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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 1DEMARZODE2014| DE CAMBIO [ Letras ] Federico Campbell ¿Por qué leer a Leonardo Sciascia? ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 Sid Vicious. En el nombre lleva la penitencia CRISTIANARCINIEGA|PAG.4 PAG.4 PAG.4 PAG.4 PAG.4 Julio Cortázar. Morir con los zapatos puestos JOSÉVALES|PAG.5 PAG.5 PAG.5 PAG.5 PAG.5 Un tipo guapo A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS | PAG.6 PAG.6 PAG.6 PAG.6 PAG.6 Gangsteres americanos EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD | PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 Desierto CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN EMILIO MARTÍNEZ FRAUSTO | PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8

Letras 01 de marzo

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LetrasSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 1 DE MARZO DE 2014 |

D E C A M B I O[Letras]

FedericoCampbell¿Por qué leer aLeonardo Sciascia?ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE ARMANDO PONCE | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2

Sid Vicious.En el nombrelleva lapenitenciaCRISTIAN ARCINIEGA | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4

Julio Cortázar.Morir con loszapatos puestosJOSÉ VALES | PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5

Un tipo guapoA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOSROSAS | PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6

Gangsteres americanosEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD |PAG. 7PAG. 7PAG. 7PAG. 7PAG. 7

DesiertoCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN EMILIO MARTÍNEZ FRAUSTO |PAG. 8PAG. 8PAG. 8PAG. 8PAG. 8

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2 2 2 2 2 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 1 DE MARZO DE 2014

Federico Campbell¿Por qué leer a Leonardo Sciascia? EntrevistaPOR ARMANDO PONCEPOR ARMANDO PONCEPOR ARMANDO PONCEPOR ARMANDO PONCEPOR ARMANDO PONCE

l narrador y periodista FedericoCampbell (Tijuana, 1941), fallecido elpasado sábado 15 de febrero, fue elintroductor en México de la obra delensayista y novelista italiano Leo--

nardo Sciascia, el más acucioso investiga-dor de la mafia siciliana y el poder. Inclu-so, Campbell viajó a su casa de Palermopara entrevistarlo. El 8 de mayo de 1989,éste concedió al reportero una entrevistapara Proceso. A continuación, la repro-ducción de la misma.

A lo largo de quince ensayos, una entre-vista celebrada en Palermo y una crónicade viaje entre Siracusa y Racalmuto, Fe-derico Campbell se asoma a la obra y vidadel escritor italiano Leonardo Sciascia.

Como si los componentes de un episo-dio del pasado configuraran el negativofotográfico de un hecho del presente. Leo-nardo Sciascia frecuenta la historia paraasumirla como memoria, como un eternopresente dilatado, no interrumpido, con-tinuo, sin solución de continuidad: el pre-sente histórico de una humanidad en Mé-xico o en Italia que aún no conjura los há-bitos de la injusticia.

Nacido en Racalmuto, (Sicilia) en 1921,Sciascia elabora en sus “novelas de am-biente judicial” una parodia de novela po-liciaca, una metáfora sobre el poder queen el ámbito institucional del Estado y susramificaciones extralegales se ejerce demanera mafiosa.

Para recuperar la memoria, siempreescribe sobre casos de impunidad olvida-dos .

Federico Campbell (Tijuana, 1941) esautor de una novela, Pretexta; un volumende relatos, Tijuanenses, y un libro de Con-versaciones con escritores.

—¿De dónde y cómo surgió su interéspor la obra de Sciascia?

—La primera vez que oí hablar de Scia-scia fue en 1978, en el Vips que está en-frente del Palacio de Hierro Durango. To-más Pérez Turrent acababa de llegar delFestival de Cannes y estaba hablando deCadáveres excelentes, la película de Fran-cesco Rossi basada en El contexto, la no-vela de Sciascia. La idea del argumento mepareció buenísima: una serie de asesina-tos de jueces en diferentes ciudades, locual parecía tener una extraña lógica cri-minal, un patrón de comportamientohomicida. El investigador Rogas, una es-pecie de Florentino Ventura culto y me-lancólico, establece que el hipotético ase-sino tenía que ser alguien que habíapurgado una sentencia injustamente,debido a un error judicial. Pero luego elmundo se le viene encima, y el terror estáa punto de estallarle en las entrañas cuan-do descubre que el crimen (un intento dedesestabilización o de golpe de Estado) seha fraguado en la casa misma del poder,en la presidencia de ese país imaginario,algo así como en Los Pinos.

—¿Pero por qué la fascinación?—Porque empecé a sospechar que en

de conciencia: si es capaz de matar o no.Por otra parte, el uso político de la delin-cuencia, la identificación entre hampa ypolicía, también caracterizan a este poderestatal en un momento en que hay unadegradación de la convivencia civil. Es unhecho que un secretario de Estado tieneque, por imperativos de su oficio, condu-cirse como un hampón y decidir fríamen-te como un cirujano, como un militar,como un criminal. Lo que viene a decirSciascia es que la mafia más que una orga-nización es un comportamiento, un modode ser, en cualquier país. Especialmenteen un momento de la historia en que se haperdido de vista el interés particular y noel bien común y público.

—¿Ha comparado en un proyecto denovela a la península de Italia con la deBaja California?

—Es una de esas asociaciones que noquieren decir nada, ociosas. Tanto comoel relacionar que sobre el paralelo 32 deMexicali también se encuentran Casablan-ca, Trípoli, y Nagasaki. A través de estetipo de coordenadas uno a veces quieremontar una novela, pero no siempre sale.Yo podría hablar más de las novelas queno he podido escribir que de las dos quehe escrito. Mi vida ha sido un constanteno poder escribir. Ese proyecto, no des-cartado, quiere llegar a ser un día un librobajo el título de “Transpeninsular”, la his-toria de un hombre de 50 años que en elinvierno y la aridez, la esterilidad de lapenínsula de Baja California, hace un viajede regreso a casa, a la madre, al incesto.Es el tema clásico del home coming. De-cepcionado de la información y las preci-siones históricas, se pregunta, quizás de-masiado tarde, por qué ha perdido casitoda su vida metido en la novela de infor-mación y del periodismo. Cómo es que nose atrevió, desde joven, a apostarle a laimaginación, a la fantasía, a los sueños.Quiere salirse de la misma película que haestado viendo con las mismas historias ylos mismos personajes, y creer en otromundo, menos reiterativo y más hospita-lario. La otra historia es la de un primeramor, a los 20 años, en Calabria y Sicilia, yun recorrido por la península italiana desur a norte, tal y como en la otra penínsulade piedra (como le decía Juan Jacobo Bae-gert a la Baja California) el trayecto es desur a norte, de Cabo San Lucas a Tijuana.En Italia todo sucede durante el verano,en medio de playas, duraznos, uvas, vino,salami con pan recién hecho, quesos, aguamineral, todo muy asoleado y feliz: el artede las ruinas griegas y la sensualidad.

—1958, Racalmuto, el lugar de nacimien-to de Sciascia. Se refiere a él como escritor,pero ¿cómo es como ser humano?

—Es un hombre de pocas palabras. Tanchaparro o tal alto como yo. Sólo hablacuando es necesario. A veces le da a uno laimpresión de que es un contemporáneodel siglo XVIII, cuando todavía tenían unvalor las ideas, en los tiempos de Voltairey Diderot, porque todo su mundo referen-

Sciascia se fundían sin ningún conflicto elpolítico y el literato, en una especie de dis-tinción y parentesco a la vez como la quehace Max Weber respecto al político y alcientífico. Se me había dicho desde niñoque la literatura, el arte, no podía relacio-narse con la política. Pero a través de loslibros del siciliano me di cuenta de que seamalgamaba muy bien. Y es que su obra,además, remite a Voltaire, a Stendhal, aDiderot. Luego, entonces, la literatura noera tan inocua ni tan inofensiva, como seme quiso desinformar en un medio, de cla-se media norteña, en el que se desdeñabatodo lo que tuviera que ver con el arte.Empecé a creer, por primera vez, que es-cribir si tenía y tiene un sentido. Con elconocimiento de la obra de Sciascia volvía creerme la sospecha juvenil de que a lalarga las ideas caminan y se vuelven cosasreales.

—¿Qué papel juega la mafia en la temá-tica de Sciascia?

—El de una metáfora del mundo moder-no a la forma en que se ejerce el poder delEstado en complicidad con los poderesextralegales, como el de la delincuencia.Hay una moral que exime de culpa y deresponsabilidad al gobernante que antesde asumir el poder, por las buenas o porlas malas, tiene que resolver un problema

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Con elconocimientode la obra deSciascia volvía creerme lasospechajuvenil de quea la larga lasideas caminany se vuelvencosas reales.

El escritor mexicano Federico Campbell.

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SÁBADO 1 DE MARZO DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 33333

cial es literario, todo lo relaciona con algoque dijo algún escritor. Por ejemplo, unavez en Siracusa, cuando fuimos a ver unojo de agua, comentó que las plantas depapiro que allí crecían eran las mismas alas que se refería Ovidio en La Metamor-fosis. Por otra parte, fue la única personaque me escribió después del terremoto de1985 preguntándome cómo estaba, ni si-quiera mis hermanas ni mis familiares deNovojoa o de Tijuana preguntaron por mí.Sciascia decía en su carta, enviada desdeel hotel Manzoni de Milán, que en 1908 unsismo acabó con Messina, “pero entoncesMessina era una ciudad muy pequeña: yame imagino lo que ha sido ahora un terre-moto para la Ciudad de México, que es unade las más grandes del mundo”. En fin, esun hombre que tiene muchos amigos, todomundo lo conoce, porque además fue pro-fesor de primaria toda su vida de Caltani-setta y Agrigento. Ya está jubilado, vivecon su esposa, María, y tiene dos hijas ytres nietos, uno de los cuales se llamaFabrizio Catalano.

—¿Qué lugar ocupa la obra de Sciasciaen Italia y en el mundo?

—No sabría precisar cómo están cotiza-das sus acciones en la bolsa de valores dela literatura, pero la verdad es que se lereedita mucho y sus obras se traducen amuchos idiomas. En Francia ha tenido unéxito muy especial y buena prensa. Les caemuy bien a los franceses tal vez por la re-lación que siempre ha habido entre Paler-mo y París. En Inglaterra y Estados Uni-dos ha tenido menos aceptación. Piensa élque conecta mejor con lectores del mun-do latino, con los españoles, los latinoa-mericanos. Tal vez porque tenemos el mis-mo pasado árabe español e inquisitorialque Sicilia. Es uno de esos escritores delas últimas décadas que han sido seduci-dos por la historia. Sciascia se mete en losarchivos que antes sólo eran material delhistoriador profesional, y cuenta historiasolvidadas, casos reales, históricos, judicia-les, políticos, en los que se ve la simbiosisentre crimen y poder. Por otra parte, esalguien que habla sin envidia de, por ejem-plo, el gran éxito de Umberto Eco. Diceque el éxito de Eco beneficia a todos losescritores italianos.

—El libro que más le ha gustado haberescrito a Sciascia es La desaparición deMajorana. Pero a usted, ¿cuál es el que másle gusta?

—A cada quien lo suyo. Este títulorecoge la idea de justicia que se tenía en elderecho romano. Se refiere a un crimen ya una investigación policiaca que por cu-riosidad literaria emprende el profesorLausana cuando indaga por qué las letrasde un anónimo arrogante están recortadasde un periódico en latín. Su fascinación porel enigma literario más que criminal lolleva a atar los cabos de un homicidio quefraguaron una guapa señora y su primo queestaban enamorados. Lausana descubreque si el boticario recibió un anónimo enel que lo amenazaban de muerte sólo fueporque los asesinos lo querían como unfalso blanco y al que realmente queríanmatar era al doctor Roscio. Y mataron alos dos en una cacería.

“El profesor Lausana es maestro de his-toria y latín. Solterón, vive con su madre,y representa en cierto modo la inutilidaddel intelectual en nuestro tiempo. Al go-bierno no le interesa la cultura, pero símanipular a los intelectuales que le arti-culan justificaciones y le renuevan el dis-curso. Por eso dice Sciascia que son elestiércol de la planta política.”

Sciascia semete en losarchivos queantes sólo eranmaterial delhistoriadorprofesional, ycuentahistoriasolvidadas,casos reales,históricos,judiciales,políticos, enlos que se ve lasimbiosis entrecrimen y poder

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4 4 4 4 4 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 1 DE MARZO DE 2014

En el nombre lleva la penitenciaPERFIL PERFIL PERFIL PERFIL PERFIL :: Conflictos, drogas y punk marcaron la vida de ‘Sid Vicious’, para quien el desenfreno fue amigo y verdugo. POR CRISTIAN ARCINIEGA POR CRISTIAN ARCINIEGA POR CRISTIAN ARCINIEGA POR CRISTIAN ARCINIEGA POR CRISTIAN ARCINIEGA | El Universal

n el nombre llevó la penitencia. JohnSimon Ritchie, mejor conocido comoSid Vicious (este segundo término setraduce como vicioso), tuvo una vidacorta pero muy intensa, marcada por la

fama, la rebeldía y, sobre todo, por los exce-sos.

Nacido en 1957 en Londres, este iconopunk abandonó la escuela a temprana edad.Durante su adolescencia empezó a vender yconsumir drogas. Desde joven, John adoptóel espíritu punk de rebelión e hizo de su ima-gen una poderosa herramienta, misma quellamó la atención de Malcolm McLaren, má-nager de la legendaria banda Sex Pistols.

El británico incorporó a Sid a la agrupa-ción en 1977 debido a su aspecto desaliñado,peinado estrafalario y dura actitud, aun cuan-do éste no sabía tocar el bajo. Sus integrantesse convirtieron rápidamente en ídolos demala reputación.

Pese al éxito, la banda anunció su separa-ción al año siguiente. Problemas con drogasy conflictos personales se señalaron como lascausas. Luego de este episodio, Sid se refugióen el afamado Hotel Chelsea de Nueva Yorkcon su novia Nancy Spungen.

Se dice que gracias a ella Vicious probó laheroína. Su corta relación estuvo marcadapor altibajos. Aun cuando la pareja frecuen-temente se golpeaba y quemaba cigarrillosen la piel, el amor que el bajista le profesabaera intenso.

El 12 de octubre de 1978, Nancy fue en-contrada muerta en el baño de la habitación100 del hotel neoyorquino; había sido apu-ñalada con un cuchillo que Sid le había rega-lado. El músico se convirtió en el principalsospechoso, por lo que fue acusado de homi-cidio en segundo grado.

Luego de su arresto, Sid fue puesto en li-bertad. La policía lo detuvo tiempo despuéspor una pelea. El 1 de febrero de 1979, el ba-jista celebró en casa de una amiga su liber-tad; esa noche volvió a inyectarse heroína. Ala mañana siguiente, el británico fue encon-trado sin vida. ¿Causa de la muerte? Una so-bredosis que le había sido suministrada porsu madre a petición suya. Impactante, perover íd ico .

Punk: estilo y actitud

Sid Vicious se convirtió en una leyenda delpunk no sólo por su desenfrenada vida y trá-gico deceso, también por su característicaimagen. En alguna ocasión, el mánager de labanda declaró: “Si Johnny Rotten es la vozdel punk, entonces Vicious es la actitud”.

Chaquetas de cuero ceñidas, playeras des-garradas, pantalones ajustados al cuerpo,collares de cadenas, botas de motociclista yun peinado de picos definieron su estilo, elcual ha influenciado a otros músicos y es con-siderado un referente de la estética punk.

Posterior a la cremación de su cuerpo, lamadre de Sid Vicious halló en su ropa una

nota que supuestamente decía: “Hicimos unpacto de muerte y tengo que cumplir mi par-te del trato. Por favor, entiérrenme junto ami nena. Entiérrenme con mi chaqueta depiel, jeans y botas de motociclista”. El punkno sólo era su cómplice sobre el escenario,corría por sus venas, al igual que la sustanciaque acabó con su vida.

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John Simon Ritchie, mejor conocido como Sid Vicious.

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icen que Julio Cortázar murió en Parísaquel 12 de febrero de 1984 con loszapatos puestos. Nadie alega haber si-do testigo de semejante detalle. Ni suex esposa y amiga entrañable, Aurora

Bernárdez, la única testigo del momento fi-nal del que fuera el escritor argentino másversátil y transformador y, por qué no, unode los más queridos en toda América Latina.Nadie logró corroborarlo, pero aquel día enel gélido París, Cortázar tenía los zapatospuestos .

Llevaba viviendo en la capital francesadesde 1951, cuando agobiado por las formasde un peronismo que lo invadía todo, habíallegado a la conclusión de que en esta, su ciu-dad —a pesar de haber nacido en Bruselas 37años antes—, la que siempre había despertadoen él su deseo más grande, se sentía asfixiado.Aquí había traducido ya a André Gide y aChesterton y en colaboración a Edgar AlanPoe, ya había escrito su memorable críticasobre Adán Buenosayres, de Leopoldo Mare-chal y su célebre Casa Tomada, ya había pu-blicado el volumen de cuentos La otra orilla,su novela (la primera de todas), Divertimen-to, y El Examen, publicada tras su decesopero que permite percibir al Cortázar quevendrá una década después en términos lite-rarios y avizorar, con mayor notoriedad, lasrazones del por qué decidió abandonar su paísy su ciudad, a la que le dedicó la mayor partede su obra.

Se había agotado de las formas peronistas,de los desvíos que manifestaba entonces elpaís, el que siempre iba a analizar y criticaren cartas o en público, pero necesitaba másseguir viviendo en el estado que mejor lesentaba a su gigantesca humanidad. El esta-do literario.

Había regresado de una estadía en la ciu-dad de Mendoza como profesor universitarioen 1946 con la intención de vivir aquí “parasiempre”. Pero con el correr de los años, esaciudad que él solía devorarse paseando porbarrios perdidos, en veladas boxísticas y no-ches de jazz o tertulias literarias, la que le per-mitió codearse con Borges o Victoria Ocampoy admirar a Ramón Gómez De la Serna o deve-nir amigo de Francisco Ayala, se fue convir-tiendo en lo que el rebautizó “Peronlandía”,desde que el peronismo irrumpiera en la esferapolítica en 1945. Por eso y por un europeísmoque llegó a entender como “lógico”, ya quehabía nacido allí, por azares familiares, Cortá-zar ya prometía desde sus primeros días enParís quedarse allí “de por vida”.

A veces más, a veces menos, el autor deTodos los fuegos, el fuego siempre se vio obli-gado a explicar el por qué de esa decisión, enentrevistas o en cada uno de sus seis viajesde visita al país. Aún hoy aparecen voces quele critican el haberse chapoteado en la emba-rrada historia argentina de esos años, sino ala prudente distancia de su apartamento dela Rue Martel. Lo explicó en todos los tonos ymaneras posibles. “Nos molestaban mucholos altoparlantes gritando en las esquinasPerón, Perón que grande sos. Porque se in-tercambiaban con el último concierto deAlban Berg que estábamos escuchando...” Fuedécadas después, revolución Cubana me-diante, cuando Cortázar revisara su antipe-ronismo de entonces pero no esa ambivalen-cia que desde 1946 había comenzado a sentir

por esa ciudad a la que narró, reinventó yrecorrió literariamente como nadie.

“Yo no me considero una persona que es-cribe en español. Yo escribo en argentino y,por qué no, en porteño”, repetía. Y algunosde sus relatos lo corroboran: “Torito” o “Se-gundo viaje”.

Ciertos sectores políticos y algunos círcu-los literarios no le perdonaron esa distanciani sus posturas de entonces, ni las herramien-tas con las que se ayudaba para escribir. Elhumor a prueba de todo y un genio que lollevaba del tango a la plástica, del jazz al tangoy los arrabales bonaerenses como Banfield ala estación Etinne Marcel. Aun cuando entre1976 y 1983 combatió con fervor militante ala dictadura militar denunciando las viola-ciones de derechos humanos y recibiendo enParís a los refugiados políticos. “Lean mis li-bros y verán que son muy argentinos....”, “enmis libros encontrarán que tal vez no me hayaido nunca de Buenos Aires...”, había llegadoa defenderse. Y en sus libros y en sus cartasestán los rasgos de lo que fue su literatura ysu vida cotidiana. También en sus personajescomo Horacio Oliveira y Manolo Traveler, el“Del lado de allá” y el “Del lado de Acá” de eselibro que aún antes de publicarse —y másconvencido de su obra que por un acto defanfarronería ajena a su sencillez extrema—ya le había advertido a su editor y amigo Fran-

Morir con los zapatos puestosRESEÑA RESEÑA RESEÑA RESEÑA RESEÑA :: Se conmemoran 30 años de la muerte de Julio Cortázar . POR JOSÉ VALES POR JOSÉ VALES POR JOSÉ VALES POR JOSÉ VALES POR JOSÉ VALES | El Universal

cisco “Paco Porrúa” (el responsable de pu-blicar Cien años de soledad por primera vez),“será como una bomba de neutrones para laliteratura latinoamericana”. Esa bomba eraRayuela (1963).

Cortázar vivía en París pero escribía enBuenos Aires. No faltan ensayos ni investiga-ciones literarias al respecto, pero hay unacarta que en 1953 le escribe a su amigo Eduar-do Jonquieres y que Diego Tomasi rescata ensu libro Cortázar por Buenos Aires, BuenosAires por Cortázar, en la que, una década an-tes de la publicación de Rayuela, ya brindabapistas del por qué debía estar de los dos lados.En “El de acá” y en “El de allá”.

“Es asombroso advertir cómo una cadenade decisiones puede modificar una vida y sucircunstancia. Por lo menos la circunstanciade modo tan radical. ¿Soy yo aquel quetraducía pasaportes en la oficina de la CalleSan Martín. ¿No estará todavía traduciendo?Deberías ir a ver”.

Ya no existe ni el café Richmond deFlorida, donde conoció a Aurora, ni la Lon-don, donde pasaba sus horas en tertulias, perosi esa oficina en San Martín 424 segundo piso17. Por allí pasaba Cortázar para certificar sisu parte porteña estaba allí, en cada una desus visitas a Buenos Aires, previas a aquelúltimo que inició aquí el 30 de octubre de1983, en plena efervescencia por la recupe-

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El escritor Julio Cortázar.

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6 6 6 6 6 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 1 DE MARZO DE 2014

Un tipo guapoA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS

o viene de una familia prestigiada, noes lindo ni puro, y aunque se crió en-tre las milpas, es un tipo que ha sabidoabrirse camino en el mundo, gracias asu carácter extraordinario aunque de-

licadamente mexicano y terreno. Lo pongo ala mesa por auténtico.

Más allá de etimologías y términos de RealAcademia, lo guapo me cuadra como terminode belleza; no la determinada en purismos,perfecciones y pomposidades; sí, aquella quese esculpe por rasgos de voluntad, estilo yoriginalidad. Dice mi abuela que poco méritotiene la hermosura de una joven de 17 años;en cambio, cuanto amor, firmeza de alma yhonestidad implican la belleza de una señorade cuarenta. -Valga decir que mi abuela estan bella, como maja, en pleno centenario desu existencia.

Y es que una persona guapa posee rasgosfísicos acentuados por sus atributos espiri-tuales, lo que la hace un ingrediente sustanti-vo en su entorno humano. Antes que una na-riz afinada, una imagen de moda, o facciones“X-distantes”, la guapa trasciende la bellezaestablecida. Lo bonito suele ser arrogante yengreído; lo guapo, aporta y sabe negociarcon el mundo entero.

A quién nos referimos se ha ganado la sim-patía gastronómica internacional aunque pormuchos años fue vilipendiado por toda esagente mexicana de rancio abolengo y “bue-nas costumbres”. No sólo se le despreció; sele lanzó al desperdicio. Actualmente, comolo referimos, es un auténtico héroe de la co-cina nacional, aunque claro, como suele su-ceder con los González Camarena, los Mar-ques, o los José Hernández, se les pone aten-ción y se les reconoce primero y mejor en elextranjero. Es así que, al protagonista de estaentrega, se le consideró un manjar en restau-rantes especializados de Estados Unidos yEspaña, donde incluso hace rato que se leconoce como “la trufa mexicana”.

En México, apenas hace medio siglo se lereivindica y reintegra a la tradición culinaria,pero en muchos de los casos mediante esosridículos conceptos de “cocina gourmet” o “fu-sión”. Vayamos al grano. Estamos hablandodel cuitlacoche: absténganse ñoños y melin-drosas. ¡Es el momento de paladares nobles!

Científicamente se le denomina ustilagomaydis. Es una de las 200 especies de hongos

N que existen en nuestro país. Sí, es un parásitode la planta del maíz, sin embargo su cultivoes una tradición prehispánica que consiste enel raspado sistemático y controlado de lashojas de mazorca, de manera que los elotestiernos sean invadidos con más facilidad, víaviento y humedad, por las esporas del ustila-go. Resultado: mazorca de cuitlacoche en lu-gar de elote.

Una de las virtudes de este campesino in-ducido es su prestancia y sencillez, tanto enla presencia de los más sofisticados chefs fran-ceses como en los mercados tradicionales delMéxico propositivo. Su sabor: expresivo, li-geramente ahumado y terroso, de impresio-nes mezcladas entre elote tierno y champi-ñón, dotado con una textura deleitosa. Poseeademás, un gusto similar al del jengibre. Pue-de ser ingrediente exótico o elemento ce-lebrado ocasionalmente en quesadillas, em-panadas, tacos, sopas o crepas. Se trata ade-más, de un generoso nutriente de aminoáci-dos que bajan los niveles de colesterol, esti-mulan el desarrollo mental, y liberan la hor-mona del crecimiento; ¡sí!, esa que provocasíntomas de juventud. Lo dicho: lo guapo essabroso y nos hace sentir bien.

NOTA, RECETA, O REMEDIOEn un sartén se saltean, con dos cucharadas deaceite de oliva, media cebolla en cuadros. Cuando lacebolla acitrona (trasparenta) se incorporan dosdientes de ajo picados y se dejan por dos minutosantes de sazonar adicionalmente con media taza decaldo de pollo concentrado (no es necesario agregarsal, se supone que el caldo estará sazonado). Acontinuación se agregan sendas tazas de: granosde elotes tiernos cocidos, champiñones y pimientomorrón verde en pedazos junto con 500 gramos denuestro ingrediente estrella desgajado. Se cocina decinco a siete minutos moviendo constantemente paraque no suelte líquido en exceso. Opcionalmente se leespolvorea Queso Cotija al gusto.Notas:1. El guisado tradicional incluye dos ramas deepazote fresco y chiles serranos picados en lugarde pimiento, champiñones y queso.2. Consigan cuitlacoche fresco (los de lata son unamentada de madre). Sinceramente, no merecenprepararse de otra forma.3. La temporada es de julio a septiembre y su precio–nada más para que lo estimen- suele ser diezveces mayor al del elote fresco.

ración de la democracia.Cada vez que venía se ocupaba de des-

mentir y contradecir a sus informantes,amigos y contactos que le escribían o lecontaban en París que Buenos Aires esta-ba muy cambiado. “Yo la encuentro siem-pre igual”.

A diferencia de los primeros viajes,cuando se aburría o lo abrumaba la situa-ción social y política, en los últimos dis-frutaba ser un escritor popular. Le encan-taba que los voceadores lo reconocieranen la calle y que las señoras lo saludaran yle dijeran que lo había leído, pero el país ledolía cada vez más, como dejó testimonioen innumerables cartas luego de cada unade sus visitas.

Si bien en 1973, luego del triunfo delperonismo proscripto durante 18 años,Cortázar presentó El libro de Manuel (eltexto más abiertamente político de toda suobra) en medio de cierto hostigamiento porsu condición de antiperonista y por viviren París, logró revisar sus posiciones polí-ticas, en parte gracias a su adhesión a larevolución cubana, y sentar las claves desu relación con “la mujer de su vida...”.

“Hubo un tiempo en que Buenos Aires yyo dejamos de ser amigos. Como cuandouno se pelea con una mujer, a pesar de locual la sigue queriendo. Para mí, las ciu-dades son siempre mujeres. Mi relacióncon ellas ha sido siempre la de un hombrecon una mujer... Buenos Aires es, de algu-na manera, la mujer de mi vida. Esa quequeda ahí a pesar de todo, y... digamos,París es la gran amante...”. A esa mujervolvió para despedirse 10 años después.Aquel 30 de octubre, a escasos 10 días dela asunción de Raúl Alfonsín.

Cortázar enfermo llegaba en el mismovuelo que un reconocido dirigente sindi-cal, Casildo Herreras. En el aeropuerto, unnubarrón de periodistas lo obviaron casipor completo. Todos esperaban al sindi-calista.

Unos días después, en improvisada rue-da de prensa volvería a repetir que signifi-caba Buenos Aires para él. “Es como si nome hubiese ido. Yo llevo a Buenos Airespuesto como otros llevan puestos sus za-patos y lo paseo conmigo en cualquier lu-gar. . .” .

Fueron días muy agitados para su yafrágil humanidad. Convivió con su herma-na y madre, con amigos y recorrió todo loposible los rincones que solía frecuentarel Del lado de Acá. Pero el inminente go-bierno de Raúl Alfonsín le tenía reservadoun desplante. Nunca lo recibieron. Comosi su influencia y su poder de innovaciónfueran un pecado para un escritor. Noesperó a la posesión presidencial. Se fue el7 diciembre con la promesa de regresaren marzo para quedarse dos meses. No fueposible, como tampoco fue posible ahora,30 años después, cuando se conmemoran100 años de su nacimiento, que exista “Unaño cortazariano” o un homenaje a la altu-ra de su obra y de una sencillez y don degente que en este país y por estos díasrepresentaría un acto revolucionario,como lo fue en su momento Rayuela.

En aquel último viaje, como ahora, lohomenajearon y lo siguen homenajeandosus lectores, que lo siguen sintiendo próxi-mo, cercano, “Del lado de Acá”. Entendie-ron el mensaje oculto en sus relatos y hastasiguieron al pie de la letra aquella últimarecomendación aquel 7 de diciembre, al piedel avión: “Lean mis libros y verán si soyargentino o no”. Por eso, aunque no hayansido testigos, tienen la certeza de que Juliomurió con los zapatos puestos.

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SÁBADO 1 DE MARZO DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

ace cinco años, cuando me enteré quese estaba filmando una serie llamadaBoardwalk empire, tres datos me hi-cieron pensar que iba a formar partede los programas que no me podía per-

der. Primero, la serie es una creación deTerence Winter, escritor principal de Los So-prano; segundo, el protagonista es interpre-tado por Steve Buscemi, el cadavérico actorde ojos saltones de Fargo, Perros de reserva yEl gran Lebowski, quien justamente actuó enel papel de Tony B, primo y mejor amigo de lainfancia de Tony Soprano. Finalmente, el ca-pítulo piloto fue realizado por Martin Scorse-se, también productor ejecutivo de la serie. Eldirector de El lobo de Wall Street (justamentebasado en un guion de Terry Winter) gastó lacantidad colosal de 18 millones de dólarespara realizar un episodio impresionante, quese parece al principio de una gran película, lacual uno quisiera que nunca terminara.

“¿Qué les depara el futuro?”, podemos leersobre la vitrina del estudio de una vidente enel famoso boardwalk, el camino de maderadonde pasean los habitantes de Atlantic Cityy los turistas a lo largo de la costa. Los dife-rentes protagonistas se hacen esta preguntaa todo lo largo de la serie. El más importantede éstos es Enoch Nucky Thompson, perso-naje basado en Enoch Lewis Johnson, jefepolítico y criminal que controló todas las ac-tividades legales e ilegales de Atlantic City:clientelismo político, corrupción, contraban-do de alcohol y drogas, juego y prostitución.La trama de la primera temporada empiezaen enero de 1920, justamente cuando seaprobó la Ley Volstead, que prohibió la ventay el consumo de alcohol a nivel nacional.Nucky Thompson considera este aconteci-miento más como una oportunidad que comoun dilema. “Será como si la prohibición nun-ca hubiera ocurrido”, declara el líder omni-potente de la ciudad. Muy bien sabemos aho-ra que esta ley, revocada en 1933, favorecióel desarrollo del crimen organizado.

El origen de los gánsteres está retratadode manera explícita en la serie. La mayoríade ellos pertenecen a minorías provenientesde una inmigración relativamente reciente:

H Nucky Thompson es de origen irlandés y ca-tólico, y su fiel e irreprochable mayordomoEddie Kesler nació en Alemania donde tienea toda su familia. Al igual que Enoch John-son, la serie presenta a los más famosos gáns-teres de los años 20: el judío Meyer Lansky,socio del italiano Charles Lucky Luciano, ycolaboradores ambos de Arnold Rothstein,corredor de apuestas y financiero de la mafia.El crimen organizado de Chicago está tam-bién representado: la pandilla irlandesa deDean O’Banion y su rival Johnny Torrio, elcapo que lanzó la carrera de un joven ambi-cioso y violento llamado Al Capone. Estosbandidos no se reconocen en la visión biem-pensante y puritana de los WASP, los blancosanglosajones y protestantes, representadosen la serie por el agente del Bureau of prohi-bition Nelson Van Alden.

En el caso de las ficciones históricas, elespectador tiene la ventaja sobre los prota-gonistas de conocer el fin de la historia. Losguionistas pueden entonces jugar con las ex-pectativas dramáticas sobre el devenir de suspersonajes. Sin embargo, el pasado de Th-ompson y sus cómplices está tratado de ma-nera sutil para darles profundidad. Las me-morias de la infancia de Nucky nos explicanlos rasgos de su carácter de hombre de nego-cios intransigente. Los grandes fenómenoshistóricos de la época también se ven refleja-dos a través de algunos personajes: Marga-ret, joven irlandesa que decidió huir de lamiseria de su país y que se convertirá en laesposa de Nucky, representa a la gran ola deinmigración del principio del siglo XX. “Miesposo dice que sueno como una inmigran-te”, declara la mujer con acento irlandés,mostrándonos así la dificultad de adaptacióny aceptación de los que no nacieron en elNuevo Mundo.

Los soldados estadounidenses de la Prime-ra Guerra Mundial tienen a dos representan-tes en la serie: Jimmy Darmody, hijo de uninfluyente jefe político de Atlantic City, regre-sa traumado de la guerra de trincheras. Su re-torno a la vida civil es complicado y el jovense convierte rápidamente en el protegido ydiscípulo de Nucky. Sin embargo, el mejor

Gangsteres americanosEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJO :: Serie de HBO que estrenará su quinta y última temporada este año, Boardwalk empire relata las relaciones peligrosas del crimen organizado en AtlanticCity durante la ley seca, y pinta un retrato fascinante del Este de los Estados Unidos durante los años locos. POR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARD [email protected]

personaje secundario de la serie es, sin duda,Richard Harrow (Jack Huston, sobrino deAngélica), veterano que vuelve desfigurado deFrancia, lo que lo obliga a traer puesto unamáscara para no asustar a la gente. Cuandoconoce a Jimmy en un hospital militar, esteúltimo le ofrece trabajo en el contrabando dealcohol. Richard se ha vuelto insensible a lamuerte y sus habilidades de asesino resultanvaliosas para la organización criminal. El “cararota” es un hombre torturado, víctima de laguerra y de la falta de apoyo psicológico y fi-nanciero por parte del Estado.

Históricamente, la serie muestra diferen-tes aspectos de una sociedad que vive cam-bios drásticos. 1920 es el año en el cual lasmujeres obtuvieron el derecho de voto. Elpersonaje de Margaret representa la lucha delas estadounidenses para obtener más poderpolítico, que se materializó justamente conlas Ligas de Templanza, movimientos en con-tra del consumo de alcohol. Esta década co-rresponde también al principio de la socie-dad de consumo y la llegada a los hogares deaparatos como la aspiradora y el tostador.Los anuncios del boardwalk de Atlantic Citymarcan el comienzo de la publicidad a granescala. La primera ciudad balnearia del paísanuncia también el turismo de masa y la so-ciedad del ocio. En 1920, cien mil visitantesllegaron a la ciudad para tomar alcohol, asistira los espectáculos de magia y cabaret, asícomo escuchar las músicas de los afroameri-canos, el jazz y el blues.

Boardwalk empire puede ser consideradocomo un precuela de todas las películas degánsteres que retratan los tiempos gloriososdel crimen organizado durante la Ley Seca,desde los filmes de los años 30 como Hampadorada, El enemigo público, Cara cortada (eloriginal de Howard Hawks), hasta produccio-nes más recientes como Los intocables, Eraseuna vez en América y Enemigos públicos, enla cual Johnny Depp encarna al asaltante debancos John Dillinger. La serie producida porScorsese es irreprochable en cuanto a pro-ducción, y la sutil composición entre ficcióny verdad histórica la hace doblemente apa-sionante para el espectador.

Steve Buscemi, protagonista de la serie Boardwalk empire. A la derecha, un fotograma.

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CREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN

DesiertoEmilio Martínez Frausto

lguna de aquellas veces en que me sentíjoven me contaron la historia de Lázarode Las Montañas. Mi cuerpo comienza yaa desvanecerse, a apagarse y cada vez mees más difícil pensar con lucidez, pero es-

cucha con atención mis palabras, pues lo que teentrego es la invaluable sabiduría de toda una vidaque ahora te concedo a ti para que continúes micamino y repitas mis pasos con la certeza de queson los correctos.»

Seguí con mi recorrido. No me extrañó topar-me con semejante locura, solo la gente que haperdido la cabeza vive en el desierto, o por lomenos en este desierto en particular. El viejecilloparecía haber vivido ya bastantes vidas y, por unmomento, incluso tuve la impresión de que suspies comenzaban a convertirse en arena, que seestaba volviendo parte del desierto; después detodo, ese anciano llevaba más de siete siglos enese exacto lugar en que yo lo encontré -o eso pre-tendía hacerme creer-, lo lógico era que el desier-to comenzara a sentirse tan familiar a su presen-cia que decidiera reclamarlo como suyo, y a élparecía no importarle.

He recorrido estas arenas doradas y estos cris-talinos cielos profundos por tanto tiempo que heperdido ya la noción de éste. Conté los días du-rante tres meses para pronto después desistir deesa empresa tan necia. La tarea de registrar el pasodel tiempo me pareció tan ridícula que la abando-né por completo; fuera de la civilización humanacontar el tiempo no tiene gran utilidad. Al comen-zar mi viaje adivinaba la hora por la posición delsol en el cielo (mi reloj se descompuso, supongo,en el momento en que comencé mi expedición yno me percaté de ello sino varios días después),pero durante el día pareciera que el sol no se mue-ve en absoluto hasta que, de súbito, ya no está yla noche aguarda y uno tiene que encontrar unlugar donde montar la tienda y dormir. Las no-ches sin luna eran realmente oscuras y silenciosas;daba lo mismo tener los ojos abiertos o cerradospues todo lo que se veía era un profundísimo ne-gro. El viento se detenía y la arena ya no se movía,formaba una especie de superficie dura en la quetus pies no se hundían, los granos perdían su cua-lidad individual para unirse a una masa que pare-cía un ser orgánico dormitante, incapaz de mos-trar reparos en las formas de vida que han encon-trado hogar en su superficie, ya sea por descono-cimiento de ellas o por total indiferencia.

El rumbo que seguí me llevó a toparme con cien-tos de sujetos, todos esperándome para contaruna historia distinta, cada una con su propio matizde locura. Una vez se atravesó por mi camino unhombre que me ofreció clases de teología a cam-bio de 10 centavos. Mi natural curiosidad me hizointeresarme en el sujeto y le di cincuenta centa-

vos -todo lo que traía conmigo- pero el infeliz,como un poseso, comenzó a blasfemar con unaira fantasmagórica y, acto seguido, me tumbó enel suelo, saltó sobre mí y comenzó a arañarme elrostro y a lanzarme mordidas que por mera suer-te logré esquivar.

Cierto día la silueta de una mujer, dibujada muya lo lejos, se escabulló en mi campo visual. Su fi-gura, delineada por el sol, temblaba como un dis-tante espejismo. Su sombra, proyectada de unamanera majestuosa e imponente hacia mí, trazabaun camino de obsidiana pulida por el que me pe-día que la siguiera. Me precipité hacia ella sin pen-sarlo, era la primera mujer que veía desde hacequien sabe cuántas eternidades, el primer ser hu-mano que parecía poder acogerme entre sus bra-zos, un ansiado refugio para la falta de cordura.Apenas me acerqué lo suficiente como para mirarsus facciones, ella se desvaneció, se convirtió enarena y dejó un montículo café sobre el lugar don-de estaba parada y la imagen de su rostro quedópermanentemente grabada en mi memoria. Lanoche cayó enseguida y tuve que montar la tien-da. Ese gesto, esa mujer ilusoria, que en ese en-tonces mi mente agotada y sofocada tomo porsimple curiosidad, por simple alucinación, revo-loteó incesantemente en mis pensamientos, y elrecuerdo de esa mujer se materializaba a todomomento en mi memoria.

Después de eso mi ánimo comenzó a quebran-tarse y me di cuenta de que la razón por la quehabía decidido aventurarme a la solemne labor devagar por estas inmensidades se me había perdidoen algún rincón de la memoria. Ahora me parecemuy claro; queriendo encontrarme decidí perder-me, pues he aprendido que la vida es una intermi-nable sucesión de contradicciones y pensando asíes como se debe comenzar el igual de interminablejuego de descifrarla. Sin mapa o tiempo o multi-tudes o alguna otra construcción humana queobstaculizara el paso de mi espíritu a través de símismo, el desierto, con su infinita paciencia y sussenderos interminables, me dictaría el camino queme era propio. Esa dama convertida en arena eraun símbolo que en aquel sol sofocante se meescabulló, un símbolo de pérdida, de alienación,de la vida ofuscada, y comprendí que esa mujerera yo y es por eso que, apenas me acerqué, de-sapareció irremediablemente. Al alzarse el día fuihacia el montículo, pero ya había desaparecido ytodo lo que había frente a mí era el mismo desiertodorado de siempre. Tenía qué afrontar la atroz ideaque no hay más realidad que la soledad absoluta.

Me empeñé en abandonar el desierto, y bajo elinmisericorde sol caminé y caminé, ahora con elpropósito de dejar todo atrás, de dejarme atrás.«Debiste haber dejado lo divino a lo divino», medije. Terminé siendo absorbido por la infinidad. Se

me ocurrió que todos aquellos hombres que lleguéa encontrar en mi camino habían llegado de la mis-ma manera que lo hice yo, buscando en el desierto,que era el universo entero, la respuesta que no po-dían conocer a una pregunta que no debían hacer.

De joven escribí un cuento en el que el tiempose detenía y mi espíritu era capaz de salir de micuerpo y caminar por el espacio sin poseer unvehículo. Caminé y caminé durante incontableseternidades hasta que me topé con los restos dela civilización humana y su estructura en formade espiral y entonces, al final del tiempo del hom-bre, una torre aparecía a la distancia y se elevabahasta el cielo, y a medida que me le acercaba, másinconmensurable era su altura. Alrededor de latorre se extendía una escalera de mármol inma-culado por la que ascendí lleno de expectación. Amedida que me elevaba por ellas el entramado dela realidad comenzó a ordenarse frente a mis ojos,a lo lejos, el universo se desenvolvía con unainimaginable belleza metafísica. Todo lo que ha-bía frente a mi eran magníficos planetas, estre-llas, nebulosas púrpuras, asteroides milenarios,soles dadores de vida, galaxias enteras. Rastrosdel tiempo pasado y augurios del día siguientegiraban a mí alrededor, describiendo amplias es-pirales que terminarían por conjugarse en la cimade la torre. La existencia me parecía tan clara ymajestuosa y continué subiendo y nunca medetuve. Con cada escalón que pisaba el universome saludaba con su sagrada gloria y me acerquécada vez más a la cima, el punto en que todo seunía y cuando llegué ahí estaba Dios esperándomepara consumirme y fundirme en su ser, entoncesyo entraba en él, era como sí me hubiera conver-tido en un aleph que no sería encontrado y enton-ces yo era Dios.

Ahora, en la desolación de lo interminable, enla lamentación de mi triste naturaleza humana, yosoñaba con esa torre. Al dormirme ella aparecíaante mí, esperándome, y yo corría hacia ella, corríahasta que mis pulmones se desgarraban y estabasiempre tan lejos que sólo podía verla como undelgado filamento negro en el profundo horizontey mis pies se enterraban en la arena y se convertíanen ella y yo desaparecía y la torre jamás seacercaba y Dios permanecía ausente. Andaba yandaba, creyendo que esa torre se aparecería antemis ojos secos en cualquier momento y cada díatraía una decepción aún más abrumadora.

Pedí misericordia pero no me fue concedida.Ha pasado tanto desde la última vez que observémi rostro que he olvidado quien soy, mi identi-dad se ha petrificado y hecho polvo, es ahora laidentidad del desierto, pues me he fundido con él:mi nombre es Desierto, mi cuerpo es Desierto, mispensamientos son Desierto, mi alma es Desierto,mi vida es Desierto, mi muerte es Desierto.

A