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Universitat Autònoma de BarcelonaServei de Publicacions
Bellaterra, 2013
ANTIGUO O MODERNO. Encuadre de la escultura de estilo clásico
en su período correspondiente
EDITORA CIENTÍFICA
Montserrat Claveria
© de los textos y las ilustraciones: los autores, 2013© de esta edición: Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona, 2013
Imagen de la cubierta:Busto de Lucio Vero del Museu d’Arqueologia de CatalunyaFotografía cedida por el Museu d’Arqueologia de Catalunya
Imagen de la contracubierta:Cabeza de Caracalla del Museu d’Arqueologia de CatalunyaFotografía cedida por el Museu d’Arqueologia de Catalunya
Primera edición: 2013
Edición:Servei de PublicacionsUniversitat Autònoma de Barcelona08193 Bellaterra, Cerdanyola del Vallès (Barcelona)Tel. 93 581 10 22. Fax 93 581 32 [email protected]/publicacions
Impresión:
08930 Sant Adrià de Besòs
ISBN: 978-84-490-3337-7Depósito legal: B-34573-2012
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por foto-copia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.
ANTIGUO O MODERNO. ENCUADRE DE LA ESCULTURA DE ESTILO CLÁSICO EN SU PERÍODO CORRESPONDIENTE
Actas del Simposium internacional celebrado en el Campus de la Universitat Autònoma de Barcelona el 25 y 26 de mayo de 2011
Montserrat Claveria
Montserrat Claveria Eva M. Koppel
Montserrat Claveria - Univertitat Autònoma de BarcelonaEva M. Koppel - Univertitat Autònoma de Barcelona
Markus Trunk - Universität TrierPilar Vélez - Disseny Hub Barcelona
El volumen Antiguo o moderno. Encuadre de la escultura de estilo clásico en su período correspondiente se enmarca en -
ción General de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación.
transmitir alguna parte de esta publicación cualquiera que sea el medio empleado (electrónico, mecánico, fotocopia, gra-bación….) sin el permiso previo de los titulares de la propiedad intelectual.
© De los textos y las ilustraciones: sus autores
Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11Montserrat Claveria
Antico e revival dell’antico tra XVI e XVII secolo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Beatrice Palma Venetucci
¿Antiguo o moderno? - La época de los Antoninos y el siglo XVI: un espíritu artístico común con 1400 años de intervalo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37Markus Trunk
españolas del siglo XVI: el duque de Villahermosa y sus estatuas “griegas” . . . . . . . . . . . . . . . . 49Gloria Mora
El taller romano de Guglielmo della Porta (c. 1515-1577) y las esculturas enviadas a España . . . . . . . . . . . . . . . . .Rosario Coppel
avatares de un pretendido reempleo anticuario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81José Miguel Noguera Celdrán
Statue della collezione Ludovisi nell’Ambasciata USA. Una rilettura alla luce dei recenti restauri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107Beatrice Cacciotti con i contributi di Daniela Candilio e Valeria Brunori
Modernizar lo clásico. A propósito de una Venus “barroca” del Prado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133Stephan F. Schröder
Más que la suma de sus componentes: consideraciones sobre el “trono” de la colección de antigüedades de Gustavo III rey de Suecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145Carmen Marcks-Jacobs
. . . .Manuela Laubenberger, Ulrike Müller-Kaspar
La escultura ideal femenina de la colección Despuig. . . . . . . . 177
Manuela Domínguez Ruiz
Le antichità greche di Carolina di Brunswick: questioni di gusto, questioni di stile. . . . . . . . . . 197Maria Elisa Micheli
La escultura romana en el primer Museo Arqueológico de Sevilla de 1879. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
José Beltrán Fortes
XVIII-XX) . . . . 239María Soto Cano
Notas sobre un relieve de Lucrecia . . . . . . . . 255Jaume Massó Carballido
Sobre algunas esculturas modernas de Málaga que se vinieron considerando como de época romana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Pedro Rodríguez Oliva
Esculturas procedentes de colecciones anticuarias conservadas en el Museu d’Arqueologia de Catalunya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283Montserrat Claveria
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305Eva M. Koppel
ANTIGUO O MODERNO. ENCUADRE DE LA ESCULTURA DE ESTILO CLÁSICO EN SU PERÍODO CORRESPONDIENTE, 2013, P. 81 A 106
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁNUniversidad de Murcia
El sarcófago romano de Gil Rodríguez de Junterón (Murcia, España): avatares de un pretendido
reempleo anticuario1
Abstract: Gil Rodríguez de Junterón, protonotary apostolic under Julius II and archdeacon of Cartagena Cathedral in Murcia in representation of Lorca (Murcia), is one of the most notable historical characters in Murcia during the
th century. His solid Humanist education and his years in Rome (1505-1510) acquainted him with the custom of reusing Roman sarcophagi in contemporary burials. Following his return to Murcia in 1510 he designed and built a funerary chapel which was probably inspired by the one projected, but not executed, by Michelangelo, also for Julius II. The projected central piece was a late 3rd century Roman sarcophagus, the front of which was decorated with
-cophagus was merely used to contain the body of the protonotary and therefore not put on display. The reasons why the project was not undertaken following the initial design are unclear, but it may be suggested that they had to do with the design of the chapel, the alterations introduced to the sarcophagus and the position held by Rodríguez de Junterón in the socio-political relationships of the city during this period.
Simposio internacional «Antiguo o moderno. Encuadre de la escultura de estilo clásico en su período correspondiente», celebrado en Barcelona en mayo de 2011, estaban
-textos y colecciones anticuarias de época moderna, el estudio de su valor estético como obras de arte y como exponentes del gusto de un periodo concreto, así como determinar la multiplicidad de funciones que dichas obras cumplieron en el contexto histórico social y cultural de su reutilización. Por ello, respondiendo a la amable invitación de M. Claveria y E. Koppel, directoras del simposio,
Antiguo o moderno. Encuadre de la escultura de estilo clásico en su período correspondiente
texto con las siguientes abreviaturas: ACM: Archivo de la Catedral de Murcia; AHM: Archivo Histórico Municipal (Murcia); AGC: Archivo General de Castilla (Simancas).
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JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
Fig. 1. Planta de la iglesia-catedral de Cartagena (Murcia) (según Vera Botí et al., 1994, 37). Nº 1: Capilla del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo (oratorio funerario de Gil Rodríguez de Junterón); nº 2: Capilla de San
Antonio de Padua (o del Corpus Christi); nº 3: Capilla de los Vélez (elaboración del autor).
83
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
siglo III en la capilla fúnebre de don
en la catedral de Cartagena, en Murcia
del siglo XVI2.
1998 al excavar con metodología ar-queológica en el contexto de unas obras de restauración el subsuelo de dicha capilla, situada en la nave de la
-bemos por la lápida que lo sellaba que sirvió de sepultura al comitente del
-rón, fallecido en 1552 y personalidad
XVI, pues en su cursus honorum -ron los cargos de Protonotario Apostó-lico Arcediano de Lorca en el Cabildo catedralicio3 -corado con un friso con el coro apolí-neo de las musas, fue respetado. Pero su dorso y laterales fueron reutilizados para grabar una inscripción con el epi-
Estos signos de reutilización de la -
unido al análisis de las mandas testa-mentarias del protonotario y su impor-tancia en el contexto de la Murcia del siglo XVI, nos permiten adentrarnos en su personalidad y deseos de autorrepresentación, en el proyecto originario de su capilla inspirado
construcción.
2 Con anterioridad: Noguera Celdrán, 2001, 175-255; Noguera Celdrán - Pozo Martínez, 2001, 209-242; Noguera Celdrán, 2007, 43-57.
3 Vera Botí et al.personalidad de la historia de Murcia durante la primera mitad del siglo XVI1925, 74-81; más recientemente Villella, 1997; id., 1998-1999, 82-102; id., 2002, 81-102.
Fig. 2. Planimetría arqueológica de la capilla sepulcral de Gil Rodríguez de Junterón, con indicación del lugar de hallazgo de
84
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
Fig. 3. Sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón en el momento de su hallazgo enterrado en el subsuelo de su capilla funeraria (fot. I. Pozo).
Fig. 4. Sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón en el momento de su hallazgo enterrado en
el subsuelo de su capilla funeraria (fot. I. Pozo).
El sarcófago romano y las evidencias arqueológicas de su reutilización
4, obra de taller romano de no elevada calidad artesanal, estaba decorada en su frente con un friso relivario continuo, según usos y tradiciones bien constatadas en las me-tropolitanas y sus imitaciones provinciales5. Sobre el fondo de la composición, animado por un ancho parapétasmacartones arquetípicos usuales en género de monumentos sepulcrales entre mediados del siglo II y el IV 7, de derecha a
4 Actualmente está expuesto en el Museo de la Santa Iglesia Catedral de Cartagena, en Murcia, donde carece de número de inven-tario. Está labrado en un bloque de mármol blanquecino, de grano grueso y con veteados de tonalidad grisácea. Sus dimensiones son: 2,143 m de largo, 0,783 m de alto y 0,734 m y 0,753 m de ancho en los laterales superior e inferior, respectivamente; el interior
apreciándose las huellas del instrumento de desbaste del mármol. Su estado de conservación, a excepción de algunos desportilla-dos en las aristas, es excelente. Para su estudio exhaustivo remitimos a: Noguera Celdrán - Pozo Martínez, 2001, 209-242.
5 Paduano, 1981, 79-94; Koch - Sichtermann, 1982, 197-201.BJb
; K. Fittschen, Gnomon, 44, 1972, AJA
III d.C.);
7 Sobre las funciones, atributos e iconografía de las musas en época imperial romana: Visconti, 1783-1807, en especial 111 ss., ML RE
EAA15-18; id.
id.mundo griego LIMC
85
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
8, combinación arbitraria que no responde al estatus de las musas establecido por Hesíodo (Hes. Theog. 77-79)9, como suele suceder de corriente10. A excepción de Talía que viste una singular malla teatral, todas endosan chiton con altocinto y manto con variadas
pulcritud en la labra de los detalles de las musas y sus atributos, entre otros, sugieren una datación
El sarcófago romano fue reutilizado en el siglo XVI
que fue aprovechada para grabar el epígrafe funerario del difunto, y a los laterales, cuya decoración
la cítara y la lira; el desconcierto se acrecienta por el recurso a cartones unitarios para su redacción tipológica y la incapacidad -
id.Para la cítara
Ibidem, 105. 9 10 Dicha sucesión se documenta el sarcófago del Pal.
107 b, 138 f en el último cuarto del siglo III; y por Koch - Sichtermann, 1982, 200 en época tetrárquica), donde las musas
III; y por Fittschen, Gnomon, 44, 1972, XX, 1, ca. 170-
W. 183 y Kansas City W. 197 (desaparecido en 1888 y vendido en 1987 en Sotheby’s (Nueva York): Cohon, 1992, 109-119).
Fig. 5. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón. Frontal con musas (fot. DAIMadrid InstNeg R82–99–7, J. Patterson).
Fig. 6. Restos del cadáver de Gil Rodríguez de Junterón depositado en el interior del sarcófago romano (fot. I. Pozo).
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JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
original fue retallada, disponiéndose en el derecho el escudo de armas del protonotario. El scriptus in tergo
-
texto es el siguiente:
CASA DE MI DO(n) GIL RODRIGEZ IV(n)TERON PROTHO NOTARIO DE LA SANTA SEDE / APOSTOLICA I ARCEDIANO DE LORCA . EN LA . IGLESIA . DE . CARTHAGENA . EN LA (trébol) / QVAL . E DE MORAR HASTA QVE ME LEVANTE EL POSTRERO DIA DEL VNIVER- / SAL . I THEMEROSO . LLAMAMIENTO . A DAR QVENTA DEL TALENTO QVE ME FVE / ENCOMENDADO11 . PLEGA . AQVEL QVE MVRIO EN LA CRVZ POR ME REDE-MIR NO / TOMARMELA ESTRECHA . I A LA GLORIOSISSIMA SIEMPRE VIRGEN MADRE SVIA NO / DESAMPARARME EN LA IORNADA POR QVE SOI GRAN PECADOR I TEMO / LA IRA DEL IVSTO IVEZ AVNQVE CON GRAN FE TENGO ESPERANCA EN SV (trébol) / MISERICORDIA A EL PLEGA AVNQVE INDIGNO DARME SV GLORIA / APAREIE ESTA MI MORADA QVE A DE DVRAR EN EL ANO DEL NASCIMIENTO . DE / NVESTRO SEN(n)OR IHV(Iesu) XPO(Christo) DE MIL I QVINIENTOS I VEINTE I OCHO AN(n)OS.
del segundo que era negro; 1º: un castillo de gules; 2º: una encina de sinople; 3º: una lebrela; 4º: 13 roeles de sable. Bordura general de sable con 8 roeles o panelas de plata en campo negro. Al timbre,
apostólico12
11 En clara referencia a San Mateo 25, 14-30. 12 Cascales, 19804
Coda - Caratti, 1989, 25 y 34.
funerario (fot. DAIMadrid InstNeg R85–99–4, J. Patterson).
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EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
Fig. 8. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón. Lateral
derecho con heráldica de la familia Junterón (fot. DAIMadrid InstNeg R85–99–3, foto J. Patterson).
Fig. 9. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón. Frontal con musas y lateral
diestro con heráldica de la familia Junterón (fot. DAIMadrid InstNeg R85–99–8, J. Patterson).
cuarteles: en el primero hay una encina y en el segundo un castillo13. Esta alteración en la posición de los cuarteles no queda resuelta ni siquiera en el caso de que el modelo utilizado por el cantero fuera la marca de un timbre de pequeño calibre, dado que la incorrección solo es achacable a la transposición
encuadramiento del campo relivario se dispuso el siguiente texto, también en castellano:
MA y VE nexadas.
El relieve original del lateral opuesto fue también retallado y muestra dos incisiones perpendicula-res que deben corresponder al diseño de un campo relivario no concluido destinado posiblemente a
14.
13 Discernir la génesis de esta anomalía no es fácil, máxime si consideramos que tales armas eran bien conocidas. Téngase en XIV
14
88
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
Gil Rodríguez de Junterón: un humanista en la Murcia del siglo XVI
El proyecto de reutilización anticuaria del sar-cófago romano como sepulcro y su azarosa evolución solo encuentran explicación asocia-
interés humanista por lo clásico, a su relevante personalidad se asocian algunos de los proyectos y acontecimientos históricos más destacados del
XVI. Al desempeño de notables funciones en la
-tatus eclesiástico y un levado grado de poder po-lítico y económico que le posibilitaron mantener
-
Cabildo catedralicio.
ramas se instaló en Murcia hacia el año 1320, generando una casta que pronto emparentó con
-
los de alcalde y regidor15
sus miembros en la carrera eclesiástica, en cuyo seno quedaron ligados de corriente al arcedianato de Lorca, la tercera dignidad en importancia de las seis que componían el Cabildo catedral .
-
adquiría el control sobre un emplazamiento de la periferia huertana de la capital que proporcionaba -
ria17 -
15 4
171-187. En líneas generales, desde la reforma de 1477 del obispo Diego de Montes hasta mediados del siglo XVIII, el esquema com-
de Cartagena; Vera Botí et al.et al.,
17
Fig. 10. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón. Lateral izquierdo retallado y con inicio del diseño de un campo relivario
(fot. DAIMadrid InstNeg R85–99–6, J. Patterson).
89
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
bre en la catedral sería concluido por su sucesor en el mayorazgo, como de facto así sucedió.
una fulgurante carrera eclesiástica al servicio del -
tario Apostólico y Conde Palatino18
escapa, así pues, del contexto hispano del último cuarto del siglo XV e inicios del siguiente, cuan-
-
ellos un gran impacto las ruinas y otros testimo-
en el impulso del descubrimiento y estudio de la antigua Hispania romana, en un momento en que la nueva monarquía precisaba reescribir la historia para su legitimación19. En sus años de permanen-
hábitos de enterramiento en la Ciudad Santa, muchos de ellos en sarcófagos antiguos reutilizados, lo
en 1510, el 22 de abril de ese mismo año es citado ostentando el título y función de Arcediano de
2
se instituyeron en Murcia más de una veintena en el siglo XVI242-245. Sobre el clero y mayorazgo en Castilla en la edad moderna: Irigoyen López, 2008, 113-133.
18 Sobre los protonotarios apostólicos, que formaban un colegio con el encargo de registrar todas las actas emanadas de la Curia Dizionario storico del Papato
19
Fig. 11. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón.
Pared interior de la caja reutilizada para grabar una inscripción (fot. I. Pozo).
Fig. 12. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón.
Pared interior de la caja reutilizada para grabar una inscripción (fot. I. Pozo).
Fig. 13. Caja de sarcófago romano reutilizado como sepulcro de Gil Rodríguez de Junterón.
Pared interior de la caja reutilizada para grabar una inscripción (fot. I. Pozo).
90
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
Lorca20. Asimismo, durante los trienios de 1511 a 151321 y de 1519 a 1521 desempeñó el cargo de Fabriquero Mayor de la catedral22, posiblemente por su formación y conocimientos adquiridos en el
ocasiones durante esta época hasta bien entrada la década de 1520.cliens 23, fallecido en
24. La permanencia del XVI y su condición eclesiástica le permitie-
ron conocer de primera mano la renovatio Romae XV y primera mitad del siguiente XVI -
25. Su carácter humanista y su docta formación en el terreno -
cia , siendo la obra culminante de sus iniciativas su oratorio fúnebre y su elaborado programa icono-27.
A pesar del amparo propiciado por su elevada condición socioeconómica y sus abundantes bene-
-
participó de manera categórica en la rebelión de las Comunidades (1520-1521), que en principio
XVI28. Comenzó el día 17 de mayo de 1520 con
20 ACM, Libro de Acuerdos Capitulares 1490-1514, B-2, f. 221v. 21 ACM, Libro de Acuerdos Capitulares 1490-1514, B-2, f. 253v. 22 Sobre este cargo de tipo administrativo: Vera Botí et al. 23
misas anuales por el alma de su «señor»«amo» del arcediano (ACM, Libro de
la encontramos en la capilla funeraria, en cuyo arco de acceso desde la nave de la Epístola la clave está ornada con el escudo papal acompañado del epígrafe «Armas de Papa Iulio II, de gloriosa memoria» (Vera Botí et al.fachada exterior dispuso su retrato idealizado, acompañado del titulus IVLIVS II (ibidem -diano, en el Libro de Acuerdos del Cabildo se menciona la institución de misas por el eterno descanso de su alma y la de «su amo el papa Julio II»
24no conoció la presencia efectiva y residencial de su prelado, sino que disfrutó del en tanto que las labores innatas a su , la razón suprema del episcopado como institución eclesial, quedaron realizadas por un vicario. Fastuoso y áulico,
II y de León XGran Enciclopedia de la Región de Murcia, Murcia, 1994, 203, s.v. Lang,
Mateo: (A. García Martínez). 25 En la historiografía hispana llamado «Florentino» en razón de su origen.
Destaca la propuesta en 1523 de fundar un colegio para franciscanos donde se admitiese al público en general y en el que, además
foliar; al respecto: Cooper, 1995, 185-189). Además, desde su posición en el Cabildo, y en particular como Fabriquero, apoyó a
27 Villella, 1997; id., 1998-1999, 82-102; id., 2002, 81-102. 28 id.,
Gran Enciclopedia de la Región de Murcia, Murcia, 1992, 241-242, s.v. Comunidades,
id., 1993. Para la Murcia de la segunda mitad del siglo XVI
91
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
el alzamiento en Murcia y alcanzó su punto culminante en agosto de dicho año con la constitución
-ción del nuevo cuadro de relaciones que, una vez acallada la revuelta, surgió entre la oligarquía de
protonotario29.
de esta forma en su persona el castigo que, en verdad, hubiese correspondido al Adelantado Mayor30.
la Chancillería de Granada y obtuvo carta favorable del monarca para que le fuesen devueltos31. La privación de rehabilitación por el poder real le valió exclusiones y proscripciones tales como la pro-hibición de detentar cargo público alguno en Murcia o en cualquiera otra parte del reino32. Además,
a quienes habían participado en la sedición, desquites que debieron ser especialmente feroces con aquellos que estaban privados del indulto regio, como sucedió con el arcediano33. Todos ellos son
desempeño del cargo de Fabriquero Mayor y sus nociones sobre arquitectura que, derivados de sus -
trucción de la capilla.
La capilla fúnebre de Gil Rodríguez de Junterón: hito del Renacimiento español
Bóveda de Murcia34
29 Su grado de compromiso en la rebelión se constató en los incidentes ocurridos tras la insurrección de Mula a favor de la
Lemeunier, 1998, 32). 30
emperador Carlos V, otorgada en Valladolid en octubre del mismo año (MHE, t. XXXIX,ff. 182-185). Lista de insurrectos excluidos del perdón real de octubre de 1522 en Pérez, 1977,2 484-485; rebeldes murcianos
31 32 MHE, t. XXXIX 33
núm. 74 (11 de mayo de 1532). Con todo eso, no todas las voces de la oligarquía ciudadana le fueron desfavorables: en 1532
III, nº 74 (11 de mayo de 1532). 34 Sobre esta capilla-panteón véase: Baquero Almansa, 19822, 127-134; González Simancas, 1905-1907 (1997), 33, 151-157,
et al., id. id. et al., 1994, espe-
92
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
Fig. 14. Capilla funeraria de Gil Rodríguez de Junterón. Alzado exterior de la recapilla pseudoelíptica (fot. A.
Martínez Requiel).
Fig. 15. Capilla fúnebre de Gil Rodríguez de Junterón. Bóveda de la recapilla (fot. A. Martínez Requiel).
35
instituyó tres capellanías para proveer su culto cotidiano . La estructura del oratorio debió permane-cer casi intacta hasta 1525, cuando con fecha 17 de marzo el Cabildo concedió al arcediano autoriza-ción para iniciar las obras de construcción de una nueva capilla. El acuerdo capitular establecía auto-rización para demoler el testero de la capilla preexistente «dentro de dos años primeros siguientes» y que la nueva solo podría exceder el perímetro del templo tanto como lo hacía la capilla del Marqués de los Vélez37. La autorización del Cabildo implicaba la existencia de un proyecto, más o menos
XVI),
1997; id., 1998-1999, 82-102; id. Bó-veda de Murcia
35 ACM, Libro de Acuerdos Capitulares 1490-1514, B-2, f. 224v. Cascales, 19804
37et al.
93
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
elaborado38
que ya desde 1522 desempeñaba el cargo de Maestro Mayor de la catedral. En todo
-grama decorativo, la reutilización como sepulcro de un antiguo sarcófago romano, y la supervisión de las obras debió recaer
39. La obra del oratorio consta-ba de dos cuerpos: un primer ámbito casi cuadrangular, en correspondencia con el antiguo oratorio de Saorín, y un segundo ámbito pseudoelíptico (llamado en el pro-pio testamento recapilla) cubierto por una excepcional bóveda oval con cruceros40
A pesar de la autorización de 1525, no existe constancia documental de la fe-
como también ignoramos qué grado de
de Torni, quien, por consiguiente, poco pudo supervisar las obras. Sustituyó al italiano como Maestro
la capilla. En estos años, el proyecto fue rehecho en varias ocasiones, muy probablemente siguiendo 41. Carecemos de nueva infor-
la Catedral «treynta y un carretadas de piedra» 42. Equivalente a 3
totalidad del espacio pseudoelíptico43 -«adereços
y ornamentos»44 sin concluir del oratorio.
38 Vera Botí et al. 39 Villella, 1998/99, 82-102; id., 2002, 81-102. 40 41 Villella, 1998-1999. Del máximo interés sería acometer un estudio riguroso de la capilla recurriendo a la metodología de la
42 43 Vera Botí et al. 44
Fig. 16. Planta de la capilla gótica de Pedro Saorín en la Catedral de Cartagena, Murcia (según Noguera -
94
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
El sarcófago y el fundamento anticuario de su reutilización
Los sarcófagos romanos reutilizados nos adentran en cuestiones relativas a la renovación cíclica de
a su expolio y reempleo, bien sea en época antigua o ya durante el medievo y épocas más recientes45. En toda Europa, y de modo particular en Italia, fueron muchos los sarcófagos romanos reempleados
cuando muestran trazas de reelaboración parcial y el añadido de inscripciones, blasones, insignias, etcétera -
y Cinquecento el anticuariado y el coleccionismo desposeyeron a la mayor parte de sarcófagos de -
das de palacios y villas, mientras que otros fueron exportados a lugares distantes, incluso más allá de
sepulcro47; bien pudo ser este el caso que nos ocupa.
como su lugar de enterramiento en la capilla que diseñó y mandó construir en la catedral tiene un
forma concluyente en su afán de proyectar un oratorio fúnebre donde el sepulcro fuese un sarcófago XIII al XV48. En aquellos
años fueron muchos los sarcófagos romanos reutilizados repartidos por la topografía urbana de la
discernimiento histórico de lo antiguo49, lo cual nos sitúa ante uno de los tópicos más reiterados de la historia del arte occidental: la relación existente entre la Antigüedad y sus variadas supervivencias y renacimientos50.
La reutilización del sarcófago romano como sepulcro estuvo íntimamente ligada al proyecto de oratorio funerario en la catedral. Dicho expolio prueba el profundo discernimiento histórico de lo
bien podría haber recurrido al encargo de un enterramiento realizado en piedra local, como el resto
probaría asimismo el móvil anticuario.
45 La puesta al día más ambiciosa sobre esta cuestión, aunque sobre todo circunscrita al ámbito italiano, sigue siendo AA.VV., 1983. También: «Il reimpiego dei sarcofagi romani sino al 1500. Pisa, Scuola normale superiore, 5-11 settembre 1982», Pros-pettiva
Settis, 1983, 22. 47 Agosti et al. 48 En estas centurias, los reutilizadores de sarcófagos en la Urbs Sancta fueron seis papas, tres obispos, un dominico, un empera-
dor, dos praefecti urbide quienes nada conocemos a excepción de su prominente posición social (Agosti et al.
49 Settis, 1983, 18. 50
95
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
cuales reutilizaban sarcófagos. Un atento análisis de sus disposiciones testamentarias y la materia-
51 (vide infra).unicum
siglo XV conocemos, tras los tímidos intentos de los obispos Aguilar y Peñaranda, el primer proyecto para incluir sarcófagos en un oratorio funerario. Se trata de la capilla mandada construir por el Ade-
de transición de los siglos XV al XVIde este género de sepulcros52 53 -
54 también pudo marcar sus deseos de emular un 55, a lo que cabe añadir su
referida formación anticuaria.
del sarcófago con las Nueve Hermanas pudo ser concluyente en la selección del monumento por parte del protonotario. Fruto del arraigo de las ideas neoplatónicas, sabemos del atractivo despertado entre
no poseemos documentación que permita contrastarlo, el arcediano debía conocer las connotaciones IV a.C., cuyo culto rendía
una vida venturosa y el alcance de las esferas celestes tras la liberación acaecida con la muerte, lo cual propició su ágil inserción en el acervo de la escatología romana, en particular de época tardoantigua57. Si la elección del motivo fue premeditada, hecho en el que podría incidir la existencia hacia el año
vide infra -sas formaran pendentnichos de la recapilla según diseño del propio arcediano, en vida del cual se inscribieron, en caracteres
ellas destinadas58
51
52
et al. 53 -
ordenando al Deán y Cabildo de la Catedral de Murcia que en su capilla mayor se enterrasen las «entrañas del señor rey don Alonso y no consientan que alli se de otro entierro»
XVI en el subsuelo de la capilla una cripta (Vera Botí et al., 1994, 159). 54
-pis, 1999, 225).
55 Torres Fontes, 1953; Martínez Carrillo, 1985.
57
58 Vera Botí et al., 1994, 271; sobre las sibilas: González Blanco - Calatayud et al., 1983, 3-19.
96
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
y herencias culturales grecolatinas, a las -
tiana, apreciables asimismo en las con-tinuas referencias y citas de lo antiguo en la bóveda pseudoelíptica de la reca-pilla que, con un horror vacui de plena tradición hispánica, está ornamentada con imágenes de ascendencia pagana y símbolos de exaltación bélica, imperial y real59 «la decorazione rende evidente come l’idea dominante non sia quella della morte, ma del trionfo e dell’inmortalità e che si voleva sorprendere lo spettatore con
-razioni costosissime [...]» . Caso de ser así, el empleo de musas en el proyecto
precedente renacentista de la barroca es-
del siglo XVII por la ex reina Cristina de Suecia, la cual adquirió un grupo de ocho musas sedentes, de época tardoadrianea-antoniniana y halladas hacia el año 1500 en el Odeion de la villa adrianea de Ti-voli; dispuestas en un salón, cuando se sentaba en el trono frente a una estatua de Apolo dispuesta en el mismo ambien-te, asumía el papel de la novena musa y evidenciaba sus intereses y ambiciones
.
Sobre la procedencia del sarcófago
El hallazgo del sarcófago reutilizado en un contexto del siglo XVI permite plantear, dada la falta de documentación, solo algunas especulaciones sobre su procedencia. Elaborado en un taller romano de
III -pleado en una necrópolis romana o si fue exportado a la península Ibérica. A este problema arqueo-
59 ibidem, 97.
id.
Fig. 17. Capilla fúnebre de Gil Rodríguez de Junterón. Alzado interior con nichos de la recapilla para estatuas de profetas y
sibilas (fot. A. Martínez Requiel).
97
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
cuyo dorso fue reutilizado como lápida se-pulcral del canónigo Alonso de Guevara
-
El frente sarcofágico estaba decorado con
y maestros en un segundo, siendo producto metropolitano fechable en edad tetrárquica
del doctor Guevara coincide con la fecha en --
fago. Ello evidencia que en 1528 había en la
sarcófago romano decoradas con musas, uno de los cuales estaba siendo preparado para un reempleo anticuario y funcional, mientras otro se reutilizó para obtener una lápida. El contexto y circunstancia que rodean al proto-notario, sus años de permanencia y sus con-
-dad a 1528, ambos sarcófagos hubiesen sido
los siglos XV y XVI, la nómina de sarcófagos -
ma . Muchos de ellos formaron parte de las colecciones anticuarias de la época, entre las
-
II (1503-1513) , el cual colocó en el sepulcro
frontal de un sarcófago con escena de dextrarum iunctio, actualmente conservado en el atrio de la iglesia de Sta. Sabina, en et al.
XVI y una reseña histórica
XXXVII b; id.
BJbIII et al.
I (Euterpe), II (Melpómene), III (Urania y Talía), V (Clío y Calíope), VI (Polimnia); Koch - Sichtermann, 1982, 200, 309; Blázquez, 1988, 90; id., 1991, 289-290; Noguera Celdrán, 2001, 175-255.
El hecho de que sirviese de losa sepulcral del doctor A. de Guevara ha llevado en ocasiones a postular una posible proce-Eliocroca, hipótesis ésta que debe desecharse (Noguera Celdrán,
2001, 243). Krautheimer, 1981, 321-1308.
Fig. 18. Capilla fúnebre de Gil Rodríguez de Junterón. Detalle de la bóveda (fot. A. Martínez Requiel).
Fig. 19. Dorsal del frontal W. 57 utilizado como losa sepulcral de Alonso de Guevara en la capilla de San
Antonio de Padua de la Catedral de Cartagena (Murcia).
98
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
construido en 1477 para sus progenitores un sarcófago estrigilado en cuya tabula ansata grabó el . En este contexto, es probable que los dos sarcófagos de la catedral de Murcia
debió producirse antes de 1528 por uno de los puertos del levante mediterráneo, como Alicante, To-. Incluso es probable que la pala marmórea del retablo del oratorio, decorada
con una exquisita Adoración de los Pastores de clara raigambre italiana, arribase en el mismo o en 70
a prioriCon todo, a priori tampoco es descartable que el sarcófago del protonotario o, incluso, los dos,
procediesen de un antiguo cementerio romano localizado en un punto indeterminado del extenso
considerablemente más amplios que los actuales71. Sarcófagos importados pudieron emplearse en las necrópolis en algunos de los diversos asentamientos y aglomeraciones rurales constatadas en los alrededores de la actual ciudad de Murcia, en concreto en los piedemontes de las costeras norte y sur poblados con un intenso hábitat rural tardorromano72
Ibidem Sobre los puertos del sureste y, en particular, el de Cartagena: Mas, 1975, en particular 223-239; Andrés Sarasa, 1989, 477-515, y en especial 481-482.
70 -et al.
«por el retablo que había realizado para su capilla»la obra por parte del maestro burgalés.
71 72 Sobre la uilla id.,
Alonso de Guevara (fot. DAIMadrid InstNeg R200–67–7, R. Friedrich).
99
EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
nómina de sarcófagos paleocristianos de taller romano del siglo IV constatados a día de hoy en el sureste peninsular73. Además, el hallazgo en
-cófago fragmentado y reutilizado como material de construcción para la reparación del muro de una vivienda islámica en el siglo XIIexistencia en las inmediaciones de la ciudad de este género de monumentos sepulcrales. Data-ble por técnica y estilo en época tetrárquico tar-día o constantiniana temprana, muestra una va-riación del conocido tema de la «conversación»
Polimnia74 -se que estos sarcófagos estuviesen «visibles» o reutilizados en algún punto de la ciudad de Murcia ya en época medieval, al modo en que
75, y que en el siglo XVI fueran reutilizados en la catedral. Como tampoco puede obviarse la hipotética procedencia de alguna de las antiguas necrópo-lis tardorromanas, urbanas o rurales, del sureste peninsular.
El sepulcro del protonotario y el frustrado reempleo anticuario del sarcófago
la recapilla. La primera manda del último testamento conocido del arcediano, otorgado en Murcia el 12 de septiembre de 1543 , recogía de manera expresa su deseo de ser enterrado «alto», delante del
77. Estas prescripciones debían remontar sin duda al proyecto originario, anterior a 1525.
73 Noguera Celdrán, 2004, 282-283. 74 75 Krautheimer, 1981, 321-1308; Agosti et al.
77 sea sepultado (mi cuerpo) en la iglesia mayor de Santa Maria desta çib-dad en mi capilla que en ella tengo, alto en la recapilla, delante del altar, en vna caxa de marmol que yo tengo aparejada. Y mando que ninguna otra persona se entierre conmigo en la dicha recapilla
Fig. 21. Fragmento de caja de sarcófago romano con
de construcción, en el siglo XII, en una casa islámica de Murcia (fot. A. López Cánovas).
100
JOSÉ MIGUEL NOGUERA CELDRÁN
En el testamento de 1543 se manifestaba la voluntad del arcediano de ser enterrado «alto en la recapilla, delante del altar, en vna caxa de marmol que yo tengo aparejada». De gran utilidad es
«delante del altar», ya que evidencia una posición
78
79
soterrada, no delante del altar, sino en la exedra izquierda de la recapilla pseudoelíptica, lugar en el
78 79
Fig. 22. Reconstrucción del proyecto de 1505 realizado por Miguel Ángel
para servir de mausoleo al papa Julio II. Alzado y sección longitudinal
Fig. 23. Reconstrucción del proyecto de 1505 realizado por Miguel Ángel
para servir del mausoleo al papa Julio II. Alzado y planta (según
Fig. 24. Planta del cuerpo pseudoelíptico de la capilla fúnebre
de Gil Rodríguez de Junterón (según Vera Botí et al., 1994, 228).
Hipótesis de ubicación del sarcófago con musas en el proyecto originario,
a partir de la intersección de sus ejes axiales, según la disposición testamentaria de Gil Rodríguez de Junterón de 1543 (elaboración del
autor).
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EL SARCÓFAGO ROMANO DE GIL RODRÍGUEZ DE JUNTERÓN (MURCIA, ESPAÑA): AVATARES DE UN PRETENDIDO REEMPLEO ANTICUARIO
con una hermosa lápida de mármol blanco con vetas grisáceas en la que se dispuso, en el cuerpo central,
en el sarcófago pero sin errores en la disposición de los cuarteles, y en el tercio inferior el epígrafe fu-nerario grabado en un rótulo desplegado80
1552
subsuelo de la capilla evidencia una alteración, por ahora no probada documentalmente, del testamento del arcediano. Desde el año de la manda hasta el del fallecimiento mediaron nueve años, largo periodo
contempladas en el proyecto original de la capilla. -
seo del propio arcediano; de hecho, su testamento de 1543 refería que «ordeno este mi testamento y postrimera voluntad revocando los que hasta ago-ra tengo hecho», lo que demuestra una voluntad variable y la posibilidad de que se hubiesen intro-
documentalmente, que no afectasen a cuestiones es-trictas de herencia81. No obstante, no parece factible
planes, renunciando a la tradición anticuaria subya-cente en su proyecto.
80 Sus dimensiones son de 2,12 m. de longitud por 0,745 m de anchura y 0,125 m de grosor. En su tercio superior se dispone el siguiente versículo del salmo IV, inscrito en el interior de un rótulo abierto:
IN PACE IN IDIP-SUM DORMIANET REQUIE(s)CAMAM nexadas
81 Si no afectaba a sus capítulos esenciales, a saber, la institución del mayorazgo en tierras de Beniel, las normas resueltas para la sucesión del mismo, el derecho de patronato de la capilla y las obligaciones pecuniarias contraídas con el Cabildo, es posible que este hipotético documento ni siquiera se incorporase al testamento original. Ello explicaría, además, por qué existe otra tumba en la recapilla, considerando que el texto de 1543 indica taxativamente que nadie, a excepción del fundador, podría enterrarse en aquel espacio.
Fig. 25. Losa sepulcral de Gil Rodríguez de Junterón, dispuesta en 1552 a ras de suelo sobre la caja
de sarcófago romano enterrado del difunto (fot. A. Martínez Requiel).
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