133158984 El Padre en Psicoanalisis Alfredo Eidelsztein

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    Programa 

    1. Conclusiones, ideas y problemas en torno al concepto de Padre en psicoanálisis 

    2. Presentación de la "Horda primitiva" de S. Freud 

    •  Teoría de la historia •  Represión •  El Uno 

    3. Crítica interna de la "Horda primitiva" 

    •  "Nombre-del-Padre" •  El Indoeuropeo •  Patter , atta •  Fratter , adelphos •  Fratria y apellido (nombre propio) 

    5. El significante de la ley 

    •  thémis, dike •  A y código 

    6. "Madre" y "Padre" en psicoanálisis 

    •  Autoridad y dicho primero •  Identificación primaria •  Una concepción operacional del complejo de Edipo 

    7. Mito 

    •  Noción de mito •  Mitema •  Inconsciente y ruinas del saber mítico •  Mito individual del neurótico 

    •  Dios monoteísta y creencia 

    Temas a elaborar durante el segundo año del curso: 

    •  Creación y existencia •  Orden simbólico •  Uno en la Biblia y en Plotino •  El Dios omnipotente y el autolimitado; el Dios uno y el Dios dos. •  El Padre real 

    Bibliografía 

    -Benveniste, Emile. (1983). Vocabulario de las Instituciones Indoeuropeas.

    -Bottéro, Jean et Kramer, Samuel Noah. (1986).

    Taurus Ediciones S.A.España. 

    Lorsque les dieux faisaient l’homme. ÉditionsGallimard-Bibliothèque des Histoires. París. 

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    -Bottéro, Jean. (1986). Naissance de Dieu

    -Caillois, Roger. (1996). 

    . Éditions Gallimard-Bibliothèque des Histoires. París. 

    El hombre y lo sagrado. Fondo de Cultura Económica. México. 

    -Dodds, E.R. (1994). Los griegos y lo irracional. Alianza Universidad (268). Madrid. 

    -Freud, Sigmund. (1980). Tomo XIII. Tótem y Tabú y otras obras

    -

    . Amorrortu editores. Bs. As. 

    Freud, Sigmund. (1979). Tomo XVII. De la historia de una neurosis infantil (el «Hombre de losLobos»)

    -

    . Amorrortu editores. Bs. As. 

    Freud, Sigmund. (1979). Tomo XVIII. Más allá del principio de placer. Psicología de las masas yanálisis del yo y otras obras

    -

    . Amorrortu editores. Bs. As. 

    Freud, Sigmund. (1979). Tomo XXI. El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras

    -

    .Amorrortu editores. Bs. As. 

    Freud, Sigmund. (1980). Tomo XXIII. Moisés y la religión monoteísta. Esquema del psicoanálisis yotras obras

    -Kirk, G.S. y Raven, J.E. (1981).

    . Amorrortu editores. Bs. As. 

    Los Filósofos Presocráticos

    -Lacan, Jacques. (1992). 

    . Editorial Gredo (BHF 63). Madrid. 

    Escritos 1. La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desdeFreud

    -Lacan, Jacques. (1992). 

    . Siglo Veintiuno Argentina Editores S.A. Bs. As. 

    Escritos 2. De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de lapsicosis-Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano

    -Lacan, Jacques. (sin datos). 

    . Siglo VeintiunoArgentina Editores S.A. Bs. As. 

    Seminaire Les Noms du Père (20/11/63)

    -Lacan, Jacques. (1984). 

    . Inédito. 

    Seminario 3. Las Psicosis. Editorial Paidós S.A.I.C. Barcelona. 

    -Lacan, Jacques. (1994). Seminario 4. La Relación de Objeto. Editorial Paidós S.A.I.C. Barcelona. 

    -Lacan, Jacques. (1988). Seminario 7. La Etica del Psicoanálisis. Editorial Paidós S.A.I.C.F. Bs. As. 

    -Lacan, Jacques. (1987). Seminario 11. Los Cuatros Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis. Editorial Paidós S.A.I.C.F. Bs.As. 

    -Lacan, Jacques. (1992). Seminario 17. El Reverso del Psicoanálisis. Editorial Paidós S.A.I.C.F. Bs.As. 

    -Lévi-Strauss, Claude. (1980). Antropología Estructural Cap. XI. La estructura de los mitos

    -Otto, Rudolf. (1996). 

    . EUDEBA.Bs. As. 

    Lo Santo. Alianza Editorial- El libro del bolsillo (793). Madrid. 

    -Scholem, Gershom. (1998). Conceptos básicos del judaísmo. Editorial Trotta S.A.-Paradigmas (21).Valladolid. 

    -Trebolle Barrera, Julio. (1993). La Biblia Judia y La Biblia Cristiana. Editorial Trotta S.A.-ColecciónEstructuras y Procesos. Valladolid. 

    http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789681615239http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789681615239http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789681615239http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9788420667348http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9788420667348http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9788420667348http://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290036http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290036http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290036http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290043http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290043http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290043http://www.psicoanalisis.org/http://www.psicoanalisis.org/http://www.psicoanalisis.org/http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239737http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239737http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239737http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=20765http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=20765http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=20765http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239775http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239775http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239775http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239812http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239812http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239812http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=16485http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=16485http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=16485http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789682305611http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789682305611http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789682305611http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=52202http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=52202http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=52202http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=84031http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=84031http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=84031http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=83284http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=83284http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=83284http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=83284http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=84031http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=52202http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789682305611http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=16485http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239812http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239775http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&numlibro=20765http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789501239737http://www.psicoanalisis.org/http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290043http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789876290036http://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.psicomundo.org/freud/oc.htmhttp://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9788420667348http://www.libreriapaidos.com/carrito.aspx?vienede=PsicoNet&ISBN=9789681615239

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    Clase Nº 1 (22-05-1999)

     Voy a proponerles organizar esta actividad que comenzamos hoy de un modo distinto al deun seminario, es decir, no va a ser un seminario y tampoco un ciclo de conferencias. No se trata

     —al menos desde mi posición— de una enseñanza que podríamos definir como ex cathedra , deprofesor o de maestro. Primero, porque no me coloco en esa posición —no me consideromaestro de nadie. Y, por otra parte, me da la impresión de que para la formación del analista — supongo que la gran mayoría de los presentes debe estar interesada en la formación del analista—creo que el hecho de que la enseñanza sea regularmente impartida de forma ex cathedra  puede serde muy buenas facturas en la enseñanza, pero puede sin embargo no contribuir a la formación delanalista en cuanto tal, porque tiende a engrosar el sujeto-supuesto-saber. Si nosotros, como

    sujetos, seguimos engordando al sujeto-supuesto-saber de X o de Y, podremos quizás manejar o ver cómo otro maneja con cierta soltura la articulación de cierto concepto; pero muy difícilmentepodamos progresar en la posición de analista, y, más aún, hasta quizá se produzca algo así comoque nunca lleguemos a lograr hacerlo.

    En ese sentido, cuando les digo que no es un “seminario”, es porque creo que llegó la horade revisar un poco, con tranquilidad y humildemente, qué tipo de posición enunciativa teníaLacan en su seminario; no en cuanto al contenido de su argumentación, sino más que nada en eltipo de vínculo que se establecía con quien lo escuchaba y quien lo leía. Me parece que hay querevisarlo porque hay bordes de esa actividad que neurotizan enormemente. Y esto de queneurotiza enormemente se verifica no porque Lacan sabía tanto y uno tan poco, sino por laparalización que produce en tantos de nosotros la forma en que esa enseñanza se nos presentó — sentimos que no entendemos nada o que no somos capaces de articular nada, o muchas vecesnos pasa algo mucho mas complejo. Yo no sé si a Ustedes les ha ocurrido, pero a mídirectamente me pasó sentirme un tonto... Y no creo que sea por la dificultad, porque uno haleído autores tanto o más difíciles que Lacan, sino que me da la impresión de que es por esacuestión del “maestro”, tan personalista, que no le deja a uno otro lugar a ser ocupado que el deun tonto... Me parece que no hay que contribuir a que los analistas se sientan tontos.

    “Ignorantes” podría ser, pero “tontos” me parece que no.

    En realidad, lo que intentaré hacer junto a Ustedes en esta actividad es plantearles mispreguntas obviamente en torno a la noción de «Padre» en psicoanálisis, y tratar de presentarles losrecorridos que he ido probando y las soluciones provisionales que he ido encontrando a esaspreguntas.

    Hay además otro problema que yo quisiera plantearles desde el comienzo (y si resultaexitoso, va a durar bastante en el tiempo), a saber, cómo pienso plantearles mis preguntas, que

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    son verdaderamente las mías. Creo que eso puede plantearse si uno acepta que el psicoanálisisnunca puede llegar a ser algo de la índole de una doxa , de una opinión común. El psicoanálisisnunca va a poder llegar a ser para ninguno de nosotros algo establecido que pueda saberse,conocerse y, como tal, enseñarse. Propongo pues que si uno no va a encarar las preguntas queplantea y no va a intentar humildemente, cada uno en la medida de sus posibilidades, investigarlas vías que se abren a partir de esas preguntas, estará en una mala posición. Porque elpsicoanálisis no puede ser una doxa , no se puede constituir en un conjunto de nociones estables.

     Y esto en virtud del siguiente problema: el orden simbólico se caracteriza por estarpermanentemente en cambio ya que, como está constituido por elementos quefundamentalmente cobran identidad tan sólo en la diferencia con los otros, cada vez que entra enoperación un término nuevo, los demás necesariamente cambian; pero cambian de tal maneraque ya no alojan del mismo modo al nuevo término que se introdujo.

    Les presento clínicamente el problema. En determinado momento, en nuestra cultura, seintrodujo el significante “psicoanálisis” —que es un neologismo freudiano—, produciendonotables efectos clínicos. Era la época gloriosa en la que Freud curaba en un año, a razón de unasesión diaria. Eran análisis de uno o dos años de duración, y no como los nuestros que llevan

     veinte o veintidós años... Entonces, al poco tiempo, los pacientes de Freud se marchaban, securaban en un año. Freud empezó a preguntarse qué pasaba y acuño así, por ejemplo, la «reacciónterapéutica negativa». Bien, pero sólo puede haber reacción terapéutica negativa si hay terapéuticade esa índole. Es decir que «reacción terapéutica negativa» no podría estar planteada comoconcepto antes de que adviniese el concepto «psicoanálisis», en el sentido de que el psicoanálisisentre a la sociedad. Una vez que el psicoanálisis hubo entrado en la sociedad, esa sociedadcambió: tuvo ya al psicoanálisis dentro. Y como tiene al psicoanálisis dentro, surge por ejemplo la«reacción terapéutica negativa». Y si el psicoanálisis se hace cargo de la «reacción terapéuticanegativa», ya cambió en sí mismo. Con lo cual, cada vez que uno pesca un concepto nuevo, o queun autor de importancia introduce un concepto nuevo en el psicoanálisis, todo cambia; todo elconjunto de las nociones cambia, tanto como la práctica clínica —si es que efectivamente esanoción incide en la clínica. Y esto ocurre porque estamos operando dentro de un ordensimbólico.

    Pero no sucede lo mismo, por ejemplo, en la relación del orden simbólico con lo real. Si losfísicos designan una partícula real de cualquier manera, el hecho de que exista esa designaciónhace cambiar la posibilidad de operar de los seres humanos sobre esa partícula. O sea, si nosotrostenemos «neutrinos», vamos a poder operar sobre los neutrinos; pero que nosotros podamosoperar sobre los neutrinos no cambia la naturaleza del neutrino. Quiero decir que la sustancia, ensu estructura atómica, no cambia por el hecho de que uno la descubra, pero sí lo hacenecesariamente en sus dimensiones simbólicas.

    De modo que presentaré necesariamente la noción de «Padre» en psicoanálisis, desde estaperspectiva. No solamente intentaré llegar a un concepto operativo en la clínica, sino que también

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    trataré de ir explorando cómo fue que se produjo esta ida y vuelta de los desarrollos teóricos y susretornos desde la clínica.

    Entonces, en esta primera reunión yo quería conversar y discutir con Ustedes losproblemas que la noción de «Padre» implica. Para eso, querría discutir mínimamente qué significala noción o el concepto de «Padre».

    No voy a plantearles nada de la índole del universal, de la idea, de la intuición que eltérmino “concepto” implica en filosofía. Voy a plantearlo más bien desde la perspectiva de laciencia. En la ciencia moderna, “noción” o “concepto” implica una maniobra sobre unsignificante. ¿Qué maniobra? La de extraerlo de su lugar del seno de una lengua. Mediante estaextracción se intenta desprenderlo de sus significados asociados, procurando que el significado

    que ese término tenga sea solamente a consecuencia de su articulación con otros términos,nociones o conceptos de la teoría. Se trata pues de tomar una palabra de la lengua. Pero laconceptografía no es álgebra, no es trabajar con letras. Cuando uno trabaja con letras, ya no setiene este problema porque uno sabe que la letra “X” no es ninguna palabra, ni siquiera es la letra“X”—en todo caso, será una “incógnita”. Pero hay una ganancia al no escribir “incógnita” y síescribir “X”: la de evitar el arrastre del significado. Con el concepto sucede lo mismo.

    El problema que tenemos con el concepto de «Padre» es que debe operar allí donde lapalabra, el término, el significante “Padre” implica su significado, porque nuestra práctica clínicaes sobre sujetos humanos hablantes. Entonces, como concepto, nosotros debemos definirlo tan

    sólo con relación a los otros conceptos. Y uno está ya advertido de que no tiene que ver con elpapá de nadie. ¿Entienden por qué? No porque se me antoje que no tiene que ver con el papá denadie, sino porque la palabra “Padre” —que habitualmente designa al papá de alguien— nofunciona así como concepto psicoanalítico. En tanto que concepto psicoanalítico, «Padre»adquiere significado en virtud de sus relaciones con los otros conceptos de la teoría. Pero elproblema que tenemos nosotros es que “Padre” también designa algo en la lengua. Es el mismoproblema que tenemos cuando usamos como concepto un término de la lengua y no unneologismo. Se gana mucho si se utilizan neologismos.

    “Psicoanálisis” es una palabra inventada por Freud. ¿Qué significa “psicoanálisis”? Sucedeque “psicoanálisis” ya ha entrado dentro del conjunto de los términos de la lengua y entoncestenemos el retorno de lo que en la lengua significa “psicoanálisis”, que no es —insisto en ello—lo que significa teóricamente para nosotros. Pero sea como fuere, su entrada está marcada por laconcepción de Freud. No pasa así con “inconsciente”, que es “Unbewusste” , un término que Freudsí toma del alemán. Y al haber sido tomado del alemán, uno debe pasarse toda la vidadistinguiendo lo que ese término significa habitualmente en alemán, de lo que significa en lateoría.

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    Con «Padre» ese problema es nuclear porque nunca vamos a tener el concepto de «Padre»totalmente aislado del término “Padre”. Y se lo propongo así, porque propongo trabajar con laidea de que en todos nosotros la palabra “Padre” no solo arrastra un significado personal ehistórico, sino que por otra parte ese significado es pleno de valor —no es una palabra cualquierapara nosotros, es plena de valor. Con lo cual, hay un problema muy fuerte para articular lo queimplica «Padre» como concepto teórico, porque es dificilísimo que no se nos mezcle todo eltiempo con el término “Padre”, como un término que nos constituye como sujetos hablantes.

     Así pues, es dentro de este marco que voy a plantearles, o más aún, justamente conrespecto al encuadre de este marco es que he organizado esta primera reunión para plantear losproblemas que, tal como yo los entiendo, hoy se producen en la utilización del concepto «Padre».

    Propondré empezar con los problemas, las contradicciones y hasta los prejuicios que a mientender operan en torno a «Padre» en las formulaciones freudianas; o sea, intentaré mostrarcuáles son los problemas que hay en Freud con la noción de «Padre». Y, además, estudiaremosjuntos qué problemas arrastra la noción de «Padre» en Lacan. Finalmente, pondremos sobre eltapete aquello que considero suelen ser nuestras preguntas acerca de este concepto. Justamentepor no tenerlo aún suficientemente bien articulado, terminamos por confundirlo con el padre decarne y hueso...

    Como se trata de mis preguntas —me parece oportuno presentar también las vuestras—,les plantearé las que me son de mayor relevancia, aquellas que probablemente sean las queUstedes compartan conmigo. Debo, sí, advertirles de que en nuestros planteos probablementedebamos poner en tela de juicio ciertas cosas dichas por Freud o por Lacan.

     Ya saben que considero que «Padre» es un término que para todos nosotros posee mucho valor de significación. Si Ustedes preguntan a cualquier persona del ambiente no psicoanalíticoquién es Freud, obtendrán como respuesta casi inmediata: “Sí, Freud, ¡el Padre del psicoanálisis!” .

    Con lo cual, traigo citas muy medulares de Freud —seguramente muy conocidas por Ustedes—porque como vamos a criticar al “Padre” —actividad ciertamente muy delicada—, no quería quela critica recayese en una pequeña cita a pie de página o en una palabrita encontrada sueltita porallí. No porque no las haya, sino porque me parece que, para nuestra comunicación, es más aptoque entremos por los problemas más gruesos.

    Para resolverlos, les propongo trabajar con bastantes citas, pero con la previa consideraciónde acordar cierta pauta: que no se trata de una lectura mía, sino que se podría suponer que el

    problema está ya en el texto. Aunque el exceso de citas puede resultar sumamente aburrido, porrazones de seriedad y de cuidado, las creo convenientes.

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    §

    El primer problema respecto de la elaboración del concepto de «Padre» en Freud es que lahorda primitiva no existió. ¿Entienden lo que quiere decir que la horda primitiva no existió? Quejamás ningún arqueólogo encontró un deposito de huesos de humanoides hembras adultas encantidad, humanoides hembras niñas en cantidad, machos niños en cantidad y un único esqueletode un macho adulto... Eso jamás se encontró. No sé por qué se ríen, porque me parece unargumento indiscutible para demostrar que ese tipo de nucleamiento nunca, jamás, fueencontrado y verificado. Con lo cual, podríamos pensar que ese tipo de nucleamiento humano nosucedió. Y diré más, Freud mismo lo sabia. Les leo un pasaje de «MOISES Y LA R ELIGIONMONOTEISTA», del tomo XXIII de la edición de Amorrortu, en la página 127:

    «Sigo sosteniendo esa construcción».

    Se refiere a la teoría de la horda primitiva. Yo sé que muchos de Ustedes deben estar muyimpacientes por decir que es un mito... ¡Serenidad! Ya vamos a meternos con la cuestión del mito.

    «Repetidas veces tuve que oír violentos reproches por no haber modificado mis opiniones en posterioresediciones del libro, no obstante que etnólogos más modernos han desestimado de manera unánime lastesis de Robertson Smith y postulado en parte otras teorías, por entero divergentes».

    La teoría de la horda primitiva darwiniana, desarrollada por Smith, nunca existió. Seguirsosteniéndolo, para nosotros sería ridículo.

    «Tengo para replicar que me son bien familiares estos presuntos progresos, pero no he quedadoconvencido en absoluto ni de la corrección de tales novedades ni de los errores de Robertson Smith. Una

    contradicción no es todavía una refutación, ni tampoco una novedad es necesariamente un progreso. Perosobre todo, yo no soy etnólogo, sino psicoanalista. Tenia el derecho de espigar entre la bibliografíaetnológica aquello que pudiera utilizar para el quehacer psicoanalítico. Los trabajos del genial RobertsonSmith me han proporcionado valiosos contactos con el material psicológico del análisis, anudamientos parasu valoración. Con sus oponentes nunca he coincidido».

    ¿Se entendió? A Freud le interesó Smith, no por sus intereses etnológicos —que no lostiene—, sino porque le explicaban muy bien lo que él veía en la clínica. Con lo cual, vean que seprocede al revés. Está el fenómeno o el hecho clínico, luego la lectura de la horda primitiva, yentonces uno podría decir que los hechos le hicieron sostener a Freud la teoría de la hordaprimitiva. Pero, ¿por qué él no cambió? Porque sigue viendo los mismos hechos clínicos.Ciertamente, las nuevas teorías etnológicas no se los explican. Entonces, él dice quenecesariamente, por los hechos clínicos, se tiene que quedar con eso. Por lo tanto, tendremos quepasar a discutir cuáles son esos hechos clínicos que hacen sostener la teoría de la horda primitiva.

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     El segundo problema estriba en que, según Freud y todos nosotros, la teoría de la horda

    primitiva es un mito. A mí no me interesan los mitos, pero éste sí. Escuchen bien qué es lo queFreud dice acerca de esta teoría de la horda primitiva, en este pasaje del Apéndice de«PSICOLOGIA DE LAS M ASAS Y ANALISIS DEL Y O», del tomo XVIII, en la página 128:

    «Dijimos que sería posible indicar en el desarrollo anímico de la humanidad el punto en que se consumó,también para los individuos, el progreso de la psicología de masa a la psicología individual. Para ellodebemos reconsiderar brevemente el mito científico del padre de la horda primordial».

    ¡Ah! ¡Es un “mito científico”! No es un mito como lo son los griegos. Y para aquellos queya visualizaron el problema de que Freud lo designa “mito científico”, ya saben que no es sóloaquí que Freud habla de ello. Conocen ese texto de Freud, creo que es el «M OISÉS...»1

    Se lo leo de un excelente libro de Kirk y Raven

    , en quedice que su teoría de la pulsión de muerte como destructiva y Eros como unificante, estaba yaplanteada por Empédocles, a quien él había leído en su juventud. Freud confiesa que él leyó aEmpédocles en su juventud y que tal vez se trate de un caso de criptoamnesia (vieron que, en elfantasma de Freud, es un drama quién fue el que primero inventó esto o aquello). El problema esque también en Empédocles está el mito de la horda primitiva. De mantea tal que tal vez no es“científico”, sino otro caso de criptoamnesia de Freud...

    2

     1  Se trata de «A NÁLISIS TERMINABLE E I NTERMINABLE»: “Por ello mismo debía regocijarme el reencontrarnuestra teoría, no hace mucho tiempo, en uno de los grandes pensadores de la aurora griega. A esta

    corroboración sacrifico de buena gana el prestigio de la originalidad, tanto más cuanto que, dada la extensión

    de mis lecturas en años tempranos, nunca puedo estar seguro de que mi supuesta creación nueva no fuera unaoperación de la criptomnesia”. [N.d.C.].2 G.S. Kirk, J.E. Raven, «Los Filósofos Presocráticos» (Gredos, Madrid, 2003, ISBN: 8424912497).

    sobre los presocráticos, editado porGredos. En un apartado de Empédocles que se llama «El pecado original y la caída del hombre»,en la página 489, Kirk y Raven dicen:

    «El segundo [...] de su poema religioso es el del pecado original y la caída consiguiente del hombre. En el

    mito órfico, el pecado original lo cometieron los Titanes, que desplazaron y se comieron a Dionisio. En «LasPurificaciones» [el texto de Empédocles] el altar no ahumaba con sangre pura de toros con anterioridad a lacaída del hombre, según la sugerencia de 468 y 469. Este primer pecado que evidentemente comporto lacaída general del hombre consistió, al parecer, en un derramamiento de sangre y una comida de carne engeneral. La caída es colectiva y supone el final del dominio de Cipris, si bien no excluye la caída particularde cada alma individual».

    Les leo los mencionados fragmentos 468 y 469 de Empédocles:

    «468: ¿No cesaréis con la horrible matanza? ¿Es que no veis que os estáis devorando recíprocamente envuestra insensata locura? [...] 469: El padre, pobre necio, levantando en alto a su propio hijo querido que hacambiado de forma, lo degüella en actitud de oración. Están perplejos cuando sacrifican a su víctima

    implorante, y él, sordo a sus gritos, la degüella y prepara en su mansión un macabro festín. Del mismomodo, el hijo coge a su padre y las hijas a su madre y después de quitarles violentamente la vida se comenlas carnes de sus seres queridos».

    O sea que, como verán, hay que desconfiar de que el asesinato primordial y el banquetetotémico sean un “mito científico”.

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    Ustedes saben que Lacan señala que Freud era un profundo conocedor de los filósofospresocráticos. De hecho, Lacan dice que Freud construye su «Wo Es war, soll Ich werden»  a partir dela ética presocrática. Conque es bastante fuerte la injerencia de lo presocrático. Lo que pasa esque Freud no lo cita tanto. De cualquier manera, podríamos suponer entonces que este mito queFreud propone como “mito científico”, en realidad es un “mito mítico” de la época mítica de la

    cultura griega. Con lo cual, habría que desconfiar de su valor científico. Es algo fuerte, pero lesestoy proponiendo que Freud era, como todos, un sujeto humano hablante (¡no sé si ya estánpreparados para semejante shock en vuestras vidas..! Freud mismo lo reconoció).

     Ahora bien, tenemos otro problema que Ustedes deben conocer bastante y que debenhaber estudiado: el de la «identificación primaria» en Freud. Les leeré cinco citas. La primera es de«TRES ENSAYOS...», en la página 180 del tomo VII de la edición de Amorrortu:

    «Una primera organización sexual pregenital es la oral, o si se prefiere canibálica».

    Son distintas la oral y la canibálica. Oral está descrita por la zona erógena y la actividad,canibálica es comerse a una persona —es ya un salto. Caníbales son los que comen personas,seres humanos

    «La actividad sexual no se ha separado todavía de la nutrición, ni se han diferenciado opuestos dentro deella. El objeto de una actividad es también el de la otra; la meta sexual consiste en la incorporación delobjeto, el paradigma de lo que más tarde, en calidad de identificación, desempeñará un papel psíquico tanimportante. El chupeteo puede verse como un resto de esta fase hipotética que la patología nos forzó asuponer;...» .

    De vuelta, ¿ven cómo procede Freud? Primero, lo oral es hipotético y es hipotético desde lapatología de los adultos, y no con lo observable de lo que sucede con los niños.

    «... en ella la actividad sexual, desasida de la actividad de la alimentación, ha resignado el objeto ajeno acambio de uno situado en el cuerpo propio».

    O sea, una descripción, la primera, casi canónica, de lo que es la fase oral canibálica.

    Pasemos ahora a «DUELO Y MELANCOLIA», texto tan importante, ¿lo recuerdan? Porque seplantea allí que “la sombra del objeto” cae al yo interiorizado. Es importante ver cómo puede serque opere dentro de uno algo que debería estar vinculado a la reacción o a los afectos de uno conun objeto. En la página 247 del tomo XIV, Freud dice:

    «En otro lugar hemos consignado que la identificación es la etapa previa de la elección de objeto y es elprimer modo, ambivalente en su expresión, como el yo distingue a un objeto».

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    Quiere decir que, primero, es oral. Oral en la época en que venían juntas la satisfacción dela alimentación y la constitución de la fase oral por la incorporación del objeto. Con lo cual, unonecesariamente está pensando que esa lógica corresponde al niño desde el nacimiento hasta losseis meses de edad. Freud dice aquí que es previo a la elección de objeto. De manera tal que ha deser muy temprano.

    «Querría incorporárselo, en verdad, por la vía de la devoración, de acuerdo con la fase oral o canibálica deldesarrollo libidinal».

    La primera identificación funciona al modo oral-canibálico que es incorporación pordevoración; porque Freud dice que se sostiene en esa modalidad de satisfacción que es propia dela oral.

    La primera pregunta que quiero hacerles es: ¿qué significa que la identificación a un objeto,desde el nacimiento hasta los seis meses, sea anterior a toda elección de objeto? Se complica... Enla página 99 del tomo XVIII, en «PSICOLOGIA DE LAS M ASAS Y ANALISIS DEL Y O», Freud dice:

    «El psicoanálisis conoce la identificación como la mas temprana exteriorización de una ligazón afectiva conotra persona».

     Tenemos aquí un primer problema. Hemos dicho que hay identificación a una persona,durante los primeros seis meses de vida, con anterioridad a toda elección de objeto. Pero no setrata del objeto parcial como, por ejemplo, el pecho. Es imprescindible, en la lógica de Freud, quesea una identificación a una persona. Pero, sin embargo, una identificación a una persona previa atoda elección de objeto. ¿Cuál sería, para Ustedes, la persona típica de toda primera elección deobjeto? La mamá, ¿no? Pero, entonces, quiere decir que se trata aquí de una identificación a unapersona previa a la mamá como objeto de la primera elección de objeto. ¿Quién vendría a ser esapersona? Ya sé que es el padre, pero piensen en un niño de hasta seis meses de edad que seidentifique a una persona antes de que haga la elección de objeto —cuya persona esconvencionalmente la madre, aunque Ustedes saben bien que no necesariamente tiene que ser lamadre.

    «Desempeña un papel en la prehistoria del Complejo de Edipo».

    Esto es, que si Ustedes no tienen esto, luego no podrán configurar el Edipo.

    «El varoncito manifiesta un particular interés hacia su padre;...».

    Es decir que, en el lapso de los primeros seis meses de vida, el varoncito se identifica alpadre, aun antes de toda elección de objeto —a saber, antes de la madre. No es ridículo, ¡esincreíble! Es increíble que el niño pueda distinguir entre padre y madre y que pueda decidirprimero por uno que por la otra. Creo que hay verdaderos problemas internos a esta lógica.

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    Les propongo pensar si es ésta la mejor forma de explicarlo. No tiene que sernecesariamente la mejor ya que, de hecho, Freud mismo la modificó unas veinte veces. Más aún,de no haber muerto, tal vez hubiese pensado una tercera tópica.

    «El varoncito manifiesta un particular interés hacia su padre; querría crecer y ser como él, hacer sus vecesen todos los terrenos. Digamos, simplemente: toma al padre como su ideal. Esta conducta nada tiene quever con una actitud pasiva o femenina hacia el padre...».

    Es un problema que no sea pasiva o femenina hacia el padre porque si no, ¿qué es “padre”?Si la diferencia entre padre y madre no es sexual, ¿cuál es la diferencia?, ¿acaso los bigotes..? Lapregunta evidente es ésta: ¿qué es un padre si no se lo distingue por la diferencia sexual? Freuddice que no es un problema sexual, porque este amor primero al padre no produce posiciónpasiva homosexual —que es el problema del Edipo en los varones.

    «Esta conducta nada tiene que ver con una actitud pasiva o femenina hacia el padre (y hacia el varón engeneral); al contrario, es masculina por excelencia. Se concilia muy bien con el complejo de Edipo, al quecontribuye a preparar».

    Freud dice que sin esto no hay complejo de Edipo. Pero ocurre que, cuando nosotros losargumentamos, lo hacemos al revés. Para argumentar el complejo de Edipo, siempre empezamosechando mano al mito ridículo de que “el niño ama a su madre”... Es lo primero que decimos.Reconozcamos que sólo podemos decirlo entre nosotros porque es en sí mismo increíblementeridículo. Sostenemos que el niño quiere copular con su madre y, con eso dicho, nos parece

    inmediatamente evidente que previamente debió haberse identificado con lo masculino. Pero, almismo tiempo, ¿no sostenemos también que lo masculino es la salida? ¿Acaso no nosregodeamos enseguida con la metáfora lacaniana del pene en el bolsillo? ¿Cómo puede ser,entonces, que lo masculino opere desde antes? El sexo solamente entra por el falo. Entonces,¿cómo hacer operar el falo durante los primeros seis meses de vida, en plena etapa oralcanibálica? La estructura de esta lógica parece no estar cerrando muy bien...

    Pasemos al famoso párrafo que Lacan tomó de Freud, el de «PSICOLOGIA DE LAS MASAS»,en la página 101:

    «Dijimos que la identificación es la forma primera, y la más originaria, del lazo afectivo; bajo lasconstelaciones de la formación de síntoma, vale decir, de la represión y el predominio de los mecanismosdel inconsciente, sucede a menudo que la elección de objeto vuelva a la identificación, o sea, que el yotome sobre sí las propiedades del objeto. Es digno de notarse que en estas identificaciones el yo copia enun caso a la persona no amada, y en el otro a la persona amada».

    Se acuerdan de cómo viene el párrafo: Freud está discutiendo los síntomas en las histéricas.

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    «Y tampoco puede dejar de llamarnos la atención que, en los dos, la identificación es parcial, limitada engrado sumo, pues toma prestado un único rasgo de la persona objeto».

     Acá está el «rasgo unario». Freud dice —y no lo dice al pasar— que debe ser concentradoy reducido a un único rasgo. La identificación primaria es a un rasgo. Pero, ¿por qué? ¿Por quéno, a dos? Freud está diciendo que la identificación primaria al padre, que condiciona laposibilidad del Edipo, es a un único rasgo. ¿Por qué?. Y, más aún, ¿cuál es ese rasgo? Ese rasgo,¿se caracteriza por ser uno específico? Si no es ninguno en particular, esto es, si Ustedes noquieren aceptar preguntar cuál es específicamente ese rasgo porque podría ser uno cualquiera,entonces, ¿por qué decir que es del padre? Pondré un ejemplo burdísimo: yo tengo muy delgadoslóbulos en mis orejas. Tanto es así que mis hijos me hacen objeto de burlas de toda clase. Ahorabien, supongan que ellos se identificaron, como rasgo unario, a ese delgado lóbulo de oreja... ¿Nopodría acaso ser ése un rasgo de la mamá de los chicos? ¿Cómo me hace padre un rasgo único, sino es el falo? Si no es el falo, ¿cómo puede ser que un rasgo me tome por padre? Es

    contradictorio que el rasgo deba ser único y paterno, no pudiendo ser el falo porque es oral yprevio al Edipo —siendo el Edipo, a su vez, lo que condiciona la posibilidad del advenimiento dela lógica fálica.

    Les leeré ahora un pasaje de la página 33 del tercer capítulo de «EL Y O Y EL ELLO»:

    «Ahora bien, comoquiera que se plasme después la resistencia del carácter frente a los influjos de

    investiduras de objeto resignadas, los efectos de las primeras identificaciones, las producidas a la edad mástemprana, serán universales y duraderos».

    O sea que todo sujeto humano se identifica a un rasgo del padre —es universal, vale paratodos.

    «Esto nos reconduce a la génesis del ideal del yo, pues tras este se esconde la identificación primera, y demayor valencia, del individuo: la identificación con el padre de la prehistoria personal».

    “Prehistoria personal”, en Freud, es desde antes del nacimiento hasta antes del Edipo; nose trata de la historia de los abuelos en Europa... ¿Qué es en Freud el padre de la prehistoria delEdipo? ¿No es acaso el padre el interdictor de la relación madre-niño? ¿No hace falta, primero, ladupla madre-niño para que advenga allí un padre en posición tercera, que separe madre y niño?No tenemos cómo definir a un padre anterior, en la prehistoria del Edipo, porque el padre cobrasignificación recién en el Edipo. Y nosotros, que somos muy avezados para estos problemas,podríamos preguntarnos enseguida: ¿y un huérfano de padre? Eso no importa, se trata decualquier persona que funcione como interdictora en la relación incestuosa madre-niño. Ven queprimeramente hace falta la madre en una relación incestuosa con el niño, para que el padre tenga

    algún atributo posible en psicoanálisis. ¿Cómo puede ser, entonces, que la identificación primera

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    su padre es un dios que quiere violarlo a cada rato, o que no lo deja descansar ni unminuto, más bien pensamos que es psicótico. Con lo cual, hay un problema en ladesignación de su concepción de «Padre» por parte de Lacan, casi a contrario absoluto de lateoría psicoanalítica. El Padre, para Lacan, es el significante de la ley; y la psicosis, suausencia radical —nosotros la llamamos su «forclusión».

    Si lo aceptan, va a haber problemas. Primero, les pregunto: ¿ha verificado alguno deUstedes, en su clínica, que los psicóticos tengan algún problema en especial con la ley? Lesadvierto de que la respuesta más común es que no. Veamos la cosa en términos estadísticos: si alos psicóticos les faltara verdaderamente la ley, deberían, por ejemplo, pasarse violando niñastodo el tiempo. Y me da la impresión de que no es eso lo que se verifica. Creo incluso que lospsicóticos suelen ser ‘más papistas que el Papa’: te pagan religiosamente los honorarios (ahoraque lo pienso, aquellos que no me pagan quizás sean los que verdaderamente carecen de ley...).¿Hay acaso más psicóticos ladrones que ladrones no psicóticos? ¿Qué quiere decir, entonces, quelos psicóticos carecen del significante de la ley?

     Ahora bien, si Ustedes me dijeran que “No, el cumplimiento de la ley en el psicótico es justamente el testimonio de la ausencia de la ley”, si me lo argumentaran así, es decir que, sea blancoo negro, el psicoanalista siempre tiene razón, yo se lo aceptaría, pero advertiría perfectamente quede ese modo no procederíamos científicamente en lo más mínimo. Tal vez tengan ganas dedecirme que el padre es el representante del significante de la ley de la interdicción del incesto.Muy bien, muy bien. Pero, en ese caso, las niñas violadas por sus padres deberían ser, todas ellas,prepsicóticas —y eso tampoco se verifica. Sabrán que hay muchos casos de padres que violanregularmente a sus hijas durante muchísimos años. Y si fueran Ustedes las psicólogas de eseservicio de nenas violadas regularmente por sus padres o padrastros, ¿temerían encontrar un altoporcentaje de psicosis? Ni lo pensarían siquiera. En cambio, sí pensarían en el “trauma” —no séque quiere decir eso— que eso dejaría en esa niña. Pero tampoco se verifica tanto ese pretendido

    trauma. Si uno atiende mujeres adultas violadas por su padre, no necesariamente verifica esetrauma que todos suponemos que va a quedarle. Es bien extraño el tema.

    Les propongo pensar en que, si el padre es el representante de la interdicción del incesto,¿cómo puede ser que un caso de incesto, como modalidad normal de satisfacción del padre, noproduzca una psicosis? Con lo cual, la psicosis parece ser independiente de la ley en general, y dela interdicción del incesto en particular. El problema es difícil y no se puede resolverintuitivamente y, en especial, por el problema de que todos tenemos padres. Algunos de nosotrossomos padres y cualquier problema teórico de esa índole se nos empasta enseguida por nuestra

     vinculación afectiva a la función paterna de nuestro padre, a la nuestra, etc. El problema, tal

    como lo manejamos, no hace más que producir contradicciones por doquier.

    §

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    Les propuse inicialmente problemas específicamente freudianos. Les presentaré ahoraproblemas que considero “lacanianos” —pero no de Lacan— que suelen suscitarse a partir delhecho de que Lacan conciba al Padre como Nombre-del-Padre. Hay por cierto muchos otrosproblemas relativos a estas cuestiones que, por el momento, dejaré de lado.

    Suele afirmarse que un tío, una abuela, o un padrastro pueden funcionar como «Padre»,esto es, que no necesariamente el padre funciona como «Padre». La pregunta que me cabe es, si elpadre puede ser el tío o la abuela, ¿para qué lo llamamos “Padre”? Cualquier lacaniano puedeescribir que “el padre legaliza a la madre”. Pero quisiera preguntarles: ¿las madres son siempreenloquecedoras? Si dicen que a veces sí, entonces me es evidente que también, a veces no. Con locual, eso de que “Padre legaliza a la madre” no se aplica como categoría universal.

    ¿Son los padres los normalizadores? He escuchado una y mil veces casos de padres muy

    agresivos y violentos que caían presos recurrentemente, que golpeaban gravemente a sus hijos, asus esposas y a sus madres; padres muy trasgresores, que consumen y venden drogas, y que hasta

     violan regularmente a más de uno de sus hijos. Escuché decenas de veces sobre esta clase decasos, en diversos servicios de hospitales. Lo curioso es que otras tantas veces he escuchado laopinión que sobre estos casos se forman las psicólogas de estos servicios: “A mí, este hombre, mehace recordar al padre de la horda primitiva” . ¿Leyeron alguna vez que Freud haya puesto a trabajarla teoría del padre de la horda primitiva para explicar casos de padres violentos? ¡Para nada!

     Jamás. Porque para Freud esa teoría no sirve para explicar la psicología del padre violento. Loúnico que explica el padre de la horda es el Superyó híper-severo.

    Freud se pregunta de dónde sale un Superyó siempre concebido por el papá, porque elSuperyó es más severo que todo papá. Si aquí alguno de Ustedes es papá, intente tranquilizar a unchico que tiene autorrecriminaciones superyoicas, y verá que no lo logrará. Con lo cual, es muchomás severo el Superyó que el propio padre. Y Freud utiliza la teoría de la horda primitiva paraexplicar este Superyó de cada uno de nosotros, pero jamás para explicar la psicología del padre

     violento. Eso se nos corrió de ese modo porque no terminamos de poder articular finamente, enla teoría, todas estas contradicciones. Y ese corrimiento produjo un desplazamiento de toda laclínica: ahora nos recuerda a tipos así, que los hay, y que en la clínica de los post-freudianos se

    denominan “psicópatas”. Y no sé porque no seguir llamándolos “psicópatas”. Lacan rechaza esadesignación porque psico-pathos  no quiere decir nada, es una palabra hueca. Pero creo que está bienllamarlos de ese modo, siempre y cuando no se los confunda con perversos. Éste fue el problemade la clínica de los post-freudianos: confundían los psicópatas con los perversos. Y un tipo comoel que yo describí no tiene nada de perverso, en el sentido estricto de la teoría psicoanalítica.

     Y bien, para estar a punto de concluir, quisiera plantearles —quizá ya lo hayan olvidado—que hay mucha gente joven presente que probablemente esté formulándose la siguiente pregunta:

    ¿cómo es que una madre psicótica puede tener un hijo normal? Todos sabemos que una cosa notiene nada que ver con la otra, pero no entendemos bien por qué es así. Y es más, podría

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    formularles esta otra pregunta: ¿cómo puede ser que una madre normal tenga un hijo psicótico?Éste es un problema que se presenta en todas las residencias y concurrencias de todos loshospitales, porque al principio la gente lo piensa pero luego van haciéndose psicoanalistas y dejande pensar... Podemos incluso preguntarnos cómo es que una madre normal o psicótica —ya estodo lo mismo— pueda tener un hijo psicótico y otro normal. Se dice que se verifica que enfamilias con antecedentes psicóticos hay más psicóticos que en otras familias. Y me parece quealgo de eso se da. Lo que en la clínica post-freudiana se llamó “familia patógena” está muy bien.Pero si se tiene más de un hijo, la pregunta se nos hace más grave cuando consideramos casos dehijos psicóticos y normales en una misma familia. ¿Cómo se explica que uno de ellos pueda nosalir psicótico? Suele explicárselo diciendo que la historia de cada cual es particular y distinta. Yotambién lo he pensado. Pero si la historia es distinta, ¿qué significa que no esté el significante delNombre-del-Padre en el Otro del sujeto, si el Otro del sujeto es representado por la madre? Ésees el problema.

    O sea, nosotros no somos no-psicóticos porque el lenguaje, el castellano, está bien armado —tiene que producirse una maniobra en cada historia particular. Pero, siguiendo con esta línea depensamiento, ¿cómo puede ser que quien no lo tiene, sí pueda transmitirlo a un hijo y no a otro?

     Y la misma pregunta vale para aquel que sí lo tiene.

    Pero esas preguntas son más comunes que estas dos que voy a proponerles ahora. Miimpresión es la de que éstas tienen tanta validez como aquéllas, pero son mucho menos comunes:

    ¿cómo puede ser que un padre psicótico tenga un hijo normal? Si el Padre es el representante dela ley, y él está psicótico, entonces él no tiene la ley; y mal podría un psicótico introducir la leypara un hijo. Estoy desafiando esa ley universal que dice que todo psicótico tendrá un hijopsicótico. No la afirmo en ningún modo. No se constata que los psicóticos tengan hijospsicóticos. Eso no se verifica para nada, ni siquiera se lo comprueba en un alto porcentajeestadístico. ¿Cómo puede ser?

     Ahora bien, todos estos problemas se me presentaron al comienzo mismo de mi estudiodel Edipo en Freud, o sea, muy tempranamente en mi vida. Seguramente —no lo digo enbroma— a consecuencia de los problemas que había en la estructuración de mi propio Edipo yde mi necesidad de analizarme personalmente. Seguramente haya sido así. De cualquier manera,durante mucho tiempo no logré encontrar una cabal explicación y ordenación para estosproblemas. Finalmente, conseguí ordenarlos. Por eso quería proponerlo a vuestra reflexión.Quisiera ver si en el transcurso de nuestros encuentros puedo aportar cierta lógica para pensarestos problemas, cierta vía que encontré y que luego seguí investigando.

    Se me planteó la solución cuando pude armar conjuntamente todo este sistema de

    preguntas. No es que las preguntas se me plantearon así, una tras otra —tengo, al igual queUstedes, muchas otras preguntas. El psicoanálisis se plantea preguntas por todos lados, pero

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    ocurre que habitualmente no hacemos esta contrastación de partes. Avanzamos por jirones quenos parecen coherentes. Pero el psicoanálisis no hace un sistema ni lo hará nunca, porque elorden simbólico —es de lo que les hablaba al comienzo— no podrá hacerlo jamás, ya que estácambiando permanentemente.

    Pero otra cosa muy distinta es sostener afirmaciones absolutamente contradictorias en elcentro mismo de la teoría. Digo, estos problemas se me ordenaron a partir de un párrafo de laclase 18 del SEMINARIO 11 de Lacan. Es un párrafo crucial que me aportó una clave para ordenareste conjunto de problemas y lanzarme a una investigación que lleva ya varios años. Verán que esun párrafo que no ha sido prácticamente comentado, siquiera por los más prestigiosospsicoanalistas lacanianos. Está en la página 246 de la edición castellana:

    «Por ejemplo, la dimensión psicótica se introduce en la educación del débil mental en la medida enque el niño, el niño débil mental, ocupa el lugar en la pizarra, abajo y a la derecha, de ese S, respecto a esealgo a que lo reduce la madre — el mero soporte de su deseo en un término oscuro. Nuestra colega MaudMannoni, en un libro que acaba de salir y cuya lectura les recomiendo, trata precisamente de designar estoa quienes, en una u otra forma, pueda tocarles recoger el guante.

    En la psicosis, con toda seguridad, se trata de algo del mismo orden. Esta solidez, esta captaciónmasiva de la cadena significante primitiva impide la apertura dialéctica que se manifiesta en el fenómeno dela creencia.

    En el fondo de la propia paranoia tan animada, en apariencia, por la creencia, reina este fenómenode Unglauben».

    Éste es el término: «Unglauben» . «Un»   es en alemán el prefijo privativo, y «Glauben» es“creencia”. Habrán visto que en psicoanálisis siempre nos resulta mucho más asequible a nuestrareflexión y a la aplicación de nuestros conceptos, el polo paranoico de la psicosis que el poloesquizofrénico —es más apta. Entonces, Lacan dice que en el centro de la paranoia se trata de laUnglauben , a pesar de estar totalmente animada de creencia. ¿Que es lo que está totalmenteanimado de creencia? ¿Lo entienden? Podemos decir que el paranoico se cree perseguido. SiUstedes intentan convencerlo de que no está siendo perseguido, se darán cuenta de que no sirvepara nada, porque está animado de una profunda creencia. Podríamos decir que se trata de unacreencia delirante. Sin embargo, lo increíble es que Lacan diga que en el núcleo de la paranoia hayuna, por así decirlo, “increencia”.

    «No el no creer, sin la ausencia de uno de los términos de la creencia, el término donde se designa ladivisión del sujeto. En efecto, si no hay creencia que sea plena y entera es porque no hay creencia que nosuponga en su raíz que la dimensión última que tiene que revelar es estrictamente correlativa al momentoen que su sentido va a desvanecerse».

    No voy a comentar este párrafo, sino proponerles que, para Lacan, en el núcleo de lapatología psicótica mejor estudiada —la paranoia—, se trata de la “increencia” a pesar de que hay

    un retorno fenoménico sistemático de una certeza en la creencia que es muy difícil de conmover.Está la polémica con Kraepelin: no es verdaderamente “inconmovible”. Se trata de que no puede

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    cambiarlo conversando con alguien, esto es, está cerrado a la composición dialéctica —y eso noquiere decir que no cambie la creencia, que la creencia sea “inconmovible”. Es pues una creenciacerrada a la composición dialéctica.

    Lo que Lacan propone —no creo que a Ustedes se les escape— es que, en este párrafo,está intentando armar esa serie de casos tan raros, los de la debilidad mental, la psicosomática y lapsicosis, por la vía de la noción de «holofrase». Y va a introducir con relación a esta problemática

     —entiendo que específicamente para la paranoia— el problema de la “increencia”.

    Les he propuesto para este año una discusión profunda y minuciosa de los desarrollos enFreud de la noción de «Padre» porque, de lo que se trata —es éste el horizonte de mipropuesta— es que, primero que nada, no hay un Dios omnipotente. Ése es un error nuestro.Dios, el Dios del monoteísmo, no es omnipotente. ¿Alguna vez discutieron los primeros párrafosdel Génesis con algún niño? Porque ellos piensan, y siempre preguntan por las contradiccionesdel argumento del texto bíblico. Nos parece muy evidente que el Dios Uno, que nosotroscreemos que está en la base de la argumentación religiosa del Antiguo Testamento, esomnipotente. Ése es un error garrafal. Hay por cierto muchas modalidades del Dios Uno. Hayque pensarlo.

    No hay un único Dios. No hay una única modalidad del Dios Uno, sino varias. Y no

    necesariamente el Dios Uno es omnipotente. Con la cual, la pregunta por el Dios en la psicosisno nos tiene que traer muchos problemas respecto del Nombre-del-Padre. Yo hoy los estabaengatusando, porque suponía que no tenían despejado este problema de que no todo Dios Unoes omnipotente. Más aún, voy a tratar de demostrarles que el Dios Uno de la Biblia esprofundamente autolimitado. De modo que no tiene nada ver con los fenómenos deinfinitización típicos de la psicosis.

    Por otra parte, el problema de la «Unglauben»  se plantea por la cuestión de la creencia. Y,

    ¿por qué se plantea el problema de la creencia? Justamente porque la condición subjetiva quedebe instaurar la metáfora paterna es el advenimiento de aquello en lo que puede creerse. Yaquello en lo que puede creerse, por ejemplo, es el inconsciente. Se puede creer en eso, o quizáno se pueda creer en eso. Es la base de otra famosa y enigmática frase del S EMINARIO 11: «Dioses inconsciente». Es precisamente la otra frase terrible de este seminario, que implica justamenteese problema. Es decir que lo que establece e instaura legalmente el Nombre-del-Padre, por la víade la metáfora paterna, es la existencia de aquello en lo que se puede creer; por ejemplo, en laexistencia de Dios.

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    Lean Schreber y verán que antes del desencadenamiento él testimonia que no creía en Dios.En realidad, con Lacan, lo que tenemos es que Schreber no podía creer en Dios, salvo en eseDios que quería violarlo. Vieron que a Schreber Dios le hacia ocupar el baño cada vez que élquería ir. ¿Se acuerdan de ese tormento? Claro que si vos vas al baño y está siempre ocupado,¿cómo no creer? Ahí es muy fácil creer porque es un testimonio de lo real. No se trata allí de lacreencia, sino de un testimonio de lo real. En la psicosis, justamente por la ausencia delfuncionamiento paterno, lo que no adviene son las existencias. Y el vínculo subjetivo con relacióna las existencias es precisamente el de la creencia.

    Para concluir, un hecho clínico. ¿Vieron la regularidad de la muerte del sujetoposteriormente al desencadenamiento de la psicosis? Agucen el oído y van a ver que el psicóticotestimonia que él ya murió, del mismo modo que en el momento en que Schreber dice haberleído, en las necrológicas, la noticia de su propia muerte. Les propongo que la muerte del sujeto

     —es una idea fuerte— es regular. No me animo a decir que es universal, pero es regular comomanifestación clínica posterior al desencadenamiento. Esto puede sernos de utilidad clínica.Muchas veces nos preguntamos si ya se desencadenó o no.

    La psicosis avanza por brotes, pero el desencadenamiento es uno. ¿Están seguros de que elprimer brote es siempre el desencadenamiento? Lacan no lo afirmó nunca. Lacan dijo que eldesencadenamiento es la rotura del cristal y que después de eso todo es distinto. Pero el problemaque tenemos es que la psicosis regularmente cursa por brotes. La clínica tiene que estar muy

    atenta al problema del brote para saber cómo operar si está por venir otro brote. Pero si el brotees en plural, ¿cómo saber cuál de ellos fue el desencadenamiento, que en sí mismo es uno? SiLacan dice que todo cambia después, se trata entonces de la rotura del cristal. ¿Cómo saber,entonces, cuando se trata del desencadenamiento o de un brote? Para saberlo, les propongo losiguiente: vayan a buscar la muerte del sujeto. Porque una consecuencia clínica directa deldesencadenamiento de la psicosis es la muerte del sujeto. Por supuesto, eso no quiere decir queno haya sujeto en la psicosis. Si hay un sujeto humano hablante, hay sujeto. Más aún, el sujetohumano hablante es la entrada del psicoanalista en la psicosis. Hay sujeto humano hablante, no setrata sólo de neuronas. Si es sujeto humano hablante, hay Otro. Pero habiendo sujeto y Otro, loque el sujeto psicótico testimonia es de la muerte del sujeto. Y entramos así en la paradoja de que

    el sujeto testimonia que el sujeto ha muerto. Porque la subjetividad es una existencia y, en cuantotal, dados el desencadenamiento de la psicosis y la manifestación del problema de la «Unglauben» ,entonces todas las existencias tienden a desaparecer. Si es del lado del sujeto, la desaparición delas existencias se manifiesta como muerte del sujeto; si es del lado del Otro, se manifiesta comofantasía de fin del mundo que encontramos regularmente —el que ha muerto es aquí el mundo.

     Y, como sabrán, no alcanza con que Ustedes le digan que el mundo no ha muerto, que se décuenta de que los autos siguen andando fuera del consultorio.

    Entonces, la clave que les propongo para resolver el problema es la designación por partede Lacan del Padre como Nombre-del-Padre, porque, así designado, directamente nos remite al

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    problema —primeramente trabajado por la religión— de la «creencia». Y la creencia remite alestatuto de las existencias.

    Observen que cuando el niño pregunta al padre o a la madre si cree en Dios, está yaoperando un nuevo creyente. Pero, ¿la pregunta sólo puede aparecer bajo esa sola forma? ¿Cuáles la forma más típica de preguntarse por Dios? «¿Dios existe?». Es decir que el problema es laexistencia de Dios. Y no se olviden de que el tema, el nuestro, el de la tradición monoteístajudeocristiana, es el de la existencia de Dios.

    Pueden buscar en un diccionario de filosofía las pruebas que se han dado acerca de laexistencia de Dios, como por ejemplo la de San Anselmo. El cristianismo se caracterizó portratar, por primera vez, de dar argumentos racionales para la existencia de Dios. Y el problema esqué quiere decir Dios como existencia —remite al problema de las existencias.

    Hoy, justamente, con unos colegas de Apertura estuvimos discutiendo un caso de psicosisen que no quedaba claro si para el psicótico el Otro existía, porque siempre tomaba a cualquierpersona que representaba al Otro, como el Otro en sí mismo. Pero no se manifestaba netamentepara ese sujeto psicótico la existencia del Otro. Digo, para hacerlo más claro, yo puedo estarrepresentando a Burundi; pero la pregunta que Ustedes pueden formularse es la de si yoefectivamente lo represento: me pedirán, así, las credenciales de esa representación. Pero otra

    cosa muy distinta es si Burundi existe como tal —la existencia de lo Otro que uno representa.

    La función paterna se caracteriza por no introducir la interdicción del incesto. Ésa es unaforma etnológica y antropológica de pensarlo, esto es, no tiene mucha relación con el hecho decopular entre padres e hijos, sino que la función paterna radica fundamentalmente en distinguirla Madre —cuya definición precisa estudiaremos en la próxima reunión— del Otro. Pero, parapoder hacer esta distinción, hace falta sostener que el Otro existe, porque el Otro no coincidecon nadie. No se le puede decir al niño “Mamá no es el Otro, porque el Otro es la tía”... Mamá no es

    el Otro porque el Otro existe. Con lo cual, mamá no puede ser más que un representante delOtro. Y en la psicosis eso no está. Los problemas del todo, de la infinitización, de la totalización,advienen en la psicosis justamente porque no ha funcionado la metáfora paterna, cuya función noes la de introducir la interdicción del incesto, sino la de distinguir la madre de carne y hueso, querepresenta una función, del Otro. Pero eso solamente se logra si se da la posibilidad de laexistencia, y, para verificar que hay existencia, tiene que haber creencia —porque el vínculo entreel sujeto y las existencias es la creencia.

    ¿Ven por qué se nos mezcla con lo religioso? Porque Dios es una existencia y justamentetodo el problema de toda dimensión religiosa es la creencia, que podría estar expresada mediante

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    la fe. Fe que también es el producto de la tradición judeocristiana —la fe del Antiguo Testamentoes inexistente, como tal, en Grecia. En realidad, hace falta que el Dios sea Uno: ¿cómo tener fe enun dios, si puede también haber otro?

    Con lo cual, la fe adviene en esta tradición. Y es porque la fe y la creencia advienen en estatradición, que nosotros designamos, con un término de esta misma tradición, a la función quesostiene las existencias y a la creencia. Tomamos del catolicismo el término mediante el cual ladesignamos.

     Y en la India, en donde no son católicos, ¿puede haber psicóticos? Sí, puede haberlos. Esdecir que también puede haber no psicóticos. Pero, para ellos, ¿opera el Nombre-del-Padre? No,no sabemos cómo es para ellos, no sabemos cómo esto se arma, porque debe ser introducido encada caso. La maniobra que hace que uno no sea psicótico es de cada caso, porque si fuese por elorden simbólico, todos seríamos normales ya que no se trata de que el castellano haya falladopara alguien, o que una lengua cualquiera no haya funcionado para alguien. En nuestro caso, ennuestra tradición cultural, debe ser mediante algo que sea concebible como Nombre-del-Padreporque, en nuestra tradición —a la que se aplica el psicoanálisis—, las creencias se sostienenmediante articulaciones dentro de esa tradición. En otras tradiciones culturales, esto puede operarde otro modo. Es el problema de Malinowski cuando fue a Samoha y dijo que Freud seequivocaba porque el Edipo no era verificable allí, ya que allí las chicas podían perfectamenteestar con sus padres. Es de hecho más frecuente el avunculado que el padre, como prohibición

    del incesto. ¿Y por qué lo designamos sólo en nuestra tradición? Porque el psicoanálisis se aplicasólo en esta tradición. En nuestra tradición, la creencia está sostenida por Dios.

    Pero observen que Dios es inconsciente. Uno puede escribirlo así:

     Y si yo digo que A es B, ¿no puedo escribirlo «A = B»? ¿Entienden el problema lógicode «A =B»? Si es «A = A», entonces no se puede predicar nada de eso. Otra cosa es por lavía tautológica, que no es verdaderamente un límite a la acreditación. Uno está autorizado adecir que «A es B». Con lo cual, esta formula de «Dios es inconsciente» es verdaderamenteel problema..........................

    DIOS = INCONSCIENTE 

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    [Cambio de cinta]

    .......................¿Entienden por qué? Porque existen las existencias. No importa si se llama«Dios» o «inconsciente». ¿Acaso no conocen Ustedes a muchos psicoanalistas pseudo-ateos quecreen en el inconsciente? Digo, ¿les resulta inconcebible? Ven que se puede creer en elinconsciente. Pero lo que no se puede hacer es dar pruebas categóricas del inconsciente, en elsentido tridimensionales real, así como no se puede dar pruebas de Dios. Yo no puedo decirles:“Observen, ésta es una partícula de Dios” . ¿Qué prueba material puedo dar yo de la existencia deDios? No tengo pruebas materiales de la existencia de Dios. Por eso la Iglesia misma desconfíatanto de los estigmas, porque sería una prueba tridimensional real. La Iglesia es muy cuidadosacon eso.

    Si Dios existe, el inconsciente existe. Pero si Dios es una existencia, cuidado, porque tengoque argumentar muy bien para decir que Dios no es una omnipotencia; porque si no, elinconsciente sería equivalente a psicosis. Y justamente verificamos lo contrario: que lasformaciones del inconsciente no operan en la psicosis.

    En nuestra próxima clase vamos a trabajar con el mito de la horda primitiva, o sea,«TÓTEM Y TABÚ», «PSICOLOGÍA DE LAS M ASAS Y ANÁLISIS DEL Y O», «MOISÉS Y LA R ELIGIÓNMONOTEÍSTA», y «M AS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER »; cuatro textos en los que aparece biendesarrollado el mito, para ver qué concepción le da Freud y para qué.

    Establecimiento del texto: Lic. Luciano Echagüe  

    Clase Nº 2 (19-06-1999)

     Antes de realizar una critica a la teoría de la horda primitiva de Freud, quería plantearles elobjetivo de esa crítica o el análisis de lo sostenido por Freud. Me parece que venimos con ciertademora con respecto a analizar y criticar ciertas argumentaciones freudianas o lacanianas queimplican que sostengamos simultáneamente teorías que se contradicen entre sí; pero que, por lademora o la falta de crítica, al no darnos cuenta, justamente caemos en contradicciones porque

    estamos aplicando teorías que son contradictorias. Más aun, mi impresión es la de quemantenemos simultáneamente teorías que fueron concebidas para rectificar a las otras. Así, por

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    ejemplo, les propongo que «metáfora paterna» es un invento de Lacan para rectificar la teoría deFreud sobre el Padre.

     Toda la enseñanza de Lacan, a partir del SEMINARIO  1, está atravesada —entre otrosproblemas— por la cuestión del «Padre». Y Lacan nunca aceptó la teoría freudiana del Padre. Sinembargo, nosotros seguimos sosteniendo ambas teorías como si fuesen una sola. A veces,sostenemos parte de una teoría y parte de otra, pero esto no ocurre sin que se susciten fortísimasparadojas, porque sostenemos dos teorías, una de las cuales ha sido creada para corregir la otra.Con lo cual, caemos en contradicciones flagrantes...

    Por otra parte, la crítica que hoy haré de la horda primitiva debería articularse a otracuestión que es, además, la de cómo concebimos al Padre, a saber, que la horda primitiva enFreud —al menos, hasta donde mi lectura llega— jamás fue utilizada por Freud para dar cuentade ningún padre real. Revisen todos los historiales o todas las viñetas clínicas de Freud, y no vana verificar jamás que Freud emplee la teoría de la horda primitiva para dar cuenta de ningunaposición subjetiva de ningún padre real.

    Hoy en día, especialmente en ámbitos lacanianos, es imposible sostener la teoría de lahorda primitiva porque la teoría de Lacan la contradice completamente. Sin embargo y, paracolmo, se la sigue sosteniendo, sin siquiera respetar las limitaciones freudianas, para explicar las

    conductas de ciertos padres reales actuales. Es común escuchar, entre analistas, cuando se estáfrente a un caso de un padre demasiado salvaje: “Me hace acordar al padre de la horda primitiva” ...Es una aplicación que, como tal, en Freud no existe. Lo que en realidad intentamos hacer con lateoría de la horda primitiva es dar cuenta de cómo puede ser que el Superyó sea más salvaje, másferoz que los padres más problemáticos con los que solemos encontrarnos en cierta dimensión dela clínica.

    §

    Les propongo entonces hacer un análisis de la teoría de la horda primitiva. Los textos de

    referencia son «TÓTEM Y T ABÚ» de 1913, «PSICOLOGÍA DE LAS M ASAS Y ANÁLISIS DEL Y O» de1921, «EL M ALESTAR EN LA CULTURA» de 1929, y «MOISÉS Y LA R ELIGIÓN MONOTEÍSTA» de

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    1934 y publicado en 1938. Desde 1913 hasta 1934, es decir, casi veintidós años de elaboraciónfreudiana de este tema.

    Para inscribir cómo es la investigación y la elaboración freudiana de la teoría de la hordaprimitiva, más que revisar los referentes de los cuales Freud toma algunos argumentos, lespropongo revisar la teoría de la historia que opera en Freud —Freud tiene una teoría de lahistoria. Y, para eso, dos pequeñas citas del «MOISÉS...», en el tomo XXIII. La primera es de lapágina 81, y la segunda, de la página 90.

    El primer pasaje que les traigo dice:

    «Si se toma nuestra exposición del acontecer histórico primordial como creíble en su conjunto, se discierneen las doctrinas y ritos religiosos dos ordenes de elementos: por un lado, fijaciones a la antigua historiafamiliar y supervivencia de ella; por el otro, restauraciones del pasado, retornos de lo olvidado tras largosintervalos».

    No hay que forzar la letra para que se den cuenta de que hay casi un uso de «represión» yde «retorno de lo reprimido». Están los sucesos originales olvidados, y sus retornos en elpresente.

    «Este último componente ha sido el omitido hasta hoy, y por eso no se lo comprendió; aquí, al menos, se lodemostrará con un impresionante ejemplo».

    O sea que Freud está proponiendo rectificar la forma de pensar la historia en general.Freud propone no olvidarse nunca del retorno de lo reprimido en épocas anteriores. Si empiezana considerarlo, verán que para Freud la historia no es una evolución en forma de flecha deltiempo, sino en forma de permanentes bucles, en donde se producen represiones y retornos de loreprimido. Para el caso de la horda primitiva y el Superyó, se darán cuenta de que el retorno de lo

    reprimido allí es de varios miles de años. Vean pues que él propone una estructura de la historiaque no es lineal.

    En la página 90, tiene el mismo sentido. Dice Freud:

    «Más difícil todavía se nos torna apreciar las cosas si nos volvemos al caso análogo del tiempo primordial.Por cierto que al cabo de los milenios se habrá olvidado por completo la existencia de un padre primordialcon las peculiaridades consabidas y el destino que sufrió; y tampoco cabe suponer, acerca de él, una

    tradición oral como en el caso de Moisés. ¿En qué sentido, pues, cuenta una tradición como tal? ¿En quéforma ha estado presente?

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    Para facilitar las cosas a lectores que no quieran profundizar en complejas razones psicológicas, o que noestén preparados para ello, anticiparé el resultado de la indagación que sigue. Opino que la coincidenciaentre el individuo y la masa es en este punto casi perfecta: también en las masas se conserva la impresióndel pasado en unas huellas mnémicas inconscientes».

    Con lo cual, vean que efectivamente Freud propone que para la masa opera igual: huellasmnémicas inconscientes que se articulan conjuntamente con los sucesos del presente. (Si lesinteresa el tema, hay un historiador muy importante, Eric Robertson Dodds, que sostiene unateoría de la historia en su libro «LOS GRIEGOS Y LO IRRACIONAL»3

     3 E.R. Dodds, «Los Griegos y lo Irracional» (Alianza Editorial, Madrid, 2001, ISBN: 842066734).

    , muy articulable a la de Freud.Les recomiendo especialmente el capítulo 6, que se llama «Racionalismo y Reacción en la ÉpocaClásica»).

    Es muy importante que en psicoanálisis se discuta la teoría de la historia, ya sea como

    evolución, o como bucle. De hecho, prácticamente todas las paradojas de la clínica con niños seresuelven si uno puede tener una teoría de la historia que no sea evolutiva. Y en este sentido,mucho más tajante que Freud, para Lacan, la estructura de la historia no es evolutiva. En todocaso, si para Ustedes lo fuese, hay ciertos problemas de la cultura occidental — especialmente deeste siglo— que se nos presentan de una manera muy paradójica y que yo no quisiera dejar depresentar a vuestra reflexión. No sé si saben que, para Lacan, Einstein no se merecía el premioNobel (la única persona que pudo haberlo sostenido fue Lacan...), sino que quien verdaderamentelo merecía era Poincaré, un genial físico francés de la misma época de Einstein. Lacan sostieneque a Einstein le dieron el premio sólo porque era judío, y como la cosa con los judíos no veníanada bien, para compensar un poco y para que no se los tildara de antisemitas, decidieron dárselo

    a Einstein.

    La polémica es mucho más profunda que esta anécdota del Nobel. Yo podría haberempezado al revés, planteándoles la siguiente pregunta: ¿Ustedes creen que Einstein es uno de losnombres de lo máximo que el pensamiento científico moderno y occidental pudo producir? Meimagino que la mayoría habría pensado que sí. Y sin embargo, Einstein representa en la cienciamoderna, en la física, una de las tendencias religiosas más fuertes. Él es, entre los científicosmodernos, el más fuerte reaccionario a las consecuencias teóricas y prácticas de su teoría de la

    relatividad. La consecuencia de la teoría de la relatividad es, en física, la teoría de los quantum  deHeisemberg y su principio de indeterminación, que es una consecuencia directa de la aplicaciónde la teoría de Einstein. Einstein dedicó los últimos veinte o treinta años de su vida a desmentir la

     veracidad de los efectos de su descubrimiento. Muy increíblemente, la polémica entre Einstein ylos partidarios de la indeterminación es famosísima. Toda la vida de Einstein, luego, estuvodestinada a ir en contra de las consecuencias de su propio descubrimiento. Ése es un detalle quequizá no les interese demasiado.

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    Pero sí me parece que hay al menos dos que vale la pena pensar, que están también muyarticulados por Lacan. Se los presento de un modo muy sencillo. Lacan generó su enseñanza unpoco antes de la Segunda Guerra Mundial, y gran parte de ella en los años posteriores. Ustedessaben que la historia de la Segunda Guerra, en Francia, tiene unos asquerosísimos capítulosnegros: la mitad del pueblo francés estaba a favor de los nazis, y se generó un gobierno francéspro-nazi. Los nazis tenían campos de concentración a los que derivaron un porcentaje muy altode la población judía francesa. Hay un artículo de Lacan que se llama «L A RESISTENCIA DE LOSRESISTENTES» que tiene que ver un poco con este problema de la posición política francesa.Igualmente, les advierto de que es bastante polémica la posición política de Lacan en la época dela resistencia, porque parece que no participó en casi ninguna de las actividades en contra de losnazis. Por lo menos, la Roudinesco dice que se dedicaba a conseguir cigarrillos importados...

    Sea como fuere, está el nazismo como fenómeno característico del siglo XX. En Internet se

    está haciendo una encuesta sobre quién fue el personaje del siglo, y los votos ponen a Hitler a lacabeza. A mí no me pone la piel de gallina ni me sorprende. Es de hecho un gran candidato paraser el personaje del siglo XX. Me parece que, para la ignominia del siglo XX, no está mal quepongamos como representante de este siglo repugnante, a un tipo igualmente repugnante comoése. ¿A quién si no?, ¿a una bailarina clásica..? Me parece bien que sea Hitler, así, por lo menos,algunos no nos olvidamos de él.

    Es muy difícil lo que voy a plantearles. La mayoría de Ustedes, que son aún muy jóvenes, ni

    siquiera va a saber de qué les hablo, porque hoy el mundo es yanqui y el idioma internacional es elinglés. Nadie va a poner a su hijo, sin remordimientos, a estudiar italiano o francés; ¿para qué, sicuando quiera conseguir un trabajo, le van a pedir inglés? Esto es así ahora, pero antes, ellenguaje de la Naciones Unidas era el francés, no el inglés. Los carteles en el edificio de lasNaciones Unidas, en New York, están en francés y recién luego en inglés. El idioma de la cultura,en los primeros treinta años de este siglo, era el alemán. El psicoanálisis se desarrolló en alemán.La filosofía completa se desarrolló en alemán. La matemática y la física se desarrollaron enalemán. Y por apenas muy poco no se perdió la guerra con Alemania, porque tres o cuatro físicosalemanes traicionaron a su país y les hicieron la bomba atómica a los yanquis (si Alemaniahubiese tenido la bomba atómica, dos o tres años antes de Hiroshima, yo hoy no estaría dando

    esta conferencia y Ustedes estarían mandando a sus hijos al Instituto Goethe...).

    ¿Cómo puede ser que haya existido el Tercer Reich ? Es una linda pregunta. Lacan dice —élsiempre tiene esa cosa genial de mirar el costado de las cosas— que pensemos en qué hizo

     Alemania. Alemania quemó seis o siete millones de personas. Y Lacan dice que, desde su puntode vista, lo que caracteriza al Tercer Reich  es que se dedicaron a quemar gente al fuego. Lacan diceque no se trata de otra cosa que de un retorno del sacrificio a los dioses paganos de la antigüedad,que retornó en el cenit de la cultura occidental —porque Alemania era el cenit de la cultura

    occidental. O sea, Lacan también plantea que la estructura fundamental de la historia es la delretorno.

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    Ustedes conocen la posición de Alemania respecto de la religión. ¿Cómo se llevaba el Tercer Reich  con la religión? Muy poco y muy lejanamente. Si Ustedes quieren, podemos decirque eran bien occidentales, muy poco religiosos. Igualmente, tampoco hay mucha polémica,

    porque como toda la Iglesia era antisemita, tampoco había ahí tanto problema. Sea como fuere, el Tercer Reich  no era un sistema religioso. En nuestras dictaduras latinoamericanas, son todos ultra‘chupa cirios’, pero en Alemania no: todo era bien científico, bien planificado, bien organizado.

    Para Lacan, no es más que el retorno de la vieja práctica de quemar seres humanos en elaltar, que volvió como una propiedad de exceso de desarrollo en Occidente. Como teoría de lahistoria, Lacan va mucho más allá, porque, para Lacan, el inconsciente de cada uno de nosotrosson las ruinas del saber mítico del origen de la humanidad. Desde el punto de vista de Lacan,

    cuando se reprimieron las religiones míticas, a partir del movimiento de conquista que hizo elcristianismo, a partir de ese momento, el inconsciente empezó a ser las ruinas del saber mítico.Con lo cual, observen que parece lo más moderno de todo. El inconsciente es algo así como elretorno de lo reprimido de la forma de operar el saber, por lo menos, antes de Sócrates. Ya hayen Sócrates testimonios de que el saber mítico ya no se sostenía y que la filosofía griega antiguaempieza a sustituir, con su lógica y demás, el saber mítico. Para Lacan, entonces, el inconscientees la ruina del saber mítico. Observen ahí —él no lo dice así— que también la estructura de lahistoria que se está pensando es no evolutiva y constituida por anticipaciones y retornos notables.

    ¿Cuál es la lógica con que se opera en la construcción del mito de la horda primitiva?Habitualmente se afirma que Freud conoció la existencia de la horda primitiva darwiniana y que,a partir de allí, armó la teoría de la horda primitiva. Para nada. No fue ése en absoluto elprocedimiento freudiano —eso no tiene ninguna lógica. Para Freud, hay un hecho clínico que esel Superyó. «TÓTEM Y T ABÚ» es de 1913; «INTRODUCCIÓN AL N ARCISISMO» es de 1914; y vieronque en «INTRODUCCIÓN AL NARCISISMO» el Superyó ya está. Observen pues que Freud ya tieneuna elaboración, aunque no todavía terminada, de la segunda tópica. Con lo cual, el problemaclínico es el Superyó.

     Y la historia, para Freud, al menos la del monoteísmo, se caracteriza por dos muertes. Unaes la muerte de Moisés. Para Freud son mucho más importantes los trabajos de los historiadoresque conjeturaron que Moisés fue asesinado. Saben que Moisés es el que liberó al Pueblo Judío deEgipto, conduciéndolo durante treinta años por el desierto. La lógica de estos treinta años era quemuriera la generación esclava para que no entrase en la Tierra Prometida, para que no entraragente en posición de esclavos. Dios calculó que convenía que un ejército conquistador no fuesehecho por esclavos. De ahí el derrotero de los treinta años por el desierto. No sé si conocen quea Moisés Dios le impuso que viese la Tierra Prometida, pero que no ingresase en ella, sino que se

    quedase de este lado, en las montañas que separaban de la Tierra Prometida, lugar en donde dehecho murió.

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    El trabajo histórico referencial para Freud es el de un autor, Ernest Sellin, que sostiene queMoisés fue asesinado: el líder libertario fue asesinado por el pueblo liberado.

     Y el segundo mojón determinante de la historia es, para Freud, Jesús ajusticiado. ParaFreud, Jesús ajusticiado marca un jalón en la historia que él propone asociar a Moisés asesinado.Para Freud, Jesús ajusticiado es asesinado legalmente. ¿Saben cómo se lo llama a Moisés? Es el“padre” del Pueblo Judío. Un padre asesinado y, luego, el segundo gran mojón que él establece esun “hijo” ajusticiado, asesinado legalmente, pero asesinado al fin.

    Para Lacan, hay una insuficiencia notable en el análisis de Freud, expresada en

    «SUBVERSIÓN DEL SUJETO...», cuando dice que las tumbas de Moisés para Freud, y de Jesús paraHegel, siguen aún vacías; o sea, ninguno resolvió la muerte, cada uno en su sistema. Es muyimportante para Lacan el hecho de que las tumbas estén vacías. No se puede ir a visitar la tumbade Moisés; no porque esté vacía, sino porque no la hay —no se sabe cuál es la tumba de Moisés.En los tours que se hacen en Israel, te llevan a visitar la tumba de tal y cual personaje, pero si unole pregunta al guía si efectivamente son ésas las tumbas en que están enterrados esos personajes,al tipo no le queda más remedio que responder que no lo sabe. El caso de la tumba de Jesús esaun más raro. Se acuerdan de que los soldados romanos se habían encargado de poner una piedramuy grande delante de donde fue depositado, y a la mañana siguiente la tumba estaba vacía. Conlo cual, aunque de dos maneras distintas, las tumbas están igualmente vacías. Y, para Lacan, ésa esla clave para resolver el problema del «Padre», esto es, una forma distinta a la que concibió Freudpara resolver esta cuestión.

     Tenemos una estructura de la historia que viene por retornos de lo reprimido. El retornode lo reprimido no viene tal cual. En una formación de compromiso, lo reprimido retornatransformado a partir de aquello que es lo que lo contradice. Yo les propongo una estructura dela siguiente índole: como si en cada movimiento de los establecidos por Freud tuviésemos unacinta de papel que tuviese una inversión, una torsión. Si fuese una cinta azul de un lado y roja del

    otro, y tuviésemos esta torsión, aquí tendríamos, por ejemplo, el lado azul. En realidad, es latorsión de la banda de Möbius, con la propiedad de que hacia aquí o hacia allá se unan estos dosextremos sin ninguna otra torsión.

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    La inversión, ¿es evidente para Ustedes? O sea, si yo desdoblo esto, me va a quedar haciaarriba, que es lo que coincide con el lado superior de la cinta original.

    Entonces, Freud hace una elaboración de la historia en su totalidad —desde el origen de lahumanidad hasta él. Revísenlo, tiene todas las escansiones: la agricultura, la escritura, la familiapatriarcal, toda la historia completa hasta él. Así, para él, cada momento se caracteriza por unainversión de éstas. Y en estas inversiones, lo que él coloca es un asesinato. Pueden ver lainversión porque, en el caso del asesinato de Moisés, se trata del asesinato de un padre; pero en elcaso de Jesús, es ya el asesinato de un hijo. ¿Se dan cuenta de la inversión? Por eso es que Freuddice que los historiadores no se han dado cuenta de por qué no trabajaban con la idea del retornode lo reprimido. Si uno incorpora el retorno de lo reprimido, se pueden poner en seriefenómenos de apariencia muy distinta.

    Uno podría preguntarse qué puede tener que ver el asesinato de un padre con el asesinatode un hijo. Bien, Freud dice que da la segunda torsión de un proceso. Freud trabaja con datoshistóricos precisos. Vieron que en las citas que les leí, Freud distinguía la historia oral de Moisés,de la anterior; porque, justamente, Freud va a empezar desde la historia de la que tenemos datos

     —la de Moisés— y va a poner antecedentes antr