Bitácora 5.“CONTINUACIÓN DE UN NIÑO”

La semana siguiente era la única que faltaba para salir a vacaciones, perdieron mucha clase por varias salidas pedagógicas, por eventos que se hacían en la escuela. Isaac aprovechó muy bien esa semana, ya que era la última antes de salir a vacaciones, como compartiendo con sus compañeros, divirtiéndose, riéndose hasta con sus maestros. Llegó el día viernes en el que salían a disfrutar de tres semanas de vacaciones, Isaac no estaba contento por salir, él sí se divertía aprendiendo en clases, tal vez no lo demostraba pero para él era así, pero sí decía que ya era tiempo de un descanso, así que empezó a imaginarse un viaje de vacaciones con su familia, o dar un paseo a cualquier parte, lo importante era hacer algo que jamás había hecho, ese mismo día aprovecharon que estaban en horas libes y celebraron los cumpleaños de los que ya han cumplido hasta el momento, ósea hasta junio, después toda la escuela se dedicó a compartir entre todos, fue muy divertido porque parecía como si en esa escuela estuviesen habitando

una familia de estudiantes juntos a sus maestros y demás personas que permanecen allí, Isaac estaba dichoso y feliz no solamente porque se estaba divirtiendo, sino por estar compartiendo con sus compañeros y ver que los demás niños se divertían y se veían felices, eso lo hizo a él aún más feliz, se terminó la jornada, mientras salían todos de la escuela Isaac aprovechó para ir a despedirse de todos los maestros. Llegó a casa y lo único que quería era descansar y olvidarse unos cuantos días de la escuela y disfrutar de estas vacaciones, su madre entró a su habitación y le dijo-¿Cómo te ha ido hoy en tu último día? -¡Muy bien! Respondió Isaac -¿Y eso? ¿Por qué estás tan feliz? Ah, no me digas, debe de ser porque vas a descansar de hacer tareas y de ir a la escuela. -Te equivocas madre, yo no me aburro yendo a la escuela ni haciendo tareas, al contrario amo ir a la escuela y me gusta hacer tareas porque me gusta aprender divirtiéndome, aunque no lo crean. -Y… ¿quién no lo cree? Dijo su madre

-Nada mamá. Olvídalo -Iré a preparar la cena, cuando esté servida te llamo para que bajes. -Está bien. Dijo Isaac No tenía nada qué hacer mientras su mamá preparaba la cena, se acordó del libro que le habían regalado y empezó a leerlo, su madre lo llamó para cenar, cenaron y después se fue a su habitación a seguir leyendo hasta quedarse dormido. Al día siguiente fue un día muy relajado, porque no tenía que hacer tantas cosas, simplemente era descansar, pero a él le gustaba ayudar a su mamá en casa con los oficios, así que le ayudó, se aseó y leyó un poco más, se quedó dormido hasta el día siguiente, su madre preocupada porque no comió nada, pero no pasó nada grave, al otro día su madre le dijo que se irían donde la abuela materna, Isaac puso una cara de felicidad al saber que irían donde su abuela, aunque lo estuviera llamando muy seguido a que coma cualquier cosa de las que ella hace, pero con tal de compartir con ella y con los amigos que había conocido la última vez que fue, se fue de inmediato a empacar porque

mañana en la mañana salían, empacó, se bañó, leyó y durmió hasta el otro día sin cenar, su madre no le decía nada, pero quería que no se volviera a repetir. Amaneció y Isaac corrió a decirle a su mamá que si ya iban a salir y su mamá le dijo que sí, que se organizara para que no se les hiciera tarde ir hasta la terminal y no tener que esperar hasta la otra salida, se organizó lo antes posible, y salieron hacia la terminal, mamá compró los tickets, y salieron, era maso menos una hora y media hasta llegar donde la abuela, llegaron a la terminal y cogieron un carro para que los llevara hasta la casa, Isaac observaba en la ventana del auto, observando todo lo que estaba en esos lugares y notando que todo estaba demasiado diferente a como él vino la última vez, no se dio cuenta si ya iban a llegar porque como todo estaba diferente ya no era capaz de saber si ya iban a llegar o si faltaba poco o si todavía falta para llegar, en fin, esperó hasta llegar, llegaron y también se le hizo raro, porque la casa de su abuela también estaba diferente, pero cuando vio a su abuela se le olvidó todo y corrió hasta donde estaba ella para darle un gran abrazo, entraron sus maletas y se acomodaron, Isaac quería descansar un poco, fue a una habitación

donde era en la que Isaac se quedaría hasta el día de irse, descansó un buen rato, cuando despertó pensó que ya era de madrugada o que tal vez apenas iba a amanecer pero realmente todavía era ese mismo día ya casi las seis y media, bajó y su abuela estaba en la cocina preparando unas galletas, las que siempre le hace a Isaac cada vez que iba, se sentó y su abuela se las trajo se quedaron platicando de varias cosas, hasta que Isaac le preguntó que si podía ir donde sus amigos, pero la abuela le dijo que ellos ya no están, que unos se fueron a vivir lejos de la ciudad, otros en la misma ciudad pero no tan cerca, no le gustó mucho lo que le había acabado de decir su abuela pero no dijo nada, salió al patio a jugar solo con una pelota, tiró la pelota demasiado alto que cayó al otro lado del patio fue a cogerla y cuando fue vio una casa y pensó que allí hubiesen niños para jugar, entonces empezó a caminar despacio hacia allá cuando su abuela desde la ventana de su habitación lo vio y lo llamó y le dijo que regresara, cuando llegó a la casa le dijo que no se podía pasar del patio de la casa, Isaac dijo que no volverá a pasar.

Al día siguiente se levantó, se organizó, desayunó, y leyó un poco, después se fue con su abuela a conocer varias cosas de la ciudad regresaron y se fue para el patio a observar quién salía o quién se veía en aquella casa que estaba detrás del patio, hasta que un día a escondidas se fue para esa casa a ver quiénes vivían ahí, llegó y vio a un niño sentado dibujando con un palito en la tierra, se le acercó y Isaac dijo

-Hola-Hola, respondió el niño-¿Cómo te llamas? -Shmuel, -¿Shmuel? Nunca había escuchado ese nombre.-Sí, yo tampoco, no conozco a nadie que tenga ese nombre. ¿Y tú cómo te llamas?-Isaac. ¿Cuántos años tienes? - 8- ¡Genial!, también tengo 8

Shmuel sonreía.-¿Y no sales a jugar conmigo? Dijo Isaac-No, no puedo, a mamá no le gusta que salga solo.Se quedaron en silencio-Ya me tengo que ir, adiós, Isaac, dijo Shmuel -Está bien, adiós, Shmuel. Isaac volvió a casa, seguía leyendo, pasaban los días y hacia la misma rutina de siempre, organizarse, comer, salir de vez en cuando con su abuela, leer, e ir donde su nuevo amigo Shmuel, llegó el día en que ya tenían que irse, así que Isaac decidió ir a despedirse de su amigo Shmuel, pero Shmuel no quería que se fuera porque era el único amigo que tenía, pero Isaac no podía hacer nada porque ya era decisión de su madre, además no vivía en la ciudad, le dijo que le diera su correo electrónico para que siguieran en contacto, pero Isaac dijo que era muy pequeño para tener eso, pero que lo crearía y aprendería a manejarlo para estar en contacto con Shmuel. Le agradeció a su abuela por todo, y se fueron cuando llegó a casa lo único que hizo fue aprender a manejar el

correo electrónico, y así pudo estar en contacto con su nuevo amigo, y seguía leyendo haciendo las pocas tareas que tenía pendientes y así, hasta que esa fue la rutina que hacia diariamente en sus vacaciones.