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TITULO : TERCERA CULTURA INDICE RESUMEN ABSTRACT, 1.- INTRODUCCION 2.- DISEÑO DE INVESTIGACION 2.1 PROBLEMÁTICA 2.2 OBJETIVOS 2.3 HIPOTESIS 2.4 IMPORTANCIA Y FINALIDAD DEL ESTUDIO 3.- ESTRUCTURA REFERENCIAL 3.1 MARCO HISTORICO 3.2 MARCO CONCEPTUAL 3.3 MARCO NORMATIVO LEGAL 4.- CUERPO DEL TRABAJO 5.- RESULTADOS 6.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 7.- REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

TERCERACULTURA DEFINITIVO

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Page 1: TERCERACULTURA DEFINITIVO

TITULO : TERCERA CULTURA

INDICE

RESUMEN

ABSTRACT,

1.- INTRODUCCION

2.- DISEÑO DE INVESTIGACION

2.1 PROBLEMÁTICA

2.2 OBJETIVOS

2.3 HIPOTESIS

2.4 IMPORTANCIA Y FINALIDAD DEL ESTUDIO

3.- ESTRUCTURA REFERENCIAL

3.1 MARCO HISTORICO

3.2 MARCO CONCEPTUAL

3.3 MARCO NORMATIVO LEGAL

4.- CUERPO DEL TRABAJO

5.- RESULTADOS

6.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

7.- REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Page 2: TERCERACULTURA DEFINITIVO

RESUMEN:

Desde que en 1959, en su archialudida conferencia de Rede, C. P.Snow

diagnosticara como grave la hendidura de la cultura occidental, según la cual

esta última se encontraba escindida en dos, una humanista y otra científica, los

intentos por levantar puentes entre ambas culturas no han dejado de repetirse.

Recientemente, John Brockman ha adoptado el término tercera cultura para

referirse a la difusión masiva de conocimientos científicos llevada a cabo por

los propios científicos. Los éxitos editoriales de sus publicaciones serían

indicativos del nacimiento de una nueva cultura, cuya principal virtud residiría

en poner en contacto a los científicos con el gran público. En este trabajo se

examina la propuesta de una tercera cultura de J. Brockman, señalando sus

limitaciones, así como la intención cientificista que entraña.

ABSTRACT (traducción al Ingles)

Since 1959, in its Commented conference of Rede, C. P. Snow diagnosed as a

serious the cleft in the western culture, according to which the latter was divided

into two, a humanist and other scientific, attempts by building bridges between

the two cultures have not ceased to repeated. Recently, John Brockman has

adopted the term third culture to refer to the mass dissemination of scientific

knowledge carried out by the scientists themselves.

The successes publishers of its publications would be indicative of the birth of a

new culture, whose main virtue reside in bringing to the scientists with the public

at large. In this work is discussed the proposal for a third culture of J.

Brockman, noting its limitations, as well as the intention scientistic that entails.

Page 3: TERCERACULTURA DEFINITIVO

1.- INTRODUCCION

A partir de la célebre conferencia de C.P. Snow titulada “Las dos culturas y la

revolución científica”, pronunciada en mayo de 1959 en la Universidad de

Cambridge, se dibuja una división entre literatos y científicos, que están

involucrados en la interpretación del mundo desde sus respectivas posiciones

en la cultura tradicional y en la científica. Esto plantea muchos problemas, entre

los que se sitúa la necesidad de separar estas dos culturas claramente,

identificando entre ellas una tercera, o estableciendo que no hay más que una

de la cual forman parte la Ciencia y la Literatura.

En los países occidentales la zona intermedia la ocupan las Ciencias Sociales,

que están más próximas que las Humanidades a la metodología de las

Ciencias Naturales y, en cambio, se ocupan de contenidos humanísticos. En el

fondo, esta sería la tercera cultura, si bien hoy se concibe de una manera

diferente a la de los primeros tiempos de la Sociología, pero sin caer en la

degradación metodológica que se observa ahora por muchas partes.

Se examinó los detalles de la polémica establecida entre Snow y el profesor

Leavis y posteriormente expuso como durante el siglo XIX la ciencia

orientadora de la vida fue distinta en Francia, donde primaba la Sociología, que

en Inglaterra, donde el lugar eminente correspondía a la Literatura, y que en

Alemania, donde la Historia era considerada la enseñanza social principal.

En la parte final de su exposición habló de los problemas surgidos con los

intentos de renovar la docencia de saberes que pertenecen a la cultura

tradicional, como la Historia y los problemas a que da lugar la

profesionalización en sociedades como la nuestra, donde la disciplina de

Ciencias sociales fue absorbida en el Bachillerato por los historiadores que en

general no estaban preparados para ello.

Page 4: TERCERACULTURA DEFINITIVO

Algo análogo ha pasado posteriormente con la asignatura de Ciencia,

Tecnología y Sociedad, que se ha puesto en manos de los filósofos y no de

científicos sociales especializados.

Por último, Para John Brockman La tercera cultura consiste en aquellos

científicos y otros pensadores del mundo empírico que, a través de su trabajo y

sus escritos, están sustituyendo al intelectual tradicional en la tarea de aclarar

los significados más profundos de nuestras vidas, redefiniendo quienes y qué

somos.

Así, los pensadores de la tercera cultura son:

Entre ellos,según Brockman cita a los físicos Paul Davies, J. Doyen Farmer;

Murray Gellmann, Atan Guth, Roger Penrose, Matin Rees y Lee Smolin; los

evolucionistas RichardDawkins, Nile Eldredge, Stepehn Jay Gould, Steve

Jones y George C. Williams; el filósofo Daniel C. Dennet; los biólogos Brian

Goodwin, Stuart Kauffman, Lynn Margullis y Francisco J. Vareta; los

informáticos W. Daniel Hillis, Christopher G. Langton, Mavin Minsky y Roger

Schank, y los psicólogos Nicholas Humhrey y Steven Pinker.

2.- DISEÑO DE LA INVESTIGACION

2.1. PROBLEMÁTICA

La ciencia, a diferencia de las artes y las humanidades, Permanece al margen de la vida social económica y cultural.

Falta de interrelación con la sociedad en audiencias masivas, por parte de los científicos.

2.2. OBJETIVOS

Ampliar el conocimiento de las tres culturas de tal manera que nos

permita entender las ventajas en los tiempos actuales.

Asegurar el desarrollo de la estructura y el orden social, así como a la

supervivencia y convivencia equilibrado de las clases sociales, a través

de la ciencia y la tecnología de nuestro tiempo.

Page 5: TERCERACULTURA DEFINITIVO

Mayor comunicación equilibrada intercultural e interpersonal basada en

la búsqueda de conocimiento y divulgación.

2.3. HIPOTESIS

Permitir que las ciencias y humanidades se puedan unir en una tercera cultura.

Interrelación con la sociedad en audiencias masivas, por parte de los científicos.

2.4. IMPORTANCIA Y FINALIDAD DEL ESTUDIO

La finalidad del presente trabajo es que los nuevos científicos de la tercera

cultura emergente establescan una comunicación directa con los ciudadanos,

sin que para ello sea necesaria la intervención mediadora de divulgadores o

pensadores.

La conexión con los ciudadanos se produce por el propio punto de desarrollo

en el que se encuentra la ciencia y la tecnología de nuestro tiempo, que se ven

implicadas y envueltas en cuestiones que afectan a valores básicos de la

estructura y el orden social, así como a la supervivencia misma de la especie

humana.

En el momento actual, el campo de las tecnologías bioquímicas y médicas, por

ejemplo, el potencial técnico hace posible la destrucción del mundo así como la

modificación de la propia evolución del ser humano.

La población se interesa y preocupa por esas posibilidades y presiona para que

afloren a la opinión pública. En este contexto, los lectores de este tipo de libros

se habrían incrementado sobremanera en los últimos años de modo tal que la

tercera cultura se habría convertido en una operación de tanta envergadura

comercial como de difícil interpretación sociológica.

Page 6: TERCERACULTURA DEFINITIVO

3. ESTRUCTURA REFERENCIAL

3.1. MARCO HISTORICO

Los antecedentes

El hiato entre ciencias y humanidades es un contencioso relativamente joven

en la historia de las ideas en Occidente, pues la confrontación sólo empezó a

verse como tal en el siglo XIX. Es entonces cuando surge como una

preocupación que provoca -para decirlo a la manera de Stefan Collini- una

ansiedad cultural que viene a ser la forma moderna de la oposición, no

necesariamente virulenta ni enemistada, entre ciencias y humanidades y que

en los periodos anteriores discurrió por cauces algo distintos.

A partir de mitad del siglo XIX, en Gran Bretaña puede seguirse un hilo

conductor que, empezando por el historiador de la ciencia William Whewell,

pasará por la controversia entre T. H. Huxley y Matthew Arnold y terminará -o

reempezará- con la polémica idea de Snow de "las dos culturas" y la respuesta

de F. R. Leavis.

Stefan Collini sostiene que "puede trazarse una genealogía específicamente

británica de la ansiedad de las dos culturas". Considera que esta genealogía

responde al distinto desarrollo de las instituciones sociales de educación e

investigación y que "esta distinción queda reflejada en la peculiaridad

lingüística por la cual el término ‘ciencia' era usado en un sentido restringido

para referirse solamente a las ciencias ‘físicas' o ‘naturales'". En efecto, así lo

confirma el Oxford English Dictionary, en el que no se encuentra ninguna

entrada en este sentido restringido de la palabra ‘ciencia' antes de 1860, lo que

revela que "el uso inglés del término había comenzado a disentir del uso de las

otras lenguas europeas". De ahí que W. G. Ward llamara a los ingleses a "usar

la palabra ciencia en el sentido en que los ingleses comúnmente la usan;

refiriéndose a la ciencia natural o experimental, y excluyendo el sentido

metafísico o teológico". De manera muy parecida, la acepción "científico"

Page 7: TERCERACULTURA DEFINITIVO

dirigida a los que practican el estudio de las ciencias naturales no ha lugar en

Inglaterra antes de 1830 o 1840. Se atribuye al historiador de la ciencia William

Whewell la paternidad del término al quejarse públicamente, en un artículo de

1834, de la falta de una palabra para describir a "los estudiantes del

conocimiento del mundo material"; por ello "algún ingenioso gentleman propuso

que, por analogía con ‘artista', podían llamárles ‘científicos', pese a que, tal y

como anota en el mismo texto, "esto no fuera generalmente aceptable" [4]. El

ambiente intelectual y en materia de investigación del momento en Gran

Bretaña abría brecha conceptualmente entre los que estudiaban el mundo

natural y los que no; y este era un paso indispensable, una precondición social,

para que posteriormente se constituyera la división entre las dos culturas.

Pero donde realmente se forjó la génesis en el ámbito social inglés de la

división entre las dos culturas -en los términos en que luego se desarrolló tanto

en la controversia Huxley/Arnold como en la de Snow/Leavis- fue en el campo

de la educación. Esta aseveración que, sin dejar de ser verdad, se cumplió en

menor medida en el resto de Estados europeos que en Inglaterra, guarda una

de las claves para entender las connotaciones que adquirieron las susodichas

controversias. La ciencia, como materia de estudio, empezó a introducirse

gradualmente en las instituciones de élite inglesas, pero en otros centros el

estudio de las ciencias era estigmatizado como una actividad vocacional, como

un ejercicio mental, loable en este sentido, pero que desatendía los

fundamentos recomendables y apropiados para la formación y educación de

una persona. En ese momento la resistencia de los programas académicos, y

de quien los estructuraban, a un cierto grado de paridad entre las asignaturas

de ciencias y las disciplinas tradicionales bifurca la intelectualidad entre

defensores de la educación científica y defensores de la educación literaria o

tradicional, en una tensión que estalla, de manera muy elegante, eso sí, con

una conferencia de T. H. Huxley en 1880 y la respuesta en otra conferencia

pronunciada por Matthew Arnold en 1882, curiosamente, en el mismo marco en

que, casi ochenta años después, Snow difundiría su idea de "las dos culturas":

la conferencia Rede en Cambridge.

Page 8: TERCERACULTURA DEFINITIVO

La controversia entre Huxley y Arnold

A finales del siglo XIX no había en Inglaterra, un defensor más incisivo de la

ciencia en general y de la educación científica en particular que T. H. Huxley.

Naturalista y anatomista, profesor en la Royal School of Mines, fue invitado, en

1880, a impartir la conferencia de inauguración del curso académico en Mason

College, una institución fundada en Birmingham, en el corazón de la Inglaterra

industrial, proyectada para ofrecer una educación científica a aquellos que

quisieran orientar su carrera al comercio. En esa conferencia, bajo el epígrafe

"Ciencia y Cultura", Huxley, abuelo del célebre escritor Aldous Huxley, lanzó un

desafío a los defensores de la educación tradicional y denunció la resistencia,

por parte de los partidarios de la educación tradicional o literaria a las

demandas y argumentos de la educación científica.

Huxley decía tener dos convicciones muy arraigadas: por un lado, las materias

de la educación humanista no tienen un valor directo suficiente para el

estudiante de ciencias físicas que justifique el -valioso- tiempo a ellas dedicado;

por otro lado, para la adquisición de una auténtica cultura, una educación

únicamente científica es cuando menos igual de eficaz que una exclusivamente

literaria.

Valga decir que esa igualdad de eficacia es para Huxley totalmente insuficiente,

pero le sirve para poner de manifiesto irónicamente la opinión de la mayoría de

ingleses cultos influidos por las tradiciones escolares y universitarias que no

estarían de acuerdo con esa segunda convicción de Huxley, ya que "desde su

punto de vista, sólo se adquiere cultura por medio de una educación liberal, lo

que se entiende como sinónimo, no simplemente de instrucción y educación

literarias, sino de la enseñanza de un tipo concreto de literatura, la de la

antigüedad griega y romana". El apóstol -como le denomina el propio Huxley-

de esa cultura, abanderada por la mayoría de ingleses cultos, responde al

nombre de Matthew Arnold y es citado por Huxley:

"El señor Arnold afirma que cultura significa ‘conocer lo mejor que se ha

pensado y dicho en el mundo'. Esto es, el análisis crítico de la vida tal como

aparece expresado en la literatura".

Page 9: TERCERACULTURA DEFINITIVO

Huxley ve en Arnold dos proposiciones: 1) el análisis crítico de la vida es la

esencia de la cultura y 2) para tal análisis la literatura contiene material

suficiente para llevarlo a cabo..

Por otro lado, los científicos naturales no deberían haberse apropiado del

concepto de ciencia ya que, según Arnold, el estudio sistemático de los textos

originales, la crítica literaria y el estudio de las lenguas de la antigüedad

también eran ciencias.

Arnold recondujo su oposición a las tesis de Huxley reconstruyendo el

panorama conceptual del asunto; tarea, por cierto, nada fácil y que desarrolló

de manera sutil, tirando de los hilos que, estratégicamente, más le convenían.

Al ejercicio reconstructor, Arnold le sumaba -a modo de conclusión de la

conferencia- la certidumbre de que el creciente poder y prestigio de la ciencia

no desbancaría a las humanidades de su papel central en la sociedad, puesto

que la literatura y lo que ella significaba era un elemento inherente a la

condición humana: "Mientras la naturaleza humana sea lo que es, su atractivo

permanecerá irresistible".

La respuesta de Leavis y su parentesco con Arnold

La respuesta de F. R. Leavis a Las dos culturas de Snow encuentra su

precedente más claro en la discusión entre Huxley y Arnold, por lo que puede

establecerse una correlación entre estos cuatro autores, para mostrar con

claridad la continuidad del debate, que se estructuraría como sigue:

1. T. H. Huxley, Ciencia ycultura, 1880: pro educación científica, contra el

monopolio de las humanidades clásicas.

2. Matthew Arnold, Literatura y ciencia, 1882: ni humanidades ni ciencias son

contingentes, es decir, ambas son necesarias, pero la ciencia es un

conocimiento instrumental; la literatura no.

3. C. P. Snow, Las dos culturas y la revolución científica, 1959: incomunicación

entre científicos y literatos; estos últimos coartan la evolución y el progreso con

su moral arcaica.

Page 10: TERCERACULTURA DEFINITIVO

4. F. R. Leavis, ¿Dos culturas? La importancia de C. P. Snow, 1962: literatura

como disciplina jerárquicamente superior.

4.- CUERPO DEL TRABAJO

Jhon Brockman, Boston, EE.UU. 1941

John Brockman, tiene una amplia trayectoria en el campo del arte, la ciencia,

los libros, el software e internet.

En 1960 sento las bases de los “entornos cineticos intermedia “ aplicables al

arte al teatro y a los negocios mientras asesoraba a General Electric, Columbia

Pictures, el Pentagono, la Casa Blanca. En 1973 creo su propia agencia

literaria y de software, es fundador de Edge Foundation y editor Edge, pàgina

web donde los pensadores mas destacados y lideres de lo que el llama “tercera

cultura”analiza la ciencia vanguardista.

Es autor y editor de varios libros, entre ellos: La Tercera cultura (1995): ); The

greatest inventions of the past 2000 years (2000) ); Los próximos cincuenta

años (2002) y The new humanists (2003).

Goza del privilegio de haber aparecido en la primera pagina del Science Times

(1997) y del Arts & Leisure (1966), ambos suplementoss del New York Times.

4.1. ¿Que es la Tercera Cultura?

Para John Brockman

La tercera cultura consiste en aquellos científicos y otros pensadores del

mundo empírico que, a través de su trabajo y sus escritos, están sustituyendo

al intelectual tradicional en la tarea de aclarar los significados más profundos

de nuestras vidas, redefiniendo quienes y qué somos.

Hay signos optimistas sobre la inclusión de los académicos de las

humanidades dentro de la tercera cultura, académicos que piensan del mismo

Page 11: TERCERACULTURA DEFINITIVO

modo que los científicos. Piensan que existe un mundo real y que su tarea es

comprenderlo y explicarlo. Someten sus ideas a prueba en términos de

coherencia lógica, poder explicativo y conformidad con los hechos empíricos.

No difieren de las autoridades intelectuales: las ideas de cualquiera pueden ser

desafiadas y los progresos del entendimiento y del conocimiento se acumulan a

través de tales desafíos.

No reducen las humanidades a los principios físicos y biológicos, pero piensan

que el arte, la literatura, la historia o la política –una completa panoplia de

temas humanistas- necesitan tener en cuenta a las ciencias.

Las conexiones realmente existen: nuestras artes, nuestras filosofías, nuestra

literatura, el producto de las mentes humanas interactuando unas con otras, y

la mente humana son un producto del cerebro humano, que se encuentra

organizado en parte por el genoma humano y evoluciona por los procesos

físicos de evolución. Al igual que los científicos, los académicos de

humanidades basados en la ciencia son intelectualmente eclécticos, buscan

ideas en una gran variedad de fuentes y adoptan aquellas que prueban ser

útiles, mas que aquellas que operan dentro de “sistemas” o “escuelas”.

No son académicos marxistas, freudianos, o católicos. Piensan como los

científicos, conocen la ciencia y se comunican fácilmente con los científicos; la

principal diferencia con los científicos es el tema del que escriben, no su estilo

intelectual. La ciencia y el pensamiento basado en la ciencia entre las

humanidades ilustradas forman parte ahora de la cultura publica.

Y este no es el camino de una sola dirección. Así como los académicos de las

humanidades basadas en la ciencia están aprendiendo de la ciencia, y están

influidos por la ciencia, los científicos están alcanzando una comprensión más

amplia sobre el origen de su propio trabajo a través de las interacciones con los

artistas.

Algo radicalmente nuevo esta en el aire: nuevos modos de entender los

sistemas físicos, nuevos modos de pensar sobre el pensamiento que ponen en

Page 12: TERCERACULTURA DEFINITIVO

cuestión muchas de nuestra asunciones básicas. Una biología realista de la

mente, avances en físicas, electricidad, genética, neurobiología, ingeniería, la

química de la materia – todas ellas están desafiando nuestras asunciones

básicas sobre qué y quienes somos, y sobre lo que significa ser humano.”

4.2. La propuesta de John Brockman para la Tercera Cultura.

En 1963, C. P. Snow, escribió una especie de epílogo sobre Las dos culturas,

que denominó Un segundo enfoque. Llama la atención que, ya al empezar este

segundo texto, remarca cuáles fueron sus objetivos al dictar la conferencia

Rede: "A lo sumo esperaba obrar como un acicate para la acción, primero en la

enseñanza, y segundo -en mi propio criterio la última parte de la conferencia

fue siempre la más apremiante- en avivar el interés de las sociedades ricas y

privilegiadas por aquellas otras con menos fortuna". En lo que se refiere al

avivamiento de las sociedades occidentales por aquellas que eufemísticamente

están en desarrollo, prosigue la optimista profecía que ya anunciara en Las dos

culturas: "Todo depende de que la revolución científica se extienda por el

mundo entero". Hasta aquí nada nuevo. La novedad viene justo a continuación,

cuando hace una confesión que, entiendo yo, arroja un poco de luz sobre la

conferencia de 1959: "Antes de escribir la conferencia pensaba titularla ‘Ricos y

pobres', y ahora me arrepiento un poco de haber cambiado la idea". En efecto,

debería haberla titulado Ricos y pobres, porque la propia estructura de la

conferencia implica que la conclusión es la de imbricar el proceso de desarrollo

tecnológico y científico en la batalla contra la desigualdad. Bajo este contexto la

idea de las dos culturas es, o debiera ser, si damos por buena la confesión

anterior, una mera excusa, de menor enjundia, para proponer y auspiciar su

alegato, casi panfletario, a favor de la implantación de la revolución científica en

los países pobres. Volvamos ahora al tema de la enseñanza a caballo de una

cuestión tan criticada incluso por gente que apoyó a Snow en la reyerta con

Leavis: el Segundo Principio de la Termodinámica. "Me he arrepentido en

cambio de haber empleado, como piedra de toque del saber o ignorancia en

materia científica, la pregunta: ¿Qué sabe usted del Segundo Principio de la

Termodinámica?". Este principio, admite Snow, es de la mayor trascendencia y

generalidad; sin embargo, añade que no tiene valor alguno para un no científico

Page 13: TERCERACULTURA DEFINITIVO

conocerlo enciclopédicamente, a menos que lo comprenda en el lenguaje de la

física [8]. ¿Es exigible, se pregunta Snow, tal comprensión a mediados del siglo

xx, Snow cita a Lord Cherwell para responder afirmativamente: "esa

comprensión debería formar parte de una cultura general del siglo veinte".

Pero, pese a estos "pros", cuestiona la idoneidad del ejemplo para su

propósito: "Sin embargo, preferiría haber escogido un ejemplo distinto. Había

olvidado que la enunciación del principio es para casi todo el mundo una jerga

un poco insólita, y por lo tanto cómica" .Sorprende que el hecho de que en

algunos resulte cómico sea la razón final por la que Snow renuncie a hacer del

principio de entropía la piedra de toque del saber científico; y más teniendo en

cuenta que él mismo admite que muchos físicos convendrían en que es quizá

la más incisiva y oportuna de todas. En su lugar propone otra rama de la

ciencia que también debiera considerarse parte de la cultura general: "Esta

rama de la ciencia es hoy conocida por el nombre de biología molecular".

Conjetura que ese estudio reúne las características ideales "para encajar en un

nuevo modelo de enseñanza", ya que es el mejor candidato a piedra de toque

del saber científico. Pero además, o incluso con más urgencia que la reforma

educativa, Snow cree que entre esas dos culturas debe existir una tercera, que

haga de puente entre ambas. ¿A qué tercera cultura se refiere particularmente

Snow?: "dicha cultura no tiene más remedio, para cumplir su cometido, que

entenderse en su propio lenguaje con la cultura científica" y "cuando llegue,

algunas de las referidas dificultades de comunicación serán por fin allanadas".

Así que este debe ser el gran cometido de una tercera cultura: solventar los

problemas de comunicación entre los dos gremios para que los literatos, a

priori quienes comunican con el público, puedan transmitir los conocimientos

científicos a la sociedad de una manera más comprensible y luchar de esta

manera contra la ignorancia propia y la del público.

La idea de los escritores o humanistas como correa de transmisión entre

quienes estudian la realidad y quienes la habitan puede resultar algo ingenua,

pero no ha sido óbice para que, inspirándose vagamente -o nominalmente- en

ella, alguna gente la haya tomado como referencia para un programa de

desarrollo de una tercera cultura. Quien con más insistencia ha apelado a una

tercera cultura como modelo puente entre las dos culturas en brecha ha sido el

Page 14: TERCERACULTURA DEFINITIVO

agente literario John Brockman. Fundador del proyecto Edge, en el cual nació,

en 1991, y se desarrolló, con Brockman a la cabeza, la idea de una tercera

cultura que él mismo, en el libro que sirvió de presentación de su proyecto [9],

definió así: "la tercera cultura reúne a aquellos científicos y pensadores

empíricos que, a través de su obra y su producción literaria, están ocupando el

lugar del intelectual clásico a la hora de poner de manifiesto el sentido más

profundo de nuestra vida, replanteándose quiénes y qué somos".

Primer Enfoque: Brockman interpreta que ha llegado el momento de que eso

que él denomina pensadores empíricos tome el relevo del gremio intelectual

tradicional, porque en la actualidad "una educación estilo años cincuenta,

basada en Freud, Marx y el modernismo, no es un bagaje suficiente para un

pensador de los noventa". Recoge las quejas de Snow sobre la no

consideración del término "intelectual" para los científicos, adjetivo reservado

sólo a los literatos, e intenta revertir la situación; puesto que, pese a la

polémica generada por Snow, las dos culturas siguen sin comunicarse, los

científicos han pasado a comunicarse directamente con el gran público y han

prescindido de los humanistas. Hay que decir que, en un gesto de honestidad,

aunque ha adoptado el lema que Snow lanzó.

Segundo enfoque, Brockman reconoce que la tercera cultura que él promueve

no describe la tercera cultura que Snow predijo. Para Brockman el fenómeno

editorial de la literatura de divulgación científica indica que, de hecho, existe ya

esa tercera cultura. Como no es este un ensayo dedicado a la crítica del

proyecto de Brockman, no me extenderé en este punto, sin embargo señalaré

algunas críticas razonables a esa tercera cultura:

a) Para Sánchez Ron: "hay quien ha apuntado que ya vivimos en una

‘tercera cultura'. Que una muestra de ello es el gran número de libro de

divulgación científica que se publica en la actualidad. Sin duda que ello

es cierto, aunque habría que recordar que el género de la divulgación

científica y el interés popular por resultados científicos no es, en

absoluto, nuevo. Ambos tienen una larga historia. Una nueva cultura en

la que la ciencia y humanidades se integren necesita algo más que de

buenos y numerosos divulgadores. Si fuera suficiente con esto, hace

Page 15: TERCERACULTURA DEFINITIVO

tiempo que no hablaríamos de culturas separadas" [10].

b) Existe también un problema sobre cómo se resiente la transmisión del

conocimiento.

b) Ovejero, ha advertido que buena parte de la ciencia popularizada

presenta unas peculiares características que invitan a la preocupación

acerca de la calidad de los resultados presentados, del tipo de ciencia

que se divulga, a cómo se hace, a lo que está en juego". Sostiene que

"se tiene la impresión de que la opinión pública parece haberse

convertido en el tribunal donde se dilucidan disputas académicas antes

que el escenario en donde se exponen los resultados consolidados, el

conocimiento compartido por una comunidad científica, una vez ha sido

discutido

En ningún momento habló Snow de prescindir de los literatos

tradicionales, cosa que sí ocurre en el proyecto de Brockman, donde

sólo a Daniel C. Dennett, y con ciertas precauciones, puede

enmarcársele en el ámbito de las humanidades clásicas por su

formación de filósofo; el resto, aunque tengan intereses por las artes y

las humanidades (Stephen Jay Gould, por ejemplo), no están en

elcatálogo de la tercera cultura por esos intereses, sino por su formación

y prestigio científico.

c) Jonah Lehrer : “En 1959 C. P. Snow declaro que nuestras dos culturas -

artes y ciencias- sufrian de una profunda incomprensión mutua. Como

resultado, Snow dijo, nuestro conocimiento se había convertido en una

coleccion de campos aislados, cada uno con sus propios habitos y

vocabularios. Los intelectuales literarios analizaban a T. S. Elliot y a

Hamlet, mientras que los científicos estudiaban las particulas

elementales del universo. "Sus actitudes eran tan diferentes" escribía

Snow, "que no podían encontrar una base común". La solución de Snow

a este cisma epistémico era la formación de una Tercera Cultura. El

esperaba que esta nueva cultura pudiera cerrar la brecha

comunicacional entre científicos y artistas. Cada lado podía beneficiarse

de la comprensión del otro. En tanto los poetas contemplaran a Einstein

Page 16: TERCERACULTURA DEFINITIVO

y los científicos leyeran a Coleridge, nuestra ficciones y nuestros datos

podrían nutrirse mutuamente…Mas alla, esta tercera cultura podría

mantener a raya las extravagancias de ambas culturas en sus extremos.

Snow se volvió profético, al menos en parte. La Tercera Cultura es ahora

un movimiento cultural genuino. Sin embargo, mientras esta nueva

tercera cultura recoge la frase de Snow, se aleja de su proyecto. Mas

que referirse al diálogo entre artistas y científicos, la tercera cultura

contemporánea refiere a científicos que se comunican directamente con

el público general. Ellos están traduciendo sus verdades para las

masas.”

d) La Otra “Tercera Cultura”: Mario Vargas Llosa : En los años corridos

desde aquella polémica, la sociedad occidental, y el resto del mundo a

su remolque, han ido encaminándose por el rumbo que les señalo C. P.

Snow y dando la espalda al irascible profesor Leavis, cuyas tesis suenan

ahora todavía mas excéntricas que entonces. Aunque sumida en una

crisis de la que no se vislumbra la salida, resulta evidente que la

Universidad es y seguirá siendo cada vez mas científica que literaria.

Las sociedades modernas, incluidas las mas prosperas, están cada vez

menos dispuestas a invertir recursos, que distraerían de lo pragmático,

para financiar en gran escala y de manera significativa aquellos

quehaceres académicos o creativos sin valor de uso que, para el doctor

Leavis, eran los únicos con derecho a representar la cultura. La manera

literaria de entender la vida del espíritu ha pasado a ser un anacronismo

de los países atrasados, los que perdieron el tren de la modernidad, e

incluso en ellos este es un estado de cosas transitorio: a medida que

progresen, se volverán más realistas, es decir, más prácticos

Sin embargo, cuando uno relea ahora los capítulos de aquel debate, no

es esta demorada victoria de C. P. Snow lo que mas llama la atención.

Sino el que en el interregno se haya hecho mucho mas importante –e

incluso dominadora- una tercera opción cultural, que algunos exigentes

llamarían subcultural, y a la que, aunque ya era muy visible en esa

época, ninguno de los polemistas concedió la menor importancia. Una

Page 17: TERCERACULTURA DEFINITIVO

cultura que no puede ser considerada ni literaria ni científica, y tal vez en

sentido estricto ni siquiera cultura, pero si algo que hace sus veces para

una vasta porción de la humanidad, cuya vida intelectual y espiritual

mayoritariamente ocupa y alimenta. Me refiero a aquella que fabrican,

vulgarizan y diseminan los medios masivos de comunicación, todo ese

polimórfico material que provee al gran público -ese que grafica la

expresión: el lector o espectador promedio- de los conocimientos y

también las experiencias, mitos, emociones y sueños que satisfacen sus

necesidades practicas y espirituales básicas para funcionar dentro de la

sociedad moderna.”

4.3. LOS PROBLEMAS DE LA TERCERA CULTURA DE J. BROCKMAN

Es innegable que la perspectiva que subyace en los planteamientos y

desarrollos de la tercera cultura es una muestra del creciente interés social por

la actividad científica. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, es un

planteamiento que dista mucho de considerarse satisfactorio como solución al

problema de las dos culturas. A continuación se examinan algunos de los

problemas que presenta la propuesta de Brockman.

No es cierto que suponga una conciliación entre las dos culturas.

En primer lugar, el concepto de tercera cultura de Brockman se aleja mucho del

que en su día propusiera Snow. Es cierto que el propio Brockman reconoce

esta diferencia9, pero no lo es menos que la diferencia es tal que

prácticamente hace inviable su uso.

En la segunda edición de The Two Cultures, Snow añadía un ensayo en el que

de manera optimista sugería que una nueva cultura, la tercera cultura,

emergería y llenaría el vacío de comunicación entre los intelectuales de letras y

los científicos, de tal modo que los primeros se entenderían con los segundos.

Sin embargo, lo que de hecho ocurre en la tercera cultura es que los científicos

Page 18: TERCERACULTURA DEFINITIVO

establecen una comunicación directa con las audiencias o públicos,

prescindiendo de intermediarios. Mientras tanto, los humanistas e intelectuales

de letras siguen sin comunicarse con los científicos y esto (más que la

inexactitud conceptual respecto a la propuesta de Snow) lleva a que el uso que

Brockman hace de la expresión tercera cultura sea inadecuado.

La conciliación entre las dos culturas no se puede circunscribir a que los

científicos se comuniquen con los grandes públicos, pues la conciliación entre

las dos culturas no se puede ceñir a divulgar ciencia. Hay aspectos propios de

la tradición literaria o de las humanidades sobre los cuales las ciencias

deberían reflexionar y repensar su actividad, dándoles cabida, evitando la

colonización cognoscitiva y abriéndose a un mayor pluralismo epistemológico y

metodológico. Así pues, sugerir que hay conciliación entre las dos culturas por

el hecho de que los científicos escriben libros que llegan a grandes audiencias

(como siempre han hecho los intelectuales de letras y las humanidades), es

una simplificación similar a la que cometen aquellos que afirman que se

produce una convergencia entre las dos culturas, cuando los artistas aplican

las nuevas tecnologías para el desarrollo de sus creaciones, tal y como hoy en

día se propone frecuentemente. Así pues, que los representantes de una de las

dos culturas utilicen una herramienta propia de la otra cultura no significa que

se produzca una convergencia o conciliación. La tecno ciencia no lo es menos

cuando sus protagonistas escriben libros para ser leídos masivamente, pese a

que eso hasta ahora sólo lo hacían los hombres de letras. Del mismo modo, los

artistas no son menos artistas por aplicar las nuevas tecnologías de la

información en la realización de sus creaciones.

Incurre en la falacia del cientificismo

Podría decirse que los científicos se han cansado de ser auditados por

investigadores de las ciencias sociales y humanas, y han pasado a la ofensiva,

Una ofensiva que pretende fundir en un solo marco las ciencias biomédicas, las

Ciencias de la materia y el espacio, y las humanidades y las ciencias sociales.

Es cierto que el affaire Sokal puso en entredicho la labor de algunos

intelectuales y las limitadas posibilidades de ciertos science studies. En ese

Page 19: TERCERACULTURA DEFINITIVO

contexto, la situación es propicia para lanzar lo que algunos han considerado la

mayor OPA nunca imaginada por la cienciasobre la totalidad del saber. Así, no

es que «las humanidades se muevan en la arena movediza de lo opinable,

como dijeron los comtianos, sino que la mayor parte de cuanto han aquilatado

en su devenir histórico gana nueva relevancia cuando es iluminado por la

genética, la evolución y las neurociencias. Los profetas de la tercera cultura no

lanzan sus diatribas contra las artes, como hiciera Platón al excluirlas de la

República. No piden su abolición, ni exhiben desprecio hacia lo emocional,

simplemente reivindican sus explicaciones como las objetivamente certeras.

Desde la tercera cultura se discute que las producciones artísticas y

humanísticas sólo puedan ser entendidas desde el territorio de la subjetividad

(auténtico resorte y fundamento del humanismo).

Se reclama, por contra, que se trata de respuestas de la maquinaria cerebral,

circunstancia que hace posible su estudio científico. Con ello, la especificidad

de las humanidades es conquistada y sus producciones convertidas en objeto

de estudio de un territorio científico al que en principio eran ajenas.

Frente al expediente cientificista que entraña la propuesta de Brockman, habría

que reconocer que si bien es cierto que hoy en día no se puede seguir

estableciendo una distinción radical entre lo que aporta la ciencia y lo que

aporta la reflexión humanista, no lo es menos que, como dice F. Varela, «lo

peor que le puede acontecer a una línea de pensamiento es el cientificismo,

para ello «mejor sería quedarse con las dos culturas separadas», pese a que

no se puede dudar ya de que éstas no pueden funcionar por separado, y es

necesario alcanzar una tercera cultura.

Identifica opinión pública con participación

En líneas anteriores se ha convenido que una de las aportaciones positivas de

las que se vanaglorian los representantes de la tercera cultura es la de haber

permitido el establecimiento de una comunicación directa entre el hombre de

ciencia y el hombre de la calle.

Page 20: TERCERACULTURA DEFINITIVO

La sociedad occidental actual es heredera de una forma de pensar según la

cual los públicos, aquejados de ignorancia científica, debían ser empapados de

conocimientos. Así, «se postula una y otra vez el foso entre ciencia y sociedad,

para inmediatamente tratar de rellenarlo, inventando en un mismo movimiento

el mal y su remedio». De este modo, el espacio público de la ciencia se

expande hasta incluir al nuevo miembro que representan las masas, si bien

éstas progresivamente adquieren un papel más pasivo. Proceso que en su

lógica recuerda al mismo fenómeno descrito por Haber mas al referirse a la

expansión del espacio público al conjunto de la sociedad y la consiguiente

contracción de su capacidad de influencia motivada por la adquisición de

irrelevancia política por parte de quienes la integran.

Desde este punto de vista, fenómenos como la tercera cultura de Brockman no

sólo no acercarían al hombre de la calle a los verdaderos problemas, sino que,

además, contribuyen a la creación de una cierta promiscuidad cultural en la que

la distancia entre el sabio y el lego queda relativamente difuminada.

Además, como consecuencia de la cada vez mayor difusión que reciben los

resultados de la investigación científica, habría aparecido y se habría

desarrollado una exigencia propia de los sistemas democráticos, según la cual

es necesario que los ciudadanos dispongan de conocimientos técnicos y

científicos con los que juzgar las acciones de las Administraciones Públicas

para impedir que las decisiones públicas se tomen sobre la base de informes

de expertos.

Así, como reacción a esa difusión masiva de conocimientos científicos y

técnicos que generan demandas de participación entre los ciudadanos, se está

articulando, dentro del mundo científico, una fuerte corriente de opinión acerca

de la necesidad de un control público de la investigación, así como de los

riesgos asumibles. Sirva como ejemplo el Manifiesto de Heidelberg, documento

en contra de la intromisión del público en el mundo científico, firmado por 264

científicos (52 de los cuales eran premios Nobel) y hecho público en el contexto

de la Cumbre de Río de Janeiro de 1992. En ese documento, entre otras cosas

se pedía formalmente que el control y la preservación de las riquezas naturales

estuvieran fundados en criterios científicos y no en suposiciones irracionales

Page 21: TERCERACULTURA DEFINITIVO

Es una cultura diseñada para el consumo masivo

La tercera cultura de Brockman, más que como cultura de

conciliación está concebida como una cultura de masas en el sentido

de que es una cultura diseñada para el consumo masivo. Se ha

afirmado que los libros de los científicos de la tercera cultura son

libros que la gente compra pero no lee. Sin embargo, incluso en el

supuesto de que esos libros fueran leídos, el problema reside en el

modo de consumo de esa tercera cultura.

Al igual que la cultura de masas, la tercera cultura de Brockman, se

articula sobre la unidireccionalidad de la comunicación masiva y

ofrece un producto simplificado para que sean mayormente accesible.

Aunque los científicos de la tercera cultura «expresan sus reflexiones

más profundas de una manera accesible para el público lector

inteligente», no cabe duda de que su articulación es unidireccional y

simplificadora de los problemas científicos.

Las producciones editoriales de la tercera cultura, extraídas de su

contexto originario, son distribuidas como bienes de consumo y

equiparadas con otros productos de consumo y entretenimiento.

La orientación comercial afecta al modo de distribución de la

mercancía, en este caso el conocimiento científico, que abandona los

canales de diálogo científico y se dirige a los canales de distribución

comercial propios de los productos de ocio y entretenimiento de las

sociedades avanzadas. Y también afecta al producto, es decir, la

producción literaria, que se ve obligada a simplificarse hasta ser

asumible por una gran mayoría a la que previamente se le ha

despertado el interés por la ciencia.

El modo de consumo de la tercera cultura también sería el propio de

la cultura de masas. Como argumenta Morin, el verdadero problema

de las emisiones científicas, de las que dice «están perfectamente

realizadas con la colaboración de científicos eminentes en su

dominio», es su modo de consumo, ya que se trata de un tipo de

consumo que no permite la reflexión, no sólo porque una emisión a

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través de los medios de comunicación de masas desplaza a la otra,

sino porque se contempla en los momentos de relajación, de modo

consumista, en los momentos de búsqueda de entretenimiento o

antes de ir a dormir.

La tercera cultura, pues, «es como la música: escucharla como ruido

de fondo

es completamente distinto a ir a un concierto.

4.4. LA BUSQUEDA DE LA TERCERA CULTURA

En la segunda edición de The Two Cultures, el propio Snow ya utilizo el termino

“Tercera Cultura”. Ahí añadia un ensayo. En el que de modo optimista, sugería

que una tercera cultura emergería entre hombres de ciencias y letras, para

hacer posible el mutuo entendimiento entre ambos. Lo que Snow postulaba,

ante la situación de incomunicación entre la cultura tradicional, literaria o

humanística y la liberal o científico positivista, era una solución consistente en

fusionar, en una tercera cultura, los conocimientos sobre la naturaleza y los

conocimientos sobre la conciencia.

Pese a la simpleza e ingenuidad de los planteamientos de Snow, lo bien cierto

es que desde la fecha de su propuesta, los intentos orientados a articular lo

científico y lo humanístico se han repetido, con mayor o menor acierto,

constantemente. Una interesante clasificación de los mismos ha sido realizada

recientemente por Hottois (1991: 147-8). Este autor clasifica esos intentos de

articulación cultural en cinco expedientes:

1. Investigaciones sobre la historia de las ciencias y las técnicas cuya

finalidad consiste en mostrar no solo la ausencia de linealidad o de

una dirección única en ese trayecto histórico, sino también las

profundas influencias culturales y psicosociales.

2. Los programas de investigación CTS (Ciencia, Tecnologia y

Sociedad) y de desarrollo de una cultura científica, orientados a

salvar la brecha entre las dos culturas, buscando una integración

reciproca entre la tradición reciproca entre la tradición cultura

humanista y la tecnocientifica.

Page 23: TERCERACULTURA DEFINITIVO

3. La implementación de programas de evaluación pluridimensional de

proyectos de investigación y desarrollo en los que se analizan y

consideran, anticipadamente, todas las consecuencias e

implicaciones previsibles (políticas, económicas, sociales,

psicológicas) facilitando y controlando, asi, su inserción en la

sociedad en que van a implantarse.

4. El esfuerzo de intercomunicación, capital para la democracia, entre

tecnocientificos y publico en general. Esfuerzo que, como el propio

Hotois afirma, no elude riesgos, como la divulgación caricaturizada

de la ciencia o la manipulación de la opinión publica.

5. El desarrollo de los comités de ética, con especial incidencia en el

campo de las tecnologías biomédicas, orientados a considerar los

problemas humanos planteados por la aplicación de las mencionadas

tecnologías biomédicas.

Los cinco expedientes aludidos por Hottois pueden ser considerados como

contribuciones a una tercera cultura, en el sentido en que se ha usado esa

expresión en occidente desde la segunda mitad siglo XX, es decir como

intentos de salvar la brecha entre lo técnico y lo simbólico, entre las ciencias y

las humanidades.

Dos expedientes contemporáneos:

La tercera cultura y la Bioética.

Pueden ser asociadas a los expedientes cuarto y quinto a los que se refirió

Hottois. Se trata, respectivamente, de la Tercera Cultura, propuesta (propuesta

por Jhon Brockman) y la Bioética (Propuesta inicialmente por V.R. Potter). En

ambos casos hay, explicita o implícitamente, un intento de superar el cisma de

la cultura occidental al que aludió Snow.

El primero de ellos se presenta explícitamente como tal, tercera cultura.

Aunque también ha sido denominado nerd cultura o tecnocultura. Tras la

exposición de sus principales características se señalaran sus limitaciones,

Page 24: TERCERACULTURA DEFINITIVO

para llegar a la conclusión de que entraña una actitud cientificista y sus

resultados finales no pueden considerarse satisfactorios.

El segundo, La Bioética, puede ser considerado como un interesante

exponente de una tercera cultura. Aunque surgida en un contexto

absolutamente ajeno a la preocupación sociológica académica por la escisión

de la cultura occidental (cual es la preocupación por los problemas humanos

planteados por la aplicación de las nuevas tecnologías, especialmente

biomédicas), constituye un ejemplo paradigmático de lo que, desde nuestro

punto de vista, debería considerarse como una tercera cultura.

La perdida de inocencia de la ciencia

Como punto de partida inexcusable

Antes de seguir adelante para exponer un análisis sobre el encaje de la

Bioética en el contexto de la escisión en dos de la cultura occidental, es

necesario apuntar unas reflexiones sobre lo que podría denominarse la

perdida de la inocencia de la ciencia, lo que exige dar cuenta de su

extraordinario desarrollo tecnológico, asi como el surgimiento de la revolución

biológica.

Efectivamente, la sociedad actual asiste a un espectacular desarrollo de la

tecnología que pone a la humanidad ante difíciles encrucijadas y alumbra un

sinfín de amenazas y temores: la energía nuclear, la ingeniería genética, los

semiconductores, el calentamiento global, los alimentos transgénicos, la

clonación de embriones humanos, la radiación emitida por los teléfonos

móviles, la deforestación, las dioxinas o los priones de las vacas locas.

Los problemas afectan a todos por igual y los ciudadanos se sienten

desorientados. La ciencia es ya una parte sustancial de nuestras vidas. Muchas

discusiones ético-políticas o ético-jurídicas relevantes suponen y requieren

cierto conocimiento del estado de la cuestión en una o varias ciencias ciencias

como la biología, genética, neurología, ecología, física nuclear, termodinámica.

Hay una intrínseca relación entre las implicaciones éticas y sociales de las

nuevas tecnologías, los avances científicos y la necesidad de una disciplina,

Page 25: TERCERACULTURA DEFINITIVO

discurso o expediente que introduzca la reflexión humanista en el seno de la

ciencia.

El primer atisbo de la necesidad de introducir la reflexión humanista en el seno

de la ciencia se manifestó, quizás por primera vez en 1945, cuando el estallido

de primera bomba atómica marco el final de la inocencia de la comunidad

científica. Hasta ese momento era considerada a la ciencia como fundamento

objetivo del desarrollo, culminación de la racionalidad y el espíritu de la

Ilustración. Durante siglos triunfo el arquetipo del científico que estaba mas alla

del bien y del mal. Solo a partir de los años treinta del siglo XX, el científico

empezó a perder la inocencia original que siempre había conservado. Tras la

explosión de las primeras armas nucleares, en Hiroshima y Nagasaki, la física

perdió su inocencia. Poco antes, en Dachau y Auschwitz, la había perdido la

medicina.

La tecnociencia como Techne incompleta

Y el proyecto de una tercera cultura.

La tenociencia como actividad productora y modificadora del mundo, ha llevado

a la ciencia a la perdida de inocencia de la ciencia teórica pura y ha introducido

en el sistema científico la problemática ética. La tecnociencia actual esta mas

cerca de la techne que de la ciencia clásica.

En la actualidad, las tremendas posibilidades abiertas por el avance

tecnocientifico hacen sugir la necesidad de la reflexión humanista. Los logros

cada vez mas espectaculares de la ingeniería genética han hecho crecer

rápidamente la esperanza, pero también el miedo ante sus posibilidades. La

triste experiencia de lo ocurrido hace décadas con las armas nucleares no hace

mas que aumentar la desconfianza social hacia los investigadores, que la

sociedad considera poco capaces de autocontrol.

La conciencia de superación de los limites de la tecnología ha provocado la

emergencia de disciplinas que, como es el caso de la Bioética, tratan de

aportar una reflexión sobre fines en el marco de un saber técnico.

Page 26: TERCERACULTURA DEFINITIVO

Mas en concreto, la revolución biológica y la aplicación de los conocimientos

científicos a las practicas medicas tienen mucho que ver con la aparición de la

Bioetica.

Del mismo modo que la Bioetica aporta la dimensión humanística al polo

tecnocientifico, también será necesario que, por parte de los que se encuentran

en el polo humanista, haya un acercamiento al conocimiento científico.

La Revolución Biotecnológica

Y el Surgimiento de la Bioética.

La revolución biotecnológica y la aplicación de los conocimientos científicos a

las practicas medicas ha dado lugar a la aparición de la Bioética, disciplina que

en los últimos 25 años, ha adquirido un enorme cuerpo doctrinal convirtiéndose

en una de las ramas mas desarrolladas de la ética.

La bioética no solo le corresponden los temas de ética clínica o de la

investigación biomédica, también le corresponden las cuestiones de la ética

medioambiental, por ejemplo, ya que la reflexión sobre la vida iría mas allá de

la existencia humana. Por eso, la Bioética se convierte en una tarea

interdisciplinar que ocupa a médicos, biólogos, filósofos y sociólogos, ya que el

principal punto de su agenda es encontrar un lenguaje común con el cual

analizar los problemas y aplicar una metodología para el análisis de los

conflictos.

Conclusión:

La Bioética como tercera cultura.

Surge como respuesta a las formas de innovación a través de la investigación

científica aplicada en las que el desarrollo tecnocientifico pone de manifiesto

las posibilidades manipuladoras e intervencionistas de la ciencia

contemporánea. Su aparición no es fortuita. Sociológicamente, rinde justicia al

desarrollo eminentemente practico de la tecnociencia:desde las tecnociencias

de investigación básica (que revelan cuestiones éticas porque implican la

experimentación con seres vivos) y a las tecnociencias aplicadas (que

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manifiestan problemas relativos a la procreación, a la extracción y el trasplante

de órganos, por citar algunos ejemplos). Por todo ello, la bioética verifica el

carácter fuertemente técnico del proyecto occidental contemporáneo y se

muestra como un espacio privilegiado para la interacción entre los

conocimientos tecnocientificos y humanistas.

5.- RESULTADOS

Fácil entendimiento de las ciencias por la sociedad.

La Tercera Cultura propone una transformación de la sociedad

exclusivamente a través de la tecnología.

El propósito de los miembros de la tercera cultura es crear novedades

en ruta hacia la verdad y la experiencia.

La Tercera Cultura, desde nuestro punto de vista, es un planteamiento

que aproxima a considerarse satisfactorio como solución al problema de

las dos culturas.

La Bioética, puede ser considerado como un interesante exponente de

una tercera cultura, porque es una disciplina con la pretensión de

convertirse en un saber interdisciplinar capaz de ir mas alla de las

simplistas creencias en el carácter bondadoso del conocimiento

científico y sus aplicaciones técnicas.

6.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La tercera cultura en la definición de Brockman, incluye a los mas

destacados lideres y científicos que están comprometidos, conscientes

de la trascendencia con respecto a la sociedad en la que trabajan.

Page 28: TERCERACULTURA DEFINITIVO

Los indicadores de desarrollo científico y tecnológico cuentan tanto

ahora como los económicos para jerarquizar a las sociedades según su

grado de prosperidad y desarrollo.

Una reforma en la educación es necesaria para las nuevas

generaciones basado en un contexto global, analicen la ciencia

vanguardista, hara que es la única manera de adaptarse al cambio.

El desarrollo de una política pública de apoyo a la investigación básica

debe incluir a las ciencias sociales y humanas. Sin embargo, estas

disciplinas deben siempre distinguirse de las Humanidades, que

continúan siendo relevantes por sí mismas y deberían de beneficiarse

también.

En sociedades de ciencia y tecnología como las nuestras, la resolución

de problemas sociales y políticos exige a los científicos una mínima

formación humanista y a los humanistas cierta cultura científica. En ese

campo de convergencia es en el que, a nuestro juicio, cabria entender

las bases para la formación de una tercera cultura.

7.- REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

1. BROCKMAN, J. (1995), La tercera cultura, Barcelona:Editorial Tusquets.

2. HABERMAS, J. (1994), Historia y crítica de la opinión pública,

Barcelona: Gustavo Gili. Jourdant, B. (1998), Impostures intellectuales,

3. Paris: La Découverte.

4. LAFUENTE, A. y T. SARAIVA (2002), «El espejismo de las dos

culturas», Claves de Razón Práctica, 120, pp. 63-69.

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5. LAFUENTE, A. y T. SARAIVA (2001), «La OPA de la ciencia y la

abducción de las humanidades », Claves de Razón Práctica, 112, pp.

67-76.

6. LLOPIS, R. (2001), «Cultura tecno científica y cultura humanista.

Escisión y alianza»,A distancia, 20, pp. 94-100.

7. MORIN, E. (2000), «Por una teoría de la cultura », Sociología. Madrid:

Tecnos.

8. SNOW, C. P. (1964), The two cultures and a second look. New York:

Mentor Books.

9. VARELA, F. (1991), «Hay que buscar una nueva cultura», El País (9-XI-

1991).

10.http://www.terceracultura.net/tc/

11.http://www.regionalcit.es/dosculturas/

12.http://www.edge.org

8.- ANEXOS.

Los chicos de la Tercera Cultura Por Cindy King

• “Chico de la Tercera Cultura” (CTC) es alguien que pasó su niñez en más de una cultura, usualmente porque su familia se reubicó en otro país, lo que consecuentemente altera su visión del mundo. No se refiere necesariamente a niños. Es más bien un término utilizado para describir a las personas que crecieron en ambientes fuertemente internacionales. 

• El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama es un ejemplo de estos niños, ya que pasó sus años de formación tanto en Estados Unidos como en Indonesia. Incluso el mismo Obama llenó su gabinete con los CTC, ya que estudios sugieren que este grupo comparte tratos psicológicos comunes que podrían moldear su administración. 

• La experiencia en un contexto internacional facilita la comprensión de otros, más allá de las diferencias culturales. Igualmente, afirma que son especialmente flexibles en situaciones donde la adaptación es la única manera de salir a flote.

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• La Empresa Global puede también beneficiarse de los CTC, pero es doblemente importante que aquellos sin la experiencia internacional acumulen habilidades culturales para triunfar en equipos diversos. Contar con un CTC en tu equipo puede ayudarte a evitar errores en la comunicación cultural. O al menos reconocerlos más rápidamente y aprender cómo navegar a través de ellos más efectivamente.