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    James Redfield es el autor de La

    Profeca Celestina, La dcima

    revelacin, La Visin Celestina

    yEl secreto de Shambhala.

    Ha escrito extensamente sobre

    la conciencia espiritual de la

    humanidad. Vive con su esposa,Salle, en Alabama.

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    La Profeca Celestina

    Un clsico dentro del gnero de la espiritualidad un libro

    para leer y releer, para atesorar y para regalar a los amigos.

    Joan Borysenko, PhD, autor de Its Not the End of the World

    La dcima revelacin

    En una nueva y fascinante aventura, una digna continuacin a suobra maestra, James Redfield nos entrega un libro cargado de emociones,

    suspenso y sabidura espiritual. Un libro que no se puede soltar.

    Brian Weiss, MD, autor de Slo el amor es realy Muchas

    vidas, muchos maestros

    La Visin Celestina

    Para todos aquellos que leyeron La Profeca Celestina y La

    dcima revelacin y se quedaron con deseos de ms... Cada lector

    encontrar en esta obra algo valioso.

    Tulsa World

    El secreto de Shambhala

    En su inimitable estilo de gran narrador, Redfield nos abre las

    puertas a un universo de revelaciones, inspiracin, sincrona y poder

    Haz contacto con los misterios de los grandes maestros.

    Deepak Chopra

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    Ttulo original: The Twelfth Insight

    Traduccin: Vicente Herrasti

    2011, James Redfield

    De esta edicin:

    2011, Santillana USA Publishing Company2023 N. W. 84thAve., Doral, FL, 33122

    Telfono (1) 305 591 9522

    Fax (1) 305 591 7473

    La Duodcima Revelacin

    Primera edicin: Marzo de 2011ISBN: 978-1-61605-341-3

    Diseo de cubierta: Charles Nix

    Fotografa del autor: Jasper Johal

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser

    reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida

    por, un sistema de recuperacin de informacin, en ninguna forma

    ni por ningn medio, sea mecnico, fotoqumico, electrnico,

    magntico, electro ptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el

    permiso previo por escrito de la editorial.

    Published in The United States of America

    Printed in USA by

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    NDICE

    Sincronizacin sostenida..............................................................................13

    La Conversacin Consciente...................................................................37

    Hacia la Alineacin........................................................................................68

    Reconocer la ideologa.................................................................................96

    La Conexin con Dios...............................................................................120

    La gran comisin............................................................................................ 141

    El arte de sintonizar.....................................................................................168

    La Intencin de Unicidad.......................................................................188

    Abrirnos a la percepcin...........................................................................212

    Lo que sabe el Cielo .................................................................................. 235

    El Ascenso a la Sagrada Influencia...................................................260

    El regreso............................................................................................................282

    Eplogo.................................................................................................................300

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    En una poca de engao universal, decir la verdad se

    convierte en un acto revolucionario.

    George Orwell

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    Si n c r o n i zac i n so st en i d a

    Llegu a la carretera y puse la velocidad de crucero. Tratabade calmarme. Haba tiempo de sobra para encontrarme conWil en el aeropuerto, de modo que procur relajarme mientrasdisfrutaba del sol otoal y de las colinas onduladas del sur. Porno mencionar las bandadas de cuervos bordeando la autopista.

    Saba que los cuervos constituan una buena seal a pesarde haber tenido que batallar con ellos todo el verano. Segn latradicin, su presencia indica misterio y una cita pendiente connuestro destino. Algunos dicen que si logras seguirlos lo su-ciente, pueden incluso conducirte a un momento trascendentalen la vida.

    Desafortunadamente, tambin se presentan temprano porlas maanas para comerse los vegetales que cultivas en tu jardna menos, claro est, de que hagas un trato con ellos. Se rende los espantapjaros y las escopetas. Si permites que se alimen-ten de una hilera de plantas cerca del bosque, tendern a dejarel resto en paz.

    Justo en ese momento, un solo cuervo sobrevol el autodelante de m. Despus dio una vuelta completa y se dirigihacia el lugar de donde yo vena. Trat de seguir su vuelo por

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    el espejo retrovisor pero slo pude distinguir un SUV azulmarino que estaba a unos 100 metros de m.

    Sin pensar en el SUV, segu admirando el paisaje, respirprofundo y procur relajarme. Nada como un buen viaje porcarretera, pens. Me pregunt cuntas personas, en distintos lu-gares, estaran experimentando en ese momento algo parecido:huir de la tensin que provoca vivir en un mundo incierto, slopara ver qu pasa.

    En mi caso, la diferencia consista en que yo buscaba algo.Durante meses, me haba encontrado con completos descono-cidos que hablaban de lo mismo: la revelacin secreta de unantiguo Documento sin nombre. Supuestamente, este Docu-mento provena de una coalicin mundial de tradiciones religio-

    sas y ya saban de su existencia aquellos que tienen un instintoespecial para esas cosas. Sin embargo, nadie pareca conocerdetalles del Documento. Se deca que, por necesidad, se haban

    visto obligados a darlo a conocer antes de tiempo.

    Para m, estos rumores resultaban interesantes y ligeramen-te cmicos. La idea de una coalicin entre las diversas tradicio-

    nes religiosas no es nueva, pero se ha demostrado una y otravez que esa alianza es imposible en la realidad. Las diferenciasentre los credos eran demasiado grandes. Al nal, cada tradi-cin trataba de prevalecer sobre las dems.

    De hecho, estaba a punto de olvidarme del asunto cuandoocurri lo siguiente: recib un fax de Wil. Me envi las que pare-

    can ser dos pginas traducidas del antiguo Documento. En losmrgenes de la primera pgina haba una anotacin de Wil quedeca: Esto tiene orgenes tanto hebreos como rabes.

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    Conforme le las pginas, tuve la impresin de que el textohaba sido escrito en tiempos modernos, al proclamar que algo

    importante sucedera en la segunda dcada del siglo XXI. Hiceuna mueca ante la fecha pensando que se trataba de una msde las muchas profecas del n del mundo, una ms de las des-afortunadas predicciones del da nal que malinterpretan todo,

    desde el Calendario Maya hasta la Revelacin pasando por Nos-tradamus. Todos pregonan el n de la Tierra: No ha escucha-

    do usted, amigo? El mundo se terminar en 2012!

    Durante aos, los medios de comunicacin han ido retra-sando la fecha del supuesto n del mundo y la gente, aunque

    preocupada, tambin parece estar muy intrigada. La gran pre-gunta es: Por qu? Qu causa esta fascinacin? Se trata ni-camente de la emocin de estar vivo justo en el momento en elque termina el Calendario Maya? Se trata de otra cosa? Nuestra

    fascinacin por el nal puede revelar una intuicin latente, cada

    vez ms notoria, de que algo mejor est a punto de nacer.

    Cuanto ms lea el fax de Wil, not que las pginas comenza-ban a ejercer una suerte de atraccin sobrenatural. El estilo era

    dinmico, vagamente familiar; el tono de autenticidad se conr-

    m cuando vi una segunda anotacin de Wil en la ltima pgina:Esto proviene de un amigo, garabate. Es de verdad.

    Esas mismas pginas estaban ahora sobre el asiento del co-piloto, a mi lado. El sol vespertino brillaba sobre ellas. Sabaque el comentario escrito de Wil signicaba que, al menos en su

    opinin, la fuente original era autntica y que este mensaje,de uno u otro modo, tendra que ver con su mayor obsesin: laantigua Profeca Celestina que haban descubierto en Per.

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    Este pensamiento liber un mar de recuerdos pues me vinoa la mente lo rpido que haba corrido la noticia de las PrimerasNueve Revelaciones alrededor del mundo. Por qu? Porque te-nan sentido en un mundo supercial y materialista. El mensaje

    de esta Profeca era claro. Ser espiritual es ms que creer en algunadeidad abstracta. Signica abrazar el descubrimiento de otra di-mensin de la vida completamente distinta, que opera de maneraexclusivamente espiritual.

    Cuando uno descubre esto, se da cuenta de que el universoest repleto de una suerte de encuentros fortuitos, intuiciones ymisteriosas coincidencias, todas apuntando a la existencia de unpropsito ms alto y puro de nuestras vidas y de hecho, de todala historia de la humanidad. Entonces, queda abierta la preguntaque se formula todo explorador al percatarse de esta realidad:cmo opera en realidad este mundo misterioso y cmo se aden-tra uno en sus secretos?

    En aquellos das, lo saba, algo haba sucedido en la concien-cia humana, lo que condujo directamente a dos nuevas Revela-ciones: la Dcima y la Undcima. La Dcima se adentraba enel misterio de la Vida despus de la Muerte y se enfoc duranteuna dcada en el Cielo y sus habitantes, terminando de una vez

    y para siempre con la antigua idea represiva de la muerte y loque sucede despus de ella. Una vez sucedido esto, pareci co-menzar una nueva exploracin de todo lo espiritual.

    Pronto lleg la siguiente Revelacin: la Undcima, naci-

    da del saber colectivo que consiste en que todos estamos eneste mundo para participar en una agenda an por denir, unplan de algn tipo. Dicho plan implicaba el descubrimiento de

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    cmo podamos manifestar nuestros ms profundos sueosy llevar el mundo hacia este ideal. En los aos subsecuentes,

    esta intuicin gener toda suerte de teoras sobre el Secreto,el Poder de la Oracin y la Ley de la Atraccin, teoras queparecan ser correctas pero no estaban completas.

    Yo saba que esas teoras nos haban trado hasta los tiem-pos recientes y duraron hasta que lo material se derrumb bajonuestros propios pies en la forma de un colapso nanciero

    mundial. Despus de eso, enfrentamos asuntos ms urgentes,como la solvencia personal y el no permitir que los pesimistasnos arrastren con sus temores. Seguamos despiertos y quera-mos obtener ms respuestas espirituales, pero a partir de enton-ces esas respuestas tendran que ser tambin de ndole prctica.Las respuestas deban funcionar en el mundo real, sin importarlo misterioso que resultara ese supuesto mundo real.

    Supe que pronto sonreira... Qu interesante que Wil hu-biera hallado los escritos en este momento. Desde muchotiempo atrs l haba pronosticado la llegada de otra Revela-cin, la Duodcima (la que acarreara, segn Wil, una revela-

    cin nal para la humanidad, retomando el nal de la Und-

    cima Revelacin). Me pregunt si la Duodcima nos ensearapor n a vivir esta sabidura espiritual a un nivel superior.

    Sera este cambio el principio de ese mundo nuevo e ideal

    que sentamos se aproximaba?

    Saba que deberamos esperar para conocer la respuesta.

    Wil slo haba dicho que lo encontrara en el aeropuerto yque luego partiramos a El Cairo si las cosas salan bien. Sisalan bien? Qu quera decir con eso?

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    ***Un venado que atraves la carretera termin con mis espe-

    culaciones, por lo que tuve que reducir la velocidad. El venadocorri a toda velocidad cruzando los seis carriles y salt labarda que estaba del otro lado. Un venado constitua tambin

    un buen presagio, un smbolo de atencin y alerta.Miraba las colinas, siendo testigo de cmo sus colores oto-

    ales se me brindaban con tintes ambarinos gracias al atar-decer. Entonces me di cuenta de que me senta precisamenteas: ms atento y vivo. Todos estos pensamientos me habanprovocado un nivel de mayor energa, elevndome hasta un

    lugar en el que atenda cada detalle: el atardecer, el paisaje, lasideas que llegaban a mi mente. Era como si de pronto todofuera ms importante.

    Me sobrevino otra sonrisa espontnea y franca. Habaexperimentado este estado mental muchas veces antes, ycada vez que tena lugar me tomaba por sorpresa por su

    ocurrencia intempestiva, aunque tambin me sorprenda elhecho de haber perdido ese estado mental, esa certeza quepareca tan adecuada y natural.

    A esta experiencia se le han dado muchos nombres: laZona, Percepcin Elevada y, mi nombre favorito, Flujo Sin-crnico. Cada nombre trata de capturar su principal carac-terstica: una sbita elevacin de la experiencia, con lo quetrascendemos lo ordinario y encontramos un signicado ms

    sublime en el curso de los eventos. Esta percepcin Sincrni-

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    ca nos centra de alguna manera y va mucho ms all de loque conocemos como mera casualidad, como si se desple-

    gara ante nosotros un destino ms elevado.

    De pronto, me llam la atencin un local situado en el ladoderecho de la carretera. Se trataba de un pequeo bar llamadoel Pub. Wil se haba referido a este establecimiento aos atrsalabando su buena comida, en especial las tortas caseras. Yohaba pasado por ah muchas veces sin detenerme. Ahora mesobra tiempo, pens. Por qu no comer algo aqu y evitar as

    la comida del aeropuerto? Tom la siguiente salida. El SUV queviajaba detrs de m tambin lo hizo.

    ***

    Despus de estacionarme debajo de un roble gigantesco,camin al interior y me encontr con un establecimiento re-pleto. Las parejas conversaban en la barra y las familias connios coman casualmente en las cinco o seis mesas que estabandispuestas en el centro del lugar. Mis ojos se jaron inmedia-

    tamente en dos mujeres sentadas en una mesa pegada a la pa-red opuesta. Se inclinaban para hablar con evidente intensidad.Conforme avanc en direccin a su mesa, not que haba unapequea mesa desocupada junto a la de ellas.

    Al sentarme, la ms joven de las mujeres me mir por uninstante para luego volver a mirar a su amiga.

    La Primera Integracin, dijo ella, sugiere que existeuna manera de mantener la Sincronizacin. Pero no tengo

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    todo el Documento. En algn lugar hay ms de estos escri-tos. Debo encontrarlos.

    Mi energa aument de nuevo. Hablaba ella del mismo Do-cumento? La mujer usaba pantalones de mezclilla y zapatos espe-ciales para excursionismo. Alrededor del cuello llevaba un paue-lo multicolor. Al hablar acomodaba incesantemente su cabellodetrs de las orejas. Advert un leve aroma a perfume de rosas.

    Conforme la miraba, sent una extraa atraccin que meimpact. Miraba a su alrededor instintiva y constantemente, porlo que me sorprendi vindola y estableci un rme contacto

    visual. Apart la mirada inmediatamente. Cuando volv a mirar,un hombre bajo y fornido se acerc a la mesa sorprendiendo alas mujeres y dando lugar a una serie de sonrisas y abrazos. La

    mujer del pauelo le dio varias pginas mecanograadas que lley en silencio. Mientras tanto, yo pretenda leer el men sa-biendo que algo importante estaba sucediendo.

    Por qu vas a Arizona?, pregunt el hombre.

    Porque no deja de venirme a la cabeza una y otra vez,contest la mujer del pauelo. Tengo que seguir mi intuicin.

    Escuch atentamente. Todas las personas de esa mesa pare-can estar en el mismo nivel de ujo que yo.

    Debo comprender por qu me contact mi madre, conti-nu la mujer. Estos escritos me ayudarn a comprender. Lo s.

    As que te vas enseguida?, pregunt el hombre.

    S. Esta misma noche, contest.Slo sigue tu intuicin, interpuso el hombre. La Sincro-

    nizacin debe estar funcionando en tu caso. Pero ten cuidado.

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    No sabemos quines ms pueden estar buscando esta informacin.

    No pude soportar ms. Estaba a punto de comentarles algocuando un hombre grande y musculoso de una mesa vecina a la

    ma murmur: Qu tontera!

    Q-q-qu?, tartamude.

    Mir en direccin a las mujeres y susurr: Me reero a lo

    que dicen. Son puras patraas!

    Por un momento no supe qu responder. Era alto y tendracerca de 45 aos, de cabello rebelde y gesto de ceo fruncido.

    Al hablar, se inclin hacia mi mesa.

    Neg con la cabeza en desaprobacin y dijo: Esta clase depensamiento mgico ser la muerte de nuestra civilizacin.

    Un escptico, pens. No tena tiempo para esto.El hombre pareca leer mi rostro. Qu? Est de acuerdo

    con ellos?

    Mir hacia otra parte para tratar de escuchar lo que deca lamujer, pero el tipo acerc su silla a mi mesa.

    La intuicin es un mito!, dijo con rmeza. Se ha de-mostrado muchas veces. Los pensamientos son slo descargas

    nerviosas que reejan cualquier cosa que usted crea saber sobre

    su medio ambiente. Y toda esa basura del doctor Jung sobre laSincronizacin no es ms que el acto de ver lo que se quiere ver

    en las casualidades del mundo. Lo s. Soy cientco.

    Sonri, aparentemente complacido por estar al tanto delorigen de la teora de la Sincronizacin. Por otra parte, yo meirritaba cada vez ms.

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    Mire usted, dije, preferira no hablar de ello.

    Me volv para seguir escuchando pero ya era demasiado tar-de. La mujer y sus amigos se haban levantado y caminabanhacia la puerta del local. El escptico hizo una mueca antes delevantarse e irse tambin. Pens en seguirlos pero no lo hice,me preocupaba que me tomaran por un acosador o algo as. Mesent de nuevo. El momento se haba perdido.

    Supe que la energa que sent en el auto se haba esfu-mado por completo. Ahora me senta desanimado. Inclusollegu a ponderar la posibilidad de que el escptico tuvierarazn, pero me sacud la idea rpidamente. Haban ocurridodemasiadas cosas en mi vida como para pensar de ese modo.Lo ms probable era que las cosas hubieran sucedido tal

    como sucedieron, es decir, que estaba a punto de saber mssobre el Documento cuando fui emboscado por la maldicinde mi vida: uno de esos escpticos que luchan por desmentirtodo lo espiritual.

    Habra seguido ocupado en mis asuntos a no ser porquenot que un individuo me miraba desde una esquina del bar,

    cerca de la puerta. Vesta una chamarra de cuero caf y llevabael cabello corto. Del bolsillo de su camisa colgaba un par degafas de sol. Justo despus de que nuestros ojos se encontra-ran, l se perdi detrs de un grupo de personas reunidas enesa zona del bar.

    Mir con atencin el recinto y descubr que dos personas

    ms me miraban. Vestan casualmente y tenan en el rostro lamisma mirada montona. Desviaban la mirada al notar que yolos miraba.

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    Bien, pens. Estos eran operadores profesionales dealgn tipo. Me levant y me dirig al bao. Ninguno reaccio-

    n. Recorr un pasillo estrecho para encontrar lo que busca-ba: una puerta trasera. Sal al estacionamiento mal ilumina-do. No vi a nadie. Entonces, conforme me aproximaba a mi

    vehculo, alguien se ocult detrs de la caja de una camione-ta. Cuando volv a echar a andar, la persona camin tambinhacia m.

    Me detuve y la persona se detuvo. Luego not algo familiaren su postura. Era Wil! Cuando llegu a l, Wil me oblig aagacharme y mir en direccin al Pub.

    Qu haces aqu, amigo mo?, cuestion con su acostum-brado tono humorstico.

    No lo s, respond bruscamente. Varias personas me mi-raban en el interior. Qu haces t aqu, Wil?

    Not que llevaba una mochila grande de senderismo.

    Hizo una sea en direccin a mi vehculo. Te lo digo des-pus. Este es tu SUV, no? Vaymonos de aqu. Yo conduzco.

    Al entrar en el vehculo, mir al otro extremo del estaciona-miento y vi a la mujer del pauelo en compaa de varias per-sonas. Sorpresivamente, una de esas personas era el escptico.

    Quera seguir observando, pero ms all de ellos vi algo

    que me dej an ms sorprendido. El SUV azul marino quehaba visto por el espejo retrovisor durante el camino estaba

    estacionado a unos 30 metros, a poca distancia de una cerca.Incluso a esa distancia pude distinguir a dos hombres senta-dos en la parte delantera.

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    Deb haberlo sabido.

    Mientras yo miraba hacia atrs, Wil condujo hasta la carrete-ra y tom rumbo al norte. Nadie pareca seguirnos.

    Por qu viniste al Pub?, pregunt de nuevo.

    Tuve una corazonada, dijo. No saba en dnde ms en-contrarte. Tambin comenc a notar que la gente me miraba,por lo que no quise usar mi telfono celular. Un amigo me lle-

    vaba al aeropuerto cuando record este lugar y pens que qui-zs t te habras detenido aqu. Al ver tu auto le dije a mi amigoque me dejara en este lugar.

    Me mir jamente. Y t? Por qu decidiste parar aqu?

    Vi el bar desde la carretera y record que me lo habasrecomendado. Pens que sera un buen sitio para comer algo.

    Me sonri con complicidad. Ambos sabamos que se tra-taba de la Sincronizacin. Al verlo me pareci que luca bienteniendo en cuenta los aos que llevbamos sin vernos. S, te-na ms arrugas en ese rostro bronceado, pero su voz y movi-mientos parecan los de un hombre mucho ms joven. Sus ojosbrillaban alertos.

    Hay ms personas interesadas en este Documento de lasque pensaba, murmur. Mejor cuntame todo lo que te hasucedido.

    Mientras viajbamos al norte se lo describ todo: las ideasque haba tenido al conducir, el SUV azul marino, el sbito u-

    jo de Sincronzacin y todos los detalles de lo vivido en el bar,especialmente la parte en la que el escptico ech a perder lascosas y lo referente a los hombres que me miraban.

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    Al terminar, le pregunt inmediatamente sobre la vigilancia.

    No s quines son, dijo. Comenc a sentirme observadodesde hace algunos das. Ayer logr ver a uno o dos a la distan-cia. Son muy buenos observadores.

    Asent sintindome nervioso. Tom las pginas de la tra-duccin que estaban cerca de mi pierna y pregunt: Quin te

    mand esto?

    Un amigo que vive en Egipto, respondi Wil, uno de losprincipales expertos en textos antiguos. Lo conozco desde hacemucho tiempo y por telfono me asegur que no hay duda deque el Documento es autntico y que probablemente date delsiglo IV V. Slo le enviaron la primera parte del Documento,ya traducida. Mi amigo piensa que el texto se reere a los tiem-

    pos actuales, igual que la vieja Profeca.Intercambiamos miradas.

    Hay ms, continu Wil. El Documento dice que estamosen una especie de carrera. Mi amigo dice que estos fragmentosestn saliendo a la luz en todas partes del mundo. Aparente-

    mente, quienquiera que est dando a conocer este Documentoest enviando fragmentos seleccionados a distintas personas,con algn n especco. Es todo lo que s. La llamada se des-conect en la mitad de la conversacin. No he podido volver acomunicarme con l.

    Mi mente trabajaba a toda velocidad. La mujer que haba vis-

    to en el Pub tena parte del Documento y estaba a punto de viajara Arizona. Pero a qu parte de Arizona? Estaba en peligro? Lo

    estbamos nosotros?

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    La realidad comenzaba a ser evidente. El Documentoera fascinante; ahora sabamos que alguien ocial tambin

    estaba interesado en l. Trataban de restringir su acceso?

    Qu tan lejos estaban dispuestos a llegar para lograrlo? Me

    invadi el miedo.

    Bueno, supongo que nuestro viaje a Egipto queda descar-tado, dije tratando de ser simptico.

    Wil hizo un gesto de desagrado. Tena la sensacin de quepodamos viajar a otra parte.

    De pronto, clav la mirada en el espejo retrovisor. Detrs denosotros, a una distancia considerable, haba otro SUV.

    Creo que sta nos est siguiendo, dijo.

    En ese momento Wil comenz a poner en prctica una se-

    rie de estrategias. Primero, me pidi prestado mi telfono ce-lular ltimo modelo, sac un mapa del rea, apag el telfono

    y le quit la batera. Redujo la velocidad, lo que hizo que elSUV tambin la redujera para mantener la distancia. Pasado unminuto, Wil aceler de repente, con lo que la distancia entrenuestro vehculo y el SUV aument rpidamente. As, Wil logr

    tomar la siguiente salida sin ser visto.

    Vir a la derecha inmediatamente, avanzando por un cami-no estrecho y pavimentado; luego dio la vuelta a la izquierdapor un camino de grava que, supe de inmediato, no apareceraen el mapa.

    Cmo supiste de este camino?Me mir sin decir palabra. El viejo camino estaba repleto de

    baches, pero nos condujo a otro camino pavimentado que nos

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    llev a la carretera de nuevo, unos 8 kilmetros ms adelante endireccin al norte. Al volver a la autopista nos qued claro que

    el trnsito estaba completamente atascado detrs de nosotros.Pudimos ver luces azules y un camin de bomberos estaciona-do en el punto de la congestin.

    Wil redujo la velocidad al incorporarse a esa carretera prc-ticamente vaca. Todos los que estaban detrs de nosotros, in-cluyendo a los ocupantes del SUV, estaban completamente blo-queados.

    Miraba jamente a Wil. En el pasado, le haba visto hacer

    muchas cosas, pero ninguna tan rpida.

    Cmo supiste qu camino seguir, pregunt.

    Me mir y pregunt a su vez: Cmo supiste que debas

    detenerte en el Pub para ponerte en contacto conmigo?De acuerdo, reconoc. Intuicin. Pero pareci tan rpi-

    do. Yo nunca he hecho algo as.

    Las luces de los autos que circulaban en sentido con-trario daban en su rostro. He hablado con personas queconocen distintos fragmentos del Documento. Describe lasmuchas habilidades que los humanos no han desarrollado.Parece que se es el tema central del Documento. Cada parteest dedicada a lo que llama la Integracin de la sabiduraespiritual, y se reere especcamente a las revelaciones de

    la antigua Profeca.

    Espera un minuto, dije. Eso signicara que el autorde este Documento, sea quien sea, conoca la Profeca desdeesa poca.

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    S. Creo que es una especie de pieza adjunta, como unagua. Mi amigo dice que existen once partes de este Documen-

    to circulando por ah, cada una dedicada a una Integracin delconocimiento particular. Y se habla de una Duodcima.

    Da a conocer la Duodcima Revelacin?, pregunt.

    Aparentemente, pero nadie parece tener esa parte an, oal menos nadie habla de ella. El Documento indica que cada

    Integracin debe ponerse en accin en orden sucesivo, comen-zando por la Primera Integracin: aprender a mantener la Sin-cronizacin.

    Hizo una pausa y me mir antes de aadir: se siempre hasido un problema.

    Saba a qu se refera. Todos coquetean con la Sincroni-

    zacin. El reto, al menos en mi caso, consiste en mantener laexperiencia y lograr que el ujo no sea interrumpido. De todas

    las dicultades inherentes a la Sincronizacin, sta era la ms

    mencionada por la gente. La experiencia Sincrnica parece en-trar a nuestras vidas casi con facilidad, permanece un tiempo yluego termina.

    Me volv para revisar el camino de nuevo. Aunque nadie nossegua, yo continuaba inquieto.

    No s si estoy seguro de querer involucrarme con este Do-cumento, Wil. Puede ser muy peligroso.

    Y qu quieres hacer?

    Quiero ir a una estacin de polica para sacudirme a estaspersonas. Tal vez pueda ayudar a difundir el mensaje cuando seconozca el contenido.

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    Y qu si las cosas no suceden as? Qu pasara si la Duo-dcima Revelacin no se encuentra nunca?

    Lo mir y sonre. Habamos vivido muchas cosas juntos yWil nunca me haba dirigido equivocadamente. Quera escu-char lo que tuviera que decir.

    Mira, continu. Todo lo que hemos descubierto, labsqueda entera de la experiencia espiritual, puede depender

    de este mismo momento. T decides, pero al menos djameponerte al tanto de lo que est en juego.

    Wil redujo la velocidad y sali de la carretera diciendo quenecesitaba concentrarse. Encontr un camino vecinal, lo tom,se estacion y apag las luces.

    El Documento es muy claro, comenz. En l se dice

    que en este periodo de la historia, la fcil vida material se harms dura; habr caos social y nanciero generalizado. No obs-tante, se arma que dichos retos anticipan un gran despertar

    espiritual en todos nosotros, un despertar en el que podremoshacer realidad muchas nuevas capacidades y percepciones.

    Pero cada uno de nosotros debe tomar una decisin.Abrazaremos esta espiritualidad ms profunda o nos aferra-remos al temor? Se trata de un reto para el que es necesarioser valiente, pero tambin debemos ser pragmticos. En ciertosentido, los sucesos nos estn obligando a poner en accinnuestras creencias. La nica manera de sobrevivir el nivel dedesorden que enfrenta el mundo es abordando la vida de ma-

    nera diferente.El Documento dice que la primera habilidad que se ma-

    nifestar es nuestra capacidad de sostener el Flujo Sincrnico.

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    Cuando las misteriosas coincidencias se hagan ms frecuentes,llegaremos a darnos cuenta de que estamos siendo guiados, y

    hasta protegidos de los peligros de este periodo histrico.

    Hizo una pausa y luego pareci atrapar mi mirada a pesarde la tenue luz. Hay ms. El Documento dice que aquellosde nosotros que logremos descubrir cmo mantener el ujo e

    integrar as esta sabidura, facilitaremos el que otros se abrana la experiencia ms tarde, debido nicamente a la inuencia

    que desarrollaremos.

    Pero, por otra parte, si muchos de nosotros fracasamosal integrarnos en esta corriente, puede que la sabidura no seactualice y llegue a perderse en la historia.

    Eso dice?

    S. Exactamente eso.Me sonri condescendiente.

    As de importante es, continu. Y a pesar de ello somosnosotros quienes debemos elegir en lo individual.

    Dime ms.

    El Documento se concentra primero en la experiencia Sin-crnica, sigui Wil, porque es el fenmeno que permite quecada uno de nosotros avance. Si hacemos que esta experien-cia sea ms consistente, entonces nos daremos cuenta de quenuestras vidas tratan de despegar con un destino cierto. Nossentimos ms vivos.

    Exactamente, pens. Ms vivos. Haba utilizado esa mismaexpresin antes para describir mi propia experiencia. Y dadoque recin haba estado pensando en la revelacin del Docu-

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    mento, supe que el encuentro y la conversacin de las muje-res no eran coincidencias. As tenan que pasar las cosas. Por

    supuesto, no tard en aparecer el escptico y la experiencia seperdi. Pude sentir el descenso de mi energa con slo tenerideas escpticas.

    Wil pareci percatarse de esto. Cuando entramos en el u-jo de la Sincronizacin obtenemos claridad y vitalidad; cuando

    salimos del ujo, es justo lo que perdemos.El punto es que ahora nalmente tenemos la oportunidad

    de acceder a una mayor claridad, no slo respecto del fenmenode la Sincronizacin, sino en relacin a toda nuestra naturalezaespiritual. Y si no lo hacemos, nuestro futuro y el de nuestroshijos puede cambiar radicalmente.

    Hizo una pausa cuando un automvil nos rebas. Todo pa-reca en orden.

    De modo que la idea es sta: encontramos las piezas deeste Documento, una por una. Cada parte tiene fundamentoen el contenido de la anterior, de manera que ofrecen perfectosentido y continuidad, brindando as mayor comprensin y unaconciencia superior; tambin obtenemos todas estas habilida-des nuevas que hemos mencionado.

    El Documento dice que cuando integremos las once pri-meras partes, se nos entregar la parte nal: la Duodcima.

    Despus de eso, no slo comprenderemos la espiritualidad en

    su totalidad, sino que tambin seremos capaces de vivirla la ma-yor parte del tiempo.

    Nos rebas otro auto.

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    Insisto: la Primera Integracin echa a andar las cosas, porqueimplica aprender a permanecer en el ujo de la Sincronizacin

    que nos llevar adelante.

    Qu dice el Documento sobre la manera de permanecer en el

    Flujo Sincrnico?, pregunt.

    Dice que slo debemos aprender a recordar.

    Recordar qu?

    Que este ujo es posible! Que existe! En el pasado, cuan-do apenas leas las revelaciones de la Profeca y nos la pasbamospensando y hablando de la Sincronizacin, no te pareca que la

    Sincronizacin de los eventos se daba con ms regularidad? Puesbien: eso suceda justo porque tenamos esa expectativa en mente.Eso es todo. Slo tienes que acordarte de recordar.

    Tuve que pensar un momento. Era as de simple? Antes,

    cuando manejaba hacia el Pub, ciertamente me dej ir y comen-c a pensar en la realidad de la Sincronizacin. Y s: de prontosucedi lo que aqu he narrado.

    En la prctica, aclar Wil, todo se reduce a esperar cons-cientemente que tenga lugar la siguiente Sincronizacin, lo quesignica que debemos permanecer en actitud de alerta expectan-te, una actitud que no resulta tan sencilla en estos das porquenos sentimos retrasados siempre, con muchas cosas que hacer.No obstante, permanecer en este estado de alerta nos ayuda deinmediato, porque tiene el efecto de desacelerar el tiempo.

    Yo saba que eso era por dems cierto. Siempre que ests espe-rando algo y quieres apresurar los acontecimientos, las cosas tardanuna enormidad en llegar. El tiempo parece reducir su marcha.

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    La desaceleracin del tiempo es ahora algo positivo, aadi,porque muchos de nosotros nos sentimos abrumados por los

    problemas que nos llegan a la velocidad de la luz. Mientras msdesaceleremos las cosas para esperar a que un evento sincrniconos indique el camino correcto ms fcil ser manejar la vida.

    De modo que, para empezar, deberamos poner una nota enel espejo del bao, o decir a un amigo que nos llame para recordr-noslo a primera hora de la maana, o cualquier otra cosa con tal deno olvidar que debemos desarrollar una expectativa de Sincroni-zacin al comienzo de cada da. Con el tiempo se convierte en unhbito. Y una vez que empiezan a tener lugar todas las misteriosascoincidencias y nuestro destino da la impresin de estar desenvol-

    vindose ante nuestros ojos, lo nico que nos queda por hacer espermanecer en ese ujo.

    Hizo una pausa dramtica.

    Y para hacer eso, continu, necesitamos aprender a comu-nicar lo que nos sucede a los dems.

    Qu?

    Piensa en qu sucede cuando pierdes el Flujo, explic. No

    suele suceder cuando nos topamos con una situacin en la que nosvemos obligados a interactuar con los que no estn en el ujo y, por

    consiguiente, no pueden ver todos los signicados que nosotros

    vemos? Su efecto es que salimos del ujo abruptamente.

    Pens en lo que acababa de sucederme con el escptico. En esecaso al menos haba sido ms que cierto.

    Cuando estoy inmerso en el ujo, dije, suelo tratar de evitar

    a los dems, precisamente para que no me saquen de ese estado.

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    Lo s, dijo Wil en tono de amistoso reproche.

    Ests diciendo que deb tomarme el tiempo para hablar

    con ese escptico, aunque no quera hacerlo?

    No. Sugiero que debas ser abierto y veraz con l, pidin-dole quizs que aguardara unos minutos mientras hablabas conlas personas de la mesa. Te estaba importunando, pero no poreso tenas que salir del ujo. Perdiste el ujo porque no encon-

    traste la manera de comunicarle honestamente quin eres y questabas haciendo.

    No creo que estuviera interesado en nada que yo pudieradecir.

    Se te escapa el meollo del asunto. No dije que debas de-fender tu posicin o convencerle de nada. Slo debas comuni-

    carle la verdad de la situacin tal como la ves, con el propsitode mantenerte centrado en el ujo. Pudo haberse marchado o

    considerar que eras un tanto grosero; se es su problema. Elcaso es que t habras mantenido el ujo.

    Volvi a hacer una pausa dramtica antes de continuar: Yde haber manejado as las cosas, habras estado abierto a la po-

    sibilidad de que ese hombre tuviera informacin para ti! Gra-cias a la antigua Profeca de Per sabes que debes tratar la su-puesta interrupcin de este hombre no como una amenaza sinocomo una Sincronizacin potencial en s misma nada impideque, a largo plazo, lo que ese extrao te dijera resultara tan oms importante que lo que estabas aprendiendo de la mujer.

    La llamada de atencin me sacudi y vigoriz al mismotiempo. Si estaba entendiendo bien, al decir la verdad sobrela situacin personal (cualquiera que sta sea) se mantiene

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    el flujo principalmente porque nos mantiene centrados enla claridad de nuestra propia experiencia vital. De nuevo volv

    a preguntarme si poda ser tan simple.

    Cuando formul la pregunta a Wil, l ri entre dientes y dijo: Asde simple y complejo a la vez. Y si quieres continuar encontrando lasIntegraciones, debes comenzar por concentrarte en decir la verdadabsoluta, a ti y a los dems. Debes comunicar lo que realmente te estpasando, sin importar lo esotricas que puedan ponerse las cosas.

    Yo segua pensando cuando Wil encendi el auto y volvi ala carretera. Tras recorrer una distancia corta, se pas al carrilizquierdo para evitar a un coche estacionado a mano derecha.Dentro se distingua la solitaria silueta del conductor. La luzilumin su rostro por un instante.

    Es l!, dije sin poder creerlo del todo. El escptico del Pub.Es l.

    Wil mir atrs. Ests seguro?

    S.

    Mientras lo observbamos, el hombre sigui por la carretera ytom la primera salida. Wil me mir con suspicacia.

    Qu pasa?, pregunt.

    Parece que ya ests de nuevo en el ujo. Tal vez se te est ofre-ciendo otra oportunidad.

    Te reeres a la oportunidad de hablar con l?

    Pues bueno, dijo Wil mirando al tablero del coche, querassaber a dnde se dirigira la mujer que viste. Y dijiste que l estabahablando con ella en el estacionamiento. Necesitamos cargar gaso-lina, de modo que podemos regresar y encontrarlo.

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    Mir a Wil y acept sin que la idea me gustara mucho quedigamos. De acuerdo. Hagmoslo, pero no estoy seguro de

    qu le voy a decir a este tipo.

    Slo dile la verdad, dijo Wil. Dile que crees que lascoincidencias signicativas son reales y ocurren por alguna

    razn... y dile que sta es la segunda vez que tu camino secruza con el suyo.