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Escrito a ciegas Martin Adán (CARTA A CELIA PASCHERO) 1 (1961) ¿Quieres tú saber de mi vida? Yo sólo sé de mi paso, De mi peso, De mi tristeza y de mi zapato. ¿Por qué preguntas quién soy, Adónde voy?... Porque sabes harto Lo del Poeta, el duro Y sensible volumen de ser mi humano, Que es un cuerpo y vocación, Sin embargo. Si nací, lo recuerda el Año 1 Este poema fue la respuesta de Martín Adán a la carta de Celia Paschero (una escritora argentina que colaboró varios años con Borges en el instituto de literatura inglesa y norteamericana de la Facultad de filosofía de Buenos Aires, y que redactó su tesis doctoral sobre la poesía peruana contemporánea) en la que ella le pedía que escribiera un texto autobiográfico. Reproduzco la carta completa en la sección Aquel de quien no me acuerdo, Porque vivo, porque me mato. Mi Ángel no el de la Guarda. Mi Ángel es del Hartazgo y Retazo, Que me lleva sin término, Tropezando, siempre tropezando, En esta sombra deslumbrante Que es la Vida, y su engaño y su encanto. Cuando lo sepas todo... Cuando sepas no preguntar... 2 Sino roerte la uña de mortal, Entonces te diré mi vida, Que no es más que una palabra más... La toda tuya vida es como cada ola: Saber matar, Saber morir, Y no saber retener su caudal, Y no saber discurrir y volver a su principio, Y no saber contenerse en su afán... Si quieres saber de mi vida, Vete a mirar al Mar. ¿Por qué me la pides, Literata? ¿Ignoras acaso que en el Mundo, Todo de nadas acumuladas, De desengrandar infinitudes, 2 Este dato no lo he comprobado personalmente, así que hay que tomarlo con cautela: Según las libretas D367 y D368 viene a continuación un verso que no figura en la versión del poema que estoy siguiendo (Obra Poética en prosa y verso, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2006). Lo transcribo: Cuando no sepas no saber nada No sino un trasgo Eterno, sombra apenas de apetito de algo? La cosa real, si la pretendes No es aprehenderla sino imaginarla. Lo real no se le coge: se le sigue, Y para eso son el sueño y la palabra. ¡Cuídate de su atajo! ¡Cuídate de su distancia! ¡Cuídate de su despeñadero! ¡Cuídate de su cabaña! ¿Quién soy? Soy mi qué, Inefable e innumerable Figura y alma de la ira. No, eso fue al fin... y era al principio, Antes de donde el principio principia. Soy un cuerpo de espíritu de furia Asentada y de aceda ironía. No, no soy el que busca El poema, ni siquiera la vida... Soy un animal acosado por su ser Que es una verdad y una mentira. ¡Es tan simple mi ser, y tal ahogo, Con punzada en nervio y carne!... Yo buscaba otro ser, Y ése ha sido mi buscarme. Yo no quería ni quiero ya ser yo, Sino otro que se salvara o que se salve, No el del Instinto, que se pierde, Ni el del Entendimiento, que se retrae. Mi día es otro día, Algún no sé dónde estarme, A dónde no sé ir en mi selva Entre mis reptiles y mis árboles, Libros y cementos Y estrellas de neón, Y mujeres que se me juntan como la pared y como nadie... o como madre,

Escrito a Ciegas, de Martin Adan

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¿Quieres tú saber de mi vida?Yo sólo sé de mi paso,De mi peso,De mi tristeza y de mi zapato.

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Escrito a ciegasMartin Adán

(CARTA A CELIA PASCHERO)1

(1961)

¿Quieres tú saber de mi vida?Yo sólo sé de mi paso,De mi peso,De mi tristeza y de mi zapato.¿Por qué preguntas quién soy,Adónde voy?... Porque sabes hartoLo del Poeta, el duroY sensible volumen de ser mi humano,Que es un cuerpo y vocación,Sin embargo.Si nací, lo recuerda el AñoAquel de quien no me acuerdo,Porque vivo, porque me mato.Mi Ángel no el de la Guarda.Mi Ángel es del Hartazgo y Retazo,Que me lleva sin término,Tropezando, siempre tropezando,En esta sombra deslumbranteQue es la Vida, y su engaño y su encanto.Cuando lo sepas todo...Cuando sepas no preguntar...2

Sino roerte la uña de mortal,

1 Este poema fue la respuesta de Martín Adán a la carta de Celia Paschero (una escritora argentina que colaboró varios años con Borges en el instituto de literatura inglesa y norteamericana de la Facultad de filosofía de Buenos Aires, y que redactó su tesis doctoral sobre la poesía peruana contemporánea) en la que ella le pedía que escribiera un texto autobiográfico. Reproduzco la carta completa en la sección

Entonces te diré mi vida,Que no es más que una palabra más...La toda tuya vida es como cada ola:Saber matar,Saber morir,Y no saber retener su caudal,Y no saber discurrir y volver a su principio,Y no saber contenerse en su afán...Si quieres saber de mi vida,Vete a mirar al Mar.¿Por qué me la pides, Literata?¿Ignoras acaso que en el Mundo,Todo de nadas acumuladas,De desengrandar infinitudes,No sino un trasgoEterno, sombra apenas de apetito de algo?La cosa real, si la pretendesNo es aprehenderla sino imaginarla.Lo real no se le coge: se le sigue,Y para eso son el sueño y la palabra.¡Cuídate de su atajo!¡Cuídate de su distancia!¡Cuídate de su despeñadero!¡Cuídate de su cabaña!¿Quién soy? Soy mi qué,Inefable e innumerableFigura y alma de la ira.No, eso fue al fin... y era al principio,Antes de donde el principio principia.Soy un cuerpo de espíritu de furiaAsentada y de aceda ironía.No, no soy el que buscaEl poema, ni siquiera la vida...Soy un animal acosado por su ser

2 Este dato no lo he comprobado personalmente, así que hay que tomarlo con cautela: Según las libretas D367 y D368 viene a continuación un verso que no figura en la versión del poema que estoy siguiendo (Obra Poética en prosa y verso, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2006). Lo transcribo:Cuando no sepas no saber nada

Que es una verdad y una mentira.¡Es tan simple mi ser, y tal ahogo,Con punzada en nervio y carne!...Yo buscaba otro ser,Y ése ha sido mi buscarme.Yo no quería ni quiero ya ser yo,Sino otro que se salvara o que se salve,No el del Instinto, que se pierde,Ni el del Entendimiento, que se retrae.Mi día es otro día,Algún no sé dónde estarme,A dónde no sé ir en mi selvaEntre mis reptiles y mis árboles,Libros y cementosY estrellas de neón,Y mujeres que se me juntan como la pared y como nadie... o como madre,Y el recién nacido que sobre mí llora,Y por la calleTodas las ruedasReales y originales.Así es mi día cabal,Hasta la última tarde.3

El Otro, el Prójimo, es un fantasma.¿Existe el aire,Donde te asfixias y recreasRespirando, tu cuerpo inane?¡No, nada es sino la sorpresaEterna de tu mismo reencontrarteSiempre tú los mismos entre los mismos murosDe las distancias y las calles!¡Y de los cielos estos techos

3 En las libretas D367 y D368 (lo repito: no me consta que sea así) figuran a continuación cuatro versosque no son recogidos en la versión que sigo del poema:Y escribí libros para persuadirmeA que yo era alguien,Uno según mi ganaO según mi nadie

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Que nunca me ultiman porque nunca caen!Y no alcancé el furor de lo divino,Ni a la simpatía de lo humanoLo soy y no lo siento ni así me siento.Soy en el Día el SolitarioY el absoluto en la Zoología si pienso,O como carnívoro feroz si agarro.¿Soy la Creatura o el Creador?¿Soy la Materia o el Milagro?¡Qué mía y qué ajena tu pregunta!...¿Quién soy? ¿Lo sé yo acaso?¡Pero no, el Otro no es!¡Sólo yo en mi terror o en mi orgasmo!¡Y con todos mis sueños resoñados,Y con toda la moneda recogida,Y con todo mi cuerpo, resurrectoTras cada coito, ciego, vano, sin pupila!...¡Cuando no seas nada más que ser,Si llegas a la edad de la agonía!...¡Cuando sepas, verdaderamente,Que es ayuntamiento de muerte y vida!...¡Entonces te diré quién soy,Seguro sí, que ya sin voz, Amiga!Que se curan con hierbas eficacesLos puros animales que te hablabanAllá, entre piedras inmateriales.El mundo real y la ciencia humanaDonde, con una pelotaLos muchachos aparentes hediondos gozaban.Sí, la vida es un delirio así, y sin embargo,En esa vida no estuvo mi nada,Ninguna, pero real, y alta pero celeste o volcánica.¡Qué tarde llega el TiempoA su punto de olvido o de sensibilidad!Viene arrastrando, como el aluviónDe cúmulo, de suelo, de humanidad.¡Cuán a destiempo llega uno a sí mismo!¡Cuán inesperado y desesperado cualquier ya,Todo yo que cae con el TiempoDesde nunca siempre y para siempre jamás!¡Qué madrugada eterna no dormida

Lo del resolverme en el hacer y en el pensar!La Soledad es una roca duraContra la que arroja el Aire.Está en cada pared de la Ciudad,Cómplice, disimulándose.Me arrojo o me arrojo, sin cesarYo soy mi impedimento y mi crearme.La Poesía es, amiga,Inagotable, incorregible, ínsita.Es el río infinitoTodo de sangre,Todo de meandro, todo de ruina y arrastre de vivido...¿Qué es la PalabraSino vario y vano grito?¿Qué es la imagen de la PoéticaSino un veloz leño bajo un gato írrito?Todo es aluvión. Si no lo fuera,Nada sería lo real, lo mismo.El Amor no sabíaSino tragarse su substanciaY así la Creación se renovaba.Todo me era de ayer, pero yo vivo,Y a veces creo, y la Vez me amamanta.No soy ninguno que sabe.Soy el uno que ya no creeNi en el hombre,Ni en la mujer,Ni en la casa de un solo piso,Ni en el panqueque con miel.No soy más que una palabraVolada de la sienY que procura compadecerseY anidar en algún alto tal vezDe la primavera lóbregaDel SerNo me preguntes más,Que ya no sé...Supe que no era lo que no era, no sé cómo, y todo eraHasta la cosa de mi nada.

Y fui uno no sé cuándo,Persiguiendo, por entre numen y marañaDentro de ella, yo, nacido y flaco, ya con todas las armas,Yo por todo paso que me hacía,A ello persiguiendo... a la palabraA cualquiera,A la de la madriguera o a la que salta.Si mi vida no es esto¿Qué será la vida?... ¿Adivinanza?...Que me dé tiempo el Tiempo, a más del suyo,Y yo me reharé mi eternidad;La que me falta,Porque la eché... me estuvo un momento de más.¿Sabes de los puertos encalladosDel furor y del desembarcar,Y del cetáceo con mojadísimo uniformeQue no nada y cae ya?¿Sabes de la ciudad tanta,Que me parece ciudad,Sino un cadáver disgregado,Innumerable e infinitesimal?Tú no sabes nada;Tú no sabes sino preguntar.Tú no sabes sino sabiduría.Pero sabiduría no es estarSin noción de nada, sino proseguir o seguirA pie hacia el ya.

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Simbólicas (1911)José María Eguren

MARCHA FÚNEBRE DE UNA MARIONNETTE

Suena trompa del infante con aguda melodía…La farándula ha llegado de la reina Fantasía;y en las luces otoñales se levanta plañiderala carroza delantera.Pasan luego, a la sordina, peregrinos y lacayosy con sus caparazones los acéfalos caballos;va en azul melancolíala muñeca. ¡No hagáis ruido!;se diría, se diríaque la pobre se ha dormido.Vienen túmidos y erguidos palaciegos borgoñonesy los siguen arlequines con estrechos pantalones.Ya monótona en literava la reina de madera;y Paquita siente anhelo de reír y de bailar;flotó breve la cadencia de la murria y la añoranza;suena el pífano campestre con los aires de la danza.¡Pobre, pobre marionnette que la van a sepultar!Con silente poesíava un grotesco Rey de Hungríay lo siguen los alanos;así toda la jauríacon los viejos cortesanos.Y en tristor a la distanciavuelan goces de la infancia,los amores incipientes, los que nunca han de durar.¡Pobrecita la muñeca que la van a sepultar!Melancólico un zorcico se prolonga en la mañana,la penumbra se difunde por el monte y la llanura,marionnette deliciosa va a llegar a la tempranasepultura.

En la trocha aúlla el lobocuando gime el melodioso paro bobo.Tembló el cuerno de la infancia con aguda melodíay la dicha tempranera a la tumba llega ahoracon funesta poesíay Paquita danza y llora.

¡SAYONARA!

Hoy el Sol tamizan los glasés azulesdel delicioso camarín de Mignón,sobre campánulas pintorescos gulesy muñecas de comprimido cartón.Las de cobalto figulinas galantesloca rondinela fingen sin cesar;y de Watteau las pinturas elegantesy camafeos semejan bostezar.No lejos de alba Venus de Carrara,junto al grotesco Luzbel en oración,se adivina en rojas letras: ¡Sayonara!la doliente despedida del Japón.Gongo lloroso y extraña barcarola,del rosado país ensueño letal,la obscuridad nos dicen de la amapolaque se inclina y cierra en el carmín cristal.En de luz país y de sombrilla verdefelices ríen princesas de pasión…Bien sabes tú la esperanza que se pierdecuando el tam tam demanda desolación.Deliciosa Mignón con festivos ojosy con castaño cabello, blonda bebé;de tu estancia veo mis luceros rojosque en el espacio mueren ¿dime por qué?Escucha, tenue lirio de terciopeloen tu floreado diván de Estambul:Yo tengo una añoranza de un triste cielo,y de una muerta rosa en tu alma azul.Reír te miro, con tu sonrisa clara,entre éxoticos juguetes de cartón;mas ¡ay! el terrible y dulce ¡Sayonara!

en tus ojos se presenta de mignón.

RÊVERIE

Y soñé, de un templete bajabandos dulces bellezas matinales;y oí melancólicas hablabande las nobles dichas forestales.Las vi en el blasón de la poternaazulinas y casi borradasdespierto años después, la cisternalas mecía medio retratadas.Y al fin las divisé lastimosaspor los caminos y por las abras;y hablaban las bellas melodiosas;pero no se oían sus palabras.Así, su memoria me traíalas baladas de Mendelssohn claras;pero ni Beethoven poseíala tristísima luz de esas caras.

CASA VETUSTA

En el fondo del valle,vetusta casanos presenta musgosasescalinatas.En el bosque sombrío,mustias y raras,como muertas pupilasson sus ventanas.Por los negros pasillosque se enmarañan,el oído acaricianbreves palabras.En su raro aposentoviven las hadasy los antiguos seresde la campaña.

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Las ancianas cigüeñasque en ella paran,de los muertos señoresa veces hablan.Por doquiera nos dicen,las luces blancas,el amor misterioso,feliz que guardan.O miramos señalesmultiplicadas,de la siempre escondidasuerte galana.Y por eso los gratosensueños causa,blanquecina y musgosa,vetusta casa.

LAS SEÑAS

Del parterre en la roja bancabrilló con las dos Señas,que de la tumba asiria, blancason vesperales dueñas.Allí, sentada junto al quino,se mira azul y muerta;y el candor mago, bizantinoboga en la luz desierta.De fronda triste me han llamado¡dulce horror! las dos Señas;y hay un peligro desoladoen las flores risueñas.Abre antiguo betel su brocheque verde luz destella…¡Ah, purpúrea, festiva noche,te pasaré con ella!

ANANKÉLanza el oboe vespertina queja;y vagamente la virtud se aleja.

Se mira humoso el castillo roquero;allí principia el cántico agorero.Vuelve hacia mí tu labio purpurinoque ríe los silencios del Destino.Tienes la frente azul y matutina;es un goce fatal que la ilumina.Continuaré mi verso desolado;tú lo puedes oír porque has pecado.Ve la felicidad pura, tangible.—No la quiero mirar porque es horrible.—Cierra tus ojos niña;… ¡entonces muere!—Yo no debo morir, Dios no me quiere.

LAS BODAS VIENESAS

En la casa de las bagatelas,vi un mágico verde con rostro cenceño,y las cicindelasvistosas le cubren la barba de sueño.Dos infantes oblongos delirany al cielo levantan sus rápidas manos,y dos rubias gigantes suspiran,y el coro preludian cretinos ancianos.Que es la hora de la maravilla;la música rompe de canes y leonesy bajo chinesca pantalla amarillase tuercen guineos con sus acordeones.Y al compás de los címbalos suaves,del hijo del Rino comienzan las bodas;y con sus basquiñas enormes y gravespreséntanse mustias las primas beodas,y margraves de añeja Germania,y el rútilo extraño de blonda melena,y llega con flores azules de insaniala bárbara y dulce princesa de Viena.Y al dulzor de virgíneas cameliasva en pos del cortejo la banda macrobia,y rígidas, fuertes, las tías Amelias;y luego cojeando, cojeando la novia,la luz de Varsovia.

Y en la racha que sube a los techosse pierden, al punto, las mudas señales,y al compás alegre de enanos deshechosse elevan divinos los cantos nupciales.Y en la bruma de la pesadillase ahogan luceros azules y raros,y, al punto, se extiende como nubecillael mago misterio de los ojos claros.

MARCHA NOBLE

Y las rubias vírgenes muertas,del castillo ducal no lejosy de las brumas en el fondo,vertían sus celestes lágrimas.Y con sus nacaradas manos,en los musgos y setos buscanlas purpúreas florecillas,y sollozan inconsolables.Y modulando van sus sueñoslos días de oro recuerdan,y sus lindos ojos enlutadesolada visión de muerte.Las beldades caminan dulcessobre los marchitados musgos,y florecillas de oro buscanvertiendo sus celestes lágrimas.

EROE

Del bosque las auras venían acedas,llegaron las luces de ensueño opalinas.A Eroe yacente, nos dicen los Eddas,miraban llorosas las nobles encinas.Odín anochece brillantes corolas;la besa, y con brumas soñadas la viste;la Norma acompasa las tiernas bandolasy suave le ofrece la anémona triste.El eco sentido de trovas amantesle lleva dormidas las ondas de Ofelia;

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y núbiles norsos y celtas infantesle dan la dulzura del alba camelia.Y el rey colorado de barba de acero,su padre, la llama con queja amorosa;y un llanto de fiera, un llanto sincerose pierde en la duna de Islandia brumosa.Y nube azulea divinos fanales:aquellos sus ojos que el Norte encendía;y notas de Luna sus senos lilialesdesmayan en triste, fugaz celestía.Sus brazos circundan el rostro de nieve,la boca encendida perfumes exhala;y el ser intangible se mueve, se muevebuscando el hermoso jardín de Valhala.Que Eroe la tierra pasó sin sosiegoy en sombras virgíneas huyó de la vida;y, cuentan los Eddas, que labios de fuegobesaron helada, purpúrea la herida.

BLASÓN

A niña que dulces amores sueñala persigue el Duque de los halcones;y si no mienten las fablas de dueña,se acercan doradas tribulaciones.En la roja almena canta el autilloy con miriñaque beldad se asoma;y tiene encendido el dulce carrillo,murmura y tiembla como la paloma.La urraca se oculta. La niña miracon sus ojos zarcones la aspillera,ya con aliento de rosa suspira,ya el cintillo descoge lastimera.Viene la coja reina y los nobles;raudo el Duque procura alejamiento;pero las ayas de los fustes dobles,la aurora predicen del sufrimiento.

LA WALKYRIA

Yo soy la walkyria que, en tiempos guerreros,cantaba la muerte de los caballeros.Mis voces obscuras, mi suerte lontana,mis sueños recorren la arena germana.Y de paladines fierísimos robolas cotas de reno, los dientes de lobo.No valen, no valen las duras corazasy los guanteletes, las picas, las mazas.Ni vale tampoco la senda florida,los cielos dorados, la luz de la vida.Soy flor venenosa de pétalo rubio,brotada en la orilla del negro Danubio.Y no desventuras mi faz manifiesta;mi origen no saben los cantos de gesta.Y sé las ideas funestas y vagas;y el signo descubro que ocultan las sagas.Yo soy la que vuelvo contino las fojasdel mal: las azules, las blancas, las rojas.Sin tregua contemplo la noche infinita;me inclino en la curva de ciencia maldita.Y dando a mi cielo tristísima suerte,camino en el bayo corcel de la muerte.

LA DAMA I

La dama I, vagarosaen la niebla del lago,canta las finas trovas.Va en su góndola encantadade papel a la misaverde de la mañana.Y en su ruta va cogiendolas dormidas umbelasy los papiros muertos.Los sueños rubios de aroma

despierta blandamentesu sardana en las hojasY parte dulce, adormida,a la borrosa iglesiade la luz amarilla.

NORA

Así le canta a Norasu triste abuela:––En tu juego no sigaspor la dehesa;que en su beleño.soñarás con el hombrede torvo ceño.El lugar no contemplesde los chaparros,cuando por él discurrenlos duendes gachos;que en sus ficcioneste enseñarán sus tristescavilaciones.Ni busques los derruidos,añejos hornos;a ocuparlos van siemprelos mustios gnomos,cuyos acentoste ceñirán de amargospresentimientos.Cuando beber ansíesde fresca noria,a buscarla comienza;mas, nunca sola,porque latidossentirás en el alma,desconocidos.

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LA ORACIÓN DE LA COMETA

Sube, subela cometapor la lírica nubede la emoción secreta.Con la moracelestía,piensa feliz, canora,en la luz melodía.Bayaderaazul flava,en danza maromeragoza de verse esclava.Con maticesy borrones,va cantando felicessupersticiones.

LIED II

Y el viento en la marisma entonabala canción de Schumann vesperal;y distante un bajel naufragabaen el insidioso peñascal.Y vense las obscurosas olasmasteleros últimos cubrir,con el amor de las playas solasdonde van las aves a morir.Y surgió la virgen nacarinadesde el submarino panteón,y con la luz de ocaso declinay con una lánguida canción.Sobre ella parado un cuervo inciertola guía en violeta navegar.Hoy la mística blancura ha muertocon toda la tristeza del mar.

DIOSA AMBARINA

A la sombra de los estucosllegan viejos y zancos,en sus mamelucoslos vampiros blancos.Por el templo de las marañasbajan las longas pestañas;buscan la hornacinade la diosa ambarina;y con signos rojos,la miran con sus tristes ojos.Los ensueños de noche hermosadan al olvido,ante la Tarde diosaa dormitar empiezan,y, en su idioma desconocidole rezan.

SYHNA LA BLANCA

De sangre celesteSyhna la blanca,sueña tristeen la torre de ámbar.Y sotas de copasverdelistadasun obscurovino le preparan.Sueños azuleanla bruna laca;mudos rojoscierran la ventana.El silencio cunde,las elfas vagan;y huye luegola mansión cerrada.

LOS ROBLES

En la curva del caminodos robles lloraban como dos niños.Y había paz en los camposy en la mágica luz del cielo santo.Yo recuerdo la rondallade la onda florida de la mañana.En la noria de la vega,las risas y las dulces pastorelas.Por los lejanos olivos,amoroso canto de caramillos.Con la calma campesina,como de incienso el humo subía.Y en la curva del caminolos robles lloraban como dos niños.

HESPERIA

¡Lámparas de la abadía!…¡Cómo me siguen con murientes ojos!con las cruces azulesy pensamientos rojos.En la bóveda han llorado;la ventura se pierde en el vacío…¡Háblame, Hesperia!oigo tu aliento frío.Las lámparas me miranotra vez; en el templo hay una fosaque los chispeantes ojosseñalan, tenebrosa.El motete calladoanuncia en el crucero noche yerta.¡Oh, amor ensueño!¡Oh, la pregunta muerta!

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