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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN CARTAS DE UNA ESPERA VANGUARDIA | LUNES 10 DE JULIO DE 2011 | NO. 280 | WWW.SEMANARIOCOAHUILA.COM

Semanario: Cartas de una espera

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En México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) asegura que desde 2006 a la fecha, se han reportado más de cinco mil 300 personas extraviadas o ausentes. En Coahuila las autoridades han registrado 218 denuncias desde 2006.

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P E R I O D I S M O D E I N V E S T I G A C I Ó N

CARTAS DE UNA ESPERA

VANGUARDIA | LUNES 10 DE JULIO DE 2011 | NO. 280 | WWW.SEMANARIOCOAHUILA.COM

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CartasaundesaparecidoEn México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) asegura que desde

2006 a la fecha, se han reportado más de cinco mil 300 personas extraviadas o au-sentes. La verdad es que no existen cifras reales del problema. En Coahuila las autori-dades han registrado 218 denuncias desde 2006. De febrero a la fecha, tan solo el organismo FUNDEC ha sumado 67 expedientes nuevos. Todos hombres, en su mayoría

entre 20 y 30 años. Como las autoridades no registran avance alguno, son las madres quienes se convierten en detectives incansables para mantener vivo el expediente de sus hijos. Aquí los relatos con destinatario del camino que han seguido para volver a ver a quien tanto aman.

TEXTO Y FOTOS FRANCISCO RODRÍGUEZ

Lunes 10 de julio de 2011 VANGUARDIA 3

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4 VANGUARDIA Lunes 30 de mayo de 2011 4 VANGUARDIA Lunes 10 de julio de 2011

Juanito: Estás por cumplir 24 años. Más de dos años que no sé de ti, desde ese nueve de abril de 2009; un jueves santo. Estoy sola. Karen, tu esposa, se fue con Falom a casa de sus papás y ya se mudaron a So-nora. En marzo me habló la niña porque se le fracturó la tibia en la gimnasia. “Quiero ver a mi papi Juan, tráemelo”, me decía y eso me destroza. Le digo que le rece a Dios pero me dice “no me escucha”. Ya va a cumplir cuatro añitos.

Cuando te llevaron fui a todos lados y en todas partes te tratan como delincuente. Después de cuatro meses vinieron judiciales a hacerme preguntas. Conseguí una cita en la PGR, pero no regresé. Te sientes con miedo. Fui al campo militar y me dijeron “ya no lo busque, ya no va a regresar, mejor quédese con los hijos que tie-ne”. Me asustó más eso. Me dicen que te tienen en la sierra. Me siento desprotegida. Cómo pueden decirte eso, en qué manos estamos. Basta ya.

Recuerdo que el domingo siguiente apareció el ca-rro en la colonia Estrella. Un amigo tuyo nos habló. Sí era pero nadie se quedó a vigilar. Regresamos al día siguiente y ya no estaba.

¿Sabes? Un vecino me invitó a la oración y aunque

sigo siendo católica, ahí me atrapó Dios. Antes me salía con el coche y quería hacer lo peor. Todo este tiempo ha sido de frustración, de dolor. Había días en que le decía a tu hermano que me durmiera y que me despertara cuando regresaras. Me habla a diario. Sé, en el fondo, que van a llegar nuestras oraciones a Dios porque somos muchas madres en esta situación. Yo le digo a Dios que como estés, así sea muerto, quiero tenerte, quiero saber de ti. No me rindo. Ahora tengo mi llama muy grande, enorme.

Un día soñé que venían todos juntos (los desapareci-dos) y tú, Juanito, estabas al frente y me gritabas ¡Ma-dre! Y corría y no me salía la voz, no tenía fuerzas.

Hoy extraño todo de ti, hasta tu música estridente que ponías. Tu ropa la tomo y la huelo. Extraño que nos peleemos por el carro. Extraño que la bebé se duerma conmigo y luego tú cuando venías y después mi nuera y ahí estábamos todos juntos, apretados. Por eso a veces agarro tu foto y me acuesto con ella, la abrazo. Parece como si fuera ayer cuando de niño te dormías conmigo porque batallabas para respirar.

Tus hermanos están muy gordos. Les dicen que es cuestión emocional. Todo se remueve. Pero aquí si-

guen. Hemos aprendido a sobrevivir.Trato de acomodarte tu ropa de diferente forma,

como si estuvieras aquí. Tu perrita, ‘Epi’, ahí sigue la-dre y ladre. Me dicen que la regale, pero no porque el día que vengas sé que vas a querer verla. Todo lo hago pensando en ti. Le presté la compu a tu hermana pero le dije que cuando regresaras te iba a comprar una porque esa ya la utilizó mucho. Siempre compro el jamón que te gusta para cuando regreses.

La ventana de la sala la tengo abierta para escu-charte cuando me grites ¡Madre! Cuando ‘Epi’ ladra en la noche, me asomo a ver si eres tú. Pero no. Todas las noches es lo mismo. A veces oigo ¡Madre! Pero no eres tú. No eres tú. No es nadie.

Ya quiero que vengas pronto. Te amamos. La bebé te necesita. Cada momento pienso en ti. Toda la familia. Mi mamá ha estado mal desde que desapareciste.

Tu madre, Alma, ésa que hoy quiere escuchar

tu música estridente

Juan Antonio Ornelas Solís, dos años y tres meses desaparecido

“Parece como si fuera ayer

cuando de niño te dormías conmigo

porque batallabas para respirar”

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Lunes 10 de julio de 2011 VANGUARDIA 5

Jesús Daniel Flores García, un año y dos meses desaparecido

Chuy, mi criatura: Quiero que sepa que le seguimos buscando y no descansaremos hasta encontrarlo vivo. Hacer esta carta nos llena de lágrimas, angustias, dolor y des-esperación. Sepa, mi criatura, que nuestros corazones y pensamientos están con usted. Cada momento le pedimos a Dios en nuestras oracio-nes que lo proteja, le dé fortaleza y mucha fe, y lo ayude. Sabemos que Dios nos hará el milagro de tenerlo de nuevo con nosotros.

También pedimos en nuestras oraciones por esas personas malas, para que les ablande el corazón y lo dejen libre a usted y a tanta gente que tienen privada de su libertad. Nosotros, los padres, hermanos, sufrimos infinitamente. Por eso le pido también por esas personas, porque son las que han causado éste sufrimiento que tenemos. Pero sé que entre esa gente mala tiene que haber una persona que tenga sentimientos, porque ellos también tienen padres, hijos y hermanos.

Su hermano Óscar nos llama to-dos los días en las noches después de salir de trabajar y nos pregun-ta qué hemos sabido de usted. Se siente muy triste y cada día nos da palabras de aliento. Dice que va a regresar en cualquier momento. Su hermana, Rocío, siento que le afec-tó mucho más. Pregunta mucho por usted y nos dice que todo el día piensa en nosotros y que los niños, sus hijos, le preguntan por su tío Chuy. Que si ya regresó. Ella siente eso porque también tiene sus hijos. Hace sus oraciones todos los días pidiendo a Dios por su regreso. Los dos siguen en Estados Unidos. Me preguntan que si se vienen para acá pero yo les digo que no, que tienen que hacer sus vidas.

Israel, su sobrino, cada bimestre saca el primer lugar en su salón y éste último bimestre le mandaron llamar a su hermana y a su esposo para darles la noticia y felicitarlos porque se sacó promedio de A en to-das sus materias y su foto está a la entrada de la escuela. Me comenta Rocío que Israel pregunta mucho por mí porque quiere enseñarme todos sus trofeos y medallas que se saca en su escuela. Pero yo desde que usted desapareció me regresé de At-lanta y no volveré. Recuerdo cuando

me hablaron por la mañana porque no aparecía y pensé lo peor. Me solté a llore y llore en las calles de Atlanta. Desde entonces no encuentro tran-quilidad. Duermo poco.

Nosotros no le hicimos mal a na-die, ¿por qué está pasando esto? No disfrutar de nuestros hijos es un dolor muy grande. Tengo coraje. ¿Por qué? No me puedo dar explica-ciones. Me pregunto, me pregunto y no encuentro explicaciones. Creo que eso va a quedar hasta que uno se muera.

Su mamá me contó que ese día que desapareció, había tenido un sueño muy extraño y todo ese día estaba muy inquieta. Tenía un mal presentimiento. Mira lo que fue a pasar. Me siento impotente y con mucho coraje. No hay paz, no se puede. Pero no me rindo, no pierdo las esperanzas.

Su mamá y yo pusimos un peque-ño negocio de comida. Vendemos burritos, sopes, hamburguesas, flautas. Nos va más o menos; no ga-namos mucho pero no nos rendimos

y la estamos pasando bien. Con la ayuda que nos manda su hermano, ahí se hace. Su mamá se está con-trolando la diabetes aunque está muy triste. Siempre andaba usted con ella a todas partes. Siente que le falta parte de su corazón y pronto lo va a recuperar con el milagro que le va a hacer la Virgen María y nuestro Señor Jesucristo.

Sepa Chuy que todas sus perte-nencias están intactas, excepto al-guna ropa que se llevó su novia Tere cuando se fue, hace nueve meses. También se llevó su bicicleta. Su moto la prendo de vez en cuando y me doy mis vueltas. Compramos un carro para podernos mover. El tsuru gris que nos vendió su tío Pepe. Pí-dale mucho a Dios, récele el padre nuestro y pida con mucha fe estar en casa con sus papás. Lo quere-mos y extrañamos porque usted es nuestra criatura.

Sus papás: Óscar

y Carmen y sus hermanos, Óscar y Rocío.

Chuy, mi criatura: “Quiero que sepa que

le seguimos buscando y no descansaremos hasta

encontrarlo vivo”

Lunes 23 de mayo de 2011 VANGUARDIA 5Lunes 10 de julio de 2011 VANGUARDIA 5

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6 VANGUARDIA Lunes 30 de mayo de 2011

Chino: Yo me siento como un sonámbula. Estoy viva porque respiro. Siento que voy a caer cuan-do llegues. Nomás lo estoy esperando. Esto no es vida. Le pido a Jesús, ‘Señor, ya que sea tu voluntad. Fortalécelo, dale fuerzas’.

Cuando te llevaron mi nuera nos habló y nos ex-trañó muchísimo. Te buscamos en las cárceles, en hospitales, en Semefos. Pusimos denuncia el lunes. Pero te atemorizan mucho, que te podía pasar algo. En estos momentos sólo espero que Dios les cambie el corazón a quienes te llevaron.

Recuerdo que los primeros días yo decía “aho-rita va a llegar, ahorita va a llegar”. Y nada. Tam-poco ha regresado David, tu amigo. Sabemos que tú no hubieras soportado si eso le pasaba a alguien de nosotros. Sé que pronto vamos a es-tar juntos. Aguanta.

Ivonne, tu hermana, a veces se pregunta por

qué sigo de pie, pero sabe que lo único que me mantiene viva es esperarte.

Tu hijo, Sebastián, pregunta cuándo vas a re-gresar. Ocho años ya tiene. Un día le contó a tu mamá que estaba jugando y que apareciste y te preguntaba por qué no venías, por qué te habías ido y que después llegó un ángel y te llevó. “Llegó un ángel mami y se lo llevó”, le contó a tu mamá. ¿Qué fue eso, Carlos?

Tu hija, Abigail, ya tiene 13 años y yo la veo muy rebelde, con coraje. Tratamos de cubrir las responsabilidades con los niños pero no tene-mos el apoyo de su madre. Tu hermana quisiera estar más al pendiente de tus hijos, revisarles la tarea, pero no se puede. Ya no está el que les exi-gía. Ella no les exige.

A Bibiana, tu hermana, le ha afectado mucho todo éste tiempo. Está muy triste, se ve como

“El amor que te

tenemos te va a sacar del mismo infi erno”.

Carlos Gerardo García Zapata, dos años y ocho meses desaparecido

6 VANGUARDIA Lunes 10 de julio de 2011

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Lunes 10 de julio de 2011 VANGUARDIA 7

Javier B.dos años y ocho meses desaparecidoLuis Carlos B. un año y 10 meses desaparecido Javier, ya vas a cumplir tres años que no sé nada de ti. Y tú, Luis, mijo, casi dos

años que a ti te llevaron. ¿Por qué?En la maquila donde ibas a trabajar ese día, Luis, no tienen registro de tu

entrada. Jamás llegaste. Nadie vio nada, nadie quiso decir nada. Mis nietos ya

tienen 12, 10 y seis años. Preguntan a cada rato por ti.Tú, Javier, maestro pensionado. Qué pedo decir de ti, si todos en el barrio te

querían. Vivimos de tu pensión. Siempre tan sociable; te gustaba ayudar a la

gente, a repartir las despensas de la Presidencia.Cuando desaparecieron nos fuimos a Torreón y vivimos en casa ajena. Las

autoridades nos recomendaron que no regresáramos a Matamoros. Mi nuera

se fue con su mamá. Vivimos con la incertidumbre de no saber qué pasa con

ustedes. Únicamente le pedimos a Dios que los cuide donde quiera que estén.

Ya tenemos tiempo desde que regresamos a Matamoros.Nancy, la más chica de mis hijas, está encerrada todo el tiempo. No quiere

que nos riamos, qué festejemos o que juguemos con los niños. Pero tenemos

que sacarlos adelante. Dios nos ha dado fortaleza porque esto es para volverse

loca. Pero sólo Dios sabe hasta dónde soporta uno. Nadie nos apoya, hasta

familiares se han alejado de nosotros. Quizá por miedo. Las mamás les gritan

a los niños que se alejen de la casa, que no se junten con nuestros hijos, con

mis nietos.Se nos hacía imposible y ya van a pasar tres años. El miedo ya lo perdimos,

pero sí vemos alguna camioneta sospechosa nos asustamos. Al principio te-

níamos mucho miedo si tocaban la puerta. Pero ahora es la esperanza de que

¡tocan! Tenemos la esperanza de que digan “soy yo, tú papá”, “amá, ya estoy en

la casa”.Siempre los soñamos bien, en la sala, todos juntos. Javier, ‘Camila’, tu perra,

ya murió. Esa noche que te desaparecieron aulló y aulló. Todo este tiempo se

la pasó en la sala, esperándote, sin ladrar. Hasta que murió. Yo digo que de

tristeza.Yo le pido a Dios que no pierdan la esperanza. Quiero decirles que pronto

van a estar con su familia. Nosotros estamos bien, ustedes échenle ganas, no

se preocupen por nosotros. Aquí los esperaremos. Sepan que no los hemos

olvidado, los vamos a encontrar. Los extrañamos mucho. Siempre los tenemos

presentes. No se dejen caer.

Su esposa y madre que sigue de pie

perdida. Pero se hace la fuerte para ayudarme. Sabemos que no estás en un paraíso, pero tú tie-nes que regresar. Ivonne ve a Cristian (hermano) con mucho coraje, como con ganas de pisar a la gente. Aaron, tu sobrino, está muy resentido. Sabes que te quiere mucho. Ahora quiere ser soldado para buscarte.

Ahora ya no está nuestra alma de la fiesta. Ya no se festeja nada. Pero si tenemos una celebra-ción ponemos tu plato porque sabemos que es-tás con nosotros.

Cuando te llevaron, Ivonne se imaginó que te-nía que ver con tráfico de órganos, después que te podían tener de esclavo, como eres bueno para la carpintería. Luego, cuando descubrieron esos narco túneles revestidos de madera, pensó que te tenían ahí trabajando. Sigue pensando eso.

No sabemos si comes, si sientes frío, cómo te traen. Esto no es vida. Si te están golpeando, tor-turando, si te están drogando; cantidad de cosas que pienso por las noches. Son noches sin dor-mir, noches inquietas. Me pregunto: ¿Por qué?

Después de dos años vinieron los agentes a preguntar. ¿Qué les decíamos? Que eres una persona muy noble, siempre tratando de ayudar a los demás. Que tenías respuesta para todo y para todos. Que aquí todos los vecinos recuer-dan aquella vez que trepaste a un árbol para sal-var a un niño que se estaba electrocutando y le diste primeros auxilios. Que los matachines de la danza te extrañan. Que a mucha gente le ha dolido que no estés y que tratan de no tocar el tema para no lastimarnos.

Ivonne sueña que la quieren atrapar y que tú la defiendes. O que están en el mar, sentados los dos. Yo siempre te sueño lloviendo. Veo que me sigue al-guien, que trae cachucha, lentes, pero no le puedo ver la cara, ni tu mechón de canas. No lo reconozco y luego pienso en tu mano, esa que te accidentaste y que el dedo te quedó picudo. Entonces veo que es tu mano, que eres tú y te digo que nos vayamos a la casa, pero serio me dices que no.

El amor que te tenemos te va a sacar del mis-mo infierno. Querido hijo, confío en Cristo Jesús y tengo mucha fe en que estás bien. Y la Virgen de Guadalupe te cuide y te protege. Tú eres toda mi vida. Te amo, te extraño y espero estés pron-to de regreso a casa, con toda tu familia. Ten mucha fe en Cristo, él es misericordioso y nos ama, todo se puede. Cristo nos fortalece, todo es posible porque tenemos mucha fe.

Tu madre que te ama y te extraña. Hasta pronto.

Besos. Rosalbina

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Cachorro: Por momentos como que me voy de la realidad. Se me olvida a dónde voy y me da miedo. Tengo miedo de un día no saber ni a dónde voy. Sé que cuando regreses no vas a llegar bien y por eso quiero estar fuerte para ayudarte. Pero es bien di-fícil. Aparte de que uno es señalado. Dicen que tú, que ustedes los desaparecidos son criminales. Qué saben ellos.

El director del Centro de Rehabilitación me dijo que la última vez que hablaron con ustedes fue en Mata-moros; que los había parado una patrulla. Después ya nadie contestó. Los buscó en la cárcel y en ningún lado estaban. La policía de Matamoros no quiso dar los nombres de los elementos que los detuvieron.

Yo duré tiempo para asimilar tu desaparición. An-duvimos entregando volantes pero nada. Poco a poco he aprendido a vivir con ese pedazo de corazón que me falta. Deprimida o no tengo que seguir. A veces me entra la desesperación y cuando pasa eso prefie-ro distraerme para no caer.

Tus hermanos me dicen que no me detenga. A ve-ces los veo enojados. He hecho mi vida lo más normal que puedo, pero faltas tú. Extraño tu buen humor. Recuerdo como me agradecías por haberte metido al centro de rehabilitación. Ahorita tienes 20 años. Cuando puse denuncia no dijeron nada, ni siquiera buscaron.

Siento coraje, impotencia. Me da mucho coraje cuando en la Procuraduría me dicen que tenga pa-ciencia cuando ni han visto el expediente. Quisiera ahorcarlos.

Cuando escucho tu música me acuerdo mucho de ti. En tres momentos he llegado a la desespera-ción por no tenerte y le he pedido a Dios una señal. Esas tres veces he soñado que estás bien, que me abrazas y que me dices que vas a venir pronto. Me levanto con más ganas de buscarte. Siento que vas a regresar.

Los días de la madre no son los mismos. Recuer-do que me hablabas muy temprano. Tus cumpleaños tampoco es lo mismo. Me siento frustrada de no po-der tener tus cariños, aunque fueran aquellos cuan-do me alborotabas todo el pelo.

¿Te acuerdas de la Virgen que me regalaste? Le prendí una veladora. En el Centro me preguntan por ti, te extrañan.

A tu abuelita le dio una embolia pero ya se anda recuperando. Te llora mucho. Mi papá falleció en oc-tubre pasado. Antes de fallecer me dijo que si tenía noticia de ti; aún en sus últimos días se acordaba de ti.

Por eso quiero seguir con fuerzas para seguir. No pienso dejar de buscarte. Si un día regresas y ya no estoy, quiero que sepas que tu mamá siempre te

buscó. Quiero encontrarte de cualquier forma, como sea. Sé que tengo que estar consciente de cómo en-contrarte, pero quiero encontrarte.

Te extrañamos mucho. No voy a detenerme hasta encontrarte. Donde quiera que estés no pierdas la fe en Dios; no te dejes vencer, ten fuerzas para volver con nosotros.

María, la viejilla loca de tu madre.

SEMANARIO

Israel Torres Lazarín, dos años y un mes desaparecido

“Dicen que tú, que ustedes los

desaparecidos son criminales. Qué saben ellos”.

Page 9: Semanario: Cartas de una espera

Galli: Desde que te fuiste nuestra vida cambió. Veo tu

foto y te hablo; porque mi vida sólo tiene sentido para

buscarte. Eres mi chiquito, 22 años tienes ahora. Te

necesito. Nuestras comidas, nuestros sueños ya no

son igual. Tu ausencia nos está aniquilando como fa-

milia. Ese día que te llevaron, nos llevaron también a

nosotros.Lo material no nos interesa. Sólo me interesa estar

bien por ti. Me levanto en la mañana y digo, ‘Señor,

un día más sin ver a mi hijo y un día menos para verlo’.

No necesito nada más. Te necesito y sé que me nece-

sitas. El no saber dónde estás es desgastante. No me

interesa si tengo agua, luz, si no te tengo.

Tu papá anda de trabajo en trabajo. Duró mucho

tiempo con resentimiento. Ya no, que Dios los ben-

diga, dice. Está cañón. A partir de que te llevaron,

todo lo malo nos pasó. Pero la fe nos ha permitido

mantenernos con fuerza. Incluso soportar lo que di-

cen de ti. Da tristeza escuchar que digan que eras

esto y aquello, que llegas a las cuatro de la mañana y

nos das dinero; ellos qué saben.

Aún recuerdo cuando te llevaron. Escuché un gol-

pe y grité ¡Edson! Se llevaron a otro chavo contigo.

Se parece a ti. Los primeros días me quedaba dor-

mida en el sillón, esperándote y tu papá en el piso.

Hoy preferimos dormir en tu cuarto. El primer año

nadie entró.

Tu papá se entrevistó con alguien de antisecuestros

pero dice que puras preguntas fuera de onda. Estúpi-

das. “A lo mejor andaba mal su muchacho”, le dijeron.

Jamás regresamos. Si los que te conocemos sabe-

mos que eras muy tranquilo, serio, risueño, fiel con

los amigos.

Tenemos la esperanza que vas a regresar. Necesi-

to sentir que estoy haciendo algo por ti. Que aunque

estés lejos sepas que estás en nuestro corazón. A tus

hermanos les puede. Hace como mes y medio, cuan-

do hablaste con tu hermano a Guamúchil, sentí mu-

cha fuerza. Porque sé que eras tú: “Hazme un paro,

estoy desesperado”, le dijiste a tu hermano y colgas-

te. Estamos seguros que sí eras tú. Sí eras. Por eso

sé que estás vivo. Pero todo se lo dejamos a Dios. Lo

tomamos con tranquilidad.

Ya tienes un nuevo sobrino y se llama Edson, como

tú. A Chori (sobrina) le caló mucho que te llevaran.

Extraña pelearse contigo. Se la pasa escuchando las

canciones que te gustan. Es muy triste. Tu papá ve tus

tenis, tu ropa y se va pa´ abajo. Llora. Yo lucho con

él diariamente. ‘Mira viejo vamos a echarle ganas, te

llega a pasar algo y yo qué hago’. Tenemos que estar

fuertes los dos para enfrentar lo que sea. Él por mo-

mentos ha perdido la fe. Duda del gobierno, de las

autoridades. Pero tratamos de seguir con fe porque

es lo que muere al último.

Nos ha afectado como pareja. Hemos buscado

ayuda psicológica pero sobre todo ayuda a Dios.

Nos bajaron 10 mil pesos en las primeras semanas.

Dijeron que te iban a entregar y yo fui a comprarte

tu leche y tus pingüinos que tanto te gustan. Pero no

te trajeron.

Hay días en los que no quiero nada, pero me acuer-

do de ti y me vuelvo a levantar. Eres mi motor, la nece-

sidad de verte, de decirte lo mucho que te queremos.

Anda uno en una fiesta y trae el dolor, el pensamiento.

Tu papá ya ni pone atención a los juegos de vetera-

nos. Dice que quisiera tenerte y que le ensucies sus

tenis, como siempre. El coche anda derrumbado, se

descompuso la marcha y se le oye un balero. Le di-

cen que lo venda pero tu papá no lo hará hasta que

llegues.Cuando te sueño me lleno de esperanzas porque

me dices que ya llegaste y te veo bien, sonriendo.

Eso me fortalece. Pero también siento que todavía

no es el momento de que regreses. Nos falta un po-

quito. Siento que ya vamos en una recta final. Algo

bueno tiene que salir de todo esto; de éste agota-

miento físico y emocional. Extraño que me piques

las costillas. Recuerdo cómo te gustan los días nu-

blados y ahora casi ni ha habido. Yo creo que vas a

llegar un día de lluvia.

Sandra, “La Choncha”, ha ido a identificar muchos

cuerpos. Hablamos a tu teléfono y contesta una mu-

jer. Nadie la ha investigado. Un día vino gente de la

PGR para ver si teníamos noticia tuyas.

Sé que donde estés mi Dios te va a dar fuerza. Eres

valiente e inteligente. Acuérdate que tienes unos pa-

dres que te aman. Siempre trato de verte riéndote.

Trato de acordarme de los buenos momentos porque

eso es vida para seguir. Es mi motor. Aquí vamos a

esperar. Tenemos la ilusión de verte.

‘Beibi’ y ‘cala’,

tus padres.

P.D Aquí está ‘la nave

’, cuando

regreses será tuya par

a que

hagas lo que quieras.

‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘‘BBBBBBBBBBeeeiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiibbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbiiiiiiiiiiiiiiii yyyyyyyyyyyy ccccccccc

tttttttttttttttttttttttttttuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuussssssssss pppppppppppppppppppppppppppppppaaaadddddddddrrrrrrrreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeessssssssssssss.........

AAAAAAAAqqqqqqqqqqqqqqqqqqqqqquuuuuííí eeeeeeeessssssssssssssssttttttttttttááááááááááá ‘‘‘‘‘llllllllllllllllllllllllllllllllllllllaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa nnnnnnnnnnnaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaavvvvvvvvvvvvvvveeeeeeeeeeeeeeee’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’,,,,,,, ccccccccc

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aaaaaaaaaaaasssssss llllllloooo qqqqquuuuueeeeeee qqqqqqqqqqqquuuuuuuuuuuiiiiiiiiiiiiiiiiiiieeeerrrrrrrrrrrrrrrrrraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssss........llllllooo

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sesppavvvvveerraaaaaaaaaaaa

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eeeessssssssttttqquu eeeee,,

ttttttttttttu dddddrrrreeeaaaddd

Edson Amadeo de la R

osa García,

dos años desaparecid

o.

Page 10: Semanario: Cartas de una espera

Uno, dos, tres años y contando…En febrero de 2010 se creó en Coahuila la Fis-calía Especial para los desaparecidos, apenas unos días antes que personal de la ONU visitara Saltillo para reunirse con familiares de desapa-recidos.

La Fiscalía Especial ya contabilizó 218 perso-nas desaparecidas desde el inicio de la adminis-tración; mientras que se han localizados única-mente a 15 personas vivas, según Jesús Torres Charles, titular de la Fiscalía.

El Fiscal asegura que la mayoría de las desapariciones suceden en el nor-te del estado. En su última declara-ción sobre el tema, reconoció que el problema es delicado, por lo que se necesita atención especializada:

“No es algo que puede hacer cual-quier agente del Ministerio Público. Hay que saber atender a las personas, tener un protocolo y requiere más de-dicación de tiempo completo”.

Así mismo, la Fiscalía Especial está integrando un banco de ADN para practicar los dictámenes de genética forense a las familias y está regulari-zando las averiguaciones previas, en muchos casos después de casi tres años de haber interpuesto la denuncia.

Después de la visita de la ONU, el Grupo de Trabajo emitió un comunicado donde pedía al gobierno mexicano la salida del ejército de las calles ante las investigaciones que grupos mili-tares, en algunos casos, eran los responsables de ciertas desapariciones.

El gobierno no hizo caso. El tres de mayo el Se-cretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, anunció en Torreón que enviaría mil soldados (adicional a los que ya había) y 280 policías fe-derales para combatir a la delincuencia, después de un reclamo enérgico de los empresarios lo-cales por la muerte del socio de LALA, Carlos Valdés Berlanga.

Semanas antes, el Presidente Felipe Calde-rón visitó Torreón. Un grupo de FUUNDEC se manifestó a las afueras del hotel Crowne Plaza, con las imágenes de familiares desaparecidos. El Estado Mayor Presidencial los bloqueó con tráileres.

El 23 de julio, las 185 familias que agrupa FUUNDEC, tendrán una audiencia con el Se-cretario de Gobernación, Francisco Blake Mora y la Procuradora General de la República, Ma-

risela Morales. El objetivo es analizar cada uno de los expedientes y estudiar la posibilidad de que sean atraídos por la PGR; además, que la misma dependencia cree una subprocuraduría especializada y elabore un censo nacional sobre desaparecidos, donde incluyan un banco nacio-nal de información genética de los familiares.

DELITO NO TIPIFICADOSegún el informe preliminar del grupo de tra-bajo de las Naciones Unidas, la desaparición forzada es un delito autónomo en el Código Penal Federal así como en la legislación penal de sólo siete Estados (Aguascalientes, Chiapas, Chihuahua, Durango, Distrito Federal, Nayarit y Oaxaca), mientras que en los 25 restantes no se encuentra tipifi cada. Además, la legislación penal de la Federación y los Estados que han tipifi cado la desaparición forzada no utilizan la misma defi nición.

Asimismo, la mayoría no incluye la posibili-dad de que las desapariciones forzadas sean perpetradas por grupos organizados o particu-lares que actúen en nombre del Gobierno o con su apoyo direc-to o indirecto, autorización o aquiescencia.

“Las inconsistencias de la defi nición del delito de des-aparición forzada en relación con la declaración y otros instrumentos internacionales relevantes, así como el hecho de que la gran mayoría de los Estados no hayan tipifi cado la desaparición forzada como un delito autónomo, contribuyen

a la impunidad”, opinó el grupo de la ONU.Además, el Grupo de Trabajo aseguró que re-

cibió múltiples testimonios en México de casos en que la privación de la libertad, aún pudiendo enmarcarse bajo el delito de desaparición for-zada, es clasifi cada bajo delitos distintos tales como el secuestro o el abuso de autoridad. En otros casos las personas son simplemente con-sideradas “extraviadas” o “perdidas”, sin consi-derar que pudieron haber sido víctimas de una desaparición forzada.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos registró un aumento sostenido en el número de quejas sobre desapariciones forzadas, pasando de cuatro quejas en el año 2006 a 77 en el año 2010.

El grupo de la ONU observó que no existe una política pública integral que se ocupe de los diferentes aspectos de prevención, investi-gación, sanción y reparación de las víctimas de desapariciones forzadas. Tampoco, según el in-forme, pueden adjudicarse sin una adecuada y completa investigación penal, los casos de des-apariciones forzadas exclusivamente al crimen organizado.

En Coahuila la desaparición

forzada no es un delito tipifi cado,

los casos se archivan sólo

como personas extraviadas

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POR FRANCISCO RODRÍGUEZ

Yolanda Morán recordó la pregunta de su nieto Dan antes de llegar al Castillo de Chapultepec el 23 de junio: “Vas con Calderón a

que te regresen a mi papá”. También pensó en los hijos, nietos, hermanos, madres… de 185 hombres desapare-cidos en Coahuila desde 2006. Enton-ces, antes de entrar al Diálogo por la Paz, Yolanda, madre de Dan Jereme-el Fernández Morán, desaparecido en Torreón el 19 de diciembre de 2008, estaba decidida a hablar, a arrancar la palabra de ser necesario.

Yolanda fue la primera de 13 víc-timas que ingresó al Castillo de Cha-pultepec y la última en hablar porque no estaba programada. Cuando entró y miró a tanta gente recordó a todas las

víctimas que se quedaron afuera y cuyo sitio fue ocupado por un “invitado espe-cial”. Pensó en los padres de los niños fallecidos en la tragedia de la guardería ABC.

Sentada, sacó unas tarjetas y escri-bió en cada una: “Me puede dar cinco minutos. Gracias”. La idea era entregár-sela a cada Secretario que se acercara a saludarla. Logró otorgar una tarjeta a Marisela Morales titular de la PGR y Francisco Blake Mora, Secretario de Gobernación. Pero transcurrió casi tres horas y Yolanda no había hablado. Por su mente naufragaba la idea de levantarse e insultar al Presidente. “Si Joaquín Sabina lo insultó y después lo invitó a su casa, ¿por qué no habría de hacer lo mismo conmigo”, se preguntó.

Cuando el Presidente Calderón se dirigió al escritor Javier Sicilia, en una parte de su lectura dijo: “…No le plati-

caron en Torreón las familias angustia-das de cómo secuestran a los suyos…”. Yolanda era una de esas familias angus-tiadas. ¿Por qué no platicar ahora?

La señora María Elena Herrera habla-ba de sus cuatro hijos desaparecidos cuando Yolanda sacó su libreta y escri-bió unas palabras que prefiere omitir. Llamó a una chica del Estado Mayor Presidencial y le pidió si podía entre-garle la hoja al Presidente. Se olvidó de las advertencias, de las órdenes pre-vias, de las sentencias del escritor Ja-vier Sicilia para evitar faltas de respeto, interrupciones y mantener la orden con disciplina.

La voz con tono sacerdotal del Se-cretario Blake Mora anunciaba el fin del diálogo cuando en un arrebato de dolor, Yolanda Morán se paró y gritó “¡Permítame Señor Presidente!”. Cal-derón le cedió la palabra y ella leyó.

En el

encuentro de

Javier Sicilia

con Felipe

Calderón,

Yolanda

levantó la

voz por su

hijo y por los

más de 185

desaparecidos

en Coahuila.

Fue así como

el Presidente

les agendó

una cita a las

familias de

FUNDEC el

próximo

23 de julio

PRÓXIMO 23 DE JULIO

COAHUILA CITA AL PRESIDENTEPARA UNA EXPLICACIÓN

La caravana encabezada por Sicilia, que culminó con este encuentro, visibilizó los desaparecidos de Coahuila.

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Habló sobre su hijo pero también so-bre 185 desaparecidos en Coahuila; pi-dió que no se les llamara baja colateral. Aseguró que ninguno ha sido rescatado y que cada día desaparecen más. Que no se apellidan Martí ni Wallace ni Fer-nández de Cevallos pero que los aman igual. Solicitó, a nombre de FUUNDEC, la atracción de todos los casos por la PGR; solicitó una audiencia con PGR y la Secretaría de Gobernación. Recordó que ya lo habían hecho a través de dipu-tados y senadores panistas, sin respues-ta alguna. Les aseguró, como madre, que no la entenderán porque nunca han parido un hijo. Los exhortó a que no los den por muertos ni los busquen sólo en fosas.

“Sabemos que en Coahuila hay una gra-vísimo problema de desaparecidos. Se supone que ahí no pasa nada, para algu-nos, pero la verdad sabemos que hay un montón de desaparecidos”, concluyó el diálogo el Presidente Calderón.

Las cámaras no captaron que la pri-mera dama, Margarita Zavala se acercó a Yolanda. “Ten mi celular personal, si no te hablan para darte una hora, márca-me porque Felipe dio una orden”. Des-pués al Presidente Calderón le sujetó la mano en el saludo. Le soltó: “Señor Presidente, no nos abandone. Coahuila está muy abandonado. Nuestros hijos no tienen nada que ver en el problema po-lítico PRI-PAN. Nuestros hijos no tienen nada que ver en el problema Calderón-Moreira. No los deje como el relleno del sándwich. No son boletas de elección, son seres humanos que le lloran sus hi-jos. No nos abandone”.

Por la tarde se reunió con Marisela Morales y Francisco Blake Mora. Con el respaldo de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), exigió una audiencia paras las 185 fami-lias documentadas en Coahuila. Blake y Morales le arguyeron una comisión, que 185 eran muchas. Pero ella se negó. Al final accedieron y 185 casos de desapa-riciones en Coahuila se expondrán el 23 de julio.

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Dos años seis meses y cinco días… “Dos años, seis meses y cinco días tiene mi hijo desaparecido”, le dijo Yolanda Morán al Presidente. Cuando éste texto se publique se habrán acumulado más días.

Dan Jeremeel Fernández Morán desapare-ció el 19 de diciembre de 2008. Ese día ja-más pasó al aeropuerto a recoger a su mamá como cada año. Tampoco recogió a una hija en casa de una amiguita. Ese año la violencia en Torreón empezaba estallar como un globo con agua: 93 muertes violentas se documen-taron, 59 más que el año anterior. Por eso Yolanda imaginó lo peor. Con los días lo que imaginó se volvió realidad.

En la Procuraduría de Justicia la obligaron a soportar 72 horas (como a todos) para po-ner la denuncia. “Ahí ha de andar con una vie-ja”, le lanzaron. A los tres días levantaron un acta circunstanciada por la desaparición. En-tonces acudió a la dirección anti secuestros y dejó el perfil y datos de su hijos Dan.

El cuatro de enero Yolanda Morán reci-bió una llamada de Carlos Centeno, entonces Jefe Antisecuestros. Habían atrapado a bor-do del jetta de Dan, a uno de los asesinos del empresario regio, Rodolfo Alanís Applebaum; Ubaldo Gómez Fuentes “El Uva”, un ex mi-litar de inteligencia. Según Yolanda, cuando Centeno le preguntó al ex militar por Dan, sólo respondió: “A ese sólo lo levantamos por mamón”.

“El Uva” denunció a Carlos Palacios Quinte-ro, Carlos Navarro Valdez, a la dentista María de Jesús Guerrero Díaz, a Miguel Ángel Lara Mayorga y a Ricardo Albino Navarro Acosta. A los tres primeros la Fiscalía logró atrapar-los en una semana. Los presentaron ante los medios y los arraigaron. Pero jamás fueron acusados ni declararon por el robo de un auto ni por la desaparición del Dan Jeremeel, sólo por el asesinato del empresario.

Cuando pisaron el Cereso de Torreón. Yo-landa se entrevistó con “El Uva”. Pero nunca quiso hablar. “Notas la frialdad del hombre. Indiferente. Cínico. Nunca le saqué nada”, contó Yolanda. A los días, entró un coman-do armado a la cárcel y mató a los tres. Sólo quedó viva la dentista. Al año la Fiscalía cap-turó a Ricardo Albino, otro presunto asesino del empresario y ocurrió lo mismo: Yolanda le rogó por señas de su hijo sin resultados. Un mes después lo mataron en una riña dentro del penal.

Apenas en abril de éste año –más de dos

años después-, la mamá de Dan logró que le tomaran la declaración a la dentista María de Jesús Guerrero por la desaparición de Dan. Sin embargo, también en junio de éste año, reclasificaron la sentencia de Guerrero y la condenaron a seis años y seis meses.

Los llamados daños colateralesDan Jeremeel es licenciado en contaduría, 36 años hoy día. Trabajaba en ING Afores. Según su madre, era una persona reservada, de los que se quitan el bocado para darles a los que necesitan. Sensible. Introvertido. Popular. Tiene cuatro hijos. Su sueño era ser empresario, administrar un restaurante bar.

Esa navidad que desapareció Dan, su mamá y él hablarían de sus sueños; de in-vertir en un nuevo negocio. Meses después Yolanda Morán invirtió sus ahorros en tapizar la Laguna de espectaculares y pendones con el rostro de su hijo. Cerró el Bulevar Miguel Alemán en Gómez Palacio, Durango, para entregar volantes con la imagen de su hijo desaparecido. En cambio recibió de la gen-te insultos, groserías, rechazos. También la extorsionaron 18 veces, siempre con la es-peranza de pensar “y si ahora sí es cierto”. Malbarató sus bienes y casi pierde su trabajo. La diabetes la invadió.

Ana Karla, Dana, Adrián y Dan son los nombres de los daños colaterales del daño colateral: Ana Karla, 16 años, dejó de ser

adolescente para convertirse en la mamá de la casa porque su mamá tiene que trabajar todo el día. Dana, 12 años, ya no cree en Dios. Adrián, 10 años, tiene crisis de llan-to; en cualquier momento empieza a llorar y a gritar “no quiero que golpeen a mi papá, no quiero que le hagan daño”. Ya está en atención psicológica. Al pequeño Dan, cinco años, pregunta a cada rato por su papá y en la escuela le dicen que no lo quiere porque nunca regresa a casa.

“La esposa de Dan ha batallado mucho. En-tró a trabajar a una estética. A mis nietos los veo desorientados. Han bajado de calificacio-nes. Mal comen, mal visten. Crees que no me voy a arriesgar por ellos, por toda la gente”, expresó Yolanda.

Habría que parir a un hijo para entender-la. Por eso le aseguró al Presidente Calderón que no podía saber lo que ella sentía hasta no estar en su situación. “A mi hijo no lo busquen debajo de la tierra, en fosas, búsquenlo sobre la tierra”, comentó.

Yolanda es una mujer dura consigo mis-ma. Así se hizo desde el 19 de diciembre de 2008. Su cuerpo es débil; lo contrario de su espíritu, de su mente. “Aguántame, aguán-tame, porque te guste o no voy a seguir”, le reclama a sus músculos, a sus piernas. Existe otra cosa que jamás se fugará: sus sueños; esos deseos de poner un negocio. “Es un sue-ño que tenemos detenido para cuando Dan regrese”.

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Dos años, seis meses y cinco días tiene mi hijo desaparecido”, Yolanda Morán

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