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fuffiffi&ffiffiffi- LAS INSOSPECHADAS RIQUEZAS DE LA VIDA COTIDIANA SEGUN DAVID FOSTER WALLACE, GRAN CRONIS:TA DE LA SOCIEDAD NORTEAMERICANA Y UNA DE LÁS GRANDES PÉRDIDAS DEL 2OO8 Autorde LeBnonna Ixrnryrr una de las novelas emblemáticas de la lircramra norteamericanaconternporanea, así como de magishales^cuentos, ens¿rvos v artícufos (HeeIEMos nB IANq9úAS) D. E Wallace CWAz- 2OO8) era un zujeto eue sufna devaitadoras depresiónes. En el ultimo mes de setiembre, zu mujer Io enmntró, finalmente, mlgado de unaúga en el sotano de zu casa. Eltexó que sizuefue adaptado de un disburso que ofiecióel autor enla ceremoniade graduación de KenyonCollgge, Omo, eqmayo del 2oc;5,v ha ciñularlo profusamente en divérsos siüos de Iirternet. os pecesjóvenes nadaban cuando de pronto se encontraron con otro pez, mrásviejo, queibaen dirección contrariayque los saludó haciendo un gesto con la cabeza mientras les decía, "buenos días chicos, iqué tal esta el agua?". Los dos pecesjóvenes siguieron nadando un tramo mashastaque, eventualmente, uno de ellos miró al otroyle dijo"équé demonios es agua?". Si temen que haya planeado presentarrne aquí como el pez üejo que explica lo que es el agua, no tienen de qué preocuparse. No soy el pez üejoysabio. Lo que estahistoriade peces quieretransmitir en primer lugares quelas realidades más obüas, ubicuas e importantes son, por lo general, las más dificiles de ver y discutir. Al decirlo así parece, sin duda, un tema trivial, pero lo cierto es que en las trincheras cotidia- nas de la existencia adulta, los temas triüales pueden resultar de vida o muerte. Esta afirmación podúa sonar hiperbólica, o disparatada y abstracta. Entonces, seamos concretos... Un gran porcentaje de las cosas que solemos dar por sentadas de manera alrtomática es o resulta siendo totalmente equivocado o enga- ñoso. Les presentaré un ejemplo de cómo algo de 1o que acostumbra- mos estar automáticamente seguros resulta siendo unatotal equivo- cación: todo en nuestra experiencia inmediata refuerza nuestro pro- fundo convencimiento de que somos el absoluto centro deluniverso, la persona más real, más üva, más importante de toda la existencia. Rara vez se habla acerca de este tipo de egocentrismo natural y básico, pues resultasocialmente repulsivo; sin embargo, en elfondo, eslápresente en casitodos nosot¡os. Setratade nuestra configuración preestablecida, integrada en nuestro cfilp desde que nacemos. Pien- sen en esto: no contamos con absolutamente ninguna experiencia en la cual no seamos el centro absoluto. El mundo tal y como lo experi- mentamos se encuentra ahí mismo frente a nosotros, detrás de noso- tros, o a nuestra derecha o izquierda, en nuestro televisor, monitor, o ü"{$sY&& uórucr coNzALEs scn¡*s | 61

DAVID FOREST WALLACE Vivir tu vida

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8/6/2019 DAVID FOREST WALLACE Vivir tu vida

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fuffiffi&ffiffiffi- LAS INSOSPECHADAS RIQUEZAS DE LA VIDA COTIDIANASEGUN DAVID FOSTER WALLACE, GRAN CRONIS:TA DE LA SOCIEDADNORTEAMERICANA Y UNA DE LÁS GRANDES PÉRDIDAS DEL 2OO8

Autorde LeBnonnaIxrnryrr una de las novelasemblemáticas de la lircramra

norteamericanaconternporanea,así como de magishales^cuentos,ens¿rvos v artícufos (HeeIEMos nBIANq9úAS) D. E Wallace CWAz-2OO8) era un zujeto eue sufnadevaitadoras depresiónes. En elultimo mes de setiembre, zu mujer

Io enmntró, finalmente, mlgado deunaúga en el sotano de zu casa.Eltexó que sizuefue adaptadode un disburso que ofiecióel autorenla ceremoniade graduación deKenyonCollgge, Omo, eqmayo del2oc;5,v ha ciñularlo profusamenteen divérsos siüos de Iirternet.

os pecesjóvenes nadaban cuando de pronto se encontraron con otropez, mrásviejo, queibaen dirección contrariayque los saludó haciendoun gesto con la cabeza mientras les decía, "buenos días chicos, iquétal esta el agua?". Los dos pecesjóvenes siguieron nadando un tramomashastaque, eventualmente, uno de ellos miró al otroyle dijo"équédemonios es agua?".

Si temen que haya planeado presentarrne aquí como el pez üejo queexplica lo que es el agua, no tienen de qué preocuparse. No soy el pezüejoysabio. Lo que estahistoriade peces quieretransmitir en primerlugares quelas realidades más obüas, ubicuas e importantes son, porlo general, las más dificiles de ver y discutir. Al decirlo así parece, sinduda, un tema trivial, pero lo cierto es que en las trincheras cotidia-nas de la existencia adulta, los temas triüales pueden resultar de vidao muerte. Esta afirmación podúa sonar hiperbólica, o disparatada yabstracta. Entonces, seamos concretos...

Un gran porcentaje de las cosas que solemos dar por sentadas de

manera alrtomática es o resulta siendo totalmente equivocado o enga-ñoso. Les presentaré un ejemplo de cómo algo de 1o que acostumbra-mos estar automáticamente seguros resulta siendo unatotal equivo-cación: todo en nuestra experiencia inmediata refuerza nuestro pro-fundo convencimiento de que somos el absoluto centro deluniverso, lapersona más real, más üva, más importante de toda la existencia.

Rara vez se habla acerca de este tipo de egocentrismo natural ybásico, pues resultasocialmente repulsivo; sin embargo, en elfondo,eslápresente en casitodos nosot¡os. Setratade nuestra configuraciónpreestablecida, integrada en nuestro cfilp desde que nacemos. Pien-sen en esto: no contamos con absolutamente ninguna experiencia enla cual no seamos el centro absoluto. El mundo tal y como lo experi-mentamos se encuentra ahí mismo frente a nosotros, detrás de noso-

tros, o a nuestra derecha o izquierda, en nuestro televisor, monitor, oü"{$sY&& uórucr coNzALEs

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lo que sea. Los pensamientos o sentimientos de otras personas tienenque sernos comunicados de algunaforma, sin embargo, los propiosson tan inmediatos, urgentes y reales que. .. bueno, entienden la idea.Pero, por fhvor, no se preocupen pensando que voy a predicar sobre lacompasión, sobre sentimientos altmistas o sobre las llamadas "virtu-des". No setratade untemadevirtud, sino de nuestrafacultad de ele-gir esforzarnos para, de algunaforma, alterar o liberarnos de nues-tra configuración preestablecida, integraday natural, que es profun-damente y literalmente egocéntrica, y que interpreta todo a través de

esa óptica delyo.

EL ESPANTO DE LA COTIDIANIDADA manera de ejemplo, situémonos en un día cualquiera: nos levan-tamos en la mañana, vamos a nuestros súper exigentes trabajos ynos esforzamos durante nueve o diez horas; al final del día estamoscansados, estresados, y lo único que queremos es ir a casa, rener unabuena cena y tal vez relajarnos un par de horas para luego meter-nos al sobre temprano porque aldía siguiente tenemos que levan-tarnos temprano para hacer lomismo. Pero luego recordamosque no hay comida en casa, nohemos tenido tiempo para ir decompras esta semana a causa de

nuestro súper exigente trabajo ypor eso, ahora, después del tra-bajo, debemos meternos en elauto e ir al supermercado. Es elfinal del díay el tráfico es terri-ble de manera que ir a la tiendanos toma mucho más tiempo delusual; unavez que llegamos, elsupermercado está repleto degente porque, por supuesto, esta-

mos en esa hora del día en queotras personas que también tra-

bajan intentan hacer algunascompras; además, la tienda estáiluminada de manera odiosa.con fluorescentes, y por todoslados suena la espantosa músicaambiental típica de supermerca-dosl de hecho. es casi el últimolugaren el mundo donde quisié-ramos estar, y sin embargo, nopodemos entrar y salir de ahírápidamente: tenemos que vagaxporlos pasillos repletos de genteen esta enorme tienda sobreiluminada para poder encontrar las cosas

que queremos; ytenemos que maniobrar el carrito de porquería atra-rés de toda esta gente con sus carritos que también eslá cansaday apu-rada, además, no podíanfaltarlos ancianos, indiferentesylentísimos,y la gente que le encanta ocupar mucho espacio, y los niños que blo-quean el pasillo, obligándonos a apretarlos dientes e intentar ser edu-cados mientras les pedimos que nos dejen pasar. Eventualmente, con-seguimos por fin todo lo que queríamos, solo que ahora parecería queno hay suficientes cajas abieÉas a pesar de que estamos al final del día,momento que suele ser ocupadísimo, de maneraquelacolaparapagares increíblemente larga, lo que es verdaderamente estúpido e irritante,pero no podemos vomitar nuestraira sobre lafrenética cajera.

Llegamos finalmente a la cajay pagamos la comida, esperamos quela tarjeta de crédito sea reconocida por una máquina, escuchamos quenos dicen quetengamosunbuen díaenunavoz que nos recuerdalacer-

62 l5$t",r0s

teza de la muerte; luego tenemos que colocar las espantosas y endeblesbolsas de plastico llenas de comida en el carrito otra vez para llegar alestacionamiento a desniveles, también repleto y cochino, donde luegointentaremos meterlasbolsas en nuestro auto de maneraquenadasecaiga, pues rodaúa por toda la maletera en el camino; luego tenemosque manejar a casa en el lento y pesado tráfico, lleno de camionetastodoterreno, típico de esa hora del día, etc., etc.

LA FACULTAD DE ELEGIR

El punto es que exactamente cuando vivimos estupideces sin impor-tanciayfr-ustrantes como esta, es cuando entraatallarel trabajo de ele-gir. Porque los embotellamientos, los pasillos llenos ylas colas largasnos dan tiempo para pensar, y si no tomamos una decisión de maneraconsciente sobre qué pensar y a qué prestar atención, vamos a sentir-nos molestos y miserables cada vez que vayamos a comprar comida,porque nuestra configuración preestablecida natural nos indica quelas situaciones como aquella están realmente dirigidas a nosotros, a

nuestro hambre y nuestra fatigay a nuestro deseo urgente de lle-gar a casa; y nos parece que todoslos demás se interpusieran ennuestro camino, éy quién es todaesa gente que está en nuestrocamino? Fijémonos además quérepulsivos nos parecen la mayo-ría de ellos, y lo estúpidos, ador-miladosypoco humanos que se

ven aquí en la cola para pagar, olo irritante y malcriada que es lagente que habla a gritos por sus

celulares en la mitad de la cola, ydémonos cuenta de lo profunda-mente injusto que es todo esto:hemos trabaj ado realmentedurotodo eldía, nos morimos dehambre. estamos cansados y ni

siquiera podemos llegar a casapara comery relajarnos por culpade todos estos estúpidos.

O si nuestra configuraciónpreestablecida tira más hacia laconciencia social, probablementemientras estemos embotelladospor el tráfico delfinal del díanossentiremos molestos y disgus-tados por todas las enormes yestúpidas camionetas, 4x4 y pic-kups que bloquean la pista mal-

gastando sus despilfarradores tanques de gasolina de 4,o galones, y

podremos pensar también en que los sückers con mensajes patriotaso religiosos siempreparecen estarpegados enlos vehículos más gran-des y desagradablemente egoístas que son a sur'ez manejados porlosconductores más feos, desconsiderados y agresivos, que por lo gene-

ral estánhablando porsu celular mientras cierran aotros carros paratan solo adelantarse 6 estúpidos metros en el tráfico; imaginaremostambién cómolos hljos de nuestroshijos nos despreciarán porhaber-nos gastado todo el combustible del futuro y probablemente por habermalogrado el clima,ypensaremos, finalmente, enlo engreídos, estúpi-dosyrepugnantes que somos todos ycomo todo es unaporquería...

Si elijo pensar de est¿ forma, per{ecto, muchos Io hacen, salvo que

hacerlo resulta tan fácil y automático que no siempre se trata de unaelección. Pensar de esta forrna es mi configuraciónpreestablecida natu-ral. Es la forrna automática e inconsciente que tenemos de erperimen-

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tar aquellos momentos de laüda adulta que resultan aburridos, ñrrs-trantes y multitudinarios cuando estamos actuando con la creenciaautomática e inconsciente de que somos el centro del universo y quenuestras necesidades ysentimientos inmediatos son los que debeúandeterminar las prioridades del mundo. La cosa es que existen, obüa*mente, formas diferentes de pensar con respecto a este tipo de sihracio-nes. En esetráfico,todos esos atrtos detenidosytratando de cerrarrne elpaso: no resulta imposible que algunas de estas personas en camione-tas ha1'an tenido algún accidente automor..ilístico terrible en el pasado

y que ahora mancjar les parece tan traumático que sus terapeutas leshayan ordenado comprarse camionetas enormes y pesadas para quepuedan sentirse lo suficientemente seguros como para manejar; oque tal vez la 4x4 que me acaba de cerrar esté siendo conducida porun padre cuyo hijo pequeño, sentado a su lado, se encuentra herido oenfermo, y que por eso eskí tratando de apurarse para llegar al hospi-tal, conlo cual él seencuentraenun apuromuchomayorylegítimo queel mío, de hecho, soyyo quien me encuentro en su camino.

" E ffiffisgtFdtr"fr'4=t#.: SABTDURíA pRÁcncA

ffiffifu{#$ Les ruego nuevamenre que no

,#'ryffiffifl=-$#Ef:*{-} crean que estovintentando dar

**ruq* pmpgmgp consejos morales o que estoy

t.+S-'sE#i+#e"-%,_" $:':::*1ru,i;J"*:ü::;S&ffiffiffiffi#S #*{* q""pi""r"oa"maneraautomá-'T"ffif-+ffiF\$#S fl}'Hflt¡;i:: tica, porque es difícil, requiere

#ffiff$*ruffiS" de r,'oluntad y esfuerzo mental,

?ffiF{#ffiffi*,-t-#ffi i-"",-,8¿ v si ustedes son como vo, algu-

tr&##t3r&ffi #ffi nos oras no seran capaces oe

f,s.ryffiffi*++*,q",ry"*'ru **";'"";"m:':"uff;[T;#ru& S$YLiéq{:}#Fé días,siestánlosuficientementeft$ Lj t"fl $.fl E# fl#É $*+;ftffi. $,,*q, conscientes como para darse a sí

ffi#merufl+9""4ffiffi&" rnismoslaposibilidaddeelegir,

L#"l.fT-& H_ pueden optar por ver diferente

erue.qffiry*:=qgq# L"jfrTiffi i::*l:1il'ilil$S#E*# #*FFk'f# degritarleasuhijitoenlacola:S*#ru $fl8#-fle'Y'$'W$U tal vez no sea siempre así, tal vez

#$FÉ# #Fq#ffi,&é,.3.d{o ha estado despiertatres noches

#&ffi&H #ffi ffiffiEFeffi seguidassosteniéndolelamano

*L$JF-$Íf"€rsq{} a su esposo que está muriendo

**ru *e ruE*sp-$e ff;T::;:':$:::::;:::fi:F=L$#,F?H&ilÉ#ffi tariamalpagadadelDeparta-T*ffiruffiru iléq- mentodeTránsitoquejusioayer

ffiffiYffifli-L.eef,$. ayudó atu córy.uge aresolver ese

espantoso problema administra-tivo gracias a un pequeño acto de bondad burocrática. Por supuesto,

nada de esto parece muy probable, pero no es imposible, solo dependede lo que queramos tomar en consideración. Si estamos automática-mente seguros de que sabemos lo que es la realidad y qué o quién es

realmente importante -si queremos actuar según la confrguración pre-establecida- entonces ustedes, como yo, no tomarán en cuenta aque-llas posibilidades que no resultan irritantes y sin sentido. Pero si real-mente hemos aprendido cómo pensarycómo prestar atención, enton-ces sabremos que tenemos otras opciones. Tendremos la facultad de

experimentar una situación multitudinaria, bullanguera, lenta e infer-nal, no solo como significativasino sagrada, capaz de estariluminadacon la misma fuerza que tienen las estrellas -compasión, amor, aque-llo que comparten todas las cosas. No quiere decir que las cuestionesmísticas sean necesariamente verdaderas: lo único que es verdadera-mente cierto es que cada uno decide cómo intentará ver las cosas. Se

puede decidir conscientemente qué es importante y qué no. Se puededecidir a qué cosa rendir culto.

Yaquítenemos otracosa que es cierta. En las trincheras cotidianasde la vida adulta, no existe algo así como cl ateísmo. Es imposible norendirle culto a nada. Todos rinden culto a algo. Lo único que pode-mos elegir es qué venerar. Y una razón excepcional para elegir adoraralgún tipo de dios o algo espiritual -llámese Jesucristo, Alá, Jehová,la madre-diosa Wicca, Las Cuatro Nobles Verdades o un conjunto{érreo de principios éticos- es que casi cualquier otra cosa terminará

por comernos vivos. Si adoramos al dinero y las cosas materiales- sies eso lo que da sentido a nuestras r,-idas- entonces nunca tendremossuficiente. Nunca sentiremos que tenemos suficiente. Esa es laverdad.Si rendimos culto a nuestro propio cuerpo, a la belleza v al atractivosexual, siempre nos sentiremosfeosycuando eltiempoylaedad empie-cenanotarse moriremos un millón de muertes antes de quefinalmentenos llegue la hora. A un nivel, todos 1a sabemos esto - ha sido codifi-cado enfbrmade mitos, proverbios, clichés, sedantes, epigramas, pará-bolers: el esqueleto detodagranhistoria. Eltruco estáen mantener estaverdad a la vista en nuestra conciencia cotidiana. Si le rendimos cultoal poder, nos ser-rtiremos débilesyasustados, ynecesitaremos aún máspoder sobre los otros para mantener a rava el miedo. Adoremos el inte-lecto, ser considerados inteligentes, ¡,'terminaremos sintiéndonos estú-pidos,

un {iaude, siempre a punto de ser descubiertos.

LA VERDADERA LIBERTADEstas fbnn¿rs de culto rcsultan traicioneras y no porque sean malvadas opecaminosas, sino porque son inconscientes. Son categoúas preestable-cidas. Son el tipo de culto en los que uno gradualmente la cayendo, díatras día, volüéndosc cadavez rnás selectivo c.nlaformacomor.eymideel valor sin estar completamente consciente de lo que se est¿i haciendo.Y la üda no nos desilentará de actuar según nueslra categoría prees-tablecida, pues el mundo de los hombres, el dinero y el poder se nutrenruybien con el combustible del miedo, el desprecio, lafi'ustración, elansia y el culto al yo. Nuestra propia cultura actual ha empleado estasfuerzas de forrnatal que ha logrado cosechar riquezas extraordinarias,comodidadesylibertades personales. Lalibertad de seramosy señores

de nuestros propios y minúsculos reinos, solos en el centro de la crea-ción. Este tipo de libertad es muy recomendable. Pero existen muchosüpos diferentes de liberiad, y el tipo más valioso no será aquel del cualse escuchahablar mucho en el gran mundo erterior que se caracterizapor ganar, lograr y mostrar. El tipo de libertad r,erdaderamente impor-tante involucra la atención, la conciencia, la disciplina y el esfuerzo, así

como ser capaces de que nos importen vcrdaderamente las otras per-sonas y sacrificarnos por ellas, una ¡' otra lez, en una miúada de cosaspequeñas, sin importancia y poco serys, todos los días. Esa es la verda-dera libertad. La alternatira es la inconsciencia, la configuración pre-establecida, la"c¿rrera de ratas", laconstante sensación que nos roe pordentro de habertenido yperdido algo que era inmortal.

Sé que toclo esto probablemente no suene divertido, jor-ial o enor-

memente inspirador. Se trata, al menos hasta donde puedo verlo, delar,erdad, unavez que sacamos unabuena cantidad de estupide-ces retóricas. Obüamentc, podemos pensar de ello lo que queramos.Pero, por firvor, no Io descarten como harían con un sermón pacato yque busca generar culpa. Nada de esto se refiere a la moral, religión,dogma o rebuscadas preguntas sobre la vida después de la muerte. Laverdad capital trata sobre la üda antes de la muerte. Tiata sobre llegara los 3O, o tal vez a los 5o años, sin querer pegarse un tiro en la cabeza.Trata simplemente sobre la conciencia -la conciencia de lo que es tanreal y esencial, tan oculto a plena üsta, que tenemos que seguir recor-dándonoslo, unayotravez. "Esto es agua, esto es agua'. (Traducción:Melanie Gallagher / Servidioma) *

Título e intertítulos de la redacción

sem*c | 6g