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Capítulo IV EL DIAGNÓSTICO DEL SEXO 4.1. El concepto de variación Las poblaciones varían según sus orígenes filogenéticos -evolutivos- y ra- ciales, sexual y ontogénicamente -por su edad-, además por los caracteres de cada individuo, según su propia historia de vida. Al estudiar la variación de una población se consideran varios niveles o escalas de análisis, de lo particu- lar a lo general, desde lo individual, intragrupal hasta lo intergrupal. En el ámbito individual se estable la cuarteta básica de identificación, como sexo, edad, filiación poblacional y estatura, además de rasgos individualizantes (lateralidad, grado de robustez, traumas y otros). En la escala intragrupal se separan ambos sexos pues su tamaño y morfología son diferentes, y la caracte- rización del grupo se efectúa según su sexo. Un procedimiento similar se em- plea en la escala intergrupal, cuando se trata de la caracterización de una región o territorio (Rodríguez, 1994). Ambos sexos varían según sus orígenes filogenéticos y raciales en tamaño y forma, lo que se conoce como dimorfismo sexual; hay especies más dimórficas que otras y se relaciona con el tipo de estructura social y el nivel de conflictividad entre los machos; cuando son idénticas se denominan monomórficas (Arsuaga et al., 2000). La especie humana es dimórfica y su índice -índice de Dimorfis- mo Sexual o IDS 19 -ha variado con el tiempo, pues los primeros homínidos llegaron a alcanzar un 66%, índice próximo al del gorila, señalando que los machos eran muy conflictivos, competían entre sí para alcanzar un mayor nú- mero de hembras, carecían de adolescencia y, por consiguiente, su ritmo de crecimiento era diferente de nuestra especie (Bermúdez de Castro et al., 2000:18). Durante el Pleistoceno la evolución del linaje humano se caracterizó por una significativa reducción del dimorfismo sexual, especialmente en los 1 9 El IDS se obtiene de la relación entre el promedio masculino y el promedio femenino para cada rasgo. En las poblaciones humanas actuales varía entre 1,08 y 1,20 en las variables lineales del esqueleto postcraneal, es decir entre un 8 y 20% (Bermúdez de Castro et al., 2000).

Antropologia Forense y La Identificacion Humana

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  • Captulo IV

    EL DIAGNSTICO DEL SEXO

    4.1. El concepto de variacin

    Las poblaciones varan segn sus orgenes filogenticos -evolutivos- y ra-ciales, sexual y ontognicamente -por su edad-, adems por los caracteres de cada individuo, segn su propia historia de vida. Al estudiar la variacin de una poblacin se consideran varios niveles o escalas de anlisis, de lo particu-lar a lo general, desde lo individual, intragrupal hasta lo intergrupal. En el mbito individual se estable la cuarteta bsica de identificacin, como sexo, edad, filiacin poblacional y estatura, adems de rasgos individualizantes (lateralidad, grado de robustez, traumas y otros). En la escala intragrupal se separan ambos sexos pues su tamao y morfologa son diferentes, y la caracte-rizacin del grupo se efecta segn su sexo. Un procedimiento similar se em-plea en la escala intergrupal, cuando se trata de la caracterizacin de una regin o territorio (Rodrguez, 1994).

    Ambos sexos varan segn sus orgenes filogenticos y raciales en tamao y forma, lo que se conoce como dimorfismo sexual; hay especies ms dimrficas que otras y se relaciona con el tipo de estructura social y el nivel de conflictividad entre los machos; cuando son idnticas se denominan monomrficas (Arsuaga et al., 2000). La especie humana es dimrfica y su ndice -ndice de Dimorfis-mo Sexual o IDS19 -ha variado con el tiempo, pues los primeros homnidos llegaron a alcanzar un 66%, ndice prximo al del gorila, sealando que los machos eran muy conflictivos, competan entre s para alcanzar un mayor n-mero de hembras, carecan de adolescencia y, por consiguiente, su ritmo de crecimiento era diferente de nuestra especie (Bermdez de Castro et al., 2000:18). Durante el Pleistoceno la evolucin del linaje humano se caracteriz por una significativa reduccin del dimorfismo sexual, especialmente en los

    1 9 El IDS se obtiene de la relacin entre el promedio masculino y el promedio femenino para cada rasgo. En las poblaciones humanas actuales vara entre 1,08 y 1,20 en las variables lineales del esqueleto postcraneal, es decir entre un 8 y 20% (Bermdez de Castro et al., 2000).

  • 88 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    dientes. En los humanos contemporneos es de apenas 4-7%, para las variables lineales del esqueleto postcraneal oscila entre 8-20%, y en los dientes entre 8-9%, cuando en Atapuerca, Espaa de hace 300.000 aos alcanzaba el 24% en cani-nos (Op. cit.:20).

    En las poblaciones contemporneas el proceso de sedentarizacin y la gracilizacin han contribuido a la reduccin del dimorfismo sexual, particular-mente en algunas estructuras como la talla y las dimensiones del crneo y dien-tes. En otras partes del cuerpo como la forma y tamao de la mandbula y, ante todo en la pelvis, el dimorfismo existente permite diferenciar claramente am-bos sexos. Para efectuar un acertado diagnstico del sexo se observan las es-tructuras ms dimrficas del cuerpo, como los caninos, molares, crneo, clavcula, esternn, hmero, coxal, fmur y otros huesos. Si se cuenta con el esqueleto completo la evaluacin del dimorfismo sexual es ms precisa, lo que no suele suceder cuando se dispone solamente del crneo o pelvis.

    En Colombia, por ejemplo, la poblacin Guane de la Mesa de Los Santos, Santander, presenta reducido dimorfismo sexual por su aislamiento geogrfico y gentico, de ah que el diagnstico del sexo tanto por crneo -de apfisis mastoidea, arcos superciliares y cresta nucal muy grciles- como por pelvis -por tener un pubis muy corto- es una labor bastante complicada. Al contrario, la poblacin Panche del valle alto del ro Magdalena expresa mayor dimorfis-mo sexual quizs por la labor de canotaje en el ro y el enaltecimiento de las virtudes fsicas de los guerreros, lo que se expresa en lneas nucales muy desa-rrolladas, al igual que la regin glabelar y las apfisis mastoideas.

    En general, ia poblacin prehispnica era ms dimrfica que la contempor-nea, y el siglo XX desde la poca victoriana marc una tendencia hacia la aceptacin de maneras refinadas, delicadas y el aspecto plido y grcil de las mujeres, lo que se complementa con cosmticos (Hoyme, Iscan, 1989). Igual-mente, los estudios sobre atractivo sexual demuestran que el rostro femenino marcadamente neotnico -juvenil-, de ojos grandes en relacin con la altura facial, la mandbula grcil, la nariz pequea y los labios rellenos constituyen marcadores faciales de juventud, y conjuntamente con el rostro plido y un bajo ndice en la proporcin cintura-cadera son de gran atractivo para los hom-bres (Jones, 1996).

    4.2. Estimacin del sexo en individuos adultos

    4.2.1. El crneo El crneo se divide en bveda craneal o neurocrneo y esqueleto facial o

    esplacnocrneo, este ltimo diseado biomecnicamente para resistir la pre-

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 89

    sin de los msculos masticatorios y para proteger los rganos sensoriales. La bveda, excluyendo la regin glabelar recibe poca fuerza masticatoria pero la actividad de la cintura escapular incide en el desarrollo de las lneas nucales. En la adolescencia tarda los cambios en el esplacnocrneo se restringen apa-rentemente a los muchachos mientras que las nias retienen su aspecto juvenil. El rostro masculino se alarga, los arcos superciliares (incluyendo los senos frontales) se agrandan y el mentn se hace ms prominente y cuadrangular; la mandbula presenta el mayor ritmo de crecimiento. Al incrementarse el grosor de los arcos superciliares decrece la altura orbital, su borde superior se torna grueso y la rbita en general adquiere una forma cuadrangular. La escotadura supraorbital se torna ms profunda y puede desembocar en un agujero. Estos cambios conllevan tambin a modificaciones en la raz y en el caballete nasal, conduciendo a un descenso abrupto en la lnea que une el frontal con los hue-sos nasales en el punto nasion (Y'Edynak, Iscan 1993).

    4.2.1.1. Craneometra

    Figura 22. Puntos y medidas craneomtricas segn Martin-Saller(1957)en vista frontal.

  • 90 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    La Craneometra es una rama de la antropologa biolgica que estudia la variacin mtrica del crneo y sus distintos componentes, tratando de dar cuenta de las dimensiones en anchura, altura y proyeccin de la bveda craneal (di-metros antero-posterior mximo, transverso, altura basibregmtica, longitud de su base nasion-basion), frente (anchura, cuerda, altura o subtensa), rbitas (altura, anchura), apertura periforme (anchura, altura, ngulo de proyeccin), mandbula (altura, longitud, grosor, ngulo de la rama y mentn) y rostro en general (anchura, altura, ngulos de proyeccin) (Villalan, Puchalt, 2000).

    Para estandarizar las mediciones y evitar los errores interobservadores en la Convencin de Monaco de 1908 se definieron los distintos puntos anatmicos y las medidas craneomtricas, siendo posteriormente precisadas en Alemania por Rudolf Martin en 1928 (Martin, Saller, 1957), en Rusia por V. Alexeev y G. Debetz (1964) y en Estados Unidos por W. W. Howells (1973). En el mbito mundial la nomenclatura ms empleada es la de Martin (Rodrguez, 1994; Lalueza et al., 1996) (Figuras 22, 23, 24).

    75(1)

    Figura 23. Puntos y medidas craneomtricas segn Martin-Saller (1957) en vista de perfil

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 91

    El plano de Francfort que pasa por el borde orbital inferior (or) y el borde superior del agujero acstico externo (po) es el que se usa tanto en la fotografa y observaciones judiciales -cuando el individuo se para en posicin firmes y mira al frente a un plano a la misma altura de los ojos-, como en algunas medi-das tomadas con craniforo tipo Martin para las reconstrucciones faciales (Fi-gura 23). Una vez registradas las medidas en milmetros con los calibradores Siber Hegner de fabricacin suiza, reconocidos internacionalmente, se compa-ran con la variacin mundial que ofrecen Alexeev-Debetz (1964; Rodrguez, 1999:318-320) a fin de convertir dimensiones mtricas en caracteres reco-nocibles y que se puedan expresar grficamente para reconstrucciones faciales a partir del crneo.

    Las dimensiones ms dimrficas son las anchuras (frontal, frontomalar-tem-poral, orbital, nasal, facial, cigomaxilar, bigoniaca, rama ascendente), las lon-gitudes (nasion-basion, cuerdas frontal, parietal, occipital), y en menor medida las alturas (facial, nasal, mentn). Mediante estas medidas se pueden construir

    Figura 24. Puntos y medidas craneomtricas segn Martin-Saller (1957) en vista basal.

  • 92 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    frmulas discriminantes que permitan diagnosticar el sexo. Infortunadamente, en Colombia se adolece de informacin sobre mujeres mestizas y grupos negroides, aunque se conoce ampliamente la variacin de indgenas prehispnicos (Rodrguez, 2001).

    4.2.1.2. Morfologa craneal

    Los caracteres morfolgicos, si bien connotan cierto grado de subjetividad por las dificultades en su apreciacin, son tiles cuando la observacin se estandariza y se manifiesta en grados claramente diferenciables. En el crneo se utilizan la regin glabelar (prominencia de los arcos supercialiares), el bor-

    GLABELLA

    3 4

    BORDE SUPRAORBITARIO

    CRESTA NUCAL

    PROCESO MASTOIDEO

    ^ J / : \ y ^ \ /^ w 2 3

    EMINENCIA MENTONIANA

    Figura 25. Sistema de gradacin del dimorfismo sexual para los rasgos craneales (modificado de Buikstrae al., 1994:20)

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 93

    de supraorbitario, la cresta nucal, la apfisis mastoidea y el mentn. Todos ellos estn ms desarrollados en el sexo masculino, y en menor medida en el femenino. Usando la escala de 1-5 en 5 rasgos obtenemos una expresin mxi-ma de 25 para individuos hipermasculinos, menor de 10 indudablemente fe-meninos; los valores cercanos a 15 ofrecern dudas.

    4.2.2. Dientes y dimorfismo sexual En tanto que el tamao de los dientes est determinado genticamente y que

    las piezas dentales permanentes erupcionan desde los 6 aos, su variacin es el diagnstico ms empleado para establecer el dimorfismo sexual. Mientras que para Garn y colaboradores alcanza un 90% de dependencia gentica, para Townsend y Brown (1978) solamente un 64% en promedio, 64% de acuerdo al dimetro MD y 57% al VL, por lo menos en aborgenes australianos. Por consi-guiente, difcilmente pueden ser afectados por el estado nutricional y el medio ambiente. La mayor diferencia entre los dimetros mesodistal de los dientes se aprecia en los caninos inferiores, con un 6,4%; las menores en los incisivos

    X.2 3 A.1

    Figura 26. Sistema de medicin de los dientes: 1 - dimetro mesodistal, 2 - dimetro vestbulo-lingual, 3 - altura de la corona, 4 - dimetro cervical (Zoubov, 1968).

  • 94 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    centrales inferiores, con tan slo un 1,3%. Estas diferencias estn determinadas cromosmicamente, posiblemente influenciadas por el cromosoma Y (Evan, 1994).

    Para evaluar el dimorfismo sexual en dientes bogotanos Lorena Gmez (2002) analiz una muestra de morgue, consistente en caninos superiores iz-quierdos, de ellos 51 masculinos y 34 femeninos, de dientes permanentes sa-nos, sin restauraciones ni facetas de desgaste. La variable altura de la raz es la ms heterognea, seguida de la altura de la corona; los dimetros del cuello cervical y de la raz fueron las ms homogneas y las ms dimrficas. En el anlisis de componentes principales la altura radicular participa con el mayor porcentaje. De este estudio se colige que de las dimensiones ms empleadas de la corona el dimetro MD es el ms apropiado; de la raz el VL. Por otro lado, de las medidas sugeridas para el cuello de la corona (Zoubov, 1968) y retomadas por Gmez (2002), dado que observan las menores varianzas, el mayor IDS (ndice de Dimorfismo Sexual) y las mayores diferencias estandarizadas, po-dran ser de gran utilidad para diferenciar los sexos; no obstante presentan el inconveniente de que no existen referencias que sirvan de base para comparar con otras poblaciones (Tabla 10).

    Si comparamos las medidas dentales de poblaciones colombianas obtenidas por varios autores (Alvarez, 2002; Evan, 1994; Gmez, 2002; Rodrguez, 2003), encontramos que todas las dimensiones del grupo prehispnico masculino, excluyendo los dimetros mesodistales de II , 12, son superiores que las del grupo masculino contemporneo; es ms, el tamao dental femenino prehispnico se aproxima ms al masculino contemporneo. El canino supe-rior constituye el diente ms dimrfico en lo concerniente a las dimensiones de la corona (MD, VL), pero el cuello viene a ser la estructura dental que observa

    Tabla 10. Caractersticas descriptivas odontomtricas de caninos superiores de una muestra bogotana (Gmez, 2002:51)

    Sexo/Variable

    Masculino DS Femenino DS Diferencia estandarizada IDS

    Corona

    MD

    7,75 0,59 7,48 0,44

    0,49 1,04

    VL

    8,07 0,68 7,95 0,48

    0,19 1,02

    H

    10,83 1,23 10,41 0,93

    0,37 1,04

    Raz

    MD

    7,40 0,62 7,12 0,61

    0,45 1,04

    VL

    4,83 0,45 4,481 0,40

    0,76 1,08

    H

    18,01 1,97 7,01 1,78

    0,51 1,06

    Cuello

    MD

    5,69 0,44 5,25 0,41

    0,92 1,08

    VL

    7,82 0,65 7,41 0,53

    0,65 1,06

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 95

    las mayores diferencias en cuanto a su dimetro mesodistal. En lo referente a las diferencias interobservadores, stas se ubican en la medida del dimetro vestbulo-lingual, quizs porque no se mide la mxima extensin de esta di-mensin.

    P. J. Olaya y K. C. Jimnez (2000) analizaron la variacin sexual del ngulo de la corona en caninos inferiores permanentes a partir de 200 radiografas periapicales, tomadas con la tcnica del paralelismo proporcionado por un posicionador prefabricado. De esta manera se aseguraba la distancia estndar entre la pelcula y el cono del equipo de Rx, adems de la pelcula, el diente y el cono del equipo para evitar la distorsin. Para el grupo femenino se encontr un valor promedio de 40.16 y para el masculino de 31.56, indicando una dife-rencia significativa entre ambos sexos. Comparando las dos muestras, de Mon-tera, Crdoba y la Palma, Cundinamarca, se hall que para la primera el grupo femenino observa un valor de 36.62 y 43.71 para la segunda, indicando posi-blemente influencia de la filiacin poblacional. En masculinos la diferencia no es muy amplia.

    4.2.3. La mandbula Las mandbulas masculinas muestran una rama ascendente considerable-

    mente ms alta y ancha que las femeninas, y mayor longitud y grosor del cuer-po mandibular. Al contrario, el ngulo goniaco es ms amplio en mujeres (Figura 27, Tabla 12). Mientras que la anchura mnima de la rama ascendente observa un IDS de 7.82 en grupos prehispnicos, en los contemporneos no es un buen indicador sexual pues alcanza tan solo 0.69. Caso contrario se presenta con la altura de la rama que es ms dimrfica en grupos contemporneos. En general

    Figura 27. Dimensiones mandibulares.

  • 96 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    la poblacin prehispnica es ms dimrfica que la contempornea en lo que respecta a las dimensiones de la mandbula (Tabla 11). El ngulo de flexin de la rama ascendente como indicador de dimorfismo sexual muestra un poder discriminatorio relativamente bajo, con un error de clasificacin de 16,7% para el sexo femenino y de 22% para el masculino (Lpez, Benito, 2001:158).

    Tabla 11. Comportamiento de variables mandibulares segn coeficiente de dimorfismo sexual por grupos (Lpez, Benito, 2001:150). f

    Variables

    Profundidad ngulo flexin Long. Borde post. rama Long. Co-conc Anchura mnima rama Altura rama Anchura bicondilar Anchura bigoniaca Longitud mandibular ngulo goniaco ngulo f lexinl68.12

    PREHISPNICOS F

    X

    1.68

    33.72 18.26

    32.17 53.33

    113.95

    91.60

    72.21

    122.51

    5.71

    DT

    0.77

    3.45 3.54

    2.86 5.68

    7.94

    6,19

    6,26

    7.30

    164.68

    M

    X

    2.31

    37.22 19.89

    34.90 57.80

    122.18

    96.60

    76.06

    118.97

    7.07

    DT

    0.82

    3.49 3.52

    3.66 5.84

    5.70

    6.95

    6.73

    6.92

    2.08

    IDS

    27.27

    9.40 8.19

    7.82 7.78

    6.7

    5.17

    5.06

    2.97

    166.48

    CONTEMPORNEOS F

    X

    2.05

    35.78 19.68

    30.02 52.20

    111.42

    88.69

    70.84

    127.95

    3.16

    DT

    0.52

    3.09 3.08

    2.51 4.80

    7.1

    5.35

    3.23

    6.31

    169.01

    M

    X

    1.73

    37.47 20.66

    30.23 59.69

    115.54

    94.51

    74.97

    126.27

    7.11

    DT

    0.87

    6.09 4.21

    4.56 7.13

    5.26

    6.83

    3.45

    5.85

    1.49

    IDS

    18.49

    4.51 4,74

    0.69 12.5

    3.56

    6.15

    5.5

    1.33

    J

    Tabla 12. Rasgos morfolgicos mandibulares

    Rasgos

    Mentn Cuerpo mandibular Base cuerpo mandibular

    Rama ascendente Escotadura sigmoidea Proceso coronoideo Cndilos

    Mascu l inos

    Pronunciado y cuadrangular Grueso y rugoso Eversin en ngulo goniaco y escotadura en la porcin inferior Ancha y vertical Poco profunda Ancho Gruesos y anchos

    Femen inos

    Huidizo y puntiagudo Delgado y suave Contorno continuo

    Angosta y abierta Profunda Delgado Delgados y angostos

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 97

    4.2.4. El coxal

    Regin pbica

    -Tubrculo pbico

    ngulo subpbico

    Rama inferior gruesa

    Figura 28. Diferencias sexuales en la regin subpbica (Buikstra ef al., 1994:17).

    La pelvis adulta es el mejor indicador del sexo. En la adolescencia la pelvis femenina se ensancha como una medida de preparacin para el parto, alteran-do la forma y el tamao de muchas de sus partes, convirtiendo la cintura plvica en un indicador fidedigno al finalizar la metamorfosis. De conformidad con el dimorfismo sexual las mujeres poseen un cuerpo de menor tamao que el hom-

  • 98 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    bre, y por tanto un pubis y toda la pelvis generalmente ms delgada y ligera; horizontalmente observan mayor extensin mientras que verticalmente es ms corta (Genovs, 1964).

    Hasta la adolescencia la cintura plvica presenta el mismo tamao y forma en muchachos y nias. En estado adulto la pelvis masculina es bsicamente una continuidad de la forma juvenil. El lapso de edad en que ocurren los cam-bios plvicos es muy variable; la snfisis pbica femenina se aprecia algunas veces en nias de edad dental de 8-9 aos pero se generaliza hacia los 14-15 aos, cuando comienza a fusionarse el acetbulo y erupcionan los segundos molares permanentes (Bass, 1986).

    Segn Greulich y Thomas (citados por Hoyme, Iscan, 1989) las pruebas radiogrficas sugieren que este perodo se extiende aproximadamente 18 me-ses y finaliza hacia los 15 aos.

    Las diferencias sexuales se hacen ms evidentes en la parte anterior de la pelvis puesto que los cambios ocurren solamente en la terminacin medial del pubis. En la parte posterior la metamorfosis en la articulacin sacro-ilaca afec-ta ambos huesos (sacro, ilion) y los cambios son ms variables (Hoyme, Iscan, 1989:76). El crecimiento adicional de la superficie medial de la snfisis pbica ensancha el canal plvico de las mujeres, configurando un arco subpbico an-cho y redondeado. Por lo general despus de la fusin de la rama isquiopbica, usualmente hacia los 7-8 aos, no se aprecian otros centros de crecimiento en la porcin anterior de la pelvis. Tampoco se manifiestan, segn Hoyme e Iscan (Op. cit.), signos de alargamiento en la terminacin acetabular del pubis, que tambin inicia su proceso de fusin hacia la misma edad. Como consecuencia de estos cambios el arco subpbico femenino es abierto y redondeado (en los

    ESCOTADURA CITICA MAYOR

    Figura 29. Diferencias sexuales en la escotadura citica mayor (Buikstra et al., 1994:18).

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 99

    Tabla 13. Caractersticas sexuales en el ilion (Hoyme, Iscan, 1989: Caractersticas

    Superficie auricular Cambios articulares Surco preauricular Escotadura citica Ala ilaca

    Femenino

    Elevada, angosta Comunes en mujeres de edad Ancho, profundo Ancha, poco profunda Ancha, baja

    78) Masculino

    Deprimida, ancha Raros Poco frecuente Profunda, angosta Alta, angosta

    hombres conforma un ngulo agudo), la snfisis es proyectada y cuadrangular con una pequea rea triangular de hueso adicional en su margen anteroinferior, y un evidente aplanamiento de su rama anterior. A su vez, la snfisis pbica masculina es gruesa, corta y ms triangular. Finalmente, como resultado de la reabsorcin del borde medial del agujero obturador, ms que por el alarga-miento del pubis, su forma triangular es ms comn en las mujeres de edad.

    Iscan y Derried (1984; citados por Krogman e Iscan, 1986: 212) desarrolla-ron un mtodo visual para la determinacin sexual en la articulacin sacro-ilaca, que relaciona la mitad posterior del ilion y su articulacin con el sacro. Las diferencias sexuales en tres estructuras analizadas presentan, segn los autores, la siguiente dicotoma diferencial:

    1. Surco preauricular. En los individuos masculinos es muy raro. En las mujeres es profundo, ancho y abarca una gran extensin del borde au-ricular. Este surco puede desaparecer con la edad cuando se colapsa la elevacin auricular.

    2. Espacio postauricular. En los masculinos es angosto; ocasionalmente se puede presentar una superficie articular adicional localizada en la parte superior de la tuberosidad ilaca que tiene forma ondulada. En las mujeres el espacio es muy grande; los dos huesos no tienen contacto mutuo excepto en la superficie auricular.

    3. Tuberosidad ilaca. En el hombre se aprecia una estructura ondulada. En las mujeres es ms variable pero no incluye la forma ondulada; ge-neralmente es aguda o puede estar ausente. Si ocurre ste ltimo fen-meno se manifiesta una gran fosa y la tuberosidad ilaca se extiende a lo largo de la cresta (Figuras 28, 29).

    Los estudios sobre el dimorfismo sexual en el acetbulo del coxal han dedu-cido que ste es menor en tamao y ubicado en una disposicin ms frontalizada en los individuos femeninos.

  • 100 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    4.2.5. El sacro El sacro constituye otro hueso de particular inters para el diagnstico del

    sexo en virtud de su situacin posterior en la cintura plvica. Durante la ado-lescencia temprana cuando se fusionan las partes laterales con el cuerpo, el nico sitio que incrementa la anchura plvica posterior y ensancha a su vez el sacro, son las superficies alares de este hueso.

    La presencia de elementos epifisiales en los bordes laterales del sacro, con mdulos similares en la correspondiente superficie de articulacin ilaca refuerza el planteamiento sobre el rea de mayor crecimiento en el sacro. En conse-cuencia el sacro femenino es ms angosto y tiene un ndice de base-wing de Kimura (anchura del ala / anchura de la base por 100) mayor en los tres gran-des troncos raciales. Segn Kimura (1982; tabla citada por Krogman, Iscan, 1986:226) su relacin sera la siguiente (ndice Base-ala):

    Tabla 14. ndice base-ala del sacro en algunas pob r

    Sexo/Grupo Masculino Femenino

    V

    Japoneses

    65,8+/-10,1 79,7+/-12,0

    aciones

    Caucasoides

    76,2+/-10,9 92,2+/-10,0

    Negroides

    66,7+/-15,3 86,4+/-11,4

    Figura 30. Dimensiones del sacro, AB = altura, CD= anchura de la base articular con L5.

    Como se puede apreciar, el ndice de Kimura tiene tambin pertinencia poblacional. La determinacin de los partos en la pelvis femenina es de vital importancia en los procesos de identificacin utilizados por la Antropologa forense. Se ha demostrado que la superficie dorsal del pubis y el surco

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 101

    preauricular son quiz los mejores indicadores de los partos a trmino, dentro de todos los rasgos morfolgicos. Ulfrich (1975; citado por Krogman, Iscan, 1986) ha desarrollado un mtodo que incluye varios estadios, de acuerdo al nmero-de hoyuelos en el piso del surco, la anchura y la conformacin de los bordes del mismo; tambin analiza el borde antero-lateral de la superficie auri-cular, de acuerdo a la forma y dimensiones de los surcos y depresiones. Algu-nos autores como ngel y Nemeskeri opinan que se puede diagnosticar el nmero de partos de acuerdo a las caractersticas anatmicas descritas ante-riormente y al nmero y profundidad de los hoyuelos en la superficie interna del pubis (fosita espiral) producidos por hematomas subperiosteales durante el parto (descritos anteriormente por Putschar; citado por Hoyme, Iscan, 1989).

    4.2.6. La escpula Segn Bainbridge y Genovs, 1959 y P. Lordanidis 1961 (citados por

    Krogman, Iscan, 1986:227) las siguientes medidas escapulares sugieren deter-minacin sexual.

    Tabla 15. Medidas de la escpula empleadas para estimar sexo. r

    Medida Altura escapular Anchura escapular Longitud mxima de la espina Anchura cavidad glenoidea

    Masculinos

    >149 >100 >133 >28

    Femeninos

  • 102 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    4.2.7. La clavcula La estimacin del sexo y caractersticas poblacionales a partir de la clav-

    cula brinda solamente un 5-20% de confiabilidad. A continuacin se presentan las medidas obtenidas en la longitud de la clavcula en negros (Thieme, 1957; citado por Bass, Op. cit.: 104), e hindes (Jit, Singh, 1966; citados por Krogman, Iscan, 1986: 229).

    Figura 32. Medidas de la clavcula, AB = longitud mxima, circunferencia en el punto medio.

    Tabla 16. Longitud clavicular mxima en algunas poblaciones.

    Sexo

    M M F F

    Medida

    158,210,1 147,6+9,3 140,3+8,0 129,8+8,8

    Grupo

    Negro Hind Negro Hind

    4.2.8. El esternn Adriana J. Mendoza (2000) obtuvo 47 esternones de cadveres de morgue

    de Bogot, Soacha y Chocont, Cundinamarca, de los cuales 26 masculinos y 21 femeninos, encontrando que las dimensiones altura mxima del manubrio, altura mxima del cuerpo, las anchuras mnima y mxima del cuerpo son las ms dimrficas, con un intervalo de confianza del 95% (Tabla 17).

    Figura 33. Esternones femeninos y masculinos de morgue de Bogot.

  • EL DIAGNOSTICO DEL SEXO 103

    Tabla 17. Dimensiones del esternn en una muestra de morgue (Mendoza, 2000) Variable

    M1: Altura mx. manubrio E1: Altura mx. cuerpo S1: Anchura min. cuerpo S3: Anchura mx. cuerpo

    Masculinos

    49.9261.672 101.442+4.091 28.223+1.276 36.861 + 1.770

    Femeninos

    44.252+1.06 89.6383.839 24.5571.859 29.138+2.248

    4.2.9. El hmero Algunos autores (Hrdlicka, Godijcki, Trotter) han sugerido un alto dimorfis-

    mo sexual en la perforacin de la fosa olecraneana, relacionando un mayor porcentaje con el sexo femenino. No obstante, estudios realizados por Maia-Neto (1959; Krogman-Iscan, 1986: 235) no encuentran relacin significativa entre el sexo y la apertura septal.

    El dimorfismo sexual se aprecia mejor en el dimetro de la cabeza hume-ral. Dwight (1905; citado por Bass, 1986: 117) y Krogman-Iscan (1986) inclu-yen las siguientes medidas:

    Sexo

    M F

    Dimetro

    44,7 37,0

    Longitud

    311,319,4 279,015,3

    Anchura Bicondilar

    60,4+3,7 52,44,1

    Diana Marcela Daz G. (2001) analiz una muestra de 180 hmeros, de ellos 102 masculinos y 78 femeninos procedentes de la morgue del Instituto de Me-dicina Legal, con el fin de establecer el grado discriminante de algunas varia-

    Figura 34. Medidas del hmero, AB = longitud mxima, CD = dimetro mximo de la cabeza, MN = dimetro mximo en el punto medio, ST =dimetro mnimo en el punto medio, Z = circunferencia mnima de la difisis (Bass, 1986:114).

  • 104 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    bles. Encontr que las dimensiones transversales, especialmente de la epfisis distal (anchura bicondilar), epfisis proximal (dimetro vertical de la cabeza) y diafisial (circunferencia mnima en el punto medio) eran las que permitan una mejor prediccin del sexo en la muestra de Bogot, y mediante una frmula discriminante (Zl = (0.173)AC + (0.136)DC + (0.093CM - 21.528), con un punto de corte de -0.216 (un valor menor ser femenino), se obtena un 96.1% y 97.4% de inclusin para hombres y mujeres, respectivamente (Tabla 18). Esta investigacin evidencia el alto grado de dimorfismo sexual de algunas dimensiones del hmero, lo que lo convierte en un hueso muy confiable para diferenciar sexo en la muestra estudiada, y posiblemente en Bogot.

    Tabla 18. Dimensiones del hmero en una muestra bogotana (Daz, 2001) f

    Variable(mm)

    Anchura bicondilar D. anteroposteriordif. D. mediolateral dif. D. vertical cabeza Longitud mxima Circunf. mn.difisis

    Masculinos

    Media

    61.51 21.57 21.19 46.50

    318.45 64.21

    DS

    3.32 1.91 1.91 2.74 16.68 4.17

    Femeninos

    Meda

    52.72 18.54 17.96 40.13

    290.08 55.04

    DS

    2.59 1.45 1.54 2.07 13.07 3.09

    F(p{B

    . . . * : : * < < & * *

    Figura 35. AB = Longitud mxima del radio

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 105

    Tabla 19. Dimensiones del radio en una muestra espaola (Trancho et al., 2000).

    Variable/ Sexo

    Dmaxcab Dmincab Perimcab Dminmit Perimmit Longmax Lontubic Periminm Dmaxdiaf Anchepid Apepid

    N

    35 33 33 41 40 41 54 57 57 50 32

    Masculino

    M

    22,93 21,72 71,24 11,70 44,50

    236,61 44,17 42,47 17,09 30,94 19,02

    DS

    1,24 1,22 3,89 0,70 2,87 11,92 2,72 2,63 1,34 1,78 1,49

    N

    49 41 38 49 49 50 60 72 71 66 49

    Femenino

    M

    19,46 19,30 60,24 9,44 36,55

    208,32 38,35 35,71 14,77 26,93 16,75

    DS

    1,06 0,89 3,07 0,65 2,37 8,66 2,73 2,53 1,00 1,17 0,95

    Dimorfismo

    IDS

    117,8 118,6 118,3 123,9 121,7 113,6 115,2 118,9 115,7 114,9 113,7

    Sign

  • 106 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    Gonzalo Trancho y colaboradores (1997) de la Universidad Complutense de Madrid analizaron una muestra de 132 fmures espaoles, 60 masculinos y 72 femeninos, hallando que las variables de las epfisis, especialmente de la distal (anchura epicondilar) permiten el mayor diagnstico en relacin con la determinacin sexual, con un valor de inclusin del 98% (Tabla 20).

    Tabla 20. Medidas del fmur en una muestra espaola (Trancho et al., 1997). f

    Variable

    Dvertcab Dhoricab Dantpost Dtransvt Anchepif

    V

    Masculino

    N

    52 54 60 60 55

    M

    47,15 46,55 27,70 30,71 80,60

    SD

    2,46 2,35 2,24 1,85 2,99

    Femenino

    N

    62 60 72 72 68

    M

    41,13 40,39 23,71 28,14 70,82

    SD

    1,93 1,92 1,95 2,10 2,36

    N

    Dimorfismo sexual

    IDS

    114,64 115,25 116,83 109,13 113,81

    F

    214,25 235,80 119,92 54,34

    410,29

    Sig

    0,001 0,001 0,001 0,001 0,001

    En las funciones discriminantes si el individuo alcanza un valor superior a 0,0 se clasifica como masculino, si es inferior a 0,0 como femenino, con un valor igual a 0,0 se considera inclasificable (Tabla 21).

    Tabla 21. Funciones discriminantes para estimar sexo por fmur (Trancho et al., 1997). f

    Variable

    Dim. Vert. Cabeza Dim. Transv. Cabeza Dim. Antpost. Subtroc. Dim. Transv. Subtroc. Anchura epicondilar

    Funcin discriminante

    0,4572 x Dvertcab-20,1776 0,4681 x Dhoricab - 20,3496 0,4792 x Dantpost - 12,3172 0,5017 x Dtransvt- 14,7629 0,3757 x Anchepif-28,4475

    Punto de corte

    0 0 0 0 0

    Masculino si

    >44,133 >43,473 >25,704 >29,426 >75,719

    4.2.12. La tibia

    -r B

    * D

    Figura 37. Medidas de la tibia y fbula, AB = longitud mxima de la tibia (sin espina), CD = longitud mxima de la fbula, ST = dimetro antero-posterior en el agujero nutricio, MN = dimetro medio-lateral en el agujero nutricio (Bass, 1986:186).

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 107

    La tibia conforma el segmento distal de la extremidad inferior y es una pieza que presenta una amplia variabilidad poblacional, sexual e individual. Es el componente que ms vara en las proporciones corporales, alcanzando dimen-siones relativamente grandes en grupos indgenas (Genovs, 1967; Rodrguez, 1999). Su dimorfismo sexual es acusado por lo que es comn su uso en la diferenciacin sexual a partir de huesos largos (Pettener, Cavichi, 1980; Iscan, Millar-Shaivitz, 1984; Krogman, Iscan, 1986; Holland, 1991; Lpez-Bueis et al., 1996; Gonzlez et al., 1991).

    Teniendo en cuenta que la poblacin colombiana tiene un ancestro predo-minantemente caucasoide de origen espaol, las frmulas elaboradas de series esquelticas de la pennsula ibrica pueden tener mayor aplicabilidad que las obtenidas de muestras norteamericanas. I. Lpez-Bueis y colaboradores (1996:54) elaboraron unas frmulas deducidas del estudio de 70 tibias femeni-nas y 58 masculinas espaolas, estableciendo que el permetro a nivel del agu-jero nutricio alcanza el mximo dimorfismo sexual, al igual que las variables de la epfisis proximal. Estos resultados son explicados por los autores por el hecho de que la articulacin de la rodilla corresponde a la zona con mayor carga, y est sometida a mayor presin o estrs segn el sexo del individuo.

    S = 0,44019 x anchura de la epfisis proximal - 31,13325, se asigna sexo femenino si est por debajo del punto de corte que es 0,06206.

    Tambin se pueden usar otras frmulas, diagnosticando sexo masculino o femenino, tomando el valor ms elevado al aplicar las siguientes ecuaciones, logrndose un 98% de clasificacin sexual correcta:

    Sexo masculino = 14,63329 x Anchura epfisis proximal -533,2522

    Sexo femenino = 12,83028 x Anchura epfisis proximal -425,4759

    Al aplicar la anchura biarticular se logra un 100% de inclusin:

    Tabla 22. Funciones clasificatorias por medidas de la tibia en una muestra espaola (Lpez et al., 1996) Variable / Sexo

    Anch. Biarticular Constante Centroide Punto de corte

    Coef. funcin

    0,50022 -34,87205

    0,23457

    F

    468,62

    Funcin de clasificacin

    M

    18,81822 -708,3217 2,74786

    F

    16,30383 -531,8560 -2,27871

    Sara Correa (2002) estudi una muestra de tibias bogotanas extradas en morgue constituida por 53 varones y 52 mujeres, encontrando que el permetro

  • 108 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    a la altura del agujero nutricio y el permetro de la epfisis distal son en su orden las variables que permiten una mejor prediccin del sexo, obteniendo un 96,2% de inclusin. El permetro a nivel del agujero nutricio de la muestra bogotana es superior que la espaola masculina (93,24 mm) y femenina (79,24 mm), respectivamente, sealando que la primera es ms robusta (Tabla 23). Infortunadamente en el estudio bogotano no se aplicaron medidas ms conoci-das como las anchuras de las epfisis que posibiliten un estudio comparativo.

    Tabla 23. Medidas en tibias de una muestra bogotana (Correa, 2000). Variable / Sexo

    Per. Aguj. Nutr. Per. Ep. distal Per. Ep. Prox. Per. Min. D. a-p D. m-l Long. Mx.

    M

    X

    98,7 149,1 219,6 78,2 32,9 25,3

    370,6

    SD

    6,5 10,9 15,8 4,2 2,7 2,2

    23,9

    F

    X

    81,8 130,3 189,1 69,3 27,9 21,1 333,9

    SD

    5,4 6,8 8,1 4,3 2,4 1,9 17,5

    \

    p < 0.05

    56,0 112,3 154,3 115,6 101,1 111,5 56,0

    )

    4.3. Estimacin del sexo en individuos infantiles La estimacin del sexo en nios y jvenes es muy difcil pues an no han

    alcanzado su tamao total, pero en tanto que algunas estructuras se forman precozmente, como los primeros molares permanentes, con su forma y tamao de adultos, son de gran validez para su diagnstico. La pelvis y la mandbula observan igualmente un dimorfismo temprano, de ah que sirven de rasgos orientadores para diferenciar ambos sexos. Las investigaciones de H. Schutkowsky (1993) han permitido definir una serie de rasgos en la mandbula que permiten una precisin del diagnstico del sexo en un 70-90% de los casos.

    4.3.1. La mandbula a. Pronunciamiento del mentn. En las nias esta regin no es prominente

    ni cuadrangular. La superficie del hueso es suave; visto desde arriba el mentn es tenue, angosto y algunas veces agudo. En los nios, al con-trario, el mentn es ms prominente; los costados evidencian estructu-ras ligeramente elevadas y rugosas que se desvanecen distalmente en indentaciones poco profundas. Visto desde arriba el mentn es pronun-ciado y generalmente ancho y angulado en el sitio donde desemboca en el cuerpo mandibular (Figura 40).

  • EL DIAGNSTICO DEL SEXO 109

    b. Forma del arco dental anterior. En las nias los alvolos frontales se disponen en un arco redondeado; los caninos habitualmente no sobre-salen, delineando una forma parablica brusca. En los nios el arco dental anterior es ms ancho; los alvolos caninos sobresalen con rela-cin a los molares adyacentes, adquiriendo una forma en U.

    c. Eversin de la regin gonica. La superficie externa del cuerpo mandibular se alinea con el punto gonion en las nias. En los indivi-duos masculinos este ngulo es evertido, ligeramente sobresaliente (Fi-gura 38).

    4.3.2. El ilion a. ngulo de la escotadura citica. Para su observacin el hueso se orien-

    ta en su cara ventral con el borde anterior de la escotadura citica ali-neado verticalmente. En las nias la escotadura conforma un ngulo mayor de 90; en los nios la escotadura es ms angosta y se acerca a los 90.

    b. Profundidad de la escotadura citica mayor. El ilion se orienta por su cara dorsal alineando en un mismo plano la espina ilaca postero-infe-rior y el borde dorsal de la regin acetabular. La escotadura es poco profunda en las nias; en los nios es profunda.

    c. El criterio del arco. El ilion se orienta en el mismo sentido de observa-cin del ngulo; se traza una lnea imaginaria que contine el borde

    Figura 38. Diferencias sexuales entre mandbula femenina y masculina (Schutkowsky, 1993).

  • 110 LA ANTROPOLOGA FORENSE EN LA IDENTIFICACIN HUMANA

    anterior de la escotadura citica. En las nias la lnea cruza la superficie auricular; en los nios contina por el borde lateral de la superficie.

    d. Curvatura de la cresta ilaca. El ilion se observa desde arriba y la super-ficie dorsal se alinea con un plano horizontal. En las nias la cresta conforma una S atenuada; en los nios la curvatura es ms pronuncia-da, delineando una S marcada. Schutkowsky (1993: 203) considera que las bases de la estimacin sexual en esqueletos inmaduros a partir de los rasgos mandibulares y del ilion descritos anteriormente suministra una adecuada exactitud en el diagnstico comparable con la que se aplica en restos de individuos adultos; adems, que el observador no requiere de una gran experiencia para aplicarlos.