Revista Newsweek Jung

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    exista una conexin entre los fantasmas dela mente y la humanidad en general quemereca mayor investigacin. Salir al en-cuentro de los acontecimientos que suced-an en su inconciente se convertira, escribiluego, en el contenido y la tarea de mi vida. Esas experiencias fulgurantes fueron,adems, el germen de una cosmovisin,una psicoterapia, una retrica y una formaheterodoxa de explorar la espiritualidad sinlas ataduras de la religin ni de la ciencia.

    En el ao en que se cumple medio siglo

    de su muerte, Carl Gustav Jung (1875-sigue siendo ledo, revisitado, discutcultivado y hasta venerado por una conidad creciente de terapeutas y filsque, adems, creen que su obra puederespuesta a la desorientacin del homcontemporneo. Jung deca que lo que poda pasar es que hubiera jungnos, seala Bernardo Nante, profesoFilosofa de la Religin y Mitologa Universidad del Salvador. Y sin emb

    tiene cada vez ms seguidores.

    En 1913, un psiquiatra suizode 38 aos comenz a tener vi-siones aterradoras. Ros de san-gre, inundaciones y tembloresque arrasaban Europa, genteque se ahogaba, inviernos eter-nos. Crey estar enloqueciendo, que esta-ba amenazado por una psicosis ohaciendo una esquizofrenia. Pero cuan-do, en agosto de 1914, comenz la PrimeraGuerra Mundial, elucubr que, ms all

    del contenido premonitorio de sus sueos,FOTO: ARCHIVO

    Por M ATASLOEWY

    EN EL AO EN QUE SE CUMPLE MEDIO SIGLO DE LA MUDE CARL GUSTAV JUNG, SUS COMPLEJAS TEORAS SOBRE L

    Y LA BSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA RECOBRAN VIGEVEZ POR RAZONES DISTINTAS A LAS QUE L HUBIERA ES

    NOTA DE TAPA

    ELEXPLORADODE SUEOS

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    NOTA DE TAPA

    (Nante se sinti obligado a publicar un con claves para comprender la obra)tivan ms que desalientan a los adeptoedicin en ingls ya vendi ms de 25ejemplares y en un mes se agot un tede la primera tirada en espaol, de 3copias. En 1955, cuando un periodista revista Time visit a Jung en su casa denatch, sobre el lago Zurich, el psiquiconfi entre risas: Tengo un problemfernal para hacer que la gente vea qu que quiero significar. Hoy, por lo proparece haber ms gente dispuesta a sehaciendo el intento.

    En el rbol de los junguianos ar-gentinos, Vicente Rubino (77) puser considerado un tronco del qu van desprendiendo mltiples ramascruz por primera vez con la obra de en su poca de estudiante de Medicinauna librera de viejo, cuando ya era untor voraz de autores germanos: ThoMann, Herman Hesse y Stefan Zwentre otros. Sent como si ya lo hubiernocido, recuerda. Profesor titular de Ploga en la Universidad de Flores ydocente en las universidades de Belgradel Litoral, autor de catorce libros s Jung, Rubino dice que desde hace 45 viene enseando y aprendiendo la obrquien define como mucho ms que unclogo o psiquiatra. Jung es un pensaun filsofo, un descubridor de verdadme dice en un bar cerca del Botnico. hace dcadas, cuenta, seguir a Jung erun marginal o un anticientfico. Hoycambio, hay una gran receptividad so

    que se va extendiendo, afirma el psiqu

    Conoc a Nante a comienzos de diciem-bre pasado, en el auditorio del MALBA, du-rante la presentacin a la prensa de la versin en espaol del Libro Rojo: unaobra que Jung elabor entre 1914 y 1930 y que recoge las perturbadoras visiones quetuvo el psiquiatra entre 1913 y 1916 y su in-tento por comprenderlas. Los aos en losque segu a mis imgenes internas fueronla poca ms importante de mi vida y en laque se decidi todo lo esencial, afirmara varias dcadas ms tarde Jung, quien tam-bin compar ese perodo con los deliriosalucingenos que induce la mezcalina.Hoy a Jung lo hubieran internado en un

    psiquitrico? S. Pero tambin a Jess y aSor Juana Ins de la Cruz, me respondeNante pocos das despus, en su despachode la Fundacin Vocacin Humana, uncentro de estudios que ofrece una forma-cin integral basada en los saberes de lastradiciones de Oriente y Occidente.

    En la fundacin, una casa de dos plan-tas en Palermo con pisos de madera quecrujen, biblioteca, aulas, salas de medita-cin y un parque, se exhibe sobre un atril elLiber Novus o Libro Rojo. Editado por ElHilo de Ariadna, el sello del MALBA, es un volumen con aspecto de cdice medieval,de 388 pginas, casi medio metro de alto y cuatro kilos de peso. Reproduce la caligra-fa original en latn y alemn y las bellas

    ilustraciones de Jung: un caleidoscopiopsicodlico y surrealista donde se sucedenmagos, ocanos turbulentos, castillos, ser-pientes y rboles que se retuercen como enun cuadro de Dal. Para Ral Ortega, tera-peuta junguiano espaol, el libro es unmonstruo producido por el sueo de larazn que luego un intelectual como Jungsupo aprovechar para hacer ciencia. Nante,quien supervis la versin en espaol,opina que es una obra inexplicable, quees y no es, a la vez, una ficcin literaria, unareflexin filosfica, un texto de psicologa y un libro de arte. Tambin es un milagroque haya salido a la luz, despus de que los

    herederos de Jung hubieran guardado elmanuscrito en la caja fuerte de un bancosuizo durante un cuarto de siglo. Las pri-meras versiones del Libro Rojo en ingls y alemn salieron en 2009. Es un libro de labsqueda interior de Jung, apunta Nante.Le haban aconsejado que no lo publicaraporque iba a malograr su obra cientfica.

    Y, por el contrario, es probable que la pu-blicacin amplifique el eco de sus teoras. Elmisterio que trasunta el Libro Rojo, consi-derado por algunos como la obra inditams influyente de la historia de la psicolo-ga, es el mismo misterio que rodea a Jung.Cierta jerga abstrusa, la simbolizacin com-pleja, el desapego por el mtodo cientfico y la perspectiva de mltiples interpretaciones

    JUNG DECAQUE LO PEOR QUEPODA PASAR ESQUE HUBIERAJUNGUIANOS.DR. BERNARDO NANTEProfesor de Filosofa de la Religin yMitologa (Universidad del Salvador) ytitular de la Fundacin Vocacin Humana.

    EL LIBRO ROJOES UN MONSTRUO PRODUCIDOPOR EL SUEO DE LA RAZNQUE JUNG

    APROVECH PARA HACER CIENCIA.

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    FOTOS: GUSTAVO BOSCO

    rios. Muchos se extinguieron, pero otradaptaron y se convirtieron en pjaros

    Lo que Jung dej que volaran, comfueran pjaros, fueron sus fantasmas innos: los lados oscuros de su psiquismensajes enigmticos surgidos de lollam la confrontacin con el inconcieLos aos difciles que sucedieron a latura con Freud fueron aquellos en losdesarroll su exploracin ms producpor los vericuetos de la mente. Un estade creatividad en los bordes de la locurcaldo donde fermentaran sus ideas pproducir los conceptos centrales de sucologa. Entre otros: el inconciente ctivo, que se suma al inconciente persoes algo as como contenidos psquicomunes a la humanidad en todas las curas y pocas; los arquetipos, o patronconducta que se transmiten de generaen generacin y representan elemenconstitutivos de los mitos; y la teor

    los opuestos, segn la cual la psiquis esus experiencias del mundo a travcontrastes y oposiciones. De Jung tamse popularizaron trminos que definen gunos arquetipos, como sombra (loscuros de la persona que hay que con y no aplastar), nima (el lado femedel gnero masculino) y nimus (la amasculina en las mujeres).

    Jung gest as una forma de interprla realidad psquica, con lgicas y cotencias internas, pero crptico y elusivo verificacin emprica. Arnaldo Rasco(1908-1995), uno de los pioneros del panlisis en la Argentina, crea en la exicia de ciertos fenmenos paranormacomo la telepata y la telekinesis, y se

    y doctor en Psicologa.Reivindicarse como junguiano en la Ar-

    gentina es, en alguna medida, plantar ban-dera en un territorio dominado tradi-cionalmente por el psicoanlisis. Jung y Freud son dos maneras de concebir la psi-quis y las terapias de la mente. La historiaes conocida: tras empezar a cartearse en1906 y conocerse en persona un ao mstarde, Freud seal a Jung como su prnci-pe heredero y lo propuso para presidir la Asociacin Internacional de Psicoanlisis.Hay varias explicaciones posibles para sueleccin. Una es que Freud, impresionadopor la inteligencia del joven psiquiatrasuizo, haya pensado que su discpulo, queno era judo a diferencia de la mayora delos miembros del Crculo de Viena, podaayudarlo a expandir el psicoanlisis sin quelo obstaculizara la amenaza del antisemi-tismo. Otras hiptesis alternativas son quepoda aprovechar para su movimiento elprestigio que Jung haba empezado a cose-char en Europa y Estados Unidos por susestudios sobre la asociacin de palabras, oque pretendiera asegurar los rumbos delpensamiento de su delfn.

    Pero la promisoria vinculacin de los dossabios termin en una ruptura definitiva en1913. El primognito ungido se convirti endesterrado: Me he quedado solo, se la-ment Jung en la carta a un amigo. La prin-cipal causa del distanciamiento, coincidenlos expertos, es que Jung consideraba queFreud sobredimensionaba el impacto quetenan los factores sexuales en el desarrollode la psiquis. Para Freud, la libido era ener-ga sexual. Jung, en cambio, crea que re-

    ducir la energa a lo sexual ofrece un marco

    demasiado estrecho para la comprensin delos fenmenos psquicos, apunta NstorCosta, vicedecano de Psicologa de la Uni- versidad Argentina John F. Kennedy y pre-sidente de la Asociacin de Formacin eInvestigacin en Psicologa Analtica(AFIPA). Nante aade que, para Jung, hay una espiritualidad del inconciente que ma-nifiesta creatividad y tendencia a desarro-llar algo nuevo. sa es la diferenciafundamental con Freud, sentencia.

    Antonio Las Heras, presidente de la Asociacin Jung Argentina (AJA), argu-menta que ambos pioneros nunca tuvieroncoincidencias plenas: Recorran los mis-mos caminos, viendo paisajes en ocasionessimilares y en otros, totalmente diferentes.Doctor en Psicologa Social y parapsiclo-go, un mix polticamente correcto en eluniverso junguiano, Las Heras agrega queFreud comenz a desconfiar de Jung debi-do a su atraccin manifiesta por el estudio

    cientfico del esoterismo [de hecho, su tesisdoctoral en 1899 se titul Psicopatologade los fenmenos ocultos; y a lo largo desu carrera, Jung se interesara no slo en lafilosofa oriental, las religiones y la mitolo-ga, sino tambin en la alquimia, la astrolo-ga, la parapsicologa y hasta el I-Ching.La totalidad irracional de la vida me ense- a nunca descartar nada, escribi]. Elpadre del psicoanlisis, en cambio, temaque esas inclinaciones por lo paranormal omstico conspiraran contra la legitimacinpblica de su ciencia.

    Freud tiene su mrito, admite Rubino.Pero el psicoanlisis freudiano lleg a untecho y desde entonces no evoluciona ms.Es como lo que ocurri con los dinosau-

    HOY CRECE LARECEPTIVIDADSOCIAL A JUNG:UN PENSADOR,UN FILSOFO.DR. VICENTE RUBINOProfesor de la Universidad de Flores,presidente honorario de la AsociacinJung Argentina (AJA) .

    EL ANALISTAJUNGUIANO ESMS ACTIVO:ESCUCHA YTAMBIN HABLA.

    LIC. FABIN FLAISZMANProfesor de la Universidad de Flores ypresidente de la Asociacin Argentinade Psicologa Analtica (ASAPA).

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    L a primera vez que el psiclogoFabin Flaiszman ley un libro Jung, Energa psquica y energasueo, tena 15 aos y lo haba sacadobiblioteca de su pap, mdico. Entenalgo? No, pero algo me despertcuenta en su consultorio enclavado ecorazn de la Villa Freud portea. Psor de la Universidad de Flores y presite de la Asociacin Argentina de Psico Analtica, el nombre que designa a lacologa de Jung, Flaiszman interpretael inters por lo junguiano crece porcambio cultural: Muchos pacientes prren apuntar a un autoconocimiento ysimplemente tratar un sntoma. AntonCervini, una de los dos terapeutas argenas formadas y certificadas por la Ascin Internacional de Psicologa Anal(IAAP), fundada por Jung en 1955 ysede en Zurich, agrega que hay ms lpara Jung porque ofrece un enfoque mindividualista: mira ms all de los vlos que se limitan al mundo chiquitofamilia y hace eje en la relacin del hocon el mundo que est fuera de l.

    Para Flaiszman, autor de Psicoloanaltica. Conceptos sobre la teora de Jung (Letra Viva, 2004), a diferencianlisis freudiano o lacaniano, los guianos somos ms activos: tenemos vnculo ms fluido, no usamos divn, echamos pero tambin hablamos, hayigual a igual con el otro, enumera. El que del psiquiatra suizo tambin atraquienes gustan de trabajar con los suePara Jung, en el inconciente, ademcontenidos concientes reprimidos hay

    mentos nuevos, grmenes de futura

    inicialmente atrado por algunas lecturas de Jung. Sin embargo, su hijo Andrs, titularde la Asociacin Psicoanaltica Argentina(APA), asegura que las ideas de Jung son undinosaurio terico que estn ms cerca delas inducciones msticas de la era precarte-siana que de la ciencia. Slo el pensamien-to nos permite acercarnos a la verdad, dice. Y agrega que Jung abandon la teora se- xual del psicoanlisis, su paradigma central,por un motivo meramente personal: el af-faire que haba tenido con una de sus pri-meras pacientes y alumnas, SabinaSpielrein, quien luego se recibira de mdi-ca y trabara relacin profesional con Freud(la historia se ver este ao en una pelcu-la). Jung traicion a Freud y tuvo falta decompromiso con la verdad, se enoja.

    Germn Garca, un ensayista y psicoa-nalista lacaniano, seala que para algunossectores sociales, como las clases altas, Jung puede ser visto como ms atractivo

    que Freud. Victoria Ocampo le public ar-tculos en Sur y la edicin en espaol deSobre las cosas que se ven en el cielo, elltimo que Jung public antes de su muer-te. Jorge Luis Borges lo crea ms educa-do que el Maestro de Viena. Y la razn,cree Garca, es que no es lo mismo hablarde nima, sueos ascensionales o incon-ciente colectivo que referirse al asesinatodel padre o la castracin, conceptos del l- xico freudiano que son cosas horribles.Sin embargo, agrega, la diferencia funda-mental es que Freud quera curar neurosis y a Jung le interesaba iniciar cosas. Le im-portaban los arquetipos, no la eficacia tera-putica. Era un poco misterioso. Y a los junguianos les gusta esa cosa inicitica, esaidea de aparecer como seres especialesentre gente vulgar que no los entiende.

    Hay otra diferencia visible: mientras elpsicoanlisis lucha por defender su carctercientfico, amenazado por los embates de lapsiquiatra biolgica, las neurociencias y la

    llamada medicina basada en la evidencia,los junguianos se sumergen gozosos en lasaguas de la irracionalidad y en su matriz fi-losfica y literaria. Jung no es cientfico?Tampoco me importa, me dice uno de susaclitos. Que perduren ideas que atentancontra los cnones de la razn erigida en ar-bitrio del sentido de realidad, como las de Jung, no deja de ser una esperanza paraaquellos que se juzgan a s mismos comoseres humanos completos, no escindidosentre lo racional y lo irracional, seala elpoeta y escritor Luis Bentez en su libroCarl Jung. Un chamn del siglo XX (Edi-ciones LEA, 2007). En el mismo sentido,Nante habla del intento de Jung por desarro-llar una ciencia que pueda tener un para-digma ms generoso, y otros homologan elrigor cientfico con creencias dogmticas oconvencionalismos mezquinos.

    NOTA DE TAPA

    PARA JUNG,NO ATENDER UNSUEO ES COMODEJAR UNA CARTASIN LEER.DR. ARIEL BALDRICHDirector de AION y presidente de laAsociacin Argentina de PsicologaJunguiana.

    ESTRENO 2011: Jung (Michael Fassbender) y Freud (Viggo Mortensen) en Un mtodo peligroso.

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    da menos las visiones nocturnas. En casos, se prueba con otras tcnicas. Unellas (diseada por Jung) es la imaginaactiva, o estado de ensoacin que proque afloren contenidos simblicos deconciente. Tambin se puede proponercordar un cuento de hadas de la infanci

    Otra alternativa es usar las llamacartas de sueo, que recuerdan a latarot y disparan dilogos y reflexioneternas. Baldrich me ofrece el mazo dcartas y me pide que tome una. Saco uazar. Aparece la imagen de un sol queleva detrs de un templo, y, en los mnes, montaas, rboles y un joven hab

    do por telfono. El arquetipo, seala leyenda, es muerte y renacimiento.tema central, volver a lo primordia vos. Para los junguianos, todo tiensentido. Intento argumentar: al fin ycabo, eleg esa carta como podra habegido cualquier otra. Baldrich sonre:trata de coincidencias muy significativlo importante es lo que muevan en uno

    Cunto tiempo dura una terapia jguiana? Una sesin... o toda una vidaresponde Horacio Ejilevich Grimaldi, tide la Fundacin C. G. Jung de Psicol Analtica y responsable del seminario Psicologa Analtica de la Facultad de Ploga de la UBA. Pero, en promedio, amientras fuma su pipa, un tratamientoprolonga durante tres a cinco aos, con a prueba. Aunque la mayora de los teratas junguianos se adapta a la urgencia dtiempos y ofrece terapias ms breves co jetivos limitados, la meta del anlisis deno se limita a la remisin de sntomas: individuacin, el encuentro final conmismo, la integracin en la vida concide los elementos del inconciente para tuna vida plena, frtil y feliz.

    El objetivo de Jung es tan ambiccomo evanescente, pero seduce a las asensibles que buscan un sentido que la cia o la religin no pueden dar. Jung es ecientfico de las corrientes msticas. Elter espiritual de las psicoterapias del XXI. El discpulo que se revel a Freudhroe de su propio mito en una pocatiene sed de grandes relatos. Cuando ten de leer el Libro Rojo, Nante certific nuino y autntico de la vida interior de JEra exitoso y rico, dice. Pero se jugdifcil trabajo de hacer una teora en lugpresentarse como profeta. I

    Con Anala Pesl

    tuaciones psquicas e ideas, los que puedenaparecer en visiones onricas para revelarincgnitas que en la vida de vigilia no se re-suelven. Los sueos, al igual que una obraartstica, son expresiones simblicas del in-conciente. Pero la manera de interpretarloses diferente a la que tiene Freud. Jung con-sideraba el mtodo de la asociacin libre (laregla fundamental del psicoanlisis) comouna tcnica primitiva de exploracin, quelo alejaba del texto del sueo y su mare-mgnum desbordado de smbolos.

    Le cuento a Flaiszman lo que so en lanoche previa. En una mesa de Ao Nuevo,estn reunidas dos decenas de familiares, y yo vacilo si es necesario salir a comprar ono un cochinillo (en el sueo aparecicon ese nombre, como en los dibujos ani-mados que ve mi hijo). La indecisin meproduce cierta angustia. Y cuando parezcoestar convencido de que hace falta, alguienme dice que voy a llegar con el cerdo para

    la hora del postre. La historia es prosaica,pero revelar mis tribulaciones y fantas-mas ocultos? En realidad, se ataja Flaisz-man, uno no puede analizar un sueo sinsaber la situacin presente de un soante. Y ms importante que un sueo individuales la serie de sueos que traiga el paciente.Sin embargo, me anticipa que un abordaje junguiano podra explorar, adems de mipropia interpretacin, qu representa elcerdo en distintas culturas. La perspectivade un psicoanalista sera distinta, por su-puesto. Se dice que los pacientes con ana-listas freudianos tienen sueos freudianos y los que tienen analistas junguianos, sue-os junguianos, bromea Flaiszman.

    Para Ariel Baldrich, presidente de la Asociacin Argentina de Psicologa Jun-

    guiana, el universo onrico es una ventanaa la eternidad y una puerta al misterio de loque somos. No atender un sueo es comodejar una carta sin leer, grafica el psiclo-go, de 76 aos, quien calcula haber escu-chado en su vida entre 10.000 y 15.000sueos de sus pacientes y que (al estilo de Jung) ya llen 40 cuadernos con los suyospropios desde sus pocas de estudiante.

    Los junguianos sostienen que hay variostipos de sueos. Estn los compensatorios,que equilibran deficiencias de la personali-dad; y tambin los anticipatorios, que re-presentan algo que va a suceder. sos sonlos ms inquietantes. Vienen aconteci-

    mientos difciles que implican un reacomo-damiento de todos nosotros, pronosticaBaldrich, quien dirige AION (Centro deFormacin en Psicologa Junguiana). EnEl hombre y sus smbolos, Jung cuenta elcaso de un paciente que buscaba llegarms arriba de s mismo y se vea escalan-do una montaa en el vaco. El psiquiatrarecuerda haber visto el peligro y prevenirlopara que evitara ese deporte. Fue en vano,escribi. Seis meses ms tarde, mientrasdescenda en un sitio peligroso, el hombresolt la cuerda como si fuera a saltar en elaire y se desbarranc junto a un amigo.

    Trabajar con los pacientes sin los sue-os es como hacerlo a ciegas, insiste Bal-drich, quien lamenta que, por la difusin delas pastillas para dormir, cada vez se recuer-

    CUNTO DURAUNA TERAPIAJUNGUIANA? UNASESIN O TODAUNA VIDA.DR. HORACIO EJILEVICH GRIMALDITitular de la Fundacin C. G. Jung dePsicologa Analtica a cargo del seminariode Psicologa Analtica de la UBA.

    EL OBJETIVO LTIMO DE LA TERAPIA DEL ENCUENTRO FINAL CON EL S MISMES TAN

    AMBICIOSO COMO EVANESCENTE

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