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Cultural EXITOSA 15 WWW.EXITOSADIARIO.PE JUEVES 5 DE FEBRERO DE 2015 ESTUDIAR EN SAN MARCOS DE SENDERO Y EL MRTA “Entre búfalos y rábanos” de Roberto Talledo L a vida política del Perú del siglo XX es incom- prensible sin consi- derar la acción del Partido Aprista y de las orga- nizaciones marxistas. Unos y otros partían del supuesto de la lucha de clases, en con- secuencia, estaban conven- cidos de la existencia de una guerra intestina en la vida social que en sus momentos decisivos deviene violencia abierta y armada. El Apra hasta los años cin- cuenta se mueve dentro de esta lógica, que no descar- taba el aniquilamiento selec- tivo ni la acción subversiva. Pensemos en la insurrección de Chan Chan y su partici- pación en numerosas inten- tonas golpistas. Pensemos también en los años de car- celería de su militancia en el Real Felipe y El Frontón o enfrentando el paredón o el disparo en la nuca. La mayoría de los gru- pos marxistas hasta la dé- cada del setenta enarbola la lucha armada hasta que en 1980 una organización maoísta provinciana aban- donó la teoría y transitó a la práctica. De inspiración guevarista y continuan- do las guerrillas del sesen- ta –las del ELN y el MIR- el MRTA, en 1984, toma las armas. Quien haya vivido su juventud en los ochenta, sobre todo en las universi- dades nacionales, no pue- de decir que nada supo de este drama histórico. HECHO FUNDACIONAL Es el caso del escritor piu- rano Roberto Talledo, quien con una prosa ágil y preci- sa, en su novela “Entre búfa- los y rábanos” nos enfrenta a una historia en que la vio- lencia golpea a todos. El pro- tagonista no será la excep- ción, nace en cuna aprista y cuando llega a Lima, a fines de los años setenta, cono- ce a Carlos Steer Lafont, el militante aprista que ultimó en 1935 a los esposos Miró Quezada, asesinato que en- frentó a muerte a El Comer- cio con el partido de Alfonso Ugarte. Pugna que duró me- dio siglo y cuyo fin queda evi - denciado por las largas y có- modas entrevistas al nuevo jefe del Apra en el decano. Asesinato que Talledo inclu- ye en su narración y que es una suerte de hecho funda- cional de nuestra política. No podía saber Steer a sus 18 años que su acto por el que purgó más de dos dé- cadas de prisión sería re- petido pocos años después por sus propios compañe- ros y por leninistas, trots- kistas y maoístas. RECÍPROCOS CALIFICATIVOS El título de la obra alude a los adjetivos con los que se atacaban apristas y marxis- tas. Los primeros eran llama- dos búfalos porque según los izquierdistas el único ar- gumento de los apristas era la violencia, pero muchos se- guidores de Haya de la Torre lo recibían como elogio, pues los vinculaba al accionar he- roico de Manuel “Búfalo” Barreto en la revolución de Trujillo. Rábano alude a los colores de la hortaliza, rojo intenso por fuera y blan- co por dentro. Los apris- tas al decirle rábano a un iz- quierdista le decían que era un subversivo de palabras, pero que era incapaz de ha- cer realmente la revolución. Talledo llega a San Mar- cos cuando la vivienda uni- versitaria pasaba de manos de Patria Roja a las de Sen- dero. Asoma en su narración Alfredo Crespo, quien en ese entonces era ya dirigen- te universitario de los maoís- tas: “Cuando vi a Alfredo metido en esa jaula de rejas metálicas con el uniforme a rayas de los acusados por te- rrorismo sentí una conmo- ción tremenda.” Talledo abandona la vi- vienda de estudiantes para vivir con su primo en Pueblo Libre, un joven estudiante de medicina y melómano cuya clandestina vida de funda- dor del MRTA, que nuestro escritor ignoraba, llevará a nuestro narrador a Seguri- dad del Estado y a la Dinco- te, cuando ya pensaba que había dejado atrás la guerra de Sendero. Su primo Ja- vier había caído en una ac- ción subversiva. Solo que- daba huir. En Piura la casa de sus padres fue allana- da. El Estado le perseguía. Nada tenía que ver con la subversión, pero quizá esto lo hacía más indefenso. EL AMOR Ni los coches bomba, ni los paros armados, ni los ajustes de cuentas revo- lucionarios y contrarre- volucionarios, evitaron que Fiorella apareciera y con ella el amor. Pero nada ni nadie podían li- brarse de la guerra. Del campo a la ciudad la es- trategia maoísta pare- cía indetenible. Luego de la muerte de Javier y de su paso a la clandestini- dad, Talledo perdió de vis- ta a Fiorella. Nunca más la volvería a abrazar. Como dice el mismo Talledo: “Había dos razones por las cuales desaparecía un estudiante de las aulas de clases. Una porque se ha- bía enrolado a Sendero Luminoso o al Movimien- to Revolucionario Túpac Amaru. Y otra porque ha- bía muerto.” Fiorella se había puesto “el hábito de Sendero”. No puede haber fina- les felices en una historia como esta. Talledo, como extrayendo una lección de lo vivido, reflexiona: “Nos equivocamos Fiorella, nue- vamente. No te parece que nuestros pueblos debe- rían estar llenos de monu- mentos a la equivocación, al error, a la desilusión, a la desesperanza. Aunque de cierta forma lo están. Sí Fiorella, la cagamos. Tú en tu loca carrera hacia la muerte y yo cómodamen- te instalado en el sofá de la indiferencia, sin saber por dónde coger a la bestia.” Dato: Talledo, Roberto, Entre búfalos y rábanos, Quito: Sietevientos Edito- res, 2014. Talledo se gra- duó en Ciencias Adminis- trativas en la Universidad Nacional Federico Villa- rreal. Actualmente reside en Quito, Ecuador. CARLOS CASTRO M. @carloscastrom66

Talledo, Entre bufalos y rabanitos

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Novela sobre los militantes apristas y comunistas, reseña

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EXITOSA 15WWW.EXITOSADIARIO.PEjueves 5 De febrero De 2015

ESTUDIAR EN SAN MARCOS DE SENDERO Y EL MRTA

“Entre búfalos y rábanos” de Roberto Talledo

L

a vida política del Perú del siglo XX es incom-prensible sin consi-derar la acción del

Partido Aprista y de las orga-nizaciones marxistas. Unos y otros partían del supuesto de la lucha de clases, en con-secuencia, estaban conven-cidos de la existencia de una guerra intestina en la vida social que en sus momentos decisivos deviene violencia abierta y armada.

El Apra hasta los años cin-cuenta se mueve dentro de esta lógica, que no descar-taba el aniquilamiento selec-tivo ni la acción subversiva. Pensemos en la insurrección de Chan Chan y su partici-pación en numerosas inten-tonas golpistas. Pensemos también en los años de car-celería de su militancia en el Real Felipe y El Frontón o enfrentando el paredón o el disparo en la nuca.

La mayoría de los gru-pos marxistas hasta la dé-cada del setenta enarbola la lucha armada hasta que en 1980 una organización maoísta provinciana aban-donó la teoría y transitó a la práctica. De inspiración guevarista y continuan-do las guerrillas del sesen-ta –las del ELN y el MIR- el MRTA, en 1984, toma las armas. Quien haya vivido su juventud en los ochenta, sobre todo en las universi-dades nacionales, no pue-de decir que nada supo de este drama histórico.

HECHO FUNDACIONALEs el caso del escritor piu-

rano Roberto Talledo, quien con una prosa ágil y preci-sa, en su novela “Entre búfa-los y rábanos” nos enfrenta a una historia en que la vio-lencia golpea a todos. El pro-tagonista no será la excep-ción, nace en cuna aprista y cuando llega a Lima, a fines de los años setenta, cono-ce a Carlos Steer Lafont, el militante aprista que ultimó en 1935 a los esposos Miró Quezada, asesinato que en-frentó a muerte a El Comer-cio con el partido de Alfonso Ugarte. Pugna que duró me-

dio siglo y cuyo fin queda evi-denciado por las largas y có-modas entrevistas al nuevo jefe del Apra en el decano. Asesinato que Talledo inclu-ye en su narración y que es una suerte de hecho funda-cional de nuestra política. No podía saber Steer a sus 18 años que su acto por el que purgó más de dos dé-cadas de prisión sería re-petido pocos años después por sus propios compañe-ros y por leninistas, trots-kistas y maoístas.

RECÍPROCOSCALIFICATIVOS

El título de la obra alude a los adjetivos con los que se atacaban apristas y marxis-

tas. Los primeros eran llama-dos búfalos porque según los izquierdistas el único ar-gumento de los apristas era la violencia, pero muchos se-guidores de Haya de la Torre lo recibían como elogio, pues los vinculaba al accionar he-roico de Manuel “Búfalo” Barreto en la revolución de Trujillo. Rábano alude a los colores de la hortaliza, rojo intenso por fuera y blan-co por dentro. Los apris-tas al decirle rábano a un iz-quierdista le decían que era un subversivo de palabras, pero que era incapaz de ha-cer realmente la revolución.

Talledo llega a San Mar-cos cuando la vivienda uni-versitaria pasaba de manos

de Patria Roja a las de Sen-dero. Asoma en su narración Alfredo Crespo, quien en ese entonces era ya dirigen-te universitario de los maoís-tas: “Cuando vi a Alfredo metido en esa jaula de rejas metálicas con el uniforme a rayas de los acusados por te-rrorismo sentí una conmo-ción tremenda.”

Talledo abandona la vi-vienda de estudiantes para vivir con su primo en Pueblo Libre, un joven estudiante de medicina y melómano cuya clandestina vida de funda-dor del MRTA, que nuestro

escritor ignoraba, llevará a nuestro narrador a Seguri-dad del Estado y a la Dinco-te, cuando ya pensaba que había dejado atrás la guerra de Sendero. Su primo Ja-vier había caído en una ac-ción subversiva. Solo que-daba huir. En Piura la casa de sus padres fue allana-da. El Estado le perseguía. Nada tenía que ver con la subversión, pero quizá esto lo hacía más indefenso.

EL AMORNi los coches bomba, ni

los paros armados, ni los

ajustes de cuentas revo-lucionarios y contrarre-volucionarios, evitaron que Fiorella apareciera y con ella el amor. Pero nada ni nadie podían li-brarse de la guerra. Del campo a la ciudad la es-trategia maoísta pare-cía indetenible. Luego de la muerte de Javier y de su paso a la clandestini-dad, Talledo perdió de vis-ta a Fiorella. Nunca más la volvería a abrazar. Como dice el mismo Talledo: “Había dos razones por las cuales desaparecía un estudiante de las aulas de clases. Una porque se ha-bía enrolado a Sendero Luminoso o al Movimien-to Revolucionario Túpac Amaru. Y otra porque ha-bía muerto.” Fiorella se había puesto “el hábito de Sendero”.

No puede haber fina-les felices en una historia como esta. Talledo, como extrayendo una lección de lo vivido, reflexiona: “Nos equivocamos Fiorella, nue-vamente. No te parece que nuestros pueblos debe-rían estar llenos de monu-mentos a la equivocación, al error, a la desilusión, a la desesperanza. Aunque de cierta forma lo están. Sí Fiorella, la cagamos. Tú en tu loca carrera hacia la muerte y yo cómodamen-te instalado en el sofá de la indiferencia, sin saber por dónde coger a la bestia.”

Dato: Talledo, Roberto, Entre búfalos y rábanos, Quito: Sietevientos Edito-res, 2014. Talledo se gra-duó en Ciencias Adminis-trativas en la Universidad Nacional Federico Villa-rreal. Actualmente reside en Quito, Ecuador.

CARLOS CASTRO M.@carloscastrom66