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Scripta Ethnologica ISSN: 1669-0990 [email protected] Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Argentina Idoyaga Molina, Anatilde LA SELECCION Y COMBINACION DE MEDICINAS ENTRE LA POBLACION CAMPESINA DE SAN JUAN (ARGENTINA) Scripta Ethnologica, vol. XXI, 1999, pp. 7-33 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Buenos Aires, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14818345001 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Redalyc.LA SELECCION Y COMBINACION DE … · y límites que los usuarios adjudican a cada terapia.1 Asimismo analizaremos el modo en que las distintas medicinas justifican la

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Scripta Ethnologica

ISSN: 1669-0990

[email protected]

Consejo Nacional de Investigaciones

Científicas y Técnicas

Argentina

Idoyaga Molina, Anatilde

LA SELECCION Y COMBINACION DE MEDICINAS ENTRE LA POBLACION CAMPESINA DE SAN

JUAN (ARGENTINA)

Scripta Ethnologica, vol. XXI, 1999, pp. 7-33

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Buenos Aires, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14818345001

Cómo citar el artículo

Número completo

Más información del artículo

Página de la revista en redalyc.org

Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

LA SELECCION Y COMBINACION DE MEDICINAS ENTRE LA POBLACIONCAMPESINA DE SAN JUAN (ARGENTINA)

Anatilde Idoyaga Molina*

Introducción

Nos proponemos en este estudioaproximarnos a las representaciones cultu-rales que fundan la selección y combinaciónde alternativas terapéuticas brindadas por lasdiferentes medicinas con que cuenta lapoblación criolla y campesina de San Juan.Prestaremos atención además a los alcancesy límites que los usuarios adjudican a cadaterapia.1 Asimismo analizaremos el modo enque las distintas medicinas justifican lacombinación terapéutica, y su relación conlos com-portamientos de la gente.

Para dar cuenta del tema en cuestión, alrecabar la información privilegiamos elanálisis de casos reales de enfermedad y delos caminos terapéuticos seguidos concre-tamente por diferentes personas. Los mate-riales provienen de diversas campañasrealizadas a partir de 1997.2

El tema presentado aquí corresponde alProyecto de Investigación PICT de laSecretaría de Ciencia y Tecnología de la

Nación: El funcionamiento del sistemaetnomédico en el NOA. Agradecemos a dichainstitución su auspicio y financiamiento, aligual que el del CONICET.

La población campesina que nos ocupa,conocida como criolla, se caracteriza pormantener una tradición cultural que sintetizaantiguas creencias y prácticas europeas -aportadas desde los días de la conquista ycolonización hasta las olas inmigratorias delos dos últimos siglos- y tradiciones de gruposindígenas, extintos hoy en día aunque algunosen proceso de reetnización.

La mayor parte de la población vive de lacría de ganado, especialmente caprino yovino. El clima seco y de altura no favorecela agricultura, por lo que ésta se limita apequeñas huertas, sitas en la propia vivienda.La lengua nativa es el español y no seregistran hablantes de otros idiomas. Aunquela escolaridad primaria es obligatoria, elabandono del proceso formal de instrucciónes frecuente, lo que equivale a decir que loscampesinos no siempre completan el primer

* Centro Argentino de Etnología Americana. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina)

Summary: Based on original material, the author focuses on the selection and combination ofmedicines among peasant people from San Juan (Argentina). Firstly, she shows the different medicinesoffered to peasants, in order to point out the more frequent choices and combinations. Secondly sheanalyses the grounds for the selection, underlining the relevance of the duration of the illnessprocess , the traditional notions of disease and therapy, the religious church adscription and theoccasional factors. Finally, she studies the complimentary discourses between traditional and religiousmedicines and biomedicine, produced by the traditional and religious healers, as a means of exploringtheir relationship to therapeutic praxis and to the patients� preferences and behaviors.

SCRIPTA ETHNOLOGICA, Vol XXI, Bs. As., pp. 7-33

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nivel y son escasos los que acuden a laenseñanza secundaria.

La selección de terapias en un sistemaetnomédico

De acuerdo a Good (1987:24-25) unsistema etnomédico está formado por eltraslapo de la biomedicina, las medicinastradicionales y el autotratamiento, opcionesterapéuticas a las que deben sumarse lasterapias religiosas y las llamadas de alter-nativa (Idoyaga Molina,1997). En San Juan,al igual que en resto del país, la biomedicinaen su versión alopática pretende llegar a latotalidad de la población con un serviciomédico gratuito a través de su organizaciónen Hospitales y Centros de Salud, estosúltimos se clasifican en cinco niveles decreciente jerarquía, los ubicados en lasciudades, muchas veces en la capital provin-cial, son los de mayor complejidad, mientrasque los más alejados se limitan a una suertede salas de primeros servicios, sólo sonasistidos diariamente por enfermeros yagentes sanitarios y reciben la visita semanalde un biomédico.

Los terapeutas tradicionales son loscuranderos o médicos rurales cuyo saber yprácticas sintetizan los conocimientos deculturas indígenas extintas hoy, aunque enproceso de reetnización, y de los inmigranteseuropeos que aportaron sus propiosconocimientos ancestrales desde los días dela conquista y más tarde con las grandesinmigraciones de los siglos XIX y XX.

El curandero, al igual que el shamánindígena, posee un poder y un saberespeciales que le permiten realizardiagnósticos y ejercer la terapia, además de

otras actividades. Existen diversas técnicaspara lograr el diagnóstico del mal, entre ellasfiguran la lectura de la orina del paciente, lalectura a través de las cenizas del cigarrillo,la lectura a través del agua colocada en unrecipiente, la lectura de cartas y en las tierrasaltas, más al norte, la lectura sobre las hojasde coca arrojadas en puñados por tres veces.En cuanto a la terapia, del curandero se esperaque sane cualquier enfermedad, incluso quesea capaz de deshacer daños, causa demuchos males y aun de muertes, desde elpunto de vista de los campesinos. Cabe acotarque las nociones relativas a la salud, laenfermedad y las prácticas del curandero yde la medicina casera de San Juan son muysimilares a las del noroeste argentino.3

Las curaciones de estos especialistasincluyen normalmente tratamientos en losque el paciente, por lo general, debe valersede recetas tradicionales, la mayoríapreparadas con vegetales, aunque tambiénpueden incluir grasas animales y elementosminerales, a estas se suman frecuentementefármacos de laboratorio, que el mismoespecialista recomienda. La terapia involu-cra también aspectos rituales que varíansegún la enfermedad y las modalidadesparticulares de cada practicante.

El curandero es en el imaginario cam-pesino un personaje ambivalente, respetadoy temido, ya que tanto puede ejercer la terapiacomo hacer daño. Esta ambivalencia de lafigura como institución, no de cada sanadorparticular, les permite manipular a lospacientes y actuar de un modo que admiteinterpretaciones contrapuestas entre lo buenoy lo malo, lo admisible y lo censurable.

�Yo me casé con un hombre con 10 añosde separado. En una oportunidad vino uncurandero de San Luis, que era curandero

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porque venía a curar. La casa donde elcurandero se instalaba era la de una amigamía. El curandero me hizo llamar y él medijo que la ex-mujer de mi esposo le habíaofrecido plata, mucha, a cambio de hacermedaño para que mi marido me dejara. Me pidiódinero para no hacerme daño y protegerme.Yo le contesté que no, le dije: �Si es de Diosque mi matrimonio se deshaga, que suceda,soy una mujer resignada. Si Vd. se atreve ahacerme daño, hágalo�. Pienso que no mehizo daño. El curandero se sorprendió porqueno acepté su trabajo. Los curanderos hacendaño tanto como curan� (Zulma).

El relato muestra un caso de extorsión, almenos así lo vivió la mujer, en el que detrásde la oferta de brindar protección, se escondíauna amenaza de daño y el interés en cobrarpor la labor protectiva a realizar. Explicitaademás la posibilidad de que los curanderoshagan maleficios por encargue. A la vez elepisodio puede ser justificado por elcurandero o quien quiera argumentar a sufavor, sosteniendo que la mujer estaba enriesgo real y que la protección eraconveniente para neutralizar los malos deseosde su oponente o del daño que esta pudieraencargar a otro especialista.

Otra forma de terapia es la de la medicinacasera o autotratamiento, practicada por legosy sobre la base de la reciprocidad comunitariaa diferencia de la medicina del curandero quese paga. No cabe duda que esta medicina,que incluye el saber de parientes, amigos ymiembros de la comunidad, es la primeraopción terapéutica a que recurre la poblacióncampesina de San Juan, de modo similar a lamayor parte de la gente en las más diversassociedades (Good, 1987). Los criolloscampesinos poseen un rico conocimiento derecetas y prácticas vernáculas que les

permiten asistirse sin dejar su aldea.La mayoría de las personas conoce varias

recetas en las que se utilizan elementosvegetales, raíces, tallos, hojas o la planta ensu totalidad, y que se hierven para extraerlos principios activos y luego se beben, sepreparan como infusiones, se agregan acomidas, se adosan a cataplasmas, a bañosde asiento o se colocan directamente sobrela parte afectada. Los líquidos preparados ylas infusiones, pueden estar hechas sobre labase de un solo vegetal o combinar variossegún el diagnóstico del mal, expresadohabitualmente como dolor de un órgano o deuna zona del cuerpo.

Algunos vegetales considerados cálidos4

se usan también para dar masajes enmúsculos contracturados o doloridos, comola sacancia. Lo habitual es moler el vegetalagregarle aceite o grasa, hasta que se formaun ungüento con el que se dan las friegas,que procuran calentar la zona tratada. Entrelas hojas que se aplican sobre el cuerpofiguran la del durazno para la comezón y lade los picantes para cicatrizar. En estos casoslo más común es masticar la hoja para quefluya el líquido y luego se la ubica sobre lalesión. En fin, existe una enorme cantidadde recetas cuyo detalle supera los límites deltrabajo presente.

Suelen usarse además, minerales y grasade animales como la del puma para masajesy la de gallina, que derretida y mezclada conazúcar tostada o con miel se toma para eldolor de garganta.

�La cataplasma de toronjil sirve para eldolor del corazón, se calienta la cataplasmay va lanzando un vapor que alivia. Mi tía securó así una vez cuando le dolía el corazón¿Qué será que tiene la planta que cura? Eltoronjil se planta en huerta, no crece en el

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campo. Se usa la hoja y el tallito� (Nicolasa).�Yo les doy a mis hijos yerba mota para el

estómago, se usa para la diarrea y la frialdadde estómago� (Zulma).

La medicación con fármacos vegetalesrequiere de un prolijo y adecuado análisis delos síntomas, ya que la mera molestia o do-lor de un órgano no refiere de por sí un vege-tal o una infusión determinados. Así, porejemplo, los campesinos distinguen cla-ramente el �ardor de estomago�, dolenciacálida para la que se recomiendan infusionesde la hierba barba de piedra, del �frío deestómago�, dolencia fría para la que serecomiendan las infusiones de ruda o yerbamota (Idoyaga Molina, 1999a).

�La barba de piedra es para el ardor deestómago� (Etelvina).

�La ruda se toma para el dolor deestómago, cuando hay frío en el estómago.

Se toma como té, hay que hervir la hoja.El frío al estómago viene cuando la personacome algo helado o la persona tiene frío ycome, entonces se hace frío. La ruda sirvetambién para dolores menstruales� (Nicolasa).

Este saber y prácticas médicas caserasincluye además, otras técnicas como la �curade palabra�. Distintas personas poseenfórmulas para curar diversas enfermedadescomo las quemaduras, el empacho, laabertura de carnes, el susto, la hernia, la an-gina, las verrugas, etc. Estas fórmulasnormalmente sólo pueden transmitirse enviernes santo y, muchas veces cuando elposeedor ha decidido dejar de usarla, latransfiere a otra persona a modo de don.Algunos sostienen que aquél que enseña susfórmulas pierde la posibilidad de curarmientras que otros consideran que si latrasmisión se hace de forma adecuada y conlos recaudos necesarios el poseedor no pierde

sus capacidades. La fórmula debe repetirsetres veces durante tres días consecutivos, sibien son secretas pudimos recoger algunas,lo que nos permite afirmar que se invoca yse pide a las deidades del catolicismo (Cristo,vírgenes y santos), de modo que la cura seconceptúa como muestra de su poder. Amodo de ejemplo citaremos una fórmulaposible:

�Que se vaya el mal y que entre el biencomo hizo Jesús en Jerusalén.�

En este caso la mención a Jesús y susacciones opera como referencia míticafundante y actualizable a través de la palabra.

El hecho de que numerosas enfermedadesse curen de palabra no debe hacernos pensarque un solo individuo sepa curar todos losmales, en la práctica una persona sólo curauna o dos o tres enfermedades, sólo el acerbode la comunidad en su conjunto permite tratarnumerosos males.

Tanto el uso de vegetales como lasfórmulas �de palabra� se utilizan en una gamade actividades más amplia que la terapia, asípor ejemplo, la ruda y la contrahierba se usanpara resguardar espacios y para impedirdaños. Existen fórmulas para conjurar lastormentas y proteger los cultivos. Vale decir,fórmulas y vegetales cumplen una funciónpreventiva y purificatoria además deterapéutica.

Hay además especialistas como loshueseros que atienden las quebraduras yexpertos en zafaduras, quienes reubican enel lugar correcto la rodilla, el hombro, el pieo el hueso que estuviera dislocado.

Esta medicina es comunitaria desde laperspectiva de la práctica, dado que el saberrepartido entre los miembros del grupo localopera por medio de la reciprocidad �directao indirecta (Mauss, 1972)- en provecho

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colectivo, y tiende por ende a la cohesiónsocial. Es además gratuita a diferencia de lasotras, en las que los especialistas se pagan yde uno u otro modo ejercen alguna clase depoder sobre sus pacientes.

Entre las curas religiosas ganan espacioen San Juan, al igual que en resto del país,las practicadas en los cultos carismáticos yevangélicos. En ellos la terapia se centra enla oración y la imposición de manos sobre elcuerpo del doliente, invocando el poder deDios y/o del Espíritu Santo. Las conversionesa los credos de referencia son muy comunesen los sectores populares, aunque tambiénganan feligreses en los sectores más educadosy de mayores ingresos.

Entre los motivos de conversión, si bienfiguran las sanaciones, se destacan lasolución a otros problemas existencialescomo los relacionados con lo económico, eltrabajo, y los vínculos familiares o afectivos.

A diferencia del área metropolitana y dela provincia de Buenos Aires, de las del litoraly de las del noreste argentino, en San Juanno registramos cultos afroamericanos. Sinembargo, estos parecen haber llegado enCuyo a Mendoza y en el NOA al menos aSalta. Nos queda por recabar qué sectores depoblación recurren a estos sanadoresumbanda.

En lo que hace a las llamadas terapias dealternativa, cabe destacarse que distintasopciones se ofrecen y han alcanzado buenaclientela en los sectores sociales medios yaltos, habitualmente su costo y su caráctercitadino impiden su rápida divulgación en-tre la población criolla. No obstante, loscampesinos conocen estas posibilidades yaque escuchan programas radiales sobre eltema, en los que autodenominadosparapsicólogos o médicos naturistas, ofrecen

servicios terapéuticos y en general pararemediar cualquier clase de circunstancianegativa por la que pase el individuo. Estosprogramas suscitan interés con indepen-dencia del sexo y la edad de los oidores. Sólouno pocos han visitado a estos especialistasen la ciudad de San Juan.

De este mosaico de opciones terapéuticas,la población campesina recurre sin duda alautotratamiento como primera solución,luego se opta indistintamente por labiomedicina y los curanderos tradicionales.Lo más frecuente es que se consulte a uno ya otro prácticamente en forma simultánea. Siel mal persiste se multiplican las consultas abiomédicos y curanderos a la vez queaumentan las chances de recurrir a la curareligiosa, de la cual no pocas veces resulta laconversión.

Lo expuesto significa que en la mayorparte de los casos, la enfermedad se cura coninfusiones, fórmulas rituales u otrasalternativas tradicionales en el contexto dela familia y la aldea. La biomedicina es sólola primera opción terapéutica en el caso dequebraduras y heridas graves.

Como decíamos, el diagnóstico inicial dela enfermedad, expresado en el dolor de talo cual órgano, catarro, tos, gripe o lo quefuese, es realizado en el contexto familiar enel que se decide el primer tratamiento. Si estefracasa y el mal persiste se inicia un caminodiferente en busca de un nuevo diagnósticoy sanación.

La recurrencia a la medicina casera o alcurandero genera muchas veces conflictosentre los biomédicos y los pacientes. Losprimeros, en términos generales, desdeñanlas prácticas de la medicina tradicional yponen el acento en su formación profesional,piensan que basta con su discurso para fundar

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el rechazo a las otras medicinas y entiendenque el modelo biomédico es la únicaherramienta válida en los problemasconcernientes a la salud. Esto no sólo sucedeen San Juan o la Argentina, sino en la mayoríade los lugares de encuentro multiétnico e in-tercultural (Bourdieu, l988; Good, 1992;Good, 1987; Idoyaga Molina, 1997 y 98;Kalinsky y Arrúe, l996; Luxardo, 1999;Menéndez, 1985; Palma, l995; Wilce, 1995,entre muchos otros).

Para resguardarse de críticas y presiones,los pacientes cuando concurren al hospital oal centro de salud ocultan los tratamientos alos que se han sometido. Ocultamiento quedebe entenderse como una estrategiaadaptativa de la población al modo en quefunciona la medicina oficial, al que algunavez definimos como un ingenuo y fallidointento deculturativo del otro (IdoyagaMolina,1997), vale decir del usuario cuyasrepresentaciones culturales sobre la salud, laenfermedad y la terapia no sólo son diferentesa las sustentadas por la biomedicina, sinotambién a veces contradictorias.

�Es mejor callarse cuando uno va almédico porque se enoja. Si uno cuenta quetomó un tecito el médico le contesta:�¡Bueno, seguí tomando el té, y cúrate vos!�(Nicolasa).

Más allá de la actitud de los biomédicos,el valor positivo que la población atribuye ala medicina casera y al curanderismo semantiene vigente. Por su parte, las medicinasreligiosas y alternativas cuentan también conprestigio y una valoración positiva.Valoración que se ve reflejada en las actitudesde la población que trata sus dolenciasseleccionando y combinando las terapias quele parezcan adecuadas. De hecho lacombinación de distintas medicinas es una

de las estrategias preferidas, que se sigueimplementando en forma oculta a losbiomédicos, aun cuando la persona hubierasido hospitalizada.

�Una señora que estaba internada por elcorazón, le dieron toronjil y pudo volver a lacasa. Dejó de tomar toronjil y la volvieron ainternar y le pidió toronjil a una familiar paraque le llevara al hospital y se volvió a sanar�(Etelvina).

�El (bio)médico dice que la nena tiene nosé qué, y que hay que operarla, pero en elotro piso del hospital encontré una señoraque la está tratando por mal de ojo�5 (Natalia).

�Anoche vino el curandero al hospital paratratar a esa señora, dicen que tiene un daño,él estuvo trabajando. Vino a la noche porqueya no hay médicos, una de las enfermerassabe pero no dice nada� (Bernarda).

Los relatos muestran como la poblacióncampesina convive con dobles diagnósticosy tratamientos, los de la biomedicina y losde las medicinas tradicionales. Comple-mentariedad terapéutica que le permiteatribuir la cura -si esta sucede- a una medicinaparticular, o justamente a la combinación,opinión que por supuesto no compartirían losbiomédicos, hecho que no preocupa a lospacientes, quienes hacen caso omiso a lasexplicaciones de los profesionales.

�La papa de zorro se parece a una sandía,es amarga, tiene que limpiarla con un trapo,y si la corta queda seca, queda como unarrocito, hay que tomarlo en ayunas comoun comprimido. Sirve para bajar el azúcar,para diabetes, se toma un grano por día enayunas. Mi mamá le conversó en el hospitalal niño y le convidó y le bajó el azúcar acero� (Etelvina).

�A mi me curaron el infarto como aberturade carnes, tenía tajo en el corazón. Los

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médicos no me dejaban hacer nada y ahoraamaso� (Etelvina).

Por otra parte, esta combinación tera-péutica echa por tierra la idea de que lacomplementariedad entre la biomedicina ylas medicinas tradicionales se funda en el tipode enfermedad que afecta al doliente.Algunos investigadores (Pérez de Nucci,1989; Pelegrín, 1998) han propuesto que laelección de una u otra medicina depende deque el enfermo padezca un mal tradicional -envidia, daño, ojeo, susto etc.- caso en quese consulta al curandero, o de que se padezcauna enfermedad occidental caso quedetermina la concurrencia al biomédico. Dehecho no existe una doble conceptuación dela enfermedad, sino una sola, son sólo losnombres de los padecimientos los que sonreferidos con términos tradicionales yexpresiones biomédicas (Idoyaga Molina, enprensa a). Del mismo modo, cualquierepisodio de enfermedad es visto por elcurandero en el marco de sus repre-sentaciones y, por ende, definido comotratable por él. El mismo episodioconsiderado por el biomédico es explicadopor la medicina académica y, por ende,tratable por sus profesionales (IdoyagaMolina, en prensa a).

Es cierto que los especialistas tradicionalessuelen argüir un discurso de comple-mentariedad entre sus prácticas y las de labiomedicina, afirmando que ellos tratanmales como el susto, la culebrilla, elempacho, el ojeo, etc. de los que no se ocupala biomedicina. Hecho que niega la praxis,puesto que como vimos cualquier dolenciapuede ser definida y tratada en términos dela terapia curanderil, pero que constituye unaestrategia adaptativa de supervivencia de loscuranderos en el sistema global. Se trata de

definir su campo de acción fuera de lacompetencia del biomédico a fin deneutralizar acusaciones de ejercicio ilegal enla atención de la salud.

Lo dicho no quiere decir que no existanderivaciones entre biomédicos y curanderos.De hecho cuando los últimos presumen queel paciente necesita ser intervenidoquirúrgicamente o tratado por heridas,quebraduras, esguinces o problemas similaresenvían al consultante al hospital. Tambiénlos biomédicos, especialmente los que tienenexperiencia en áreas rurales, mandan niñosal curandero en casos de empacho u otrosmales en los que reconocen la eficacia de laterapia tradicional. Es esta la únicaaceptación de complementariedad que seadvierte en la medicina oficial.

Los diagnósticos y los tipos de tratamientobuscados se multiplican cuando persiste laenfermedad. Un ejemplo interesante quemuestra varios diagnósticos biomédicos y dela medicina tradicional, es el de unaadolescente de Iglesia (Idoyaga Molina yKrause, 1999), quien inicialmente fue tratadapor �abertura de carnes� según los criteriosde la medicina casera o autotratamiento. Mástarde le diagnosticaron reumatismo y leuce-mia en dos hospitales diferentes, mientras queFelipa -una de las curanderas más afamadasde la provincia de San Juan- diagnosticóenfermedad de garganta, derivándola a labiomedicina, y otra curandera problemas enlos huesos, las dos últimas aludieron ademása que la niña había sido objeto de un daño.

Tomando este ejemplo lo que nos interesadestacar es que el diagnóstico y la percepciónde la enfermedad son dinámicos lo que seinició como �abertura de carnes� culminósiendo un daño después de la muerte de lajoven, y en el ínterin, después de un breve

14 ANATILDE IDOYAGA MOLINA

período de recuperación asociado altratamiento biomédico, padecía dereumatismo. El desenlace de la enfermedad,fatal o no, permite refigurar y reinterpretarel proceso completo, lo que inicialmente fuetomado como un diagnóstico correcto seconvierte en diagnóstico fallido, y aquél quese vincula a la sanación es el diagnósticoadecuado, fuese hecho por el biomédico o elcurandero.

Desde la perspectiva de la praxis de losactores no hay episodios de enfermedad quedeban tratarse con una medicina específica(bio o tradicional), si no más bienautotratamientos y luego nuevas opcionessegún se desarrolle el proceso, existendiagnósticos sucesivos que sólo sonconvalidados con la salud del paciente. Dichode otro modo, si el enfermo se cura con elautotratamiento el mal será dolor de hígado,un aire, presión, abertura de carnes, anginas,gripe, tos o lo que se hubiese diagnosticado.Si el doliente continúa enfermo, el mal pasaráa ser otro, tantas veces como diagnósticos ytratamientos redefinan la enfermedad. El fi-nal del proceso permite reinterpretar y definirla naturaleza de la dolencia desde el inicio.

Cuando la enfermedad se torna uncomplicado proceso, la importancia de lossíntomas para establecer de qué mal se tratase desvanece y cobra relevancia descubrir yprecisar el origen de la dolencia. El síntomase transforma en una manifestación engañosade la causa verdadera. Un ardor de estómagoya no será un empacho sino el resultado dela acción de un brujo que está afectando a lapersona. Tal descubrimiento no puedehacerse a partir de los síntomas, sino de lastécnicas diagnósticas del curandero, quepodrá ver, incluso mostrar a su paciente,quien lo está dañando. Los síntomas tienen

importancia cuando la afección responde acausas naturales, pero cuando las causasinvolucran ideas de poder y accionesintencionales de daño, descubrir el origen delmal es central para proceder a su neu-tralización y cura.

Si la enfermedad culmina con la muertedel paciente entonces la interpretacióntradicional, la brujería y el maleficio, seacreditan como la explicación del hecho.

�Los médicos la trataban por reumatismopero yo creo que murió por daño. El dañoque no se toma a tiempo mata igual que otraenfermedad� (Zulma).

La idea de que la muerte deviene de unadolencia provocada intencionalmente implicaque todos los diagnósticos biomédicos queno restauraren la salud son tenidos porequivocados. Por lo tanto, desde laperspectiva de los campesinos la cantidad dediagnósticos biomédicos fallidos es notoria.Explicación que puede no ser correcta peroque incide en el valor reconocido a labiomedicina. Por otra parte, en lo que hace alas representaciones, los campesinos afirmanque el daño es únicamente tratable y sanablepor los curanderos, pues la terapia implicaaspectos rituales como deshacer el malefi-cio, la purificación del paciente, larecomposición de los vínculos sociales, etc.vale decir, un conjunto de actividades queexceden en mucho a la práctica biomédica.Lo que no quiere decir que ante undiagnóstico de daño se abandonen lasconsultas y tratamientos biomédicos, y seponga al paciente en manos del curandero,sino que la duplicidad de diagnósticos ytratamientos seguirá hasta el final con larecuperación de la salud o la muerte delenfermo, final que permite redefinir todo elproceso desde esta nueva perspectiva.

15LA SELECCION Y COMBINACION DE MEDICINAS (...)

Otro ejemplo en que el camino terapéuticoincluye la medicina casera, la del curandero,y la biomedicina lo encontramos en el de lamadre de una de nuestras informantes:

�Cuando mi mamá estaba grande fuimosa ver a Felipa y en ese momento ella habíasalido para ir a la ciudad. Un señor que estabaahí dijo que se había ido y nos dio la direccióndonde ella estaba. Fuimos, mucho conversécon ella. Mi mamá sufría de los huesos yFelipa, la curandera, dijo que ante Dios todoes posible. Desde los cuarenta y cinco añossufría de los huesos. Le dio unos yuyos laFelipa a mi mamá y tiró un tiempo más. Lahija (de Felipa) debe haber aprendido (acurar). Nosotros la necesitamos dos veces porlo de mi mamá, Felipa nos dijo quevolviéramos para ver si se aliviaba un poco,y volvimos porque se alivió. Los yuyos habíaque comprarlos en la herboristería de SanJuan. A mi mamá también la atendía elmédico, no le decía nada, le daba remedios yremedios, y no decía nada, mientras lepagaran la consulta no decía nada. A ella latrataba el médico, yo la llevé también a Felipaporque uno hace todo lo posible para que lamamá se sane. El médico la trataba de loshuesos porque lo que mi mamá tenía erareumatismo. La Felipa le dio unos yuyos perodijo que ante Dios es todo posible. La Felipatambién dijo que mi mamá estaba enfermade los huesos, los huesos se empiezan adeformar. Como ella ve las aguas (hace eldiagnóstico observando el orín) ve cada parte,donde iban las coyunturas, ahí quedaba muyclarito, y ella me iba diciendo aquí y aquí.Mi mamá vio varios médicos siempre en laciudad, mi hermana la llevó porque ella teníala obra social de PAMI, iba al sanatorio.Siempre la veía el Dr. Oliva y el Dr. Freiberg,también la trataban del corazón. El Dr. Vedia

era traumatólogo. Siempre tenía presión alta,tenía agitado el corazón. Para la presión sepuede comer ajo. Hay un médico que era deCórdoba, que cuando me subía y me bajabala presión, me dijo: �Le voy a dar un consejo.pero no le diga a nadie porque si no van adecir que soy curandero. Cuando haga sopaeche un poquito de cola de caballo (unahierba)� Y así se regularizó la presión. A mimamá había noches que le dolían los huesos,yo buscaba romero y hacía humito. Echabaruda, romero y azúcar, yo levantaba la colchay hacía que el humo le fuera a las piernas.Fuimos a Paredes (Curandero de la localidadde Los Berros) con mi mamá para que laatendiera. Antes de Paredes fuimos a otrocurandero de San Juan que le mostró el dañoy la persona que lo había hecho en las cenizasde un cigarrillo. Era un daño porque se lehinchaba la rodilla con la forma de la cabezade un chancho. ¿Qué enfermedad puede teneresa forma? Le hicieron daño por envidia, mimadre era una mujer trabajadora, de su casa.El que le hizo daño es de aquí� (Zulma).

El camino terapéutico incluye la consultaa varios biomédicos y varios curanderos y eltratamiento con la medicina casera. En estecaso los curanderos no sólo coinciden en quese trataba de brujería sino también que el malse había centrado principalmente en loshuesos. Es interesante destacar que DoñaFelipa la dio abiertamente por desahuciada,al indicar que estaba a merced de la voluntadde Dios. Para la biomedicina la pacientemurió por su enfermedad en los huesos,aunque padecía de otros males, y era tratadapor varios biomédicos en forma simultánea,en apariencia nunca hubo disparidad en losdiagnósticos, la que en algunos casos alcanzaniveles alarmantes.

De acuerdo a los actores, los remedios

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recetados por la curandera le permitieronseguir viviendo por un tiempo, a la vez quele aliviaban el dolor. Esta última capacidadse atribuye también al sahumerio de lamedicina casera, por el contrario la alusión alos fármacos de laboratorio connota más unaingesta sin sentido que la valoración positivade un tratamiento terapéutico. Si bien lainterpretación negativa de los efectossecundarios como enfermedad es un hechocomún, al igual que la queja acerca de queestos fármacos curan un mal pero provocanotro, en el relato se resalta el silencio delbiomédico, que restringe la terapia alconsumo de fármacos, y por ende, nodeconstruye emocional y socialmente laenfermedad, tanto por falta de contencióncomo por la carencia de explicacionesentendibles por el paciente y su familia. Esteabsoluto y total silencio es el mayor reprochede Zulma, acostumbrada a entender laenfermedad como un hecho físico, perotambién emocional y familiar. Desde estaperspectiva, la biomedicina se contrapone ala práctica del curandero, que abunda enexplicaciones con significado para el usuarioy su contexto de parientes y amigos. Así,Doña Felipa mostraba el fundamento de sudiagnóstico a través de la lectura de las aguas,a la vez que explicaba sus recetas, sepreocupaba por la mejoría o el alivio de sucliente y era capaz de decir que se trataba deun caso sin esperanzas. Por otra parte, laterapeuta tradicional al explicar el problemade los huesos refería su origen en un dañointencional, otro de los curanderos inclusohizo que la paciente descubriera en lascenizas de un cigarrillo al causante de suspenas. Los curanderos brindan discursos consentido para los actores, pues ubican al malen el seno del contexto social, como

expresión de maldad, de envidia y del poderde los brujos, ideas que el doliente entiendey comparte, y que definen su campo de lucha,sus posibilidades de sobrevivir y presentan ala enfermedad en términos inteligibles.

Es el carácter holístico de las medicinastradicionales una de las virtudes que sususuarios más aprecian. Por el contrario, labiomedicina carece de esta perspectivatotalizadora, hecho que alienta la combi-nación terapéutica. Tan es así, que aun encircunstancias en las que el pacienteconsidera que el tratamiento biomédico hasido eficaz, suele completarlo con eltradicional. En casos de quebraduras oheridas que requieren cirugía, ocasiones enlas que se prefiere la biomedicina, una vezcompletada la curación los enfermos suelenacudir al curandero para que atienda, losaspectos espirituales o sociales del mal talescomo el susto o los deseos negativos que seasocian a la dolencia.

�Tuve un accidente cuando viajaba encamioneta, me llevaron al hospital y mecuraron las heridas, y el brazo que se habíaquebrado. Cuando salí del hospital, fui a verun curandero, él me dijo que había tenido elaccidente por la gente que envidiaba lacamioneta. Entonces me trató para que nome llegara la envidia, y desde ese tiempo nome pasó más nada� (Fernando).

�Mi hijo estuvo en terapia intensiva, losmédicos dicen que se curó, pero el quedóasustado. Soñaba no podía dormir, se asustócon todos esos aparatos que le pusieron, noquedó sano. Por eso cuando salió del hospi-tal lo llevé a un curandero y ya le sacó elsusto� (Miguelina).

En el primer texto, la consulta alespecialista tradicional coloca a laenfermedad en el horizonte de repre-

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sentaciones culturales del campesino, alsituarla en el campo de la envidia, a la vezque proporciona un tratamiento adecuado.Para curar y prevenir este mal se recomiendanhabitualmente sahumerios y aspersiones conruda y contrahierba, cintas rojas, e infusionesvegetales, el curandero realiza por su parteel ritual correspondiente. En el segundo caso,es el tratamiento biomédico el que provocala enfermedad y, por ende, el que genera laatención del curandero. Ambos, en definitiva,muestran motivos por el cual se recurre a lacomplementariedad terapéutica, los queobviamente implican la reelaboración de laexperiencia en el hospital y de los predicadosbiomédicos, en el marco tradicional.

La combinación de terapias expuesta enestos ejemplos se funda en los camposdiferenciales que atienden una y otramedicina. Sin embargo, más allá de una merasumatoria, la concepción de la enfermedadcomo fenómeno, orgánico, emocional,espiritual y social, así como el caráctertotalizador de la cura explican la eficacia yla continuidad de las medicinas tradicionalesen la selección de alternativas terapéuticas.

Un hecho común es también la continuarecurrencia a la medicina casera tanto enforma paralela a la biomedicina, como paracompletar un tratamiento:

�La cataplasma de jarilla se usa para lapuntada, se pone rociada con vino en cenizacaliente arriba del dolor. El vino se rocía enforma de cruz. Se calienta una alpargata y sela rocía con vino, se entierra la alpargata enceniza y se pone la alpargata envuelta en elpulmón. La enfermedad es una herida en elpulmón, por eso a veces sale sangre. A mime agarró neumonía por un viento zonda muyfuerte, estábamos plantando tomate. A lanochecita empecé con tos y con fiebre, y ya

no me podía mover. El médico dijo que casime había pasado la neumonía al otro pulmón.Así que estuve cuarenta días en la cama. Metraté con el médico y con la cataplasmatambién� (Rosario).

�Estuve siete días internada, me llevaroncon infarto, ahora tomo uña de vaca, que trajede Chile� (Etelvina).

�Tenía abertura de carnes fui al médico yme dio remedio para el estómago y fui a unvecino y me curó de palabra, me dijo que mepusiera un paño caliente, me dijo que nohiciera fuerza. Después me curó Juanita, ellame dijo que se estaba cerrando ya� (Rosario).

Es claro, que la combinación de medicinasresponde tanto a las complicaciones de cadaproceso, como a la nociones mismas deenfermedad y terapia.

En cuanto al concepto mismo de enfer-medad, es notorio que se articula en una dobleexplicación, implica tanto una intencióncomo causas naturales. La etiología refiereuna intención cuando el mal resulta de laenvidia, del ojeo y de daños realizados porespecialistas, brujos o los propios curanderosa quienes algunos de nuestros informantesotorgan un poder y un saber ambivalentes,serían seres capaces de ejercer el daño y laterapia. La intención que causa el mal puedeprovenir también de los seres míticos -santosoficiales y populares, las ánimas, losduendes-6 quienes porque no se han cumplidocon las promesas que les hicieran, o porvenganza envían la enfermedad. El mal deojo, ojeo u ojeadura se origina, en la energíao fuerza de la persona que mira, piensa o tocaa la víctima y la enferma, puede serintencional o no. En el primer caso son losmalos deseos y pensamientos los queprovocan el mal, en el segundo no existe laintención de dañar, sino que se trata de un

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desborde de poder o fuerza, es un desbalanceenergético producido por una persona demucho poder en alguien mucho más débil.Los niños son los más proclives a sufrir estetipo de efecto, pues se considera que suespíritu es también pequeño y por endecarente de fuerza.

El desequilibrio entre las entidades queconforman la persona también generaenfermedades. Este es el caso del susto, quese entiende como la pérdida del alma quequeda atrapada en el lugar del espanto,pérdida que se ve reflejada pronto en elcuerpo del doliente.

Finalmente, existen explicaciones natu-rales, así el mal aire puede provenir dehaberse expuesto a una corriente de aire; elempacho de haber comido en exceso o algoindebido; la abertura de carnes por haberhecho un esfuerzo; el dolor de estómago porhaber tomado frío; la soleadura o insolaciónpor haberse expuesto excesivamente al sol,etc. Estas diferencias han llevado a algunosautores a clasificar las enfermedades enmágicas y naturales según las supuestasconcepciones de los �nativos�, mientras queotros han propuesto definir la enfermedad porla medicina que supuestamente la trata, asílos males crónicos corresponderían alcurandero y las dolencias puntuales a labiomedicina (Bianchetti, 1996; Gould, 1957;Hurrel,1991; Palma, 1978; Pérez de Nucci,1989). Siguiendo este modelo habríaenfermedades de curandero o practicantestradicionales, como la envidia, la abertura decarnes, la ojeadura, entre otras yenfermedades de la biomedicina como lapresión alta, problemas del corazón, delhígado, de los riñones o de cualquier órgano.Otra variante consiste en comparar lasenfermedades tradicionales con las

biomédicas a fin de establecer equivalencias,entre unas y otras (Browner et al, 1988).

Estos criterios de clasificación nos resultaningenuos y distorsionantes de las ideas delos actores sociales. En primer lugar, porqueno hay una correspondencia entre tipo de maly tipo de medicina.7 Vimos que el corazónpuede tratarse con infusiones de toronjil olas anginas curarse de palabra, paramencionar sólo unos ejemplos. En segundotérmino, porque las divisiones mencionadasnos dan una imagen estática del proceso dediagnóstico de la enfermedad, como si laidentificación del mal dependiera de un únicodiagnóstico, pero éste y por ende eltratamiento y la definición de la dolencia quesufre tal o cual persona son dinámicos (Yoder,1995; Idoyaga Molina, en prensa a). Eldoliente padece del mal indicado por elúltimo diagnóstico que el grupo familiar haaceptado, el que sólo es convalidado por untratamiento efectivo (Idoyaga Molina, enprensa a) si el mal persiste o la personamuere, daños o etiologías que involucran aseres intencionados son las explicacionesaceptadas. En tercera instancia, porque nohay dos conceptos sobre la enfermedad, yconsiguientemente dos tipos de males -mágicos y naturales- sino un único conceptoque apunta a distintos tipos de desequilibriostanto en cuanto al origen como al dominioen que se manifiestan.8 Finalmente, porquela variabilidad de los síntomas de los malestradicionales �ojeo, susto envidia, etc. - y lacaracterización de enfermedades diferentesa través de los mismos síntomas impiden lacomparación con las entidades gnosográficasde la biomedicina. Mientras el conceptooccidental supone la asociación reiterada desíntomas y signos, el concepto tradicional esflexible respecto a los síntomas y atribuye el

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origen a seres intencionados y a manifes-taciones de poder.

Estas distintas etiologías de la enfermedadno son contradictorias ni excluyentes en larepresentación de la población estudiada.Una enfermedad puede explicarse como dañointencional o como natural según su duracióny la facilidad con que el doliente responde ala terapia. Así, un mal aire puede ser el simpleresultado de haber tomado frío, el empacho,de haber comido en exceso o algo en malestado, la insolación de haberse expuesto alsol, una quebradura de haberse caído al pisoy así sucesivamente, pero si se prolongan yel paciente no mejora con la medicina casera,cualesquiera de los males mencionados seránvistas como resultado de un daño, del ojeo,de la envidia o de la punición de un ser mítico.Aún una quebradura admite esta oscilación,tanto puede explicarse naturalmente por unacaída, como en términos intencionalesafirmarse que la caída se produjo porque lapersona está ojeada, es objeto de daño, oporque la decidió una figura mítica.9

Queremos dejar en claro que la deno-minación de la enfermedad, fuere éstatradicional o referida por nombres de órganosy expresiones biomédicas como presión ar-terial, derrame cerebral, etc., no hace a laconceptuación del mal sino que da cuenta dela multiplicación de los taxa por influencia ycontacto con la biomedicina.

A diferencia de las dolencias físicas, lasmentales se explican siempre como elresultado de un daño, o la pérdida del alma.Lo más frecuente es que la demencia,denotada en las conductas anómalas y sinsentido, en los discursos incoherentes y enlas visiones (Idoyaga Molina, l999b) seremita al maleficio realizado por un brujo,por encargo de un pariente, un vecino, en

definitiva alguien próximo a la víctima. Losbrujos (esta es la palabra que usan losinformantes), son personas entrenadas en lastécnicas del daño y con el poder suficientecomo para influir en la mente y/o el cuerpode los otros. La pérdida del alma derivadadel susto puede desembocar con el tiempoen la demencia, especialmente cuando unadulto padece el mal, en este caso elpadecimiento va acompañado de síntomasfísicos, a diferencia del maleficio brujeril quepuede manifestarse sólo a nivel emocional.

En ambos casos es posible la terapia, yapor recuperación del alma de la víctima,actividad que desarrolla el curandero, yaporque el brujo deja de realizar su labormaligna, o porque un curandero especialistadeshace el daño.

La opción de la biomedicina en este casoes vista como inoperante en el mejor de loscasos. De hecho es una atención que serechaza en términos representacionales, envirtud de que no hay conexión entre eltratamiento occidental, psiquiátrico opsicológico, y el modo en que la poblaciónentiende el mal. Es claro que como resultadode una intención o de la pérdida del alma, elsujeto es ajeno a lo que le sucede y sólo puedeser auxiliado por un curandero que neutralice,deshaga el trabajo de daño o recupere el alma.Los medicamentos occidentales si bienpueden paliar las manifestaciones de laenfermedad no atacan sus causas por lo queno pueden aportar la sanación definitiva. Porotra parte, la población campesina ve enforma negativa a la reclusión del paciente enun hospicio, en tanto supone dejar de lado laresponsabilidad que implican los vínculosfamiliares y sociales. Todo ello hace que elcuranderismo sea la opción terapéuticapreferida en estos casos.

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De lo expuesto se deduce, que desde elpunto de vista de los actores la vigencia y laselección de las medicinas tradicionales res-ponde a su consonancia lógica con la nociónde enfermedad, así como a su demostradaeficacia.

Por su parte, la recurrencia a la bio-medicina tiene soporte en el hecho de que esuna opción gratuita, en las presiones que seejercen desde los centros de salud, en eldiscurso oficial que la presenta como lasolución eficaz, y en el valor que le otorganlos usuarios. Este valor es mucho menor queel supuesto por el discurso y las repre-sentaciones biomédicas como lo pruebandiversos aspectos. En primer lugar, labiomedicina es sólo la primera opciónterapéutica en caso de quebraduras oproblemas similares, lo que quiere decir quefuera del ámbito de la traumatología lapoblación campesina no le reconoce espe-cial ventaja. En segundo término, lapersistencia y valoración positiva de lasmedicinas tradicionales, que no puede sereclipsada. En tercera instancia, que losprofesionales y trabajadores de la salud debanejercer presión sobre la población para queconcurran a las entrevistas biomédicas Estapresión se ejerce por diferentes vías, a travésde la distribución de leche y medicamentosya que sólo se entregan a los que concurrenal centro de salud o al hospital y demuestranque han cumplido con las entrevistasbiomédicas, las vacunaciones indicadas, ytodo aquello que se haya solicitado. Otraforma francamente agresiva, consiste en laamenaza, especialmente realizada poragentes sanitarios y trabajadores sociales,cuando visitan o van expresamente a las casasde los pacientes que tienen pendiente unaconsulta con el biomédico y que se muestran

renuentes a concurrir, los trabajadores de lasalud en estas circunstancias indican sin mása los pacientes que de no ir serán acusadosde abandono de persona, delito que es penadohasta con la cárcel. De hecho hay padres quehan tenido que enfrentar procesos judicialesal ser denunciados por abandono de persona,cuando decidieron no acercarse a losservicios biomédicos y tratar al hijo o hija através de otra medicina. Desde una pers-pectiva antropológica, se trata de una formamuy extraña de entender el respeto intercul-tural, la libertad de conciencia, y el derechoa mantener las propias tradiciones.

Por otra parte, el valor relativo que seotorga a la biomedicina es comprensibleteniendo en cuenta la escasa calidad de laoferta que habitualmente se brinda en loscentros de salud. Esto equivale a decir quela visión de los campesinos no sólo adquieresentido a partir de las reelaboraciones queellos realizan respecto de sus experiencias,sino también a partir de los límites dados porla realidad del servicio. Con relación al temanota Leslie (1980) que la biomedicina es casisiempre mucho menos científica de lo quepretende ser.

Otra forma de combinar medicinas con-siste en reemplazar por etnofármacos losremedios recomendados por el biomédico.Hecho que se debe al costo excesivo de losfármacos de laboratorio, a su refiguraciónnegativa y al alto valor terapéutico que seatribuye a los remedios tradicionales.

�El médico le falló en la medicación.Estuve dieciseis días internada porque teníahemorragia por la nariz. Entonces me trajeronyuyos para que pararan la hemorragia�(Etelvina).

�Mi padre sólo tomaba yuyos y llegó a 90años, murió sentado y podía caminar, hacer

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todo. Nosotros acá nos medicamos y noscuramos. Por lo menos treinta pesos hay quegastar cuando el médico te manda remedios,nosotros no buscamos en la farmacia,tomamos los remedios caseros� (Etelvina).

El precio de los medicamentos delaboratorio actúa indudablemente como unfactor limitante de su consumo por parte delos sectores de más bajos recursos. Es factibleobservar en las herboristerías de San Juan apersonas que muestran al farmacéutico lareceta que les han dado en el hospital, a lapar que le piden consejo respecto al remediotradicional que pueden comprar en reempladel recetado. Habitualmente, estas personasexplican que sus presupuestos no alcanzanpara acceder a los fármacos de la industria.

No sólo motivos económicos fundan lapreferencia por los etnofármacos, incidenademás las representaciones culturales. Enefecto, la carencia de la noción de reaccionessecundarias, en muchas circunstanciasdetermina que las mismas sean reelaboradasy explicadas como muestras de los males queoriginan los remedios. Asimismo, la altaeficacia que los campesinos reconocen en susdiferentes terapias conlleva a la preferenciapor sus medicamentos en desmedro de losfármacos recetados por el biomédico.

�La barba de la piedra es chiquita, unpalito finito, finito, que se hace sobre la pie-dra en la cordillera, se usa para la angina. Laescarapela se usa para la gastritis, es de lacordillera también, es como una escarapela,se usa para el corazón también. La gastritistambién se cura de palabra porque a mi mela curaron. Yo vivía con remedios, todo mecaía mal, los remedios del corazón eranfuertes y me daban gastritis. Una señora deSan Juan me curó de palabra rezando conalcohol me hizo señas en la barriga, tres días,

tres veces, una vez por día. Y me curó hacetres años que me curó, ya puedo tomar caféy otras cosas� (Nicolasa).

Más allá de las distintas variantescombinatorias entre la biomedicina, elcuranderismo y la medicina casera. Lasterapias religiosas aparecen como una nuevaopción cuando los procesos de enfermedadson largos, y se ha recurrido a variosespecialistas tradicionales y biomédicos. Laselección del culto y el sanador depende,como en los otros casos, de factorescoyunturales (Fassin, 1992), entre los quefiguran los consejos de vecinos, amigos yparientes -normalmente sustentados en suspropias experiencias- las posibilidadeseconómicas y de movilidad hacia el lugar decura, la fama especial de un determinadosanador y la interpretación que se haga de laterapia ofrecida, la que debe ser entendidaen el marco de las representacionestradicionales.

La adscripción a los cultos carismáticos oevangélicos en muchos casos se origina enla cura de los dolientes, quienes se conviertenasí en instrumentos de una activa propaganda,a partir no sólo de sus testimonios en el ritualsino también de su prédica. Especialmentepentecostales y evangélicos suelen asumiruna actitud de cruzados, la consigna deconversión del prójimo parece centrar susvidas, lo que da rédito a sus pastores y a suscapacidades terapéuticas. Las queobviamente, desde el punto de vista de loscreyentes son mera expresión de la voluntadde la divinidad en el sujeto, y no poder de lapersona, lo que no quiere decir que estasrepetidas explicaciones de carismáticos ypentecostales sean aceptadas por la poblacióncampesina. Más bien la gente acostumbradaa negociar con los poderes humanos de

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curanderos y brujos, entiende la capacidadterapéutica de los sanadores religiosos comomanifestación de su propia energía yhabilidad.

Entre los practicantes de estos cultos, lacura religiosa desplaza al curanderismo,convirtiéndose en opción inmediata despuésde la medicina casera, a las que suman lamayoría de las veces la biomedicina. Dehecho, los religiosos han construido unelaborado discurso de complementariedad,que deja el cuerpo en manos de losbiomédicos, y el espíritu en manos de lospastores y sacerdotes, y en general de lacomunidad religiosa. Sin duda se trata de unaestrategia que intenta colocar a los sanadoresreligiosos fuera de sospecha y del peligro deser acusados de ejercicio ilegal de lamedicina. Actitud que tiene sentido ya queen la Argentina la única medicina permitidaes la biomédica y tanto históricamente comoen la actualidad, los curanderos han sido yson discriminados, incluso procesados yencarcelados (Klappembach, 1994). Deacuerdo a Viturro (1998), los biomédicosestán claramente en contra de la medicaciónque realizan los especialistas tradicionales,mientras que se muestran más tolerantes conlas curas espirituales mediante oraciones.Más allá de estos matices se advierte en losprofesionales biomédicos una reaccióntendiente a afirmar su hegemonía en el campode la salud ante la creciente opción pormedicinas más delicadas (Douglas, 1988),que se advierte en los más diversos sectoresde la sociedad. Sin embargo, las críticas delsector biomédico se canalizan especialmentecontra especialistas tradicionales ualternativos obviando las menciones a losreligiosos, límite que puede explicarse envirtud del poder que poseen y suelen ejercer

las Iglesias.Hablamos de la construcción de un

discurso de complementariedad debido a queen la práctica los sanadores religiosos tratancualquier tipo de mal, y los participantes delos cultos dan cuenta de sanaciones en lasque el enfermo padecía cáncer, parálisis uotras dolencias físicas. Es claro, además, queaun desde el sistema de representaciones loscreyentes consideran ilimitado al poder deDios, y por consiguiente capaz de curarcualquier tipo de mal. Cabe resaltarse,además, que los pacientes que visitan asacerdotes y pastores esperan ser tratados dedolencias físicas. En síntesis, se advierte enlos terapeutas religiosos una contradicciónentre el discurso y la praxis, que apunta apreservarse de las presiones biomédicas. Ellono quiere decir que la complementariedadentre la biomedicina y la religiosa no sea unaselección recurrente, de hecho la mayoría delos pacientes son tratados por las dos terapias.

Entre los creyentes, la concurrencia alculto les permite cargarse de energía yarmonía, vale decir mejorar su estado desalud y su calidad de vida, la oracióncomunitaria se convierte, así, en unprocedimiento preventivo contra lasenfermedades y en un medio que aumenta elcaudal de salud y facilita el mejor desarrollode las potencialidades del sujeto.

�Mi consuegra va todas las semanas alculto, y por eso está bien. Ella dice queconsigue todo, que el hijo ande bien en supareja, que tenga trabajo. Ella tiene bastanteedad y se siente bien, no tiene enfermedad.En San Juan hay una Iglesia carismática, yofui a la misa con las hermanas de mi nuera.Ellas van a rezar, a pedir para tener salud,para que no les pase nada, ni a ellas ni a sufamilia. Ellas dicen que se recibe energía, que

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es como protección� (Nicolasa).La noción de enfermedad en las

representaciones religiosas implica unadimensión orgánica, una dimensión psíquicay una dimensión espiritual, esta última in-volucra el estado de gracia, la armonía conla divinidad, y la estabilidad de los vínculosfamiliares y sociales. La idea de salud no esmeramente física, por lo tanto el dolientenecesita siempre de la terapia religiosa, auncuando el mal se manifieste principalmentea nivel orgánico y sea atendido por labiomedicina.

Los conceptos de enfermedad y terapiasustentados por carismáticos y evangélicosson básicamente similares a los tradicionales,lo que explica su fácil aceptación yreelaboración por parte de los campesinos nopracticantes de estos cultos. Estos últimos -como dijimos- recurren generalmente a estaopción después de haber tentado con más deun curandero y un biomédico, por lo cual lasbúsquedas sucesivas se orientan haciamedicinas que manejen energía yproporcionen un tratamiento holístico y no aterapias concentradas en lo orgánico,condiciones que cubre la cura religiosa.

Por otra parte, el sentimiento depertenencia comunitaria que suscita laadscripción a estos cultos y que favorece laelección de la terapia religiosa entre loscreyentes, es a la vez un factor limitante fuerade ese ámbito. En efecto, un carismático noconcurre a un terapeuta evangélico yviceversa, mientras que la mayoría de lapoblación de raigambre católica prefiere loscarismáticos y aún podría temer la censurasocial de visitar un evangélico, por lo que siestas consultas se hacen, se concretandiscretamente. Lo dicho muestra que laprofesión de determinada fe es otro de los

factores que incide en los caminosterapéuticos seguidos por la población.

�En Los Berros (una aldea cercana) hayuna iglesia evangélica. Acá no hay gente quevaya a curarse a Los Berros, los de Los Berrosse curan con el pastor. Allí se hizo la mayoríaevangélica, los católicos están predicando denuevo porque se hicieron muchos evan-gélicos. Yo fui una vez con una amiga, queestá convertida, paseando hasta Bs. As, por50 pesos. Fuimos a un club y después estuveen el servicio religioso, donde le dieron a losbautizados un pedazo de pan como si fuerala hostia y una copita de vino. Allí se oraba yse oraba, que sé yo. Yo a la mañana anduvepaseando, después vino el pastor preguntadosi me había gustado� (Nicolasa).

Si bien las medicinas alternativasprácticamente no figuran en los caminosterapéuticos de la población campesina,podría esperarse que en no mucho tiempo selas tuviera entre las opciones seleccionables,tanto por las concordancias semánticas en-tre estas terapias y las tradicionales, comopor el nivel de divulgación de las primeras yel eco que tienen en la gente.

Especialmente se conoce la labor querealizan algunas personas que se auto-denominan médicos naturistas, quienes através de programas de radio recibenconsultas de la gente y dan recetas, en sumayoría vegetales, para tratar algunasdolencias.

�Sentí por radio, estoy por ir a unparapsicólogo, hacen mucha propagandasobre todo en Chile. Yo oigo muchas radioschilenas, que trasmiten programas conparapsicólogos� (Domingo).

�Los que salen en radio Colón (de SanJuan) parece que saben. Se había perdido unarreo de vacas y el dueño preguntó quién se

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los había robado. El parapsicólogo le dijo lasvacas están hacia el oeste, unos 7 kms., unseñor inválido las ha encerrado, usted dejóla tranquera abierta y las vacas escaparon�(Domingo).

�En San Juan hay médicos naturistas, 10pesos cobran por la consulta. A uno que llamópor un pleito, el médico le dijo que si queríafuera al consultorio para darle más detalles.Cuando llaman por enfermedad van alconsultorio para que les recete� (Rosario).

�Yo aprendí recetas usando vegetales porla radio, y las usé para la enfermedad y medieron resultado� (Etelvina).

Se advierte que los motivos de consulta aestos especialistas son similares a las razonesporque se va al curandero -adivinación,enfermedad, presunción de daño, etc.- A lavez, es notorio que la difusión radiofónicaes un mecanismo de propaganda y decaptación de clientela.

La población campesina posee un ricoconocimiento de la flora, de su posibleutilización como fármacos y de las dosisnecesarias. Sin embargo, errores en las dosisse registran cuando se valen de preparadosque no pertenecen a su acerbo tradicional ocuando migran a la ciudad y pierden ese sa-ber inmediato acumulado en la experienciacotidiana.

Entre nuestros informantes el único quese trasladó a San Juan para consultar uno deestos especialistas, lo hizo en virtud deproblemas laborales:

�Uno que vino de Chile, Joaquín Bernal,tenía el consultorio en la calle Rioja, SanJuan, al lado de la Panadería Argentina, nosé si ahora atenderá, eso queda en San Juan,me dio unos perfumes, uno para cada día dela semana. El perfume me lo tenía querefregar uno por las manos. Yo andaba mal

en el trabajo, trabajaba de chofer y tuveproblemas con el jefe, me sacaron de chofery después volví. El parapsicólogo me ayudóun poco. El me dijo en veinte días más teincorporan como chofer� (Domingo).

Es interesante destacar que el informantereconoce cierta ayuda en la labor delparapsicólogo, y que la utilización de losperfumes le resultó completamenteadmisible. Si bien los perfumes no pertenecenal patrimonio de los elementos preventivosy restauradores tradicionales como la ruda yla contrahierba, son fácilmente incorporablespuesto que las ideas de limpieza ypurificación mediante líquidos olorososforman parte del sistema de creenciascampesino (Idoyaga Molina, 1999a).

Sintetizando, los caminos terapéuticos dela población campesina incluyen variadasmedicinas, en la selección intervienenaspectos representacionales sobre las ideasde enfermedad y terapia, la duración del mal,la adscripción religiosa del usuario y criteriossobre eficacia demostrada. La combinaciónterapéutica es vista como buena en sí misma,y constituye una estrategia muy generalizada.Las autoridades sanitarias y los trabajadoresde la salud, habitualmente se explicanequivocadamente la concurrencia a lasmedicinas tradicionales como ignorancia oresultado de la carencia de oferta biomédica.En nuestra investigación pudimos comprobarque los sectores de más poder adquisitivo ymayor nivel de instrucción son los queconcretan itinerarios terapéuticos máscomplejos y variados, lo que pone en claroque la preferencia por otras medicinas res-ponde a complejas razones desde laperspectiva del usuario (Idoyaga Molina, enprensa b).

Los discursos y visiones que las distintas

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medicinas sostienen no reflejan laspreferencias o conductas de la población, niconsideran sus caminos terapéuticos. Entérminos generales puede afirmarse que elcarácter hegemónico (Eling,1981 yMenéndez,1985) de la biomedicina, setransforma en diferentes tipos de presionesy discriminaciones tanto sobre las otrasmedicinas como sobre los pacientes (IdoyagaMolina, 1997 y 98; Luxardo, 1998; Kalinskyy Arrúe, 1996; Palma, 1995; Torres y Aprea,1995, entre otros).

Las medicinas tradicionales son descriptascomo falaces, irracionales e inoperantes,mera expresión del pensamiento mágicodesde el esquema positivista, y sus sanadorescomo embaucadores profesionales que lucrancon la ignorancia y torpeza de la gente. Elusuario que admite haber recurrido aespecialistas tradicionales o a la medicinacasera es denostado, censurado, ridiculizadoy agredido, mientras que los especialistas sonperseguidos, y a veces denunciados porpráctica ilegal.

Entre las estrategias adaptativas de losespecialistas figuran los discursos decomplementariedad y el ocultamiento de lacondición de sanador. Los curanderos señalanrecurrentemente -como dijimos- que lasdolencias que ellos tratan no son las mismasque las de los biomédicos a fin deresguardarse. No obstante, esta separaciónde campos entre el especialista tradicional yel académico no impide que sean des-valorizados y perseguidos. No hayocultamiento del estatus de sanador adentrode la propia comunidad o de poblacionessimilares -de hecho los curanderos visitanaldeas alejadas incluso fuera de la propiaprovincia- es más bien una estrategia ante elextraño. Ello no impide que a través de

recomendaciones, personas foráneas puedanvencer el recelo, ubicar especialistas yhacerse atender. Concretamente en las colasde espera de Doña Felipa, famosa curadorade Iglesia (Pcia. de San Juan), puedenobservarse personas de todos los nivelessociales, económicos y de instrucción. Delmismo modo otros curadores son convocadosa centros urbanos, incluida la Capital Fede-ral, en estos casos por individuos perte-necientes a los sectores de altos ingresos ymayor educación.

El ocultamiento y la negación son lasestrategias más comunes de los usuarios enla consulta biomédica. Respuestas cortas osimplemente un �no se� les permiten evadirretos y reproches por no haber hecho nadamás que tratar su salud de acuerdo a susistema de creencias.

En lo que hace a las terapias de alternativael discurso biomédico muestra ciertatolerancia a la acupuntura y a aquellas otrascuyas técnicas puedan, más o menos, serexplicadas desde las representacionesbiomédicas, mientras que desaprueba las quetienen soporte en la eficacia y manipulaciónsimbólica. Las medicinas y los sanadoresalternativos, generalmente más instruidos quelos tradicionales, brindan habitualmenteclaras explicaciones sobre las nocionesinvolucradas en sus prácticas, ideas de per-sona, corporalidad, energía, salud yenfermedad muy diversas de las de labiomedicina y que se valen consecuen-temente de técnicas también muy diversas.Estas medicinas son muy aceptadas y estánmuy difundas en todo el país, aunqueespecialmente en los sectores de mayoresingresos e instrucción. En cuanto a la relacióncon la biomedicina, las alternativas generanun discurso que hace mayor hincapié en las

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diferencias y en sus ventajas, que en lacomplementariedad.

Una doble actitud de los biomédicos seadvierte en relación a las medicinas reli-giosas. Por un lado, la cura de carismáticosy evangélicos es hasta tolerada supues-tamente en virtud del carácter espiritual dela misma, a nuestro modo de ver es un límiteimpuesto o autoimpuesto por el poder de laIglesia, que sin duda no vería con buenos ojosque unos de sus sacerdotes fuera denunciadoy apresado por ejercicio ilegal de la medicina.Este hecho beneficia a los evangélicos -cuyasIglesias seguramente no tienen la mismafuerza que la Católica- en virtud de lasimilitud de sus terapias y los sistemas decreencias que las fundan. Por otro lado, estánlos sanadores de cultos afroamericanos,especialmente umbanda, que sondiscriminados, perseguidos y habitual-mentedefinidos como embusteros que seaprovechan de las personas más necesitadase ignorantes. Las creencias de raigambre afroson tenidas por primitivas, mágicas einoperantes, y en cierto sentido rechazadaspor más amplios sectores. Hecho que se hallaen relación a la cantidad de fieles umbandaque luego se volvieron pentecostales y asísus más severos perseguidores y detractores.Cabe acotar que al plantear su campo decompetencia terapéutica se advierte tambiénun discurso de complementariedad similar alde las otras religiones, que en este caso notiene resultados positivos.

Desde la biomedicina obviamente no seelaboran ni admiten discursos de complemen-tariedad. En la práctica sólo la mencionadaderivación al curandero que algunosbiomédicos realizan en casos de empacho,culebrilla, etc. o la recomendación de alguna

receta casera muestran su tolerancia oreconocimiento hacia la medicina tradicional.La supuesta preocupación por el consumo deremedios de origen vegetal �que se puederegistrar en hospitales y centros de salud- noes más que una máscara que oculta elejercicio del poder en la atención de la salud.Al descalificarse las medicinas populares segeneran conflictos entre profesionales de labiomedicina y usuarios del sistema. Se tratade un enfrentamiento que involucra lavalidación y anulación de praxis terapéuticas,saberes, conceptos, técnicas, repre-sentaciones culturales y marcos episte-mológicos. La marginalidad y la prohibiciónde las medicinas tradicionales muestranademás el cinismo de la política oficial en elárea de salud, que mientras ignora lamedicina del otro social y cultural, y étnicopresenta un discurso de respeto intercultural,de pluralismo democrático y de aceptaciónde las recomendaciones de la OrganizaciónMundial de la Salud.

Lo dicho no impide que la comple-mentariedad y la combinación terapéuticasean las formas más comunes de atención dela salud, no sólo en poblaciones campesinassino también urbanas y educadas.

Los caminos terapéuticos seguidos por lapoblación, muestran que los discursos decomplementariedad son mucho másestrategias desarrolladas por los curadores,que ideas que reflejen el modo de pensar yactuar de los campesinos.

Conclusiones

El análisis de episodios concretos deenfermedad indica que la primera elección

27LA SELECCION Y COMBINACION DE MEDICINAS (...)

terapéutica es la de la medicina casera, consus múltiples variantes, a las que se sumanen segunda instancia, sin preferencias labiomedicina y el curanderismo, la mayoríade las veces combinándolas. Si la dolenciase prolonga suele tentarse con las curasreligiosas �carismáticas y evangélicas-, si elenfermo es un creyente y militante de estoscultos, entonces la cura religiosa reemplazaa la del curandero, no así a la medicina casera,que sigue combinándose con las otras durantetodo el proceso de enfermedad. Lasmedicinas alternativas están siendoconocidas, y es probable que en el futuro seconviertan en una opción de importancia.

Los selección y combinación de terapiasresponde a factores estructurales tales comolas representaciones sobre la enfermedad, laprevención, la cura, la idea de persona y lasentidades que la integran, etc. Lo que explicala importancia que tienen la medicina caseray el curanderismo, así como la aceptación yfácil reelaboración de las prácticas religiosasy alternativas. La aceptación de la bio-medicina se debe, ya no a concordanciassemánticas y lógicas con las nocionestradicionales, sino a cierta eficacia compro-bada empíricamente y a la situación decontacto con la sociedad global, que hadesarrollado múltiples estrategias porimponerla.

La duración del mal incide también en lacantidad de medicinas y terapeutas a los quese recurre, los males prolongados setransforman en verdaderos itinerarios enbúsqueda de diagnóstico y tratamientoefectivo. El diagnóstico que no se corroboramediante la cura y la recuperación de la saludes equivocado. Sólo los males causadosintencionalmente ocasionan la muerte, por

lo tanto si el paciente muere, el únicodiagnóstico correcto es el de daño.

La combinación de medicinas es positivapor sí misma, y tanto involucra la consulta alos especialistas como el consumo defármacos. Permite, asimismo, que los actoresatribuyan la cura a una medicina determinadao a la combinación de varias según suspropios criterios.

La más alta selección de la biomedicinaresponde al tratamiento de quebraduras yheridas. Si el mal padecido es un daño seentiende que sólo puede ser atendido por elcurandero. Ello no quiere decir que duranteel proceso de enfermedad se descarten lasterapias biomédicas, ya que la existencia demúltiples diagnósticos, entre ellos los de labiomedicina, definen al mal como tratablepor ésta. Sólo la muerte del paciente develaque dicho tratamiento era inadecuado y quelos diagnósticos de daño eran los correctos.El curanderismo es la terapia preferencialpara los trastornos mentales.

El concepto de enfermedad involucradistintos desequilibrios -físicos, emocionales,entre las entidades que involucran la persona,sociales, ambientales y religioso-rituales-.Para explicar las dolencias existen causasnaturales y causas que involucran ideas deenergía, poder e intención. Sólo los episodioscurados en breve tiempo pueden remitirse acausas naturales, mientras que losprolongados implican alguna manifestaciónde poder, y los procesos seguidos de muerteuna intención dañina.

Para aplicar las recetas de la medicinacasera es necesario prestar atención a lossíntomas de la enfermedad, si esta medicinano resulta, lo más importante es establecerlas causas del mal para poder curarlo,

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pasando a ser cualquier síntoma unamanifestación engañosa de una causaverdadera, como un daño, malos deseos, etc.Tal descubrimiento no puede hacerse a partirde los síntomas sino de las técnicasdiagnósticas del curandero, que podrá ver,incluso mostrar a su paciente, quién lo estádañando. La importancia que se da a lossíntomas tiene sentido si las causas son natu-rales, en cambio si éstas involucran trabajosde daño, intenciones negativas y poder,establecer el origen del mal es el punto fun-damental que permite neutralizarlo.

Dado que la enfermedad refiere disfun-ciones orgánicas, anímicas, sociales, ambien-tales y religiosas, demanda una medicinacapaz de actuar en esos campos. Sólo lasterapias tradicionales responden plenamentea las representaciones culturales particularesde los campesinos, las biomédicas por tratarmeramente lo orgánico deben necesariamentecombinarse, mientras que las religiosas yalternativas si bien apuntan a todos losdesequilibrios tienen que ser reelaboradas,aunque más no sea parcialmente, paraadecuarse a las representaciones del grupo.

Los nombres de los taxa de enfermedadson tradicionales �ojeo, susto, etc.-, referidospor órganos -ardor de estómago, frío degarganta, dolor de riñones- y por expresionesbiomédicas �presión arterial, derrame cere-bral-. Estos nombres diferentes no implicandistintas conceptuaciones de la enfermedad,ni se asocian a causas diferentes.

Los discursos de complementariedadexplicitados por los terapeutas tradicionalesy religiosos y las críticas de la biomedicina alas otras medicinas no inciden en la selecciónde terapias que realiza el enfermo.

Los factores coyunturales como consejosde vecinos, posibilidades económicas y de

traslado inciden en concurrir a uno u otrohospital, a uno u otro curandero, a uno u otroespecialista religioso, pero no determinan laconcurrencia o no a un determinado tipo demedicina.

Son los aspectos estructurales de lascreencias culturales los que determinan laelección y la combinación terapéutica,aspectos que a la vez se han puesto en juegopara incorporar ideas, hechos, experienciasy tecnologías impuestos por la situación decontacto, y que al ser refigurados se integranen forma armónica sin resquebrajar el ordencultural.

Notas

1. La concurrencia a diferentes medicinas,la heterogeneidad cultural entreprofesionales de la salud y pacientes yel carácter hegemónico de labiomedicina originan numerososconflictos (Bourdieu, 1988; Good,1987; Good, 1992; Green, 1989;Idoyaga Molina, 1997 y 98; Kalinskyy Arrúe, 1996; Luxardo, 1998 y 99;Menéndez, 1985; Nathan, 1991; Palma,1995; Pellegrini, 1986; Sachs, 1989;Torres y Aprea, 1995; Wilce, 1995,entre otros). Sin embargo, desde laperspectiva del paciente la combinaciónterapéutica es una estrategia valoradapositivamente (Good, 1987; IdoyagaMolina y Krause, 1999; Pellegrín,1998; Pérez de Nucci, 1989;Sturzenegger, 1994; Viturro, 1998).

2. En los trabajos de campo, la mayor par-te de la información fue recabada enentrevistas abiertas, extensas y en pro-

29LA SELECCION Y COMBINACION DE MEDICINAS (...)

fundidad con informantes calificados yen algunos casos con grupos naturales(Coreil,1995). Recurrimos también a laobservación y a la observación partici-pante. Los información de entrevistasfue registrada con magnetófono ytrascripta literalmente, al pie de los re-latos que aquí publicamos se indica elnombre del informante.

3. Sobre la medicina tradicional del NOApuede verse Bianchetti, 1996; Hurrel,1991; Idoyaga Molina, 1999b y enprensa a; Palma, 1978; Pérez de Nucci,1988 y 89; y más específicamente sobrela de San Juan: Almeida, 1996 eIdoyaga Molina y Krause, 1999.

4. Sobre la clasificación de las enferme-dades, las formas preventivas yterapéuticas en cálidas y frías véaseIdoyaga Molina, 1999a.

5. El mal de ojo es una enfermedad quesufren especialmente los niños, se pro-duce cuando una persona de muchaenergía piensa, toca, mira o extraña aotra de energía mucho menor. El quedaña puede tener intención de enfermaro meramente producir el mal sinvoluntad, al causar un desbalanceenergético en seres más débiles.

6. Sobre santos populares y otros perso-najes míticos de importancia en las re-presentaciones culturales de los cam-pesinos de San Juan véase Krause, 1994a y b, 95 y 96.

7. Sobre este punto puede verse IdoyagaMolina, en prensa a.

8. En un trabajo referido al NOA, peroaplicable a San Juan, propusimosentender la enfermedad como distintostipos de desequilibrios. Son ellos: a)desequilibrios orgánicos, los que semanifiestan sólo a nivel físico. b)desequilibrios entre las entidades queintegran la persona, tal es el caso delsusto, que implica la pérdida del alma.c) desequilibrios sociales, los que seoriginan en la interacción social comola envidia, el daño, o la tirisia, oca-sionada por la pérdida de lazosfamiliares. d) desequilibrios espacio-ambientales, los males que contagianlos ambientes negativos, o los espaciostabuados como el mal aire, la aikadura,etc. e) desequilibrios religioso-rituales,los males que se contraen por faltacometidas en las ofrendas, las promesasy las ceremonias dedicadas a los seresmíticos. Sobre este tema véase IdoyagaMolina, en prensa a.

9. En el NOA, por ejemplo la Pachamama(la madre tierra) puede hacer caer a lapersonas especialmente en agosto, mesen que la tierra esta abierta y ham-brienta, por lo que los riesgos y peligrosaumentan, para neutralizarlos esnecesario multiplicar las ofrendas a ladeidad. En San Juan los duendes, lasalmas de niños cuyas madres prac-ticaron abortos, intentan vengarse desus progenitoras causándoles malesdiversos.

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ResumenSobre la base de materiales originales, laautora analiza las preferencias y combina-ciones terapéuticas entre la población cam-pesina de la Provincia de San Juan. Para ello,parte de la descripción de las alternativas decura que se ofrecen a la población, para lue-go mostrar las elecciones y combinacionesmás frecuentes. Posteriormente, focaliza losmotivos que fundan la selección, analiza asíel papel que juegan la duración de la enfer-medad, las nociones tradicionales de enfer-medad y terapia, la adscripción a cultos reli-giosos y factores coyunturales. Finalmente,estudia los discursos de complementariedadde las diversas medicinas y su relación conla praxis terapéutica y las preferencias de losusuarios.