2
Información en el siglo XXI El valor social y económico de la información radica en su reconocimiento individual o colectivo, así como en la necesidad de utilizarla o poseerla. La sociedad actual, denominada sociedad de la información, no sería tal si no se considera como prioridad el que todos los grupos que la forman ejerzan la lectura como parte de la riqueza humana que propiciará el crecimiento sostenido. Se plantea entonces la necesidad de crear bibliotecas universitarias, con medios reales y virtuales, para ser compartidas desde cualquier parte del mundo. Por otro lado, se propone la urgencia de generar información, como un insumo básico para el desarrollo cultural, económico y político de cualquier país Como representación del pensamiento y el conocimiento, la información nos lleva a considerar que la sociedad la recibe y queda expuesta a la que proviene del lenguaje corriente de los medios masivos, así como a la generada por el lenguaje literario, científico y técnico de la literatura especializada. En ambos casos, la sociedad produce la información, creando un interés consciente e inconsciente por transmitirla, ya sea de manera individual o colectiva: puede ser información estratégica disponible sólo para un selecto grupo o de uso abierto para todos. Puede ser solicitada, necesitada y utilizada por individuos o grupos de poder, como el Estado, consorcios comerciales y grupos políticos. Hoy en día las comunidades científicas de primer orden, además de reconocer el valor de la información, la exigen como un requisito fundamental para realizar investigación o presentar programas de desarrollo social. Así lo demuestra su gasto en información y la infraestructura que se requiere para su uso, como es el caso de los productores de información (editores) y las instituciones que la organizan para su uso colectivo y social

Información en el siglo XXI

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Información en el siglo XXI

Información en el siglo XXI

El valor social y económico de la información radica en su reconocimiento individual o

colectivo, así como en la necesidad de utilizarla o poseerla. La sociedad actual,

denominada sociedad de la información, no sería tal si no se considera como prioridad

el que todos los grupos que la forman ejerzan la lectura como parte de la riqueza

humana que propiciará el crecimiento sostenido. Se plantea entonces la necesidad de

crear bibliotecas universitarias, con medios reales y virtuales, para ser compartidas

desde cualquier parte del mundo. Por otro lado, se propone la urgencia de generar

información, como un insumo básico para el desarrollo cultural, económico y político

de cualquier país

Como representación del pensamiento y el conocimiento, la información nos lleva a

considerar que la sociedad la recibe y queda expuesta a la que proviene del lenguaje

corriente de los medios masivos, así como a la generada por el lenguaje literario,

científico y técnico de la literatura especializada. En ambos casos, la sociedad produce

la información, creando un interés consciente e inconsciente por transmitirla, ya sea

de manera individual o colectiva: puede ser información estratégica disponible sólo

para un selecto grupo o de uso abierto para todos. Puede ser solicitada, necesitada y

utilizada por individuos o grupos de poder, como el Estado, consorcios comerciales y

grupos políticos.

Hoy en día las comunidades científicas de primer orden, además de reconocer el valor

de la información, la exigen como un requisito fundamental para realizar investigación

o presentar programas de desarrollo social. Así lo demuestra su gasto en información y

la infraestructura que se requiere para su uso, como es el caso de los productores de

información (editores) y las instituciones que la organizan para su uso colectivo y social

Page 2: Información en el siglo XXI

(bibliotecas). Cabe mencionar que los países latinoamericanos ya empiezan a

transformar sus enfoques en cuanto a esta situación. Como resultado de ello, la

información figura entre sus prioridades.

La disponibilidad de información debe ser la suficiente para garantizar al usuario la

satisfacción de sus necesidades, independientemente del lugar en que se encuentre,

coordinando con efectividad los aspectos técnicos y los factores sociales y políticos.