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roberto laserna martina en balada corta martina uj juch'uy takiypi ecbcior: Dilíraue

roberto laserna martina en balad corta a

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roberto laserna martina en balada corta martina uj juch'uy takiypi

ecbcior: Di l íraue

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R O B E R T O L A S E R N A

M A R T I N A E N B A L A D A C O R T A

PREMIO NACIONAL DE CUENTO

IBART 1974

COLECCION "VIENTOS NUEVOS"

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M A R T I N A EN BALADA CORTA

M A R T I N A UJ JUCH'UY T A K 1 Y P I

COLECCION "VIENTOS NUEVOS"

VOL. I

Cocbabamba, 1975

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Es propiedad del autor.

Depósito Legal N9. 104/75.

Portada de Carlos Rimassa

EDITORIAL CANELAS S. A.

Cochabamba, Bolivia

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P R O L O G O

No es muy común empezar a los 22 años, ga-nando un Premio Nacional de Cuento y siendo tra>-ducido —acaso sea al quechua— para conocimien-to do las verdaderas mayorías. Desde luego que Martina en Balada Corta no es' el primer cuento escrito por Roberto Laserna, pero sí el primero publicado —tan auspiciosamente—, conminando a asumir en definitiva la vocación de este talento-so autor. Confiamos en ello. Martina es una re-velación dentro de la nueva cuentística boliviana, y por eso, en este prólogo, intentamos destacar sus características más notables quo le llevaron, precisamente, a ganar el Concurso de IBART; por otra parte, la traducción al quechua que acompa-ña esta edición es a todas luces ponderable, gra-cias a la compenetración y cuidado con que tra-bajó el radialista Héctor Fiorilo, ofreciéndonos una versión clara y precisa del original. Que se-pamos, ésta es la primera traducción en su géne-ro y, conforme a los nuevos sistemas de alfabe-tización en el campo, este hecho tiene un signifi-cado especial, auspicioso, en concreto, para el fu-turo de nuestras letras nacionales, por cuanto ne-cesariamente tendrán que conocerse en quechua no sólo la Biblia y los escritos proselitistas que lle-nan el área rural, sino, y esto lo recalcamos por

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su importancia, todas las obras representativas de la literatura nacional y universal; es una de las maneras más vitales que implica recoger esa, . a-ravillosa tradición precolombina, donde el Olian-tay, los jaillis, los arawis, etc. esperan ser algo más que reliquias del pasado.

Martina en Balada Corta, cuento de connota-ción social y temperamento romántico, es apenas un recuerdo, un instante, en que Manuel evoca a la Maitina de antes, a su Martina, con sabor a campo; bucólica inocencia la suya —que ya no lleva la pureza del sello original— en la compara-ción. La técnica con la que Laserna ordena las secuencias de tabulación se adecúa a la naturale-za del relato. El tiempo es un factor vital y mo-derno para su integración en dos planos que nos revelan la identidad del narrador-personaje, tiem-po sicológico, y la del narrador-autor, tiempo his-tórico. El tiempo sicológico se da en un monólo-go donde la segunda persona recurrente no es si-no un juego estético muy usado por Cortázar, es-pecialmente en Rayuela, con sentido prosopopéyi-co, emotivo en Laserna que, además, maneja muy bien el signo idiolectal de sus personajes, para así lograr su caracterización plena. En el tiem-po histórico, el acento juvenil de la trama es pro-pio del temperamento de su autor, de su devenir vital e imaginación. La narración de las situacio-nes es clara a pesar de los cortes y saltos. Intui-tivo más que racional, Roberto Laserna sabe con-tar con interés y habilidad en el manejo de los recursos técnicos heredados de James Joyce. Así, todo cobra relieve en un contexto típicamente va-Huno, aún cuando los elementos de referencia con-creta son apenas sugeridos, explicitándose más en los personajes que en el escenario mismo; de ahí

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que su prosa a ratos se torna lírica, con un ma-yor grado de subjetividad en las descripciones que en la narración, cuya dinámica, por otra par-te, es más de "racconto" o de evocación fragmen-taria y trenzada con el momento presente.

Martina, personaje líricamente dramatizado desde el título del cuento, es la víctima constante —por no decir anónima— del espejismo de la ciu-dad, de la ilusión con que innumerables mucha-chas sucumben al vicio y la miseria por falta de orientación y fuentes de desarrollo. La ciudad es un ente deshumanizado, pragmático y absorbente. Martina es explotada por la burguesía que la pre-destina, fatalmente, a la salacidad de los señoritos que frecuentan el "Cantry". Es patética esta ba-lada de Martina, muchacha bella e ingenua, que termina siendo rechazada aún por la caridad cris-tiana, puesto que "Con hijo no la quieren", y ella, irónicamente, se llena de hijos porque aprende a vivir de su cuerpo, aventura diaria que la lleva a acabar, en poco tiempo, con la mano extendida, en espera de la cómpasión del prójimo, y, en es-te ámbito, se espera la compasión de Manuel que la contempla sorprendido y nostálgico, sin nada más que su reproche reiterado a manera de es-tribillo: "¡Ay, Martina, si te hubieras quedado!"

Este cuento evidencia la piedad que ensaya-mos en la ciudad, la evolución que ofrecemos a quienes se aventuran a dejar el campo, y así, La-serna nos enrostra esta cruda verdad, la única, por lo demás, que le da valor documental al rela-to, sin que ello perjudique su estructuración esté-tica.

Adolfo Cáceres E.

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MARTINA EN BALADA CORTA

No, Martina, no te reconocerías. ¿Re-cuerdas tus mejillas lisas y redondas? Ni en espejo de oro las encuentras de nuevo. De ellas sólo quedan dos orificios de piel pegados a tus huesos. Y el cabello, renegrido en tus trenzas, ha quedado en los suelos mugrientos de la ciudad; si te vieras Martina, sólo unas matas canosas rodean tu cabeza. ¡Por qué te escapaste Martina! Mejor te hubieras quedado. Decías no tener horizonte dónde mirar, yo por lo menos te hubiera dado alegrías.

Te viniste sin avisar a nadie, ¿recuerdas Martina?. . . No creo, si apenas me reconoces. Con ese hijo flaco que te besa los ojos, envuel-to en trapos botados, jugando con su hambre-cita que no sabes mitigar. ¡Ya no me recono-ces Martina! Pasé a tu lado cuando sentada en

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la puerta de la Iglesia mostrabas tus manos vacias. . . y ni me viste Martina.

Años han pasado, es cierto, pero me que-rías, reconocelo. ¡Por lo menos eso reconocé!

Pollera brillante salía Martina el domin-go, contoneando caderas al encuentro de Ma-nuel. Sonrientes los dos, caminando a empujo-nes.

—¿Un refresco Martinita? . . . servite p.ues!

Y ella escapaba. De Manuel escapaba ju-gando. Y hasta encontrarla tras un portal él jadeaba, desesperado sobre sus ojotas nuevas, corriendo, pisando hormigas en el pueblo. Y las risas contenidas de su Martina revelando el lugar de su escondite. Y Manuel, atrapan-do su cintura apretada, cogía la felicidad en el talle de Martina, que gritaba su sonrisa.

—Te me escapas, ¿no Martina? — empu-jándola, atrayéndola, apretándola Manuel — ¡por qué eres arisca Martina!

i Ella sonriente apretaba sus pechos en el

cuerpo de Manuel.

Y te viniste Martina, sin decir nada te vi-niste. ¿Buscaste mucho? Me han dicho que tra-bajabas, sólo me han dicho. De saberlo, seeu-

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ro me largaba Martina. Pero dejar la cosecha de papa era difícil. ¡Maldita cosecha! quizás si me venía te encontraba y nos íbamos juntos. Pero yo tenía la esperanza de tu regreso. Y esperaba y esperaba. Me hubiera largado Mar-tina, y no te pasaba nada. ¡No te hubieran paseado el cuerpo esos hijos de puta! ¿Cuál fue el primero, Martina? Pensando encontrarte virgen te abrió las piernas y, ¿sabes?, tu ma-dre me lo contó, yo ya sabía que no eras vir-gen. La culpa no era tuya, ¡claro! Fueron tus padres los que te dejaron sólita en casa, sa-biendo que tu tío era un pendejo. Y tú, Mar-tina, inocente, aplacaste los instintos de esa fiera. Fueron tus padres, ya lo sabía. No es-tabas completa y no me imp rtaba! Fueron tus padres. Pero te viniste, Martina; a mí no me importaba y te escapaste. ¿Qué hacías Año Nuevo en esa zona? ¡Quince borrachos! ¿Cuál fue el primero Martina?

—¡Apúrate hija! ¡Se va a enfriar la comi-da!

De la cocina al comedor, cargando ollas de almuerzo, platos de comida, sobras del pos-tre. Trenzas negras a la espalda, y en los ojos un humor suave. ¡Cómo le gustaba verse en ellos a Manuel!

—Recién llegada y miren qué bien sirve — pavoneándose, sonriendo, orgullosa comien-do la señora — bien Martina, haz no más ya los asados.

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—¿Y cuánto le pagas? — inquisidora, en-vidiando, comiendo doña Marta — seguro que te sale cara, ¿no?

—¡Qué pues! — sonriendo burlona, dejan-do la cuchara, lamiéndose los labios, suavizan-do la voz la señora — ¡no ves que es recién lle-gada!

—¡Suerte tienes Janet! — resignada, hin-cando el tenedor en la papa, suspirando doña Marta — yo hace días que busco una chica. . . pero éstas alzadas piden mucho, ¿no ve? ¡La Reforma Agraria tiene la culpa! ¡Antes era todo tan fácil!

Teniendo mi tierrita Martina, y tú te vi-niste. Año Nuevo y quince borrachos. ¿Te golpearon Martina? Dice que les rompiste el terno a unos cuantos. ¿Resististe Martina? -

—Buena la fiesta hermanito — con voz rengosa, arrastrando las palabras, apoyado en el amigo que cantaba — a táim for as — co-mentando el baile — ¡cuánto nos habremos ti-rado en trago!

—¡Puta que son careros los del Cantry, ca-rajo!— se lamentaba, ojos cerrados, al otro ex-tremo del zigzagueante grupo — pero vale la pena, buen trago, ¿no?

—¡Mirá la cholita, compadre! — avivan-do los ojos turbios, codeando a su amigo — ¡so-lita se viene!

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—Y la arrechera que me traigo cumpita — refrescando la vista, relamiendo sus la-bios — ésta la para de golpe!

¿Te defendiste Martina? Pero eran quin-ce y tú sólita. ¡Para qué te vendrías! Te esca-paste silenciosa... y los domingos eran nues-tros Martina, bien nuestros. ¿De cuál fue él hi-jo? ¡Quince padres y ningún apellido! Dónde se ha visto.

—La chola me salió mala — lamentaba, hipócrita la señora — fíjate que le crece la panza y no dice nada.

—Así no más son estas imillas — escan-dalizada, corroborando piadosa doña Marta —• el rato menos pensado fee traen encargo a ca-sa.

• . ' ' 1 —La voy a tener que botar — suspiran-

do, condolida por la desgracia, caritativa, co-miendo canapés la señora — ¡tan buena que era! Pero una boca más es mucho, a no ser que le quite el sueldo, la chica se va.

•—¡Además de la vergüenza hija! — bajan-do los ojos, pensando en el grupo de rummy, tomando el té, doña Marta — van a decir que no sabes cuidar a tu servidumbre.

Y te botaron con el hijo a cuestas. No tenías la culpa Martina, ¿Por qué no volviste?

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Yo lo hubiera querido Martina. No tuviste confianza y ahora mirá. Con tus manos va-cías y sucias en la Iglesia. Tú te fregaste Martina. Quisiste seguir tú sola y te han car-gado de hijos. ¿En cuál de ellos te comenzó a salir esa baba que llevas colgando? Parece un hilo eterno en tus labios, no llega a caer al suelo y sigue saliendo la saliva. Sonríes con tu cara estúpida Martina. ¡Y qué bella eras! Extiendes la mano al que pasa y sonríes ba-beando. Tu hijo pequeño salta en tus rodillas, él no sabe que estás trabajando, quiere jugar y tú, la mano extendida, lo apartas. ¡Ay! Mar-tina, te hubieras quedado conmigo. Hubiéramos hecho florecer mi parcela. Criar ovejitas y gallinas. Y una vaca. Te hubieras quedado Martina. ¿Ves? ahora estoy llorando, pero no supe venir a llevarte, mi culpa es.

La noche entreabría sus colmillos fríos an-te los ojos de la recién botada. ¿Qué hacer si la barriga le pesa? Y ese bulto aferrado a la espalda, lo mismo que trajo del campo. Se va Martina clavando las pupilas en la húmeda ca-lleja. Y en ella, resonando los pasos lentos y cansados. El arrastrar de los pies lleva un ritmo constante. Chirr chirr. Parece pisando grillos — chirr chirr — sólo lleva su bulto a la espalda — chirr chirr — y el hijo que no pidió le acrecienta la cintura — chirr chirr.

Esa misma cintura que Manuel gustaba coger los domingos de feria en el pueblo. Sus-

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pirando en-tre-cor-ta-da-men-te «e aleja. Sin rencor. Sólo cansada. Martina.

i En la noche, Cochabamba es silencio que

pesa sobre sus hombros. La luna, pálida com-pañera de borrachos y barrenderos, dibuja su silueta en la calle.

I ¿Qué hiciste de tu pollera verde, Marti-

na? Hoy estás semidesnuda paseando tus ojos implorantes en la gente. Sí, conozco a tu hi-jo mayor. Lo he visto recorriendo la fila de autos frente al Astor. Recogiendo colillas ti-radas. Respirando los tanques. Tiene ham-bre el chico Martina. ¡Si te hubieras quedado! Por lo menos, ¡si hubieras vuelto conmigo!

¡Ha caído! ¡Sí!, ha caído tu baba y yo la he visto. ¡La he visto caer, Martina! Tú no te has dado cuenta pero yo la he visto caer Mar-tina. ¡Ay! ¡Si hubieras vuelto!

Romería constante. Peregrinación infortu-nada. "SE NECESITA COCINERA CAMA ADENTRO. REFERENCIAS, AQUI".

—¡Pero sin hijos! — rezongando, perdien-do la oportunidad, enojada — mírate la barri-ga, ¿acaso no te das cuenta?

Inocencia marchita, Martina va camino a los conventos. Caridad cristiana. Con su paso

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arrastrado, lacrimoso. Golpea las puertas que se abren regalando esperanzas. "

—Voy a preguntar, hija — sonrieimo con dulzura, cruz, enorme en el pecho, se da la vuelta entrecerrando la ansiedad — ya vuelvo, ya vuelvo.

—Madre, hay una cholita que pide traba-jo — con la cabeza gacha, frente a la Reve-renda Superiora — o por lo menos cualquier cosa dice.

—Sí, madre, ya sé —asintiendo, sabien-do que tienes la casa "llena" de mendigos, sa-biendo que en estas épocas duras, "la prueba de Dios", sabiendo que no pueden aceptar una con hijo, sabiendo la hermanita— ¡claro! le voy a dar aun cuando sea un plato de comida y le voy a explicar.

—Sí, madre, le diré que venga después — retrocediendo, constante cabeza gacha la her-mana— la podremos ayudar después —sa-liendo con venia y tocando el crucifijo bam-boleante de su pecho, en despedida— permi-so madre.

Martina come. Con hijo no la quieren. Volverá después. Cansadamente continúa su

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procesión ininterrumpida. Otro conventb, otra esperanza, otro plato de comida. Encontrando un resquicio de la vida en cada plato. Deses-perada deja pasar el tiempo huella diaria. De puerta en puerta. De plato en plato. Cansa la esperanza en el negro pavimento.

Esa baba colgante no la tendrías Marti-na. Ni esa risa de loca que deja entrever lo que queda de tus dientes, cuatro blandos pe-dazos proyectados hacia adelante. Martina, ¿qué se han hecho tus dientes? Mordías el durazno fresco con ellos y pelabas la caña camba. ¿Dónde cayeron tus dientes, Martina? Tienes que moler con piedra los panes duros que te regalan. Martina, mi Martina.

Las puertas se iban haciendo más impe-netrables con el tiempo. Con un hijo era di-fícil. Con dos, imposible. Y con tres ya me-jor no preguntar. Unos pesos conseguidos a la fuerza. Abriendo tus piernas cansadas. Sintiendo jadear en tu cuello. Movimiento re-petido. Y la romería que ella hiciera ante las puertas se reproduce entre sus piernas. ¡No impedirlo, Martina! La puntualidad de sus oartos la van asombrando. Envejece, y a más hijos menos plata. ¡Quién creyera Martina! Acabaste de puta y ni así querías volver. ¿Qué orgullo te retenía en esta pocilga? Cada hom-bre que penetraba en tu miser:T dejaba su di-nero y se llevaba satisfecho *tu Vergüenza. Hasta que no pudiste hacer otra cosa. Yo te comprendo, Martina. Algo era algo para comer,

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¿no? Gente hay que te regala plata, yo los he visto Martina. Te compadecen. Tu mano fla-ca, sucia y extendida implora a los pasantes. Los hijos te ayudan, Martina. Hacen de tx un cuadro de piedad. ¡Si hubieras vuelto, Marti-na! Hurgas tus pies con los dedos de tus ma-nos. Te lavas con saliva, Martina, Gator~-\r-tina. ¡Y otra vez cayó! Volví a verla, Marti-na, cayó tu baba. Al suelo, Martina. ¡Cayó de nuevo!. . . Pero sigue colgando de tu labio húmedo y viscoso. Caerá más veces Martina. ¡Ay!, si hubieras vuelto.

—¿De qué suspiras, Manuelito?

—Nada, nada Gordita.

—Creo que te has enamorado de la loca, ¿no Manuel? Sólo a ella la miras.

—No, Gordita, subite no más a la bici, ya nos varr><~>s.

—Te dejo un rato y te pones a mirar mu-jeres. .Este Manuel!

—No te burles Gordita, no ves que es des-graciada?

Radio colgante; se van en bicicleta Ma-nuel y su gordita. Pedaleando la despedida Manuel suspira.

¡Si te hubieras quedado, Martina!

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Aspirando el olor de las trenzas de su Gordita.

¡Ay, Martina, si te hubieras quedado!

un pobre hombre cansado de andar por los jardines

Dónde estarás ¿tú? Dónde

estarás, oh hija de mis besosl

n. parra

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R O B E R T O L A E R N A

M A R T I N A UJ J Ü C H ' U Y T A K I Y P I

Keshwaman aparqa

HECTOR FIORILO

COLECCION "VIENTOS NUEVOS'

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MARTINA UJ JUCH'UY TAKIYPI

Mana, Martina, mana rejsikuwajchu kar-qa. ¿Yuyankichu chay llosk'o chantá muyu-muyusila uya moqosniykita? Qori espejopi khawakuspapis mana tariwajchu watejmanta. Paykunamantaqa iskay aycha jusk'usllaña tu-Uuykiman k'askasqas kheparin. Chujchaykiri, yana k'istu sapanasqa, khepar, i jatun Ilajtaj ch'ichi jallp'ampi; rikukuwajcftusqa Martina, ch'ejchi chherqa chujchasllaña muyuykun umaykita. ¡Imaraykú ayqemporqanki Marti-na! Sumaj kanman karqa khepakunayki. Nej kanki mana nimáy khawarinayki kasqanta, ku-siyllatapis qoykiman karqa noqaqa.

Nipiman willaspa jamporqanki, ¿yuyan-kichu, Martina?. . . Mana yuyawajchu, ñak'ay-

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manta rejsiwankipis. Chay tullu churiyki ña-vviykita ír.uch'asojwan, wich'usqa thantaspi mayt'usqa, phujllaspa mana sajsachíy atisqay-ki llarkhayninwan. ¡Manaña rejsikapuvvaaki-chu Martina! Qayllaykita thaskirqani Iglesia punkupi chukusajtiyki ch'usaj makiykiia riku-chiüpa. . . Nitaj rikuwarqankichu Martina.

Watas ripunku, arí, jinapis munakuwar-qanki, rejsillay. ¡Chayllatapis rejsiy!

Lliphirisaj p'achayoj llojsej Martinaqa do-mingu p'unchayta, kaderasninta ikharispa Ma-nueíwan tinkoj. Iskayninku asirispa, tanqa-nakun-tanqanakun purispa.

—¿Uj ch'akiysituta Martinay? . . . ¡ujyay-kuriy ari!

i i Faytaj ayqerej. Ayqerij phujllaspa Ma-

nuelmanta. Uj punku wasapi tarinan kama payqa ansaqej, mana imanayta atispa mosoj juk'utasnin patapi, t'ijurispa, llajtapi sik'imi-rasta saruspa. Martinaj jark'asqa asiynintaj pakakunanta rikuchispa. Chantá Manuelqa, t'i-pi cinturanmanta jap'ispa, tarij kusiyta chay-pi, Martinataj asiyninta khaparij.

—Ayqeykachawanki, ¿manachu Martina?— tanqaykachaspa, aysaykakamuspa, mat'iyku-kuspa Manuelqa — ¡Imaraykutaj jiña man-chiskiri kanki Martina!

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Payqa. asirispa ojllaykukuj Manuelmanqa:

Chanté jampurqanki Martina, jampurqan-ki mana imata nispa. ¿Ashkatachu mask'ar-qanki? niwarqanku llank'ashaykita, nillawar-qanku. Yachaspaqa, kachayka' amuymancha-ri karqa Martina. Jinapis majtti atirqanichu papa cosechá saqerpariyta. ¡Supay cosecha!, ichapis jamuspaqa tariykiman ¡karqa chanta khuska kutipusunman karqa, Jinapis yuyarqa-; ni kutimpunaykita. Chantá suyaspa, suyaspa kaj kani. Kachaykakamuyman karqa Marti-na, chantá mana imapis kampanchu karqa. ¡Ma-na pataykita purisunkumanchu karqa chay pu-ta uñas: ¿Mayqen ñaupajpi karqa Martina? Yu-yaspa pachitan kashaykita kashaykita chakas-niykita kicharirqasunku chantá, ¿yachanki-chu?, mamayki willawarqa, noqaqa yacharqa-niña mana pachan kashaykita. Mana qampaj juchaykichu karqa, ¡arí! Tatasniyki karqanku, sapaykita wasipi saqesuspa, yachasaspa chay tiwuyki uj pendejo kashanta. Qanri, Martina, mana yacliaspa, ruwarqanki chay supay runaj niunashanta. Tatasniyki karqanku„^yafcharqa-niña. Mana pachitanchu karqanki, jinapis ma-na dakuwarqachu ncqataqa chantá ayqemur-qanki. ¿Imatá ruwarqanki mosoj wata chay nejpi? ¡Chunka phisliqayoj machasqas! ¿May-qén ñaupajpi karqa Martina?

—¡Usqay waway! ¡Mikhuna chiriyanqa! Wayk'una wasi ukhumanta, mikhuna wa-

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si ukhu kama, mikhuy mankas aysarisqa, mi-khuy ch'uwas, puchus ichurisqa, wasanman yana sapanasniyoj, chantá ñawisnimpi sut'i k'anchayniyoj. ¡Imaynatá mana munajchu n -'urikuyta paykunapi Manuel!

—Kunanllanraj chayamumpis khawariy-chej imaynatachus ruwan — ikhaykacharikus-pa, asirispa, mikhusaspa umanta pata okharis-pa patronaqa — Walej Martina, aycha kanka-ta ruwarqoiiayña.

—¿Chantá mashkatá pagankiri? — tapu-killu, envidiakuspa, mikhuspa mama Martaqa — ashkachá liojsisunki, ¿manachú?

—¡Imata ah! — asirispa burlawan, kucha-ranta saqerparispa, siminta liajwarikuspa, kunkant n uwayarichispa patronaqa — ¡ma-nachú rikunki kunan chayamusqaiiarajqai

—¡Suerteyoj kanki Janet! — Phutisqa, pa-paman trinchenta sat'irispa, llakirikuspa ma-ma Martaqa — Unay p'unchaykunasña mas-k'ashani uj sipakata... jinapis kay chhoqo imillasqa maychhikata mañanku, maná chari? ¡Reforma Agraria juchayojqa! ¡Ñaupajtaqa tu-kuy ima makisnillanchejpi karqa!

Jallp'itay tiyapuwasajtin Martina, chantá jampurqanki. Mosoj wata chantá chunka

phishqayoj machasqas. ¿Maqarqasunkuchu

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Martina? Niwanku wakinkunaj p'achasnín lli-k'iykusqaykita. ¿Jark'akorqankichu Martina?

—Sumaj raymi wawqesitu — ch'aka kuri-kanwan, parlayninta khatatispa, chay takirij wawqeman atisqa — "a time for us" — tusuy* kunasmanta ch'ajwarispa — ¡Mashkatachus wich'uykunchajpis ujiyanaspeqa!

—¡Puta chay Countripimá salteás kanko-qa, ¡karaju! — lamentarikuspa, ñawisnin wis-k'asqa, chay link'u-link'u qotoj ujnin chim-p a m p i — jinapis chay ruasqanchejqa walejlla karqa, sumaj c.h'akíy qowanchej, ¿manachu?

—¡Khawariy chay sipakata, kumpitu! — qonchu ñawisninta kausarichispa, wauqe ma-sín takarispa — ¡sapitallan jamurishan!

—Kay arrecheraywantajqa kumpitu — sut'i khawarispa, siminta llajwarikuspa — ¡kaysitaqa ujllapi thasnorqowanqa!

¿Jark'akorqankichu Martina? J i n a p i s chunka phishqayoj karqanku, qantaj sapitay-ki. ¡Imapajchus jamporqanki! Ayqemorqanki

ch'inllamanta. . . chantá domingu phunchayku-naspis noqanchejpata kaqa Martina, sumaj no-qanchejpata. ¿Mayqempatá chay wavva karqa? ¡Chunka phishqayoj tatas chantá nimayqem-paj apelliduycj! Maypí rikukcrqa.

—Mana sumaj chu llojsiwan kay imillaqa

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—ñak'apakuspa sajra patronaqa— khawariy wisan wiñasqanta chanté payqa nipuni imata-pis ninchu.

—Ajinallapuni kanku kay imillasqa — p'enqasqa, yanaparin khuyaspa mama Martaqa — mana suyasajtillanchaj apachikuwan cha-yaykamunku wasimanqa.

—Wich'upunaychari kanqa — llakikuspa, nanasqa chay ñak'ariywan, khuyaspa, jumin-t'as mikhurispa patronaqa — ¡chhika sumaj karqari! Jinapis uj simiwanqa anchaña, pagun-ta qeclruyman chayllapuni, sipakaqa riponqa.

—¡Chantapis p'enqay waway! — ñawis-ninta jurk'achispa, rejsisqasninkupi umacha-kuspa, té yakú ujyarispa, mama Martaqa — nenqanku mana imillasniykí khaway yachas-qaykita.

Chanta wich'umcrqasunku wawayki apa-risqata. Mana juchayojchu karqanki Martina. ¿Imaraykú mana kutimporqankichu? Noqaqa munakuyman karqa Martina. Mana yuyarqan-kichu nipipi chantá khawariy kunanqa. Ch'ichi chantá ch'nsaj makisniykiwan Iglesia punku-pi. Qanlla supayniykita orkhokorqanki Marti-na. Sapayki khatiriyta munarqanki chantá wawasmanta junt'aykuchisunku. ¿Mayqen ..a-wapí chay llawsayki llojsimúy qallarerqasun-ki? Rich'akun uj wiñay k'aytuman simiykipi, niraj chayashanchu pampaman chantá Ilojsi-

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musallampuni llavvsaqa. Asirinki chay opa uyaykiwan Martina. ¡Chantá chay. jiña k'achi-ta karqanki! Makiykita aysakunki pichus ñau-paqeykita thaskejman chantá asirinki llawsa surulla. Uña wawayki phinkirin moqosniyki pa-tapi, payqa mana yachanchu llank'ashaykita, phujl.layta munari qantaj makiyki aysasqa, ka-runcharparinki. ¡Ay!... Martina, noqawan khe-pakrnallayki karqa.

Chajrayta t'íkarichisunman karqa. Uy-wasunman karqa owijitasta chantá wallpitasta ima. Chantá uj wakata. Khepakuwaj karqa Martina. ¿Rikunkichu? Kunanqa waqashani, jinapis mana yacharqanichu jamuyta apana-sitypaj, noqaj juchay.

Tutaqa kicharin chhikachaj chiri kirusnin-tata kunan wich'usqaj ñawisninman. ¿Imanan-mantaj wisan llasajtin?,, . Chantá chay k'epi paltarisqa,- imay-natachus llajtaman jamorqa kikillantaj. Ripun Martinaqa chay chhulla kalliman ñawisninta sat'ispa. Chantá paypi, t'ojyarispa chay sayk'usqa chantá ñak'aylla thaskiynin. Chak'snimpaj khatatisqanqa kikin ch'ajwallawampuni rin. K'irrr. ; . K'irrr. Siri-p'as sarojman rich'akun k'irrr. . . k'irrr. . . — apan k'epillanta wasanman paltarisqata — k'irrr k'irrr — chantá chay mana mañasqan wawataj t'ipi cinturanta i 'utiyachishan — K'irr K'irr. Kikin chay t'ijS. cinturanta may-tachus Manuel chhika kusj^wan mat'iykurej

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domingu p'unchaykunas llajtapi. Llakiyninta t'ipirispa-t'ipirispa karunchakapun. Mana pita-pis chejnispa. Sayk'usqalla. Martina.

Tutapi Khochapampa llajtaqa ch'in pacha, wasampipis uj llasa k'epi kanman jiña. Killalla ayphu k'anchayninwan machasqaspaj chantá pichirr j compañeran, llanthunta rúan kalli-pi.

¿Imatá ruarqanki k'omer polleraykita, Martina? Kunanqa mana p'achayoj khuskan k'aralla kasqanki mañakoj ñawisniykita tukuy rejman apaykachaspa. Arí, rejsini kurajkaj

churuykita. Rikorqani suchuykachajta tukuy chay Astor chimpapi sayasqa autus rejta. Wi-ch'usqa ciqarru puchús pallakuspa. Autuspaj gasolina churanasninta muskispa. Llarkhan chay lloqallitutaqa Martina. ¡Khepakuwajchus karqaqa! ¡Kutimpullawajpis noqaman karqa chayqa! ¡¡Urmanü ¡Arí, urman llawsayki chan-tá noqa rikuni! Rikuni urmajta, Martina. ¡Ay! ¡Kutimpuwajchus karqaqa!

Riy jamuyllapuni, mana nimata tarispa. "WAYK'OJ SIPAKATA MASK'AYKU, KI-KIMPI PUÑUNAMPAJ. TAPURIKUY KAY-PI".

—¡Jinapis mana wawasniyojta! — khapa-rispa, pichus waykój tarinanta chinkachispa, phiñasqa — khawarikuy wisaykita, ¿manachu yuyáy qokunki imataj?

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Inocencian ch'akirasqá, Martinaqa kachay-kunkun konventosman ñan rejta. Qoriwaychaj Dius rayku. Chakisninta khatataspa, waqan-waqan. Maykunachus kichakunku uj chhikan kusiyta jaywarispa.

—Tapusaj wawáy — misk'i asiyninwan, kunkanmanta jatun tata cruz warkhurisqa, muyurispa wisk'aykun suyasajta — kutimusaj, kunitan kutimusaj.

—Mamay, uj sipaka llank'ayta mañakun — k'umusqa, kuraj mamaj ñaupaqempi — mana chayri imallatapis nin.

—Arí, mama, yachaniña — sut'inchaspa, yachasaspa wasi "JUNT'A" mañakus tiasqan-ta, yachasaspa mana pipis jap'inanta uj wa-wayojta, yachasaspa ñañitaqa — ¡arí! jaywaku-saj uj ch'uwa mikhunitallatapis chantá huma-charisaj.

—Arí, mama, nisaj kutimunanta khepa p'unchaykunasta — khepaman suchurispa, k'u-musqallapuni ñañitaqa — aswan khepaman icha yanapariyta atisunman — llojsispa k'u-muykuytawan chantá chay kuyuykachaj tata cruzninta llujchirispa, karunchakunampaj — licenciaykiwan mamay.

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Martinaqa mikhun. Wawayojtaqa mana munankuchu. Kutimonqa aswan khepaman — Sayk'usqa rillampuni mana tukukoj thaskiy-ninta. Waj convento, waj kusiriy, waj ii-khuy ch'uwa. Tarispa sapa ch'uwapi uj chhi-kan kausayta. Mana imanáy atispa saqen tiem-po rejta sapa p'unchaypaj sarusqan. Punku-manta punku. Ch'uwamanta ch'uwa. Sayk'un suyasqa yana pavimentopi.

Chay warkhusqa llawsaykeqa mana tia-pusunkimanchu karqa Martina. Nillataj kan-manchu karqa chay mana yuyayniyoj asiyniy-kipis rikuchispa puchoj kirusniykita, tawa yu-raj k'asa kirus ñaupajman paltayasqa. Marti-na, ¿imanakorqá kirusniyki? K'uku durasnus-tapis paykunawan khanirej kanki chantá kiki-Jlantataj sinkarcj kanki kamba kañatapis. ¿May-pí urmarqanku kirusniyki, Martina? Rumiwan kutanayki tian chay cliojru t'antás qosqasun-kutapis. Martina, Martináy. Tiempoj risqan-man jinaqa aswan mana kichakuy atej r an-kusqa. Uj wawawanqa mana atikojchu. Iskay-wanqa niñapuni. Chantá kinsawanqa aswan sumaj niña tapurinallapis. Uj chhika qolqe máy kallpawan tarisqa. Sayk'usqa chakasniy-kita kicharispa. Kunkaykipi ansaqejta uyaris-pa. Kutikipasqa kuyuykachay. Chantá paypaj punkumanta punku purisqantaj, chakasnin chawpipi rikhurillantaj. ¡Imapáj jark'ay, Mar-tina! Kikin nacichikunan phunchaypi sapa wawaj chayamusqanqa rin paypajqa mana yu-

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yana jiña kaspa. Viejayapuspa rin, chantá as-wan wawaswanri aswan pisi qolqe. ¡Pitaj yu-yanman Martina! Putaman tukorqanki chantá ajinapis nipuni kutimpúy munarqankichu. ¿Imataj umaykita okharicherqasunki chay ch'i-chi k'uchupi? Sapa khari llakiyniykiman yay-kuspa qolqeta saqej chantá p'enqayniykitataj kusisqa apakaj. Mana nimata ruaway atinayki kama. Khuyayki noqaqa, Martina.

Imallapis walejpuni kaj mikhünapajqa, ¿manachu? Tian runas pischus qotyjeta qoSun-ku, rikuni noqa Martina. KhuyaykiJ Tullu ma-kiyki, ch'ichi chantá aysasqallapuni mañakun ñaupaqeypi thaskejkunamanta. Churisniyki ya-napasunku, Martina. Ruwanku qanmanta llakí-kunapaj jiña. ¡Kutimpuwajchus karqaqa, Mar-tina! Chakisniykita llujchikunki maki ruk'a-nasniykiwan. Thcqaywan mayllakunki, Marti-na, Misimartina. ¡Chantá urmallanñataj! Riku-Ilaniñataj, Martina, llav/sayki urman. Pampa-man, Martina. ¡Watejmanta urmallanñataj!... Jinapis simiykimanta warkhukusqallampuni llawsaqa. Urmallanqapuni astawan Martina. ¡Ay!, kutimpuwajchus karqaqa.

—¿Imamantá llakiyniyki Manuylitu?

—Ni imamanta, ni imanta Gorditay.

—Chay lokitamantá sina enamorakushan-keqa, ¿manachu Manuel? Payllata khawanke-qa.

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—Mana Gordita, wicharillay cicluyman, ñá ripusanchejña.

—¡Uj chhikanta saqeriykitaj ñapis war-mistaña khawashanki! ¡Kay Manuelmareqa!

—Ama burlakuwaychu Gordita, uj waj-cha warmeqa ¿maná rikunki?

Radiu warkhurisqa; ciclupi kachaykaka-punku Manuel chantá gorditan ima.

) Kacharpayanta pedaleaspa llakirikun Ma-

nuelqa.

¡Khepakuwajchus karqaqa Martina!

Gorditampá sapanasnimpaj k'apaynín mus-kirispa.

¡Ay Martina, khepakuwajchus karqaqa!

uj wajcha runa sayk'usqa t'ika tarpusqasnin [puriymanta.

Maypichus kashanki qan? Maypichus kashanki, oh much'aykunasniyklpaj wawan!

n. parra

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ROBERTO LASERNA ROJAS, nació en Cochabamba, Bolivia, en 1953. Obtuvo el bachillerato en Humanidades en el Cole-gio San Agustín de su ciudad natal don-de en la actualidad cursa estudios supe-riores de Economía en la Universidad Mayor de San Simón.

La obra que hoy presentamos fue se-leccionada para el Primer Premio del Con-curso Nacional de Cuento organizado por el Instituto Boliviano de Arte en el año 1974. El jurado calificador confirió dicho galardón a MARTINA EN BALADA COR-TA "en mérito a su trama poótico-realis-ta, su fuerza narrativa, su profundo conte-nido humano, su original y fluido lengua-je y su correcta estructura literaria...

Dice el autor, "es doloroso esoribir en un país donde la mayoría es analfabeta, y lo es más, si esa mayoría habla un idioma que no domina el autor. El pri-mer problema no lo resolverá mi actua-ción individual, el segundo, creo que que-da en parte superado por la presente tra-ducción al quechua, con la cual intento llegar a ese público del que parte mi lite-ratura y al que tiene la obligación de re-tornar."