fue recibido por Al-fonso Reyes, quien le dio trabajo en la NuevaRevista de Filología Hispánica. Ha pasado másde medio siglo.

Son más de las 12 de la tarde y el calor pegaseco. Se hace un silencio. Bátiz se queda pen-sativo. Se escuchan pájaros.

-Son jilgueros. Miren qué bonito cantan. Vi-nieron a despedirme.

44 y FINTambién los que nos hemos quedado vini-

mos a despedirlo. Se hace otro silencio, másprolongado. Todos nos miramos, pero nadiese atreve a hablar. Alguien ha abierto la puertaya. Huberto Bátiz Martínez voltea a la ventana,quiere levantarse o quizás no. “Mañana todoserá igual”, me había dicho durante el café.“Aquí nadie tiene memoria”. Pero quienes hanaprendido a retener lo que los ha formado, re-cordarán a Huberto Bátiz. Todos se han idoya, la vida sigue.

Pero los que nos quedamos al final lo des-pedimos de pie.

Bye, bye, maestro.

VIÑETASVIÑETASVIÑETASVIÑETASVIÑETASSara Fratini

Haruki Murakami.

8 8 8 8 8 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 23 DE MAYO DE 2015

Arqueología subacuática en el 22POR JUDITH AMADORPOR JUDITH AMADORPOR JUDITH AMADORPOR JUDITH AMADORPOR JUDITH AMADORLa riqueza histórica y arqueológica que se encuen-tra sumergida en los mares de México como re-sultado de los viajes realizados en la época virrei-nal en embarcaciones como la Nao de China, co-nocida también como El Galeón de Manila, es unode los temas de la serie documental ArqueologíaSubacuática que transmite Canal 22 todos losmartes a las 20:00 horas.

Producida por el llamado canal cultural delEstado, junto con el Instituto Nacional de Antro-pología e Historia (INAH), la serie busca difundirel trabajo que realizan estudiosos del instituto deidentificación, recuperación, protección e inves-tigación de ese patrimonio cultural hundido pordiversas causas.

Durante más de 250 años, explica el INAH enun comunicado, se hicieron recorridos de Améri-ca hacia otros continentes en El Galeón de Ma-nila, que hacía la ruta de Asia a la Nueva España através de Filipinas. Esos viajes “dejaron rastro enlas dunas de Baja California durante el siglo XVI,cuando algunos de estos navíos naufragaron yotros desaparecieron sin dejar huella”.

Los investigadores de la Subdirección de Ar-queología Subacuática del INAH hurgan en esosaspectos, y a través de cuatro programas la seriehace un recorrido histórico que va desde la for-mación geológica de las cadenas montañosas has-ta el culto al Tláloc, dios de la lluvia.

El martes 12 inició la serie con el programa“Banco Chinchorro, un legado en el mar”, en el cualse exponen las investigaciones hechas en el bancode tres islotes que forman la barrera de arrecifesde Quintana Roo, considerada la segunda más gran-de del mundo y declarada Reserva de la Biosferaen 1966. El programa del martes 19, “Cuevas yCenotes, el resguardo sagrado”, estará dedicado aese tipo de formaciones geológicas en los que sehan encontrado vestigios arqueológicos.

“Es el caso del cenote San Manuel, en la Penín-sula de Yucatán, donde el televidente será testigodel rescate de una vasija chocolatera o del registrode una impresionante pared con pintura rupestre

en el interior de la cueva Huachabí, en Campeche.”El tercer programa, “Tras la huella del Juncal:

crónica de una expedición”, es un relato sobre labúsqueda de los restos de los buques de la flotade la Nueva España desaparecidos en el otoño de1631 en el Golfo de México, donde estarían losrestos de las naves Santa Teresa y Nuestra Señoradel Juncal. Es una de las investigaciones a las queexpertos del INAH han dedicado más de dos dé-cadas para hallar sus restos. Se hundió en la lla-mada Sonda de Campeche y se presume ibacargado de oro y plata.

La serie concluirá el martes 2 de junio con “ElNevado de Toluca, lo sagrado en las alturas”, enel que se presenta un proyecto de investigaciónde arqueología subacuática de alta montaña y serevela la ritualidad hacia este volcán que escala-ban los pobladores del México precolombinopara rendir culto a sus dioses y ancestros.

Los programas se repetirán los miércoles 13, 20y 27 de mayo y 3 de junio, a las 8:00 de la mañana.

Cosas del otro mundoPOR COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTEPOR COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTEPOR COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTEPOR COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTEPOR COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTEEurochannel proyecta la comedia Cosas del otromundo, dirigida por Francesco Patierno, prota-gonizada por Diego Abatantuono, Maurizio Do-nadoni y Laura Efrikian, e inspirada, a decir delpropio cineasta italiano, en el largometraje Undía sin mexicanos, de Sergio Arau.

La migración es un tema que polariza. Mien-tras los más nacionalistas en todos los paísesexigen normas más estrictas para impedir la lle-gada de extranjeros, otros abogan por la inmigra-ción para evolucionar en términos culturales yeconómicos.

Eurochannel invita al norte de Italia para re-flexionar sobre ambos lados de la discusión y des-cubrir qué pasa cuando los inmigrantes desapa-recen en Cosas del otro mundo, es como sucedeen Un día sin mexicanos, que desparecen todoslos trabajadores mexicanos que no tienen pape-les legales en Estados Unidos.

Bajo la dirección de Patierno esta historia in-vita a una ciudad con un alto porcentaje de lostrabajadores inmigrantes, todos ilegales. En la ciu-dad, hay un industrial que conduce un programade televisión tan políticamente incorrecto que seconvierte en extremista. Un día, sin embargo, susdeseos se hacen realidad: todos los inmigrantesinvitados a abandonar la ciudad en cada emisión,lo hacen para siempre.

Con esta película, el director ofrece la respues-ta a la pregunta que dio origen a la película: “¿Sepuede vivir sin kebabs?” Patierno desarrolla unacomedia que refleja, en un mundo ya globalizado,cómo serían las vidas hoy sin la presencia de in-migrantes. Además, el largometraje es enriqueci-do con la actuación de una leyenda de la comediaitaliana, Diego Abatantuono, cuya interpretaciónhará que los espectadores amen y odien su perso-naje.

Cosas del otro mundo va más allá de un retratode las consecuencias sociales y económicas de ladesaparición de los inmigrantes. Plantea una pre-gunta contundente: ¿sentiríamos la ausencia delos inmigrantes desde un punto de vista emocio-nal? No se pierdan esta divertida comedia paradescubrir la respuesta. Eurochannel la proyecta-rá varias veces en este mes.

Arqueología de este mundo en TVRESEÑAS RESEÑAS RESEÑAS RESEÑAS RESEÑAS :: Cine y televisión.

El director Francesco Patierno.

Escena de la serie documental Arqueología Subacuática que transmite Canal 22.