23
MARCO TEÓRICO El interés de este marco es, en parte, conocer el campo en el que se mueve el análisis, en cuanto a conceptos y enfoques metodológicos. Ahora bien, los objetivos de esta parte son: Construir, inicialmente, un enfoque teórico de la antropología general, útil al propósito del proyecto de investigación. Aislar los conceptos que se utilizaran a lo largo del proyecto, especialmente los susceptibles a confusiones, o necesitados de aclaración. Comprender el marco social y estado de la cuestión del tema a nivel disciplinario, a nivel mundial, latinoamericano y peruano. Describir básicamente, con el detalle necesario, la naturaleza de la actividad y metodología de la antropología forense y sus profesionales. Ahora bien, para iniciar esta parte del proyecto, podemos tratar la problemática antropológica. Lo importante primero es comprender el lugar de la Antropología Física y Forense en el campo científico de la Antropología en sí. Posteriormente, es interesante percibir desde un punto de vista algo filosófico al hombre como sujeto dentro de esta ciencia como ente natural y cultural, pero no separados entre sí. Es un ser humano cuya vida ha sido interrumpida de manera violenta. Sus restos se han convertido en naturaleza, restos óseos, restos orgánicos, pero son también cultura, y en cierto modo, aun son vida; la vida que queda en la mente de sus familiares, que buscan justicia. Para Malinowski, el antropólogo físico debe entender que “la raza es lo que la raza hace” (Malinowski, 1984: 25), es decir que, las descripciones biológicas se ven a menudo sometidas a la descripción cultural, para su mejor comprensión, además, hace referencia al impacto a nivel orgánico de las actividades que

Antropologia Forense en el Perú

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Marco Teorico

Citation preview

Page 1: Antropologia Forense en el Perú

MARCO TEÓRICO

El interés de este marco es, en parte, conocer el campo en el que se mueve el análisis, en cuanto a conceptos y enfoques metodológicos. Ahora bien, los objetivos de esta parte son:

Construir, inicialmente, un enfoque teórico de la antropología general, útil al propósito del proyecto de investigación.

Aislar los conceptos que se utilizaran a lo largo del proyecto, especialmente los susceptibles a confusiones, o necesitados de aclaración.

Comprender el marco social y estado de la cuestión del tema a nivel disciplinario, a nivel mundial, latinoamericano y peruano.

Describir básicamente, con el detalle necesario, la naturaleza de la actividad y metodología de la antropología forense y sus profesionales.

Ahora bien, para iniciar esta parte del proyecto, podemos tratar la problemática antropológica. Lo importante primero es comprender el lugar de la Antropología Física y Forense en el campo científico de la Antropología en sí. Posteriormente, es interesante percibir desde un punto de vista algo filosófico al hombre como sujeto dentro de esta ciencia como ente natural y cultural, pero no separados entre sí. Es un ser humano cuya vida ha sido interrumpida de manera violenta. Sus restos se han convertido en naturaleza, restos óseos, restos orgánicos, pero son también cultura, y en cierto modo, aun son vida; la vida que queda en la mente de sus familiares, que buscan justicia. Para Malinowski, el antropólogo físico debe entender que “la raza es lo que la raza hace” (Malinowski, 1984: 25), es decir que, las descripciones biológicas se ven a menudo sometidas a la descripción cultural, para su mejor comprensión, además, hace referencia al impacto a nivel orgánico de las actividades que realizamos en nuestros procesos culturales. Esto se vuelve realidad cuando el análisis óseo es apoyado fielmente por el estudio cultural y etnográfico. Un breve ejemplo: la fosa olecraneana, en la zona distal del humero suele sufrir un desgaste progresivo debido al esfuerzo por trabajos duros. Este desgaste suele ser visto en restos óseos de culturas que cultivaban con esfuerzo el campo en el Perú tanto antiguo como contemporáneas. Malinowski también plantea muy acertadamente que “las medidas, tablas clasificatorias o descripciones de índole física no tienen aplicabilidad alguna, excepto cuando podemos correlacionar el tipo físico con la facultad creadora de la cultura de una raza” (Malinowski, 1984:25). Esto es verdad en cuanto hay sociedades, tanto antiguas como actuales que llevan a cabo actividades o manifestaciones culturales que modifican de algún grado la conformación del cuerpo. Desconocer estos actos y no clasificarlos es ir directamente al error por omisión. Esto en una dirección, o sea, de la cultura a la naturaleza. Pero podemos ir rumbo al lado opuesto. Y si es necesario retornar a la visión anterior se advertirá. Los seres humanos son, según algunas teorías, el resultado de un genotipo que se adapta a un ambiente y resulta en un fenotipo visible y utilitario. Sin embargo, en pos de una teoría más holística, Tim Ingold realiza su crítica a la teoría de la Complementariedad. Nuestro equipo de vida se forma mediante el transcurso de nuestras vidas, dice Ingold. Así

Page 2: Antropologia Forense en el Perú

el humano es un conglomerado de cultura y naturaleza con un sistema cognitivo integrado. Ya no más el ente que pasa del estado natural al cultural. (Ingold, 2008:28)

Otro debate que profundizaremos más adelante, en este marco teórico, será el concepto “raza”. Este concepto es muy temido, en especial por los antropólogos sociales. Sin embargo, los antropólogos físicos suelen usarlo con precisión necesaria, pues aunque en derechos los humanos somos iguales, biológicamente existen diferencias entre personas de diferentes lugares, y esto no se puede ocultar. Un ejemplo pequeño: la sutura maxilopalatina tiene formas diferentes siendo esta de un caucásico leucodermo, un melanodermo o un descendiente de indígenas americanos.

Otro tema a discutir aquí, finalmente es la misma formación del profesional antropólogo forense, tanto en general, como en Perú. Más este es en parte, un análisis etnográfico de la labor del antropólogo forense.

La justicia que se busca por medio de la resolución de casos de violación de derechos humanos no es tanto para el occiso en si como lo es para sus familiares. Todos concuerdan en que la mayor satisfacción del profesional es devolver la paz a los seres queridos de un individuo que ha desaparecido o cuya muerte no tiene responsable directo conocido.

Así, es como la antropología forense halla un lugar en este campo, de un modo interdisciplinario. Ahora bien, primero debemos definir el campo total, la problemática conceptual y luego, adentrarnos en lo forense en sí, para comprender en que terreno nos adentraremos.

A continuación, detallaré los conceptos empleados en este análisis, principalmente el de Antropología, y así ir profundizando mas hasta llegar al nivel de la disciplina que nos interesa.

ANTROPOLOGÍA:

La Antropología es una ciencia que engloba en si varios campos. Como mencionó Malinowski esto la lleva a colindar peligrosamente con otras ciencias, siendo ella una ciencia que llegaba ultima. Sin embargo, esto fácilmente puede ser discutido.

A manera de un empleo adecuado de teorías antropológicas que apoyen este estudio, podemos decir que, alejándonos de la idea etnocéntrica de la ciencia occidental, todas las sociedades realizan antropología, en el sentido de que cada una de ellas realizan su propia interpretación de la naturaleza humana y sus semejantes y diferentes análogos.

Antes de que se acuñara el término mismo, podemos mencionar a los científicos sociales denominados a menudo como “protoantropólogos”, los cuales se hicieron presentes en a fines de la primera mitad del Siglo XIX. Estos son, entre los principales nombres, Henry Maine (La Ley Antigua), Jacob Bachofen (El Matriarcado), Fustel de Coulanges (La

Page 3: Antropologia Forense en el Perú

Ciudad Antigua), John Mc Lennan y Adolfo Bastian. Posteriormente, Edward B. Tylor acuñaría el concepto “antropología”, como la ciencia que estudia la cultura, concibiéndose como el todo complejo que engloba arte, leyes, costumbres, creencias y otras manifestaciones humanas.

Es aquí donde inicia este recorrido tan sinuoso y fragmentado por el cual transita la disciplina. Sin embargo, aun en la época de Tylor, Morgan y Frazer (Época Evolucionista) y en la siguiente (Época Difusionista) la antropología era sustancialmente vaga, reduciéndose a menudo, a la recopilación de datos aparentemente curiosos, generalizaciones ahora consideradas dudosas y aportes valiosos pero meramente bibliográficos. Es aquí, donde a menudo se emplea la etiqueta nominal de “antropología de sillón”, pues aunque algunos de estos eruditos hicieran visitas a lugares de interés en sus estudios (notorios son los ejemplos de Bastian, Tylor y Morgan) no son considerados como trabajo de campo en absoluto.

Es con Franz Boas y su revolución hacia el trabajo de campo, un método particularista histórico y crítica al método comparativo con el que se sientan las bases de la Antropología que conocemos en la actualidad. Además, propone una antropología que englobe de manera autónoma los campos de la Antropología Física, la Lingüística, la Arqueologia y la Etnología. Asimismo, son la cultura, la raza (a los cuales denomina tipos humanos) y la lengua elementos independientes.

Desde este aspecto, vemos una antropología que estudia al hombre desde varios puntos de vista, sin dejar de lado el objeto de estudio principal, que aquí, como en tantas otras teorías es la cultura. Boas menciona que las variables reacciones del organismo no crean por cultura sí mismas, sino que reaccionan a ella (Boas, 1974).

Es en México (en cuanto a su influencia latinoamericana), gracias a sus visitas académicas y de investigación, donde esta metodología fue mejor recibida y aplicada. Ahora bien, algo que resaltar (relacionado de alguna manera con el tema que interesa a este estudio en particular) es el tema de las razas.

Tomando la temática de la antropología forense a este enmarcado teórico momentáneo, podemos ver que aquí se vuelven a la temática de las razas o troncos raciales para el análisis de restos humanos. Pero no es el lugar de enfrentar debates innecesarios sobre este concepto. Más bien, consideraremos el empleo inherente del término “raza”.

La antropología física y forense emplea de manera apropiada el concepto, al solo remitirse a la diferenciación biológica, mas no lo trasciende a ninguna valoración. Las tablas de diferenciación racial empleadas en los procesos de identificación usan de manera eficaz esta diferenciación, pues esta misma diferenciación biológica permite distinguir un ser de otro. Por ejemplo, las tablas para diferenciar la morfología craneana, palatina, de identificación de estatura en base a huesos largos, emplean los troncos raciales principales

Page 4: Antropologia Forense en el Perú

(leucodermo, melanodermos, xantodermos). Sin embargo, estos también van detallándose con el avance de la ciencia. En América, con la finalidad de aportar de manera positiva la identificación de restos humanos victimados durante la época de conflictos armados, se van formando tablas de sociedades nativas. Por ejemplo, debido a la ausencia de una tabla de patrón peruano se emplea principalmente la tabla guatemalteca o mesoamericana.

En este sentido, Boas colabora aportando su afirmación de que

“Como quiera que la raza americana y la raza mongólica de Asia son fundamentalmente parecidas y como es en extremo imposible que el hombre se haya originado en América, estamos obligados a suponer que llegó a América ya sea pasando por Asia o en el periodo terciario desde Europa (…) y que la raza haya llegado a América a través de un puente de tierra que unía a este continente con Asia” (Boas, 1974: 113-114)

Así, se construye un concepto de raza el cual poca y ninguna relación expone entre el físico exterior y el carácter psíquico ni capacidad mental.

Sin embargo, Boas no permanece en este concepto. Más bien, nos explica que el término de “raza” aplicado a los tipos humanos es vago. Pues en su significación biológica, ese término, en su época de mayor expansión, expresaba un grupo uniforme, el cual difícilmente será hallado en el mundo.

Por ello en los últimos tiempos este mismo modelo, cuyo exponente fuera Cuvier (esquema de los tres troncos), está siendo criticado dentro de la Antropología Física. En pos de encontrar mayor certeza en el estudio de las diferencias fenotípicas, se realizan estudios cada vez más específicos socialmente. Aquí entramos en la problemática genética y fenotípica. (Hulse, 1963: 322).

Por tanto, para cerrar el debate sobre el concepto de raza, podemos decir que, la Declaracion sobre el Concepto de Raza, promovida por la UNESCO, en junio de 1951, por iniciativa de grupos de antropólogos y genetistas, acuerda, entre varios puntos, que todos los hombres en la actualidad vivientes pertenecen al género Homo Sapiens, y poseen un mismo origen, aunque aun es motivo de polémica científica la fecha en que se separan del tronco común. Asimismo, se acordó que el empleo del concepto “raza” solo se emplearía para definir y clasificar los distintos grupos humanos dentro de un marco zoológico, y así favorecer al estudio de los fenómenos evolutivos. Así, los grupos nacionales, religiosos, lingüísticos, geográficos y culturales no coinciden necesariamente con los grupos raciales. (Comas, 1957: 637-639)

Sin embargo, también en las ultimas épocas, el dialogo entre antropología y biología se halla muy separado, esto por considerar la dicotomía naturaleza-cultura como absoluta, como pasos consecutivos y excluyentes. Cuando se empleó el método de las Ciencias Naturales en las Sociales produjo el método comparativo en su primera etapa. Así se cometió el error de

Page 5: Antropologia Forense en el Perú

intentar ver en las sociedades cazadoras y recolectoras un reflejo de épocas remotas en el pasado (Ingold, 2008: 85)

Ingold nos explica que este cisma se da desde la división y alejamiento de las disciplinas naturales y las Humanidades, una remitida al estudio de las características y propiedades de lo natural y el mundo físico, así como la segunda al estudio de la producción del espíritu humano. La antropología actualmente está interesada mayormente en el discurso político, económico o meramente social. Bajo una justificación de la separación académica a veces se obvian aportes valiosos de otras ramas.

Volviendo a la temática central, Bronislaw Malinowski, prototipo clásico de antropólogo en el campo localizado tomó en cuenta la biología en el estudio del humano proponiendo la Teoría de las Instituciones y las Necesidades. Al ver su explicación, vemos que Malinowski tomaba la antropología desde un punto de vista holístico, pero algo precavido (podríamos decir), en el sentido de que veía la proximidad de esta a campos de otras ciencias. Más allá de este comentario, Malinowski nos hace ver la antropología como la ciencia del ver y describir científicamente. Ya no son mas supuestos, ni análisis extremadamente sesgados, sino que nos muestra una metodología más cercana a la objetividad aspirada, con varios elementos de prevención y evasión, como los diarios personales, diferenciados claramente del diario de campo.

La antropología abandona temporalmente el terreno físico propiamente dicho, mas no en el campo filosófico. Radcliffe-Brown percibe en el ser humano social dos aspectos complementarios mas no idénticos: el individuo y la persona. El individuo de Radcliffe-Brown es un organismo biológico, conjunto organizado de moléculas en forma de estructura compleja “dentro de la cual ocurren acciones y reacciones fisiológicas y psicológicas, procesos y cambios” (Ingold, s/f: 102).

En este caso, se prefiere la critica que Ingold realiza a esta visión del humano, donde cada organismo “es un sistema abierto, generado en su campo interaccional relacional que impacta la interfaz con su entorno” (Ingold, s/f: 102). Esto es, aplicado a nuestro tema, nos representa al ser humano que es biología, es un conjunto de sistemas y es también parte de una sociedad. Donde este ser interacciona con otros y genera campos, genera redes y relaciones. Todas estas redes se ven truncadas ante la desaparición del ser. Así es un elemento de dos aspectos, no dos elementos aislados ni mucho menos consecutivos en tiempo. Es un organismo. La vida social es un aspecto de la vida orgánica en general.

Antropología, Violencia y Antropología Forense:

Así, la antropología forense se basa en estos vestigios de vida orgánica para retornar la forma visible a la vida social de un ser hallado en forma de restos sin nombre. Estas redes rotas de manera violenta causaron daños graves en el bienestar de una familia o un pueblo. Son restos de cuerpos o de huesos hallados sin identidad, a los que se intenta devolver un

Page 6: Antropologia Forense en el Perú

nombre, una cultura, un ser, una interacción. Ambas condiciones no se aíslan. La vida del individuo, comentada e informada por los familiares y coterráneos, es útil en este proceso de análisis, sus vivencias, su pasado.

Ahora bien, nos situamos en un territorio conflictivo como América Latina. Los numerosos grupos subversivos y la violencia producida por el carácter dictatorial de los gobiernos en algunos de estos países, así como la lucha interna que generó sus enfrentamientos, como en toda guerra, arrastra victimas no relacionadas ni interesadas en las actividades de estos bandos.

La violencia interna en Perú entre 1980 y el 2000 fue una época compleja. Grupos subversivos y terroristas como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru se manifestaron abiertamente y en pos de buscar adeptos y convencimiento en otras regiones recurrían a la violencia. El Estado, en su intento de contrarrestar este efecto de manera total realizó búsquedas y estrategias las cuales conllevaron a la captura de individuos sospechosos pero también personas inocentes.

Así, mucha gente de todo el país, especialmente en la región andina, quedó atrapada entre el Estado y los grupos terroristas. Al concluir todo, la CVR calcula que hubo como resultado, casi 70000 personas afectadas directamente (muertos y desaparecidos), si contar familiares llenos de preocupación y dolor.

Así, por iniciativa del Estado, regresando a un formato democrático, acuerda la constitución de la CVR (Comisión de la Verdad y Reconciliación):

con la finalidad de esclarecer la naturaleza del proceso y los hechos del conflicto armado interno que vivió el país, así como de determinar las responsabilidades derivadas de las múltiples violaciones de los derechos fundamentales ocurridas en aquellos años. (CVR, 2003: 19)

La Comisión se encuentra empleando métodos técnicos más actualizados en esa época para realizar un registro más eficaz y certero. Entre ellos define los informes criminológicos, pericias judiciales, antropología forense, análisis de laboratorio, entre otros. (CVR, 2003: 32)

Sin embargo, a nivel narrativo y académico, podríamos decir que la antropología en Perú, pese a su aislamiento práctico en el interés de la instrucción propia en antropología forense, no la desdeña en absoluto. La violencia interna ha sido tratada a menudo y con gran seriedad. Vemos numerosos artículos y textos sobre el conflicto armado, memoria y otros asuntos relacionados los cuales saludan el aporte de la antropología forense, como método practico de hacer reales las intenciones de devolver justicia y paz a los familiares. La Comisión de la Verdad y Reconciliación requirió de este aporte para lograr llegar a un convenio e informe definitivo.

Page 7: Antropologia Forense en el Perú

En torno a este periodo nace y se desarrolla la antropología forense. Así enmarcamos nuestro estudio en cuanto a la antropología general. Como es el ser humano que concibe e intenta reconstruir el especialista. La problemática social, emocional, histórica, todos los ejes que giran en torno al proceso de retorno a la identidad de individuos desaparecidos.

Antropología Forense:

La Antropología en una ciencia multifacética. A lo largo de su estudio vemos numerosas ramas que nos hacen pensar en lo difuso de sus fronteras así como en lo específico de su objeto. En sus inicios se dedicó a analizar las sociedades lejanas a los hogares de administradores coloniales, si es que no surgió mucho antes en tratados de la Antigüedad, cuando los primeros viajeros visitaban costas que no les eran conocidas. Luego, cobrando más carácter científico, intentó mostrar el funcionamiento y estructura de estas mismas sociedades, intentando hallar sentido a la diferencia entre los seres humanos en diferentes puntos del mundo.

La Antropología Forense se vale de los conocimientos de la Antropología Física y la Biología, así como otros aportes multidisciplinarios, para estudiar casos de índole legal. Asimismo, es un instrumento de las instituciones públicas en el proceso de investigación de casos criminalísticas. La Antropología Forense es una disciplina que requiere aporte de numerosos especialistas. La Arqueologia es un gran apoyo en cuanto a la metodología de hallazgo y acceso al territorio donde se hallan los restos. La Antropología Social brinda los patrones de entrevista para recoger testimonios en la zona y obtener un registro antemortem, conocer los modos y costumbres de la región. La Antropología Física, como principal soporte brinda el método de reconocimiento de los restos en sí. Suele clasificarse a la Antropología Forense como encargada de entregar reportes de cuerpos identificables por los medios comunes de la Medicina. Esto sería en casos de cadáveres esqueletizados, en estado avanzado de putrefacción, incinerados, o seriamente dañados. La Biología aporta la recolección y formación de una base de datos genéticos. Otras disciplinas secundarias que aportan son el Periodismo, la Fotografía, la Literatura, entre otras.

Las definiciones que se dan de la Antropología Forense son numerosas, así como los enfoques sobre su objeto de estudio y campo de acción. Y son importantes las diferentes perspectivas que ofrecen estas definiciones.

T.Dale Stewart la define como “la rama de la antropología física que con fines forenses trata de la identificación de restos más o menos esqueletizados, humanos y de posible pertenencia humana”.

K.J. Reichs pone en misión de la Antropología Forense el ser “una subdisciplina de la Antropología Física que aplica técnicas de la osteología y la biomecánica a problemas médico-legales”.

Page 8: Antropologia Forense en el Perú

Douglas Ubelacker, famoso antropólogo forense conocido por el replanteamiento de los métodos de identificación en conjunto con Buikstra afirma que “trata el estudio de la biología esquelética en contextos médico-legales”.

Kottak también la define, siendo clasificada como la definición más especifica. Él la coloca dentro del campo de la Antropología Aplicada, la cual figura como “la aplicación de teorías, métodos, técnicas y perspectivas antropológicas para identificar, establecer y resolver problemas sociales (traducción de CENIA, 2005:45).

Podemos estar de acuerdo con todas ella en diferentes aspectos, especialmente con su inclusión entre la antropología aplicada, en el sentido de que su método y desarrollo es empleado directamente en pos del aporte social. Aquí, teorías sociales y biológicas se aplican en la realidad, en casos de violencia individual y en los casos de gran impacto social, se investiga en búsqueda de mejores resultados, se coopera activamente de manera interdisciplinaria.

Ahora bien, a modo de resumen podemos afirmar que la antropología forense responde a la aplicación de los conocimientos del antropólogo físico (sobre la variabilidad biológica humana) a problemas médico-legales (EPAF, 1990: 109).

Una breve reseña histórica:

En el mundo: Los antecedentes de la metodología de la Antropología Forense se remontan a la China de la Dinastía Tang, con los aportes de Kia Kung-Yen, historiador chino que realizó un método de identificación por medio de impresiones dactilares. Esto data de aproximadamente el 650 d.C. Posteriormente Ambrosio Paré y Paolo Sacchias acuñan los primeros modelos de Medicina Legal en 1575. Numerosos aportes posteriores como los de Nehemia Grew en 1648, Marcelo Malpighi en 1665 y Eugene-Francois Vidocq (quien fuera un ladrón parisino, luego se convertiría en director de la Sureté Nationale entre 1809 y 1830, por su aporte en l registro y creación de expedientes, estudios de balística y moldes para recoger huellas en las escenas de crimen (lofoscopía y papilografía) así como técnicas antropométricas. En 1823 Ian Evangelista Purkyne, por medio de registros produce una comparación descriptiva de huellas dactilares y las clasifica en 9 grupos En 1858, William Herschel usa este mismo método para producir un sistema que evite suplantaciones y falsas identificaciones. En 1859 esta metodología forense se vería impregnada por el evolucionismo y la teoría de razas. Cesar Lombroso establece el Positivismo Criminológico Italiano, con la intención de caracterizar al “criminal nato”. Enrico Fermi, intenta hallar una relación entre las características físicas y la conducta. En 1880 Luis Alphonse Bertillon crea el Servicio de Identificación Judicial en Paris, donde establece un registro de características métricas y cromáticas de 21 modelos; además de una metodología para utilizar el retrato hablado y las dimensiones corporales (Bertillonaje).

Page 9: Antropologia Forense en el Perú

Sin embargo, la aplicación de material óseo en las investigaciones recién tendría sus raíces en el Siglo XIX, por medio de la Medicina Legal. En esta época, podemos nombrar a Thomas Dwight (denominado por T. Dale Stewart como el padre de la Antropología Forense), H.H. Wilder, Jeffries Wyman y Oliver Wendell Holmes (estos dos últimos testificarían en el caso del “Asesino de Harvard”, donde moriría George Parkman, benefactor de Harvard, a manos de John Webster. Estos cuatro individuos mencionados primeros, hasta el día de hoy son considerados pioneros en el campo de la aplicación de anatomía (o zoología, en el caso de Wilder) a la Antropología Forense (Keplinger, 2006:8)

Sin embargo, se podría afirmar que George Dorsey fue uno de los más experimentados en el campo y fácilmente capaz de denominarlo el “primer antropólogo forense de formación completa”. Fue el primer graduado con Ph.D en Antropología en Harvard. Sus aportes fueron grandes en museología y estudio de las Planicies Indias de la región, así como sus aportes en el campo forense. Entre sus acciones científicas hallamos una tesis doctoral sobre momias peruanas, un trabajo como conservador del Field Columbian Museum en Chicago, y profesor de Anatomia Comparativa. También un análisis publicado de Anatomia ósea humana. (Keplinger, 2006:9)

A inicios del Siglo XX, surgen profesionales de la Escuela del Smithsonian, como Ales Hrdlicka, eran constantemente consultados en casos legales, sin embargo, no eran prioridad las publicaciones de esta índole forense. Cuando inicia la Segunda Guerra Mundial, el estudio óseo recae en los anatomistas. Uno de ellos, T. Wingate Todd fue renombrado por realizar los primeros análisis óseos con interés en los patrones etarias esqueléticos (determinación de la edad por análisis óseo). Wilton Marion Krogman fue uno de los que armó el derrotero de la Antropología Física con rumbos forenses por medio de artículos sobre identificación de restos óseos.

La época de la Segunda Guerra Mundial fue marcada por la necesidad de especialistas anatomistas forenses para el reconocimiento de los restos de soldados americanos. Charles E. Snow (de la Universidad de Kentucky) y luego Mildred Trotter fueron los encargados de esta tarea, alrededor de 1948.

La década de los 60 y 70 significaron la expansión de la disciplina. En los 80, la ciencia se pone al servicio de la resolución de casos de abuso de derechos humanos. En 1984 Clyde Snow viaja a Argentina para apoyar en la devolución de justicia en los casos de violación de derechos humanos en Argentina, un año después de acabar la serie de gobiernos de las Fuerzas Armadas. Así, se encargó de liderar un grupo de estudiantes con conocimientos en exhumación e identificación ósea. Así se fundaría el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), no solo con las expectativas en la identificación sino también investigar y documentar abusos de derechos humanos. (Keplinger, 2006: 15)

Luego, a fines de la década de los 80, Chile seguiría los pasos de Argentina, fundando el Grupo de Antropología Forense de Chile, con la intención de hacer otro tanto con las

Page 10: Antropologia Forense en el Perú

violaciones a derechos humanos provocadas en el gobierno militar del país. Siendo breve su existencia, dejó su posta al Servicio Legal, desde los 90. (Cenia, 2005:43)

Otros países se sumaron a este proyecto, como Guatemala (1992), empezando como el Equipo Guatemalteco de Antropología Forense, y luego como la Fundación de Antropología Forense de Guatemala. Colombia, que desde el progresivo avance que tuvo en Antropología desde la década de los 80, se interesaría en la rama Física, promoviendo la inclusión de especialistas forenses en equipos de sus organismo oficiales. Venezuela y México también son casos dignos de mencionar.

En cuanto a los últimos años del Siglo XX, numerosos antropólogos forenses conforman grupos del sistema de identificación y disposición de victimas en casos de desastres masivos. Esto se denominó el Disaster Mortuary Operational Response Teams, conformado por diez agrupaciones, las cuales se pusieron en coordinación mutua durante el desastre del 11 de septiembre del 2001 en EE.UU.

La Antropología Forense en el Perú:

Este campo mantiene un desarrollo fluctuante en el Perú. Según María Inés Barreto, la Antropología Forense comienza a aplicarse en el Perú dentro del campo policial, específicamente en la Dirección de Criminalística de la Policía Nacional del Perú.

Basando este acápite en la línea argumental, por ser acertada, del libro publicado por el CENIA titulado “La Investigación Preliminar Antropológica Forense en Casos de Graves Violaciones a los Derechos Humanos” podemos aseverar que en el Perú, al menos en las instituciones de educación superior capitalinas, hay una gran problemática en la formación de profesionales en Antropología Forense. La Antropología y la Arqueologia suelen estar muchas veces aisladas en temática, desviándose la primera netamente hacia el campo etnográfico y social, así como desarrollista, no tocando el campo físico más que como curso electivo, propio de la formación. Mientras tanto, la Arqueologia toca la temática biológica como obligatoria acompañada, claro está, de su propia currícula. Así, hay un gran debate en cuanto la legitimidad del verdadero ejercer de la disciplina.

Muchas instituciones, así, que convocan el aporte de los antropólogos forenses, no concentran su interés más en la carrera en la que el profesional se formo universitariamente, como si en la habilidad que posee, sea antropólogo o arqueólogo; las habilidades destacan en la práctica del análisis. (CENIA, 2005: 46)

El verdadero perfil del antropólogo forense requerido es aquel que comprenda y conozca la metodología del trato de los restos humanos de manera adecuada, pueda dar un diagnostico competente de la naturaleza de estos, pero además, que pueda llevar a cabo correctamente fichas y entrevistas antemortem teniendo en cuenta la sensibilidad necesaria de la situación y la zona donde trabaja.

Page 11: Antropologia Forense en el Perú

Ahora bien, las numerosas víctimas sufridas durante los diversos conflictos armados de los últimos tiempos trajeron como solución la formación de un grupo de profesionales dedicados a la antropología forense, con la intención de devolver la identidad a los restos hallados en las fosas descubiertas en diversos lugares del país.

Es aun en el año 1997 cuando se empieza a volver conocido el concepto “antropología forense”. En un inicio solo tratando casos de violencia común, así como de otros más complejos.

Judith Vivar e Hilda Vidal, doctoras en Arqueologia y notorias antropólogas fueron de gran importancia en colaboración en los casos de “La Cantuta”, asimismo, recomiendan en 1993 el empleo de la antropología forense dentro del Instituto de Medicina Legal, para así mejorar el aporte de esta institución, la cual aceptaría, aun con la misión de formalizar y especificar correctamente la función de esta disciplina.

En los años que van de su introducción a los inicios del Siglo XXI, la antropología forense pasó por una etapa de desarrollo metodológico, aportando su ayuda en casos de diversa índole, como violencia y accidentes (el texto del CENIA resalta el accidente del avión de la compañía Faucett en 1996).

El punto decisivo en esta disciplina es el inicio del Siglo XXI, con el regreso de la democracia. Las intenciones de reconciliación promovieron un proceso de trabajo y colaboración en pos de la reparación de los Derechos Humanos. Iniciados los procesos de la construcción de una Comisión de la Verdad, se requirió de datos veraces en todos los campos, incluidos el criminalista-forense. Una de las instituciones de mayor desempeño fue la Defensoría del Pueblo, ocupada en los asuntos relacionados con los Derechos Humanos.

La Comisión de la Verdad y Reconciliación, así, se formaría y con el apoyo de misiones forense internacionales, unidos a expertos de instituciones nacionales, operarían en conjunto con el Ministerio Publico, la Defensoría del Pueblo y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CENIA, 2005: 48).

El resultado de este proceso es la formación de un Registro Nacional de Sitios de Entierro, el cual registró 2200 sitios de enterramiento, así como 2444 posibles sitios adicionales aun no hallados o verificados, por falta de tiempo en el proceso.

Un beneficio que se destaca por parte de la CVR es el haber apoyado a la capacitación, experiencia y formación de profesionales en el campo forense, tanto antropólogos como arqueólogos. Esto propicio al actual grupo que comanda las funciones de la disciplina. Asimismo, en el lado público, el Equipo Forense Especializado es un producto del aporte del Ministerio Publico. Este equipo mantiene miembros en el Instituto de Medicina Legal, el cual constituye el grupo de peritos oficiales bajo control del Ministerio Publico. Así, podemos concluir que del surgimiento de instituciones como el CENIA (Centro Andino de

Page 12: Antropologia Forense en el Perú

Investigaciones Antropológico Forenses) y la COMISEDH (Comisión de Derechos Humanos) se consolido un conjunto de estructuras sociales cuya función es atender las investigaciones en casos de graves violaciones de derechos humanos, apoyando y observando la labor del Estado. (CENIA, 2005: 49)

La CVR toma el mando de la situación, con la finalidad de producir normativas y estrategias adecuadas para el ejercicio de la antropología forense de manera adecuada, esto es bajo las directivas existentes nacional e internacionalmente. El inicio de la búsqueda y labor sobre los numerosos sitios de entierro (antes denominadas fosas comunes) se da en 1997, aproximadamente, pero en un contexto cuyo análisis se veía afectado por la falta de preparación de los practicantes o el desconocimiento de los estándares internacionales, los cuales daban resultados de dudosa confianza, así como la ausencia de ellos.

Así, en 2002, la CVR logra publicar la Declaracion Pública sobre Fosas Comunes de Victimas de la Violencia 1980-2000, y como culminación de los procesos de trabajo de intervención forense, la ejecución del Registro Nacional de Sitios de Entierro.

Ahora bien, la conformación de un Plan Nacional de Investigación Antropológica Forense se vio necesaria para producir un adecuado proyecto científico con la finalidad de que el ejercicio de esta disciplina fuera lo más acertada posible con respecto a los parámetros científicos y morales requeridos en el contexto socio-cultural peruano. Conlleva numerosos puntos, tanto en su formación como en los productos generados.

La adaptación de los métodos y herramientas de intervención antropológica forense es crucial ante la complejidad de las manifestaciones del conflicto armado, así como sus secuelas.

Ahora bien, para efectuar adecuadamente su labor, la ciencia forense en el Perú (y en general, en toda Latinoamérica) adquiere un carácter multidisciplinario. Esta fue una de las propuestas, por ejemplo, del IV Congreso Latinoamericano de Antropología Forense (auspiciado por el ALAF). Así, al redactarse el Plan, se toma en cuenta la colaboración disciplinaria. La serie de métodos de aplicación están basados en el proyecto del plan.

Aplicación:

Para entrar en la parte teórica de la antropología forense, debemos conocer el procedimiento con la cual opera en su campo. La antropología forense se halla en una zona liminal entre lo propiamente social y lo biológico. Ahora bien, como toda ciencia, es muy estricta metodológicamente, y en ocasiones este proceso debe serlo, en cuanto a dos problemáticas que enfrenta: trabajar en un campo donde lo que se halla en juego es la justicia y la tranquilidad de los seres queridos de las víctimas, y su objeto de estudio se halla en constante proceso de desaparición sea por acción humana o por efectos tafonómicos (daños que sufren los restos por acciones no intencionales, mayormente

Page 13: Antropologia Forense en el Perú

naturales). Los principales manuales sobre la metodología provienen del Equipo Argentino de Antropología Forense, por ser la cuna de esta ciencia en Latinoamérica. Todo estudio de caso tiene un procedimiento ordenado compuesto de tres etapas, en las cuales se emplean métodos consecutivos. Estas etapas son:

Investigación preliminar Trabajo de campo o exhumación Trabajo de laboratorio

Investigación preliminar:

Es la primera etapa en la cual se recoge información del entorno acerca del caso. Es el registro de datos sobre la persona, sobre sus características físicas, vivencias y detalles anteriores, generadores y posteriores al momento de la muerte. El paso principal es la ficha “antemortem”, la cual se conforma de datos antropométricos, de sexo, edad, estatura, lateralidad (si la mano dominante era la derecha o la izquierda), análisis odontológico con sus respectivos patrones individuales, y resultados de otros métodos como las ecografías, radiografías, ortopantografías1, entre otros, las cuales se realizaron en vida y permanecen en posesión de los familiares. Cualquier tipo de registro de las características que tuvo el individuo en vida y los sucesos que afectaron su cuerpo son útiles. Incluso las fotos son importantes. Se da prioridad a las fotos del individuo sonriendo, por ser útiles para la identificación por la vía del método dental. En este campo, el profesional adecuado es el antropólogo social, por ser conocedor de los métodos de recolección de datos por medio de entrevistas y vivencia compartida con los habitantes de la zona estudiada.

Exhumación:

Los más adecuados para este campo son los arqueólogos, por la comprensión que poseen sobre la teoría de excavación. Su meta es la recuperación de restos. El método empleado es el mismo empleado en los procesos de investigación de Arqueologia prehistórica. Así, se requiere que posea también conocimientos de Anatomia humana. La dirección arqueológica debe ser rigurosa, pues la mala praxis equivale a la perdida de evidencia valiosa. Sin embargo, esto sucedió en varios lugares hallados en toda Latinoamérica, debido a la inicial falta de profesionales preparados adecuadamente.

El método usado es el de realizar una prospección sobre el área a trabajar, delimitar la sepultura con un cordel perimetral y conformar así, un área acotada de excavación (EAAF, 1990: 112). Al iniciar una excavación de sepultura individual, se debe realizar un sondeo antes de proceder a excavar, para focalizar el inicio de esta en la región de los pies. Así, se evitará dañar regiones de vital importancia para su reconocimiento, como el cráneo o la zona torácica.

1 Tipo de radiografía que permite ver en un solo plano la totalidad de la dentición.

Page 14: Antropologia Forense en el Perú

El proceso debe ser minuciosamente registrado por escrito y fotografía para conocer el desenvolvimiento de los procesos efectuados. Este proceso se realiza de manera tridimensional con la finalidad de representar y destacar detalles significativos en los restos.

Seguido esto, se realizara la extracción de los restos y embalados de manera separada y organizada y encargada en una cadena de custodia a la institución que los analizará.

Las fosas comunes conllevan estrategias semejantes, diferenciándose en que aquí se trabajará con más de un esqueleto. Debido a la mezcla de los restos, deberá haber mayor preocupación en el proceso de excavación. La primera misión de la investigación será diferenciar los esqueletos. Es importante no mover ningún hueso de su lugar inicial hasta que la totalidad del cuerpo no se encuentre totalmente desenterrado y el contexto, totalmente claro para el arqueólogo.

Podríamos decir que esta es una etapa crucial en el análisis. Los resultados obtenidos serian:

La recuperación de restos óseos y elementos asociados al caso (como proyectiles, armas, ropa, efectos personales).

Prevenir daños post-mortem o efectos tafonómicos de los restos. Reconstrucción de los hechos sucedidos y las circunstancias.

Así, los restos llegan a manos del siguiente método, embalados y clasificados, en condiciones optimas para su análisis comparativo e identificativo.

Análisis de los restos:

Al terminar la exhumación, los restos embalados y rotulados son enviados al laboratorio para su estudio. Los resultados guiaran a la determinación de la identidad del individuo y las consecuencias de su muerte.

El esqueleto o los restos óseos son analizados y deben pasar por diversos métodos.

Radiografiado. Por este medio, se pueden notar detalles de interés en el hueso, que no pueden ser observados a simple vista. Estos pueden ser pedazos de proyectiles, marcas en el hueso, dientes retenidos, malformaciones internas o señales de maduración.

La limpieza del resto debe llevarse a cabo con agua y cepillos de cerda fina. Su siguiente paso es la rotulación con siglas individuales para cada pieza ósea.