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tania192
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Información en el siglo XXI
El valor social y económico de la información radica en su reconocimiento individual o
colectivo, así como en la necesidad de utilizarla o poseerla. La sociedad actual,
denominada sociedad de la información, no sería tal si no se considera como prioridad
el que todos los grupos que la forman ejerzan la lectura como parte de la riqueza
humana que propiciará el crecimiento sostenido. Se plantea entonces la necesidad de
crear bibliotecas universitarias, con medios reales y virtuales, para ser compartidas
desde cualquier parte del mundo. Por otro lado, se propone la urgencia de generar
información, como un insumo básico para el desarrollo cultural, económico y político
de cualquier país
Como representación del pensamiento y el conocimiento, la información nos lleva a
considerar que la sociedad la recibe y queda expuesta a la que proviene del lenguaje
corriente de los medios masivos, así como a la generada por el lenguaje literario,
científico y técnico de la literatura especializada. En ambos casos, la sociedad produce
la información, creando un interés consciente e inconsciente por transmitirla, ya sea
de manera individual o colectiva: puede ser información estratégica disponible sólo
para un selecto grupo o de uso abierto para todos. Puede ser solicitada, necesitada y
utilizada por individuos o grupos de poder, como el Estado, consorcios comerciales y
grupos políticos.
Hoy en día las comunidades científicas de primer orden, además de reconocer el valor
de la información, la exigen como un requisito fundamental para realizar investigación
o presentar programas de desarrollo social. Así lo demuestra su gasto en información y
la infraestructura que se requiere para su uso, como es el caso de los productores de
información (editores) y las instituciones que la organizan para su uso colectivo y social
(bibliotecas). Cabe mencionar que los países latinoamericanos ya empiezan a
transformar sus enfoques en cuanto a esta situación. Como resultado de ello, la
información figura entre sus prioridades.
La disponibilidad de información debe ser la suficiente para garantizar al usuario la
satisfacción de sus necesidades, independientemente del lugar en que se encuentre,
coordinando con efectividad los aspectos técnicos y los factores sociales y políticos.