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Unamuno en 1898 El Reinado Social de Je

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Unamuno en 1898 El Reinado Social de Je

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  • ISSN: 0210-749X

    UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS(EN TORNO A UN MANUSCRITO INDITO)

    Unamuno in 1898: El reinado social de Jess

    Manuel M. URRUTIA LEN

    Universidad de Deusto (Bilbao)

    RESUMEN: El presente artculo analiza las ideas polticas de Unamuno duranteel perodo de 1897 a 1900. Para ello nos basamos en un manuscrito indito delautor, El reinado social de Jess que presentamos y transcribimos cuyas ideasimpregnan todos sus escritos de la poca. En ese momento Unamuno intentaconciliar su socialismo cientfico, que se prolonga hasta finales de siglo, con elcristianismo. Lo que por otra parte demuestra que la crisis de 1897 no suponeun abandono brusco del socialismo ni, en un sentido ms general, una rupturarepentina en el pensamiento de Unamuno.

    Palabras clave: integrismo, militarismo, socialismo cristiano.

    ABSTRACT: This article analyzes the Unamuno's political ideas during theperiod between 1897 and 1900. In order to do this we are basing on an unpu-blished manuscript of the author, El reinado social de Jess which we presentand transcribe whose ideas pervade all his writings at the time. In those yearsUnamuno tries to reconcile his scientific socialism, which will last until the endof the century, with Christianity. This, on the other hand, shows that the crisisof 1897 does not imply a sudden abandonment of socialism, or in a broad sense,a sudden departure in Unamuno's way of thinking.

    Key words: fundamentalism (orthodoxy), militarism, christian socialism.

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

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    A Carlos, Deme, Mertxe y Manu,compaeros de tertulia cafetera.

    INTRODUCCIN

    La gnesis del presente artculo remite a mi colaboracin en el Congreso Inter-nacional Miguel de Unamuno, celebrado en la Universidad de Salamanca, los das22 al 26 de junio de 1998, con motivo del Centenario de la Generacin del 981.

    Dado que mi campo preferente de investigacin es el pensamiento, principal-mente poltico, de Unamuno, me plante intentar responder a una pregunta aparen-temente sencilla: cules eran las principales ideas polticas de Unamuno en ese aode 1898 y particularmente sus opiniones en torno a los importantes acontecimientosocurridos en esa fecha. Y escribo

  • MANUEL M. URRUTIA LEN 97UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    El hecho de que la obra no llegara a ser desarrollada en su totalidad y no fuerapublicada, como era su intencin primera, no disminuye la importancia de unasideas que como veremos aparecen diseminadas en las cartas y artculos de la poca,impregnando todo su pensamiento. A partir del citado manuscrito nos es posiblereconstruir dicha constelacin de ideas en un momento importante de la evolucinideolgica de don Miguel3.

    CONTEXTO INTELECTUAL

    Unamuno acaba de abandonar la militancia en el Partido Socialista (1894-1897)nico partido, no lo olvidemos, en que militar durante toda su vida e influidoen gran parte por el affaire Dreyfus, toma conciencia de la que ser su forma defi-nitiva de situarse en la esfera pblica: como intelectual. Como pensador y escritorindependiente que, al margen de la poltica partidaria, va a tratar de contribuir alcambio del sistema poltico y social vigente.

    Sin embargo, el abandono de la militancia socialista no va a implicar, en abso-luto, un apartamiento brusco y repentino del socialismo. Y nos referimos espec-ficamente al verdadero socialismo, tal y como Unamuno lo entiende en esemomento: el ,socialismo econmico cientfico (marxista), si bien con una base,alimentada por el clima cultural del ltimo tercio del siglo xix, positivista y evolu-cionista a lo Spencer. Son constantes, en estos aos, las alusiones a la transicinnecesaria en virtud de las leyes inexorables de la evolucin social desde elestadio guerrero y proteccionista al industrial y de libre cambio. Alusiones que seprolongarn hasta finales de siglo.

    Al mismo tiempo, la crtica al positivismo, que ya apunta al menos desde 1895,y el abandono del mismo en torno al cambio de siglo, ir resquebrajando la basecientfica de su socialismo, lo que le llevar a un progresivo alejamiento del socia-lismo cientfico. Sin embargo, la ruptura definitiva con ste no se producir a

    es realmente el lugar donde ordena y desarrolla un poco el esquema precedente. En el mismo momentoen que recibo las pruebas de imprenta (finales de setiembre de 2003), me entero que mi colega y amigoLaureano Robles haba publicado en el nmero anterior de estos CCMU en artculo Un texto inditode Unamuno: .El reinado social de Jesucristo en que presentaba el mismo manuscrito con el que yohaba escrito mi artculo para las conmemoraciones de 1998 (vase la nota anterior) y que l habapreparado para su publicacin con una serie de escritos que Unamuno llam Meditaciones Evanglicas.Ni Robles ni yo sabamos de las vicisitudes de nuestros respectivos trabajos. De comn acuerdo deci-dimos dejar que la publicacin de mi artculo siguiera su curso y que ambas aportaciones se comple-mentaran. Robles se centra ms en la ubicacin contextual del manuscrito y su presentacin; yo, pormi parte, tomo el manuscrito de referencia para profundizar en aspectos desconocidos de la evolucindel pensamiento poltico y social de Unamuno.

    3. Para contextualizar mejor el presente artculo y fundamentar ms exhaustivamente las afir-maciones que se escapan al mismo, vase mi libro ya citado, especialmente el captulo VI: La crisis:desarrollo (1898-1901), pp. 73-93.

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  • 98 MANUEL M. a URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    falta de posteriores investigaciones que lo concreticen ms an hasta, al menos,1901. Ao en que situamos el lmite cronolgico del presente trabajo.

    Por otra parte, a partir de ese momento, nos encontramos con planteamientoscercanos a un cierto socialismo utpico; lo que nos obligar a concebir las rela-ciones de don Miguel con el socialismo, que se prolongarn durante toda su vida,desde una perspectiva mucho ms amplia y comprensiva que lo que ha sidohabitual hasta ahora.

    Volviendo al perodo en que nos situamos, hay que sealar que desde un prin-cipio (1894), concibe el socialismo como un momento inevitable en el procesoeconmico y, a un mismo tiempo, en cuanto que tiende a acentuar sus aspectosmorales, lo ve como una oportunidad de regeneracin moral y poltica. Y concre-tamente, nunca crey en la incompatibilidad entre el cristianismo y el socialismoeconmico cientfico. Para Unamuno, dada su concepcin de la ciencia un racio-nalismo de raigambre positivista-evolucionista no tiene siquiera sentido plante-arse la presunta necesidad de ser materialista y ateo, como sostienen algunos desus correligionarios. En este sentido, escribir que hablar de Socialismo antirreli-gioso es lo mismo que hablar de geometra catlica o de termodinmica demo-crtica. 4 . Y ni siquiera cuando, sobre todo a partir de 1897, trate de conciliarsocialismo y cristianismo, su planteamiento ser idealista o utpico, como se harepetido muchas veces incluso refirindose al perodo inicial de 1894-1897, sinopredominantemente cientfico. Como dir a su amigo Juan Arzadun que le pidebibliografa sobre el socialismo, hablar de socialismo catlico es una simpleza,como decir qumica catlica o matemticas protestantes, y por otro lado, tal socia-lismo catlico no ha entrado an en el socialismo lleno; en el que vendr, queno es otro que el econmico cientfico, recomendndole como mejor obra parael socialismo El Capital de Marx5.

    En este intento de conciliar el socialismo econmico cientfico y el cristianismo,que cabe situar entre 1897 y, al menos, 1901, es en donde se inscribe su ensayoen torno a El reinado social de Jess. Coincide con el intento de recuperar la fe desu niez en palabras del propio Unamuno, un querer creer, sepultada porlargos aos de agnosticismo racionalista. Como autntica radiografa de su estadode nimo, valgan estas palabras a su amigo Pedro Jimnez Ilundain:

    El estado que usted me revela y el estado en que me hallo veo que es casigeneral hoy en la juventud que adems de pensar siente. Es la fatiga del raciona-lismo agnstico, es el postulado de la razn prctica que surge poderoso de lasruinas acumuladas por la razn pura (terminologa kantiana), es la verdad que sesobrepone a la razn, es, en fin, que resuena en las almas la voz de San Pablocuando, dirigindose a los atenienses ante el altar que stos elevaron al dios

    Protestantismo y democratismo, 16 mayo 1896, Miguel de UNAMUNO, Obras Completas (Edicinde Manuel Garca Blanco), Madrid, Escelicer, 9 t., 1966-71 (a partir de ahora OC, IX, p. 608).

    Carta a Juan Arzadun, 30 octubre 1897, Miguel de UNAMUNO, Epistolario americano ( 1890-1936) (Edicin, introduccin y notas de Laureano Robles), Universidad de Salamanca, 1996, p. 42.

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  • MANUEL M. URRUTIA LEN 99UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS.

    desconocido (nuestro Incognoscible), les deca: A aqul, pues, a quien honris sinconocerle, es a quien os anuncio. La generacin pasada pudo vivir en positivismointelectual, porque, educada en fe cristiana, llevaba sta por debajo de aqul, comosu inconsciente sostn. Pero una generacin educada en positivismo ha de volvercon fuerza a buscar el manantial oculto que sus padres le celaron6.

    Su pretensin es que el manantial oculto se convierta ahora en la fuente cons-ciente y pblica de su obra. Tras una lucha interior, concluye que no hay necesa-riamente antagonismo entre ser predicador o ,

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    Ahora, ahora es cuando me siento honda y radicalmente socialista, ahora cuandocomprendo todo el valor de sacudirse de las necesidades materiales y limpiarse dela irritacin de la desigualdad y la injusticia para pensar todos y cada uno en lapropia salvacin y la de los dems y hacer que el progreso social sea base del verda-dero progreso individual, de nuestra ascensin a Dios por Cristo9.

    Del seno mismo del problema social resuelto (se resolver alguna vez?) surgirel religioso: la vida merece la pena ser vivida?10.

    La miseria impide mirar al cielo, escribe a Leopoldo Gutirrez Abascal el 12de febrero de 1898, en una carta en que, por vez primera, da noticias de la prepa-racin de un ensayo que llevara por ttulo El reinado social de Jessn.

    EL REINADO SOCIAL DE JESS

    a) Breve contextualizacinEs a partir de mediados de 1896, cuando las tendencias sintetizadoras entre el

    cristianismo y el socialismo cientfico comienzan a aparecer. Escribiendo a prop-sito de Las negaciones del socialismo, compara la obra de crtica social del socia-lismo con la de Jess.

    Lo ms vigoroso de la obra de Jess fue su crtica de los vicios de la poca; loque le vali, sobre todo, las simpatas del pueblo y le ocasion persecuciones y lamuerte, fue la vehemencia con que censur la falsedad, la hipocresa, la injusticiade los escribas y fariseos, de los inicuos opresores del pueblo12.

    Crtica de la injusticia y de la riqueza, contina, que prestigi a la Iglesia cris-tiana. Pero con el paso de los siglos la Iglesia se hizo rica y se ali con los pode-rosos y ahora el Socialismo la arranca la gloriosa bandera y recoge los olvidadosprincipios del cristianismo y los rejuvenece con la savia de ideales frescos 13 . Elevangelio socialista es el verdadero cristianismo hoy, llega a escribir Unamuno14.

    Pero bien entendido que no son las doctrinas y teoras las que engendran yprovocan los movimientos obreros y el socialismo, lo que no sera sino simple idea-lismo, sino que son aqullas las que tratan de explicar el movimiento histrico ysocia115.

    Carta a Leopoldo Gutirrez Abascal, 27 julio 1897, Cartas ntimas, p. 67. Vese tambin lacarta de abril al mismo Leopoldo Gutirrez (p. 46).

    Carta a Juan Arzadun, 30 octubre 1897, Epistolario americano, p. 42.Carta a Leopoldo Gutirrez Abascal, 12 febrero 1898, Cartas ntimas, p. 89.Las negaciones del socialismo, 15 agosto 1896, OC, IX, p. 644.Ibid., p. 645.Locos o vividores, 19 diciembre 1896, OC, IX, p. 684.

    15. Idealismo, 7 noviembre 1896, OC, IX, p. 654.

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    Tendremos que repetir todava veinte veces ms que las ya repetidas, que elSocialismo no es un programa de vida que quieran traer los hombres a todo trance,que es el rgimen a que la sociologa y la economa poltica nos ensean caminannuestras sociedades16.

    Algunas de las primeras referencias al tema que nos ocupa son para oponersea los que en aquellos das, con motivo de lo que est pasando con la nacin espa-ola en el desdichado asunto de la estpida y brutal guerra de Cuba, repiten cieny mil veces la frasecita tan obligada del reinado social de Jesucristo 17 . Es entrestos donde ms apologistas de la guerra se encuentran, donde se habla del

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    El joven Unamuno rechaza esa especie de patriotismo que no es sino unaescuela de mentiras, la de la unin entre el altar y el trono y, sobre todo, la mentirareligiosa. Pues el pueblo espaol no es, como dicen, de los ms religiosos, sinotodo lo contrario 19 . Se investiga acaso cmo siente la religin nuestro pueblo, sies que de algn modo la siente an? 1...]. Dicen ms las absurdas y supersticiosasprcticas del bajo pueblo, que las inepcias puramente librescas y de origen jesu-tico, con que se empotran las columnas de la prensa llamada integrista 20 . Peri-dicos, por ejemplo, como El Siglo Futuro, donde son grandes admiradores de DeMaistre. En Espaa, escribe Unamuno, un pas donde apenas nadie lee el Evan-gelio; donde es general la ignorancia, aun entre los telogos, de lo que es esen-cial al catolicismo; que no ha asumido an los estudios teolgicos y exegticos quese realizan en los pases industriales, predomina la fe implcita. La inquisicininterna ahog toda verdadera religiosidad en Espaa. Y a un pueblo, que mayo-ritariamente carece de libertad de pensamiento, trata de imponrsele un cristia-nismo paganizado, puramente exterior y duramente dogmtico, cuando ha sido elexceso de este tipo de religiosidad lo que ha perdido a Espaa.

    Ahora ha inventado Silvela lo de la libertad de la conciencia catlica! Ustedsabe que no la hay aqu; el catolicismo es inconsciente. Se coje el Evangelio enlatn, se le recorta en fragmentos que se doblan cuidadosamente y se meten dentrode una bolsita, labor mongil, que luego se cuelga del cuello a los nios, a niosque no han de leer nunca el Evangelio. Es como coger la papeleta en que el mdicoextendi la receta y aplicarla a la parte dolorida o tomarla en pelotillas. Si eso no

    principios catlicos sean aplicados a toda la vida domstica y civil, privada y poltica, declarando guerraa muerte al Liberalismo en todos sus grados y procurando con toda clase de esfuerzo el reino de Jesu-cristo en la sociedad (Ibd., p. 311). Lo que responde con total claridad al Manifiesto de Burgos (1888)que los integristas publicaran a modo de programa. La mayor divisin en el seno del tradicionalismo,entre carlistas e integristas, se produjo en el Pas Vasco y Navarra, pero, como dir Urrburu, la Compaaen general, sobre todo en Aragn y Castilla, se inclin por los integristas. Del 5 al 16 de agosto de 1889,se reunira la Congregacin Provincial de los jesuitas de Castilla, precisamente para tratar el tema de ladivisin entre los catlicos. Y segn cuenta el P. Luis Martn, provincial, al que le toc dirigirla, la Congre-gacin se divida en 3 grupos: los integristas exaltados (unos 15); los integristas moderados (12) y loscarlistas (12). Ni uno solo era liberal, lo que era considerado altamente sospechoso. El P. Urrburu eraun integrista convencido que se encuadraba en el grupo de los moderados, quienes apoyando los prin-cipios poltico-religiosos dejaban a un lado las ideas directamente polticas, en la lnea de la sentenciavaticana. Urrburu sera rector de los seminarios de Valladolid, Oria y Salamanca (1898-1902), ciudaddonde coincidira con el obispo Cmara, con quien la Compaa mantendra muy buenas relaciones,en parte gracias a la amistad entre ambos. Como es bien sabido, Sard y Salvany y su libro seran unblanco predilecto de los dardos crticos de Unamuno; y tambin tendra sus ms y sus menos con elobispo Cmara, quien incluso trat de condenar las obras de don Miguel. (Para la crtica de Unamunoal integrismo, que vena desde su llegada a Salamanca en 1891, pueden consultarse los dos artculoscitados en la nota n 1).

    Rgimen de mentiras, 23 enero 1897, OC, IX, p. 701.Pensamiento y accin, 4 julio 1899, Adolfo SOTELO VZQUEZ, Miguel de Unamuno: artculos

    en Las Noticias de Barcelona (1899-1902), Barcelona, Lumen, 1993 (A partir de ahora SV), p. 159.

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  • MANUEL M.' URRUTIA LEN 103UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS.

    es fetichismo no s lo que es. Y que an nos hablen de conciencia religiosa aqu,y digan que es cristiano un pueblo que hace amuletos del Evangelio!21.

    Pero nada le parece ms irreligioso que tratar de hermanar lo que llaman reli-gin con lo que llaman patriotismo. Precisamente ser contraponiendo crtica-mente a estas ideas, los que considera verdaderos cristianismo y patriotismo, dedonde surgir su idea de escribir un ensayo en torno al reinado social, no ya de Jesu-cristo, sino de Jess. Comentando una homila del P. Cmara, a propsito de laguerra de Cuba, descubre en ella un espritu belicoso y militar ms que cristianoy evanglico. Hablaba en ella el obispo de vengar con sangre los ultrajes a la patria,o de la reforma que habra que hacer en Cuba tras la imposicin de la paz, parala que habra que enviar el Credo y el Declogo. Y Unamuno comenta: No se leha ocurrido al obispo decir el Evangelio. El Credo y el Declogo! [...1. El espritu,el verdadero espritu cristiano, el del Sermn de la Montaa, se no se le ocurre alobispo que se lleve a la ilusa colonia!. Y concluye, como si anunciara sus planesfuturos: mas de todo esto hay que escribir con calma22.

    Desde su

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    cristianismo y aun al catolicismo del pueblo espaol. Los socialistas y sus rganosde prensa se equivocan con su anticatolicismo e irreligiosidad, cuando los ,,creyentesy practicantes de la religin heredada acogeran de muy buena gana las doctrinassocialistas27.

    Y en esta direccin, hay sobre todo algo que todo

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    que se est haciendo. Toda la labor de la civilizacin es proteger la evolucin delalma cristiana, ayudarla a que se vaya desprendiendo de su impura liga pagana, ysi no sirve para esto, para nada humano sirve. Los sentimientos de lucha, el hero-smo militar, el patriotismo estrecho, el apego a la tierra, todo ello tiene que desva-necerse en el alma cristiana. El herosmo ceder a la santidad, a la caridad fraternalel patriotismo. [...1.

    El ita ius esto, el ius utendi et abutendi, toda aquella concepcin romana, nacidade la guerra y basada en la propiedad privada, toda aquella construccin jurdica deun pueblo de amos de esclavos se ha infiltrado en las almas modernas, en la mismadoctrina cristiana. La iglesia catlica no es en gran parte ms que un monstruosocompromiso entre dos cosas que se destruyen, el Derecho Romano y el Evangelio,la Ley de las doce tablas y el Sermn de la montaa. Toda la labor es que se vayahaciendo el alma humana ms cristiana cada vez. Y si el cuadro ideal de unasociedad cristiana, honda y radicalmente cristiana, parece un sueo irrealizable, sila ciudad de Dios parece una utopa, a esto se contesta con aquellas palabras deCristo: Sed perfectos como vuestro Padre que est en los cielos. Palabras que sonla ms solemne consagracin de la utopa. La perfeccin divina es inasequible.Y, sin embargo, la perfeccin divina, lo inasequible, nos pone Cristo como trmino.Slo aspirando a lo inasequible se alcanza lo asequible. Slo proponindose loimposible se logra todo lo posible. Slo prosperarn y vivirn vida de paz lospueblos, lo mismo que los individuos, puesta la mirada en el pueblo ideal, en elreino de Dios y su justicia, en el reinado social de Jess. Pero hoy, a nombre dereligin, se exalta el herosmo pagano, el pundonor mundano, el patriotismo blico,el odio de razas, etc. He aqu, lo repito, en lneas muy generales y sin carne queha de nutrirlo, mi ensayo acerca de El reinado social de Jess32.

    Es seguramente en el intercambio epistolar y pblico que sostuvo con ngelGanivet, acerca de El porvenir de Espaa, donde encontramos ms hilos de estamadeja33 . Unamuno concibe el porvenir de Espaa como inextricablemente unidoal de los otros pueblos del mundo, en su marcha inexorable hacia un futuro dehermandad cristiana de los pueblos. En repetidas ocasiones se refiere a ciertosmovimientos que, en diferentes pases, apuntan en tal direccin al ir contra el mili-tarismo, categora que, a su juicio, compendia todo lo negativo de la sociedad desu tiempo.

    Carta a Pedro Jimnez Ilundain, 25 marzo 1898, Epistolario americano, pp. 47-48. La impor-tancia de esta larga cita radica en que nos da, en esqueleto (comprese con el manuscrito que trans-cribimos al final), las principales ideas que estructuran lo que hubiera sido su ensayo; y por otro lado,nos permite perseguir en sus artculos las ideas centrales en torno al mismo. Pues Unamuno no seguard estas ideas en su intimidad (o todo lo ms se las confi, como aqu, por carta a alguno de susamigos ntimos), sino que, como pretendemos probar, las verti a lo largo de estos aos en todos susescritos, y posteriormente seguiran impregnando algunas de sus ms profundas convicciones.

    Todava en este texto, al hablar de la paz como elemento nuclear del reino de Dios y sujusticia, escribe: y no prosigo ni despliego por ahora las ideas que acabo de apuntar, porque esperohacerlo con mayor sosiego (El porvenir de Espaa, 1898, OC, III, p. 647).

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    Paz! Paz! La predican muchos, muchos la piden, otros la razonan. Haycongresos de la paz, asociaciones internacionales para acabar con la guerra, publi-cistas que la combaten, escuelas que la anatematizan34.

    Es un movimiento contra el militarismo, y no ya contra el militarismo, sino contrala institucin militar misma. Son los latidos vigorosos que en el organismo socialanuncian el trnsito del perodo militante al industrial, como dira Spencer35.

    En menos de cien aos, llega a decir guiado por el enorme optimismo que leconfiere su

  • MANUEL M.' URRUTIA LEN 107UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    La paz armada es una institucin econmica y su principal objetivo estriba enmantener la propiedad de los medios productivos en manos de una clase yen perjuicio de la sociedad en general. [...1.

    El desarme sera el triunfo del socialismo internacional, nico que, hoy por hoy,puede cimentar con la paz de los pueblos la cultura humana37.

    Y Unamuno considera que el cristianismo puede jugar un papel relevante eneste proceso de cambio social en cuanto que aporta la dimensin sentimental alsocialismo, en cuanto que pudiera aportar ,los valores a un socialismo necesitadode ellos, pues a su juicio ha tendido a ceirse en ocasiones a un craso materia-lismo con sus doctrinas meramente econmicas 38 . Por lo que a l mismo se refiere,confiesa que su socialismo cobra cada da ms races en el individualismo reli-gioso39 . El No matars! o el Ama a tu prjimo como a ti mismo!, se nos dieronal parecer, ironiza, para que ,nos edificramos con la sublimidad de su contenidoy no para que los cumplisemos a la letra. Tal es la doctrina sensata, quiero decirburguesa, opuesta a la de los utopistas, gente peligrosa que no hace sino zapar losfundamentos del orden social40 . Hoy que tanto se habla del reinado social de Jess,escribe enfrentndose con la utilizacin perversa de la expresin, es preciso:

    Que nos penetremos de que no hay reino de Dios y justicia sino en la paz, enla paz a todo trance y en todo caso y que slo removiendo todo lo que pudiesedar ocasin a guerra es como buscaremos el reino de Dios y su justicia, y se nosdar todo lo dems de aadidura41.

    Unamuno piensa que la mera tica hacer el bien se queda corta y espreciso ir ms all ser adems bueno, con lo que entramos en el mbito de lareligin. Con ocasin de una conferencia en el Ateneo de Madrid, que convierteen ,sermn al leer una de sus meditaciones evanglicas, va a predicarlo pblica-mente: hay que tratar de ser radicalmente bueno, del todo cristiano, pues slo elbueno perdona de veras. Es preciso odiar el pecado cuanto compadecer y amar alpecador42 . Es preciso tener piedad por el criminal, escribe a contrapelo de la

    El desarme, 25 setiembre 1898, CMU; 1-140. Vase tambin el ya citado: Sntomas, 11 julio1899.

    Y as, oponindose a quienes abogan por una restauracin esttica del socialismo escribir:Pero el remedio, no ya para el socialismo que no lo necesita, sino para ese materialismo que se le haagarrado a las entraas y no quiere soltrselas, no est en el esteticismo, sino pura y simplemente enuna restauracin cristiana y evanglica (E1 esteticismo annunziano, 8 febrero 1898, OC, IV, p. 1089).

    Carta a Leopoldo Gutirrez Abascal, 3 octubre 1898, Cartas ntimas, p. 103.El desarme, art. cit.El porvenir de Espaa, p. 646. Vase tambin la p. 669.Nicodemo el fariseo, 25 noviembre 1899, OC, VII, pp. 373 y 378. (Vase tambin: Jibionismo,

    16 marzo 1899, SV, p. 124). El amor, incluso a los enemigos, es el distintivo del Jess de los Evange-lios. El cristianismo es, por ello, en esencia, un ideal anarquista, en que la nica fuerza unificadora seael amor. Este sentido cristiano, que ve compendiado en la expresin de San Pablo de que la ley hace

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    opinin pblica, a propsito del crimen del anarquista Portas en la calle de CambiosNuevos, que no es sino una vctima, a su vez, del propio militarismo o concepcinmilitar del deber. O concuerda con Pablo Iglesias quien, refirindose al movimientoen favor de la revisin del proceso de Montjuich, pide que no asome en l el esp-ritu de venganza43.

    La tarea del cristianismo es liberar al hombre de lo que a menudo se consi-deran males necesarios (el ideal caballeresco, el pundonor del duelista, el herosmoguerrero, etc.), y sobre todo de la guerra misma. Si el fin del cristianismo no fueselibertarnos de esas necesidades, nada tendra de sobre-humano44 . Por lo que lalabor de cada individuo y de cada pueblo es cristianizarse. El progreso consisteen la cristianizacin de los pueblos, en la ascensin del linaje humano al reino dela paz y de la caridad cristianas45.

    Progreso que es impedido por las naciones, apoyadas sobre la paz armada yel proteccionismo. Pero la nacin es, a juicio del socialista Unamuno, una cate-gora histrica transitoria, condenada a desaparecer y a la que, adems, no le quedamucho tiempo.

    creo firmemente que el fin de las naciones en cuanto tales est ms prximode lo que pudiera creerse que no en vano el socialismo trabaja y que convieneque se prepare cada cual de ellas a aportar al comn acervo de los pueblos lo mspuro, es decir, lo ms cristiano de cada una46.

    el pecado, cree que lo supieron entender muy bien, quiz mejor que nadie, los msticos castellanos.Pero pronto fue ahogado por factores histricos. La reforma teresiana, embotada por la misma orden,fue oscurecida por los jesuitas (ms bien Acquaviva que San Ignacio, espritu nada jesutico, recalcaUnamuno), que han dado el tono de la religiosidad consciente en Espaa. Se ha hecho de la fe reli-giosa algo muy picudo, agresivo, cortante, sostiene empleando expresiones de Ganivet, y de aqu hasalido ese jacobinismo pseudo-religioso que llaman integrismo, quintaesencia del intelectualismolibresco. Descarnado esqueleto que se ha rellenado de un sistema de prcticas teatrales y oas, consus decoraciones, sus luces, sus coros y su letra y msica de opereta mala con derroche de superla-tivos dulzarrones y acaramelados. Y por debajo de este aparato fisiolgico la constante cantinela de queel liberalismo es pecado, sin que logremos llegar a saber qu es eso del liberalismo E...1. Tiene ustedmuy triste razn cuando afirma que el cristianismo apenas se ha iniciado, que no es ms que una dbilcapa en los pueblos modernos. El evangelio de stos es, en realidad, ese condenado Derecho romano,quintaesenciado sedimento del paganismo, mdula del egosmo social anticristiano. [...1. Creo, con SanPablo, que la ley hace el pecado. Derecho y deber, estas dos categoras con que tanto nos muelen losodos, son dos categoras paganas; lo cristiano es gracia y sacrificio, no derecho ni deber. Y a qumonstruosidades nos ha llevado el infame contubernio del Evangelio cristiano con el Derecho romano!Una de ellas ha sido la consagracin religiosa que se ha querido dar al patriotismo militante (El porvenirde Espaa, pp. 667-668).

    La vctima Portas, 27 agosto 1899, SV, pp. 167-169.El porvenir de Espaa, p. 644.De regeneracin: en lo justo, 9 noviembre 1898, OC, III, p. 701. La misin de un pueblo es

    realizar en s mismo, ad intra, la justicia y cristianizarse. Un pueblo de verdad cristiano conquistarapor el amor al mundo (Muera don Quijotel, 25 junio 1898, OC, VII, p. 1196).

    El porvenir de Espaa, p. 645.

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

  • MANUEL M.' URRUTIA LEN 109UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    Esto implica la necesidad de contar con una nueva concepcin del patriotismopues algn tipo de patriotismo es siempre necesario, que supere definitiva-mente la concepcin basada en la nacin burguesa. Mientras se quiera que culminela patria en el ejrcito, escribe Unamuno, no habr patria, sino una hipoteca delos tenedores de la deuda47.

    Tan locura es querer destruir el sentimiento patritico, como lo es borrar delhombre el amor a s mismo, su primer prjimo, aquel como al cual ha de amar alos dems. Pero es obra de amor y de paz el intentar ensancharlo, haciendo de lel ms firme apoyo de la solidaridad universa148.

    Es tarea del socialismo acabar con esta vieja sociedad burguesa sustentada enel militarismo y transformarla en una sociedad industrial y pacfica. Pues:

    Guerra y proteccionismo son los dos cimientos de la nacin, institucinburguesa, que mantiene opreso al pueblo y sofoca el verdadero patriotismo, el delos grupos sociales de comunidad de espritu, que al especificarse y diferenciarsepreparan la ms rica integracin en el seno de la gran familia humana, de laHermandad cristiana de los pueblos, que slo sobre la paz y el librecambio puedeasentarse49.

    Jibionismo, 16 marzo 1899, SV, p. 124. Lo que sobre todo rechaza en estos momentos, contotal radicalidad, es la fusin entre el patriotismo y la religin, que daa a uno y a otra. La unin entrela cruz y la espada lo que hace es paganizar la patria, y es lo ms anticristiano que cabe. Y en estesentido critica a un semanario religioso por elogiar a unos frailes que haban tomado las armas en Filipinas,empendose en ser patriotas y espaolizar a la vez que cristianizar. Cuando el espritu verdaderamentecristiano es el de la paz, la no resistencia al mal... Ms an, si las rdenes religiosas del archipilagohubiesen cumplido su misin, se habran sublevado los tagalos contra Espaa, pero no contra ellos.Lo que ms acaso ha estorbado el desarrollo del espritu cristiano en Espaa es que en los siglos dela Reconquista se hizo de la cruz un pendn de batalla y hasta un arma de combate, haciendo de lamilicia una especie de sacerdocio 1...1. El patriotismo tal y como hoy se entiende en los patriotismosnacionales es un sentimiento pagano. Decimos con los labios que todos los hombres somos hermanos,pero en realidad practicamos el adversus aeterna auctoritas, y tenemos de la fraternidad la idea quetienen las tribus salvajes: slo es hermano el de la misma tribu (El porvenir de Espaa, p. 668). Lo quepotencia el odio al extranjero, al que se ve como quien viene a disputarnos lo que nos pertenece. Yno hay que olvidar que el propio Jess muri por antipatriota tal y como entonces se entenda elpatriotismo, e iba predicando por los campos el reino de Dios. Cada hombre es, en este sentido,un cristo, y no se trata tanto de amar al hermano sino al extrao, al perseguido... (De mal gusto, 12marzo 1899, OC, VII, p. 954). Expresando una idea a la que siempre permanecer fiel: es absolutamentenecesario, frente al patriotismo predominante, subordinar la patria a la verdad. Y en este orden decosas, escribe a mediados de 1899: Nuestra mejor gloria ser renegar de muchas de nuestras glorias yreconocer la justiciera razn de muchas de nuestras derrotas, entre ellas de las ms recientes (De laenseanza superior en Espaa, agosto a octubre 1899, OC, I, p. 769).

    De patriotismo, 10 setiembre 1899, OC, III, p. 712.49. Nacin y Patria, 16 junio 1900, Manuel M." URRUTIA LEN, Unamuno y El Correo de Valencia,

    Cuadernos de la Ctedra Miguel de Unamuno, n 3, 1998, p. 248.

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

  • 1 10 MANUEL M.' URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    Unamuno es bien consciente, lo dice expresamente en varias ocasiones, quese tachar a las ideas referidas al reinado social de Jess, de puro idealismo, depura utopa. Utopas! Utopas! Es lo que ms falta nos hace, utopas y utopistaskle dice a Ganivet50 . Slo aspirando a lo inasequible, como haba escrito a Ilundain,se alcanza lo asequible. Es preciso tender hacia el ideal siempre inalcanzable siqueremos contribuir a la creacin de un mundo nuevo.

    No caigamos, sin embargo, en el espejismo de creer que su socialismo cris-tiano, a pesar de su carcter de ideal, es ya definitivamente un socialismo utpico.Nada ms lejos de la realidad. La fe que lo sustenta es 'racional', como veamosapuntar al propio Unamuno, en la medida en que descansa en una concepcinevolutiva del proceso histrico fuertemente determinista. Como escribir ensetiembre de 1898, el secreto capitalstico-burgus de la paz armada reside en quese consume improductivamente una gran masa del ahorro social. Si todas estasfuerzas se empleasen productivamente, al crecer los ahorros en mayor proporcinque la poblacin ira aumentando la demanda de trabajo y subira por tanto elsalario, a la vez que bajara el inters tendiendo a cero, al punto aquel a quecreo se ha de llegar al cabo, en que no los hombres, sino la fuerza de las cosasmismas, el proceso econmico, expropie de hecho a los meros capitalistas51.Unamuno, subraymoslo una vez ms, repite decenas de veces durante este perodoque la evolucin econmica conduce inevitablemente al Socialismo 52 . Pero acasola mejor muestra de esta fe racional sea un artculo que escribe, ya en 1900,dos aos y medio despus de haber abandonado la militancia en el PSOE,con motivo del 1 de mayo. Es dficil encontrar una expresin ms clara y radicalde rechazo a una concepcin utpica del socialismo en cuanto opuesta a lacientfica:

    Es menester que las gentes se convenzan de que el Socialismo o es un momentoinevitable en el proceso econmico o no es nada, que si, segn la frase ya clebre,representa el gobierno de las cosas ms que de los hombres, han de ser aqullasms bien que stos las que nos lo traigan. Acaso, acaso, la ms profunda fe en elSocialismo se traduzca en esta frmula: haya o no socialistas el Socialismo vendr53.

    El no haber comprendido esta dialctica entre sentimiento y razn, o en esteperodo entre ciertos valores cristianos y la transformacin social inherente alproceso histrico mismo de la que el socialismo es producto consciente y no suproductor, ha llevado a interpretaciones del socialismo de Unamuno que loconciben como mera reforma moral. , como puro humanismo, en definitiva como

    El porvenir de Espaa, p. 647. A lo imposible hay que tender, que es lo que Jess nos pidial decirnos que fusemos perfectos como su padre (Ibd., p. 644). 0 Nicodemo el fariseo, p. 378.

    El desarme, 25 setiembre 1898, art. cit.Lo niegan?, 20 enero 1900, OC, IX, p. 791.Primero de mayo, 1 mayo 1900, OC, IX, pp. 797-798.

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  • MANUEL M. a URRUTIA LEN 111UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS.

    meramente utpico. Y no lo es, ni desde su inicio mismo en 1894 hasta 1897, nilo es tampoco despus de la ya tpica crisis de ese ao de 1897, que no suponecomo hemos visto ni un abandono brusco del socialismo ,cientfico o una defini-tiva utopizacin del mismo; ni, tampoco, en un sentido ms general, una rupturarepentina en el pensamiento de Unamuno. sta no se producir hasta 1902-1904cuando se manifieste la superacin o salida definitiva de esta etapa de transicin,etapa sobre la que an hay bastantes cosas que investigar.

    c) El manuscrito

    Transcribimos a continuacin el ,texto central' de las hojitas manuscritas porUnamuno del que adjuntamos la fotocopia del original como preparacin alensayo en torno a El reinado social de Jess.

    Permitsenos previamente, para finalizar, ubicarlo cronolgicamente.El 6 de febrero de 1897 confiesa a su amigo Pedro Mgica las cartas son el

    mejor, y a veces nico, testimonio de sus planes de trabajo que lleva un Diario,y que, dadas sus actuales inquietudes, acabar escribiendo sermones laicos y librosde meditaciones filosfico-religiosas. Entre abril y mediados de octubre de eseao apenas lee ni escribe. Es a finales de 1897 cuando tenemos noticia de que estpreparando las que definitivamente llamar Meditaciones evanglicas.

    El 12 de febrero de 1898 le dice a Leopoldo Gutirrez Abascal que la 1 a serieest lista compuesta por: El mal del siglo, Jess y la samaritana, y Nicodemo,que quiere publicarla y comenzar a preparar la 2 a serie, que contendr, entre otros,un ensayo titulado El reinado social de Jess. Es por estas fechas cuando reordenasus notas y desarrolla un poco sus ideas, en estrecha referencia a los aconteci-mientos que se estn produciendo. Por ejemplo, el 3 de abril toma nota de unaspalabras del obispo de Madrid, y el 18 de mayo mes escribe una nueva carta aLeopoldo Gutirrez donde le comunica que espera acabar con calma mis nuevosensayos, sobre todo el del Reinado Social de Jess [...] para el que todos los dasme ofrece sugestiones la guerra actual y el desencadenamiento de instintos beli-cosos que provoca. En diciembre de 1898 an muestra su deseo de publicar la laserie de las Meditaciones evanglicas, que meses atrs un editor de Barcelona lehaba devuelto.

    Pero ya en mayo de 1899, lo que supone un lmite cronolgico definitivo,confiesa a Ilundain andar metido en una obra de largo aliento, unos dilogos filo-sficos de plan vastsimo en donde vierto toda mi filosofa, y que, con el correrdel tiempo, acabaran por materializarse en su, ya clsica, Del sentimiento trgicode la vida.

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  • 112 MANUEL M.' URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    REINADO SOCIAL54

    Lema:55

    Estando Jess orillas del mar de Galilea seguido de gran muchedumbre atradade las seales que haca en los enfermos, tom cinco panes de cebada y dos pece-cillos, y dando gracias, di que los repartieran los cinco mil varones recostadosen la yerba, y sacindolos an sobr de lo que haban comido. Aquellos hombresentonces como vieron la seal que Jess haba hecho decan: ste es verdadera-mente el profeta que haba de venir al mundo. Y entendiendo Jess que haban devenir para arrebatarle y hacerle rey, volvi a retirarse al monte, l solo" (Ev. JuanVI 14-15).

    Cuando las carnales turbas quisieron hacerle rey segn su terrenal sentido reti-rose solo al monte, l, el Rey de los reyes (I Tim. VI 15).

    Al preguntarle Pilato si era rey que s (Luc. XXIII 3), pero su reino no es de estemundo. Mi reino no es de este mundo, si de este mundo fuera mi reino mis servi-dores pelearan para que yo no fuese entregado los judos, ahora, pues, mi reinono es de aqu (Juan XVIII 36; v. 37).

    Pero los judos no comprendan ms reino que el terrenal, ni soaban ms queen batallas. El Mesas un guerrero, Barcocebas.

    Don Miguel escribi (en lo que llamamos el ,texto central.. ; vase la nota n 2) 5 hojitas nume-radas, la ltima ordenando las frases con flechas; y despus otras 3 hojitas (la n 6; la cara posterior desta; y la n 7) con pequeas anotaciones sealadas con letras que van desde la (a) hasta la (p)salvola (j), que fue intercalando, como veremos, en distinto orden, en el texto precedente. Nosotros repro-ducimos las 5 hojitas y, entre corchetes, las anotaciones en el lugar en que Unamuno inserta la seal,indicndolo, para facilitar la lectura del texto.

    Me atrevera a decir, sin temor a equivocarme, que el lema que pensaba poner a este ensayode hecho le veamos utilizarlo varias veces a modo de tal es la siguiente cita del Evangelio: Buscadel reino de Dios y su justicia, y todo lo dems se os dar de aadidura (Mat. VI 33).

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

  • MANUEL M.' URRUTIA LEN 113UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

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  • 1 14 MANUEL M.' URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    Slo soaban con sacudirse de la dominacin romana, no de la de su carna-lidad. Por eso le tentaron cuando respondi lo de dad al Cesar etc. (Mat. XXII 21;Marc. XII 17). Al Cesar, es decir, su dominador, su tirano, un usurpador segnlas leyes del mundo. La queja contra l que perverta la nacin y vedaba dar tributo Cesar diciendo que l era el cristo, el rey, (Luc. XXIII 2). Un anti-patriota. Por esobuscaron matarle (Juan XI 48)56 y una vez muerto aquel letrero, Rey de los judos.No tenan ms rey que Cesar, (Juan XIX 15)57.

    El patriotismo judo fue el que le arm guerra, el patriotismo blico, el del Diosde los ejrcitos. El salus populi. Desde el punto de vista terreno muri por pertur-bador de la patria.

    Tal fu tambin el patriotismo pagano, que arranca del particularismo. Cadapueblo su dios. La ciudad antigua. El individuo borrado. El cristianismo borr esto,puso al hombre en directa relacin con Dios, patria del alma, y nos ense llamarle padre.

    El espritu pagano culmin como en fruto prctico en el derecho romano. Amosde esclavos, soldados. Moral de tribu. Adversus hostem. Individualismo romano.

    Entr en lucha con el espritu cristiano; en Grecia con el esteticismo, con ellegalismo en Roma. Tal es hoy el proceso, una lucha de estos dos elementos.El derecho romano con el Evangelio, las XII tablas con el sermn de la montaa.

    El paganismo, que parece borrado de lo individual, refugiase en lo social(v. 77), se refiere la colectividad y hay dos morales.

    Parece un absurdo aplicar las (vuelta)

    En general respetamos la grafa original de Unamuno, como por ejemplo, la costumbre de lapoca de acentuar la letra a (), y otros monoslabos; y sobre todo respetamos escrupulosamente losprrafos establecidos. Lo que no obsta para que aadamos algunos signos que hagan ms fcil la lectura.Por ejemplo ponemos entre parntesis todas las citas bblicas (u otras), la mayora de las cuales no loestn. Y corregimos algunos pequeos errores, en este caso sin importancia, ya que haba escrito (Juan48 XI). Las palabras en cursiva son las que subray Unamuno.

    Aqu Unamuno escribe: (Juan id. 15), pero se confunde y la cita no se refiere al captulo XIsino al XIX: (..No tenemos ms rey que el Cesar).

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

  • MANUEL M. URRUTIA LE N 115UNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

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  • 116

    MANUEL M.' URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS

    relaciones internacionales la moral de las privadas. Los que condenan el dueloexaltan la guerra, porque no hay tribunal superior!! Legalismo! [(e) No se cree msque en la ley y la fuerza. Iustitia elevat gentes, etc.].

    La guerra. La guerra santa. Origen de la guerra. La guerra es elemento decultura? [(h) Falta saber si tal progreso por la guerra pesar de ella. La historianada prueba, porque no admite contraprueba. Elemento de cultura! De qu cultura?Cultura y civilizacin. Tal vez sin guerras otra civilizacin. La guerra ha creado unacultura de fondo belicoso. Roma y Cartago. Lo malo de Cartago que no encajabaetc. La guerra ha hecho la cultura militarista. Un mal necesario! Blasfemia! No haymales necesarios, y contra esta supuesta necesidad hay que luchar. La libertad esluchar contra la necesidad del mal. Seamos libres. Muy humana! A lo sobrehumanodebe tender el hombre.

    Si vis pacem, para bellum!!!

    La guerra como pedagoga nacional, escuela de disciplina. El soldado que razonay discute es un mal soldado. Obediencia ciega]. Batallas. Antiguo testamento. Senti-mientos de odio. Arrasarlos! Son unos bandidos! Acorralarlos en sus guaridas!Nada de transacciones con los insurrectos (tagalos) se rinden discrecin sonexterminados como demandan la mucha sangre vertida por aquellos criminales.(E1 Imparcial, lunes, 11 oct. 1897). [(d) En sermn del obispo de Madrid el da deRamos, 3 abril 1898, refirindose al conflicto hispano-yankee que si son infinitaslas tristezas y horrores que trae aparejada una guerra son mayores los horrores ytristezas de un pueblo sumido en el deshonor]. La justicia del legalismo brota delodio, de la venganza. Odio al criminal (v. 93).

    Del militarismo el honor (Marc. VII 15) caballeresco, opuesto la santidad cris-tiana, el no enmendarla, la vileza de la cobarda. El derecho del ms fuerte y lanobleza leonina. El culto al honor, la relig. del honor. El honor es la soberbia. [(g)El honor es la religionizacin de la voluntad individual soberana, del derecho dela fuerza. Queda deshonrado aquel cuya voluntad se desconoce. Deshonra delmarido burlado, no desgracia. La mujer le ofende l, no al matrimonio ni Dios;hiere su voluntad de que sea de l slo, no su juramento ni el sacramento ni la ley.Un cabrn es en el fondo un hombre que no sabe imponer su voluntad. Est heridosu derecho usar exclusivamente de ella, y por eso es delito el adulterio, pero la vez est herida su voluntad. (v. Caldern). El honor slo se lava con sangre. Elhonor es patrimonio del alma]. El honor y la gloria militares. [(1) El herosmo. Hero-smo insensibilidad. O vencer morir es la frase del cobarde, del que teme ladeshonra (?) del vencimiento. O con el escudo sobre el escudo. Herosmo pagano.Los mrtires no resistan ni se defendan. El herosmo del mrtir es porque atesti-guaba algo. Lo que atestigua da valor al sacrificio]. La gloria! (v. Juan V 41, 44). [(c)La gloria y la historia. Vivir en la historia. La historia es humana, lo religioso es intra-histrico. Que hable la posteridad vaya una inmortalidad! Vivir en la memoria delas gentes. Los sin historial.

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

  • 117MANUEL M.' URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: EL REINADO SOCIAL DE JESS.

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    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

  • 118 MANUEL M URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898 EL REINADO SOCIAL DE JESS.

    Y luego perdnanos nuestras deudas! (v. 76).La guerra santa. Guerra santa! Las cruzadas! [(i) Soldados abriendo paso los

    misioneros. Campeones del cristianismo. La religin palos]. [(m) El derecho de lacivilizacin. Carlo Magno contra los sajones ( civilizarlos lo franco, no lo sajn).La Orden teutnica contra los prusianos, los espaoles contra los Incas. El pactoante Luque de Almagro y...1

    No matars. No resistir al mal. El que hierro mata etc. (Mat. XXVI 52) (v.Sermn montaa). [(o) Se dice que una nacin no tiene derecho al suicidio. Valems que muera como la semilla de trigo (S. Juan XII 24-25) para renacer en elpueblo (pueblo y nacin) porque si ama su alma en este mundo (su reflejo en lahistoria) perecer. Misin de las naciones!!]

    Naciones cristianas!! [(b) 58 En estas naciones la religin se estima como unafuerza social, aprovechable para fines paganos, para contener las turbas etc. En lontimo, en el estado de las almas nadie piensa, ridculo. La poltica se desarrolla enla tcita hiptesis de que el hombre no muere. Hay partido cristiano!! Buscad elreino de Dios etc. (Mat. VI 33). No se cree en esto. A Dios rogando y con el mazodando sobre cabeza ajena.

    Persiste la ceguera judaica (Harnack II 441) 591. Si alguno no tiene el espritu deCr. el tal no es de l (Rom. VIII 9).

    El reinado de Jess es el reino de Dios, reino de paz y de amor. Reina en elcorazn de cada uno y desde all dentro irradia y une por impulso ntimo hacin-dolos uno en el espritu. Reinado de humillacin. Ecce horno.

    El nuevo mundo. Esperamos cielos nuevos

    La letra (b), que seguramente va o tras la palabra espritu (espritu de Cr.), o ms probable-mente tras la palabra reinado (reinado de Jess), ambas posteriores en el texto, optamos por transcri-birla tras la referencia a las naciones cristianas, pues lo consideramos el lugar ms adecuado paraacompasar la lectura del texto. Tambin hemos trasladado ligeramente la letra (c) por la misma razn.

    Se refiere a Adolf HARNACK, telogo protestante e historiador de la iglesia alemana, del queestaba leyendo la obra: Lehrbuch der Dognzengeschichte, Freiburg, Mohr, 3 vols., 1890-1894.

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

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  • 122 MANUEL M. URRUTIA LENUNAMUNO EN 1898: -EL REINADO SOCIAL DE JESS-

    y tierra nueva, segn sus promesas en los que mora la justicia (II Pedro III 13) (v.Rom. VIII 21). Cmo hemos de hallar ese mundo nuevo (II Pedro III 14).

    Mi reino no es de este mundo. (Mat. VI 33; Rom. XIV 17; I Cor. IV 20). No rogpor el mundo. (v. 62 y pasajes Mundo, Cristo, Intestinas).

    El reinado de Cr. espiritual, en cada alma. De aqu irradia. La moral interna-cional.

    Qu? El mundo un cenobio. Y el progreso? Etc. Eso sera bueno si los

    hombres fusemos ngeles. Es decir que puesto que no lo somos no debemostender serlo. Eso es imposible etc. Es menester que haya escndalo.

    No hay que capitular con el mundo.

    Si los buenos no resisten y se defienden prevalecern los malos. Faltos de f!Hay mejor escudo que la bondad? Porque no es tal bondad se defiende y ocultabajo el pretexto de propia defensa su corrupcin. Hay en el que castiga algo deodio]. Utopas!

    Utopas!! Sed perfectos... (Mat. V 48). Dios manda lo imposible y da graciapara alcanzarlo. Es ms difcil que entre un rico etc., es decir, es imposible (Marc.X 25-27)60 . Pero sigue diciendo.

    Hay que anhelar el reino de Jess precisamente porque no es de este mundo.Fuerza del anhelo.

    El reinado de la justicia. Remota iustitia quid sunt regna nisi regna latrocinia(Aug. Civ. Dei IV 4). Justicia y ley. Legalismo. (Gal. II 21).

    No derogar la ley, cumplirla. Qu es cumplir la ley. Dios Padre. En la leyantigua Dios de los ejrcitos y de la ley, y como nuncios de Cristo los profetas dela justicia. En la ley moderna.

    Psquicos y neumticos (v. Jud. 19).Legalismo romano. Derecho y deber gracia y sacrificio. Supremas categoras

    del moralismo farisaico. Ihering y la lucha por el derecho.

    Cuadro del mundo cristiano. (II Pedro III 13; Hechos II 44 ss.) Reino de amor,no de ley, familia, todos hermanos. Amor (I Juan IV 7, 8, 11, 12, 16, 18). [(a)

    Reino de la caridad. Caritas perfecta perfecta iustitia este. (De nat. et grat. 84 S.

    Ag.) (v. Harnack III 107). La ciudad de Dios]. Amor, amor (Ep. I Juan III 18)61.(vuelta)

    Unamuno escribe (Marc. XI), pero realmente se est refiriendo a (Marc. X).En este caso, a pesar de escribir (II epstola de Juan), se refiere, sin ninguna duda, a la I eps-

    tola. De hecho, en las hojitas que le sirven de esquema comete el mismo error, pero adems transcribela cita: Hijitos mos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad...

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. Ct. M. de Unamuno, 36, 2001, pp. 95-126

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    Ediciones Universidad de Salamanca

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