Articulo de Carl Rogers

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Necesitamos una realidad es un articulo excelente del psicologo norteamericano Carl Rogers donde pone en revision las definiciones totalitarias con respecto a la realidad y la manera que percibimos

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Tomado del libro:

DESARROLLO DEL POTENCIAL HUMANO. Tomo 1. Captulo 16NECESITAMOS UNA REALIDAD?

Carl R. Rogers

Creo que la mayora de los educadores estaran de acuerdo en que una elevada prioridad en la educacin es ayudar al individuo a adquirir el aprendizaje, la informacin y el crecimiento personal que lo capacitarn para enfrentarse ms constructivamente con el "mundo real". A menudo, lo anterior constituye un tema propio de los discursos de graduacin, en el que expresan las esperanzas o temores acerca de la forma en que los recin graduados se enfrentarn y manejarn al "mundo real". Es frecuentemente un tpico durante las horas finales de los grupos de encuentro intensivos, cuando los individuos que han aprendido mucho acerca de s mismos y acerca de sus relaciones interpersonales, sienten una preocupacin en lo que se refiere a la manera en que se comportarn cuando regresen a sus vidas "reales" en el exterior.

Qu es este "mundo real" del que estamos hablando? sta es la cuestin que deseo explorar, y creo que la direccin en la que un pensamiento me ha conducido inexorablemente ser mejor retratada presentando una serie de ejemplos personales y ordinarios.

Hace algunas semanas estaba sentado yo solo, ya avanzada la noche, en el balcn de una cabaa junto a la playa, al norte de California. Al estar ah durante algunas horas, una brillante estrella en el horizonte ascendi a donde se poda ver con claridad. Un brillante planeta se movi con la misma majestuosa lentitud desde arriba de m hacia un punto extremo a mi derecha. En su movimiento, eran acompaados por la Va Lctea y todas las otras constelaciones. Obviamente yo era el centro del universo y los cielos giraban lentamente sobre m. Fue una experiencia de humildad (cun pequeo soy) y una experiencia edificante (qu maravilloso ser un punto tan central). Yo estaba viendo el mundo real.

Pero en otro rincn de mi mente saba que yo y la Tierra debajo de m, y la atmsfera que me rodeaba, se movan a una velocidad que quita el aliento -ms rpido que un moderno jet - en la direccin a la que yo llam el este, y saba que las estrellas y los planetas estaban, en relacin con la Tierra, comparativamente quietos. Aunque no poda ver lo anterior, saba que ste era verdaderamente el mundo real, en vez de que lo fuera la percepcin ms obvia.

En algn otro nivel me daba cuenta de que yo era una infinitsima partcula sobre un insignificante planeta en una de las galaxias menores del universo de las que hay millones, yo saba que cada una de estas galaxias se movan a increble velocidad, con frecuencia alejndose entre s. Era tambin esto la realidad? Me causaba confusin.

Pero por lo menos haba una realidad de la que podra estar seguro -la pesada silla de madera en la que estaba sentado, la tierra slida en que se apoyaba, el balcn, la pluma de acero inoxidable que tena en mi mano. Esta era una realidad que no slo poda ser vista, sino sentida y tocada. Estos objetos podan soportar el peso y la presin. Eran slidos.

Pero no, yo saba suficiente ciencia para desafiar todo esto. La silla est hecha de clulas que antes estuvieron vivas, complejas en su composicin, que constan ms de espacio que de materia. La Tierra es una masa fluida en lento movimiento, que se estremece muy frecuentemente al hundirse, quebrarse y reajustarse. La carretera sobre la que haba estado manejando el da anterior haba sido parte de uno de esos estremecimientos. Un da, en 1906, la tierra se estremeci un poquito y la carretera se agriet, habindose movido el lado occidental de la grieta, a seis metros al norte de su continuacin en el otro lado. Tierra slida de veras!

Y qu hay acerca de la alentadora dureza de mi pluma de metal? Me dicen que est compuesta de tomos invisibles que se mueven a gran velocidad. Cada tomo tiene un ncleo y en aos recientes se han descubierto ms y ms partculas en esos ncleos, con caractersticas fantsticamente increbles, movindose en trayectorias posiblemente casuales, probablemente ordenadas dentro de los grandes espacios internos de cada tomo. Est lejos de ser el firme y slido objeto que tan claramente siento y sostengo. El "mundo real" parece estarse disolviendo.

Me alienta pero tambin me deja perplejo la afirmacin del cientfico fsico, Sir James Jeans, que dice: "La corriente del pensamiento humano se dirige imparcialmente hacia una realidad no mecnica: el Universo empieza a parecer ms un gran pensamiento que una gran mquina." Haz la prueba con tu amigo del gheto, o con tu plomero, o tu corredor de acciones. Diles, "El mundo real es en verdad slo un gran pensamiento." (Pensndolo un poco, el corredor de acciones podra creerlo!) De cualquier modo la concepcin de un mundo real, obvia para cualquiera, se escurre con rapidez completamente fuera del alcance de mi puo.

Pero al menos en el mundo interpersonal conozco a mi familia y a mis amigos lo cual es seguramente un conocimiento slido o en el que puedo actuar. Slo se necesita la simple ocasin de un grupo de encuentro suavemente facilitado en el que se d permiso para expresarse uno mismo, para descubrir cun tambaleante es nuestro conocimiento interpersonal. Los individuos han descubierto en sus amigos ms cercanos y en miembros de la familia, grandes esferas de sentimientos escondidos. Existen temores previamente desconocidos, sentimientos de inadecuacin, iras y resentimientos suprimidos extraos deseos y fantasas sexuales, ocultos estanques de esperanzas y sueos, de alegras y temores, de impulsos creativos y de amores espontneos. Esta realidad interpersonal parece tambin, tan insegura y tan llena de incgnitas, como cualquier otra de las que hemos considerado.

As, el individuo se vuelve otra vez sobre s mismo. "Por lo menos s quin soy yo. Decido lo que quiero hacer y lo que hago. Eso es real." Pero, lo es? l habla con el conductista que le dice "t no eres ms que la suma de estmulos que recibes y las respuestas condicionadas que emites. Todo lo dems es ilusin". Bueno, por fin tenemos una realidad. No soy nada ms que un robot mecnico. Y, es eso todo? De dnde vienen mis sueos? Tal vez eso tambin pueda explicarse. Pienso entonces en Jean, la mujer que me dijo que su hermana gemela manejaba por la noche de regreso a su casa, por un camino conocido, cuando Jean se despert con el pnico de la certeza. Telefone a la polica de caminos y les dijo: ha habido un accidente en tal y tal carretera. Es un automvil blanco con tal nmero de placas, y lo conduce una mujer sola". Hubo una pausa, y entonces el oficial dijo con voz confundida y ligeramente sospechosa, "pero, cmo lo supo, seora?; hace slo dos minutos que recibimos la noticia del accidente". Qu hacemos con esa clase de realidad ?

Ese pequeo episodio descubre toda una serie de pensamientos acerca de los mundos internos y las "realidades aparte". Qu hacemos con la visin o sueo que Carl Jung (1961) tuvo a la edad de tres aos -una gran caverna misteriosa subterrnea, con toda la luz enfocada sobre un gran pilar de carne con algo como una cabeza en la punta, el cual se hallaba sentado sobre un trono real. Transcurrieron 50 aos para que entendiera completamente esta experiencia; redescubri esta misma visin en los rituales flicos de las tribus primitivas. Cmo le haba llegado esa visin a la edad de tres aos? A qu mundo real pertenece este fenmeno?

Lean la historia de Robert Monroe (1971), un obstinado hombre de negocios e ingeniero, quien despus de algunas enigmticas experiencias se encontr una noche flotando en el techo de su cuarto; mirando su propio cuerpo y el de su esposa. Los relatos de su terror y de su creciente disponibilidad para emprender viajes fuera de su cuerpo son ciertamente asombrosos, y con frecuencia muy convincentes. No se puede evitar plantear la pregunta: "Qu realidad puede abarcar tales experiencias, as como las experiencias reales que conozco?" Qu hay de Don Juan, el perenne indio yaqui, quien abri mundos completamente nuevos al empecinadamente escptico antroplogo Carlos Castaneda? Mundos de eventos mgicos, de vuelos a travs del aire, de un dilogo con un coyote, de una realidad no ordinaria, en donde la muerte no es diferente de la vida, donde el hombre de ciencia tiene un espritu aliado, donde se tiene la experiencia de lo imposible. Dices que son desatinos? Sus propias experiencias fueron suficientes para forzar a Castaneda (1969, 1971) a reconocer que existan otras realidades completamente ajenas al pensamiento de la mente cientfica moderna.

Pienso en John Lilly (1973), un cientfico entrenado en el Tecnolgico de California, quien estudi neuroanatoma, medicina y psiquiatra, y tal vez sea mejor conocido por sus 12 aos de trabajo con delfines, tratando de comunicarse con estos animales a los que cree, por lo menos, tan inteligentes como el humano. Trazar su camino desde el cientfico que slo crea en modelos mecnicos de la realidad, hasta su punto de vista actual de los diversos niveles de alteracin de conciencia que ha alcanzado, es sorprendente. A lo largo de la vida, l se ha llegado a convencer de que los delfines leen sus pensamientos. Son fenomenales sus experiencias en el tanque de privacin sensorial, flotando en agua tibia en un tanque cerrado, con una estimulacin absolutamente mnima de visin, sonido, tacto o gusto. Se descubre que el mundo interno sin ningn estmulo externo es increblemente rico, algunas veces atemorizante y con frecuencia grotesco. Al tratar de entender este mundo interior, experimenta con LSD, obteniendo resultados tanto iluminadores como aterradores. Pasa entonces a la meditacin, la trasmisin espontnea del pensamiento y a estados de conciencia cada vez ms elevados en los que l, al igual que muchos otros antes de l, que eran llamados msticos, tiene la experiencia del Universo como una unidad basada en el amor. Qu distante de su entrenamiento en el Tecnolgico de California! Estos y otros relatos no pueden simplemente descartarse con desprecio o ridiculizacin. Los testigos son demasiado honestos, todas sus experiencias demasiado reales. Ellos indican que parece existir universo vasto y misterioso -tal vez una realidad interior, tal vez un mundo del espritu del que formamos parte sin saberlo. Dicho universo propina un aplastante golpe final a nuestra cmoda creencia de que "todos nosotros sabemos lo que es el mundo real".

Permtaseme ver si puedo especificar en dnde estamos situados en relacin con un objetivo mundo de la realidad. Evidentemente, no existe en los objetos que podemos ver, sentir y sujetar; no existe en la tecnologa que tanto admiramos; no se encuentra en la slida Tierra o en las centelleantes estrellas; no descansa en el firme conocimiento de los que nos rodean; no se encuentra en las organizaciones o costumbres rituales de una sola cultura, ni siquiera est en nuestros propios mundos personales.

Debe de tomar en cuenta misteriosas "realidades aparte" actualmente insondeables, increblemente diferentes de un mundo objetivo.

De modo que concluyo que hemos llegado a una nueva - y para muchos aterradora- realizacin. Es esta: La nica realidad que es posible que yo conozca, es el mundo y el universo como yo los percibo y los experimento en cierto momento. De la misma manera, la nica realidad que puede conocer el lector, es el mundo y el universo como los experimente en determinado momento. Y la nica certeza es que esas realidades percibidas son diferentes. Hay tantos "mundos reales" como personas!

Carl Jung ha formulado una idea un tanto similar, en lenguaje sumamente potico. "Ahora supe... que el hombre es indispensable para la terminacin de la Creacin; que, de hecho, l mismo segundo creador del mundo, quien por s solo ha dado al mundo su existencia objetiva -sin la cual, sin ser odo, sin ser visto, comiendo silenciosamente, dando a luz, muriendo, cabezas asintiendo a largo de cientos de millones de aos, hubiera continuado en profunda noche del no ser hasta su desconocido fin. La conciencia humana cre la existencia objetiva y el significado, y el hombre encontr su indispensable lugar en el gran proceso del ser." (l961, pg. 256; itlicas del autor.)

En lo que yo he dicho he ido an ms lejos que Jung. No es slo que la conciencia humana ha creado el mundo objetivo. Es que cada conciencia humana, cada persona, crea su propio mundo de "existencia objetiva y significado". De aqu que el hecho sea ms aterrador de lo que Jung vislumbr. El que haya tantos mundos reales como personas, produce un dilema de lo ms agobiante, un dilema nunca antes experimentado en la historia.

Desde tiempo inmemorial la tribu o la comunidad o la nacin o la cultura han estado de acuerdo en cuanto a lo que constituye el mundo real. Para estar seguros, diferentes culturas o diferentes tribus pueden mantener visiones del mundo notablemente diferentes, pero haba por lo menos un grupo grande relativamente unificado que tena seguridad en su conocimiento del mundo y del Universo, y que saban que esta percepcin era verdadera. De modo que la comunidad vea con reprobacin, condenaba, persegua y hasta mataba a los que no estaban de acuerdo, a los que perciban la realidad en forma diferente. Coprnico, aun cuando guard sus hallazgos en secreto durante muchos aos, fue finalmente declarado hereje. Galileo estableci pruebas de los puntos de vista de Coprnico, pero a los 70 aos fue forzado a retractarse de sus enseanzas. Giordano Bruno fue quemado en la hoguera en 1600 por explicar en sus clases que haba muchos planetas y mundos en nuestro universo.

Los individuos que se desviaban en su percepcin de la realidad religiosa eran torturados y muertos. A un apasionado joven cientfico lo volvieron loco sus perseguidores porque formul, la entonces absurda afirmacin, que la fiebre puerperal, esa terrible plaga de las salas de maternidad, era trasmitida de una mujer a otra por grmenes invisibles a travs de las manos y los instrumentos de los doctores. Aberraciones obvias, hablando en trminos de la realidad de su tiempo. En las colonias americanas, aquellos que se sospechaba que tuvieran poderes psquicos eran colgados o aplastados bajo grandes piedras por considerrseles brujos. La historia es una serie continua de ejemplos acerca de los espantosos precios pagados por los que perciban una realidad diferente del mundo real convencional. Aunque la sociedad ha llegado con frecuencia a estar de acuerdo con sus disidentes, como en los casos que he mencionado, no hay duda de que esta insistencia sobre un universo cierto y conocido forma parte de la argamasa que mantiene unida una cultura.

Hoy nos enfrentamos a una situacin diferente. La facilidad y rapidez de la comunicacin mundial significan que cada uno de nosotros descubre una docena de "realidades"; y aunque pensemos que algunas de ellas son absurdas, como la reencarnacin; o peligrosas, como el comunismo, no podemos ms que darnos cuenta de ellas. Ya no podemos existir en un capullo seguro, sabiendo que todos vemos el mundo en la misma forma.

Por esto quiero formular una cuestin muy seria. Podemos hoy en da permitirnos el lujo de tener "una" realidad? Podemos todava conservar la creencia de que existe un "mundo real" con cuya definicin estemos todos de acuerdo? Estoy convencido de que ste es un lujo que no podemos permitirnos, un mito que no nos atrevemos a mantener. Slo una vez en la poca actual se ha alcanzado esta quimera en forma completa y fructuosa. Millones de personas estuvimos de completo acuerdo en lo relativo a la naturaleza de la realidad sociocultural, propiciado por la magntica influencia de Hitler. Esta visin de la realidad casi marc la destruccin de la cultura occidental. Yo no lo veo como algo que deba ser imitado.

Ha habido otro punto de unin en la cultura occidental durante este siglo. Ha sido ante realidad de valores en donde ha habido acuerdo; el evangelio estadounidense. Puede formularse muy brevemente: "Ms es mejor, ms grande es mejor, ms rpido es mejor, y la tecnologa moderna alcanzar estas tres metas eminentemente deseables." Pero ahora ese credo es un decadente fracaso en el que pocos creen. Se est disolviendo en el smog de la polucin, el incremento de la sobrepoblacin y la espada de Damocles de la bomba nuclear. Hemos logrado con tanto xito dar "un golpe tan grande por un dlar", que estamos en peligro de destruir toda la vida que existe sobre este planeta.

Nuestros intentos, entonces, por vivir en el "mundo real" que todos perciben en la misma forma, en mi opinin, nos han conducido al borde de la propia aniquilacin como especie. Quiero ser tan audaz como para sugerir una alternativa.

A m me parece que el camino del futuro debe basar nuestras vidas y nuestra educacin en la suposicin de que hay tantas realidades como personas, y que nuestra mayor prioridad es aceptar esa hiptesis y desde ah seguir hacia adelante. Proseguir a dnde? Proseguir cada uno de nosotros, explorando con mente abierta, las muy diversas percepciones que existen de la realidad. Creo que enriqueceramos nuestras propias vidas en el proceso. Tambin nos volveramos ms capaces para manejar la realidad en la que nos desenvolvemos cada uno de nosotros, porque descubriramos muchas opciones ms. Bien podra ser una vida llena de perplejidad y elecciones difciles, que exigira una mayor madurez, pero sera una vida emocionante y arriesgada.

Sin embargo, sera factible formular la pregunta de si podramos tener una comunidad o una sociedad basadas en esta hiptesis de las realidades mltiples. Podra no ser ms que una anarqua completamente individualista? sa no es mi opinin. Supongamos que mi tolerancia acerca de la visin particular que el lector tenga del mundo se convirtiera en una plena aceptacin de s mismo y de su derecho para tener dicha visin. Supongamos que en lugar de descartar las "realidades" de los dems, como absurdas o peligrosas o herticas o estpidas, yo estuviera dispuesto a explorar y aprender acerca de estas realidades. Supongamos que usted estuviera dispuesto a hacer lo mismo. Cul sera el resultado social? Yo pienso que la comunidad se basara no en un compromiso ciego con una causa, credo o visin de la realidad, sino en un compromiso comn de unos con otros como personas legtimamente independientes, con realidades independientes. La natural tendencia humana a interesarse por otro ya no sera. "Me importas porque eres igual que yo", sino "Te

aprecio y te valoro porque eres diferente a m." Les parece idealista? Claro que lo es. Cmo puedo ser tan absolutamente ingenuo e "irreal" como para tener cualquier esperanza de que pudiera ser concebible el surgimiento del cambio as? Baso parcialmente mi esperanza de la historia mundial en el punto de vista tan hbilmente formulado por Charles Beard: "Cuando los cielos se oscurecen, las estrellas empiezan a brillar." De modo que as podramos ver el surgimiento de lderes que se moveran en esta nueva direccin.

Mi esperanza se basa ms slidamente en el punto de vista enunciado por Lancelot Whyte, el historiador de ideas, en el ltimo libro que public antes de morir. Su teora, sostenida por otros historiadores es que los grandes avances en la historia humana son previstos y, probablemente producidos, por medio de los cambios en el pensamiento inconsciente de miles y millones de individuos durante el periodo que precede al cambio. Luego, en un espacio de tiempo relativamente breve, una idea, una nueva perspectiva parece irrumpir en la escena mundial, y el cambio ocurre. l da el ejemplo de que antes de 1914 el patriotismo y el nacionalismo eran virtudes incuestionables; entonces empez el tenue cuestionamiento inconsciente que edific una tradicin tambin inconsciente que cambi todo un patrn de pensamiento. Esto irrumpe a la luz entre 1955 y 1970.

"Mi pas correcto o equivocado" ya no es una creencia para normar la vida. Las guerras nacionalistas estn fuera de poca y carecen de apoyo; y aunque continan, la opinin mundial se opone profundamente a ellas. Whyte seala que "en cualquier momento los niveles inconscientes aventajan a los conscientes en la tarea de unificar la emocin, el pensamiento y la accin!" (1974, pg., 107, itlicas del autor.)

Para m, esta lnea de pensamiento es enteramente anloga. Yo he afirmado que el hombre es ms sabio que su intelecto, que todo su organismo tiene una sabidura e intencionalidad que va ms all de su pensamiento consciente -creo que esto se aplica al concepto que he estado presentando. Yo pienso que hombres y mujeres, individual y colectivamente, estn rechazando interna y orgnicamente la visin de una sola realidad aprobada a nivel cultural. Creo que tambin se mueven inevitablemente hacia la aceptacin de millones de percepciones de la realidad: independientes, desafiantes, emocionantes, informativas e individuales. Me parece que es posible que esta visin -como el descubrimiento simultneo e independiente de los principios de la mecnica cuntica hecho por cientficos en diferentes pases- pueda empezar a existir efectivamente en muchas partes mundo al mismo tiempo. Si fuera as, estaramos viviendo en universo totalmente nuevo, diferente de cualquier otro en la historia. Es concebible que se produzca un cambio as?

Aqu est el reto para los educadores -probablemente la ms insegura y atemorizada de las profesiones- abatidos por presiones pblicas, limitados por las restricciones legislativas, esencialmente conservadores en sus reacciones. Es posible que puedan abogar por una visin de realidades mltiples como la que he estado describiendo? Pueden empezar a dar vida a los cambios en actitudes, conductas y valores que dicha visin del mundo exigira? Ciertamente por s solos no pueden, pero con el cambio subyacente en lo que Whyte llama "la tradicin inconsciente", y con la ayuda de la nueva persona que vemos surgiendo en nuestra cultura (Rogers, 1973) es concebible que pudieran tener xito. No hago predicciones.

Yo concluira entonces que si la sociedad sigue los mismos pasos de siempre con respecto a las visiones independientes debido a la velocidad de la comunicacin mundial, tendr que ejercer ms y ms coercin para producir un acuerdo forzado, en cuanto a lo que constituye el mundo real y sus valores. Esos acuerdos logrados por coercin variarn de nacin a nacin, de cultura a cultura. La limitacin dentro de cada grupo destruir la libertad individual; los choques entre las diversas visiones del mundo traern nuestra propia destruccin total.

Pero he sugerido una posibilidad, si aceptamos como bsico para toda la vida humana el hecho de que vivimos en realidades independientes; si podemos ver esas distintas realidades como el ms promisorio recurso de aprendizaje que se ha tenido en toda la historia del mundo; si podemos vivir juntos para aprender unos de otros sin miedo, entonces vendra la alborada de una nueva era. Y tal vez -nada ms tal vez- las profundas direcciones orgnicas de la humanidad estn preparando el camino tan slo para dicho cambio.

REFERENCIAS BIBLIOGRFICASCastaneda, C. The Teaching of Don Juan: A Yaqui Way of Knowledge. Nueva York: Ballantine Books, 1969.

Castaneda, C. A Separate Reality: Further Conversation with Don Juan. Nueva York: Pocket Books, Div. of Simon & Schuster, 1971.

Jung, C. G. Memories, Dreams, Reflectios. Nueva York: Vintage Books, 1961.

Lilly, J. C. The Center of the Cyclone. Nueva York: Bantam Books, 1973.

Monroe, R. A. Journey Out of the Body. Nueva York: Anchor Books, 1971.

Rogers, C. R. The Emerging Person: A New Revolution. Artculo indito, 1973.

Whyte, L. L. The Universe of Experience. Nueva York: Harper Torchbooks, 1974.

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