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Posmodernismo y constructivismo: su utilidad para analizar la política exterior colombiana"" Leonardo Carvajal H. Profesor/investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales Universidad Externado de Colombia Correo electrónico: [email protected] El parroquialismo que históricamente ha sido característico de la sociedad colombiana ha tenido como una de sus consecuencias que la producción académica sobre la política exterior colombiana sea reducida y que el uso de las principales teorías de las relaciones interna- cionales como instrumentos de análisis de las políticas exteriores de los sucesivos gobiernos sea prácticamente nulo en el país. Tal situación ha derivado en que la pequeña comunidad académica local en esas materias haya repetido, a lo largo de los años, varios lugares comunes que no han sido debidamente debatidos y cuestionados, y que, como consecuencia de lo mismo, las administraciones presidenciales no hayan recibido insumos, críticas, análisis y propuestas de políticas en asuntos de política exterior que pudieran tener impactos fun- cionales en materia de la inserción del país al sistema internacional. Por lo tanto, la combinación de unos gobiernos sin referentes conceptuales en la materia y una raquítica comunidad académica en asuntos internacionales ha derivado en polí- ticas exteriores clientelizadas y no profesionali- zadas; reactivas y no planificadas; concentradas geográfica o temáticamente y no diversificadas en una y otra materias; gubernamentales y no estatales, ni mucho menos societales; fragmen- tadas y no cohesionadas; personalizadas y no institucionalizadas; y, entre otros tantos pro- blemas, focalizadas en las relaciones bilaterales con los Estados Unidos, en desmedro de un recomendable dinamismo y protagonismo en los escenarios multilaterales. Anima este ejercicio, entonces, el hecho de que en Colombia han primado las lecturas coyunturalistas de la política exterior y por tal motivo resulta necesario ofrecer análisis estructurales, teóricos y conceptuales de ai- Artículo entregrado el 4 de noviembre de 2009. Aceptado el 10 de diciembre de 2009.

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Posmodernismo y constructivismo:su utilidad para analizar la políticaexterior colombiana""

Leonardo Carvajal H.Profesor/investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales

Universidad Externado de Colombia

Correo electrónico: [email protected]

El parroquialismo que históricamente ha sidocaracterístico de la sociedad colombiana hatenido como una de sus consecuencias que laproducción académica sobre la política exteriorcolombiana sea reducida y que el uso de lasprincipales teorías de las relaciones interna-cionales como instrumentos de análisis de laspolíticas exteriores de los sucesivos gobiernossea prácticamente nulo en el país. Tal situaciónha derivado en que la pequeña comunidadacadémica local en esas materias haya repetido,a lo largo de los años, varios lugares comunesque no han sido debidamente debatidos ycuestionados, y que, como consecuencia delo mismo, las administraciones presidencialesno hayan recibido insumos, críticas, análisis ypropuestas de políticas en asuntos de políticaexterior que pudieran tener impactos fun-cionales en materia de la inserción del país alsistema internacional.

Por lo tanto, la combinación de unosgobiernos sin referentes conceptuales en lamateria y una raquítica comunidad académicaen asuntos internacionales ha derivado en polí-ticas exteriores clientelizadas y no profesionali-zadas; reactivas y no planificadas; concentradasgeográfica o temáticamente y no diversificadasen una y otra materias; gubernamentales y noestatales, ni mucho menos societales; fragmen-tadas y no cohesionadas; personalizadas y noinstitucionalizadas; y, entre otros tantos pro-blemas, focalizadas en las relaciones bilateralescon los Estados Unidos, en desmedro de unrecomendable dinamismo y protagonismo enlos escenarios multilaterales.

Anima este ejercicio, entonces, el hechode que en Colombia han primado las lecturascoyunturalistas de la política exterior y portal motivo resulta necesario ofrecer análisisestructurales, teóricos y conceptuales de ai-

Artículo entregrado el 4 de noviembre de 2009. Aceptado el 10 de diciembre de 2009.

202TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

gunos aspectos de las políticas exteriores delos gobiernos en el país a través, en este caso,de teorías alternativas de las relaciones inter-nacionales tales como el posmodernismo y elconstructivismo de Alexander Wendt'.

EL POSMODERNISMO: ¿ALTERNATIVA

EXPLICATIVA O CALLEJÓN SIN SALIDA?

La crisis orgánica del capitalismo, el fin dela guerra fría y la globalización o mundiali-zación de los fenómenos sociales, políticos yeconómicos, fueron las coyunturas específicasque enmarcaron el surgimiento del discursoposmoderno en las ciencias sociales en general(incluidos los estudios de relaciones interna-cionales). En ese momento de la historia de lahumanidad, algunos autores plantearon quetal época se caracterizaba por el triunfo delparadigma liberal occidental (en esta corriente,se trataba, a decir de Fukuyama, del acceso alespíritu universal previsto por Hegel, del "finde la historia" como lo llama el polítologoestadounidense de origen japonés). Mientras,por otra parte, en franco antagonismo con lalectura anterior, el período en mención fueentendido como uno en el que llegaban a sufinal las utopías globalistas de la humanidad(a propósito de la crisis del socialismo y, porrefiejo, del capitalismo occidental que se leenfrentaba). En esta línea argumentativa, a lapar con la debacle del experimento socialista, el

modelo capitalista se supuso entonces reempla-zado por el advenimiento de la era posmoderna(o postindustrial, o posmaterial).

En ese escenario de ruptura y transicióncomo el descrito (con vigencia a principios dela década del 90 del siglo anterior), se presentóun claro estado de indeterminación, indefini-ción, inestabilidad, incoherencia, y, en últimas,de anarquía, que imprimió a la teoría posmo-derna (o "metateoría") esos mismos atributos:una suerte de "torre de Babel" en la que cadaautor crea su propio lenguaje "científico". Dehecho, la misma idea de "teoría metacientífica"representó un esfuerzo del posmodernismo porabandonar los patrones y supuestos fundamen-tales del concepto ortodoxo de ciencia'̂ . De he-cho, valga aclarar, aquí se hace uso de la palabra"teoría" sólo por no encontrar mejor manerade calificar el pensamiento posmodernista,porque los mismos pensadores posmodernosrechazan cualquier idea de cuerpo conceptualcoherente o estructurado que remita a la no-ción tradicional de, valga decir positivista yracional, de ciencia.

La "nueva filosofía" de la ciencia que re-presenta el posmodernismo, es el núcleo delllamado "Tercer Debate" en relaciones interna-cionales que tiene lugar desde comienzos de losaños 80, y cuyos elementos característicos son:la introducción del "paradigmatismo", esto es,que aboga por la no unidad o consenso teórico;el "perspectivismo" como una negativa a los

' Alexander Wendt. (1992). "Anarchy is What States Make of it. The Social Construction of Power Politics", enInternational Organization, vol. 46, pp. 129-177.

^ Ver, Yosef Lapid. (1989). "The Third Debate: On the Prospects of Internacional Theory in a Post-Positivist Era",en International Studies Quarterly, vol. 33, No. 3, septiembre.

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imperativos de acumulación, progreso lineal,comprobación empírica y generalización queimpulsa la ciencia racionalista; y el "relativis-mo", entendido no como la validez de todo,sino como la crítica a las lógicas que propugnanpor las verdades absolutas, la racionalidad com-prehensiva y la objetividad científica^.

En suma, la corriente del Tercer Debateaboga por la superación de los esquemas rígi-dos de concebir, conocer, aprehender o aproxi-marse a las temáticas internacionales. En de-sarrollo de ese objetivo, el posmodernismo: a)a cambio de la idea positivista de racionalidadcomo lógica científica, rescata el subjetivismo,la abstracción, los sentimientos e inclusive lairracionalidad como instrumentos fiincionalesen la generación de conocimiento; b) contralos imperativos de acumulación y de unidadteórica, el pensamiento posmodernista (queesta acepción sería pospositivista) reivindicael pluralismo teórico y conceptual, y en estesentido, lo verdaderamente importante es el di-senso y no el totalitarismo teórico-conceptual;y, c) en lugar de la unidad en las herramientasmetodológicas que define la ciencia positivis-ta, el discurso posmoderno pretende liberara la teoría de la rigidez de la observación, lacorroboración empírica y la generalización deconclusiones, para así, al contrario, dar paso al

reconocimiento de la diversidad de realidades yde "conocedores" de éstas, así como a la extre-ma complejidad del mundo que se analiza''.

La relevancia específica de la escuela pos-moderna en lo atinente a la política exteriorcolombiana reside en que resalta la diversidady lo "micro" como características fundamen-tales al momento de analizar, e inclusive di-señar y ejecutar políticas internacionales quenos conduzcan a hacer realidad en el futurola implementación de una suerte de "políticaexterior para y desde la sociedad" y no, comosucede hasta ahora, "para y desde el Estado yel gobierno". En el plano de la utilidad acadé-mica de los estudios posmodernos cabe anotarla necesidad de abordar el análisis de la políticaexterior teniendo en cuenta las premisas de queel Estado es un ente con fracturas y escisiones(y no unitario y monolítico); y que las polí-ticas y sus resultados casi nunca responden alógicas racionales (sino a procesos de carácterno-lineal).

En efecto, en los estudios sobre políticaexterior colombiana tradicionalmente se hapartido de dos fáciles y rápidas presunciones:la primera, que la política exterior del país esun conjunto de políticas coherentes, racionalesy planificadas que sirven el interés nacional; ysegundo, que la responsabilidad de su diseño

^ Ver Ibíd. En relaciones internacionales se conoce el "Primer Debate" como la discusión teórica de los años 20 y30 del siglo XX entre las corrientes idealistas y realistas; el "Segundo Debate" hace alusión a la contradicción de losaños 50 entre cientificistas (o "behavioristas") y tradicionalistas; mientras que el "Tercer Debate" alude a las discusio-nes teóricas y conceptuales entre el posmodernismo y las aproximaciones de carácter racionalista y cientificista de lasrelaciones internacionales.

'' Ver Ibíd. Sobre el aspecto último, Mario Payeras plantea que "el futuro ya no es oscuro, sino sólo complejo".Citado por Ronaldo Munck. (2000). "Postmodernism, Politics and Paradigms in Latin America", en Latin American

Perspectives, Issue 113, vol. 27, No. 4, July, p. 11.

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y ejecución recae en un Estado de carácter mo-nolítico y racional. Pero de inmediato saltana la vista los problemas que subyacen a talesdos presunciones: ni el Estado, ni tampocoel ejecutivo, pueden entenderse como unasuerte de "caja negra", en tanto compacta ymonolítica, que toma decisiones con base enla racionalidad, porque el uno y el otro presen-tan, por su propia naturaleza política, fisurasinternas, divisiones organizacionales, pugnasinterpersonales y organizacionales, visionesdiversas sobre el "interés general", y concepcio-nes disímiles sobre la mejor forma de atenderlas necesidades nacionales en el exterior. Porlo tanto, la política exterior resultante de unasituación como la descrita no puede ser pordefinición ni racional, ni coherente, ni orga-nizada. En ese sentido, resulta fundamentaladelantar estudios académicos que superen,con base en la evidencia y lectura juiciosa delos acontecimientos de los últimos años enmateria de política exterior, esas dos lecturastradicionales y muestren, con mayor justezafrente a la realidad, la forma como se tomandecisiones en esa materia.

Pero no sólo resulta evidente que no sonentes de carácter monolítico ni el Estado ni elejecutivo, sino que también resulta problemá-tico aproximarse a la llamada "sociedad civil"como si se tratara también de una instituciónnacional organizada, coherente, racional (en elsentido de tener objetivos claramente ajustadosa fines preestablecidos), o coordinada. Una

lectura de ese tipo implicaría desconocei" loque parece obvio y, si se quiere, natural: que lasupuesta "sociedad civil" no existe en términosde una organización con actores que compar-ten visiones sobre las problemáticas del país yla forma de abordarlas, sino todo lo contrario,que está compuesta por múltiples actores, condiversas posiciones, aproximaciones, formasorganizativas, lecturas de la realidad, concep-ciones sobre el interés nacional, tipos de rela-cionamiento con el Estado y el gobierno y, porende, urge abordarla desde una perspectiva quela entienda como diversa en opiniones, com-puesta de manera múltiple, no necesariamenteracional, y plagada de fisuras y desencuentros.Con base en lo anterior, entonces, habría quereferirse en adelante a esos mismos temas enforma plural: actores tomadores de decisiones,sociedades civiles, políticas exteriores, interesesnacionales, grupos de presión, organizacionesde intereses, entre otros.

LA TEORÍA CONSTRUCTIVISTA

DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES:

UNA SÍNTESIS DESDE WENDT

El marco en el que se desarrolla la teoría cons-tructivista es el debate entre neorrealistas e ins-titucionalistas liberales en torno a si la acciónestatal está infiuida por la estructura (llámese la"anarquía" de Waltz' o el "equilibrio de poder"de Morgenthau''), o por el proceso (la interac-ción y el aprendizaje) y las instituciones (como

' Ver Kenneth Waltz. ( 1988). "Estructuras políticas, órdenes anárquicos y equilibrios de poder". Teoría de la políticainternacional, Buenos Aires, CEL.

'• Ver Hans J. Morgenthau. (1986). Política entre las naciones, Buenos Aires, C.E.L.

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lo plantean, por ejemplo, Keohane y Martin'').En este debate Wendt plantea que las institu-ciones internacionales sí pueden transformarlas identidades y los intereses estatales.

El asunto fundamental que busca abordarel constructivismo es precisamente la formacomo tiene lugar la configuración social de lasubjetividad, y en esa línea atiende dos asuntosque ignoran el realismo y el neorrealismo, cua-les son el proceso de la formación de la identi-dad y los intereses de los países en el escenariointernacional. Mientras las aproximacionessistémicas como la del neorrealismo de Waltzfundamentan sus argumentos en la economía,el constructivismo propone una aproximación"socio-sicológica" en la cual las identidades ylos intereses operan como la variable central.

Wendt argumenta, en contra del presu-puesto neorrealista, que el comportamientode los estados en el sistema internacional(en un sistema que llama de "auto-ayuda" y"auto-interés") está dado de manera "exógena"al proceso, en tanto resulta de una situaciónque se deriva automáticamente de la anarquía(que es definida por Waltz como la forma deorden que caracteriza al sistema internacional,en comparación con la "jerarquía" caracterís-tica de los sistemas domésticos)^. La forma enque se opone a esa suposición neorrealista es

a través de argumentar que la característica dela "auto-ayuda" y las políticas de poder no sonproducto ni lógico ni causal de la anarquía(como se argumenta en forma "racionalista"),sino que el sistema internacional de la anarquíaha sido construido a través de un proceso y noderivado automáticamente de una estructura.Esto es, se plantea que la estructura no tieneexistencia independiente del proceso, comoargumenta Waltz en su teoría de que el siste-ma internacional de la anarquía se asemeja a laformación del mercado, en el cual la suma delas decisiones individuales de los actores econó-micos dan forma a una estructura superior quelos controla'. Para los neorrealistas, en suma,"el sistema opera de tal manera que una suertede mano invisible hace que todos los estadosactúen para garantizar su supervivencia"'**.

En esa línea de argumentación, se plan-tea que las políticas de poder que caracterizanal sistema internacional son verdaderamenteinstituciones construidas socialmente bajo elmarco de la anarquía. Esta aproximación alasunto reformula lo planteado por Morguen-thau, quien considera que el egoísmo y laspolíticas de poder, características del sistemainternacional, son causa de la naturaleza huma-na (y por derivación, del Estado creado por elhombre), y también replantea la idea medular

' Robert O. Keohane y Lisa Martin. (1995). "The Promise of Institutionalism Theory", en International Security,

vol. 20, No. 1, Spring, pp. 39-51.

" Ver Waltz, Op. cit.

'' Ver Ibid.

'" Alexandra Guáqueta. (2001). "Las relaciones USA-Colombia: una nueva lectura", en Análisis Político, No. 43,Bogotá, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia,p. 36.

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de Waltz según la cual las políticas de poder yel egoísmo que practican los estados es definidopor la estructura de la anarquía. La anarquíajugaría así un papel solamente "permisivo" enel análisis constructivista, pero no tendría el rol"determinista" que le asignan los neorrealistas.Desde la aproximación de Wendt, la anarquíano estaría dada automáticamente y su rol nosería el de una "mano invisible" que determinael comportamiento egoísta de los estados, sinoque ella se entiende como construida social-mente "desde adentro" y no dada automáti-camente "desde afuera", esto es, como bien lodice este autor constructivista, "la anarquía eslo que los estados hacen de ella"".

La importancia práctica de esta disquisi-ción teórica es que tradicionalmente desde elrealismo se asume que la estructura anárquicadel sistema internacional está ya dada y que suefecto sobre el comportamiento de los estadoses ineludible para los mismos, mientras quedesde este nuevo análisis si el sistema inter-nacional fue construido socialmente por losestados, éstos también tienen la posibilidad dealterarlo y reformarlo. De esta manera, "Wendtcuestiona el supuesto de la anarquía y todos suscorolarios al afirmar que la anarquía no tiene,necesariamente, porque producir estados-nación celosos de su supervivencia, que buscanmaximizar toda acción y que sospechan de lasacciones de los otros"'^.

Un principio fundamental de la teoríaconstructivista es que las personas se com-portan hacia los objetos y frente a los demásindividuos sobre la base de los significados quetales cosas y personas tienen para ellas. Porejemplo, dice Wendt, el poder militar de losEstados Unidos tiene un significado diferentepara Canadá que para Cuba a pesar de tratarsede países con similares posiciones estructuralesen el sistema internacional. De hecho, prosigueel autor en cuestión, "la distribución de poderpuede siempre afectar los cálculos de los esta-dos, pero la forma como lo hacen depende delas expectativas y apreciaciones intersubjetivas,del 'equilibrio de conocimiento', las cualesdeterminan sus concepciones de sí mismo yde los otros"'^.

Así como una persona tiene varias iden-tidades ligadas a sus roles institucionales (v.gr.hermano, profesor, ciudadano), de la mismaforma un Estado puede tener múltiples iden-tidades como "soberano", "líder del mundooccidental", "poder imperial", o en el caso deColombia durante la mayor parte de la historiade las relaciones con los Estados Unidos, de"aliado incondicional" de la lucha antinarcó-ticos. Cada identidad se puede entender comouna definición social del actor que se fundaen las teorías que los actores sostienen colec-tivamente sobre lo que son ellos y los otros. Adiferencia de los neorrealistas, en el construc-tivismo "no se hacen suposiciones acerca de los

" Wendt, Op. cit.

" Guáqueta, O .̂ df., pp. 45, 46.

'̂ Wendt, Op. cit., p. 135, traducción libre.

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intereses de los estados, sino que se estudia lamanera como los intereses surgen y cambian,moldeados por los procesos de interacción. Sees lo que se es (se tiene una identidad X) porla forma en que se interactúa con los demás ypor la forma de concebirse a sí mismo dentrode la interacción"'''.

En las identidades se fundamentan losintereses, porque los actores no tienen inte-reses de manera independiente del contextosocial en que se desenvuelven. Por supuesto,la ausencia o falla de los roles hace más difícildefinir situaciones e intereses, y ello conducenecesariamente a una confusión de identidad,tal como puede argumentarse que sucediócon los Estados Unidos y con la ex Unión So-viética tras el fin de la guerra fría, época en lacual tuvieron que reconstruir sus identidadesy definirse de nuevo desde otras percepcionesde "amigos" y "enemigos".

A la sumatoria de una serie de identida-des e intereses agrupadas o estructuradas demanera relativamente estable las denominaWendt "instituciones", de las cuales afirmaque se fundan en la socialización de los acto-res, y en su participación en el conocimientocolectivo, y por ello pueden ser definidas como"entidades cognitivas" que no existen indepen-dientemente de las ideas que tienen los actoressobre la manera como funciona el mundo. Deesta definición se desprende el proceso de "ins-titucionalización", entendido como el procesode internalización de las nuevas identidades eintereses que se construyan.

Plantea Wendt que las instituciones pue-den ser de carácter "cooperativo" o "confiicti-vo", y esta precisión es fundamental en tanto sesuele pensar en las instituciones como ligadasexclusivamente a la cooperación. Por ello, la"auto-ayuda" (que según el neorrealismo es elcomportamiento que caracteriza a los estadosen el escenario internacional) puede consi-derarse como una institución que tiene lugarbajo la estructura de la anarquía (la forma deorden del sistema internacional según Waltz).Y los procesos de formación de las identidadesdentro de la anarquía están definidos funda-mentalmente por la preservación de la seguri-dad individual.

Las configuraciones sociales, dice Wen-dt, no son "objetivas" (como las montañas olos bosques), ni "subjetivas" (como los sue-ños), sino que se trata de "construccionesintersubjetivas"'^ Esto quiere decir que es através de las interacciones sociales recíprocasentre estados que se crean las estructuras so-ciales, y es con base en éstas que se definen losintereses y las identidades. Con este plantea-miento queda claro que Wendt, a diferencia deldeterminismo estructural de Waltz, consideraque la estructura está construida por el procesoy no lo contrario. Igualmente, es con base enese planteamiento que la teoría constructivis-ta asume que los denominados "dilemas deseguridad", que deben enfrentar los países,no son producto de la anarquía ni del estadode naturaleza (es decir, que no se trata de unasituación "exógena"), sino que tales amenazas

Guáqueta, Op. cit., p. 45.

Ibid.

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mutuas se crean en el proceso de las interaccio-nes entre los estados (de manera "endógena").Así, entonces, esos "dilemas de seguridad" sonverdaderas instituciones que son difíciles decambiar, aunque también sea cierto que "lasidentidades y los intereses se constituyen a tra-vés de significados colectivos que siempre estánen proceso (...) Si los estados se encuentranen un sistema de 'auto-ayuda' es porque susprácticas delinearon ese sistema. Gambiandolas prácticas cambiará el conocimiento inter-subjetivo que constituye el sistema""'.

Wendt estima que los estados sobera-nos seguirán siendo los principales actoresinternacionales, y en ese sentido no cree enla existencia actual de una suerte de política"post-internacional". Por ello, se podría decirque en este particular aspecto Wendt es realista,pero el autor difiere de esta corriente teórica encuanto cree que las identidades y los interesesestatales pueden ser transformados colecti-vamente, en un contexto anárquico a travésde varios factores (individuales, domésticos,sistémicos y transnacionales). En este sentido,Wendt plantea que las instituciones interna-cionales pueden cambiar las identidades y losintereses de los estados a través del ejercicio yla práctica estable de acciones de cooperaciónque generen confianza.

A este respecto, Alexandra Guáqueta seña-la que "el constructivismo resulta un enfoqueespecialmente atractivo para Golombia porque

formula preguntas acerca de su identidad, undebate que hasta ahora comienza a darse encírculos intelectuales. La identidad colombianaes producto de variables tanto internas comoexternas. Wendt afirma que la identidad puedealterarse por la interacción con otros por vía dela cooperación internacional, pero también através de esfuerzos internos para transformarla identidad existente"'''.

EL USO DEL CONSTRUCTIVISMO COMO

REFERENCIA TEÓRICA EN LOS ANÁLISIS

DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE COLOMBIA:

UNA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

En el año 2001 Alexandra Guáqueta publicóun análisis constructivista sobre el deterioroque sufrieron las relaciones entre Golombia ylos Estados Unidos durante la administraciónSamper Pizano ( 1994-1998), y la forma comose configuró la identidad de país "amenaza" quefue característica en este período. A este res-pecto la internacionalista colombiana planteaque dicha crisis en las relaciones binacionalesse suele explicar, "desde las perspectivas tradi-cionales de las relaciones internacionales, comoun problema de cooperación, más exactamentede falta de cooperación"'^ Desde la óptica deesta autora "un neorrealista diría que el confiic-to político entre Golombia y Estados Unidosen 1995-1997 fue un evento predecible si setiene en cuenta la asimetría de poder (una cau-

"- Wendt, Op. cit., p. 144.

" Guáqueta, Op. cit., p. 54.

" Ibid., pp. 34, 35.

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sa estructural) y la diferencia de intereses con

respecto a la lucha antinarcóticos"".No obstante, en lo que hace a este pri-

mer conjunto de explicaciones basadas en elneorrealismo, Guáqueta argumenta desde elconstructivismo que

"ni la asimetría de poder, ni la anarquía, pilar

ontológico por excelencia del neorrealismo, son causas

directas de conflictos. Por ejemplo, es útil recordar que

Colombia y Estados Unidos sostuvieron relaciones

políticas esencialmente armoniosas por más de setenta

años bajo supuestas condiciones de asimetría de poder

y anarquía, y que, incluso, fueron aliados cuando las

drogas ya eran parte de la agenda bilateral"™.

También sostiene esta autora que otracorriente explicativa tomó el camino de losanálisis de toma de decisiones en política ex-terior, y a través de esa perspectiva se busca en-tender los motivos que llevaron a que EstadosUnidos tomara la determinación de certificarcondicionalmente a Colombia en materia delucha antidrogas en el año 1995 y descertifi-car completamente al país en 1996 y 1997. Aeste respecto, "el factor más sobresaliente enlas respuestas apunta a la política domésticade Estados Unidos y se dice que la decisión dedescertificar a Colombia estuvo estrechamenteligada a la perversa dinámica entre el ejecuti-

vo demócrata y el congreso republicano enWashington"^'.

Guáqueta se distancia también de losanálisis de la relación bilateral que se hacencon base en el institucionalismo neoliberal,corriente que supone que los estados actúan enel escenario internacional buscando maximizarsus ganancias y minimizar los costos. Pero elproblema, a los ojos de esta autora, es que "paralos racionalistas hablar de costos es cuestión dejerga común, pero en realidad es muy difícilque dos individuos se comporten de acuerdocon una misma escala de costos, ya que existeuna infinidad de variables externas y endógenasque hacen que una acción sea costosa o no"'̂ .̂En suma, concluye que "muchos supuestosdesarrollados dentro de los paradigmas de lasrelaciones internacionales no se aplican a Co-lombia y a los fenómenos que los colombianosquieren analizar"^'.

Luego de formular estas críticas a losmarcos teóricos en los que se han fundado losanálisis de la política exterior de Colombia,el artículo argumenta la utilidad de acudir alos postulados constructivistas para entendermejor las relaciones colombo-estadounidenses.En primer lugar,

"un constructivista observaría cómo a lo largo

de los años Estados Unidos y Colombia crean y mol-

Ibid., p. 35.

Ibíd.

Ibid., p. 34.

Ibid., p. 38.

Ibid.

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TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

dean una relación bilateral en lugar de concentrarse

inmediatamente en el hecho de que Estados Unidos

es más poderoso, y Colombia un país pequeño. Este

proceso de interacción genera convenciones de com-

portamiento o instituciones, entendiéndose por esto

la existencia de prácticas que se han convertido en

rutinas más o menos estables y que están reguladas por

normas o reglas de juego que a su vez van surgiendo

de la continua interacción"^"*.

En segundo lugar, "los constructivistas ob-servarían no sólo los cambios de comporta-mientos de los países u otros actores, sino queretrocederían unos pasos en el camino analíticopara descubrir cómo es que las identidadesmismas de los actores son las que determinanlos intereses y el comportamiento"^'. En ter-cer lugar, se señala como ventaja que, a dife-rencia del neorrealismo, "el constructivismonos muestra una realidad dinámica donde loscambios son posibles, porque Colombia nopuede modificar la asimetría de poder entreella y Estados Unidos, pero sí puede cambiarlas prácticas que constituyen su relación y, através de ella, su misma identidad"^''. En suma,plantea este escrito, que el constructivismo "haabierto nuevas perspectivas de análisis y ofrececiertas ventajas para el estudio de las relacionesColombia-Estados Unidos. Una de ellas es que,finalmente, se tiene una macrotendencia que

sirve para analizar a todos los estados-nación yvarios temas, no sólo las potencias y la cuestiónde la guerra y la paz"^''.

En un escrito que cuestiona la formacomo la política colombiana antidrogas seha construido con base en la legitimación delos postulados del realismo, Sandra Bordapropone también a la teoría constructivistacomo una alternativa de análisis conceptualde ese componente de la política exterior deColombia. En dicho artículo, lo que Bordasugiere es que

"Colombia, mediante el ejercicio de su políticaexterior, ha hecho parte activa y no pasiva de lo que

podría denominarse la forma dominante de comuni-

dad política internacional que ha sido socialmente

construida alrededor del problema de las drogas (...)

Esta hipótesis insiste en la existencia de actores que,

como en el caso de Colombia y Estados Unidos,

construyen mediante su interacción valores, normas

y símbolos que guardan una relación constitutiva

con la definición de sus intereses a largo plazo y de

su propia identidad. En otras palabras, los intereses

de Estados Unidos y Colombia en la lucha contra

las drogas no están dados a priori, ni son impuestos

mediante el mero uso de la coerción en ninguno de

los dos casos. Estos intereses son el resultado de un

proceso histórico de interacción y de construcción

conjunta de marcos de entendimiento, y varían en la

Ibid., p. 45.

Ibid.

Ibid., p. 54.

Ibid., p. AC

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211

misma medida en que lo hace el contexto en el que se

da la interacción"^*.

De acuerdo con la autora, un plantea-miento tradicional de la política exterior co-lombiana, inspirado en aproximaciones de tiporealista, es que

"la alineación con Estados Unidos en diversos

asuntos de la agenda internacional está fundada en

un argumento de costo-beneficio según el cual para

nuestro país siempre será más costoso no alinearse

que alinearse con la potencia del norte. De nuevo,

juega el argumento dicotómico en el que no hay

alternativas distintas a las dos expuestas y entonces

el proceso de ampliación de la autonomía en la to-

ma de decisiones en política exterior colombiana, al

menos en relación con las drogas, ha sido postergado

indefinidamente"^'.

Por lo tanto, con el propósito de proponeruna lectura radicalmente diferente a la que haprimado hasta ahora en torno a la relación deColombia con los Estados Unidos en materiade narcotráfico, Sandra Borda afirma, basán-dose en los postulados constructivistas sobrela construcción social de las identidades y losintereses, que

"la política antidrogas, tanto nacional como

internacional, no es meramente una imposición

estadounidense frente a la que Colombia ha perma-

necido inmóvil. Al contrario, Colombia ha adherido

activamente a una versión prohibicionista de la lucha

contra las drogas liderada por Estados Unidos, de una

forma voluntaria y reflexiva, en un intento por definir

y difundir su identidad como estado adscrito, en el

contexto del nuevo orden internacional, a la cada vez

más amplia esfera de influencia de Estados Unidos.

La adopción casi irrestricta e incondicional del país a

la versión estadounidense de la lucha contra las drogas

es también un intento por mostrar al mundo de qué

lado estamos, de quién somos amigos, quiénes son

nuestros aliados"^".

ArleneTickner, parafraseando el título delartículo de 1992 en el que Wendt planteó lospostulados principales de la teoría cohstructi-vista o social de las relaciones internacionalestitula en un artículo suyo de 2002 que " 'Co-lombia' es lo que los actores estatales hacende ella: Una (re)lectura de la política exteriorcolombiana hacia los Estados Unidos". En di-cho escrito Tickner se propone como objetivoadelantar "una reflexión explícita en torno alpapel de la identidad y su construcción enlas relaciones entre Colombia y los EstadosUnidos"^'. Este propósito lo encuentra como

"̂ Sandra Borda. (2002). "La política exterior colombiana antidrogas o cómo se reproduce el ritual realista desdeel Tercer Mundo", en Marta Ardila, Diego Cardona y Arlene Tickner (Editores), Prioridades y desafios de la política

exterior colombiana, Bogotá, Fescol y Hanns Seidel Stiftung, pp. 284, 285. Las cursivas son originales de la autora.

2' Ibid., p. 298.

3" Ibid., p. 308.

" ArleneTickner, "'Colombia' es lo que los actores estatales hacen de ella: Una (re)lectura de la política exterior co-lombiana hacia los Estados Unidos", en Marta Ardila, Diego Cardona y Arlene Tickner (Editores), Op. cit., p. 355.

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TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

prioritario en razón a que "los textos académi-cos sobre la política internacional de Colombiason incompletos en la medida en que ignoranel papel central que desempeña la identidad enla política exterior de cualquier país"^^. Adicio-nalmente, la necesidad de adelantar un estudiode tipo constructivista que aborde las cuestio-nes de la identidad y los intereses colombianosen materia internacional se fundamenta en laapreciación de Tickner de que

"las teorías tradicionales de las relaciones interna-

cionales y de la política exterior, por ser inspiradas en

una visión positivista del mundo, parten del supuesto

de que la realidad existe de forma independiente de las

ideas que nosotros tenemos sobre ella. El constructi-

vismo, en cambio, sostiene que la realidad solamente

adquiere significado en relación con el lenguaje y nues-

tras imágenes y percepciones del

Según Tickner, los aportes del construc-tivismo al estudio de la política exterior sonmúltiples. En primer lugar, porque parte delsupuesto de que los actores internacionalesparticipan en la construcción de sus respecti-vos mundos. Segundo, como los actores y lasrealidades sociales se constituyen mutuamente,eso implica que "las identidades y los interesesde los estados no son inmutables, sino queemergen de la interacción social con

Tercero, la política exterior cumple la funciónde producir y mantener la identidad nacionalde los países. Cuarto, "al resaltar la naturalezaintersubjetiva de los procesos de construcciónsocial, el constructivismo obliga a trascenderuna visión de la política internacional basadaexclusivamente en el poder material, ya quepaíses poderosos y débiles participan por igualen dichos procesos"^^. Por ello, y en esto coin-cide Tickner con Cuáqueta y Borda,

"enfatizar exclusivamente el peso de los EstadosUnidos en la orientación de la política doméstica e in-

ternacional de Colombia es subestimar el papel central

que algunos actores colombianos han desempeñado en

la construcción de una idea específica de país frente al

mundo, al tiempo que considerar a Colombia como

una víctima indefensa ante la potencia del norte es ig-

norar que la relación bilateral es ante todo un proceso

mutuo de interacción social"'^.

Adicionalmente, Tickner plantea seis tesisa través de las cuales demuestra la forma comolos anteriores supuestos constructivistas se ma-nifiestan en la política exterior colombiana ha-cia los Estados Unidos. La primera tesis planteaque la identidad de Colombia ha sido funciónprincipal del tipo de relación que ha tenido encada período histórico con los Estados Unidos,y a partir de esto afirma que "Colombia, por

Ibid., p. 369.

Ibid., p. 370.

Ibid., p. 371.

Ibid.

Ibid.

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213

medio de su política exterior, construye y re-construye su propia identidad"^''. El alto perfilinternacional mantenido hasta entonces por eljoven país, fue alterado sustancialmente por lapérdida de Panamá. Tras un período de aisla-miento internacional y distanciamiento de losEstados Unidos, luego del cercenamiento te-rritorial a manos del hegemón regional, MarcoEidel Suárez postuló, como miembro de la Go-misión Asesora de Relaciones Exteriores, comocanciller y como presidente de la república,que la satisfacción de los intereses nacionalespasaba necesariamente por el mantenimientode unas relaciones de estrecha alianza con losEstados Unidos. Esta percepción contribuyóa una nueva identidad colombiana en la queel alto perfil desaparece y, a partir de entonces,se entiende y proyecta como un país "subordi-nado, aliado y amigo" del poder hegemónicodel hemisferio occidental^*. No obstante, ensentido contrario, de la inmensa pérdida terri-torial de México frente a los Estados Unidos sederivó una identidad internacional mexicanadiametralmente opuesta a la que adoptó Go-lbmbia, caracterizada no por la subordinaciónsino por la promoción de "la soberanía, la nointervención y la autonomía"^'.

Gon posterioridad, en los años setenta,la nueva doctrina del Réspice Similia (miraren política exterior a las naciones semejantes)

impulsada por Alfonso López Michelsen ensu calidad primero de canciller y luego de jefede Estado implicó la asunción de una nuevaidentidad, en contravía de la impulsada has-ta entonces a través del concepto de RéspicePolum (concentrarse en los Estados Unidos),con base en la cual ahora se buscaba "recalcarla identidad tercermundista, latinoamericanay autónoma de Golombia""*". La explicaciónanterior, a decir de Arlene Tickner, "confirmael hecho de que la identidad de un país frentea otros no es una condición preestablecida niestática, sino que se construye constantementea partir de la interacción sociar'"".

La segunda tesis que plantea la internacio-nalista estadounidense es que la identificaciónpor parte de los Estados Unidos del asunto delas drogas ilegales como una amenaza a su segu-ridad nacional desde los años ochenta duranteel gobierno de Reagan, condicionó de maneraimportante el proceso de auto-construcción dela identidad colombiana"*^. Dicha construc-ción social de los narcóticos como amenaza ala seguridad nacional estadounidense permiteentender desde la perspectiva de esta autora lanarcotización de las relaciones bilaterales du-rante la década del ochenta, y la alineación deGolombia a esta tesis determinó su identidadcomo país amigo y aliado de la potencia mun-dial. Sobre este particular, Tickner de nuevo

Ibíd., p. 372.

Ibid., p. 373.

Ibid.

Ibid.

Ibid., p. 374.

Ibid.

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214

TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

advierte que a partir de contextos similares,países como México y Bolivia construyeronidentidades diferentes (basadas en la autono-mía y la soberanía nacional) frente al manejodel fenómeno de las drogas y las relaciones conlos Estados Unidos.

La tercera tesis de Tickner señala que laidentidad de país amigo de los Estados Unidosque ha construido Colombia a lo largo de va-rias décadas de relación bilateral, también haresultado funcional para que el país pueda, enalgunas ocasiones, actuar con autonomía frenteal hegemón sin recibir castigos o asumir eleva-dos costos. Para ejemplificar esto se presentanlas actuaciones autonómicas que en materia depolíticas antidrogas caracterizó a las adminis-traciones de Barco y Gaviria. En el caso de esteúltimo mandatario, "dicho alejamiento se ma-nifestó, entre otros, en la adopción de la políti-ca de sometimiento, la eliminación del tratadode extradición de la constitución de 1991 y ladespenalización de la dosis personal de ciertasdrogas"^^. De la misma forma se presenta elcaso de la presidencia de Andrés Pastrana, quefue considerada una administración amigacon la que "se podía trabajar", percepción quefue facilitada por el hecho de tratarse de unmandatario que sucedió a un presidente comoSamper, considerado "enemigo" por parte dela potencia mundial. Paradójicamente, en loque constituye una confirmación de la tesis ala inversa, "la creciente identificación de este

primer mandatario como un paria obligó algobierno de Colombia a adoptar la estrategiaantidrogas más prohibicionista en la historia dela relación bilateral, justamente para desmentirla imagen del presidente como simpatizante delos narcotraficantes"''''.

La cuarta tesis sostiene, al contrario de laanterior, que la construcción de una identidadpara Colombia como país "problema" y "ame-naza" a la seguridad regional que se ha venidoconstruyendo desde la presidencia pastranista,ha derivado en una drástica reducción de losespacios para la actuación autonomista del paísen sus relaciones con los Estados Unidos. Enefecto, en desarrollo de este argumento, estainternacionalista sostiene que "el Plan Colom-bia fomentó no sólo la imagen de Colombiacomo un país azotado por el fiagelo de lasdrogas sino también perpetuó su construcciónsocial como ̂ ^aísproblema en el ámbito global,caracterizado por la debilidad estatal, la crisiseconómica, y la deslegitimación de las institu-ciones públicas, y desbordado por el conflictoarmado"''^. Y como consecuencia de lo anterior,dice Tickner en forma cruda, "al construir undiscurso de la política exterior con base en lascaracterizaciones que Estados Unidos veníanhaciendo de la'situación colombiana, lo quehizo el gobierno de Colombia esencialmentefue negociar la identidad del país en funciónde la obtención de mayores ventajas financierasde Washington"«.

Ibid., p. 376.Ibid., p. 377.Ibid., p. 379.Ibid., p. 380.

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215

Esta misma circunstancia se ha confirma-

do en el caso de la presidencia de Alvaro Uribe.

Con la intención de buscar el debilitamiento

militar de las guerrillas, la política exterior de

Alvaro Uribe transformó el discurso colombia-

no mantenido durante décadas al dejar de lado

la argumentación sobre el carácter netamente

interno del conflicto. Así como su predecesor

había internacionalizado el proceso de paz,

la mira de Uribe se puso durante su primera

administración en el objetivo de internaciona-

lizar el conflicto armado a través de utilizar el

argumento de que la guerra colombiana tiene

gran "potencial de contagio regional" y que el

país representa una "amenaza a la seguridad

mundial". Con poco más de un mes en el

Palacio de Nariño, Uribe afirmó que "el pro-

blema colombiano es un enemigo común para

las democracias de este continente" en tanto

"los grupos violentos en Colombia tienen el

potencial de desestabilizar a todas las demo-

cracias de la región""* .̂ Posteriormente, con

ocasión de su presencia en el acto de posesión

de Lucio Cutiérrez como nuevo presidente de

Ecuador en enero de 2003, Uribe le pidió en

una rueda de prensa a los Estados Unidos que

una vez finalizara la próxima invasión a Irak

desplegara una fuerza militar para combatir

el narcotráfico y el terrorismo en Colombia"**.

Pero tradicionalmente los factores de poder en

los Estados Unidos no han estado dispuestos a

involucrarse militarmente en el conflicto co-

lombiano por fuera del marco de acuerdos de

cooperación como el Plan Colombia.

Los atentados terroristas del 7 de febrero

de 2003 en Bogotá consolidaron esa intención

'''' Alvaro Uribe Vélez, entrevista en TZieMMOT/Z/fra/t/, 22 de septiembre de 2002. Pronunciamientos similares hubomuchos, pero cabe resaltar los siguientes: 1) Con ocasión de la 57 Asamblea General de las Naciones Unidas en sep-tiembre de 2002, el mandatario apuntó: "El problema colombiano es un riesgo para la estabilidad democrática de laregión. Necesitamos la ayuda del mundo para resolverlo. Pido la ayuda del mundo porque mi gobierno tiene la decisiónde derrotar el terror"; 2) En la Conferencia de las Americas en octubre de 2002 Uribe afirmó: "el conflicto que azota aColombia tiene el potencial para desestabilizar el conjunto de países vecinos (...) Necesitamos ayuda para superar esteestado de violencia al cual nos han sometido organizaciones cuyos actos corresponden al terrorismo que se describeen la legislación de los Estados Unidos y de muchos países europeos."; 3) En el Consejo de Seguridad de las NacionesUnidas en el debate sobre la protección de civiles en conflictos armados en diciembre de 2002, la canciller colombianaaseveró: "El desbordamiento de algunos conflictos internos, o la internacionalización de los mismos en razón de suasociación con actividades criminales, nos indica que no siempre un problema nacional se supera o resuelve con untratamiento puramente nacional. Se vuelve necesario enfocarlo en el contexto de la corresponsabilidad (...) Con mayorrazón en tiempos del terrorismo."; 4) En la 58 Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2003, elpresidente colombiano insistió: "Nuestro problema es una amenaza internacional. Si Colombia no destruye la droga, ladroga destruirá la cuenca amazónica. Si Colombia no frena el terrorismo, este pondrá en dificultades a las democraciasde la región."; y 5) En la Sesión Protocolaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos enmarzo de 2004 Uribe indicó: "Los terroristas no respetan fronteras (...) Para ellos no hay países hermanos, para ellossimplemente hay idiotas útiles (...) El problema del terrorismo en Colombia, de la droga en Colombia que lo financia,es hoy un problema de Colombia y entraña un riesgo de contagio para todos los países hermanos".

'" Adicionalmente, el 1 de mayo de 2003, el presidente Uribe le pidió al gobierno estadounidense que esttidiara laposibilidad de enviar a Colombia el equipamento militar que ya no necesitara en Irak.

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2.16

TEORiA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

del presidente Uribe, quien se lanzó a buscarel endurecimiento del cerco internacionalcontra los subversivos y aprovechó el dolorosoescenario de víctimas y destrozos para proferircríticas a la comunidad internacional al afirmarque "algunos han sido demasiado complacien-tes con el terrorismo colombiano, los recibenen sus países, les abren todos los canales decomunicación, los reconocen como legítimosinterlocutores y no saben que simplemente losestimulan a cometer estos crímenes de lesa hu-manidad contra el pueblo colombiano"^'. Losresultados de esa ofensiva diplomática fueronvarios, a saber, la declaración de Panamá en laque seis naciones centroamericanas y Argen-tina catalogaron a las FARC como terroristas,pero que no fue acompañada por los vecinosterrestres que alegaron no querer entrome-terse en los asuntos internos de Colombia yguardarse como mediadores para un futuroproceso de paz; la decisión de los 34 estadosde la OEA de responsabilizar a las EARC porel acto, aunque el ente se abstuvo de catalogara ese grupo como terrorista; y la resolución1465 del Consejo de Seguridad de la ONU quecondenó el atentado, y que de paso, constituyeel más importante antecedente para que en unfuturo el caso colombiano pueda ser de cono-cimiento de ese poderoso (y peligroso) órgano

del sistema internacional. Animado por estoslogros tras el atentado contra un club bogota-no, el presidente Uribe se aprestó a matricularal país en la alianza mundial liderada por elgobierno estadounidense: "Colombia pideal mundo el apoyo solidario para derrotar elterrorismo al tiempo que se muestra solidariacon la lucha mundial contra el terrorismo entodas sus formas y manifestaciones, y dondequiera que se exprese"^".

La quinta tesis de Arlene Tickner com-plementa la anterior al proponer que la pro-yección internacional de Colombia como"país problema" y "amenaza de la estabilidadregional" tuvo el efecto de propiciar una mayorinjerencia estadounidense en asuntos tales co-mo la política antidrogas, el conflicto armado,el sistema político nacional, los derechos hu-manos y el manejo de la economía doméstica.Consecuencia obvia de la construcción socialde la identidad de Colombia como país proble-ma ha sido "la internacionalización de aspectoscuyo manejo tradicionalmente se había dadoen el ámbito interno colombiano"". De estaforma, varios de los asuntos más álgidos dela llamada "crisis colombiana" se abordan demanera más intensa en escenarios exteriorescomo el Congreso de los Estados Unidos, queen los ámbitos institucionales nacionales que

"" Alvaro Uribe Vélez, Discurso tras el atentado en El Nogal, Bogotá, 8 de febrero de 2003.

'° Alvaro Uribe Vélez, Palabras en la presentación del documento "Política Exterior de Colombia 2002-2006: Gober-nabilidad democrática, responsabilidad compartida y solidaridad", del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, abrilde 2004. La decisión del gobierno, cuyo texto definitivo se dio a conocer el 20 de marzo de 2003, se respaldó en elargumento de que "al participar Colombia en esta coalición contra el terrorismo, fortalece su posición internacionalpara conseguir aliados que nos ayuden a derrotar el terrorismo interno."

" Tickner, Op. cit., p. 380.

OASIS, N° 14

217

por mandato constitucional deben atenderdichos temas.

A través de la sexta tesis la autora buscasuperar la visión de "Colombia" como un ac-tor de carácter monolítico, y que, por ende,construye su identidad exterior de maneraunitaria, sino que se reconoce la necesidad deanalizar al país en forma desagregada, como unconglomerado de instituciones e individuosque perciben, construyen y transmiten dife-rentes identidades al escenario internacional.Así entonces,

"la representación que hace el Ministerio deRelaciones Exteriores o el Ministerio de ComercioExterior de la situación del país no es la misma quela construcción que hacen el Ministerio de DefensaNacional, el ejército o la policía. Mientras que losdos primeros parten de una imagen de Colombiacomo nación igual, soberana y respetuosa de la nor-matividad política y económica internacional, lossegundos hacen hincapié en la debilidad estatal, lacrisis de gobernabilidad interna, la proliferación deactores armados terroristas y el derrame del conflictocolombiano"'̂ .

Esta segunda visión es la que caracterizóla política exterior de Andrés Pastrana y la queha promovido el mismo presidente Uribe enla región y en el mundo, con lo cual se handisminuido, antes que ampliado, los márgenesde maniobra soberana y actuación autonómicadel país en esos mismos ámbitos.

GLOSA FINAL

A contrapelo de lo que fue la constante enlos Estados Unidos de la inmediata segundaposguerra mundial, época en la que se ubica elnacimiento de la ciencia política y la disciplinade las relaciones internacionales contemporá-neas, hoy ya se ha roto ese consenso en tornoa unas ciencias sociales que para ser legítimasdeben ser de tipo "behaviorista", y se esgrimenargumentos contrapuestos a la idea tradicio-nal de lo que es la ciencia y lo científico, a loscuales se acoge este escrito para abordar elasunto de la política exterior colombiana: lasciencias sociales, la ciencia política y los estu-dios de relaciones internacionales incluidos,son subjetivas por naturaleza porque el sujetoque observa no puede separarse del sujeto queestudia, y aún más, el politólogo termina enúltimas observándose a sí mismo en el espejode la misma realidad social a la que pertenece, yque como tal construye y transforma; la cienciapolítica está impedida para hacer generalizacio-nes debido a la obviedad de que las realidadesson múltiples, complejas y, por lo tanto, norepresentabas en leyes simples y generales; y delo anterior se deduce también su incapacidadpara lanzar predicciones y afirmar certezas, y alcontrario, lo que es dable señalar son conjetu-ras y escenarios; en la actualidad se afirma queno existe una sola y autoritaria metodología"científica", sino que la misma se debe adaptara las características del investigador y la reali-

Ibíd., p. 384.

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218

TEORlA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

dad social investigada; que el entendimiento delos fenómenos sociales no se agota en el uso dela herramienta de la racionalidad clásica, sinoque es factible también acudir a la intuicióncomo instrumento cognitivo con validez ylegitimidad; no sólo el Estado y las realidades"macro" pueden catalogarse como objetosprincipales de estudio, sino que también cabeabordar los escenarios "micro" del poder, asícomo las realidades denominadas "periféricas"

y "alternativas""; las matemáticas y la cifras,en tanto creación humana, son susceptiblesde ser manipuladas y, por ende, de estar alservicio de gobiernos e ideologías; entre otrostantos replanteamientos a la idea tradicional yracionalista de la ciencia que bien vale la penaseguir trabajando como lentes de análisis paraabordar de manera alternativa los estudios dela política internacional del país.

Carvajal H., Leonardo."Posmodernismo y constructivismo: su utilidad paraanalizar la política exterior colombiana", en Oasis,2009, núm. 14, Centro de Investigaciones y ProyectosEspeciales, CIPE, Facultad de Finanzas, Gobierno yRelaciones Internacionales, Universidad Externado deColombia, pp. 201-218.

" Según Bobbio, en contra de las pretensiones totalizadoras de la ciencia clásica, la realidad social y política es "uncamino formado por millones y millones de pequeños, minúsculos, hechos humanos, que ninguna mente, por fuerteque pueda ser, jamás ha sido capaz de recopilar en una visión de conjunto que no sea demasiado esquemática para seradmitida". Ver Norberto Bobbio. (2001). El futuro de la democracia, México, Fondo de Cultura Económica.

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