El Humanismo Socialista Del Siglo XXI

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    EL HUMANISMOSOCIALISTA VENEZOLANO

    DEL SIGLO XXINOTAS PARA EL DEBATE

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    EL HUMANISMOSOCIALISTA VENEZOLANO

    DEL SIGLO XXINOTAS PARA EL DEBATE

    Mario Sanoja Obediente

    PrlogoMiguel ngel Prez Pirela

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    1a edicin, 2008

    MONTE VILA EDITORES LATINOAMERICANA C.A., 2007

    Apartado Postal 70712, Caracas, Venezuela

    Telefax: (58-212) 263.8508

    www. monteavila.gob.ve

    Coordinador de esta edicin

    Miguel Ral Gmez Gmez

    Diseo de la coleccin

    ABV Taller de Diseo, Waleska BelisarioDiseo de portada:Orlando Romero Harrington

    Hecho el Depsito de LeyDepsito Legal N lf50020088001299ISBN 978-980-01-1600-5

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    VII

    EL TEMPO DEL PENSAMIENTO

    Y EL TEMPO DEL PUEBLO

    La historia de la filosofa siempre ha sido el agente de poder dentrode la filosofa e incluso dentro del pensamiento. Siempre ha jugado un papel

    represor: Cmo queris pensar sin haber ledo a Platn, Descartes, Kanty Heidegger, y tal o tal libro sobre ellos? Formidable escuela de intimidacinque fabrica especialistas del pensamiento, pero que logra tambin que todos

    los que permanecen fuera se ajusten tanto o ms a esta especialidad de la que

    se burlan. Histricamente se ha construido una imagen del pensamientollamada filosofa que impide que las personas piensen.

    G. DELEUZE

    LA HISTORIA, LOS HECHOS, EL OLVIDO

    Se debe mirar atrs para saber el camino recorrido hasta aqu. Slo

    entonces surge una dimensin ms propicia para celebrar los triunfos y

    saber afrontar crticamente y con dignidad los fracasos. Es necesario dete-

    nerse y mirar el pasado, todos los pasados, en medio, justo en medio, de

    esta vorgine de hechos y contrahechos que caracterizan la historia re-

    ciente de Venezuela.

    No es cierto, como suele afirmarse, que en una realidad tan atareada y

    veloz como la venezolana todo va tan rpido que ayer fue hace un ao. Los

    venezolanos tenemos necesariamente que reencontrarnos con un tiempoms verdadero y menos fluctuante: ayer fue ayer, un mes fue hace un mes y

    hace 18 aos fue el Caracazo.

    Medir el tiempo a partir de los hechos es el mtodo propicio para una

    memoria sabia. Medirlo de forma honesta, con sus hechos, con todos ellos.

    Palpando de esta forma el carcter paradjico de una memoria que, como

    dijo el poeta, est llena de olvidos. No podemos saber cmo llegamos hasta

    aqu si dejamos hechos flotando en el limbo del olvido nacional.

    Un da tiene 24 horas. Una semana siete das. Qu medida temporal tie-

    ne la historia reciente de Venezuela? La respuesta a esta pregunta pasa

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    VIII

    por el recuerdo de hechos insoslayables a la hora de pensar la Venezuela

    de hoy da. He aqu una de las vocaciones del presente libro.

    De hecho, la historia reciente del pas se mide en Caracazos, golpes ycontragolpes, Universidades Bolivarianas, Misiones, Constituciones, Po-

    deres Comunales, Soberanas...

    La visin alterada que deja la aceleracin extrema en la que vive el pas,

    nos deja una especie de sublime cansancio cuyo ms grande peligro es la

    falta de percepcin de una realidad popular que corre ms rpido que el

    pensamiento mismo.

    Pero a ocho aos del triunfo de la Revolucin Bolivariana es hora decolocar la mirada en la memoria para recorrer con el espritu el cmo, el

    cundo y, sobre todo, el porqu llegamos y estamos aqu.

    De la lectura de este libro resulta claro que El humanismo socialista

    venezolano del siglo XXI se presenta bajo la forma de un sistema coheren-

    te y compacto, pero evidentemente en construccin. Detenerse y ahondar en

    los hechos que lo conforman, en cada uno de ellos, armarlos y desarmarlos

    en tanto que sistema coherente es acaso el camino (methodus - )ms idneo para dar fe de su real envergadura.

    De hecho, es un imperativo recordar que todo sistema est conformado

    por una serie de elementos unidos entre s, y que cada elemento existe y

    posee una identidad slo en estrecha relacin con los otros elementos que

    lo conforman. En el presente texto, Mario Sanoja no slo nos da luces

    sobre los diferentes elementos que conforman ese sistema que llama El

    humanismo socialista venezolano del siglo XXI, sino que hace algo acaso

    ms difcil: interrelaciona dichos elementos entre s dando lugar a explica-ciones de por qu un Caracazo conllev a la creacin de una Constitucin

    vanguardista o por qu un Consejo Comunal est relacionado con la

    propiedad, o ms an, qu tiene que ver el monopolio meditico con las

    relaciones sociales de produccin.

    LA FORMA, EL FONDO, LO POPULAR

    Sin duda alguna nos encontramos delante de un texto cuya forma no se pue-

    de pasar por alto. Delante del tan respetado lenguaje acadmico que de tan-

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    IX

    to ser lenguaje en ocasiones se vuelve idioma difcil de hablar y hasta de

    pronunciar por la gente comn,Sanoja escoge vestir sus ideas con una for-

    ma cuya sencillez esconde una evidente claridad del pensamiento.No est de ms acotar que la vorgine de hechos que sacuden la realidad

    venezolana ha dejado eltempo del pensamiento atrs, muy atrs. El pensa-miento, de la realidad social y poltica venezolana, slo percibe la polvare-

    da que sta deja a su paso. Los hechos van a una velocidad tal que han

    dejado el pensamiento con una preocupante sensacin de lentitud.

    Pero es acaso esto motivo suficiente para dejar de pensar o, ms an,

    hacer del pensamiento una herramienta sociopoltica caduca? Todo locontrario.

    El pensamiento que ha de generarse hoy da en nuestro pas debe cambiar

    eltempo que hasta ahora lo caracterizaba. Como en una obra musical, eltempo del pensamiento venezolano debe adaptarse a la meloda y eltempode los eventos. Eltempo de un pueblo que no espera al intelectual que pen-sar lo que ha de hacerse.

    Evidentemente ello implica una reconsideracin, no slo deltempo delpensamiento, sino tambin de su objeto de estudio y, sobre todo, de lasherramientas tericas que se utilizarn.

    Es un hecho para todo pensador que habita en el ojo del huracn de

    hechos venezolanos que las herramientas tericas que nos ha dejado la his-

    toria del pensamiento occidental en ocasiones son insuficientes, y hasta

    deformadoras, a la hora de interpretar en toda su magnitud el hic etnuncdel siglo XXIvenezolano.

    Todo ello implica tambin un repensamiento de la forma, no slo de pen-

    sar, sino tambin de transcribir dicho pensamiento en el blancor de las pgi-

    nas de un libro. He aqu uno de los mritos del presente texto. Su autor, al

    momento de presentrmelo, me refiri tajantemente: Este ensayo est diri-

    gido hacia la gente comn, no hacia la academia.

    Palabras que viniendo de un maestro de la academia resultan inquietan-

    tes e incluso subversivas. Delante de dicha afirmacin por parte de tal per-

    sonaje no queda otra cosa que tomar aire, y ms an valor, y lanzarse en la

    aventura de este texto luminoso.

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    Pero se debe confesar que el resultado de empresas como sta no siempre

    es feliz, porque bien es sabido que algunas veces la forma (en este caso adap-

    tada a la gente comn) termina por disminuir el fondo de las ideas, hacien-do de stas algo superficial.

    Este libro se escribi entonces entre dos peligros: por una parte el de

    la academia y su idioma hermtico disponible slo a algunos iniciados

    en la tradicin del pensamiento occidental; y por otra el de un libro de

    forma simple y amena en cuyas lneas se ahogan las ideas e intuiciones

    ms profundas.

    Pues Mario Sanoja entra en semejante aprieto y sale airoso, y ello graciasa su decisin: el maestro Sanoja, en lugar de ser sofisticado surfista, con todo

    lo vistoso y galn de dicho cono, decidi ser pescador del Caribe.

    El surfista, con sus movimientos espectaculares y sus gestos histrinicos,

    se mantiene en la cresta de la ola, en la superficie. Por el contrario, el pesca-

    dor, en la calma y paciencia de su barca, penetra en las profundidades del

    mar, lo conoce y descubre en cada gesto. El surfista desconoce el mar. El

    pescador lo penetra, lo ama, le teme.

    Este libro posee por ello la dignidad de quien penetr durante meses mar

    adentro de forma silenciosa, paciente y tranquila, y hoy da nos trae el fruto

    de sus reflexiones, incursiones, y profundidades, de manera tan honesta y

    tan sencilla como quien ofrece un buen pargo a un pueblo con hambre de

    ideas pertinentes y claras sobre el humanismo socialista del siglo XXI, que

    con acciones est construyendo da a da.

    DR. MIGUEL NGEL PREZ PIRELA

    Caracas, 2007

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    INTRODUCCIN

    ...el comunismo, entonces, como un retorno completodel hombre hacia el hombre como ser social,

    (es decir,humano)...

    MARX,1984

    El presente ensayo se origin a partir de una conferencia dictada por

    nosotros en el paraninfo de la Universidad Nacional, Montevideo, el mesde abril de 2006. Acto dedicado a conmemorar el cuarto aniversario delgolpe de Estado del 11 de abril de 2002, orquestado por el gobierno de losEstados Unidos para derrocar a nuestro presidente constitucional HugoChvez. No es nuestra intencin escribir un ensayo erudito sobre el socia-lismo dedicado a la academia, sino un texto sencillo que intenta colocar laactual coyuntura socialista de nuestro pas en el marco del pensamientode los clsicos del materialismo histrico, as como de la historia reciente

    deVenezuela, el cual esperamos pueda ser ledo, comprendido y debatidopor todo pblico. Para lograr estos fines intentamos hacer una apretadasinopsis del complejo de los hechos que dan cuenta del proceso de trans-formacin social representado por la Revolucin Bolivariana hasta el pre-sente, tratando de mostrar la concatenacin de los principales eventoshistricos que la caracterizan.Esperamos as contribuir, y estimular la dis-cusin sobre el socialismo venezolano del siglo XXI, a intentar un anlisishistoriogrfico del proceso bolivariano que comprenda y explique su dis-continuidad dentro de la continuidad histrica venezolana, a reconstruirlas pocas presentes-pasadas en una dimensin espacio-temporal, con-frontando entre s la lectura histrica de los diversos eventos, piedra angu-lar de todas las teoras histricas, para derivar de la misma un aprendizajeque nos permita transformar la realidad (Heller, 1986).

    Tratar de resumir en tan poco espacio la causalidad de dicho proceso, loslogros y eventos histricos ocurridos en Venezuela entre 1998 y 2006, es

    una tarea demasiado ardua para el testigo solitario que observa intuitiva-mente el movimiento cotidiano de la historia, sin tener a la mano todas las

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    herramientas bibliogrficas ni el equipo humano necesario para llegar ahacer una sntesis limitada que no agota toda la riqueza del proceso.

    Tratamos de mostrar para el pblico en general, con las limitaciones ad-vertidas y a travs de un discurso sencillo, lo que consideramos es la orga-nicidad del actual proceso histrico bolivariano, punto de partida para lacreacin de la sociedad socialista venezolana del siglo XXI. Para compren-der en profundidad la complejidad de nuestra historia cultural moderna,remitimos al lector interesado a la obra escrita por Iraida Vargas Arenas,intitulada Participacin y resistencia: la saga del pueblo venezolano (2007),donde la autora hace un profundo anlisis integral y documentado de

    todas las dimensiones del proceso histrico y cultural que incidieron en laformacin del bloque hegemnico de la IV Repblica y de aquellas quedeterminan el nacimiento del actual bloque hegemnico del socialismovenezolano del siglo XXI.

    Existe la tendencia en algunos economistas, socilogos, historiadores yotros cientficos sociales venezolanos y forneos actuales, a reducir elsocialismo venezolano del siglo XXI a una interpretacin economicista

    ortodoxa basada en el marxismo clsico, sin reparar a veces en que desdeel siglo XXI hasta el presente han ocurrido cambios profundos en la natu-raleza de la formacin capitalista; algunos ya haban sido previstos por elmaestro Carlos Marx, tal como, por ejemplo, la actual concentracinextrema de capitales en manos de una minora privilegiada de transnacio-nales, hecho que ha terminado por degradar la naturaleza del trabajo yexcluir a la mayora de la poblacin mundial de la posibilidad de gestionarsu propia vida, su propio futuro. Por otra parte, se han producido cambios

    profundos en la naturaleza del sujeto histrico de la revolucin socialistay de los factores que lo determinan, lo cual obliga a formular nuevos an-lisis tericos sobre su participacin en los procesos contemporneos decambio social. Ello ha puesto de relieve la prioridad que le ha dado el pro-ceso bolivariano a la dignificacin, a la recuperacin de aquellas masasempobrecidas, excluidas de la misma vida, a organizar una lucha frontalcontra la pobreza,contra la exclusin social y cultural que son secuelas de

    la lucha de clases y de la explotacin capitalista; y para lograrlo, el socia-lismo del siglo XXI debe hacer nfasis particular en el desarrollo de su con-tenido humanista.

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    El desarrollo del modo de vida capitalista durante el siglo XX ha creadouna sociedad mucho ms compleja que la del siglo XIX en la cual vivieron

    Carlos Marx y Federico Engels. En el presente, la economa ya no es con-siderada por los materialistas histricos como el nico motor determinan-te del desarrollo social; igual importancia tienen tambin la cultura comomodo de vida, la ideologa, la educacin y la calidad de las relacionessociales de produccin. Estos factores son los que determinan a su vez lacalidad de la produccin de bienes y servicios, y sobre todo los procesos dedistribucin, del cambio y el consumo donde se explican y ponen de mani-fiesto las leyes sociales que rigen aquel conjunto orgnico (Marx, 1967: I).

    Fundamentado en esas consideraciones, el ncleo de naciones capitalistasms desarrolladas, Estados Unidos, Japn y la Comunidad Europea, hanlogrado consolidar un poderoso monopolio mundial de la comunicacinsocial, la informtica, la publicidad, la cultura y la industria cultural, el cualutilizan como un poder ideolgico para instrumentar la dominacin sobrelos pueblos no europeos de sus periferias, manipulando dichos factorespara neocolonizarlos va la globalizacin (Samir Amn, 1977-78).

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    PARTE I

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    ANTECEDENTES HISTRICOSDE LA REVOLUCIN BOLIVARIANA:

    LA IV REPBLICA

    La Revolucin Bolivariana es un hecho histrico indito y sorprendente

    en la historia contempornea,un ejemplo de cmo, con base en la voluntadsoberana de su pueblo, Venezuela ha emprendido su proceso de eman-cipacin del legado neocolonial centenario que nos fue impuesto por elImperio con la complicidad de su representacin local, la oligarqua vene-zolana. El proceso bolivariano ha sido para los intelectuales progresistasvenezolanos como un despertar de conciencia ante la posibilidad de con-cretar nuestro futuro revolucionario, al cual muchos nos adherimos desdelos aos ya remotos de nuestra juventud licesta.

    La conciencia poltica de un pueblo es una construccin social que hacenlos colectivos de su papel y de su lugar en el devenir de la historia nacional,regional y mundial.Gracias a un largo proceso previo de maduracin ide-olgica fue que, en el breve lapso de ocho aos transcurridos desde laeleccin del presidente Hugo Chvez en 1998 hasta su contundente ree-leccin en 2006 para un segundo perodo presidencial, la mayora delpueblo venezolano aprendi a razonar polticamente sus opciones polti-

    cas en el corto, el mediano y el largo plazo, sntoma sin duda de haberalcanzado un cierto nivel de conciencia social y poltica. La experiencialograda en las duras batallas libradas y ganadas contra las fuerzas contra-rrevolucionarias de la oligarqua venezolana y el Imperio mismo entre losaos 2002 y 2004, el fructfero trabajo organizativo llevado a cabo por lasdiferentes misiones sociales planificadas y puestas en prctica por elgobierno bolivariano, el progreso alcanzado en la salud, la educacin yel bienestar general de la poblacin, la extraordinaria recuperacin dePDVSA y la siembra del petrleo como plantease Arturo slar Pietri en1936 (Sanoja y Vargas, 2006), han logrado en breve plazo inducir cambios

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    cualitativos profundos en la sociedad venezolana. La nueva era que seabre a Venezuela luego de la victoria popular del 3 de diciembre, como ya

    lo expres el presidente Hugo Chvez en su ltimo discurso preelectoral,ser el prembulo de la profundizacin de las tareas revolucionarias queconsoliden las bases del futuro socialismo venezolano del siglo XXI.

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    EL BLOQUE HEGEMNICODE LA IV REPBLICA: EL TERRORISMO DE ESTADO

    La vida de los venezolanos transcurri hasta 1998 dentro del molde de

    una sociedad sometida por siglos al arbitrio de regmenes autoritarios,algunos de los cuales se ocultaron bajo la mscara de una supuesta demo-cracia representativa. En la fase final de este rgimen, que ya nuestra his-toria contempornea reconoce como los cuarenta aos del puntofijismo,de la IV Repblica, se acentu la represin policial, las torturas sofistica-das, la desaparicin de personas, as como la exclusin social y poltica detodos aquellos ciudadanos y ciudadanas que expresaban un pensamientodistinto al mantenido por los partidos Accin Democrtica y Copei. Estarepresin se acentu particularmente a partir del ao 1961 bajo losgobiernos de Rmulo Betancourt y Ral Leoni, lo cual motiv a los par-tidos de la izquierda de entonces a pasar de una fase de resistencia polti-ca a la conocida como la lucha armada que buscaba derrocar aquelrgimen va la insurreccin guerrillera.

    El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), desgajado de AccinDemocrtica, logr arrastrar al Partido Comunista de Venezuela (PCV) a

    una lucha guerrillera que trat de emular, sin xito, el victorioso procesorevolucionario cubano de toma del poder que haba culminado en 1958.La lucha armada lleg a su fin prcticamente hacia la dcada de los aos70 del siglo pasado, cuando la mayora de los dirigentes de la izquierdaarmada capitularon,se quebraron polticamente y pasaron a formar par-te del mismo rgimen que haban buscado derrocar. Sin embargo, los sec-tores de izquierda comprometidos con la lucha de masas desde la poca de

    la dictadura de Prez Jimnez, que haban hecho un trabajo organizativoen sectores de la sociedad urbana y la sociedad rural desde mediados delsiglo pasado, supieron mantener vivos movimientos de lucha popular que

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    desempearon un papel activo en la insurreccin popular del 27 de febrerode 1989, en las insurrecciones militares del 4 de febrero y 27 de noviembre

    de 1992, en el triunfo del presidente Chvez en 1998 y en la organizacin delos movimientos sociales que apoyan hoy da la Revolucin Bolivariana.

    El 23 de enero de 1958 cay la ltima dictadura militar, que padecimosentre 1948 y 1958.Todos los venezolanos cremos que a partir de aquellafecha habra de comenzar una etapa democrtica, revolucionaria, de trans-formacin social, pero muy pronto, a comienzos de los 60, nos dimos cuen-ta de que ello no iba a ser posible.Los gobiernos que comenzaron a existirenVenezuela a partir de ese momento, socialdemcratas o demcrata-cris-tianos, enterraron todas las tesis nacionalistas o antiimperialistas que losmismos haban sostenido entre las dcadas de los 30 y 50 del siglo pasado yse convirtieron prcticamente en un apndice de las tesis imperiales, en reg-menes altamente represivos de todo pensamiento nacionalista, progresista ode izquierda. Cuando digo represivo no hablo solamente de regmenes queimpedan o castigaban toda forma de pensamiento que pudiese conside-rarse como revolucionario, sino que fue enVenezuela, lo cual es algo real-

    mente terrible, donde se comenz a crear la figura poltica de las personasdesaparecidas, funesta prctica policial que fue posteriormente adoptaday desarrollada por las dictaduras militares del Cono Sur, donde se dieronlas formas ms aberrantes de crueldad humana.

    En Venezuela, desde comienzos de los aos 60 como ya dijimos, una delas tcticas represivas utilizadas por los gobiernos de la IV Repblica eradiscriminar, encarcelar o simplemente desaparecer fsicamente a todasaquellas personas que pudiesen ser indiciadas de tener un pensamientopoltico radical o revolucionario. Muchos compaeros nuestros del liceoFermn Toro y luego de la Universidad Central de Venezuela, alumnos oprofesores, desaparecieron, y hoy da, despus de tantos aos, no sabemosni siquiera dnde se hallan sus restos mortales. Como deca un amigo,clebre escritor dominicano, lo terrible de dicha situacin es no saber dn-de estn sus huesos para llevarles a su tumba siquiera una rosa roja comoexpresin de reconocimiento y afecto.Aquella fue una poca terrible para

    Venezuela, que gener entre los sectores de la izquierda progresista unasensacin de impotencia ante la injusticia social. La misma se fue haciendo

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    cada vez ms profunda durante el transcurso de aquellos ltimos y largoscuarenta aos, cuando veamos que el sistema poltico de la democracia

    representativa que se haba instaurado al abrigo de la llamada Doctrina deSeguridad Nacionalimpuesta por el gobierno de Estados Unidos, parecaconsolidarse para gobernar largo tiempo. Para sustentar su proyecto pol-tico antinacional, los gobiernos socialdemcratas y socialcristianos impu-sieron a la sociedad venezolana la prctica de la corrupcin poltica, elindividualismo, la desnacionalizacin de la educacin, de la industriapetrolera, de las Fuerzas Armadas, como si fuesen valores sociales positi-vos que todos debamos emular.

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    LA COMPOSICIN DEL BLOQUEHEGEMNICO DE LA IV REPBLICA

    El bloque hegemnico de la IV Repblica estaba gobernado por una cpu-

    la bipartidista corporativa, totalitaria, corrupta, que integraba en su seno alas organizaciones empresariales y a los dueos de medios totalitarios decomunicacin, la cual controlaba todos los aspectos de la vida de los vene-zolanos y someta o eliminaba por la fuerza armada a los grupos adversa-rios. Los empresarios y banqueros podan ser ministros en los diferentesgobiernos, mientras, de la misma manera, los dirigentes polticos de ambospartidos figuraban como gerentes de empresas o de bancos. Dicho sistema,aunque apuntalado financieramente con la corrupcin y el robo descarado

    de los dineros pblicos, se fue resquebrajando paulatinamente. Ello ocurriporque la lite partidista-empresarial que desgobernaba a Venezuela exhi-ba una tremenda incapacidad poltica, as como una absoluta carencia desensibilidad social para dar respuesta efectiva a las graves necesidadessociales, polticas, econmicas y culturales del pueblo venezolano.

    La cpula de aquel bloque hegemnico se organizaba segn el conceptodenominado conciliacin de lites, mediante el cual se contenan las aspiracio-

    nes participativas de las bases cuando stas amenazaban el control de lasorganizaciones ejercido desde la cpula (Carnevali, 1992: 24). El poder delbloque hegemnico se apoyaba en una gran burguesa y una pequea bur-guesa, las cuales derivaban importantes beneficios del reparto de las migajasde renta petrolera que nos dejaban las transnacionales y los gerentes aptri-das de la antigua PDVSA. La ambigua ideologa inducida en aquellos sectoresde la clase dominante se fundaba,por una parte, en la reproduccin delAme-rican way of life y el consumismo estadounidense mezclado con las propues-

    tas desarrollistas de la CEPAL (Comisin Econmica para Amrica Latina),auspiciada por las Naciones Unidas); y por la otra, en la desnacionalizacinde nuestra soberana, de nuestro sistema educativo y de nuestra cultura.

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    La dictadura bipartidista controlaba ideolgicamente la lealtad de la cla-se media mediante el miedo y la corrupcin. Mientras que por una parte

    halagaba a los ricos y a la clase media con la oferta de cargos burocrticos,de prebendas y privilegios, de acceso a la riqueza mediante la participacinen la corrupcin poltica y administrativa, por la otra anestesiaba la con-ciencia crtica de sus integrantes infundiendo el temor a una supuesta ame-naza comunista que vendra a arrebatarles sus bienes materiales para darlosa los pobres y al Estado; de la misma manera propalaba la estrafalaria ideade que el comunismo vendra a quitarles sus hijos para llevarlos a Cuba o ala extinta URSS.Aunque ninguna de esas absurdas profecas se ha cumplido,

    han pasado casi 50 aos y los grupos de derecha siguen atribuyendo las mis-mas intenciones ahora al presidente Chvez. En la conciencia de los pobrestambin indujeron, no con tanto xito, el mismo terror anticomunista ele-mental. En este juego, las dirigencias de los partidos Accin Democrtica yCopei, que ni aprendieron ni olvidaron nada, se presentaban como el ba-luarte anticomunista,defensores del statu quo con el que intentaron fosilizarpolticamente la sociedad venezolana, la cual termin finalmente porderrumbar las acartonadas instituciones de la IV Repblica.La RevolucinBolivariana ha demostrado con sus hechos la falacia del supuesto espanta-jo anticomunista que agitaba la derecha fascista para frenar cualquier cam-bio poltico que afectase sus privilegios: ocho aos de justicia social, deadministracin correcta de la riqueza pblica, han provisto a todos losvenezolanos de una importante suma de bienestar material y espiritual.

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    EL SAQUEO DE LA RIQUEZA DE VENEZUELA

    El ao 1983, hacia finales del siglo pasado, ocurri en Venezuela una pro-funda crisis bancaria y financiera que los venezolanos denominamos comoel Viernes Negro. Dicha crisis, que representa el punto de quiebre entre ellargo perodo de auge de la cleptocracia de la IV Repblica y el inicio de sudecadencia, fue causada particularmente por el exceso de corrupcin de laclase poltica, el robo de los dineros pblicos y de los capitales depositadospor los ahorristas en los bancos privados. Durante los 40 aos que dur elrgimen llamado democracia representativa, que se conoce tambin como

    puntofijista, la mafia poltico-empresarial que nos gobernaba sac del paspor lo menos ciento veinte mil millones de dlares robados alTesoro pbli-co y a los ahorristas privados, para depositarlos en las cuentas personalesque tienen sus miembros en bancos extranjeros. Esta suma es equivalentea lo que habra tenido que invertir Estados Unidos para llevar a cabo enEuropa cuatro planes Marshall, plan que permiti la recuperacin de lospases devastados por la II Guerra Mundial que hoy integran la lite delGrupo de los 8, los pases ms ricos del sistema capitalista.

    Dnde fue depositada aquella enorme cantidad de dinero que habraservido para resolver todos los problemas de la sociedad venezolana enaquel momento? En bancos de Suiza? En bancos de Miami o de IslasCaimn? Quin sabe... Lo ms triste es que todo aquel dinero que sacarondeVenezuela tanto los polticos como los empresarios cmplices de aquellamonumental estafa, la banca internacional lo volvi a prestar a los gobier-nos venezolanos controlados por las mismas mafias poltico-empresariales

    que se lo haban robado, con una dolorosa diferencia: todo el dinero quesacaron al exterior las mafias poltico-empresariales de venezolanos nosfue devuelto bajo la forma de prstamos leoninos, con altsimos intereses,

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    como una deuda que no es externa, sino eterna, porque nunca se terminade pagar.As se origin la deuda externa que todos conocemos y sufrimos,

    porque todos los pases latinoamericanos han pasado por situaciones simi-lares (Castro, 1985). De manera similar, los mismos empresarios privadosque robaron dinero de las arcas del Estado para colocarlo en el exterior, lovolvieron a pedir prestado a aquellos bancos internacionales. Dichos cr-ditos privados fueron posteriormente consolidados con la deuda delEstado venezolano. De esta manera, nuestro gobierno sigue pagandoregularmente aquel doble fraude contra nuestra nacin, como una rentaimperial que nos resta a nosotros y a muchos otros pases del mundo capa-

    cidad financiera para resolver los problemas sociales de nuestros pueblos,mientras permite al bloque hegemnico imperial que ha confiscado elgobierno de los Estados Unidos, financiar el enorme dficit fiscal que leproduce su poltica belicista para aterrorizar a los pueblos y mantener suhegemona mundial.

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    EL DESENCANTO POPULAR CON LA IV REPBLICA

    En Venezuela, aquel estado generalizado de corrupcin y de injusticia so-cial fue creando un tremendo malestar social, y sobre todo un gran desen-canto de la mayora de la poblacin venezolana con el rgimen de la IVRepblica. La democracia puntofijista era igualmente un fraude a la espe-ranza y la credulidad del pueblo venezolano. Cuando el gobierno de unode los partidos actuaba mal, como era costumbre, el nico castigo que lepoda infligir el pueblo era votar por el otro partido, pensando que lo iba ahacer bien. Pero una vez en el poder, el partido que antes haba sido oposi-

    cin volva a gobernar mal, por lo cual se recomendaba votar por el otroque haba pasado a la oposicin; una vez en el poder, el partido que habasido oposicin lo volva a hacer mal, creando as un circulo vicioso dondeprcticamente no haba ninguna salida real a los problemas del pas. Haciafinales del siglo XX, el pueblo venezolano cobr finalmente conciencia deaquel fraude poltico, por lo cual comenz a abstenerse progresivamentede votar en las elecciones convocadas para escoger al presidente de laRepblica, los senadores y diputados al Congreso Nacional, los alcaldes y

    Concejos Municipales. Mientras la abstencin electoral alcanzaba ndicescada vez ms altos, la misma legitimidad democrtica de los gobiernoselectos por minoras alcanz niveles insostenibles.

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    PARTE II

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    EL CARACAZO Y LOS INICIOSDEL PROCESO BOLIVARIANO

    LA UNIN CVICO MILITAR

    En 1989 el sistema puntofijista, rgimen poltico populista fundamentadoen el poder de una lite burocrtica de empresarios y polticos, hizo final-mente conciencia de su incapacidad terica y prctica para dar solucin alos problemas de la sociedad venezolana dentro del marco poltico de dic-tadura de partidos que haban maquillado como democracia representati-va. Por esta razn en aquel ao, a inicios del segundo gobierno populista deCarlosAndrs Prez,como ste careca de un proyecto propio para resol-ver la grave situacin social y econmica por la que atravesaba el pueblovenezolano, el gobierno y la oligarqua econmica decidieron, sin quemediara ninguna reflexin crtica sobre sus consecuencias sociales, adop-tar el denominado Plan de Ajustes Neoliberales que les impuso el FondoMonetario para aplicarlo de una manera irrestricta a Venezuela,asumien-do quizs que la poblacin venezolana ya estaba lo suficientementedomesticada y desnacionalizada para aceptarlo sin protestar.

    Transcurridos pocos das luego de la aplicacin sorpresiva de las llama-das medidas econmicas de shock, el 27 de febrero de 1989 se gest unainsurreccin generalizada en todo el pas: la primera insurreccin popularcontra el neoliberalismo que se conozca en la historia universal moderna.Inicialmente fue un movimiento espontneo, sin una dirigencia claramen-te definida, aunque la gente estaba conciente de por qu lo haca.Durantetres das la rebelin popular fue prcticamente duea de la calles, en

    Caracas y en muchas ciudades de Venezuela, pero fue finalmente someti-da a sangre y fuego por fuerzas del ejrcito y la polica, con un costo demiles de muertos, heridos y desaparecidos.

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    El 27 de febrero se cometi realmente un enorme genocidio en Vene-zuela para tratar de aplastar la resistencia popular. Este hecho constituy

    el punto de quiebre del proyecto poltico neocolonial de la IV Repblica,al mismo tiempo que una ruptura con el modelo de dominacin culturaloligrquica que haba paralizado la rebelin popular venezolana desde elmismo siglo XVI.

    A partir de aquel momento el pueblo venezolano, compuesto por civilesy militares por igual, tom clara conciencia de que era necesario reempla-zar el fracasado proyecto neoliberal puntofijista, proceso que desembocen la rebelin de los llamados COMACATES (comandantes, capitanes ytenientes) liderada por el actual presidente Chvez que tuvo lugar el 4 defebrero de 1992, y posteriormente en la rebelin de almirantes, generalesy coroneles del 27 de noviembre del mismo ao. Correlativamente se con-solidaron y formaron numerosas organizaciones de resistencia popular yde resistencia cvico militar, masa crtica de los movimientos sociales quedieron el triunfo electoral a Hugo Chvez en 1998. El Caracazo de 1989y las rebeliones militares de 1992 tuvieron graves secuelas para el rgimen

    de la IV Repblica. Como consecuencia de los mismos, Carlos AndrsPrez,presidente de la Repblica para ese entonces, fue acusado de geno-cida y corrupto por el Congreso de la Repblica y destituido del cargo,hecho que marc el principio del fin del rgimen puntofijista.

    Lo anterior nos revela que as como en el pueblo venezolano exista unenorme malestar social, un proceso similar estaba ocurriendo en el senode la Fuerza Armada Venezolana. Surgi de esa manera un movimientorevolucionario bolivariano que se planteaba como tarea fundamental res-catar nuestra soberana nacional,el derecho a nuestra autodeterminaciny la apertura hacia una democracia participativa y socialista que diese res-puesta a los sectores marginados del pas.

    En Amrica Latina, loa diferentes segmentos de la sociedad tienen ge-neralmente una opinin muy negativa de los militares, y con razn,ya quetodas las dictaduras que ha habido en el Cono Sur no han sido precisa-mente un modelo de humanismo y de democracia. Pero en el caso de Ve-

    nezuela hay un elemento muy importante, y es que una buena parte de losoficiales del ejrcito de Venezuela fueron y siguen siendo por lo general

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    gente de extraccin popular, jvenes, adolescentes, como nuestro mismopresidente Chvez, de origen campesino o urbano, que vienen del seno de

    familias pobres o de la clase media baja, que prcticamente no tienenrecursos para pagar su educacin, quienes consideran la Escuela Militarcomo un estmulo para la movilidad social, como una manera de ingresar ala educacin superior y de formarse en una carrera profesional.Todos losactuales integrantes del cuerpo de oficiales, generales y superiores pasarontambin por las aulas licestas donde, entre 1950 y el presente, la mayorade los adolescentes nos formamos polticamente en el pensamiento revo-lucionario. Una vez egresados de las escuelas militares, una parte de dichos

    oficiales parte de su licenciatura en Ciencias y Artes Militares para cursarestudios en universidades, de manera tal que en Venezuela hay una canti-dad importante de oficiales que son abogados, bilogos, historiadores, ge-grafos, economistas, ingenieros, administradores comerciales, cientficospolticos, licenciados en Relaciones Internacionales, etctera.Ello significaque existe hoy en Venezuela una oficialidad formada acadmicamente,que tiene una gran conciencia poltica y al mismo tiempo una excelenteformacin profesional.

    En Venezuela, durante la dcada de los 60 del siglo pasado, hubo variasrebeliones militares organizadas por oficiales nacionalistas de izquierda; lasms importantes, tales como el Carupanazo y el Porteazo protagoni-zadas por la Marina, arma que en la mayora de los pases latinoamerica-nos se considera generalmente la ms aristocrtica; otras, por la Aviaciny el Ejrcito.Aquella semilla de rebelin que fue sembrada en el seno dela Fuerzas Armadas fue germinando y lleg el momento en 1992 cuandocoincidi la insatisfaccin que haba en las Fuerzas Armadas con el des-contento popular. Dicho descontento popular se encontr precisamenteel 4 de febrero con un movimiento surgido desde las Fuerzas Armadas,como era el Movimiento Bolivariano 200 que lider el presidente HugoChvez. Para poder comprender el fulgurante ascenso popular de laRevolucin Bolivariana, es muy importante sealar que nuestro lder, elpresidente Chvez, es un hombre de genuino origen popular que posee ymaneja todas las claves culturales del pueblo venezolano.

    Se estableci as,a partir de 1992, una empata inmediata entre la mayo-ra de la poblacin venezolana y el movimiento bolivariano, particular-mente el 80% que integra las clases populares, culminando en 1998 en las

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    elecciones presidenciales, las cuales gan el presidente Chvez por unagran mayora de votos. Es interesante acotar esto para mostrar que en

    Venezuela lo que hemos llamado la accin cvico-militar no es una inven-cin fabricada coyunturalemente,sino que es la culminacin de un proce-so social,histrico, que condujo a la unin entre pueblo y ejrcito, actoressociales que en otros pases se consideran como componentes socialesseparados. En Venezuela se ha ido gestando una simbiosis cada vez msestrecha entre los militares y los civiles, al punto tal que hoy en da consi-deramos a los militares como el pueblo en armas.A la hora de defender lapatria, sus instituciones y la Revolucin Bolivariana, no hay diferencia

    entre los venezolanos civiles o los uniformados.La consolidacin de la unin cvico militar, fundamento del actual pro-

    ceso de cambio que se est gestando en Venezuela, es el producto de losdiversos factores que han contribuido a estabilizar nuestro proceso decambio revolucionario.Anteriormente, los altos mandos de nuestras anti-guas Fuerzas Armadas, colonizados por la ideologa del ejrcito deEstados Unidos y corrompidos por la clase poltica de la IV Repblica,

    actuaban como contrapeso a cualquier movimiento popular. Cuando unpartido poltico intentaba salirse de la tutela del Imperio, los militares ledaban un golpe y volvan a instalar una dictadura o un rgimen antipopu-lar de derecha, sumiso a los dictados de las transnacionales petroleras y alDepartamento de Estado de Estados Unidos. Sin embargo, cuando se ini-ci el movimiento bolivariano, tanto los nuevos altos mandos como losmedios, los especialistas, sargentos, clases y soldados que tienen un origenpopular, se integraron al movimiento de emancipacin nacional que se

    estaba gestando en el seno del pueblo venezolano.

    En el caso de Venezuela hay tambin otro elemento muy importanteque contribuy fuertemente a consolidar la Revolucin Bolivariana: elproceso acelerado de acumulacin de capitales que se produjo a partir dela definitiva nacionalizacin de nuestra industria petrolera el ao 2003.Desde el siglo XVI, las Leyes de Indias establecieron que la Corona espa-ola era duea de todas las riquezas minerales existentes en nuestro sub-

    suelo, principio legal que luego fue conservado en todas las constituciones,leyes y cdigos mineros dictados por la Repblica (Sanoja y Vargas, 2006:

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    IV).Ello, por supuesto, tiene hoy en da una gran importancia porque, gra-cias a dichos preceptos jurdicos, el Estado venezolano, la nacin venezo-

    lana es duea legal de todas las riquezas mineras: el petrleo, el hierro, labauxita, el oro, el agua, etctera, que existan en nuestro subsuelo.

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    LA SEGUNDA GUERRA DE INDEPENDENCIA

    LA DERROTA DEL GOLPE DE ESTADO DE 2002

    Analizndolo histricamente, hoy podemos ver con claridad que durante elperodo transcurrido entre julio de 2001 y el 15 de agosto de 2004, fecha enla cual se efectu el referendo que ratific la victoria del presidente Chvezy de la Revolucin Bolivariana, Venezuela fue el escenario de la guerradeclarada por la oligarqua empresarial reaccionaria, apoyada poltica yfinancieramente por los gobiernos de Estados Unidos, Espaa y Colombia,entre otros, para destruir la Constitucin de la Repblica Bolivariana deVenezuela, la cual fundamenta y legitima la Revolucin Bolivariana.Aquel tipo de guerra meditica fascista de cuarto nivel fue preparadaminuciosamente por la Agencia Central de Inteligencia desde 1998, conbase en los modelos de guerra subversiva que dicha agencia utiliz paraderrocar otros gobiernos populares electos democrticamente en Guate-mala (JacoboArbenz), en Repblica Dominicana (Juan Bosch)Argentina(Juan Domingo Pern), en Brasil (Joao Goulart) y Chile (SalvadorAllen-

    de) y en el modelo de guerra contrarrevolucionaria utilizada para derro-car al gobierno del Frente Sandinista en Nicaragua. En nuestro caso, fuela primera guerra subversiva que organiz el Imperio en el siglo XXI lacual se sald, por primera vez tambin, con el triunfo de la RevolucinBolivariana y del pueblo venezolano, que llevan adelante una experienciasocialista pacfica, democrtica y participativa.

    El modelo de guerra de cuarto nivel, utilizado por el Imperio para de-rrocar fugazmente al gobierno democrtico del presidente Hugo Chvezy tratar de implantar por la fuerza un rgimen dictatorial neoliberal, comoya dijimos, fue puesto tambin en prctica por el Imperio para derrocar en

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    Chile al gobierno de la Unidad Popular y asesinar al presidente SalvadorAllende,para apoderarse infructuosamente de Ucrania en 2005, para tra-

    tar sin xito de mantener su dominio colonial en Bolivia, donde fueronderrotados por el pueblo boliviano liderado por Evo Morales en 2005, yen Ecuador, donde en 2006 el lder social Rafael Correa, con el apoyomayoritario del pueblo ecuatoriano, derrot con sus votos la conjuraempresarial organizada y sostenida por el Imperio y sus secuaces locales.El gobierno imperial de Estados Unidos y las oligarquas nacionales tra-tan todava por todos los medios de mantener el instrumento neocolonialdel TLC para consolidar su hegemona sobre Per, Colombia y Brasil,don-

    de seguramente sern tambin finalmente derrotados por los pueblos deesas naciones.

    La historia contempornea deVenezuela, al igual que la de los otros pa-ses suramericanos y del Caribe, nos muestra la existencia de sucesivos pro-cesos nacionalistas inconclusos, de procesos de descolonizacin que noalcanzaron a llegar a la etapa de liberacin nacional y que fueron desca-bezados por la accin del Imperio estadounidense con la complacencia de

    las oligarquas nacionales traidoras. Sin embargo, dichos procesos vuelvena cobrar fuerza en un momento en que dicho Imperio se halla en perodode decadencia, inclinando la balanza a favor de la liberacin de los pue-blos y naciones que han estado sometidos al yugo neocolonial o franca-mente colonial de las oligarquas nacionales y las transnacionales.

    Hacia mediados del siglo pasado, entre 1948 y 1958, Venezuela estuvogobernada por una dictadura militar nacionalista y desarrollista presididapor el general Marcos Prez Jimnez,cuyo proyecto poltico se denominNuevo Ideal Nacional. Animado por esa ideologa,el gobierno militar pla-nific lo creacin de una poderosa corporacin, la Corporacin deGuayana, cuya meta era la explotacin y el procesamiento industrial delos extraordinarios recursos minerales e hidrulicos existentes en el esta-do Bolvar, al sureste de Venezuela. Dicha corporacin estaba integradapor una serie de empresas e industrias estatales o industrias bsicas, quehoy da abarcan la minera del hierro y la bauxita, el oro, los diamantes, la

    siderurgia, la produccin de aluminio, la generacin de energa hidroelc-trica, todo lo cual se une hoy da a la explotacin de la faja petrolfera delOrinoco, regin donde existe la mayor reserva de petrleo del mundo.

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    Cuando el gobierno del general Prez Jimnez comenz a mostrar velei-dades de alcanzar un cierto grado de independencia poltica frente a la

    hegemona ejercida por el gobierno estadounidense, fue derrocado el 23 deenero de 1958 por un golpe militar que tuvo el apoyo del gobierno deEstados Unidos, del sector empresarial venezolano y de los partidos polti-cos que hacan oposicin a la dictadura.La dictadura de Prez Jimnez fueseguida hasta 1998 por una serie de gobiernos democrticos representati-vos que competan entre s por mostrarse a cul ms complaciente y sumi-so frente al gobierno de Estados Unidos. Por las mismas razones, cuando elprimer gobierno del presidente Chvez comenz a hacer pblica su volun-

    tad de independizarse de la tutela estadounidense, la CIA, apoyada por elgobierno espaol y sectores del narcogobierno y del paragobierno colom-biano, comenzaron a montar en 2001 un sofisticado complot para derro-car al gobierno venezolano. El objetivo central del fallido golpe de Estadodel 11 de abril de 2002 y el golpe petrolero de 2002-2003,auspiciado por elgobierno de George W. Bush y la oligarqua empresarial venezolana, eraprecisamente privatizar tanto PDVSA, la industria estatal venezolana, comolas poderosas empresas de Guayana, creadas con los capitales invertidospor la nacin venezolana, para entregarlas a las transnacionales estadou-nidenses y europeas.Ya durante el gobierno del ltimo presidente de la IVRepblica, Rafael Caldera, ste haba privatizado y vendido al capitalextranjero empresas estatales estratgicas para nuestra seguridad nacio-nal como la Compaa Annima Nacional Telfonos de Venezuela, la Si-derrgica del Orinoco y nuestra empresa bandera de transporte areointernacional, Viasa, y permitido la venta al capital estadounidense de la

    empresa de distribucin elctrica La Electricidad de Caracas. El fin lti-mo del golpe de mano encaminado a privatizar PDVSA, era privar aVenezuela de los recursos fundamentales para sostener su soberana y suindependencia nacional y convertirnos as, definitivamente, es una coloniao un Estado Libre Asociado a Estados Unidos (Sanoja y Vargas, 2007:22).

    Por las razones ya descritas, una de las primeras medidas que tom eldictador Carmona, dictador durante 47 horas, durante el fallido golpe de

    Estado fascista del 11 de abril de 2002, fue la de privatizar oficialmente aPDVSA, nuestra industria petrolera y gasfera. Dicha empresa ya haba sidoprivatizada de hecho, en secreto, por una lite de gerentes traidores que,

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    con la complicidad de los polticos y los gobiernos tteres de la IV Repbli-ca, prcticamente se haban apropiado de todos los activos de la misma

    para convertirla en su propiedad personal. Para asegurar el xito del roboque se estaba cometiendo contra el patrimonio del pueblo venezolanoLuis Giusti, ltimo presidente de PDVSA durante el gobierno de RafaelCaldera, perodo 1993-1998, fue designado por George Bush como asesorpetrolero del gobierno de Estados Unidos. Igualmente, durante el gobier-no de Rafael Caldera se aprob la famosa Ley deApertura Petrolera,quepermita la firma de los llamados contratos de servicio entre PDVSA y lastransnacionales petroleras, mediante los cuales prcticamente se daba en

    donacin a las empresas transnacionales las reas petroleras ms produc-tivas a cambio de un porcentaje mnimo de impuestos y regalas a favor delEstado venezolano. Tal falta de vergenza que podra parecer inslita,mentira, es evidencia de cmo un grupo de tecncratas traidores se fueapropiando de lo que es patrimonio de la nacin venezolana; finalmente,en el ao 2002 tuvieron la osada de decirle al presidente Chvez: Estaempresa es propiedad nuestra,Usted no tiene nada que ver con nosotros.

    La conspiracin montada por la CIA para derrocar al presidente HugoChvez cont con el apoyo de los sectores oligrquicos traidores a la pa-tria: la organizacin patronal (FEDECMARAS), los gerentes aptridas de laantigua PDVSA, la jerarqua de la Iglesia catlica, la Conferencia Episcopaly el Opus Dei y los dueos de medios de comunicacin, quienes desarro-llaron una virulenta campaa meditica incitando a la gente a la violenciay a la delincuencia poltica, apoyados en un grupo de 100 almirantes, gene-rales y oficiales de rango medio.Un importante elemento estratgico para

    la organizacin del golpe militar fue el apoyo ofrecido por el entonces al-calde mayor de Caracas,Alfredo Pea, hoy prfugo de la justicia, y por losalcaldes de los municipios metropolitanos de Chacao (Leopoldo Lpez),Baruta (Ral Capriles Radonski) y El Hatillo, pertenecientes al partidoPrimero Justicia,quienes contaban en total con una fuerza policial de cho-que de alrededor de 15000 hombres y mujeres equipados con armas deguerra. Estas policas fueron responsables de la matanza de por lo menos

    80 civiles entre el 11 y el 13 abril,muertes que luego la conspiracin medi-tica, nacional e internacional, intent atribuir al presidente Chvez.

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    Los conspiradores, razonando segn la tesis del golpe de Estado clsicoacuada por el escritor italiano Curzio Malaparte, estaban muy convenci-

    dos de su xito; crean que controlando tanto PDVSA como el alto mandomilitar y los medios de comunicacin de masas, ya seran dueos delEstado, del poder. Una vez asegurados dichos factores de poder, pensa-ron, como buenos racistas, que bastaba movilizar doscientas mil o tres-cientas mil personas de la clase media en las calles de Caracas, las cuales,al ser supuestamente ms inteligentes y cultas que las llamadas hordaschavistas, fcilmente podran hacer colapsar el gobierno del presidenteChvez. Como crean sinceramente que el pueblo chavista estaba en ver-

    dad compuesto por hordas de subhumanos negros, monos y miserables(Sanoja y Vargas, 2005: I), sus planes no tomaron en cuenta que habamillones de mujeres y hombres venezolanos de los diferentes barrios yciudades, animados por una fuerte conciencia poltica, que estaban dis-puestos a defender su Revolucin Bolivariana aun a costa de sus vidas.As, sin que existiese un plan preparado de antemano, se organizaron uti-lizando las radios y televisoras comunitarias para movilizar a la gente delos barrios, sus telfonos celulares como si fuesen radios de campaa y amiles de mensajeros en motocicletas para enviar rdenes y lneas estrat-gicas surgidas de los diferentes comandos populares, para tomar las calles,las autopistas, cercar las emisoras de radio y televisin que apoyaban algolpe y rodear las guarniciones militares que en su casi totalidad eranafectas a la Revolucin pidiendo armas para combatir a los traidores.De la misma manera, ningn soldado o clase, ni tampoco la mayora deoficiales hasta el grado de coronel o general aceptaron cumplir rdenes

    para actuar contra el pueblo. Los manifestantes de la clase media que elda 11 de abril pedan la cabeza del presidente Chvez, por el contrario,tuvieron que optar prudentemente por recluirse en sus hogares y dedicar-se a ver las comiquitas de Tom y Jerry, nicos programas que transmita latelevisin privada para bloquear toda informacin sobre la rebelin popu-lar contra la dictadura de Carmona, ya que el canal de televisin oficial, elcanal 8 de VTV, haba sido clausurado por orden del dictador. Aquellafrrea unin cvico militar sell la derrota de la primera y sofisticada ofen-siva montada por la CIA y los empresarios oligarcas para destruir la Revo-lucin Bolivariana. Sin embargo, como nos deca en ese momento un

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    conocido intelectual venezolano, Luis Britto Garca, el 11 de abril iba aser el equivalente histrico de la invasin de Baha de Cochinos. Faltaba

    todava, nos comentaba, el episodio equivalente al de la crisis de los co-hetes soviticos.

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    LA BATALLA PARA LIBERAR PDVSA

    Petrleos de Venezuela (PDVSA), como sabemos, era el bastin del poder

    de la CIA y de la derecha fascista y traidora que se haba apoderado deVenezuela. La Revolucin Bolivariana no habra podido sobrevivir y res-catar la soberana del Estado nacional, si no hubiese logrado el controlabsoluto de nuestra empresa petrolera que produca por aquel entoncesalrededor de ochenta mil millones de dlares al ao. Pero, por supuesto,los gerentes traidores colocaban fraudulentamente buena parte de esedinero en cuentas bancarias en el exterior, y se apropiaban del dinero quepor ley es patrimonio de todos los venezolanos.Todava la actual gerenciapatriota de PDVSA no ha logrado cuantificar la totalidad de los depsitosque durante muchos aos hicieron aquellos tecncratas traidores en suscuentas personales. PDVSA era lo que llamaban entonces una caja negra;nadie, salvo los tecncratas traidores, saba lo que entraba en la empresa,lo que ocurra en su interior y mucho menos lo que hacan fuera de ellacon los activos de la empresa. Era como un Estado privatizado, tuteladopor el Imperio, que contena en su interior al Estado nacional venezolano.

    Los gobiernos cmplices de la IV Repblica s saban que los gerentes trai-dores de PDVSA le daban al fisco diez o veinte mil millones de dlares alao por concepto de regalas e impuestos, pero no podan ni les interesa-ba saber cmo se produca dicha donacin ni la cantidad total de la cual seapropiaban los gerentes traidores que secuestraron la empresa hasta 2003,cuando fue liberada y recuperada por la Revolucin Bolivariana.

    As como la primera medida que tom el dictador Carmona el Breve el 11de abril de 2002 fue tratar de privatizar oficialmente a PDVSA, la primeramedida que tom el presidente Chvez el 2 de diciembre de 2002, cuando seinici el golpe petrolero organizado por la CIA y la llamada Coordinadora

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    de Oposicin, fue despedir a los 15000 gerentes traidores a la patria quehaban secuestrado a PDVSA y modificar los estatutos de la empresa petro-

    lera, la cual, desde entonces, qued sujeta al control directo del Ministeriode Energa y Minas.

    El golpe petrolero nuestro equivalente a la crisis de los cohetes vividapor la Revolucin Cubana se inici el 2 de diciembre de 2002 con un pa-ro empresarial que tuvo como meta sabotear la produccin y distribucinde alimentos, bebidas y servicios pblicos, para intentar rendirnos porhambre, acoplado con un sabotaje a los sistemas de produccin de PDVSAy un lock-outorquestado por los 14000 gerentes y empleados traidoresalgunos de los cuales la CIA haba venido infiltrando en la nmina de laempresa desde haca por lo menos diez aos. El 2 diciembre de 2002, lostraidores abandonaron sus puestos de trabajo al tiempo que desbaratabanlos sistemas de refinacin de petrleo y distribucin de gas y gasolina y serobaban las claves del cerebro electrnico de PDVSA, el sistema de infor-mtica que coordinaba todas las actividades de una empresa que es la ter-cera petrolera del mundo, y cuya operacin es sumamente compleja.

    Hasta diciembre de 2002, todas las operaciones de la empresa se supervi-saban y operaban va satlite desde Houston, Texas, a travs de una em-presa denominada INTESA, mulo terrorista gringo del Al Qaeda de BinLaden, cuyo directorio estaba integrado por generales y almirantes delPentgono. El objetivo final del siniestro plan terrorista de la CIA era con-trolar electrnicamente, va satlite desde Houston, las instalaciones y losbarcos petroleros de PDVSA. Finalmente, el plan contemplaba que los 14000gerentes y empleados que haban sido progresivamente infiltrados enPDVSA desde hacia al menos diez aos llegasen a monitorear desde la casamatriz en Caracas el control electrnico de todas las operaciones de laempresa para prescindir as de los 40000 gerentes, empleados, tcnicos yobreros sindicalizados que llegado el momento podran como efectiva-mente ocurri acudir en defensa de la soberana petrolera venezolana.

    Como expresin palpable de la sumisin colonial al Imperio, los gerentestraidores, semanas antes del sabotaje petrolero, haban entregado volunta-

    riamente tanto el cerebro como la memoria y todas las claves operativas dePDVSA a la empresa estadounidense INTESA, localizada en Houston-Texas,

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    facilitando por su intermedio al gobierno de Estados Unidos el control delos cdigos de informtica que regulaban todos los procedimientos, vol-

    menes de produccin y ventas, la lista de clientes, las comunicaciones inter-nas y externas, las nminas de pago del personal, la distribucin degasolina, gasoil y aceites y los registros de compra-venta de productos, etc-tera. Un ejemplo de la dominacin colonial que haba establecido sobrePDVSA el gobierno de Estados Unidos est en el hecho de que las llaves queregulaban el flujo del petrleo en los oleoductos no funcionaban local-mente, sino que se podan abrir o cerrar electrnicamente por satlite des-de Houston; de igual manera, el sistema de navegacin y de operacin de

    nuestros grandes barcos petroleros poda ser y fue efectivamente interve-nido a control remoto. Para aterrorizar a la poblacin venezolana y obli-garla a rendirse ante el poder de la CIA, varios buques superpetroleroscargados cada uno con 80 millones de litros de gasolina de alto octanaje,fueron paralizados electrnicamente desde la sede de INTESA en Houstony anclados frente a los grandes puertos venezolanos, cual megabombasque explotaran cuando alguien intentase mover los buques sin autoriza-cin de los terroristas del Pentgono, provocando centenares de miles devictimas civiles y enormes daos materiales en los puertos y ciudadesvenezolanas.Afortunadamente, los grupos de comando y los especialistasen informtica de la Armada venezolana, conjuntamente con los marinosmercantes patriotas de PDVSA, actuaron con alta capacidad tcnica paraabordar con xito dichas naves, controlarlas, desactivar el sistema electr-nico enemigo y llevarlas a puerto seguro, derrotando as el plan terroristade la CIA.

    Los medios privados de comunicacin que actuaban simultneamentecomo cmplices de dicho plan terrorista, particularmente Radio CaracasTV, Globovisin,Venevisin,Televn, Meridiano y las radioemisoras trai-doras, se encadenaron en un solo frente meditico contrarrevolucionariopara intoxicar ideolgicamente y aterrorizar las 24 horas del da a la po-blacin venezolana y obligarla a capitular, a volcarse desesperada en lascalles para pedir a la Fuerza Armada el derrocamiento del gobierno boli-variano. Todas las tardes transmitan un lgubre y sanguinario parte de gue-rra, ledo por los representantes de la rebelin fascista empresarial: CarlosFernndez, tenebroso representante de FEDECMARAS, Juan Fernndez,

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    representante de los gerentes aptridas de la vieja PDVSA, y Carlos Ortega,representante desclasado del pequeo grupo de sindicatos contrarrevolu-

    cionarios reunidos en la vieja Central de Trabajadores de Venezuela(CTV), controlada por el extinto partido Accin Democrtica.Ello forma-ba parte de una guerra psicomeditica de cuarto nivel, implacable, contrael pueblo venezolano, incitando a la rebelin, la guerra civil y la violenciacontra el gobierno bolivariano, transmitiendo las 24 horas de todos losdas partes de guerra falsos que intentaban confundir y desmoralizar a lapoblacin El objetivo principal, como ya expusimos, era desquiciar men-talmente y hacer rendir a la poblacin mediante el hambre y el terror y

    provocar una rebelin civil y militar contra el gobierno bolivariano, mto-do que ya haba sido probado con xito en Nicaragua y Chile para derro-car los gobiernos democrticos del Frente Sandinsta y del presidenteAllende. Sin embargo, el gobierno bolivariano no suspendi las garantasconstitucionales y demostr que en libertad y con la participacin demo-crtica del pueblo es posible derrotar la subversin fascista promovida porla CIA con la colaboracin con los traidores que mueven la oligarqua gol-pista venezolana.

    No contenta con sabotear el funcionamiento de PDVSA, corazn de laeconoma venezolana, la oligarqua empresarial fascista paraliz tambinla produccin y distribucin de todo tipo de insumos, productos y servi-cios, hasta la cerveza, el gas en bombonas, los refrescos, el juego de bis-bol, los cines, las clnicas privadas, las escuelas y universidades privadas yla banca privada! Las empresas privadas que distribuyen el gas en bom-bonas suspendieron sus envos, impidiendo que la mayora de la poblacinvenezolana, particularmente la de escasos recursos, pudiese cocinar susalimentos. La meta de este cruel sabotaje era aterrorizar al pueblo, inti-marlo a la rendicin y a rebelarse contra el gobierno democrtico del pre-sidente Hugo Chvez. Como parte de su plan terrorista, los empresariostraidores, en complicidad con los banqueros aptridas, sacaron del pas15000 millones de dlares para colocarlos en bancos estadounidenses, conla finalidad de quebrar nuestro tesoro pblico y destruir el Estado nacio-nal venezolano.

    Aquel mtodo terrorista ya haba sido utilizado con xito, aos antes, parala invasin de Guatemala, Grenada y Panam; para socavar la resistenciadel pueblo de Irak antes de invadirlo en 2003; para socavar la fortaleza de la

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    Revolucin Sandinista, y para erosionar y derrocar, utilizando los militarestraidores, el gobierno de la Unidad Popular en Chile. En Venezuela, el plan

    terrorista de la CIA fracas porque no tomaron en cuenta un elemento muyimportante: la mayora del pueblo venezolano y su Fuerza Armada, que esel pueblo en armas, apoya la Revolucin Bolivariana y sali entre el 11 y el13 el abril de 2002 a luchar en las calles para defenderla y conseguir final-mente el retorno del presidente Chvez al poder.

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    LA DERROTA DEL PLAN TERRORISTA DE LA CIA

    Entre el 2 de diciembre y finales de diciembre de 2002, PDVSA haba queda-

    do paralizada: no poda comprar ni vender, ni exportar nada. Los gerentesy empleados traidores haban saboteado los cdigos de funcionamientode todas las refineras, de manera tal que estallasen todos los sistemas sialguien intentaba ponerlas en marcha. Una batalla importante que ganVenezuela contra el Imperio para recuperar la independencia y la sobera-na de nuestra nacin,fue la batalla electrnica que se libr entre los mer-cenarios al servicio de la CIA e INTESA y el equipo voluntario de tcnicos ycientficos patriotas que se form en Venezuela, integrado por los geren-tes, marinos, trabajadores y tcnicos, empleados y obreros patriotas dePDVSA, profesores y alumnos universitarios, oficiales de la marina, el ejr-cito y la aviacin, que eran expertos en sistemas de informtica, guiadospor la disciplina y el patriotismo del pueblo venezolano, bajo la conduc-cin estratgica del presidente Hugo Chvez.

    Los patriotas venezolanos trabajaron da y noche durante 90 das contralos hackers del Pentgono, la CIA e INTESA que desde Houston seguan

    saboteando los sistemas informticos de PDVSA, logrando derrotar el desa-bastecimiento de gasolina, alimentos y servicios provocado por el paroempresarial de FEDECMARAS, a pesar de la implacable y virulenta cam-paa que hicieron las televisoras y radios privadas y medios privadosimpresos en apoyo del sabotaje petrolero y de las acciones contrarrevolu-cionarias de la oposicin fascista venezolana. Los patriotas bolivarianosya haban logrado en el mes de enero de 2003 recuperar el cerebro y lamemoria de PDVSA, y construir un sistema totalmente nuevo que le per-miti a la empresa volver a poner en funcionamiento los campos petrole-ros, las refineras, los oleoductos, los terminales para embarcar el petrleo,

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    las plantas criognicas para procesar el gas (LPG), los centros de distribu-cin de combustibles, etctera, una vez liberada la empresa de toda aque-

    lla lacra de traidores que haba tratado de destruir el Estado nacionalvenezolano. De igual manera, el gobierno bolivariano logr superar conxito la terrible sustraccin de 15000 millones de dlares hecha por losempresarios y banqueros traidores, que lo dejaron casi imposibilitado depagar los gastos corrientes. Para julio de 2003, la acumulacin de divisaspor concepto de venta de hidrocarburos por parte de la nueva PDVSA recu-perada para el pueblo venezolano, ya haba casi igualado el nivel previo alsabotaje de 2002.

    Contra todos los pronsticos emitidos por los voceros de la oligarquatraidora, los patriotas venezolanos resistimos disciplinada y consciente-mente el brutal asalto de la oligarqua fascista y de los gerentes petrolerosaptridas apoyados por el Imperio. Debido al profundo desprecio quesienten por nuestro pueblo, tanto la CIA como sus tteres de la oligarquavenezolana, stos nunca pudieron imaginar que las venezolanas y losvenezolanos, civiles y militares, otra vez seriamos capaces de resistir rodi-

    lla en tierra y bayoneta calada, como dice el presidente Chvez, con unadisciplina social encomiable, todas las ofensivas de aquella guerra de cuar-to nivel para, finalmente, derrotar el golpe de Estado ms sofisticado ycostoso que se haya ingeniado en toda la historia del Pentgono y la CIAcontra pueblo alguno.

    Un importante sector de empresarios patriotas sigui produciendo losinsumos y servicios que permitieron abastecer a la poblacin durante elsabotaje econmico, provocando una sbita expansin de la actividad depequeas empresas, estrangulada hasta entonces por los grandes mono-polios y las cadenas de supermercados golpistas que controlaban la pro-duccin y la distribucin de la mayor parte de los productos de usocotidiano. La nueva produccin patriota de bienes de consumo fue distri-buida por la Fuerza Armada en todo el pas a travs de mercados popula-res, hecho que culmin posteriormente en la creacin de un Ministerio dela Alimentacin y de una red estatal de supermercados, minimercados,

    mercados y bodegas populares administrados inicialmente por la FuerzaArmada. Hoy da, los supermercados, mercados, bodegas y tiendas queintegran la llamada Misin Mercal, que vende masivamente alimentos a

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    precios solidarios a la mayora de la poblacin de clase media y a la clasepopular, ha terminado por ser ms efectiva y rentable que las cadenas pri-

    vadas de supermercados y mercados. De esta manera se neutraliz lacapacidad que tenan los empresarios golpistas para paralizar, aterrorizary someter a su arbitrio a la poblacin venezolana. Por otra parte, el desa-rrollo de la Misin Mercalhoy, en 2006, ha contribuido a aumentar el con-sumo y a elevar significativamente los parmetros nutricionales de lapoblacin venezolana; en otras palabras, estamos venciendo el hambresecular que formaba parte de la enorme deuda social que impeda el desa-rrollo de nuestras fuerzas productivas.

    Confrontados con la frrea resistencia que les opusieron tanto el pueblocomo la FuerzaArmada venezolana, los cabecillas visibles de la conspiracinfascista tuvieron que admitir su derrota en febrero de 2003, capitular y huirpara refugiarse... en Miami, Florida, luego de haber fracasado en su intentode hundir a PDVSA y tratar de destruir el Estado nacional venezolano.

    La recuperacin de PDVSA es una victoria cvico-militar muy importan-te para la historia de Venezuela, la cual comparamos con el smbolo querepresenta la toma de La Bastilla para el inicio de la Revolucin Francesa.ste fue el momento en el cual la derecha fascista venezolana y el mismoImperio estadounidense perdieron no slo el sustento de su poder ennuestro pas, que era PDVSA, sino tambin de su hegemona sobre el restode Amrica Latina (Sanoja y Vargas, 2005: IV).

    Nuestras enormes reservas de petrleo eran consideradas por elgobierno de Estados Unidos, hasta el ao 2002, como sus propias reser-vas estratgicas. El papel que dicho gobierno le haba asignado a nuestro

    pas dentro de sus planes de hegemona mundial, era el de ser su segurosuplidor de petrleo, una simple estacin expendedora de gasolina enmedio del Caribe, tal como habamos sido durante un siglo. Para lograr talfin, se necesitaba que Venezuela tuviese gobiernos sumisos, temerosos dela furia divina del Imperio estadounidense, prestos a regalarle nuestro pe-trleo barato cuando se les terminasen sus propias reservas dentro de 10 o15 aos. sta es la razn verdadera del odio profundo que siente y predicael gobierno de Estados Unidos contra la Revolucin Bolivariana y parti-

    cularmente contra nuestro presidente Hugo Chvez,ya que al perder nues-tro petrleo, tuvieron que empantanarse en Irak para tratar de robrseloa otro pueblo, con la complicidad de las Naciones Unidas.

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    El sabotaje petrolero y econmico contra Venezuela dur desde el 2 dediciembre de 2002 hasta finales de febrero de 2003. Si el mismo hubiese

    provocado el colapso de la Revolucin Bolivariana, el gobierno deEstados Unidos habra podido apoderarse del petrleo y el gas venezola-no y evitarse as la costosa invasin de Irak.Al fracasar el intento de lostraidores venezolanos, el gobierno de George Bush tuvo que lanzarse a lainvasin de Irak para apoderarse de su petrleo, con las terribles conse-cuencias morales, militares, polticas y financieras que todos conocemos(Sanoja y Vargas, 2007a: XXII).

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    DESPUS DE LA VICTORIA: MS REVOLUCIN

    A partir de 2003, luego de nuestra gran victoria sobre el imperialismo

    estadounidense y la oligarqua empresarial traidora, PDVSA pas a serfinalmente propiedad plena de nuestra nacin, lo cual nos permiti, en unbreve plazo, revertir el proceso de desinversin social y financiera que sehaba acentuado en Venezuela desde 1983. Anteriormente, aunque elEstado inverta en gasto social, el mismo era muy limitado porque la ren-ta que reciba de PDVSA slo le permita mantener el gasto corriente en unnivel subsistencial, sin posibilidad de crecer. ste era el objetivo final delproyecto cocinado por el Imperio estadounidense y su representacinlocal, la oligarqua venezolana traidora, para impedir que nuestro pueblopudiese utilizar todos los capitales producidos por nuestra empresa petro-lera para vencer el atraso secular y la pobreza a la cual aqullos querancondenarnos eternamente. Consecuentemente, los gerentes traidores quese haban apoderado de la empresa invertan su capital de modos y mane-ras que apuntaban a mantener la hegemona de Estados Unidos sobreVenezuela y el resto de los pases del mundo. Una vez que el Estado vene-

    zolano recuper el control sobre PDVSA, se abri la posibilidad de acumularimportantes capitales en un plazo muy breve y utilizar una parte sustan-cial de los mismos para cubrir la enorme deuda social que nos dejaron losgobiernos de la IV Repblica,va la redistribucin democrtica, equitativay reproductiva de la renta pblica nacional.

    La importante victoria obtenida por la Revolucin Bolivariana, tantosobre el Imperio como sobre su franquicia local, la oligarqua empresarialvenezolana, dio al traste con otra maniobra golpista: el intento de la oligar-qua de desconocer la legitimidad del gobierno bolivariano para apoyar unsupuesto derecho de los empresarios a sabotear al pago de impuestos al

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    fisco nacional. El Estado venezolano haba creado un sistema impositivomoderno (SENIAT) que permita recolectar impuestos utilizando una red

    informtica avanzada y una base de datos actualizada, pero que no podafuncionar a cabalidad dentro del clima de enfrentamiento existente entrelas cpulas empresariales reaccionarias organizadas en la organizacinpatronal denominada FEDECMARAS, principal soporte del fallido golpede Estado del 11 de abril de 2002, y el gobierno revolucionario. La victo-ria cvico militar que permiti la recuperacin de PDVSA represent tam-bin la derrota poltica y econmica de las cpulas empresariales y sobretodo de sus lderes, muchos de los cuales se autoexiliaron en Miami,EEUU;

    en Bogot, Colombia, y en Madrid, Espaa, pases cuyos gobiernos y oli-garquas haban financiado el fallido golpe de Estado del 11 de abril de2002. Como consecuencia de la victoria lograda por el pueblo venezolano,se produjo la reafirmacin de nuestro Estado nacional y nuestro gobiernobolivariano, en tanto que los empresarios golpistas tuvieron que recono-cer su derrota, aceptar la legitimidad del gobierno bolivariano y aceptartambin su obligacin de pagar impuestos al fisco nacional.

    Como resultado de esta otra victoria poltica y econmica sobre la con-trarrevolucin empresarial, el fisco venezolano percibe hoy da un aportede capitales casi tan importante como los que produce la renta petrolera.Fue a partir de este momento cuando el presidente Chvez comenz aponer en prctica con todo su vigor la red de Misiones que integran elProyecto Social Bolivariano, las cuales constituyen el ncleo de la so-ciedad socialista bolivariana del siglo XXI.

    La rotunda victoria electoral obtenida por el presidente Hugo Chvez el3 de diciembre de 2006 es parte de la guerra larga, que se inici en 2001para derrotar la contrarrevolucin, financiada y promovida por el bloqueimperialista que controla Estados Unidos y ejecutada por sus servidoreslocales, particularmente del sector empresarial, financiero y profesional,donde juegan un papel protagnico los dueos de medios privados decomunicacin social. stos, contrariamente al cdigo de tica de la comu-nicacin social, se convirtieron desde 2001 en un partido poltico que es la

    cabeza de la contrarrevolucin y orquestaron una ofensiva meditica queculmin en el golpe del 11 de abril de 2002 y en el sabotaje petrolero yempresarial de 2002-2003. Hoy da dicho partido contina todava intoxi-

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    cando con sus mensajes racistas y de odio social, repetidos hasta el can-sancio, la mentalidad de buena parte de la clase media venezolana y un

    sector limitado de las clases populares; sin embargo, ya estaba cercano elda 28 de mayo de 2007, cuando venceran las concesiones otorgadas a lasempresas privadas de radio y televisin para utilizar el espectro radioe-lctrico, y podramos eliminar el monopolio meditico detentado por losgrupos de poder oligrquico sobre la informacin deformada que se trans-mite al pueblo venezolano.

    El da 28 de diciembre de 2006, el presidente Chvez anunci su deci-sin de no renovar la concesin para uso de las frecuencias radioelctricasdel canal 2, cuyo empleo haba sido dado en concesin a la empresa RCTVen mayo de 1987. El Estado venezolano es dueo de ese bien socialcomn que es el espacio radioelctrico, y tiene la facultad legal de conce-der discrecionalmente a terceros su buen uso bajo ciertas condiciones yretirar la concesin cuando ese uso ocasiona perjuicio a la sociedad. Comolo pautan los artculos 57 y 58 de la Constitucin de la Repblica Boliva-riana, toda persona tiene derecho a la informacin oportuna, veraz e

    imparcial y a expresar sus ideas y opiniones a travs de cualquier mediode comunicacin o difusin, pero asume plena responsabilidad por todolo expresado.

    Las empresas privadas venezolanas que negocian con la mercanca queellas denominan comunicacin social (televisoras, radios, prensa impresa,etctera) abandonaron desde el ao 2001 su funcin de comunicadores dela informacin veraz y oportuna para transformarse, como se dijo, en unpartido poltico organizado para derrocar al presidente Hugo Chvez,destruir el proceso bolivariano y convertir otra vez a Venezuela en unacolonia del gobierno y de las transnacionales de Estados Unidos. La recu-peracin de las frecuencias radioelctricas del canal 2, utilizadas por laempresa 1BC como soporte de su proyecto subversivo y terrorista contrala democracia y la libertad del pueblo venezolano, es una nueva victoriadel proyecto bolivariano, que apunta hacia una redefinicin del sistema decomunicacin social venezolano, hacia la creacin de la televisin de ser-

    vicio pblico, hacia la democratizacin de la comunicacin social, quedebe ser fundamento de la filosofa de la comunicacin de masas que rijaen nuestra sociedad socialista, soberana y democrtica.

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    PARTE III

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    EL PROYECTO POLTICO REVOLUCIONARIO:LA CONSTITUCIN BOLIVARIANA

    La Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, fruto de la

    Asamblea Constituyente propuesta por el presidente Hugo Chvez y apro-bada en consulta popular el ao de 1999, constituye el proyecto poltico his-trico sobre el cual se refunda la nacin venezolana. La redaccin del textofinal,creacin de los diputados constituyentistas electos democrticamente,cont tambin con los aportes de otros proyectos remitidos por muchos ciu-dadanos a la consideracin de laAsamblea Nacional Constituyente. Debidoa su carcter originario, participativo y plural, la Constitucin Bolivarianaculmin siendo, ms que una simple Constitucin, el proyecto socialista dela nacin y el Estado bolivariano.

    Uno de los conceptos fundamentales de la democracia social y partici-pativa que propone nuestra Constitucin, que no exista en las anteriores,es el reconocimiento del carcter multitnico y multicultural de la pobla-cin venezolana,como respuesta a la concepcin racista y segregacionistaque la historia oficial oligarca haba tratado de inducirnos a travs de laeducacin formal. Ello es muy importante porque hoy da,conscientes de

    nuestra diversidad cultural, nos reconocemos oficialmente como una so-ciedad diversa, mestiza de indios, negros, mulatos, zambos, blancos criollosy por supuesto de gente que ha venido ms recientemente de otros pasesde Amrica Latina, de Europa, Asia o frica, cuyos derechos sociales ypolticos son reconocidos constitucionalmente. La Constitucin Bolivaria-na reconoce as que nuestra nacin es el producto de la asociacin y launin de todos esos componentes tnicos y culturales. Como establece su

    artculo 64, todos los ciudadanos extranjeros y extranjeras residencia-dos(as) en Venezuela pueden votar en las elecciones parroquiales, muni-cipales, o estadales.

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    Nuestra Constitucin Bolivariana norma tambin otro aspecto muy im-portante, como es el derecho a la propiedad.Se reconoce la propiedad pri-

    vada, pero no como el privilegio social de unos pocos capitalistas paraexplotar a la mayora menos favorecida, sino vinculada al deber de con-tribuir a elevar su calidad de vida; tanto la propiedad privada como la per-sonal se reconocen como un derecho en pie de igualdad con la propiedadcomunitaria, la propiedad comunal, la propiedad colectiva y la propiedadsocial o estatal. Ello permite, por ejemplo, que los colectivos de obrerospuedan ser propietarios de sus fbricas o cooperativas o que grupos ind-genas sean dueos legales de sus tierras ancestrales bajo la figura jurdica

    del colectivo comunal.Ese principio, como dijimos, legaliza tanto la tenen-cia de la tierra en las sociedades indgenas como la tenencia de la tierrarural y de la tierra urbana en comunidades que haban estado marginadas,las cuales nunca tuvieron tierra ni propiedades. En tal sentido, una perso-na tiene derecho a poseer su propiedad personal, pero tambin una comu-nidad puede tener propiedad colectiva de la tierra o de los medios deproduccin como miembro de un consejo comunal, de una cooperativa,de una etnia originaria, etctera. Es importante comprender esto porque

    tambin tiene incidencia en la calidad y en la composicin de nuestra futu-ra sociedad socialista.

    Hay muchas empresas que fueron abandonadas por sus antiguos dueos,quienes, convencidos por la ofensiva meditica de la oposicin fascista deque con Chvez vendra el comunismo, se fueron al paraso de los explota-dores ubicado en Miami, Florida. Las empresas abandonadas fueron recu-peradas por sus mismos trabajadores, quienes se organizan como empresasde produccin social para reiniciar la produccin. En otros casos, los anti-guos dueos regresaron al ver que el comunismo no terminaba de llegar yaccedieron a formar empresas cogestionadas con sus trabajadores, creandouna forma de propiedad mixta que debera ser transitoria hacia una formade propiedad social. Los patronos y los trabajadores pueden llegar a serdueos de las empresas cogestionadas por colectivos, no por individuos,siempre y cuando destinen parte de la plusvala a desarrollar proyectos decarcter social en sus comunidades. El principio que reconoce la vigencia

    de las diversas formas de propiedad de la tierra y de los medios de produc-cin no es una disposicin temporal, sino que est consagrado legalmentepor las leyes respectivas aprobadas por la Asamblea Nacional.

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    La Constitucin Bolivariana ha sentado las bases para una sociedad real-mente libre, democrtica y participativa,donde los ciudadanos y los colec-

    tivos sociales constituyen el fundamento de las nuevas relaciones de poder.Sin embargo, para que esta sociedad se transforme cualitativamente esnecesario educar al pueblo incluyendo todos los funcionarios designadoso electos para trabajar en el Estado bolivariano para crearle concienciahistrica, social y poltica sobre su papel como sujeto histrico de la Revo-lucin Bolivariana. Para lograr estos fines, podemos citar la puesta en mar-cha, a partir de finales de 2006, de la poltica llamada de los Cinco Motores,donde destaca el Tercer Motor, Moral y Luces, orientado a extender el co-

    nocimiento y los beneficios de la educacin y la cultura socialista a todas lascapas de la sociedad venezolana. Destaca as mismo la Ley Habilitante des-tinada a actualizar los contenidos de la Constitucin Bolivariana para laconstruccin del socialismo, as como para crear los instrumentos jurdicos,las leyes que permitan actualizar y mejorar los principios constitucionalesque sustentan una sociedad venezolana definitivamente libre, democrtica,participativa y socialista. Para lograrlo, los venezolanos deben tener lacapacidad y los medios para establecer relaciones polticas efectivas consus parlamentarios electos, tal como contempla nuestra Constitucin, ins-trumento legal para ejercer nuestros derechos y deberes como ciudadanosde una comunidad libre y democrtica.

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    LA CONSTRUCCIN DE UN MODO DE VIDA SOCIALISTA

    La urgencia de construir una sociedad socialista en Venezuela, as como

    tambin en otros pases de Suramrica, se origina en un hecho incontro-vertible: mientras el socialismo tiene como meta lograr el desarrollo plenode los hombres y mujeres como seres sociales, el capitalismo, particular-mente en su presente fase neoliberal, persigue un objetivo contrario: alprivilegiar la preeminencia del capital sobre el trabajo degrada el medioambiente, las condiciones materiales del trabajo, provocando igualmentela devaluacin de las condiciones culturales y sociales de los pueblos. Elcapitalismo neoliberal por esas razones dej de ser un medio de desa-

    rrollo de las fuerzas productivas para convertirse en un gigantesco frenoal desarrollo econmico y social de los pueblos (Vargas,1999).

    El socialismo hoy da, como escribi el filsofo marxista francs HenryLefebvre (1959), es una fase histrica de transicin en el proceso de desa-rrollo de los pueblos caracterizada por la planificacin,el desarrollo org-nico de las fuerzas productivas, la informacin sobre todas las necesidadesde la sociedad sistemticamente investigadas y divulgadas, la satisfaccin

    de las necesidades colectivas elevada al rango de objetivo esencial de lagestin pblica, la administracin de las cosas al servicio de todo el pue-blo, la desaparicin o reduccin en intensidad de los antagonismos de cla-se y de la injusticia social. Bajo el socialismo se puede orientar la voluntadsocial hacia la construccin de una democracia participativa donde, sinaplastar la conciencia privada, domine la conciencia pblica y poltica, laconciencia de los ciudadanos integrados en colectivos que reflejen la volun-tad trasformadora del pueblo. En este sentido, la democracia socialista esdiferente de la democracia burguesa, la cual fundamenta su existencia en ladesigualdad social, que trata no con colectivos sociales sino con individuos

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    aislados, explotados por leyes del mercado controladas por una minorade capitalistas. Hacia dnde va el socialismo del siglo XXI? Hacia una

    sociedad donde todos los hombres y las mujeres alcancen la plena con-ciencia social, la libertad de realizar el potencial de sus vidas.

    La construccin de un modo de vida socialista en el siglo XXI si bien seapoya en la teora sustantiva formulada por los clsicos del marxismo, esun proceso que debe dar respuesta a las condiciones sociohistricas decada sociedad concreta. La elaboracin de una teora particular sobrenuestro socialismo debe, en nuestra opinin, asumir como un requisitoterico necesario conocer y estudiar la historia social de Venezuela, lasexperiencias de vida de nuestros colectivos humanos en el pasado y en elpresente. El socialismo del siglo XXI como hemos expuesto no aludesolamente a la transformacin de los procesos econmicos de produccin,distribucin, cambio y consumo de bienes, servicios y mercancas quecaracterizan a la formacin social capitalista venezolana, sino tambin yprincipalmente a la creacin de nuevas formas de organizacin de las rela-ciones sociales de produccin para que nuestra sociedad sea capaz de cul-

    minar y mantener dichos procesos de transformacin.Existen, como se ha expuesto, diversas percepciones sobre las formas

    que adopta actualmente la construccin del socialismo venezolano delsiglo XXI. Una de ellas (Hernndez, 2006), considera que la presente fasedel proceso revolucionario venezolano equivaldra a una revolucin deliberacin nacional en trnsito al socialismo. En nuestro concepto estafase histrica de la construccin del modo de vida socialista venezolano, sibien tiene como condicin necesaria la liberacin nacional, se caracterizaprincipalmente por cambios que se estn produciendo en las relacionessociales de produccin: la organizacin de colectivos sociales de poderpopular, las juntas comu