Los amigos de las tortugas. Por: Drai Cabello

PROYECTO ORITAPOLos amigos de las tortugas

Drai Cabello / Consevación de la Biodiversidad [email protected]

HISTORIAS VERDES

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Tortuguillo de Tortuga Cabezona o Caguama (Caretta caretta) en la Playa de Oritapo, estado Vargas. Fotografía: Vanessa Ilukewitsch.

Nido de Tortuga Caguama (Caretta caretta). Fotografía: Mariana Ayala.


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Conoce cómo las tortugas del Proyecto Oritapo

le deben la vida a un ciempiés extraviado.

Casi por casualidad, y por la donación de un ciempiés, nació unainiciativa de conservación de tortugas marinas en el Estado Var-gas, hoy conocida como Proyecto Oritapo.

La señora Karina llegó un día al Terrario del Parque del Este con la

idea de donar un ciempiés (Scolopendra sp.) que había encon-trado en su casa del pueblo de Oritapo, ella no quería quemataran al animal, por eso se tomó la molestia de llevarlo hastaCaracas. En una amena conversación nos contó sobre su pueblo,

también nos contó que en las costas desovaban tortugas mari-nas y que algunas personas se dedicaban a extraer sus huevospara venderlos o para consumirlos.

Esa situación preocupó bastante al biólogo Saúl Gutiérrez, Di-rector del Terrario, con quien realizamos un viaje exploratorio ala zona. En ese momento conocimos al Sr. Odilio Milano, quiennos habló sobre su preocupación por las tortugas marinas, ya

que cada año se veían menos hembras desovando en las playas

de su pueblo. Mientras comíamos una cachapa, le dijimos que

volveríamos la próxima semana para hacer un recorrido de las

playas y tener una mejor idea de lo que allí ocurría.

Esa misma semana le comenté a mis compañeros de estudio de

biología, Alejandro Moreno y Vanessa Ilukewitsch, sobre lo que

había visto. Sin mucho insistir, organizamos una salida de campo

para el siguiente fin de semana. Llegado el día salimos muy

temprano y al llegar a Oritapo nos encontramos de nuevo con

el Sr. Odilio, quien se alegró mucho al vernos, nos confesó incré-

dulo que pensaba que nosotros no volveríamos al pueblo.

Continuamos hablando sobre las tortugas marinas, la gente del

pueblo, sus costumbres y compartiendo anécdotas relacionadas

con la fauna local.

Al caer la tarde, el Sr. Odilio nos guió hacia una de las playas donde,

según nos dice, era muy probable que saliera alguna tortuga a des-ovar. Comenzamos el recorrido por un barranco muy empinadoa la orilla de la carretera, parecía ser el cauce de una quebrada.

Luego del duro descenso llegamos a la playa y lo primero que

vimos fue un gran rastro en la arena. Escuchamos el grito de Odilio: “¿Qué te dije? Ahí está el nido de la tortuga”, en efecto, un

par de huevos superficiales delataban la presencia de la nidada.

Luego de medir los rastros y tomar fotos, nuestro guía nos dice que

debe ir a su casa, y que debemos estar atentos con los saqueado-res de nidos que ya comenzaban sus recorridos. Nos recomendó

que cuando viéramos las linternas a lo lejos, encendiéramos lasnuestras; así ellos pensarían que ya se les han adelantado y

obviarían esa playa. Cuando logramos persuadir a los saqueadores

de nidos, tan sólo con nuestras linternas, nos dimos cuenta de la

importancia de permanecer en las playas, de lo vulnerables queson los nidos de tortugas marinas, y que la supervivencia de estenido en particular dependía de nosotros en ese momento. Así fue

como nació Proyecto Oritapo, la noche del 13 de junio de 2009nos dimos cuenta del reto que debíamos asumir.


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Drai Cabello en práctica de educación ambiental con lo niños de la población de Oritapo del estado Vargas.

Por ello nos quedamos protegiendo el nido cada uno de los 46

días previos a la eclosión hasta que una mañana tuvimos el pla-

cer de ver como surgían de la arena 118 tortuguillos de tortuga

caguama (Caretta caretta). Decididos a llegar al mar, cada uno a

su ritmo pero con paso firme. Ese momento, valió por todos los

días de espera e incomodidades en una carpa al lado del nido.Mostramos las fotos y videos a las personas del pueblo en unacharla que organizamos en la escuelita local, y nos sorprendió

muchísimo ver que muchos de ellos, sobre todo los niños, no

habían visto nunca un tortuguillo, ya que el consumo de huevos

era tal que no tenían oportunidad de desarrollarse y nacer. La-mentablemente, es posible que esos tortuguillos hayan sido losúnicos que lograron llegar al mar en la zona ese año.

En nuestro país se ha reportado la presencia de cinco especies

de tortugas marinas, pero sólo cuatro de ellas anidan en nues-tras playas de Vargas: tortuga verde (Chelonia mydas) y tortuga

cagüama o cabezona (Caretta caretta) que se encuentran cata-logadas en Peligro de Extinción según la UICN, y la tortuga

carey (Eretmochelys imbricata) y tortuga cardón o sietequillas(Dermochelys coriacea) que se encuentran en Peligro Crítico de

Extinción. Aunque existen muy pocos datos, en el estado Var-gas se ha reportado anidación de estas cuatro especies.

Existe la falsa creencia de que los huevos de tortuga marina sonafrodisíacos, pero esto no puede estar más lejos de la realidad, no

hay razones científicas que puedan demostrarlo, por el contrario,su alto contenido graso puede ser perjudicial para la salud, y quie-

nes los han comido, nos dicen que no tienen muy buen sabor.

Aun así, se siguen extrayendo huevos de las playas, y se pueden

conseguir en restaurantes hasta por 20 bolívares cada uno.

El trabajo que nos hemos propuesto es asegurar el nacimiento del

mayor número posible de tortuguillos en las costas de Vargas,

mientras tomamos datos de interés biológico y social que nos per-mitan trazar estrategias efectivas para su conservación, además deinvolucrar a las comunidades locales en la labor. Para ello, hemos

creado la Asociación Civil CONBIVE o Conservación de la Biodi-

versidad Venezolana, que dará mayor solidez y respaldo a lasactividades de Proyecto Oritapo, así como crear otras iniciativasde investigación, conservación y educación. Además de los inte-

grantes originales del Proyecto, se incorporaron a CONBIVE el

Biólogo Moisés Gamero, y Leonardo Lameda de la Facultad de

Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela.

Para el pasado año, con la asesoría de especialistas destacados en

la materia, y con el apoyo incondicional del Terrario del Parque delEste, diseñamos un cronograma de actividades que nos permitió

mayor presencia en las playas. Aunque logramos ubicar variosnidos, pocos fueron exitosos. Muchos fueron saqueados mientras

no estábamos en las playas, y otros se perdieron por causas natu-rales. Sin embargo, algunos cientos de tortuguillos rompieron el

cascarón ese año e ingresaron al mar. Además, logramos involucrara la comunidad en las actividades por medio de charlas periódicas,

exposición de documentales, murales llamativos, material divulga-tivo, prensa, radio y hasta por las redes sociales.


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Tortuguillo de Caretta caretta eclosionando. Fotografía: Vanessa Ilukewitsch.

Tortuguillas recién eclosionados en busca del mar. Fotografía: Vanessa Ilukewitsch.


muchos incluso nos llamaban por nuestros nombres, y nos pre-

guntaban cuándo daríamos otra charla, o cuándo volverían a

nacer “tortuguitas”. Todo cambia, ahora nos sentimos parte de

esa comunidad, las muestras de aprecio y solidaridad son todos

los días, tanto que en Oritapo nos sentimos como en casa;

sobre todo cuando visitamos la casa de la Sra. Modesta y Ma-rely, la de Andreina, o en Los Meros con “Coco”.

En los próximos meses se inicia la temporada de anidación y

nosotros hemos estado trabajando desde el año pasado para

aportar nuestro mayor esfuerzo. Esta vez con más ganas, conmás experiencia, con asesores y aliados, con una comunidadque se involucra en esta iniciativa y que ahora conoce la im-

portancia que tienen las tortugas marinas en el equilibrio y

bienestar de los ecosistemas marinos.

Este año aumentaremos nuestro rango de acción a otros pue-

blos cercanos y usaremos una metodología que nos permita una

mayor supervivencia de tortuguillos. Esperamos contar con laparticipación de voluntarios de campo dispuestos a colaborar

con el trabajo y con patrocinadores que nos permitan sostenernuestra labor con las tortugas y la comunidad. Porque como dice

una buena amiga de Maracaibo “cada tortuga cuenta”.

www.conbive.org

@conbive

@proyectooritapo

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Sin duda, uno de los logros más importantes del proyecto, fue la

liberación que se logró el 19 de agosto de 2010. Ese día nacie-

ron 100 tortuguillos de tortuga cagüama (Caretta caretta), y nos

dimos a la tarea de invitar, casa por casa, a todos los habitantes

de Oritapo para que asistieran al atardecer en la playa, y así pu-

dieran participar en la actividad. Muy pocas personasconfirmaron asistencia, por lo que no teníamos muchas expec-tativas. Sin embargo, cuando llegamos a la playa nos sorprendió

muy gratamente ver que ya muchos nos estaban esperando.

Dimos una pequeña introducción sobre la biología de las tor-

tugas marinas y sobre cómo podemos ayudar en suconservación. Al cabo de un rato, ya era hora de liberar a lascrías. En ese momento había en la playa poco más de 200

personas, cifra considerable si tomamos en cuenta que la

población de Oritapo es de unas 500. Tal vez sea una de las

pocas actividades de esta índole en nuestro país donde ha ha-bido mayor asistencia de personas que se hicieron presentespara disfrutar de la liberación de animales.

Luego de asegurarnos de que las crías caminaran un tramo de

la playa, cada uno de los niños presentes tuvo la oportunidadde llevar en sus manos un tortuguillo hasta el agua y ver como

se alejaba entre las olas, sin duda una experiencia inolvidablepara cualquier niño. Esa actividad, que contó con la presencia

del Dr. Jesús Manzanilla, Director de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica y varios periodistas, marcó la diferencia.Luego de esa tarde, pasamos de ser los “pelúos que se quedan

durmiendo en la playa” a ser “los muchachos de las tortugas”,

Tortugas Carey (Eretmochelys imbricata). Fotografía: Alberto Blanco Dávila.


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