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Pregunta urgente ¿ Qué diablos son las Oenegés ? Un estudio de percepción sobre su rol y la efectividad de su trabajo en Bolivia

¿Qué diablos son las Oenegés?

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Pregunta urgente ¿Qué diablos son las Oenegés? Un estudio de percepción sobre su rol y la efectividad de su trabajo en Bolivia

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Pregunta urgente

¿Qué diablos son las Oenegés?Un estudio de percepción sobre su rol y la efectividadde su trabajo en Bolivia

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Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social

Susana ErósteguiDirectora Ejecutiva

Estudio de Percepción sobre la Efectividad del Trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Bolivia” Julio 2010 a Marzo 2011.

Empresa Consultora:Real Data SRL Consultores Responsables: Giovanna Hurtado Aponte, Wilson Rojas Saavedra

EdiciónGustavo Guzmán

Diseño de TapaRoberto Mikihiro

Crespo 2532Teléfono 591-2-2420512 / 2417218Fax: 591-2- [email protected] Paz-BoliviaOctubre 2013

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El presente documento ha sido publicado gracias al apoyo de TROCAIRE.

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Presentación

A partir de las reflexiones compartidas por las instituciones asociadas, UNITAS contrató los servicios de REAL DATA para la realización de un estudio cuantitativo y cualitativo, con el propósito de identi-ficar percepciones sobre las ONG en la población boliviana. Se esperaba que los resultados del estudio fueran un insumo para determinar el estado de situación de las organizaciones no gubernamentales respecto a su imagen y proyecciones en el pensamiento del común de la ciudadanía.

Específicamente, el Componente cualitativo permitió determinar percepciones sobre los roles de las organizaciones no gubernamentales y su aporte al desarrollo; definir el cumplimiento en la práctica de sus principios; identificar percepciones y/o valoraciones sobre su ambiente de trabajo y relaciones actuales con las distintas instancias; además, determinar las características y dificultades para la ren-dición de cuentas. Para cumplir con los objetivos del estudio se realizaron 74 entrevistas a autoridades estatales, representantes de ONG nacionales e internacionales, de la Cooperación Internacional y de Organizaciones Sociales que facilitaron la comprensión de las distintas perspectivas que tienen respec-to al papel de las ONG en el contexto actual.

Desde el Componente cuantitativo se logró conocer los medios a través de los cuales se informa la pobla-ción sobre las ONG; determinar cuantitativamente la valoración del trabajo que realizan, las áreas de trabajo de mayor aporte y aspectos específicos relacionados a su labor, así como determinar los factores que inciden en la transparencia, legitimidad y credibilidad de las ONG.

El estudio fue realizado en las ciudades del eje (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto) siendo el informante principal las personas de 18 o más años de edad de ambos sexos que hayan tenido algún nivel de relación con las ONG o que por lo menos hayan escuchado hablar sobre las mismas (experiencia directa y experiencia indirecta). La muestra total recolectada alcanzó a 1.749 casos.

Una vez concluido el proceso de recolección de información, se procedió con el análisis de los hallazgos del estudio, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, y con la edición del documento final. Producto de esa rica fase de reflexión y con el apoyo de Gustavo Guzmán, periodista experimentado que bien supo recoger la información generada con un lenguaje sencillo, claro y motivador, integrando procesos previos de incidencia de la sociedad civil en materia de efectividad de la ayuda al desarrollo, procesos de movilización y definición de principios que aseguren su efectividad como actores en el desarrollo a nivel global y nacional, y procesos nuestros en los que las ONG han jugado un rol visible y significativo en las últimas décadas de la historia boliviana, muy ligados a la recuperación de la democracia, a la vigencia de los derechos humanos y a la aplicación y evaluación de políticas de desarrollo en Bolivia, hoy compartimos el documento final.

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Con sumo agrado, UNITAS presenta y difunde hoy este estudio como un aporte al debate nacional y regional sobre el rol que juegan las ONG en el contexto actual y futuro, frente a la necesidad de que las organizaciones de la sociedad civil retomen su capacidad de análisis crítico e interlocución con otros actores del desarrollo, y de que la sociedad cuente con mayores elementos para comprender el alcance de la acción de las ONG en el país.

¿Qué diablos son las ONG? es la pregunta urgente que nos lleva a preguntarnos por un país y sus múltiples realidades, por un desarrollo y sus múltiples contradicciones, por un Estado y sus múltiples expresiones, por una sociedad civil y sus múltiples incertidumbres.

Susana ErósteguiDirectora Ejecutiva

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ÍNDICE

I. ALGO DE HISTORIA1. Después de la guerra, la cooperación

2. La década de los años 2000, la década de la Reforma

La Declaración de París

El Programa de Acción de Accra

Los Principios de Estambul

El Marco Internacional para la Eficacia del Desarrollo de las OSC

(Un breve y necesario paréntesis, antes de Busan)

La “Alianza de Busan para la Cooperación Eficaz al Desarrollo”

3. Bolivia y la todavía tímida y frágil Reforma de la cooperación

Diálogo y Consulta Nacional

¿Efectividad del Desarrollo en Bolivia?

II. EL ESTUDIO DE PERCEPCIÓN1. ENCUESTA NACIONAL: ¿Qué piensa la gente de las oenegés?

Dos de cada tres bolivianos valoran la importancia del trabajo de las oenegés

Más del 50% de la población destaca el aporte del trabajo de las oenegés en las

áreas de Salud y Educación

Confianza y credibilidad de la población hacia las oenegés

Tres de cada cuatro bolivianos no conocen los mecanismos de rendición de

cuentas de las oenegés

Las personas pobres son las principales beneficiarias del trabajo de las oenegés

Las relaciones de las oenegés con otros actores

Más de la mitad de la población considera que el gobierno obstaculiza el

trabajo de las oenegés

2. ENTREVISTAS: Los actores del desarrollo se miran al espejo

¿Aportan las oenegés a la lucha contra la POBREZA?, ¿trabajan en REDES?

¿Cuáles son los PRINCIPIOS que guían la acción de la oenegés?, ¿los cumplen?

¿Rinden CUENTAS las oenegés?, ¿cómo lo hacen y a quién?

¿Cuáles son las CONDICIONES DE TRABAJO de las oenegés?

¿QUÉ PIENSAN los actores del desarrollo de las oenegés?

¿QUÉ PIENSAN las oenegés de las Organizaciones Sociales, de la Cooperación

Internacional y del Gobierno Nacional?

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3. EVALUACIÓN: Las oenegés desde sus páginas web

Misión de la institución

Actividades desarrolladas

Ámbito económico y financiero

Recursos humanos

Trabajo en red

Accesibilidad, interactividad y actualización de la información

III. RE-CUENTOCuarenta años de oenegés y el contexto político actual

Los ecos de la reforma de la cooperación internacional en Bolivia

Breve biografía de las oenegés y su rol

V. ANEXOSAnexo 1: Anexo Metodológico

Anexo 2: Listado de personas entrevistadas

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I. Algo de historia

1. Después de la guerra, la cooperación

Hace poco más de 60 años, a mediados del siglo pasado, y como consecuencia directa de la II Gue-rra Mundial (1939-1945), y de sus devastadoras consecuencias, especialmente en Europa, nace ese laberíntico mundo de la llamada “cooperación in-ternacional para el desarrollo”.

Al menos tres hechos, todos ocurridos en la etapa final de esa guerra, delinearon el curso que segui-ría la referida cooperación en las siguientes dos décadas: en 1944, el nacimiento del Banco Inter-nacional de Reconstrucción y Fomento —hoy cono-cido como Banco Mundial (BM)— y del Fondo Mo-netario Internacional (FMI); en octubre de 1945, la creación del sistema de las Naciones Unidas; y entre 1947 y 1951, la ejecución del llamado “Plan Marshall”, considerado como el primer modelo de cooperación internacional al desarrollo en la histo-ria reciente, y cuyo nombre en inglés —European Recovery Program— es mucho más expresivo de las circunstancias en las que fue imaginado.

Y fue el Plan Marshall (que le debe su nombre a George Marshall, Secretario de Estado de los Es-tados Unidos de entonces) el andamio de la eco-nomía mundial que retrata con sustancia aquella época: Washington consideró que no había nada más importante y prioritario para sus intereses que una economía europea fuerte, y actuó en con-secuencia: destinó 17 mil millones de dólares (hoy serían cerca de 200 mil millones de dólares) a la reconstrucción de Europa, una colosal ayuda que consolidaría el predominio político y económico es-tadounidense en el mundo, además de contener la entonces todavía vigente influencia comunista (a principios de la década de los años 50, el índice de

crecimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, era más alto que el de cualquier país de occidental).

Ese era el mundo —el mundo de los países ricos— que emergió de la II Guerra Mundial, el mundo de las décadas de los años 50 y 60, “los años do-rados” o la “Época dorada”, como se ha llamado a ese periodo excepcional para el mundo capitalista desarrollado. Tiempos de la consolidación plena de la hegemonía de los Estados Unidos en el planeta (concluida la guerra, eran dueños de casi dos ter-cios de la producción industrial del mundo), tiem-pos en que el índice medio del paro en Europa oc-cidental (y en Japón) no rebasaba el 1,5 por ciento. Tiempos en los que el precio medio del barril del petróleo de Arabia Saudita se mantuvo por debajo de los dos dólares entre 1950 y 1973. Tiempos en los que la producción mundial de manufacturas se multiplicó por cuatro y el comercio mundial de productos elaborados por diez. Fue, sin duda, el periodo de máxima expansión del capitalismo en el siglo XX.

Fueron ésos los años en los que se construyó la plataforma de aquello que luego se convertiría en el acontecimiento público más importante de esos tiempos: el nacimiento del Estado de bienestar. A finales del decenio de los 60, el gasto en bienestar de los países capitalistas avanzados (subsidios, gastos en la seguridad social, educación y salud) superaba el 60 por ciento del gasto público total (en Australia, Bélgica, Francia, Alemania Federal, Italia y Holanda).

Y fueron también esos años (entre 1945 y 1955) en los que surgieron las primeras oenegés en el mundo. Una de ellas, el protestante Consejo Ecu-ménico de las Iglesias (en ese tiempo las oenegés

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se clasificaban claramente en confesionales, laicas y políticas) fue, sintomáticamente, la primera en-tidad que, en 1958, recomendó a los países indus-trializados destinar por lo menos el uno por cien-to de su Producto Interno Bruto (PIB) a la ayuda para los “países en desarrollo”.

Ya llegarían después, en el ámbito de la econo-mía mundial, los tormentosos años 70 (el fin de la “época dorada”), los caóticos 80 y los dramáticos 90 (en los que se anida la actual crisis financiera mundial), para dar paso luego —justo a principios de siglo, en el mismísimo año 2000—, a un severo examen de lo que fue, durante medio siglo, desde el fin de la II Guerra, esa “cooperación internacio-nal para el desarrollo”.

2. La década de los años 2000, la década de la Reforma

El 8 de septiembre de 2000, la que fuera “Sociedad de las Naciones” en tiempos de guerra, convertida en Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945 y reunida en Asamblea General, proclama la Declaración de Milenio y establece un plazo de 15 años para cumplir sus objetivos, los llamados Ob-jetivos del Milenio (ODM)1.

Esos objetivos se han convertido hoy en los prin-cipales ordenadores de las políticas de desarrollo y están contenidos en prácticamente todas las estrategias y prioridades operativas de práctica-mente todos los países que juegan, en el mundo de la cooperación internacional, el papel de países

1 Los Objetivos del Milenio son los siguientes ocho propósitos de de-sarrollo: 1) Erradicar la pobreza extrema y el hambre; 2) Lograr la enseñanza primaria universal; 3) Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; 4) Reducir la mortalidad infantil; 5) Mejorar la salud materna; 6) Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; 7) Garantizar el sustento del medio ambiente; y 8) Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

“donantes” y el de países “receptores” (también se los llama “países socios”) de la también llamada “ayuda para el desarrollo”.

Fue éste el punto de partida de un intenso debate que, a partir de un puñado de propósitos de desarro-llo, con plazo determinado para su complimiento —como no había ocurrido en poco más de medio siglo de existencia de la cooperación internacional—, derivaría inmediatamente en el cuestionamiento a las formas en que hasta ese momento se había suministrado y gestionado la referida ayuda y, en particular, en el cuestionamiento a la eficacia de la cooperación. Esa palabra —eficacia— se conver-tiría, a lo largo del debate, en pieza central del que quiere ser, desde principios de siglo, un nuevo en-granaje de la cooperación para el desarrollo.

Los protagonistas de ese debate fueron, inicial-mente, y como no podía ser de otra manera, los gobiernos —los que otorgan la ayuda y los que la reciben— y las instituciones bilaterales y multila-terales que la gestionan. No tardó en sumarse a la discusión ese otro no menos laberíntico mundo de las llamadas Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) —y dentro de ellas las oenegés—, ya no sólo para discutir las formas de la otorgación, la ges-tión y la eficacia de la cooperación para el desarro-llo, sino la eficacia misma del desarrollo.

Pero la pequeña historia de ese debate es mucho más que eso, pues se trató de un proceso que, ini-ciado con la Declaración del Milenio el año 2000, se cerró —en su primera etapa— el año 2011 en la ciudad portuaria más importante de Corea del Sur, Busan, con la participación de prácticamente todos los actores de a cooperación y con una de-claración expresivamente titulada “Alianza para la cooperación eficaz al desarrollo”, con la que, a

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fin de cuentas, se selló la reforma más reciente y

significativa de más de medio siglo de cooperación

internacional para el desarrollo.

Durante los 11 años que transcurrieron entre la

proclamación de los Objetivos del Milenio y la De-

claración de Busan, ocurrieron una serie de even-

tos internacionales —todos ellos denominados

“Foros”— que marcaron el sentido de la reforma.

Cuatro de ellos, realizados antes del Foro en Bu-

san, dos de ellos promovidos por los gobiernos y las

instituciones de la cooperación, y otros dos organi-

zados por las Organizaciones de la Sociedad Civil

(OSC), fueron particularmente importantes.

La Declaración de París. “Nosotros, Ministros

de países desarrollados y en desarrollo, responsa-

bles de fomentar el desarrollo, y nosotros, Direc-

tivos de instituciones de desarrollo multilaterales

y bilaterales, reunidos en París el 2 de marzo de

2005, estamos resueltos a emprender acciones de

largo alcance y supervisables con vistas a refor-

mar las formas en las que suministramos y gestio-

namos la ayuda, mirando hacia el futuro la revi-

sión quinquenal de la ONU de la Declaración del

Milenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio

(ODM) más adelante en el año”.

Éstas son las primeras líneas del primer párrafo

de la llamada Declaración de París con la que 123

gobiernos de los países que otorgan y reciben la

ayuda para el desarrollo, instituciones bilaterales

y multilaterales, y agencias intergubernamenta-

les de cooperación que la gestionan, manifiestan

su evidente deseo de reformar la cooperación in-

ternacional para el desarrollo.

Reunidos en la capital francesa, entre el 28 de

febrero y 2 de marzo de 2005, en un denominado

“Foro de Alto Nivel”, subtitulado “Sobre la Eficacia

de la Ayuda para el Desarrollo”, esos gobiernos,

instituciones y agencias de cooperación establecen

cuatro objetivos y cinco compromisos.

Los objetivos: (1) aumentar la eficacia de la ayuda al desarrollo2; (2) adaptar las políticas de coopera-ción a la situación específica de cada país; (3) es-pecificar indicadores, calendarios y metas a largo plazo; y (4) monitorear y evaluar la realización de las actividades.

Los compromisos, especialmente los tres primeros, sintetizados cada uno de ellos en apenas una sola palabra, son especialmente indicativos del senti-do que se ha pretendido —y se pretende— darle a la reforma de la cooperación internacional para el desarrollo. Esos tres primeros compromisos/pa-labras son: (1) Apropiación, (2) Alineación, y (3) Armonización.

Por Apropiación se entiende el hecho de que los “países socios” (así se define en la Declaración de París a los países que reciben la ayuda) ejercen plena autoridad sobre sus estrategias y políticas, y sobre las acciones de la cooperación al desarro-llo; por Alineación se entiende que los “países do-nantes” (los que otorgan la ayuda) basan su apoyo en las estrategias, instituciones y procedimientos de los países socios, es decir que se valora, sobre toda otra consideración, las estrategias y políticas nacionales, las de los países socios. El compromi-so de Armonización, a su vez, exige a los países donantes adoptar reglas comunes, procedimientos más simples y complementariedad más eficaz en las acciones de cooperación.

Los otros dos compromisos asumidos por la coope-ración internacional son menos conceptuales pero igualmente significativos: (4) Gestión orientada al logro de resultados, entendida como la mejora de los procesos administrativos y toma de decisiones en la administración de los recursos de la ayuda; y (5) Responsabilidad mutua, asumida como la responsabilidad compartida de donantes y socios en los resultados del desarrollo, especialmente en

2 La Eficacia de la ayuda al desarrollo, en la Declaración de París, se define así: “La eficacia de la ayuda busca asegurar el máximo impacto para la cooperación al desarrollo con miras a mejorar las condiciones de vida, reducir la pobreza y facilitar el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”.

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lo referido a la participación de actores locales, la planificación a largo plazo de la ayuda, y la eva-luación conjunta de los resultados obtenidos.

A un observador ajeno a las dinámicas internas de la cooperación internacional para el desarrollo, estos compromisos le parecerán sencilla y absolu-tamente razonables, pero, al mismo tiempo, es al-tamente probable que de su natural examen surja una pregunta: ¿cómo ha sido posible que después de casi medio siglo de existencia de la cooperación internacional se haya advertido recién, a princi-pios del siglo XXI, y en nombre de la eficacia de esa cooperación, la necesidad de que sean los paí-ses socios, los que reciben la ayuda, quienes ejer-zan la autoridad efectiva sobre los propósitos de la ayuda de los países que la otorgan?

Quizá la respuesta a esta ambiciosa pregunta se encuentra en la historia de esa cooperación, en el contexto político y económico en el que inicia sus pasos, quizá se la encuentre en aquellos años de la reconstrucción de Europa, después de la II Guerra Mundial, cuando se imagina y se ejecuta el “Plan Marshall”3.

El Programa de Acción de Accra. Tres años después de la Declaración de París, y esta vez en Accra, capital de la africana república de Ghana, entre el 2 y el 4 de septiembre de 2008, y en el marco del “Tercer Foro de Alto Nivel sobre la Efi-cacia de la Ayuda al Desarrollo”, los mismos pro-tagonistas de la reunión realizada en la capital francesa firman una entusiasta declaración que viene a denominarse “Programa de Acción de Ac-cra” (Anexo 1).

Con el propósito de “acelerar y profundizar la apli-cación de la Declaración de París sobre la Eficacia

3 Eric Hobsbawm, profesor inglés de historia social y económica, en su Historia del Siglo XX, libro del que se han tomado los datos que de ese tiempo aquí aparecen, retrata los “dorados” años 50 y 60 —esos que expresan el contexto en el que nace la cooperación in-ternacional para el desarrollo—, con las siguientes palabras: “¿Qué más podía pedir la humanidad, en términos materiales, sino hacer extensivas las ventajas de que ya disfrutaban los privilegiados ha-bitantes de algunos países a los infelices habitantes de las partes del mundo que, hay que reconocerlo, aún constituían la mayoría de la humanidad, que todavía no se habían embarcado en el ‘desarro-llo’ y la ‘modernización’?”.

de la Ayuda”, los ministros de los gobiernos de los “países en desarrollo” (así se nombra, esta vez, a los países receptores de la ayuda) y los directores de las instituciones multilaterales y bilaterales de desarrollo, afirman —he aquí el notorio entusias-mo— que están en Accra “mostrando el camino a seguir, unidos en torno de un objetivo común: li-berar todo el potencial que posee la ayuda para lograr resultados de desarrollo duraderos”.

La Declaración de Accra, además de advertir que el mundo enfrenta nuevos desafíos —el aumento de los precios de los alimentos y de los combusti-bles, y el cambio climático— y de reiterar el prin-cipal compromiso asumido por la cooperación en París — la construcción de una “asociación genui-na, en la que los países en desarrollo estuviesen claramente a cargo de sus propios procesos de de-sarrollo”—, establece tres medidas para cumplir sus propósitos: (1) La identificación del país es cla-ve, con lo que se quiere decir que los gobiernos de los países en desarrollo deben asumir un liderazgo más fuerte en la ejecución de sus políticas de de-sarrollo; (2) La construcción de asociaciones más eficaces e inclusivas, medida que busca incorporar nuevos actores en los objetivos del desarrollo, esto es países de ingresos medios, sector privado y or-ganizaciones de la sociedad civil (las OSC son ci-tadas por primera vez en los documentos oficiales de la empeñosa reforma de la cooperación); y (3) El logro de los resultados del desarrollo —y rendir cuentas abiertamente sobre esos resultados— debe ser parte central de todo lo que hacemos (una medi-da que se explica por sí misma, apenas formulada).

Y a propósito de La construcción de asociaciones más eficaces e inclusivas, en el punto 20 de los 32 que contiene la declaración de Accra, los mi-nistros y directores de los gobiernos donantes y receptores de la ayuda afirman: “Profundizare-mos nuestra colaboración con las organizaciones de la sociedad civil”. Con ello, los suscriptores del documento incorporan en su radio de acción a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)

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—y dentro de ellas a las oenegés— a quienes re-conocen como “actores independientes por de-recho propio en el ámbito del desarrollo”, y a quienes invitan a “reflexionar sobre cómo pueden aplicar los principios de la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda, desde su perspectiva particular”, y con quienes pretenden: “i) mejorar la coordinación entre las iniciativas de las organi-zaciones y los programas de gobierno, ii) mejorar la rendición de cuentas por los resultados de las organizaciones, y iii) mejorar la información sobre las actividades de las organizaciones”.

El Programa de Acción de Accra (punto 32) se cie-rra con el ya referido entusiasmo de sus primeras líneas: “Hoy más que nunca, decidimos trabajar en forma conjunta para que los países de todo el mun-do construyan el futuro exitoso que todos quere-mos: un futuro basado en un compromiso compar-tido con la erradicación de la pobreza, un futuro en el que ningún país dependa de la ayuda”.

Los Principios de Estambul. Septiembre de 2010, en la capital de Turquía: 170 representantes de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) de 82 países toman la palabra a través de un ma-nifiesto de ocho principios e ingresan de lleno al proceso de reforma de la cooperación internacio-nal de desarrollo que ya, en esa fecha, llevaba diez años de recorrido.

Y lo hacen en una denominada “Primera Asam-blea Mundial” realizada en Estambul, entre el 28 y 30 de septiembre de 2010, nombrando al encuentro como “Foro Abierto para la Eficacia del Desarrollo de las OSC” y presentando los Principios de Estambul para el Desarrollo de la Efectividad de las Organizaciones de la Sociedad Civil. [No es un mero detalle el nombre con el que las OSC designan a su encuentro: allí no se habla de la “eficacia de la ayuda al desarrollo”, sino de la “eficacia del desarrollo de las OSC”.]

Los Principios de Estambul (Anexo 2) son el resul-tado de consultas exhaustivas con miles de OSC

de más de 70 países y están contenidos en un docu-mento de dos páginas que se inicia con una auto-definición de las OSC —“son una característica viva y esencial en la vida democrática de los países a lo largo y ancho del mundo”—, des-cribe sus características como actores del desarro-llo —las OSC “se caracterizan por ser volun-tarias, diversas, no-partidistas, autónomas, no-violentas, y trabajan por el cambio”—, y recoge el compromiso e interés de los gobiernos de países donantes y receptores de la ayuda, expresa-do en el Programa de Acción de Accra (las OSC lo llaman “Agenda de Acción de Accra”), de “asegu-rar que las contribuciones de las OSC al desarrollo alcancen todo su potencial”.

Los ocho Principios de Estambul se inician con un verbo, asumiéndolos así como guía para la acción: (1) Respetar y promover los derechos humanos y la justicia social; (2) Incorporar la equidad y la igualdad de género a la vez que promover los dere-chos de las mujeres y las niñas; (3) Centrarse en el empoderamiento, la apropiación democrática y la participación de todas las personas; (4) Promo-ver la Sostenibilidad Ambiental; (5) Practicar la transparencia y la rendición de cuentas; (6) Esta-blecer alianzas equitativas y solidarias; (7) Crear y compartir conocimientos y comprometerse con el mutuo aprendizaje; y (8) Comprometerse con el lo-gro de cambios positivos y sostenibles.

El breve texto que describe cada uno de los ocho principios empieza con una misma frase: “Las OSC son efectivas como actoras del desarrollo cuando…”, remarcando así, la pretensión del do-cumento: quiere ser una declaración de principios para la acción.

El documento contiene, además, y en su último párrafo, un mensaje para los gobiernos: “Todos los gobiernos tienen la obligación de preservar los de-rechos humanos básicos, entre ellos el derecho de asociación, el derecho de reunión y la libertad de expresión. Junto, todo lo anterior es pre-condición para un efectivo desarrollo”.

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Los Principios de Estambul, finalmente, serán el fundamento del llamado “Marco de Referencia In-ternacional sobre las OSC como actoras del desarro-llo”, un documento que sería aprobado nueve meses después, en junio de 2011, en una nueva Asamblea Mundial, esta vez realizada en Camboya.

El Marco Internacional para la Eficacia del Desarrollo de las OSC. “Un compromiso para mejorar la eficacia de la sociedad civil como actora del desarrollo”. Así comienza y así es como defi-nen las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) el documento acordado por ellas en Siem Reap, Camboya, en el marco de la Segunda Asamblea Mundial del “Foro Abierto para la Eficacia del De-sarrollo de las OSC”, realizado los días 28 y 29 de junio de 2011.

El “Marco Internacional para la Eficacia del Desa-rrollo de las OSC”, un documento de 28 páginas, es una suerte de “carta de presentación” argumental con la que las OSC concurren al debate sobre el proceso de reforma de la ayuda al desarrollo pro-movida por los gobiernos y las instituciones que la gestionan.

El documento, visto retrospectivamente, y desde el punto de vista de su alcance, tuvo al menos cua-tro propósitos: presentar una profunda y reflexi-va autoevaluación propositiva sobre el papel de las OSC como actoras del desarrollo; reafirmar y consolidar los Principios de Estambul; responder a la convocatoria de los gobiernos e instituciones de la cooperación internacional para transformar la ayuda para el desarrollo; e incorporar su propia agenda en el Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda, el encuentro que se realiza-ría cinco meses después, en Busan, Corea del Sur, entre el 29 de noviembre y 1 de diciembre de 2011, y con el que culminaría una primera etapa del re-ferido proceso de reforma.

El “Marco Internacional” de Siem Reap4, además de una ampliación, en términos conceptuales, de los ocho Principios de Estambul aprobados en Turquía un año antes (2010), y de manifestar su compromiso por fortalecer mecanismos de rendi-ción de cuentas más eficientes, presenta dos ele-mentos centrales y diferenciadores en los que las OSC concentran su percepción sobre la reforma de la cooperación: sus propias ideas y conceptos sobre el desarrollo y una abierta y claramente señalada preocupación sobre entorno poco favorable en el que se desenvuelven.

Son estos dos elementos en los que vale la pena detenerse, situándolos, además, en el contexto en el que se manifiestan: año 2011, cuando el mundo vive el acoso de al menos una tríada de crisis: cri-sis climática, crisis financiera y crisis alimentaria.

“Las OSC no asumen un único modelo de desarro-llo, sino que se concentran en las personas y sus organizaciones, empoderándolas para que pue-dan elegir cómo se desarrollan. Para las OSC, el desarrollo requiere estar abierto a muchas alter-nativas, que incluyen cada vez más los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental (los límites de la Tierra) y otros conceptos de las poblaciones indígenas como el de ‘vivir bien’ ”.

Así resumen las OSC, en el documento consensua-do en Camboya, un primer acercamiento a lo que entienden por desarrollo, pero además, abordan aquella temática no siempre debatida en los múl-tiples ámbitos de la cooperación internacional: la concentración del poder político y la desigualdad en el acceso a los recursos del desarrollo por parte de las poblaciones marginadas y de las personas en condición de pobreza.

4 El “Marco Internacional para la Eficacia del Desarrollo de las OSC” tiene cinco secciones: “Sección I : Introducción” (texto en el que se desarrolla la concepción de las OSC sobre el desarrollo); “Sección II: Los Principios de Estambul: pautas para poner en práctica el desarrollo de las OSC”; “Sección III: Fortalecimiento de mecanismos para la Rendición de Cuentas de las OSC”; “Sección IV: Condiciones cruciales que favorecen la Eficacia del Desarrollo de las OSC: políticas y prácticas gubernamentales”; y “Sección V: Camino a seguir”.

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“Esta desigualdad —afirman las OSC— se ha mantenido no sólo debido a las limitadas capacida-des y financiación para el desarrollo, sino también por la concentración de poder socio-económico y político, y los obstáculos para la igualdad de géne-ro y los derechos de las minorías”.

Es éste pues el soporte conceptual desde el que las Organizaciones de la Sociedad Civil asumen la efi-cacia de sus acciones como actoras del desarrollo; es ése el espacio de interpelación que ocupan en la escena de la cooperación internacional y desde el que se proponen, a través de sus acciones, dar lu-gar a “un cambio sustancial que haga frente tanto a las causas como a los síntomas de la pobreza, la desigualdad y la marginalización”, adoptando po-siciones y tomado partido —tal como lo afirman—, e “involucrándose directamente con las poblacio-nes en condición de pobreza, no como víctimas, sino como actores sociales y políticos del desarrollo por derecho propio”.

Y por todo ello, las OSC definen el desarrollo como “un proceso social y político que se basa tanto en la participación y el compromiso de los pueblos para hacer realidad sus derechos, como en la consecu-ción de resultados de desarrollo”, y en el que ellas mismas, las OSC, se consideren “protagonistas po-líticas del cambio en materia de desarrollo, a la vez que defensoras y proveedoras de bienes públicos”.

Respecto de lo que las OSC llaman “condiciones cruciales” para su desempeño, es decir, las políti-cas y prácticas gubernamentales que determinan la eficacia de sus acciones, las organizaciones que suscriben el “Marco Internacional” de Siem Reap advierten que, a pesar de que los gobiernos se comprometieron en Accra (2008) a “trabajar con las organizaciones de la sociedad civil a fin de ge-nerar condiciones más propicias para maximizar sus contribuciones al desarrollo”, desde entonces, “muchas OSC, tanto en el Norte como en el Sur, han visto cómo se han deteriorado las condiciones en las que trabajan” y, por tanto, “piden a todos los gobiernos, incluyendo los donantes oficiales, que

examinen junto con las OSC a nivel nacional, re-gional y global, las políticas, regulaciones y prác-ticas actuales que afectan a las OSC como actores del desarrollo”.

Finalmente, en la última parte del documento, ti-tulada “El camino a seguir”, las OSC señalan que las dos asambleas mundiales que las reunieron, primero en Turquía (2010) y luego en Camboya (2011), han generado “un extraordinario proceso de autoreflexión a nivel mundial sobre la identi-dad, funciones y principios de las OSC como acto-res eficaces del desarrollo”, y que con ese bagaje concurrirán a Busan, Corea del Sur, “con el firme compromiso de fortalecer y mejorar el sector de las OSC como un actor del desarrollo guiado por los Principios de Estambul”. Por ello, las OSC “hacen un llamamiento a todos los gobiernos para que reconozcan los resultados del proceso del Foro [el de Estambul y el de Siem Reap] y refrenden los Principios de Estambul como un punto de partida esencial de las políticas de colaboración y apoyo a la sociedad civil en el desarrollo”.

Este fue el recorrido de las OSC antes de enfilarse a Busan, donde se reunirían todos los actores de la cooperación internacional con el propósito de se-llar su reforma —iniciada a principios de siglo, el año 2000, cuando se proclama la Declaración del Milenio— y establecer una “alianza” por la efica-cia de la ayuda al desarrollo. Pero esta es apenas una parte de la larga andadura de las OSC —y de las oenegés— respecto de su protagonismo, no siempre conocido, en el proceso de transformacio-nes del mundo de la cooperación al desarrollo.

(Un breve y necesario paréntesis, antes de Busan). Es interesante y significativo, antes de describir lo que finalmente sucedió en Busan, Co-rea del Sur, plantearse un rapidísimo recuento de lo sucedió en los años previos a la Declaración del Milenio del año 2000 —en las décadas previas al nuevo siglo— y advertir que fueron precisamente las OSC —y las oenegés dentro de ellas— quie-nes sembraron gran parte de los contenidos de la

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reforma de la cooperación internacional al desarrollo5.

Ya en el decenio de los 60, cuando los países in-dustrializados crean la Organización para la Coo-peración y el Desarrollo Económico (OCDE), y su Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), con el pro-pósito de diseñar las directrices de la ayuda oficial al desarrollo, y cuando se conforman las primeras agencias y ministerios de cooperación internacio-nal6, las llamadas oenegés de “segunda genera-ción” proclaman la necesidad de un enfoque más crítico y menos asistencialista de la cooperación.

A fines de los años 60, el Banco Mundial, encabe-zado por entonces por el conocido Robert S. Mc-Namara, encarga un estudio sobre la cooperación internacional a un economista de nombre Lester Pearson. Difundido a principios de los años 70, el estudio presenta un diagnóstico demoledor: “Hoy día el sistema de ayuda internacional, con la gran profusión de órganos bilaterales y multi-laterales, carece de dirección y coherencia; hay que hacer todo lo posible por coordinar las acti-vidades de los donantes y de los receptores de la ayuda multilateral y bilateral”. En esa década, por otra parte, surge aquella emblemática he-rramienta de la cooperación internacional que se convertiría, desde ese tiempo hasta nuestros días, en su principal modalidad operativa, “El Proyecto”, acompañado de sus dos principales componentes, el “Enfoque del Marco Lógico” y la “Gestión del Ciclo del Proyecto”7.

5 Carlo Tassara, sociólogo e investigador social italiano, publicó en diciembre de 2010 un breve pero sustancioso estudio titulado “Pa-radigmas, actores y políticas. Breve historia de la cooperación in-ternacional al desarrollo” de donde se toman los principales datos aquí reseñados.

6 La Oficina de Ayuda Externa de Canadá en 1960, y en 1961 el Ministerio de Cooperación de Francia, el Ministerio para la Coope-ración Económica de Alemania, la Agencia de Cooperación Técnica Extranjera de Japón y la United Status Agency for International Development, USAID.

7 Enfoque de Marco Lógico (EML): es la primera metodología pro-piamente dicha para la planificación y formulación de proyectos; Gestión del Ciclo de Proyecto (GCP): es un enfoque que plantea las acciones de la Cooperación desde la perspectiva global interrela-cionando sus distintas etapas y fases, desde la concepción hasta la evaluación.

Pero es en los años 80 cuando se desata un periodo de verdadera efervescencia en el ámbito de la coo-peración. Éste es el tiempo en que las oenegés, ya consolidadas como entidades entre cuyas virtudes se destaca su autonomía institucional, funciona-miento flexible y poco burocrático, su capacidad de captar recursos públicos y privados, y, especial-mente, su respaldo social, formulan la necesidad de una concepción más participativa del desarrollo y la urgencia de definir una nueva prioridad par la cooperación: la formación y creación de capacida-des en las organizaciones de base de los países en desarrollo.

La crítica de las oenegés a la cooperación—una crítica “democrática y participativa”, la llaman—, coincide además con las propias observaciones del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Orga-nización para la Cooperación y el Desarrollo Eco-nómico (OCDE) y se fundamenta en un conjunto de cuestionamientos que vale la pena enumerar pues, dos décadas después, esos cuestionamientos se constituyeron en argumentos de la reforma de la cooperación. A juicio de las oenegés, la coopera-ción en los años 80 estaba excesivamente orienta-da a los Estados nacionales, evidenciaba la escasa participación de los actores de la sociedad civil en sus actividades, aplicaba mecánicamente en los países del Sur los modelos de desarrollo que fueron exitosos en los países del Norte, y adolecía de una evidente falta de apropiación de sus iniciativas por parte de los actores locales y de coherencia entre las políticas económicas y políticas de desarrollo.

Los años 90 trajeron consigo una verdadera revolu-ción en los paradigmas vigentes de la cooperación gracias a la formulación del marco conceptual del Desarrollo Humano basado, en gran medida, en los trabajos del economista bengalí Amartya Sen8 y recogidos por el Programa de las Naciones Uni-das para el Desarrollo, PNUD (en 1990 se publica

8 La obra más reconocida de Amartya Sen es su ensayo Pobreza y hambruna: Un ensayo sobre el derecho y la privación de 1981, en el cual demostró que el hambre no es consecuencia de la falta de ali-mentos, sino de desigualdades en los mecanismos de distribución de alimentos.

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el primer informe sobre el desarrollo humano). “No hay que olvidar —apunta el mencionado sociólogo e investigador social italiano Carlo Tazzara—que este enfoque [el del Desarrollo Humano] recogió, valorizó y sistematizó las innovaciones que habían empezado a darse a lo largo de los años 80, sobre todo gracias al trabajo y a las experiencias inno-vadoras realizadas por las oenegés de cooperación internacional”.

Así pues, la reforma de la cooperación internacio-nal, tal como se la conoció desde el fin de la II Gue-rra Mundial, cuando fue imaginada y aplicada, tocaba a su fin.

La “Alianza de Busan para la Cooperación Eficaz al Desarrollo”. La primera palabra del título del documento aprobado en el “Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al De-sarrollo”, realizado en Busan, Corea del Sur, entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre de 2011, sintetiza con precisión el principal resultado de esta reunión.

Lo que ocurrió allí, en la ciudad portuaria de Bu-san, a poco más de 11 años de la Declaración del Milenio (septiembre, 2000), el punto de partida de la reforma de la cooperación internacional para el desarrollo, fue, precisamente eso, una “alian-za”. Una alianza, además, planteada y redactada en tono superlativo, tal como figura en el primer punto del documento: “Reconocemos que nos une —dicen los suscriptores —una nueva alianza, más amplia e incluyente que nunca, basada en princi-pios compartidos, metas comunes y compromisos diferenciales, con miras a un desarrollo interna-cional eficaz”.

Como no había sucedido en dos foros previos, los que tuvieron lugar en París (2005) y en Accra (2008), cuando se reunieron solamente represen-tantes de los gobiernos de los países que otorgan y reciben la ayuda para el desarrollo, las institucio-nes y las agencias de cooperación que la gestionan, esta vez, en Busan, se reunieron todos los actores

de ese vasto universo de la cooperación. El ya men-cionado primer punto del documento aprobado los enumera así: “Jefes de Estado, ministros y repre-sentantes de países desarrollados y en desarrollo, jefes de organismos multilaterales y bilaterales, representantes de distintos tipos de organizacio-nes públicas, de sociedad civil, privadas, parla-mentarias, locales y regionales”.

“Una nueva alianza, más amplia e incluyente que nunca”, señala la Declaración de Busan, recono-ciendo que durante 60 años la Cooperación inter-nacional al desarrollo “era decidida por un número restringido de actores” y asumiendo el compromi-so de construir una agenda común que abarque la diversidad y las distintas funciones que cada uno de los actores —estatales y no estatales— pueda desempeñar para apoyar el desarrollo. Y a tono con ese carácter inclusivo, la Declaración acoge “los diversos enfoques de la cooperación para el desarrollo”, los enumera (la cooperación Sur-Sur, las contribuciones de las organizaciones de la so-ciedad civil y las de los actores privados) y afirma que se harán todos los esfuerzos necesarios “para aprovechar sus logros e innovaciones y aprender de ellos, teniendo en cuenta sus características y sus respectivos méritos”.

La mención de la “cooperación Sur-Sur al desa-rrollo” en la Declaración de Busan no deja de ser relevante, pues así se admite que “la complejidad actual de la arquitectura de la cooperación ha evo-lucionado más allá del paradigma Norte-Sur”.

Así, y a partir del reconocimiento de la particula-ridad, diversidad y aporte diferenciado de los acto-res del desarrollo, mucho más allá de los gobiernos y las instituciones establecidas de la cooperación, la “alianza” con todos ellos resulta ser el más sig-nificativo de los resultados del encuentro en Corea del Sur, pero hubo más, mucho más.

Apremiada por la proximidad de la meta fijada por la Declaración del Milenio del año 2000 —los Objetivos del Milenio deberían alcanzarse

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en menos de cuatro años, el 2015— la reunión de Busan declara que el “mundo se encuentra en una coyuntura crítica en términos del desarrollo”, pues “la pobreza y la desigualdad siguen siendo el desafío principal”. Y quizá por ello, y porque los progreso desde la Declaración de París (2005) y el Programa de Acción de Accra (2008) “han sido dispares y no han tenido la suficiente rapidez ni los alcances requeridos”, por primera vez, en una declaración oficial del mundo de la cooperación in-ternacional, se reconoce la necesidad de promover “los derechos humanos —así, en primer lugar—, la democracia y la buena gobernanza” como parte integral de los esfuerzos de desarrollo.

Pero además, y esto no es poco sustancial, en el punto 28 del documento consensuado en Busan, bajo el subtítulo “Operando el cambio: acciones complementarias para alcanzar metas comunes”, se admite que la eficacia de la ayuda al desarro-llo —concepto en el que se habían centrado los fo-ros de alto nivel hasta entonces desarrollados—, es “sólo una parte de la solución de los problemas del desarrollo”, y que, por tanto —se afirma sin vacilaciones en la Declaración de Busan—, “ha lle-gado la hora de ampliar nuestro enfoque desde la eficacia de la ayuda a los retos de un desarrollo eficaz”. En Busan, por tanto —y este fue un empe-ño protagonizado por las Organizaciones de la So-ciedad Civil—, se produce un significativo avance, si las palabras cuentan, de la eficacia de la ayuda al desarrollo, hacia la eficacia del desarrollo en sí mismo. Y para ello, el documento de Busan define un nuevo marco de la cooperación internacional en el que:

a. El desarrollo es impulsado por un crecimiento sólido, sostenible e incluyente;

b. Los ingresos propios de los gobiernos adquie-ren mayor relevancia en el financiamiento de sus necesidades de desarrollo. A su vez, los gobiernos están más sujetos a la rendición de cuentas sobre los resultados de desarrollo al-canzados ante sus ciudadanos;

c. Las instituciones estatales y no-estatales efi-caces diseñan y aplican sus propias reformas y son mutuamente responsables;

d. Los países en desarrollo se integran cada vez más, tanto en el ámbito regional como global, creando economías de escala que les ayudan a competir mejor en la economía mundial.

No es poco, entonces, lo que la alianza de Busan comporta como reforma de la cooperación interna-cional para el desarrollo, y lo hace, por supuesto, reafirmando los conceptos formulados en la Decla-ración de París (2005) y en el Programa de Acción de Accra (2008), pero esta vez sustentados sobre una base más ancha, las de una “nueva alianza” con “metas comunes, principios compartidos y compromisos diferenciados”. Vale la pena trans-cribir aquí los cuatro principios que reafirma el documento de Busan:

a. Apropiación de las prioridades del de-sarrollo por los países en desarrollo: Las alianzas para el desarrollo sólo pueden tener éxito si son lideradas por los países en desarro-llo, implementando propuestas adaptadas a las situaciones y necesidades específicas del país.

b. Enfoque en los resultados. Nuestras inver-siones y esfuerzos deben tener impacto dura-dero en la erradicación de la pobreza, en la re-ducción de las desigualdades, en el desarrollo sostenible y en la mejora de las capacidades de los países en desarrollo, en alineamiento con las prioridades y políticas establecidas por los mismos países en desarrollo.

c. Alianzas incluyentes para el desarrollo. La apertura, la confianza, el respeto y el apren-dizaje mutuo son la esencia de las alianzas efi-caces en apoyo a los objetivos de desarrollo, re-conociendo la diversidad y complementariedad de las funciones de todos los actores.

d. Transparencia y responsabilidad com-partida. La responsabilidad mutua y la

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responsabilidad frente a los beneficiarios de nuestra cooperación, así como hacia nuestros respectivos ciudadanos, organizaciones, socios y partes interesadas, es crítica para lograr re-sultados. Las prácticas transparentes son la base de una rendición de cuentas reforzada.

Pero la reunión en la ciudad coreana dejó escrito algo no menos sustancial: la ya para entonces in-cuestionable e ineludible presencia y participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en el ámbito de la cooperación para el desarrollo.

“Nuestro viaje a Busan empezó justamente des-pués de Accra. Tomamos nuestro reconocimiento como actores del desarrollo independientes y nos hicimos cargo del desafío de abordar y trabajar sobre nuestra propia rendición de cuentas por el trabajo que realizamos en pos del desarrollo”. Así empezó uno de los discursos de cierre del encuen-tro en Busan, el que estuvo a cargo de Emele Dui-tuturaga, co-Presidenta del Foro Abierto sobre la Efectividad del Desarrollo de las OSC9, Directora Ejecutiva de la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales de las Islas del Pacífico, acadé-mica y especialista en desarrollo, nacida en las Is-las Fiji y dueña de un hermoso nombre.

Emele Duituturaga decía la verdad. Las OSC arrancaron su participación en Busan tres años antes, cuando el Programa de Acción de Accra las reconoce como “actores independientes por dere-cho propio” de la cooperación internacional y las invita a “reflexionar sobre cómo pueden aplicar los principios de la Declaración de París sobre la efica-cia de la ayuda, desde su perspectiva particular”.

Y así fue. Desde 2008 y hasta 2011, tal como lo señaló Emele Duituturaga en su discurso de cie-rre del encuentro de Busan, las OSC consultaron a más de 20 mil organizaciones de la sociedad civil de más de 90 países sobre la agenda y los resulta-dos que se podían esperar del “Cuarto Foro de Alto

9 www.cso-effectiveness.org En la gestión 2010, Susana Eróstegui, Directora Ejecutiva de UNITAS, ocupó el mismo cargo junto con Daniel Svoda, Director Ejecutivo de la Plataforma Checa de ONGs.

Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo”. Esa extensa movilización se expresó, primero, en un pre-Foro de la Sociedad Civil realizado en Bu-san, entre el 26 y 28 de noviembre de 2011, con la presencia de cerca de 500 delegados, para que, un día después, 300 de ellos participaran en el Foro oficial de Busan. “Reafirmamos que vendríamos a Busan y hablaríamos con una sola voz —dijo Eme-le Duituturaga— y, de hecho, esto es tan desta-cable que nosotros mismos no podíamos creerlo”, recordó ese 1 de diciembre, cuando el encuentro en la principal ciudad portuaria de Corea del Sur bajaba el telón.

El resultado concreto y palpable de esa moviliza-ción se encuentra en el propio texto final de la De-claración de Busan. Dice así:

22. Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) cumplen una función vital posibilitando que la población reclame sus derechos, promoviendo el enfoque de derechos, ayudando a configurar po-líticas y alianzas para el desarrollo y fiscalizan-do su puesta en práctica. También proporcionan servicios en ámbitos complementarios a los esta-tales. Reconociendo estas funciones, nosotros:

a. cumpliremos plenamente nuestros respectivos compromisos para que las organizaciones de la sociedad civil puedan ejercer sus funciones como actores independientes de desarrollo, centrándonos particularmente en crear un en-torno favorable, consecuente con los derechos internacionalmente acordados, que potencie al máximo su contribución al desarrollo;

b. alentamos a las organizaciones de la sociedad civil a generar prácticas que fortalecen su res-ponsabilidad y contribución a la efectividad del desarrollo, orientadas por los Principios de Estambul y por el Marco Internacional para la Eficacia del Desarrollo de las OSC.

Y el balance de las OSC sobre los resultados ob-tenidos en Busan, expresado en un Comunicado de Prensa fechado el 1 de diciembre de 2011,

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recoge también, en su primer párrafo, las palabras de Emele Duituturaga: “Al participar de las nego-ciaciones de alto nivel sobre la ayuda y el desarro-llo, por primera vez, las organizaciones populares pueden atribuirse el mérito de reforzar la apro-piación democrática y los derechos humanos en el Documento Resultante de Busan, pero se necesita realizar mayores trabajos para lograr avances en las condiciones favorables para la sociedad civil”.

El mismo comunicado señala, por otra parte, que “la sociedad civil se encuentra profundamente desilu-sionada porque los compromisos de parte de los go-biernos y donantes socios, para proveer condiciones favorables para que las organizaciones populares puedan operar, no han sido plenamente definidas de acuerdo a los estándares internacionales rela-tivos a los derechos a través de los cuales pueden rendir cuentas, en particular a la luz de la creciente evidencia de crecientes medidas represivas contra la sociedad civil en numerosas partes del mundo”.

Sobre el mismo tema, y en el mismo comunicado, Rubén Fernández, miembro de la Asociación Lati-noamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo, ALOP10, señala: “Los gobiernos deben reconocer las OSC no sólo como actores sociales, sino también como actores políticos en la demo-cratización de nuestras sociedades. Para este fin, necesitamos un ambiente propicio que se ha visto amenazado por actos de violencia hacia las OSC, limitando el espacio legal y político, y una gran fal-ta de financiamiento”.

El capítulo Busan de la reforma de la cooperación in-ternacional para el desarrollo concluyó así. Hace fal-ta, ahora, evaluar los ecos de esa reforma en Bolivia.

10 La Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo, ALOP, es una asociación de organizaciones no guber-namentales de desarrollo (ONGD), provenientes de veinte países de América Latina y el Caribe. Creada en 1979, constituye uno de los esfuerzos más duraderos de integración regional entre ONGD de la región.

3. Bolivia y la todavía tímida y frágil reforma de la cooperación

El Estado Plurinacional de Bolivia fue uno de lo 158 Estados que suscribió la “Alianza de Busan para la Cooperación Eficaz al Desarrollo” el 1 de diciembre de 2011, en Corea del Sur. Bolivia es también uno de los 189 países signatarios de la Declaración del Milenio (2000), y como tal, el actual gobierno ha integrado los Objetivos del Mileno en parte de su Plan Nacional de Desarrollo (2006-2011).

Y, por supuesto, el gobierno de Bolivia ha sido uno de los 123 gobiernos que, reunidos en París, el 2 de marzo de 2005, manifestó su decisión de sumarse, junto a las instituciones bilaterales y multilatera-les de desarrollo, a “emprender acciones de largo alcance y supervisables con vistas a reformar las formas” en que se suministra y se gestiona la ayu-da al desarrollo, tal como señala la Declaración de París, piedra angular de la reforma de la coope-ración internacional para el desarrollo iniciada a principios de siglo.

Los objetivos y compromisos asumidos por el Es-tado boliviano en París son procesados, a nivel de Gobierno, por el Ministerio de Planificación para el Desarrollo, y en particular por una de sus princi-pales reparticiones, el Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo, VIPFE. Como parte integrante de este Viceministerio, además, se ha creado un cargo específico para atender los referidos compromisos: el Coordinador Nacional de la Evaluación de la Declaración de París en Bo-livia. La estructura contempla también la creación de un Grupo Nacional de Referencia, para acom-pañar el proceso.

Es este Coordinador Nacional, que cuenta natu-ralmente con el soporte del VIPFE y del Ministerio de Planificación para el Desarrollo, quien concen-tra las tareas relativas al seguimiento, evaluación, documentación y análisis de la marcha de los com-promisos asumidos por el Gobierno boliviano en la Declaración de París.

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Una de esas tareas, el seguimiento a las mejoras de la eficacia de la ayuda, se realiza a través de en-cuestas basadas en los 12 indicadores aprobados en la reunión de la capital francesa (Anexo 3). En-tre la Declaración de París (2005) y la reunión en Busan (2011) se realizaron tres de estas encuestas de seguimiento (en 2006, 2008 y 2011), todas ellas materia prima para las dos fases de Evaluación de los compromisos de París, una realizada en 2007 (Fase I) y otra en 2010 (Fase II). La estructura contempla la existencia de un Grupo de Refencia Finalmente, tanto las encuestas de seguimiento como los informes de evaluación referidos, se con-vertirían en insumos para el Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda que se reali-zaría en Corea del Sur, entre el 29 de noviembre y 1 de diciembre de 2011, de donde emergería la “Alianza de Busan para la Cooperación Eficaz al Desarrollo”.

En el caso de Bolivia, el Ministerio de Planificación para el Desarrollo, a través de su Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo, VIPFE, publicó en 2008 la “Evaluación de la De-claración de París, Fase I”, y en 2010 la “Evalua-ción Nacional de la Declaración de París, Fase II”. Dichos informes, sin embargo, no han merecido difusión pública por parte del Gobierno Nacional.

Quienes sí se han ocupado en Bolivia de promo-ver el debate sobre la reforma de la cooperación internacional para el desarrollo son las Organiza-ciones de la Sociedad Civil (OSC), y en particular, la Unión Nacional de Instituciones para el Traba-jo de Acción Social, UNITAS, una de las redes de oenegés más importantes del país, institución que organizó, en junio de 2011, un Diálogo y Consulta Nacional denominado “Cambios en las políticas de Cooperación y Desarrollo en Bolivia”, especial-mente concentrado en los contenidos de la Decla-ración de París (2005), en el Programa de Acción de Accra (2008) y en los Principios de Estambul (2010). Este evento, ha sido uno de los pocos espa-cios públicos —sino el único— en los que se ha de-

batido en Bolivia lo que para ese entonces era, en el mundo de la ayuda para el desarrollo, un inten-so debate que remecía las bases de la cooperación.

UNITAS, además de haber impulsado el debate sobre este tema a través de dos consultas nacio-nales: “Retos desde la sociedad civil para la ayu-da oficial al desarrollo y la Declaración de Paris” (2007 y 2008), en coordinación con ALOP, y como parte de la extensa movilización mundial de las Organizaciones de la Sociedad Civil, desatada luego de la aprobación del Programa de Acción de Accra (Ghana, 2008), publicó también, antes de la reunión de la que nació la Alianza de Busan, un Informe de la Realidad de la Ayuda 2011 expre-sivamente titulado “Efectividad del Desarrollo en Bolivia: un proceso en gestación”.

Ambos hechos se reseñan aquí.

Diálogo y Consulta Nacional. “Cambios en las políticas de Cooperación y Desarrollo en Bolivia”. Éste fue el título del encuentro con el que la Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Ac-ción Social, UNITAS, reunió en La Paz a más de 200 representantes del gobierno nacional, de la cooperación internacional y de la sociedad civil, los días 16 y 17 de junio de 2011.

Es importante referir el contexto internacional en el que se enmarca el encuentro organizado por UNITAS: nueve meses antes, en septiembre de 2010, una primera Asamblea Mundial de las Or-ganizaciones de la Sociedad Civil , bajo el rótulo “Foro Abierto para la Eficacia del Desarrollo de las OSC”, realizada en Turquía, aprueba los Princi-pios de Estambul, hecho que marca el ingreso de la sociedad civil al debate mundial sobre la reforma de la cooperación; diez días después del Diálogo y Consulta de UNITAS, los días 28 y 29 de junio, y esta vez en Siem Reap, Camboya, se realizaría la segunda Asamblea Mundial de la sociedad civil en las que se aprueba el “Marco Internacional para la Eficacia del Desarrollo de las OSC”; y seis meses después, en Corea del Sur (29 de noviembre al 1

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de diciembre de 2011) se cerraría la primera etapa de la reforma de la cooperación internacional con aprobación de la “Alianza de Busan”.

El Diálogo y Consulta convocado por UNITAS, por tanto, se realiza como una suerte de “réplica” en La Paz de la extensa movilización mundial de las OSC en torno a la transformación de la ayuda al desarrollo, y por ello, su propósito fue el de difun-dir, ampliar y mejorar la comprensión de aquél concepto —“la eficacia de la ayuda al desarrollo”— que ya llevaba, desde la Declaración de París en 2005, seis años de largo recorrido. El encuentro, además, buscaba profundizar el análisis nacional sobre la agenda del desarrollo bajo la perspectiva de contribuir al Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo que se realiza-ría seis meses después en Busan, Corea del Norte, a través de los mensajes clave a gobiernos y do-nantes, propuestos por la sociedad civil:

· realizar una evaluación exhaustiva de los com-promisos de Accra y París y profundizar en ellos;

· reforzar la eficacia de la ayuda a través de prácticas basadas en normas que respeten los derechos humanos;

· apoyar a las OSC como actores independien-tes de desarrollo por derecho propio y compro-meterse a garantizarles un ambiente propicio para que puedan desempeñar su labor en todos los países;

· promover una arquitectura de la cooperación al desarrollo equitativa y justa.

· UNITAS se involucró en el tema de la efecti-vidad de la ayuda en 2007. Y lo hizo, tanto a nivel nacional como internacional, a través de su participación en distintos eventos de evalua-ción y seguimiento de la Declaración de París bajo el propósito común de las OSC de promo-ver el reconocimiento de la voz de la sociedad civil en el ámbito de la reforma de la coopera-ción para el desarrollo.

Ya antes de 2007, en el marco de la llamada “Mesa de Articulación de Asociaciones Nacionales y Re-des de Oenegés de América Latina y el Caribe”, y en coordinación con ALOP, la Asociación Lati-noamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo, UNITAS formó parte del largo proceso de discusión y fortalecimiento de la sociedad civil sobre la ayuda al desarrollo.

Y como representante de la sociedad civil en Boli-via, poco antes de la aprobación del Programa de Acción de Accra (2008), UNITAS integró el 2007 y el 2010, junto a representantes de la cooperación internacional, asociaciones municipales y univer-sidades, y a convocatoria del Gobierno Nacional, el denominado “Grupo de Referencia” creado para acompañar el proceso de evaluación de los com-promisos asumidos por el país en la Declaración de París, el Programa de Acción de Accra y la preparación del foro de Busan11. Desde entonces, UNITAS ha asumido el papel de coordinación de la sociedad civil ante el VIPFE.

Con todos estos antecedentes, el Diálogo y Consulta organizado por UNITAS en junio de 2011 fue concebido, tanto en su estructura organizativa12

11 Grupo conformado por un representante de la Cooperación Inter-nacional (Holanda), uno de Sociedad Civil (UNITAS), uno de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM), un representante de universidades (CUB) y dos representantes del Ministerio de Re-laciones Exteriores, y del VIPFE.

12 El Diálogo y Consulta Nacional se organizó en cuatro paneles y tres mesas de trabajo: Primer Panel: Desarrollo, cooperación y po-breza en Bolivia; Segundo Panel: De la efectividad de la ayuda a la efectividad del desarrollo; Tercer Panel: La Declaración de París y la Agenda de Acción de Accra en Bolivia: Cuarto Panel: Políticas de desarrollo y apropiación democrática; Mesas de Trabajo: Políticas de cooperación y desarrollo en Bolivia (se organizaron tres Mesas de Trabajo, cada una de ellas con temas específicos: Mesa 1: Acce-so a información pública y participación social en la definición de políticas de desarrollo; Mesa 2: Temas de la Agenda de desarrollo y entorno propicio para que las OSC desarrollen su acción; Mesa 3: Políticas de cooperación al desarrollo que promueven los Derechos Humanos y se centran en la erradicación de las causas de la pobre-za y la desigualdad).

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como en la elección de los expositores13 y participantes14 , para reproducir en el país aquella batalla que miles y miles de OSC libraban en el planeta: que los Estados y gobiernos de los países receptores de la ayuda para el desarrollo, y los países que la otorgan, “deben fortalecer sus prácticas y políticas tomando en cuenta la voz de las OSC en las deliberaciones sobre la eficacia de la ayuda y efectividad del desarrollo, es decir, una participación real de la sociedad civil en la vida pública”15.

Esa batalla, que en el plano internacional cristali-zó en Corea del Sur, unos meses después, cuando se proclama la “Alianza de Busan” que une en el mismo propósito a gobiernos, instituciones de la cooperación y organizaciones de la sociedad civil, en Bolivia, apenas empezaba a caminar.

Así lo demostraron tanto las exposiciones que se presentaron en el diálogo organizado por UNITAS como el debate promovido por esas exposiciones. Si en algo coincidieron los representantes del Gobier-no Nacional, los de la cooperación internacional y las organizaciones de la sociedad civil, es que, en Bolivia, los todavía tímidos y frágiles esfuer-zos encaminados a la reforma de la ayuda para

13 Los EXPOSITORES del Diálogo y Consulta Nacional: por el Go-bierno Nacional: (1) Roland Pardo, representante del Ministerio de Planificación para el Desarrollo; (2) Harley Rodríguez, Vicemi-nistro de Inversión Pública y Financiamiento Externo, VIPFE; (3) Jaime Garrón, Coordinador Nacional de la Evaluación de la De-claración de París (Fase II); (4) Jesús Limpias, Jefe de la Unidad del Sistema de Planificación Integral Estatal, Ministerio de Plani-ficación para el Desarrollo; por la Cooperación Internacional: (1) Yoriko Yasukawa, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Bolivia; (2) Sergio Martín-Moreno, Coordinador General de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID); (3) Baudoin Duquesne, Representante del Banco Inte-ramericano para el Desarrollo (BID); (4) Isabel Arauco, Asesora de las Naciones Unidas en Bolivia; por las Organizaciones de la Sociedad Civil: (1) Nicole Benedicto, por Reality of Aid Network, Filipinas; (2) Walter Limache, Coordinador Nacional del Programa Nina, Bolivia; (3) Sally O’Neil, Directora Regional para América Latina, TROCAIRE.

14 En la MEMORIA impresa del encuentro figura una lista de 243 personas. La nómina abarca a funcionarios de diferentes minis-terios del gobierno nacional, representantes de los gobiernos que otorgan la ayuda al desarrollo —especialmente de países euro-peos—, agencias de la cooperación internacional, oenegés interna-cionales y nacionales, universidades, alcaldías, sindicatos, juntas vecinales y organizaciones campesinas e indígenas procedentes de los nueve departamentos del país.

15 MEMORIA del Diálogo y Consulta Nacional “Cambios en las Polí-ticas de cooperación y Desarrollo en Bolivia”. Foro sobre la Eficacia del Desarrollo de las OSC. La Paz, septiembre de 2011, pág. 6.

el desarrollo en dirección de transformarla en una cooperación eficaz para el desarrollo —seis años después de la Declaración de París (2005) y tres desde la aprobación del Programa de Acción de Acrra (2008)—, efectivamente, apenas empezaban su caminata. La Memoria publicada por UNITAS del evento es una constatación escrita de ello16.

La aludida timidez y fragilidad de la reforma de la cooperación en Bolivia se evidencia, precisamente, en el rezago nacional respecto de aquellos compro-misos plasmados en la Declaración de París y rati-ficados después en la Alianza de Busan: (1) la apro-piación de las prioridades del desarrollo por parte de los propios países en desarrollo, cuyo prerrequi-sito es, justamente, una alianza real y efectiva de todos los actores del desarrollo, liderada por los go-biernos de esos países, sobre la base de propuestas que respondan a sus necesidades e intereses; (2) un enfoque en los resultados, para obtener un im-pacto duradero en la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades, el desarrollo soste-nible y en la mejora de las capacidades de los países en desarrollo; (3) las alianzas incluyentes para el desarrollo, reconociendo la diversidad, roles y ta-reas complementarias de los distintos actores del desarrollo; y (4) la transparencia y responsabilidad compartida, es decir, la rendición de cuentas ante los beneficiarios de la cooperación, la ciudadanía, las organizaciones y socios del desarrollo.

En el encuentro, además, destacó un tema de es-pecial interés para las OSC: la elaboración de una ley, por parte del Gobierno Nacional, que regule el trabajo de las oenegés. Sobre este punto, el titular del Viceministerio de Inversión Pública y Finan-ciamiento Externo (VIPFE), Harley Rodríguez, afirmó: “Vamos a tener una ley de oenegés consen-suada y discutida entre los sectores involucrados”, declarándose él mismo “como parte de las oene-gés”. “Soy ex UNITAS, el tronco de las oenegés”, dijo Rodríguez17.

16 Ibid.

17 Ibid, pág. 26.

Page 24: ¿Qué diablos son las Oenegés?

23

De todas maneras, tal como lo apunta UNITAS en la Memoria del encuentro, el Diálogo y Consulta tuvo logros importantes: (1) la socialización de la información sobre los compromisos del Estado bo-liviano en París y Accra; (2) el intercambio de cri-terios y percepciones entre el Gobierno Nacional, la cooperación y las organizaciones de la sociedad civil sobre los principios de apropiación democrá-tica, gestión por resultados y mutua rendición de cuentas; y (3) la reconocida necesidad de promover nuevos marcos de participación para la efectividad del desarrollo en Bolivia y un entorno favorable para que las OSC desarrollen sus acciones como actoras del desarrollo18.

La tarea de UNITAS por una cooperación eficaz al desarrollo en Bolivia, no terminó allí.

¿Efectividad del Desarrollo en Bolivia? Si algún resultado concreto tuvo, en el plano na-cional, la ola reformista de la cooperación in-ternacional iniciada a principios de siglo, ese resultado puede hallarse (al menos en el plano reflexivo) en la apremiante necesidad de respon-der— a poco más de cuatro décadas de la pre-sencia de la ayuda al desarrollo en el país— el siguiente par de preguntas:

· Los recursos que otorga la cooperación al país, ¿están verdaderamente orientados a resolver las causas estructurales de la pobreza y la inequidad, o sólo han servido, hasta la fecha, para sostener acciones paliativas de alivio a la pobreza?

· ¿Por qué un país como Bolivia, que puso en marcha una Estrategia de Reducción de la Po-breza (EBRP) con el apoyo financiero externo, y que, recientemente, vive una bonanza fiscal, no ha logrado, hasta ahora, un quiebre sustancial en la reducción de la pobreza y en el mejora-miento de las condiciones de vida?

18 Ibid, pág. 8.

Estas preguntas se encuentran en el Informe de

la Realidad de la Ayuda 2011 titulado “Efectivi-

dad del Desarrollo en Bolivia: un proceso en ges-

tación”19. El documento, elaborado por la Unión

Nacional de Instituciones para el Trabajo de Ac-

ción Social, UNITAS, es un informe que retrata

los avances de la Declaración de París (2005) sobre

la eficacia de la ayuda desde la perspectiva de la

sociedad civil.

El informe es, además, uno de los 32 reportes

—“informes sombra”, los llama la sociedad civil—

elaborados por igual número de países receptores

de la ayuda en base a “evidencias extraídas de

investigaciones en cada país, reuniones y entre-

vistas con diversos actores del desarrollo”20. En el

caso de Bolivia, el informe tiene como una de sus

principales fuentes —es significativo señalarlo—

los dos informes de Evaluación Nacional de la De-

claración de París (Fase I y Fase II) publicados por

Gobierno Nacional a través del Viceministerio de

Inversión Pública y Financiamiento Externo, VIP-

FE, en 2008 y 2011.

El núcleo central desde el que parte el análisis del reporte, y desde el que llega a la conclusión de que la efectividad del desarrollo en Bolivia es apenas “un proceso en gestación”, es —para plantearlo en términos gráficos— un “triángulo” de tres vértices: (1) los datos oficiales de 2008 sobre la pobreza y las desigualdades vigentes en el país (seis de cada diez bolivianos son pobres; la concentración del 60 por ciento del ingreso nacional está en manos del 20 por ciento más rico de la población, un dato semejante al registrado en 1970); (2) la extraor-dinaria bonanza que revelan los datos de la ma-croeconomía (el aumento notable de las reservas internacionales, el aumento de las exportaciones,

19 Informe de la Realidad de la Ayuda: “Efectividad del Desarrollo en Bolivia: un proceso en gestación”; Apropiación Democrática y Efectividad del Desarrollo: Perspectivas de la sociedad civil sobre el avance desde París. La Paz, 2011.

20 The Reality of Aid 2011 Report, “Democratic Ownership and Deve-lopment Effectiveness: Civil Society Perspectives on Progress since Paris”. IBON International.

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24

y el registro, por quinto año consecutivo, de un su-perávit fiscal); y (3) el comportamiento de la coo-peración internacional destinada al desarrollo del país (la también denominada Ayuda Oficial para el Desarrollo, AOD, es decir, los créditos conce-sionales más las donaciones), enfocada desde dos de los compromisos de la Declaración de París: la Apropiación21 y la Gestión orientada a resultados22.

A partir de ese núcleo de análisis, en el que los dos primeros “vértices” (reseñados aquí en su más apretada síntesis) soportan el desarrollo argumen-tal del tercero, el informe de UNITAS coteja la rea-lidad económica, política y social del país con los avances de los principios y compromisos rectores que orientan la reforma de la ayuda al desarrollo, y entrega, entre sus principales conclusiones, la si-guiente: a pesar de que en Bolivia “se ha puesto en marcha en 2006 un nuevo Plan Nacional de Desa-rrollo, con una orientación distinta a la registrada en gobiernos anteriores”, y que desde la Declara-ción de París el Gobierno Nacional y las institu-ciones de la cooperación “han efectuado distintas evaluaciones y nuevos acuerdos”, esos avances no sólo que no han repercutido “en mayores cambios en las condiciones materiales de la vida de la gen-te”, sino que obligan a “evaluar y orientar la Ayu-da Oficial para el Desarrollo (AOD) y demostrar que está revirtiendo la larga tendencia de repro-ducción de la pobreza”23.

21 La Declaración de París describe así el compromiso de APROPIA-CIÓN: “14. Los países socios se comprometen a: (i) Ejercer su li-derazgo desarrollando e implementando sus propias estrategias de desarrollo nacional por medio de amplios procesos consultivos; (ii) Traducir estas estrategias de desarrollo nacional en programas operativos, priorizados y orientados a los resultados tal como están expuestos en los marcos de gastos a medio plazo y los presupuestos anuales; (iii) Dirigir la coordinación de la ayuda en todos los ám-bitos, así como los otros recursos del desarrollo, en diálogo con los donantes y fomentando la participación de la sociedad civil y del sector privado. 15. Los donantes se comprometen a: Respetar el liderazgo de los países socios y ayudarlos a reforzar su capacidad a ejercerlo.

22 La Declaración de París señala que “La gestión orientada a los re-sultados significa gestión e implementación de la ayuda con vistas a los resultados deseados y utilizando la información para mejorar las tomas de decisión”.

23 Ibid, págs. 12 y 13.

El informe de UNITAS resume así, en términos globales, la crítica mirada de la sociedad civil al proceso de implementación de los compromisos asumidos por el Gobierno Nacional en París, pero además, desglosa la debilidad y fragilidad de ese proceso a partir de dos principios que considera críticos: la ausencia de la participación social en la planificación y ejecución de la Ayuda Oficial para el Desarrollo, y la imposibilidad de gestionarla en base a resultados, lo que, a fin de cuentas, “pone en duda la eficacia de los recursos de la coopera-ción para el desarrollo del país”.

En cuanto a la ausencia de participación social, y en el marco del compromiso de “Apropiación De-mocrática” (así llama UNITAS al compromiso de Apropiación establecido en la Declaración de Pa-rís), el Informe sobre la Realidad de la Ayuda 2011 concluye textualmente:

· A pesar de la efervescencia social que vive el país y del protagonismo de las dirigencias de or-ganizaciones indígenas originario campesinas, no se registran cambios en el nivel de partici-pación social en la Ayuda Oficial al Desarrollo y tampoco su impacto en la toma de decisiones oficial y de los donantes.

· La implementación de estrategias de desarrollo por medio de amplios procesos consultivos ha estado ausente. Si bien se realizaron talleres de socialización, no se promovieron espacios de debate, con participación plural de actores so-ciales, en la formulación y ejecución del Plan Nacional de Desarrollo [PND] 2006-2011.

· El primer Informe de Evaluación de la Decla-ración de París Fase I [publicado por el VIP-FE en 2008] indicaba que para la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) existía un bajo nivel de apropiación del Plan Nacional de Desarrollo en los municipios, pues se percibía que las políticas nacionales no necesariamente responden a las diferentes realidades de los go-biernos locales.

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25

· El Informe de Evaluación de la Declaración de París Fase II [publicado por el VIPFE en 2010] concluye que “el principio de apropiación tuvo un avance moderado en los últimos cinco años (…). Los niveles subnacionales perciben pocos avances en la apropiación de los procesos de de-sarrollo de la administración central”.

A esta última apreciación hay que añadir la per-cepción de la cooperación internacional que, en el referido Informe de Evaluación de la Declaración de París (Fase I), publicado por el VIPFE en 2008, afirmaba que el hecho de que el Gobierno Nacional cuente con un plan estratégico (el PND) no signi-fica que, automáticamente, se pueda medir el im-pacto de las políticas de Estado y su continuidad. Por ello, consideraba necesario desglosar el com-promiso de Apropiación para su mejor medición y comprensión.

Y a propósito del PND, el Informe de Evaluación de la Declaración de París (Fase II), también pu-blicado por el VIPFE en 2010, apuntaba: “El PND debe profundizar la incorporación de las instan-cias subnacionales y debe ser flexible a las nuevas y permanentes demandas de los sectores, son des-cuidar sus prioridades”.

Respecto al otro de los principios que el informe de UNITAS considera crítico, la gestión de la Ayu-da Oficial para el Desarrollo en base a resultados, el reporte no hace sino reproducir lo que señalan los ya tantas veces referidos informes oficiales de evaluación nacional sobre la Declaración de París:

· No existe una programación plurianual que permita a las entidades públicas asignar y dis-tribuir recursos para el cumplimiento de obje-tivos de mediano y largo plazo.

· Muy pocas instituciones realizan esfuerzos por establecer indicadores para las actividades, productos y objetivos que permitan realizar se-guimiento y evaluación de efectos e impactos.

· La articulación de los procesos de planificación, inversión y presupuesto (y la necesidad de in-

corporar mecanismos de participación social en los procesos de ejecución, seguimiento y eva-luación de las políticas institucionales), es una tarea pendiente en la generalidad de la admi-nistración pública.

· El Informe de Evaluación de la Declaración de París [segundo informe del VIPFE publicado en 2010] señala que “los órganos rectores de Presupuesto, Planificación, e Inversión Pública que deben efectuar el seguimiento y evaluación cuantitativa, cualitativa y financiera del pre-supuesto de las entidades públicas, no tienen instrumentos ni metodología de seguimiento y evaluación; éstos deben ser implantados gra-dualmente a nivel nacional”.

Ésos, los contenidos centrales y el tono del Infor-me de la Realidad de la Ayuda 2011. Hay en él, por supuesto, una mayor inmersión en los temas aquí reseñados y un conjunto de ideas, conceptos y datos que exceden el propósito de estas páginas. Uno de esos datos, sin embargo, merece señalarse.

En el ámbito de la “sostenibilidad ecológica”, uno de los pilares centrales de la acción de las Orga-nizaciones de la Sociedad Civil en el marco de la cooperación al desarrollo —y uno de los temas de generalizado debate en el país—, el Informe de la Realidad de la Ayuda 2011 registra un dato poco difundido: si se mantienen los actuales ritmos de deforestación en el país, “el año 2100 habrán desa-parecido los bosques en Bolivia”.

El dato se desglosa así: “el promedio de deforesta-ción en Bolivia es de 300 mil a 350 mil hectáreas por año. El acumulado histórico de la deforesta-ción en Bolivia es de aproximadamente seis millo-nes de hectáreas deforestadas, de las cuales tres millones se han producido en la última década, destacándose que el 80 por ciento de los bosques se han deforestado de manera ilegal. Con este ritmo de deforestación, el año 2100 habrán desaparecido los bosques en Bolivia”.

El dato, reseñado en el informe de UNITAS, proce-de de la “Estrategia Nacional de Bosque y Cambio

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Climático”, elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua.

Quedan pendientes, aquí, las respuestas a las dos preguntas con las que se abre este apartado: (1) los recursos que otorga la cooperación al país, ¿están verdaderamente orientados a resolver las causas estructurales de la pobreza y la inequidad, o sólo han servido, hasta la fecha, para sostener acciones paliativas de alivio a la pobreza?; (2) ¿por qué Bolivia no ha logrado, hasta ahora, un quiebre sustancial en la reducción de la pobreza y en el mejoramiento de las condiciones de vida?

Para desencanto de los lectores, el informe de UNITAS no entrega respuestas a estas dos pre-guntas claves, y no lo hace, sencillamente porque no hay forma de hacerlo. Y no se lo puede hacer, “por la ausencia de procesos para evaluar los re-sultados e impactos alcanzados por la administra-ción pública”, porque para ofrecer una respuesta precisa, se “requiere el monitoreo y evaluación de los efectos e impactos de los flujos de la Coopera-ción Internacional en el desarrollo del país”, lo que supone “evaluar la relación entre los diferentes ac-tores del desarrollo y su ámbito de actuación, sus prioridades estratégicas y sus resultados sujetos a metas de corto, mediano y largo plazo”, algo que en Bolivia, evidentemente —por todo lo que señala el informe— es imposible de hacer.

Así puede entenderse por qué el Informe de la Realidad de la Ayuda 2011 concluye que la efica-

cia del desarrollo en Bolivia es apenas un “proceso en gestación”, es decir —si se entienden bien las palabras—, un proceso que todavía no ha nacido, que no ha visto la luz.

Para que ese proceso deje de ser sólo un “proceso en gestación”, el informe de UNITAS señala dos prerrequisitos: la participación de la sociedad civil en la definición de la política de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), primero para “mejorar la disponibilidad de información sobre las acciones del gobierno y de la Cooperación Internacional en el país, profundizando las políticas de transparen-cia de la cooperación y del gobierno hacia la ciu-dadanía”, y segundo, se “requiere la promoción de espacios de información y debate con la sociedad civil sobre los alcances, perspectivas y eficacia del desarrollo en Bolivia, dinamizando el acceso a in-formación sobre la política de financiamiento ex-terno y sobre las políticas públicas en general”24.

Finalmente, y volviendo al contexto internacional en el que se enmarca el informe de UNITAS, ha-brá que decir que poco después de su publicación, en diciembre de 2011, allá en Corea del Sur, los gobiernos, instituciones y organizaciones de la so-ciedad civil del mundo entero proclamarían la for-ja de “una nueva alianza, más amplia e incluyente que nunca” para la cooperación eficaz del desarro-llo, la “Alianza de Busan”.

Esa alianza, en Bolivia, parece estar todavía muy lejana.

24 En diciembre de 2006 se creó el denominado Grupo de Socios para el Desarrollo en Bolivia (GruS) autodefinido como “un espacio de coordinación conformado por organismos bilaterales, interguber-namentales y multilaterales con presencia en Bolivia” (www.grus.org) con el propósito de apoyar la implementación de los acuerdos de la Declaración de París y el Plan de Acción de Accra. El GruS podría ser “un mecanismo que puede potenciar la transparencia de la cooperación internacional en Bolivia en la medida en que am-plíe sus niveles de información sobre procedimientos y prácticas, asignación de áreas según ventajas comparativas, ayuda atada, asistencia técnica y otros”, se lee en el “Informe de la Realidad de la Ayuda 20112, elaborado por UNITAS.

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II. El estudio de percepción

Una vez más, urge la reseña del contexto, nacional e internacional, en el que UNITAS decide encar-gar a Real Data el “Estudio de Percepción sobre la Efectividad del Trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Bolivia” el 2010. Ya para entonces, la reforma de la cooperación inter-nacional para el desarrollo, desde la perspectiva de los gobiernos y las instituciones que la gestionan, habían instalado dos de sus principales cimientos, la Declaración de París en 2005, y el Programa de Acción de Accra en 2008. Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), por su parte, estaban a medio camino de presentar sus “credenciales” en ese proceso de reforma, los llamados Principios de Estambul (septiembre de 2010).

Pero es el contexto nacional el que explica mejor la iniciativa de UNITAS. El 25 de enero de 2009, a tres años y tres días de iniciada la primera gestión del gobierno de Evo Morales Ayma, se aprueba —en referéndum nacional— la nueva Constitu-ción Política del Estado. Este hecho, más allá de su obvia trascendencia y significación histórica, tuvo una particular importancia política para el país. Con la aprobación de la nueva Constitución, se cierra el momento más crítico y difícil que vi-vió el gobierno de Morales y el proceso político que impulsa, y se abre una nueva etapa en la que se consolida plenamente su incuestionable hegemo-nía política. La aritmética de la democracia así lo confirma: el domingo 6 de diciembre de 2009, el presidente Morales fue reelegido con el 64 por ciento de los votos, diez puntos porcentuales más de los votos que había obtenido el 18 de diciembre de 2005 y que le permitieron iniciar su primera gestión, el 22 de enero de 2006.

Y fue también en ese año, el 2009, en el que se pue-den encontrar las primeras señales del ambiente

crispado que caracterizan las ásperas relaciones entre el actual Gobierno boliviano y las Organiza-ciones No Gubernamentales, las oenegés (ONG). El 1 de octubre de 2009, en una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros, realizada en La Paz, el presidente Morales dijo: “Algunas oe-negés sólo nos usan a los pobres, a los indígenas y al medio ambiente para que ellos vivan bien». La mayoría de las oenegés, a juicio del mandatario, “cualquier cosa inventan” para justificar su finan-ciación.

“El presidente de Bolivia hizo estas considera-ciones al ser preguntado por las críticas que han suscitado los proyectos para la exploración y ex-plotación de hidrocarburos en el norte del depar-tamento de La Paz, en una zona amazónica de gran riqueza medioambiental”, apunta el reporte periodístico de la agencia internacional española EFE, reproducido por el diario “Público”, también de España25.

Así, en ese contexto, la iniciativa de UNITAS de promover un estudio de percepción sobre la efecti-vidad del trabajo de las oenegés en el país, resul-ta ser puntual y premonitoria. Puntual porque se encuadra en el proceso de autoreflexión en el que se embarcan las Organizaciones de la Sociedad Ci-vil (OSC) en el mundo entero, como resultado de la reforma de la cooperación internacional para el desarrollo iniciada a principios de siglo, y premo-nitoria porque se sitúa en un tiempo político na-cional en el que se reaviva, como en otros tiempos, pero quizá, esta vez, con mayor crudeza, el debate sobre el rol de las oenegés como actoras del desa-rrollo en Bolivia.

25 http://www.publico.es/internacional/256964/evo-morales-las-ongs-usan-a-los-pobres-para-vivir-bien

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La iniciativa de UNITAS, en este último caso, tra-ta de responder a esas preguntas que rondan la ca-beza de tantos ciudadanos y ciudadanas en el país: ¿qué diablos son las oenegés? y ¿qué hacen con el dinero que reciben? Se trata, para plantearlo con el mismo buen tono y humor de esas preguntas, de indagar sobre la clase de “demonios” que parecen echar a andar las oenegés, a través de su trabajo, provocando, tantas veces, la nada disimulada ira de los gobiernos y la inquisitiva curiosidad de la ciudadanía.

Bajo estas consideraciones, y antes de ingresar de lleno en los resultados concretos del Estudio de Percepción26, deben describirse, brevemente, sus características27. Se trata de un Estudio que tiene como materia prima tres elementos princi-pales: (1) una Encuesta aplicada en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz; (2) una serie de Entrevistas de largo aliento a 70 protagonistas centrales del mundo de las ONGs y la cooperación internacional para el desarrollo en el país, y a cuatro funcionarios ligados al Estado, entre ellas uno de gobierno y un ex alcalde; y (3) una reveladora Evaluación del trabajo de las oe-negés a partir del análisis de sus páginas web en el mundo del Internet.

La Encuesta, realizada entre el 28 de junio y el 25 de julio de 2010, se aplicó a 1.749 personas ma-

26 El “Estudio de Percepción sobre la Efectividad del Trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Bolivia” fue enco-mendado a la consultora “Real Data / Investigación social y estu-dios empresariales”. Los primeros resultados del Estudio fueron entregados en marzo de 2011. Aquí, en este texto, se presenta una versión condensada de esos resultados.

27 Una descripción detallada de las características del Estudio se en-cuentren en Anexo 4 y Anexo 5 de este texto. El Anexo 4 contiene el Esquema de Análisis de la investigación (sus Objetivos, Actores, Preguntas, Técnicas aplicadas en la investigación y la Selección de Informantes). El Anexo 5 contiene el Diseño Metodológico del Estudio (Ámbito Geográfico, Público Objetivo, Marco Muestral y Diseño de la Muestra).

yores de 18 años de las cuatro ciudades citadas bajo la única condición de que esas personas ha-yan escuchado, alguna vez, hablar de las oenegés.

Las 74 Entrevistas realizadas recogen la percep-ción de directores y ejecutivos de ONG nacionales (26 personas entrevistadas) y ONG internacio-nales (16 entrevistados/as) que trabajan en Boli-via, y de redes de ONG (4 entrevistados/as) que operan en el país; se ha entrevistado, además, a representantes de instituciones de la cooperación internacional, bilaterales (5 personas entrevista-das) y multilaterales (5 entrevistados/as), a repre-sentantes de Organizaciones Sociales del país (14 entrevistados/as), y a las ya mencionadas cuatro personalidades: un alto funcionario de gobierno, un ex alcalde de la ciudad de La Paz, una emérita docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y una funcionaria de la Defensoría del Pueblo (el promedio de duración de cada entrevis-ta, denominada “de profundidad”, fue de una hora y diez minutos) 28.

Finalmente, la Evaluación de las páginas web in-cluyó la revisión de 172 sitios en Internet.

Los principales resultados del Estudio de Percep-ción, agrupados en tres acápites (Encuesta Na-cional, Entrevistas y Evaluación), se presen-tan a continuación.

28 La lista completa de las personas entrevistadas y de las institucio-nes a las que pertenecen aparecen en el Anexo 6 de este texto.

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1. Encuesta nacional:

¿Qué piensa la gente de las oenegés?

1.1 Dos de cada tres bolivianos valoran la importancia del trabajo de las oenegés

GRÁFICO 1:

Papel, importancia y percepción de calidad en el trabajo de las ONG

Fuente: Est. Percepción sobre ONG, Población en General Jul. 2010 REAL DATA

A través de preguntas específicas, la Encuesta aplicada a la población indaga sobre el papel, la importancia y la percepción sobre el impacto del trabajo de las ONG en Bolivia. Las respuestas fue-ron clasificadas en una escala de cinco categorías planteadas por el encuestador29: (1) Muy de acuer-do; (b) Algo de acuerdo; (3) Indeciso; (4) Algo en desacuerdo; y (5) Muy en desacuerdo.

Las respuestas permitieron determinar que 2 de cada 3 bolivianos valoran la importancia del tra-bajo de las ONG en Bolivia. Como se observa en el Gráfico 1, ante la pregunta ¿Cuán de acuerdo está con que las ONG son la respuesta a las nece-sidades de la sociedad que el Estado no atiende?, el 61,1% de la población manifiesta estar Algo de acuerdo o Muy de acuerdo.

29 Para presentar los resultados se reagruparon los extremos de la escala proporcionando así valores positivos y negativos.

Por otra parte, el 75,9% de la población consultada (Gráfico 1) está de acuerdo con que el trabajo que realizan las ONG en Bolivia es importante, y el 64,3% está de acuerdo con que realizan un trabajo de calidad que genera un impacto positivo en la so-ciedad. En promedio, y analizando la información según los distintos segmentos de análisis incluidos en el estudio, existe una mejor percepción de las ONG entre las personas más jóvenes, entre quie-nes residen en la ciudad de La Paz y en aquellas personas de nivel socioeconómico medio y alto.

Las diferencias, finalmente, no son muy signifi-cativas entre quienes tienen experiencia directa o son beneficiarios/as del trabajo de las ONG, lo cual muestra que la población valora positivamente su presencia en el país al expresar su acuerdo con que su trabajo es importante, de calidad y genera un impacto positivo en la sociedad.

GRÁFICO 2:

Medios de información sobre ONG

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Población en General. Jul. 2010 REAL DATA

Respecto al nivel de cercanía que tiene la pobla-ción con las ONG que trabajan en el país, gran parte de la población (el 71,3%, como se observa en el Gráfico 2) escuchó hablar o se informó sobre las ONG a través de los medios de comunicación

El trabajo de las ONG es la respuesta a las necesidades que el

Estado no atiende

0%

16.8%

1.9%

4.5%

6.3%

7.7%

29.0%

71.3%

8.8%

13.4%

22.2%

15.2%

22.4%

61.1%

75.9%

64.3%

0% 50% 100%

En desacuerdo Indeciso De acuerdo

20% 40% 60% 80% 100%

ONG realizan un trabajo que genera impacto

positivo

Otros lugares

Instituciones educativas

Experiencia directa / beneficiario

Lugar de trabajo

Familiares y amigos

Medios de comunicación masivos

El trabajo de las ONG es importante

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31

Las personas consultadas sitúan inmediatamente después a las áreas de servicios sociales (37,4%), desarrollo productivo y económico (36,9%), vivien-da, agua y saneamiento (30,6%), y medio ambiente (23,6%).

Las áreas relacionadas al fortalecimiento institu-cional y ejercicio de derechos, entre otros, fueron mencionadas por menos del 20% de las personas consultadas.

Quienes tuvieron una experiencia directa con al-guna ONG, por su parte, identifican igualmente el área de educación como aquella donde el aporte de estas instituciones tiene más valor. Esta opinión la comparten tanto quienes residen en la ciudad de El Alto como aquellas personas que tienen un bajo nivel socioeconómico. Sólo el 9,3% del total de personas que tuvieron relación directa con alguna ONG, no valora algún área de trabajo.

1.3 Confianza y credibilidad de la población hacia las oenegés

Confianza. Para deter-minar el nivel de la con-fianza social de la pobla-ción hacia el trabajo de las ONG, la Encuesta incluyó, entre sus componentes operativos, la construcción de un indicador global de confianza basado en una situación ideal de las ca-pacidades, procedimientos y resultados que han logrado estas organizaciones. El referido indica-dor toma en cuenta las siguientes cinco variables: (1) la capacidad de las ONG de identificar las ne-cesidades de la población; (2) las capacidades del personal clave con el que cuenta; (3) su indepen-dencia política; (4) el cumplimiento de uno de sus objetivos, la mejora de las condiciones de vida de sectores vulnerables; y (5) el manejo adecuado de sus recursos financieros. [Una situación ideal se expresa cuando se evalúa positivamente cada una de estas variables.]

de alcance masivo (TV, Radio y Prensa). Le siguen en importancia las conversaciones con familiares o amigos (29%), las conversaciones el lugar de traba-jo (7,7%) y, en cuarto lugar, figura la población que menciona que mantuvo algún nivel de relación más directa con las ONG que el sólo hecho de escuchar en los medios masivos o conversaciones informales, es decir, que tuvo contacto con ONG ya sea como beneficiario/a directo/a o a través de la presencia de una ONG en su barrio o zona, o de otras formas de relacionamiento. El porcentaje de esta población asciende al 6,3% y será especialmente considerada en cada una de las consultas de la Encuesta.

1.2 Más del 50% de la población destaca el aporte del trabajo de las oenegés en las áreas de Salud y Educación

A propósito de la consulta a la población sobre cuá-les son las áreas de trabajo en las que se advierte un mayor aporte de las ONG, más del 50% de las personas señala que esas áreas son las de Salud y Educación (66,7% y 51,5% respectivamente), tal como lo señala el Gráfico 3.

GRÁFICO 3:

Áreas de trabajo de las ONG con mayor APORTE percibido

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población en General Jul 2010 REAL DATA

Confianza Social % promedio

(Opciones de respuesta algo de acuerdo y muy de acuerdo)

55%

0% 15% 30% 45% 60%

Otras

Ninguna

Religión

Ejercicio de derechos

Fortalecimiento de organizaciones

Medio ambienteVivienda, agua y

saneamientoDesarrollo productivo /

económico

Servicios sociales

Educación

Salud

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32

Una vez construido el indicador, y en base a las variables indicadas, se consultó a la población so-bre cómo valora cada una de las cinco variables que configuran, en su conjunto, la ya referida si-tuación ideal de una ONG respecto de sus procedi-mientos internos y resultados obtenidos.

En promedio, la información recogida expresa que el 55% de la población sitúa su percepción en el área positiva de la escala aplicada, es decir, Algo de acuerdo y Muy de acuerdo.

GRÁFICO 4:

Confianza social a través de la efectividad percibida

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población General. JuL-2010 REAL DATA SRL.

Como se observa en el Gráfico 4, de las cinco varia-bles incluidas en la consulta, un porcentaje mayor de la población manifestó estar de acuerdo con que las ONG han logrado mejorar las condiciones de vida de los sectores vulnerables (64,0%), poseen indepen-dencia política (60,2%) e identifican claramente las necesidades de la población que atienden (58,1%). Posteriormente se encuentra la percepción sobre la existencia de personal clave capaz (51,9%) y, a mu-cha mayor y notable distancia, la referida al manejo adecuado de los recursos financieros (39,2%).

En el ámbito de las personas con alguna expe-riencia de relación directa con las ONG, éstas son

menos positivas que la población en general, a ex-cepción de la variable que considera que las ONG han contribuido a la mejora de las condiciones de vida de los sectores vulnerables (la variable mejor evaluada), que presenta una diferencia sustancial con respecto al resto de variables: 73,7% entre las personas que sí han tenido una relación directa con las ONG, y 64,0% en el caso de las personas que no la han tenido. Esta variable también es me-nos positiva para las personas de la ciudad de El Alto y especialmente para las personas mayores de 50 años, a diferencia de la percepción que tie-nen los jóvenes: 50,9% en el caso de las personas que han tenido una relación directa con las ONG, y 69,5% entre las personas que no la han tenido).

En el caso de la segunda variable mejor evaluada, la independencia política de las ONG —el 60,2% de las personas consultadas están de acuerdo con esta afirmación—, ésta presenta también mayor cautela entre las personas mayores y entre las personas de nivel socioeconómico alto.

Como ya se ha mencionado, es notable la percep-ción de la población sobre el manejo adecuado de los recursos financieros de que disponen las ONG, pues ésta se encuentra a más de 20 puntos por de-bajo de la variable mejor posicionada, lo que su-pone que éste debiera ser uno de los principales elementos que las ONG deben atender y mejorar. Debe considerase, sin embargo, para una adecua-da interpretación de la información, que esta per-cepción puede estar relacionada con el desconoci-miento de la población respecto de las actividades de las ONG. Cabe mencionar, finalmente, que las personas de nivel socioeconómico medio, en gene-ral, evalúan mejor esta variable.

Credibilidad. Son varios los factores que inciden en la credibilidad de una ins-titución. En el caso de la Encuesta realizada por el Estudio, y a pesar de que mediante el método cuan-

Credibilidad % promedio

(Opciones de respuesta algo de acuerdo y muy de acuerdo)

49.5%

Identifican muy bien las necesidades de la población

Personal clave capaz

Independencia política

Mejoraron condiciones de vida de sectores vulnerables

Manejan sus recursos financieros adecuadamente

0% 25% 50% 75% 100%

En desacuerdo Indeciso De acuerdo

22.7%

23.5%

22.7%

18.5%

28.0%

19.2%

24.6%

17.0%

17.5%

32.8%

58.1%

51.9%

60.2%

64.0%

39.2%

Page 34: ¿Qué diablos son las Oenegés?

33

titativo no se pueden rescatar las razones o justi-ficativos sobre la postura de las personas sobre un determinado tema, se incorporó un método cuanti-tativo de análisis que permitió determinar, prime-ro, un indicador de credibilidad para las ONG y, después, las variables o factores de influencia so-bre este indicador. Estas variables son las mismas que se utilizaron para construir el indicador glo-bal de confianza: (1) identificación de las necesida-des de la población; (2) capacidades del personal clave; (3) independencia política; (4) contribución a la mejora de las condiciones de vida de sectores vulnerables; y (5) manejo adecuado de sus recur-sos financieros.

Sobre estas bases, y tal como se observa en el Grá-fico 5, el 49,5% de la población consultada mani-festó estar de acuerdo con la siguiente afirmación: “Las ONG han logrado una alta credibilidad en el país”. Los datos obtenidos señalan, además, que la principal variable o factor que influye en las per-sonas para definir en este nivel de credibilidad de las ONG es la capacidad de estas instituciones de identificar las necesidades de la población.

GRÁFICO 5:

Las ONG lograron alta credibilidad en el país?

Fuente: Est. Percepción sobre ONG, Población General. JuL-2010 REAL DATA SRL

Asimismo, quienes manifiestan una menor adhe-sión a la afirmación señalada son las personas que residen en las ciudades de Cochabamba y El Alto, así como las personas mayores y aquellas que per-tenecen al nivel socioeconómico alto.

La segunda variable o factor de influencia detecta-do para determinar la credibilidad de las ONG es la que mide los resultados que pudieron haber alcan-zado en la mejora de las condiciones de vida de los sectores vulnerables. Inmediatamente, aunque con menor influencia, aparecen el manejo adecuado de sus recursos financieros, la capacidad de su perso-nal clave y, finalmente, la independencia política.

1.4 Tres de cada cuatro bolivianos no conocen los mecanismos de rendición de cuentas de las oenegés

GRÁFICO 6:

¿Sabe si las ONG presentan anualmente al VIPFE información sobre los recursos que manejan?

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población General. JuL-2010 REAL DATA SRL

Uno de los resultados más evidentes de la Encues-ta es el desconocimiento de la población sobre los procedimientos con los que las ONG rinden cuen-tas al Estado y a la sociedad.

Cuando se consultó a la población si sabían que las ONG presentan anualmente al Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VI-PFE) información sobre los recursos financieros que manejan, el 76% dijo desconocer estos procedi-mientos formales que exige el Estado (Gráfico 6).

Las ONG’slograron alta

credibilidad en el país

25.5%

Si25.5%

No10.7%

No sabe76.1%

25.1%49.5%

En desacuerdo Indeciso De acuerdo

0% 25% 50% 75% 100%

Page 35: ¿Qué diablos son las Oenegés?

34

El mayor nivel de desconocimiento se registra en la ciudad de Cochabamba (83,1%), entre las perso-nas mayores (80,8%) y entre las personas de nivel socioeconómico bajo (78,8%).

Es notorio también el desconocimiento de este he-cho entre las personas que tuvieron algún grado de relación más directa con una ONG: el 65,9% de este grupo frente al 76,8% de quienes sólo conocen el trabajo de las ONG por referencias o por los me-dios de comunicación.

Entre las personas que saben que las ONG pre-sentan información sobre el manejo de sus recur-sos financieros (el 13,2% de la población), el 60,4% considera que este procedimiento no es suficiente para informar a la sociedad. El mismo dato, pero para quienes sí tienen alguna experiencia de rela-ción directa con las ONG, llega al 50,2%.

Respecto de la rendición de cuentas que presentan las ONG a la población, menos de la cuarta parte de las personas consultadas señala que sí conocían este procedimiento. Pero además, cuando se les consultó si estaban de acuerdo con que lo hagan, solamente 18,4% estuvo Muy de acuerdo o Algo de acuerdo (Gráfico 7). Este porcentaje es inclusive menor en el caso de las personas que sí tuvieron una experiencia directa con la ONG (14,2%).

GRÁFICO 7:

Rendición de cuentas de las ONG a la sociedad y sobre el resultado de sus acciones

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población General. JuL-2010 REAL DATA SRL.

En esa misma línea, se consultó a la población si creían importante que las ONG den a conocer los resultados de su trabajo. Al respecto, solamente el 28% menciona estar Muy de acuerdo o Algo de acuerdo con ello (Gráfico 7). En el caso de las per-sonas que sí tuvieron una relación directa con las ONG, las respuestas muestran un porcentaje más favorable (37,1%).

En ambos casos, se observa que a mayor edad las respuestas positivas disminuyen, lo que significa que en ese tramo de edad se perciben posturas más rígidas sobre lo consultado. Lo propio sucede en la ciudad de El Alto y en Cochabamba, y en per-sonas de nivel socioeconómico bajo y alto.

La Encuesta también ha indagado el criterio de la población acerca de los mecanismos más adecua-dos que podrían llevarse a cabo para que las ONG puedan explicar a la sociedad el resultado de sus acciones. La respuesta mayoritaria a esta consulta (el 60,8%) señala que la mejor manera de difun-dir los resultados son los medios de comunicación masivos (radio, televisión y prensa). Una segunda opción que apuntan las personas sobre este tema son las visitas directas a los vecinos a través de reuniones y charlas con ellos (9,3%).

Otro dato significativo recogido por la Encuesta sobre la necesidad de difundir las acciones de las ONG es el tipo de información que las personas quisieran conocer: el 21,9% de las personas consul-tas considera que esa información debe referirse a los objetivos que persiguen las ONG, el manejo de los recursos económicos, las fuentes de financia-miento, los resultados alcanzados y el impacto que generan sus acciones.

1.5 Las personas pobres son las principales beneficiarias del trabajo de las oenegés

La percepción de la población acerca de quiénes son las personas que más se benefician con el tra-bajo de las ONG identifica, en primer lugar, a las personas de bajos recursos económicos (34,9%). Curiosamente, la población sitúa a los adultos mayores como el segundo grupo de beneficiarios

0% 20% 40% 60% 80% 100%

En desacuerdo Indeciso De acuerdo

Dan a conocer a la sociedad el manejo de

sus recursos

Dan a conocer a la sociedad el resultado

de sus acciones

18.5%

18.5%

18.5%

18.5%

18.5%

18.5%

Page 36: ¿Qué diablos son las Oenegés?

35

directos más importantes del trabajo de las ONG (25%). Figuran luego, las personas pobres del área rural (16,5%) y los niños (12,8%) (Gráfico 8).

GRÁFICO 8:

Beneficiarios del trabajo de las ONG

Fuente: Est. Percepción sobre ONG, Población en General Jul. 2010 REAL DATA

1.6 Las relaciones de las oenegés con otros actores

GRÁFICO 9:

Calificación relaciones ONG con distintas instancias del gobierno y la población

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población en General. Jul-2010 REAL DATA

La percepción de la población respecto de la rela-ción de las ONG con el Gobierno Central, con los gobiernos departamentales y municipales, y con la población, fue procesada a través de una escala de valoración de 1 a 7 puntos (1: Pésimo; 4: Regu-lar; 7: Excelente). Los resultados se muestran en el Gráfico 9.

Como se observa, la población boliviana considera, mayoritariamente, y en todos los casos, que las re-laciones de las ONG con los tres niveles de gobier-no son regulares, especialmente las establecidas con el Gobierno Central (63,8%) y con los gobier-nos departamentales (62,2%).

La percepción de la gente mejora cuando se cali-fican las relaciones de las ONG con los gobiernos municipales (54,7%) y se acerca a la calificación de Buena con la población (48,5%). Se trata, en gene-ral, de una valoración más positiva mientras más se aproxima a nivel de los municipios y a la pobla-ción. Y esa percepción positiva es mayoritaria en las ciudades de La Paz y Cochabamba, entre los más jóvenes, mujeres, personas que no tuvieron experiencia directa con las ONG, y entre las per-sonas de niveles socioeconómicos altos.

El promedio general obtenido, sin embargo, alcan-za a un 34,5%, lo que quiere decir que solamente 1 de cada 3 bolivianos considera que las ONG man-tienen buenas relaciones con los otros actores.

1.7 Más de la mitad de la población considera que el gobierno obstaculiza el trabajo de las oenegés

Para determinar la percepción de la población so-bre el ambiente de trabajo en el que se desenvuel-ven las ONG, se formularon dos preguntas a las personas encuestadas: (1) ¿Cuán de acuerdo está con que las leyes o políticas del actual gobierno obstaculizan el trabajo que realizan las ONG?; y (2) ¿Cuán de acuerdo está con que los beneficia-rios de las ONG obstaculizan el trabajo de estas instituciones? Las respuestas se tabularon en una

100%

Malas Regulares Buenas

Otros

Personas de áreas periféricas

Discapacitados

Adultos mayores

Jóvenes

Mujeres

Población en general

Clase media

Desprotegidos / vulnerables

Niños

Pobres del campo / Área rural

Gobierno Central

Gobierno Departamental

Gobierno Municipal

Con la Población

Clase baja / personas de bajos recursos

14.0%

7.7%

8.3%

8.2%

63.8%

62.2%

54.7%

43.3%

22.2%

30.1%

37.1%

48.5%

0% 20% 40% 60%

6.2%

0.8%

0.8%

25.0%

2.5%

2.6%

2.7%

3.3%

5.0%

12.8%

16.5%

35.0%

Page 37: ¿Qué diablos son las Oenegés?

36

escala con cinco categorías: desde Totalmente en desacuerdo a Totalmente de acuerdo.

GRÁFICO 10:

¿Quiénes obstaculizan el trabajo de las ONG?

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población en General Jul-2010 REAL DATA

Las respuestas, ilustradas en el Gráfico 10, mues-tran a un 52,9% de la población que considera que las políticas del actual Gobierno obstaculizan el trabajo de las ONG, una valoración muy similar a la que expresan las personas que tuvieron una relación directa con las ONG.

En el caso de la segunda pregunta, sólo un 30,9% de las personas consultadas cree que son los bene-ficiarios del trabajo de las ONG quienes obstacu-lizan su labor. Hay, en este caso, un desacuerdo mayor entre quienes tienen una experiencia de relación directa con las ONG. El 52,3% de estas personas considera que son los beneficiarios quie-nes obstaculizan la tarea de las ONG.

Con el propósito de profundizar esta parte de la Encuesta, y a partir de la fusión de las dos varia-bles desarrolladas, el Estudio ha construido un indicador de percepción de la obstaculización del trabajo de las ONG que presenta cuatro categorías

o grupos de personas (Gráfico 11).

GRÁFICO 11:

Indicador de percepción de la Obstaculización del trabajo de las ONG

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Población en General Jul-2010 REAL DATA

El primer grupo lo conforman las personas que consideran que no existen obstáculos ni de parte del Gobierno ni de los beneficiarios. Este grupo, que constituye el 37% de la población consultada, tiene, obviamente, una percepción muy positiva de las condiciones de trabajo de las ONG en el terri-torio nacional. En un segundo grupo están las per-sonas que consideran que no es el Gobierno quien obstaculiza la tarea de las ONG sino sus benefi-ciarios; el porcentaje de este grupo llega al 9,8%. El tercer grupo, que alcanza al 31,2% de las per-sonas entrevistadas, lo constituyen quienes pien-san que es el Gobierno y no los beneficiarios quien obstaculiza la labor de las ONG. Finalmente, está el último y cuarto grupo donde se encuentran las opiniones más negativas: el 21% de la población piensa que tanto el Gobierno como los beneficia-rios obstaculizan el trabajo de las ONG.

2. Entrevistas:

Los actores del desarrollo se miran al espejo

La “materia prima” utilizada en este acápite son las 74 entrevistas realizadas por los autores del

Los propios beneficiarios

BENEFICIARIOS

GOBI

ERNO

Población con percepción POSITIVA

37,9%

Gob NO – Benef NO

Población con percepción negativa del Gobierno

31,2%

Gob SI – Benef NO

Población con percepción negativa de los beneficiarios

9,8%

Gob NO – Benef SI

Población con percepción NEGATIVA en general

21,1%

Gob SI – Benef SILas políticas actuales

del gobierno

39.9%

23.8%

29.2%

23.3%

30.9%

152.9%

100%0% 25% 50% 75%

En desacuerdo Indeciso De acuerdo

Page 38: ¿Qué diablos son las Oenegés?

37

Estudio de Percepción. Se trata, como ya se ha mencionado, de entrevistas de “largo aliento” a los que aquí denominamos “actores del desarrollo” en el país, es decir, y en primer lugar, represen-tantes, ejecutivos y líderes de la Cooperación In-ternacional, de las ONG Internacionales y de las ONG Nacionales; a estos tres primeros grupos de entrevistados/as, cuya tarea central es, precisa-mente, el desarrollo, se han añadido a un grupo de dirigentes de las Organizaciones Sociales (OS) y a un grupo de cuatro funcionarios ligados al Estado, cuyas labores no son exclusivamente aquellas vin-culadas al mundo del desarrollo.

A todos ellos, y en charlas cuyo promedio de dura-ción ha sido de poco más de una hora, se les han formulado, obviamente, las mismas preguntas, y a partir de sus respuestas, se ha intentado organi-zar (“sistematizar”, se dice comúnmente) un tex-to cuya estructura responde a la del cuestionario único aplicado a todos los entrevistados/as. Se dice aquí “intentado” como una suerte de “prevención” al lector. Y es que, sin duda, se trata de una ta-rea de “alto riesgo”, pues a pesar de abordar en las entrevistas un único tema —precisamente el rol de las oenegés en el desarrollo—, la amplitud de la temática y sus múltiples abordajes, primero, y luego los también múltiples perfiles y pensares de los entrevistados/as, además del ya, por sí mismo complejo, variado y laberíntico mundo de las oe-negés, convierten pues, a la tarea, en eso, en una tarea de alto riesgo.

Y entonces, el reto consistió en fijarse un único propósito—y respetarlo fielmente—: recoger de ese vastísimo mosaico de respuestas, aquellas que contribuyeran a retratar, de la manera más próxi-ma posible, ese laberíntico mundo de las oenegés, ensayando un esfuerzo compartido para que ellos, los cinco grupos de actores del desarrollo en el país, se miren al espejo y contribuyan a buscar y encontrar respuestas a un tema, el de las oenegés, indudablemente importante para el país, más aún en estos tiempos de cambio.

En términos más concretos, el texto que aquí se presenta ha sido organizado en base a seis pregun-tas planteadas por el Estudio de Percepción (mu-chas de ellas desagregadas en varios subtemas) y consideradas como la “columna vertebral” del cues-tionario aplicado. Cada una de esas preguntas se desarrolla luego con la presentación de un Gráfi-co o Cuadro que ilustra —en términos porcentua-les y generales, y acompañado de un breve texto interpretativo de esa sistematización gráfica— las respuestas entregadas al Estudio; se presentan, inmediatamente después, de manera diferenciada (en cinco acápites distintos), los argumentos más relevantes desarrollados por los entrevistados/as de cada uno de los grupos mencionados; esos ar-gumentos son los que “sostienen” o “soportan” los resultados gráficos obtenidos; estos argumentos, finalmente, y en varias de las preguntas, son re-cogidos de manera textual (entrecomillado) y en recuadros más destacados.

GRÁFICO 12:

Indicador de evaluación rol de responder necesidades de pobres

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct. 2010 REAL DATA

El trabajo de las ONGes la respuesta a las

necesidades que el Estado no atiende

ONG realizan un trabajo de calidad que genera

impacto positivo

El trabajo de las ONG es importante

16.8%

38%19%

43%

8.8%

13.4%

22.2%

15.2%

22.4%

61.1%

75.9%

64.3%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Alto aporte Bajo aporteMedio aporte

Page 39: ¿Qué diablos son las Oenegés?

38

2.1 ¿Aportan las oenegés a la lucha contra la POBREZA?, ¿Trabajan en REDES?

Una mirada general. La percepción sobre el traba-jo de las ONG en Bolivia, desde el punto de vista de los actores involucrados en el desarrollo y en re-lación a uno de sus principales propósitos, la lucha contra la pobreza, así, en términos generales, es indudablemente positiva. Así lo expresa el Gráfico 12, en donde el porcentaje de los entrevistados/as que consideran que el aporte —Alto y Medio— de las ONG en dar respuestas a las necesidades de la población más pobre del país llega al 62%. Igual o mayor porcentaje de los entrevistados/as conside-ra que el trabajo de las ONG responde a las nece-sidades de la población que el Estado no atiende \s\(61,1%), que su trabajo es importante (75,9%) y que realizan un trabajo de calidad y con impacto positivo (64,3%).Los entrevistados/as de la Coo-peración Internacional, si bien consideran que el aporte de las ONG en la lucha contra la pobreza ha sido positivo, ha cubierto la falta de presencia del Estado en áreas rurales y suburbanas, y se ha enfocado en diferentes áreas de trabajo (salud, educación y derechos, especialmente), afirman también que dicho aporte no es suficiente frente al desafío de erradicar la pobreza y que sus acciones han logrado paliar, en algo, la situación de pobre-za de la mayoría de la población en el país.

Para estos entrevistados/as, es el Estado quien debe liderar, de manera sostenible y a través de intervenciones estratégicas, la lucha por la erra-dicación de la pobreza. Señalan, además, que la lucha contra la pobreza es un tema de política pú-blica que debe involucrar las inversiones e inter-venciones de varios sectores y actores sociales en base a una plataforma de trabajo basada en el diá-logo integrado entre los representantes de la socie-dad civil, el Gobierno y las Organizaciones Socia-les. A manera de autoevaluación de su papel, los entrevistados/as de la Cooperación Internacional reconocen que no se han incorporado plenamente al impulso de ese diálogo integral y que su labor

requiere una mayor interacción con los actores de la sociedad civil.

La opinión de los entrevistados/as de las ONG Internacionales sobre la lucha contra la pobreza coincide con las de la Cooperación Internacional, aunque con algunos matices. Estos entrevistados/as consideran que las ONG Nacionales gestiona-ron proyectos que no estaban en el horizonte del Estado (género y comunidad, por ejemplo), y que su labor contribuyó a un mayor y mejor acerca-miento de la población, especialmente rural, con el Estado. En esa misma línea, afirman que va-rios de los temas desarrollados por las ONG no sólo fueron asumidos por el Estado, sino por las organizaciones con las que trabajan. Se advierte, asimismo, en varios de los entrevistados/as, una postura especialmente crítica respecto del balance entre los recursos que reciben muchas ONG y sus resultados.

Los entrevistados/as de las ONG Nacionales, por su parte, coinciden en adoptar una postura autocrítica sobre su trabajo cuando se evalúan de manera global. La mayoría de ellos toma con mucho cuidado aquella valoración de las ONG que las sitúa en la tarea de “suplantar” las tareas del Estado y prefiere enfocar su evaluación, en térmi-nos positivos, en el hecho de que los “sujetos” de su acción, muchas de las actuales Organizaciones Sociales (OS), se han convertido, en el proceso po-lítico actual, en efectivos actores del desarrollo como producto del fortalecimiento y empodera-miento que su trabajo ha desarrollado. Tanto es así, concluyen algunos entrevistados/as, que mu-chas ONG deben “repensar” en un nuevo rol en el país en el futuro inmediato.

Quienes, dentro de este grupo de entrevistados/as, tienen posturas críticas sobre el trabajo de las ONG, cuestionan puntualmente el gasto de millo-nes de dólares durante muchísimos años en capa-citación sin haber obtenido resultados concretos y palpables en la población. Admiten, estos entre-vistados/as, que lo que se ha hecho, en este ámbito,

Page 40: ¿Qué diablos son las Oenegés?

39

es simple “asistencialismo”. Destacan, asimismo, que algunas ONG han cumplido y cumplen un pa-pel importante en la lucha contra la pobreza, pero observan la ausencia de una articulación progra-mática con el Estado para aprovechar sus recursos institucionales y la capacidad que tienen para lle-gar a la población. A pesar de que un significativo número de ONG se ha alineado con el Plan Nacio-nal de Desarrollo del actual Gobierno, gran parte de estas ONG, sostienen las personas consultadas, no ha llegado a asimilar capacidades instituciona-les para la ejecución de proyectos estatales orien-tados a reducir la pobreza.

La opinión de los entrevistados/as que per-tenecen a alguna de las Redes de ONG en el país, a su vez, señala que la reducción de la po-breza es el punto principal de los Objetivos del Mi-lenio y que éstos no dejan de ser una herramienta con la cual las ONG miden su trabajo. Se ha re-ducido la pobreza, afirman, en aquellas regiones donde las ONG han tenido un trabajo consisten-te, serio, permanente y constante, pero, al mismo tiempo, señalan estar de acuerdo con que su tarea no es suficiente: lo que hemos logrado, dicen, es apenas “un terrón de azúcar en un turril de agua”. Si es que no se hace el trabajo de manera integral y en concordancia con el Estado, los esfuerzos rea-lizados pueden verse disipados, aseguran.

Entre los dirigentes de Organizaciones So-ciales entrevistados/as se observan posturas mucho más duras respecto a la efectividad del tra-bajo de las ONG en el tema de la reducción de la pobreza. Si bien asumen que tienen un papel de apoyo al Gobierno en este tema, aseguran que sus esfuerzos no han logrado los resultados esperados. Varios entrevistados/as, sin embargo, señalaron desconocer las acciones y resultados de las ONG en este ámbito.

Los dirigentes indígenas de las Organizacio-nes Sociales, a su vez, mencionan que algunas ONG sí realizan un trabajo arduo en la identifi-cación de necesidades de los pueblos indígenas.

Valoran el trabajo de las ONG en el ámbito de

derechos, pero afirman que lo que requieren es

convertirse en protagonistas del desarrollo econó-

mico y productivo. “Debemos dejar de ser ‘sujeto’

de estudios de las ONG para pasar a ser actores

y mejorar nuestras condiciones de vida”, afirman.

Los actores estatales entrevistados/as valoran

positivamente la presencia y el aporte de las ONG

en la lucha contra la pobreza pero la consideran

“pequeña y extremadamente focalizada” y muchas

veces sujeta a sus intereses y no a los de los bene-

ficiarios de su trabajo.

Sobre la atención de necesidades básicas. El

Estudio de Percepción ha indagado también en

aspectos concretos del trabajo de las ONG. En el

caso de la atención de los servicios básicos, gran

parte de los entrevistados/as coincide en que ésta

fue una de las áreas de mayor interés de las ONG

y que hoy es el Estado el que ha asumido un mayor

protagonismo en estas tareas.

Los actores de la Cooperación Internacional

perciben dos momentos en el trabajo de las ONG

en torno a la atención de necesidades básicas: el

primero, cuando las ONG se concentraron en el

tema, gestionaron institucionalmente esos servi-

cios y promovieron soluciones creativas en este

campo, y un segundo momento en el que optaron

por fortalecer a las organizaciones locales para

que sean ellas mismas quienes gestionen la provi-

sión de estos servicios.

Para los entrevistados/as que dirigen ONG

Internacionales, las ONG nacionales han reali-

zado un trabajo eficiente en la dotación de servi-

cios básicos, especialmente por la efectividad en

el manejo de los fondos a los que accedieron. Con

proyectos focalizados y financiamiento más redu-

cido, respecto de los que se maneja en el ámbito

estatal, los resultados son mucho más visibles, apuntan estos entrevistados/as. Señalan, además, que en los últimos años el Estado ha asumido un

Page 41: ¿Qué diablos son las Oenegés?

40

rol creciente en la provisión de servicios básicos, concentrando en torno suyo las opciones de finan-ciamiento de infraestructura, y, por tanto, el rol de las ONG parece ser mucho menor en este tema.

Los ejecutivos de ONG nacionales consideran que su tarea en el ámbito de la satisfacción de ne-cesidades básicas sigue reemplazando la ausen-cia del Estado y que los avances estatales en este campo son mínimos debido a que se han tomado medidas muy superficiales y que existen todavía falencias, por ejemplo, en la calidad de la atención en salud. El impacto de la presencia del Estado en la provisión de servicios básicos sigue siendo mínimo en relación a las demandas existentes, aseguran.

Las ONG nacionales consideran, además, que una de las fortalezas principales del trabajo realizado en el ámbito de los servicios básicos es su relación con los municipios, entidades con las que se han desarrollado importantes espacios de concerta-ción que ofrecen la posibilidad de obtener mejores resultados.

Los ejecutivos de las Redes de ONG identifican claramente que la atención de las necesidades bá-sicas por parte de la ONG no puede ser sino par-cial y relativa porque se trata de una tarea que le compete fundamentalmente al Estado. Señalan, sin embargo, que el mayor problema en esta te-mática es que el trabajo de las ONG es disperso, poco articulado y que, producto de ello, se duplican esfuerzos innecesariamente.

Los líderes de las Organizaciones Sociales, a su vez, manifiestan desconocer resultados concre-tos del trabajo de las ONG en la provisión de ser-vicios básicos. Aún así, y manteniendo una percep-ción rígida sobre su trabajo, afirman que las ONG no hacen las consultas respectivas a las OS, sino que planifican, ejecutan proyectos y eligen las áreas geográficas de atención desde su punto de vista.

Los actores estatales consultados, por su parte, opinan que en décadas anteriores, especialmente

con gobiernos dictatoriales, los organismos de fi-nanciamiento veían a las ONG como un adecuado canal sustitutivo del Estado para financiar pro-yectos en torno a las necesidades básicas. Actual-mente, dicen, hay un proceso importante y positi-vo de revalorización del rol de la gestión pública y del Estado y, por tanto, el rol de las ONG tiende a disminuir.

Sobre el ejercicio de derechos. Este es el ámbi-to de trabajo de las ONG mejor evaluado por prác-ticamente todos los actores entrevistados/as.

Los representantes de la Cooperación Inter-nacional consideran que las ONG han contribui-do positivamente al ejercicio pleno y al respeto de los derechos humanos en el país. Identifican, en ese sentido, la incuestionable incidencia de las ONG en las importantes movilizaciones sociales de reivindicación de derechos ocurridas en los úl-timos años, y asumen como un logro el apoyo de la Cooperación Internacional al incremento de capa-cidades de las organizaciones de la sociedad civil en este campo.

La percepción de los directivos de las ONG Internacionales también valora positivamente la labor de las ONG Nacionales en el ejercicio de derechos de la población. Destaca, además, que las ONG han adquirido madurez al pasar de ejercer un rol de asistencia a otro de interpelación, re-flexivo y propositivo, que les ha permitido situar-se sólidamente en el contexto nacional y aportar al proceso de cambio estructural que vive el país, especialmente en el ámbito de la construcción y tránsito de un sistema democrático representati-vo hacia otro más participativo e inclusivo que se ha expresado claramente en el desarrollo de una Asamblea Constituyente y en la elaboración de una nueva Constitución Política del Estado.

Estos entrevistados/as añaden, asimismo, que la tarea de fortalecer las capacidades de las organiza-ciones sociales no debe ser trabajo solamente de las ONG, sino que debe formar parte de la voluntad

Page 42: ¿Qué diablos son las Oenegés?

41

política del Estado y que debe expresarse en el de-

sarrollo de efectivos mecanismos de control social

sobre la gestión de los gobiernos.

La autoevaluación de los funcionarios de

las ONG Nacionales coincide también en seña-

lar que el ejercicio de derechos es al ámbito en el

que se expresa su mayor fortaleza. Sus ejecutivos

destacan la experiencia desarrollada y los resulta-

dos obtenidos que han desembocado en el proceso

actual de transformaciones democráticas que vive

el país. Consideran, sin embargo, que quedan aún

grandes retos hacia adelante en áreas más espe-

cíficas como las de ciudadanía, responsabilidades,

deberes y obligaciones.

Los dirigentes de las Organizaciones Socia-

les consultados afirman que fueron las ONG las

primeras instituciones que comenzaron a hablar

sobre los derechos políticos y económicos, especial-

mente en el área rural, y que, desde ese punto de

vista, han sido parte del actual “proceso de cam-

bio”. Los lideres sociales cuyo trabajo se concentra

más en las áreas urbanas, y que por ello poseen

menos información o visibilidad sobre la efectivi-

dad del trabajo de las ONG, reconocen su aporte

en la defensa de los derechos de niñas y mujeres, y

en el tema de la discriminación, pero señalan que

“las ONG han hecho un simulacro de que se es-

tarían cumpliendo los derechos, y en resumen no

han atacado la causa y el origen de esta miseria,

como es la estructura económica”.

La opinión de los funcionarios estatales en-

trevistados/as valora la efectividad del trabajo

de las ONG en las áreas de educación, formación,

capacitación e información sobre derechos, pero

observa la dificultad de medir sus resultados. El

funcionario gubernamental entrevistado afirma,

por su parte, que en los últimos años las ONG

atendieron el tema de los derechos como efecto de

una “moda”, y cuestiona que dentro de estas insti-

tuciones no se respete el derecho al trabajo digno.

Sobre el desarrollo productivo. El rol de las ONG en el ámbito del desarrollo productivo es el que más dudas y cuestionamientos genera en los entrevistados/as consultados por el Estudio de Percepción.

Los directivos de la Cooperación Internacio-nal manifiestan su preocupación no sólo por el rol de las ONG en el desarrollo productivo, sino, en general, por la ausencia de una política estratégi-ca clara del país en materia de desarrollo produc-tivo. Afirman, además, que las ONG están aboca-das a aspectos concretos y puntuales en distintos proyectos y regiones del país, con posibilidades de corto alcance y carentes de sostenibilidad.

Para los funcionarios de las ONG Internacio-nales, los resultados obtenidos por las ONG Na-cionales en al área del desarrollo productivo son de pequeña escala, con muy bajos niveles de soste-nibilidad y, en muchos casos, reducidos a proyec-tos de entrega de insumos. Destacan, sin embargo, que la ventaja de trabajar en pequeña escala les permite obtener resultados interesantes, tangibles y de corto plazo. La limitación de este tipo de pro-yectos, afirman, es que los esfuerzos, resultados e impactos que logran a nivel local, pocas veces tie-nen la opción de expandirse a nivel nacional. Ma-nifiestan que es el Estado quien debiera recuperar las lecciones aprendidas, capitalizar los resultados y los procesos que han impulsado las ONG, desde lo local, para proyectarlos a nivel nacional.

Estos entrevistados/as, por otra parte, coinci-den y enfatizan en que el significativo empode-ramiento político alcanzado por las instituciones locales no logra traducirse en el desarrollo de actividades o proyectos productivos que ayuden a superar la pobreza. Las instituciones locales, afirman, tienen debilidades para dar el siguiente paso y concretar planes de desarrollo efectivo así como para lograr acciones conjuntas. A partir de esta constatación, señalan que las ONG deberían contribuir en la elaboración de los planes de de-sarrollo de los municipios.

Page 43: ¿Qué diablos son las Oenegés?

42

Los líderes de las Organizaciones Sociales consultados mencionan que, en materia de desa-rrollo productivo, las ONG apuestan a emprendi-mientos económicos ya consolidados en los que no es difícil obtener resultados positivos y mantener la inversión de recursos. Sostienen, asimismo, que las ONG no intervienen, en el campo productivo, más allá del eje troncal y de las ciudades intermedias.

Los funcionarios estatales entrevistados/as señalan que las ONG se concentraron más en tareas de formación e información que en el tra-bajo directo con los productores, y observan que conocen varios casos en que recursos destinados a proyectos productivos tuvieron que ser revertidos porque no tuvieron una respuesta adecuada de las ONG.

GRÁFICO 13:

Indicador de evaluación rol de construcción de redes para conseguir mayor impacto

Fuente: Estudio: Percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct 2010 REAL DATA

Sobre el funcionamiento de las Redes. La mayo-ría de los entrevistados/as destaca la importancia del trabajo de las ONG en red. Pero se trata de

una mayoría poco relevante, tal como lo expresa el Gráfico 13: el 55% de los entrevistados/as conside-ra “Significativo” el trabajo de las ONG en redes y el 45% restante no lo considera así. Los actores que apuestan claramente por la necesidad de cons-truir redes son las ONG Internacionales (79%) y las propias Redes instituidas en el país (75%). Los funcionarios estatales, en cambio, no le asignan una importancia significativa a la construcción de redes (25%).

Para los representantes de la Cooperación Internacional las acciones aisladas no tienen el impacto que se podría conseguir con un trabajo in-tegrado en una red o plataforma. Opinan también que el trabajo en red ayuda al intercambio de ex-periencias y conocimientos, y son muy útiles en la articulación y construcción de confianza con los ac-tores del desarrollo a nivel local. Señalan, asimis-mo, que no hay nuevas iniciativas en la construc-ción de redes y que las que existen son las mismas que iniciaron su trabajo hace mucho tiempo.

Los directivos de las ONG Internacionales consideran que la construcción de redes forma parte esencial de su trabajo tanto para incremen-tar la posibilidad de impacto en el terreno compar-tiendo conocimientos, experiencias, metodologías y herramientas, como para incidir positivamente en las políticas públicas.

En la opinión de los ejecutivos de Redes de ONG que operan en el país se destaca el concep-to de “asociatividad” que engloba el trabajo en red y la construcción de plataformas. Estos entrevis-tados/as consideran que la asociatividad por espe-cialidad es fundamental y que probablemente su trabajo en Bolivia sea más avanzado que en otros países. Las plataformas que brindan escenarios de discusión, análisis y propuesta de acciones para atender los temas de pobreza o lucha por los de-rechos, añaden, permite que el esfuerzo realizado por las ONG no se disuelva.

El trabajo en redes, afirman, tiene varias dimen-siones, una de ellas es la institucionalización de

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

45%

25% 75%

40% 60%

54% 46%

75% 25%

79% 21%

60% 40%

55%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Significativo No significativo

Page 44: ¿Qué diablos son las Oenegés?

43

mejores prácticas, lo que permite que se desarro-lle un interés por la información, socialización e intercambio de experiencias que, desde la per-cepción de los ejecutivos consultados, da buenos resultados al igual que el ensayo de acciones en otros contextos para sumar aprendizajes. Sin em-bargo, señalan que algunas ONG trabajan de ma-nera aislada y por tanto los esfuerzos realizados parecen insuficientes.

Desde la óptica de quienes dirigen las ONG Nacionales, la articulación en redes se realiza desde hace varios años atrás y ofrece ventajas a las instituciones que están afiliadas ya que per-mite, de manera conjunta, desarrollar propuestas, coordinar acciones y acceder a fuentes de financia-miento, recursos con los que se consigue fortalecer a la sociedad civil y trabajar por el empoderamien-to local, nacional e internacional.

Los ejecutivos de la ONG Nacionales señalan tam-bién que, durante los años 90 y parte de la primera década del 2000, muchas ONG tenían una especie de “feudo”: el trabajo sólo se circunscribía a “su” comunidad, “su” pueblo indígena o grupo meta, o a “su” zona; se establecían, por tanto, relaciones paternalistas o de dependencia que inclusive re-sultaban sospechosas porque no se sabía muy bien qué había detrás de su trabajo. Hoy por hoy —con-cluyen estos ejecutivos—, son pocos los temas que no se traten en red, alianza o plataforma. Esta ca-racterística es otro de los elementos que las ONG ofrecen al Estado en el marco de relaciones más abiertas, democráticas y transparentes.

Otros entrevistados/as manifiestan que la comple-jidad de los distintos actores en todo el país influye en el trabajo en red, pues dichos actores se han reacomodado en el marco de apoyo al “proceso de cambio” sin dar una mirada crítica de lo que su-cede al interior de su región, lo cual no permitió establecer articulaciones efectivas entre actores e instituciones. Mencionan, asimismo, la existencia de una suerte de “competencia negativa” entre las redes y las ONG por conseguir fondos. En algunos casos, dicen, las ONG realizan todo el trabajo y

las redes se llevan todo el mérito. También existen niveles de protagonismo, intereses institucionales, personales y de grupos que en lugar de fortalecer, debilitan y complejizan el trabajo de las redes. Apuntan, finalmente, que este conjunto de razo-nes describen por qué varias experiencias de redes no fueron exitosas.

Los líderes de las Organizaciones Sociales argumentan que sería mucho mejor el resultado de las redes si se contara con la fiscalización de las Organizaciones Sociales. Observan que redes y ONG, en muchos casos, se apropian de los resul-tados en salud, seguridad alimentaria y desayuno escolar, como si fueran actores protagonistas del “proceso de cambio”.

Los funcionarios de entidades estatales con-sultados, por su parte, sostienen que en la prác-tica estas redes se han reducido a instancias de coordinación de escritorio, o que se han ido crean-do como redes independientes, autónomas o en pequeñas “republiquetas” independientes, como si fuesen “suprapoderes” de la sociedad.

2.2 ¿Cuáles son los PRINCIPIOS que guían la acción de la oenegés?, ¿los cumplen?

El Estudio de Percepción indagó la opinión de los entrevistados/as sobre los principios que guían el trabajo de las Organizaciones No Gubernamenta-les, las oenegés. Y lo hizo en dos niveles. Primero, a través de una pregunta abierta y general [¿Qué principios orientan el accionar de las ONG?], y luego indagando sobre el cumplimento de cuatro principios específicos: a) la ausencia de lucro; b) la equidad de género; c) la independencia políti-co-partidaria; y d) la no injerencia en la vida orgá-nica de las Organizaciones Sociales (OS).

En el caso del primero de esos dos niveles —la pregunta abierta y general—, los resultados de la indagatoria se entregan aquí recogiendo las res-puestas de los entrevistados/as de la Cooperación Internacional y de las ONG Internacionales y Na-cionales. Estas respuestas, además, han sido tabu-ladas en un cuadro (Cuadro 2).

Page 45: ¿Qué diablos son las Oenegés?

44

En el segundo de los dos casos —las preguntas sobre cuatro principios específicos—, se sintetizan las

respuestas entregadas por todos los actores del desarrollo en el país en cuatro acápites separados.

¿Qué principios orientan el accionar de las ONG? Son cinco, de un total de 15, los principios más

citados por los entrevistados/as: el compromiso social, la lucha contra la pobreza, la promoción de la

igualdad de oportunidades, los derechos fundamentales y la solidaridad (Cuadro 1).

CUADRO 1:

Principios orientadores

Principios orientadores Total

Tipo de organización

CooperaciónInternacional

ONG Internacional

ONG Nacional

Compromiso social 38,8 28,6 62,5 52,9

Lucha contra la pobreza 32,1 28,6 12,5 23,5

Promover la igualdad de oportunidades 31,3 14,3 12,5 35,3

Derechos fundamentales 29,9 28,6 50,0 23,5

Solidaridad 24,7 28,6 62,5 29,4

Transparencia 19,4 37,5 17,6

Democracia 14,6 28,6 12,5 23,5

Desarrollo humano 13,2 42,9 11,8

Eficiencia y eficacia 10,1 5,9

Fortalecimiento de las organizaciones locales 8,4 14,3 12,5 11,8

Acompañamiento a procesos sociales estructurales 7,0 14,3 12,5 5,9

Justicia social 6,2 12,5 17,6

Promoción de pluralismo y la diversidad 4,9 12,5 11,8

Respeto por el medio ambiente 1,3 5,9

Independencia política 1,3 5,9

Fuente: Est .Percepción sobre ONG, Población en General.Oct. 2010 REAL DATA SRL

En términos conceptuales, los entrevistados/as definen el compromiso social como el abordaje de proble-

máticas como la discriminación, la violencia, el maltrato y la violación a los derechos humanos; asumen

la lucha contra la pobreza como la priorización de la promoción de institucionalidad, el marco normativo

y las políticas públicas que generen cambios cualitativos en la vida de la población en desventaja o en si-

tuación de mayor vulnerabilidad; describen la promoción de la igualdad de oportunidades como la tarea

orientada a disminuir la exclusión, lograr equidad, aminorar la desigualdad y generar capital humano;

identifican el compromiso con los derechos humanos como un concepto que no puede desvincularse de

la democracia y el desarrollo; y, finalmente, consideran que la solidaridad es la base que le da sentido

a su trabajo.

Page 46: ¿Qué diablos son las Oenegés?

45

Si se desagregan las respuestas entregadas por cada uno de los grupos de entrevistados/as, los de la Cooperación Internacional enfatizan el desarrollo humano como principal principio orientador de las acciones de una ONG. Las ONG Internacionales, por su parte, priorizan el compromiso social, la soli-daridad y los derechos fundamentales. Las ONG na-cionales, a su vez, destacan el compromiso social y la promoción de la igualdad de oportunidades como los principios rectores de su accionar (Cuadro 1).

Por otro lado, varios de los entrevistados/as, ejer-citando una mirada autocrítica sobre su trabajo, señalan que cuanto más grande es una ONG, más difícil le resulta mantener sus principios, su misión y visión institucionales, pues su tamaño la obliga a administrar muchos proyectos —tal vez demasia-dos—, lo que finalmente provoca que sus principios se mimeticen hasta el grado de convertirse en una organización con características empresariales.

A partir de esta mirada autocrítica, los entrevista-dos/as se preguntan: ¿en qué medida los principios que adoptan las ONG son coherentes con el propio enfoque institucional?; esos principios, ¿están ali-neados con el compromiso de desarrollo social? Y se responden: las ONG no deben olvidar que son parte de la sociedad civil y que deben apoyar a los excluidos en su lucha económica, social y política.

Finalmente, los entrevistados/as coinciden en destacar que una manera concreta de medir el ca-rácter democrático de sus instituciones es el cum-plimiento de los principios de transparencia y efi-ciencia en la consecución de resultados.

Ausencia de lucro. Una primera y muy difun-dida definición de las ONG las describe como “instituciones sin fines de lucro”. ¿Cómo evalúan los actores del desarrollo el cumplimiento es este principio constitutivo de las ONG?

Entre los representantes de la Cooperación Internacional consultados hay quienes opinan que la ausencia de lucro en las ONG es un principio sólo “teórico” y que sencillamente “no se cumple”.

Para ilustrar este criterio, citan un ejemplo: desde la promulgación de la Ley de Participación Popu-lar, hace más de 15 años, los municipios pueden contratar, entre otros, los servicios de las ONG que trabajan en sus regiones o comunidades para la formulación de proyectos de organización y pla-nificación; a partir de esta norma, por tanto, las ONG se ven obligadas, en gran medida para garan-tizar su autosostenibilidad, a competir en el mer-cado ofreciendo sus servicios y cobrando por ellos.

Otro enfoque de los entrevistados/as sobre la au-sencia de lucro en las ONG, una ya larga discusión en el mundo del desarrollo, como señalan, es el re-lativo a la administración de los recursos con que cuentan. Financiera o contablemente, se afirma, este principio se cumple, pero no necesariamente el lucro es financiero o contable, pues puede en-tenderse como lucro —e incluso como un hecho de corrupción— la no ejecución rápida y oportuna de los recursos que se disponen para la lucha contra la pobreza. Bajo esta mirada, entran en juego en el debate temas como la eficiencia y la eficacia de las acciones de las ONG y no propiamente el carácter lucrativo, en tanto exista transparencia en la ad-ministración de los recursos.

Y es tan amplio el arco de opiniones sobre este tema, que una de las personas entrevistadas afir-ma crudamente que la ausencia de lucro en las ONG es simplemente “un eufemismo” que encubre los niveles salariales de los ejecutivos de las ONG, “la perpetuación de una clase, la reproducción de su ideología y la ineficiencia de sus acciones”.

Otras opiniones centran sus percepciones en un criterio que consideran clave e ineludible: la soste-nibilidad de las ONG, otro ámbito cuyas fronteras no son fáciles de definir, acotan, pues depende de las características del liderazgo y de la situación coyuntural de las instituciones. La muchas veces dramática dependencia de los recursos externos, dicen quienes sostienen este punto de vista, obliga a las ONG a generar recursos propios para garan-tizar sus sostenibilidad.

Page 47: ¿Qué diablos son las Oenegés?

46

Una de las ejecutivas de una de las ONG In-ternacionales que trabajan en el país, definió, con mucho humor y no poca certeza, su percepción sobre la práctica del principio de ausencia de lu-cro en las ONG: “Somos organizaciones sin fines de lucro —dijo—, pero también organizaciones sin fines de pérdida”.

En general, los entrevistados/as que dirigen las ONG Internacionales en el país señalan que el prin-cipio de la ausencia de lucro se cumple y que, en el marco de las dinámicas de financiamiento, siempre variables, si las ONG consideran la necesidad de garantizar su flujo de recursos a través de la venta de servicios, “deberían diferenciar claramente este tipo de servicios con las tareas propias de la ONG”.

Ante afirmaciones que indican que “es el momento para reflexionar sobre el trabajo y el rol que desa-rrollan las ONG, donde los sueldos y gastos estén acordes con la realidad del país” —afirmaciones que nacen en el propio mundo del desarrollo—, los eje-cutivos de las ONG Internacionales señalan que los salarios que se pagan en estas instituciones respon-den a la formación y capacidades de su personal.

Desde el punto de vista de los ejecutivos de las ONG Nacionales, la ausencia de lucro es un principio que se presta a distintas interpre-taciones. Los entrevistados/as, asumiendo que la ausencia de lucro es un elemento constitutivo de las ONG, establecen claramente que los recur-sos propios que obtienen estas instituciones, por el desarrollo de sus propias capacidades, no son destinados a la apropiación individual sino al fun-cionamiento institucional y, por tanto, desde este punto de vista, se preserva el principio. “Los re-cursos que se obtienen por la venta de servicios o consultoría no van a los bolsillos de los directores o administradores de la institución, son reinver-tidos en proyectos, servicios o programas”, señala uno de los entrevistados/as.

Otro de los ejecutivos consultados, indica que los in-gresos propios que generan las ONG, comparados con

los que provienen de las Agencias de Cooperación, son mínimos, y que, en todo caso, aún sin impor-tar su magnitud, son considerados como ingresos no lucrativos porque no existe una “apropiación privada” sobre los mismos, por tanto, “el principio de ausencia de lucro sí funciona” y está regido por los estatutos de las ONG legalmente establecidas como asociaciones sin fines de lucro.

En todo caso, señala uno de estos líderes, “la mejor manera de asegurar no sólo la ausencia de lucro en las ONG, sino la transparencia de ejecución y aplicación de planes, proyectos y programas, es la activa participación fiscalizadora de aliados, con-trapartes y beneficiarios de las ONG”.

La mayoría de los líderes de las Organiza-ciones Sociales entrevistados/as son particu-larmente críticos respecto al cumplimiento de la ausencia de lucro en las ONG. Sus afirmaciones llegan al extremo de señalar que la creación de ONG tiene como único objetivo el lucro y el en-riquecimiento personal de quienes las integran. Creen, asimismo, que las ONG deberían canalizar los recursos que obtienen a las organizaciones de los beneficiarios para que sean éstas quienes se encarguen de su administración. Ésta sería, a su juicio, la única forma en que las ONG cumplan el principio de ausencia de lucro.

Los funcionarios de entidades estatales en-trevistados/as sostienen una posición más equi-librada sobre el cumplimiento de la ausencia de lucro en las ONG. Afirman que este principio, en general, se cumple, aunque observan los altos ni-veles salariales de sus ejecutivos.

Equidad de género. ¿Cumplen las ONG el prin-cipio que gran parte de ellas proclama? La res-puesta es casi unánime: ocho de cada 10 entre-vistados/as afirma que el principio de equidad de género en las ONG no se cumple. Sólo la opinión de los líderes de las Organizaciones Sociales y, en menor medida, la de los ejecutivos de la ONG na-cionales, le resta contundencia a esa percepción prácticamente unánime (Gráfico 14).

Page 48: ¿Qué diablos son las Oenegés?

47

GRÁFICO 14:

Cumplimiento del principio de Equidad de Género en las ONG

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Entrevista Líderes, Oct. 2010 REAL DATA SRL

La opinión de los representantes de la Coo-peración Internacional sobre este tema, excede el ámbito de las ONG e indica que si bien en el país existen las bases teóricas para la aplicación del principio de la equidad de género, no existen prácticas ni objetivos claros al respecto, excepto en aquellas instituciones que han convertido al tema en su objetivo central.

Para estos entrevistados/as, la equidad de género es apenas un “lema” para la mayoría de las ONG: suscriben y aparentemente aplican este principio, pero no se conoce si este reconocimiento es una realidad práctica. Son pocas las ONG, afirman, que trabajan los temas de género dentro de sus instituciones como una actitud de construcción de igualdad.

Destacan, sin embargo, que la temática en Bolivia registra cambios notables en los últimos 10 años, y más notoriamente desde la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado.

Los ejecutivos de las ONG Internacionales opi-nan que, pese a los avances en normativa y en el discurso institucional sobre la equidad de género en el país, su efectiva aplicación sigue siendo un reto. En las propias ONG no hay una efectiva participa-ción de la mujer; se conoce y se “vende” el discur-so, pero su cultura organizacional no ha cambiado mucho, afirman.

En el plano nacional, añaden los entrevistados/as, los grandes esfuerzos de muchas organizaciones feministas chocan con una cultura machista, pa-triarcal y fuertemente influenciada por prácticas religiosas y firmemente enraizadas en la pobla-ción. “Hay que trabajar en nuevas masculinida-des”, indica una de las personas entrevistadas.

En la autoevaluación que hacen los líderes de las ONG Nacionales sobre este tema se dife-rencian dos tipos de opiniones: aquellas que pro-ceden de ONG creadas para promover la equidad de género y en las que se asegura que se cumple rigurosamente este principio, y aquellas—mayori-tarias como lo expresa el Gráfico 14— que admi-ten que el principio no se cumple.

En el primero de los grupos, además, destaca la percepción de que existen muchas ONG que han adoptado el enfoque de género sólo por una im-posición de la Cooperación Internacional y con el único fin de captar fondos. Son igualmente severas y críticas estas percepciones con aquellas ONG en las que, señala uno de los entrevistados/as, “se ha confundido el trabajo desde el enfoque de género con el número de mujeres que son atendidas o que pasan por la institución”.

En el mencionado segundo grupo de opiniones re-cogidas por el Estudio en este tema, destaca tam-bién la afirmación de varios líderes de ONG Na-cionales que señalan que en sus instituciones, y por un “proceso natural”, hombres y mujeres, tan-to en niveles operativos como decisionales, tienen las mismas oportunidades. Sin necesidad de que exista un requisito previo de contar con un 50%

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

81.0%

100%

50%

65%

100%

100%

80% 20%

50%

35%

19.0%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Se cumple No se cumple

Page 49: ¿Qué diablos son las Oenegés?

48

de mujeres en estas ONG —aseguran estos entre-vistados/as—, “se ha dado por un proceso natural de valoración de la mujer, de su eficiencia, de su responsabilidad, su compromiso, su honestidad y profesionalismo”.

En lo que sí coinciden gran parte de los entrevista-dos/as es que en el país se han elaborado normas relacionadas a la equidad de género “alejadas de la realidad” o “sin haber tenido una lectura pro-funda del tema”. Citan, como ejemplo, las normas de participación política de la mujer en las campa-ñas electorales e indican que la realidad del país demostró que las expectativas creadas al respecto eran excesivas.

La opinión de los entrevistados/as de las Or-ganizaciones Sociales parece responder más a su propio entorno social —las OS tienen el “man-dato” de aplicar la equidad de género en sus orga-nizaciones— que a su conocimiento del mundo de las ONG: un 50% de los entrevistados/as cree que las ONG sí cumplen con la equidad de género, y entre quienes se sitúan en la otra mitad se cree que se utiliza este principio “como una forma de justificar la existencia de las ONG”.

Los entrevistados/as de instituciones esta-tales consideran que tanto en las ONG como en las instituciones de la Cooperación Internacional, principales promotores de la equidad de género en el país, existe una comprensión limitada del prin-cipal problema que impide la aplicación efectiva de este principio que, a su juicio, es “el tema cultural”.

Independencia político-partidaria. Seis de cada 10 entrevistados/as ofrecen una significativa respuesta cuando se les pregunta si creen que las ONG están exentas de la influencia político-par-tidaria: NO. Si se desagrega esta opinión mayo-ritaria por segmentos, destaca la opinión de las personas ligadas a entidades estatales: todos los consultados señalan que el referido principio no se cumple. Y son los ejecutivos de las ONG Inter-nacionales quienes sí creen, mayoritariamente (el 70%), que el principio se cumple. Los ejecutivos

de las ONG Nacionales, a su vez, sostienen un cri-terio completamente opuesto: el 58% cree que el principio no se cumple (Gráfico 15).

GRÁFICO 15:

Indicador de cumplimiento de principio de Independencia Político Partidaria

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Entrevista Líderes, Oct. 2010 REAL DATA SRL

Los funcionarios de la Cooperación Inter-nacional consultados, clara y mayoritariamente inclinados a señalar que las ONG no cumplen con el principio de la independencia político-partida-ria, matizan su opinión con varios argumentos. Señalan, por ejemplo, que un buen número de las ONG más importantes en Bolivia fueron funda-das por miembros de un partido político o de un determinado Gobierno, y citan como ejemplo “la gran cantidad” de funcionarios que trabajan en el actual Gobierno y que fueron integrantes de alguna ONG.

Estos entrevistados/as afirman también que las ONG que no tienen nexos con la política partidaria son aquellas que han consolidado su perfil técnico, e indican que el actual contexto político se carac-

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

37.4% 62.6%

83%

100%

17%

30%

50%

58%

70%

70%

50%

42%

30%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Se cumple No se cumple

Page 50: ¿Qué diablos son las Oenegés?

49

teriza, como no había sucedido en años anterio-res, por una fuerte polarización entre oficialismo y oposición que ejerce presión sobre las ONG en términos de su “identificación” o no con el proceso de transformaciones políticas que vive el país.

Y en el marco de ese contexto, los funcionarios de la Cooperación Internacional presente en el país identifican tres grupos de ONG: las que efecti-vamente ejercen el principio de la independencia político-partidaria, las que manifiestan una clara tendencia política, y aquellas que por diversas ra-zones están alineadas clara y explícitamente con una determinada posición política.

Los entrevistados/as manifiestan también que la independencia político-partidaria es un tema de intenso debate interno en las ONG, pues muchas de ellas, y durante largos años, concentraron sus esfuerzos institucionales en la defensa de los de-rechos, y en especial de los derechos indígenas, buscando su realización en un proceso político de inclusión social. Esos esfuerzos, señalan, “han rendido sus frutos” y ello se debe a una acción po-lítica pero no partidaria.

La opinión de los ejecutivos de las ONG Inter-nacionales, notoriamente inclinada a sostener que las ONG sí cumplen el principio de indepen-dencia política-partidaria, concentra sus argu-mentos en la necesidad de diferenciar claramente el apoyo al actual proceso político de transforma-ciones políticas, económicas y sociales (el denomi-nado “proceso de cambio”) con el apoyo directo al partido de Gobierno.

“Muchas ONG comparten misiones y objetivos con el actual partido gobernante”, señalan los entre-vistados/as, lo cual no quiere decir —enfatizan— que estas instituciones pertenezcan al partido de Gobierno. De igual forma, existen ONG que no se identifican con la actual gestión gubernamental, lo que tampoco quiere decir que son de “derecha”, como suelen calificarlas, afirman.

Desde un punto de vista más amplio, menos su-

jeto al escenario político actual, como señalan los ejecutivos entrevistados/as, debe entenderse que prácticamente todas las actividades que desarro-llan las ONG en Bolivia pueden ser consideradas como actividades políticas. El fortalecimiento de capacidades y la formación de ciudadanía, por ejemplo, son actividades políticas, pero no necesa-riamente actividades político-partidarias, indican.

Afirman los entrevistados/as, asimismo, que es el actual contexto político el que, por ejemplo, provo-ca que el discurso político del partido de Gobierno identifique a las ONG como parte de un “esquema conspirativo”, sin reparar en que una gran mayo-ría de ONG, que pueden compartir o no las accio-nes del actual Gobierno, se alinearon a los princi-pios contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo elaborado por el Ejecutivo.

Se puede afirmar que existen “líneas muy delga-das” o “zonas grises” en la relación de los partidos políticos y las ONG, señala uno de los entrevis-tados/as, y hasta sería ingenuo pensar que esas relaciones no existen, pues es evidente que hay instituciones que simpatizan con algunos partidos y hasta los han fortalecido, “pero las ONG, aún siendo parte de un proyecto político, no son parti-dos políticos”, asegura.

A las ONG, en el ámbito político —dice otro de los entrevistados/as—, les toca jugar otro tipo de ro-les que no son, necesariamente, los de un partido, tanto así que el incuestionable y actual empodera-miento de la sociedad civil, expresado en las orga-nizaciones y movimientos sociales, puede conside-rarse como un resultado, en gran parte, de la labor política de las ONG.

En todo caso, coinciden los entrevistados/as, las ONG deben evitar la “contaminación” de eventos o hechos políticos que pudieran involucrarlas. Esos hechos, dicen, “no deberían entorpecer el accionar y la imagen de una organización”.

Los entrevistados/as que integran alguna de las Redes de ONG en el país son particular-mente severos en la exigencia del cumplimiento

Page 51: ¿Qué diablos son las Oenegés?

50

del principio de independencia político-partidaria: una ONG —afirman— no debe sostener relación de dependencia o funcionalidad alguna con los partidos políticos, ni ser parte de un movimiento social y menos de alguna tendencia, sea cual fuere. Los ciclos políticos son variables, señalan, y por ello la identificación de una ONG con un partido político puede resultar autodestructiva.

Las respuestas de los líderes de ONG nacio-nales registradas por el Estudio de Percepción permiten, inicialmente, identificar una valoración autocrítica del cumplimiento del principio de inde-pendencia político-partidaria. Existe un discurso claro al respecto, dicen, pero también admiten que varias ONG han sido instrumentalizadas por los partidos políticos. Se han utilizado recursos eco-nómicos y humanos para favorecer determinadas tendencias político-partidarias, afirman.

Los entrevistados/as señalan también que las exigencias de independencia e imparcialidad que promueven las instituciones de la Cooperación In-ternacional han moderado, en alguna medida, el accionar parcializado de algunas ONG. Cuestio-nan, asimismo, la actuación individual de deter-minados líderes de ONG que tienden a convertir sus instituciones en instrumentos de la política partidaria.

“El ejercicio pleno de la independencia políti-co-partidaria depende también del ámbito en el que se desenvuelven las ONG”, afirma uno de los ejecutivos consultados. Para las instituciones que trabajan, por ejemplo, en el análisis y monitoreo de las políticas públicas —añaden otros de los en-trevistados/as— “el principio de independencia político partidaria es su principal capital, sin él su tarea perdería todo sentido de objetividad y gene-raría desconfianza”.

Otros enfoques ensayados por los entrevistados/as para aportar a una mejor comprensión del ejercicio del principio de independencia políti-co-partidaria, se remonta a la historia reciente

y describe cómo muchas ONG, efectivamente in-dependientes, se fueron ligando, poco a poco, a procesos políticos con los que se identificaban, es-pecialmente por medidas concretas asumidas por sus conductores políticos. El ejemplo más emble-mático de ese involucramiento es el que se expresó durante el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando muchas ONG se sumaron abierta-mente a reformas relacionadas con la educación, la distribución de la tierra y, especialmente, la co-nocida Participación Popular. Sucedió lo mismo, y sucede hoy —aseguran los entrevistados/as— con otros procesos y gobiernos.

En términos conclusivos, mantener la distancia necesaria con los actores político-partidarios es, para uno de los entrevistados/as, “un factor clave” en la vida institucional de las ONG.

Una notoria mayoría de los líderes de las Or-ganizaciones Sociales consultados considera que el principio de independencia político-partida-ria en las ONG no se cumple. Los entrevistados/as, además, diferencian a las ONG en dos grupos: aquellas que están alineadas con el Gobierno e informan y capacitan a la población y sus benefi-ciarios sobre lo que hace el Ejecutivo, y las otras que desvirtúan la información sobre sus acciones. Dicen, por otra parte, que las ONG asumen las po-líticas de sus financiadores y, en muchos casos, se identifican con “intereses disfrazados”.

Los entrevistados/as de las instituciones esta-tales afirman que aquellas ONG que han logrado consolidar una imagen institucional sólida en el país y en los sectores con los que trabajan, tienen una identidad política definida no partidaria. Di-ferencian a estas ONG de aquellas en que la in-dependencia político-partidaria es mucho menos visible. Identidad política, complementan estos entrevistados/as, no quiere decir neutralidad.

No injerencia ni intervención en la vida or-gánica de las Organizaciones Sociales (OS). Asumido como uno de los principios centrales que

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51

debieran cumplir las ONG, y a diferencia de la rigurosidad con que los actores del desarrollo en el país juzgan la independencia político-partida-ria, en este caso, el del cumplimiento del principio de la no injerencia en la Organizaciones Sociales (OS), esos actores, además de señalar que es un principio que, en general, no se cumple, son mu-cho más flexibles y algo condescendientes, pero con argumentos que explican esta actitud y que

se sostienen en el particular desarrollo de las OS

en el país.

Para los representantes de la Cooperación

Internacional que se animaron a opinar sobre

la no injerencia de las ONG en las Organizacio-

nes Sociales (OS), se trata de un principio que, en

sentido estricto, no se cumple. Y no se cumple, se-

ñalan, porque son las propias OS las que asumen

que las tareas de fortalecimiento, acompañamien-

to y capitación que cumplen las ONG son, más que

injerencia y siempre que se ejecuten en un marco

de confianza y cooperación, tareas que repercuten

positivamente en esas organizaciones. Hay “inter-

vención”, pero no injerencia, concluyen.

Los ejecutivos de las ONG Internacionales,

por su parte, opinan que sus pares nacionales se

han ganado, por mérito propio, un lugar prota-

gónico en el desarrollo de las OS, pero, al mismo

tiempo, observan casos en los que muchas ONG

han traspasado las barreras del asesoramiento y

acompañamiento hasta el extremo en que resulta

muy difícil diferenciar si determinadas propues-

tas o acciones son de las OS o de las ONG que las

colaboran.

No es ésa, sin embargo —apuntan los entrevista-

dos/as—, la experiencia de una gran mayoría de

ONG que no sólo apoyaron el nacimiento de varias

OS, sino que supieron tomar la distancia necesaria

en su desarrollo respetando sus estructuras orgá-

nicas y desempeñando un efectivo papel de aseso-

ría o “brazo técnico”, tal como suelen llamar las OS

a las ONG que las acompañan. Además, indican,

las Organizaciones Sociales han alcanzado un ni-

vel de empoderamiento que les permite canalizar

recursos hacia donde ellas deseen, reduciendo, en

gran medida, la imposición de los financiadores o

de las propias ONG.

A manera de autoevaluación, la mayoría de

los líderes de las ONG Nacionales entrevista-dos/as aborda el tema desde el punto de vista de su propia legitimidad: la existencia de las ONG —señalan— se debe a la relación que tienen con las Organizaciones Sociales y, por tanto, la legiti-midad de las ONG se sostiene en su capacidad de construir una relación de respeto y no de injeren-cia con las OS; si las ONG no tienen esa capacidad, si no asumen su trabajo en base al respeto de la autonomía de las OS, “la relación se torna perver-sa y el trabajo pierde efectividad”, afirman.

Puede suceder, admiten los entrevistados/as, que en ese difícil equilibrio que plantea la relación en-tre ONG y OS suceda que éstas últimas asuman un nivel de independencia tal que la ONG se sien-ta desplazada, además de cuestionada su legitimi-dad. Entonces, la relación puede adquirir “tintes prebendales y de cooptación para reproducir la legitimidad de la ONG”. Ahí, la relación comien-za a ser compleja y frágil frente a hechos como el cambio de un dirigente, la orientación de la Or-ganización Social y, más aún, el empoderamiento que logren alcanzar las OS.

En ese mismo plano, los líderes de las ONG Nacio-nales entrevistados/as admiten también que para quienes evalúan la práctica de su trabajo cotidiano resulta difícil comprender y separar qué es “inje-rencia” y qué es “acompañamiento” en la relación con las OS. Para intentar establecer los límites en-tre uno y otro concepto, uno de los entrevistados/as describe, como ejemplo, que en los procesos de empoderamiento de dirigentes de una OS, éstos recurren con frecuencia al consejo de la ONG, de

Page 53: ¿Qué diablos son las Oenegés?

52

sus ejecutivos o de sus técnicos. Y es en esa re-lación, que suele ser muy personal, en donde la percepción del consultor, sus propias perspectivas e inclusive su postura política e ideológica, influ-yen y generan múltiples efectos y resultados en la conducción de la OS.

El escenario ideal en la relación de ONG y OS, explican los entrevistados/as, es aquél en que la ONG contribuye a la construcción de capacida-des en las OS y a la conciencia crítica de sus di-rigentes, de manera que la organización defina y encuentre su propio camino. Éste es, dicen, el concepto del “acompañamiento”, y ése ha sido el mecanismo que ha permitido, en los últimos años, un proceso creciente de empoderamiento de las OS con repercusiones claramente reconocibles en el actual proceso de transformaciones políticas, eco-nómicas y sociales.

Los líderes de las Organizaciones Sociales consultados afirman que si bien el apoyo de las ONG a sus organizaciones adquiere, en muchos momentos, las características de injerencia, consi-deran que hoy, en términos generales, ese panora-ma ha cambiado. “Las ONG ya no pueden interve-nir fácilmente —señala uno de los entrevistados/as—, y cada vez interfieren menos en la vida orgá-nica de las Organizaciones Sociales”.

A juicio de estos líderes, las OS han desarrollado la capacidad de discernir entre el apoyo que nece-sitan a través de las habilidades de facilitación de procesos para encaminar actividades de concienti-zación o capacitación que requieren, desde los di-rigentes hasta las bases, y que sirven en la medida en que sean colectivas, y aquellas otras acciones dirigidas a dividir, fraccionar o desviar el rumbo de las OS.

Los entrevistados/as afirman que valoran el tra-bajo de aquellas ONG que proveen instrumentos y conocimientos para decidir políticas de beneficio colectivo y, al mismo tiempo, permiten que sean las OS quienes tomen las decisiones.

El funcionario de Gobierno entrevistado ana-liza el cumplimiento del principio de no injeren-cia de las ONG en las OS desde la perspectiva del apoyo económico que éstas reciben. Para este fun-cionario, el trabajo de fortalecimiento y desarrollo de capacidades de las ONG en las OS es el “pre-texto” con el que las primeras logran un alto nivel de involucramiento en las organizaciones, “y como les proporcionan recursos económicos para sus ac-tividades —seminarios, alimentación, transporte, etc.— llegan a generar un nivel de dependencia de la organización hacia la ONG”. Esta dependencia, dice el entrevistado, con el paso del tiempo y según el grado de injerencia, condiciona el funcionamien-to de la organización a la voluntad de la ONG.

Otros entrevistados/as del sector estatal señalan que las ONG, la población y las organizaciones, deben construir procesos sociales de manera con-junta. Las personas no deben ser utilizadas por las instituciones como fuente de información o de ge-neración de financiamiento, añaden.

2.3 ¿Rinden CUENTAS las oenegés?, ¿cómo lo hacen y a quién?

Son dos grandes áreas en las que las ONG rinden

cuentas. En la primera de ellas, la referida a los

recursos financieros que reciben y administran,

se procesa información de carácter técnico, funda-

mentalmente. En la segunda, se trata de informes

sobre la relación entre sus proyectos, objetivos,

acciones y, en especial, los resultados de su ges-

tión frente a las organizaciones de la sociedad ci-

vil con la que trabajan, es decir, los beneficiarios/

as de su labor.

El Estudio de Percepción recolectó información so-

bre la rendición de cuentas de las ONG mediante

diferentes herramientas y en diferentes públicos y fuentes, con el propósito de obtener una mirada lo más completa posible sobre un tema de alta sensi-bilidad en estas instituciones.

Page 54: ¿Qué diablos son las Oenegés?

53

En el caso de las entrevistas realizadas a lo acto-res del mundo del desarrollo, éstas recogieron las percepciones de las personas consultadas en dos aspectos: el cumplimiento del principio de trans-parencia y rendición de cuentas, y las dificultades de las ONG en el país para cumplir esa tarea.

El resultado de estas indagatorias pretende con-tribuir también a responder a esas cuatro pregun-tas que suelen rondar en la cabeza de las personas apenas escuchan hablar de una ONG: ¿cuánto di-nero reciben?, ¿qué hacen con ese dinero?, ¿cómo lo distribuyen? y ¿justifica su trabajo la cantidad de dinero que reciben?

Y son tres, en términos generales, las percepcio-nes más recurrentes recogidas por el Estudio: a) las ONG, efectivamente, rinden cuentas, pero lo hacen en ámbitos poco extendidos, prácticamente privados, o a través de procedimientos muy poco abiertos al conocimiento público; b) en el caso de la rendición de cuentas a la Cooperación Interna-cional, los principales financiadores de sus acti-vidades, sí existen procedimientos rigurosos cla-ramente establecidos y condicionados por estas instituciones; y c) se advierten dificultades en en-contrar las mejores formas, métodos y herramien-tas para comunicar los resultados de su trabajo, en términos de información, a los beneficiarios, pues sus informes suelen ser demasiado técnicos, concentrados en aspectos cuantitativos y no de ca-rácter cualitativo.

En este acápite, además de las percepciones ge-nerales de los entrevistados/as sobre el tema, se presenta la información recogida por el Estudio en cuatro partes: la rendición de cuentas de las ONG al Estado, a la Cooperación Internacional y a los beneficiarios de su trabajo, además de un resumen sistematizado de las dificultades que sus ejecuti-vos encuentran a la hora de rendir cuentas.

Los ejecutivos de las ONG Internacionales en-trevistados/as abordan el cumplimiento del prin-cipio de transparencia y rendición de cuentas por parte de las ONG Nacionales a partir de los obje-

tivos que se plantean. En muchos casos, señalan, esos objetivos son sencillamente inalcanzables y, a pesar de los grandes esfuerzos que hacen para al-canzarlos, especialmente en términos de los recur-sos que invierten, la dimensión de los problemas y desafíos que enfrentan suelen rebasar sus capaci-dades, lo que, finalmente, incide negativamente en el momento del balance de sus actividades.

Los líderes de las ONG Nacionales consultados destacan, en primer lugar, que existen herramien-tas e instrumentos legales y administrativos que regulan la labor de sus instituciones en cuanto a la transparencia y rendición de cuentas, ante el Estado, sus financiadores y los beneficiarios de su trabajo. Señalan, asimismo, que una gran parte de ONG en el país están sujetas a auditorias periódi-cas —y en varios casos permanentes—, tanto de sus donantes como aquellas que ellas mismas con-tratan, y que la información que emerge de esos procesos es publicada en sus memorias institucio-nales, en sus páginas web y en la información que presentan al Estado.

Uno de los entrevistados/as narró que, incluso, en una suerte de ejercicio de transparencia, algunas ONG abrieron el manejo de sus cuentas a las Or-ganizaciones Sociales. El resultado, sin embargo, no fue el esperado, pues esas organizaciones con-centraron su mirada exclusivamente en los sala-rios del personal, cuestionándolos y desvalorizan-do, a partir de ese único dato, la tarea de las ONG.

Admiten varios de los entrevistados/as, además, que no han logrado establecer instrumentos que permitan una relación más fluida con las orga-nizaciones sobre la transparencia y rendición de cuentas de sus instituciones, atribuyéndole a este hecho el manejo, por parte de las Organizaciones Sociales, de una agenda más política que de inte-reses compartidos.

La percepción más reiterada de los entrevis-tados/as del sector estatal señala que no existen niveles suficientes de transparencia en las ONG

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respecto de los resultados de su trabajo frente a los sectores a los que dirigen sus acciones, lo que no significa necesariamente, dicen, que esto ma-nifieste la existencia de malos manejos en estas instituciones.

“La rendición de cuentas debe servir tam-bién para medir el nivel del impacto que las ONG generan en la sociedad, y es la socie-dad la que debe calificarla. Por eso, no basta tener mucha plata o buenos sistemas conta-bles o financieros, personal eficiente, o pro-cesos muy competitivos, lo importante es el impacto que recibe la gente. Saber si la ONG contrata dos o tres secretarias o si contrata familiares, no interesa tanto, lo importante es que presente el producto a tiempo, opor-tunamente y que sea útil”. [Cooperación]

“La producción de sistemas de gestión que permitan rendir cuentas y que estén vin-culados no solamente al uso de recursos financieros sino al impacto del trabajo, depende de la capacidad institucional de las ONG. Además, la rendición de cuentas tiene que ver con la disponibilidad política de las instituciones, y en esto hay algunas más dispuestas a ello y otras que son de-masiado cerradas, que creen que no tienen el deber de rendir cuentas porque piensan que son entidades privadas, pero el proble-ma es que son entidades públicas y, como tales, tiene la obligación de rendir cuen-tas”. [ONG Nacional]

Rendición de cuentas al Estado. El Vicemi-nisterio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE), del Ministerio de Planificación del Desarrollo, es la entidad estatal encargada de supervisar la labor de las ONG en el país. Sus autoridades consideran que los actuales meca-nismos de rendición de cuentas de las ONG ante el Estado —presentación de planes estratégicos,

estados financieros e informes relacionados—son insuficientes, y por ello este Viceministerio viene preparando, desde hace varios meses, una “Ley de ONG”.

Las preocupaciones principales del VIPFE, res-pecto de las ONG, parecen estar centradas en el control y monitoreo de los recursos financieros que estas instituciones reciben y administran.

Al respecto, algunos ejecutivos de las ONG In-ternacionales opinan que el enfoque del Estado respecto de la rendición de cuentas por parte de las ONG no debiera limitarse a controlar el monto de dinero que reciben, sino a la supervisión y re-visión de sus políticas, de sus proyecciones y visio-nes, es decir, encontrar la forma en que las ONG puedan contribuir al desarrollo de las políticas pú-blicas en el país. A juicio de estos entrevistados/as, una de las tareas centrales del Estado es persua-dir a las ONG para que enmarquen su trabajo en las políticas de Estado, y no tanto en las políticas del gobierno. Ése es el mecanismo, concluyen es-tos ejecutivos, que permitirá desarrollar un segui-miento, monitoreo y supervisión cualitativa sobre la efectividad de estas instituciones.

Los líderes de las ONG nacionales entrevista-dos/as, por su parte, señalan que una de las prin-cipales dificultades de rendir cuentas al Estado, radica, entre otros varios aspectos, en las lógicas de supervisión estatal abocadas mucho más al control de sus estructuras financieras, “como si se tratara de una empresa comercial”.

Los entrevistados/as, asumiendo que la informa-ción que presentan al Estado podría ser insu-ficiente, creen que el criterio mayoritario de las ONG es el de ampliar los mecanismos de rendi-ción de cuentas de manera que se creen espacios de diálogo que les permitan exponer sus proyec-tos, programas y políticas, tal como lo hacen las agencias de la Cooperación Internacional. Hay en las ONG, afirman, una disposición a compartir su información e ir mucho más allá del manejo de los recursos que las financian. Señalan, asimismo,

Page 56: ¿Qué diablos son las Oenegés?

55

que el Estado, bajo el esquema del derecho que le asiste de supervisar el trabajo de las ONG, suele utilizar el tema del manejo de recursos como un instrumento para amedrentar a estas instituciones.

Otra de las dificultades que identifican los líderes de las ONG entrevistados/as es el tedioso, lento y poco operativo proceso burocrático de evaluación de sus informes por parte de los funcionario del VIPFE.

Rendición de cuentas a la Cooperación In-ternacional. Existe una percepción generalizada sobre las exigencias y rigurosidad de la rendición de cuentas por parte de las ONG a la Cooperación Internacional. Se trata, dicen los entrevistados/as, de sistemas de contabilidad y de responsabilida-des financieras muy claras que incluyen audito-rías periódicas e informes semestrales y anuales —narrativos y financieros— cuya presentación está siempre sujeta a una revisión exhaustiva que, en muchos casos, debe reelaborarse por la exigen-cia de las instituciones de la Cooperación pues ellas mismas deben rendir cuentas a sus respec-tivas sedes.

Rendición de cuentas a los beneficiarios. La percepción más generalizada recogida por el Estu-dio de Percepción respecto de las características de la rendición de cuentas a los sectores con los que

trabajan las ONG, es que esos informes debieran tener un carácter integral, es decir, que refieran las metas buscadas, los resultados obtenidos y los costos realizados. Informes de esta naturaleza, afirman, conllevan un significativo impacto edu-cativo en la población que, finalmente, enriquece el trabajo de las ONG.

Son, sin embargo —apuntan los entrevistados/as—, varios los prerrequisitos para que esos in-formes tengan esas características, entre ellos, los tres más importantes: las capacidades y prácticas institucionales de las ONG, las características de la población beneficiaria y, en particular, las he-rramientas y procedimientos que se utilizan en la rendición de cuentas.

Hay, además —indican las personas consulta-das—, una creciente exigencia de la sociedad civil, especialmente en las poblaciones locales, y debido a un arraigado proceso de desarrollo comunitario, para que las ONG rindan cuentas. “Una ONG local que no cumpla su proceso de rendición de cuentas es difícil que subsista”, señala una de esas perso-nas, y añade que, en varios municipios del país, se ha institucionalizado al menos una reunión anual en la que las ONG deben presentar sus informes. Esto sucede especialmente en proyectos producti-vos donde la planificación y ejecución son tareas que las ONG comparten con los beneficiarios.

GRÁFICO 16:

Dificultades de las ONG para la Rendición de cuentas (RC)

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010 Consultora REAL DATA SRL

NR

No tienen problemas

Escaso tiempo y recursos para RC

El desalineamiento con las políticas estatales

Problemas con los receptores de informaciónDesconfianza en el uso que se le pueda dar a la información

No se utilizan las herramientas apropiadas

Reglamentación/normativa/leyes

Falta de escenario de concertación

No miden sus resultados por lo tanto no hay que rendir

Los beneficiarios/grupo objetivo no piden RC

Percepción errónea de beneficiarios sobre RC

Falta de control gubernamental

Cultura de rendición de cuentas

15.9%

0% 10% 20% 30% 40%

0.6%1.0%

2.3%5.3%

8.2%11.0%

13.0%16.3%

17.6%20.6%

20.6%25.4%

42.7%

Page 57: ¿Qué diablos son las Oenegés?

56

Principales dificultades en la rendición de cuentas. El Gráfico 16 y el Cuadro 2 recogen la codificación de las respuestas entregadas por los actores del desarrollo en el país cuando se les preguntó sobre las dificultades que encuentran las ONG a la hora de la rendición de cuentas. Como se observa, una notable mayoría (el 42,7%) señala que la primera de esas dificultades se encuentra en la “reglamentación, normativa o leyes” relacio-nadas, de una u otra forma, con las actividades que desarrollan las ONG. Inmediatamente des-pués, pero a poco más de 17 puntos porcentuales, los entrevistados/as le asignan a la ausencia de una “cultura de rendición de cuentas” en el país (el 25,4%) una segunda razón que dificulta la rendi-ción de cuentas. Llama la atención, asimismo, que en el otro extremo de las percepciones registradas, con apenas el 0,6% de las personas consultadas, aparezca la “falta de escenarios de concertación” como la menos importante de las dificultades.

Cuando se desagregan las respuestas por perte-nencia a uno de los grupos de actores del desa-rrollo, tal como se observa en el Cuadro 2, des-tacan especialmente las siguientes percepciones: los ejecutivos de la Cooperación Internacional y los funcionarios del sector estatal entrevistados/as coinciden en señalar que son las normas la princi-pal dificultad de las ONG a tiempo de rendir cuen-tas; destaca igualmente la opinión del personal de la Cooperación Internacional entrevistado que le asigna un significativo peso a la normativa y a la ausencia de una cultura de rendición de cuentas como dificultades principales en la rendición de cuentas por parte de las ONG; no es menos signi-ficativa la opinión de la mitad de los líderes de las Redes de ONG que operan en el país quienes seña-lan que las dificultades en la rendición de cuentas nace de la reticencia de los beneficiarios a exigirla.

CUADRO 2:

Dificultades de las ONG para rendir cuentas según tipo de organización

Razones Total

Tipo de organización

Coop. Gob. ONG Int.

ONG Nal

Org. Social

Red

Reglamentación/normativa/leyes 42,7 60,0 75,0 25,0 46,2 50,0

Cultura de rendición de cuentas 25,4 50,0 25,0 25,0 30,8 21,4

No se utilizan las herramientas apropiadas 22,9 50,0 25,0 23,1 14,3 25,0

Los beneficiarios/grupo objetivo no piden RC 20,6 10,0 25,0 12,5 19,2 7,1 50,0

Escaso tiempo y recursos para RC 17,6 10,0 25,0 18,8 26,9 25,0

Falta de control gubernamental 16,3 20,0 25,0 38,5 14,3

Desconfianza en el uso que se le pueda dar a la información

13,0 12,5 15,4 50,0

Problemas con los receptores de información 11,0 10,0 12,5 11,5 7,1 25,0

No miden sus resultados por tanto no hay que rendir

8,2 10,0 6,3 7,7 25,0

No tienen problemas 5,3 6,3 11,5 14,3

Percepción errónea de beneficiarios sobre no RC 2,3 10,0 3,8

El desalineamiento con las políticas estatales 1,0 6,3

Falta de escenarios de concertación 0,6 3,8

Sin respuesta 15,9 10,0 25,0 31,3 7,7 21,4

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010 REAL DATA SRL

Page 58: ¿Qué diablos son las Oenegés?

57

GRÁFICO 17:

Marco Regulatorio

Fuente: Est: Percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct-2010 REAL DATA

2.4 ¿Cuáles son las CONDICIONES DE TRABAJO de las oenegés?

El examen del ambiente de trabajo de las ONG, a partir de las respuestas entregadas por los actores del desarrollo entrevistados/as en el Estudio de Percepción, ha sido agrupado en cuatro áreas: a) el marco regulatorio existente; b) el entorno político actual; c) la influencia positiva o negativa de los factores culturales e interculturales; y d) las condi-ciones de financiamiento a las que están sujetas las ONG.Marco regulatorio. Dos de cada tres entre-vistados/as consideran que el actual marco regula-torio que rige las actividades de las ONG “presenta problemas”, tal como lo muestra el Gráfico 17. Una vez desagregados los segmentos de opinión, se advierte una clara coincidencia entre los actores estatales entrevistados/as y los ejecutivos de las Redes de ONG, pues todos ellos señalan que exis-ten problemas en la normativa que regula el traba-jo de las oenegés. Los únicos entrevistados/as que

no creen, mayoritariamente, que hay problemas en el marco regulatorio son los líderes de las Orga-nizaciones Sociales. En el caso de la opinión de los ejecutivos de las ONG Nacionales, la percepción se encuentra claramente dividida entre quienes sí identifican problemas y quienes no lo hacen.

Las opiniones mayoritarias de los directivos de la Cooperación y de las ONG Internacio-nales, prácticamente coincidentes en términos porcentuales, identifica como uno de los pro-blemas la inexistencia de una ley que norme de manera directa las actividades de las ONG. Y en términos todavía más concretos, señalan dificul-tades en el ámbito de las normas laborales que regulan los contratos que establecen las ONG con sus trabajadores.

Los entrevistados/as indican, por otra parte, que durante la actual gestión de Gobierno se han en-durecido las regulaciones de carácter administra-tivo que se emiten desde el poder Ejecutivo para las ONG. Al margen de los lentos procesos buro-cráticos de la administración estatal, citan como ejemplos los requisitos que se exigen ahora para conformar una ONG, permisos, registros y otras medidas de esta naturaleza que, a su juicio, son “poco neutras”.

Entre los entrevistados/as de las ONG Inter-nacionales, por otra parte, se advierte una mi-rada más política. Señalan estos ejecutivos que si bien no es nuevo el intento del actual Gobierno de ejercer un rígido “control o supervisión” sobre la labor de las ONG —lo intentaron otros gobiernos en el pasado—, lo que se puede percibir ahora es la intención del Ejecutivo de administrar los recur-sos financieros que perciben las ONG o, al menos, jugar el papel de intermediario entre las institu-ciones de la Cooperación Internacional y las ONG. Si esta intención se haría efectiva, afirma uno de los entrevistados/as, “se tergiversaría el carácter de independencia del trabajo de las ONG”.

“No se debe olvidar —añade ese entrevistado—

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

33.9% 66.1%

63% 38%

100%

100%

62%

52%

38%

39%

48%

63%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Presenta problemas No es un problema

Page 59: ¿Qué diablos son las Oenegés?

58

que gran parte de las ONG, precisamente por su independencia, han contribuido con mayor efec-tividad a la gestación de propuestas de políticas públicas alternativas a las de los partidos políti-cos, poderes económicos o a las de los gobiernos de turno. El cambio de este esquema permitiría un accionar con características arbitrarias, en especial si la lógica de ese accionar es política”, concluye.

Los ejecutivos de las ONG Nacionales, cuya opinión se encuentra claramente dividida entre quienes afirman que el marco regulatorio que nor-ma las actividades de las ONG presenta problemas y quienes no lo creen así, expresan dos posiciones igualmente diferenciadas cuando los primeros se-ñalan que la normativa actual no impide el trabajo independiente de las oenegés, mientras los segun-dos afirman que la falta de claridad de las normas contribuye al cuestionamiento político del gobier-no a las ONG.

Quienes sostienen esa segunda posición observan los siguientes problemas: 1) el cuestionamien-to gubernamental a los contratos de trabajo que firman las ONG con sus empleados bajo el argu-mento de que no cumplen la normativa laboral “como si nuestras instituciones fueran industrias o empresas que generan ganancias”; 2) el uso de los mecanismos de fiscalización estatal sobre el manejo de los recursos financieros de las ONG y la exigencia de optimizar sus resultados de gestión como instrumentos de presión política; 3) el inten-to de los gobiernos municipales que, en nombre de su autonomía institucional, pretenden aplicar tasas impositivas municipales a las ONG; y 4) el incumplimiento, por parte del Gobierno, de aque-llos principios constitucionales que le garantizan a las ONG, como colectividades organizadas de la sociedad civil, el libre ejercicio de su trabajo.

Todos estos factores, concluyen los ejecutivos de las ONG Nacionales, contribuyen al deterioro de las condiciones de trabajo de estas instituciones.

Todos los ejecutivos de las Redes de ONG con-sultados, como ya se ha señalado aquí, advierten la existencia de problemas en el marco regulatorio que norma las actividades de las ONG. Varios de ellos, además, señalan que la elaboración de un proyecto de Ley de ONG por parte del Ejecutivo —en medio de un clima generalizado de acusaciones y cuestionamientos por parte del Gobierno a las ONG—, parece buscar la gestión estatal de los re-cursos que obtienen estas organizaciones —lo que invalidaría el propio rol de las ONG—, o al menos “encuadrarlas” a los intereses gubernamentales y hasta “sentarles la mano”, como afirman algunos de los entrevistados/as. Todo esto ha generado una situación de incertidumbre e inseguridad en las ONG, añaden.

La mayoría de los líderes de las Organizacio-nes Sociales entrevistados/as no advierte pro-blemas en el marco regulatorio establecido para el trabajo de las ONG. Afirman, además, que si las ONG trabajan y defienden los derechos de las personas, “deben ser las primeras en cumplirlos”.

“Hay un decreto que regula el funciona-miento de las ONG. Es un decreto que, de-pendiendo de la situación política, ha estado siempre sujeto a posibles modificaciones, y entre ellas, el alineamiento de las ONG a las políticas del Gobierno. Esto no sucede sólo ahora, ha sucedido también con otros gobiernos que intentaron reducir el marco de acción de las ONG. Se necesita, por tan-to, un marco normativo claro que nos per-mita trabajar con la sociedad civil y no sola-mente con las políticas del Gobierno”. [ONG Internacional]

Entorno político actual. Si hay una mayoría cla-ra en los entrevistados/as cuando afirman que hay problemas con la normativa que regula las labores de las ONG, cuando se les pregunta si el actual en-torno político genera también problemas, esa ma-

yoría se torna mucho más clara y próxima a una

Page 60: ¿Qué diablos son las Oenegés?

59

notoria mayoría: el 84,8% de los entrevistados/as

afirma que el entorno político actual “Presenta

problemas” para el normal desenvolvimiento de

las ONG (Gráfico 18). Las percepciones de los lí-

deres de las Organizaciones Sociales, de las ONG

Nacionales y de la Cooperación Internacional, des-

agregadas en cifras porcentuales, tal como apare-

cen en el Gráfico 18, se mueven entre el 86 y el 88

por ciento de entrevistados/as que asegura que el

actual entorno político en el que trabajan las ONG

“Presenta problemas”; en el caso de los entre-

vistados/as que trabajan en alguna repartición es-

tatal, la percepción es unánime: todos advierten problemas en este ámbito de análisis.

GRÁFICO 18:

Entorno político actual

Fuente: Est:Percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct-2010 REAL DATA SRL

Y son los entrevistados/as de la Cooperación Internacional quienes destacan la paradoja que expresan esas cifras porque consideran que, a pesar de que la mayoría de las ONG en el país optó por alinearse a los postulados programáti-cos del actual gobierno —esa mayoría comparte

los propósitos de búsqueda de igualdad, equidad y justicia—, el clima político en que se desenvuel-ven las sitúa, muchas veces, en el centro de los cuestionamientos gubernamentales. La parado-ja, además, afirman estos entrevistados/as, se re-fuerza con el hecho de que, especialmente en La Paz, numerosos funcionarios del actual Gobierno provienen de ONG.

Los ejecutivos de las ONG Internacionales, por su parte, señalan que el actual entorno polí-tico en el que trabajan las ONG es el menos ade-cuado y el más propenso a fricciones con el actual Gobierno. Existen además, señalan, varias orga-nizaciones de la sociedad civil que han hecho suyo el discurso anti-ONG del Gobierno. Sin embargo, estos entrevistados/as alertan también sobre una posición demasiado reactiva en algunas ONG que, en una actitud de defensa de sus instituciones, han asumido un discurso en el que se habla del “fantasma del control totalitario estatal”, algo que, a su juicio “parece un error”. En todo caso, conclu-yen, tanto las acciones del Gobierno en contra de las ONG como la reacción de varias de ellas, no favorece la necesidad de crear un clima de enten-dimiento y diálogo entre dos actores del desarrollo que podrían construir “la mejor alianza posible”. Creen estos ejecutivos que el principal error en el que cae el Gobierno es el de negar a las ONG el rol de actores de la sociedad civil y asumirlas so-lamente como entidades prestadoras de servicios. Dicha actitud, afirman finalmente los entrevista-dos/as, tiene que ver con el fortalecimiento del Es-tado y el cambio de estrategias de la propia Coope-ración Internacional en los últimos años.

Los ejecutivos de las Redes de ONG resumen su opinión sobre el ambiente político en el que tra-bajan las ONG como “altamente conflictivo”, no sólo por la posición asumida por el Gobierno sino por la que se advierte en gran parte de las Organi-zaciones Sociales. Estas organizaciones creen que las ONG “se han aprovechado de la pobreza de la gente para conseguir financiamiento”, afirma uno

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

84.8%

15.2%

88% 13%

75% 25%

100%

77%

86%

88%

23%

14%

12%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Presenta problemas No es un problema

Page 61: ¿Qué diablos son las Oenegés?

60

de los entrevistados/as. Las ONG, por su parte, señala otro de los ejecutivos consultados, no han logrado situar esa conflictividad en una perspec-tiva más larga, de mediano o largo plazo, lo que activa, en muchos casos, reacciones demasiado circunstanciales.

Respecto del Gobierno, los entrevistados/as seña-lan que éste les atribuye demasiado poder a algu-nas ONG sobre aquellas Organizaciones Sociales enfrentadas a algunas de sus decisiones. Esto re-vela, afirman, la poca comprensión del Ejecutivo de la tarea de las ONG y de la independencia y autonomía de esas organizaciones.

GRÁFICO 19:

Aspectos culturales e interculturales

Fuente: Est:Percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct-2010 REAL DATA SRL

Otros entrevistados/as afirman que el Gobierno y las Organizaciones Sociales que cuestionan la ta-rea de las ONG debieran entender que los desafíos que plantea el actual proceso de transformaciones políticas, económicas y sociales requerirá, tarde o temprano, el aporte de instituciones especializa-das e independientes —como las ONG—, tal como

ha ocurrido en el pasado inmediato, pues no se puede negar, señalan, la contribución de estas ins-tituciones al empoderamiento de los actores socia-les, a la participación ciudadana y al control social y a la lucha contra la pobreza.

Por su parte, varios de los dirigentes de las Organizaciones Sociales entrevistados/as re-conocen el fuerte control que ejerce el actual Go-bierno sobre las ONG, y algunos de ellos manifies-tan su preocupación porque creen que detrás de ese posicionamiento gubernamental podría estar el interés de “apoderarse” del espacio en el que trabajan, un espacio —dicen— en el que se requie-ren ciertos niveles de independencia y con el que “todavía queda mucho por hacer”.

Los entrevistados/as del área estatal, a su vez, señalan que los actuales problemas entre el Go-bierno y las ONG surgen por la relación de mu-chas de ellas con la agencia de cooperación de los Estados Unidos, USAID. El condicionamiento de la cooperación que presta USAID en el país —afir-man estos funcionarios— “genera recelos políticos e institucionales en el Gobierno”. Otros entrevista-dos/as señalan que el Gobierno y las propias ONG debieran asumir que el actual “proceso de cambio trasciende la gestión gubernamental y la propia labor de las ONG”.

Aspectos culturales e interculturales. Para el 53,8% de los entrevistados/as (Gráfico 19), los as-pectos culturales e interculturales no constituyen un problema en el ámbito de trabajo de las ONG. Es sugerente, por otra parte, cuando se diferen-cian los segmentos de percepción según los acto-res consultados, que los funcionarios estatales y los líderes de las Redes de ONG tengan una idea completamente opuesta al respecto, como es inte-resante advertir que los líderes de las Organiza-ciones Sociales, con un mayoritario 80%, conside-ren que los aspectos culturales e interculturales sí representan un problema para el trabajo de las ONG. En el caso de los ejecutivos de la Coo-peración Internacional entrevistados/as, una

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

53.8% 46.2%

67% 33%

100%

100%

31%

32%

80%

69%

68%

20%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Presenta problemas No es un problema

Page 62: ¿Qué diablos son las Oenegés?

61

notable mayoría (dos tercios de ellos) considera que sí existen dificultades porque “el tema de las relaciones culturales e interculturales no ha sido asumido por las ONG en su real dimensión”, afir-ma uno de ellos.

“Es verdaderamente un tema de moda y muy atractivo para la Cooperación —dice otro de los entrevistados/as—, pero por ello mismo las ONG deberían cuidar muy bien su rol y no incurrir en la intromisión y manipulación”, señala.

Muchas ONG, especialmente aquellas considera-das “serias”, opina otro ejecutivo, han desarrollado significativos procesos de discusión sobre el tema, pero también existen ONG para las que los aspec-tos culturales e interculturales en su trabajo son sólo “retórica”.

Lo ocurrido en el país durante los últimos años, se-ñala otro de los entrevistados/as, obliga a las ONG a ampliar su mirada y sus acciones para entender mejor una realidad cultural e intercultural espe-cialmente importante en el país, concluye.

Para la mayoría de directivos de las ONG Internacionales, y también para los ejecuti-vos de las Redes de ONG entrevistados/as, los aspectos culturales e interculturales en el trabajo de las ONG no presentan problemas ni tensiones. Es más, esa mayoría considera que la diversidad cultural del país, asumida como una diversidad étnica, de género y generacional, ha contribuido positivamente a la labor de las oenegés y las ha obligado a desarrollar capacidades de comunica-ción e interlocución que le permitan interpretar mejor esa diversidad, especialmente en las organi-zaciones sociales del movimiento indígena.

Los líderes de las ONG Nacionales consulta-dos, por su parte, y también mayoritariamente, coinciden con la percepción de los ejecutivos de las ONG Internacionales. Uno de ellos destaca, en especial, “la emergencia y el posicionamiento de organizaciones de pueblos indígenas dentro del es-

cenario del discurso culturalista” que, a su juicio, ha tenido una particular incidencia en el trabajo de las ONG. “Desde hace muchos años —afirma el entrevistado—hay un esfuerzo en nuestras ins-tituciones por intentar responder a este nuevo es-cenario y a sus nuevos actores, desarrollando una capacidad de adaptabilidad a la cultura, idioma y cosmovisión de estos pueblos”.

Otro de los líderes de las ONG Nacionales destaca la importancia del tejido cultural y de los saberes

de los pueblos indígenas que ha permitido, por

ejemplo, la incorporación del acceso al agua como

un derecho en la Constitución Política del Esta-

do. “Todos estos aspectos, a fin de cuentas —dice

el entrevistado— son condiciones favorables para

el trabajo de las ONG porque proporcionan una

gama de oportunidades a aprovechar en función

de un desarrollo con equidad”.

A contramano de esta manifiesta disponibilidad

de la mayoría de los líderes de las ONG Naciona-

les por asumir los valores culturales e intercultu-

rales como una oportunidad para su trabajo, una

notable mayoría de los líderes de las Orga-

nizaciones Sociales consultados (el 80%), con-

sidera que las ONG “utilizan” esos valores de los

pueblos originarios con el único propósito de “jus-

tificar su existencia”.

El funcionario de Gobierno entrevistado, a su

vez, y coincidiendo con el criterio mayoritario de

los líderes de las Organizaciones Sociales entrevis-

tados/as, señala que tanto los profesionales de las

ONG como los representantes de la Cooperación

Internacional, e incluso los propios servidores pú-

blicos, no han logrado aún “una lectura adecuada

del ambiente étnico” que se vive en el país y de

la necesidad de remontar el pasado a partir de

nuevas lecturas verdaderamente interculturales y

descolonizadoras.

Condiciones de financiamiento. Puede afir-

marse que nueve de cada 10 de las personas en-

Page 63: ¿Qué diablos son las Oenegés?

62

trevistadas por el Estudio de Percepción señala que sí existen problemas en las condiciones del financiamiento al que acceden las ONG. Todos los entrevistados/as del sector estatal, los líderes de las Organizaciones sociales y los ejecutivos de Re-des de oenegés entrevistados/as lo creen así, y sólo la cuarta parte de los representantes de la Coo-peración Internacional señala que las condiciones de acceso al financiamiento por parte las ONG no presenta dificultades (Gráfico 20).

GRÁFICO 20:

Condiciones de financiamiento a las que están sujetas las ONG

Fuente: Est:Percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct-2010 REAL DATA SRL

Para los entrevistados/as de la Cooperación Internacional los problemas de acceso a recur-sos financieros por parte de las ONG son: aquellos que nacen de la difícil situación económica global de los países donantes, las imposiciones cada vez más estrictas del Estado que buscan controlar los ingresos de las ONG y la decisión de las agencias de cooperación que han decidido focalizar mejor sus recursos en proyectos y programas de mayor impacto, sostenibilidad y áreas temáticas locales que garanticen resultados mucho más alcanza-

bles y concretos.Para los ejecutivos de las ONG Internacionales consultados las limitaciones de acceso de las ONG a recursos tiene que ver, cen-tralmente, con las condiciones cada vez más estric-tas que exigen los financiadores. Esas condiciones son, fundamentalmente, la evaluación de las capa-cidades de canalizar, gestionar y ejecutar los fon-dos otorgados por parte de las oenegés.

Otros condicionamientos, señalan los entrevista-dos/as, son los relativos a la ejecución de proyec-tos directamente relacionados con las necesidades de poblaciones locales y que cuenten con la par-ticipación de los involucrados. Las exigencias de corresponsabilidad en la ejecución de proyectos y programas, y en la obtención de resultados cuali-tativos enmarcados en los Objetivos del Milenio, se han convertido también, señalan los ejecutivos de estas ONG, en condicionamientos cada vez más exigentes y con plazos más cortos.

Los representantes de las Redes de ONG, por su parte, sostienen que los problemas de acceso a financiamiento de las ONG tiene relación directa con que Bolivia ha dejado de ser una prioridad para las agencias de cooperación internacional por su nivel de ingresos per cápita, hoy más alto que hace una década.

La mayoría de entrevistados/as de ONG nacio-nales asumen como suyas las dificultades de acce-so a financiamiento que describen sus colegas de las ONG Internacionales y aseguran que hoy, en el país, es cada vez más difícil obtener recursos para sus labores, además de augurar que, en los próxi-mos años, sólo las oenegés más grandes y eficaces tendrán la capacidad de cumplir con las exigencias y condicionamientos de las agencias de cooperación.

Uno de los entrevistados/as observa críticamente los condicionamientos de las agencias señalando que los problemas de las ONG Nacionales no ra-dican en su capacidad de adecuarse a condiciones de financiamiento más rígidas, ya sea en la ren-dición de cuentas o en la verificación de impactos de sus acciones a través de indicadores también

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

11.4%

88.6%

75% 25%

100%

100%

100%

82%

79%

18%

21%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Presenta problemas No es un problema

Page 64: ¿Qué diablos son las Oenegés?

63

más exigentes, sino en que el “aterrizaje forzoso” al que parecen obligarlas las referidas agencias “rompe los procesos desarrollados por las ONG” en el sentido en que las nuevas exigencias y condicio-namientos se concentran más en la estructura y ejecución del gasto, “perdiendo de vista los objeti-vos estratégicos que se trazan nuestras institucio-nes”, afirma el entrevistado.

Otra mirada, igualmente crítica y semejante, ex-presada por otro entrevistado, indica que viene imponiéndose en las agencias de cooperación una tendencia que prioriza el financiamiento a proyec-tos concretos y no tanto a programas, lo que, a su juicio, provoca que muchas ONG se vean obligadas a “abandonar sus agendas políticas y su misión” para obtener financiamiento y sostenibilidad.

El principal argumento de los líderes de las Organizaciones Sociales sobre el condiciona-miento al acceso de recursos por parte de las ONG —todos los entrevistados/as de este segmento opi-nan que existen problemas en el financiamiento a estas instituciones— es que dicho condicionamien-to genera dependencia y limita la visión y acción de las oenegés, además de imponer las normas y políticas ya predeterminadas de los donantes. Por ello, estos entrevistados/as creen que debe ser el Estado quien debe encargarse de la supervisión y verificación de esas políticas para que se acomo-den a los intereses del país y al de las Organiza-ciones Sociales y así, logren los impactos buscados.

2.5 ¿QUÉ PIENSAN los actores del desarrollo de las oenegés?

Con la intención de “cuantificar” la opinión de los actores del desarrollo en el país respecto del tra-bajo de las oenegés, y en particular de su apor-te o efectividad al mejoramiento de la calidad de vida y de los derechos de las personas pobres, se les pidió a los entrevistados/as por el Estudio que posicionaran su percepción de una escala de 0 a 100 puntos.

La pregunta concreta realizada en cada una de las entrevistas fue la siguiente: ¿En una escala de 0 a 100, diga usted cuánta efectividad considera que han conseguido las ONG en el tema del mejora-miento de la calidad de vida y los derechos de las personas pobres y marginalizadas?

Las respuestas de los líderes y ejecutivos que se animaron a entregar su “calificación” sobre el aporte o efectividad del trabajo de las ONG, cuan-tificada en la referida escala (de 0 a 100), se pre-senta aquí en el Gráfico 21. Las repuestas han sido agrupadas en tres renglones: la efectividad “Baja”, “Media” y “Alta”.Una primera y rápida mirada al Gráfico 21 nos entrega una primera constatación: la mayoría de las respuestas se si-túa en un “punto medio”: casi la mitad del total de las respuestas (el 46,9%) señala una efectividad “Media”; la otra mitad de las repuestas se divide prácticamente en dos: el 27,5% califica la efectivi-dad del trabajo de las ONG como “Alta” y la otra mitad, el 25,5%, de “Baja”.

Si se re-codifican las tres categorías de calificación —de “Alta”, “Media” y “Baja” a “Buena”, “Regu-lar” y “Mala”—, puede concluirse que la mayoría de los entrevistados/as (el 46,9%) considera que el aporte o efectividad del trabajo de las ONG en Bolivia al mejoramiento de la calidad de vida y de los derechos de la población pobre del país ha sido “Regular”; la otra mitad de los entrevistados/as divide su percepción en calificar ese trabajo como “Bueno” (el 27,5%) y “Malo” (2l 25,5%).

En una segunda mirada al Gráfico 21, esta vez situándola en la desagregación de las respuestas entregadas al Estudio por cada uno de los cinco grupos de percepción (Gobierno, Organizaciones Sociales, ONG Nacionales e Internacionales y Cooperación), destaca la calificación de tres cuar-tas partes de las respuestas de los líderes de las Redes de ONG que operan en Bolivia —el 75%, el más alto porcentaje de todas las respuestas re-gistradas—, que califica el trabajo de las ONG en el país como “Regular” (solo uno de estos líderes califica de “Bueno” el aporte de las ONG).

Page 65: ¿Qué diablos son las Oenegés?

64

GRÁFICO 21:

% de efectividad de las ONG en el mejoramiento de la calidad de vida

Fuente: Est Percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Oct-2010 REAL DATA SRL

Si se repara en el más alto porcentaje de califica-

ción al trabajo de las ONG, aquél que lo señala

como “Bueno”, ese porcentaje corresponde a las

repuestas entregadas por los ejecutivos de las

ONG Internacionales: el 56% de estos ejecutivos de estas instituciones lo califica así.

Uno de los entrevistados/as de las ONG Internacio-nales argumenta esa calificación destacando que “las ONG han tenido un alto impacto sobre todo en las áreas rurales, en aquellos lugares donde están acen-tuados los mayores índices de pobreza”, y le atribuye ese impacto positivo a un “trabajo rico en objetivos y resultados, basado en el desarrollo del actual proceso político, la inclusión de los sectores marginados y la participación crítica y reflexiva de los ciudadanos en base al reconocimiento de sus derechos”.

El grupo de entrevistados/as que peor califica el trabajo de las ONG, y a una significativa distancia del resto, es el de los funcionarios estatales: el 50% de estas personas opina que la efectividad de las oenegés a la mejora de la calidad de vida de los más pobres del país es “Malo”. En esta percepción el mayor peso se encuentra en la opinión del fun-cionario del Gobierno, quien cree que existe una gran diferencia, en términos de impacto, entre los recursos que administran las ONG y los resultados que obtienen. El segundo grupo de entrevistados/as que peor califica a las ONG es el de los líderes de las Organizaciones Sociales: el 33% de estas personas califica ese trabajo como “Malo”.

GRÁFICO 22:

Factores restrictivos para que las ONG no desplieguen su potencial pleno en el tema del desarrollo (en porcentaje)

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010. Nota: Respuesta múltiple

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

27.5%

46.9%

25.5%

17% 50% 33%

75%25%

50% 50%

19% 56%

18%

33%

25%

41%41%

42% 25%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Baja Media Alta

Falta de recursos

Cumplen una labor que no les incumbe

Pretensión de influencia en políticas públicas

El desarrollo de trabajos fragmentados

Falta de ambiente de apoyo al trabajo de las ONG

Se espera resultados a corto plazo

Carencia de información conocimiento del ambiente de trabajo

Falta de claridad en la regulación por parte del gobierno

Mala comunicación, desinformación

Falta de coordinación entre ONG con redes/plataforma

Ampliar los espacios o población donde trabajan

La burocratización que los aleja de la realidad

No adecuarse al entorno cambiante de cómo trabajar

Falta de una mejor precisión de los roles en función de los

La deficiente lectura del escenario político

15.9%15.9%

15.9%

15.9%

15.9%

15.9%15.9%

15.9%

15.9%15.9%

15.9%15.9%

15.9%15.9%

15.9%

0% 10% 20% 30% 40%

Page 66: ¿Qué diablos son las Oenegés?

65

Otro dato relevante que surge de las respuestas de los entrevistados/as es el de las propias ONG Nacionales, cuya opinión mayoritaria (el 41%) considera que su trabajo en beneficio de los más pobres es “Regular”, el otro 41% que es “bueno” y el 18% “malo”.

Factores restrictivos. Otra de las consultas a los entrevistados/as, siempre en el ámbito de la efectividad del trabajo de las ONG, fue el relati-vo a los factores que consideran restrictivos para un mejor desempeño de estas instituciones. En las respuestas obtenidas, codificadas en el Gráfico 22, destacan tres de esos factores: 1) la falta de recursos (37%); 2) la mala comunicación, desinfor-mación y falta de organización; y 3) la falta de un ambiente de apoyo al trabajo de las ONG.

2.6 ¿QUÉ PIENSAN los actores del desarrollo de las Organizaciones Sociales, de la Cooperación Internacional y del Gobierno Nacional?

Se presenta aquí, en este último acápite dedicado a recoger las respuestas que los actores del desa-rrollo en el país entregaron al Estudio de Percep-ción, la evaluación de esos actores sobre el trabajo de las Organizaciones Sociales (OS), de la Coope-ración Internacional y del Gobierno Nacional en el ámbito del desarrollo.

Las Organizaciones Sociales bajo la lupa. Son cinco los ámbitos en los que los actores del desa-rrollo evalúan a las OS: (1) Vigilancia y control de políticas públicas; (2) Promoción de la conciencia ciudadana sobre derechos; (3) Iniciativas de desa-rrollo local; (4) Efectividad en el mejoramiento de la calidad de vida; y (5) Legitimidad de las OS.

(1) Vigilancia y control de políticas públicas. El Gráfico 23 ilustra las respuestas de los entrevis-tados/as sobre una de las tareas centrales que de-ben atribuirse a las OS. Esas respuestas, categori-zadas en tres niveles —efectividad “Alta”, “Media” y “Baja”— entregan una percepción claramente mayoritaria y compartida por todos los actores del

desarrollo: el 78,3% de los entrevistados/as afir-man que el rol de las OS en el ámbito de la vigi-lancia y control de las políticas públicas es “Baja”. Tan evidente y clara es esta percepción, que sólo el 3,1% de los entrevistados/as le otorga a las OS un nivel de efectividad “Alto” en la referida tarea. Y son algunos entrevistados/as de la Cooperación Internacional y de las ONG Nacionales quie-nes asumen esta valoración. La percepción de los entrevistados/as se presenta todavía más clara y contundente cuando se observa la opinión de los propios líderes de las OS consultados: el 86% de todos ellos —la cifra más alta registrada en este ámbito— opina que su tarea de vigilancia y control de las políticas públicas es “Baja”.

GRÁFICO 23:

Evaluación al rol de las OS de Vigilancia y control de políticas públicas

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre

2010

(2) Promoción de la conciencia ciudadana sobre derechos. “¿Cree usted que las Organiza-ciones Sociales han tenido un impacto o efecto po-sitivo en la construcción de conciencia ciudadana sobre los derechos y en la creación de capacidades

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

78.3%

3.1%

18.7%

78% 11% 11%

75% 25%

75% 25%

80%

76%

86%

20%

16% 8%

14%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Baja Media Alta

Page 67: ¿Qué diablos son las Oenegés?

66

ciudadanas?”. Esta fue la pregunta realizada por el Estudio a los actores del desarrollo. Dos de cada tres entrevistados/as (el 66,1%) sostiene que, en este ámbito, el rol de las OS sí ha tenido un impac-to positivo (Gráfico 24).

GRÁFICO 24:

Evaluación del rol de conciencia ciudadana y creación de capacidades ciudadanas (OS)

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

Los ejecutivos de las ONG Nacionales e In-ternacionales son quienes, en mayores porcen-tajes (88 y 80 por ciento, respectivamente), creen que la promoción de derechos es un área desta-cada en la tarea de las OS y sus principales ar-gumentos, sistematizados, son los siguientes: las OS han alcanzado un alto nivel participativo en la vida política del país como actores clave en el actual “proceso de cambio”; han sentado presen-cia, se han empoderado y se han hecho más vi-sibles tanto a nivel nacional como internacional; han realizado un trabajo interesante en la dis-cusión, reflexión, análisis y reivindicación de sus

derechos; y han generado discurso, pensamiento

y movilización social donde se han destacado sus

acciones, forma de organizarse y de influir en el Gobierno.El 71% de los representantes de la Cooperación Internacional entrevistados/as, a su vez, coincide en señalar que las OS “han hecho un gran trabajo en términos de empoderamiento, de movilización social y de ejercicio de los dere-chos”, tal como lo señala uno de ellos. Los ejecu-tivos de las Redes de ONG, por su parte, mucho más críticos (el 50% valora positivamente el im-pacto de las OS en la defensa de derechos), obser-van la ausencia de una visión más integral de los derechos que incluya igualdad, equidad de género y derechos humanos.

Las opiniones de los dirigentes de Organiza-ciones Sociales, que no dejan de ser autocríticas, como en el ámbito de la vigilancia y control de las políticas públicas, dividen su percepción entre aquellos que creen que su labor en la defensa de derechos ha sido positiva y de un significativo im-pacto (el 62%), y quienes creen que no ha sido así (el 38%). Varios de los entrevistados/as creen más bien que el aporte en este ámbito es de las ONG, y no tanto de las OS, y hasta uno de ellos llega a decir que “en el caso de las Bartolinas y los Tupac Katari, ellos sólo han logrado aprovecharse de la coyuntura para aparecer como si fueran los gran-des gestores de las luchas sociales”.

La percepción de los funcionarios del área es-tatal, que en términos porcentuales coincide con la mirada de las Redes de ONG (el 50% cree que las OS han aportado positivamente a la defensa de derechos), destaca también los logros en este ámbito, aunque alguno de los entrevistados/as observa que, cuando se habla de construcción de ciudadanía, hay un notable avance en los líderes de las OS, pero no en sus bases, pues “la mayoría de la gente todavía no ha tenido la oportunidad de formarse con una conciencia ciudadana de respon-sabilidad pública”.

(3) Iniciativas de desarrollo local. En este ám-bito, la percepción de los entrevistados/as se torna mucho más dividida, pues aunque una mayoría (el

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

66.1%

33.9%

20%

29%

80%

71%

100% 88%

50% 50%

50%

39%

50%

62%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Sin efecto / impacto Efecto / impacto positivo

Page 68: ¿Qué diablos son las Oenegés?

67

58,6%, Gráfico 25) cree que las iniciativas de las OS en el desarrollo local tienen un impacto positi-vo, muchos de ellos le atribuyen este logro no tanto a la convicción de las OS sino más bien a la labor de las ONG y la existencia de normas como la Ley de Participación Popular.

GRÁFICO 25:

Evaluación del rol de creación de iniciativas de desarrollo local (OS)

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

Los representantes de la Cooperación Inter-nacional, por ejemplo, a pesar de que una notoria mayoría de ellos (el 71%, la más alta valoración de todos los segmentos consultados) le otorga un im-portante papel a las OS en iniciativas de desarrollo local, observan que todavía prevalecen intereses de grupo: mi desarrollo económico local y no el desa-rrollo económico local. Por ello, dicen, se explican las diferencias existentes entre dirigentes campe-sinos, colonizadores e indígenas en torno a temas como la protección del medio ambiente o el manejo sostenible de la tierra. La opinión de los líderes de las ONG internacionales y de las Redes de ONG, idéntica en términos porcentuales (el 67%

positiva y el 33% negativa), destaca también el apoyo de las ONG a las iniciativas de desarrollo local emprendidas por las OS, especialmente en las propuesta de planes, herramientas y acciones con-juntas, además de la concentración de estas pro-puestas en las áreas rurales. Hace falta, sin em-bargo, observan estos entrevistados/as, iniciativas de más largo plazo y la construcción de consensos respecto de lo que se entiende por desarrollo.

GRÁFICO 26:

% de efectividad de las OS en el mejoramiento de la calidad de vida

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

Los líderes de las ONG Nacionales entrevis-tados/as, cuya opinión prácticamente se divide en dos, quienes valoran positivamente las ini-ciativas de desarrollo local de las OS (el 53%) y quienes tienen una posición contraria (el 47%), comparten las percepciones de los ejecutivos de las ONG Internacionales y de las Redes de ONG, y consideran, en general, que las dificultades en este ámbito son las siguientes: a) las OS no han sabido utilizar los recursos del llamado Fondo Indígena para el desarrollo productivo local que

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

58.6%

41.4%

29% 71%

33% 67%

67% 33%

38% 63%

33%

47%

67%

53%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Sin efecto / Impacto Efecto / impacto positivo

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

31.1%

31.2%

37.8%

25% 75%

50% 25% 25%

33% 67%

67% 25% 8%

15% 39% 46%

26% 44% 30%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Baja Media Alta

Page 69: ¿Qué diablos son las Oenegés?

68

el Gobierno ha puesto a su disposición; b) las or-ganizaciones sindicales, más concentradas en el tema de derechos, no están jugando un aporte im-portante al desarrollo local; y c) las OS no cuentan con los recursos para poder promover nuevas es-trategias de desarrollo.

Los líderes de las Organizaciones Sociales se asignan en este ámbito, el desarrollo local, el mayor nivel de autoaprobación: el 63% de los en-trevistados/as cree que su aporte es positivo y que el reto que tienen pendiente es ser gestores de pro-yectos productivos en los municipios y no depen-der en ellos de las ONG.

(4) Efectividad en el mejoramiento de la cali-dad de vida. Para obtener una valoración “cuan-tificada” de la efectividad de las OS en la mejo-ra de la calidad de vida de los pobres en Bolivia, los entrevistados/as respondieron a la siguiente pregunta: ¿En una escala de 0 a 100, diga us-ted cuánta efectividad considera que han conseguido las Organizaciones Sociales en el tema del mejoramiento de la calidad de vida y los derechos de las personas pobres y marginalizadas?

Las respuestas, presentadas porcentualmente en el Gráfico 26, entregaron un panorama que bien puede dividirse en tres partes casi iguales: el 37,8% respondió que la efectividad de las OS en la mejora de la calidad de vida y los derechos de los pobres es “Baja”; el 31,1% respondió que la efectividad de las OS en este campo es “Media”; y el 31,2% que es “Alta”.Si las respuestas se re-codifican en una escala de uno a siete puntos, el promedio obtenido es de 3,6, es decir, casi el “justo medio”. Y una vez más, como en los otros ámbitos de la consulta, son los líderes de las OS entrevistados/as quienes se otorgan la más baja de las valoraciones: el 67% de estos líderes considera que la efectividad de las OS en la mejora de la calidad de vida y los derechos de los pobres es “Baja”; el 25% “Media”; y apenas el 8% “Alta”.

Los dirigentes de las OS consultados, además, se cuestionan que el apoyo que le brindan al actual Gobierno ha disminuido su capacidad de crítica y acción entre sus bases.

Una vez desagregadas las respuestas, según el segmento al que pertenecen, destaca la valora-ción de los representantes de la Cooperación Internacional quienes, mayoritariamente (el 75%) califican el impacto de las OS en la mejora de la calidad de vida y los derechos de los pobres como “Media”. Estos entrevistados/as, además, señalan que el accionar de las OS es naturalmen-te más político que dirigido al mejoramiento de la calidad de vida de sus afiliados. Uno de los en-trevistados/as, añade: “el papel de las OS es el de exigir que se cumplan las políticas que establece el Estado y, por tanto, no está en sus manos el cambio de las condiciones socioeconómicas de sus bases”. Este criterio es compartido por los líderes de las ONG Nacionales y por los ejecutivos de las Redes de ONG.

Los ejecutivos de las ONG Internacionales justifican su percepción positiva (el 46% de los en-trevistados/as de este segmento cree que al aporte de las OS a la mejora de la calidad de vida de los pobres es “Alto”) argumentando que a partir de la incuestionable capacidad movilizadora de las OS por la defensa de sus derechos, existe un enorme potencial en estas organizaciones para avanzar en otros ámbitos, especialmente los administrativos y técnicos.

(5) Percepciones sobre la legitimidad de las OS. El último de los ámbitos evaluados por los entrevistados/as por el Estudio de Percepción está referido a las percepciones sobre la legitimidad de las Organizaciones Sociales. Como se observa en el Gráfico 27, el 45,8% de las personas consulta-das califica de regular (“Más o menos”) dicha le-gitimidad; el 32,7% de los entrevistados/as no cree que tengan legitimidad y el 21,5% afirman que sí la tienen.

Page 70: ¿Qué diablos son las Oenegés?

69

Las percepciones negativas sustentan su opinión en la forma en que se eligen a los representantes de las OS y en la forma en que canalizan las deman-das de sus representados. Se cuestiona, además, el uso gubernamental de las OS, la manipulación y cooptación de sus liderazgos y, en general, la “falta de democracia interna” en estas organizaciones, tal como lo señala uno de los entrevistados/as.Algu-nos dirigentes de las Organizaciones Sociales, también críticos, observan la ingerencia estatal en sus organizaciones a través de la designación de sus dirigentes a los que llaman “encomendados”.

GRÁFICO 27:

¿Las Organizaciones Sociales alcanzaron legitimidad?

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

El funcionario de Gobierno entrevistado, por su parte, considera que las OS “practican la de-mocracia deliberativa, pero en la elección de sus dirigentes practican la democracia selectiva”. La legitimidad de las OS, por tanto, y según el funcio-nario “no depende del voto que tengan los dirigen-tes, sino del nivel de representación, si realmente representan los intereses del sector”. “Un Comi-té Cívico, por ejemplo señala el entrevistado, es

elegido por representantes de las Organizaciones Sociales, es corporativo, pero tiene la facultad de parar un departamento”.

La Cooperación Internacional bajo la lupa. El escrutinio de los entrevistados/as sobre la labor de las instituciones de la Cooperación Internacio-nal en el país, ya sean éstas bilaterales o multila-terales, se ha construido en base a dos preguntas planteadas en el Estudio de Percepción: (1) ¿Se ha alineado la Cooperación Internacional a las actua-les políticas estatales?; y (2) ¿Ha logrado la Coo-peración Internacional identificar claramente las necesidades de la población que requiere apoyo?

GRÁFICO 28:

Percepción del alineamiento de la Cooperación a las políticas estatales actuales

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

(1) Alineamiento con las políticas estatales. Las respuestas de los entrevistados/as a la primera pregunta arroja un resultado sencillamente abru-mador, tal como se presentan en el Gráfico 28: el 85% de los entrevistados/as responde con un rotun-do “SÍ”. Destacan en esta respuesta todos los eje-cutivos de la propia Cooperación, obviamente, y

Gobierno

GobiernoOS

OSONG Nacional

ONG Nacional

Redes

RedesONG Internacional

ONG InternacionalCooperación

Cooperación

No Mas o menos Si

100%

100%

0%

0%

20%

20%

40%

40%

60%

60%

80%

80%

No alineadas Si alineadas75%

25%

25%

29%

100%

100%

14%

75%

75%

71%

86%

29% 50%

50%

50%

18%

50%

25%

64%

64%

38%

25%

21%

25%

25%

18%

13%

45.8% 21.5%

32.7%

85%15%

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70

todos los líderes de la Redes de ONG en Bolivia entrevistados/as. Debe decirse además, que el ali-neamiento al que se refieren las personas consulta-das es la adhesión institucional al Plan Nacional de Desarrollo (PND) formulado por el actual Gobierno.

Los argumentos que sostienen esta respuesta po-sitiva, tanto de los representantes de la Coopera-ción como los ejecutivos de las Redes de ONG en Bolivia, son relativamente sencillos, pues aluden el mandato internacional que emerge de la llamada “Declaración de París” (marzo de 2005), aquella en la que los gobiernos y las instituciones de desarrollo se comprometen a hacer efectivos los principios de alineamiento y armonización, entre otros.

Quienes expresan más dudas respecto del alinea-miento de la Cooperación a las políticas del Estado boliviano —una posición claramente minoritaria, claro está—, son algunos líderes de las ONG Nacionales: el 29% de las respuestas de este gru-po opta por responder que “NO”, que no hay tal alineamiento. Entre los argumentos de los entre-vistados/as que sostienen esta posición se mencio-na la imposibilidad de que las instituciones de la Cooperación “conozcan a fondo el Plan Nacional de Desarrollo, dadas sus grandes lagunas en varios temas”. “Lo que ocurre con la Cooperación —afir-ma uno de los entrevistados/as— es una especie de ‘enamoramiento’ con el paradigma del Vivir Bien en el proceso boliviano”.

Los entrevistados/as de ONG Nacionales que sí creen que la Cooperación está alineada a las polí-ticas estatales, lo hacen bajo los siguientes argu-mentos: hay una importante concurrencia de la Cooperación en el “deber ser” del proceso boliviano, especialmente en temas como los de la soberanía nacional, la participación, y la descentralización y autonomías para una mejor gestión; existe, asi-mismo, el interés de la Cooperación por una mejor gestión de los recursos naturales propiciando la protección del medio ambiente además del apoyo a planes sectoriales (Salud, Educación…).

Las respuestas, en porcentaje, de los líderes de las Organizaciones Sociales y de los funcionarios del

Estado entrevistados/as, tal como se expresa en el Gráfico 28, coinciden en un mayoritario 75% que dice que “SÍ”, que la Cooperación se alinea a las políticas estatales. Entre los líderes de las OS que responden “NO” están quienes cuestionan la pre-sencia de la agencia de cooperación de los Estados Unidos en el país.

Finalmente, el 86% de los ejecutivos de las ONG Internaciones sostiene que existe un efectivo ali-neamiento de la Cooperación al Plan Nacional de Desarrollo, aunque varios de ellos señalan que existen cuestionamientos de la Cooperación en el ámbito de los derechos humanos.

(2) Identificación de necesidades de la pobla-ción. Las respuestas de los entrevistados/as a la segunda de las preguntas sobre la Cooperación Internacional divide casi perfectamente en dos a las personas consultadas: un 51,3% responde que “SÍ”, que la Cooperación ha identificado claramen-te las necesidades la población, y un 48,7% respon-de negativamente (Gráfico 29).

GRÁFICO 29:

por parte de la cooperación

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

51.3%48.7%

33% 67%

100%

100%

63% 38%

36%

65%

64%

35%

100%0% 20% 40% 60% 80%

No Si

Page 72: ¿Qué diablos son las Oenegés?

71

Una vez desagregadas las respuestas por segmen-tos o grupos, aparecen un par de datos interesan-tes. En primer lugar, las opiniones de funcionarios del Estado y las de los ejecutivos de Redes de ONG en Bolivia contrastan absolutamente: el 100% de los primeros cree que la Cooperación “SÍ” ha logra-do identificar las necesidades de la población, y el 100% de los segundos —los ejecutivos de Redes de ONG— cree que “NO” lo ha hecho.El segundo de estos datos es igualmente revelador en el contras-te: porcentajes similares de los entrevistados/as de las Organizaciones Sociales (63%) y de las ONG Nacionales (65%) afirman que la Cooperación “SÍ” ha identificado las necesidades de la población; en porcentajes muy parecidos, pero con una respues-ta negativa, aparecen los entrevistados/as de las ONG Internacionales (64%) y de la propia Coope-ración (67%).

Hay pues, en este ámbito, como ya se ha dicho, una casi perfecta división de opiniones encontradas.

Gráfico 30:

% de efectividad del actual Gobierno en el tema del mejoramiento de la calidad de vida

Fuente: Estudio de percepción sobre ONG, Entrevistas Líderes, Octubre 2010

El Gobierno Nacional bajo la lupa. Finalmente, el Estudio de Percepción pidió a los entrevistados/as evaluar la efectividad del actual Gobierno en la mejora de la calidad de vida y de los derechos de la población más pobre del país. Se les pidió, ade-más, que justificaran su posición, de manera que aquí se presentan las respuestas positivas y nega-tivas, en ese orden y por segmento.

Una mirada general sobre las respuestas obteni-das, ilustradas en el Gráfico 30, entrega los si-guientes datos: cuatro de cada 10 entrevistados/as (el 42,1%) sitúan la efectividad del Gobierno en la mejora de la calidad de vida y en la mejora de de-rechos de los pobres en un nivel “Medio”; quienes consideran que el impacto de la gestión de Gobier-no ha sido “Alto” cubren el 33,4% de los entrevis-tados/as; finalmente, quienes consideran que el ni-vel de efectividad gubernamental en la mejora de la calidad de vida de los más pobres ha sido “Baja” suman el 24,6% del total de los entrevistados/as.

Si se aplica una escala de 1 a 7 puntos al conjunto de respuestas entregadas, el resultado promedio es de 3,87 puntos. Hay, entonces, una percep-ción media o regular de la acción del Gobierno en la mejora de la calidad de vida y de los dere-chos de los pobres entre los actores del desarrollo en el país.Y entre esos actores, son los ejecutivos de las ONG Internacionales quienes mejor ca-lifican el desempeño del Gobierno: el 50% de estos actores afirma que la efectividad gubernamen-tal es “Alta” y el restante 50% cree que que es “Media” (ninguno de estos entrevistados/as sitúa su desempeño en un nivel “Bajo”). Entre los ar-gumentos con los que estos ejecutivos sostienen su opinión, están, en especial, la lucha contra la pobreza, cuyo punto alto es el pago de conocidos Bonos que, a su juicio, acercan al país al cumpli-miento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio;

Calificación al Gobierno

Entrevista líderes

(Escala 1 a 7 puntos)

3.9

Gobierno

OS

ONG Nacional

Redes

ONG Internacional

Cooperación

33.4% 24.6%

42.1%

40% 60%

25% 25% 50%

33% 33% 33%

36% 46% 18%

50%

22%

50%

48% 30%

100%0% 20% 40% 60% 80%

Baja Media Alta

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72

citan también como positivas las políticas públi-cas de igualdad de oportunidades y de inclusión social. En general, señalan estos entrevistados/as, las políticas llevadas a cabo por el actual Gobierno han facilitado un alto nivel de empoderamiento de la población, el respeto de los derechos humanos y la participación de la sociedad civil.

Los aspectos negativos de la gestión del actual Go-bierno que los líderes de las ONG Internacionales mencionan son la “soberbia”, un “discurso inclu-sivo en el papel y excluyente en la práctica” y, en particular, la “poca capacidad de gestión político administrativa”.

Los representantes de la Cooperación Inter-nacional en Bolivia, quienes no le otorgan al Gobierno una calificación “Alta” en su gestión por la mejora de la calidad de vida de la población po-bre del país (el 60% de estos entrevistados/as la califican de “Media” y el 40% restante de “Baja”), también destacan el pago de los Bonos como una política positiva de redistribución de los ingresos, valorando su impacto en los sectores más pobres del país. Destacan, además, la declaración de de-rechos que figura en la Constitución Política del Estado, especialmente aquellos relacionados con el acceso al agua y la tierra. “Bolivia no está peor que hace un cierto tiempo”, afirma uno de esos en-trevistados/as, quien añade que los retos actuales consisten en incorporar a la sociedad civil, la Coo-peración y las ONG, en los esfuerzos por mejorar la calidad de vida y los derecho de los sectores más pobres y marginalizados.

Como los líderes de las ONG Internacionales, los de la Cooperación señalan como el aspecto más nega-tivo de la actual gestión de Gobierno “la inexisten-cia de una función pública eficiente”, y consideran que esta falencia se explica por la concentración del Ejecutivo “en temas políticos marcados por la confrontación”. Cuestionan, asimismo, la perma-nente rotación del personal en los cargos públicos, hecho que le resta continuidad a la gestión.

Los líderes de las Redes de ONG que trabajan en el país, cuya valoración sobre la tarea del Go-

bierno en la mejora de la calidad de vida y de los derechos de los más pobres es claramente positiva (el 50% le otorga una calificación “Alta” y un 25% “Media”), destacan en la gestión gubernamental un genuino interés por volcar sus políticas hacia los temas sociales y no sólo a la economía y los tópicos de siempre: exportaciones, importaciones, producto interno bruto, etc. “Aunque al final el Gobierno termina haciendo lo que quiere, hay una efectiva receptividad a los movimientos sociales y a las temáticas interculturales, y se están desa-rrollando políticas al respecto”, afirma uno de los entrevistados/as.

Lo negativo de la gestión gubernamental, según estos líderes, radica en que “a pesar de los discur-sos, el país sigue siendo un país primario-expor-tador, lo cual implica un impacto socioambiental fuerte”, tal como lo expresa uno de ellos. Esta per-cepción, reiterada en las opinión de varios entre-vistados/as, cuestiona la idea de que la mejora de ingresos económicos signifique una mejora en la calidad de vida, más aún si esos ingresos proceden de “la explotación de los recursos naturales sin medir las consecuencias socioambientales e inter-generacionales que puede tener”.

En términos más globales, esta mirada crítica de la actual gestión de Gobierno afirma que —tal como lo dice uno de los entrevistados/as— “las políticas de desarrollo del Estado no han variado desde hace décadas, y el país no está bien por el modelo actual, sino por la explotación de las mate-rias primas no renovables”.

Los líderes de las ONG Nacionales, por su par-te (en este segmento de opinión sólo el 22% de los entrevistados/as califica como “Baja” la efectivi-dad del Gobierno en la mejora de la calidad de vida de los pobres), señalan, a propósito de los Bonos y en palabras de uno de ellos, que “nunca antes un Gobierno había transferido tantos recursos de manera directa hacia los sectores más pobres y vulnerables para paliar la situación de pobreza”. Creen también, varios de los entrevistados/as, que en el proceso político actual, y también “como no había sucedido antes”, los actores sociales están

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73

recibiendo respuestas del nivel gubernamental. Prueba de ello, señalan, son los contenidos de la nueva Constitución Política del Estado en la que, también por primera vez, se incluyen los derechos de sectores permanentemente marginados en los procesos de desarrollo. Destacan, finalmente, la promulgación de la Ley Marco de Autonomías como un instrumento de gran potencial para el de-sarrollo local y regional.

A estas valoraciones positivas de la actual gestión de Gobierno, los líderes de las ONG Nacionales le suman un conjunto de percepciones negativas, y entre ellas, la más reiterada es la referida a la “importancia vital” que tiene, a su juicio, “la gene-ración de un desarrollo más sostenido en térmi-nos energéticos” cuyo propósito central debe ser el potenciamiento de las empresas estatales para convertirlas, verdaderamente, en empresas estra-tégicas, “en compañías operativas capaces de ge-nerar procesos de industrialización que, finalmen-te, reviertan la matriz primario-exportadora que todavía caracteriza a nuestra economía”.

Este propósito, además, apunta uno de los entre-vistados/as, “tiene que ver con el efectivo cumpli-miento de la ‘agenda de octubre’, es decir, tran-sitar de la nacionalización a la industrialización, una tarea que el actual Gobierno no ha cumplido”.

Otras percepciones negativas registradas por el Estudio de los líderes de las ONG Nacionales pro-viene de lo que éstos consideran “contradicciones profundas entre el discurso de protección a la Ma-dre Tierra con la realidad de algunos proyectos y programas impulsados desde el Gobierno”. “El uso indiscriminado de agroquímicos, por ejemplo —afirma uno de ellos—, es una prueba concreta de esas contradicción”.

Finalmente, y quizá como una suerte de síntesis de la crítica al actual Gobierno desde las ONG Nacio-nales, una crítica, además, que tiene que ver con su quehacer cotidiano y con su rol en la construcción de la democracia en el país, vale la pena citar aquí, textualmente, la opinión de uno de los líderes en-trevistados/as, uno que concentra su mirada en el

“enfoque ideológico del Gobierno”. “Se ha plantea-do —dice este entrevistado—, en el actual proce-so de cambio, el paradigma del ‘Vivir Bien’. Este nuevo paradigma, plasmado en gran medida en el Plan Nacional de Desarrollo, y en la hora de su puesta en práctica, no tiene correlato con las ac-ciones del Gobierno, no se ha logrado desarrollar el paradigma en un proyecto específico, concreto y con actores, recursos, redes, flujos y sistemas; se siguen utilizando los mismos indicadores de perio-dos pasados, no se han construido instrumentos que sean capaces de traducir ese paradigma en ac-ciones. Entonces, y en base al paradigma del Vivir Bien, el Estado tiene que construir una visión de desarrollo con la gente, definir qué se entiende por Vivir Bien en los hechos, en las políticas, y algo no menos importante: el Gobierno debiera actuar con más humildad y menos soberbia con los otros, con los actores del desarrollo”.

Los dirigentes de las Organizaciones Socia-les y el funcionario de gobierno entrevistados/as, cuya valoración de la tarea del Gobierno en la mejora de la calidad de vida de los más pobres se divide en porcentajes muy similares en las tres ca-tegorías establecidas (“Alta”, “Media” y “Baja”), destacan de la gestión gubernamental otros aspec-tos. La ley “Marcelo Quiroga Santa Cruz” contra la corrupción, la Ley contra el racismo y el manejo de los recursos hidrocarburíferos son, para los líderes de las OS consultados, acciones estatales que, a fin de cuentas, contribuyen a la mejora de la calidad de vida y de los derechos de la población más pobre del país; el funcionario de Gobierno, por su parte, destaca que “Bolivia, en estos últimos años, subió 18 posiciones en el Índice de Desarrollo Humano: el año 2009 estábamos en el peldaño 113 y el año 2010 subimos al peldaño 95”.

Las críticas de los dirigentes de las Organizaciones Sociales al Gobierno se concentran, fundamental-mente, en la falta de empleo y de mejores salarios para los trabajadores. Algunos de ellos, incluso, señalan que “las grandes esperanzas” depositadas en el actual proceso para “cambiar su vida cotidia-na” comienzan a generar “desencanto”.

Page 75: ¿Qué diablos son las Oenegés?

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El funcionario de Gobierno entrevistado, asimis-mo, coincide con la crítica de los líderes de las OS y afirma que “el Estado todavía no ha logrado es-tablecer una política sostenible de generación de fuentes de trabajo, en especial para los jóvenes”.

3. EVALUACIÓN:

Las oenegés desde sus páginas web

Con el propósito de ofrecer una visión global de las oenegés en Bolivia, más allá de sus objetivos y de los resultados obtenidos por su trabajo, el Estudio de Percepción consideró importante incorporar un módulo de evaluación adicional en el análisis: la revisión de la información existente en sus páginas web a partir de una muestra representativa, es de-cir, información que tiene significancia estadística.

Para dicha evaluación se recolectó información de las páginas web de las organizaciones selecciona-das. La selección de oenegés fue el resultado de la fusión de dos fuentes de información, la del Vice-ministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo (VIPFE)30 y la de la Agencia de Coopera-ción Internacional del Japón, JICA31.

Ambos documentos fueron compatibilizados en una sola base de datos y se depuraron las ONG dupli-cadas. El listado final se convirtió en el universo de la evaluación: 702 ONG asentadas en el territorio nacional, tanto nacionales como internacionales. De ellas, se definió una muestra aleatoria de 172 casos estimados a través de formulas estándar de cálculo de error muestral.

En términos temáticos, la información evaluada co-rresponde a indicadores de transparencia resumidos

30 VIPFE (Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Ex-terno); 2005–2006: “Directorio nacional de ONG en Bolivia” Regis-tro Único Nacional de de ONG; La Paz, Bolivia

31 JICA; 2007: “Directorio de ONG que trabajan en Bolivia”; La Paz, Bolivia

en las siguientes áreas: a) Misión de la institución, b) Actividades desarrolladas, c) Ámbito económico y financiero, d) Recursos humanos, e) Trabajo en red, f) Accesibilidad, interactividad y actualiza-ción de la información.

Las mencionadas áreas temáticas fueron definidas en base a un estudio sobre transparencia realizado en España32, cuyo objetivo fue el de ofrecer pau-tas de actuación para incorporar la transparencia en la cultura institucional de las ONG. Uno de los componentes de ese estudio, por ejemplo, consistió en analizar el uso que hacen las instituciones de la página web como herramienta de rendición de cuentas y transparencia.

GRÁFICO 31:

Existencia de página WEB para ONG en Bolivia

Fuente: Est. Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

En el Gráfico 31 se muestra que de las 172 ONG seleccionadas, solamente el 30,2% tienen una pá-gina web (52 instituciones); el 60,4% no la tiene (104 instituciones); el 3% (5 instituciones) la tiene pero está en construcción o no funciona. Finalmen-te, el 6,4% de las ONG evaluadas (11 institucio-nes) tienen información de la institución matriz a la que pertenecen, pero no la tienen en castellano (la tienen en ingles o francés).

32 Valls, Nuría (Valls Carol); 2008 “La transparencia y la rendición de cuentas en el tercer sector: reflexión y autodiagnóstico; Barcelona, España.

Nº de ONG en Bolivia

Según de información de VIPFE (2006) y JICA (2007)

702

En construcción / no funciona

2.9%

No tienen60.4%

Información en otro idioma

6.4%Tienen página

Web30.2%

Page 76: ¿Qué diablos son las Oenegés?

75

GRÁFICO 32:

Existencia de página Web (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

En el Gráfico 32, y con los mismos parámetros del gráfico anterior, se observa la comparación en-tre las ONG de Bolivia y las de España.

3.1 Misión de la institución

Con el propósito de ofrecer una idea global de la ins-titución, el 63% de las ONG bolivianas que tienen una página web describe la trayectoria de la institu-ción, pero sólo el 42% la describe con detalle. Por otra parte, y como se sabe, para toda institución, la Visión y la Misión son elementos centrales de su configura-ción. En Bolivia, el 65% de las instituciones anali-zadas explicitan claramente cuál es la Misión de la organización (Gráfico 33) y el 67% cuál es su Visión.

GRÁFICO 33:

Misión de la Institución (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

3.2 Actividades desarrolladas

Las ONG en Bolivia explican más lo que hacen que el cómo lo hacen. El 90% de las instituciones evalua-das a partir de los contenidos de sus páginas web, explica, en términos generales, las actividades y proyectos que realizan, y solamente del 58% entrega esa información de forma detallada (Gráfico 34).

Las ONG en Bolivia suelen ofrecer información detallada con la publicación de sus memorias. En las páginas web revisadas, sin embargo, sólo el 12% tiene disponible la memoria anual.

Por otra parte, y si bien varias ONG describen en sus páginas lo que han hecho —y en algunos casos cómo lo hicieron—, la falencia observada es que no explican el impacto cuantitativo ni cualitativo de sus actividades o proyectos.

La revisión de las páginas web de las ONG en Bo-livia indica que no hay capacidades desarrolladas en el monitoreo y evaluación de sus actividades. Se evidencia, asimismo, que no son muchas las ONG que tienen sistemas para rescatar información y que muchas veces lo hacen de manera empírica.

GRÁFICO 34:

Medios de información sobre ONG

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

A su vez, como se conoce, es también evidente que este tipo de tareas requieren un nivel de financia-miento que, en las actuales circunstancias y debido a la crisis económica internacional, se ha reducido

Tiene La tienen pero no funciona

Explicitan No la explicitan Explicitan con detalles

Otros No tienen

100%

90%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

Explicitan No la explicitan

100%

90%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

100%

90%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

65%

30%

64%

3% 4% 6% 3%

60%

29%

18%

35%

82%

90%84%

10%16%

58%

Bolivia

Bolivia

Bolivia

España

España

España

Page 77: ¿Qué diablos son las Oenegés?

76

notablemente. Quizá sea este hecho el que expli-que que sólo el 21% de las páginas web revisadas ofrezca una agenda detallada de actividades reali-zadas por las ONG.

3.3 Ámbito económico y financiero

El grado de accesibilidad a la información financie-ra de las ONG ha sido también objeto de la presen-te evaluación. Se trataba de conocer, a través de las páginas web de estas instituciones, los balances y cuentas de resultados, las fuentes de financia-ción, el destino de los recursos económicos y otros aspectos relativos a este tema (Gráficos 35 y 36).

Los principales resultados obtenidos por la eva-luación son los siguientes: sólo el 15% de las pá-ginas web analizadas contienen información eco-nómica sobre los proyectos y actividades que se realizan; el 4% de las instituciones muestran la procedencia de los recursos económicos que ges-tionan, y el 8%, el destino de dichos recursos; el 54% muestran quiénes son sus financiadores y con qué otras organizaciones o instituciones cola-boran; sólo tres ONG, de un total de 52, colocaron un dictamen de auditoria externa en sus páginas web, y sólo una incluye sus estados financieros en la red. Sólo tres instituciones, finalmente exhiben certificaciones de calidad externa (el ISO 9001, por ejemplo).

GRÁFICO 35:

Procedencia de los recursos (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

GRÁFICO 36:

Destino de los recursos (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

3.4 Recursos humanos

Un elemento indicativo de transparencia en toda institución es el conocimiento público de quiénes conforman tanto sus órganos de gobierno como el equipo de trabajo con el que realizan sus actividades.

En Bolivia, sólo el 38% de las páginas web de las ONG tiene alguna información sobre su Junta Directiva; el 25% lo describe en su totalidad y el resto sólo menciona su existencia. Por otra parte, sólo el 35% presenta a algunos de los profesionales que trabajan en la institución, y sólo el 15% deta-lla la nómina de todo el personal con nombres y apellidos así como el cargo que desempeñan en las instituciones (Gráfico 37).

GRÁFICO 37:

Junta Directiva (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est. Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

100%

80%

60%

40%

20%

0%

100%

80%

60%

40%

20%

0%

100%

80%

60%

40%

20%

0%

Bolivia Bolivia

Bolivia

Explicitan Explicitan

Explicitan

No la explicitan No la explicitan

No la explicitan

España España

España

4%

25% 30%

75% 70%

12%

96%

8% 7%

92% 93%

88%

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Respecto a la estructura Organizativa, el 44% de las ONG tiene alguna descripción de esta natura-leza, pero solo el 31% la detalla. Sólo el 13% pre-senta un organigrama de la institución.

3.5 Trabajo en red

El trabajo en red es también, a juicio de las propias ONG, un ejercicio de efectividad de su trabajo, de transparencia y de rendición de cuentas. En Boli-via, el 38% de las organizaciones analizadas cita las redes de ONG en el país, y el 19% señala clara-mente las redes a las que pertenecen (Gráfico 38).

GRÁFICO 38:

Trabajo en Redes (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

3.6 Accesibilidad, interactividad y actualización de la información

Las páginas web son, en muchos casos, la prime-ra vía de contacto de una organización con la po-blación. Es pues obvio que las instituciones que cuentan con una página web ofrezcan datos bási-cos como la dirección postal, el correo electrónico o sus teléfonos. Sin embargo, el 33% de las ONG en Bolivia no detallan en su web estos datos básicos.

Por otra parte, los espacios web analizados son, en su gran mayoría, espacios unidireccionales, no cuentan con herramientas interactivas de par-ticipación. Sólo el 23% de las páginas web de las instituciones evaluadas disponen de un espacio interactivo de intercambio de opiniones con los visitantes (foros, comentarios a las noticias, etc.) (Gráfico 39).

GRÁFICO 39:

Accesibilidad a la información (Comparación Bolivia-España)

Fuente: Est: Percepción ONG, Análisis WEB ONG.Nov-2010 REAL DATA SRL

En ese mismo sentido, son muy pocas las ONG

que mantienen permanentemente actualizadas

sus páginas web, y es muy llamativo que sólo el

17% actualice la información con una periodicidad

inferior a un mes.

100%

80%

60%

40%

20%

0%

100%

80%

60%

40%

20%

0%

Bolivia

Bolivia

Explicitan

Explicitan

No la explicitan

No la explicitan

España

España

38%

67%

39%

93%

33%

7%

62% 61%

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III. Recuento

Este acápite final pretende sintetizar, a manera de recuento (o re-cuento, como se prefiera), la in-formación hasta aquí desarrollada. Y se lo quiere hacer situando, primero, el “Estudio de Percepción sobre la Efectividad del Trabajo de las Organiza-ciones No Gubernamentales (ONG) en Bolivia” realizado en el periodo 2010-2012, en el inevitable contexto político nacional actual; buscando, luego, “conectar” ese contexto con la reforma de la coo-peración internacional para el desarrollo —larga y detalladamente reseñada en el primer acápite de este texto— destacando los aspectos más rele-vantes de sus ecos en Bolivia a partir de un par de preguntas; describiendo, después, brevemente, los principales datos que entrega el Estudio de Per-cepción (la Encuesta Nacional y las Entrevistas), para así —con toda esa información— intentar responder la traviesa pregunta que le sirve de tí-tulo a este texto: ¿Qué diablos son las Oenegés?

Cuarenta años de oenegés y el contexto po-lítico actual. Es casi un lugar común —y hasta casi un sentido común— afirmar, con trazos muy gruesos (quizá demasiado gruesos, pero útiles), que la historia de las oenegés en Bolivia ha ini-ciado su andadura en la década de los años 70, en plena batalla contra la dictadura de entonces; que luego, una vez instalada la democracia, ya en el decenio de los 80, estas instituciones desplegaron sus actividades en ámbitos del desarrollo social y allí donde el Estado marcaba su ausencia; que des-pués, a partir de los primeros años de la década de los 90, las oenegés se enfrascaron en la defensa y promoción de los derechos económicos, sociales y culturales, y en la defensa del medio ambiente, cuando estaban en curso las llamadas “reformas estructurales” de entonces; y que luego, en los pri-meros años del nuevo siglo, sumaron sus voces y

acciones a las luchas de diversos sectores sociales, especialmente las luchas de las organizaciones campesinas e indígenas por la inclusión social, la participación y las reformas del Estado.

Si esas son, han sido, o pueden ser, las “cuatro estaciones” de la corta historia de cuatro décadas de las oenegés33 en Bolivia, hoy, en plena vigencia del Estado Plurinacional, en medio del todavía lla-mado “proceso de cambio” y en pleno ejercicio del “gobierno de los movimientos sociales”, el futuro inmediato de estas instituciones, si se lo imagina desde la perspectiva de lo que las oenegés hicieron en el país en esos 40 años y desde lo que se dice de ellas desde el actual Gobierno, ese futuro inmedia-to parece al menos incierto.

Incierto, no sólo por el cada vez más restrictivo escenario de acceso a los recursos financieros que otorgan los países donantes, ya sea por la crisis económica que atraviesan esos países, especial-mente los de Europa, o porque Bolivia, al conver-tirse en un país de “ingresos medios”, dejó de ser un país prioritario para la cooperación internacio-nal que ha volcado su mirada a países de África y Asia (así lo expresan varios de los ejecutivos de las oenegés nacionales e internacionales entrevis-tados/as por el Estudio de Percepción).

Incierto también el futuro inmediato de las oene-gés en Bolivia porque, debido a las transformacio-nes políticas, económicas y sociales ocurridas en el país durante los últimos años, gran parte de sus objetivos (sus propuestas, planes y programas), desarrollados en cuatro décadas de trabajo en el país, han sido asumidos por el Estado e incluso

33 Una necesaria y hasta imprescindible previsión: cuando se escribe aquí “las oenegés”, se quiere referir ese universo múltiple, diverso y variopinto que muy difícilmente resiste la generalización; esa ge-neralización, sin embargo, es inevitable para los fines de este texto.

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incorporados en la Constitución Política del Es-tado aprobada en referéndum nacional en enero de 2009 (varios de los ejecutivos de oenegés na-cionales entrevistados/as afirman, incluso, que una buena parte de los logros del actual proceso político boliviano se deben al trabajo de estas ins-tituciones).

Finalmente, y también como parte del contexto po-lítico nacional actual que rodea la actividad de las oenegés, no puede soslayarse una pieza central de ese contexto, y esa pieza es la sostenida agresivi-dad del discurso oficial sobre estas instituciones. Ya se han mencionado aquí las palabras del pri-mer mandatario cuando, en octubre de 2009 y en una conferencia de prensa con periodistas de me-dios de comunicación extranjeros, acusó a “algu-nas oenegés” de convertir a los pobres, a los indí-genas y al medio ambiente, en un “gran negocio”34. El segundo mandatario, por su parte, ha publicado un libro cuyo título es suficientemente expresivo del mencionado discurso oficial35. A ello se suma la redacción de una “ley de oenegés” a cargo del Eje-cutivo y en manos de la Asamblea Legislativa Plu-rinacional, cuyos alcances todavía no se conocen y la reciente aprobación de la Ley 351 de Otorgación de Personalidades Jurídicas en marzo de 2013.

Hay pues, en general, y para decirlo con no poca elegancia, un ambiente tenso y crispado entre el actual Gobierno y la oenegés, lo cual, si bien no es una novedad —otros gobiernos asumieron una actitud parecida en años pasados—, sí resulta un hecho paradójico pues la Constitución Política del Estado garantiza la libertad de asociación y, como

34 http://www.publico.es/internacional/256964/evo-morales-las-ongs-usan-a-los-pobres-para-vivir-bien

35 “El ‘oenegismo’, enfermedad infantil del derechismo”: http://www.vicepresidencia.gob.bo/IMG/pdf/el-oenegismo.pdf

apunta uno de los ejecutivos de la Cooperación Internacional entrevistados/as por el Estudio, el Gobierno de Morales, a diferencia de otros, se ca-racteriza por haber reclutado en sus filas, antes y ahora mismo, a un numeroso grupo de funciona-rios que han trabajado durante años en oenegés. Una paradoja más en un país paradojal, se diría.

Puede decirse, por tanto, y en síntesis, que el con-texto político nacional se ofrece para las oenegés con una alta carga de vulnerabilidad política cu-yos perfiles, si se piensa en las cuatro décadas de su presencia en el país, presentan más desafíos que certezas.

Los ecos de la reforma de la cooperación in-ternacional en Bolivia. Pero si es ése el escenario nacional actual en el que las oenegés desarrollan su trabajo, resulta imprescindible situar la labor de estas instituciones —si se quiere remontar el tantas veces estrecho horizonte nacional— en el contexto de la reforma de la cooperación interna-cional para el desarrollo iniciada el primer año de este siglo, en septiembre del año 2000, en aque-lla Asamblea de Naciones Unidas que establece los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio y que, poco después, se plasma en el Consenso de Monterrey36 y en marzo de 2005, en la llamada Declaración de París, cuando los gobiernos de 123 gobiernos (el de Bolivia, entre ellos) y las institu-ciones que gestionan la ayuda para el desarrollo deciden emprender la mencionada reforma.

Y no es un exceso utilizar aquí la palabra “im-prescindible”, porque es en ese proceso de refor-ma, y en especial en el extenso debate que pro-movió entre gobiernos, agencias de cooperación y

36 Conferencia sobre Financiamiento para el Desarrollo, realizada en México, 2002

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Organizaciones de la Sociedad Civil (las oenégés, entre ellas) sobre “la eficacia de la ayuda para el desarrollo” —desde ese 2005 en París hasta el año 2011, en Corea del Sur, cuando se aprueba la nom-brada ”Alianza de Busan para la Cooperación Efi-caz al Desarrollo”—, donde se pueden buscar, en gran medida, respuestas ya no sólo a la pregunta que preside este texto (qué diablos son las oene-gés), sino a otras semejantes y quizá más impor-tantes como las siguientes: (1) ¿qué compromisos ha asumido el actual Gobierno Nacional en la se-ñalada reforma de cooperación internacional para el desarrollo y cómo y en qué grado los viene cum-pliendo?; (2) ¿los recursos financieros que ha reci-bido el país por parte de esa cooperación han sido verdaderamente orientados a resolver las causas estructurales de la pobreza y la inequidad, o sólo han servido para sostener acciones paliativas de alivio a la pobreza?

Las respuestas a estas preguntas “umbilicalmen-te” relacionadas, deberían ofrecernos un panora-ma preciso del impacto o, como se dice aquí, de los ecos que la reforma de la cooperación internacio-nal ha provocado en Bolivia y de las condiciones del entorno para el diálogo político entre múltiples actores. Veamos.

Respecto de la primera pregunta, la sola mención de los compromisos asumidos por el Gobierno Na-cional, primero en la Declaración de París (marzo, 2005), y luego ratificados y firmados en la Alianza de Busan (diciembre, 2001), expresan, a manera de respuesta, el grado de cumplimento de esos compromisos. Y esos compromisos, ya reseñados aquí, son los siguientes:

· (1) La apropiación de las prioridades del desarrollo por parte de los propios países en desarrollo, cuyo prerrequisito es, justa-mente, una alianza real y efectiva de todos los actores del desarrollo, liderada por los gobier-nos de esos países, sobre la base de propuestas que respondan a sus necesidades e intereses;

· (2) Un enfoque en los resultados, para obte-ner un impacto duradero en la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades, el desarrollo sostenible y en la mejora de las capacidades de los países en desarrollo;

· (3) Las alianzas incluyentes para el desa-rrollo, reconociendo la diversidad, roles y ta-reas complementarias de los distintos actores del desarrollo;

· (4) La transparencia y responsabilidad compartida, es decir, la rendición de cuentas ante los beneficiarios de la cooperación, la ciuda-danía, las organizaciones y socios del desarrollo.

Si a la lectura detenida y cuidadosa de estos com-promisos se la añade una mirada atenta del lec-tor a la realidad política e institucional del país —un lector bien informado sobre los vericuetos del mundo de la cooperación internacional, claro—, es altamente probable que ese lector concluya que esos compromisos asumidos por el Gobierno Na-cional son apenas un murmullo de ese lejano mun-do en el país.

Pero si no se trata de ese tipo de lector, hará falta remitirse a los informes del propio Gobierno37. Uno de ellos es el denominado “Evaluación Nacional de la Declaración de París, Fase II”, publicado por el Ministerio de Planificación del Desarrollo el año 2010, a través de una de sus reparticiones, el Vice-ministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo, VIPFE. En este informe se presenta un expresivo cuadro titulado “Gestión por Resultados / Valoración del progreso desde 2005”, relativo al cumplimiento de uno de los cuatro compromiso asumidos por el Ejecutivo en París, el referido al Enfoque en los Resultados, y en el que destaca notoriamente la palabra “POCO” (Cuadro 3):

37 Entre los compromisos puntuales asumidos por el Gobierno Na-cional en torno a la Declaración de París están las tareas de se-guimiento, evaluación, documentación y análisis de la marcha de dichos compromisos. Así, el Ejecutivo publicó, en 2008, la “Evalua-ción de la Declaración de París, Fase I”, y en 2010 la “Evaluación Nacional de la Declaración de París, Fase II”. Estos informes, sin embargo, no han merecido difusión pública por parte del Gobierno Nacional.

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CUADRO 3:

Gestión por resultados / valoración de progresos desde 2005

DimensiónValoración de

Progreso desde 2005

Justificación

Gestión por Resultados: Ma-yor capacidad del país para desarrollar y aplicar estrate-gias nacionales orientadas ha-cia resultados.

Poco

Las debilidades institucionales, deficiencias de gestión, la frecuen-te rotación del personal, las reglas y procedimientos complejos, los sistemas incompletos de planificación, información, ejecución, y de control financiero y presupuestario, limitan el avance hacia la Ges-tión por Resultados.

Marco de información y eva-luación orientados hacia re-sultados.

PocoPocas instituciones realizan esfuerzos por establecer indicadores para el seguimiento y evaluación de los efectos e impactos de sus actividades, productos y objetivos.

Programación de donantes y recursos vinculados a resul-tados de desarrollo (vínculos entre gastos y resultados).

PocoLa mayoría de programas y proyectos realizan seguimiento y moni-toreo concentrados en ejecución física y no en resultados.

Apoyo conjunto para el desa-rrollo de capacidades orienta-do a los resultados.

Poco

La Cooperación Internacional apoya el fortalecimiento de capacida-des de gestión dirigida a resultados en algunas entidades públicas. Sin embargo, no se percibe un esfuerzo sistemático en esta direc-ción para la capacitación de recursos humanos con este objetivo.

Fuente: Informe de Evaluación Nacional de la Declaración de París (Fase II), VIPFE, 2008.

Este informe del VIPFE, además, entrega una conclusión clara y sin ambages: “En Bolivia no existe una cultura de gestión por resultados en el Estado”. Es evidente, pues, como se señala en este texto (en el punto 3 de la primera parte: “Bolivia y la todavía tímida y frágil reforma de la coope-ración”), que existe un incuestionable rezago na-cional respecto de los compromisos asumidos por el Gobierno Nacional en la Declaración de París y ratificados después en la Alianza de Busan.

La segunda de las preguntas planteadas en este acápite —¿los recursos que ha recibido el país por parte de la cooperación han sido verdaderamente orientados a resolver las causas estructurales de la pobreza y la inequidad, o sólo han servido para sostener acciones paliativas de alivio a la pobre-za?—, es una pregunta de la Red de oenegés UNI-TAS contenida en el Informe de la Realidad de la Ayuda 2011 titulado “Efectividad del Desarrollo en Bolivia: un proceso en gestación”, un informe que evalúa los avances de la Declaración de París en el país desde la perspectiva de la sociedad civil.

La pregunta de UNITAS, desde la perspectiva del país y en medio del intento de reformar la coo-peración internacional, tiene un enorme sentido, pues se trata de saber, a partir de la evaluación y monitoreo de los flujos de recursos financieros recibidos por Bolivia, si ese dinero ha servido para revertir, tal como dice UNITAS, la larga tendencia de reproducción de la pobreza en el país; se trata de saber, en sustancia, qué se ha hecho en Bolivia, en poco más de cuatro décadas, con el dinero que ha llegado al país bajo el rótulo de “Ayuda Oficial para el Desarrollo”.

Sería éste, además —si la pregunta de UNITAS pudiera ser respondida—, el punto de partida, en el país, de la reforma de la cooperación interna-cional bajo los compromisos asumidos por el Go-bierno Nacional en París y en Busan. El empeño supondría, por supuesto, como lo apunta UNITAS, “evaluar la relación entre los diferentes actores del desarrollo y su ámbito de actuación, sus prio-ridades estratégicas y sus resultados sujetos a metas de corto, mediano y largo plazo”, una tarea

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penosamente imposible de hacer en el país “por la ausencia de procesos para evaluar los resultados e impactos alcanzados por la administración públi-ca”, como señala UNITAS, o, como diría la actual gestión de Gobierno, porque “en Bolivia no existe una cultura de gestión por resultados en el Esta-do” (Cuadro 3).

Esta imposibilidad —“la imposibilidad de gestio-nar la Ayuda Oficial al Desarrollo en base a re-sultados por la ausencia de la participación so-cial en su planificación y ejecución”, como anota UNITAS—, podría, sin embargo, desde la mirada de un observador acucioso, ser asumida como un “problema técnico” que podría resolverse apelan-do, precisamente, a los compromisos que los go-biernos de 123 países asumieron en la Declaración de París y luego en la ciudad portuaria de Busan, Corea del Norte, compromisos justamente creados para eso, para reformar la cooperación interna-cional (¡valga la obviedad de la reiteración!). Para ello, empero, hace falta convertir en realidad ese par de palabras tan pedestres como útiles en el escenario nacional: voluntad política. Voluntad política para construir una alianza real y efecti-va entre todos los actores del desarrollo en el país (compromiso 1, París-Busan); voluntad política para enfrentar la lucha contra la pobreza y las des-igualdades en base a una gestión de recursos por resultados (compromiso 2, París-Busan); alianzas incluyentes para el desarrollo, reconociendo la di-versidad, roles y tareas complementarias de los distintos actores del desarrollo (compromiso 3, Pa-rís-Busan); y rendición de cuentas, transparentes y compartidas, ante la ciudadanía (compromiso 4, París-Busan).

Hay razones pues, para entender por qué el men-cionado Informe de la Realidad de la Ayuda 2011 de UNITAS concluye que la efectividad del desa-rrollo en Bolivia es apenas un “proceso en gesta-ción”, es decir, un proceso que todavía no ha naci-do, que no ha visto la luz.

Inevitablemente hay que abordar una última pre-gunta que motivó la realización de este estudio en el periodo 2010-2012 y es la referida al rol de las ONG en Bolivia. Los datos que entrega la En-cuesta38 Nacional refieren una percepción positiva de la población sobre el trabajo de las ONG en el país. Dichos datos señalan que dos de cada tres bolivianos valoran el trabajo de las oenegés como importante; más de la mitad de las personas en-cuestadas considera que las áreas de trabajo más significativas de las oenegés son la educación y la salud; similar porcentaje expresa confianza ante la efectividad del trabajo de estas instituciones y una mayoría (el 35% de las personas encuestadas) señala que es la población más pobre del país la beneficiaria directa de su trabajo.

En cuanto a las 74 entrevistas realizadas por el Estudio de Percepción, desarrolladas en el apar-tado dos de la segunda parte de este texto, hay en ellas, en general, a la hora de examinar el trabajo desarrollado por las oenegés en el país durante los últimos años, un tono reflexivo y de evaluación au-tocrítica, tanto en los ejecutivos de la cooperación internacional como en los líderes de las oenegés nacionales e internacionales entrevistados/as. Las voces críticas a ese trabajo, aunque no generaliza-das, surgen de algunos líderes de los movimientos sociales y, en particular, del alto funcionario gu-bernamental entrevistado.

Breve biografía39 de las oenegés y su rol. Un primer acercamiento a lo que son (o quieren ser) las oenegés, desde su historia, es aquél pronun-ciamiento, fundador y decidor, del protestante Consejo Ecuménico de las Iglesias (una oenegé confesional) que en 1958 recomendó a los países industrializados destinar por lo menos el uno por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) a la ayuda para los “países en desarrollo”. Hoy, a poco

38 Encuesta realizada en julio de 2010, en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, aplicada a 1.749 personas mayo-res de 18 años, bajo la única condición de que esas personas hayan escuchado, alguna vez, hablar de las oenegés,

39 Biografía “no autorizada”, por supuesto, y nacida de las lecturas que sirvieron para construir este texto.

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más de medio siglo de ese pronunciamiento, otra organización no gubernamental, la Asociación por una Tasa a las Transacciones Cambiarias para Apoyar a los Ciudadanos (ATTAC40), está a punto de conseguir uno de sus objetivos en Europa: el es-tablecimiento de una pequeña tasa impositiva (la conocida Tasa Tobin) a las transacciones financie-ras realizadas en los mercados internacionales de divisas bajo el propósito de frenar la especulación financiera y transferir recursos a la economía real.

Si esa es una suerte de “carta de presentación” de las oenegés (las de ayer y las de hoy), no es menos significativo el decurso de estas instituciones que en el decenio de los 80 del pasado siglo —cuan-do ya se habían consolidado como esas entidades de la sociedad civil entre cuyas virtudes destacan su autonomía institucional, su funcionamiento flexible y poco burocrático, junto a su capacidad de captar recursos públicos y privados, y, en es-pecial, de construir un capital político sustentado en el respaldo social que obtienen—, jugaron un papel relevante ya no sólo en la construcción de la arquitectura de la cooperación internacional para el desarrollo, sino en su transformación, aquella que comenzaría a ocurrir en la década de los 90, cuando se formula el marco conceptual del ahora tan conocido Desarrollo Humano41.

Pero es en la primera década de este siglo, entre los años 2008 y 2011, y en el marco de la inten-sa y extensa movilización de las Organizaciones de la Sociedad Civil para decir su palabra en el denominado “Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo”, realizado en Busan, Corea del Sur, entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre de 2011, y de donde emergería la

40 ATTAC se define a sí misma como un “movimiento independiente que se autofinancia y se propone llevar a cabo una triple tarea: 1.- educación popular, 2.- influir democráticamente con sus apor-taciones en los movimientos sociales y organizaciones políticas y sindicales y 3.- movilización social”.

41 “No hay que olvidar que este enfoque [el del Desarrollo Humano] recogió, valorizó y sistematizó las innovaciones que habían empe-zado a darse a lo largo de los años 80, sobre todo gracias al tra-bajo y a las experiencias innovadoras realizadas por las oenegés de cooperación internacional”, afirma el sociólogo e investigador social italiano Carlo Tazzara, el año 2010, en su Breve historia de la cooperación internacional al desarrollo.

llamada “Alianza de Busan para la Cooperación Eficaz al Desarrollo”, cuando las oenegés perfilan, con mayor precisión que nunca, su papel como ac-tores independientes del desarrollo.

Fue en septiembre del año 2008, en Accra, capital de Ghana, en el “Tercer Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo”, tres años después de la Declaración de París (2005), cuando los gobiernos de los países que otorgan y reciben la ayuda para el desarrollo, y las instituciones que la gestionan, convocaron a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) a sumarse a la reforma de la cooperación internacional para el desarrollo reco-nociéndolas, primero, como “actores independien-tes por derecho propio en el ámbito del desarrollo”, e invitándolas, después, a “reflexionar sobre cómo pueden aplicar los principios de la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda, desde su pers-pectiva particular”.

Las OSC recogen el compromiso e interés de los gobiernos de países donantes y receptores de la ayuda, expresado en el Programa de Acción de Accra, de “asegurar que las contribuciones de las OSC al desarrollo alcancen todo su potencial”. Sin embargo, al no ser signatarias de la Declaración de París no consideran que ésta les sea aplicable, pues enmarca la eficacia de la ayuda desde la pers-pectiva de los donantes, gobiernos receptores y ca-nales internacionales de recursos de la ayuda. Las OSC, argumentan que su lugar en la arquitectura de la ayuda no emerge de su papel como donantes o receptores de la ayuda, sino de una variedad de funciones socio-económicas en el desarrollo, todas basadas en el atributo definitorio de la solidaridad social. Estas funciones van desde la movilización de comunidades de base, al monitoreo de políti-cas y prácticas gubernamentales, la provisión de servicios y programas y la educación de la opinión pública y la promoción de valores sociales de soli-daridad y justicia social. Además de no incorporar una reflexión sobre estas funciones, la Declaración de París se concentra en la entrega y gestión de

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la ayuda, y las OSC argumentan, desde una pers-pectiva de derechos humanos, que la eficacia del desarrollo se relaciona con el impacto y acciones de los actores del desarrollo, incluyendo donantes y gobiernos socios, en la mejora de la vida de las personas pobres y marginalizadas.

Ni cortas ni perezosas, las OSC —y las oenegés en primera línea— organizaron dos Asambleas Mun-diales (la primera en septiembre de 2010, en Tur-quía, y la segunda en junio de 2011, en Camboya) de donde provienen dos sendos documentos/mani-fiestos en los que más de 170 OSC de 82 países expresan, no sólo sus principios y su “compromiso para mejorar la eficacia de la sociedad civil como actora del desarrollo”, sino su postura política e ideológica respecto del “desarrollo”. Con ese “equi-paje”, las OSC acudirían al encuentro de Busan, en Corea del Sur (diciembre de 2011), donde todos los actores del desarrollo (jefes de Estado y repre-sentantes de gobiernos, organismos bilaterales y multilaterales, agencias de cooperación y organi-zaciones públicas, de la sociedad civil, privadas, parlamentarias, locales y regionales) firmarían una alianza, la “Alianza de Busan para la Coope-ración Eficaz al Desarrollo”.

En esos dos documentos/manifiestos —los Princi-pios de Estambul para el trabajo de las OSC como actoras del desarrollo (Estambul, 29 de septiembre de 2010), y el Marco Internacional para la Eficacia del Desarrollo de las OSC (Siem Reap, 28 y 20 de junio de 2011)—, las oe-negés definen lo que son (o lo que quieren ser). Se definen, en primer lugar, como “una característica viva y esencial en la vida democrática de los paí-ses a lo largo y ancho del mundo”, y se describen, después, como actores del desarrollo que “se ca-racterizan por ser voluntarias, diversas, no-parti-distas, autónomas, no-violentas, y trabajan por el cambio”.

A propósito del “desarrollo”, las OSC —y las oene-gés entre ellas— dicen que “no asumen un único modelo de desarrollo, sino que se concentran en

las personas y sus organizaciones, empoderándo-las para que puedan elegir cómo se desarrollan”. Para las OSC, “el desarrollo requiere estar abierto a muchas alternativas, que incluyen cada vez más los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental (los límites de la Tierra) y otros conceptos de las poblaciones indígenas como el de ‘vivir bien’ ”.

Y a partir de ese soporte conceptual, las OSC seña-lan que se proponen, a través de sus acciones y en la escena de la cooperación internacional, dar lu-gar a “un cambio sustancial que haga frente tanto a las causas como a los síntomas de la pobreza, la desigualdad y la marginalización, adoptando posi-ciones y tomando partido, e involucrándose direc-tamente con las poblaciones en condición de pobre-za, no como víctimas, sino como actores sociales y políticos del desarrollo por derecho propio”.

Por todo ello, las OSC redondean su concepto del desarrollo como “un proceso social y político que se basa tanto en la participación y el compromiso de los pueblos para hacer realidad sus derechos, como en la consecución de resultados de desarro-llo”, un desarrollo en el que ellas mismas se consi-deran “protagonistas políticas del cambio, a la vez que defensoras y proveedoras de bienes públicos”. A su vez, el concepto de la eficacia del desarrollo enfatiza la necesaria diversidad y complementa-riedad de instrumentos, políticas y actores para logar el impacto del desarrollo.

Las OSC son ampliamente vistas como expresio-nes del derecho a la reunión pacífica, a la libre asociación y a la libre expresión, y no pueden con-tribuir de forma efectiva al desarrollo si los donan-tes, gobiernos y otros involucrados no proporcio-nan un ambiente propicio y habilitante para que desarrollen su acción tomando en consideración las realidades y necesidades que tienen.

Una de las implicancias centrales del marco de los derechos humanos para la evaluación de la efica-cia del desarrollo, es el reconocimiento de que el

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cambio efectivo y duradero no tendrá lugar en au-sencia de la ciudadanía activa. Las acciones para enfrentar la pobreza y la desigualdad en cualquier sociedad y globalmente, son intrínsecamente po-líticas. Las OSC como actores del desarrollo son agentes de cambio social y, como tales, son tam-bién actores políticos fundamentales en la cons-trucción de una cultura democrática.

Apelando una vez más a ese imaginario lector “protagonista” de estas líneas, es altamente pro-bable que ese lector concluya que esta biografía de las oenegés —a cargo de las oenegés— se ajusta razonablemente a la tantas veces inaprensible realidad. Es probable también que ese lector (co-nocedor de la realidad del país), después de leer esa biografía y las largas páginas previas que la

acompañan, concluya que en el caso de países como Bolivia, y a la hora de definir a las oenegés y a su trabajo, y quizá coincidiendo con uno de los ejecutivos de esas instituciones entrevistados por el Estudio de Percepción (“lo que hemos logrado en el país es apenas un terrón de azúcar en un turril de agua”, decía ese entrevistado), concluya que las oenegés han sido, son, y quizá lo sigan siendo, en el ámbito del desarrollo, las “muletas” de un país, un Estado y unos gobiernos parapléjicos. Y parece ser que hoy, en la actual gestión de Gobierno, las oenegés padecen la malhadada suerte de ser “víc-timas” de su propio éxito. En todo caso, y a contra-mano de lo que sugiere el título de este texto, las oenegés no parecen ser unos temibles “demonios”. ¿O sí?.

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ANEXOS

ANEXO 1:

Componente Cuantitativo: Encuesta Nacional

Objetivos de la Investigación

Conocer la percepción de la población boliviana sobre las ONG’s respecto de la efectividad de su trabajo en temas de desarrollo en el territorio na-cional. Específicamente:

· Conocer los medios a través de los cuales se in-forma la población sobre las ONG’s.

· Determinar cuantitativamente la valoración del trabajo que realizan, las áreas de trabajo de mayor aporte y una calificación general a las ONG’s.

· Determinar / posicionar el estado de los facto-res que inciden en la transparencia, legitimi-dad y credibilidad de las ONG’s (aquellos que puedan ser medibles en el público en general).

· Percepciones sobre el ambiente de trabajo de las ONG’s.

Metodología

Ámbito geográfico: El estudio se ha realizado en las ciudades del eje, específicamente a las áreas urbanas de las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto.

Público objetivo: Se definió como informante principal a las personas de 18 o más años de edad de ambos sexos y que hayan tenido algún nivel de

relación con las ONG’s o que por lo menos hayan escuchado hablar sobre las mismas, definiendo así dos segmentos principales para el análisis: 1) personas con un nivel de experiencia directa sobre ONG’s, y; 2) personas con un nivel de experiencia indirecta.

Muestra estudio ONG’s: Considerando que los ho-gares incluidos en la muestra base sigue el método aleatorio, no existe obstáculo alguno para que a partir de esta muestra se proceda con la selección de los individuos de 18 años o más al interior de estos hogares. Por tanto, el estudio corresponde a una submuestra de individuos dentro de la mues-tra base de hogares.

Para garantizar la representatividad de la pobla-ción de 18 años o más tanto hombres como muje-res y de diferentes edades, durante la selección del informante se procedió al cumplimiento de cuotas por edad y sexo. Las cuotas por edad se definieron en tres grupos (18 a 29 años, 30 a 49 años y 50 años o más) tanto para hombres como para muje-res, quedando definida una cuota total por zona de 10 casos que responde a la estructura que presen-ta la población, y convirtiéndose, dicha cantidad, en la mínima posible de levantar en un segmento muestral.

Otro factor a tomar en cuenta fue que el entrevis-tado seleccionado tenga conocimiento o haya es-cuchado hablar sobre las ONG’s que trabajan en el país, lo cual generó una dificultad de selección del informante, pero que fue afrontada mediante la asignación de una mayor cantidad de viviendas durante el proceso de selección aleatoria.

Page 88: ¿Qué diablos son las Oenegés?

87

Cuadro 2:

Estructura del universo según grupos de edad y sexo y cuotas por área estratégica

Edad

Distribución porcentual de la población por edad y sexo (En porcentaje)

Cuota por segmento muestral (zona)

Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres

18 - 29 19,09 20,40 39,49 2 2

30 - 49 19,23 21,42 40,65 2 2

50 + 8,89 10,98 19,86 1 1

Total 47,24 52,76 100,00 10 Casos

Fuente: Diseño metodológico Ómnibus DESEMPLEO III - 2010

Muestra alcanzada: La muestra total recolectada alcanzó a 1.749 casos42 proporcionando un error muestral de ±2,34% y de ±4,8% por ciudad, ambos calculados con la fórmula referida al 95% de con-fiabilidad, lo cual proporciona un buen tamaño de muestra para el análisis esperado y no afecta de ninguna manera a la representatividad esperada inclusive para el grupo de personas con experien-cia directa con las ONG’s.

Trabajo de campo y procesamiento de infor-mación: El trabajo de levantamiento de datos fue realizado desde el 28 de junio hasta el 25 de julio de 2010, y de forma paralela se procedió con la va-lidación, codificación y digitación de los cuestiona-rios.

La principal dificultad durante el trabajo de cam-po fue el cumplimiento de cupos con personas que

42 Se identificaron dos justificativos para no llegar a la muestra pla-nificada, por un lado, la dificultad planteada para el trabajo de campo de añadir la condición adicional para la selección del entre-vistado que es el que conozca sobre ONG’s, y por otro, se identificó durante el trabajo de recolección que en las zonas pobres, muy po-bres o entre personas de niveles socioeconómicos bajo o muy bajo, se percibió un desconocimiento más alto, ambos factores coadyu-varon con la extensión significativa del tiempo de trabajo original-mente planificado, pues en algunas zonas inclusive se recorrieron todos los manzanos infructuosamente.

hayan tenido experiencia directa o indirecta con ONG’s. Por tanto, el tiempo inicialmente planifi-cado se extendió debido a que tuvo que recorrerse más viviendas y manzanos para cumplir con los cupos. A pesar de existir la previsión de vivien-das adicionales en cada zona (sorteadas aleato-riamente al inicio del trabajo), en algunas zonas, especialmente de niveles bajos o muy bajos, tuvo que recurrirse a un sorteo de viviendas adicional debido a que se evidenció un desconocimiento ex-tremadamente alto sobre el tema.

Para la digitación de la información se utilizó el programa SPSS Data Entry. Se aplicaron todos los condicionamientos necesarios a través de reglas y rangos, verificándose el 100% de la información y alcanzando la consistencia requerida para la in-formación.

El procesamiento de los datos se realizó mediante SPSS for Win 13.0 del cual se obtuvieron las ta-blas estadísticas43 del estudio que se convirtieron en el insumo principal del presente Informe de Re-sultados.

43 Ver ANEXO 2 Tablas estadísticas

Page 89: ¿Qué diablos son las Oenegés?

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ANEXO 2:

Componente Cualitativo: Entrevistas

Objetivos y alcance

Se realizó un estudio cualitativo de percepción y evaluación de la efectividad de las ONG desde la opinión del Estado, la cooperación Internacional y de la propia sociedad civil. Específicamente se buscó:

· Determinar cuál es el rol de las OSC.

· Determinar cuál es el aporte de las OSC al tema de desarrollo.

· Determinar cuáles son los procedimientos de rendición de cuentas que llevan a cabo las ONG.

· Determinar cuál es la percepción del Estado acerca de la transparencia y los procedimientos de rendición de cuentas de las ONG.

Metodología

Técnica de investigación: Para cumplir con los ob-jetivos del estudio se utilizó la técnica de la entre-vista dirigida a autoridades estatales, represen-tantes de ONG, de la Cooperación Internacional y de Organizaciones Sociales.

Se utilizó la entrevista estandarizada semi-estruc-turada por las siguientes ventajas:

· Se adapta a una función referencial, es decir lo que representa una comunicación descriptiva.

· El estilo especialmente abierto de esta técnica permite la obtención de una gran riqueza in-formativa, contextualizada en las palabras y enfoques de los entrevistados.

· Proporciona la oportunidad de clarificación y seguimiento de preguntas y respuestas en un marco de acción más directo, personalizado, flexible y espontáneo.

· Sobresale su ventaja de generar, principalmen-

te en la fase inicial de cualquier estudio, puntos

de vista, enfoques, hipótesis y otras orientacio-

nes útiles para traducir un proyecto sobre el

papel a las circunstancias reales de la inves-

tigación, o acoplarlo a la demanda del cliente.

· Puede preferirse por su intimidad (por aquellas

personas reacias a compartir vivencias), o por

su comodidad de no exigir desplazamientos del

entrevistado. Entre otros, favorece la transmi-

sión de información no superficial.

Sin embargo, es preciso aclarar que “las entre-

vistas en profundidad siguieron el modelo de una

conversación entre iguales, y no de un intercambio

formal de preguntas y respuestas (…) el propio in-

vestigador es el instrumento de la investigación,

y no lo es el protocolo o formulario de entrevista.

Muestra: Se recurrió a una muestra no probabilís-

tica definida por segmentos representativos (no en

lo estadístico) del público con capacidad de emitir

opiniones en base a experiencias directas sobre

los objetivos del estudio. Para la definición de los

informantes, se ha procedido a segmentar en di-

ferentes niveles y subniveles, en un primer nivel

se señala 4 públicos o grupos de informantes: Ins-

tituciones del Estado, Cooperación internacional,

ONG nacionales e internacionales, Organizacio-

nes sociales. Un total de 74 entrevistas realizadas.

Diseño de las guías de entrevistas: Se diseñaron

las guías de las entrevistas que se aplicaron to-

mando en cuenta los 4 públicos definidos previa-

mente, los cuales fueron sometidos al pre testeo

para garantizar la consecución de los objetivos del

estudio.

Operativo de campo: El operativo de campo tuvo

una duración de 8 semanas y contempló la concer-

tación de citas para las entrevistas; el diseño de

un cronograma de viajes y vistas; la grabación de

Page 90: ¿Qué diablos son las Oenegés?

89

todas las entrevistas y la preparación de archivos digitales de audio con sus respectivas transcripciones

en formato Word; el vaciado de la información en una matriz que sirvió como insumo principal para el análisis final de los resultados.

Informes y productos:

· Diseño y testeo de los instrumentos de recolección.

· Transcripción in extenso de las entrevistas (y grabaciones digitales).

· Matrices de vaciado de información

· Informe de resultados

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Estudio de percepcion sobre la OSC (UNITAS)

Lista de entrevistas transcritas

Nº Tipo Institución Cargo Entrevistado

1 ONG Nacional ASAMBLEA PERMANENTE DERECHOS HUMANOS DE BOLIVIA Presidenta Yolanda Herrera

2 ONG Nacional COLECTIVO CABILDEO Directora Ejecutiva Raquel Romero

3 ONG Nacional FUNDACIÓN SOLÓN Directora Ejecutiva Elizabet Peredo

4 ONG Nacional FUNDACION TIERRA Director Gonzalo Colque

5 ONG Nacional FUNDACION JUBILEO Director Ejecutivo Juan Carlos Nuñez Vidaurre

6 ONG Nacional COMUNIDAD DE DERECHOS HUMANOS Secretaria Técnica Mónica Baya

7 ONG Nacional PIEB (PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN ESTRATEGICA) Director Ejecutivo Godofredo Sandoval

8 ONG Nacional ITEI (Instituto de Terapia e investigación sobre las secuelas de la tortura y la violencia) Director Andrés Gautier

9 ONG Nacional AOPEB (Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia) Gerente General Carmen Sotomayor

10 ONG Nacional FUNDACIÓN UNIR Director Ejecutivo Antonio Aramayo Tejada

11 ONG Nacional CEFREC Director Ivan Sanjinés

12 ONG Nacional FOBOMADE (Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo) Presidente Evelin Mamani Patana,

Patricia Molina

13 ONG Nacional PRO-RURAL Director Ejecutivo Flavio Ralde Laguna

14 ONG Nacional Centro de Promoción de la Mujer GREGORIA APAZA

Directora Ejecutiva Cecilia Enriquez

15 ONG Nacional PROBIOMA Director Miguel Angel Crespo

16 ONG Nacional CENAC Director Ejecutivo Arnaldo Montero

17 ONG Nacional ISALP (Investigación Social y Asesoramiento Legal Potos!) Director Oscar Calisaya

18 ONG Nacional PROMUTAR, Tarija Directora Irma Mendoza

19 ONG Nacional IPTK (Instituto Politécnico Tomas Katari) Sucre Director Eduardo Barrios

20 ONG Nacional CEJIS (Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social) Director Leonardo Tamburini

21 ONG Nacional COLECTIVO REBELDIA Directora a.i. Mery Camargo Roca

22 ONG Nacional ALAS Director Ejecutivo Hugo Salvatierra

23 ONG Nacional CIPCA Pando Directora Roxana Cuevas Felada

24 ONG Nacional CEJIS Riberalta Directora Monica Lijerón Aponte

25 ONG Nacional CEDLA Director Ejecutivo Javier Gómez Aguilar

26 ONG Nacional SEMTA (Servicios Múltiples de Tecnologías Apropiadas) Director Gumercindo Benavides

Gutierrez

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91

27 ONG Internacional RED HABITAT Director Ejecutivo David Quezada

28 ONG Internacional SAVE THE CHILDREN Asesora de

Programa Bertha Pooley

29 ONG Internacional CHRISTIAN AID

Oficial de Programas para Bolivia

Emma Donlan

30 ONG Internacional

CIDCA (Centro Internacional de Cooperación para el Desarrollo Agrícola) Directora Sarah Metáis

31 ONG Internacional CARE

Jefe de Diseñoy Evaluación de programas

Ximena Echeverría

32 ONG Internacional

TROCAIRE (Agencia Católica Irlandesa para el desarrollo)

Regional Programme Manager

Hervé Bund

33 ONG Internacional

CAFOD (Agencia de la Iglesia Católica de Inglaterra y el País de Gales para el Desarrollo)

Representante para Bolivia Karen Luyckx

34 ONG Internacional HIVOS Representante Corina Straatsma

35 ONG Internacional DIAKONIA Representante Jorge Velasquez

36 ONG Internacional OXFAM GB Representante,

Director Simon Ticehurst

37 ONG Internacional AOS (Ayuda Obrera Suiza) Coordinador

NacionalGualberto Martín Perez Bustamante

38 ONG Internacional IBIS Dinamarca

Coordinador de Programa en Bolivia

David Choqueticlla

39 ONG Internacional AYUDA EN ACCIÓN (AeAB) Director de

Cooperación Oscar Aguilar

40 ONG Internacional

ICCO (Organización Intereclesiastica para la Cooperación al desarrollo)

Representante Regional Conny Toornstra

41 ONG Internacional SOLIDARIDAD INTERNACIONAL Asesora Dalitza Brozovic

42 ONG Internacional INTERMON - OXFAM BOLIVIA

Coordinador Técnico del Programa

Luis Camacho, Oscar Humerez

43 RED ONG AIPE (Asociación de Instituciones de Promoción y Educación) Director Ejecutivo Aquiles Dávalos Saravia

44 RED ONG FINRURAL (Asociación de Instituciones Financieras para el Desarrollo Rural) Gerente Nestor A Castro

Quíntela

45 RED ONG LIDEMA (Liga de Defensa del Medio Ambiente) Directora Ejecutiva Jenny Gruenberger

46 RED ONG PROCOSI (Programa de coordinación en la Salud Integral)

Iniciativas de Desarrollo Amparo Ergueta

47 Coop. bilateral Unidad de Servicios de Apoyo ACDI (Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional) Director Ejecutivo Gustavo Bracamonte

48 Coop. bilateral EMBAJADA DEL REINO DE LOS PAÍSES BAJOS, Holanda

Consejera y Jefa de Coop. de Embajada

To Tjoelker

Page 93: ¿Qué diablos son las Oenegés?

92

49 Coop. bilateral AECID Coordinador General

Sergio Martín-Moreno Llanos

50 Coop. bilateral AGENCIA SUECA PARA EL DESARROLLO ASDI

Jefa de Cooperación Ann Stodberg

51 Coop. bilateral Embajada Real de Dinamarca-DANIDA Sub-Jefa consejera de Cooperación

Hanne Carus, Ivette Long

52 Coop. multilateral

BID - BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO

Representante Sociedad Civil Delina Otazu

53 Coop. multilateral BANCO MUNDIAL Especialista en

Desarrollo Social Ruth Llanos

54 Coop. multilateral PNUD Asistente

Representación Gonzalo Calderón

55 Coop. multilateral DELEGACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA Apoyo a la

Sociedad Civil Monica Rodriguez

56 Coop. multilateral

UNIFEM (Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer)

Responsable de Programa Monica Mendizabal

57 Org. Social FEDERACION SINDICAL DE TRABAJADORES MINEROS DE BOLIVIA Secretario General Cesar Lugo Rodas

58 Org. SocialCSCB (Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia de Comunidades interculturales de Bolivia)

Secretario ejecutivo Pedro Calderón

59 Org. Social Federación de Trabajadores Fabriles de La Paz Secretario ejecutivo Wilson Mamani Quispe

60 Org. Social Confederación de Maestros Urbanos de La Paz Secretario ejecutivo José Luis Alvarez

61 Org. Social Confederación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia

Secretario de Finanzas Tito Pacheco

62 Org. SocialFNMCIOB (Federación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas de Bolivia “Bartolina Sisa”)

Secretaria Ejecutiva Julia Ramos

63 Org. Social Federación de la Prensa de La Paz Secretario Ejecutivo Boris Quisbert

64 Org. Social FENATRAHOB (Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Bolivia)

Secretaria Ejecutiva Daniela Quenta

65 Org. Social CONAMAQ (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu) Jiliri Apu Mallku, Sergio Hinojosa

66 Org. SocialCIOEC (Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas, Indígenas y Originarias de Bolivia)

Director Rubén Monasterios

67 Org.Social CNJRB (Confederación Nacional de Jubilados y Rentistas de Bolivia)

Secretario Ejecutivo Felipe Chavez R.

68 OS CIDOB Secretario Yuracaré Wilfredo Yabeta

69 OS CPESC (Coordinadora de Pueblos Etnicos de Santa Cruz) Presidente Diego Faldin Aponte

70 OS FORO VECINAL Secretario Permanente Gualberto Flores

71 GOB UMSA Docente emérito Irma Sangüeza

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93

72 GOB DEFENSOR DEL PUEBLOAdjunta de Programas Especiales

Griselda Sillerico

73 GOB Viceministerio de Coordinación con los Movimientos Sociales Viceministro Cesar Navarro

74 GOB Exalcalde GMALP Ex Alcalde Juan del Granado Cossio

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