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Para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 para
al año 2030 - que incluye lograr la cobertura universal
de servicios de salud (CUSS) y el acceso a servicios de
salud esenciales de calidad para todos- es necesario
adoptar medidas urgentes para hacer frente a un déficit
previsto de 18 millones de trabajadores de la salud en
2030, principalmente en los países de ingresos bajos y
medianos. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
estima que enfermeros/enfermeras y parteros/parteras
representan el 50% de este déficit previsto, por lo que es
imperativo que se eliminen las limitaciones para que el
personal de enfermería y partería pueda alcanzar todo su
potencial.
Las mujeres sólo representan el 25% de las funciones
de liderazgo del sistema de salud. Para garantizar la
prestación sostenible de servicios esenciales de salud y
atención primaria de la salud a todas las comunidades, es
fundamental abordar las barreras de género al liderazgo
que existen dentro y fuera de la profesión de enfermería.
Este informe es el producto de una colaboración entre
IntraHealth International, la campaña Nursing Now
(Enfermería Ahora) y Johnson & Johnson. Se basa en
una revisión de la bibliografía existente, una encuesta
de 2.537 enfermeros/enfermeras y enfermeros-parteros/
enfermeras/parteras de 117 países, y ocho entrevistas con
informantes clave integrados por enfermeros/enfermeras
líderes para proporcionar un análisis en profundidad de
los obstáculos relacionados con el género a los que se
enfrentan las enfermeras y los facilitadores del liderazgo
de los enfermeros/enfermeras. El informe deriva de
ese análisis un conjunto de recomendaciones para los
formuladores de políticas y los ejecutores de dichas
políticas en los planos mundial, nacional e institucional
para acelerar el fortalecimiento del liderazgo del personal
de enfermería y la igualdad de género en la fuerza
de trabajo de enfermería mundial. Los datos de las
entrevistas en profundidad fueron analizados utilizando
Nvivo 12, basado ello en temas clave que incluyeron:
las normas socioculturales, las barreras estructurales
(por ejemplo, la falta de cuidado de los niños, las
oportunidades de capacitación), el equilibrio entre el
trabajo y la vida familiar, la discriminación y el acoso
sexual.
RESUMEN EJECUTIVO
INVERTIR EN EL PODER DEL
LIDERAZGO EN LA ENFERMERÍA
¿QUÉ SERÁ NECESARIO HACER?
CONCLUSIONES CLAVEEste informe corrobora otras conclusiones de la
investigación en el sentido de que hay un conjunto
de barreras en el trabajo en materia de liderazgo de
enfermería que marginan y excluyen especialmente a las
enfermeras de los cargos donde se toman decisiones y
del progreso en la carrera. La discriminación de género,
los prejuicios y los estereotipos inhiben las oportunidades
de desarrollo para que las enfermeras
desarrollen habilidades, perpetúan la brecha salarial entre
los géneros, y resultan en un trato desigual en el personal
sanitario entre hombres y mujeres.
Las percepciones sociales y culturales acerca de las funciones específicas de las mujeres y los hombres son una barrera importante para el liderazgo de las mujeres
La percepción de la enfermería como una profesión
“femenina” y de “crianza”, y la desvalorización del trabajo
asociado con las mujeres, se citaron como obstáculos
para el avance de las mujeres en la profesión y el estatus
de la enfermería en el personal de salud en general. El
personal de enfermería se enfrenta a los estereotipos de
mujeres y enfermeras. Se desconfía de la competencia y
la autoridad de las enfermeras.
Los efectos del “techo de cristal” y de la “escalera de cristal” coexisten en la enfermería
Las expectativas de las responsabilidades familiares de
las enfermeras han contribuido grandemente a que las
enfermeras experimenten la percepción de un “techo
de cristal”, lo cual les bloquea su avance con respecto
a sus colegas masculinos. Las personas encuestadas
también observaron un efecto de “escalera de cristal”,
resultando ello en una rápida promoción de colegas
masculinos con menos experiencia debido a su capacidad
de “hablar convincentemente”. Poco más de la mitad de
las personas encuestadas (52%) declararon que creían
que el hecho de que los hombres eran más favorecidos
para la promoción que las mujeres significaba un
obstáculo significativo para que las mujeres obtuvieran
puestos de liderazgo en enfermería. Las personas
encuestadas percibieron que los hombres tenían ante
sí menos “obstáculos que saltar”, lo cual les abre más
oportunidades para ascender rápidamente hacia lo alto
de la escalera.
Las enfermeras tienen que hacer malabarismos entre el trabajo remunerado y el no remunerado
Aunque las personas encuestadas dijeron que tanto
hombres como mujeres se enfrentan a desafíos al
administrar el trabajo y la vida familiar, dichas personas
indicaron que esos desafíos abrumadoramente afectaban
más a las mujeres que a los hombres. Las personas
encuestadas y entrevistadas citaron a los “dos puestos de
trabajo a tiempo completo” de las mujeres en el sentido
de que se esperaba que esencialmente mantuvieran una
carga completa de responsabilidades, tanto en el trabajo
como en el hogar.
Las enfermeras y enfermeros perciben una autoridad limitada en la toma de decisiones, independientemente del género
Los encuestados de ambos géneros consideraron
que carecían de autoridad para tomar decisiones en
sus funciones como enfermeros y enfermeras en un
contexto de servicio clínico. Se observaron sesgos entre
enfermeras y enfermeros cuando pasaron a ocupar
puestos de liderazgo. Algunas enfermeras afrontaban
retos en el establecimiento de la autoridad, tanto en su
condición de mujer en ese puesto como en su condición
de enfermera en relación con los médicos. En algunos
contextos, existe la percepción de que los enfermeros/las
enfermeras están allí para servir a los médicos y no son
profesionales en su propio derecho.
Las personas encuestadas citaron la falta de confianza en sí mismas como una barrera para asumir puestos de liderazgo
La falta de confianza fue citada como obstáculo para
asumir funciones de liderazgo. Las personas encuestadas
también indicaron que, cuando se ha tenido éxito, ello
se ha debido a que ellas ganaron confianza a lo largo
del tiempo y a través de la experiencia. Las personas
encuestadas también indicaron con mucha firmeza
el deseo de obtener una mayor preparación para el
liderazgo en la forma de tutoría y aprender a hablar
bien en grandes reuniones para aumentar su confianza y
participación.
Los facilitadores del éxito en el liderazgo de la mujer incluyen a la familia y el apoyo conyugal, la formación en liderazgo y el acceso a las redes y mentores
Las personas entrevistadas que habían alcanzado puestos
de liderazgo en las jerarquías de la organización citaron
el apoyo de los miembros de la familia (cónyuge u otros
familiares) en el reparto de tareas del trabajo doméstico
como un factor muy importante en su éxito. Dichas
personas también indicaron que estaban en condiciones
de asumir más responsabilidades de liderazgo una
vez que sus hijos se habían hecho mayores y ya no
necesitaban tanta atención. Las personas encuestadas
citaron la capacitación en materia de liderazgo (92%) y
mentores (86%) como importantes facilitadores de éxito
en asumir puestos de liderazgo.
RECOMENDACIONES CLAVETrabajar para cambiar la percepción de la profesión de enfermería como una “ciencia blanda” y elevar el estatus y el perfil de la enfermería en el sector de la salud
• La OMS, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) y el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE)
deberían convocar un debate con otros organismos
multilaterales y asociaciones internacionales
de personal sanitario para generar y aplicar
conocimientos y discutir la programación conjunta
con el fin de mejorar el entorno reglamentario para
la enfermería, reformar la educación profesional
sanitaria y desarrollar el liderazgo de la enfermería.
• Las organizaciones multilaterales como la OMS,
la OIT, el Mecanismo de Financiamiento Global
para las Mujeres, los Niños y los Adolescentes, la
UNESCO y todas las instituciones multilaterales
deben implementar campañas de partes interesadas
múltiples, incluido el Plan de Acción Quinquenal
Sanitario de la OMS, ILO y la OCDE, para desafiar
las normas de género en la fuerza de trabajo de
enfermería y para elaborar materiales y mensajes que
subrayen el importante conocimiento necesario para
el éxito en la profesión y en la rigurosa naturaleza del
trabajo, así como promover la enfermería como una
categoría de educación científica y técnica, es decir,
la profesión de la ciencia, la tecnología, la ingeniería,
las matemáticas y la medicina (CTIM).
• Los actores mundiales deben abogar por que al
menos el 75% de los países tengan un Director de
Enfermería o un Director de Enfermería del Gobierno
como parte de su equipo de gestión de alto nivel con
poder de supervisión y autoridad para administrar
los presupuestos y crear liderazgo en el campo de
la enfermería, programas de formación, fomentar la
contratación de enfermeras, y regular la educación
en enfermería, demostrando así la importancia de
la profesión de enfermería. Este puesto debería
tener vías concretas para coordinar los programas
de capacitación en liderazgo de enfermería con los
ministerios de educación, trabajo, género, finanzas, y
otros organismos nacionales y locales pertinentes.
• Los gobiernos deben reclutar para el cargo de
ministro de salud y todos los cargos de liderazgo
en el gobierno de tal manera que ello garantice la
elegibilidad de las enfermeras.
• Los sistemas de educación de profesionales de la
salud públicos y privados deben introducir reformas
en la gestión institucional y en la enseñanza, y
adaptar los modelos de educación de mejores
prácticas (por ejemplo, la educación transprofesional)
a los contextos locales para reducir la estratificación
de género, romper las cadenas jerárquicas de mando,
mejorar el trabajo en equipo, y ampliar el alcance de
la toma de decisiones de las enfermeras.
• Las clínicas, hospitales y otras instalaciones públicas
y privadas deben incluir un enfermero/una enfermera
en su junta directiva y/o personal directivo en
el mismo nivel que el de los demás directores y
gerentes.
• Los empleadores deberían establecer un plan
estándar para garantizar que las enfermeras y
otras trabajadoras de salud no sufran desventajas
profesionales en caso de quedar embarazadas.
Abordar la segregación por sexo en el trabajo y eliminar la percepción de la enfermería como “trabajo de mujeres”
• Las campañas internacionales, los grupos de defensa,
ÁREAS QUE REQUIEREN MAYOR ATENCIÓN E INVESTIGACIÓN
La intersección del género con otros ejes de estratificación y exclusión puede inhibir las oportunidades de las mujeres en el
liderazgo de la enfermería
Las respuestas de las encuestas y entrevistas a las preguntas sobre género y otros posibles ejes de exclusión del liderazgo
sugirieron que en América del Norte la raza era una barrera muy importante en el camino de los enfermeros/las enfermeras
hacia el liderazgo, mientras que en el Medio Oriente algunas de las personas entrevistadas dijeron que la discapacidad era un
factor muy importante. Se necesita más investigación dirigida a las intersecciones de género con raza, edad, etnia, religión,
discapacidad y afiliación tribal en la búsqueda del liderazgo en la fuerza laboral de enfermería para desarrollar políticas que
aborden estos temas específicos.
El acoso sexual en las profesiones en las que predominan las mujeres requiere un estudio más profundo
En este estudio, el acoso sexual no fue un factor que afectara el liderazgo de la enfermería. Sin embargo, algunas encuestadas
y entrevistadas aludieron a experiencias que les afectaron a ellas mismas o a sus colegas. Una de las entrevistadas describió
ser testigo de casos de hostigamiento sexual en zonas rurales o cuando viajaba por tierra y de otros incidentes que se
describen de manera más implícita que manifiesta, tales como la sugerencia de que a un superior se le “debe algo” a cambio de
conseguirle a alguien su puesto de trabajo. Otra entrevistada sugirió que ella había sufrido acoso sexual, pero no lo reconoció
como tal en ese momento. Se necesita más investigación cualitativa para evaluar las formas y efectos del acoso sexual, tanto
en los contextos educativos como de trabajo, a lo largo de la carrera de una enfermera.
y las coaliciones deberían elaborar materiales y
mensajes que normalicen a los hombres como
enfermeros, así como a las mujeres en los cuadros de
la fuerza laboral sanitaria dominada por hombres.
• Los asociados en la investigación a nivel mundial
(como los Sistemas de Salud Mundial) deben trabajar
con la OMS, la Red Internacional de Información
sobre la Salud (CIE), y la OIT para acordar y seguir
aprendiendo sobre la portabilidad intercultural de
la “escalera de cristal” y para identificar los factores
que se destacan tanto en la enfermería como en el
liderazgo en el contexto de un país determinado,
incluidos los elementos que impulsan la segregación
por sexos, la intersección de otras variables sociales
con el sexo, las razones para el ingreso de las mujeres
en puestos de liderazgo y su salida de los mismos,
y las formas de acoso sexual y de género en el
liderazgo de enfermería. Estos asociados deberían
someter a prueba los medios para contrarrestar
el sesgo de género (tales como los interruptores
de sesgos basados en métricas”) y abordar los
prejuicios de género en las prácticas de contratación,
evaluación y promoción.
• Los gobiernos deberían ratificar una versión revisada
del Convenio 149 de la OIT y la Recomendación 157,
operacionalizar el Convenio en el sector de la política
de enfermería, y conseguir que los enfermeros/las
enfermeras sean pagadas adecuada y justamente
como actores clave en la prestación y la ampliación
del acceso a servicios esenciales de salud, tanto en
la enfermería como en relación con otros cuadros de
personal sanitario.
• Los gobiernos deben desarrollar estrategias de
recolección/análisis de datos viables y eficaces para
generar información nacional sobre la segregación
horizontal y vertical en la fuerza de trabajo de
enfermería utilizando datos desagregados por sexo.
• Los hospitales, clínicas y escuelas de medicina
deberían auditar sus prácticas de contratación y
promoción para garantizar que no están asignando a
los hombres a funciones de liderazgo y a las mujeres
a la prestación de servicios.
• Las escuelas deben implementar políticas de
educación transformadora de género que eliminen el
concepto de “género” de las profesiones, incluyendo
la enfermería y la medicina.
Eliminar la discriminación por parte del empleador por motivos de género y de estado de embarazo
• Los ministerios de salud deben estandarizar las
descripciones y los requisitos de trabajo, incluidos los
requisitos de liderazgo, de las enfermeras y todos los
dirigentes de los trabajadores de salud para eliminar
los criterios discriminatorios inconscientes como
punto de referencia para determinar las prácticas de
contratación o promoción.
• Los gobiernos deben garantizar un número suficiente
y equitativo de accesos geográficos a las enfermeras
e implantar condiciones favorables que permitan a las
enfermeras tomar tiempo libre cuando sea necesario,
sin temor de sufrir desventajas profesionales o
sobrecargar la labor de otros funcionarios. (por
ejemplo, cobertura de embarazo, políticas de
protección de la maternidad, horarios flexibles).
• Los gobiernos deben establecer políticas nacionales
de vacaciones pagadas que permitan a los
cuidadores atender a los niños, los ancianos y otras
personas que tengan a su cargo.
Aumentar la confianza de las enfermeras en sí mismas y el sentido de
preparación para asumir puestos de liderazgo
• Las organizaciones, campañas y coaliciones de
promoción mundiales deben identificar programas
de desarrollo del liderazgo para las enfermeras
y evaluarlos con relación a las habilidades y
competencias que las enfermeras líderes necesitan
para ejercer el liderazgo en sistemas influenciados
por el género.
• Las escuelas de enfermería deberían trabajar
para conectar a los estudiantes y egresados con
programas de desarrollo de liderazgo de enfermería y
con redes de empleo.
• Los lugares de trabajo deben garantizar que los
puestos gerenciales incluyan flexibilidad, ajuste del
horario normal de trabajo, y tengan la expectación
de continuar con algún trabajo clínico para que las
mujeres tengan la oportunidad de seguir cursos
de gestión al mismo tiempo que equilibran las
responsabilidades familiares.
Garantizar entornos de trabajo que sean seguros y sensibles al equilibrio entre la vida laboral y personal y que permitan la flexibilidad de los empleados para cumplir con las responsabilidades del trabajo formal y del cuidado no remunerado
• Los organismos multilaterales que trabajan para
promover el liderazgo de las enfermeras deben
abogar por la revisión del Convenio de Personal
de Enfermería 149 de ILO, Recomendación No. 157,
mediante la integración de otras normas laborales
de la OIT que promueven la igualdad de género
para abordar explícitamente el sesgo de género y la
discriminación con respecto a la protección contra
la discriminación directa e indirecta basada en el
embarazo, la familia y las responsabilidades del
cuidado de los niños; la igualdad de remuneración
por trabajo de igual valor; lograr una mejor
integración de la vida laboral y personal en las horas
de trabajo y los turnos de trabajo; y la mejora de la
Para acceder al informe completo y los documentos conexos en línea:
www.intrahealth.org/investing-in-nurse-leadership
seguridad y salud en el trabajo (incluida la prevención
de la violencia/acoso sexual en el lugar de trabajo).
• Los gobiernos deberían ratificar el Convenio 149 de
la ILO revisado y ponerlo en práctica en las políticas
nacionales de enfermería.
• Los lugares de trabajo, especialmente aquellos
que emplean a personal de enfermería, deberían
fomentar un entorno en el que no sólo se respete,
sino que se promueva la necesidad de fuertes
políticas de equilibrio entre la vida laboral y personal
a través de políticas que permitan a los trabajadores
cumplir con las necesidades de sus familias y de
una cultura que reconozca la importancia de las
obligaciones familiares para todos los trabajadores,
independientemente de su sexo.
Asegurar oportunidades para que las enfermeras tengan acceso a fondos para el desarrollo del liderazgo, educación superior u otro desarrollo profesional
• Las organizaciones multilaterales y los organismos de
asistencia de los donantes internacionales deberían
invertir en mecanismos de financiamiento fiables
y a largo plazo para ofrecer becas a estudiantes
de enfermería económicamente desfavorecidos
y/o enfermeras que realizan estudios de nivel más
superior en otros países.
• Los gobiernos deben invertir en programas de
subvenciones fiables y a largo plazo para que las
enfermeras puedan seguir cursos de capacitación y
desarrollo de liderazgo.
Fomentar un mayor acceso a las redes profesionales y programas de tutoría para el personal de enfermería
• La OMS, la OIT y otros organismos multilaterales
deberían destinar fondos para ampliar el alcance del
Instituto de Liderazgo en Enfermería Global ICN y
otras redes similares.
• El ICN debe seguir propiciando fuertes conexiones
entre los antiguos alumnos del programa,
instituciones educativas y redes juveniles, y ofrecer
plataformas para el intercambio de conocimientos y
el debate.
• Los gobiernos deben desarrollar y fortalecer las
asociaciones profesionales de enfermería y asegurar
una representación geográfica, socioeconómica y
cultural equitativa de todas las regiones geográficas y
étnicas, tribales o de otros grupos.
• Los centros de salud; las escuelas de ciencias de
enfermería, obstetricia, medicina y de salud pública;
y otras instituciones de formación deberían promover
la membresía de las asociaciones nacionales de
enfermería.
• Las instituciones deben identificar regularmente
a enfermeras para su nominación al Instituto
de Liderazgo Mundial de Enfermería o a otros
entrenamientos nacionales en liderazgo de
enfermería, y asegurarse de que sus funcionarios
puedan participar sin causar un impacto adverso
sobre su trabajo.